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Departamento de Filosofía
CINE…
Ficha técnica
INVITACIÓN A LA REFLEXIÓN
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Primera tarea: reconstruir la cronología de los acontecimientos narrados en la
película.
El amor y sus dificultades. ¿Qué significa amar a alguien?, ¿conlleva el amor la
aceptación de ciertas dificultades o eso es signo de que algo no funciona?,
¿hay que arriesgar en el amor?
¿Qué es el yo?
Los recuerdos como base sobre la cual se construye nuestra
propia identidad.
Si somos lo que hemos vivido, eliminar nuestros recuerdos sería el
equivalente a dejar de existir.
Dejar de existir en la memoria de otro es una forma de dejar de
ser.
Los distintos grados de conciencia: ¿borramos lo que “escondemos” en el
inconsciente o sólo lo dejamos en la recámara de nuestra mente pero sigue
actuando en nuestra vida consciente?
¿Es moralmente aceptable la técnica de utilizar el olvido para no asumir los
fracasos? ¿Vivimos en una sociedad que propugna el apartarnos y olvidar todo
aquello que puede hacernos sufrir? ¿Hemos de responsabilizarnos de todas
nuestras acciones, incluyendo aquellas en las que hemos fracasado? ¿No son los
fracasos una forma de aprendizaje?
Inventar otra vida, empezar de cero: ¿es posible huir de uno mismo?
¿Estamos abocados a vivir una serie de acontecimientos aunque cambien las
circunstancias? ¿Libertad o determinismo?
Título original: Eternal sunshine of the spotless mind.
Dirección: Michael Gondry.
País: Estados Unidos
Año: 2004
Guión: Charlie Kaufman; basado en un argumento de Michael Gondry, Charlie
Kauffman y Pierre Bismuto.
Producción: Steve Golin y Anthony Bregman.
Intérpretes: Jim Carrey (Joel), Kate Winslet (Clementine), Kirsten Dunst (Mary), Mark
Ruffalo (Stan), Elifah Wood (Patrick), Tom Wilkinson (Dr. Howard)
Música: Jon Brion
…Y FILOSOFÍA
““Todas las cosas grandes son arriesgadas y las hermosas realmente difíciles.”
Platón: La República, 497d.
CINE Y FILOSOFÍA
(para alumnos de Bachillerato)
Olvídate de mí
(Eternal sunshine of the spotless mind),
la huída de sí mismo
“Me gustan mis errores, no quisiera renunciar a la deliciosa libertad de equivocarme.”
Charles Chaplin.
“El yo social más peculiar que podemos tener es el que se encuentra en la mente de la
persona que amamos. Los altibajos de este yo causan el júbilo y el abatimiento más intensos
(…) Ante su propia conciencia no es, mientras este yo social particular no recibe
reconocimiento; pero cuando es reconocido, su alegría no tiene límites”
William James: Principios de psicología
“El fenómeno del yo y el de la memoria son simplemente dos caras del mismo hecho. (…)
Esta sucesión de sensaciones que llamo mi memoria del pasado, es el medio por el cual
distingo mi yo. Mi yo es la persona que tuvo esa serie de sensaciones, y yo no sé nada de
mi yo por conocimiento directo, excepto que yo las tuve.”
James Mill: Analysis.
“Al mirar atrás, en el recuerdo, captamos la conexión de los eslabones ya transcurridos del
curso de la vida bajo la categoría de su significado.”
W.Dilthey: Esbozos para una crítica de la Razón Histórica.
“Quien no conoce la historia está condenado a repetirla”
J.Santayana
“Es indiscutible, me parece, el hecho de que el que soy hoy proviene, por una serie
continua de estados de conciencia, del que era mi cuerpo hace veinte años. La memoria es
la base de la personalidad individual, (…)”.
Unamuno: Del sentimiento trágico de la vida, I.
Departamento de Filosofía
CINE Y FILOSOFÍA
Olvídate de mí
24 de enero de 2008. 17,30 h.
Jueves, 24 de enero
17,30 h.
Salón de Actos
OLVÍDATE DE MÍ
O LA HUÍDA DEL SÍ MISMO
La historia que nos cuenta Olvídate de mí comienza y acaba a partir de
una misma escena: el despertar del protagonista, es más, podríamos
entender toda la película como un sueño, lo cual sería todavía más
coherente con la presentación secuencial de los acontecimientos. Y es que
esta película no es, desde luego, una película lineal, sino una representación
fracturada, caótica y llena de flashbacks que exigen del espectador toda la
atención posible y que nos recuerda al desorden que presentan los sueños.
Pero dejando de lado esta posible interpretación onírica, creo que la
película puede ser entendida siguiendo dos ejes narrativos: uno constituido
por el binomio amor/desamor y otro que hace referencia a la
contraposición recuerdo/olvido.
Empecemos por la segunda. Joel, el protagonista, descubre que Clementine,
su novia, ha sido sometida, por voluntad propia, a un borrado de
recuerdos, es decir, ha decidido arrancar de su vida todo el pasado
compartido por ambos, con el fin de no recordar una relación que había
comenzado a hacer aguas. A mi parecer, esta sola idea nos puede llevar a
dos reflexiones distintas:
1. ¿Qué consecuencias tendría para uno mismo, en el caso de que
pudiese hacerse, el borrar un trozo de su pasado? Está claro que
nuestro pasado nos constituye. Yo soy como soy en cierto modo
por lo que he sido: mis decisiones, mis vivencias, mis
aprendizajes. Es decir, todo lo que vamos viviendo en el
transcurso de la vida nos va moldeando y convirtiendo en lo que
somos. Podríamos hacernos la siguiente pregunta: ¿seríamos los
que somos si no hubiésemos tenido las vivencias que hemos
tenido? Ahora bien, esas vivencias que me conforman sólo
pueden ser organizadas desde la memoria, es decir, sólo desde
la memoria podemos edificar una identidad propia donde
reconocernos. ¿Quién soy yo? Aquel que ayer paseaba por el
parque, aquel que el año pasado recibió una beca de estudios,
aquel a quien tanto le gustaba jugar a la pelota de pequeño. La
memoria organiza mis experiencias, ¿cómo si no podría
reconocerme? La tesis que defiendo es que para tener una
identidad sólida es imprescindible reconocerme en mis vivencias
pasadas, en esas sensaciones que he vivido a lo largo de los
años pasados. Pero ¿qué ocurrirá entonces, al borrar una parte
de mis recuerdos? Que borro una parte de mí, que mi yo
comienza a difuminarse, que dejo, en cierto modo, de ser.
Borrar el pasado es borrar nuestra propia historia, nuestra
2.
autobiografía. Pero, además de esto, habría otra fatal
consecuencia, que se nos muestra claramente en la película en el
personaje de Mary. No cabe duda de que la experiencia es una
fuente importantísima de aprendizaje, pero, si olvidamos lo que
hemos vivido, ¿cómo podríamos aprender? Borrar el pasado
supone también borrar lo aprendido por la experiencia, Mary
borra su pasado y vuelve a caer en el mismo error.
La segunda reflexión que propongo retomando el eje narrativo
del recuerdo/olvido es la de plantearnos hasta qué punto es
lícito moralmente el huir del propio fracaso. ¿Deberíamos borrar
de un plumazo aquello que no nos gusta, que nos resulta difícil
o que nos ha salido mal? Vivimos en una sociedad que,
sirviéndose del constante bombardeo publicitario, nos hace soñar
con “la casa ideal”, “la pareja ideal”, “las vacaciones ideales” o
“el culo ideal”, pero, ¿no sería más honesto el asumir lo que de
imperfecto tienen las cosas, nuestras propias limitaciones o los
propios errores y, en vez de huir, afrontar el fracaso? La huida
no es ningún tipo de solución y, además, nos frustra al
obligarnos a desear algo que no tenemos o que no somos, No se
trata de asumir pasivamente lo que nos pasa, sino de luchar por
encontrar algo mejor responsabilizándonos de nuestros errores y
aprendiendo de ellos.
En cuanto al eje narrativo amor/desamor, también puede conducirnos a dos
reflexiones interesantes:
1. ¿Cuál es la forma correcta de concebir el amor? Partiendo, como
afirma Platón en la República, de que todas las cosas grandes
son costosas y arriesgadas, quizá deberíamos concluir que uno en
el amor debería arriesgar y apostar fuerte. Las grandes empresas
no pueden ser abandonadas al primer obstáculo. La película
parece plantearnos algo así, ya que al final los protagonistas
deciden que merece la pena intentarlo de nuevo.
2. Pero, lo que muestra la película no parece ser tanto que nos
duela separarnos de quien queremos, como que nos asusta
desaparecer de sus recuerdos. El psicólogo William James hace
una interesante clasificación de los diferentes constituyentes del
yo. Según James, nuestro yo puede ser dividido en tres partes:
· Yo material: compuesto de todas nuestras posesiones
materiales, desde nuestro cuerpo, hasta la casa,
pasando por la familia o la casa.
· Yo espiritual: se trata de nuestro ser interno o
subjetivo, es decir, nuestras facultades psíquicas,
nuestros pensamientos.
· Yo social: formado por el reconocimiento de los
demás.
Este ser social, que busca el reconocimiento del otro, la
aprobación o desaprobación de aquellos con los que convivimos,
es el que se ve agredido cuando Clementine borra de su mente
a Joel. En este momento en el que Clementine borra de su
pasado a Joel, éste muere para ella, se desintegra, deja de
existir. Y es que el yo social que se ve atacado es, según james,
nuestro yo social más peculiar: el que se encuentra en la mente
de la persona que amamos. Si dejamos de ser para esa mente,
un trozo de nosotros también deja de ser. Estamos dispuestos
antes a soportar su odio que su indiferencia.
Para terminar haremos una pequeña alusión a los diferentes
grados de conciencia y cómo estos se muestran en la película. Fue Freíd
quien puso de relieve la gran importancia que tiene el inconsciente en
nuestra vida activa. Según éste, el ser humano guarda en la antesala de
su conciencia todo aquello que no puede asimilar, que le hace daño, que
no puede ser aceptado (Clementine le dice a Joel: “escóndeme aún más
profundo, junto a tu humillación”). La enseñanza de Freud, es que el
inconsciente no olvida nada, sino que lo que ahí escondemos sigue estando
en nosotros a la espera de ser aceptado y poder salir. Joel había escondido
algunas escenas de su pasado para él censurables o vergonzosas y, huyendo
del doctor Howard y su maquiavélica máquina de borrar los recuerdos,
quiere esconder allí a Clementine, pero de nada le sirve su lucha. El
proceso no tiene retorno..
Quede ahí la invitación a la reflexión.
El Departamento de Filosofía agradece la
colaboración generosa y desinteresada de Carolina Fernández,
compañera del Departamento de Filosofía del IES La Torreta
de Elche (España)