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ESCENARIOS 2014 En este momento, los Estados Unidos están comenzando a parecerse a Japón y Europa –señala el autor, quien concluye que “el dinero seguirá fluyendo hacia los activos de riesgo, como los mercados emergentes, en el futuro previsible”. Walter Molano, Director de BCP Securities. El drama político consumió la mayor parte del último cuatrimestre. El cierre del gobierno de Estados Unidos y la amenaza de default mantuvieron en suspenso al mercado. A pesar de que la mayoría de los inversionistas consideraron que los chanchullos políticos no son más que un bluff, esto fue suficiente para parar la mayoría de las operaciones de recaudación de capital. El cierre puede haber descontado hasta un punto porcentual de un ya débil crecimiento del PBI. Esto, junto con la falta de crecimiento económico de los diferentes organismos del gobierno, seguramente empujará cualquier estrechamiento del programa de Flexibilización Cuantitativa de la Reserva Federal (QE) en espera hasta el próximo año. Como resultado, el capital seguirá llegando a los activos de riesgo, como los mercados emergentes. Los bancos centrales están informando que la mitad de las reservas que se perdieron entre mayo y agosto fueron recuperadas en septiembre y octubre. Monedas de los mercados emergentes también se han fortalecido significativamente y muchos 32 Ejecutivos de Finanzas | Diciembre 2013 inversionistas están esperando un buen final de año. Esto es una gran noticia para la clase de activos, pero es preocupante para la economía global. La pregunta más importante es de dónde vendrá el crecimiento global. Entender esto requerirá una navegación cuidadosa a través de bancos de arena peligrosos. Los pilares tradicionales de la economía global, Estados Unidos, Europa y Japón, están de capa caída. Están sumidos con sistemas financieros dañados, pesadas cargas por deuda, deterioro de datos demográficos y entrada a espirales deflacionarias. Aunque la economía de Estados Unidos parecía estar en vías de recuperación, una mirada más de cerca a los datos muestra una imagen diferente. La mayor parte del optimismo se basó en la encuesta PMI y la tasa de desempleo, dos conjuntos de datos con graves falencias. Una inspección más profunda del PBI y las cifras de inflación mostraron una imagen mucho más débil. En ESCENARIOS 2014 este momento, los Estados Unidos están comenzando a parecerse a Japón y Europa. A pesar de la inmensa expansión de los balances gubernamentales, las tres regiones sufren desaceleraciones rápidas en la velocidad del dinero, lo cual es la creación de una trampa deflacionaria. Por otra parte, los Estados Unidos, están experimentando el mismo tipo de desempleo juvenil que Europa. Una mirada cercana a la tasa de participación muestra la parte más antigua de la sociedad que debe trabajar hasta una edad mayor en la vida, mientras que el segmento más joven cae permanentemente fuera del mercado laboral. Uno de los principales problemas es una sobreoferta crónica de la capacidad de producción. Décadas de un exceso de inversión en las tres regiones llevaron a un exceso de capacidad instalada. La demanda fue fuerte inicialmente durante el período de post Guerra, ya que los países trataban de reconstruirse tras el conflicto devastador y un aumento en la tasa de natalidad, pero comenzó a estabilizarse durante la década de los 80. Los avances tecnológicos en la década de los 90, y un gran auge del crédito después del inicio del nuevo milenio, mantienen a flote la economía mundial. Sin embargo, había muy pocas razones para que la inversión siguiera expandiéndose. Esta fue la razón por la que los balances empresariales comenzaron a crecer rápidamente con dinero en efectivo. Desafortunadamente, la burbuja crediticia de Estados Unidos implosionó con el colapso de Lehman Brothers en 2008, y la posterior crisis del euro lanzó una burbuja crediticia de la Europa periférica. Para peor, la burbuja crediticia de Japón había estallado dos décadas antes. Es por eso que todo el mundo estaba tan emocionado por el ascenso de los mercados emergentes. La incorporación de China a la ONC 2001 trajo un nuevo actor importante en el escenario internacional. Con casi un cuarto de la población mundial, y aislado de la economía global durante casi medio siglo, estaba ávido de materias primas y de inversión. La demanda China de materias primas trajo nueva vida a muchos de los otros mercados emergentes. Para el año 2010, el mundo emergente liderado por los chinos fue el principal motor del crecimiento global. Sin embargo, como fue el caso de los otros tres pilares de la economía mundial, el crédito se convirtió en la principal fuente de crecimiento de estos países. Ahora bien, como la mayoría de los países desarrollados, ellos están trabajando bajo cargo de deudas prodigiosas. La deuda del consumidor chino y el gobierno local se sitúa en el 220% del PBI. Indonesia, Turquía y Chile también están adquiriendo enormes deudas de los consumidores. Por otra parte, los países emergentes están perdiendo fuerza. No solo se está desacelerando la economía china: la mayor parte de América Latina posee una tendencia similar. Los problemas demográficos también están empezando a aparecer en muchos países emergentes. Todo esto sugiere que estamos en una trayectoria deflacionaria de bajo crecimiento que obligará a los bancos centrales a mantener sus políticas monetarias acomodaticias. Por lo tanto, el dinero seguirá fluyendo hacia los activos de riesgo, como los mercados emergentes, en el futuro previsible. Es cierto, que las entradas de capital contribuirán a agravar los problemas de deuda de los consumidores, pero los inversores en el mundo desarrollado tendrán que buscar una mayor rentabilidad para cumplir con sus incrementadas pensiones mediante la inversión en el extranjero. Los pilares tradicionales de la economía global, Estados Unidos, Europa y Japón, están de capa caída. Están sumidos con sistemas financieros dañados, pesadas cargas por deuda, deterioro de datos demográficos y entrada a espirales deflacionarias. Ejecutivos de Finanzas | Diciembre 2013 33