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Día Internacional
de Conmemoración
Anual en Memoria
de las Víctimas del
Holocausto
Ministerio de Educación,
Palacio Pizzurno
25 de enero de 2007
El ministerio de Educación, la
Cancillería argentina, el ministerio de Justicia, la DAIA y las organizaciones argentinas que integran el Grupo de Trabajo para la
Cooperación Internacional en
Educación, Rememoración e
Investigación del Holocausto
(Task Force de la Shoa) realizaron
el 25 de enero en el Salón Blanco
del Palacio Pizzurno el acto con motivo del Día Internacional de Conmemoración Anual en Memoria de las Víctimas del Holocausto, aprobado el
1º de noviembre de 2005, por la Asamblea General de las Naciones Unidas,
por consenso de 192 países.
Fueron oradores centrales el ministro de Educación, Daniel Filmus; el
Canciller Jorge Taiana; el presidente de la DAIA, Aldo Donzis, y Moisés
Borowicz, sobreviviente del Holocausto. El escritor Elihau Toker recitó
extractos de El canto del pueblo judío asesinado, de Itsjok Katznelson.
Asistieron, entre otras personalidades, el secretario de Derechos
Humanos de la Nación, Eduardo Luis Duhalde; el secretario de Culto,
Guillermo Oliveri; el director de Derechos Humanos de la Cancillería,
Federico Villegas Beltrán; la presidente del INADI, María José Lubertino;
los embajadores de Israel, Rafael Eldad; de Alemania Rolf Schumasher; de
Austria, Gudrun Graf; de Canadá, Yves Gagnon; de Costa Rica, Maritza
Castro Salazar; de Croacia, Mira Martinec; de España, Rafael Estrella; de
Francia, Frederic Baleine du Laurens; de Hungría, Batyas Jozca; de Rusia,
Yuri Korchagin; de Perú, Mario López Chavarri; de la República Eslovaca,
Vladimir Gracz; el embajador argentino ante la Santa Sede, Carlos Juster;
y la consejero de la embajada
de Uruguay, Teresa Morató.
Además, estuvieron presentes los presidentes de la
AMIA, Luis Grynwald; de la
Fundación Memoria del Holocausto, Mario Feferbaum; de
la B’nai B’rith, Pablo Grinstein; de Sherit Hapleita, José
Moskovitz; de la organización
Generaciones de la Shoa, Diana Wang; de Hacoaj, Alejandro Filarent; de
la Confraternidad Argentina Judeo Católica, Boris Kalnicki, y dignatarios
de diversos credos y representantes de diferentes entidades.
La ONU, a través de la Resolución 60/7, que declara al 27 de
enero como Día Internacional
de Holocausto “insta a los Estados miembros a que elaboran
programas educativos que inculquen a las futuras generaciones
las enseñanzas del Holocausto
con el fin de ayudar a prevenir actos de genocidio” y “rechaza toda negación, ya sea parcial o total, del Holocausto como hecho histórico”.
Precisamente, hace un año se realizó en la Cancillería argentina el
primer acto en homenaje al Día Internacional de Conmemoración
Anual en Memoria de las Víctimas del Holocausto.
Encendido de velas
Durante el acto se encendieron 6 velas que recuerdan a los 6 millones de
judíos, víctimas del Holocausto. A tal efecto, Diana Wang sostuvo el “shamash”.
La primera vela la encendieron el secretario de Derechos Humanos de la Nación,
Eduardo Luis Duhalde y el presidente de la
Fundación Memoria del Holocausto, Mario
Feferbaum, en memoria del millón y medio
de niños masacrados por el régimen nazi.
Los presidentes de la AMIA y de la B’nai
B’rith, Luis Grynwald y Pablo Grinstein, respectivamente, junto al director de Derechos
Humanos de la Cancillería, Federico Villegas
Beltrán, encendieron la segunda vela en tributo a los mártires asesinados en los campos de
concentración y a todos aquellos que fueron
exterminados por su sola condición de judíos.
La tercera vela, encendida por el presidente honorario de Sherit Hapleita, José
Moskovitz, y por la titular del INADI, María
José Lubertino, en memoria a los jóvenes,
casi niños, que combatieron como héroes.
El secretario de Culto, Guillermo Olivieri, junto al presidente del Centro Educativo
Sefaradí, Salvador Sarfatti, en homenaje a las
comunidades sefaradíes de Salónica, Rodas y
Cos, arrasadas durante la Shoa.
En homenaje al Estado de Israel, redención del pueblo judío luego de la tragedia, el
embajador del Estado de Israel, Rafael Eldad,
junto al ministro de Relaciones Exteriores,
Jorge Taiana, encendieron la quinta vela.
La sexta vela rindió tributo a los escritores, actores, artistas, pensadores y educadores que forjaron la cultura judía de la Europa de mitad de Siglo, cuya obra pretendió ser
aniquilada al igual que fueron silenciadas
sus vidas. El ministro de Educación, Daniel
Filmus, y el presidente de la DAIA, Aldo
Donzis, encendieron esta vela.
Palabras del presidente de la DAIA,
Aldo Donzis
Señor Canciller, señor ministro de
Educación, señores ministros, funcionarios de Estado, Secretarios de
Estado, embajadores, Directora del
INADI, embajadores presentes,
funcionarios, representantes de la
comunidad judía y, especialmente,
sobrevivientes del Holocausto, a
quien sinceramente y con todo el
corazón abrazo, porque representan para mí parte de mi familia que
ha sido asesinada en la Shoá.
Celebro enormemente que las
Naciones Unidas haya instituido,
cada 27 de enero, el Día Internacional de Conmemoración Anual
en Homenaje a las Víctimas del
Holocausto.
Lamentablemente
debieron
transcurrir seis décadas para que
este alto organismo internacional
haya acordado rendir homenaje a
los seis millones de mártires e
impulsar fuertemente la educación
contra el racismo y la xenofobia.
Estar aquí, en este lugar, es un
sitio que cobra singular, muy especial relevancia, el ministerio de
Educación, en virtud de que la
Argentina junto con otras veinticuatro naciones formen parte del
Grupo de Trabajo para la Cooperación Internacional en la enseñanza, en la recordación y en la investigación del Holocausto.
El pueblo judío hace culto a la
memoria como un deber sagrado.
Olvidar a las víctimas del odio
antisemita nazi sería un triunfo
para los genocidas, para sus cómplices e incluso para los negadores
contemporáneos.
La Shoá pudo ocurrir no sólo
por la perversa máquina asesina del
régimen nazi. Pudo ocurrir por la
indiferencia y el silencio cómplice
de muchas naciones y, además, por
la negativa de admitir a muchos
perseguidos, huyendo del horror,
simplemente por buscar un refugio
seguro, un refugio de paz.
Hay demasiadas actitudes históricas en demasiados países, incluso
en nuestro país, que deben avergonzarnos como seres humanos.
Pero también hay que hacer
mérito a la justicia y debemos destacar la conducta de aquellos justos
de diversas nacionalidades, que
han salvado enorme cantidad de
vidas humanas, aún poniendo en
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riesgo su propia vida. Este hecho,
que es un acto moral, que tiene que
ver con una decisión de vida de los
individuos, es algo que la DAIA
viene destacando en los últimos
actos conmemorativos que se realizan en las embajadas de países
europeos, y los cuales seguiremos
haciendo en el transcurso del año.
Recientemente se cumplieron
sesenta años del Juicio de Nüremberg, cuyo veredicto, el 1º de octubre de 1946, ha documentado fielmente, en un juicio ejemplar, las
atrocidades, en toda su magnitud,
de la maquinaria y el régimen nazi.
Sin embargo, hace algunas décadas
que venimos escuchando algunas
voces que intentan negar lo innegable, ofendiendo y agraviando,
así, la memoria de los mártires y a
los sobrevivientes del horror.
Hoy, casi pensamos que nunca
más lo íbamos a escuchar, por primera vez desde la Shoá escuchamos
a un mandatario de Estado, que
precisamente es el presidente de un
país miembro de aquella Asamblea
General, que hace dos años instituyó este día en conmemoración del
Holocausto, que no sólo comulga
con la ideología, sino que además la
promueve. Promueve convocando a
congresos, promueve convocando a
lo peor del revisionismo pro nazi
solamente por cuestionar la credibilidad de la masacre de casi un tercio del pueblo judío en el mundo.
Realmente, tengo que decir,
estamos avergonzados como lati-
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noamericanos. Hemos visto como
reciben al líder iraní con altos
honores y hasta se lo saluda como
hermano defensor de causas justas.
Quiero decirles a todos los que
transitan ese camino: señores presidentes latinoamericanos, reciban
y abracen a los sobrevivientes, no a
quienes comulgan con el genocidio. Señores presidentes latinoamericanos, visiten Auschwitz y rindan tributo a las víctimas, no a los
apologistas. Señores presidentes
latinoamericanos, cómo justificar
frente a un millón y medio de
niños masacrados por los nazis
saludar como hermano a quien,
precisamente, niega que los hayan
asesinado. Señores presidentes latinoamericanos, cómo se puede
explicar la hospitalidad en su recibimiento a alguien que prometió
públicamente a nivel internacional
borrar del mapa al Estado de Israel,
violentando todas las normas
internacionales de convivencia
entre los Estados.
Por eso tengo que destacar,
como dijimos cuando asumimos la
conducción de la DAIA, destacar la
actitud del Gobierno Nacional en
no comulgar con las propuestas del
líder iraní. Destacar la actitud de la
Cancillería argentina, cómo se trabaja en la Task Force y el compromiso que tiene la Argentina frente
a la educación y la difusión del
Holocausto. Y también destacar la
decisión del presidente Kirchner de
no viajar a la asunción del presidente de Ecuador, sólo por pisar
suelo latinoamericano el presidente iraní.
Pensamos que la educación
para nosotros es un hecho esencial,
por eso es que este compromiso de
la Argentina en la Task Force nos
parece sumamente importante; y
por eso destacamos la labor de la
Cancillería.
Y decimos que es sumamente
esencial porque tenemos que combatir la ignorancia histórica de
muchas familias, hoy en día, que
pueden llegar a suponer que tener
en su casa una estatuita de Hitler y
que los niños puedan jugar pareciera que es algo inofensivo. Y también debemos combatir esa ignorancia histórica por falta de información de muchas familias, que
hemos visto hoy en los medios de
información, que en la ciudad de
Rosario han pintado, hay muchas
pintadas antisemitas frente a la
Universidad de Humanidades,
frente a distintas escuelas, como
ocurrió la semana pasada agraviando a un comercio propiedad de una
judía.
Señores, hemos dicho al principio que la indiferencia y el silencio
de los gobiernos y de las sociedades
permitió la Shoá. No sólo el tributo a los héroes, el homenaje a los
sobrevivientes y el recuerdo a las
víctimas es suficiente. Hace falta
acompañar, incluso, con una muy
fuerte decisión y compromiso de
todos los líderes del mundo, para
señalar y para enfrentar a todos
aquellos personeros del odio.
Debemos recordar, debemos
mantener la memoria viva para
impedir nuevos genocidios y holocaustos a las nuevas generaciones.
Pero también tenemos una obligación: no olvidar que por los silencios de muchos, en el pasado, hoy
debemos realizar muchos, en el presente, muchos minutos de silencio
en los actos de recordación durante
el resto de nuestras vidas.
Muchas gracias.
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Discurso de Moisés Borowicz, sobreviviente
del Holocausto
Soy Moisés Borowicz, sobreviviente del Holocausto, el genocidio
cometido por Hitler y sus secuaces. Mis padres, mis dos hermanos mayores, Yehuda y David, y
yo, éramos una familia de clase
media y buen pasar. Vivíamos en
Sokoly, Polonia, donde yo nací.
Todos ellos fueron asesinados por
la maquinaria nazi. He sobrevivido a siete campos de exterminio;
Maidanek, Blijzin, Plaszow, Wielichka, Mauthausen, Melk y finalmente liberado el 6 de mayo de
1945, en Ebensee.
También estuve escondido en
un bosque en un pozo bajo tierra
con toda mi familia. Un día que
salí del bunker para hacer mis
necesidades detrás de un árbol vi de
lejos un montón de nazis y campesinos; corrí rápido al pozo para avisar a los míos, que nos iban a apresar. Teníamos un pacto de escapar
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para que nos mataran instantáneamente con una bala por la espalda.
Preferíamos morir de esa manera,
antes de padecer los campos de tortura y exterminio.
Empezamos a correr, nos apresaron, nos pusieron en una fila y
nos dejaron al cuidado de un soldado muy viejito. Los demás nazis
corrían buscando otros bunkers.
Mientras estábamos parados, el
soldado disparó contra un árbol y
mató a un pájaro. Miró al pájaro,
al fusil, a mí y le preguntó a mi
madre, “¿es tu hijo?”. Mi madre le
dijo “sí, ¿por qué?” a lo que le contestó: “este muchacho tiene destino de vivir. Cuando él escapaba yo
lo quería matar y el fusil se trabó y
la bala no salió; ahora para el pájaro sí”. Efectivamente, el viejito fue
un adivino, porque toda mi familia
fue exterminada. Más de 100
familiares fueron aniquilados por
los nazis. Quedé solo y el mundo
tenía las puertas cerradas. No
dejaban entrar judíos en ninguna
parte. En Argentina pude pasar
con documentos falsos comprados
en Paraguay.
Cuento mi triste historia para
que esto no se repita nunca más,
para que haya paz en el mundo y
especialmente, para que la escuchen los que niegan el Holocaus-
to. Y a ustedes, queridos amigos y
amigas, si alguna vez se cruzan
con algún negador díganle que
escucharon la historia de un testigo viviente que el próximo mes
cumple 80 años.
Como Moisés, el rescatado del
Nilo, dejó al mundo los Diez Mandamientos, yo, Moisés Borowicz,
quiero dejar mi legado:
Pido en nombre de mis
6.000.000 de hermanos que no
tuvieron sepultura, que haya paz en
el mundo.
Que se estudie la Shoá.
Que se sepa que esto pasó. Invito a todos los hombres, mujeres y
niños del país a conocer el Museo
del Holocausto de Buenos Aires.
Que se eduque por la convivencia en la diversidad cultural, para
que no haya más discriminación. Y
para que esta tragedia no vuelva
ocurrir con pueblo alguno.
Palabras del Ministro de Relaciones
Exteriores, Jorge Taiana
Sr. ministro de Educación, Presidente de la DAIA, Presidente de la
AMIA, representantes del Poder
Diplomático y de organizaciones de
la comunidad judía, de organizaciones de Derechos Humanos,
sobrevivientes, amigos:
Después de las palabras de Moi-
sés Borowicz es difícil agregar algo.
Moisés ha demostrado que a veces
el sufrimiento produce sabiduría.
Tenemos mucho para aprender,
seguir de sus palabras. De todas
maneras quiero contarles dos o tres
cositas. Yo hace casi cuatro años
que llegué al Ministerio y quedé a
cargo de la participación argentina
del Grupo de Trabajo para la conmemoración del Holocausto y, en
ese grupo, nosotros tenemos que
definir dos cosas. Una hacia afuera
qué porque estábamos, qué políticas teníamos allá y otra hacia
adentro, cómo lo coordinábamos
internamente. Externamente fue
relativamente fácil, fue impulsarlo,
fortalecer la presencia, sentir el
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dolor y la responsabilidad de ser el
único país latinoamericano y tener
muy claro que una política de Estado de la República Argentina, de
este Gobierno, es la defensa y la
preservación de los Derechos
Humanos; y en el hecho específico
del Holocausto, el castigo a los responsables que todavía están impunes y, por supuesto, la memoria.
Como ya fue señalado por el
Presidente de la DAIA, la memoria
es una virtud del pueblo judío que
nos deja a todos. La memoria es
imprescindible si nosotros queremos evitar la repetición de hechos
atroces como es éste que estamos
hoy conmemorando, recordando:
el Holocausto, que es, por cierto,
un crimen atroz contra el pueblo
judío, pero es por cierto también tampoco hay que olvidarlo- un crimen atroz contra la dignidad
humana en general. Somos todos
víctimas del Holocausto. Ciertamente, no en la misma medida,
pero sí en cuanto a la ofensa, el
genocidio, la Shoá que significa a la
dignidad humana.
Desde el Grupo de Trabajo
impulsamos la Resolución de
Naciones Unidas de fines del 2005;
la resolución para que la Asamblea
de Naciones Unidas apruebe la
decisión del órgano máximo de la
comunidad internacional, de
recordar el Holocausto. Y la fecha
lógica, la fecha más propia es ese
27 de enero de 1945, cuando se
produce la liberación de Auschwitz.
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A partir de ahí, digo yo, hemos creado una tradición, hemos creado la
tradición de recordar esta fecha. El
año pasado, la primera vez fue en
noviembre de 2006, lo hicimos en
el ministerio de Relaciones Exteriores. Hoy lo hacemos en el ministerio de Educación. Y esto es lo verdaderamente trascendente, el
ministerio de Educación. Y el
apoyo que en el ministerio de Justicia, en el área de Derechos Humanos que tiene el ministerio de Educación hemos encontrado, junto
con las organizaciones con las que
trabajamos por el tema de conmemoración e investigación del Holocausto, para desarrollar esa tarea.
El ministerio de Educación es clave,
la educación del pueblo, el respeto
a la dignidad, a la diversidad, a la
vida; es eso lo que puede impedir la
repetición de un hecho tan atroz
como el genocidio, como la Shoá.
Nosotros tenemos también nuestros crímenes masivos que evitar
repetir, no somos una sociedad
impune al atroz delito colectivo, así
que tenemos más razones todavía
como sociedad para sentirnos más
hermanos, más cerca, más profundamente comprometidos con la
memoria, con el estudio y con la
discusión.
La tarea que se está realizando
acá en el Ministerio y que está apoyando tanta gente de distintos sectores del ámbito educativo y académico es vital y es un compromiso
de futuro. Nosotros tenemos que
crear generaciones que conozcan la
atrocidad del Holocausto y que les
resulte difícil de aceptar que la
humanidad pueda caer tan bajo
porque quizás esperamos a que
estén en un mundo donde sea un
poco mejor.
Una cosa última quiero decirles.
Ya en el Grupo de Trabajo la Argentina había propuesto y se aceptó
–cito-: “que aquellos que nieguen o
cuestionen la existencia del Holocausto se colocan en un lugar desafortunado y anacrónico donde
negando la existencia de hechos
obvios crean una falsa noción
sobre la historia de la humanidad y
desafían la existencia y el valor de
lo que hoy conocemos como derecho internacional de los Derechos
Humanos”. Esa fue una iniciativa
Argentina que fue adoptada por
consenso por el plenario de la Task
Force. Quiero decirles ahora que
hace 48 horas, a las tres de la tarde
del martes, la Argentina, junto con
la Unión Europea, Japón, Estados
Unidos, Australia, Nueva Zelanda y
otro grupo de países hemos presentado sobre tablas un proyecto de
resolución sobre el rechazo a la
negación del Holocausto para que
sea considerado por el plenario de
Naciones Unidas y esperamos que
esa consideración tome lugar
mañana.
Este proyecto, en su parte preambular, “rechaza cualquier acción
tendiente a negar el Holocausto
pues al ignorar terribles eventos
históricos como éste aumenta el
riesgo de que se repitan y reafirma
el derecho de los pueblos y los
gobiernos a un mundo sin genocidio”. Por su parte, en la parte resolutiva, y de manera clara y contundente “condena sin ninguna reserva cualquier negación del Holocausto y exhorta a todos los Estados miembros de Naciones Unidas,
sin excepciones, a rechazar cualquier negación del Holocausto
como un evento histórico total o
parcialmente y cualquier actividad
destinada a ese propósito”. Son
modestas contribuciones, pero son
los pasos que estamos en disposición y que tenemos la voluntad de
dar, sintiéndonos que así estamos
acompañando a una sociedad
como la argentina que tiene una
firme convicción de evitar la negación del Holocausto y la repetición
de cualquier forma de genocidio o
crimen masivo.
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Discurso del Ministro de Educación,
Daniel Filmus
Muy buenas tardes a todas y
todos, Sr. Canciller, Sr. Secretario de Estado, Sr. Presidente
de la DAIA, Sr. Presidente de
la AMIA, Sres. Embajadores,
Sra. Presidenta de las Abuelas
de Plaza de Mayo, Estela De
Carlotto, Sra. Presidenta del
Inadi, amigas y amigos.
Realmente para el Ministerio de Educación, Ciencia y
Tecnología, para el Gobierno
argentino, para las autoridades que estamos aquí, es un
honor realizar este acto y, al
mismo tiempo, un gran compromiso lle var adelante las
tareas que la Comisión por la
Conmemoración del Holocausto nos e xige. Est amos
dando lugar a un pensamiento
que seguramente muchos de
los que están aquí han leído y
que hemos estudiado como
educadores, de Tehodor Adorno. Él planteaba hace mucho
tiempo que “si hubiere que
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encontrarle un sentido a la
educación
es
e vit ar
que
Auschwitz se repita”. Este elemento nos parece que es central porque es verdad que los
sistemas educativos son aquellas instituciones destinadas a
transmitir de generación en
generación aquellos conocimientos, pero también aquellos valores que nosotros creemos que tienen que perdurar
en la humanidad. El sistema
educativo argentino ha decidido en múltiples ocasiones que
el Holocausto, que la Shoá,
que la memoria tiene que conformar uno de los elementos
fundamentales de las nuevas
generaciones en nuestro país y
que este compromiso con la
memoria tiene que ser uno de
los hechos fundamentales que
formen una generación humanista, una generación sensible, solidaria, que acepta la
diversidad.
Quiero señalar que Argentina es el único país en la
región que ya antes de que
hubiera sido estipulado este
día por las Naciones Unidas,
había definido para todo su
sistema educativo en el Consejo Federal de Educación,
hace unos años, que el 19 de
abril iba a ser conmemorado
en las escuelas como el Día de
la Diversidad Cultural, que es
el día del Levantamiento del
Ghetto de Varsovia. Es el día
también para valorizar a aquellos que se levantaron contra
el genocidio nazi y realmente
est a tradición que tiene la
Argentina en cuanto a la formación de las nuevas generaciones, como decía recién el
Canciller, tiene que ver también con los dolores que a
nosotros nos han ocasionado
como país. Y no podemos permitir de ninguna manera,
como también fue señalado,
que esto sea negado y, como
decía Moisés recién, “cuento
mi historia para que no se
repita”. Si tiene algún sentido
contar la historia es para que
no se repita.
Pero no se trata solo de
contar la historia, no se trata
solo de trasmitir memor ia,
sino que se trata de generar la
indignación de nuestros chicos, de nuestros jóvenes, de
despertar el sentimiento que
va mucho más allá de la
memoria y que genera la posibilidad de que efectivamente
tengamos en nosotros las condiciones para que nuestros
chicos, que nuestros jóvenes,
nuestros
adolescentes
se
levanten una y otra vez contra
todo intento de negar el Holocausto y se levanten una y
otra vez contra todo intento
de eliminar la dignidad de los
seres humanos sobre esta tier ra. Y, per mít anme señalar
que, como parte de los com-
promisos que la Cancillería ha
encabezado en la última reunión de Budapest, la Argentina está cumpliendo estrictamente el papel, no sólo de
capacitar a los docentes de
todo el país -porque para
poder trasmitir esto a las
aulas,
los
docentes,
los
880.000 docentes argentinos,
son los actores fundamentales- sino que en la última reunión del Mercosur que se realizara hace poco más de un
mes, Argentina asumió el
compromiso también de llevar
esta capacitación hacia otros
países de la región por la
experiencia, por el trabajo, y
por lo que hemos desarrollado
en este tiempo para que efectivamente esto no quede circunscrito a la Argentina como
único país latinoamer icano
que participa del Grupo, sino
que los podamos llevar a absolut amente todos países del
Mercosur y de la región.
Esto nos parece que es fundamental, nos parece que es
decisivo, e insisto que es un
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honor poder realizar esta reunión aquí, es un honor poder
compar tir este momento de
memoria, pero también es un
compromiso fuer te con el
futuro. Uno de los momentos
más emocionantes, uno de los
momentos más duros que pasé
en mi vida, ha sido la visita
que hicimos con el Presidente
de la Nación en ocasión de ir
a Alemania, hace poco más de
dos años, cuando fuimos al
campo de concentración de
Dachau. Una y otra vez teníamos que salir de los lugares a
tomar aire con el Presidente,
con su señora esposa, con el
resto de la delegación argentina porque nos ahogaba, nos
sofocaba aquello que estábamos viendo porque no podíamos creer hasta qué punto las
atrocidades que come tió el
nazismo podían haber golpeado tan fuertemente la dignidad de los hombres; y recibí
en aquel momento la indicación precisa del Presidente de
llevar a nuestras escuelas esta
parte de la historia, con profundidad, no en la memoria
de bronce, sino en la educación, en los valores, que es el
elemento principal que nos va
a permitir a nosotros no repetir estas situaciones, llevarlo
hasta el último de nuestros
chicos. Nuestras escuelas tienen diez millones y medio de
chicos, jóvenes y adolescentes
de todos los días. Hay 44 mil
escuelas. Cada una de estas
escuelas tiene que ser valuarte
14
de la constr ucción de un
mundo distinto, de un mundo
que nunca más pueda estar
sometido a barbaries como el
Holocausto.
Por eso insisto en utilizar
este momento para reafirmar
nuestro compromiso. Por eso
creemos que el trabajo conjunto con las autoridades de
otros organismos est at ales,
pero fundamentalmente con
las organizaciones que participan del grupo por Argentina
como la DAIA, es fundamental; y señalo que realmente a
través de materiales específicos, a través de la elaboración
de trabajos que estamos realizando, a través de la compra
de bibliografía para que las
escuelas tengan. Las escuelas
argentinas se van convirtiendo de a poco, con el trabajo
mancomunado, en baluar tes
de la lucha por el humanismo,
por la paz y por la no repetición jamás de la Shoá.
Sinceramente les agradecemos la presencia a todos ustedes. No es en un día de conmemoración que se resuelven
estos temas; sabemos que no
es así. Sabemos que es el trabajo cotidiano en las escuelas
y en la distribución de valores
que ellas significan. Pero creemos que el día de hoy, estar
todos juntos, nos da más fuerzas para que desde el lugar que
a cada uno le toca realizar su
tarea digamos una vez más no,
no solo a la Shoá sino a aquellos que la niegan.
Homenajes en el interior del país
La DAIA filial Tucumán, junto al gobierno de esa provincia y el
arzobispado llevaron a cabo un acto el 29 de enero, en la Catedral de la ciudad, en el que se inauguró la muestra “Ghetto e
historias compartidas”, que contó con la presencia del gobernador José Alperovich, el arzobispo de Tucumán, Mons. Héctor
Luis Villalba, el presidente de la DAIA central, Aldo Donzis; el
vicepresidente 4º de la entidad, Jaime Salamon; el presidente de
la DAIA filial Tucumán, Osvaldo Aiziczon; la titular del INADI,
María José Lubertino, y los embajadores de Rumania, Víctor
Micula; de Francia, Frederic du Laurens; y de Israel, Rafael
Eldad.
En la ocasión, Donzis expresó que “todavía no hay conciencia en la sociedad del horror que significó el Holocausto para la
humanidad en el siglo pasado. Por eso estamos abocados a hacer
docencia para impulsar campañas contra las manifestaciones
antisemitas. Queremos evitar
que las próximas generaciones
sufran un horror de esta naturaleza”.
Asimismo, en Santiago del
Estero, la Sociedad Israelita,
junto a la DAIA y el ministerio
de Justicia, Trabajo y Derechos
Humanos llevaron a cabo el 30
de enero un acto en el que se
proyectó la película “The
Secret” y al que asistieron el
ministro Daniel Daives; la presidente de la filial DAIA local,
Elena Bumaguin, y el vicepresidente 4º Salamon.
El gobernador Gerardo Zamora manifestó que “debemos
generar conciencia a través de la participación, del protagonismo y de la educación de todos estos hechos horrorosos que no
deben olvidarse, pero que fundamentalmente deben calar muy
hondo en la conciencia de los seres humanos para que podamos
superar estos dramáticos momentos”.
15
La DAIA es la institución que representa a la comunidad
judía argentina y lleva adelante la tarea de preservar los
Derechos Humanos erradicando el antisemitismo, la
discriminación y la persecución de las minorías. Vela por
la seguridad de los integrantes de la comunidad judía y
de sus instituciones.
Pasteur 633 7º · 4378-3200
www.daia.org.ar · [email protected]
Esta publicación fue editada por el Departamento de
Prensa y Comunicación de la DAIA