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30 MARTES, 4 DE DICIEMBRE DE 2012 abc.es/internacional INTERNACIONAL ABC «La Europa de las regiones es una tragedia muy útil para los separatismos» ENTREVISTA Václav Klaus Presidente de la República Checa ∑ Paladín del euroescepticismo, el dirigente checo critica el «dominio alemán» en la UE, y aboga por un retorno a los Estados nacionales fuertes FRANCISCO DE ANDRÉS MADRID No es exagerado decir que Václav Klaus es la voz política checa por antonomasia, en especial desde la desaparición de Václav Havel hace ahora un año. Klaus lleva veinte años en la cumbre del poder en Praga, primero como primer ministro y, desde hace diez años, como presidente. Ayer presentó en el Foro ABC en Madrid —organizado por Deloitte y patrocinado por OHL— su ensayo «La integración europea sin ilusiones». Nadie se hacía ninguna respecto a su postura sobre la Unión Europea. Klaus es un euroescéptico impenitente, el jeremías de la UE desde hace muchos años, aunque su voz suena cada vez menos en el desierto. —En su libro defiende la tesis de que, si no se corrije, la UE desembocará en la Unión de Repúblicas Europeas Post-democráticas. —Sí. Es una convicción teórica que asumo a priori. En mi opinión es imposible disfrutar de una democracia real a nivel de todo el continente europeo. —¿Cómo lo comprueba? —Lo veo a diario en mi quehacer político. Los que toman las decisiones en muchos asuntos en Bruselas están lejos y no tienen contacto real con los ciudadanos españoles o checos. Para aquellos europeos que vivieron bajo el yugo de Moscú durante cuarenta años, ese problema se percibe con más claridad. —En 2005 usted propuso cambiar ls Unión Europea por una unión más «light» de estados, que propuso bautizar como Organización de Estados Europeos (OEE). No obstante, al final Vaclav Klaus se rindió y firmó el tratado de la UE... —Fui el último en hacerlo. Y lo hice porque no quería crear ninguna crisis en Europa una vez que ya sólo faltaba mi firma. Pero lo hice con gran dolor. —¿Ha cambiado desde entonces? —No he cambiado desde que ya en 1991 defendí la relación intergubernamental por encima de la supranacional. Sí, creo de verdad en una relación entre Estados fuertes y no en √ El Gran Hermano «Es más fácil gobernar desde Bruselas sobre, no sé, 300 regiones pequeñas, que sobre 27 estados poderosos» ¿«Diktat» alemán? «Gracias a las actuales instituciones comunitarias el dominio alemán se hace invisible» España en su encrucijada «El problema principal de España no es el de su economía: es el de vivir por encima de sus posibilidades» Cita con Jordi Pujol «Me dijo: ‘Perdone por llegar tarde, pero es que he estado negociando con el Gobierno español’; me quedé sorprendido» «No me fío del euroescepticismo de Cameron» —¿Cuál es su pronóstico para la Unión Europea? —Creo que nos encontramos en un callejón sin salida. Y en esa situación el único camino es volver sobre nuestros pasos, hasta el punto de cruce que nos vuelva a permitir otra opción. —¿Es una posibilidad realista? —No si nos limitamos a los jefes de estado o de gobierno de los 27. No van a ir a una cumbre de una unificación de Europa basada en una especie de sentimiento supranacional. —Hablamos de unidad entre iguales, pero ¿no demuestra la actual crisis que estamos todos cada vez más supeditados al «diktat» de Alemania? —Como presidente de un país vecino de Alemania yo prefiero no hablar de «diktat»; me inclino más por el término «dominio». Creo que en la relación de países dentro de la Unión se puede aplicar el sentido «orwelliano» de que no todos los animales son iguales. —Muchos opinan que el poder de Alemania se contiene mejos gracias a las instituciones europeas... —Sí, eso dicen los teóricos europeístas. Sin embargo, vemos que el dominio alemán es mayor ahora con la moneda común que lo que fue antes. El supranacionalismo facilita ese dominio, porque a través de las instituciones comunitarias la influencia que ejerce Alemania se hace invisible. —La visión de los fundadores de la Unión, en particular la de Schuman y Adenauer, era sin duda supranacional, pero también estaba fundada en una herencia cristiana que al final no ha sido incorporada al tratado. ¿Cree que ya no es válida? —Personalmente no creo que la principal motivación de Schuman y Adenauer fueran sus valores cristianos sino una más pragmática: superar definitivamente las consecuencias de la Segunda Guerra mundial. Pero sí creo que Europa solo puede existir y ser diferente del resto en la mendida en que conserve sus tradiciones y valores. La decisión de eliminar la referencia al cristianismo en el tratado ha sido una locura. Yo esperaba que en países de vieja tradición católica como España iba a darse una oposición mayor a esa Bruselas y decir: nos equivocamos, demos marcha atrás. Sí veo en cambio posible que surjan en los países miembro grupos y movimientos que formulen opciones distintas de construcción europea. Pero será un proceso político lento. —¿Quién puede abrir el fuego? En su libro usted es más bien pesimista. No confía siquiera en los británicos y en el coqueteo con los euroescépticos del «premier» Cameron. —Es posible que surja en el Reino Unido, pero no estoy tan seguro de David Cameron. jugada política, pero he visto con decepción que su gobierno no ha defendido en Europa esos valores. Lo entiendo en parte porque ese debate correspondió a los años del señor Zapatero. —Usted recuerda en su libro que hace diez años se decía respecto al euro: «los que mantengan su moneda lo pagarán caro»... —El tiempo ha demostrado que el euro fue una mala idea. Cualquiera con una percepción elemental de la economía lo dijo en su momento, ante la idea de fusionar las monedas de 17 países diferentes y heterogéneos. —¿Debe dejar Grecia el euro? —No si lo hace contra su voluntad porque alguien le empuja a hacerlo. Pero si me pregunta si no sería bueno para Grecia dejar la moneda común, mi respuesta es ¡sí! Como profesor de economía, no como presidente de Chequia, pienso que sería bueno que a Grecia se le ayude a salir del euro, y que no se la demonice por ello. —Profesor, ¿sería bueno para España dejar el euro? —(Sonríe) España es demasiado grande para que yo pueda entenderla. Hablando en serio, no es posible la comparación con Grecia. Tiene una economía fuerte y diversificada. El problema principal de España es el de vivir por