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sumario AJH (Ed. Esp.) 2001; 3: 288-295 OCTUBRE 1997-VOL. 10, N.º 10, PARTE 2 AJH- Original Inhibidores de la ECA, beta-bloqueantes, bloqueantes del calcio y diuréticos para el control de la hipertensión sistólica Trefor Owen Morgan, Adrianne I.E. Anderson, Robert Jeffrey MacInnis El objetivo de este estudio fue determinar cuál de los grupos comunes de antihipertensivos es más eficaz para reducir la presión arterial sistólica (PAS) en ancianos con hipertensión no tratada previamente y el porcentaje de pacientes controlados con monoterapia única o secuencial. Se seleccionaron los sujetos a partir de pacientes que acudían a otras clínicas ambulatorias. Participaron en el estudio si la PAS era superior a 150 mm Hg después de tres visitas. Los pacientes recibieron una dosis baja y alta de cada una de las principales clases de fármacos o placebo durante un mes cada uno. El estudio fue equilibrado, con diseño aleatorio transversal con cinco períodos: placebo; inhibidores de la enzima conversora de angiotensina; β-bloqueantes; bloqueantes del calcio y diuréticos tiacídicos. La presión arterial (PA) se midió 24 a 26 horas después de la última dosis. Se facilitó un cuestionario para determinar los efectos secundarios en cada visita. Setenta y cuatro pacientes participaron en el estudio. Los β-bloqueantes no pudieron usarse en 15 pacientes debido a asma o broncoespasmo y éstos recibieron dos períodos de placebo (P). Nueve de 66 pacientes recibieron P, 9 de 46, β-bloqueantes, 4 de 65, bloqueantes del calcio, 4 de 65, diuréticos y 1 de 62, inhibidores de la ECA que no progresaron a la dosis más alta debido a efectos secundarios. Los descensos de la PAS con los distintos fármacos comparados con el placebo aleatorio fueron: bloqueantes de los canales de calcio 15 L a presión arterial elevada (PA), que tiene un efecto negativo sobre el pronóstico, se hace cada vez más frecuente al envejecer la población. La presión arterial sistólica (PAS), en particular, aumenta, mientras que la presión arterial diastólica (PAD) puede permanecer igual o incluso descender. Esta elevación de la PAS es más predictiva de morbilidad y mortalidad que la PAD. En el Estudio Departamento de Fisiología, Universidad de Melbourne y Clínica de Hipertensión, Campus Repatriación, ARMC, Heidelberg, Victoria, Australia © 2001 by the American Journal of Hypertension, Ltd. Published by Elsevier Science, Inc. mm Hg = diuréticos 13 mm Hg > inhibidores de la ECA 8 mm Hg = β-bloqueantes 5 mm Hg. El descenso de la presión arterial se correlacionó con el placebo (p<0,0005, r=0,53 a 0,70). Cuando se corrigió respecto al placebo, entre el 6% y el 15% de los pacientes en monoterapìa alcanzaron la PAS objetivo (< 140 mm Hg). La monoterapia secuencial consiguió el objetivo en el 29%. Los inhibidores de la enzima conversora de angiotensina, los bloqueantes del calcio y los diuréticos no tuvieron más efectos secundarios que el placebo. Los pacientes tratados con βbloqueantes tuvieron más efectos secundarios y se redujo la puntuación de bienestar. En ancianos, los diuréticos y los bloqueantes del calcio son más eficaces para reducir la PAS. Los β-bloqueantes fueron relativamente ineficaces, y frecuentemente estuvieron contraindicados y produjeron efectos secundarios. La monoterapia sólo consiguió el control en un número pequeño de pacientes. En pacientes ancianos con hipertensión esencial, debería instituirse un tratamiento con diuréticos o bloqueantes del calcio, pero generalmente es necesario el tratamiento combinado para conseguir el objetivo. Am J Hypertens 2001; 14: 241-7. Palabras clave: Hipertensión, inhibidores de la enzima conversora de angiotensina, β-bloqueantes, bloqueantes del calcio, diuréticos, hipertensión sistólica, ancianos. de Hipertensión Sistólica en Ancianos (SHEP) se ha demostrado que el tratamiento de la hipertensión sistólica con un sistema basado en un diurético ha reducido el número de episodios cerebrovasculares y coronarios. El estudio del Consejo de Investigación Médica (MRC)4 y el Estudio Sueco de Ancianos con Hipertensión (STOP)5, ambos realizados con ancianos, han demostrado que se produce una mejoría en la mortalidad por ictus, infarto de miocardio y muerte súbita, usando un tratamiento diurético que contenía un diurético liberador de potasio. En estos dos estudios, los diuréticos parecían ser más eficaces que 0895-7061/97/$17.00 PII S0895-7061(97)00327-0 HIPERTENSIÓN SISTÓLICA EN EL ANCIANO los β-bloqueantes para reducir la PA, y en el estudio MRC, los β-bloqueantes se toleraban relativamente. En el primer estudio MRC6 y en el estudio MRC en ancianos4 se compararon los diuréticos con los β-bloqueantes y con el placebo en relación con el resultado de la mortalidad. Los diuréticos mejoraron claramente la mortalidad en ambos estudios, mientras que el efecto de los β-bloqueantes fue dudoso en el primer estudio y no consiguió mejores resultados que el placebo en el estudio MRC en ancianos. Recientemente, se ha comprobado que los bloqueantes de los canales de calcio dihidropiridínicos7 mejoran el pronóstico en ancianos con hipertensión sistólica y actualmente se están realizando estudios8,9 para determinar si los inhibidores de la enzima conversora de angiotensina (ECA) ejercen un efecto similar, mejorando la hipertensión y el resultado después de un ictus. En general, podría parecer, particularmente en relación con el resultado del ictus, que la reducción de la PA es la variable crítica y que la mejoría se produce independientemente del fármaco que se utilice. La situación puede ser diferente en relación con el infarto de miocardio y la muerte súbita, donde no se ha conseguido la mejoría del resultado esperada en estudios clínicos10. Este estudio se emprendió para determinar qué tipo de fármaco reducía la PA más eficazmente en sujetos con PAS elevada que no habían sido tratados anteriormente por hipertensión. Además, el estudio se diseñó para precisar si la respuesta a un tipo de fármaco determinaba la respuesta a otros tipos de fármacos y para establecer qué porcentaje de personas alcanzaban el objetivo con la monoterapia. Métodos Los sujetos fueron hombres y mujeres de 65 a 86 años que se seleccionaron a partir del grupo de pacientes y de sus familiares que acudían al Departamento Ambulatorio del Centro Médico Austin y Repatriación. Se establecieron puestos de screening voluntario en los servicios ambulatorios de dermatología, oftalmología, enfermedades vasculares periféricas, cirugía general y neurología. Si la PAS era mayor de 160 mm Hg en la visita de screening, se pedía a los sujetos que acudieran a la Clínica de Hipertensión. En la Clínica de Hipertensión, los pacientes se exploraron al menos tres veces antes de distribuirse aleatoriamente para el estudio. En cada visita, los pacientes fueron pesados y se determinó la PA por cuadruplicado, usando un esfigmomanómetro Dinamap después de haber permanecido el paciente en posición supina durante 10 minutos. La primera lectura se descartó. En la primera visita se realizó la historia clínica y se extrajo sangre para realizar las determinaciones bioquímicas. Durante el período inicial se recogieron dos muestras de orina de 24 horas. Si la PAS durante cualquier visita del período inicial era menor de 140 mm Hg, los pacientes se excluían de la participación posterior. Los pacientes con antecedentes 289 TABLA 1. Presión arterial sistólica y diastólica (mm Hg) con la dosis alta y baja de cada fármaco Dosis baja n Placebo Sistólica 66 Diastólica 66 Inhibidores de ECA Sistólica 62 Diastólica 62 β-bloqueantes Sistólica 46 Diastólica 46 Bloqueantes del calcio Sistólica 65 Diastólica 65 Diuréticos Sistólica 65 Diastólica 65 Dosis alta PA EEM n PA EEM 163.5 86.8 2.5 1.4 57 162.8 57 87.4 2.6 1.7 153.7 85.8 2.0 1.5 61 156.5 61 84.5 2.2 1.4 158.9 86.9 3.2 1.8 37 158.4 37 83.5 3.4 1.5 154.5 83.6 2.1 1.4 61 147.4* 1.8 61 81.1 1.6 151.6 83.2 2.0 1.4 61 149.1 61 83.0 2.3 1.3 PA = presión arterial; ECA = enzima conversora de la angiotensina. EEM = error estándar de la media. La comparación estadística se hizo entre las personas que recibieron la dosis baja y alta del fármaco. * p<0,01 con dosis baja. Test de la t pareada con la corrección de Bonferroni. de infarto de miocardio, angina, accidente cerebrovascular, ictus o accidente isquémico transitorio durante los seis meses anteriores, o con una enfermedad médica grave que podría reducir su vida a menos de tres años, se excluyeron del estudio. Se excluyeron también los pacientes que tenían una concentración de creatinina plasmática mayor de 0,16 mmol/l o si las enzimas hepáticas tenían un valor tres veces superior al normal. Se realizó una historia cuidadosa para valorar los antecedentes de asma o la presencia de enfermedad pulmonar obstructiva. Si había antecedentes de asma o broncoespasmo, los pacientes participaron en el estudio, pero se sometieron a un período más de placebo en vez de recibir un β-bloqueante. Los pacientes se distribuyeron aleatoriamente para participar en el estudio si la lectura de la PA sistólica del Dinamap en la última visita del período de iniciación era mayor de 150 mm Hg. Los pacientes se distribuyeron en un diseño equilibrado aleatorio para recibir inhibidores de la ECA, β-bloqueantes, bloqueantes del calcio dihidropiridínicos, diuréticos o placebo. Los inhibidores de la ECA usados fueron: enalapril (n=24; 20 a 40 mg) y perindopril (n=38; 4 a 8 mg). Los bloqueantes de los canales de calcio fueron: felodipina (n=26) y amlodipina (n=39; 5 a 10 mg). El β-bloqueante fue atenolol (25 a 50 mg) y el diurético, hidroclorotiacida (25 a 50 mg). Los pacientes recibieron cada tratamiento en dosis bajas durante un mes y el fármaco se tituló en todos los pacientes hasta la dosis máxima durante un mes, a menos que hubiera complicaciones relacionadas con los efectos secundarios o que se considerara que la PA era excesivamente baja (PAS < 110 mm Hg). Al terminar una rama del tratamiento farmacológico, se cruzaron los pacientes a la siguiente rama de tratamiento. 290 AJH (Ed. Esp.) 2001; 3: 288-295 AJH-OCTUBRE 1997-VOL. 10, N.º 10, PARTE 2 TABLA 2. Presión arterial sistólica y diastólica y tasa de pulso conseguida con cada tipo de fármaco n PAS (mm Hg) PAD (mm Hg) Pulso (latidos/min) Placebo 58 164.4 ± 2.4 87.8 ± 1.4 66.2 ± 1.4 Inhibidores de la ECA 58 156.5 ± 2.2 (.005) 84.5 ± 1.4 (.001) 68.2 ± 1.4 (.17) β-bloqueantes 44 157.1 ± 2.7 (.3; .03) 83.8 ± 1.4 (.01; .001) 58.4 ± 1.7 (<.0005) Bloqueantes del calcio 58 148.4 ± 1.7 (.0005) 81.6 ± 1.6 (<.0005) 67.2 ± 1.4 (.23) Diuréticos 58 150.1 ± 2.4 (.0005) 83.6 ± 1.3 (.006) 67.7 ± 1.5 (.7) Las abreviaturas se corresponden con las de la Tabla 1. Media ± EEM p es el test de la t pareado con la corrección de Bonferroni. Donde se dan dos valores de p, el segundo no lleva la corrección. Hubo diez períodos de tratamiento, de los cuales ocho fueron activos y dos fueron con placebo (Tabla 1). En la última visita de iniciación después del registro de Dinamap y en una visita posterior del estudio a los pacientes se les colocó un monitor ambulatorio A & D y se determinó la PA en intervalos de 5 minutos durante una hora, consiguiendo un total de diez o doce registros. La media de estos valores se tomó como la PA del tratamiento con este fármaco. La PA se midió 24 a 26 horas después de la dosis anterior. En cada visita, el paciente se pesó y se le extrajo sangre para realizar las determinaciones bioquímicas. Se pidió a los pacientes que comunicaran si habían tenido cualquier efecto secundario para lo cual durante la visita se facilitó un cuestionario sobre efectos secundarios. El punto inicial del cuestionario y su secuencia se aleatorizaron. Se pidió también a los pacientes que expresaran cómo se sentían en una escala analógica de 1 a 6 (1 peor, 6 mejor). Si los pacientes tenían antecedentes de enfermedades TABLA 3. Efectos secundarios según el cuestionario (% de pacientes) y porcentaje de pacientes que no alcanzaron la dosis máxima (%) Placebo Número de pacientes Dolor de cabeza Debilidad Letargia Sofocos Tos Respiración dificultosa Disnea Disfunción sexual Prurito Calambres Edemas maleolares Náuseas Trastornos del sueño Exantema de piel Hipotensión* Efectos secundarios totales † 66 15 (3) 6 20 (6) 4 18 12 18 3 13 18 (4) 5 Inhibidores de la ECA 62 9 4 15 (1.6) 3 18 6 16 4 8 12 2 β-bloqueantes 46 11 4 22 (6.5) 1 11 4 13 (4) 4 4 14 2 5 4 6 (2) 24 22 2.37 2.33 19 4 (4) 2 (2) 3.56 Bloqueantes del calcio 65 13 3 17 (1.6) 2 12 8 13 1 10 14 B3 (1.5) A13 B3 (1.5) A11 23 2.08 Diuréticos 65 17 (1.5) 6 17 3 15 7 16 3 8 15 2 B5 A12 26 (3) 1.5 (1.5) 1.5 (1.5) 2.15 B = dosis baja; A = dosis alta; el resto de las abreviaturas se corresponden con las de la Tabla 1. Algunos efectos secundarios no se detallan y los leves se han eliminado. Los valores entre paréntesis corresponden al porcentaje de pacientes que no pasaron a la dosis siguiente. Los efectos secundarios respiratorios de los β-bloqueantes no pudieron compararse con los de otros grupos, poque las personas con enfermedades respiratorias se excluyeron. * Observación clínica. † Número de efectos secundarios/pacientes que recibieron ese tratamiento. HIPERTENSIÓN SISTÓLICA EN EL ANCIANO 291 TABLA 4. Efecto de los distintos fármacos sobre las variables que podrían alterarse con los fármacos n Na+ (mmol/l) K+ (mmol/l) Creatinina (mmol/l) Urea (mmol/l) Ácido úrico (mmol/l) Colesterol (mmol/l) Trig (mmol/l) Colesterol-HDL (mmol/l) Placebo Inhibidores de la ECA β-bloqueantes 63 141 4.58 0.106 6.63 0.40 5.59 1.7 1.42 61 141 4.62 0.109 7.18 0.40 5.65 1.84 1.46 46 141 4.56 0.112 7.34 0.40 5.52 2.28 (0.22)*† 1.28* Bloqueantes del calcio Diuréticos EEM 63 141 4.44 0.107 7.00 0.39 5.58 64 140 4.10* 0.110 8.03* 0.47* 5.73 0.4 0.05 0.003 0.36 0.014 0.14 1.80 2.00 0.15 1.47 1.47 0.06 Trig = Triglicéridos; el resto de las abreviaturas se corresponden con las de la Tabla 1. *p<0,05 en comparación con placebo. † EEM es el valor dado o menos excepto cuando se indica. respiratorias, asma o broncoespasmo, podían aleatorizarse para el estudio, pero el período de tratamiento con βbloqueantes se sustituyó por un segundo período de tratamiento con placebo. Los pacientes con antecedentes de gota que no estaban en tratamiento tampoco recibieron el diurético. Los pacientes que recibían cualquier clase de fármaco asociado con el tratamiento de una enfermedad concomitante (por ejemplo, angina, insuficiencia cardiaca) no se incluyeron en el estudio. Los pacientes que recibían un tratamiento con costicosteroides se excluyeron del estudio porque la dosis probablemente se alteraría en este período. Tampoco se incluyeron los pacientes con enfermedades inestables que se suponía que necesitarían alteraciones considerables de la medicación. Análisis de los datos Para cumplir los criterios de inclusión en el análisis final de la eficacia, todos los pacientes tenían que finalizar los períodos de dosis bajas de placebo y al menos otros dos períodos con dosis bajas de fármacos. Se compararon los efectos de las dosis bajas frente a las dosis altas de cada fármaco en los pacientes que finalizaron ambos períodos. Para hacer una comparación entre los diferentes tipos de fármacos en la dosis alta, se consideraba el valor de la dosis baja si la persona no terminaba el período de dosis alta. El análisis principal fue la PAS conseguida con la dosis más alta de cada fármaco en comparación con el placebo y con las demás. En las Tablas 1 a 4 se presentan los datos de los 58 pacientes que terminaron el tratamiento con placebo, inhibidores de la ECA, bloqueantes del calcio y diuréticos. Los datos de comparación con los β-bloqueantes se hicieron con los 44 pacientes que terminaron todos los tratamientos. Se presentan los valores de p con la corrección de Bonferroni. Se realizó una prueba de ANOVA, que confirmó los resultados. Se hicieron correlaciones lineales entre las respuestas. Resultados Ciento ochenta pacientes participaron en el período inicial y 74 se distribuyeron aleatoriamente. Los pacientes fueron 56 hombres y 18 mujeres, con una edad promedio de 77,3 años (intervalo 65 a 86 años). El peso medio fue de 75,6 kg (intervalo 46 a 107 kg). La altura fue de 165 cm (intervalo 152 a 188 cm) y el índice de masa corporal de 27,7 (intervalo 17 a 33). La primera comparación que se hizo fue entre el efecto de felodipina y amlodipina y el de perindopril con enalapril. No hubo diferencias significativas en la respuesta de la PA conseguida y, por tanto, para los análisis posteriores, se agruparon los pacientes que recibieron amlodipina o felodipina y los pacientes que recibieron enalapril o perindopril. Participaron en el estudio 74 pacientes; 44 terminaron el período de placebo y los cuatro períodos de tratamiento con fármacos; 58 terminaron el período de placebo y los tres períodos de tratamiento con fármacos, excluyendo los β-bloqueantes. Se presentan los datos principalmente de este grupo de 58 pacientes, pero cuando se efectuaron correlaciones, se hicieron entre los sujetos que terminaron ambos grupos. Se incluyeron todos los pacientes que recibieron un tratamiento en particular, para ver los efectos secundarios y los datos bioquímicos. Quince pacientes tenían antecedentes de asma o broncoespasmo, lo que quería decir que los β-bloqueantes estaban contraindicados y, como consecuencia, recibieron dos períodos de tratamiento con placebo. Un paciente presentaba contraindicaciones frente a los diuréticos. Ningún paciente presentaba contraindicaciones frente a inhibidores de la ECA o bloqueantes de los canales de calcio. Varios pacientes no progresaron hasta recibir la dosis más alta del fármaco (Tabla 1). La incapacidad de aumentar la dosis pocas veces se debió a efectos hipotensores excesivos y, generalmente, se atribuyó a que el paciente se sentía mal, cansado, letárgico y débil o a la presencia de dolores de cabeza. La mayoría de las personas que recibieron inhibidores de la ECA, bloqueantes del calcio o diuréticos pudieron aumen- 292 AJH (Ed. Esp.) 2001; 3: 288-295 AJH-OCTUBRE 1997-VOL. 10, N.º 10, PARTE 2 p < 0.005 15 ∆PAS 10 mmHg NS NS 5 IECA β-bloq. Bloq. Ca++ Diur FIGURA 1. Descenso de la presión arterial sistólica (PAS) comparado con el placebo con la dosis más alta de cada fármaco. ∆ PAS = variación de la PAS; NS = valor de p no significativo; IECA = inhibidor de la enzima conversora de angiotensina; β-bloq. = β-bloqueante; Bloq. Ca++= bloqueante del calcio; Diur. = diurético tar la dosis, mientras que un número significativo de pacientes tratados con placebo (14%) o β-bloqueantes (20%) no pudieron pasar a la dosis superior. Efectos de la dosis baja y alta En el grupo que recibió placebo, no varió la PAS ni la PAD con la dosis más alta y baja del fármaco (Tabla 1). En este grupo de pacientes ancianos, la PAS y la PAD no mejoraron significativamente por aumentar las dosis de fármaco de los pacientes que recibían inhibidores de la ECA o β-bloqueantes. Hubo una PAS más baja (P=no significativo) con la dosis más alta de diuréticos. Los únicos fármacos que mostraron un aumento dependiente de la dosis en la respuesta fueron los bloqueantes de los canales de calcio y esto se observó con felodipina y amlodipina. Comparación de los efectos de los diferentes fármacos Se presentan los datos de la respuesta a la dosis más alta del fármaco, pasando a los datos de la dosis más baja del fármaco si no se daba la dosis más alta. Estos datos corresponden a dos meses de tratamiento con ese tipo de fármaco y se utilizaron para minimizar cualquier potencial efecto de retraso. El hecho de que la PA con dosis baja y alta de placebo fuera similar indica que cualquier efecto de retraso es mínimo, pero el poder para detectar dicho efecto fue pequeño. La presión arterial sistólica con todos los tipos de fármacos fue más baja que con el placebo, pero la diferencia entre la PAS con β-bloqueantes y placebo no fue significativa cuando se aplicó la corrección de Bonferroni (Tabla 2). Se administraron β-bloqueantes a un número menor de pacientes, pero esta falta de cifras no es probable que explique los resultados porque las respuestas a los otros fármacos en esta serie de pacientes (n=44) fue significativa. La presión arterial diastólica descendió entre 3,6 y 6,7 mm Hg, siendo mucho menor que el descenso de la PAS (Tabla 2). El pulso descendió en 6,6 latidos/min (p<0,001) en los pacientes que recibieron un β-bloqueante. Hubo pequeños aumentos en el pulso con los otros fármacos (inhibidores de la ECA, 1,8 latidos/min; bloqueantes del calcio, 0,9 latidos/min; diuréticos, 1,5 latidos/min) pero ninguna de éstos fue significativo. El descenso de la PAS con los inhibidores de la ECA y βbloqueantes fue menor que el descenso conseguido con los otros dos tipos de fármacos (Figura 1). No hubo diferencias en las respuestas a los inhibidores de la ECA y β-bloqueantes y el descenso conseguido con los diuréticos y bloqueantes del calcio no varió (Figura 1). No hubo diferencias significativas en el descenso de la PAD con ninguno de los tipos de fármacos. Nueve de los 44 pacientes respondieron con un descenso de 5 mm Hg con todos los fármacos utilizados. En el grupo de 58 pacientes, 21 respondieron a los tres fármacos usados (excluyendo β-bloqueantes). Ocho de los 44 pacientes no respondieron a ninguno de los cuatro fármacos. En el grupo de 58 pacientes, 9 no respondieron a ninguno de los fármacos. Por tanto, entre el 21 y el 35% de los pacientes respondieron universalmente y entre el 16 y el 18% no respondieron. Aceptamos que la respuesta podría haber sido mayor con uno u otro fármaco. El número de pacientes que consiguieron la PAS objetivo menor de 140 mm Hg fue: pacientes tratados con placebo = HIPERTENSIÓN SISTÓLICA EN EL ANCIANO 12%, con inhibidores de la ECA = 18%, con β-bloqueantes = 17%, con bloqueantes del calcio = 27% y con diuréticos = 23%. Por tanto, el objetivo de PAS menor de 140 mm Hg se consiguió relativamente pocas veces con la monoterapia. Incluso la monoterapia secuencial sólo controló la PA en el 29% cuando se corrigió el efecto del placebo (41% a 12%). Se hizo un intento para determinar si la respuesta a un tipo de fármaco definía la respuesta a otras clases de fármacos. Cuando una persona respondía a uno de los dos fármacos, y no al otro, el fármaco al que no respondía era generalmente el β-bloqueante. Si una persona no respondía a un diurético o a un bloqueante de los canales de calcio, no era probable que respondiera a un β-bloqueante. Sin embargo, lo contrario no se observó, ya que muchas personas que no respondieron a un β-bloqueante respondieron a un diurético, bloqueante de los canales de calcio o inhibidor de la ECA. Las personas que no respondieron a un inhibidor de la ECA tuvieron más probabilidades de responder a un bloqueante del calcio que a un diurético o a un β-bloqueante. Las respuestas de la PAS entre cada dos fármacos también se compararon mediante un análisis de regresión lineal. Todos los coeficientes de correlación fueron muy significativos (p<0,005) y los valores de r estuvieron entre 0,45 y 0,60. El valor mayor de r fue la comparación entre los diuréticos y los bloqueantes del calcio (r=0,60) y el siguiente estuvo entre los β-bloqueantes y los inhibidores de la ECA (r=0,57). El descenso de la PA con todos los fármacos se correlacionó significativamente (p<0,0005) con la PA con placebo, estando los valores de r entre 0,54 y 0,70 (inhibidores de la ECA=0,53; β-bloqueantes=0,56; bloqueantes del calcio=0,70; diuréticos=0,54). Bienestar Se valoró la sensación de bienestar de los pacientes por una puntuación ANOVA del 1 al 6. Las puntuaciones medias para placebo, inhibidores de la ECA, bloqueantes del calcio y diuréticos fueron similares (4,45 a 4,40). La puntuación de los βbloqueantes fue más baja que la del resto (4,00). El porcentaje mínimo de personas con una puntuación de 6 (excelente) se alcanzó con los β-bloqueantes (6%) o placebo (9%) y estos dos grupos tuvieron el mayor porcentaje de personas con una puntuación de 1 (peor). Efectos secundarios Los efectos secundarios se graduaron en una escala del 1 al 4 (1 poco importante, 4 molesto). Los efectos secundarios del cuestionario se indican en la Tabla 3. La mayoría de los efectos secundarios fueron menos frecuentes o similares con los tratamientos farmacológicos en comparación con el placebo, aparte de la inflamación de los tobillos, que fue más común con la dosis más alta de bloqueantes del calcio y las náuseas, con las dosis más altas de diuréticos y bloqueantes del calcio. 293 La tos no fue más prevalente con los inhibidores de la ECA pero, en relación con la gravedad, fue más frecuente. Los efectos secundarios impidieron que algunos pacientes pasaran a la dosis mayor del fármaco (Tabla 1 y 3). Esto fue más frecuente con pacientes que recibían β-bloqueantes (20%; 9 de 44) y fue más común con placebo que con los otros tres tipos de fármacos. Si se tiene en cuenta que 15 de 74 pacientes no pudieron seleccionarse para recibir βbloqueantes debido a enfermedades respiratorias, esto indica que no pueden usarse β-bloqueantes en el 30% de los pacientes de este grupo de edad seleccionados por este método. Efectos bioquímicos En la Tabla 4 se muestran los efectos de los diferentes fármacos sobre los valores medios de algunas variables bioquímicas. No se interrumpió la medicación en ningún paciente debido a alteraciones excesivas de estas variables. Los β-bloqueantes aumentaron los triglicéridos y redujeron el colesterol-HDL (p<0,03) de una forma no asociada con la dosis. Los diuréticos aumentaron la urea y el ácido úrico y redujeron los valores de potasio (p<0,01) de forma dependiente de la dosis (p<0,01). Discusión Este estudio confirma y amplía los resultados de otros estudios4,5,11,12 pero es importante destacar que este estudio compara el descenso de la PA, la eficacia y la tolerancia, pero no da ninguna información sobre el resultado. Los β-bloqueantes son relativamente ineficaces para reducir la PA en personas mayores con PAS elevada. Esto es similar a lo observado en el estudio STOP. Con la monoterapia, sólo el 10% al 12% de los pacientes que recibieron β-bloqueantes habían alcanzado el control de la PA en comparación con el 30% de los que recibieron diuréticos11. Igual que en el estudio MRC5 en ancianos, el descenso de la PA con β-bloqueantes fue menor que con diuréticos y sólo el 50% de los individuos mantenían ese tratamiento al final del estudio. En nuestro estudio, los β-bloqueantes estaban contraindicados en el 30% de los pacientes debido a enfermedades respiratorias. Esta cifra puede ser mayor que la de la población general, debido a nuestro método de selección. A pesar de excluir al 20% de los pacientes del tratamiento con β-bloqueantes, tuvimos otro 20% de pacientes que no alcanzaron la dosis más alta debido a los efectos secundarios. Cuando a la mala tolerancia de los β-bloqueantes y al escaso efecto para reducir la PA se une su relativa ineficacia para mejorar el pronóstico en los dos estudios MRC4,6, es difícil justificar el uso de β-bloqueantes como primera línea de tratamiento en ancianos hipertensos, a menos que exista un indicador positivo, como angina y posible taquicardia. La variación adversa del perfil lipídico es una razón más por la cual deben evitarse estos fármacos. Los fármacos más eficaces para reducir la PA fueron los 294 AJH (Ed. Esp.) 2001; 3: 288-295 diuréticos y los bloqueantes de los canales de calcio y ambos grupos se toleraron bien. En un estudio realizado por Materson et al12, con un diseño paralelo, fueron más eficaces los bloqueantes de calcio en la población global del estudio. En el grupo de pacientes de más edad, la PAS corregida para la respuesta al placebo se redujo por los bloqueantes de calcio en 2 mm Hg, con diuréticos en 13 mm Hg, con β-bloqueantes en 7 mm Hg y con inhibidores de la ECA en 7 mm Hg. Estos descensos son similares a los que hemos demostrado nosotros. Igualmente, Freis13 demostró que los diuréticos eran más eficaces que los β-bloqueantes y que los inhibidores de la ECA en ancianos. Se ha propuesto que los ancianos y las personas de raza negra tienen un valor de renina más bajo que hace a estos grupos más resistentes a los inhibidores de la ECA y a los β-bloqueantes. Se ha confirmado en este estudio la escasa respuesta a los β-bloqueantes y a los inhibidores de la ECA, pero no pudimos demostrar una correlación con el valor inicial de renina plasmática o con la concentración de sodio en orina de 24 horas (datos sin publicar). Los diuréticos y los bloqueantes del calcio han demostrado mejorar la mortalidad en personas mayores con hipertensión sistólica y son nuestros fármacos de elección. Sin embargo, debe saberse que los tres estudios individuales4,5,14 que demostraron una mejoría en la mortalidad por enfermedades cardiacas usaron diuréticos liberadores de potasio además de tiacídicos y se redujo la muerte súbita. Los resultados recientes del estudio RALES15 demuestran que deberíamos utilizar los diuréticos con precaución, particularmente si se usan dosis moderadas o altas y que deberíamos considerar el empleo de una sustancia liberadora de potasio sola o combinada con el tratamiento de primera línea. Los inhibidores de la enzima conversora de angiotensina no fueron tan eficaces como los bloqueantes de calcio en este estudio de pacientes con hipertensión sistólica que habían sido tratados previamente y cuya ingesta de sal era normal. La eficacia del fármaco podría haber aumentado si los pacientes hubieran reducido su ingesta de cloruro sódico16. Sin embargo, los inhibidores de la ECA se toleraron mejor. Este resultado no indica que los inhibidores de la ECA no deban utilizarse, pero señala que no son probablemente el fármaco de elección para ancianos hipertensos. La relativamente escasa respuesta varía respecto a la tasa de respuesta encontrada en estudios recientes de inhibidores de la ECA y bloqueantes de receptores de Angiotensina I17,18. Sin embargo, estos estudios se realizan frecuentemente en pacientes hipertensos tratados anteriormente y estos pacientes casi siempre se seleccionan a partir de personas que se sabe que responden. Debe recordarse que en ancianos está aumentando mucho la insuficiencia cardiaca y una parte de este aumento es atribuible a la disfunción diastólica como consecuencia de la PA elevada. Es posible que las ventajas del bloqueo del sistema de angiotensina puedan ser mayores que el efecto reductor de la PA, pero deben realizarse estudios para comprobar esto8. En nuestro estudio, la monoterapia fue relativamente ineficaz para obtener el objetivo. En el estudio realizado por Materson et al12 con pacientes de todas las edades, se afirma que la monotera- AJH-OCTUBRE 1997-VOL. 10, N.º 10, PARTE 2 pia fue eficaz. Sin embargo, cuando se corrige el número de pacientes del grupo placebo que alcanzaron el objetivo, los porcentajes fueron: bloqueantes del calcio 34%, β-bloqueantes 26%, diuréticos 21% e inhibidores de ECA 17%, resultados relativamente similares a los nuestros. En el grupo de mayor edad, los bloqueantes del calcio y los diuréticos fueron más eficaces que los β-bloqueantes, pero relativamente pocos alcanzaron el objetivo. En nuestro estudio, incluso aunque se realizara monoterapia secuencial, el 71% de los pacientes no alcanzaron el objetivo de reducir la PA. La tasa de respuesta a la monoterapia cuando se corrigió el placebo fue descorazonadora y las dosis más altas de fármacos de la misma clase fueron relativamente ineficaces. Es posible que el tratamiento combinado con dosis bajas pueda conseguir una mejor respuesta. Algunas posibles combinaciones con una base buena teórica comprobada en ancianos son los diuréticos y los inhibidores de ECA19, los inhibidores de ECA y los bloqueantes del calcio20 y los diuréticos y los β-bloqueantes. La mayoría de los estudios que han demostrado los mejores resultados han utilizado tratamientos combinados para obtener un buen control y buenos resultados3,5,21,22, pero los estudios que han usado principalmente monoterapia no han sido tan eficaces para conseguir el control de la PA ni para mejorar el pronóstico4,6. Este estudio no tiene suficiente poder para evaluar adecuadamente la predicción cruzada entre los fármacos. Hubo un grupo que respondió a todos los fármacos y otro grupo que no respondió a ninguno. Hubo correlaciones entre la respuestas, pero no pautas claras que pudieran derivarse para el uso del fármaco en una persona que no responde. Los estudios sobre resultados de mortalidad son importantes, puesto que permiten tomar decisiones sobre el tratamiento de la hipertensión. Sin embargo, la tolerancia, la eficacia, el coste de la medicación y el modo de administración son otros criterios importantes que influyen en la decisión. Los resultados de este estudio, junto con los estudios de las consecuencias, indican que en pacientes ancianos con hipertensión esencial es apropiado comenzar el tratamiento con un bloqueante del calcio o con un diurético en dosis bajas y, si no se consigue el control, es adecuado proceder a un tratamiento con dosis bajas de dos fármacos. Agradecimientos Agradecemos su ayuda en el trabajo de enfermería a Maree Mastwyk, Jan Lauri, Anne Bruce, Denise Bertram y Olive Morgan Bibliografía 1. Miall WE: The epidemiology of hypertension in old age, in Stout RW (ed): Arterial Disease in the Elderly. Edinburgh, Churchill Livingstone, 1984, pp 154-174. 2. Kannel WB, Wolf PA, McGree DL, Dawber TR, McNama- sumario HIPERTENSIÓN SISTÓLICA EN EL ANCIANO 3. 4. 5. 6. 7. 8. 9. 10. 11. 12. ra P, Castelli WP: Systolic blood pressure, arterial rigidity and risk of stroke: the Framingham Study. JAMA 1981;245:1225-1229. SHEP Cooperative Research Group: Prevention of stroke by antihypertensive drug treatment in old persons with isolated systolic hypertension. JAMA 1991;265:3255-3264. MRC Working Party: Medical Research Council trial of treatment of hypertension in older adults: Principal results. BMJ 1992;304: 405-412. 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