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EL DOLOR Y LA MESOTERAPIA.
Desde que en 1958, el ilustre médico francés, Michell Pistor, descubriera el
papel de la procaína aplicada a nivel intradérmico como fármaco vasodilatador,
se ha estudiado en profundidad (sobretodo en Francia, algo menos en nuestro
país) la mesoterapia como técnica terapéutica en infinidad de patologías. No
cabe ninguna duda, que la terapia antiálgica (tratamiento del dolor), es una de
las indicaciones “princeps” de esta terapia tan eficaz como desconocida en
nuestro medio. El máximo exponente en cuanto a estudios de mesoterapia en
España actualmente, sigue siendo el Dr. Ignacio Ordiz (Oviedo), cuyos estudios
en la Escuela Deportiva de la Universidad de Asturias han servido para
demostrar la importancia de esta técnica en patología traumatológica y
reumática. Referencia en www.ordizmesoterapia.com
“El dolor forma parte de multitud de enfermedades como síntoma de inicio de
las mismas y como perpetuación de procesos crónicos de cualquier índole”.
¿Qué es el dolor?.
El dolor se define como la sensación subjetiva de malestar que cada individuo
manifiesta como respuesta a una agresión física o psíquica englobado en el
contexto de un estado de “no salud”. Lógicamente, dependiendo del umbral
doloroso de cada individuo, la intensidad del dolor variará mucho de unas
personas a otras. Lo que no varía en cualquier caso es la incapacitación
sociolaboral y de la vida cotidiana que el dolor produce en los individuos que lo
sufren. Y esta incapacitación se ve particularmente agravada en los casos de
enfermedades crónicas que se mantienen a lo largo del tiempo. “El dolor
duele” y se debe erradicar.
¿Cuántos tipos de dolor existen?.
El dolor como síntoma es siempre una manifestación de defensa o de aviso de
una patología de base subyacente. Ante un dolor, de manera genérica, el
profesional médico debe preguntarse cuál es la causa, su etiología, para, en la
medida de lo posible, actuar sobre esa causa y no sobre el dolor en sí. En
ocasiones la manifestación dolorosa es evidente: dolor en el dedo índice
izquierdo que se produce al seccionarlo mientras se corta jamón en casa. La
manera de solucionarlo, a parte de administrar un analgésico mientras perdure
el dolor es suturar la herida. Ahora bien, en ocasiones la causa del dolor no es
tan evidente ni tan simple. Suelen coexistir múltiples factores que influyen en
que el dolor, como síntoma de una patología de base, se perpetúe a menos que
se reconozca su etiología (procesos reumatológicos crónicos, fibromialgia,
dolores miofasciales, dolores lumbociáticos, cervicalgias, dorsalgias, procesos
artrósicos, esguinces crónicos etc…).
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¿Cómo se actúa frente al dolor?.
Es lógico pensar que para aliviar el dolor lo mejor es utilizar fármacos que
actúen sobre dicho dolor. Lógico. Ahora bien, las maneras de actuar son
múltiples y cada una de ellas posee unas ventajas y unos inconvenientes. Si nos
duele la cabeza lo lógico es pensar en administrar un analgésico. Si por el
contrario, el dolor sobreviene como consecuencia de un proceso inflamatorio, lo
lógico será administrar un antiinflamatorio. Todo el mundo, en la sociedad en
la que vivimos, sabe lo que es un analgésico o un antiinflamatorio. ¿Quién no
se ha tomado un Termalgín o un Nolotil?.
¿Cómo se actúa correctamente frente al
dolor?.
Aplicando la máxima ante cualquier acto médico: “primum non nocere” (“lo
primero no dañar”). Es decir, el dolor se debe abordar desde un punto de vista
multidisciplinar y personalizado por parte del profesional y nunca olvidando
que el fin es eliminarlo actuando de base. Un dolor de muelas no se debe
siempre a un flemón. Por ejemplo, para un dolor consecuencia de una
lumbalgia, se debería indagar el porqué de esa lumbalgia: ¿se debe a un
problema del esqueleto óseo?... ¿se debe a un problema de sobreesfuerzo
muscular?... ¿se debe a un problema de resolución quirúrgica?... ¿o por el
contrario se debe a un problema de mayor gravedad?. En cualquier caso, es el
especialista médico el que debe disipar estas dudas y en función de la causa
aplicar una u otra terapia.
¿Qué técnicas terapéuticas existen para
mitigar el dolor?.
1. La vía oral (V.O.) en sus distintos formatos (comprimidos, cápsulas …).
Esta vía de administración es la más utilizada en nuestra sociedad.
Multitud de laboratorios médicos compiten por demostrar que sus
productos son los más eficaces y al mismo tiempo esta prescripción es la
más cómoda y sencilla de realizar por parte de los profesionales
médicos. Por otra parte, la inmensa mayoría de fármacos analgésicos,
antiinflamatorios y relajantes musculares, están subvencionados por el
INSS (Instituto Nacional de la Seguridad Social) con lo que al paciente
también le resulta más cómodo. Ahora bien, los antiinflamatorios
administrados por V.O. no están exentos de efectos secundarios
(sobretodo a nivel gástrico) por lo que es una norma habitual y correcta
el asociar a éstos un protector gástrico, sobretodo en procesos que
requieren tratamientos prolongados contra el dolor. Las dosis de estos
medicamentos varían dependiendo de las características de cada uno y
el número de tomas diarias, por norma general, suelen ser de 2 a 3,
porque el efecto de cada comprimido no suele ser superior a 12 horas.
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2. La vía intramuscular (I.M.). Las famosas inyecciones. En este caso el
efecto suele ser más duradero (por norma con una inyección diaria suele
ser suficiente para calmar el dolor), aunque los efectos secundarios a
nivel gástrico también aparecen.
3. La vía parenteral, intravenosa (I.V.). Se suele utilizar en los
servicios de urgencias para calmar de manera efímera e inmediata un
dolor de gran intensidad. Esta vía tiene la ventaja de ser muy rápida en
cuanto a comienzo de acción. Pero en procesos crónicos, no se puede
mantener una vía I.V. a menos que el paciente se encuentre
hospitalizado y controlado por personal especializado.
4. La vía subcutánea (S.C.). Su aplicación más frecuente es para las
inyecciones de insulina en diabéticos.
5. La vía intradérmica (I.D.). Esta es la vía que utiliza la mesoterapia.
A este nivel, la piel tiene la capacidad de captar y ampliar la señal del
medicamento inyectado, de tal manera que los efectos obtenidos se
mantienen en el tiempo mucho más que con cualquier otra vía de
administración. La aplicación consiste en realizar multiinyecciones poco
dolorosas de microdosis de medicación a menos de 4 mm. de
profundidad de la epidermis, obteniendo varias ventajas con respecto a
las vías de administración antes nombradas:
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Aumentar el tiempo que el paciente se encontrará libre de
dolor.
Evitar efectos secundarios de daño del estómago.
Inyectar cantidades menores de medicación y obtener
mayores efectos antiálgicos.
Realizar menos sesiones que con cualquiera de las otras vías.
Abaratar el coste del tratamiento.
Perpetuar la erradicación del dolor y aumentar la calidad de
vida.
¿Qué patologías, que cursan con dolor, se
benefician de la mesoterapia?.
1.
2.
3.
4.
Procesos artrósicos.
Procesos miofasciales (fibromialgia).
Procesos lumbociáticos.
Procesos de cervicalgias y/o dorsalgias con o sin componente muscular
asociado.
5. Procesos de alteración de estructuras ligamentosas (esguinces agudos o
crónicos).
6. Procesos tendinosos (tendinitis: epicondilitis).
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¿Qué patologías que cursan con dolor NO se
benefician de la mesoterapia?.
1. Patologías cuya curación pasa por una técnica quirúrgica claramente
indicada.
2. Patologías terminales que requieren hospitalización y tratamiento del
dolor.
En definitiva, la mesoterapia brinda la posibilidad de hacer “más con menos”:
más efecto terapéutico con menos medicación, con menos efectos secundarios
(punto muy importante en pacientes ancianos que toman mucha medicación) y
menos coste, aunque sin duda, será la propia experiencia y la pericia del
mesoterapeuta la que conseguirá unos resultados u otros.
Por norma general se establecen los siguientes protocolos de actuación
mesoterapéutica:
1. Dolores agudos: primera sesión en primera visita tras filiar la
patología; 2ª sesión a los 4-5 días; 3ª sesión a los 7 días; 4ª sesión a los
15 días; 5ª sesión a los 21 días… hasta alcanzar el denominado “ritmo
biológico del dolor” (periodo de tiempo en el cual el paciente se
encuentra libre de dolor).
2. Dolores crónicos: 3 sesiones espaciadas cada una 7 días, hasta
alcanzar el ritmo biológico del dolor.
Posteriormente, será el propio paciente el que marcará la periodicidad de las
sesiones, pudiendo encontrarse libre de dolor hasta 6 meses dependiendo de la
persona y la patología que presente.
Dr. A. J. GOMIS DEVESA.
MEDICINA BIOLÓGICA Y MESOTERAPIA.
Nº Col: 03-46/18752.
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