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COMUNICADO DE PRENSA
Chihuahua, Chih. 8 de diciembre del 2015
ARQUEÓLOGOS HABLAN DEL TRABAJO DE LA DOCTORA JANE KELLEY
El Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), delegación Chihuahua,
realizó un homenaje a la labor de la arqueóloga Jane Holden Kelley, quien gracias
a su trabajo de investigación, ha realizado en los últimos 25 años importantes
aportaciones a la arqueología de Chihuahua.
Su trabajo más destacado en el estado es el Proyecto Arqueológico Chihuahua
(PAC), el cual brindó los más importantes aportes para la arqueología de
Chihuahua desde los trabajos realizados por Charles Di Peso, vertiendo ideas y
enfoques nuevos para el estudio de los sitios arqueológicos al sur de Paquimé, lo
cual se deriva de un intenso trabajo de campo que aporta datos innovadores en
torno a la conformación de los asentamientos humanos en la región previo a la
génesis de la cultura de Casas Grandes.
Como una primera parte de este homenaje se realizó un encuentro de
arqueólogos: un grupo de destacados especialistas integrado por Arturo Guevara,
Eduardo Gamboa, Rafael Cruz, María Elisa Villalpando, Mario Aliphat y Francisco
Zúñiga; quienes a lo largo de su trayectoria se han relacionado con el trabajo de la
Jane Kelley.
Ante la presencia de la Dra. Kelley, los ponentes abrieron un espacio a través de
dos mesas de reflexión, en el que cada uno de ellos expresó la gran admiración y
respeto hacia la arqueóloga, así como las gratas experiencias y diversas vivencias
que han tenido al trabajar al lado de esta mujer.
El Dr. Arturo Guevara Sánchez, describió a Jane Kelley como una mujer soñadora,
“que podía ver los sitios arqueológicos erguidos, como si todavía estuvieran
habitados por los indígenas”. Destacó además el uso del geo-radar en los trabajos
de prospección de Kelley, ya que según declaró, el uso de esta tecnología de
punta vino a mejorar los enfoques de quienes realizan trabajos semejantes. “Tuvo
el acierto al acercar a Chihuahua, no solo a los aparatos para hacerlo, sino al
involucrar personal altamente capacitado”, dijo.
“La Dra. Kelley es toda una institución, y afortunadamente para nosotros decidió
trabajar en Chihuahua. Como muchos de nosotros aspiró el polvo de las
terracerías, caminó por las veredas rocosas, y perdió el aliento cuando tuvo que
ascender pendientes”, describió Arturo Guevara.
A través de un escrito, el Dr. Eduardo Gamboa Carrera recordó que en su primer
proyecto en Chihuahua, Jane Kelley integró en su trabajo de campo, además de
sus estudiantes y colegas, a los arqueólogos mexicanos egresados de la Escuela
Nacional de Antropología e Historia, quienes en esa época llegaban a Chihuahua
con una formación de estudios mesoamericanos, y se refirió a la arqueóloga como
una figura humanista y formativa.
Resaltó además la generosidad de la Dra. Kelley al donar su biblioteca personal
en materia de arqueología, primeramente al Centro INAH Chihuahua, y
posteriormente a la biblioteca de la Escuela de Antropología e Historia del Norte
de México.
Por su parte, el arqueólogo Rafael Cruz mencionó lo que la Dra. Kelley le ha
enseñado a través de los años con su trabajo y con su ejemplo: cualidades como
la humildad, la generosidad y el respeto por el trabajo de los demás. “La
arqueología más que una profesión es una pasión, y ella tiene la capacidad de
hacer converger y hacerse llegar a todas estas diferentes opiniones, siempre fue
amiga de todos”, dijo, y agregó que a pesar de tener una idea de la arqueología de
aventura que se hacía hace muchos años, Jane Kelley siempre ha impulsado las
nuevas tecnologías y a las nuevas generaciones de una manera profesional y con
mayor conocimiento, yendo siempre a la vanguardia.
Elisa Villalpando, del Centro INAH Sonora, habló de los aspectos que admira de
Jane, y recordó que el acercamiento que tuvo a nivel profesional con la Dra.
Kelley, empezó en el cerro de Trincheras cuando llegó el equipo de arqueólogos
canadienses a trabajar con el equipo de arqueólogos de Sonora.
“La arqueología no es solo la aplicación de un técnica o una metodología, sino
esta convivencia que hemos tenido con ella”, mencionó la Dra. Villalpando y
también agradeció a Megan, hija de Jane Kelley, por haber permitido que su
madre haya sido parte de sus vidas. “Ser arqueóloga y ser mamá es algo que a
veces resulta complicado, y creo que es algo que Jane ha sabido combinar”, dijo.
Otro aspecto que destacó fue el vínculo que la Dra. Kelley tiene con las
comunidades con las que trabaja, su participación con la gente y con los
trabajadores, integrando la antropología con el trabajo de investigación
arqueológica.
El Dr. Mario Aliphat, recalcó la visión femenina de la Dra. Kelley con respecto a la
arqueología. “Ella trabajó en la época en la que no había estudios de género, ni
todas la políticas públicas de hoy, era a través de su trabajo y de sus capacidades
que siempre supimos que era una mujer bondadosa, pero exigente con su trabajo
y con las capacidades de los demás”, mencionó.
“Llegó a México siendo una niña, en el año de 1934. Su visión de México es más
larga que nuestras vidas, siempre con una observación acuciosa, de la realidad de
otra cultura, lo que dirigió su vida de manera profesional”, dijo.
Otro interés que la Dra. Kelley tiene sobre México, y que mencionó el Dr. Aliphat,
es su trabajo antropológico acerca de los yaquis. “Nos ha dado la oportunidad de
entender a esta etnia, recabando información importante para de su libro “La
historia de cinco mujeres yaquis”, señaló.
El arqueólogo Francisco Zúñiga, quien estuvo al lado de la Dra. Kelley durante su
trabajo de investigación en el PAC, se refirió a ella como una “superestrella de la
arqueología”, declarando su admiración por el profesionalismo de Jane. “La he
visto cansada, con algún malestar, y ella siempre con esa calma y con ese amor
por la arqueología y por todo lo que hace”, declaró, y confesó también que gracias
a ese ejemplo, se ha sentido motivado para seguir trabajando en el campo de la
arqueología.
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