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En Actas del III Congreso Internacional “Transformaciones culturales. Debates de la teoría, la
crítica y la lingüística, Departamento de Letras, Facultad de Filosofía y Letras, UBA, 2008, ISBN
978-987-1450-53-4, CD-rom
PREDICACIONES SECUNDARIAS CON ESTRUCTURAS REGIDAS
Augusto M. Trombetta, Hilda Albano y Mabel Giammatteo
Universidad de Buenos Aires
0. INTRODUCCIÓN
En este trabajo nos proponemos desarrollar los argumentos sintácticos y semánticos que
muestran que debemos interpretar algunas construcciones preposicionales regidas como
parte de la predicación que encabeza el verbo. Para ello, en primer lugar nos centraremos
en caracterizar las estructuras de transitividad de régimen (con complemento de régimen
preposicional, CP) a fin de establecer sus semejanzas y, en la línea de Kovacci (1999),
mostrar su incompatibilidad oracional con las otras construcciones transitivas, las de
complemento directo (CD). El planteo que vamos a defender al respecto es que el CD y el
CP son opciones alternantes entre las que los verbos eligen y que, por lo tanto, su presencia
simultánea en la oración resulta incompatible por razones estructurales y temáticas.
En segundo lugar, nos ocuparemos de oraciones del tipo de El mago convirtió al
príncipe en sapo o Juan confundió a Pedro con un ladrón, muchas veces analizadas como
formadas por un CD y un CP, a fin de demostrar que las estructuras preposicionales (en
sapo, con su hermano mellizo) constituyen verdaderas predicaciones secundarias y, en este
sentido, completan el significado de la predicación verbal (principal). Fundamentamos
nuestro planteo en que no se trata de expresiones referenciales, pasibles de adquirir los
papeles temáticos requeridos por el verbo, sino de expresiones que denotan clases. En casos
como El mago convirtió a los príncipes en sapos o Juan confundió a Pedro y a su hermano
con ladrones, la posibilidad de concordar a distancia resulta un argumento definitorio para
considerar a los sintagmas preposicionales (SP) regidos como predicaciones secundarias y
no como argumentos verbales.
1. TRANSITIVIDAD DE RÉGIMEN Y COMPLEMENTO DE RÉGIMEN
PREPOSICIONAL
Como todos bien sabemos, en español no es posible decir *Juan insiste su inocencia o
*Marina depende sus padres. En ambos casos, reconocidos en las gramáticas como de
transitividad de régimen preposicional (Cano 1981, 359 y ss.; Hernanz y Brucart 1987, 262
y ss.), entre el verbo y su complemento media un elemento preposicional de enlace, que
puede ser no solo en (Insiste en su inocencia) o de (Depende de sus padres), sino también
otros como a, con o por.
1
Según Hernanz y Brucart (1987, 262), a diferencia del complemento indirecto (CI),
el CP no está supeditado a la existencia de un CD. Por otra parte, para estos autores,
la relación existente entre el CP y el verbo presenta paralelismos notables [...]
con la que media entre éste y el CD. Las razones de ello obedecen en parte a
que ambos tipos de complementos entran en configuraciones estructurales muy
semejantes, en las que la conexión entre el V y el argumento interno no se halla
mediatizada, como en el caso del CI, por otro argumento (la bastardilla es
nuestra):
a.
SV
|
V’
V
b.
SN
[CD]
SV
|
V’
V
SP [CP]
P
SN
Para los autores citados, a diferencia de las preposiciones que introducen
circunstanciales, que no solo tienen significado propio, sino que también asignan papel
temático al SN que rigen, las preposiciones que encabezan el CP son semánticamente
vacías, aunque les corresponde asignar caso (preposicional o terminal). No obstante, la
denominación que utilizan estos autores no distingue entre las preposiciones del régimen y
la que introduce al CD de persona, que es mera marca de función. Para señalar esta
diferencia, en Giammatteo y Albano (2006, 59), se hace la siguiente distinción, que
adoptaremos aquí, entre:
-
preposiciones plenas: son núcleo de un SP, ya que tienen significado propio (por lo
que pueden ser sustituidas por otra preposición o locución de significado
equivalente) y asignan papel temático, como las que introducen los circunstanciales;
-
preposiciones semiplenas: están vacías de significado, pero asignan caso (terminal o
preposicional) al SN que las acompaña, como las del CP, en el que la preposición
integra con el verbo “una unidad cohesionada semánticamente” (Hernanz y Brucart
1987, 263). En estas construcciones, el papel temático de tema lo asigna el verbo, lo
mismo que en el CD, por eso en ambos casos es posible hablar de transitividad;
-
preposiciones vacías o gramaticalizadas: tampoco tienen significado, pero se
desempeñan como meras marcas de función, ya que no asignan ni papel temático ni
caso (por ejemplo, la a que introduce el CD de persona, sobre todo cuando es
específica, porque el asignador de caso acusativo sigue siendo el V). Estas
preposiciones no son consideradas núcleo, ya que, como sostiene Demonte (1991,
223), no conforman verdaderos sintagmas preposicionales1.
2
1.1. ¿ ES POSIBLE LA COEXISTENCIA ENTRE EL CD Y EL CP?
1.1.1. Opiniones a favor y en contra
En este apartado seguiremos los planteos de Hernanz y Brucart respecto de las
vinculaciones entre el CD y el CP, dado que, según consideramos, en buena medida
sintetizan las opiniones más representativas en torno al tema. Para estos autores, la
conexión entre el CP y el verbo permite explicar la relativa flexibilidad existente entre
dicha función y la de CD, lo cual los lleva a considerar los siguientes aspectos:
- Muchos verbos, como por ejemplo creer/ creer en, pensar/ pensar en, dudar/ dudar de,
discutir/ discutir de, cuidar/ cuidar de, entre otros, alternan entre transitividad directa (CD)
y de régimen (CP), si bien no en todos los casos ambas estructuras son sinónimas. No
obstante, para Hernanz y Brucart, la diferencia de significación no es achacable a la
preposición, pues el valor de esta no puede ser separado del que corresponde al verbo (cfr.
§ 1)2.
- En algunos casos, las diferencias entre transitividad directa y de régimen preposicional se
neutralizan. Por ejemplo, dado que coexisten Contestar a una carta y Contestar una carta,
tanto la pronominalización contestarla, como la forma participial la carta contestada
(ejemplo de Cano 1981) parecen corresponder indistintamente a ambas. Asimismo, cuando
el CD es una proposición encabezada por el conjuntivo que, la preposición se mantiene “si
bien esta tendencia cuenta con notables fluctuaciones en la lengua hablada” (Hernanz y
Brucart 1987, 265). De modo que alternan:
1. Dudo de todo / dudo de que lo resuelvan / que lo resuelvan.
- Respecto de la cuestión central de la coexistencia oracional de ambos complementos, en
primer lugar, Herranz y Brucart (1987) presentan la opinión de Alarcos (1968, 118), para
quien “son absolutamente incompatibles en un mismo enunciado”. No obstante, Hernanz y
Brucart traen a colación otra cita de este mismo lingüista, en la que este admite que “con
algunos predicados podría objetarse el fundamento de la incompatibilidad…”. Los
ejemplos correspondientes son:
2. Dijo perrerías del maestro,
3. Limpiaron de enemigos la ciudad,
a los que Hernanz y Brucart añaden otros como:
4. Pedro invitó a María a una cerveza,
3
5. La obligaron/ forzaron a confesar,
6. Han acusado al vigilante del asesinato,
7. Acostumbremos a los niños a la disciplina.
Y agregan que, aunque dichos verbos a veces admiten un uso “absoluto”, como en
8. Hoy nos invita Juan,
9. Si la acusan, la defiendes,
sin embargo “parece evidente que la supresión de los sintagmas subrayados [en 4-7] afecta,
en gran número de casos, a la buena formación de la oración resultante” (Hernanz y Brucart
1987, 266). Así, resultan de dudosa aceptabilidad:
10. ?? Han obligado a María,
11. ?? Acostumbremos a los niños.
Siguiendo la terminología de Alarcos, Hernanz y Brucart sostienen que los CP de
los ejemplos presentados no son “aditamentos”, es decir complementos externos a la
subcategorización verbal. Las pruebas que aducen se basan en dos razones:
-
la poca movilidad que tienen esos componentes
12. * A la disciplina acostumbremos a los niños3
-
la resistencia que oponen a ser excluidos del ámbito de la proforma hacerlo:
13. * María acostumbró a los niños al orden y nosotros lo hicimos a la disciplina.
En síntesis, los autores sostienen que no hay ninguna razón para negar la posibilidad
de que el CP se inscriba entre las construcciones con dos objetos, de modo que proponen
que la noción de doble transitividad reconocida para esquemas como V-CD-CI, se haga
extensiva también a estructuras de la forma V-CD-CP.
4
1.1.2. Fijando posición
En la presentación de los argumentos de Alarcos, Hernanz y Brucart se deslizan de la tesis
de la alternancia y la neutralización a la aceptación de la coexistencia entre ambos
complementos, sobre la base de que la omisión de dichos CP volvería anómala a las
oraciones. No obstante, se trata de dos cosas diferentes, los CP de los ejemplos 2-7
(reproducidos más abajo como 14-19), en su mayoría son requeridos no porque constituyan
un régimen, sino porque muchos de los verbos en cuestión son triádicos, solo que a
diferencia de los que exigen CD y CI, estos requieren CD más otro complemento de tipo
circunstancial (CC). Revisemos los casos:
14. Dijo perrerías del maestro (= acerca del maestro, es CC de tema),
15. Limpiaron de enemigos la ciudad (= Eliminaron (a) los enemigos (CD) de la ciudad
(CC de separación o unde latino4); cfr. Limpiaron el traje de manchas = Sacaron
las manchas del traje y también Le limpiaron las manchas al traje; Me manché/
golpeé (en) la frente (= locativo))5,
16. Pedro invitó a María a una cerveza. (a una cerveza es CC de fin con V elidido
tomar),
17. La obligaron/ forzaron a confesar. (= para que confesara, es CC de fin),
18. Han acusado al vigilante del asesinato. (= por el asesinato, es CC de causa),
19. Acostumbremos a los niños a la disciplina. (= para la disciplina, es CC de fin).
Mientras los CC son marcados temáticamente por la preposición que los introduce
y, por lo tanto pueden recibir múltiples papeles temáticos (tema en 14; origen en 15; fin en
16, 17 y 19; causa en 18); en el caso del CD y de su variante transitiva alternante, el CP,
dado que el asignador de caso es el verbo, el único papel temático disponible es el de tema.
En este sentido, dado que por el criterio temático cada papel debe ser asignado a un único
argumento, se justifica, entonces, la imposibilidad de que coaparezcan ambos CD y CP,
como sostienen Alarcos y Kovacci. Más bien, como plantea el primer argumento de
Hernanz y Brucart, se trata de alternancias para manifestar la transitividad entre las que los
verbos optan, aunque algunos pueden usar una u otra, indistintamente o con cambio de
matiz semántico. Por otra parte, según ya hemos dicho, a diferencia de las preposiciones de
los circunstanciales, ya sean opcionales o requeridos por verbos triádicos, como los de los
ejemplos 14-19, las preposiciones de los CP regidos son vacías, aunque les cabe asignar
caso (prepositivo o terminal), puesto que en estas construcciones, la asignación de caso
acusativo por parte del verbo está bloqueada, en tanto y en cuanto la preposición actúa
como barrera6.
5
1.1.3. Una prueba adicional: las subclases de verbos que exigen CP
Rodríguez Ramalle7 (2005), quien coincide con Hernanz y Brucart en señalar la
coaparición de CD y CP, plantea que existen dos clases de CP. Aunque la autora las
presenta como dos clases de complemento régimen, en realidad se trata de dos clases de
verbos:
-
los que permiten la omisión del CP (abusar de, alardear de, prescindir de, hablar
de, soñar con, discrepar de, renunciar a, entre otros) y que, por lo tanto, pueden
generar estructuras como Yo renuncio, Todos discrepamos. Dentro de este grupo, se
encuentran los verbos que admiten alternancias de uso con y sin preposición
(pensar, soñar, hablar)8;
-
los que exigen la presencia obligatoria del CP, como abundar en, versar sobre,
constar de, redundar en, adolecer de (cfr. *Este libro consta; *Mi trabajo versa).
Según Rodríguez Ramalle, estos verbos no permiten omitir la preposición, lo que
ejemplifica con Mi libro trata de los adverbios y consta de cinco capítulos, aunque
a nuestro juicio, en el primer caso, la omisión es posible Mi libro trata los
adverbios… Otra diferencia con el grupo anterior que señala esta autora es que
mientras aquellos son agentivos (Juan renunció intencionadamente a la plaza), los
de este grupo suelen construirse con sujetos no animados
[con] las propiedades de un tema, por lo que los verbos que los proyectan
son inacusativos. La estructura argumental de tales predicados contiene,
por tanto, dos argumentos internos que establecen una relación especial
de parte-todo o poseedor-poseído, en la que se implican mutuamente
(Rodríguez Ramalle 2005, 263-264)9.
Desde la perspectiva de la argumentación que venimos desarrollando, la anterior
distinción refuerza el paralelismo de las construcciones de CP regidas con las de
transitividad directa, entre las que también se distinguen dos subclases de verbos, los que
admiten la omisión del CD, como comer o beber, y aquellos con los que la elisión no es
posible, como decir o comprar.
En síntesis, es posible señalar que el CP régimen es un argumento verbal que
típicamente se interpreta como un tema o paciente semántico, de donde derivan tanto su
posibilidad de alternar con el objeto directo (20) como la de pronominalizar por la forma
objetiva correspondiente (21):
20. a. Juan creyó en tus palabras.
b. Juan creyó tus palabras.
6
21. a. La mujer golpeó al atacante que intentó abusar de ella.
b. La mujer golpeó al atacante que intentó abusarla.
2. COMPLEMENTO DIRECTO Y PREDICACIÓN SECUNDARIA
2.1. Estructura sintáctica
Si, según hemos visto, el CP representa una construcción alternante con el CD, pero nunca
coaparece con él, ¿cómo debemos considerar oraciones como las 22-23?:
22. a. El mago convirtió al príncipe en sapo.
b. El mago convirtió a los príncipes en sapos.
23. a. Para la fiesta Juan vistió a su hijo de/como payaso.
b. Para la fiesta Juan vistió a sus hijos de/como payasos.10
A partir del dato que nos ofrece la concordancia (23a. al príncipe en sapo / b. a los
príncipes en sapos; 23 a. a su hijo de payaso / b. a sus hijos de payasos) observamos que
las estructuras encabezadas por preposición no son CP de régimen, como suelen tratarlas
las gramáticas. Ahora bien, ¿cómo corresponde considerarlas?
Según sabemos, la sintaxis oracional conjuga expresiones referenciales, que refieren
a objetos (habitualmente aparecen actualizadas y delimitadas por diferentes procedimientos
léxicos y gramaticales), y expresiones predicativas, que predican estados o procesos sobre
objetos, a los que les asignan valores semánticos básicos. Si bien de manera característica la
oración se articula alrededor de una expresión predicativa, el verbo, que la organiza como
unidad autónoma, junto a esta predicación principal puede existir alguna otra expresión
predicativa que complete la semántica verbal. En el análisis funcional clásico, las
denominaciones de “predicado” y “predicativo” retomaban las diferencias entre
predicaciones principales y secundarias.
Lo dicho sirve para plantear que, a nuestro juicio, en los ejemplos 22-23 los CP
deben ser considerados verdaderas predicaciones secundarias, que completan el significado
de la predicación verbal (principal), puesto que no se trata de expresiones referenciales,
pasibles de adquirir los valores semánticos (es decir, papeles temáticos) requeridos por el
verbo, sino de expresiones que denotan clases. En los casos presentados anteriormente, la
posibilidad de concordar a distancia es un argumento definitorio para considerar a los
sintagmas preposicionales regidos como predicaciones secundarias y no como argumentos
verbales.
Asimismo, los ejemplos muestran que la pronominalización del objeto verbal
conduce a oraciones bien formadas (24-25):
7
24. a. El mago lo convirtió en sapo.
b. El mago los convirtió en sapos.
25. a. Para la fiesta Juan lo vistió de11/como payaso.
b. Para la fiesta Juan los vistió de/como payasos.
Adicionalmente, también podemos señalar que el valor predicativo de las
construcciones anteriores tanto se da con formulaciones verbales transitivas (26), como con
las variantes intransitivizadas vía pronominal (27), donde se está ante predicativos
subjetivos:
26. a. Para la fiesta Juan se vistió (a sí mismo) de/ como payaso.
b. Para la fiesta Juan y Pedro se vistieron (a sí mismos) de/como payasos.
27. a. Con el tiempo me convertí en especialista en informática.
b. Con el tiempo nos convertimos en especialistas en informática.
El contraste de los ejemplos siguientes muestra, tal vez con mayor claridad, el uso
predicativo, no referencial, del sintagma preposicional con un ladrón (28, predicativo
objetivo), frente al uso referencial, argumental o no, del sintagma preposicional con tu
actitud (29, instrumental):
28. a. Juan confundió a mi hermano con un ladrón.
b. Juan confundió a mis hermanos con ladrones.
pero
29. a. Me confundí con tu actitud (cfr. Tu actitud me confundió).
b. Los confundimos con tu actitud (cfr. Tu actitud los confundió).
Otro aspecto interesante es que los predicativos considerados tradicionalmente
como tales (i. e., los asociados a verbos copulativos o pseudocopulativos) también pueden
ser expresiones referenciales, lo cual abre la posibilidad de plantear diferencias sintácticas y
semánticas entre ellos, que van más allá de la distinción, más que tradicional, entre
obligatorios y no obligatorios. Así, entre los predicativos que van con el verbo ser se
pueden reconocer dos tipos diferentes (30-31):
30. Juan es abogado (el predicativo es una expresión no referencial).
8
31. Juan es mi abogado (el predicativo es una expresión referencial).
Como se sabe, el comportamiento sintáctico de ambas oraciones es diferente. Así, los
predicativos no referenciales no forman estructuras ecuacionales (32a), sino de foco
contrastivo (32b):
32. a. *Abogado es Juan.
b. ABOGADO es Juan.
En contraste con lo anterior, los predicativos referenciales forman estructuras
ecuacionales (33):
33. Mi abogado es Juan.
De manera análoga, las estructuras bajo análisis admiten expresiones referenciales
en la misma posición predicativa habilitada por la estructura que desencadena el verbo:
34. a. Juan confundió a mi hermano con Néstor Kirchner,
b. Juan confundió a mis hermanos con el matrimonio Kirchner.
2.2. Estructura semántico-conceptual
En la interpretación que reciben las oraciones V + CD + Predicativo que estamos
analizando, reconocemos una estructura conceptual básica de carácter estativo,
parafraseable por medio de verbos copulativos o pseudocopulativos. Así, por ejemplo,
tenemos que convertir a X en Y puede ser entendido como “hacer que X sea / llegue a ser /
se vuelva Y”; de la misma manera, vestirse (a sí mismo) de Y se interpretaría como “parecer
Y” (i. e., vestirse de payaso equivale a “parecer un payaso”) y confundir a X con Y se leería
“(creer) que X es Y”.
En la perspectiva de Jackendoff (1983) tendríamos fórmulas conceptuales
como las siguientes:
convertir a X en Y
[Evento CAUSAR [IRIdentificacional[COSA X].[Trayecto HASTA [COSA Y(Tipo/Ejemplar)]
“Evento causativo por el cual una cosa X llega a ser una cosa Y (tipo o ejemplar)”
vestirse (a sí mismo) de Y
[Evento IRIdentificacional[COSA X].[Trayecto HACIA [COSA Y(Tipo/Ejemplar)]
9
“Evento por el cual una cosa X llega a parecerse a una cosa Y (tipo o ejemplar)”
confundir a X con Y
[Estado SERRepresentacional [SERIdentificacional [COSA X].[EN [COSA Y(Tipo/Ejemplar)] [EN LA
MENTE DE ALGUIEN]
“Estado representacional por el cual una cosa X es una cosa Y (tipo o ejemplar), en la
mente de un sujeto”
3. A MODO DE CONCLUSIÓN: ENTRE LÉXICO Y GRAMÁTICA
En este trabajo hemos intentado distinguir entre
-
predicaciones de transitividad directa formadas por V + CD;
-
predicaciones ditransitivas formadas por V + CD + CI;
-
predicaciones triádicas formadas por V + CD + CC;
-
predicaciones de transitividad de régimen formadas por CP alternante (verbos
agentivos), o no (verbos inacusativos), con CD;
-
predicaciones de transitividad directa formadas por V + CD + Predicativo.
A pesar de la aparente transparencia, la anterior esquematización no debe llevarnos a
confusiones. En las predicaciones de transitividad de régimen, la unidad predicativa está
constituida por el verbo y la preposición que lo acompaña: depender de, abusar de, contar
con, insistir en, etc. En cambio, en las construcciones formadas por V + CD + Predicativo,
que podemos parafrasear como confundir a X con Y / convertir a X en Y / vestir a X de Y, la
unidad predicativa está formado por el verbo más el predicativo. De este modo, por
ejemplo, en vestir de gala a X debemos interpretar engalanar a X, mientras que en
convertirse en especialista en informática lo que entendemos es que X se especializa en
informática, si bien muchas veces la unidad léxica correspondiente no existe, como en
convertir en sapo donde no tenemos una forma como *sapear.
NOTAS
1. Además de la a del OD (Veo al enemigo en la otra orilla), también son marcas de función
las preposiciones que introducen el sujeto del infinitivo nominal (El sufrir de Ernesto ‘Ernesto sufre’- me desespera) y las que, en las nominalizaciones, señalan el sujeto (La
10
invasión de los romanos a la Galia -‘Los romanos invadieron la Galia’-) o el objeto (La
destrucción de las Torres Gemelas asombró al mundo -‘Destruyeron las torres gemelas’-). El
carácter puramente funcional de estas preposiciones “puede comprobarse porque, cuando
el sintagma cambia de función, la preposición no se mantiene -El enemigo es visto;
Ernesto sufre, Los romanos invadieron la Galia, Un atentado destruyó las Torres Gemelas-”
(Giammatteo y Albano 2006, 59 y 60).
Hernanz y Brucart (1987, 264) también incluyen otros casos, todos con la preposición
de, como lamentar! lamentarse de, olvidar/olvidarse de, aprovechar/aprovecharse de, en
los que la aparición de la preposición está supeditada a la forma con se, pero no entran
en su análisis pormenorizado.
2
3
Es posible si se focaliza el CP: A LA DISCIPLINA acostumbremos a los niños.
Desde el punto de vista argumental, el CC de separación representa el papel temático
origen (equivalente al ablativo separativo latino, que expresa el punto de partida, o bien la
separación o alejamiento de él).
4
Nos basamos en los análisis clásicos de alternancias del tipo de Cargaron el camión con
fruta / Cargaron fruta en el camión. En estos casos, aunque la estructura sintáctica varía,
los papeles temáticos son constantes: <Ag, T (la fruta), L (en el camión)>.
5
6 Otra diferencia con los circunstanciales es que la preposición del CP no puede ser
reemplazada por otra preposición o locución equivalente. Además, el CP no puede
ascender a sujeto, como lo pueden hacer algunos circunstanciales, sobre todo aquellos
que denotan un valor instrumental:
1. Llenó el vaso de vino/ Llenó el vaso con vino/ El vino llenó el vaso.
2. Cortaron la ruta con tres tractores / Tres tractores cortaron la ruta.
Muchos de los verbos que cita la autora caen bajo el análisis realizado en §1.1.2, para
los ejemplos 14-19 es decir que responden al esquema triádico V-CD-CC. Rodríguez
Ramalle incluye también en el esquema de simultaneidad entre CD y CP a verbos
simétricos como asociar, combinar, comparar, conciliar, confrontar, confundir, contraponer,
cotejar, relacionar, unir, etc. Para explicar estos casos recurrimos a Chomsky (1995, 183184), para quien
7
Los rasgos que se asocian al verbo, pero que no son predecibles a partir de la
entrada léxica, tienen dos posibles fuentes: pueden haber sido elegidos
arbitrariamente a medida que el verbo entraba en la numeración, o pueden
ser el resultado de operaciones que forman palabras complejas por asociación
con otros elementos (...) Si concierne a operaciones sintácticas explícitas, las
categorías afectadas estarán marcadas como categorías que permiten o
requieren afijación...
En su gran mayoría los verbos simétricos forman palabras complejas cuya
estructura incluye la misma preposición con que introduce el complemento. Se trata de
una preposición no vacía, que marca temáticamente a su complemento con valor
sociativo.
De las dos características mencionadas – la omisibilidad del CP y la posibilidad de uso
con y sin preposición – la autora infiere que “tales verbos no proyectan un verdadero SP,
pues la preposición es una simple marca formal, cuya aparición está condicionada, entre
otras cosas, por propiedades relacionadas con la clase de acción a la que pertenece el
predicado verbal” (Rodríguez Ramalle 2005: 263).
8
11
Jackendoff (1990: 116 y ss.) analiza estos casos como estructuras verbales del
subcampo semántico Composición, que refiere de “lo que está hecho” (p. 118) un objeto.
El autor propone que estas estructuras sean analizadas “como una variedad de la función
SER, con un tema y un “objeto de referencia” ” (p. 119). Dentro del subdominio, reconoce
dos estructuras que dan cuenta de la relación parte-todo: a) las composicionales (rasgo
Comp+) – Tres líneas forman un triángulo – y b) las descomposicionales (rasgo Comp-) - El
triángulo consiste de tres líneas –. Ambos tipos presentan un enlace inverso: en las de
tipo a) la parte es tema, y el todo, objeto de referencia; mientras que en las de tipo b), el
SN es tema y el SP, que presenta la restricción del determinante (*El triángulo consiste de
las tres líneas) se considera objeto de referencia. Las correspondientes estructuras
conceptuales son:
9
a. [Estado SERComp+ [3 LÍNEAS].[Lugar EN [UN TRIÁNGULO].
b. [Estado SERComp-[ TRIÁNGULO].[Lugar EN [TRES LÍNEAS].
10
En este usos, la forma como no tiene valor comparativo sino preposicional.
Es necesario aclarar que, además de la acepción que estamos aquí considerando, que
denominaremos vestir de (o como), vestir y vestirse también pueden construirse sin
predicativo: Juan se viste bien/mal/ridículamente.
11
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
ALARCOS, E. 1968. “Verbo transitivo, verbo intransitivo y estructura del predicado”,
Archivum, XVIII, pp. 5-17. En Alarcos.1970. Estudios de gramática funcional del
español, Madrid, Gredos, 109-123.
CANO, R. 1981. Estructuras sintácticas transitivas en el español actual. Madrid: Gredos.
CHOMSKY 1995. The minimalist program. Cambridge: The MIT Press. [Citamos por la
versión española de Romero Morales. 1999. El programa minimalista. Madrid: Alianza
Editorial.]
DEMONTE, V. 1991. Detrás de las palabras. Madrid: Alianza Editorial.
GIAMMATTEO M. y H. ALBANO. 2006. ¿Cómo se clasifican las palabras?. Buenos
Aires: Editorial Littera.
HERNANZ, Mª Ll. Y J. Mª BRUCART. 1987. La sintaxis I. Barcelona: Crítica.
JACKENDOFF, R. 1983. Semantics and cognition. Cambridge, Mass.: The MIT Press.
---. 1990. Semantic structures. Cambridge, Mass.: The MIT Press.
KOVACCI, O. 1990. El comentario gramatical. Madrid: Arco/ Libros.
RODRÍGUEZ RAMALLE, Mª T. 2005. Manual de sintaxis del español. Madrid: Castalia.
12
NOTAS BIOGRÁFICAS DE LOS AUTORES
AUGUSTO TROMBETTA
Licenciado en Letras y Magister en Ciencias Sociales por la Universidad de Buenos Aires,
y DEA en Lingüística Teórica y sus Aplicaciones por la Universidad Complutense de
Madrid. Se desempeña como docente del departamento de Letras de la Facultad de
Filosofía y Letras (UBA) y como profesor del departamento de Castellano, Literatura y
Latín del ISP "Dr. Joaquín V. González" (GCBA). E-mail: [email protected]
HILDA ALBANO
Dra. en Letras, especializada en Lingüística (Facultad de FFyLL, UBA). Profesora adjunta
regular de Gramática (cátedra B) y de Fonología y Morfología (Facultad de FFyLL, UBA).
Co-directora de cinco proyectos UBACyT sobre léxico y aprendizaje (desde 1998 hasta la
fecha). Publicó artículos sobre gramática y léxico en libros y revistas del país y del exterior.
En 2006, en coautoría con M. Giammatteo, publicó ¿Cómo se clasifican las palabras? (Bs.
As.: Ed. Littera). E-mail: albanoh@ fibertel..com.ar
MABEL GIAMMATTEO
Dra. en Letras, especializada en Lingüística (Facultad de FFyLL, UBA). Profesora adjunta
regular a cargo de Gramática (cátedra B) y de Fonología y Morfología (Facultad de
FFyLL, UBA). Directora de cinco proyectos UBACyT sobre léxico y aprendizaje (desde
1998 hasta la fecha). Publicó artículos sobre gramática y léxico en libros y revistas del país
y del exterior. En 2006, en coautoría con H. Albano, publicó ¿Cómo se clasifican las
palabras? (Bs. As.: Ed. Littera). E-mail: [email protected]
13