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Transcript
Salir del infierno: Recuperación y crecimiento de la
industria argentina 2003-20141
Jorge S. Zappino2
Introducción
A
partir del 24 de marzo de 1976, y hasta la crisis del año 2001, se registró el inicio del
repliegue del Estado, la liberalización de los mercados y la apertura externa indiscriminada.
Las disposiciones adoptadas influyeron fuertemente en las actividades industriales
generando un gran retroceso en el ámbito productivo.
Veinticinco años después, y luego de cuatro períodos constitucionales, la grave crisis
provocada por el catastrófico final del proyecto neoliberal, derivó en la mayor tragedia económica
vivida por la Argentina y la caída del gobierno de la Alianza en diciembre de 2001. A partir de ese
momento, devaluación mediante, se retornó a un modelo de valorización productiva, en el cual el
sector industrial retomó su centralidad en la economía a partir del cambio de rol del Estado, que
recuperó las riendas del proceso económico, generando condiciones propicias para una reactivación
de la economía en general y de la producción industrial en particular.
El entorno macroeconómico 2003-2014
E
ntre 1998 y 2001, el Producto Bruto Interno (PBI) cayó más del 8%, a precios constantes. La
demanda interna, por su parte, se redujo en un 12% y uno de sus principales componentes,
la inversión bruta fija, se derrumbó un 31.3%. La recesión tuvo particular incidencia en la
industria manufacturera, con una brusca caída del 18%, y en la construcción, cuya reducción alcanzó
el 26%, lo que derivó en una agudización de los problemas de empleo y en una caída de los salarios
reales. Además, entre 1998 y 2001 la desocupación abierta trepó del 12,4% al 18,3%. 3 Por otra
parte, se profundizó el proceso de concentración económica.
1
Trabajo realizado en el marco de la Dirección de Investigaciones del Instituto Nacional de la Administración Pública (INAP), Secretaría de Gabinete,
Jefatura de Gabinete de Ministros.
2
Lic. en Ciencia Política (FSOC-UBA), Magister en Historia Económica y de las Políticas Económicas (FCE-UBA).
3
Datos tomados de: Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INDEC). www.indec.gov.ar
1
En términos globales, la década de los noventa generó un retroceso sin precedentes en el
nivel de recursos destinados al desarrollo industrial: el gasto público destinado a la industria fue, en
moneda nacional, menos de un 27% del correspondiente a 1991. Asimismo, en 1980 el gasto en
industria medido como porcentaje del PBI era más de dos veces y media el de 1991.4
Luego de la grave crisis en 2001-2002, se hizo necesario un profundo replanteo de la política
económica. En el segundo de esos años se verificó una caída del 11% del PBI, un aumento de
precios del 41% y un índice de pobreza récord que alcanzó al 57,5% de la población. Desde 1998
hasta 2002 el Producto había caído más del 20%, dando lugar a la depresión más grave de la
historia argentina, superando inclusive a la registrada durante la crisis de 1930.
En primer lugar, se decidió una devaluación y la flotación administrada del peso.
Paralelamente, el Gobierno comenzó a instrumentar un nuevo plan económico, basado en el
superávit presupuestario, la flexibilidad cambiaria, el desenvolvimiento positivo del balance de pagos
autónomo, la adecuación de la oferta monetaria a la demanda del público y un mayor rol del Estado
en materia de inversiones, desarrollo regional y política social.
Volver a empezar: La política industrial, la promoción y los programas sectoriales
La política industrial en Argentina es el resultado de numerosas leyes y programas
enhebrados en sucesivas capas geológicas que fueron subsistiendo en el tiempo. Sí la restricción
externa es lo que limitó históricamente el desarrollo del país, los ejes de cualquier política pública
industrial debían, necesariamente, ser la sustitución de importaciones y la industrialización
exportadora. En tal sentido, desde 2003 la política llevada adelante por el Estado para el sector
industrial priorizó, por un lado, la generación de nuevas ramas de la producción sustitutiva de
importaciones y, por otro, el estímulo para el desarrollo de cadenas productivas que poseen cuellos
de botella sobre ciertos insumos, partes o piezas, es decir, de aquellas cadenas en las cuales las
importaciones superan a las exportaciones, provocando déficit comercial y salida de divisas.
Uno de los aspectos centrales del sendero virtuoso comenzado hace doce años consistió en
enfatizar el estímulo a las actividades intensivas en el uso de conocimiento. En tal sentido, el desafío
fue doble en términos de estimular la creación de nuevas ramas productivas y promover la
4
Ibídem.
2
reconversión de otras que hoy podrían incorporar de manera decisiva los insumos tecnológicos y de
diseño de modo más intensivo en sus funciones de producción.
El principal desafío consistió en recuperar una mirada estratégica que permitiera desarrollar
un patrón de especialización, apuntando a una sociedad inclusiva, en la que el empleo de calidad y
la distribución de la riqueza fueran los ejes centrales. En la última década, la Argentina experimentó
un proceso sostenido de creación de empleo que redujo drásticamente las elevadas tasas de
desocupación que comenzaron a crecer a mediados de los noventa y alcanzaron su punto cumbre
durante la crisis de 2001 y 2002.
La diferencia es clara y notable. El régimen macroeconómico del periodo neoliberal,
caracterizado por el atraso cambiario y la rigidez de las herramientas de política económica, indujo
un creciente proceso dual en lo social. En este marco, el divorcio entre "ganadores y perdedores" fue
marcado: aún en años de crecimiento, su impacto sobre la mayor parte de la población fue muy
pobre y el efecto derrame prácticamente inexistente.
Por el contrario, el régimen de la posconvertibilidad, basado en un tipo de cambio real alto,
estable y competitivo, tuvo fuertes efectos sobre el empleo y generó una economía más homogénea.
La reindustrialización argentina en datos
La devaluación de principios de 2002 provocó un cambio en los precios relativos de la
economía5, generando incentivos opuestos a los vigentes durante el periodo neoliberal. De esta
manera, los sectores rentables fueron aquellos que producían bienes transables, es decir, de
aquellos que son sujetos de intercambio comercial con otros países. Así, ha sido la industria el sector
líder de ese proceso de recuperación y reversión de las tendencias desindustrializadoras que sufría
el país desde 1976. Dentro de ella, la rama manufacturera mostró evidentes niveles de recuperación
y dinamismo.
5
El "precio relativo" corresponde al valor de un bien o servicio respecto al valor de otros bienes y servicios; o bien, a la relación entre el precio en
dinero de un bien y el nivel general de precios.
3
Gráfico 1. Estimador Mensual Industrial (EMI) 1994-2014 (2006=100)
140,0
100,0
100,0
60,0
132,1 130,6
112,9
120,0
80,0
130,3
124,0
92,3
85,9
77,5
80,1
77,1
84,1
73,5
80,3
76,9
107,6
126,9
113,0
85,1
74,0
66,2
40,0
20,0
0,0
1994 1995 1996 1997 1998 1999 2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009 2010 2011 2012 2013 2014
Fuente: elaboración propia en base a datos del Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INDEC)
Con nueve años consecutivos de mejora, entre el 2003 y el 2014, con una pequeña caída en
2009 producto del impacto de la crisis internacional, el Estimador Mensual Industrial (EMI) 6 alcanzó
un récord histórico. El crecimiento respecto del periodo de la Convertibilidad alcanza el 9% habiendo
partido de un -3,4% entre los años 1996 y 2002. En el gráfico 1 se evidencia que el crecimiento fue
significativo, tanto si se lo observa desde el año 2003 (incremento acumulado de 92%), como desde
el pico anterior al ciclo recesivo de 1998 (48%), especialmente si se toma en cuenta que desde 2000
a 2002 cayó un 17%. Dentro de este crecimiento general de la industria manufacturera a partir de
2003, las ramas Automotriz, Metalmecánica, Minerales no metálicos, Químicos, Caucho y plásticos y
Alimentos y bebidas son las que mostraron mayor dinamismo en este crecimiento, aunque no hayan
recuperado aún los valores anteriores a la crisis. Algunas han recuperado sus valores históricos,
aunque a ritmos más lentos7 y son aquellas ramas basadas en el uso de recursos naturales como
Insumos básicos, Metales, Químicos, Papel, Combustible y Alimentos (Gráfico 2).
6
El Estimador Mensual Industrial (EMI) es un indicador de coyuntura que mide la evolución de la producción industrial con periodicidad mensual.
Las fuentes de información son empresas, cámaras empresarias y organismos públicos.
7
Esto se explica porque en los años noventa, estos sectores estaban próximos ya al máximo de su capacidad instalada y requieren grandes
inversiones de lenta maduración.
4
Gráfico 2. Estimador Mensual Industrial por bloques (EMI)
Variación porcentual entre puntas 2003-2014 (2006=100)
120,0
110,4
100,0
84,5
80,0
60,0
57,9
50,6
45,9
52,3
52,2
42,5
40,0
27,3
20,0
17,4
9,7
Metalmecánica exc. Ind.
Automotríz
Vehículos Automotores
Industrias metálicas básicas
Productos Minerales no
metálicos
Caucho y Plástico
Sustancias y Productos
Químicos
Edición e impresión
Papel y cartón
Productos Textiles
Productos del Tabaco
Productos alimenticios y
bebidas
0,0
Fuente: elaboración propia en base a datos del Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INDEC)
Por su parte, el Volumen Físico de la Producción (VFP)8 también mostró un fuerte crecimiento.
En el gráfico 3 se puede ver que el mismo creció a un promedio anual del 8% desde el 2003 hasta
2014, acompañando la dinámica citada en gráfico anterior. En el año 2005 ya se había recuperado lo
perdido en los años recesivos antes de la crisis, y a partir de ese año, y hasta 2014 se produce un
crecimiento de un 69%.
Pueden observarse cuatro etapas claramente diferentes. La primera, entre los años 2003 y
2004, donde se registra un crecimiento promedio del 14%; una segunda etapa, entre 2005 y 2008
donde se produce un fuerte crecimiento del 26%, con una tasa anual promedio del 7%; una tercera
etapa en el año 2009, donde el crecimiento se sitúa en un escaso 0,5% como producto del impacto
del conflicto con el sector agrario y de la crisis económica internacional; y finalmente una cuarta
8
El Volumen Físico de la Producción (VFP), es un indicador estadístico que mide la evolución mensual de los volúmenes de la producción física de
los bienes elaborados por el Sector Industrial, tanto en su conjunto como en los distintos niveles de agregación establecidos.
5
etapa desde 2010 hasta 2014 donde se recupera el crecimiento con tasas promedios del 4% anual,
totalizando un 19% entre puntas.
La divergencia entre el crecimiento de la primera y la segunda etapa con el de la última puede
explicarse por el bajo nivel de producción al cual muchas ramas estaban operando, producto de la
caída anterior y la consiguiente baja utilización de la capacidad instalada, lo cual permitió
incrementar la producción sin la necesidad de realizar grandes inversiones en bienes de capital. Ya
en la última etapa, la producción crece a un ritmo más lento producto de nuevas inversiones y
nuevas plantas, además de las restricciones debidas a la crisis internacional.
Gráfico 3. Volúmen Físico de la Producción 1994-2014 (2006=100)
180,0
155,7
160,0
154,2
147,8 150,3
140,0
130,0
120,0
108,9
115,0 115,6
100,0
100,0
82,0
%
80,0
91,0
88,7 88,4
76,3
81,1
79,2 77,9
73,1
68,9
83,4
62,3
60,0
40,0
20,0
0,0
1994 1995 1996 1997 1998 1999 2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009 2010 2011 2012 2013 2014
Fuente: Elaboración propia en base a datos del Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INDEC)
En el mismo sentido, el gráfico 4 muestra que la capacidad productiva instalada comienza a
registrar incrementos a partir del año 2003 y hacia el año 2004 se revierte la tendencia de
crecimiento a un promedio del 3.7% anual hasta el año 2005 y del 7% hasta el año 2007. En el año
2008 se produce desaceleración de poco más del 3%, alcanzando un 3.8%, producto del conflicto
con el sector agrario y el estallido de la crisis financiera internacional a mediados de ese año. Los
6
años 2009 y 2010 muestran un retroceso cercano al 1% anual, para volver a recuperar posiciones a
partir de 2011 y hasta 2014 con un promedio anual del 3% con un pico de 5,2 en 2011.
Gráfico 4. Ampliación de la Capacidad Instalada Industrial 2003-2014
8,0
7,1
7,1
7,0
6,0
5,2
4,5
5,0
4,0
%
3,8
3,7
3,1
2,9
3,0
2,8
2,2
2,0
1,0
-0,4
0,1
0,0
-1,0
2003
2004
2005
2006
2007
2008
2009
2010
2011
2012
2013
2014
Fuente: Centro de Estudios de la Producción (CEP) – Ministerio de Industria
En resumen, la Capacidad Instalada (CI)9 comienza a crecer en 2004, con altos rendimientos,
luego de haberse aprovechado la capacidad ociosa existente hasta el momento, registrando
aumentos inferiores a partir de 2011 debido a los requerimientos de nuevas inversiones.
En lo que respecta al empleo industrial, en este periodo el mismo mostró una tendencia
creciente, dando por terminado el proceso de expulsión de trabajadores industriales que se había
producido en las últimas décadas.
Como se muestra en el cuadro 1, el crecimiento del empleo mostró una tasa media anual del
4%. Aquí también se pueden distinguir dos etapas: una primera donde a partir del año 2002 se
produce un crecimiento a una tasa promedio del 7,2%, acompañando el crecimiento del volumen
físico antes descripto. Posteriormente, entre los años 2006 y 2007 el crecimiento se estabiliza en
orden al 5% para sufrir una caída, producto del impacto de la crisis financiera internacional, de poco
más de dos puntos en el año 2009. A partir de ese año y hasta 2011, se recupera el crecimiento a
9
La capacidad instalada es el potencial de producción o volumen máximo de producción que una empresa puede lograr durante un período de
tiempo determinado, teniendo en cuenta todos los recursos que tienen disponibles, sea los equipos de producción, instalaciones, recursos
humanos, tecnología, experiencia/conocimientos, etc. El concepto también se utiliza en economía para describir todo un sector de actividad.
Cuando el volumen de la producción es inferior a la capacidad instalada, se dice que existe un desempleo de factores. A medida que el volumen de
producción se acerca a la capacidad instalada, se dice que hay pleno empleo.
7
una tasa promedio del 2,7%. Asimismo, en este contexto, también se produce un aumento de los
salarios medios industriales, que superan el promedio del resto de las actividades. Es así que entre
los años 2003 y 2014, dicho salario industrial aumenta a una tasa promedio del 25%.
En este contexto, el sector industrial se convirtió en la base de la recuperación económica;
esta recuperación y crecimiento fue acompañada, además, de un fuerte crecimiento del empleo y el
salario. El empleo industrial pasó de 902.544 en 2004 a 1.272.517 puestos de trabajo en 2014, lo
que significa un crecimiento del 41%. Por otro lado, el incremento en la productividad del empleo
industrial también fue muy significativo entre 2003 y 2014, creciendo un 58% y especialmente en los
años 2006 y 2007, donde se observan tasas mayores que en los años más fuertes de la década de
los noventa, situándose cerca del 23%. A partir de 2008, la misma continuó creciendo a un ritmo
promedio del 6,2% anual.
En este proceso de generación de empleo, las actividades que contribuyeron a crear mayor
cantidad de puestos de trabajo son aquéllas que más la habían expulsado entre 1998 y 2002, es
decir, de ramas intensivas en trabajo y orientadas al mercado interno. En cambio, los sectores
exportadores o productores de commodities10 industriales produjeron menor cantidad de expulsión
durante la crisis y en el periodo 2003-2014 ha sido el de menor dinamismo.
10
Un commoditie es un producto o bien por el que existe una demanda en el mercado y se comercian sin diferenciación en operaciones de compra y
venta. Generalmente se trata de bienes físicos, con poco o nulo valor agregado o procesamiento industrial, que constituyen componentes básicos
de productos más complejos.
8
Cuadro 1. Obreros ocupados, Productividad y Salario Industrial 2003-2014 (2006=100)
Año
VFP
OO
PL
HOT
PH
HOT/OO SMRI
Relación
PL/SMRI
I
II
III = I /
IV
II
V = I / VI = IV /
IV
VII
IX = III / VII
II
2003
73,1
81,1
90,2
80,8
90,5
99,6
52,1
173,0
2004
83,4
89,0
93,7
90,3
92,4
101,4
66,1
141,8
2005
91,0
94,9
95,9
95,9
95,0
101,0
79,8
120,2
2006 100,0 100,0
100,0 100,0
100,0
100,0 100,0
100,0
2007 109,0 105,3
103,5 104,5
104,3
99,2 122,1
84,7
2008 115,1 107,9
106,7 105,4
109,2
97,7 152,4
70,0
2009 115,5 104,1
111,0
99,5
116,1
95,6 179,4
61,9
2010 130,0 105,8
122,9 103,0
126,2
97,4 239,6
51,3
2011 147,7 109,0
135,6 105,3
140,3
96,6 313,7
43,2
2012 150,2 110,3
136,2 105,2
142,9
95,3 404,6
33,7
2013 155,5 110,7
140,5 105,2
147,9
95,0 513,6
27,4
2014 154,0 108,2
142,4 101,9
151,1
94,2 660,4
21,6
VFP = Volumen Físico de la Producción,
OO = Obreros Ocupados,
PL = Productividad Laboral,
HOT = Horas Obrero Trabajadas,
PH = Productividad Horaria,
SMRI = Salario Medio Real Industrial.
Fuente: Elaboración propia en base a datos del Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INDEC)
9
Un aspecto importante a destacar es el que hace a la creación de 300 Parques Industriales en
el periodo estudiado, además del continuo apoyo a las PyMes, lo que permitió que se crearan
223.500 de estas empresas desde 2003 (18.000 de ellas industriales).
La inversión productiva en el periodo
Existen distintas formas de estimar qué tasa de inversión es necesaria para crecer a
determinado ritmo y cada una otorga resultados distintos. De todos modos, en el caso argentino este
análisis se dificulta debido a que no existen, en los últimos sesenta años, demasiadas experiencias
de períodos de crecimiento estable en el país. No obstante ello, los períodos de expansión anteriores
pueden tomarse como una aproximación, aunque imperfecta, de la tasa necesaria, como puede
verse en el cuadro 2. El período de crecimiento más prolongado desde la posguerra fue de 11 años y
a un ritmo del 5% anual, que se logró con un ratio de inversión sobre PBI de 21,1% y de equipo
durable sobre PBI de 6,7%. El actual ciclo de expansión (si bien desacelerado en 2009 por la crisis
financiera internacional) presenta un crecimiento acumulado del PBI y una tasa de inversión total
prácticamente iguales a las de entonces, así como una tasa de inversión en equipo durable superior
a todos los períodos anteriores.
10
Cuadro 2. Crecimiento del PBI, tasa de crecimiento y de inversión 1945-2010 (en pesos
constantes de 1993)
Tasa de
Inversión en
Crecimiento
Crecimiento
Duración de la
Tasa de
Equipo
del PBI
Promedio
fase expansiva
IBIF/PBI
Durable /
acumulado
anual PBI
del PBI (años)
promedio
PBI
1946-1948
28,0%
8,5%
3
17,6%
5,1%
1953-1958
35,0%
5,1%
6
17,0%
4,1%
1964-1974
72,0%
5,0%
11
21,1%
6,7%
1991-1994
36,0%
7,9%
4
17,9%
6,5%
1996-1998
18,0%
5,8%
3
19,7%
8,0%
2003-2014
65,0%
7,4%
8
20,3%
8,1%
Fuente: Centro de Estudios para la Producción (CEP). Secretaría de Industria.
El incremento de la inversión posterior a la salida de la Convertibilidad ha sido incluso
más intenso que el del PBI, aumentando la capacidad productiva y la oferta. En efecto, el crecimiento
acumulado entre 1998 y 2008 fue de 46% para la inversión y de 33% para la actividad económica
agregada, superando ambos sus niveles de 1998 en el año 2005. Por otro lado, la participación de
23% de la Inversión Bruta Interna Fija (IBIF)11 en el PBI en 2008 constituye el mayor nivel de las
últimas décadas. La evolución reciente indica que el aumento del stock de capital ha permitido
sostener las altas tasas de crecimiento del producto.
A diferencia de lo ocurrido durante la década del noventa, la presente recuperación de la
inversión fue financiada con ahorro interno, dado que el ahorro externo (el ingreso neto de capitales)
ha resultado negativo en todos los años posteriores a la salida de la Convertibilidad. Adicionalmente,
el sector público contribuyó positivamente al ahorro doméstico al verificar superávit primario, tras los
sucesivos déficits de la década pasada (gráfico 5).
11
La Inversión Bruta Interna Fija (IBIF) se compone de Construcciones, Material y Equipo Durable de Producción, Material de Transporte y
Variación de Existencias.
11
Por el lado de la composición de la inversión, el gráfico 6 muestra el mayor dinamismo de la
construcción, que registra una participación promedio del 54%, mientras que el equipo durable
explica el restante 46%. Este componente pasó de representar 33% de la IBIF en 2004 a 47% en
2014, con un pico del 51% en 2013. Mientras tanto, la construcción arranca con un 67% en 2004,
para terminar con un 53% en 2014. Se evidencia, entonces, que el equipo durable mostró una
participación creciente en la inversión total.
Gráfico 5. Fuentes de financiamiento de la inversión (en % del PBI a precios corrientes) 1993-2010
30,0
4,0
3,0
2,0
1,0
0,0
-1,0
-2,0
-3,0
-4,0
-5,0
25,0
20,0
15,0
10,0
5,0
Ahorro Externo (eje derecho)
2014
2013
2012
2011
2010
2009
2008
2007
2006
2005
2004
2003
2002
2001
2000
1999
1998
1997
1996
1995
1994
1993
0,0
Ahorro Nacional Bruto
Inversión Bruta Interna Total
Fuente: Centro de Estudios para la Producción (CEP). Secretaría de Industria – Ministerio de Industria
Gráfico 6. Composición de la Inversión Interna Bruta (en %), a precios de 2004
100%
90%
80%
33%
37%
38%
38%
41%
44%
40%
70%
46%
50%
51%
47%
60%
50%
Equipo Durable
40%
Construcción
30%
67%
63%
62%
62%
59%
2007
2008
56%
60%
54%
50%
49%
53%
2010
2011
2012
2013
2014
20%
10%
0%
2004
2005
2006
2009
Fuente: Centro de Estudios para la Producción (CEP). Secretaría de Industria – Ministerio de Industria
12
Reindustrialización, comercio exterior y restricción externa
La canasta exportadora de la Argentina pudo mostrar cierta diversificación en la última
década, ya que se evidencia un aumento de la participación de las Manufacturas de Origen Industrial
(MOI) en las exportaciones totales. En términos nominales, las mismas crecieron un 274% desde
2002.
Además, se constata una mayor participación de las exportaciones de productos con mayor
valor agregado, que pasaron de representar un 17,4% en 2003 a un 24,8% en 2014.
Este aumento de las exportaciones industriales no implicó una mejora en los desequilibrios del
sector. El problema estructural del intercambio comercial subsiste y, como se muestra en el Gráfico
7, tras mostrar algunos años de superávit, la industria en su conjunto volvió a registrar déficits
comerciales a partir de 2007.12
En la explicación de este desempeño se encuentran la escasa sustitución de importaciones
como consecuencia del entramado heredado de la reestructuración regresiva de 1976-2001 y las
políticas de los últimos años basadas en el fomento de bienes con alto nivel de componentes
importados (automotores, electrónicos de consumo). Sin embargo, entre 2009 y 2014 se puede
verificar sustitución de importaciones por un valor de 71.400 millones de dólares.
12
Si bien en 2009 el sector registró nuevamente superávit en su comercio exterior, esto se debió al impacto de la crisis internacional, con una
importante disminución de las compras externas de bienes industriales y a las políticas estatales tendientes a proteger a algunos sectores
considerados “sensibles”.
13
Gráfico 7. Evolución de las exportaciones, las importaciones y el saldo comercial de productos
industriales, 2002-2014 (millones de dólares)
80.000
15.000
70.000
10.000
60.000
5.000
50.000
40.000
0
30.000
-5.000
20.000
-10.000
10.000
0
-15.000
2002
2003
2004
2005
2006
2007
Saldo (eje derecho)
2008
2009
2010
Exportaciones
2011
2012
2013
2014
Importaciones
Fuente: Centro de Estudios para la Producción (CEP). Secretaría de Industria – Ministerio de Industria
Actualmente, pese al crecimiento de las ventas externas de MOI, la composición de la canasta
exportadora no se acerca a procesos de modernización de las exportaciones llevados adelante, por
ejemplo, por los países del sudeste asiático.
Es verdad que Argentina ya no muestra un modelo básico de dos sectores (exportador–
agropecuario/mercadointernista–industrial), puesto que algunas manufacturas han obtenido niveles
de productividad que les aseguran competitividad en el mercado mundial; pero la mayor parte de los
productos exportados responde a commodities con bajo nivel tecnológico y escaso valor agregado.
En este sentido, la herencia neoliberal no se ha superado totalmente, ya que es el mercado el
que determina que se expandan los sectores donde las diferencias de productividad entre la
producción local y la mundial son menores, lo cual implica la expansión de ramas que poseen
ventajas comparativas estáticas, es decir, de aquellas derivadas de la dotación de recursos
naturales. De esta manera, se profundizó la dualidad estructural de la industria: un puñado de rubros
14
productivos ligados al procesamiento de recursos básicos presenta una balanza comercial positiva,
mientras que los restantes son deficitarios, sobre todo a medida que se avanza hacia manufacturas
intensivas en conocimiento científico-tecnológico y mano de obra con alta calificación.
De esta manera, el regreso de la restricción externa terminó por fortalecer al sector primario,
principal proveedor de las divisas necesarias para sustentar el crecimiento industrial.
De hecho, la actividad industrial pasó a requerir más importaciones por unidad de producción
que durante la Convertibilidad, a pesar de la vigencia de un tipo de cambio mucho más elevado. El
hecho de que se hayan generado desequilibrios crecientes en divisas y que ello se verifique con
países avanzados y con Brasil, evidencia que el crecimiento industrial aún no consiguió revertir las
tendencias a la desarticulación productiva acumuladas durante más de treinta años.
A modo de conclusión
La estructura productiva de una nación es el principal determinante de su grado de desarrollo
económico. Los países de mayores recursos y distribución del ingreso más equilibrado se respaldan
en industrias altamente sofisticadas. En cambio, en los países menos avanzados, en general, la
actividad primaria tiene una mayor participación en la economía y constituye la principal fuente de
divisas.
Esta diferenciación nos dice que los procesos históricos de desarrollo industrial revelan que
las estructuras productivas basadas en los recursos naturales no bastan para alcanzar el desarrollo.
Deben complementarse con industrias que promuevan la generación de empleos y la distribución del
ingreso y la inclusión de las clases más postergadas. Modificar ese patrón sólo es posible a través
de la preservación y del fomento por parte del Estado de las cadenas de valor 13
El desastre provocado por el pensamiento neoliberal, ha dado lugar a la reaparición de los
debates sobre el desarrollo nacional, que tiene una larga tradición en Argentina y en América Latina.
13
La cadena de valor a un concepto teórico que describe el modo en que se desarrollan las acciones y actividades de una empresa o sector de la
economía. En base a la definición de cadena, es posible hallar en ella diferentes eslabones que intervienen en un proceso económico: se inicia con
la materia prima y llega hasta la distribución del producto terminado. En cada eslabón, se añade valor, que, en términos competitivos, está
entendido como la cantidad que los consumidores están dispuestos a abonar por un determinado producto o servicio. El análisis de la cadena de
valor permite optimizar el proceso productivo, ya que puede apreciarse, al detalle y en cada paso, el funcionamiento de la compañía o el sector de
que se trate.
15
El problema más agudo de corto plazo es sin dudas la falta de dólares, la restricción externa,
que ha vuelto a surgir. Este viejo problema es el resultado de un proceso por el cual Argentina
desarrolló una industria que se quedó a mitad de camino por las condiciones hostiles en las cuales
se desenvolvió, creando una industria que genera un enorme déficit de divisas cuando pretende
sostenerse en un nivel de pleno empleo de los factores productivos.
Como se dijo anteriormente, el comercio de manufacturas de origen industrial muestra déficits
enormes, concentrados en autopartes, productos electrónicos, bienes de capital, productos químicos,
etc. De esta manera, cuando el sistema alcanza posiciones de pleno empleo, la demanda de divisas
(para la obtención de insumos que la industria no produce) genera un fuerte déficit que es cubierto
por los excedentes del sector primario, recreando una y otra vez la estructura desequilibrada clásica
de la Argentina, incompatible con un escenario sustentable de largo plazo para el desarrollo.
A la salida de la crisis, el país comenzó a operar con fuertes superávits en los pagos
internacionales, acumulando reservas, con finanzas públicas fortalecidas y superávits gemelos. El
fortalecimiento de los pagos externos permitió reestructurar la deuda externa, pagarle al FMI, y en
ese escenario, se redujo la inflación a un dígito, desapareció la fuga de capitales, y la Argentina
creció a “tasas chinas”.
Todo el proceso inicial de recuperación se produjo en una economía con abundantes recursos
ociosos, con alto desempleo y débil puja distributiva, además de buenos precios internacionales. En
los últimos dos años comenzaron a aparecer problemas: el sistema llegó a un punto de plena
ocupación, desmejoraron los precios internacionales, y frente a esta situación el gobierno mantuvo
políticas de defensa del consumo y de fuerte gasto público, utilizando el tipo de cambio para frenar
las presiones inflacionarias.
En este contexto se produjo un cambio de expectativas que volvió a alimentar el proceso
inflacionario y la fuga de capitales. La respuesta estatal fue la de ejercer todo el poder regulatorio
que el Estado Nacional ganó, pero al costo de llevar al sistema a un deterioro de la situación fiscal, a
la aparición de un atraso cambiario, a la necesidad de poner controles para administrar la escasez, lo
cual llevó al desdoblamiento del mercado, a la fuga de capitales que agrava aún más la restricción
externa.
¿Y cuáles son las alternativas para resolver esa restricción externa? Por un lado está la
16
propuesta neoliberal: la devaluación, el endeudamiento, el achicamiento del mercado, el
“enfriamiento”14 de la economía, la desregulación, etc. Evidentemente, este camino ya fue recorrido
por la Argentina y aún se están sufriendo las consecuencias.
El único camino no es el ajuste, pero sí lo es poner la “casa en orden”. La clave de la
resolución se encuentra en la profundización del desarrollo industrial, complementado por la política
energética, el desarrollo de las economías regionales, la implementación de estrategias que lleven a
un aumento de la competitividad de los productos argentinos en el mercado internacional. Esta
última estrategia debe contemplar el marco internacional actual, donde se vive un periodo
caracterizado por la sobreoferta de productos originados en los países más industrializados con muy
bajo precio internacional y, muchas veces, a precio de dumping15.
Haciendo una evaluación de la política industrial de los últimos años, se ve que ha resultado
propicia para defender el mercado interno, para llevar la producción a condiciones de pleno empleo
de la capacidad instalada, para aumentar fuertemente el empleo industrial. Pero no se superaron los
principales problemas estructurales en el sector automotriz, electrónico, bienes de capital,
fuertemente deficitarios y causantes, junto a la fuga de divisas, de la restricción externa.
Para finalizar, puede afirmarse que el rumbo actual de la política económica procura
establecer un puente entre el modelo de desarrollo del período de industrialización, la necesidad de
resolver los problemas sociales producto de décadas de predominio neoliberal y el aprovechamiento
de las nuevas condiciones de la economía mundial. Algo así como si la Argentina estuviera
retomando el hilo de Ariadna para recuperar el terreno perdido desde hace más de treinta años.
14
En economía existe oferta y demanda de bienes y servicios. Si consideramos todos esos bienes y servicios como un conjunto de producción al
que pudiéramos sumar podemos tener un concepto de oferta y demanda agregada; es decir a suma de la producción de todos los bienes y servicios
y la demanda de esa producción. La producción teléfonos celulares + la producción de televisores + la producción de leche + la producción de
tomate, etc., es la oferta. Esos bienes producidos tienen un precio expresado en pesos. Estos precios están vinculados con la demanda, es decir con
las compras sumadas de todos esos bienes y servicios. De esta manera, se dice que hay un recalentamiento de la economía cuando la demanda, en
términos monetarios, ejerce una presión sobre la oferta y esta última no puede responder con mayor producción porque ha llegado al límite de
capacidad de producción. Cuando se habla de enfriar la economía se habla de bajar esa demanda. Esto se logra, básicamente, haciendo caer el
consumo de los hogares. Existen varias formas de lograr esto, pero entre las principales están: incentivar el ahorro y reducir el consumo mediante
el aumento de la tasa de interés, así la gente encontrará un atractivo mayor a dejar de consumir hoy (y por ejemplo hacer un Plazo fijo) porque
mañana podrá consumir más con ese dinero más la tasa de interés que consiga. La otra forma es que el Estado reduzca su gasto.
15
Práctica comercial que consiste en vender un producto por debajo de su precio normal, o incluso por debajo de su coste de producción, con el fin
de ir eliminando las empresas o países competidora/es y apoderarse finalmente del mercado. El dumping está prohibido por el Acuerdo General
sobre Aranceles Aduaneros y Comercio (GATT).
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