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III Congreso de la Asociación Hispano-Portuguesa de
Economía de los Recursos Naturales y Ambientales
Palma de Mallorca, 4-6 de junio de 2.008
VALORACIÓN DEL AGUA DE RIEGO EN LA CUENCA DEL
GUADALQUIVIR. APLICACIÓN PARA EL ESCENARIO 2015
Mª Azahara MESA-JURADO (*)
Juan Máximo PISTÓN
Julio BERBEL
Dpto. Economía, Sociología y Política Agrarias
ETSIAM-Universidad de Córdoba
Giacomo GIANNOCCARO
UNIFG- University of Foggia
(*)Autor para correspondencia: [email protected]
Abstract
This paper reviews the application of scenario for 2015 agricultural policy and markets for the irrigated
agriculture in Europe. Scenarios for irrigated agriculture 2015 are also described in detail including
Reformed CAP and biomass demand. It is applied at the basin level for the Guadalquivir River in
southern Spain. The methodology is based upon residual value of water and it combines budget and farm
analysis at municipality level, with the Guadalquivir basin divided at 60 county, in each of them 24
possible crops are selected with specific county data bases. The 2015 scenario studies the present level of
water use and value, and makes an analysis for 2015. Model allows the knowledge of water value and
irrigated agriculture at county level and ‘aggregated basin level’.
Keywords: Water pricing, Irrigated agriculture, Value of water, Scenario analysis
Resumen
Este trabajo revisa la implementación de la metodología de escenarios para el 2.015, analizando la
situación de la política agraria y los mercados para la agricultura de regadío europea. Para ese
horizonte se intenta describir en detalle el escenario 2.015, teniendo en cuenta la Reforma de la PAC,
evolución de precios agrícolas y costes de explotación, demanda de biocarburantes y demás factores que
puedan influir en la demanda de agua. Ésta se ha calculado mediante la metodología del Valor Residual
del Agua desarrollada por Young (2005). El valor del agua puede calcularse como la diferencia entre los
ingresos del cultivo y todos sus costes (incluidos los costes de oportunidad de tierra, capital y
empresario) excepto el agua. La zona de estudio es la Cuenca del Guadalquivir, situada en el Sur de
España. La investigación se ha detallado hasta el nivel municipal, abarcando las 60 comarcas en las
que se encuentra dividida la cuenca y los 24 principales cultivos de la zona. Los resultados nos muestran
el nivel actual del uso del agua y su valor y hace un análisis para el 2015. Además el estudio permite el
conocimiento del valor del agua y de la agricultura de regadío a nivel comarcal y a nivel agregado de
cuenca.
Palabras clave: Valoración económica, Agricultura regadío, Valor del agua, Análisis de escenarios
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1. – Introducción
El agua es uno de los recursos más abundantes de la Tierra, pero la mayor parte no es apta para
su uso, de modo que la proporción que hay disponible para el hombre no llega al 1% del total.
La competencia por este recurso es cada vez más acusada, y como consecuencia, a pesar de que
el agua es, además de un bien económico, un patrimonio natural y cultural (Directiva Marco de
Aguas DMA, 2000), no obstante, en este trabajo nos centraremos en el valor de uso del agua de
riego, ya que podemos afirmar que:
“El agua tiene un valor económico en todos sus diversos usos en competencia a los que se
destina y debería reconocérsele como un bien económico”. Cuarto Principio Rector de la
Declaración de Dublín sobre el Agua y el Desarrollo Sostenible (1.992) 1 .
De todos los sectores que utilizan agua dulce, el sector agrícola- al que corresponde
aproximadamente el 70% de la extracción mundial de agua- es el menos rentable. Basándose en
estos datos, algunos defensores de la valoración económica del agua intentan fomentar los
“mercados del agua”, que al tener en cuenta el valor económico de ésta, intentan derivar este
recurso desde usos de escasa hacia otros de elevada rentabilidad, como está ocurriendo con el
aumento de los cultivos hortícolas, y de las zonas rurales en general a los sectores industriales y
urbanos (FAO, 2006). No obstante, la ausencia de “mercados de agua” reglamentados ha
contribuido a crear grandes distorsiones que imposibilitan determinar un precio eficiente de este
recurso.
Actualmente se riegan en España unos 3,4 millones de hectáreas, lo que representa el 7% de la
superficie nacional y el 13% de su superficie agrícola útil (SAU). A pesar de su limitada
extensión, estos sistemas agrarios suponen aproximadamente la mitad de la Producción Final
Agrícola, dada su elevada productividad. Hay distintos ratios que indican el aumento de
productividad de la tierra y el trabajo ligados al regadío, entre ellos tenemos:
1
En virtud de este principio, es esencial reconocer ante todo el derecho fundamental de todo ser humano a
tener acceso a un agua pura y al saneamiento por un precio asequible. La ignorancia, en el pasado, del valor
económico del agua ha conducido al derroche y a la utilización de este recurso con efectos perjudiciales para el medio
ambiente. La gestión del agua, en su condición de bien económico, es un medio importante de conseguir un
aprovechamiento eficaz y equitativo y de favorecer la conservación y protección de los recursos hídricos.
2
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•
Plan Nacional de Riegos, Horizonte 2008: Como promedio una hectárea de regadío
obtiene una producción 6 veces más valiosa que una hectárea de secano (datos 1996).
•
Berbel, (2007): El margen neto medio en 2002 del regadío frente a secano crece 4,4
veces de media (oscilando este ratio provincial entre 1,1 y 50).
La DMA destaca la importancia de realizar un análisis económico de los recursos hídricos y sus
usos para lograr alcanzar los objetivos económicos, específicamente la recuperación de costes
por los servicios derivados del agua, incluyendo los costes medioambientales del recurso para
cada uno de los tres sectores: agricultura, industria y uso urbano. El significado de esta
afirmación viene definido en detalle en la guía WATECO (CIS, 2003) que desarrolla el
concepto de “recuperación total de costes” basado en el concepto de recuperación de costes
relacionado con los “servicios del agua”.
En cualquier caso, la DMA reconoce el hecho de que la gestión de los recursos hídricos debería
incluir un análisis económico de las alternativas. Siendo más urgente en regiones donde la
escasez del agua es un problema crítico como sucede en las zonas mediterráneas. El presente
trabajo utiliza dos instrumentos para estudiar la demanda de agua en la Cuenca del Guadalquivir
(Sur de España).
El valor para el ser humano de los bienes o servicios que proporciona un determinado
ecosistema (como el agua o cualquier otro factor de producción), es justificado si se tiene en
cuenta la función de utilidad (Brown et al, 2006). El valor económico de algo es una medida de
su contribución al ser humano. En la teoría económica, el valor del agua puede ser tratado como
una “renta económica”, por ejemplo, podría ser considerado como un factor de producción
similar a la tierra. El uso agrario del agua (Garrido et al., 2004), a diferencia del uso para el
consumo humano, se utiliza como bien intermedio o factor de producción, por lo que su valor y
por consiguiente, la demanda que se hace de este bien por parte de los agricultores, es
consecuencia de su contribución para la obtención del valor de la producción agrícola.
Heal et al. (2005) proporciona una detallada descripción de métodos que hacen posible la
evaluación de los bienes y servicios que obtenemos de los ecosistemas y otras fuentes
bibliográficas disponibles nos permiten obtener descripciones completas, a partir de
aproximaciones de la función de producción que se usa para la estimación del valor de factores
de producción para un determinado bien de mercado.
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2.- Caso práctico: La Cuenca del Guadalquivir
La Cuenca del Guadalquivir se localiza en el Sur de España, tiene una superficie de 57.527 Km2
y una población de más de 4,2 millones de habitantes repartidos en 476 municipios (Figura 1).
El Plan Hidrológico del Guadalquivir recoge la gestión general de la cuenca y nos indica que la
media de recursos hídricos renovables de la cuenca (superficiales y subterráneos) está alrededor
de 6300 hm3/año (Ministerio de Medio Ambiente, 2006), mientras que el consumo bruto para el
2002 fue estimado en 3583 hm³/año (82% superficial y 18% subterráneo). La cuenca está
altamente regulada. La regulación superficial es del orden del 51% de la aportación natural y la
utilización media de los acuíferos unida al flujo de base de los cauces, procedente del drenaje de
aquellos, del orden del 55%, lo que indica un nivel de utilización de recursos elevado, con la
consiguiente vulnerabilidad del sistema ante sequías. El nivel de extracción es alto y existe una
gran fluctuación de precipitaciones, por lo tanto, el reparto de los derechos de uso de agua no
está garantizado.
Figura 1. Distribución provincial y autonómica de la Cuenca del Guadalquivir.
Fuente: Confederación Hidrográfica del Guadalquivir
La agricultura es el usuario más importante de los recursos hídricos (alcanzando un consumo del
86% del agua de la cuenca). El siguiente mapa nos muestra la localización de las principales
zonas de regadío (Figura 2). Para un análisis más detallado de la escasez en de las distintas
regiones europeas que incluye un estudio de la situación del Guadalquivir, ver Strossner et al,
(2007).
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Figura 2: Regadío en la Cuenca del Guadalquivir (Ministerio Medio Ambiente, 2006)
Los seis cultivos más importantes de la cuenca representan el 81 % de la superficie de regadío y
un 82% de la demanda de agua. En primer lugar nos encontramos con el olivar que ocupa un
45% de la superficie de regadío (supone el 31% de la demanda de agua), algodón ocupa un 10%
de la superficie (17% de la demanda de agua); arroz ocupa un 5% de la superficie (12% de la
demanda de agua); maíz ocupa un 6% de la superficie (10% de la demanda de agua); hortícolas
ocupan un 6% de la superficie (7% de la demanda de agua); y cereales de invierno
(principalmente trigo) ocupan un 8% de la superficie (6% de la demanda de agua).
La actual política de la cuenca se ha basado en una mejora de los sistemas de regadío a nivel de
parcela (promoviendo el cambio a riego por goteo) y también la modernización de los sistemas
de distribución (redes a presión). Cada agricultor recibe una cantidad de agua asignada por la
autoridad de cuenca como un “derecho de riego” o concesión. Las concesiones de agua
normalmente asignadas para un año estándar son de 6000 m3/ha, sin embargo, en el
Guadalquivir raramente se recibe el derecho completo y a menudo se permite solamente usar
una dotación mucho menor.
3.- Métodos de valoración económica del agua
Los recursos naturales son susceptibles de ser valorados económicamente. Existe una amplia
literatura sobre valoración del agua de regadío en la que aparecen métodos de valoración que
difieren tanto en la aproximación utilizada como en los resultados obtenidos. Una revisión de
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estos métodos la encontramos en los trabajos de (López y Berbel, 2002) y Young (2005) y que
resumimos en:
1- Método del valor residual y sus variantes.
2- Métodos basados en la productividad marginal
•
Trabajos basados en la función de producción.
•
Modelos econométricos.
•
Modelos de programación matemática.
3- Métodos basados en otras metodologías.
•
Precios hedónicos.
•
Valoración contingente.
El método del valor residual se describirá en el siguiente apartado, ahora pasamos a desarrollar
los demás métodos.
En el caso de utilización de funciones de producción, éstas se estiman a partir de datos de
campo en donde va variando la cantidad de agua aportada a la explotación, el agua es la variable
explicativa. Multiplicando dicha función por el precio del producto obtenemos la función de
ingresos, y al derivar con respecto a la cantidad de agua utilizada obtenemos el ingreso
marginal, asignándolo al valor del agua (Garrido et al., 2004). Un ejemplo de este enfoque es
Gibbons (1986) para obtener el valor marginal del agua.
El uso de modelos econométricos requiere de observaciones reales y se basa en analizar el
comportamiento de la demanda de agua ante variaciones en las cantidades consumidas de este
recurso y los respectivos costes de explotación. Un ejemplo del uso de este método podemos
verlo en Renzetti (1992) en un estudio sobre la demanda de agua en Canadá.
Por otro lado, los modelos de programación matemática permiten calcular funciones de
demanda de agua mediante relaciones matemáticas, asumen que el agricultor busca maximizar
los beneficios de su explotación teniendo en cuenta una serie de restricciones como agua, tierra,
maquinaria y mano de obra. (Varela-Ortega et al., 1998).
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Otro enfoque de valoración del agua sería el de los precios hedónicos, es un método de
valoración indirecta. Determina de que manera el uso de un recurso como es el agua influye en
el precio de un mercado bien definido como es el del precio de la tierra. Está basado en
comparaciones entre precios de fincas de regadío con precios de fincas de secano de similares
características, de forma que al calcular la diferencia podríamos obtener el valor del agua
(Young, 1996). Un ejemplo de este método es Petrie y Taylor (2006) y Mesa y Berbel (2007)
que realizan una aplicación para la Cuenca del Guadalquivir.
Finalmente se encontraría el método de valoración contingente, es muy usado para la
determinación del valor económico de bienes ambientales. Es una medida monetaria del cambio
en el bienestar de un individuo ante un cambio en la disponibilidad de un servicio ambiental.
Permite estimar empíricamente funciones de demanda a partir de los valores de disposición al
pago expresados por los usuarios del agua a través de encuestas, su utilidad en la valoración del
agua de riego ha sido cuestionada a pesar de que existen ejemplos en la literatura.
4.- Metodología aplicada: El método del Valor Residual
Para la realización del presente trabajo se ha optado por utilizar el método del valor residual,
según Pérez Roas (2003) es el más aplicado cuando se trata de valorar agua de riego. Con este
método se obtiene la contribución de cada insumo en el proceso de producción de un
determinado cultivo. Consiste en imputar como valor económico del agua la diferencia entre los
ingresos y todos aquellos costes excepto el del agua, el remanente final se equipara al valor
económico de este recurso. Un ejemplo de su aplicación es el estudio de Bate y Dubourg
(1997), donde obtiene la disposición a pagar en la región East- Anglia del Reino Unido,
Calatrava y Sayadi (2005) tiene un ejemplo en la Costa Tropical de Granada y Mesa-Jurado et al
(2007) donde se hace una primera valoración del agua de regadío de la Cuenca del
Guadalquivir.
Para la aplicación de esta metodología es necesario una búsqueda exhaustiva de información
sobre costes y producciones de las diferentes comarcas objeto de estudio. La hipótesis en la que
se basa este método forma parte de la Teoría Neoclásica Económica, esto es, los productores
maximizan sus beneficios y el valor total de la producción puede ser asignado a cada factor de
producción de acuerdo a su productividad marginal. La expresión matemática (1) recoge lo
anterior:
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Y = f ( X M , X H , X K , X L , XW )
(1)
Donde Y es el producto que de los diferentes factores de producción: materiales y
equipamientos (XM), capital humano (XH), capital propio (edificios, herramientas, vehículos…)
(XK), tierra (XL) y agua (XW). Si nosotros consideramos que el nivel tecnológico es constante y
el resto de factores variable, tenemos que el valor total de la producción es (2):
(Y ⋅ PY ) = (VMPM ⋅ X M ) + (VMPH ⋅ X H ) + (VMPK ⋅ X K ) + (VMPL ⋅ X L ) + (VMPW ⋅ X W ) (2)
Donde Y ⋅ PY representa el valor de la producción de Y; y VMPi es el valor del producto
marginal de cada uno de los factores, asumimos la hipótesis de que el total de la producción
puede ser asignado a cada uno de los factores de producción de acuerdo a su productividad
marginal. Teniendo en cuenta la hipótesis de maximización del beneficio, se deduce que la
solución óptima es el punto donde el agricultor consumirá cada factor hasta que VMPi =Pi, por
lo tanto si sustituimos Pi por VMPi en la ecuación (2), tenemos que:
(Y ⋅ PY ) = ( PM ⋅ X M ) + ( PH ⋅ X H ) + ( PK ⋅ X K ) + ( PL ⋅ X L ) + ( PW ⋅ X W )
(3)
Si somos capaces de obtener una buena estimación de todos los precios y cantidades de cada
uno de los factores, excepto del agua, despejando en (3) obtendremos la contribución del factor
agua en el valor total del producto: ( PW ⋅ X W ) que es la única incógnita de la ecuación. Como el
consumo de agua por cultivo es conocido, podemos conseguir el valor unitario del agua o precio
sombra del agua PW :
PW =
(Y ⋅ PY ) − [(PM ⋅ X M ) + (PH ⋅ X H ) + (PK ⋅ X K ) + (PL ⋅ X L )]
XW
(4)
La expresión (4) es la base del método del valor residual (Young, 2005) consiguiendo
finalmente el valor residual del agua (€/m3). Partiendo de (4) el valor por hectárea de todos los
factores puede ser calculado; la ecuación (5) supone un perfeccionamiento de ésta. Esta
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modificación es necesaria para que el valor del agua pueda ser calculada en “alta” o en “baja”;
si usamos la primera alternativa tenemos que:
R W 1 = [Y ⋅ PY ] − [(PM ⋅ X M ) + (PH ⋅ X H ) + (PK ⋅ X K ) + (PL ⋅ X L ) + C + E ]
(5)
E se asume como el coste de oportunidad o, en algunos casos, remuneración del empresario y C
como el capital propio de la finca (intereses al capital).
Si dividimos la renta del agua en alta (RW1) por W (consumo de agua por hectárea) obtenemos
el valor del agua (€/m3). La aplicación del modelo es sencilla una vez obtenidos todos los datos
necesarios.
Según Young (1996), algunas dificultades que podemos encontrar al utilizar el método del valor
residual, son la alta necesidad de tomar en consideración todos y cada uno de aquellos costes no
ligados a factores de producción materiales, dificultando la obtención de un buen estimador del
valor del agua. Si no conocemos la función de producción del cultivo, el valor residual o precio
sombra del agua obtenido es independiente de la cantidad de agua utilizada. La dificultad es
mayor en el caso de sistemas productivos multi- output. Pese a todo, es una metodología
utilizada por Agencias Públicas de todo el mundo para establecer sus tarifas de uso del agua de
riego (Calatrava y Sayadi, 2001).
5.- Elaboración del escenario tendencial 2015
El análisis de escenarios no constituye una herramienta para “predecir” el futuro. Por el
contrario, la finalidad principal de estos métodos basados en escenarios es realizar un trabajo de
prospectiva de dicho futuro de cara a orientar la toma de decisiones en la actualidad.
Nuestro objetivo es analizar la demanda de agua de riego y la evolución del valor del agua para
el horizonte 2015, coincidiendo con una de las revisiones de la DMA y justamente posterior al
final del período 2007-2013 de perspectivas financieras de la PAC.
En la literatura encontramos muchas referencias con respecto al diseño de escenarios, que nos
han permitido tener una visión global acerca de la gran utilidad que tienen para el diseño e
implementación de políticas. Algunos de los más importantes son Foresight Futures de la UK
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(Berkhout et al., DTI: 1999, 2002), Scenar 2020 (Comisión Europea, 2007), “Informe FFRAF”
(Foresighting Food, Rural and Agri-Futures) (SCAR, 2007), Prospect for Agricultural Markets
and Income (2006-2013) in the European Union (Comisión Europea, 2006), OECD-FAO
Agricultural Outlook 2007-2016 (OCDE-FAO, 2007), Ethanol expansion in the United States
publicado por USDA (2007) y el proyecto WADI (Berbel, J. y Gutiérrez, C., 2006).
Para la construcción de nuestro escenario 2015 nos hemos basado en la metodología utilizada en
los trabajos anteriormente citados. En primer lugar, hemos estudiado la tendencia de los últimos
años (2001-2004) de forma que la extrapolamos al año 2015, obteniendo como resultado un
Escenario Base o Tendencial.
La caracterización del escenario se ha hecho tanto de forma cualitativa como cuantitativa. En
una primera fase, se lleva a cabo el desarrollo de textos que describen los escenarios de futuro
elegidos que serán analizados. En una fase posterior, se han estimado los valores de los precios,
insumos clave y las superficies para nuestro escenario basándonos en los valores encontrados en
las distintas fuentes de información.
Como primer paso para la caracterización cualitativa debemos identificar las fuerzas motrices
que van a intervenir en la definición del escenario. Las decisiones de los agricultores a la hora
de planificar su cosecha vienen influidas por factores como los precios de venta de los cultivos,
los precios de los insumos intermedios necesarios, el riesgo que se asume con determinados
cultivos, muchas veces influido a su vez por el nivel de protección institucional que tengan, la
cuantía de las subvenciones y la forma en la que se perciben además de otros muchos otros
factores que pueden venir de restricciones externas.
Entre las fuerzas motrices podríamos diferenciar entre los condicionantes externos a la Unión
Europea y los internos.
Entre los externos, el más importante es la Política Comercial, influida fundamentalmente por
los acuerdos de la OMC, actualmente en la ronda de Doha, y acuerdos preferenciales con
terceros países como MERCOSUR, ACP, Mediterráneo... Podríamos considerar también como
factor externo la ampliación de la Unión Europea hacia los países del Este, dado que el simple
hecho de esta ampliación puede suponer una reducción en las ayudas dirigidas a España al
situarse por encima de la media de renta europea, dejando de ser Objetivo 1 buena parte de las
regiones que antes lo eran.
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Entre los internos, podemos considerar tres políticas como las más influyentes a la hora de
construir nuestros escenarios. Por una parte, y con un peso específico muy alto, se encuentra la
Política Agrícola Común, que influye notablemente en la decisión de cultivos del agricultor. Por
otro lado se encontraría la Política ambiental, principalmente representada por las directivas
europeas más importantes en esta materia como la Directiva Marco del Agua o la Directiva de
Nitratos, además de las medidas ambientales que ya incorpora la PAC (condicionalidad). Por
último, la Política energética tiene influencia en las decisiones de cultivo en tanto en cuanto los
biocombustibles van tomando protagonismo en la planificación energética.
El escenario cualitativo, como hemos mencionado anteriormente, se traslada al escenario
cuantitativo para poder proceder a la modelización de los resultados. Hemos utilizado el informe
de la Agricultural Outlook FAO-OCDE corregido con lo recogido por Gohin (2006) y USDA
(2007). Hay un acuerdo generalizado a la hora de determinar que el precio de las materias
primas va a experimentar un incremento (por ejemplo, trigo y maíz aumentarán su precio
alrededor de un 7% con respecto al nivel del 2005); también la soja y la colza incrementarán su
precio debido al impacto de la demanda para biodiesel. Con respecto a los factores de
producción consideramos la tendencia actual observada por Eurostat, donde encontramos que el
precio de los factores energéticos aumenta mientras que los factores no dependientes de la
energía fósil disminuyen su precio.
Suponemos constante los rendimientos de los cultivos y la tendencia observada durante el
periodo 2001-2004 para cultivos permanentes. La siguiente tabla ilustra el incremento de
precios para los principales cultivos e insumos:
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Tabla 1: Parámetros de definición de escenario tendencial
Nivel 2015
(% sobre 2005)
PRODUCTOS
INPUTS
superficie precios
(% sobre 2005)
Precios
Maíz
125
107 Semillas y plantas
Trigo
128
107 Energía
103
Olivar
125
104 Abonos
103
Cítricos
125
102 Pesticidas
95
103 Maquinaria
98
Remolacha
0
OTROS
94
Algodón
25
103
(% sobre 2005)
Arroz
90
103 Rendimiento
100
Girasol
165
105 Mano de obra
100
Frutales
135
108 Superficie regadío
107
Fuente: Elaboración propia
El coste unitario de la mano de obra se ha considerado constante ya que el incremento previsto
de salarios es compensado por un aumento de la productividad. El Escenario Tendencial 2015
asume un total desacoplamiento de las ayudas para ese año, de forma que no existirán ayudas
vinculadas a la producción y el apoyo por parte de la UE vendrá dado totalmente en forma de
pago directo. El “Chequeo médico de la PAC” que tiene lugar este año 2008 estima una
reducción del 13 % del importe de pago único debido a la modulación, esta cantidad se
destinará a financiar el 2º Pilar de la PAC. Para la construcción de la curva de demanda y el
cálculo del ingreso del agricultor nos hemos basado en una descripción completa del escenario
tendencial 2015 (descripciones cualitativas y parámetros cuantitativos) que pueden ser
encontrados en Mesa-Jurado y Berbel (2008).
Con respecto a las condiciones locales, la superficie de regadío de la cuenca crece un 7% con
respecto a la situación del 2005 debido a la superficie que está en proceso de puesta en riego
actualmente. Las nuevas superficies de riego se van a dedicar casi en su totalidad a cultivos
leñosos (olivar y cítricos), se reduce la superficie dedicada a algodón, remolacha (desaparece
totalmente) y arroz (debido a su baja rentabilidad) que será sustituida principalmente por trigo,
girasol y maíz incentivados por los altos precios de las materias primas y las ayudas a cultivos
energéticos de la Directiva Europea de Biocombustibles 2003/30/CE.
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6. – Resultados
Los datos utilizados para la aplicación del modelo están basados en fuentes secundarias para las
funciones de producción, precios de insumos y productos, coeficientes técnicos y superficies de
cultivo. El punto de partida para el análisis del valor residual es el año 2005.
La figura 3 ilustra el valor del agua para el olivar que varía según en la comarca en la que nos
encontremos debido a las condiciones específicas de cada una de ellas. La media por comarca
es de 0,47 €/m3 y la media de comarcal del valor residual global arroja un valor de 0,25€/m3. La
figura también nos muestra la variabilidad del valor del agua entre cultivos y entre comarcas.
Figura 3. Valor del agua para el olivar (aceite) y la media comarcal del valor del agua
Fuente: Elaboración propia
Para la agregación de los valores residuales a nivel cuenca hemos utilizado 50 unidades
territoriales (comarcas con aproximadamente 10 municipios cada una de ellas), en cada una de
esas comarcas se pueden dar 24 posibles cultivos por lo que teóricamente trabajaríamos con
1200 posibles valores residuales de agua, pero en la práctica esta cifra se reduce ya que alguno
de esos cultivos no son viables en todas las comarcas de la cuenca. El arroz, por ejemplo,
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solamente puede ser cultivado cerca del estuario del río (comprende 4 comarcas), las
plantaciones de cítricos están restringidas por el clima a unas 10 comarcas y el olivar no es
posible cultivarlo en las zonas bajas de la cuenca. Por lo tanto, finalmente tenemos alrededor de
600 valores residuales, cada uno de ellos asociados a un determinado consumo de agua.
Integramos estos datos para calcular el valor agregado con respecto al consumo de agua en la
cuenca; esto recoge en la figura 4 que se muestra a continuación.
El resultado obtenido es un valor residual medio de 0,25 €/m3 y 0,19 €/m3 para el 2005 y el
escenario 2015, respectivamente. El valor del agua disminuye un 30%, así es que teóricamente
la nueva PAC debería reducir la presión ejercida sobre el recurso.
Figura 4. Escenarios de VAB-Consumo para el agua de riego en el Guadalquivir
2005/2015
Fuente: Elaboración propia
La figura adjunta recoge una simulación, en base a los datos anteriores, de la evolución de la
relación VAB/demanda de agua. Hay que entender que la demanda es superior a los recursos
disponibles para riego (estimados como diferencia entre recursos totales menos usos prioritarios
y con el valor de 2.854 hm3 para 2008), que se supone que no cambian sensiblemente en
relación a las disponibilidades para riego, ya que los nuevos embalses compensan el aumento de
recursos destinados a usos ambientales, urbanos e industriales. Contamos con la existencia de
un ‘contexto de escasez’ por el cual las dotaciones reales que reciben los agricultores implican
el riego deficitario de los cultivos, especialmente de aquellos que se adaptan bien a la sequía
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(trigo, girasol, olivar). Los datos que han permitido generar este cuadro se muestran en la tabla
que define el aumento de superficies de 2015 respecto a 2005. Por otro lado, hay que tener en
cuenta que la superficie total prevista para 2015 es de 770.000 ha.
Se representa la demanda potencial de agua basada en la ETP según Penman (metodología del
MMA). En esta figura ya se incluye un mayor aumento de la superficie de riego (60.000 ha
sobre la base de 2005) y una mejora de la eficiencia del transporte y riego. Hay que tener en
cuenta que el consumo de agua es inferior al que estimamos según la ETP, ya que los cultivos se
adaptan a las dotaciones disponibles, inferiores a la ETP máxima, especialmente con los
cultivos mediterráneos y/o adaptados a la sequía: olivar, trigo, girasol que aunque podrían
consumir hasta 5.000 m3/ha de una forma económicamente rentable, en la práctica suelen
conformarse con dotaciones muy inferiores (p.ej. 1.000 m3/ha), consiguiendo, no obstante,
rentabilizar el agua aportada.
La base del modelo es la teoría del “agotamiento del producto”, esta está definida en la ecuación
(5), y la distribución del margen neto entre los factores de producción para el 2005 es la que
sigue: el agua se lleva el 62%, tierra 20%, mano de obra familiar 8%, remuneración 5% y
capital propio es 4%. Los valores cambian en 2015, pasando a ser 62 % para el agua, la tierra
disminuye a 12 %, la mano de obra familiar aumenta a 13%, remuneración 6% y capital propio
es 8%. La figura 5 muestra el cambio en la distribución del margen neto entre los factores de
producción.
Figura 5.Distribución del margen neto entre los factores de producción 2005 vs. 2015
1.400
2005
2015
1.200
1.000
€/ha
800
600
400
200
0
Mano de obra familiar
(€/ha)
Remuneración (€/ha)
Capital propio (€/ha)
Tierra (€/ha)
Renta del agua en
alta(€/ha)
Fuente: Elaboración propia
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Se observa en la figura como la reducción del margen neto implica un decremento en el valor
para alguno de los factores de producción, especialmente la renta de la tierra (regadío) y el valor
residual del agua mientras que el resto de factores (mano de obra, remuneración, interés del
capital propio) mantienen el mismo nivel.
El margen neto es el valor de la producción agrícola menos los costes variables y fijos y se
considera que es la remuneración de los factores fijos (clásicamente tierra, trabajo y capital). En
la figura 6 podemos observar la reducción de determinados indicadores económicos agrarios,
especialmente el valor de la producción experimenta una gran caída debido a que las ayudas en
el Escenario Tendencial 2015 ya no están vinculadas a la producción. El escenario predice un
cambio hacia cultivos leñosos (olivar y cítricos) que tienen un alto valor añadido y bajo
porcentaje de subvenciones pero la reducción en mano de obra es muy pequeña.
Figura 6. Comparación entre indicadores económicos para el 2005 vs. 2015
Indicadores económicos 2005 vs 2015
3.500
3.000
€/ha
2.500
2.000
2005
1.500
Escenario 2015
1.000
500
0
Producción
VAB
Margen Neto 2005 vs.
Margen Neto+Pago único
2015
Mano de obra
Indicadores económicos
Fuente: Elaboración propia
La figura 6 muestra la comparación entre el Margen Neto 2005 y el Margen Neto + Pago único
correspondiente al Escenario 2015 de forma que se puede observar el ingreso derivado de la
actividad agraria familiar.
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Una debilidad del análisis es que hemos supuesto un crecimiento en cultivos permanentes de
acuerdo a la actual tendencia, lo que implica que la superficie de olivar
y cítricos se
incrementaría en un 25% para el periodo 2005-2015 ocupando las nuevas superficies puestas en
regadío y sustituyendo parte de la superficie ocupada por cultivos herbáceos. Se considera que
el agua se traspasa de cultivos con bajo valor (cereales) a otros con un valor más alto (cítricos y
olivar). Al tener en cuenta la tendencia observada en el pasado reciente no estamos teniendo en
cuenta quizás este proceso que se aceleró por el impacto de la nueva PAC.
7.- Conclusiones
En nuestro trabajo presentamos el análisis de la demanda del agua bajo diferentes escenarios. El
valor agregado a nivel cuenca es obtenido a partir de la función que relaciona el valor del agua
(precio) con el consumo del regadío.
Podemos destacar que el valor del agua se reduce como consecuencia de la nueva política
agraria, sin embargo, la demanda de agua sigue siendo la misma a efectos prácticos. El análisis
del escenario tendencial muestra que no puede confiarse en la reducción de la rentabilidad de
los cultivos para esperar que se reduzca la presión sobre el recurso, ya que lo que va a ocurrir
previsiblemente es que la rentabilidad relativa regadío-secano se mantenga en los diferenciales
actuales (como media en esta cuenca el ratio de riego/secano en VAB es 4,5 veces). Por otra
parte, la demanda ‘potencial’ entendida como el suministro a los cultivos de la cantidad de agua
correspondiente ETP máxima es muy superior a las dotaciones existentes actualmente, y esa
situación se mantiene en el escenario 2015 tendencial.
En consecuencia, las medidas de ahorro y eficiencia que se están llevando a cabo actualmente
deben partir de que la situación de presiones sobre el recurso y de dotaciones escasas se
mantendrá previsiblemente en el futuro. Teniendo como resultado que los recursos disponibles
para riego seguirán siendo menores en esta cuenca que la demanda existente.
Finalmente, queremos resaltar que el valor del agua contribuye al VAB de la agricultura de
regadío en el Guadalquivir en un 30% lo que evidencia la importancia de este recurso como
creador de valor en el sistema agrario.
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8.- Agradecimientos
Este trabajo ha sido posible gracias a la financiación del proyecto FUTURPAC (Análisis
Prospectivo de la Sostenibilidad de los Sistemas agrarios nacionales en el marco de la PAC). Nº
de Referencia: AGL2006-05587-C04-02/AGR y del proyecto VANE del MMA coordinado por
la Universidad de Alcalá de Henares.
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