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04
ESPECIAL
MARTES
31 DE ENERO DE 2012
por ROBERTO DÍAZ MARTORELL
[email protected]
LA FE, Isla de la Juventud.— «La
calidad del caolín que se utiliza
como materia prima en los procesos productivos de las industrias
cerámica y refractaria es un problema que se despeja hoy en la
Isla de la Juventud», aseguró Luis
Betancourt Bron, director de la
fábrica procesadora de caolín
Julius Fucik, única de su tipo en
Cuba.
«La solución llegó con la instalación, en diciembre del pasado año,
de nuevos equipos en el área de
lavado y clasificación para reducir
las impurezas a los parámetros
requeridos, y con el cambio de combustible para el funcionamiento eficiente del horno que deja al caolín
con el grado de humedad óptimo,
según las normas de calidad para
su uso», explicó.
El directivo aclaró que por
varios años las producciones de
caolín estuvieron afectadas por un
alto contenido de arena sílice y
humedad, lo que incidía de manera negativa en el proceso productivo de los principales clientes,
entre los que figuran las fábrica de
muebles sanitarios de Holguín y la
de San José de las Lajas, de la
provincia de Mayabeque; así como
la Refractarios Habana, ubicada
también en esta última provincia.
Wilson Moro Muñoz, subdirector técnico de la planta de muebles sanitarios de Holguín, reconoció que el caolín pinero es
imprescindible por el aporte de
plasticidad y alúmina necesario en
la producción de los muebles; «es
muy aceptado por el bajo contenido de hierro, que otorga a las piezas un color blanco muy atractivo».
Asimismo, comentó que aún
reciben lotes con granulometría
mayor que la convenida, «pero
como producto es muy bien valorado y el preferido por la instalación».
Betancourt Bron explicó que «la
inversión contó con la instalación
de dos baterías hidrociclones en
las secciones de lavado y clasificación, una interviene en la separación de la arena sílice del mineral hasta dejarla en el dos por
ciento permisible de esta arena, y
la otra, por medio de la pulverización, reduce el grano del caolín a
43 micras (un milímetro contiene
mil micras), «porque antes reducíamos las impurezas al ocho por
ciento y no tenía calidad, precisó.
«En lo relativo a la humedad,
resolvimos ese problema al cambiar el combustible. Antes usábamos una mezcla de diésel con fuel
oil y las producciones salían con
un 25 por ciento de humedad
cuando lo establecido es diez,
pero empezamos a utilizar solo
diésel y cambiamos la tecnología
del proceso de secado.
«Emplazamos filtros, prensa,
placa y tela nuevos, y ahora el caolín sale con un 20 por ciento de
humedad, y el otro diez por ciento
lo pierde en el horno.
«Estamos en condiciones de
producir 6 000 toneladas y la
demanda actual del mercado interno es de 4 000; la cifra récord
juventud rebelde
Caolín pinero
La visión del Che y
las urgencias actuales
Recientes inversiones aseguran la calidad del caolín procesado en la Isla
de la Juventud que tributa a las industrias cerámica y refractaria del país
La planta de caolín procesa además carbonato de calcio de calidad para las obras constructivas del territorio.
que produjo la planta fue de 27 000
toneladas, en 1987, y tiene una
capacidad real de 30 000», añadió el director de la fábrica.
LA MISIÓN
Cuando, el 10 de mayo de
1964, el Comandante Ernesto
Che Guevara inauguró la fábrica
de caolín en la entonces Isla de
Pinos, primera instalación de
importancia tecnológica en el
país, en sus palabras ya auguraba
el valor de sustituir importaciones
y hacer eficiente una economía
que tenía que enfrentar el bloqueo
impuesto por Estados Unidos.
En aquella ocasión expresó:
«Plantas costosas como esta aseguran materias primas de buena
calidad para nuestras fábricas, y
se garantiza no solamente el suministro de una materia prima
dentro del territorio nacional, sino
además se logra sustituir importaciones y ahorrar divisas, que tan
trabajosamente conseguimos en
el extranjero».
Más de cuatro décadas después, en 2011, Humberto Castañeda, director general de Refractarios Habana declaró al diario
Granma que «la chamota (material
cerámico) a la que hemos recurrido hasta ahora para fabricar los
refractarios se compra en el exterior, a un precio de 400 dólares
por tonelada», al tiempo que acotó: «sin embargo, pudiéramos
obtenerla al calcinar el caolín procedente del municipio especial de
Isla de la Juventud; costaría apenas la mitad y sería competitiva
para exportar».
Esta reflexión refleja la importancia
de la extracción y procesamiento del
caolín, con la calidad que exige esa
materia prima, en la planta pinera,
lo que repercute en el ahorro de
divisas al país; además, se abaratan los costos en la producción de
refractarios muy necesarios para la
industria siderúrgica y en especial
para la Antillana de Acero y ACINOX
Tunas.
RESERVAS MILLONARIAS
En aquella jornada fundacional,
el Che informó a los pineros de la
existencia en la Isla de Pinos de
yacimientos que alcanzaban hasta
cinco millones de toneladas de
caolín, y que con ello se garantizaría el trabajo de la planta durante
muchos años.
El ingeniero Rolando Pérez Ramírez, autor de la tesis de maestría «Obtención de mullita a partir
del caolín cubano del yacimiento
Río del Callejón», ratificó mediante
su estudio en el 2010 la existencia probada de una reserva de
caolín en ese yacimiento al sudeste de la Isla de la Juventud de
unas 500 000 toneladas, y añadió
que con los niveles de consumo
actuales podría explotarse durante 50 años más.
Asimismo la investigación reveló que existen reservas de este
mineral en otros yacimientos con
características similares al referido anteriormente y con la presencia de la arcilla en cantidades
superiores.
Según la enciclopedia digital
Ecured, en la Isla de la Juventud
existe un elevado número de puntos de mineralización de caolín de
distintas calidades y tamaños, que
hacen a este territorio el más promisorio del país, y prácticamente
el único donde hay recursos en
una cuantía significativa, como para enfrentar un ambicioso plan inversionista con vistas al mercado
nacional e internacional.
En una nota publicada por la
Oficina Nacional de Recursos Minerales en su sitio en Internet, se
precisa que mediante la Resolución No. 402, del 8 de noviembre
de 2011, del Ministerio de la Industria Básica, se aprobó la Concesión de Explotación de Caolín
en el yacimiento de río del Callejón
Norte a favor de la Empresa de
Materiales de la Construcción de
la Isla de la Juventud.
SURTIDOS Y PERSPECTIVAS
Durante la inauguración de la
planta en 1964, el Che anunció
que esta sería un gran aporte de
la entonces Isla de Pinos a la economía nacional. Sustentaba sus
palabras en los múltiples usos de
esa arcilla procesada como materia prima para la elaboración de
artículos de consumo de gran calidad y que el pueblo necesita.
Entonces dijo que «este caolín
se utilizará para los sanitarios,
azulejos, la goma, gomas de los
automóviles, el papel cuando se
consigan los tipos apropiados. Es
decir, es un material que tiene una
amplia utilización en todas las
industrias, y su calidad será bastante buena. Esa es la característica fundamental de esta planta».
De acuerdo con la investigación
de Pérez Ramírez, el caolín es útil
para las industrias del papel,
refractaria, cerámica, farmacéutica y cosmética; sirve además
para la producción de vidrio, pinturas, plásticos y agroquímicos; para
la construcción y la elaboración de
caucho, hule, material eléctrico,
metales y forraje.
La planta procesadora de caolín en este Municipio Especial no
desaprovecha las potencialidades
de su producto. Al desaparecer la
industria cerámica como principal
cliente local apostó por diversificar los surtidos a base de arcilla y
produce además mortero cola,
gris, fino, grueso y carbonato de
calcio.
Betancourt Bron aclaró que «en
estos momentos solo elaboramos
mortero cola a partir de solicitudes
de los clientes, ya que en abril de
2011 tuvimos que parar por problemas de salida del producto.
«En ese tiempo nos dedicamos
a producir mortero fino y grueso
para todas las obras en construcción, a las que aportamos también la arena sílice separada del
caolín, que se utiliza además para
soterrar cables y sistemas de riego, los principales clientes locales
en ese sentido son la Agricultura,
la Empresa Eléctrica y ETECSA; y
producimos también unas 3 000
toneladas de carbonato de calcio
para la demanda de las inversiones locales», acotó.
Añadió que hoy se procesa
caolín con un 45 por ciento de rendimiento, parámetro óptimo para
su explotación como materia prima de cerámica y refractarios,
debido a la alta presencia que tiene de caolinita, alúmina, silicato y
agua, respecto a otros minerales
contenidos en la arcilla y que se
eliminan durante el proceso de
lavado. «Por eso podemos incrementar también la producción de
caolín natural sin beneficiar»,
comentó.
APUNTES FINALES
Leonardo Cruz Cabrera, Doctor
en Ciencias y delegado de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente
en el territorio, es de los que piensan que los minerales industriales, por sus grandes potencialidades, deben asumir el protagonismo en la economía de la Isla de la
Juventud.
Sustenta su tesis en un análisis
de la economía local actual, en el
que se observa con claridad que
casi todos los renglones que antes
fueron vitales han colapsado, por
una parte, debido a la fuerte crisis
económica que comenzamos a
sufrir en la década del 90 del siglo
pasado, y por otra, como consecuencia de eventos meteorológicos
y plagas.
En la edición del 5 de octubre
de 2008, JR publicó una entrevista a Miguel Valle, experto principal
de la Dirección Municipal de Economía y Planificación del Gobierno, en la que, entre otras aristas,
señaló la producción de caolín
como una de las perspectivas de
desarrollo sostenible de esta isla.
Ambos especialistas opinan
que ha llegado a la economía
pinera la hora de los minerales
industriales, para sustituir importaciones y generar fondos exportables, la misma misión que les
dejara a los pineros el Che 48
años atrás.
juventud rebelde
MARTES
31 DE ENERO DE 2012
ESPECIAL
05
Compromiso que auspicia victorias
La inscripción en el Registro Militar constituye el primer paso de los jóvenes para su posterior alistamiento
al Servicio Militar Activo, y es reflejo de su disposición de prepararse para la defensa de la Patria
La inscripción en el Registro Militar se realiza el año en que los jóvenes arriban a los 16 años de edad,
y en el plazo establecido por las Fuerzas Armadas Revolucionarias.
por PATRICIA CÁCERES
[email protected]
fotos ROBERTO SUÁREZ
AUNQUE hace su mayor esfuerzo para lucir
sereno, todo es inútil. Por cada poro del
joven Iván García García se transpira una
mezcla de emoción e incertidumbre, características en todo aquel que se enfrenta a
lo desconocido.
Se muerde las uñas, adopta varias posturas en el asiento, y afina los oídos y la vista hacia las mesas de anotaciones del Instituto Politécnico Estrella Roja, del municipio
de La Lisa.
No es para menos. Y es que Iván, al
igual que otros jóvenes nacidos en 1996,
espera con ansiedad su turno para inscribirse en el Registro Militar, y con ello dar el
primer paso hacia su posterior incorporación al Servicio Militar Activo (SMA).
«La mayoría de los jóvenes nos asustamos un poco cuando nos llega el momento
de enfrentarnos al Servicio y a todas las
normas y reglas propias de la vida militar.
Pero —aunque sabemos que es una etapa
difícil—, también estamos conscientes de
que es necesario y muy importante aprender a defenderse en caso de guerra, sobre
todo en un momento histórico como el
actual, donde el mundo está tan convulso»,
confiesa.
«Estoy muy emocionado porque en el
Servicio espero encontrar un futuro como
bombero. Me gusta pensar que con mi trabajo podré salvar vidas», agrega, con tanto
dominio de sí, que engrandece la imagen
del joven delgado y endeble de 15 años que
en realidad es.
Pedro Alexander González Larrinaga también dice sentirse excitado por esa nueva
etapa que le tocará vivir. «Pensar en el Servicio me da un poco de miedo, pero pa’lante. Creo que cuando salga voy a haber cambiado mucho, voy a haber crecido como persona, madurado como hombre».
Su madre, Lázara Larrinaga, quien lo
acompaña a la inscripción, muestra con evidencia su enternecimiento y orgullo. «Pedro
hizo las pruebas de los Camilitos y desafortunadamente no aprobó. Fue una frustración muy grande para él, porque se crió
entre abuelos y tíos militares. Por eso el
Servicio lo tiene muy contento, porque le
puede abrir las puertas a una carrera de
este tipo, que es lo que siempre ha soñado.
Cada joven debe acudir a las áreas de atención definidas por los comités militares provinciales y
municipales, con los documentos acreditativos correspondientes, acompañado únicamente de sus
padres.
«Yo, como madre, creo que es una etapa
trascendental, que lo prepara para la vida,
lo hace más independiente, seguro de sí.
Me satisface mucho saber que el país confía en él para su defensa».
ALGUNAS PISTAS ÚTILES
La inscripción en el Registro Militar no es
un proceso arbitrario. Constituye el primer
paso de cada joven varón para su posterior
incorporación al SMA y muestra su voluntad
de prepararse militarmente para la defensa
de la Patria.
Se realiza durante el año en que estos
arriban a los 16 años de edad, en el plazo
que establecen las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR), y su incorporación al Servicio generalmente tiene lugar cuando alcanzan los 18, es decir, cuando concluyen
la Enseñanza Media Superior.
Es por ello que este año las Fuerzas
Armadas convocan a todos los jóvenes
nacidos en el año 1996, a quienes les
corresponde formalizar la inscripción, entre
los meses de enero y marzo.
Así lo explica el teniente coronel Jorge
Luis Clavijo Rodríguez, jefe del Comité Militar
del municipio de La Lisa, quien aclara que
—en el período que media entre su inscripción y el llamado al Servicio Militar— los jóvenes deben realizar determinados trámites y
exámenes médicos. En caso de ser necesario —subraya— deben realizar otras acciones que los capaciten para las funciones que
cumplirán durante los meses de Servicio.
Cada joven debe acudir a las áreas de
atención establecidas por los comités militares provinciales y municipales, con los
documentos acreditativos correspondientes,
acompañado únicamente de sus padres.
Esto no excluye que —en aras de facilitar el
proceso— se habiliten otros espacios,
como centros de estudio, en coordinación
con las organizaciones juveniles y el Ministerio de Educación.
Una vez que formalice la inscripción en
el Registro Militar, el joven recibirá como
constancia un comprobante, que constituye un documento de consulta para demostrar su situación en la defensa, en caso
necesario.
Al acudir a realizar la matrícula o rematrícula para la continuidad de estudios, o al incorporarse al trabajo, debe presentar dicho
comprobante, para su posterior inclusión en
el Registro Militar del centro.
La incorporación al Servicio generalmente tiene lugar cuando alcanzan los 18, es decir, cuando
concluyen la Enseñanza Media Superior. Foto: Calixto N. Llanes
Quienes por diferentes motivos no hayan
acudido a formalizar su inscripción en el plazo fijado, pueden hacerlo en cualquier
momento en sus áreas de atención. Este
será el caso, sobre todo, de los que se
encontraban hospitalizados, de visita temporal en el extranjero o en establecimientos
penitenciarios.
Las mujeres se excluyen de la convocatoria, ya que los varones son los que tienen
la obligatoriedad, según la Ley 75 de la
Defensa Nacional. Estas pueden incorporarse al cumplimiento del Servicio Militar
Voluntario Femenino (SMVF), siempre que
reúnan los requisitos, sin necesidad de
haber realizado previamente la inscripción.
BREVE MIRADA HISTÓRICA
El Servicio Militar no es algo establecido
en las últimas décadas, como pudieran
pensar algunos. Las primeras experiencias
se manifestaron en el Ejército Libertador, al
que los mambises llegaban a través de un
proceso de reclutamiento absolutamente
voluntario, y cuyos requisitos de selección
eran la vocación patriótica y la disposición
combativa.
Poco tiempo después, el 24 de octubre
de 1868, se estableció por vez primera el
Decreto del Servicio Militar Obligatorio, y en
1885 se promulgó la Ley de Reclutamiento
Militar. Ambas legislaciones permitieron
organizar la participación en la defensa de
una parte de la población.
No es hasta la pseudorrepública que se
estructuran las fuerzas armadas de aquella
época, aunque con patrones norteamericanos, efectivos poco numerosos, y un sistema
de ingreso selectivo. Solo se ponen en vigor
leyes del servicio militar en los años 1918,
cuando ya se desarrollaba la Primera Guerra
Mundial y en 1942, cuando estaba ocurriendo la Segunda .
Años más tarde, con el triunfo de la
Revolución, se transforma la concepción
de la defensa del país, y esta deja de ser
una tarea exclusiva de una institución
armada, para convertirse en misión de
todo el pueblo.
De ahí que el 26 de noviembre de 1963
se promulgase la Ley No. 1129, que estableció el Servicio Militar Obligatorio (SMO).
Esta permitió organizar y encauzar la voluntad de las nuevas generaciones de servir
patriótica y militarmente a la defensa, así
como garantizar un completamiento estable
de las unidades de las Fuerzas Armadas.
Con vistas a materializar este propósito, se crearon, además, los comités militares, las comisiones de reclutamiento, y
las oficinas de inscripción en el SMO. En el
mes de abril de 1964 se realizó el primer
llamado.
Actualmente rigen todo el proceso la Ley
No. 75 de la Defensa Nacional y el Decreto
Ley No. 224 del Servicio Militar, que regula la
organización del Servicio Militar Activo y de
Reserva que deben prestar los ciudadanos.
Este también establece los derechos y deberes de los órganos y organismos estatales,
las entidades económicas y sociales, así
como de los ciudadanos respecto al Servicio.