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9ª. Conferencia Bianual de la International Association of Genocide Scholars.
Genocidio. Verdad, Memoria, Justicia, y Elaboración.
19 al 22 de Julio de 2011.
Centro de Estudios sobre Genocidio, Universidad Nacional Tres de Febrero,
Buenos Aires, Argentina.
“Eso ya se me está olvidando, ustedes me están haciendo recordar”. Treinta años
después. Recordar, olvidar y callar en Maya Tecún, Champotón, Campeche, México.
Betsabe Adriana Martínez Manzanero1
El Colegio de Michoacán, A. C. –MÉXICO.
El genocidio emprendido por el Estado guatemalteco a inicios de la década de 1980,
provocó el desplazamiento forzado de los indígenas mayas hacia territorio mexicano. Cifras
oficiales calculan el ingreso de 46, 000 personas2, aunque de manera extra oficial se
estiman hasta 200,0003. En este destino, les fue impuesta la categoría política internacional
de “refugiados”4 y se les concentró en campamentos bajo la administración de la Comisión
Mexicana de Ayuda a Refugiados (COMAR) y del Alto Comisionado de las Naciones
Unidas para Refugiados (ACNUR). En 1984 un grupo fue reubicado en un campamento en
el estado de Campeche, al que se le nombró Maya Tecún5, mismo que con el tiempo fue
incorporado a la República Mexicana como pueblo, pero con aspectos muy particulares.
1
Estudiante del Doctorado en Antropología Social por El Colegio de Michoacán, A. C.
[email protected]
2
Cifra oficial indicada por la COMAR en el sitio web de la Institución. Consultado en línea el10 de julio de
2009. Disponible en: http://www.comar.gob.mx/es/COMAR/El_refugio_guatemalteco
3
Castillo, Miguel Ángel (2006) Mexico: Caught Between the United States and Central America. Consultado
en línea el 30 agosto 2011. Disponible en:
http://www.migrationinformation.org/Feature/display.cfm?ID=389
4
Según la ACNUR, un refugiado es un persona que: “Debido a fundados temores de ser perseguida por
motivos de raza, religión, nacionalidad, pertenencia a un determinado grupo social u opiniones políticas, se
encuentre fuera del país de su nacionalidad y no pueda o, a causa de dichos temores, no quiera acogerse a
la protección de tal país”. Fuente: ACNUR, Consultado en línea en 12 de junio de 2011. Disponible en:
http://www.acnur.org/t3/a-quien-ayuda/refugiados/
5
Se trata de dos ex campamentos de refugiados fundados en mayo de 1984 y denominados Maya Tecún I y
II, respectivamente. Separados por la distancia de un kilómetro, pero compartiendo la misma historia y
1
Lo que voy a presentar es un avance temprano de un proyecto de investigación, que
intenta introducir los elementos para entender la construcción de la memoria ubicada a
partir de las narrativas y testimonios de los guatemaltecos que habitan, entran y salen de
Maya Tecún. De manera concreta me referiré al caso de dos hermanos Rogelio (ex
guerrillero) y Teresa (ama de casa), ya que me permite comprender la existencia de
dificultades cuando se trata de narrar lo vivido y la incompatibilidad que hay entre dos
maneras de recordar el genocidio guatemalteco.
Señalaré que los indígenas mayas emprendieron múltiples trayectorias para huir de la
violencia. México, Canadá y Estados Unidos se establecieron como algunos de los destinos
más importantes. Se trata de una población en diáspora, que se ha enfrentado ante
circunstancias y situaciones particulares en cada uno de estos países, mismas que han
interferido en las maneras de recordar. Me voy a centrar en Maya Tecún, como un sitio
donde se observan esfuerzos de reconstrucción de lazos estrechos con las comunidades de
origen en Guatemala, con los familiares que se refugiaron en Canadá y por la frecuente
migración económica hacia Estados Unidos.
1. Un nodo de la diáspora: Maya Tecún
Es una localidad en la que sus habitantes comparten un pasado común, pero en donde las
formas de recordar son altamente variables e incluso contradictorias. Resulta interesante y
compleja debido a la diversidad de población que allí habita; procedentes de diversos
albergando a la población en las mismas condiciones, por tanto me referiré solamente con el nombre de
Maya Tecún. Las localidades se encuentran en el municipio de Champotón, a 70 km de la capital del estado
de Campeche, México. El reconocimiento legal de las comunidades como centros de población se dio en
1998 y se empezó a hacer vigente a partir de 1999. Con ello se retiraron las autoridades de la Comisión
Mexicana de Ayuda a Refugiados (COMAR) y del ACNUR, y los asentamientos pasaron a la administración del
estado de Campeche.
2
departamentos (Huehuetenango, El Quiché y el Petén, principalmente), pertenecientes a
distintos grupos étnicos (k´ekchis, quiches, mames, kanjobales, jacaltecos y chujs) y con
una amplia variedad religiosa (católicos, evangélicos, testigos de Jehová). Mencionaré la
elección del topónimo (propuesto por los refugiados y sometido a votación) ya que da
pistas sobre los orígenes de la comunidad, de algunos de los mitos que prevalecen, y del
tipo de relaciones que mantienen tanto interna y externamente. Maya refiere a la raíz étnica
de la población y da cuenta de la procedencia común de todos los grupos étnicos
concentrados en ese lugar. Tecún, alude al guerrero y último gobernante k´ekchí,
reconocido como héroe nacional de Guatemala, a su vez relacionado con el Quetzal, ave
considerada también símbolo de ese país. La relevancia discursiva que se encuentra en el
otorgamiento de un nombre al campamento de refugiados, está relacionada con el carácter
fundacional de la comunidad. Con esto quiero apuntar a la emergencia de ciertos mitos y
relatos que sustentan los orígenes de la población, de ese “nosotros”, que a su vez muestra
la reterritorialización de un nacionalismo reconocido al estar en otro contexto.
En cuanto a la distribución en el espacio, se conformaron grupos de acuerdo a la
etnia y se asentaron en barrios que bautizaron retomando los nombres de las aldeas de
procedencia en Guatemala (Santa María Tzejá, Santa María Dolores, Cuarto Pueblo, San
Antonio Chiquito, y otros). Esto les procuró una cierta participación social, política y
religiosa, que en algunos casos evocaba a la manera organizativa del lugar de origen, y les
facilitó la comunicación con las instituciones que resguardaban el asentamiento. Se observa
un tiempo histórico y una espacialidad guatemalteca, reconstruida en el tiempo- espacio
mexicano, que a su vez conllevó a una cohesión grupal e indentitaria, y provocó la división
y contraste con los demás grupos, situación que perdura hasta la actualidad. Por ejemplo,
3
una vez escuché comentar a Catalina (mam), lo siguiente: “conocí el infierno al vivir cerca
de los kanjobales”. En cambio, en otra ocasión María (k´ekchí), me dijo: “los mames son
peleoneros, puro pleito es esa gente”. La construcción de un “nosotros” está estrechamente
ligada con la concepción de un origen común y específicamente a una lengua, costumbres y
lugar de procedencia similares. La distinción entre un “nosotros/ ustedes” es reforzada por
la disposición en el espacio que condensa las relaciones de origen histórico propias del país
de nacimiento. Sin embargo, cuando la marcada diferenciación que repercute en la
dinámica social al interior de la comunidad se pone en relación con otras comunidades
mexicanas, con los retornados, y con aquellos que se quedaron en Guatemala, la
construcción de un “nosotros” se llena de tensiones y adquiere diversas formas según se
establezcan las interacciones. Así en la diáspora guatemalteca podemos notar distintos ejes
de diferenciación. Por ejemplo, los que decidieron permanecer en México son considerados
como “mexicanos” por sus parientes que se retornaron o que nunca salieron de Guatemala.
Mientras que aquella generación mayor que formó Maya Tecún afirma que, y aquí recupero
una frase de don Ángel (quiche): “ya no se siente como antes, ya no es lo mismo, nosotros
somos refugiados”. Estas oposiciones nos indican la incorporación de categorías impuestas
por las instituciones, además de demarcaciones en el cruce del espacio Guatemala/ México
y en el tiempo antes/ ahora, que dan nuevos sentidos a la persona, a la comunidad y a la
manera de construir narrativamente la memoria y de posicionarse en el presente.
Sugiero que cuando la versión que se ha construido acerca del pasado se pone de
relieve en otro contexto, se genera una especie de choque de las placas tectónicas que
provocan rupturas, puntos de quiebre en donde las interpretaciones tienen que ser
4
repensadas. Surgen cuestionamientos, dudas e incertidumbres y es entonces que nuevas
versiones del pasado toman forma.
2. Recordar, olvidar y callar.
Ahora voy a recuperar para la presentación las narraciones de Rogelio y Teresa, dos
hermanos que conocí en Maya Tecún, y que aunque pertenecen a una misma familia la
diferencia de edades y de género, propició que el desplazamiento forzado y el refugio sean
recordados de diversas maneras. Él fue guerrillero y ella una niña durante la peor etapa de
la violencia emprendida por el Estado. Para Teresa la experiencia límite al escapar de una
masacre es la explicación de su situación actual. Nos dice: “creo que por eso estoy enferma
de susto, de nervios, no sé”. Las vivencias del presente son influidas por los sentidos que se
le otorgan al pasado. Aunque Teresa participa en la organización de la fiesta que año con
año se hace en honor a San Miguel Arcángel, el patrono de la comunidad de la que ella es
originaria en Guatemala, no tiene ganas de regresar a ese lugar. Afirma que aún siente
miedo y declara: “No sé si porque sufrimos ya no es lo mismo. Como que da nervios, da
coraje, no sé. Como que todavía le traigo coraje a la gente que está allá. A los viejos porque
seguro participaron allá cuando hubo la guerra”.
Teresa señala bajo sus propios términos culturales lo que le pasa, “a mí me fregó el
diablo, es que me pasó eso”. Hace poco más de un año, ella ha comenzado a recibir
tratamiento psicológico y ha apropiado un lenguaje médico que le permite nombrar como
“depresión” a lo que ella siente y reconoce estar “traumada”, lo cual contribuye a darle
sentido a los recuerdos que no podía transmitir o que prefería callar. La socióloga argentina
Elizabeth Jelin nos indica que, “faltan las palabras, faltan los recuerdos. La memoria queda
desarticulada y sólo aparecen huellas dolorosas, patologías y silencios. Lo traumático altera
5
la temporalidad de otros procesos psíquicos y la memoria no los puede tomar, no puede
recuperar, transmitir o comunicar lo vivido” 6 . Es así que, los acontecimientos traumáticos
generan rupturas en la capacidad de enunciar.
Sin embargo, mientras puede presentarse la dificultad de encontrar las palabras para
narrar algunas experiencias, otras son silenciadas. Rogelio, por su parte impone un silencio
a sus recuerdos y declara: “a mis hijos tal vez nunca les voy a decir lo que pasó”. Al
entrevistarlo y preguntarle sobre su pasado yo fui el detonante de sus recuerdos, o mejor
dicho de que fueran exteriorizados. Existen problemas para narrar los pasados, cuando las
diversas formas de recordar se enfrentan. La memoria de los ex refugiados se construye
también en base de silencios y olvidos, y vehículos no estrictamente verbales. Se rememora
a detalle el pasado pero, para poder dar sentido a la vida cotidiana, se genera un olvido
“intencionado” a través de la decisión de no comunicar. Lo vivido no se habla, no se cuenta
a los hijos para evitar que sea transmitido. Es así que el acto de rememorar/ olvidar hace
referencia a una experiencia pasada que va a tener otras connotaciones en su situación
actual.
La narrativa de Rogelio cuestiona la experiencia de violencia que vivió en su etapa
de guerrillero. En su relato también se detallan sus tránsitos por distintos Estados - Nación.
Llegó a México desertando de la guerrilla, se refugió en Canadá donde consiguió la
residencia (la cual perdería después), y migró a Estados Unidos en búsqueda de mejorar su
situación económica, actualmente es dueño de su propio rancho en Maya Tecún. En uno de
esos desplazamientos entre Estados Unidos y Canadá fue detenido por el Federal Bureau of
Investigation (FBI) y sometido a un interrogatorio ya que se le consideró un posible
6
Jelin, Elizabeth. Los Trabajos de la Memoria. Siglo veintiuno. Argentina.2002 Pág. 36.
6
terrorista capaz de atentar contra el militar y ex dictador guatemalteco Efraín Ríos Montt
(1982-83) quien instauró la campaña de tierra arrasada.7 Rogelio reflexiona acerca de las
causas del conflicto armado; percatándose de que aquellos que lo acusaban de ser un
terrorista potencial son igualmente causantes de la guerra en Guatemala. Rememora su
encuentro y el momento en que afirmó haber sido guerrillero, nos relata: “Por una parte tal
vez ellos son los culpables de por qué nos salimos. Y me molesté mucho y no me gustó.
Hasta lloré delante de ellos, y dije: está mal lo que me están preguntando. Y me dijeron:
¿por qué hiciste la revolución?, ¿por qué trabajaste en eso? Trabajé porque yo sé que está
bien lo que estoy haciendo y es para los pobres”. Durante el interrogatorio, las autoridades
estadounidenses reconocieron a Ríos Montt como responsable del genocidio y al mismo
tiempo le adjudicaron al ex guerrillero una posible inclinación terrorista. En ese encuentro a
Rogelio se le cuestionó: “Y si llega el Presidente, el teniente, el que les masacró antes, el
Ríos Montt. ¿Si llega aquí en Canadá eres capaz de hacer un suicidio, un ataque contra él?
Cómo voy a hacer un ataque en contra de él si no tengo nada de armas. No tengo. Eso ya se
me estaba olvidando, ustedes me están haciendo recordar”.
Lo anterior nos da indicios acerca de las posiciones que ocupan cada uno de los
actores. Mientras se protege a Ríos Montt y se niega la intervención estadounidense en el
conflicto armado en Guatemala, se criminaliza al ex guerrillero ubicándolo como alguien
capaz de cometer un acto terrorista. La “sospecha” que causa la presencia de Rogelio en
7
“Política gubernamental y militar de destrucción física total o parcial de las aldeas y de sus habitantes, de
sus animales y de sus siembras. Estas operaciones de matanzas masivas se efectuaban tanto en las aldeas de
origen como en los lugares a donde la población se desplazaba huyendo, creando las condiciones para que
la población muriera de hambre, de frío, de sed, de enfermedades e impidiendo su supervivencia. Las
acciones de arrasamiento y persecución denotaron y connotaron una intención de destrucción y exterminio
de la población” Dewever- Plana, Miquel (2006) La verdad bajo la tierra Guatemala, el genocidio silenciado.
Art Blume S. L. España.
7
Estados Unidos y en Canadá se le confiere al considerar que tiene las condiciones
adecuadas para retornar a Guatemala, tomando como justificación la firma de los Acuerdos
de Paz (1996). Se le acusa de pretender huir, bajo la premisa de que si no está en su país es
debido a que seguramente “tiene algo que temer”.
3. Los guatemaltecos en diáspora.
La narración compartida por Rogelio también conduce a la reflexión sobre la movilidad de
los refugiados mayas guatemaltecos la cual es significativa, aunque el paso por cada uno de
esos Estados- Nación trae consigo diferentes implicaciones. Puedo referirme por ejemplo,
en las adscripciones de identidad, nombrarse indígena, guatemalteco, latino; de estatus
legal, refugiado, retornado, naturalizado, entre otras. Lo que se detecta es que hay
numerosos ejes de diferenciación, que implican que los guatemaltecos estén en la búsqueda
constante del reconocimiento ante distintas instituciones y burocracias. Me explicaré, en
México y en Canadá los guatemaltecos solicitaron refugio y gradualmente obtuvieron una
regularización en su estatus legal, mientras que en Estados Unidos se les ha postergado la
resolución a través de otorgarles permisos provisionales que eventualmente renuevan. A
partir de la firma de los Acuerdos de Paz de 1996, se considera que los refugiados
guatemaltecos ya no tienen razones para permanecer en Estados Unidos por tanto, la
situación de cerca de 250, 0008 personas es inestable. La rigurosidad de las políticas de
deportación afecta a los damnificados de la Guerra Fría en Centroamérica. El problema
también deriva de la omisión del presidente guatemalteco Álvaro Arzú (1996- 2000), al no
8
Según la página web Guatemaltecos en USA. Información consultada en línea el 08 de junio de 2011.
http://www.guatemalaenusa.net/index.php?option=com_content&view=category&layout=blog&i
d=5&Itemid=16
8
incluir algún punto sobre la regularización de la población en exilio durante la firma de los
Acuerdos. Reparar en los testimonios y en las múltiples trayectorias de los refugiados entre
los diferentes Estados- Nación, también es documentar y testimoniar algunas de las
consecuencias de ese conflicto.
Los guatemaltecos en diáspora han mantenido sus relaciones familiares y los lazos
afectivos de manera importante; no obstante sus dependencias son desiguales, siempre
repletas de tensiones y en peligro de romperse, porque las personas sin derecho a cualquier
país dependen de aquellos que han logrado obtener un estatus legal y recuperar su
capacidad política, aunado a la ruptura del tejido social causada por el genocidio. Las
formas de imaginar y de narrar el refugio tienen muchas variaciones, lo que complica las
relaciones a la vez que expresa sus desencuentros.
Lo que he querido mostrar en esta intervención, son algunos de los problemas que
surgen al intentar hacer coincidir las narrativas para una población que se encuentra en
constante movimiento y que continuamente tiene que reenmarcar un pasado de violencia.
Al recuperar las narraciones de Teresa y Rogelio quería aludir a algunas de esas
contradicciones existentes en la construcción de la memoria. Dentro de la comunidad las
explicaciones pueden ser enmarcadas en sus propios términos culturales, por ejemplo
cuando Teresa menciona que está enferma de “susto”. En cambio en su tránsito por otros
Estados- Nación, Rogelio tiene que darle otro sentido a su experiencia. Estos ejemplos no
son aislados, sino que son comunes para los guatemaltecos en diáspora.
El encuentro con Rogelio pudo llevarse a cabo debido a la propuesta de Teresa. Ella
fue quién la sugirió, la que explicó y convenció a su hermano de hablar. Para ella, conocer
la memoria de su hermano le permitía enmarcar sus propios recuerdos y a mí me abría la
9
puerta para la reflexión sobre los sentidos que el refugio ha adquirido para quienes, como
Rogelio, son los sobrevivientes de un genocidio.
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