Download Efectos de la Erupción del sistema volcánico Puyehue

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Mitos y realidades del efecto de las cenizas volcánicas sobre los peces en
Patagonia norte
Este Documento Surge a Partir de Reuniones Mantenidas por Miembros de Administración de Parques
Nacionales, Universidad Nacional del Comahue, INIBIOMA, Asociación De Pesca y Caza y Asociación y
Asociación de Guías de Pesca
Dr. Leonardo M. Buria1 , Dr. Pablo H. Vigliano2
1 Administración de Parques Nacionales, 2. Universidad Nacional del Comahue
La erupción volcánica del sistema PuyehueCordon Caulle ocurrida el día 4 de Junio del
corriente y la continua emisión de cenizas ha
motivado la aparición de numerosas noticias
relativas a los posibles efectos de su
deposición sobre los cuerpos de agua y, en
particular, sobre los peces que los habitan. Una
gran parte de la información volcada a los
medios de difusión masiva sostiene, en mayor
o menor medida, que los peces y la
reproducción natural en la zona se verían
significativamente afectados y que ello daría lugar a una pobre temporada de pesca
recreacional el próximo verano. Incluso estas informaciones han llegado a aventurar
posibles efectos negativos a largo plazo, indicándose que se podría ver reducida la
calidad de la pesca durante temporadas futuras.
Esta información, sumada a la genuina preocupación de quienes frecuentan los
ambientes con motivo de la práctica de
pesca, impulso una reunión que coordinó la
intendencia del Parque Nacional Nahuel
Huapi donde se analizó la temática. Del
encuentro participaron personal Jerárquico,
Técnico y Guardaparques del PN Nahuel
Huapi y Delegación Regional Patagonia de
la APN, especialistas en evaluación y
manejo de peces de la Universidad Nacional
del Comahue, representantes de la
Asociación de Guías de Pesca y miembros del Club de Caza y Pesca Nahuel Huapi.
En base a diferentes resultados de acciones de monitoreo de los distintos organismos,
salidas de evaluación de las poblaciones peces y de nutridas observaciones de
campo, se evaluó el estado de situación actual y lo acertado o no de la información
que ha circulado sobre efectos de esta erupción en los peces. Como resultado se pudo
establecer que la información que ha circulado fue, al menos, alarmista y no se
encuentra basada en datos concretos de monitoreos ni evaluaciones integrales con
metodologías apropiadas de análisis, fundamentándose principalmente en
especulaciones personales sobre escasas observaciones puntuales.
Para entender esta última aseveración hay que considerar diversos aspectos. Entre
ellos es importante mencionar que los posibles efectos de la ceniza sobre los peces
dependen de la cantidad y características del material que cae en un sitio
determinado. En tal sentido las zonas cercanas al punto de erupción y bajo influencia
directa
del
viento
recibirán
cantidades mayores de material
que sitios alejados y así los
eventuales efectos son diferentes
en
el
área
afectada.
Si
consideramos la cabecera de la
gran cuenca del río Limay y la
ceniza caída en sus distintos
sectores,
vemos
que
los
ambientes cercanos al volcán (ej.
Brazo Rincón del Lago Nahuel
Huapi y Lago Espejo) han sido
más afectados que otros sectores y ambientes cercanos (ej. brazos Blest y Tristeza
del Lago Nahuel Huapi y Lago Gutiérrez) donde llegó menos material volcánico. Este
patrón se ve claramente también en los arroyos, donde el efecto de las cenizas
disminuye rápidamente hacia el Este y Sur de la cuenca.
La situación descripta entre sectores de la misma cuenca implica una disminución de
los impactos sobre los peces que, por su alta movilidad, se desplazan y alejan
temporalmente de los sitios más afectados a ambientes más estables y menos
comprometidos (ej. de arroyos a lagos). La ausencia de mortalidades masivas de
peces en la alta cuenca y aun en los sitios más afectados luego de la caída de cenizas
apoya lo mencionado arriba. Adicionalmente, distintos análisis de muestras de peces
de varios sitios de la cuenca indican que los mismos se encuentran en muy buen
estado sanitario.
En cuanto a los posibles efectos en la producción de nuevas generaciones de peces
hay que considerar nuevamente el efecto diferencial sobre toda la cuenca. Como ya se
mencionó una gran parte de los arroyos de la misma (ej. los arroyos del sistema del
Catedral que desaguan hacia el lago Gutiérrez o el propio lago Nahuel Huapi) no han
sido severamente afectados. Dado que los salmónidos en el lago Nahuel Huapi y otros
ambientes de la alta cuenca no muestran fidelidad a determinados arroyos y que
existe un conjunto común de especies cabe esperar que los sitios más afectados no
sean utilizados para la reproducción esta temporada y los peces desoven en sitios
alternativos. Por otra parte la eventual pérdida de ejemplares (por migración o
muertes) en los ambientes más afectados será compensada por repoblamiento desde
lagos y ríos de mayor caudal que pertenecen a la cuenca.
Algunas notas han enfatizado la necesidad de comenzar a sembrar salmónidos en
forma urgente para “reparar el supuesto daño”. Sin embargo no consideran que si
hubiera habido efectos negativos en determinados ambientes sobre los peces también
debería esperarse un impacto aun más severo sobre los invertebrados de los que
dependen para alimentarse (por su mayor susceptibilidad y menor capacidad de
migración). Entonces qué sentido tendría sembrar juveniles si no hay alimento para
ellos, además los peces sembrados competirían por el alimento con los que hubiera en
el ambiente con consecuencias negativas para ambos grupos de peces.
Un aspecto importante a considerar es que pescas de monitoreo realizadas con
equipos de pesca deportiva durante Septiembre por la Asociación de Guías de Pesca
y miembros del Club de Caza y Pesca Nahuel Huapi acompañados por personal del
PN Nahuel Huapi, puso en evidencia la presencia de peces saludables en diversos
estadios de reproducción en lagos, y ríos de la zona (incluso en áreas muy afectadas).
También se observó que algunos de los principales sitios de desove del río Limay y de
arroyos de la cuenca no se vieron mayormente afectados, comprobándose la
presencia de una nutrida población de peces en los mismos.
Un aspecto muy relevante a considerar es que en los múltiples análisis de muestras de
agua desde el inicio de la caída de cenizas no se registran cambios significativos en
los principales parámetros químicos y físicos que pueden afectar a los peces. Es decir
que los efectos negativos principales de las cenizas se pueden relacionar con su
presencia física y no con otros elementos que ellas pueden acarrear y eventualmente
depositar en el agua. Esto apoya los resultados de las prospecciones que no han
demostrado la existencia de mortandades masivas que se podrían asociar a cambios
bruscos de las condiciones del agua. Esta situación difiere de lo observado en varios
ríos de Chile cercanos al volcán donde se produjo un gran incremento de la
temperatura del agua (más de 20º en algunos casos) que provocó importantes
mortalidades de peces.
Si bien no se han registrado efectos significativos sobre los peces desde que se inició
la erupción, cabe preguntarse cuál será el efecto a mediano y largo plazo de este
evento. Ante esta pregunta debemos considerar algunos de los efectos principales
sobre los lagos, ríos y arroyos.
Una de las principales modificaciones en los lagos se halla relacionada con las cenizas
depositadas en la superficie del mismo, ya que una parte de estas flota y es
eventualmente arrastrada o depositada en las orillas, otra fracción sedimenta hasta el
fondo y una tercera fracción entra en suspensión y tardará un tiempo considerable en
sedimentar. Esta última es la responsable del cambio de coloración y de la
disminución de la transparencia del agua lo que puede tener como principal efecto
biológico una disminución de la producción del fitoplancton. Este grupo de organismos
es el alimento de base de toda la
cadena alimentaria. Es decir es el
alimento de los invertebrados y peces
pequeños de los que a su vez se
alimentan los grandes peces (ej.
truchas y percas). Por lo tanto si se
mantiene mucho tiempo el sedimento
en el agua podría disminuir la
producción de fitoplancton afectando
a mediano y largo plazo, a toda la
cadena alimentaria y disminuyendo la
abundancia o la condición de los
peces. Sin embargo también hay que considerar que las cenizas volcánicas pueden
tener un efecto inverso (fertilizador), por el cual la producción del fitoplancton se puede
ver aumentada. De esta forma en varios lagos del hemisferio norte se ha visto un
incremento de todos los grupos en años posteriores a erupciones volcánicas,
generando aumentos del número y tamaño de algunas especies de peces de valor
deportivo.
En relación a los ríos y arroyos el efecto primario negativo sobre los organismos
dependerá del continuo arrastre y deposición de cenizas en los fondos. De esta forma
la taza de depósito, los volúmenes de ceniza, la velocidad de la corriente, tamaño del
cauce, así como la distancia y localización con respecto al centro de emisión serán
importantes para atenuar o no el efecto de la ceniza en estos ambientes. Es esperable
que en las inmediaciones al sitio de emisión del volcán los ríos y arroyos menores se
despueblen temporalmente por migración de peces hasta que los volúmenes de
material arrastrado sean menores. También se puede observar en algunos arroyos
una aparente merma en las abundancias de algas e invertebrados que requiere
mayores estudios para evaluar su evolución ya que de ellos dependen los peces –
principalmente los juveniles-. Aunque esto fuese así, es esperable una rápida
recuperación de las poblaciones de algas e invertebrados en los arroyos ni bien
disminuya el arrastre y el depósito de material con la consecuente recuperación
también de las poblaciones de peces.
Cabe mencionar además que tanto los peces nativos como los introducidos en
Patagonia han evolucionado en contextos geológicos donde sus antepasados han sido
sometidos en múltiples ocasiones a este tipo de episodios. Es por este contexto
histórico que cabria esperar que cualquiera haya sido el efecto sobre los mismos
eventualmente se recuperen naturalmente, máxime teniendo en cuenta como ya se
mencionó que el efecto mayor es sobre una porción de la cuenca.
Por lo expuesto es claro que los efectos de esta erupción sobre las poblaciones de
peces de la cuenca del río Limay no representan en la región un fenómeno puntual y
que, si bien se puede extender en
el tiempo, no se puede predecir en
este momento el impacto global
-positivo o negativo- para la
conservación y las pesquerías
recreacionales de la región. Es por
eso
que
no
se
deberían
implementar supuestas medidas
de
recuperación
de
las
poblaciones de peces sin que se
completen los estudios pertinentes
sobre el estado actual y evolución
futura de las poblaciones. La implementación de medidas de este tipo tomadas sin
evaluación pueden ser contraproducentes para el ambiente y las poblaciones de peces
afectando gravemente las pesquerías recreacionales de esta importante cuenca.
La pregunta entonces es: ¿qué hacemos?. En principio es necesario establecer el
grado y tipo de efecto para los peces en distintos ambientes y monitorear la evolución
de dichas poblaciones en el tiempo. Solo así se podrán establecer medidas de
manejo, con probabilidad cierta de éxito, sin desperdiciar recursos en medidas no
conducentes y hasta eventualmente adversas para la conservación del recurso.
En tal sentido, en la gran cuenca del río Limay hay una serie de planes en marcha
donde se están evaluando y monitoreando las poblaciones de peces. Así grupos
técnicos y de investigación de la Universidad Nacional del Comahue e INIBIOMA, el
CEAN, la Dirección General de Biología Acuática de Neuquén, la Autoridad
Interjurisdiccional de Cuencas, el Parque Nacional Nahuel Huapi y la Delegación
Regional Patagonia de la APN están desarrollando trabajos en relación a diversas
temáticas tales como calidad de aguas, tramas tróficas de lagos y ríos, poblaciones de
peces y el impacto de las cenizas sobre distintos componentes. Estos proyectos de
corto, mediano y largo plazo brindarán conjuntamente la información necesaria para el
correcto manejo de los recursos acuáticos de la región basados en datos sólidos y no
en especulaciones y/o aproximaciones no técnicas.