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La construcción del saber metalingüístico Estudio sobre el aprenendizaje de la gramática de escolares de educación secundaria en el marco de una secuencia didáctica Xavier Fontich Vicens Tesi doctoral Directoras: Dra. Anna Camps Mundó Dra. Teresa Ribas Seix Departament de Didàctica de la Llengua i la Literatura i de les Ciències Socials Universitat Autònoma de Barcelona 2010 2 Para Marta y Nil 3 4 There is no mastery, always aspiration. Lawrence Stenhouse, “Curriculum research and the art of the teacher” 5 6 Agradecimientos El trabajo que el lector tiene en sus manos no habría podido realizarse sin que su autor hubiera estado rodeado durante bastante tiempo de innumerables personas que le han ayudado de maneras muy diversas. En primer lugar debo hacer referencia a todos aquellos alumnos a los que he ido conociendo a lo largo de más de quince años de docencia en secundaria. Resulta virtualmente imposible sintetizar la infinidad de cosas valiosas que me han aportado y me aportan aún y que he intentado, con más o menos éxito, integrar siempre tanto profesionalmente como en la esfera personal. Si tuviera que identificar la maestría más profunda que he recibido de ellos, aquello que queda incorporado de una manera más íntima en mi manera de ver la docencia, elegiría la siguiente idea: ser profesor significa intentar ser un buen alumno de los propios alumnos. No es fácil ni siempre se consigue pero uno debe intentar aplicarse a ello con insistencia y constancia. Creo que esto me ha permitido entender más el sentido de mi oficio. Las demandas de los alumnos y la necesidad de dar respuesta a ellas me llevaron hace más de diez años a entrar en contacto con unas personas fuera de lo común. Me estoy refiriendo a los docentes de primaria, secundaria y universidad que forman part del grupo GREAL (Grup de Recerca sobre Ensenyament i Aprenentatge de Llengües), de la Universitat Autònoma de Barcelona (UAB), y especialmente a sus miembros fundadores: los profesores Anna Camps, Marta Milian, Teresa Ribas y Oriol Guasch, a quienes quiero mostrar mi agradecimiento. Quiero agradecer de forma especial a la profesora Anna Camps su maestría inabarcable y sabia. Para mí, como para generaciones enteras de docentes, su mirada siempre renovada a los fenómenos educativos y su compromiso profundo con la escuela son un modelo y una guía. Agradezco asimismo a Anna Camps y a Teresa Ribas la dirección de la tesis en la que el presente trabajo tiene su origen. Su guiaje fue permanente, lleno de una gran confianza en mis posibilidades a pesar de los adelantos y retrocesos producidos. Espero que los resultados conseguidos hagan justicia al menos en una mínima parte al privilegio de haberlas tenido de directoras de tesis. 7 8 ÍNDICE Introducción ........................................................................................... 11 PARTE I. MARCO TEÓRICO .......................................................... 15 1. UN MODELO DE ENSEÑANZA Y APRENDIZAJE .................... 17 1.1. APORTACIONES DE LA PSICOLOGÍA SOCIOCULTURAL ........... 17 1.2. INTERACCIÓN SOCIAL Y CONTEXTO ESCOLAR ........................ 19 1.2.1. Interacción en el aula y estrategias de soporte al aprendiz......................................................................... 20 1.2.2. El estudio de la interacción en el aula........................... 22 a) Tres ideas básicas en el estudio de la interacción ........ 23 b) La investigación sobre el proceso de andamiaje........... 24 1.3. EL HABLA EXPLORATORIA ....................................................... 29 1.3.1. Habla exploratoria y contexto escolar............................ 29 1.3.2. El habla exploratoria en el contexto escolar.................. 30 1.3.3. Las aportaciones de dos proyectos sobre el habla en el contexto escolar...................................................... 31 a) El proyecto Spoken Language and New Technology (SLANT)..................................................... 32 b) El proyecto Thinking Together ...................................... 34 1.3.4. El sentido del habla exploratoria en la escuela ............ 37 1.4. RESUMEN .................................................................................. 38 2. LA ACTIVIDAD METALINGÜÍSTICA Y LOS CONOCIMIENTOS GRAMATICALES DE LOS ESCOLARES . 39 2.1. LA ACTIVIDAD METALINGÜÍSTICA............................................. 39 2.1.1. Los estudios lingüísticos ................................................ 40 2.1.2. Los estudios cognitivos y socioculturales .................... 42 2.1.3. El polo formal y el polo del uso....................................... 44 2.2. LOS CONCEPTOS GRAMATICALES .......................................... 45 2.2.1. Conceptos gramaticales y desarrollo del lenguaje............................................................................. 46 2.2.2. Conceptos gramaticales de los escolares ..................... 47 a) Estudios en los ámbitos francófono y anglófono ........... 47 b) Estudios en el ámbito catalán ....................................... 49 c) Conclusiones generales de estos estudios ................... 54 2.3. LOS OBSTÁCULOS EN LA ENSEÑANZA DE LA GRAMÁTICA..... 55 2.3.1. Obstáculos epistemológicos........................................... 55 a) Ligados al saber gramatical .......................................... 55 b) Ligados a las disciplinas de referencia.......................... 56 c) La perspectiva escolar .................................................. 59 2.3.2. Obstáculos metodológicos ............................................. 60 2.4. RESUMEN .................................................................................. 62 3. LA GRAMÁTICA EN LA ESCUELA ............................................. 65 3.1. LA GRAMÁTICA Y SU ENSEÑANZA ............................................ 65 3.2. UN MODELO DE INTERVENCIÓN DIDÁCTICA PARA 9 LA ENSEÑANZA Y EL APRENDIZAJE DE LA GRAMÁTICA ........... 67 3.2.1. El modelo de SDG (Secuencia Didáctica de Gramática)69 a) Un conjunto de actividades orientadas a un objetivo .... 70 b) Los tres submodelos .................................................... 71 c) Las tres fases................................................................ 73 d) El criterio de elementalidad y las tres fases .................. 73 e) La interrelación de los componentes del sistema didáctico ...................................................................... 74 f) Integración de oralidad y escritura ................................ 75 g) Ejemplos de secuencias ............................................... 77 3.2.2. La actividad metalingüística de los escolares............... 79 3.3. UN ANTECEDENTE DE PRESENTE ESTUDIO ............................. 83 3.3.1. Contenido teórico: la noción de transitividad................ 83 3.3.2. Planificación y desarrollo de la secuencia..................... 85 3.3.3. Resultados y cuestiones que surgen ............................. 92 3.4. RESUMEN .................................................................................. 99 PARTE II. LA INVESTIGACIÓN EMPÍRICA.......................... 102 4. OBJETIVOS Y PREGUNTAS DE INVESTIGACIÓN ................ 104 4.1. OBJETIVOS DE LA INVESTIGACIÓN ........................................... 104 4.2. PREGUNTAS DE INVESTIGACIÓN .............................................. 105 5. METODOLOGÍA ............................................................................ 107 5.1. MARCO GENERAL ................................................................... 107 5.2. PLAN DEL MACROCONTEXTO: LA INTERVENCIÓN EN EL AULA ........................................................................ 113 5.2.1. Opción teórica sobre los contenidos de enseñanza y aprendizaje: la perspectiva léxica sobre la oración................................................... 113 5.2.2. Descripción del diseño de intervención....................... 118 5.3. PLAN DEL MICROCONTEXTO: EL ANÁLISIS DE LA INTERACCIÓN ............................................................................ 125 5.3.1. Las aportaciones de dos modelos de estudio de la interacción en pequeño grupo ...................................... 125 a) Kumpulainen y Wray (2002)........................................ 126 b) Bee (2000) .................................................................. 130 c) Discusión .................................................................... 132 5.3.2. Unidades de análisis de un modelo para el estudio de la interacción oral en pequeño grupo centrada en la reflexión metalingüística ..................................... 134 a) Diálogo ..................................................................... 136 b) Secuencia discursiva................................................ 137 c) Secuencia metalingüística........................................ 138 d) Subsecuencia metalingüística .................................. 138 e) Enunciado metalingüístico........................................ 140 f) Episodio argumentativo ............................................ 143 g) Secuencia argumentativa ......................................... 143 5.4. CARACTERÍSTICAS DE LOS DATOS RECOGIDOS ................... 144 5.5. RESUMEN ................................................................................ 146 10 6. RESULTADOS DEL DESARROLLO DE LA SECUENCIA ANALIZADA: “EL VERBO Y LA ORACIÓN” .... 149 6.1. FASE 1 ..................................................................................... 149 6.2. FASE 2 ..................................................................................... 163 6.3. FASE 3 ..................................................................................... 171 6.4. RESUMEN ................................................................................ 174 7. RESULTADOS DEL ANÁLISIS DE LA ACTIVIDAD METALINGÜÍSTICA ..................................................................... 175 7.1. PLANTEAMIENTO GENERAL .................................................... 175 7.2. EJE 1 ....................................................................................... 175 Diálogo 1 ......................................................................... 175 Diálogo 2 ......................................................................... 182 Diálogo 3 ......................................................................... 189 Diálogo 4 ......................................................................... 198 Diálogo 5 ......................................................................... 211 Diálogo 6 ......................................................................... 222 7.3. Eje 2........................................................................................ 234 7.3.1. Grupo I: Diálogos 1 y 4 .................................................. 234 a) Los nombres eventivos ............................................... 235 b) Contenido metalingüístico rico, interacción argumentativa pobre ................................................... 236 c) Retroalimentación entre habla exploratoria y contenido metalingüístico......................................... 237 d) Ideas finales del contraste entre los dos diálogos del Grupo I .................................................... 239 7.3.2. Grupo III: Diálogos 3 y 6 ................................................ 240 a) El CR com concepto-paraguas ................................... 240 b) Argumentación y conciencia metalingüística .............. 241 c) Razonamiento metalingüístico y aprendizaje.............. 242 d) Tensión e integración de perspectivas........................ 242 e) Ideas finales del contraste entre los dos diálogos del Grupo III .................................................. 244 7.3.3. Grupo II: Diálogos 2 i 5 .................................................. 244 a) Intuición, forma y semántica ....................................... 244 b) Noción básica y articulación del diálogo ..................... 245 c) Una argumentación contingente e integradora ........... 247 d) Ideas finales del contraste entre los dos diálogos del Grupo II .................................................. 247 7.4. RESUMEN ................................................................................ 248 8. CONCLUSIONES ......................................................................... 250 8.1. LAS PREGUNTAS DE INVESTIGACIÓN..................................... 250 8.2. REFLEXIÓN FINAL ................................................................... 267 Referencias ......................................................................................... 271 Anexos .................................................................................................. 289 7.2.1. 7.2.2. 7.2.3. 7.2.4. 7.2.5. 7.2.6. 11 12 Introducción Mi interés por la enseñanza y el aprendizaje de la gramática nace de las prácticas docentes como profesor de Educación Secundaria Obligatoria en España (ESO) y se desarrolla en el ámbito de la investigación como doctorando y miembro del grupo GREAL. Estas dos fuentes, la docencia en secundaria y la investigación, han ido interrelacionándose y complementándose a lo largo de los últimos diez años en una dinámica de práctica reflexiva en cuyo seno he elaborado conjuntamente con mis colegas y también individualmente varias contribuciones a la enseñanza de la gramática. Para mí el presente trabajo constituye un punto de llegada y de partida a la vez de este proceso. En primer lugar, como punto de llegada, presento una secuencia didáctica que llevé a cabo con mis alumnos de 4º de Educación Secundaria Obligatoria-ESO en España (15-16 años) y explicito los referentes que han posibilitado la concepción de esta secuencia, desde aquello más general (como por ejemplo el modelo de enseñanza y aprendizaje seguido) a aquello más directamente palpable en el aula (como por ejemplo las actividades que los alumnos realizaban); también describo con detalle un instrumento de análisis que inspirándome en modelos existentes he ideado para dar cuenta del habla exploratoria en pequeño grupo cuando la tarea se centra en la resolución de problemas gramaticales. En segundo lugar, como punto de partida, muestro la riqueza que se produce en estas interacciones y el gran potencial que tiene, para la investigación y también para la enseñanza gramatical, la creación de entornos ricos que lleven a los alumnos a indagar y a hablar sobre los fenómenos gramaticales objeto de aprendizaje, así como la creación de recursos que ayuden a los aprendices a gestionar en pequeño grupo el aprendizaje de la gramática. Comparto como no podría ser de otra manera la idea según la cual la escuela debe orientar su acción a los usos efectivos de la lengua a la que se verá abocado el futuro ciudadano en el seno de una sociedad altamente alfabetizada. Pero la investigación ha mostrado fuertes discrepancias a la hora de valorar el papel que la instrucción gramatical tiene que jugar en esta orientación. La conveniencia o no de la instrucción gramatical en la escuela ha sido escenario de intensos debates a lo largo del siglo XX y hasta la actualidad, en países diversos con tradiciones escolares también diversas por lo que respecta a la educación lingüística. Es el caso del Reino Unido, Estados Unidos, Australia, Canadá, Francia o España. El volumen colectivo de Locke (2010) explora la historia de la enseñanza gramatical y las polémicas asociadas a ella en el mundo anglosajón. En Inglaterra la instauración del National Curriculum en 1990 responde a una política educativa conservadora, muy dirigista respecto al rol transmisivo del profesor y centrando la atención en la morfosintaxis y el reconocimiento y etiquetaje de elementos (Clark, 2010). Los innovadores materiales de Carter (1990) y Bain et al (1992) desarrollados a partir de este currículo se basan en el trabajo por proyectos para el conocimiento sobre el lenguage (Knowledge about Language, KAL), y desafortunadamente no van a disponer del inicial apoyo oficial. Como en Inglaterra, en Estados Unidos una parte del debate público dominante sobre la escritura de los escolares atribuye las enormes deficiencias detectadas a la falta de instrucción gramatical directa y formal, con periódicas campañas en los medios de comunicación que relacionan esto con la falta de disciplina escolar 13 (y social) (Cameron, 1995; Hancock y Kolln, 2010). Sin embargo, por lo que respecta a la relación entre gramática y composición escrita estudios como los de Andrews et al (2004a y 2004b) niegan la incidencia de la instrucción gramatical en la mejora del uso escrito de los alumnos y proponen únicamente la combinación de oraciones (sentence combining) como medio realmente eficaz para lograr textos más complejos. Destaca, por el contrario, el currículo más abierto de Escocia, que promueve actividades de contraste interlingüístico sobre la base del trabajo cooperativo (Trousdale, 2010), y los currículos de Nueva Zelanda y Australia, donde el influjo de la lingüística funcional tiene una clara incidencia en los programas gramaticales que toman como eje vertebrador la semántica y no la morfosintaxis (Christie, 2010; Janks, 2010). En el ámbito francófono varios autores muestran la necesidad de desarrollar modelos que integren uso y estudio gramatical, remarcando la necesidad de problematizar los procesos de transposición didáctica (Bronckart, 2008; Vargas, 2009). En España asimismo han sido varios los intentos que desde la implantación del currículo en 1990 han desarrollado modelos de una gramática del uso (Rodríguez y Zayas, 1994; Ferrer y Rodríguez, 2010). En este contexto se ha visto la importancia de explorar en el aula el sistema gramatical fuera provisionalmente del flujo comunicativo (Camps, 1998). Una parte de la investigación sobre enseñanza gramatical ha remarcado cuatro ámbitos en los que la instrucción de la gramática es imprescindible (cf. Fontich, 2006, para una síntesis): en primer lugar, la composición escrita y la expresión oral formal en primeras lenguas; en segundo lugar, la adquisición de nuevas lenguas y el contraste interlingüístico con aquellas que ya conocemos; en tercer lugar, la ortografía y aquellos aspectos normativos ligados a la oración y a la relación de las palabras en el texto; y en cuarto lugar, la cultura general que tenemos que esperar de cualquier ciudadano escolarizado y de profesionales no directamente relacionados con la lengua y que deberán manejar diccionarios, traductores o libros de estilo. Por lo que respecta a la relación entre gramática y escritura, mientras que autores como Weaver (2010) o van Gelderen (2010) defienden la bondad de una instrucción implícita de la gramática orientada al uso, trabajos como los de Janks (2010), Freeman y Freeman (1998) o Myhill et al (2012) desde posiciones distintas consideran imprescindible la reflexión explícita sobre la gramática y la capacidad de los escolares para organizar un sistema coherente. H. Janks se sirve de la lingüística sistémico-funcional para mostrar la necesidad de ver las formas gramaticales como recursos para vehicular los significados y las intenciones de los hablantes. La autora muestra cómo este planteamiento puede traducirse en prácticas en el aula centradas en el estudio oracional sin caer en rutinas de simple etiquetaje e identificación, promoviendo además en clase la conciencia crítica y el debate sobre aspectos ideológicos del uso de las lenguas. De una manera similar y desde la perspectiva de la gramática tradicional, D. Freeman y Y. Freeman proponen actividades también centradas en la oración y en las que el aprendiz tiene un rol activo determinante, puesto que debe recoger datos gramaticales diversos, sistematizarlos y llegar a conclusiones que darán cuenta de la coherencia del sistema. La posición de D. Myhill es distinta, por cuanto esta autora explora una gramática del uso para ayudar a los alumnos a reflexionar sobre los problemas que surgen a lo largo del proceso de escritura. Sin embargo 14 comparte con las autoras precedentes su visión sobre la importancia de la reflexión metalingüística. Su estudio se centra en la escritura de tres géneros discursivos, para cada uno de los cuales se propone explorar unos aspectos gramaticales concretos: la primera y la tercera persona para trabajar el punto de vista en la narración, los conectores y la subordinación en la argumentación, y la selección léxica en el poema. Las mejoras en los textos resultantes al cabo de tres semanas muestran que la instrucción gramatical puede ser beneficiosa para mejorar las destrezas escritas de los alumnos. Estos tres estudios representan orientaciones interesantes para ampliar el debate sobre la instrucción gramatical. En primer lugar la adopción de los planteamientos de la lingüística funcional sugiere la necesidad de definir qué gramática para la escuela, más allá de una gramática descontextualizada y formal inspirada en mayor o menor grado en los modelos estructuralistas y generativistas. En segundo lugar el cambio metodológico en el aula apunta a escenarios con más participación de los alumnos para estimular la reflexión. Y en tercer lugar la exploración explícita de microsistemas gramaticales (conectores, tiempos verbales, etc.) puede guiar la reflexión gramatical del alumno mientras escribe, es decir debemos poner la selección de conceptos gramaticales en relación a los objetivos comunicativos. De esto se desprendería la existencia de múltiples entradas a la complejidad gramatical, algunas más ligadas al uso y otras más ligadas al sistema, pero todas ellas susceptibles de colaborar a construir el conocimiento metalingüístico de los alumnos (Camps et al 2005). Se trata de una perspectiva acorde con los postulados ecológicos y semióticos del aprendizaje lingüístico (van Lier, 2004) según los cuales el desarrollo lingüístico no puede desligarse del desarrollo humano en contextos de interacción ricos. Para el aprendizaje de lenguas (primeras o segundas) esto implica ir más allá de la instrucción directa y crear contextos ricos con múltiples ‘oportunidades’ (affordances) (van Lier, 2008) para que puedan intervenir alumnos con diversas capacidades y en los que la reflexión gramatical también se dé en escenarios diversos. Implica una concepción de la gramática no únicamente formal, sino integrada por los aspectos morfosintácticos, semánticos y pragmáticos (van Lier, 1995; LarsenFreeman, 2003). Así pues, el presente trabajo parte de dos ideas. En primer lugar, que en el aprendizaje del uso tiene una importancia capital la reflexión metalingüística, en relación tanto al dominio de determinadas nociones gramaticales como a los procedimientos de reflexión metalingüística que tienen que llevar a este dominio, y también en relación a las actitudes positivas hacia el código como ámbito de estudio interesante. La segunda idea de partida es que debemos explorar un modelo que sea a la vez modelo de gramática para la escuela que guíe nuestra intervención en el aula y modelo de investigación para explorar los procesos que esta intervención en el aula desencadena. Se trata de dos ideas que están en la base del trabajo desarrollado por el grupo GREAL y el estudio que el lector tiene entre manos pretende contribuir a ello. Las líneas que siguen se dividen en dos partes. La Parte I presenta el marco teórico. El capítulo 1 expone el modelo de enseñanza y aprendizaje adoptado, y desarrolla ideas referidas a las aportaciones de la psicología sociocultural, del estudio de la interacción social en el contexto escolar y del habla exploratoria. El capítulo 2 se centra en la actividad metalingüística y los conocimientos gramaticales de los escolares, y hace referencia a los 15 conceptos gramaticales y los obstáculos en la enseñanza y aprendizaje de la gramática. El capítulo 3, finalmente, se centra en la gramática en la escuela, describiendo el modelo de intervención didáctica para la enseñanza y aprendizaje de la gramática que adoptamos, el de Secuencia Didáctica de Gramática (SDG). Asimismo expone el ejemplo de una secuencia antecedente de la que analizamos aquí. La Parte II presenta la investigación empírica. El capítulo 4 expone los objetivos y las preguntas de investigación. El capítulo 5, la metodología seguida, que tiene dos planos: el plano del macrocontexto o de la intervención en el aula y el plano del microcontexto o del análisis de la interacción. Los capítulos 6 y 7 exponen los resultados del análisis de cada uno de estos dos planos. Finalmente, el capítulo 8 se centra en las conclusiones, retomando las preguntas formuladas, y exponiendo algunas ideas referidas a las perspectivas de futuro de nuestro trabajo. 16 PARTE I. MARCO TEÓRICO 17 18 1. UN MODELO DE ENSEÑANZA Y APRENDIZAJE En este apartado nos centraremos en el modelo de enseñanza y aprendizaje que está en la base de nuestro trabajo. En primer lugar, caracterizaremos los rasgos generales de la perspectiva adoptada, la sociocultural. En segundo lugar, abordaremos la concepción de la interacción social en situación escolar que se deriva de esta perspectiva, haciendo referencia a las estrategias de apoyo al aprendiz y al estudio de la interacción en el aula. En tercer lugar, presentaremos la noción de “habla exploratoria”, guiándonos por dos proyectos llevados a cabo a lo largo de las últimas dos décadas y centrados en el habla en el aula. Un resumen final sintetizará las ideas expuestas. 1.1. APORTACIONES DE LA PSICOLOGÍA SOCIOCULTURAL Nuestro trabajo se enmarca en el modelo de enseñanza y aprendizaje constructivista, defendido en trabajos como Vila (1998), Coll et al (2000), Mercer y Littleton (2007) o Coll et al (2008). Para caracterizarlo en las líneas que siguen nos guiamos por Cubero (2005). De acuerdo con esta autora, podemos entender la perspectiva constructivista como un conjunto de postulados teóricos de signo bastante diferente y a veces contrapuestos. Irían desde el constructivismo piagetiano al construccionismo, pasando por las propuestas cognitivas sobre el procesamiento humano de la información, el constructivismo sociocognitivo o la teoría sociocultural del desarrollo y el aprendizaje, un amplio abanico que en el ámbito educativo se multiplica con nuevas propuestas híbridas que toman como referencia aspectos diversos de unos y otros. Lo que tienen en común estos postulados es la consideración de la persona como agente activo en un proceso de aprendizaje creativo. Algunos de estos postulados ponen el énfasis en las estructuras internas del sujeto y su desarrollo (los de raíz piagetiana) y otros niegan cualquier entidad mental y sitúan el saber en la construcción discursiva y situada que el individuo realiza en interacción con los demás (el construccionismo). El presente estudio se sitúa en la esfera de los trabajos de tradición vygotskyana, según los cuales el desarrollo humano tiene como punto de partida la interacción social, que desencadena los procesos de reconstrucción interna pero que a su vez se ve afectada por estos mismos procesos. Tal como remarca R. Cubero en su estudio, podemos decir que desde una perspectiva constructivista el individuo es un agente activo en la construcción del saber. La teoría sociocultural sitúa este agente activo en un contexto de interacción social, entendiendo la interacción no como el desencadenante del desarrollo cognitivo sino como el plano intermental que dará forma al plano intramental (Vygotsky, 1978). El aprendizaje es entendido como una apropiación progresiva de los instrumentos mediadores que inicialmente forman parte del espacio social y posteriormente forman parte del espacio mental. Esta interiorización no será concebida como una copia de los procesos interpsicológicos sino como una verdadera construcción del plano intrapsicológico (Leontiev, 1981; Wertsch, 1984). Como ya es sabido, tres son los pilares básicos de la teoría sociocultural: el uso del método genético como instrumento de análisis, el origen social del funcionamiento mental y el carácter mediado del conocimiento. 19 El método genético constituye la primera aportación clave para desarrollar la concepción según la cual la conducta está ligada a las relaciones dialécticas con el entorno. El programa de Vygotsky en relación a este punto afecta a tres aspectos de la conducta: la descripción del proceso, la explicación de sus dinámicas causales y la formación de la conducta. Así, entenderemos la naturaleza de un fenómeno psicológico determinado si estudiamos este fenómeno desde el punto de vista de su desarrollo, es decir en su proceso de cambio y no como conducta estática: esto nos permitirá no sólo describir el funcionamiento psicológico sino explicarlo. Cubero (2005) remarca cómo Wertsch (1985) identifica la naturaleza del desarrollo de los fenómenos psicológicos con los siguientes rasgos. En primer lugar sigue no un incremento cuantitativo y acumulativo constante sino saltos revolucionarios que modifican la propia naturaleza del desarrollo. En segundo lugar se vincula a la asimilación gradual de nuevas formas de mediación (como por ejemplo la escritura en el desarrollo del individuo). Y en tercer lugar actúa a la vez en niveles de naturaleza diversa, llamados dominios genéticos: la historia evolutiva de la especie (filogénesis), la historia del individuo dentro de un grupo social (sociogénesis), la historia del desarrollo personal en relación a los planes natural y cultural (los procesos psicológicos superiores) (ontogénesis), y la génesis de actos mentales individuales o producidos en lapsos de tiempo poco extensos como una sesión experimental (microgénesis). En segundo lugar, en cuanto al origen social del funcionamiento mental de los procesos psicológicos superiores, éstos tendrían su origen en la vida social y las interacciones que mantenemos con otras personas en actividades culturalmente reguladas. Esta concepción del desarrollo ontogenético es formulada por Vygotsky (1981) con la “ley genética del desarrollo cultural”, según la cual los procesos psicológicos tienen una doble dimensión, social e individual, siendo primera en el tiempo la social. Desde la teoría sociocultural se han aportado las nociones de “apropiación”, “interiorización” y “zona de desarrollo próximo”. Como ha sido ya ampliamente expuesto, la apropiación se sitúa en la sociogénesis y la interiorización en la ontogénesis. Como remarca Cubero (2005), la primera daría cuenta de la manera según la cual los humanos más que adaptarse a los fenómenos que los rodean se los hacen suyos: mientras que adaptación hace referencia a la simple modificación de las facultades de los individuos por influjo directo del medio, apropiación implica un agente activo que interactúa con los objetos y los individuos y reconstruye los modos de comportamiento desarrollados históricamente. Por su parte, la interiorización sería la reconstrucción intrapsicológica de una operación interpsicológica, la transformación de las actividades o fenómenos sociales en fenómenos psicológicos (Wertsch, 1985), y se entendería no como una copia o transferencia sino como la propia génesis del plano intrapsicológico. La transición del plano intermental al plano intramental se realizaría en virtud de lo que Vygotsky (1978) denomina la “zona de desarrollo próximo” y que este autor describe como la distancia entre el actual nivel de desarrollo del individuo (determinado por la capacidad de este individuo de solucionar un problema de manera autónoma) y su nivel de desarrollo potencial (determinado por su capacidad de solucionar un problema bajo el guiaje de un adulto o en colaboración con pares más capacitados). Tres son las características que se han remarcado de este concepto: que no se refiere a una propiedad del individuo ni del ámbito interpsicológico propio de la interacción sino de los dos, 20 que no es una zona estática sino dinámica, y que en él destaca el rol activo de los aprendices. En tercer lugar, finalmente, en cuanto a la mediación semiótica Vygotsky considera la naturaleza de los procesos psicológicos como esencialmente social y este carácter se conserva en el funcionamiento mental en el plano intrapsicológico. La relación entre los planos inter e intrapsicológico estaría mediada por un utillaje cultural y semiótico, en el cual destacaría el lenguaje. Cubero (2005) señala cómo desde esta perspectiva se concibe el signo como un instrumento primero para influir en los otros y posteriormente para influir en el propio individuo, una idea que responde a la ley genética de desarrollo cultural de Vygotsky, y según la cual el lenguaje, como el resto de funciones psicológicas superiores, es primero una herramienta compartida con otros participantes en actividades sociales para convertirse en una herramienta de diálogo interior. R. Cubero indica cómo desde otras perspectivas constructivistas no socioculturales se ha planteado también el modelo de situación diádica en la que un experto estructura y promueve la experiencia de aprendizaje de un aprendiz. Lo que aportaría la perspectiva sociocultural sería la dimensión social de esta interacción: las formas de funcionamiento interpsicológico son consideradas por Vygotsky como actividades socioculturales situadas. Para Leontiev (1981), el funcionamiento psicológico humano tiene sentido dentro de un flujo de interacción social en el cual los diversos participantes comparten una actividad práctica; estos participantes concretos en contextos de relación concretos crean un sistema social sin el cual la actividad humana no existiría. En este sentido, el estudio de la situación de enseñanza y aprendizaje escolares tiene que situar el foco de atención en el discurso como instrumento cultural mediador entre los planes inter e intrapsicológico, evitando el reduccionismo de considerar la interacción social como copia del funcionamiento individual (Wertsch, 1984). 1.2. INTERACCIÓN SOCIAL Y CONTEXTO ESCOLAR Cubero (2005) remarca cómo varios autores han hecho notar que la institución escolar constituye un contexto peculiar en relación, por ejemplo, a las formas discursivas, entendido como un escenario sociocultural o comunidad de práctica. Para estos autores, esto deriva en unas prácticas educativas que van más allá de la instrucción directa, la observación del mundo y el acceso a fuentes de información, así como la dirección de la instrucción y el control del contenido por parte del profesor. Se subraya, en cambio, la importancia de un entorno rico y estimulante para la actividad exploratoria de los alumnos, el planteamiento de preguntas interesantes y la resolución de problemas (para los cuales no siempre hay una única respuesta) o la consideración de la interacción social como el camino para la elaboración de formas de interpretación del mundo. Desde este punto de vista el aprendiz es un agente activo pero no solitario, que no aprende por simple descubrimiento sino a través de la interacción con otros en un contexto concreto, el aula, en el cual entra en contacto y al que a la vez colabora a crear. Para Vila (1998), en la escuela la interacción verbal se situaría como eje privilegiado de aprendizaje, entendiendo el lenguaje como signo mediador y conviviendo este signo con otros instrumentos psicológicos como los sistemas 21 de numeración y algebraicos o los esquemas, diagramas, mapas, dibujos y todo tipo de símbolos convencionales que se puedan emplear. Asimismo, según Wells (1999), para la teoría sociocultural el principal objetivo de la educación sería proporcionar un entorno en el que los estudiantes pudieran participar con actividades productivas y deliberadas y llegar así progresivamente a dominar instrumentos y prácticas culturales desarrollados justamente para la resolución de estas actividades. Para Mercer (2008a), el estudio del contexto ofrece respuestas sobre cómo los instrumentos de mediación semiótica modifican el funcionamiento cognitivo gracias a esta participación de los individuos en contextos de actividades específicos. En este sentido, trabajos diversos como los de Wertsch (1991), Barnes y Todd (1995) o Wells (1999) han relacionado las ideas de Vygotsky con la noción de diálogo de Bakhtin (1986): el lenguaje más que una función monológica o referencial tendría una estructura y una función dialógicas, y el habla contextualizada tendría un carácter responsivo dirigido a complementar o discutir las intervenciones de los demás. Así, si para Bakhtin el discurso depende de otras voces particulares que han sido “ventrilocuizadas”, la conciencia individual está formada por múltiples voces que determinan su carácter dialógico incluso en aquellos procesos realizados por el individuo de forma aislada (Wertsch, 1991). En el marco escolar todo esto implica dar preeminencia al contexto del aula, en el cual como hemos dicho el aprendiz se integra y al que a su vez colabora a crear. En este contexto y en relación al rol activo de los aprendices se crea el espacio dinámico de aprendizaje o zona de desarrollo próximo (ZDP), que como hemos visto en la definición clásica de Vygotsky se atribuye a la interacción del aprendiz con el adulto o con pares más capacitados. En la escuela está conformada tanto por el nivel de desarrollo del aprendiz como por las formas de instrucción de la actividad (Wertsch, 1984) y el profesor o los pares más capacitados controlan la ayuda y la sitúan siempre en relación a las posibilidades de los aprendices, que destacan por su rol activo. Además, tal como remarcan Newman et al (1989) en el ámbito de la educación debemos tener en cuenta también el influjo del propio grupo cuando se trabaja cooperativamente. Asimismo, si en la interacción niño-adulto el adulto va estableciendo un andamiaje que posibilita el desarrollo (Bruner, 1978), también en la interacción profesor-alumno el docente despliega un conjunto de estrategias de apoyo o andamiaje conducentes a guiar al aprendiz hacia la respuesta y que progresivamente serán retiradas (Tharp y Gallimore, 1988). Como veremos más adelante con más detalle, también esta noción tendrá que ser redefinida cuando se observa el habla exploratoria en las interacciones en pequeño grupo, sin la participación directa del profesor y en la que los alumnos construyen una zona de desarrollo intermental para elaborar conjuntamente una respuesta desconocida por todos ellos. Camps (1994) apunta a esta necesidad en un trabajo pionero sobre la enseñanza y aprendizaje de la composición escrita, y Fernández et al (2001) exploran este tipo de situación en relación al aprendizaje del razonamiento lógico. 1.2.1. Interacción en el aula y estrategias de apoyo al aprendiz La metáfora del andamiaje (scaffolding) daría cuenta del tipo de ayuda que el adulto proporciona al niño en el proceso de adquisición de la lengua: el adulto reduce el grado de libertad del niño, concentra su atención en un dominio manejable, aporta modelos de patrones para el diálogo, amplía las 22 situaciones de intercambio y apoya los progresos que realiza (Wood et al 1976; Bruner, 1978). Cazden (1979) transpone esta noción a los procesos de enseñanza y aprendizaje, en los que haría referencia a las estrategias de apoyo provisional que un tutor despliega para ayudar a un aprendiz. Stone (1998) describe estas estrategias como un conjunto de instrumentos semióticos ligados a una dinámica social específica. Un ejemplo de ello sería el uso de prolepsis, que dejan parte de la información implícita para ser recuperada y ampliada posteriormente. Wood et al (1976) destacan seis funciones del andamiaje (recruitment, reduction of degrees of freedom, direction maintenance, marking critical features, frustration control y demonstration) y Tharp y Gallimore (1988), seis más (modeling, contingency managing, feeding back, instructing, questioning y cognitive structuring). Van de Pol et al (en evalución) las resumen en las nueve estrategias siguientes. Modelar: ofrecer el propio comportamiento para la imitación, y tanto en relación a las capacidades como las acciones cognitiva y metacognitiva. Instruir: explicar a los estudiantes qué tienen que hacer, cómo hacerlo y por qué. Reducir el margen de maniobra: asumir las partes de la tarea que el aprendiz todavía no puede asumir a solas y simplificar la tarea. Destacar: remarcar aquellos aspectos más relevantes de la actividad. Preguntar: para implicar al aprendiz lingüística y cognitivamente. Implicar: hacer que el alumno se interese por la tarea y animarlo a intentar resolverla. Proporcionar feed-back: devolver a los alumnos información sobre sus acciones. Tutelar: prevenir la frustración y controlar el grado asistiendo al aprendiz mediante premios y reprobaciones. Y finalmente justificar los fenómenos: aportar razones. Estas estrategias se corresponderían globalmente con tres movimientos: de contingencia, de retirada gradual de apoyo, y de transferencia. Así, si en un primer momento el profesor se muestra responsivo en relación al nivel actual del alumno, su apoyo va retirándose progresivamente en proporción inversa al nivel de autonomía del aprendiz, orientándolo hacia la responsabilidad y promoviendo su autonomía. Este último movimiento, de acuerdo con Hung (1999), tendría una gran relevancia en el proceso porque consistiría en la construcción por parte del aprendiz de patrones de conducta independientes relativos al aprendizaje, las acciones y las creencias. Edwards y Mercer (1987) denominan este estadio “conocimiento de principios” y consideran que el conocimiento de principios se caracteriza por ser explicativo y reflexivo y por no estar ligado a cursos específicos de acción, en oposición a lo que denominan conocimiento ritual, básicamente de procedimiento, de conveniencia y ligado al contexto de aprendizaje. El paso del uno al otro no es automático ni puede sustraerse a dinámicas educativas meramente rituales que esconden una férrea estructura transmisiva bajo planteamientos aparentemente participativos, de trabajo en grupo, de descubrimiento y de construcción del saber. En sus estudios observan la tendencia de unos docentes a considerar tabú la explicitación a los alumnos de los objetivos de aprendizaje y de los procedimientos que se seguirán, y estos docentes lo justifican aduciendo que el aprendizaje por descubrimiento (y la autonomía, discusión e implicación que se persigue) se puede ver comprometido. Así, los alumnos hablan y discuten, la profesora evita el esquema IRF (initiation – response – follow up) (Sinclair y Coulthard, 1975) y recoge, en cambio, las aportaciones de los alumnos para proporcionar un retorno dialogado y parcial, velando por una situación que potencia el 23 descubrimiento por parte del aprendiz. La conclusión del estudio, sin embargo, es que el alumno concibe este proceso como una situación misteriosa en la que su misión es tratar de adivinar en cada momento qué es lo que la profesora tiene en la cabeza. Tanto profesora como alumnos se centran más en unos rituales para poder llegar a la respuesta correcta que no en unos principios que puedan efectivamente llevarles a ella, rituales caracterizados entre otros rasgos por mantener el aprendizaje estrechamente ligado al contexto de enseñanza. Por el contrario, el aprendizaje producido cuando se sigue un proceso auténtico de andamiaje es un saber centrado en los principios. El aspecto que toma el proceso de construcción de este segundo tipo de conocimiento es lo que Lampert (1992) denomina “conversación desordenada”, fruto de la voluntad contingente por parte del profesor, que se mantiene atento a los problemas que van surgiendo en la interacción. Edwards y Mercer (1987) también remarcan esta aparente desarticulación y caracterizan el proceso hacia este aprendizaje reflexivo como generalizador y metacognitivo. En primer lugar es un saber que trasciende el contexto concreto y logra, por esta desvinculación, un nivel alto de generalización y de abstracción en virtud del cual deviene un saber aplicable a muchos problemas y contextos particulares. En segundo lugar se trata de una forma de comprensión que se presta a una conciencia metacognitiva, un hecho capital si consideramos con Bruner (1986) que gran parte del proceso educativo consiste en poder distanciarse de lo que se sabe gracias a la capacidad de reflexionar sobre el propio conocimiento. En último término, pues, el proceso global de andamiaje, basado en los microprocesos recursivos de contingencia, retirada gradual de apoyo y transferencia de responsabilidad y promoción de la autonomía, daría cuenta del hecho según el cual la educación no es el desempeño de un guión previamente delimitado y orientado a unos objetivos que lo justifican sino que es un proceso de reconstrucción interna con la ayuda externa y el objetivo puesto en la autonomía del individuo. Para Wells (1999), siguiendo a Engeström (1991), knowledge is co-constructed by teacher and students together as they engage in joint activities, which are negotiated rather than imposed. According to this conception, the primary object of education is growth in understanding on the part of all concerned, through the appropriation and exploitation of the culture’s resources as tools for engaging in inquiries which are of both individual and social significance, and which have implications for action beyond the classroom. (p. 227) (Subrayados del autor) 1.2.2. El estudio de la interacción en el aula En su estudio panorámico, Cubero (2005) destaca que el análisis de lo que sucede en el interior de las aulas y de la dinámica compleja en la que se implican profesores y alumnos no es abordada por la investigación psicológica y psicopedagógica hasta la segunda mitad del siglo XX. En un inicio la investigación de aula se centra en la eficacia del docente y posteriormente en las interacciones entre profesor y alumnos, con preeminencia de los estudios experimentales. Particularmente los estudios sobre las situaciones naturales de aula no se desarrollan hasta muy recientemente, y con una observación guiada por categorías preestablecidas. A pesar de aceptar la riqueza de sus resultados, se remarcó la incapacidad de estos estudios para capturar la dinámica interactiva y para comprender el discurso en el aula en relación a la 24 construcción del conocimiento escolar, puesto que estas categorías preestablecidas entorpecían el desarrollo de una concepción dinámica y fluida de la comunicación en el aula. Este planteamiento fue superado por una gran diversidad de estudios provenientes de tradiciones muy diversas y a veces contrapuestas, como por ejemplo los trabajos centrados los procesos de abstracción relacionados con el uso y el conocimiento de lenguas (Laks, 1996), o los centrados en la interacción (Mercer, 1995). Según Cambra (2003) y Coll y Solé (1990), estos estudios se caracterizan por su naturaleza participante y etnográfica en la recogida de datos (grabaciones, registros narrativos, entrevistas...), por la no aceptación de los principios positivistas sobre la naturaleza del saber, y por un punto de vista émico en el análisis de estos datos (y no externo a partir de una categorización previa). Siguen asimismo preferentemente un análisis cualitativo e interpretativo por delante de un análisis cuantitativo, y concentran la atención en el discurso generado en la interacción entre profesores y alumnos, entendiendo este discurso y esta interacción como piezas clave del proceso de enseñanza y aprendizaje. Tsui (1997) remarca cómo la sociología y la etnometodología hicieron las primeras aportaciones en este sentido, por ejemplo con la conocida estructura IRF (initiation – response – follow up) de Sinclair y Coulthard (1975) o la organización a la vez secuencial y jerárquica de las lecciones, con las fases de apertura, instrucción y cierre, de Mehan (1979). Estos estudios, sin embargo, no estaban diseñados para identificar los contenidos de los procesos educativos sino la estructura lingüística del discurso, y es pionero en este sentido el estudio de Barnes y Todd (1977), que desde los postulados socioculturales adopta un procedimiento de observación interpretativa que intenta dar cuenta del discurso en el aula como medio para construir el saber, diseñando un instrumento para relacionar las funciones cognitivas y comunicativas del habla en el marco del discurso escolar. Como ya habían indicado los estudios precedentes, este trabajo considera que el conocimiento no se puede referir nunca a una frase o a una estructura aislada, sino que depende de las acciones e interpretaciones de los participantes en el curso de la conversación: los significados, además de no ser entidades estáticas, nacerían en la interacción y a la vez modularían esta interacción. No es hasta las últimas décadas de siglo que se inicia una línea de estudios que exploran las dificultades de los aprendices a la hora de construir sus conocimientos gramaticales, con trabajos pioneros en los años 80, y que han tenido una reanudación importante posterior, al servicio en algunos casos de la interacción en el aula para la elaboración del saber metalingüístico de L2 (Swain, 2001) y en otros al servicio de la composición escrita (Camps y Ribas, 1997; Myhill et al 2012) o del conocimiento del sistema (Fisher, 2004). a) Tres presupuestos básicos en el estudio de la interacción Tal como destaca Cubero (2005), los estudios del habla en en el aula se sitúan en la perspectiva social del aprendizaje, el cual no se entiende como la adquisición de un conjunto de saberes independientes del contexto sino como un proceso de socialización en unas formas de habla y comprensión específicas de una cultura. Así, caracterizan la educación como un proceso de comunicación consistente en el desarrollo de contextos mentales y términos de referencia compartidos, a través de los cuales el discurso educacional adquiere sentido para los participantes. Estos estudios emplearán el análisis del 25 discurso no por el interés que pueda tener el lenguaje en sí sino por la función discursiva en la construcción de comprensiones mutuas y partirán de la idea según la cual el conocimiento se construye socialmente en el aula en la interacción entre profesores y alumnos. Los tres presupuestos básicos serán los siguientes. En primer lugar, la construcción del conocimiento como fenómeno intrínsecamente social y cultural, a partir de una concepción intersubjectiva de la cognición humana, según la cual el conocimiento sólo existe significativamente hasta que es compartido. En segundo lugar, el foco del análisis no tanto en las formas lingüísticas de la interacción como en el contenido de esta interacción, así como en las acciones y las funciones educativas que se realizan. Y en tercer lugar, la noción de conocimiento como dependiente de un contexto concreto fruto de la participación en actividades conjuntas a partir de unos propósitos, unas reglas de comunicación e interpretación, unas experiencias concretas, etc. El proceso educativo es concebido, en este sentido, como una conversación entre los participantes, y el conocimiento educativo es interpretado como el desarrollo de concepciones y formas discursivas compartidas. La importancia de este planteamiento para los procesos de aprendizaje se observa de forma especialmente relevante en la noción de contexto, entendido como un espacio intersubjectivo definido, creado y asumido por los participantes en la comunicación, en nuestro caso entre profesores y alumnos. Este espacio intersubjectivo trasciende el discurso concreto de una interacción: es un contexto de significados, que engloba todo lo que los participantes conocen y comprenden en una conversación y que les ayuda a dar sentido a lo que dicen. El objetivo de la escuela sería el de la creación de este contexto a través de comprensiones conjuntas (Edwards y Mercer, 1987), para la cual nos harán falta un conjunto de reglas básicas (ground rules) (Mercer, 2000) que nos ayuden a regular la interacción y entender las acciones que los demás realizan a través del discurso. En cuanto al profesor, nos hará falta por ejemplo saber que cuando repite la pregunta está diciendo implícitamente que la respuesta no era correcta; en cuanto a la interacción en pequeño grupo, nos harán falta herramientas para gestionar la conversación cooperativamente. Las nociones de ZDP y de andamiaje tomarán unos sentidos alejados de las definiciones clásicas ligadas a la presencia de parejas más capaces o de un tutor (el profesor) que conoce la respuesta y construye un andamiaje ajustado para conducir progresivamente a esta solución. En los casos en los que ningún miembro del grupo conozca la respuesta, el andamiaje es fruto de una colaboración horizontal en la que todos los miembros son susceptibles de ser actores o beneficiarios, independientemente de si se acercan en aquellas actividades convergentes a la solución verdadera o no. En estas situaciones, hay que entender la ZDP creada desde una perspectiva más abierta, como un espacio intermental. Esto es lo que propone van Lier (2004) desde una perspectiva ecológico-semiótica sobre el aprendizaje de lenguas, según la cual el andamiaje puede situarse en cuatro ámbitos diferentes: ayudo al que menos sabe, nos ayudamos entre iguales, me ayuda el que sabe más, y me remito a mis propios conocimientos. b) La investigación sobre los procesos de andamiaje 26 Múltiples estudios han explorado las ayudas de andamiaje tanto con instrumentos cualitativos en situaciones naturales de aula o semiexperimentales, como con instrumentos experimentales y cuantitativos. Stone (1998) desde el ámbito de la psicología terapéutica reclama la necesidad de más estudios experimentales después de hacer un repaso a los primeros diez años de vida de la metáfora y constatar que el término está demasiado ligado a estudios cualitativos e interpretativos, incapaces de definir con precisión qué mecanismos podemos identificar como un andamiaje efectivo. Van de Pol y su equipo, situándose en la perspectiva de Stone, revisan en un estudio panorámico (van de Pol et al en evalución) los trabajos más relevantes que abordan los procesos de andamiaje y concluyen, también, que hay que definir de forma más clara esta noción con estudios experimentales que ayuden a superar la confusión sobre el término, atribuida implícitamente a los estudios mayoritarios no experimentales. La mayoría de los estudios revisados exploran los procesos de andamiaje llevados a cabo en aulas de matemáticas y geometría, y en menor medida otras áreas del currículum (como las ciencias, el diseño, la tecnología o los estudios sociales). Son ejemplos de ellos Anghileri (2006), Granott (2005) y Mascolo (2005) centrados en el influjo del entorno; Gillies y Boyle (2005), Gillies y Boyle (2006) y van Geert y Steenbeek (2005) centrados en las estrategias de apoyo de los profesores en situaciones de trabajo cooperativo y en el proceso de interiorización de los aprendices; o Fernández et al (2001) y Rojas-Drummond y Mercer (2003) centrados en el tipo de discurso en pequeño grupo y la relación entre el habla exploratoria y las nociones de andamiaje y ZDP. En cuanto a los tres primeros, Anghileri plantea una jerarquía de ayudas generales (relativos al entorno), intermedios (relativos a la explicación y la reestructuración) y locales (relativos al cambio conceptual). Granott subraya la naturaleza dinámica del andamiaje y la necesidad de incidir en lo que denomina la zona de desarrollo actual -ZCD, zone of current development. Y Mascolo define tres tipos de andamiaje -ecológico, social e individual- en el marco de contextos sociales significativos y en un proceso dialéctico (el autor lo denomina “coactivo”) que daría cuenta de la autonomía del aprendiz más allá del control directo del enseñante. Por su parte, los trabajos de Gillies y Boyle exploran el amplio repertorio de ayudas que proporcionan profesores entrenados en gestionar el trabajo en pequeños grupos (reflexiones metacognitivas, confrontación de voces discrepantes, atención a aspectos concretos, formulación de preguntas abiertas, validación y reconocimiento de aportaciones, etc.), que los autores relacionan con la interiorización por parte de los alumnos de rasgos del discurso docente, como por ejemplo la metacognición. Y van Geert y Steenbeek exploran este proceso de interiorización (los autores hablan de “internalización”) y remarcan la necesidad de modelos más descriptivos de los mecanismos subyacentes. Finalmente, los trabajos de Mercer y su equipo centran la atención en el andamiaje desde un punto de vista colectivo y remarcan las peculiaridades en situaciones de interacción entre iguales que obligarían a redefinir el término de andamiaje. Más concretamente, estos últimos autores proponen redefinir la noción de ZDP, porque se aplica más a individuos que a colectividades a pesar de ser un atributo no del aprendiz en solitario sino del aprendiz en relación a un entorno particular. La interacción en pequeño grupo apuntaría a estimular y 27 configurar un espacio de representación común del gran grupo y de los pequeños grupos de trabajo en particular, que denominan zona de desarrollo intermental (ZDI). Sus estudios semiexperimentales establecen una relación entre la ZDP, el andamiaje y los procesos cognitivos de los aprendices. Estudian el mecanismo de interiorización observando la interacción en pequeño grupo de alumnos cuyos profesores habían recibido una formación específica sobre el habla exploratoria, definida como un habla en la que los compañeros se implican críticamente y constructivamente con las ideas de los demás. Constatan que los alumnos observados tienen mejores destrezas de razonamiento que el grupo de control (tanto en grupo como individualmente) e interpretan los resultados como indicios de interiorización de las reglas básicas del habla exploratoria, que los alumnos emplearían en el diálogo interno. Van de Pol y su equipo se plantean la necesidad de estudios experimentales y semiexperimentales que den cuenta de los procesos de andamiaje de una manera empírica, y que sean capaces de caracterizar estos procesos e identificar cómo y cuándo deben ser considerados efectivos (cf por ejemplo van de Pol et al 2011). A lo largo del trabajo, sin embargo, si bien mantienen esta expectativa se muestran también conscientes de la difícil tarea que representa capturar de manera inequívoca una noción tan dependiente de situaciones concretas de enseñanza y aprendizaje, y destacan que la mayor parte de trabajos consisten en estudios de caso que desarrollan protocolos de tipo cualitativo. Sin duda este reconocimiento no inhabilita las exploraciones estructuradas y controladas de los procesos generados en las aulas, pero desde nuestro punto de vista pone de manifiesto la necesidad de entender el andamiaje desde una óptica amplia y no analítica, que no pierda de vista el carácter orgánico y no composicional de esta noción. Coincidimos en este sentido con Barnes y Todd (1995) cuando indican que las ayudas proporcionadas a un aprendiz no pueden reducirse a la simple suma de cada una de las acciones implementadas y gradualmente retiradas. Como ha sido ampliamente destacado, los procesos de enseñanza y aprendizaje en el marco escolar se caracterizan por una gran complejidad y un gran dinamismo. Esto implica como acabamos de ver matizar la noción de andamiaje, presentada a menudo por parte también de la investigación neovygotskyana como excesivamente rígida, unidireccional y dirigida, en un sentido para algunos autores no muy diferente de los modelos aplicacionistas y técnicos, tal como indica Daniels (2001), y que podemos observar en la perspectiva tomada en el citado estudio de Van de Pol y su equipo. Por el contrario, según este autor debemos entender el andamiaje como un proceso fluido, mutuamente responsivo profesor-alumno, resultado de la negociación y de la actividad colaborativa y colectiva, que implica tanto al niño como al adulto en un proceso de establecer negociaciones y desacuerdos, y de intercambiar y compartir información, juicios, decisiones y evaluación de las respectivas contribuciones. En este sentido existe siempre una fase previa en la negociación con los alumnos cuando el profesor planifica y realiza la transposición didáctica. Siguiendo a Anghileri (2006) en el estudio mencionado más arriba (centrado en la enseñanza y aprendizaje de las matemáticas), podemos considerar que ya en este momento el docente elabora un andamiaje constituido por todas aquellas medidas que arbitra para la posterior negociación. La autora las identifica como “ayudas generales”. Las “ayudas intermedias” serían las 28 desarrolladas en la negociación y las “ayudas locales” serían las que llevarían al cambio conceptual. El trabajo de Anghileri, pues, se orienta a elaborar una jerarquía de ayudas respondiendo a una concepción de andamiaje según la cual se trata de un proceso no rígido sino flexible y dinámico. La autora remarca que una interpretación literal de la metáfora de andamiaje nos lleva a pensar en una estructura estable y rígida, que se dispone o se retira gradualmente pero de forma lineal y cuantitativa. Por el contrario, defiende que los procesos de aprendizaje reclaman atender también al tipo de ayuda implementada. Subraya que una ayuda verdaderamente contingente no podrá prever nunca del todo en qué dirección tendrá que desplegarse ni anticipar de qué manera habrá que reconducir el discurso de los aprendices. En definitiva, Anghileri remarca que un proceso de enseñanza que busque la progresiva autonomía del aprendiz tiene que potenciar la participación de este aprendiz en la gestión de su conocimiento, y que esto reclama un docente responsivo y respetuoso con el discurso generado por el aprendiz mismo. Así, una intervención realmente responsiva tiene que asumir que los procesos de aprendizaje no son lineales y que determinadas conexiones entre aprendizajes se pueden dar por caminos azarosos e impredecibles, con lo cual no podemos pensar en un tipo de ayuda únicamente ligado a la cantidad (de más ayuda a menos ayuda) sino también a la calidad (qué tipo de ayuda y en qué momento). Así, respetar la idiosincrasia exploratoria del discurso del aprendiz implicará un docente capaz de tomar posición, de diagnosticar los problemas y los aciertos de este discurso, y de reconducirlo más que sustituirlo por uno propio. El docente es en definitiva contingente con las cadenas argumentativas de los alumnos surgidas precisamente de las observaciones que los propios alumnos realizan. Como hemos dicho, Anghileri (2006) organiza este andamiaje en una jerarquía de tres niveles. Un primer nivel general respondería al diseño de intervención, anterior a la propia negociación en el aula pero plenamente perteneciente ya al proceso de andamiaje. El profesor prepara un entorno a partir de recursos (pósteres, rompecabezas y herramientas diversas y apropiadas) y una organización del aula (disposición de las sillas y secuenciación y ritmo de las actividades). Este nivel todavía no implica la interacción entre profesor y alumnos pero sí la interacción y el feed-back entre alumnos. En este sentido se buscará la autonomía de los aprendices a través de tareas de autocorrección, orientadas a tomar una mayor conciencia metacognitiva y a concebir el éxito en las respuestas como resultado de un esfuerzo persistente y compartido. Un nivel intermedio respondería ya plenamente a la interacción profesor-alumnos y al conjunto de explicaciones del docente, así como a la revisión, paráfrasis y reestructuración del discurso de los aprendices. La autora sitúa en el centro de este nivel las operaciones de explicar, decir y mostrar (explaining, telling, showing), que contrapone a un escenario tradicional de tipo transmisivo en el que el docente mantiene el control de la conversación y de los pasos que tiene que seguir, y atendiendo muy poco a las contribuciones de los aprendices. La autora propone como operaciones alternativas las de revisión (reviewing) y reestructuración (restructuring). En primer lugar, la revisión potenciaría las interacciones en las que el profesor anima a focalizar la atención en aquellos aspectos más relevantes del objeto de aprendizaje. Esto implicaría de parte del aprendiz explicar y justificar las propias posiciones, así 29 como de parte del docente interpretar las acciones y el habla generada. El profesor, además, buscaría mejorar la expresión de los alumnos a través de preguntas orientativas (prompting questions) y en determinadas situaciones mostraría cómo él soluciona un problema parecido a través de un modelado paralelo (parallel modelling), evitando explicar la solución e invitando al alumno a transferir y adaptar el procedimiento a la tarea que le ocupa. En segundo lugar, la reestructuración implicaría las adaptaciones del profesor para modificar las experiencias de los aprendices y acercarlas al objeto de aprendizaje. A diferencia de la revisión, en la que el profesor potencia la reflexión del alumno, la reestructuración busca la alteración de los conceptos de los aprendices. Implica por ejemplo proporcionar contextos significativos para nociones abstractas, simplificar el problema, parafrasear el habla de los alumnos y negociar los significados. En relación a este último punto, Anghileri (2006) remarca que la negociación del significado es una tarea de gran importancia y también de gran dificultad: It is time consuming and demanding on a teacher’s skills to elicit the true meanings of their students work at developing their personal understanding, and not simply opting for responses that are “in tune” with their requirements [...] Sometimes it is feared that students initiating incorrect meanings could spread misunderstanding but research has shown that learning improves where errors and misconceptions are exposed and discussed [...] It is through a struggle for shared meaning that a process of cooperatively figuring things out determines what can be said and understood by both teacher and students and this is what constitutes real mathematics learning in the classroom. (p. 46) El tercer nivel del modelo de andamiaje propuesto se centraría en la generación de discurso por parte del aprendiz y buscaría el cambio conceptual. La autora sitúa en este nivel la importancia del desarrollo de herramientas representacionales para conectar el lenguaje coloquial (“Un triángulo es el techo de una casa”) y lenguaje específico (“El prisma triangular”). Remarca además la importancia de la acción del profesor para establecer conexiones entre las ideas de los aprendices. Así, remitiéndose a varios estudios en este campo, subraya cómo los docentes más efectivos consideran que los aprendices serán capaces de desarrollar estrategias e ideas en red si se les pone en situación de tener que explicar sus ideas y de tener que escuchar las ideas de los demás. Para la autora el profesor promueve el cambio conceptual cuando es capaz de convertir en tema de discusión determinadas aportaciones generadas en el flujo de la conversación: For example, after sorting shapes to select one that will roll, the teacher asked “Why will it roll?” and the ensuing discussion encapsulated many observed features of mathematical value about the concept of curved surfaces. With such a conceptual orientation, students are likely to engage in longer, more meaningful discussions, and understanding comes to be shared as the individuals engage in the communal art of making mathematical meanings. (p. 49). 30 En resumen, según esta interesante propuesta, las operaciones de andamiaje responderían a naturalezas diferentes y a necesidades también diversas, organizándose en una jerarquía que implicaría el diseño global de la actividad entendido como unidad de intervención macro, las ayudas implementadas en un nivel intermedio, y la intervención en el flujo de la conversación para el cambio conceptual y la transformación del conocimiento en un nivel micro. 1.3. EL HABLA EXPLORATORIA En el siguiente subapartado caracterizaremos la noción de habla exploratoria tomando como punto de partida el trabajo panorámico de Mercer y Littleton (2007). Los estudios citados por este trabajo consideran el uso del habla como una ayuda para pensar conjuntamente, que va a llevar a los alumnos a mejorar en las diversas áreas del currículum así como en situaciones de cariz muy diverso que pidan colaboración y negociación. Uno de los puntos cruciales es la negociación entre alumnos y profesor de las reglas para el habla conjunta, de tal manera que los alumnos puedan hacerse suyas las maneras de trabajar colaborativamente. Estas reglas abren un espacio intersubjectivo en el que pueden desarrollarse las ideas y las diversas soluciones a un mismo problema, compitiendo y preservando a la vez la imagen de los participantes y mejorando la cohesión del grupo. Watkins (2003, citado en Mercer y Littleton, 2007) relaciona el aprendizaje con tres nociones: la enseñanza, la elaboración individual del sentido, y la construcción del saber con los demás. No se trata de relaciones incompatibles pero sí de concepciones distintas del aprendizaje. Los dos primeros estarían asociados con la obtención de conocimiento entendido como un hecho o una habilidad. Así, nueva información es retenida en la memoria y eventualmente olvidada, como por ejemplo el número de teléfono de un amigo o los elementos químicos de la tabla periódica. Por el contrario, el aprendizaje en relación a la construcción conjunta del saber implica desarrollo y pone la atención en las maneras en las que la gente aprende a dar sentido al mundo, es capaz de solucionar problemas y (en situación escolar) asimila nuevas perspectivas como las propias de la ciencia o las matemáticas. 1.3.1. Habla exploratoria y contexto social Mercer y Littleton (2007) hacen referencia al contexto social en los que estos procesos se dan y remarcan en este sentido la coincidencia entre los planteamientos piagetianos (sobre todo con los expuestos en los trabajos de los años treinta) y las aportaciones de Vygotsky. Efectivamente Piaget considera que el desarrollo del individuo se da en su relación con el mundo, y destaca la importancia de los procesos de descubrimiento emprendidos por el aprendiz y la necesidad que el adulto evite un excesivo intervencionismo sobre lo que se concibe como la trayectoria natural del desarrollo intelectual del niño. Como Piaget, Vygotsky se interesa por el desarrollo de los procesos cognitivos (que denomina “funciones psicológicas superiores”: pensar, razonar y comprender), pero mientras que el primero reconoce la importancia de la interacción social (y principalmente de la interacción en pareja) para el desarrollo del pensamiento y el razonamiento, el segundo conceptualiza esta 31 interacción social como la esencia del proceso evolutivo: para Vygotsky no es el niño a solas quien “construye” en interacción con el entorno, sino que es el niño en el marco de la interacción social. Como ya hemos visto más arriba, una noción clave para entender en qué sentido la teoría sociocultural sitúa la interacción social en el corazón del desarrollo es la de zona de desarrollo próximo (ZDP). Esta noción explica el desarrollo como un proceso guiado y social en los que el aprendiz “reinventa” fragmentos de conocimiento culturalmente elaborado. Tharp y Gallimore (1988) determinan cuatro posibles estadios de este proceso: un primer estadio de guiaje inicial y directo por parte de pares más capaces (padres, profesores, expertos, parejas, entrenadores) daría paso a un segundo estadio en el que el aprendiz tomaría el control del andamiaje sobre el propio aprendizaje, caracterizado por el habla dirigida a uno mismo. En un tercer estadio este guiaje se volvería automático (desaparecería por ejemplo el habla dirigida a un mismo) y un cuarto estadio pondría sobre la mesa el carácter recursivo de este proceso, según el cual en cualquier momento podemos volver a estadios anteriores (por ejemplo cuando se modifica la demanda de la tarea). Mercer y Littleton (2007) sintetizan este proceso en los siguientes términos: Thus the child’s interactions with other people, notably those who are more advanced and capable members of the society in which the child is growing up, mediate the child’s encounters with the world-to-belearned-about. The sense-making resources of society are gradually made available to the child through participating in the cultural life of the community, using artefacts, technologies, and rituals in the company of others. (p. 13) El uso de artefactos, tecnologías y rituales se concibe como puerta de acceso al saber culturalmente constituido, en el que el aprendiz es acompañado por parejas más expertas con un guiaje inversamente proporcional a la autonomía que irá adquiriendo según las cuatro fases de la ZDP y caracterizada por la interiorización de los principios en el sentido expresado por Edwards y Mercer (1987) que ya hemos visto. 1.3.2. El habla exploratoria en el contexto escolar Mercer y sus colaboradores (Mercer y Littleton, 2007) consideran que una perspectiva neovygotskyana centrada en la educación debe tener en cuenta las especificidades del marco escolar. A diferencia del contexto familiar madre-hijo o del profesional experto-aprendiz, muy explorados por la investigación psicogenética, el contexto educativo viene definido por unos rasgos específicos, de manera primordial la conciencia de los roles de enseñante y aprendiz: la institución escolar determina estos roles, socialmente sancionados, y es depositaria de la necesaria tensión entre un polo reproductivo y un polo creativo. El docente se enfrenta, además, a una gran complejidad, empezando por el grupo numeroso de alumnos en una aula, cada uno de los cuales representa estadios de conocimientos y momentos evolutivos no coincidentes, fruto de muchas variables ligadas a la historia personal de cada cual. Otros estudios en este campo, como los de Coll y su equipo, coinciden plenamente en remarcar la necesidad de abordar la 32 intervención educativa atendiendo la complejidad del contexto y aportan asimismo modelos que darían cuenta de la progresiva transferencia de conocimiento (Coll et al 2000; Coll et al 2008). Así pues, estos y otros autores remarcan la necesidad de redimensionar la perspectiva sociocultural en relación al contexto educativo en un triple sentido. En primer lugar, la noción vygotskyana de ZDP hace referencia a cómo el desarrollo intelectual de un niño puede lograr nuevos niveles con el apoyo dialógico de un experto, pero se concibe a menudo como un concepto esencialmente estático que representa el estado mental de un individuo en un momento determinado más que la dinámica del desarrollo a través del diálogo. Como ya hemos visto anteriormente, un concepto más ajustado a la idiosincrasia del marco escolar sería el de zona de desarrollo intermental (ZDI), tal como lo especifican Mercer y Littleton (2007): In a previous book (Mercer, 2000, Chapter 6), we introduced a different concept, the Intermental Development Zone (IDZ), for helping conceptualize how a teacher and a learner can stay attuned to each other’s changing states of knowledge and understanding over the course of an educational activity. For a teacher to teach and a student to learn, they must use talk and joint activity to create and negotiate a shared communicative space, the IDZ, which is built from contextual foundation of their common knowledge and aims. (p. 21) En segundo lugar, otra noción que ayudaría a redimensionar la noción de ZDP y entender los procesos socioculturales en el escenario particular y dinámico del aula sería la de enseñanza dialógica (dialogic teaching) (Alexander, 2004). La noción de ZDI continúa estando excesivamente marcada por la idea de relación entre el profesor y un estudiante entendido individualmente a quien el docente ayuda a moverse hacia un nuevo nivel de comprensión: esta noción podrá ser aplicable a la complejidad del aula más allá de esta relación individual en el marco de una enseñanza dialógica. En tercer lugar, finalmente, si la perspectiva sociocultural aborda el rol del diálogo en el desarrollo es necesario que los estudios socioculturales tengan en cuenta la vertiente funcional del lenguaje y dejen de considerar el diálogo como una entidad mediadora homogénea. Contrariamente, el lenguaje tiene que ser entendido no como una herramienta de perfil único sino como un conjunto de recursos comunicativos de una gran variedad de formas y funciones al servicio del proceso educativo (Wells, 1999). 1.3.3. Las aportaciones de dos proyectos sobre el habla en el contexto escolar En las líneas que siguen presentemos algunas aportaciones de dos proyectos que han estudiado el habla en el aula. El primer proyecto es el SLANT (Spoken Language and New Technology), desarrollado a inicios de los años noventa en escuelas del sudeste de Inglaterra. El segundo proyecto es lo Thinking Together, desarrollado a lo largo de la última década principalmente en escuelas del Reino Unido y México, y posteriormente también del Japón y los Países Bajos, así como en la formación del profesorado en el Reino Unido. En el marco de estos proyectos se elaboraron conceptos que dieron lugar a la noción de “habla exploratoria”. 33 a) El proyecto Spoken Language and New Technology (SLANT) El proyecto SLANT estudiaba el habla de alumnos de primaria (de 8 a 11 años) que trabajaban juntos con el ordenador en un amplio abanico de actividades y programas. Se trata de un foco de atención compartido en países diversos por numerosos estudios, entre los cuales destacan en el ámbito español el trabajo pionero de Onrubia (1993) llevado a cabo en el marco del proyecto sobre la actividad conjunta y el habla de Coll et al (1992). En relación al proyecto SLANT, varios autores exploraron los datos recogidos y pusieron en evidencia las carencias del habla en el aula, coincidiendo con numerosos estudios anteriores. Los trabajos recogidos en Wegerif y Scrimshaw (1997), por ejemplo, coinciden en destacar las siguientes características de este habla. La mayor parte de las interacciones grabadas (más de cincuenta horas en total) no se centraban en la tarea ni eran productivas, pues el grupo no llegaba a ningún acuerdo o solución, los alumnos se mostraban muy competitivos y a menudo acababan muy irritados en medio de críticas personales. Tampoco eran equitativas: la participación de los alumnos dentro de un grupo era desigual (algunos alumnos se ignoraban, otros quedaban al margen de la discusión llevada a cabo por los alumnos más líderes) y no eran extensas ni indagatorias (los grupos acababan pronto, poniéndose de acuerdo enseguida especialmente si los alumnos eran amigos). Estas observaciones coinciden con las realizadas por otras investigaciones, como las de Galton et al (1980, citado en Wegerif y Scrimshaw, 1997) o la mencionada de Barnes y Todd (1995). La investigación sobre el proyecto SLANT señalaba asimismo que en algunos momentos se producía un tipo de habla diferente, más productiva y educativa. En estos casos los alumnos se implicaban en discusiones más colaborativas, en las que compartían los puntos de vista y se ayudaban mutuamente a resolver los problemas. Eran críticos pero constructivos, argumentaban los desacuerdos expresados y aportaban soluciones alternativas. Había más habla de la que Barnes y Todd (1995) denominan “exploratoria”. • Tres tipos de habla Una de las aportaciones destacadas de este estudio son las definiciones de los tipos de habla y las normas del habla exploratoria. Así, Fisher (1993) y Mercer (1995) determinaron tres tipos de habla: la disputativa, la acumulativa y la exploratoria, definidas de la siguiente manera. En el habla disputativa (disputative talk) los participantes actuaban de forma individualista y mostraban principalmente los desacuerdos; prácticamente no se argumentaban las propias intervenciones y las críticas a las aportaciones de los otros no eran constructivas; los intercambios eran breves y a menudo se reducían a posiciones contrarias que no llegaban a ninguna resolución (“Es así”, “No, no es así”, “Sí lo es”, etc.). En el habla acumulativa (cumulative talk) los participantes construían conocimiento común de forma positiva pero acrítica a partir de lo que los otros habían dicho; este discurso se caracterizaba por repeticiones y confirmaciones. Finalmente, en el habla exploratoria (exploratory talk) los participantes se implicaban críticamente pero constructivamente con las ideas de los demás: las ideas se ofrecían para la consideración colectiva; se intentaban someter a crítica y comprobación, siempre argumentadamente y ofreciendo posibles alternativas; la participación 34 era bastante equitativa entre los miembros; antes de tomar una decisión se tomaba en consideración la opinión de los demás; y en comparación con los otros tipos de habla, era más fácil reconocer en ella la argumentación. Esta tripartición se planteaba indagar en qué medida los participantes en un grupo emplean el habla para pensar juntos en situación de resolución de problemas y en otras actividades de aprendizaje, y aspiraba a ser útil, práctica y elegante. Es decir, buscaba poder identificar si los alumnos se implican en una habla acumulativa y acrítica o en una habla reflexiva, para permitir al profesor identificar las variedades funcionales generales del habla de los alumnos, descartando subcategorías más finas pero menos simples. Asimismo no pretendía describir otros aspectos que se dan en la interacción en pequeño grupo, como el mantenimiento de las identidades sociales, la expresión de poder y solidaridad, la vertiente emocional, etc. ampliamente estudiados desde campos como la sociolingüística o la antropología. Tampoco se pretendía elevar a categoría las interpretaciones extraídas de datos observados en conversaciones específicas, porque el análisis sociocultural del discurso se interesa por la naturaleza dinámica y contextual del habla. Mercer y Littleton (2007) destacan otras investigaciones que han realizado similares caracterizaciones del habla en el aula considerada intelectualmente estimulante, colaborativa y productiva. Anderson et al (1998) y Chinn y Anderson (1998) se centran en la discusión en gran grupo llevada a cabo por el profesor y denominan “razonamiento colaborativo” (collaborative reasoning) aquel discurso en el que los alumnos expresan su posición, sugieren nuevas ideas y ponen a prueba las ideas de los demás. En otra línea de estudios, Resnick (1999) y Michaels et al (2002) ponen de relieve que, si bien hablar con los demás es fundamental para aprender, no cualquier habla lleva al aprendizaje, y proponen qué conjunto de rasgos serían propios de un “habla responsable” (accountable talk), una habla que “dé cuenta de”: acoger y desarrollar lo que los demás han dicho en la conversación, aportar y pedir información relevante para la discusión, emplear evidencias para argumentar lo que se defiende (pruebas en matemáticas, datos en ciencias, detalles en literatura, documentos en historia) y seguir normas de razonamiento. Por su parte, Keefer et al (2000) diferencian entre cuatro tipos de habla: la discusión crítica (critical discussion), que tiene por objetivo conseguir una comprensión compartida del problema por la vía de acomodar puntos de vista divergentes y reconciliar opiniones diversas, y que sería propia de la educación literaria; la investigación explicativa (explanatory enquiry), cuando la investigación explicativa va más allá y partiendo de una “carencia de conocimiento” tiene por objetivo superar esta carencia e identificar el saber correcto de forma progresiva; la discusión erística (eristic discussion), en la que los participantes muestran retóricamente el conflicto y el desacuerdo iniciales; y el diálogo de consenso (consensus dialogue), en el que las opiniones de los participantes son comunes. Este habla en el aula intelectualmente estimulante, colaborativa y productiva es descrita por Lampert (1992) como “desordenada”, Nonaka y Takeguchi (1995, citados en Paavola et al 2002) hablan de un escenario de “caos creativo” y Wegerif et al (2009) de diálogo productivo (productive dialogue). Estos estudios coinciden en remarcar la importancia de que las normas para la interacción sean creadas colectivamente bajo el guiaje explícito del profesor. 35 • Las normas del habla exploratoria En el marco de la investigación llevada a cabo en el proyecto SLANT, se identifican los siguientes rasgos específicos del habla exploratoria. En primer lugar es un modo distintivo básico de pensar socialmente y poder participar en “comunidades de discurso educadas”. En segundo lugar, tipifica el habla que reúne los principios de claridad, responsabilidad, crítica constructiva y receptividad de propuestas muy argumentadas. En tercer lugar, identifica los rasgos cruciales y más relevantes para participar en el discurso instruido (educated discourse) poniendo sobre la mesa también la necesidad de dominar el conocimiento acumulado del área del saber donde nos encontramos. Y finalmente tiene unas consecuencias importantísimas para el desarrollo cognitivo de los alumnos. Sin embargo paradójicamente lo que la investigación ha mostrado que es un medio poderoso para los alumnos para pensar y razonar conjuntamente no tiene casi presencia en el aula. Cuando hay una discusión el profesor espera que los alumnos se impliquen en intercambios de calidad, pero es una expectativa que no se explicita lo suficiente. Asimismo se espera que sean los alumnos los que deduzcan qué se espera de ellos y cuáles son los rasgos de una discusión efectiva, pero raramente consiguen ninguna de estas dos cosas. Como hemos visto, Edwards y Mercer (1987) muestran, en cambio, la necesidad de hacer explícitas las reglas del habla exploratoria, más allá de esperar que los alumnos serán lo suficientemente habilidosos para ir deduciéndolas por ellos mismos, puesto que en estos casos el seguimiento de las reglas se hace de una manera superficial y ritual. Esta explicitación puede hacer tomar conciencia al docente de su rol en aula. Wells (1999) y Alexander (2004), por ejemplo, coinciden en considerar que a menudo el habla del docente es básicamente monológica, fruto de la dinámica impuesta por el profesor, el cual tiene prácticamente siempre el control de la palabra y sólo lo deja para permitir a los alumnos respuestas breves a sus preguntas. En este contexto, las preguntas aparentemente abiertas del profesor son en realidad cerradas, los profesores hablan más que los alumnos, los alumnos se esfuerzan no en discutir conjuntamente sino en intentar encontrar la respuesta correcta, etc. Estos estudios coinciden en remarcar la necesidad de superar estos rituales restrictivos si queremos que el habla pueda jugar un rol importante en el desarrollo del aprendizaje de los alumnos. 1.3.4. El proyecto Thinking Together Por su parte los orígenes del proyecto Thinking Together se encuentran en las investigaciones pioneras de Barnes (1976) y Barnes y Todd (1977), desarrolladas en subsiguientes investigaciones (DES, 1975; Norman, 1992), las cuales tuvieron traducción en algunos aspectos del currículum escolar británico (DFE, 1995). Sus responsables (N. Mercer, L. Dawes y R. Wegerif) defienden un conjunto de principios que son válidos para las diversas edades con que se ha implementado (desde los 6 hasta los 14 años) y por los varios contenidos curriculares abordados (matemáticas, ciencias, etc.). Como el proyecto precedente, es un marco para la enseñanza de las habilidades que los alumnos necesitarán para aprender conjuntamente con los demás. Las actividades están diseñadas para el trabajo en grupo y al principio de cada lección el profesor reflexiona siempre sobre el habla como herramienta para razonar colaborativamente. Así, identifica de forma muy explícita lo que cuenta 36 como discusión buena y productiva y los alumnos y el profesor, conjuntamente, establecen cuáles son las reglas básicas que hay que seguir (“Compartimos las ideas y nos escuchamos”, “Pedimos la palabra”, “Respetamos las opiniones de los demás”, etc.) y se prevén clases en gran grupo en las que el profesor hace reflexionar a los alumnos sobre la calidad de su habla en pequeño grupo. Los alumnos toman conciencia de las maneras en las que se debe trabajar en grupo, e indirectamente también inciden en la ventaja que representa trabajar así cuando los alumnos consiguen hacerlo. Todas las actividades tienen una conexión con contenidos curriculares, pero a veces el contenido del trabajo en grupo es el uso mismo de las reglas básicas, como trabajo de expresión oral del área de lengua. • El diseño de las actividades En palabras de Wells (1999), sin desacuerdo no hay necesidad de comunicarse y por lo tanto no hay dinámica para el cambio; para Alexander (2004), el verdadero diálogo implica reto y desacuerdo. En este sentido, las actividades están diseñadas para que los alumnos discutan en grupo sin la presencia autoritaria del profesor. A través de estas actividades, que sólo pueden resolverse a través del habla y la colaboración, se pide a los alumnos discutir conjuntamente y llegar a un acuerdo final, es decir trabajar la controversia pero también el consenso, en un contexto creado de crítica a las ideas y no a las personas. El rol del profesor es básico: no es el de instructor de un conjunto de alumnos tomados individualmente sino el de un guía que usa el diálogo para orquestar el desarrollo de una comunidad de investigación en la cual los alumnos toman un rol compartido, activo y reflexivo para el aprendizaje. Las lecciones se estructuran en tres partes en las cuales se puede visibilizar la importancia de su rol. Primero, sesión en gran grupo para establecer explícitamente objetivos y procedimientos, tanto en relación al área curricular que se trabaja como en relación al uso de la lengua como herramienta para pensar conjuntamente. Segundo, sesión en pequeño grupo en la que se pide a los alumnos resolver conjuntamente las actividades propuestas. Y tercero, regreso a una sesión en gran grupo en la que se comparten y se discuten las decisiones tomadas por los grupos conjuntamente, en un clima en el que el profesor anima a dialogar reflexivamente sobre las soluciones adoptadas y la calidad del habla. La continuidad de este esquema persigue consolidar esta zona de desarrollo intermental. Por otro lado, desde las primeras implementaciones del programa Thinking Together, además, se han contemplado siempre actividades con ordenadores en relación con áreas diversas, poniendo de relieve el gran potencial de los ordenadores para el trabajo colaborativo, de tal manera que el acrónimo IT (Information Technologies) ha dado lugar a ICT (Information and Communication Technology) (Crook, 1999; Howe y Tolmie, 1999; Littleton y Light, 1999; Howe y Mercer, 2007). Estos autores remarcan que en un inicio los ordenadores eran concebidos como herramientas de aprendizaje estrictamente individual que podían liberar a los alumnos de un discurso del profesor pensado por toda la clase y responder de manera afinada a las necesidades específicas de cada cual. Se trata de una posición defendida aún en la actualidad por algunas propuestas (cf por ejemplo Prensky, 2010). Por el contrario, estudios como los de Howe y Tolmie (1999) muestran la sorpresiva 37 capacidad de los ordenadores para hacer que los niños se comuniquen mientras aprenden. El trabajo de Wegerif y Dawes (2004) sobre el habla exploratoria en situación de trabajo con ordenador pone de relieve un patrón comunicativo bastante recurrente, el IDRF (initiation, discussion, response, feedback), y subraya que la creación de un contexto interactivo es crucial para pasar de un uso de simple interacción individual con el ordenador a una experiencia compleja, interactiva y de aprendizaje, y desmintiendo la pretensión de la industria de software de considerar que la vertiente educativa de las actividades es inherente a estas actividades. Trabajos como los de Coll et al (2008) o Hakkarainen y Paavola (2009) comparten plenamente estos planteamientos. • Un ejemplo de investigación experimental en el marco del proyecto Uno de los objetivos de los estudios realizados en el programa Thinking Together es obtener evidencias empíricas para defender los estudios vygotskyanos sobre el rol de la interacción social en el desarrollo cognitivo y el papel especialmente relevante del lenguaje como mediador en esta interacción. Es decir: buscan evidencias psicométricas que apoyen la propuesta de Vygotsky según la cual el pensamiento colectivo o intermental conforma el desarrollo del pensamiento individual o intramental. Uno de los estudios llevados a cabo se centra en el habla exploratoria y el razonamiento no-verbal de niños de 9 y 10 años (Wegerif et al 1999) a partir del test Raven’s progressive matrices (Raven et al 1995). La investigación contrasta transcripciones orales y vídeos de los grupos antes y después del programa, así como entre estos grupos y los grupos de control. Una de los datos que se contrastan son palabras clave que se consideran propias de un habla exploratoria, como “si”, “porque”, “creo que” o “acuerdo”: de forma muy significativa, las conversaciones del post-test tienen un incremento en estas palabras en el grupo experimental, mientras que se mantiene la frecuencia de uso en el grupo de control, similar en el pre-test en los dos grupos. El contraste entre pre-test y pot-test de los grupos experimental y de control muestra que el programa Thinking Together modifica la manera en la que los alumnos del primer grupo utilizan el lenguaje para el razonamiento colectivo. Los alumnos del grupo experimental discuten much más rato y de manera más profunda, tienen una mayor participación en la discusión, esta participación es más equitativa entre todos los miembros del grupo, y cada miembro justifica mucho más sus aportaciones. En resumen: usan más habla exploratoria y el estudio correlaciona este mayor uso con la mejora en la investigación colectiva de la solución. El pot-test muestra, asimismo, que los alumnos del grupo experimental consiguen mejores resultados cuando hacen la actividad individualmente: los alumnos mejoran también en el plano individual, y esto se interpreta como una prueba empírica a favor del vínculo que Vygotsky establece entre la interacción social mediada por el lenguaje (actividad intermental) y el desarrollo cognitivo individual (actividad intramental). 1.3.5. El sentido del habla exploratoria en la escuela En el marco de la investigación desencadenada por los dos proyectos descritos por Mercer y Littleton (2007) se ha destacado una paradoja del 38 trabajo en grupo en el aula. Efectivamente, se observa que cuando los profesores proporcionan a los alumnos referentes explícitos para usar el habla para el razonamiento conjunto, los alumnos aprenden más y mejores maneras de pensar colectivamente y esto tiene un impacto a su vez en una mejora en la manera de pensar individualmente. Sin estos referentes, en cambio, los alumnos trabajan uno junto al otro, quizás distribuyéndose el trabajo, interactuando pero no interpensando, sin el trabajo colaborativo caracterizado por la expresión de desacuerdos, argumentaciones e intercambio de turnos. Una crítica en contra muy contundente proviene de algunos autores (por ejemplo, Lambirth, 2006) que consideran que las normas del habla exploratoria excluyen a aquellos alumnos de clases más desfavorecidas porque representan las reglas de intervención de alumnos de clase mediana. Estas reglas en realidad no potenciarían el desarrollo cognitivo sino que reforzarían las desigualdades sociales en contra de los alumnos con menor educación de partida. Mercer y Littleton (2007) remarcan que las críticas de este tipo, sin embargo, en realidad no aportan ninguna evidencia empírica según la cual los grupos que han empleado las reglas del habla exploratoria son menos efectivos. Por una parte remarcan que añadir las normas del habla exploratoria al repertorio discursivo de los alumnos no implica borrar o sustituir parte de este repertorio (con la pérdida consecuente de la propia identidad de clase, según los críticos). Además muestran la confusión entre variedad dialectal y variedad funcional o registro; en realidad, el habla exploratoria puede ser llevada a cabo con cualquier dialecto o registro funcional, y ayudar a los alumnos a desarrollar los rudimentos del habla argumentativa y racional es ampliar su repertorio de géneros funcionales. En resumen, la escuela no puede esperar que sean los propios alumnos los que desarrollen por ellos mismos una tendencia al diálogo razonado. Desde un punto de vista sociocultural esto es un rasgo que distingue a la escuela, como institución cultural creada supuestamente para guiar el desarrollo intelectual. Tiene que poner de relieve ante los alumnos la importancia funcional del repertorio discursivo y qué rol tiene en el desarrollo del conocimiento en actividades concretas. La escuela tiene que situar a los alumnos en contacto con usos discursivos de los cuales quizás en su experiencia diaria no han tomado conciencia. Los alumnos conocerán nuevos géneros discursivos y podrán emplear el lenguaje de una manera más efectiva como un medio para aprender, ampliar intereses, desarrollar una comprensión compartida con los demás y cumplir aquello que se les pide. Coincidiendo con estas ideas, estudios como los del grupo GREAL sobre el aprendizaje de la gramática ponen sobre la mesa la estrecha conexión entre el sentido de los géneros discursivos para el aprendizaje y las especificidades del saber objeto de aprendizaje. Por otro lado, que un alumno aprenda a interactuar con los demás puede tener un impacto más profundo a largo plazo que los aprendizajes específicos de matemáticas, ciencias, etc. (Mercer, 2008a). Hay que recordar siempre que estas ideas las tenemos que entender en un marco más general: el lenguaje es una herramienta cultural mediadora en un sentido amplio, no sólo vinculada al aprendizaje y la enseñanza (Daniels, 2001). 1.4. RESUMEN 39 En el apartado precedente hemos enmarcado nuestro trabajo en un modelo de enseñanza y aprendizaje constructivista, que concibe a la persona como agente activo en un proceso de aprendizaje creativo. Nos hemos situado en la esfera de los trabajos de tradición sociocultural, según los cuales el desarrollo tiene como punto de partida la interacción social (o plano intermental), que dará forma a los procesos de reconstrucción interna (o plano intramental) y que a su vez se verá afectada por estos mismos procesos. Hemos hecho referencia a varias aportaciones vygotskyanas clave: el método genético, las nociones de “apropiación”, “interiorización” y “zona de desarrollo próximo”, y la mediación semiótica del lenguaje entre los planos inter e intrapsicológico. En este marco la institución escolar se entiende como un contexto peculiar para el desarrollo, en el cual son de gran importancia la creación de un entorno rico y estimulante para la actividad exploradora de los alumnos, el planteamiento de preguntas interesantes y la resolución de problemas de respuesta no convergente, así como la consideración de la interacción social como el camino para la elaboración de formas de interpretación del mundo. Hemos visto cómo en este contexto la metáfora del andamiaje (scaffolding) hace referencia a las estrategias de apoyo provisional que un tutor despliega para ayudar a un aprendiz (como por ejemplo modelar, reducir el margen de maniobra, proporcionar feed-back, etc.), las cuales se corresponderían con tres movimientos: de contingencia, de retirada gradual de apoyo, y de transferencia de responsabilidad y promoción de la autonomía. Estos movimientos estarían orientados a un estadio de “conocimiento de principios”, caracterizado por no estar ligado a cursos específicos de acción y ser explicativo, generalizador y metacognitivo, en oposición al llamado “conocimiento ritual”, básicamente de procedimiento y conveniencia y ligado al contexto de aprendizaje. El estudio de los procesos de andamiaje en el aula no surge hasta recientemente, puesto que en un inicio la investigación de aula se centra en estudios sobre la lengua en el aula y en la eficacia del docente, y cuando se aborda la interacción profesor-alumnos se hace con preeminencia de los estudios experimentales que parten de categorías preestablecidas. Progresivamente, sin embargo, se van abriendo camino los estudios de naturaleza cualitativa, participante, etnográfica y émica, que posibilitan el desarrollo de una concepción dinámica y fluida de la comunicación en el aula. Esta perspectiva concibe el aprendizaje como un proceso de socialización en unas formas de habla y comprensión específicas de una cultura, desarrollo de contextos mentales y términos de referencia compartidos, a través de los cuales el discurso educacional adquiere sentido para los participantes. Los procesos de aprendizaje no son lineales y determinadas conexiones entre aprendizajes se pueden dar por caminos azarosos e impredecibles. En este sentido, los trabajos que hemos presentado consideran el uso del habla como una ayuda para pensar conjuntamente y llevar a los alumnos a mejorar en las diversas áreas del currículum. Estos trabajos remarcan la necesidad de guiar al aprendiz hacia los rasgos que definen el habla como colaborativa. 40 2. LA ACTIVIDAD METALINGÜÍSTICA Y LOS CONOCIMIENTOS GRAMATICALES DE LOS ESTUDIANTES En este apartado nos centraremos en la gramática y su enseñanza y aprendizaje. En primer lugar, expondremos las diversas perspectivas con las que podemos abordar el adjetivo “metalingüístico” y la tensión que el conocimiento lingüístico implica entre el polo formal y el polo del uso. En segundo lugar, caracterizaremos los conceptos gramaticales, primero en relación al desarrollo del lenguaje y después en relación al conocimiento de los escolares. En tercer lugar, expondremos los obstáculos de orden epistemológico y metodológico que el tratamiento didáctico de la gramática tiene que abordar necesariamente. Un resumen final sintetizará las ideas expuestas. 2.1. LA ACTIVIDAD METALINGÜÍSTICA En este apartado nos guiamos por el estudio panorámico de Camps et al (2005). Estos autores establecen que en términos generales conviven en el individuo dos conocimientos sobre la lengua: un conocimiento ligado al uso y otro ligado al sistema gramatical. El primero se manifiesta en el uso a través del control y del juicio del hablante sobre las propias producciones. Los hablantes saben lengua en el sentido de que saben usarla funcionalmente de acuerdo con las diversas situaciones comunicativas a las que deben satisfacer, lo cual se traduce en un control sobre este uso: elección de vocabulario y estructuras adecuadas al uso, reformulaciones, comprensión de los mensajes de nuestros interlocutores, etc. Se trata de un uso competente de la lengua automatizado e invisible al mismo hablante, en el que lo que cuenta es el mensaje y en el que el sistema gramatical es vehículo transparente para este mensaje: representa el mundo extralingüístico y es herramienta social mediadora que permite construir el propio pensamiento. El segundo conocimiento sobre la lengua se centra en el sistema y se trata de un saber compartido surgido de necesidades e intenciones sociales, que puede configurarse como un conocimiento formalizado del funcionamiento del sistema lingüístico, en algunos casos modelos científicos de descripción lingüística o “gramáticas” también objeto de estudio escolar. El objeto de consideración ahora no es sólo el mundo extralingüístico sobre el que queremos decir algo sino la misma lengua o la manera de usarla en función de la intención subyacente a este uso; el lenguaje deja de ser transparente y deviene opaco y objeto de atención y pensamiento. Necesitaremos reflexionar sobre la gramática en situaciones determinadas que exigen un control esmerado de determinados aspectos, los cuales pueden ser obviados en otras situaciones sin que se resienta la funcionalidad del uso lingüístico: por ejemplo, los locutores radiofónicos mantienen un control específico sobre la pronunciación y la entonación, control que rebajan al grado mínimo cuando hablan con los compañeros fuera de antena; o por ejemplo, los escritores literarios ejercen un control alto sobre sus escritos de creación pero no sobre los formularios que llenan en su relación con la administración. Los usos son 41 variados y en función de parámetros diversos cambiantes y muy difíciles de sistematizar, con una variación en el grado de control y de conciencia en la actividad metalingüística. La interrelación entre estos dos conocimientos nos plantea varios interrogantes, como por ejemplo si saber gramática de una manera explícita garantiza el dominio de los usos, si saber usar la lengua en usos y situaciones diversas implica saber gramática, o qué distancia hay entre el conocimiento que surge del control individual del uso y el conocimiento de la gramática formalizada. Podríamos decir que entre el saber práctico y el saber reflexivo hay una barrera particular. Por un lado expresarse no consiste en saber la gramática formalizada, ni el conocimiento explícito de las reglas de la gramática no garantiza que se pueda usarla (hablarla o escribirla) como instrumento de relación y conocimiento. Pero por otra parte entre el conocimiento gramatical y el uso de la lengua no existe una barrera rígida sino permeable, con diferentes niveles de paso y con diferentes momentos, maneras y direcciones de ser traspasada. En este sentido la delimitación es de tipo gradual y se relaciona con aspectos clave como el nivel de conciencia de la actividad metalingüística, el orden de aparición de esta actividad o los motivos que la desencadenan. Se trata de aspectos que abordaremos en los apartados que siguen. Camps et al (2005) describen tres perspectivas desde las cuales se ha abordado el término “metalingüístico”: los estudios lingüísticos, la psicología cognitiva y la psicología sociocultural, y asimismo identifican la relación entre el polo formal y el polo del uso. A continuación haremos una síntesis de estos aspectos. 2.1.1. Los estudios lingüísticos La incorporación del término metalingüístico al campo de la lingüística aparece con la lingüística estructural, especialmente con las obras de Jakobson (1960) y el Círculo Lingüístico de Praga. Las aportaciones hechas desde esta perspectiva consideran dos acepciones del término funcional: funciones internas relativas al sistema y funciones externas relativas al comportamiento del hablante. Ponen de relieve en la actividad metalingüística la importancia del “sentimiento del locutor” y su capacidad de introspección como procedimiento metodológico para analizar el sistema funcional de la lengua en la primera de las acepciones. Sería, pues, en la conciencia del individuo donde se fundamentaría este análisis, en el que se entiende “funcional” en relación al sistema de la lengua. Jakobson establece un esquema de la comunicación con seis elementos básicos (emisor, receptor, mensaje, canal, referente y código) y cuando el habla focaliza en el código tiene una función metalingüística. Para hablar sobre la lengua como objeto nos hará falta un metalenguaje y el discurso del lingüista sobre la lengua se corresponde a esta función metalingüística, pero aparece también en el hablante y el habla cotidiana y tiene un papel relevante en la adquisición del lenguaje y el habla de los niños. En este sentido Rey-Debove (1978) estudia las formas lingüísticas propias de esta función y distingue entre un lenguaje especializado (el metalenguaje) y las expresiones propias del lenguaje referidas a otras expresiones de la lengua. La concepción de la función metalingüística de estos autores se basa en el análisis del sistema lingüístico como sistema de comunicación, como objeto independiente de los hablantes. 42 Kerbrat-Orecchioni (1980) pone en cuestión tanto la visión de objeto separado del individuo como la homogeneidad del código que se desprende de estos planteamientos. Desde el punto de vista del uso, la función metalingüística diversifica su objeto porque a pesar de referirse al código se centra en la diversidad sociocultural de este código y en los elementos de la situación de comunicación, como pasa por ejemplo con la necesidad de ajustar el código entre interlocutores, puesto que la función metalingüística es diversa y varía entre locutores. Como vemos, mientras que la función metalingüística nace del estudio formal de la lengua, progresivamente se van teniendo en cuenta factores ligados al uso y al hablante. Con la expresión “facultad metalingüística” de Benveniste (1971) el término “metalingüístico” ya no estaría asociado únicamente a una de las funciones de la lengua sino también a una capacidad del individuo, la que expresaría la posibilidad de los humanos de distanciarnos de la lengua y de contemplarla mientras la usamos en la actividad comunicativa. También Culioli (1990) hace referencia a los aspectos cognitivos de la función metalingüística, concibiendo la lengua como un sistema de representación mental que también es objeto de la lingüística y que tendría tres niveles: un primer nivel de organización de nuestra experiencia, un segundo nivel en el que las formas lingüísticas serían trazas de este nivel general, y un tercer nivel en el que estas trazas serían objeto de descripción formal explícita por parte del lingüista a través de un metalenguaje específico. Desde el punto de vista del grado de conciencia y de la especificidad del metalenguaje la actividad metalingüística tendría también tres niveles: la actividad epilingüística no consciente (a partir de la cual se desarrollan modelos descriptivos que no tienen que ser confundidos con este nivel), la actividad consciente (manifestada en el control del uso lingüístico), la actividad consciente verbalizada en términos de lenguaje cotidiano, y la actividad metalingüística sistematizada en modelos formales y con términos técnicos. Por su parte, los modelos desarrollados por el generativismo entienden el uso lingüístico como resultado de un saber interiorizado sobre la lengua y orientan su estudio al descubrimiento del funcionamiento del sistema para caracterizar la capacidad innata del lenguaje en la mente de los hablantes. Su noción de gramaticalidad no está ligada a un corpus de enunciados analizados y observados (gramática estructural) sino al juicio de aceptabilidad del mismo hablante basado en el conocimiento intuitivo e implícito, un juicio que podemos calificar de metalingüístico. Tanto función metalingüística como actividad metalingüística constituyen usos opacos de la lengua en medio de un uso transparente: este uso opaco suspende momentáneamente el contexto extralingüístico para observar la lengua en su propio contexto lingüístico, el cotexto. En este sentido habría dos maneras de referirse a la lengua. En primer lugar desde dentro del discurso sin interrumpirlo, por ejemplo en el oral cuando tenemos que reparar inadecuaciones y errores, o en el escrito para referirnos a elementos del mismo texto. Y en segundo lugar desde fuera del discurso, cuando aislamos los elementos lingüísticos de su cotexto y los situamos en otro contexto, el del discurso sobre la lengua. Además habría una gran diversidad de objetos discursivos y lingüísticos susceptibles de ser objeto de atención y referencia: los sonidos y la entonación (en el primer aprendizaje lingüístico, cuando aprendemos una lengua desconocida...), la selección léxica y de estructuras 43 lingüísticas (cuando construimos un discurso o somos receptores de él), aspectos diversos de las unidades lingüísticas (como en los juegos lingüísticos), la propia terminología gramatical, etc. Resumiendo lo que exponen Camps et al (2005), la actividad metalingüística se puede dirigir a niveles diferentes y realizarse de maneras diferentes porque la lengua es una entidad mutidimensional que se puede controlar, observar y analizar desde varios ángulos. En este sentido Brigaudiot (1994) distingue para la escuela tres tipos de actividades orientadas a la reflexión metalingüística: centradas en el uso de la lengua, centradas en poner de manifiesto la función metalingüística del lenguaje (reformulaciones, reescrituras), y centradas en el sistema gramatical descontextualitzado (ejercicios de observación, de análisis, de clasificación, de definición). La descontextualitzación llevaría a aislar el material lingüístico de su uso comunicativo para poder hacer explícitas las reglas de su funcionamiento a partir de una recontextualización o un nuevo contexto. El grado de conciencia y de explicitación de este referirse a la lengua varía considerablemente en función del nivel de descontextualización en el que se sitúa la actividad y de la capacidad metalingüística de los hablantes (influida por la edad, las situaciones de uso, la intención...). Este nuevo contexto es un espacio en el que el material lingüístico aparece relacionado con otros elementos, de diferente tipo según el caso. Por ejemplo, el texto o discurso es un objeto formado por elementos diversos que siguen unas reglas y una intención discursiva (coherencia, cohesión, género...); asimismo el material lingüístico en relación al conjunto del sistema lingüístico puede observarse en una actividad centrada en el nivel oracional. 2.1.2. Los estudios cognitivos y socioculturales Para Gombert (1990) tanto las perspectivas lingüística como cognitiva comparten la distancia del sujeto en relación con el lenguaje (que deviene objeto de observación y análisis), la representación mental del lenguaje por parte del sujeto, y la regulación y el control del lenguaje mientras se usa. La perspectiva lingúística, sin embargo, buscaría las trazas de lo metalingüístico en las producciones verbales, identificando las marcas lingüísticas de autoreferenciación (uso del lenguaje para referirse al mismo lenguaje): el ámbito de la metalingüística se reduce al lenguaje sobre el lenguaje. En cambio, desde el punto de vista de la psicología cognitiva, el estudio de la actividad metalingüística busca en el comportamiento verbal y no verbal del sujeto los elementos que permitan inferir procesos cognitivos de gestión consciente (de reflexión sobre la lengua o de control deliberado) ya sea sobre el discurso ya sea sobre el uso. Desde este punto de vista, el lenguaje es primordial en el desarrollo del pensamiento y está integrado en la actividad cognitiva del sujeto desde un punto de vista general. En este sentido los estudios de la psicología cognitiva sobre adquisición y desarrollo del lenguaje y sobre los procesos implicados en su uso son aportaciones indispensables para reflexionar sobre la importancia de la actividad metalingüística. Muestran la gran diversidad de manifestaciones de la capacidad metalingüística de los individuos, como por ejemplo los grados de atención y control que implica el uso, los niveles de conocimiento lingüístico, y los niveles de reflexión sobre la lengua. 44 Algunos de los modelos propuestos desde la psicología cognitiva son los siguientes: Karmiloff-Smith (1986, 1992) sobre el desarrollo del lenguaje, Bialystock (1991, 1994) sobre la adquisición y el uso de una segunda lengua, y Hayes y Flower (1980), Bartlett (1982) o Bereiter y Scardamalia (1987) sobre los procesos implicados en la actividad de escribir. El modelo de KarmiloffSmith tiene un peso importante entre los modelos cognitivos sobre la actividad metalingüística y se denomina “modelo de redescripción representacional”. Se centra en cómo las representaciones del sujeto se vuelven progresivamente más accesibles a la conciencia: lo que en un primer momento es información implícita en la mente deviene un conocimiento progresivamente verbalizable. En relación a las propuestas de Gombert y Karmiloff-Smith, Camps et al (2005) remarcan que se refieren a la adquisición y desarrollo del lenguaje pero que la actividad metalingüística se manifiesta en cualquier situación de uso lingüístico o metalingüístico, como por ejemplo la diversidad de usos lingüísticos y discursivos de los adultos o la situación de adquisición de una segunda lengua. Esto querrá decir que se puede ir de lo implícito a lo explícito pero también de lo explícito a lo implícito, como cuando se aprenden las reglas de una lengua extranjera o de la ortografía y que progresivamente se van interiorizando. Por su parte, Bialystock propone un modelo cognitivo que pone de relieve que no todos los usos lingüísticos reclaman el mismo tipo de conocimientos sobre la lengua. Los hablantes determinan grados diversos de control para cada uno de los usos: hay usos casi automáticos y los hay que requieren la máxima atención, y esto es válido también para la actividad metalingüística. No tendría sentido una propuesta de enseñanza basada únicamente en el uso, caracterizado por un nivel analítico más bajo que la actividad metalingüística: por el contrario, hay que tener en cuenta también la dimensión analítica, pues contribuye también a este uso. A la vez no tendría sentido promover únicamente actividades analíticas de reflexión gramatical desconectadas de los usos discursivos. Finalmente, el modelo de Hayes y Flower es el más divulgado en la enseñanza para explicar la actividad interna de un escritor en el proceso del escrito y propone un monitor que controla el proceso. La actividad de revisión que se lleva a cabo a lo largo del escrito es una operación que exige unos tipos determinados de conocimientos sobre la lengua, poco explícitos en la conciencia de los aprendices, los cuales no realizarían esta operación: detectan problemas pero no saben sus causas ni cómo arreglarlos. Por lo que respecta a la psicología sociocultural, finalmente, para Camps y su equipo la actividad metalingüística desde la perspectiva del interaccionismo social se entiende como una actividad fruto de la necesidad de ajustar el instrumento de mediación social (la lengua) a las diversas situaciones de uso y esto sólo es posible con el conocimiento sobre la lengua. Dos actividades lingüísticas que privilegian la actividad metalingüística son la escritura y el aprendizaje de una segunda lengua. En relación al escrito, hay dos características de la escritura que se relacionan con la actividad metalingüística. Se trata de dos características aparentemente contradictorias según las cuales el lenguaje es objeto de control consciente y a la vez metalenguaje e instrumento de elaboración del pensamiento. Así, por un lado la distancia entre emisor y destinatario implica una descontextualización del lenguaje en relación al oral y la comunicación, y esto conlleva la posibilidad de observar y analizar el material lingüístico como objeto de reflexión 45 metalingüística. Por otra parte la progresiva organización lingüística y enunciativa del material lingüístico lleva a una recontextualización interna textual y discursiva del material lingüístico. En relación al aprendizaje de una segunda lengua, la actividad metalingüística se produce en el ajuste externo y observable entre interlocutores, un hecho que nos lleva a pensar en una actividad no observable, mental, que orienta la producción en el sentido de adecuarla a la situación de comunicación. En este sentido la interacción promueve la actividad metalingüística y genera un conocimiento sobre la lengua que permitirá el control sobre el uso. 2.1.4. El polo formal y el polo del uso Como hemos visto en el estudio panorámico seguido, la función metalingüística se centra en la lengua como objeto, mientras que la actividad y capacidad metalingüística se centran en el individuo, y es de estas que surge el conocimiento metalingüístico, polarizado en dos extremos: el polo formal y el polo del uso. El primero consiste en los modelos lingüísticos y el segundo en el conocimiento todavía desconocido que se manifiesta de maneras diferentes y con grados de conciencia diferentes según las situaciones y los individuos. Como ya ha sido indicado, la imposición del conocimiento formal sin tener en cuenta el conocimiento metalingüístico individual puede no contribuir suficientemente a construir el conocimiento sobre la lengua. Y a su vez prescindir del conocimiento formal y sistematizado sobre el lenguaje puede repercutir negativamente en la actividad metalingüística del individuo a la hora de dominar las lenguas. Camps y Milian (1999) indican que la enseñanza tiene que abordar estos dos polos así como las maneras en las que se manifiesta su relación en el individuo. La relación entre estos dos polos no es directa ni automática y se traduce en el continuo entre gramática explícita y gramática implícita. La enseñanza de la lengua se propondría llevar a los aprendices a explicitar su saber gramatical implícito, en un proceso de descubrimiento de la lengua como sistema estructurado a partir de lo que los aprendices ya saben. Este proceso se produciría a partir de la intervención y la mediación de unas actividades (de manipulación, observación y análisis) y de una puesta en escena en el aula basada en la interacción entre aprendices. Una propuesta pionera en este sentido es la de Camps (1986), centrada en la escuela primaria y que se plantea la explicitación a través de la manipulación y la verbalización por parte del alumno, potenciando la exploración de los usos formales escritos y orales en un contexto de trabajo en pequeño grupo. También la enseñanza de segundas lenguas ha generado mucha investigación, con estudios como el de Besse y Porquier (1984), que propone el término “gramática pedagógica” como un instrumento a medio camino de la formalización del lingüista y la gramática implícita del aprendiz, que es a la vez conceptual y procedimental para poder reflexionar sobre las propias prácticas lingüísticas. A pesar de que en el último tercio del siglo XX los enfoques comunicativos hacen hincapié de forma exclusiva en las prácticas del uso lingüístico, la crisis de estos enfoques ha vuelto a poner en primer plano el interés por el estudio de la gramática en la enseñanza de segundas lenguas. Se parte de los usos situados de la lengua que se aprende con actividades centradas en la forma (focus on form) que potencian la observación, el análisis y el control en la producción lingüística (Doughty y Williams, 1998). Ellis (1990) 46 propone un modelo que combina un input centrado en la forma (a través de la enseñanza explícita y directa del funcionamiento gramatical) y un input centrado en el significado (a través del uso comunicativo para llegar a las regularidades gramaticales inductivamente). Influirán en la producción final el estilo de aprendizaje de cada aprendiz, el tipo de actividad lingüística (producción o recepción oral y escrita), y el tipo de actividad metalingüística. El interés de este planteamiento es que permite afinar el control consciente y avanzar en el conocimiento sistemático de la organización de la lengua. Estudios como los de Swain (1993) o Block (2003) matizan estos planteamientos sobre el input y la relación que tiene con la producción, con la hipótesis del output: éste no es resultado del conocimiento lingüístico sino una parte activa del proceso global de aprendizaje. La producción o output no sería pues el punto final del proceso de asimilación, reestructuración e integración de conocimiento sobre la lengua sino un punto para reiniciar recursivamente el proceso de aprendizaje. Asimismo, el estudio sobre los procesos de composición escrita aporta información sobre la actividad metalingüística que puede orientar las propuestas de enseñanza de la lengua. Escribir es un proceso muy complejo y esta complejidad genera actividad metalingüística que se manifiesta explícitamente en situaciones de escritura colaborativa. En el contexto español, estudios como los de Camps (1994) o Bigas et al (2001) muestran los diversos grados de explicitación de la actividad metalingüística desencadenada en situación de escritura colectiva. A partir de estas investigaciones de escritura en grupo y de las propuestas de lingüistas y psicólogos, Camps (2000a) defiende una clasificación de la actividad metalingüística consistente en una gradación desde una actividad interna implícita en el uso de la lengua a una actividad explícita en el uso, que puede ser no verbalizada sino implícita en un uso situado o verbalizada, ya sea con lenguaje coloquial o con lenguaje científico. Como ya hemos dicho, la autora subraya que estos niveles no describen un desarrollo en el nivel ontogenético puesto que pueden manifestarse simultáneamente en aprendices y en adultos, además de no tener una dirección única de lo implícito a lo explícito. Situaciones como la adquisición de segundas lenguas o el aprendizaje de las normas ortográficas indican que puede seguirse el camino contrario. 2.2. LOS CONCEPTOS GRAMATICALES Desde una perspectiva constructivista parece lógico que si queremos lograr una enseñanza de la gramática útil y coherente debemos conocer cómo elaboran el conocimiento gramatical los alumnos. Si nos formulamos una pregunta como por ejemplo “¿Qué aprenden y qué saben de gramática los alumnos?” las respuestas dependerán del concepto de gramática que se tome de referencia. Desde el punto de vista de la gramática implícita los estudios sobre la adquisición del lenguaje muestran que los alumnos de niveles avanzados de escolaridad tienen un nivel alto de gramática y que hay estructuras de desarrollo tardío ligadas a la escritura. Desde un punto de vista de la gramática escolar, el conocimiento gramatical se presenta como un conglomerado inconexo de complexificación diversa, fruto de nociones y 47 tradiciones lingüísticas diversas, y de prácticas y rutinas escolares también diversas. La gramática constituye un saber de gran complejidad y podemos abordarlo en primer lugar desde el punto de vista del desarrollo del lenguaje y de la capacidad metalingüística, y en segundo lugar desde el punto de vista de los conceptos gramaticales de los escolares. 2.2.1. Conceptos gramaticales y desarrollo del lenguaje Camps et al (2005) consideran que la investigación sobre el desarrollo del saber gramatical ha sido abundante y a pesar de no tener como objetivo el conocimiento explícito de los aprendices pueden ser una base para la enseñanza de la gramática. Una parte de esta investigación muestra que las estructuras sintácticas continúan desarrollándose en edades escolares y que este desarrollo depende de las actividades verbales que permiten trabajar las estructuras, de tal manera que uso y reflexión son la base necesaria para el aprendizaje de la gramática. Son especialmente relevantes los estudios sobre el desarrollo de estructuras sintácticas y los estudios sobre el desarrollo de la capacidad metalingüística. Los primeros muestran la necesidad de una investigación que nos permita precisar hasta qué punto la enseñanza explícita es necesaria o puede favorecer el aprendizaje de usos complejos de la lengua. Los estudios realizados en el marco de la psicolingüística (cf el estudio panorámico de Serra et al 2000) muestran que hay estructuras sintácticas de desarrollo tardío, y remarcan por ejemplo la necesidad de propiciar el uso de estructuras complejas previamente a su explicación, evitando un camino deductivo por el que se explica una estructura abstracta que no se tiene en el nivel actual de desarrollo lingüístico. Por otro lado hay conocimiento gramatical que va muy ligado a las estructuras de los géneros complejos (secundarios en términos de Bakhtin), no espontáneos, que requieren enseñanza explícita, de tal manera que los usos escolares del lenguaje pueden influir en el desarrollo del lenguaje en relación al desarrollo intelectual (Bruner, 1966). Como ya hemos indicado, en cuanto a los estudios sobre el desarrollo de la capacidad metalingüística, destacan los estudios de Karmiloff-Smith (1992), sobre las reestructuraciones sucesivas de las representaciones metalingüísticas, y de Gombert (1990), que reformula el modelo y hace una síntesis de los trabajos sobre el desarrollo metalingüístico. Este último autor cita un conjunto de trabajos que dibujarían cuatro ámbitos de estudio sobre el desarrollo metalingüístico de los escolares que pueden aportar conocimiento sobre la actividad metalingüística. En primer lugar, los juicios de aceptabilidad, que mostrarían que los criterios semánticos se desarrollan antes que los formales. En segundo lugar, la lectoescritura y las actividades metafonológica y metalexical, que podrían concebirse como correlato del desarrollo de la lectura y la escritura. En tercer lugar, los procesos de composición escrita, en los que la revisión convierte la lengua en objeto de análisis, con operaciones diversas como evaluación, detección, diagnóstico y corrección. Y finalmente la interacción oral en el proceso de escritura colaborativa, en la que la actividad metalingüística se manifiesta en niveles diversos, a menudo sin argumentación gramatical. 2.2.2. Conceptos gramaticales de los escolares 48 En cuanto a los conceptos sobre la lengua, Camps et al (2005) consideran que el interés del estudio de los conceptos gramaticales de los escolares se justifica desde un punto de vista constructivista por la relevancia que puede tener ante la necesidad de ajustar la enseñanza de nuevos contenidos. Tanto las investigaciones existentes, de tipo descriptivo, como las observaciones de los profesores en las aulas son útiles y necesarias para elaborar hipótesis interpretativas sobre aspectos como los rasgos del saber gramatical explícito, las dificultades de los alumnos para dar coherencia a los contenidos, las relaciones entre el saber conceptual y el procedimental para el uso de la lengua o la evolución de estos dos tipos de saber, así como para aportar conocimiento relevante para la elaboración de una gramática pedagógica. Si bien en gramática los estudios sobre los conceptos de los aprendices son escasos, en otros ámbitos de la enseñanza como las ciencias experimentales y las matemáticas estos estudios tienen una larga tradición (Pintó et al 1996). Destaca aquí un estudio pionero sobre los conceptos lingüísticos de los escolares, el de Ferreiro y Teberosky (1979), de raíz piagetiana, centrado en los conceptos lingüísticos relacionados con la escritura en los primeros años de la escolaridad y que llega a la conclusión de que los aprendices establecen “teorías” sobre el sistema, las cuales evolucionan en contacto con los datos del entorno y siguiendo varias fases hasta la denominada alfabética. La exploración de los conceptos gramaticales en niveles de escolaridad avanzados es todavía una línea de investigación poco desarrollada, de tipo descriptivo y centrada en categorías aisladas, debido a tres tipos de problemas. El primero concierne a los rasgos del conocimiento gramatical, que remite tanto al saber implícito del hablante como al saber estructurado del modelo científico, con niveles diversos entre uno y otro difíciles de sistematizar. El segundo, a la carencia de consenso sobre el modelo lingüístico de referencia, reflejo de la carencia de consenso en la propia comunidad de estudio lingüístico. Y el tercero, a los problemas metodológicos en la enseñanza de este objeto. En las líneas que siguen nos centramos en el primero de ellos y en el apartado siguiente desarrollamos los otros dos. a) Estudios en los ámbitos francófono y aglófono Son pioneros los estudios desarrollados en el ámbito francófono, especialmente los del monográfico de “Cahiers pédagogiques” del año 1985. Boutet y su equipo y Mas estudian la noción de oración en niños de 1º de primaria a partir del criterio de aceptabilidad. La pregunta que se formulaba a estos escolares era si consideraban o no oración varios conjuntos de palabras y las respuestas dibujan una evolución desde criterios semánticos y pragmáticos a criterios formales. Por su parte Brossard y Lambelin observan la diferenciación explícita entre sujeto y complemento directo. En relación al sujeto, la identificación depende de los rasgos del sintagma nominal que haga esta función: es más fácil identificar si encabeza la oración y es nombre propio y animado. El trabajo más completo y referente para trabajos posteriores es el de Kilcher-Hagedorn et al (1987), y tiene como desencadenante la preocupación por el lugar de la gramática en un enfoque comunicativo de la enseñanza de la lengua. Se centra en dos categorías léxicas (nombre y adjetivo) y una categoría sintáctica (complemento directo), y en alumnos de 2º, 3º, 4º, 5º y 6º de primaria. Este trabajo concluye que el conocimiento 49 gramatical de los alumnos no integra saber intuitivo y saber escolar, que los alumnos utilizan criterios variados principalmente de tipo semántico y sintáctico de manera rígida, que el ejemplo es habitualmente el punto de referencia, que no siempre van emparejados reconocimiento de elementos y definición, y que no hay evidencia de una reformulación más abstracta de la noción a medida que se sube de curso. Martin (1999) explora el rendimiento de una opción terminológica, denominar el complemento directo “aquello que sigue el verbo” (suite du verbe). Este estudio muestra que si bien las oraciones de orden canónico no ofrecen problemas las transformadas sí, y concluye que la terminología provoca muchos errores, que son reforzados por los ejercicios tipos. También destacan los estudios de C. Fisher sobre el adjetivo (Fisher, 1996 y 2004). La autora indaga sobre la noción de adjetivo en niños canadienses de 4º, 5º y 6º de primaria. La autora analiza los errores y observa que, además de la confusión del adjetivo principalmente con el nombre y con los complementos del nombre, no hay mucha evolución a lo largo de los cursos y los alumnos mantienen una idea imprecisa y vaga del adjetivo asociado a la idea de calificación. En el ámbito anglosajón, destaca el estudio de Myhill (2000). La autora en un estudio sobre la enseñanza de la gramática en la Gran Bretaña recoge datos etnográficos de escolares de 12 años y de futuros profesores que le permiten observar tres tipos de concepciones erróneas en las nociones gramaticales de los aprendices. En primer lugar, habla de las concepciones erróneas adquiridas en la vida académica a partir de gramáticas escolares que dan definiciones poco satisfactorias, con simplificaciones que conducen al error, con planteamientos atomizados, con actividades que proponen la aplicación mecánica de reglas que se han memorizado; para la autora estos elementos constituyen un obstáculo metodológico para la construcción de un conocimiento gramatical coherente y funcional. En segundo lugar, observa las lagunas y las ineficiencias de determinadas gramáticas analíticas (descriptivas o normativas) al dar cuenta de algunos fenómenos lingüísticos, una observación congruente con la observación de los estudios francófonos sobre las dificultades que plantean determinados aspetcos como la integración de las perspectivas oracional, textual y enunciativa de las gramáticas escolares, o la dificultad de establecer formulaciones congruentes de la variación interlingüística en la enseñanza simultánea de lenguas diversas. En tercer lugar, finalmente, según Myhill hay concepciones erróneas que son atribuibles a las altas demandas de abstracción que pide la actividad metalingüística: las dificultades conceptuales derivadas del uso de la lengua para describir la lengua misma, por ejemplo, o las dificultades de acordar unas nociones gramaticales prototípicas con la variación lingüística. Para Guasch (en prensa), estudios sugieren que las intervenciones para la enseñanza de la reflexión gramatical en las aulas deberían configurarse en base a tres aspectos: la metodología de la intervención, el control de la complejidad intrínseca de los fenómenos gramaticales que se tratan, y las capacidades cognitivas de los escolares de los diferentes niveles. b) Estudios en el ámbito catalán En el contexto catalán la investigación sobre los conceptos gramaticales tiene el origen en la exploración llevada a cabo por el grupo GREAL de los procesos de composición escrita en colaboración (Camps y 50 Ribas, 1997). Muestra la carencia de argumentación gramatical en la resolución de los problemas de redacción y revisión de un texto e inicia una nueva línea de investigación sobre la actividad metalingüística de los escolares, planteando preguntas del tipo “¿Cómo hacer avanzar a los alumnos en su conocimiento gramatical?” y “¿Qué resistencias hay que vencer para hacer emerger las intuiciones lingüísticas?”. Este programa de estudio, desarrollado a lo largo de la última década, consta en realidad de tres líneas: el análisis del proceso de producción textual, los conceptos gramaticales de los estudiantes, y la reflexión metalingüística en el marco de un modelo de intervención que la haga posible (el modelo de la Secuencia Didáctica de Gramática, SDG). En este contexto algunos de los estudios básicos sobre los conceptos gramaticales de los escolares son los siguientes: Camps (2000b) sobre el pronombre; Notario (2000) y Gonzalvo y Camps (2003) sobre el sujeto; Durán (2008) y Fittipaldi (2007) sobre el adverbio; Macià (2007) sobre las categorías léxicas; Durán (2007) sobre el verbo; Torralba (2010) sobre la relación entre nociones gramaticales; Gil y Bigas (2009) sobre el concepto de palabra. El estudio de Gonzalvo y Camps es una exploración de tipo cuantitativo y longitudinal sobre el concepto de sujeto a lo largo de la secundaria, y los otros tienen parcialmente o totalmente un carácter semiexperimental. A partir de entrevistas semiestructurades según el modelo inteview-about-instances un investigador dialoga con los alumnos sobre las respuestas que previamente han dado a una batería de actividades. Asimismo las actividades propuestas son diversas (de uso, reconocimiento, definición y razonamiento) y no van precedidas de ninguna explicación teórica. Excepto los estudios de Torralba y de Gil y Bigas, centrados en escolares de primaria, el resto se centra en escolares de secundaria. Coincidiendo con los resultados de exploraciones desarrolladas en el mundo francófono y anglófono, estos estudios constatan que el saber gramatical no es cuestión de todo o nada sino que es una mezcla de niveles diferentes: saberes escolares memorizados, saberes frutos de la propia reflexión o de la generalización, saberes intuitivos, etc. Algunos de ellos son adecuados y otros erróneos, y a menudo con justificaciones que pertenecen a niveles diferentes (forma, lugar, significado, paradigma, enunciación...). Más específicamente señalan la dificultad para separar lengua y realidad, la no integración de la vertiente semántica y formal, y la visión lineal de las relaciones entre las palabras. También muestran algunos problemas para tener una visión global y coherente del saber gramatical y una separación muy pronunciada entre el conocimiento declarativo y el procedimental. Asimismo muestran la fuerza del ejemplo paradigmático inicial de tipo prototípico y la problemática de una terminología gramatical que tiene otros significados en el uso cotidiano. En relación con este punto, las definiciones intuitivas de los alumnos son a veces iluminadoras pero no siempre son aprovechadas por una práctica escolar a menudo fosilizada, orientada a las definiciones simplificadoras. Finalmente, se trata de un saber que se activa de forma aleatoria y muy ligada al contexto de aprendizaje, lo que hace muy difícil recuperarlo en contextos diferentes, como por ejemplo un momento distinto del curso, la enseñanza de una segunda lengua o el curso siguiente. • Contenidos del saber gramatical de los estudiantes: síntesis de las aportaciones de algunos trabajos 51 1. Dificultad para separar lengua y realidad. Camps considera que en general los alumnos tienen dificultad para separar texto y realidad y para considerar los elementos lingüísticos de un texto en ellos mismos. El ejemplo que ponen es el de “chica”: para los alumnos entrevistados es la chica real, aunque sea en el mundo creado por el relato. Asimismo consideran que para los alumnos “sustituir” es interpretado en el sentido de “estar en el lugar de” algún personaje o del narrador del relato, entendiendo por este término el significado de “representación de una realidad extralingüística” y no de una entidad lingüística, como por ejemplo un nombre. El extremo observado es el de interpretar “chica” como pronombre porque ocupa el lugar de una chica cualquiera. Consideran, en este mismo sentido, que el término pronombre ligado al de persona en la definición de “el pronombre está en lugar de personas” lleva a identificar fácilmente los pronombres de primera y segunda persona y sus referentes, pero que genera problemas con el de tercera cuando tiene un referente no humano. El estudio observa que esto sucede de forma especialmente pronunciada cuando el referente del pronombre es una oración o un sintagma preposicional, como en los pronombres en catalán “en”, “hi” y “ho”. Por su parte, Macià aporta otro ejemplo parecido de confusión lenguarealidad en la respuesta a la pregunta “¿Qué te hacía pensar que [sol] era un nombre?” que da una alumna: “Que se refería al sol de... pues al sol”. El autor remarca un hecho interesante: la manera como el estudiante integra las formas en la enunciación, desplazando las coordenadas dícticas, de tal manera que no analiza propiamente las formas del texto sino que las interpreta. Así no analiza la forma “tú”, sino que ésta es transformada en “ella”, la chica a quien se hace referencia; de forma parecida, el presente de la enunciación se transforma en un “en aquel instante”. El autor interpreta este desplazamiento enunciativo como indicio también de confusión entre realidad lingüística y extralingüística. 2. No integración de criterios de análisis. El estudio de Notario remarca que la definición mayoritaria que los alumnos dan de sujeto se basa en un criterio semántico: el sujeto es aquel que realiza o sufre la acción indicada por el verbo. Para la autora esto reflejaría una concepción de las funciones sintácticas como dramatización del enunciado. Así, los alumnos para encontrar el sujeto emplean mayoritariamente la pregunta “¿Quién realiza la acción del verbo?”. En relación al término “acción”, la autora considera que los alumnos tienen de este concepto una idea muy laxa de tal manera que cualquier verbo expresaría acción (tener, ser, gustar...). Y en relación a la propia formulación de la pregunta, observa que la partícula interrogativa es en realidad muy inestable e intercambiable, de tal manera que a veces es “qué” y a veces “quién”, haciendo referencia no tanto a la noción (vaga) de agente como al elemento tematizado, que es en último término el que se identifica como sujeto. La autora concluye que los alumnos elaboran una definición implícita de lo que es sujeto del tipo “Sujeto es aquel elemento de la frase que responde a los interrogantes que nos formulamos sobre la frase”. Gonzalvo y Camps observan que los alumnos identifican mayoritariamente los sujetos que además de encontrarse en primera 52 posición desde el punto de vista semántico son animados y agentes de la acción del verbo. Macià también situaría en relación al peso de la semántica la respuesta de una alumna cuando se le pide que caracterice el sustantivo “soles” de la oración “No nos quisimos perder ninguno de los soles del atardecer” y de hacerlo más allá del significado. La alumna responde: “Es un sustantivo porque es cuando sale el sol... ya lo pone xxx se lo pierden”. El estudio de Gil y Bigas muestra que los niños de 4º y 6º de primaria (9-10 y 11-12 años) tienen dificultades en la segmentación de las estructuras verbales y que sus actuaciones están mayoritariamente guiadas por la búsqueda de significado o de unidades con significado. Durán considera que la expresión “acompaña a” para definir el adverbio responde en parte a un criterio sintáctico y funcional, que aparece después del criterio semántico, coincidiendo con la clasificación semántica de la gramática tradicional. Cuando pide más concreción el alumno no es capaz de explicar exactamente qué significa acompañar y al final acaba usando un criterio semántico: sin el adverbio la oración no tendría sentido. 3. Visión lineal de las relaciones entre las palabras. La gran mayoría de las respuestas analizadas por Camps muestran una visión lineal de las relaciones entre las palabras. Los autores observan que los alumnos identifican el pronombre personal como el pronombre tónico en función de sujeto, configurando la idea “El pronombre acompaña el verbo”, y que la generalización de este concepto lleva a algunos alumnos a identificar como pronombre cualquier palabra que vaya delante del verbo. Por su parte Notario observa que las oraciones con más índice de aciertos son las que tienen un sujeto que ocupa la primera posición de la frase y que a la vez es el tema de la oración. La autora considera que el criterio de la posición “El sujeto es la primera palabra de la oración” es una estrategia secundaria empleada cuando otros criterios como las preguntas no funcionan. Remarca que en apariencia muchos alumnos se guían por un criterio pragmático del tipo “El sujeto es aquello de lo que hablamos”, el tema de la oración, pero que en realidad el criterio no es tanto pragmático como lineal, una idea implícita a la que contribuirían los ejemplos de los libros de texto, la mayoría de los cuales corresponden al orden canónico de las oraciones transitivas. En relación al adverbio, Fittipaldi observa que mientras que los alumnos emplean de forma mayoritaria la definición “El adverbio es la palabra que complementa el verbo”, usan el término “complementa” en realidad junto a muchas otras expresiones como “acompaña” o “une palabras”. Y Durán observa que algunas de las definiciones que los alumnos proporcionan del adverbio hacen referencia a la posición dentro de la oración: el adverbio no iría obligatoriamente detrás del verbo, sino que podría estar en cualquier parte de la oración; asimismo podría acompañar al verbo y hacer una función de complemento circunstancial, y acompañar a un adjetivo o a un adverbio. En relación al verbo, Durán muestra cómo unos alumnos consideran la concordancia como uno de los rasgos definitorios del verbo, que entienden mayoritariamente como una relación directa entre los pronombres personales (de los cuales dan la lista) y el verbo; la relación puede ser de número y persona y, de acuerdo con dos alumnos, también de género “dependiendo de la persona que el verbo lleve delante”. Se trata de una 53 definición de concordancia de tipo declarativo que desde el punto de vista del procedimiento se resuelve con la observación de la relación lineal entre los elementos. También Macià considera que expresiones como “va acompañado por determinante” o “acompaña el nombre” pueden reflejar una concepción lineal y no jerárquica. 4. Poca coherencia del saber gramatical. El estudio de Torralba muestra cómo unas alumnas saben organizar los conceptos gramaticales de una lista alrededor del núcleo oración y que tienen integradas las relaciones sintácticas básicas de sujeto y predicado y las categorías léxicas de nombre, verbo y adjetivo. Sin embargo manifiestan vacíos importantes a la hora de integrar en el esquema general los complementos del verbo (directo, indirecto y circunstancial) y las categorías léxicas de adverbio, preposición y conjunción. Asimismo, este estudio coincide con lo que han señalado algunos trabajos sobre la divergencia entre el conocimiento declarativo y el procedimental cuando plantean a los alumnos las tres demandas siguientes: definición de elementos, identificación de estos elementos en oraciones o textos, y posterior justificación de las respuestas. Sucede un fenómeno similar en los diálogos analizados en el estudio de Camps, que remarcan que a pesar de un cierto conocimiento declarativo sobre el pronombre este saber no tiene relevancia en las actividades de identificación y argumentación. El pronombre principalmente se relaciona con la idea de sustituir (matizada por la idea de ahorro), y se destaca su localización (antes del nombre), la capacidad referencial (se refiere a un nombre), el parecido (se parece a un nombre) y la relación con la actividad escolar (sirve para hacer una frase o para realizar exámenes). Notario destaca que los alumnos definen el sujeto como el agente de la oración pero a la hora de identificarlo no tienen muy en cuenta este rasgo, lo que sugiere una vez más que los alumnos disponen de dos tipos de conocimiento: uno declarativo y otro procedimental, que funcionan independientemente. Así, para definir sujeto se basan en criterios semánticos (a pesar de que los profesores habían trabajado el criterio morfosintáctico de la concordancia) pero para identificarlo se rigen por otros criterios: el 85% de los elementos subrayados como sujeto son elementos en primera posición (criterio lineal), tema (criterio pragmático) y con formas que pueden variar, que pueden ser o no agente y que pueden o no concordar. 5. Importancia del ejemplo paradigmático inicial de tipo prototípico. Gonzalvo y Camps muestran que el criterio mayoritariamente utilizado para identificar los sujetos en todos los cursos es el de su posición dentro de la oración: los chicos y chicas señalan como sujeto mayoritariamente el primer elemento de la frase. Para estas autoras, sería el sujeto prototípico que se plantea en los ejercicios escolares y, para identificarlo, los estudiantes han desarrollado una habilidad procedimental. Concluyen, sin embargo, que de esto no se deriva que éste sea el sujeto prototípico para los alumnos ni que los alumnos se guíen por estos criterios. En este sentido, exploran qué características tienen los elementos señalados por los chicos y chicas como sujetos de las frases y observan que los estudiantes no sólo son más eficaces identificando aquellos sujetos que se encuentran en primera 54 posición dentro de la oración sino que mantienen este criterio en aquellos casos en los que el sujeto no es el primer elemento de la frase. Como hemos visto, Notario coincide con esta observación: el mayor índice de aciertos en la identificación del sujeto lo tienen las oraciones prototípicas (sujeto tema en primera posición) y el menor índice de aciertos es para las oraciones impersonales, las que no tienen el sujeto en primera posición o las que no lo tienen como tema. 6. Terminología gramatical con otros significados en el uso cotidiano. Camps destaca que los alumnos no tienen mucha dificultad a la hora de identificar el referente de un pronombre en el texto, pero consideran que el término “referirse a” en realidad es interpretado en términos de “hablar de”, a partir del sentido que el término tiene en el lenguaje común. Otros ejemplos de este estudio serían los términos “persona” y “substituir”. En relación a “persona”, el estudio indica que en las explicaciones de los alumnos se puede referir a los seres humanos. Y en relación a “substituir”, el estudio indica que para algunos alumnos un verbo nos permite ahorrarnos el sujeto y por lo tanto lo substituye, es decir: el verbo también sería un pronombre. En algunos casos se desencadenan definiciones intuitivas de los alumnos muy iluminadoras como el ejemplo aducido en el estudio sobre el pronombre: según un alumno “yo” no es pronombre porque no puede ser sustituido por ningún nombre, en una referencia implícita e inadvertida al valor díctico de este elemento. 7. Definiciones simplificadoras y memorizadas. Los estudios muestran también algunas interferencias de definiciones escolares excesivamente simplificadoras. Esta simplificación orienta a los alumnos hacia un aprendizaje básicamente memorístico sin capacidad explicativa o reflexiva. Un ejemplo de esto es el conocimiento sobre el pronombre. Desde la perspectiva de la gramática tradicional oracional el pronombre no muestra grandes complicaciones: tiene un papel de substituto del nombre. Pero desde un punto de vista discursivo es un elemento muy complejo en el que se interrelacionan tres planos (enunciativo, textual y sintáctico), con las respectivas funciones, con relaciones con otras categorías y con toda aquella complejidad ya abordada tradicionalmente por la escuela (variaciones morfológicas, posición, ortografía, etc.). Camps remarca cómo de vez en cuando los alumnos son capaces de citar la lista de pronombres personales, en forma de lista de términos, algo que apunta a un conocimiento memorizado, poco reflexivo y atomizado, que se activaría de forma aleatoria o en relación a minicontextos específicos de enseñanza, y esto lo haría de difícil recuperación en situaciones diferentes de la propia del aprendizaje, como por ejemplo otra clase u otro curso. En este mismo sentido, para Macià las referencias de los alumnos a la concordancia no tienen que ser entendidas necesariamente como una conciencia de jerarquía/linealidad, puesto que pueden obedecer a un conocimiento memorizado sobre la conjugación más que a una conciencia real de los mecanismos de la concordancia. Esto coincide con lo que ha observado Durán respecto de la caracterización también de la concordancia entre sujeto y verbo cuando el alumno menciona “en género y número”. Gil y Bigas remarcan asimismo que 55 únicamente algunas parejas de niños utilizan terminología gramatical a la hora de argumentar la toma de decisiones sobre segmentación. c) Conclusiones generales de los estudios sobre conceptos gramaticales de los escolares Estos estudios ponen sobre la mesa que el saber gramatical de los escolares es diverso y en cualquier caso no es nunca una cuestión de todo o nada. Se trata de un saber a veces puramente procedimental ligado al significado del texto o acompañado de términos metalingüísticos, poco coherente, que no siempre puede ser justificado, y a menudo fruto de la fosilización de prácticas escolares. Como hemos visto, los estudios sobre el conocimiento gramatical de los estudiantes son variados, relativos al desarrollo del lenguaje, a la actividad metalingüística, a la producción, a la conceptualización del lenguaje por parte de los niños, o a los conceptos gramaticales. Desde esta perspectiva más amplia nos permiten pensar en conclusiones como las siguientes, que a su vez tendrán que ser profundizadas por nuevas investigaciones. En primer lugar, el conocimiento gramatical no avanza por etapas sucesivas y hace falta además que empiece por los conceptos espontáneos para llegar a construir los conceptos científicos en un nivel adecuado a los objetivos escolares. En segundo lugar, la escuela ha detener en cuenta la relación estrecha pero no directa entre uso y gramática: por una parte el estudio de las formas debe tener en cuenta el uso de estos elementos en el discurso, y por otra su aprendizaje debe implicar siempre actividades de manipulación y verbalización. En este sentido hace falta una línea intermedia que integre la esfera del sistema y la esfera del uso preservando las idiosincrasias respectivas, tal como se defiende en Camps (1998). En tercer lugar es básico que los alumnos hablen de los fenómenos gramaticales para aprender gramática: la conversación hace emerger conceptos de los alumnos que pueden ser la base para la construcción de conocimiento más elaborado; además, el cambio en la metodología implica un cambio también en el objeto de aprendizaje. Esta idea coincide con una remarca hecha por los estudios que hemos presentado más arriba (colateral en la mayoría de ellos pero central en el de Durán, 2008), relativa a la percepción que los alumnos muestran de la situación de entrevista y la valoración que hacen: dicen que hablar les ha ayudado a clarificar su propio conocimiento gramatical. Esto hace pensar que además de los contenidos hay que plantear una metodología que permita hablar para aprender. 56 2.3. LOS OBSTÁCULOS EN LA ENSEÑANZA DE LA GRAMÁTICA La investigación ha explorado tres tipos de obstáculos relativos al aprendizaje de la gramática que se remiten a los polos del triángulo didáctico: la actividad metalingüística, el objeto de enseñanza gramatical, y la metodología en el aula. El primero de ellos ha sido explorado en el apartado anterior. En las líneas que siguen nos centramos en los otros dos. 2.3.1. Obstáculos epistemológicos a) Obstáculos ligados al saber gramatical Los intentos de renovación de la enseñanza gramatical se han relacionado históricamente con los modelos de referencia de cada momento. Camps (2010) remarca este hecho señalando que las sucesivas propuestas se han centrado en la revisión de los contenidos a la luz de las diversas teorías lingüísticas que se han disputado la hegemonía científica. La autora propone centrarnos no en los problemas ligados a la teoría y a las maneras cómo podemos adaptar esta teoría a la enseñanza sino en los problemas relativos a la propia estructura del saber gramatical. Así, para esta autora los obstáculos epistemológicos relativos a la enseñanza-aprendizaje gramaticales se sitúan en tres niveles diferentes: la separación entre oración y discurso, la plurifuncionalidad de las formas lingüísticas, y los conocimientos gramaticales espontáneos o tempranos. En cuanto a la separación entre oración y discurso, la autora se remite al trabajo de Charolles y Combettes (2001) sobre la tradición de estudios que se centran o bien en la oración o bien en el texto, y la orientación divergente que toman a lo largo de la historia, un hecho que ha imposibilitado que la gramática pedagógica pudiera referirse a un marco teórico coherente. A este hecho se ha añadido la preeminencia de las gramáticas de orientación formal, que en opinión de Camps han ejercido una influencia negativa sobre los contenidos que había que enseñar porque la selección de estos contenidos se presenta en los libros de texto de manera dispersa y sin coherencia, así como desligados del trabajo sobre la escritura y la comprensión de textos. Asimismo, la autora hace referencia a la complejidad que representa tanto para los aprendices como para los enseñantes la plurifuncionalidad de las formas gramaticales. Pone como ejemplo de esto el caso del pronombre (Cuadro 1) e identifica esta dificultad siguiendo a Barth (2007) como propia de “la estructura del saber”. En tercer lugar, remarca que los saberes gramaticales espontáneos o adquiridos en momentos tempranos pueden constituir un obstáculo para el aprendizaje progresivo de aspectos más complejos. La autora relaciona este problema con lo que Bachelard (1987) en sus estudios sobre el aprendizaje de las matemáticas denomina “problema epistemológico”, y pone tres ejemplos de ello: la definición de verbo como acción, la definición de adjetivo como calidad atribuida a un nombre, o el concepto de persona gramatical. 57 Cuadro 1 (Camps, op. cit., p. 5) Planos Enunciativo Textual Sintáctico Funciones función díctica en relación a las personas del discurso función de cohesión: función anafórica o catafórica función de substitución en el marco intrafrástico b) Relación con otras categorías demostrativos, adverbios de lugar, de tiempo otros pronombres, artículos, substitutos léxicos sintagmas nominales, frases, adverbios, adjectivos… Obstáculos ligados a las disciplinas de referencia Como ya hemos anunciado, la otra vertiente de los problemas epistemológicos hace referencia a las propias teorías y modelos de estudio de la lengua. Varios autores apuntan a la necesidad de tomar conciencia que los objetivos de una gramática escolar y de las teorías científicas no son ni pueden ser coincidentes. Trabajos como los de Bronckart y Plazaola (1998) indican la necesidad de indagar en los procesos de transposición didáctica y de profundizar en sus tensiones. Por un lado habría la necesidad de la simplificación de los conceptos, superando la aspiración de adoptar el modelo teórico de referencia en bloque. Por otra lado, la adaptación de estos conceptos a las necesidades escolares, ligadas a la sistematización del conocimiento gramatical para ser activados en el uso de la lengua. En el contexto español dos obras para una gramática escolar se sitúan claramente en esta tesitura: Desclot (1977) y Camps (1986). Las dos constituyen una aportación para trabajar nociones oracionales básicas, pero la primera parte de los postulados lingüísticos percibidos como hegemónicos (los modelos generativistes del momento) y desarrolla un intento de adaptación del modelo “en bloque” al contexto escolar, y la segunda parte de este contexto para plantear propuestas novedosas que ayuden a dar respuesta a las necesidades de los docentes. Ha sido esta segunda perspectiva la que encontramos ampliamente desarrollada en la investigación posterior, que ha tenido en cuenta que la escuela y la lingüística tienen objetivos diferentes. En este apartado desarrollaremos las ideas relativas a la relación entre teoría y gramática escolar, exponiendo varias líneas de investigación que constituyen intentos de superar los modelos no-enunciativos de estudio gramatical, preponderantes a lo largo del siglo XX y con un fuerte impacto en la escuela, dominados por los planteamientos generativistes. Los modelos funcionales del lenguaje han sido ampliamente desarrollados por las llamadas lingüísticas enunciativas, por autores como Bühler, Lyons, Jakobson, Sabatini, Schmidt, Halliday o Adam, y se oponen a los modelos formales de las lingüísticas no-enunciativas, en gran parte generativistas, que han dominado los estudios lingüísticos a partir de la segunda mitad del siglo XX (Wells, 1999; González Nieto, 2001; Artigas et al 2002). Mientras que los primeros han influido en la manera de enseñar a escribir, los segundos han sido el referente de la escuela para abordar el 58 sistema gramatical, reproduciendo las dos líneas de actuación a la que se han referido Charolles y Combettes (2001). Ellis (1998) dibuja una panorámica sobre los estudios lingüísticos que hoy en día proponen alternativas diversas a los modelos generativos. A pesar de que se está lejos de un modelo unificado y coherente que permita hablar de un cambio de paradigma, estas diversas lineas privilegian, desde ópticas coincidentes, solapadas o divergentes, la importancia de la interacción entre el individuo y la sociedad, y dentro de una escalera de matices la no aceptabilidad de una Gramática Universal innata que dé cuenta de la naturaleza del lenguaje y su adquisición. Para este autor, las propuestas chomskyanas (la teoría generativa de 1957, la teoría ampliada de 1965, la teoría de los principios y parámetros de 1980ss, y el programa minimista de 1990ss) desarrollan modelos diversos que parten de algunas ideas discutidas actualmente, como por ejemplo la modularidad, la gramática como un sistema de reglas y restricciones, la competencia, la pobreza de estímulos, el lenguaje como instinto o los parámetros. Ellis remarca que estos planteamientos postulan que el lenguaje es una facultad de la mente independiente y que los hablantes pueden distinguir entre oraciones bien formadas y mal formadas en virtud de las reglas que tienen interiorizadas, de su competencia lingüística, a la cual podemos llegar haciendo abstracción de las interacciones reales de los hablantes. La pobreza de estímulos haría pensar que las gramáticas están sometidas a restricciones muy fuertes (una Gramática Universal de carácter innato) que darían cuenta del hecho de que los hablantes converjan en una misma gramática independientemente de la calidad de la input recibido. En este sentido, se entendería la adquisición de una lengua como la adquisición de su vocabulario y la definición de un conjunto de parámetros. Para Ellis es el fundamento básico de esta Gramática Universal el que se encuentra en el punto de mira de las críticas, no la descripción de las relaciones entre las unidades lingüísticas. O dicho de otro modo: no se cuestionan tanto las descripciones en ellas mismas como el alcance y las implicaciones que de ellas se hacen derivar (cf Hauser et al 2002). Hay que subrayar esta distinción porque las aportaciones en la descripción del sistema son importantes y continúan teniendo una gran relevancia para la escuela. Sin embargo, como remarca Bernárdez (2004), los modelos chomskyanos se han concentrado exclusivamente en la llamada facultad del lenguaje, estudiándola aislada de la semántica, la pragmática, las funciones del lenguaje y otros aspectos sociales, biológicos y cognitivos, y respondiendo al siguiente axioma: dada la diferenciación entre L-E (lengua exteriorizada, actuación) y L-I (lengua interna, competencia), solamente puede ser objeto de estudio científico este último elemento, el único que tiene entidad real y a partir del cual consideraremos el primero como un simple epifenómeno que no tiene relevancia en una teoría del lenguaje. No sólo se equipara, pues, el estudio de la lengua al estudio de la gramática y aún al desarrollo de modelos logicoformales y matemáticos sino que se actúa al margen de la investigación lingüística hecha desde otros campos. Ellis, en el estudio mencionado, tilda este planteamiento de “autista” y Tomasello (1995), de dinámica de “tierra quemada” en la que los constructos teóricos altamente formalizados del generativismo provocan el doble efecto de inmunizarse ante las aportaciones de otros campos y de fortalecer el discurso interno. Bernárdez (2008) piensa que se trata de unos planteamientos que ignoran los importantes avances en 59 las últimas décadas en el conocimiento sobre la triple interrelación entre naturaleza del lenguaje, cognición e interacción social, y asegura que el generativismo está “a años luz” (sic) de poder explicar esta estrecha interrelación. En este sentido, el autor remarca que este paradigma no es el marco de referencia de los estudios actuales y denuncia que la percepción contraria a este hecho dentro y fuera de la comunidad lingüística se debe en ocasiones a planteamientos científicamente espúreos, como negar de entrada cualquier validez a la investigación fuera del propio modelo o tergiversar y minimizar las aportaciones de otras perspectivas teóricas para resaltar la bondad de la propia investigación, la cual se presenta no como modelo explicativo de la realidad (metáfora estructural) sino como realidad misma (metáfora ontológica). Lakoff y Johnson (1999) consideran que los postulados de Chomsky se pueden entender básicamente como el desarrollo de la metáfora “Un lenguaje natural es un lenguaje formal”. Así, el lenguaje natural, a pesar de ser mucho más complejo que un lenguaje formal, podría entenderse como un conjunto de cuatro elementos: vocabulario, categorías, reglas de reescritura y símbolo inicial de oración. Los innegables adelantos en la descripción analítica del sistema y el hecho que haya sido posible desarrollar un lenguaje formal para el estudio de las lenguas ha acercado la lingüística a la que en su momento se consideraba la ciencia de referencia, la física, y esto ha sido vivido como muy importante en una disciplina emergente. Pero por este camino se ha llegado a equiparar la lengua a un objeto matemático con unas reglas independientes del contexto (y a identificar la lingüística con la lingüística formal y matemática), casi convirtiendo el estudio de las lenguas particulares en un pretexto para lo que realmente interesa al lingüista: afinar más la teoría del lenguaje. Existen hoy en día argumentos que hacen pensar que lo que es en realidad un epifenómeno es la llamada L-I y Bernárdez (2001) propone otra metáfora de la lengua, incompatible con la anterior: “Una lengua es un organismo complejo autoregulado”. Además de no tener una raíz innata, el lenguaje sería un sistema de sistemas de interacción entre individuos donde se producen regularidades que ordenarán su comportamiento aparentemente caótico, y de las cuales podremos dar cuenta con nociones provenientes de campos diversos: la sociología y la noción de habitus de Bourdieu, para explicar los límites sociales que existe en el uso de la lengua en una comunidad; la neurología y las ideas de Edelman sobre el cerebro y cómo los enlaces sinápticos se relacionan con la experiencia; la matemática y los modelos de estudio de la complejidad y sus aportaciones a la comprensión del comportamiento de los organismos autorregulados; la psicología sociocultural y la importancia dada a la interacción con el medio social; o la biología y la noción de organismo, considerada esta última la ciencia de referencia actual. Se apunta así a la viabilidad epistemológica de una teoría del lenguaje a partir de lo que el generativismo denominaba actuación. Ellis (2003) denomina “constructivismos” las propuestas que comparten esta visión. Para el autor: simple learning mechanisms operating in and across human systems for perception, motor action, and cognition while exposed to language data in a communicatively rich human social environment navigated by an organism eagger to exploit the functionality of language are sufficient to drive the emergence of complex language representations. (p. 63) 60 Se trata de propuestas que tendrían como punto de encuentro el hecho de concebir la lengua como un proceso más que como un estadio final. Algunas de estas propuestas son las siguientes. El estudio de corpus considera que si el objetivo es el uso del lenguaje, no podemos describir separadamente la sintaxis del léxico, ni la forma del sentido y el uso. Semejantemente, para la lingüística computacional podemos explorar la gramática desde el punto de vista estadístico. Para la psicolingüística el lenguaje es un proceso cognitivo sujeto a constricciones cognitivas generales. La sociolingüística defiende la importancia de atender los condicionantes sociales que afectan el input que reciben los aprendices de una lengua así como la interpretación y asimilación de este input. En cuanto al neuroconstructivismo, considera que podemos cuestionar el argumento de la pobreza de estímulo si postulamos que no hay una arquitectura computacional fija que dé cuenta del aprendizaje, sino un sistema de aprendizaje que crece a medida que aprende en una interacción dinámica entre la estructura informacional del entorno y los mecanismos neuronales en expansión. Según la neurobiologia, las evidencias empíricas negarían la posibilidad de una Gramática Universal. Para el conexionismo, que el sistema lingüístico se pueda describir a partir de un sistema de reglas no significa que sea el resultado de este sistema de reglas. En un sentido parecido, para el emergentismo la sintaxis no sería una condición para el desarrollo sino una consecuencia de este desarrollo. La teoría de la complejidad pone encima de la mesa la necesidad de abordar la adquisición de segundas lenguas como un proceso dinámico, complejo y no lineal. La lingüística cognitiva considera que no podemos entender el lenguaje fuera del marco de nuestras percepciones y categorizaciones del mundo. Finalmente, para la lingüística funcional el lenguaje es un recurso semiótico social que la gente emplea para cumplir sus propósitos expresando unos sentidos en contextos concretos. Podemos observar, pues, que los campos de estudio de la lengua y los modelos desarrollados son en el momento presente muy abiertos, amplios y diversos. c) La perspectiva escolar Varios autores han puesto de manifiesto que una gramática escolar está necesariamente orientada a unos objetivos que no se limitan a la investigación en lingüística, pero que para elaborar un marco que permita lograr estos objetivos hay que conocer los modelos gramaticales de referencia. Este conocimiento permitirá definir unas líneas que ayuden a integrar aportaciones lingüísticas con potencial didáctico. Por cuestiones epistemológicas y también metodológicas la dimensión semántica del estudio del sistema gramatical había quedado marginada en los modelos provenientes de la tradición estructural-generativista (Brucart, 2000). En este sentido se ha puesto de relieve que la instrucción gramatical en la escuela no puede tener como objetivo el conocimiento de la gramática porque ésta es siempre un constructo teórico, una hipótesis de funcionamiento, un modelo de la realidad que no es la realidad (Larsen-Freeman, 2003; Bernárdez, 2008). La adopción de gramáticas escolares formales ha sido criticada por varios autores que han postulado como necesaria la recuperación en el aula de la dimensión nocional en el estudio de la gramática (González Nieto, 2001; Nølke, 2002). Esto haría posible recuperar e integrar intuiciones 61 nocionales de la llamada gramática tradicional así como recurrir a procedimientos empleados en el marco de los modelos generativistas como el contraste entre pares mínimos. El objetivo no sería caracterizar la competencia del hablante-oyente ideal sino desarrollar un procedimiento dialéctico para guiar la reflexión sobre fenómenos en el seno de determinados microsistemas, tanto intra como interlingüísticos. En este sentido, el papel de los modelos de estudio gramatical de referencia tiene que abordarse en relación a los procesos de transposición didáctica, que implicarán establecer un consenso y un marco compartido por la comunidad (Weaver, 1996; Chartrand, 1996). Los referentes que inspiran el trabajo que el lector tiene en sus manos son variados. Entre ellos encontramos los siguientes. Los modelos funcionales, en los que la sintaxis depende de un control externo de las estructuras sintácticas (Halliday y Hasan, 1989). Los modelos cognitivos, en los que las unidades gramaticales son el resultado de estructuras ligadas al pensamiento humano (Fuchs y Le Goffic, 1992; Cuenca y Hilferty, 1999). Los modelos formales no transformacionales, que dentro del paradigma generativista rechazan las transformaciones y buscan una explicación de la organización sintáctica en la cadena fónica de elementos tomando la pieza léxica como unidad de información (Moreno Sandoval, 2001). O las gramáticas de la interacción y el proceso, interesadas por la actuación y no por el sistema y que conciben no sólo el significado sino también las estructuras como elementos condicionados por el contexto de la comunicación (Brazil, 1995; O’Grady, 2008). Sintetizando estos planteamientos, y de acuerdo con Camps et al (2005), serían especialmente relevantes los siguientes puntos. La motivación funcional de las estructuras gramaticales, según la cual la gramática no sería autónoma del contexto como proponen los modelos generativistas sino que justamente estaría condicionada por este contexto como proponen los modelos cognitivos y funcionales. El estudio del corpus y los procedimientos inductivos para explorar la actuación lingüística, interesados por el lenguaje realmente producido concebido en el marco social y dinámico de la comunicación. La comparación y el contraste, en los planos inter e intralingüísticos. Y la fundamentación léxica de la gramática, en la que el lexicón pasa a tener un papel central en cuanto a organizador de los constituyentes a partir de la subcategorización de las unidades léxicas. Pennington (2002) resume estos rasgos con cuatro adjetivos que definirían el carácter de una gramática para la escuela: colocacional (concibiendo que la gramática se construye a partir del léxico y la subcategorización y no a partir de categorías léxicas mayores), constructiva (entendiendo la gramática en relación al uso de la legua como una actividad intencional de resolución de problemas que se desarrolla sobre la marcha), contextual (en que los elementos y las estructuras se consideran en relación con su contexto) y contrastiva (observando microsistemas intra e interlingüísticos). 2.1.2. Obstáculos metodológicos Camps (2010) remarca cómo en los últimos años la enseñanza de la lengua en uso ha experimentado un adelanto notable desarrollando instrumentos conceptuales y metodológicos muy potentes, que se corresponderían con un enfoque constructivista, en un contexto de abundante 62 experiencia e investigación sobre sus procesos de enseñanza y aprendizaje. En relación a la gramática, por contra, considera que esto no ha sido así: los procedimientos transmisivos están completamente vigentes y ha habido una notable carencia de investigación sobre este campo, tanto en relación a los procesos de aprendizaje (la construcción de los conocimientos gramaticales) como en relación a los procesos de enseñanza (los procedimientos, los conceptos, las metodologías, etc.). La autora, remitiéndose a Charolles y Combettes (2001), considera que esta dicotomía reproduce la división tradicional de los estudios lingüísticos: procedimientos transmisivos en sintaxis oracional, y metodología centrada en la actividad del alumno en la enseñanza del uso. Como hemos visto, los estudios sobre los conceptos gramaticales de los estudiantes muestran que esta metodología transmisiva no ayuda a los alumnos a construir un conocimiento gramatical coherente, y remarca cuatro aspectos que la investigación en este campo ha puesto sobre la mesa: la fuerza del ejemplo paradigmático inicial, que servirá al alumno como un referente inmutable para todo tipo de contextos (por ejemplo, el sujeto como primer elemento de la oración); la separación entre conocimiento declarativo y procedimental (por ejemplo, entre definir e identificar un elemento); la atomización del saber gramatical (ligado fuertemente a los minicontextos de aprendizaje); o el divorcio entre la propia lengua de los alumnos y las formas observadas (con una rutinización de los procedimientos de trabajo sobre el material lingüístico, el cual es visto como propio del libro de texto y no de la realidad). Remitiéndose a estudios como los presentados más arriba sobre los conceptos gramaticales de los estudiantes, Camps (2010) concluye que los procedimientos transmisivos no facilitan la comprensión de los conceptos gramaticales ni permiten avanzar progresivamente hacia una mayor complejidad. Como vemos, la autora sitúa la investigación sobre los conceptos gramaticales de los estudiantes en relación directa a la necesidad de una renovación metodológica de la enseñanza gramatical. Establece la hipótesis según la cual los alumnos podrán construir un conocimiento gramatical más elaborado si la enseñanza se basa en los procesos de aprendizaje conceptual y permite así a los aprendices avanzar en la complejidad a partir de la experimentación y el razonamiento. Tal como hemos apuntado, para la autora actualmente un tratamiento muy mayoritario de la enseñanza de la gramática es de corte transmisivo, fuertemente vinculado al estudio de las formas del sistema, desligado de los aspectos semánticos y pragmáticos, e independiente de las funciones comunicativas. Remarca que en el contexto español reciente, a partir de la implantación del currículum a inicios de los noventa, 1 un tratamiento muy minoritario pero que ha constituido un precedente de gran valor para la renovación de la enseñanza gramatical han sido las propuestas orientadas al estudio de las formas lingüísticas a partir de la comprensión y producción de textos (el gerundio en las acotaciones teatrales, la pasiva en los titulares de los diarios, la nominalización en textos expositivos, etc.). El foco se pone en la función de las estructuras sintácticas en el discurso, respetando los rasgos de los géneros discursivos producidos (Zayas, 2006a y 2006b; Jimeno, 2006). Sin embargo los autores de estas propuestas muestran conciencia de un peligro: se centran excesivamente en el texto y no prevén mecanismos para 1 Cf nota 3. 63 ayudar al alumno a sistematizar y conectar el conocimiento gramatical trabajado. La virtud de estas contribuciones pioneras es mostrar caminos para centrar la enseñanza gramatical en la actividad del alumno. Este recorrido lleva a la autora a plantear la necesidad de explorar un modelo de intervención nuevo, que va a ser desarrollado por el grupo GREAL de la Universitat Autònoma de Barcelona (UAB) y que exploraremos en el siguiente capítulo. 2.2. RESUMEN En este capítulo hemos expuesto que el conocimiento de una lengua implica un saber ligado al uso (automatizado e invisible al mismo hablante) y otro ligado al sistema gramatical (opaco y objeto de atención). La interrelación entre este dos conocimientos abre interrogantes como por ejemplo si saber gramática explícita garantiza el dominio de los usos o si saber usar implica saber gramática. Hemos hecho un repaso a la concepción del término “metalingüístico” desde tres ópticas diferentes: la lingüística, la cognitiva y la sociocultural. En un inicio desde la lingüística estructural se habla de función metalingüística cuando la lengua se focaliza en el código y progresivamente se van teniendo en cuenta factores ligados al uso y al hablante con la expresión “facultad metalingüística”. La psicología cognitiva busca en el comportamiento verbal y no verbal del sujeto los elementos que permitan inferir procesos cognitivos de gestión lingüística y varios estudios muestran que el saber gramatical puede ir de lo implícito a lo explícito pero también de lo explícito a lo implícito. Finalmente, la psicología sociocultural entiende la interacción como una actividad fruto de la necesidad de ajustar el instrumento de mediación social (la lengua) a las diversas situaciones de uso y eso sólo sería posible con el conocimiento sobre el sistema. Para estos estudios no tendría sentido una propuesta de enseñanza basada únicamente en el uso, y tampoco tendría sentido promover únicamente actividades analíticas de reflexión gramatical desconectadas de los usos discursivos. En definitiva la relación entre estos dos polos no es directa ni automática y hay que desarrollar una gramática para la escuela entendida como un instrumento a medio camino de la formalización del lingüista y la gramática implícita del aprendiz. En este sentido la crisis de los enfoques comunicativos ha vuelto a poner en primer plano el interés por el estudio de la gramática como camino para afinar el control consciente y avanzar en el conocimiento sistemático de la organización de la lengua. Hemos puesto sobre la mesa la abundante investigación sobre el desarrollo del “saber” gramatical (centrada en las estructuras sintácticas y la capacidad metalingüística), una investigación que a pesar de no tener como objetivo el conocimiento explícito de los aprendices puede ser una base para la enseñanza de la gramática. Es en este contexto donde se sitúa la investigación sobre los conceptos gramaticales de los escolares, puesto que una enseñanza de la gramática útil, coherente y plenamente constructivista reclama saber cómo elaboran el conocimiento gramatical los alumnos. La exploración de los conceptos gramaticales en niveles de escolaridad avanzados es una línea de investigación poco desarrollada (en comparación con la primera alfabetización o el aprendizaje en disciplinas como las matemáticas o las ciencias), de tipo descriptivo y centrada en categorías aisladas, debido a dos tipos de 64 problemas: los rasgos del conocimiento gramatical y la carencia de consenso sobre el modelo lingüístico de referencia. Hemos hecho referencia a estudios sobre los conceptos gramaticales de los escolares llevados a cabo en los ámbitos francófono, anglófono y catalán. Estos estudios ponen sobre la mesa problemas diversos: es un conocimiento que no integra saber intuitivo y saber escolar, se basa en una visión lineal de las relaciones entre las palabras, etc. Tres conclusiones generales son las siguientes: el conocimiento gramatical no avanza por etapas sucesivas, la escuela debe tener en cuenta la relación estrecha pero no directa entre uso y gramática, y es básico que los alumnos hablen de los fenómenos gramaticales para aprender gramática. Esta investigación plantea dos preguntas generales: “¿Cómo ayudar a los alumnos a avanzar en su conocimiento gramatical?” y “¿Qué resistencias hay que vencer para hacer emerger las intuiciones lingüísticas?”. En el ámbito catalán el programa de investigación consta de tres líneas: el análisis del proceso de producción textual, los conceptos gramaticales de los estudiantes, y la reflexión metalingüística en el marco de un modelo de intervención que la haga posible. Finalmente hemos hecho referencia a dos tipos de obstáculos más en la enseñanza y aprendizaje de la gramática: los epistemológicos y los metodológicos. Los obstáculos epistemológicos hacen referencia a la propia estructura del saber gramatical así como a la relación que una gramática para la escuela debe tener con los modelos de referencia, y orientan la reflexión hacia los rasgos que debería reunir una gramática para la escuela (motivación funcional de las estructuras gramaticales, fundamentación léxica de la gramática, etc.). En cuanto a los obstáculos metodológicos la investigación remarca el contraste entre la enseñanza del uso de la lengua (de tipo constructivista) y la enseñanza gramatical (ligado a procedimientos transmisivos): a partir de explorar los conceptos gramaticales de los estudiantes podemos concluir que una metodología transmisiva no ayuda a los alumnos a construir un conocimiento gramatical coherente y subraya la necesidad de una renovación metodológica de la enseñanza gramatical. En este sentido estos estudios establecen la hipótesis según la cual los alumnos podrán construir un conocimiento gramatical más elaborado si la enseñanza se basa en los procesos de aprendizaje conceptual y permite así a los aprendices avanzar en la complejidad a partir de la experimentación y el razonamiento. 65 66 3. LA GRAMÁTICA EN LA ESCUELA En este apartado nos centraremos en la gramática en la escuela. En primer lugar, haremos unas consideraciones sobre la gramática y su enseñanza, centradas en el significado del término “gramática” y en su rol en el currículum escolar. En segundo lugar, reflexionaremos sobre las condiciones que una gramática para la escuela debería tener y caracterizaremos el modelo de intervención didáctica que defendemos, el de Secuencia Didáctica de Gramática (SDG). En tercer lugar, describiremos un ejemplo de secuencia que constituye el antecedente directo de la secuencia objeto de análisis del presente estudio. Un resumen final sintetizará las ideas expuestas. 3.1. LA GRAMÁTICA Y SU ENSEÑANZA El término “gramática” ha sido caracterizado a partir de una primera gran distinción: la gramática interna y la gramática externa. Esta distinción tiene su origen en los estudios generativistas y en las aportaciones de la psicología cognitiva del último tercio del siglo XX sobre el importante papel del lenguaje en el desarrollo del individuo (Tusón, 1980; Cuenca, 2001). En el primer caso estamos hablando del conocimiento inconsciente que cualquier hablante tiene de la lengua, siendo un tipo peculiar de este conocimiento la gramática de aprendizaje de una L2, en relación a la cual la noción de interlengua daría cuenta del proceso de gradual interiorización de las estructuras de la lengua objeto de aprendizaje (Selinker, 1972). En oposición a esta primera noción encontramos la de gramática externa, que se correspondería con los intentos explícitos del lingüista para formalizar las estructuras de una lengua o la génesis y naturaleza del lenguaje, cuestiones que pueden ser abordadas desde perspectivas teóricas diferentes y desde modelos interpretativos a veces complementarios y a menudo del todo contrapuestos. Las formalizaciones de la gramática escolar también formarían parte de esta gramática externa, a pesar de no tener por objetivo el estudio en profundidad de la lengua sino la elaboración de un corpus explícito de nociones y procedimientos que el alumno pueda recuperar en el uso de la lengua. Para diferenciarlas, se habla de gramática analítica para los modelos elaborados por el lingüista y de gramática pedagógica para los elaborados desde la enseñanza. Si interrelacionamos los tres polos (Cuenca, 1992), tenemos que (1) la gramática analítica proporciona (directamente a la gramática pedagógica e indirectamente a la gramática de aprendizaje) descripciones y modelos de análisis formando un marco teórico; (2) la gramática de aprendizaje pone de relieve los aspectos que causan más dificultades en el aprendizaje y proporciona (directamente a las gramáticas pedagógicas e indirectamente a las gramáticas analíticas) datos de este proceso; y (3) la gramática pedagógica se basa tanto en las analíticas como en las de aprendizaje, y es directamente relevante para las gramáticas de aprendizaje e indirectamente relevante para las gramáticas analíticas. El presente trabajo está orientado a elaborar una gramática para la escuela en la línea de las propuestas de las gramáticas pedagógicas. 67 En cuanto a las razones que justifican la enseñanza (o la carencia de enseñanza) gramatical, diremos que han fluctuado a lo largo de la historia, con posiciones diversas respecto del grado de influencia que el estudio del sistema tiene sobre el dominio de la lengua en uso. Richards y Rodgers (2001) describen cómo históricamente la gramática estaba al servicio del aprendizaje de lenguas segundas y que no es hasta tiempos muy recientes, y especialmente hasta el siglo XX con el establecimiento de las bases del estructuralismo, que el estudio del código no es tomado en consideración en él mismo. En este sentido, los autores de este estudio remarcan cómo en las últimas décadas se han sucedido las posiciones contrarias y favorables a atribuir un rol activo a la gramática en el aprendizaje de lenguas. Parece que durante la última década la investigación se inclina hacia una posición de equilibrio que defiende un papel crucial de la gramática bajo determinadas condiciones, especialmente para la adquisición de segundas lenguas y para el aprendizaje de la composición escrita. En cuanto a la adquisición de segundas lenguas, estudios como los de Swain (2001) y Ellis (2006) postulan que la reflexión sobre las formas puede ser útil para activar el aprendizaje del uso, y para Bernaus y Escobar (2001) esta reflexión colabora en el desarrollo de los usos variados de L2 más allá de la gramática como recurso para la traducción (enseñanza tradicional), la interiorización inconsciente de estructuras a partir de la repetición (estructuralismo) o el conocimiento del uso prescindiendo de la gramática explícita (algunos planteamientos comunicativos). En relación a este último punto, Trévise (2009) considera que el estudio de la gramática es importante para redimensionar los enfoques puramente comunicativos y evitar una deriva banalizadora de estos mismos enfoques, y contribuciones como las de Carter (1990), van Lier (1998), James (2002) o Locke (2010) constituyen testigos de la necesidad de recuperar esta mirada sobre el código, incluyendo la primera lengua (Hancock y Kolln 2010). Precisamente en relación al escrito se ha proyectado también el mismo interrogante y estudios como Myhill et al (2012) apuntan a la necesidad de desarrollar una capacidad de orden metalingüístico para el control de la complejidad de la composición escrita, derivada de la diversidad de los saberes implicados, como por ejemplo discriminar la información relevante de la irrelevante o estructurarla en un orden lógico y comprensible. Entre estos saberes habría también el dominio de la normativa, tanto ortográfica como gramatical, puesto que muchas de las normas no se pueden llegar a interiorizar sin un conjunto organizado de instrumentos para pensar sobre el código (Nadeau y Fisher, 2012). La conclusión general de estos estudios sería que la relación entre gramática y uso de la lengua es difícil de aclarar, pero que en todo caso no es nunca directa, y que un diagnóstico de los problemas de su enseñanza apuntaría a una causalidad excesivamente mecanicista y simplificadora según la cual el estudio de un aspecto lleva automáticamente al dominio del otro. En otras palabras: que el saber declarativo no tiene una transferencia automática a un saber procedimental. Zayas (1997 y 2006a) o Durán (2009) plantean la necesidad de interrogarnos si con un enfoque diferente en la enseñanza de la gramática podríamos llegar a mejores resultados en el uso: los autores consideran que nos situamos así ante una hipótesis que habrá que verificar con investigaciones didácticas orientadas a determinar cuál sería este enfoque diferente y a comprobar si tiene efecto positivos sobre el desarrollo de las habilidades discursivas. Hablar de enfoque es hablar en parte de metodología 68 y atender la enseñanza gramatical implica abordar y definir un modelo de intervención didáctica. 3.2. UN MODELO DE INTERVENCIÓN DIDÁCTICA PARA LA ENSEÑANZA Y EL APRENDIZAJE DE LA GRAMÁTICA En el presente apartado detallaremos algunos aspectos que la investigación ha puesto sobre la mesa relativos a la elaboración de una gramática pedagógica, y esto nos llevará a la propuesta del modelo de intervención didáctica llamado Secuencia Didáctica de Gramática (SDG). Tal como veremos seguidamente, numerosos autores coinciden en pensar que el contenido de la enseñanza y aprendizaje de la gramática tiene que ser necesariamente un conjunto de nociones convenientemente transpuestas y de procedimientos adecuados para posibilitar la reflexión gramatical (Fontich, 2011b). El docente dejará para el lingüista las maneras de explicar el funcionamiento de la lengua pero se mantendrá atento a las propuestas provenientes de las teorías lingüísticas pensando en sus objetivos didácticos, el más importante de los cuales es promover la actividad metalingüística al servicio de un uso competente de la lengua: es objetivo de la escuela no tanto la gramática como la capacidad de reflexión gramatical (Zayas, 2006c). Milian (2005) pone de relieve este objetivo con la expresión “hablar para hacer gramática”, remarcando el importante rol de los aspectos semánticos y pragmáticos en este aprendizaje. Brucart (2000) propone el significado para llegar a las formas y Larsen-Freeman (2003) propone el neologismo “grammaring”. Esta última autora parte de la idea según la cual la gramática se dejará “pensar” y mostrará su naturaleza dúctil si dejamos de presentarla como un sistema compacto de tipo formal y pasamos a entenderla como una interrelación orgánica de forma, semántica y pragmática. Este planteamiento coincide con la propuesta que Doughty y Williams (1998) denominan “focus on form” y que aspira a superar la dicotomía entre la atención exclusiva a las formas (focus on forms) o en el significado excluyendo la forma (focus on meaning). Se trata de un cambio de una implicación importante para la escuela que puede ayudar a superar el estudio de la gramática a partir de unos modelos presentados como acabados, exhaustivos y simples (Hernanz, 1997), e incorporar consideraciones ligadas a la naturaleza dinámica, abierta y cambiante de la lengua, en consonancia con las aproximaciones socioculturales al lenguaje como organismo (Bernárdez, 2004). Se propone, asimismo, que el alumno sienta la gramática de la lengua primera como un hecho parcialmente interno en tensión con los usos sociales. El docente tendrá que ser consciente de que está ante personas en proceso de formación (Camps, 1998) y sabrá que los pares mínimos y la apelación a juicios de gramaticalidad pueden ayudar en fenómenos como la concordancia o los usos poéticos del lenguaje que transgreden principios semánticos y pragmáticos básicos; también sabrá que la observación, la analogía y el andamiaje del profesor serán imprescindibles en otros fenómenos problemáticos. En relación al contenido gramatical, tal como hemos apuntado, se ha remarcado la necesidad de tener en cuenta el origen y la naturaleza de este contenido y el proceso de transposición del saber de referencia. La 69 transposición no es una degradación de unos conocimientos científicos supuestamente superiores que tienen que bajar al nivel de la enseñanza para ser aplicados en el aula: sí que es un proceso de construcción de los contenidos de enseñanza (Bronckart y Plazaola, 1998; Rodríguez, 2000), que no son ni pueden ser coincidentes con los de las ciencias implicadas. Así, una gramática escolar no se regirá por la lógica interna de las gramáticas analíticas en bloque sino por el potencial explicativo de determinadas nociones escogidas según los objetivos perseguidos (Zayas, 2006a), velando por su integridad conceptual (Plazaola, 2008), y también según un criterio de elementalidad (Coronas, 2008), según el cual hay que partir de un núcleo de nociones elementales con suficiente potencial para poder articular e integrar progresivamente nociones más complejas. La terminología ocupa en este proceso un espacio importante: tenemos que contar con un repertorio estable, coherente y versátil de términos que serán progresivamente compartidos entre profesores, entre profesores y alumnos, y entre alumnos (Zayas, 2006a; Eguren y Fernández Soriano, 2006). En este sentido existe un gran consenso en cuanto a la necesidad de reclamar la atención sobre los que se ha denominado “inflación terminológica” (Macià, 2000) y la necesidad de reconducir las distintas denominaciones que conviven en los libros de texto actuales. La proliferación descontrolada de términos juega en contra de la simplicidad, claridad y univocidad que reclama el aprendiz (Nicolàs, 1994) y en contra del objetivo de establecer progresivamente como hemos dicho un metalenguaje común en la clase de gramática. Este metalenguaje compartido tendría dos fuentes. Por un lado el uso que el profesor realiza de los conceptos y de los términos gramaticales cuando propone y dirige las actividades. Y por otro lado los juegos de manipulación del lenguaje, en los que los alumnos tendrán que usar progresivamente estos términos y que tendrán que preceder siempre las actividades de sistematización y conceptualización (Camps, 1998). En este sentido el docente tomará conciencia de que el currículum no es un corpus cerrado que hay que transmitir sino que se construye, redimensiona y repiensa cada día en las pequeñas acciones del aula a través de unos procedimientos adecuados para fomentar la actividad metalingüística, entendidos estos procedimientos como algo más que simples opciones secundarias y el más básico de los cuales será el de atenuar la instrucción directa y la enseñanza transmisiva a favor de la acción y la experiencia (Rabatel, 2004). Así, para aprender gramática, el alumno recoge datos, manipula, compara, sistematiza, discute, comparte, contrasta, expone... También elabora y utiliza instrumentos de investigación para sistematizar estas observaciones y poder disponer así de instrumentos de consulta en la elaboración de los cuales ha participado y que siente, por lo tanto, más cercanos (Fontich, 2006). En definitiva “hace cosas”, con la guía siempre del profesor, y las hace además mediante el habla y la escritura por lo cual el dispositivo didáctico tendrá que identificar y trabajar dentro de lo posible los rasgos de los géneros textuales implicados en la secuencia de actividades, tanto orales (la discusión exploratoria en pequeño grupo o la exposición formal) (Vilà, 2006; Mercer, 2008a) como escritos (el diario de aprendizaje, el informe final o el comentario de un gráfico) (Wells, 1999; Gutiérrez, 2006). Se ha apuntado que este marco mejora el nivel de implicación y motivación del aprendiz, el cual ve que no es un simple terminal en un 70 esquema transmisivo sino que es sobre todo protagonista y generador de conocimiento para él mismo y para los demás. La gestión del aula se tiene que orientar a crear un espacio de intercambio, teniendo en cuenta que del simple hecho de disponer a los alumnos en pequeño grupo no se derivará automáticamente aprendizaje (Mercer, 2008b). Se ha señalado asimismo la necesidad de adecuarse de manera realista a las circunstancias de partida (hábitos de trabajo en grupo, posibilidades de espacio, número de alumnos, puntos de acuerdo con los otros profesores…) para evitar maximalismos e intentar crear las condiciones para que el alumno sepa qué se espera de él cuando está en grupo y aprenda a convertirse en protagonista que interviene, escucha, rebate y colabora (Dewey, 1978; Tharp et al 2002). El docente sabe qué impartir (la parte correspondiente del currículum), cómo hacerlo (ha establecido hipótesis para abordar un determinado aspecto de una manera más eficiente) y por qué hacerlo así (ha identificado dificultades de comprensión y las ha relacionado con problemas diversos, a veces de la propia tradición escolar). En este punto prepara una puesta en escena para aprender a través de la autoregulación y la cooperación con los demás, en un proceso de intercambio en el cual el alumno toma tanto el rol de enseñante como el de aprendiz (Rabatel, 2004; Hakkarainen y Paavola, 2009). 3.2.1. El modelo de Secuencia Didáctica de Gramática (SDG) Un modelo de intervención tiene que recoger necesariamente los aspectos que acabamos de exponer, de manera compleja, rica e intencional, poniendo a los alumnos en situación de comunicarse para aprender, a la vez que constituye para el docente un instrumento de evaluación formativa y un espacio de reflexión. Este modelo será para nosotros el de Secuencia Didáctica de Gramática (SDG), que busca combinar la necesaria sistematización del saber gramatical, el acompañamiento del profesor y la participación de los alumnos. Ha sido ideado por Anna Camps y su equipo de la Universitat Autònoma de Barcelona (UAB) (Camps, 2010) y ha sido desarrollado en estrechada colaboración con profesores de secundaria (Camps y Zayas, 2006), en el seno del grupo GREAL. Supone la superación de una visión puramente transmisiva de la enseñanza de lenguas y defiende el papel activo y constructivo del aprendiz. Remarca la necesidad de aproximaciones holísticas a la enseñanza de la gramática más allá del ejercicio o la tarea aislada y puntual, y es por ello que se inspira en el trabajo por proyectos en la enseñanza de lenguas, integrando un amplio abanico de influencias: las contribuciones de la Escuela Nueva, la psicología sociocultural, la psicología cognitiva, la teoría de la actividad o la investigación en didáctica de la lengua. Las situaciones de enseñanza tienen que permitir una interacción diversa y rica, la participación intencional de los aprendices en los procesos interactivos y la integración del discurso oral y escrito así como la integración del uso y de la reflexión sobre el uso. Busca asimismo la diversidad en las oportunidades de aprendizaje y por lo tanto la posibilidad de participación de aprendices con habilidades diversas. Este modelo se caracteriza por varios rasgos. Primero: articula un conjunto de actividades que están orientadas siempre a un objetivo, que responde a la vez a dos preguntas, “¿Qué tiene que hacer el alumno?” y “¿Qué tiene que aprender?”, siendo a la vez guía para la enseñanza e hipótesis de trabajo en cuanto al aprendizaje de las nociones gramaticales. 71 Segundo: prevé tres submodelos de intervención según si el foco se sitúa en el uso, en el sistema o en el contraste interlingüístico o intralingüístico. Tercero: organiza la secuencia de actividades en tres fases, orientadas a desarrollar una evaluación formativa así como una nueva mirada sobre los elementos del triángulo didáctico. Cuarto: integra en estas tres fases el criterio de elementalidad. Quinto: plantea la necesidad de interrelacionar orgánicamente los componentes del sistema didáctico (docente, discente y materia). Y sexto: busca integrar las habilidades oral y escrita. A continuación describimos estos rasgos y para concluir este apartado haremos referencia a un conjunto de ejemplos de secuencias didácticas de gramática. a) Un conjunto de actividades orientadas a un objetivo La SDG supera la unidad-actividad y está constituida por una constelación de tareas diversas pero relacionadas todas ellas con un objetivo global que les dará sentido. Lo que da unidad al conjunto de los ejercicios y tareas implicados no es únicamente el tema sino la actividad global implicada, la finalidad con la que se hacen. Por ejemplo: descubrir de qué manera lenguas diferentes resuelven las relaciones temporales en la narración; investigar sobre la variación dialectal en el uso de determinadas formas, como algunos pronombres; descubrir la organización de los elementos constitutivos de la oración a través de las estructuras semánticas de los verbos; revisar y mejorar la organización de unos textos argumentativos, lo cual exigirá profundizar en los tipos de relaciones lógicas implicadas en la argumentación (causa-consecuencia, condición, contradicción, concesión, etc.) y, por lo tanto, en el dominio de los conectores necesarios para hacerlas explícitas; etc. Se puede considerar que la SDG está constituida por el desarrollo de dos tipos de actividades. Por un lado una actividad de investigación (descubrir el funcionamiento de la lengua en algún aspecto, mejorar los textos, etc.), que culmina con la redacción de un informe o con una exposición oral del trabajo hecho y de las conclusiones que se han extraído. Por otro lado implica una actividad de aprendizaje, según la cual la actividad anterior y la sistematización de los resultados tienen que permitir el aprendizaje de unos contenidos gramaticales que tendrán que llegar a ser conocimientos disponibles para llevar a cabo otras actividades posteriores, sean gramaticales, sean comunicativas. Entroncando con la tradición de la Escuela Nueva y el trabajo por proyectos, el objetivo último implica una transferencia del conocimiento adquirido en forma de exposiciones para un público que pueda interesarse por él. En este sentido, la SDG es a la vez guía para las intervenciones en el aula, pero también hipótesis de trabajo. Como guía busca integrar las condiciones mencionadas más arriba para una gramática escolar, como por ejemplo que el sistema gramatical puede ser objeto de estudio interesante tomándolo momentáneamente fuera de sus relaciones con la realidad si se sigue una metodología en la cual el alumno manipula, compila, contrasta y sistematiza datos lingüísticos; o como por ejemplo que la verbalización puede tener un espacio preeminente, de tal manera que el alumno hable de los fenómenos gramaticales y de cómo los entiende y, de este modo, vaya asimilando un metalenguaje compartido con los compañeros y el profesor. Este modelo, sin embargo, aspira también a ser una hipótesis de trabajo. Según 72 esto, abre una posibilidad para un campo de investigación en didáctica que buscaría precisar qué se aprende cuando se enseña y de qué manera podemos convertir el proceso de enseñar y aprender gramática en una experiencia interesante para los alumnos. Una de las preguntas que se formula el modelo se refiere a las estrategias de elaboración de pensamiento metalingüístico de los aprendices, partiendo del supuesto que la verbalización permite al investigador acceder a las estrategias que el alumno despliega en su camino para conceptualizar los contenidos gramaticales, y que en última instancia aporta información sobre qué ayudas pueden guiar la tarea educativa. Como ya ha sido apuntado, cuando los alumnos hablan entre ellos en gran grupo y en pequeño grupo, así como con el profesor, de los problemas, las dificultades y las dudas que experimentan en su proceso de aprendizaje aportan indirectamente datos que pueden ser útiles para la mejora de la práctica docente. Este aspecto vincula el modelo de SDG de una forma muy estrecha con la investigación en didáctica de la lengua, y concretamente con los modelos de investigación cualitativa de estudio de caso y de reflexiónacción. b) Los tres submodelos Tres son los submodels de SDG (Cuadro 2). En primer lugar, en relación con la escritura, el punto de partida es la voluntad de comunicarse y el motor de la secuencia es la producción y la comprensión de textos. En segundo lugar, en relación con aspectos inter e intralingüístics, en el extremo opuesto, el punto de partida es la voluntad de conocer el sistema de la lengua, siendo el motor de las actividades la formulación de preguntas y/o hipótesis. En tercer lugar, en relación con conceptos gramaticales de lengua primera, el punto de partida es la voluntad de analizar los usos lingüísticos reales de una lengua y el motor de la secuencia serían actividades de reflexión y razonamiento gramatical ligadas al uso. Para Camps et al (2005), lo que pretenden los diversos submodelos es “constatar que las actividades de reflexión y razonamiento gramatical que se promueven a través de estas secuencias son diferentes sobre todo porque se desarrollan dentro de marcos de actividades de naturaleza diferente y posiblemente activen unos saberes y unos procedimientos diferentes” (p. 168). 73 Cuadro 2 (Adaptado de Camps et al, op. cit., p. 167) Punto de partida: comunicarse Punto de partida: analizar los usos lingüísticos (bloque 3) (bloque 1) Producción y comprensión de un texto Reflexión y razonamiento • Detección de problemas o necesidad de saber gramatical • • • • Búsqueda de soluciones Revisión y mejora de textos Análisis de modelos Formulación de criterios o de reglas de buena formación • • • • Punto de partida: conocer el sistema (bloque 2) Formulación de preguntas i / o hipótesis Análisis de corpus Manipulación de textos Establecimiento de regularidades Uso de terminología científica Sistematitzación de saberes en un nuevo marco Diseño de trabajo de campo o consideración de los datos CONSTRUCCIÓN DEL SABER GRAMATICAL Así, la reflexión metalingüística de las actividades del primer bloque está ligada a las actividades discursivas, mientras que en el segundo bloque los alumnos emprenden una tarea de reflexión sobre el sistema para consolidar un mapa conceptual gramatical coherente, y en el tercer bloque el eje es la observación y la sistematización de datos o la comparación entre lenguas. El objetivo es conseguir crear entornos que permitan la participación activa de los alumnos, el guiaje abierto del docente, y el tratamiento heterogéneo y múltiple de la gramática. Se parte de la idea según la cual la construcción del conocimiento gramatical es fruto de un trabajo heterogéneo y complejo, que se puede concretar en secuencias didácticas de los tres tipos descritos, y que este conocimiento gramatical así construido posibilita la solución a los problemas de uso de la lengua a la vez que contribuye a la construcción de saberes organizados sobre la lengua. Las secuencias didácticas de cada uno de los modelos contribuyen de diferente manera a la construcción del conocimiento gramatical. 74 c) Las tres fases Como ya hemos apuntado, el modelo consta de tres fases consecutivas en el tiempo. La primera fase es imprescindible porque consiste en definir, negociar y compartir con los alumnos la representación de la tarea que llevaremos a cabo. Se buscará establecer de entrada claramente los objetivos de la tarea (explorar los usos orales de un pronombre, contrastar los tiempos del pasado, escribir un texto de opinión, etc.), los temas que se trabajarán (valores del pronombre, diferencias entre pasados, marcadores contrastivos y explicativos, etc.) y la manera cómo estos temas se trabajarán (a través de la interacción en pequeño grupo y de la resolución de tareas parciales como la elaboración de materiales de investigación y consulta o la escritura de textos variados). Se plantea el problema (qué haremos) pero también aquello que necesitaremos saber para resolverlo y aquello que aprenderemos resolviéndolo (qué aprenderemos). La primera fase acaba con una definición clara del problema que hay que investigar. La segunda fase constituye el núcleo de la SDG. Es una fase de ejecución, con un conjunto de actividades puntuales encaminadas a dominar los aspectos programados. Definida la tarea, debemos tomar decisiones sobre los procedimientos que seguiremos y los datos que recogeremos. Ejemplo 1: si la tarea es observar el uso de una forma pronominal determinada nos convendrá (i) saber cómo recogeremos los datos (con cuestionarios, observando debates televisivos, etc.), (ii) consultar fuentes de información (gramáticas, libros de texto, etc.), y (iii) explorar las maneras de analizar los datos, presentar los resultados y extraer conclusiones. Ejemplo 2: si la tarea es la corrección del escrito, nos hará falta (i) identificar en qué problema nos querremos centrar, (ii) delimitar los textos o los pasajes que tienen este problema, y (iii) buscar soluciones a partir del diálogo con los compañeros, la consulta de material y la elaboración de instrumentos de consulta y regulación. La tercera fase implica necesariamente la elaboración de un informe. Esto significa ir más allá de un marco transmisivo y deductivo en el que la explicación del concepto gramatical da lugar a actividades de práctica o en el que de la ejercitación directa con actividades se espera un aprendizaje automático. El modelo parte de la idea que ejercitación y reflexión tienen que ser los componentes centrales de un proceso recursivo que los irá relacionando. Los dos momentos claves de este proceso son el inicial de la Fase 1 (la definición del campo de trabajo) y el final de la Fase 3 (la síntesis final en la que se integran los conocimientos elaborados). La última fase es un importante momento de recuperación metacognitiva (un informe final escrito y/o una exposición oral formal) que permitirá a los alumnos tomar conciencia de los contenidos conceptuales y procedimentales que se han trabajado, dar coherencia significativa a estos contenidos y hacerlos funcionales respecto a situaciones futuras. d) El criterio de elementalidad y las tres fases 75 La división en tres fases del modelo de la SDG constituye un marco idóneo para desarrollar de una forma progresivamente más compleja nociones iniciales básicas, según lo que Coronas (2008) denomina criterio de elementalidad. La investigación ha apuntado a la necesidad de determinar líneas de avance en las que a lo largo de la escolaridad los aprendices puedan ir enriqueciendo los conceptos gramaticales aprendidos en edades tempranas. La noción de elementalidad respondería a esta necesidad, remarcando una paradoja relacionada con la transposición didáctica según la cual cuanto más simplificadas son las nociones gramaticales que los escolares tienen que aprender más difícil es su aprendizaje. Esto ha planteado la necesidad de una transposición progresivamente más compleja en la que a partir de unas nociones elementales el alumno sepa moverse hacia la complejidad. Las tres fases cronológicas de nuestro modelo didáctico pueden dar respuesta a esta necesidad. En una secuencia orientada a trabajar la oración desde planteamientos léxicos, la Fase 1 (i) presenta y trabaja unas nociones oracionales básicas que (ii) llevarán a la elaboración de un primer instrumento de síntesis y recuperación metacognitiva. En la Fase 2 este instrumento (iii) servirá de guía y consulta para explorar las nociones básicas en fenómenos de naturaleza diversa (traducciones automáticas, habla coloquial, escritos propios, etc.), unos fenómenos que ampliarán el marco de la reflexión gramatical más allá de los ejemplos descontextualizados iniciales. La dinámica colectiva de la exploración y el carácter relativamente abierto de las actividades buscan problematitzar aquello que los alumnos saben o que creen que saben; (iv) el profesor recogerá estos problemas y propondrá vías para resolverlos mediante un segundo instrumento de consulta, según el criterio “Hay que evitar proponer la respuesta antes de que el alumno se formule la pregunta”. En la Fase 3, finalmente, (v) se pedirá a los alumnos que retengan con un texto expositivo final los rasgos cronológicos básicos de este proceso y las nociones trabajadas. La trayectoria de los puntos (i-v) distribuidos en las tres fases del modelo representa esta progresiva ampliación de las nociones básicas iniciales desde un marco relativamente guiado hasta un marco más abierto en el cual las actividades ya no admiten una aplicación mecánica de los contenidos. La interrelación elemental-complejo se hace posible, pues, desarrollando un núcleo inicial y versátil de conceptos básicos con actividades progresivamente más abiertas, organizadas a partir de las tres fases del modelo. c) La interrelación de los componentes del sistema didáctico Estas tres fases reclaman varias medidas de evaluación formativa como regulación de los procesos de aprendizaje, un punto que se concreta en instrumentos como el diario del alumno o las evaluaciones por pareja pero que hay que entender en sentido amplio relacionados con la concepción global de la secuencia. En este sentido aspira a ser un modelo tanto de intervención en el aula como de exploración de los procesos de aprendizaje de la gramática, algo que sintetizamos en los puntos siguientes: 76 (a) los contenidos de aprendizaje y los objetivos que se persiguen son explícitos para promover un aprendizaje consciente; (b) es primordial la actividad de los alumnos sobre los objetos lingüísticos; (c) propicia la reflexión compartida entre los participantes en la situación didáctica; (d) guía la relación entre uso y sistematización a partir de la observación para llegar a la generalización que permita la disponibilidad del conocimiento para nuevas observaciones más complejas; y (e) presenta un marco que hace explícitas las relacionas entre los elementos aprendidos. Este diseño global permite redimensionar los tres polos del triángulo didáctico. En cuanto al docente, plantea a los alumnos una investigación de la cual no tiene la respuesta, e intenta guiar la tarea a través del diálogo y la reflexión para preparar la sesión siguiente. El trabajo no se presenta, pues, como una serie de consignas e instrucciones cerradas que los alumnos tienen que asimilar y poner en práctica. Así, el profesor presenta la tarea como una propuesta, con una idea clara de los objetivos que persigue pero atendiendo a las reacciones que surgen en el aula. Por su parte, el alumno es un agente activo que ve cómo la investigación va creciendo en virtud de su acción, moviliza su bagaje lingüístico y recurre a obras de consulta, con el objetivo de iluminar un interrogante lingüístico que es sentido como ligado a la gramática, a la vez que la gramática es entendida como parte de una realidad comunicativa más allá de un saber estrictamente académico. Se parte de la idea según la cual los alumnos se harán suyo el trabajo propuesto cuando vean que va creciendo con las intervenciones de todos, aprendices y enseñante (Bergin, 1999), superando los modelos unidireccionales y transmisivos en los que la intervención-tipo es la de la respuesta correcta a una pregunta cerrada (que a menudo toma el tono de pregunta-adivinanza). En un modelo de tipo cooperativo, la intervención se hace en forma de comentario, opinión o experiencia personal ligada al tema, habiendo promovido previamente un clima en el aula en virtud del cual el alumno no percibe la intervención como una acción de riesgo y se le anima a hablar, porque cualquier idea puede ser altamente valiosa para resolver colectivamente los problemas planteados. En cuanto a la materia, el modelo supera la visión de la gramática como un objeto lógico y completo, adopta una perspectiva que no tiene afán totalizador, y privilegia el vínculo entre procedimientos y conceptos con el objetivo de suscitar la reflexión gramatical. Pretende incidir en las relaciones entre programación y aprendizaje, puesto que uno y otro responden a lógicas distintas, así como incidir también en el concepto de gramática, porque más allá de modelos de referencia que se presentan como acabados, exhaustivos y simples se indague en el aula en las relaciones orgánicas entre pragmática, semántica y forma. d) Integración de oralidad y escritura Asimismo, este modelo persigue la integración de la escritura y la oralidad en el proceso de aprendizaje, tanto en relación al profesor como al aprendiz. Tal como hemos dicho el profesor está atento a lo que sucede en el aula y dispone de múltiples materiales de naturaleza diversa para 77 reflexionar, siempre por escrito, sobre el curso del aprendizaje de los alumnos y la marcha de la secuencia. Progresivamente genera un cuerpo de pensamiento por escrito de una gran importancia para la regulación de la propia práctica, tanto dentro de la secuencia como en implementaciones posteriores. Estas notas, tomadas a medida que la secuencia avanza, son su particular sala de máquinas y tienen un gran valor por su doble naturaleza de registro y de escritura exploratoria (Sanmartí y Jorba, 1997). El profesor tiene que tomar notas que desembocarán en textos expositivos académicos y publicaciones profesionales; el alumno también tomará notas, que desembocarán en el informe final (Castelló, 2007). En relación a este informe, hay que atender a la necesidad de trabajar reglas particulares del género expositivo académico de temática gramatical, que los alumnos desconocen porque raramente se prevé que “escriban sobre gramática”. Tendremos que hacer incidencia en el desarrollo temático, que tiene que incluir una introducción con la exposición del problema, un apartado sobre los instrumentos para resolver los problemas planteados, y un final valorativo. Por otro lado no es un texto que se sustente únicamente sobre el eje narrativo, por lo cual habrá que trabajar los marcadores textuales del texto expositivo y las maneras de organizar globalmente la información, el vocabulario específico empleado que incluiremos en un glosario final, el papel de la subjetividad, etc. ¿Cómo podemos tratar esto didácticamente? Podemos optar por la elaboración de textos a partir de plantillas que progresivamente vayan cediendo la responsabilidad del desarrollo del texto al alumno. Un género discursivo que habrá que trabajar es el “diario”, un término quizás poco adecuado que nos remite demasiado a un tipo de escrito “de registro íntimo”. En el marco que nos ocupa será entendido como toda aquella producción escrita de apoyo que, además de registro, actúa con función reflexiva y epistémica (Caballero de Rodas, 1997; Wells, 1999). Como registro permitirá al alumno hacerse una imagen precisa y ordenada de un período determinado de aprendizaje. Evidentemente, no es un registro neutral sino muy subjetivo y dinámico, ligado además a incidencias de naturaleza diversa, con el cual el aprendiz da constancia de sus opiniones, expectativas, incertidumbres y tensiones surgidas a lo largo de la secuencia, ofreciendo suficiente perspectiva temporal para saber si estas visiones persisten. Además de registro es un instrumento de escritura reflexiva que nos obliga a ordenar por escrito aquello que creemos que hay que haber aprendido. Haciéndolo, tomamos más conciencia del propio proceso de aprendizaje y de la necesidad de reestructurar ideas antiguas, de conectarlas con otras adquiridas e incluso de abrir nuevas discusiones. Es pues a la vez instrumento formador (de introspección, de capacidad crítica, de agenda-memoria, etc.) e informador (sobre las evoluciones de los alumnos, el clima general de la clase, las creencias, las motivaciones, etc.). La importancia del diario del alumno se corresponde con la importancia del diario del profesor de tal manera que los dos se conviertan en visiones complementarias de lo que sucede en el aula y en instrumentos al servicio de la indagación del docente sobre las propias prácticas. Como hemos dicho, en una secuencia que contempla la elaboración de varios géneros escritos (como el mismo diario o el informe final) será 78 necesario reservar algunos momentos para hacer explícitas las reglas de cada uno de estos géneros, desde posiciones más guiadas (descriptores, listas de recomendaciones, plantillas, etc.) hasta llegar progresivamente a textos más abiertos. Asimismo, para evitar que se convierta fácilmente en rutina realizada para complacer al enseñante (visto a menudo como “alguien que ya tiene la respuesta”) se pueden introducir cambios como por ejemplo que los destinatarios sean también los compañeros de la clase, de otros cursos o de otros centros, entendidos como coindagadores. Los trabajos realizados en el marco de la reflexión-acción acompañan el microanálisis de interacciones orales con la exploración del contenido de los diarios (Escobar, 2000), combinando en algún caso la perspectiva “longitudinal” (qué dicen los diarios de los alumnos y del profesor por separado; qué categorías pueden extraerse de ellos) y la “transversal” (cómo pueden interrelacionarse los contenidos de uno y otro) (Fontich, 2006). En cuanto a la interacción oral, ya desde el estudio pionero de Barnes y Todd (1977) se ha planteado la necesidad de una puesta en escena en el aula basada en el habla exploratoria. Se trata de una perspectiva ampliamente estudiada desde el marco teórico que nos ocupa y que ya hemos explorado en el apartado correspondiente. Como ya se ha indicado se ha puesto en correlación con un mayor porcentaje de éxito en aquellos problemas de solución convergente, así como en un mayor rendimiento en actividades abiertas o creativas (Mercer, 2008a; Bee, 2000). g) Ejemplos de secuencias Como ya hemos dicho, tres son los tipos de SDG según si se centran en el uso de la lengua, el contraste inter e intra lingüístico, o el sistema de la lengua primera. A continuación describiremos algunos ejemplos de secuencias de cada uno de estos tres tipos. Zayas (2003), en una aportación pionera, trabaja el artículo periodístico contrastándolo con el cuento literario y explorando tanto propiedades textuales como aspectos oracionales, y defiende un enfoque de la oración que parta de la disposición semántica de los argumentos verbales, una idea que será reanudada con fuerza en muchas de las experiencias que veremos. La secuencia de Jimeno (2006) se centra en la escritura del texto y parte de la idea según la cual escribir es muy difícil puesto que reclama atender no sólo a los aspectos de tipo normativo (ortográfico y morfosintáctico) sino también a las propiedades textuales (la cohesión, la coherencia y la adecuación); el trabajo se centra en el rol de la cohesión en la composición escrita (sin olvidar el peso que tiene en la comprensión lectora) y defiende para su enseñanza un enfoque procesual que combine actividades de transformación, de textualización, de integración, de contraste entre textos cohesionados y textos segmentados, y de trabajo sobre los referentes. Ribas y Verdaguer (2006) también sitúan su experiencia de enseñanza gramatical en relación a la composición escrita, en concreto a la elaboración de críticas de libros para la biblioteca de aula, y el trabajo que proponen se centra en el uso de conectores; a partir del análisis de modelos se pone sobre la mesa la importancia de los conectores para informar y para valorar, así como para enriquecer las propias opiniones 79 (matizar, contraponer y justificar). Rodríguez y Zayas (2006) exploran el potencial didáctico de relacionar sintaxis y educación literaria, trabajando figuras retóricas de naturaleza sintáctica (el paralelismo) y de naturaleza semántica (la metáfora y la comparación); los autores explicitan la necesidad de no limitar la reflexión gramatical a los procedimientos de identificación, comparación y clasificación de formas gramaticales y por eso defienden que también se potencie la manipulación y la recreación de los textos. Rodríguez (2009) describe una secuencia en la que los alumnos deben trabajar los tiempos pasados en el texto narrativo para superar la inercia de reproducir en el escrito el microsistema propio del oral, en el que las posibilidades de expresar niveles temporales distintos se reducen al uso de dos tiempos: el imperfecto y el pretérito perfecto. Finalmente, Pérez Badenes (2012a) trabaja el verbo en un conjunto de actividades orientadas a la expresión escrita de textos creativos. En cuanto a experiencias de contraste inter e intralingüístico, Camps y Fontich (2006) muestran una secuencia centrada en la variación dialectal, en la que los alumnos hacen una investigación de campo sobre el uso en el catalán del área de Barcelona del pronombre; a través del diálogo en gran grupo el docente actúa como guía del proceso en el sentido de aportar instrumentos para acceder a posibles datos, recogerlos y sistematizarlos, y para contrastarlos posteriormente en gran grupo, y basándose en la idea según la cual la reflexión sobre el código puede realizarse sobre la lengua real. Vilà (2006) sitúa el foco sobre los mismos elementos, los pronombres clíticos, con procedimientos de recogida parecidos, pero en el marco de la formación inicial del profesorado, poniendo así sobre la mesa la necesidad de desarrollar también procesos de reflexión metalingüística de tipo colaborativo en la formación de los futuros docentes. Centrándose también en la variación intralingüística, Gutiérrez (2006) trabaja los relativos del catalán desde el punto de vista del uso y contrastando los contextos formales y normativos con los coloquiales; el estudio remarca cómo las explicaciones del profesor se han desplazado desde una posición central propia del modelo transmisivo a una posición periférica de guiaje de las manipulaciones y observaciones de los alumnos, propio de una situación cooperativa, y muestra cómo la experiencia ha permitido aumentar el nivel de aciertos de los alumnos en una prueba posterior de identificación de relativos. La propuesta de Ruiz Bikandi (2008) se centra en el contraste interlingüístico para trabajar una noción, el ergativo en vasco, inexistente en castellano: trabajando en pequeño grupo y a partir de procedimientos de contraste los alumnos razonan sobre el diferente comportamiento de las dos lenguas en cuanto a los verbos intransitivos; el estudio pone al descubierto problemas diversos, como por ejemplo la disociación entre la reflexión metalingüística sobre unos elementos gramaticales determinados y el idiolecto de los participantes en la discusión, caracterizado por las fuertes interferencias morfológicas y sintácticas del castellano debido a la peculiar situación sociolingüística en la que viven estos escolares. Finalmente, Guasch (en prensa) plantea un escenario en el que los escolares deben contrastar tres lenguas (castellano, catalán e inglés) para explorar de qué maneras cada una expresa dos conceptos comunes propios de la narración: acción y marco de la acción. 80 El último conjunto de trabajos (donde situamos la secuencia que presentamos) son los centrados en conceptos de un misma lengua. Estos trabajos abordan la oración desde una perspectiva léxica según la cual es imprescindible tener en cuenta las vertientes semántica y pragmática de la lengua además de la morfosintáctica. Zayas (2006b y 2006c) propone un conjunto de oraciones (algunas titulares de prensa) que los alumnos tienen que relacionar con una lista de patrones semánticos, un trabajo que llevará finalmente a observar cómo la vertiente argumental del verbo se concreta en las diversas funciones sintácticas. Fontich (2006) presenta un trabajo centrado en la clasificación de los verbos a partir del número de argumentos que reclaman según los usos verbales, e indirectamente los alumnos trabajan las propiedades de los complementos en una situación fuertemente colaborativa en la que la propia investigación genera un material de consulta. Milian (2006) presenta una secuencia en la que los alumnos tienen que discutir qué entienden por oración; esta actividad pone sobre la mesa la carencia de conocimientos estables por parte de los alumnos pero también el hecho de que la propia situación colaborativa les ayuda a avanzar en el análisis de un texto. Finalmente, un estudio en curso es el de Pérez Badenes (2012b) sobre las categorías gramaticales y las posibilidades que nos brindan algunas nociones de la lingüística cognitiva para trabajar las categorías; el autor explora a través del modelo de la SDG el rendimiento que puede tener este nuevo enfoque en relación a la elaboración de material de aula organizado en formato digital. La idea de partida de las secuencias didácticas es que el código puede ser objeto interesante de exploración si se prevén situaciones en las que el alumno se implique activamente en la construcción del saber objeto de aprendizaje, a partir del trabajo colaborativo y la interacción, así como de los usos lingüísticos. En cuanto a las secuencias orientadas a la composición escrita, la importancia de estas experiencias radica en el hecho que se integran en un trabajo que relaciona gramática y uso de la lengua en un modelo, el de SDG, que prevé también la necesidad de actividades de sistematización de los saberes gramaticales trabajados. Todas las experiencias descritas coinciden en remarcar la importancia de estos factores. 3.1.2. La actividad metalingüística de los escolares Milian y Camps (2006) subrayan que la SDG es a la vez un modelo para la enseñanza y aprendizaje de la gramática y para la investigación, pues la puesta en práctica de este modelo ofrece información sobre la construcción del razonamiento metalingüístico por parte de los escolares. El objetivo principal de esta investigación se circunscribe al análisis de cómo construyen el razonamiento gramatical y de cuáles son los elementos que inciden en este proceso: [O]bserva el razonamiento y los factores que contribuyen a él en el proceso dinámico de construcción de determinados saberes sobre la lengua, objeto de cada una de las secuencias. (p. 32) (Subrayado de las autoras) 81 A continuación presentamos algunos resultados de investigaciones llevadas a cabo a partir de los datos recogidos en el desarrollo de los tres submodelos de SDG que hemos descrito anteriormente. Algunas secuencias observadas por Milian y Camps (2006) se centran respectivamente en la oración y el verbo, en los conectores, y en el tiempo de las narraciones. Los datos analizados surgen de la grabación de situaciones naturales de aula a lo largo de la implementación de las actividades y corresponden a diferentes sesiones del proceso. El microanálisis de los episodios observados (identificados a partir de unos criterios explicitados y compartidos entre investigadores) da cuenta de la dinámica de razonamiento y de la incidencia del contexto en el que se desarrolla el episodio. Uno de los diálogos observados surge en una secuencia sobre la oración y muestra la importancia del rol del profesor como coconstructor (junto con los escolares) del saber en juego, más que como facilitador de la “respuesta correcta”, un hecho que sorprende a los propios alumnos. Así, el docente combina una posición de jerarquía (de gestión del aula y el discurso) con una posición paralela a la de los estudiantes: no impone sino que escucha, anima, comenta e interpreta. A pesar de la situación de exploración creada el discurso compartido llega a un nivel de abstracción mínimo, muy cercano al uso y al significado léxico de los términos. Un segundo diálogo, de una secuencia sobre los conectores, muestra la dificultad que representa para muchos alumnos situarse en un nivel de abstracción por encima del nivel semántico de los enunciados. La profesora “acompaña” a los estudiantes para que den el paso de un nivel a otro, algo que se consigue parcialmente y sólo después de un buen número de turnos y sobre todo a partir de una intervención de síntesis de la propia docente, que orienta la escritura sobre la reflexión gramatical realizada. Finalmente, en un tercer diálogo se observa la dificultad de los alumnos para conceptualizar el tiempo en las narraciones y pone sobre la mesa la complejidad de las intervenciones del docente. Por un lado las explicaciones sobre la demanda de la actividad (subrayar palabras y expresiones que indiquen tiempo) contienen definiciones y reformulaciones diversas que combinan niveles de abstracción altos (“palabras que indican temporalidad”) y niveles de abstracción bajos (“palabras que den idea de cuándo se producen los hechos”), en un doble movimiento no lineal sino recursivo a partir de las respuestas de los alumnos. Por otra parte, la interacción es contingente y se orienta a funciones diversas: enlazar el propio discurso con la respuesta de un alumno concreto, generalizar esta respuesta, identificar el conocimiento gramatical compartido (en este caso los tiempos verbales), y formular el concepto de manera abstracta. Coincidiendo con las secuencias precedentes, a pesar de que la ayuda de la profesora crea un clima en el aula de tipo exploratorio y colaborativo los alumnos se sitúan en unos niveles de abstracción bajos. Estas observaciones coinciden con estudios precedentes sobre los obstáculos referidos a los niveles de abstracción a los que deben hacer frente los aprendices (Barth, 2007; Schwartz et al 2009). Para ilustrar un trabajo sobre los tiempos verbales del pasado, nos remitimos a la secuencia de Rodríguez (2009 y 2012) sobre la expresión del pasado en textos narrativos, a partir de la cual en Rodríguez (2011) se desarrolla una amplia investigación. La profesora observa que los alumnos 82 completan correctamente una actividad gramatical sobre la identificación de un amplio abanico de tiempos del pasado (saber declarativo), un conocimiento que no serán capaces de usar en la escritura de una narración (saber procedimental), por cuanto se limitan a usar imperfecto y pretérito perfecto. Como ya hemos indicado, la escisión en el aprendizaje gramatical entre saber declarativo y saber procedimental ha sido observada también por otros estudios sobre la actividad metalingüística de los escolares (Notario, 2000; Camps, 2000b; Myhill, 2000; Fisher, 2004; Ribas et al 2002). Asimismo la investigación ha mostrado que las formas verbales compuestas del pasado quedan relegadas en el uso espontáneo de los hablantes, y que el lenguaje escrito formal es un escenario propicio para utilizarlas (López García, 2005). La autora de la investigación, pues, parte de la idea según la cual en el contexto escolar es conveniente hacer una reflexión explícita para incidir en el uso de estas formas relativas del pasado con el objetivo de conseguir más precisión en la expresión de la temporalidad de las acciones, puesto que la tendencia es a “escribir como se habla”. Propone la escritura de una experiencia vivida (“Mi mejor verano”) con el objetivo de que el alumnado a partir de un trabajo de revisión amplíe su repertorio de tiempos verbales. La investigación contrasta fragmentos de diálogos recogidos en tres momentos del proceso de escritura: la planificación, la revisión del texto de un compañero, y la revisión del propio texto. Se observa que la mayoría de alumnos (60%) no incorpora a la planificación del escrito ningún tiempo del pasado distinto del perfecto y del imperfecto, a pesar de las actividades gramaticales iniciales completadas con éxito. Por el contrario, en la revisión final del texto, realizada individualmente después de la revisión entre iguales, las cifras se invierten y es ahora el 61% de los alumnos el que consigue enriquecer su texto incorporando otros tiempos. Esto sugiere que la revisión gramatical entre iguales proporciona al alumno el contexto de aprendizaje adecuado para mejorar los relatos. Sin embargo la investigación revela una cuestión interesante. A pesar de la mejora tras la revisión individual final, los alumnos muestran muy poca capacidad de indicar mejoras en la revisión intermedia de los textos de los compañeros. La investigadora interpreta esto como sigue. En la primera versión del relato el esfuerzo y la atención de los alumnos se centran básicamente en el control semanticopragmático del texto (“qué digo, qué es conveniente decir”), sin poder atender al mismo tiempo a los aspectos gramaticales objeto de enseñanza, coincidiendo con lo observado por los primeros estudios sobre los procesos de composición escrita en relacion a la sobrecarga cognitiva (Hayes y Flower, 1980). En segundo lugar, la revisión entre iguales ha provocado un cambio de perspectiva necesario: el alumno que revisa abandona la posición de enunciador preocupado por el contenido para situarse en la de observador externo, que focaliza su mirada en los objetivos de aprendizaje gramatical. A pesar de ello no es capaz de sugerir mejoras en los textos revisados porque la introducción de cualquier cambio conlleva reorganizar el texto. Finalmente, cuando vuelve a asumir la posición de enunciador en su propio relato, lo hace consciente de los objetivos gramaticales y es su control del contenido lo que le permite incorporar más tiempos del pasado. La investigación muestra así cómo la revisión del texto ha propiciado un contexto rico en el que orientar el estudio de la gramática al uso lingüístico. 83 En relación al análisis contrastivo, varios estudios muestran su potencial para el aprendizaje de lenguas si este contraste se orienta hacia la conciencia metalingüística, más allá de servir como instrumento para anticipar y evitar los errores de interferencia lingüística (Trévise, 2009). Guasch (en prensa) sitúa su investigación en el marco de un proyecto en el que los alumnos tienen que contrastar los sistemas de expresión de los planes narrativos del pasado en catalán, castellano e inglés. Los alumnos deben descubrir por ellos mismos los parecidos y diferencias entre las tres lenguas (las tres presentes en el currículum escolar). El análisis de algunos diálogos muestra que los alumnos son capaces de manejar las nociones propuestas para el análisis y que intentan realizar analogías entre el sistema verbal de dos de las lenguas contrastadas (catalán e inglés). Sin embargo los alumnos no llegan a darse cuenta por ellos mismos de que cada lengua tiene su manera de expresar las nociones del plano de la acción y del plano del marco donde se desarrolla la acción. En este sentido la investigación muestra la importancia del acompañamiento por parte del profesor, y a la vez la dificultad para que el discurso del profesor guíe verdaderamente a los alumnos en su indagación porque se trata de una ayuda azarosa, fragmentada y puntual, que se da desconociendo exactamente el punto de la argumentación en la que los alumnos se encuentran discutiendo en pequeño grupo. El estudio muestra la dificultad de interrelacionar la actividad docente (la enseñanza) con la actividad de aprendizaje. El trabajo pone sobre la mesa una idea remarcada por otros estudios, como Kotsopoulos (2010) o los reunidos en Mercer y Littleton (2007), sobre la importancia de desarrollar protocolos adecuados para que el trabajo colaborativo y la ayuda del docente sea eficiente. En este sentido el análisis de varios diálogos hace patente la distancia entre el discurso de los escolares y el discurso de la maestra. Cada uno está anclado en unas premisas propias y por eso su desarrollo nos hace pensar más en dos monólogos paralelos que en un diálogo. El esfuerzo de los escolares para construir la explicación de un problema, para aprender, no conecta con el esfuerzo de la maestra para darles puntos de referencia, para enseñar. En opinión del autor, para que este encaje se produzca es imprescindible que en los proyectos de trabajo, más allá del espacio compartido y del conjunto de actividades que configuran el proyecto, los maestros sean capaces de desarrollar una atención cuidadosa a los procesos de resolución de problemas y de construcción del conocimiento en el que se implican los escolares. Las conversaciones observadas en estos trabajos son entre el profesor y el grupo de alumnos, y en ellas se dan múltiples situaciones de conversación en pequeño grupo. Se trata de una conversación mediada por las reglas del habla exploratoria previamente acordadas entre todos y objeto también de aprendizaje y evaluación. En este segundo escenario, pues, los alumnos no se encuentran solos porque interactúan en el seno de un dispositivo didáctico más amplio, que contempla aquellas cuestiones relativas al campo del saber que se está trabajando (una terminología, unas herramientas de reflexión, unos problemas que habrá que resolver o razonar, etc.) y una secuencia de actividades con un final concreto (elaborar un informe, hacer una presentación oral, etc.). Éste es el escenario de la secuencia objeto de exploración en el presente trabajo, que tiene un 84 antecedente, una secuencia titulada “La clasificación de los verbos según los complementos verbales”. Se trata de una actividad de enseñanza gramatical que sigue el modelo de SDG y constituye un antecedente al presente trabajo en un triple sentido: busca integrar forma, semántica y pragmática; da un peso importante la interacción oral en pequeño grupo; y constituye un marco para la exploración de la actividad metalingüística de los escolares. Como indica el título se aborda en esta experiencia un aspecto gramatical muy explorado en las clases de lengua: la complementación verbal. 3.2. UN ANTECEDENTE DE LA SECUENCIA ANALIZADA En esta secuencia los alumnos tenían que hacer varias actividades alrededor de verbos y complementos que respondían a intenciones diversas y se concretaban en demandas también diversas según si eran actividades previas, de evaluación inicial, de clasificación, de descripción, etc. Asimismo, como veremos, algunas de estas actividades eran orales y otras eran escritas, y había tanto individuales y en pareja como colectivas en pequeño y gran grupo. Esta experiencia partía de uno de los supuestos básicos del modelo de SDG según el cual la manipulación de datos lingüísticos por parte del alumno y la verbalización de procedimientos y conceptos pueden ayudar a regular el proceso de aprendizaje. A continuación pasamos a describirla y lo haremos a partir del siguiente orden. 2 En primer lugar expondremos el contenido gramatical objeto de enseñanza-aprendizaje (la complementación verbal) y la perspectiva semántica adoptada (la noción de transitividad). En segundo lugar describiremos la planificación y el desarrollo (en un tono narrativo de acuerdo con su naturaleza cronológica). Y en tercer lugar mostraremos algunas peculiaridades de la interacción en pequeño grupo generada, especialmente en relación a cuestiones relativas al razonamiento metalingüístico. 3.2.1. Contenido teórico: la noción de transitividad Para desencadenar la reflexión metalingüística en pequeño grupo y a la vez para gestionar la secuencia se proponen dos puntos de partida claves: la noción de transitividad y un instrumento gráfico clasificatorio basado en los polos [+CD +CI]. Nos inspiramos en los trabajos de LarsenFreeman (2003) y Brucart (2000). Larsen-Freeman propone el neologismo “grammaring” para poner de relieve que el objetivo de la enseñanza gramatical es en última instancia la reflexión gramatical, más allá de los modelos lingüísticos concretos. Como ya hemos indicado, la autora considera que la gramática se dejará “pensar” y mostrará su naturaleza dúctil si dejamos de presentarla como un sistema compacto de tipo formal y pasamos a entenderla como un ente que integra de manera orgánica morfosintaxis, semántica y pragmática. Por su parte, Brucart considera el significado como el camino para abordar la complejidad formal de la oración, y adoptamos, tal como ya hemos dicho, un instrumento regulador de la 2 Remitimos al lector al volumen de Fontich (2006) para una exposición más detallada. 85 reflexión: el gráfico para clasificar los verbos según los complementos verbales. En relación al peso de la semántica, la secuencia se orienta a remarcar que el verbo acepta, exige o rechaza los complementos según su base semántica prototípica y según también la dimensión pragmática del acto comunicativo, poniendo de relieve en algunos casos usos y sensibilidades dialectales diversos. Dan cuenta de este planteamiento las nociones de transitividad, subcategorización, valencia, argumento o periferia, en una concepción oracional que entenderemos en términos del “pequeño drama” al que hace referencia Tesnière (1959). Tal como expone Brucart (2000), quien determina el número de personajes (las valencias, la periferia) y el papel que tienen que hacer en la obra (su función argumental) es el predicado (en nuestro caso el verbal), siendo la función sintáctica el vestido que debe llevar cada personaje. La transitividad distinguiría entre argumentos y noargumentos: los primeros semánticamente y pragmáticamente vinculados al verbo, y manifestados con las marcas de CD, CI y CP; los segundos, más periféricos e identificados como CC. Así, un verbo puede seleccionar el complemento obligatoriamente (como por ejemplo *El chico lleva, El chico lleva un jersey (puesto), El chico lleva un regalo a Pedro), no legitimarlo (*El chico nació la vida) o admitirlo (con posibles modificaciones de significado: Escribe, Escribe un libro). La complementación verbal se presenta así como un fenómeno semánticamente y pragmáticamente motivado, diferenciado de la marca de caso con la que se manifiesta: la función sintáctica pertenecería a lo que conocemos como vertiente formal y arbitrario de la lengua, tal y como podemos visualizar en el contraste entre “gustar” y “to like” (una configuración semántica común puede traducirse en asignación diferente de casos). Varios autores consideran habitual la confusión en la enseñanza de la gramática entre procedimientos y objetivos y subrayan la necesidad de redimensionar la relación entre unos y otros (Brucart y Hernanz, 1987; Cuenca, 1992; Bosque, 1990; Castellà, 1994). Entre los primeros habría subrayados, paréntesis, bandejas, árboles “hacia arriba”, árboles “hacia abajo”, preguntas y respuestas, conmutación, etc; y entre los segundos encontraríamos el reflexionar sobre fenómenos diversos: la relación jerárquica y no lineal entre los elementos, la existencia de grupos de palabras fuertemente cohesionados, la posibilidad de que unos elementos y no otros puedan intercambiarse entre ellos, etc. El gráfico adoptado en esta secuencia tiene por finalidad la clasificación de los verbos según los complementos que llevan en frases concretas. El objetivo último, sin embargo, no es la simple clasificación de los verbos en función de su complementación sino que, clasificándolos, se observe el contexto oracional donde aparecen y se reflexione sobre el diverso grado de subcategorización de un verbo respecto de un complemento (Vilà, 1990). Para evitar la introducción de nuevos términos, se trabaja la noción de subcategorización a través de la terminología escolar tradicional, basada en las funciones gramaticales. Este instrumento quiere ayudar a visualizar el distinto comportamiento semántico que puede tener un verbo en relación a los complementos que lo acompañan, además de ayudar a los alumnos a tener una visión global de la complementación verbal. Parte de los dos 86 complementos típicamente ligados a los verbos transitivos y ditransitivos, el CD y el CI, tomándolos como variables, generando como hemos visto cuatro cuadrantes. La aplicación didáctica de este instrumento, pues, será la de clasificar los verbos en función de los complementos que lleven en su contexto de uso, poniendo de relieve el hecho de que el verbo no es una simple presencia no participante en la aparición del complemento y que éste se tiene que entender no aisladamente sino en relación a aquél. Nuestra propuesta escapa un poco (aunque es necesario no hacerlo del todo) de las frases “de laboratorio”, tal y como pasa cuando trabajamos con patrones oracionales fijos (verbo + complemento; verbo + complemento 1 + complemento 2, etc.). El repertorio de verbos y oraciones que ofrecemos al alumno puede ser más variado puesto que nuestro diagrama puede “absorber” una mayor diversidad de verbos: por ejemplo, tanto “correr” como “comer” son trabajados como verbos que pueden tener un comportamiento transitivo y otro absoluto, como es propio de los verbos de consunción (comer, beber...) o de creación (pintar, escribir...) (Rosselló, 2002). “Escribir” formaría parte de [+CD +CI] en la oración “Pedro escribió una carta a María” y de [–CD –CI] si queremos expresar el oficio o la afición (“Pedro escribe”) y aún de –CD+CI en un uso propio del oral como por ejemplo “Pedro escribió a Maria” (a pesar de que en español son más propios de este cuadrante verbos psicológicos como “gustar”, como sucede también en catalán). Como hemos dicho, el objetivo último no es tanto la clasificación por ella misma como la reflexión sobre el hecho de que el verbo puede seleccionar obligatoriamente el complemento, puede admitirlo o puede rehusarlo, y que los complementos tienen varios rasgos sintácticos. 3.2.2. Planificación y desarrollo de la secuencia La organización global de la secuencia consistió en tres fases y una presentación previa, tal como indica el guión entregado a los alumnos (Cuadro 3). Asimismo, en la pared del aula se colgó un mural con la temporización de la actividad a lo largo de tres semanas. Este guión se acompañaba de los objetivos que se pretendía conseguir: (1) Ver cómo los verbos se pueden clasificar en un gráfico a partir de las variables [+ CD] y [+ CI]; (2) Ver cómo estas variables explicitan la triple relación que el verbo mantiene con el complemento de aceptación, rechazo o exigencia; y (3) Aprender a reflexionar sobre la complementación verbal apelando a la propia intuición y observando el contexto oracional del verbo en la frase. Cuadro 3 FASE 1 (0) El gráfico: Presentación de la SDG (1) Preguntas (1.1) Análisis de las respuestas (1.2) Exposición de los resultados FASE 2 (2) La clasificación de los verbos (3) La postal gramatical (4) La evaluación por parejas (5) La prueba oral en grupo (6) La prueba escrita individual 87 INFORME FINAL (7) El informe final Diario de aprendizaje Seguidamente explicaremos el objetivo, la funcionalidad, el desarrollo y los resultados de cada una de las actividades en las que se organizó la secuencia, a partir del Cuadro 4: Cuandro 4 Actividades Intención Tipo Título Actividad previa, en pareja y en (0) El gráfico: actividad previa de pequeño y gran grupo, oral y Preparatoria clasificación escrita (1) Preguntas Evaluación inicial, en pareja y en (1.1) Análisis de las respuestas Teórica pequeño grupo, oral y escrita (1.2) Exposición dels los resultados del análisis Actividad de clasificación, en Práctica pareja y en gran grupo, oral y (2) La clasificación de los verbos escrita Resumen y esquema, individual (3) La postal gramatical De y en gran grupo, escrito recuperación Coevaluación en pareja, oral y (4) La evaluación por parejas metacognitiva escrita Evaluación sumativa, individual y (5) Prueba oral en grupo Final y de en pequeño grupo, oral y escrita (6) Prueba escrita individual síntesis (7) Cronología, explicación teórica y Informe final, individual y escrito opiniones Evaluación formativa, individual y (8) Diario de aprendizaje De seguimiento escrita (0) Presentación de la SDG y actividad de clasificación El primer día se hizo una explicación general de la secuencia gramatical que se desarrollaría en los días subsiguientes y se puso en relación con lo que se había trabajado hasta aquel momento en relación a los complementos verbales. Asimismo se hizo referencia al diario de aprendizaje que los alumnos tendrían que hacer regularmente los últimos diez minutos de algunas clases con el doble objetivo de grabar las actividades y de formalizar con una escritura reflexiva las impresiones que les causaban. Finalmente se propuso hacer una actividad inicial en la que había que clasificar en una cruz configurada con los valores [+CD y +CI] los verbos señalados en negrita y numerados de un breve diálogo, con el objetivo de explorar el instrumento que utilizarían a lo largo de la SDG. La actividad era la que se especifica al Cuadro 5: 88 Cuadro 5 Distribuye los verbos en negrita del siguiente textos en el gráfico de clasificación de verbos: - ¿Cómo te va la vida? - ¡Muy bien! Y tú, ¿a qué te dedicas? - Yo ahora canto (1), ¿tú todavía escribes (2)? - Sí, ahora estoy escribiendo (3) una novela policíaca. Además, me ocupo (4) de las traducciones de la editorial. - ¿Tienes (5) pareja? - Sí, aquél de allí es (6) mi compañero. - Y veo que estás (7) embarazada... - Sí, esperamos (8) un niño; nacerá (9) en julio. - ¡Me gustan (10) los niños! Os felicito, y… ¡ya os enviaré (11) un regalito! Esta actividad se realizó en pareja y pequeño grupo y el profesor iba asesorando aquellos alumnos que lo solicitaban. Se corrigió en la pizarra y en general se captó bastante bien la idea central del gráfico, que distribuía los usos de los verbos tal como se detalla en el Cuadro 6: Cuadro 6 +CD estaba escribendo (3) | enviaré (11) tienes (5) | esperamos (8) | | | -CI --------------------------------------------------------------+CI canto (1) | escribes (2) | gustan (10) es (6) | estás (7) | ocupo (4) | nacerá (9) | -CD (1) Preguntas Esta era la primera actividad de la Fase 1 y en pareja había que responder brevemente a un conjunto de preguntas sobre tres complementos (CD, CI, CP) y el Atributo, y tres tipos de verbos (transitivos usados en sentido absoluto como “escribir”, intransitivos puros como “nacer” y psicológicos del tipo “gustar”). En total, siete preguntas. El objetivo era activar el conocimiento, quizás disperso o intuitivo, que los alumnos tenían de estas cuestiones, y aportar una primera base de material para ser objeto de análisis y reflexión sobre conocimientos previos del grupo-clase y su zona de desarrollo próximo. Tanto los complementos como el atributo aparecían subrayados porque no se pretendía que los alumnos los localizaran sino que justificaran por qué lo eran, y los verbos se presentaban a la manera de pares mínimos en los que había 89 que justificar por qué un miembro del par era “problemático” o cuáles eran los diversos significados que tomaba el verbo (Cuadro 7). Cuadro 7 1) CD: a. Pedro tiró libros viejos b. La policía ha visto a Juan c. El hombre dice que él no lo ha hecho 5) Intransitivos puros: ¿Por qué de todas las frases de (a-f) las últimas son incorrectas? a. El niño nació ayer b. El niño nació sin problemas c. El niño nació en el hospital d. Justo a mediaoche nació el niño e. * El niño nació el nacimiento f. * La madre nació al niño No se esperaba que los alumnos fueran capaces de responder adecuadamente a estas preguntas. Ahora bien, ya habían trabajado con cierto detenimiento los cuatro complementos, y en cuanto a los verbos podíamos pensar que disponían de un cierto bagaje para razonar las cuestiones planteadas, aunque fuera a un nivel intuitivo. Efectivamente, las respuestas referidas a complementos y las referidas a verbos fueron parcialmente acertadas, si bien en general con respuestas bastante pobres. (2.1) Análisis de las respuestas A partir del análisis de las respuestas los alumnos divididos en siete grupos elaborarían dos documentos con la supervisión del profesor titulados respectivamente “Lo que la clase sabe de...” (un gráfico de barras sobre el conocimiento del grupo-clase sobre el CD, el CI…) y “Lo que todos tenemos que saber de...” (un conjunto de puntos relativos al objetivo de aprendizaje), actuando de manera cooperativa y lejos del espíritu evaluador convencional (en las hojas de las respuestas que analizaba cada grupo ni siquiera figuraba el nombre de las parejas). El profesor justificó la necesidad de elaborar el primer documento de la siguiente manera: “Las respuestas son pobres tomadas individualmente, pero ninguna de ellas va totalmente desencaminada: esto quiere decir que entre toda la clase se tiene un conocimiento bastante bueno de qué es, por ejemplo, un CD, si bien es un conocimiento disperso y mejorable”. La tarea de cada uno de los siete grupos sería la de reunir este conocimiento disperso y sistematizarlo con unos gráficos de barras donde las respuestas correctas irían de color verde, las irrelevantes de color negro y las incorrectas de color rojo. En cuanto al documento se pretendía que después de un primer momento de diagnóstico cada grupo elaborara un material de aprendizaje para el resto de la clase. Esta tarea ocupó tres sesiones, en las que algunos grupos tuvieron que trasladarse de aula; contar y apuntar las diversas respuestas; preparar unos gráficos de barras; discutir qué color había que usar para cada respuesta; 90 consultar tanto al profesor como material diverso; dibujar y pintar los gráficos; escribir un comentario de los resultados; realizar una lista de los puntos que todo el mundo tenía que aprender; y elaborar un mural con los dos documentos para exponerlos oralmente en la siguiente actividad. La mayoría de alumnos encontraron esta actividad muy entretenida porque trabajaban en grupo discutiendo y preguntando sobre las dudas que les iban surgiendo. (2.2) Exposición de los resultados del análisis Una vez cada grupo hubo elaborado su pequeño mural con los dos documentos realizados en la actividad anterior, se procedió a la exposición oral para el resto de la clase. Tanto esta actividad como la anterior calentaban motores para uno de los objetivos de la secuencia, el trabajo cooperativo, puesto que en esta actividad el trabajo global del grupo como colectivo era imprescindible para que cada cual pudiera avanzar en su conocimiento. Por otro lado, se quiso evitar un tipo de exposición magistral en el que cada grupo expone ante la clase: es muy fácil que las personas se distraigan o se cansen de escuchar. Por eso se procedió de una manera diferente, que ligara más con la dinámica cooperativa que se había seguido hasta el momento. Cada grupo se dividiría en dos partes: unos serían los ponentes y expondrían, los otros serían el público y escucharían. Los ponentes estarían repartidos alrededor del patio y el público iría pasando de base en base para recibir la explicación. Esto implicaba que los ponentes debían hacer la misma explicación breve seis veces, y el público tenía que pasar por las seis bases o grupos diferentes hasta completar toda la vuelta. Este formato de exposiciones simultáneas fue muy celebrado: bajar al patio, actuar los alumnos autónomamente moviéndose de grupo en grupo o quedándose en una base esperando al siguiente grupo de público, explicar y preguntar si se ha entendido o no la explicación, repartir las fotocopias de los resultados o llenar la ficha de evaluación, todo ello confirió a la exposición un carácter ágil y dinámico. En general las explicaciones contenían bastantes errores (ante los cuales el profesor no intervenía) o tenían lagunas que pocas veces (con alguna excepción) el público acertaba a detectar o a querer aclarar. Si bien algunos grupos (quizás porque ya estaban familiarizados con el ítem que les había tocado, como por ejemplo el complemento directo o atributo) podían explicar con una cierta seguridad, otros grupos (de ítems más difíciles, como por ejemplo el complemento preposicional o los verbos psicológicos como “gustar”) pasaban bastante por alto aspectos difíciles (como la pronominalización o el orden canónico) o se limitaban a decir que era de aquella manera porque el profesor así lo había dicho. (3) La clasificación de los verbos Esta actividad era el punto central de la secuencia. Debían colocarse en el gráfico [+CD +CI] todos los verbos de una lista de oraciones graduadas por dificultad creciente, algunas de las cuales seguían el orden canónico y otros contenían elementos dislocados (“Aquel hombre... médico?! No lo parece”) o valores no prototípics (como el dativo posesivo en “A Juan, jugando a hockey, un defensa contrario en pleno contraataque le rompió la mano de un golpe de stick”) (Cuadro 8). Esta actividad fue considerada fácil por algunos alumnos y difícil por otros, y algunos verbos se clasificaron en pareja y otros entre toda la clase. 91 Cuadro 8 Hoja 2 9) ¿En el ecologismo? Yo creo bastante en él 3 14) Escribe desde hace años 17) Le repugnan los ejercicios de gramática 18) Este verano ha crecido mucho 19) ¡¿Ese hombre... médico?! No lo parece… (4) La postal gramatical Llegados a este punto, los alumnos habían hecho una serie de actividades previas alrededor de los complementos, se habían especializado en unos ítems concretos y habían tenido que resolver la clasificación de los verbos de determinadas oraciones, siguiendo siempre un procedimiento de trabajo en pareja y en pequeño y gran grupo. La secuencia proponía ahora un alto para hacer un documento que visualizara de forma sintética aquello que había que retener. Este documento tenía que ser de medidas reducidas, una tarjeta con un formato parecido a las minigramáticas del esperanto que se plastificaría y que sería una herramienta de fácil consulta para el futuro. Colectivamente se llenó un gráfico con información diversa que se convertiría (debidamente corregida y pasada al ordenador) en una de las caras de la postal gramatical. En la otra cara habría una selección representativa de verbos trabajados ya clasificados y un pequeño recuadro con una explicación de este instrumento. Los alumnos realizaron este documento con bastante interés. (5) La evaluación en pareja Entre las Hojas 2 y 3 se propuso hacer una evaluación en pareja con el objetivo (común a la postal gramatical) de que todo el mundo se hiciera una representación clara de lo que tenían que haber aprendido. Los alumnos se encontraban en la situación de tener que verbalizar, en primer lugar, aquello que creían que debían haber aprendido, y, en segundo lugar, lo que opinaban de las explicaciones del compañero. Aunque algunas de las respuestas fueran bastante pobres y el alumno evaluador no se mostrara muy “exigente”, los alumnos se implicaron bastante en la actividad y la valoraron como positiva y “diferente”. (6) Prueba oral en grupo En grupo y consultando, si se quería, la postal gramatical, había que ir respondiendo a una batería de actividades consistentes en el contraste entre oraciones y funciones sintácticas (por ejemplo Me han molestado esas fotos vs Me han enviado esas fotos) o consistentes en la reflexión sobre determinados verbos (por ejemplo “robar” y la naturaleza posesiva del dativo). En general se puede decir que los alumnos se esfuerzan en justificar el porqué de las cosas 3 Frase original en catalán. En catalán el compemento de régimen dislocado debe recuperarse en la oración principal con un pronombre átono (“en” o “hi”), un procedimiento inexistente en castellano. 92 que dicen, y si bien se equivocan constantemente también llegan a tener intuiciones bastante buenas (cf más abajo las referencias a la interacción en pequeño grupo) que en algunos casos se desarrollan con el recurso al gráfico clasificatorio proporcionado. (7) Prueba escrita individual Esta prueba era muy parecida a la oral, con una batería de preguntas en las que debían localizar, clasificar, explicar y justificar una serie de cuestiones estrechamente relacionadas con lo que se había tratado a lo largo de la secuencia (Cuadro 9). Cuadro 9 Justifica, de la siguiente tabla: (3 puntos) - Por qué los verbos en negrita pueden ir en el lugar indicado - Por qué los verbos en cursiva no pueden ir en el lugar indicado Ver [+CD -CI], pintar [+CD +CI], pintar [-CD -CI], repugnar [-CD +CI] Hablar de [+CD -CI], nacer [+CD -CI], arreglar [-CD -CI], comprar [-CD +CI] -Si el verbo escribir podría o no ser incluido en algún caso en el cuadrante [-CD +CI] (8) Informe final Con una atividad de redacción se cerraría un trabajo que había insistido sobre todo en la oralidad. Así como la postal gramatical constituía una recuperación y sistematización de las nociones más relevantes, el informe tenía que ser un gran resumen de lo que los alumnos habían hecho a lo largo de toda la secuencia. Asimismo, había que expresar abiertamente las opiniones que les merecía la experiencia realizada y también incluir una explicación teórica de lo que se había estudiado. Se puede decir que el informe tiene tres grandes apartados: el de opinión, el de compilación de los documentos empleados y elaborados, y el de explicación. Sin duda es este último el más difícil, entre otras cosas porque los alumnos no están nada avezados a escribir sobre gramática. La consigna fue muy abierta y en general las explicaciones fueron muy superficiales: algunas explicaciones no pasan de hacer una referencia general a los cuatro valores combinados del gráfico empleado, y la cronología no es muy exhaustiva, con algunos olvidos o cambios de orden. Aún así fue una actividad muy valiosa porque ponía al alumno, como hemos dicho, en una situación bastante nueva en la que escribir sobre gramática, y a pesar de todo y con esfuerzo consiguen esbozar las ideas trabajadas. (9) Diario de aprendizaje Como hemos dicho, se pidió a los alumnos que a lo largo de la secuencia llevaran un pequeño registro de lo que iban realizando y las opiniones que les merecía. La casuística de lo que queda escrito en estos textos (así como en el diario del profesor) es compleja e interesante. A algunos alumnos les pareció 93 que habían aprendido mucho (independientemente de la nota en las pruebas) y en general había una percepción bastante positiva de las actividades realizadas, principalmente porque habían sido muy diversas y trabajadas de manera interactiva, y lo contraponían a la manera “tradicional” siguiendo las consignas del libro y del profesor. También algunos alumnos pensaban que el gráfico les había ayudado a elaborar una visión más global de la complementación verbal y que hablar en la resolución de problemas, y hacerlo colectivamente, también les había ayudado a clarificar ideas (aunque estas ideas fueran muy básicas y expresadas con un metalenguaje impreciso). Finalmente, había alumnos que decían que hablar les provocaba más dudas que certezas, pero esto también puede ser visto como indicio de aprendizaje. 3.1.1. Resultados y cuestiones que surgen En la secuencia que acabamos de describir, y en relación al oral, los alumnos trabajaron en pequeño grupo de una manera muy intensa: sistematizando los datos recogidos, preparando la exposición de resultados, elaborando el documento de consulta, clasificando los verbos, o dialogando en la prueba oral final y en la evaluación por parejas. Si bien no se hizo un trabajo explícito sobre las normas básicas del habla exploratoria el proyecto sí preveía varios momentos para reflexionar sobre la importancia de una interacción verdaderamente colaborativa en el seno de cada grupo, orientada en algunos momentos a una cuestión práctica: sólo respetando unas determinadas condiciones las grabaciones en audio serían inteligibles. A continuación presentamos una serie de conversaciones en las que el habla exploratoria toma formas diferentes. Algunas son generadas en el seno de la secuencia que estamos describiendo y otras corresponden a una prueba piloto. Esta exploración previa nos permitió constatar el potencial que la discusión en pequeño grupo tiene para la reflexión metalingüística y, en último término, para el aprendizaje gramatical. En el ejemplo del Cuadro 10 los alumnos tenían que discernir entre el diferente comportamiento de los verbos “enviar” y “molestar” en cuanto a los complementos. Efectivamente, el primero es un verbo transitivo típico con dos complementos que expresarían las ideas de tema y meta, que reciben los casos de acusativo y dativo respectivamente; el segundo, en cambio, es un verbo muy peculiar en catalán y también en castellano, puesto que asigna caso dativo al experimentador (que en verbos como “aimer” o “to like” recibe el caso nominativo) y pospone el sujeto (una posición típica de caso acusativo en las lenguas románicas). Cuadro 10 Me han enviado esas fotos vs Me han molestado esas fotos 1. G.: le tiemblan las piernas | eso es como le tiemblan las piernas | la eme es lo que hace función de complemento indirecto y aquellas fotos hace función de sujeto | porque si cambias el verbo me molesta cambia también me molesta esa foto 2. C.: l eme XXX 3. G.: no, la eme es del complemento indirecto | es como el le de le tiemblan las piernas || cuarto cuadrante 94 G. hace una analogía con otro verbo, “temblar”, que tiene un comportamiento como el de “molestar”, y parece que esto la ayuda a observar a través de la prueba de la concordancia que el elemento pospuesto no es el complemento directo sino el sujeto. También por analogía establece que el pronombre inicial es complemento indirecto y no sujeto y acaba clasificando el verbo en el cuadrante correcto. Es un ejemplo que a primera vista carece propiamente de interacción pues más bien encontramos “pensamiento en voz alta”. Una suposición sería que la alumna encuentra en la propia habla una ayuda para establecer la analogía entre los dos verbos mencionados. Justo es decir que “molestar” tiene un doble comportamiento estativo y causativo pero esto no afecta el razonamiento de la alumna. Podríamos decir que el fragmento siguiente (Cuadro 11), de la secuencia que estamos describiendo, es muy parecida al que acabamos de ver. Cuadro 11 El gat caza al ratón vs Le gustan los pasteles de chocolate 37. Albert: porque en una frase está en singular y a la otra en plural 38. Dalmau: porque si la pones en plural la (a) sonaría mal || el gato cazan al ratón | y en la (b) los gatos caza al ratón ||| le gusta la tarta de chocolate | Le gustan las tartas de chocolate || le no está en plural porque le es un complemento indirecto | porque | la estructura de los XX de los verbos intransi ay de los verbos || psicológicos es complemento indirecto verbos y sujeto y y y | y lo que cambiaaa | y los complementos no tienen que concordar en género y número con el verbo y el sujeto bueno | con el sujeto A pesar de que Albert no interviene de forma activa en el razonamiento del compañero sí lo hace de una forma pasiva: podríamos interpretar que es el formato de conversación lo que suscita una reflexión que como en el caso anterior parece pensamiento en voz alta. En él se dan varias operaciones, como por ejemplo la investigación de un patrón oracional (como en el caso anterior) y la definición aprendida de memoria, cuando habla en términos de “concordar en género y número con el verbo”. Un ejemplo de habla bastante colaborativa es el siguiente (Cuadro 12), en el que los alumnos no reflexionan sobre ninguna frase sino que tienen que determinar a qué cuadrante del gráfico colocan el verbo “enviar”. Un alumno lo coloca en el cuadrante con dativo y el otro, en el cuadrante con acusativo y dativo. Dos aspectos podemos remarcar de ello: en primer lugar, para argumentar las respectivas posiciones cada alumno aporta un ejemplo que efectivamente responde a su intuición; en segundo lugar, no se dan cuenta que los dos tienen razón. A pesar de que hay más interacción que en el ejemplo anterior la última intervención indica que no se llega a producir una coincidencia. Cuadro 12 ¿Dónde colocarías el verbo enviar? 95 1. G.: menos complement indirecto 2. C.: pero enviar sempre lleva complemento indirecto 3. G.: mira enviaron esas fotos XX está bien | iría aquí 4. C.: no 5. G.: lleva complemento directo | aquí está el verbo XX 6. C.: pon que no se puede porque tiene que llevar complemento indirecto | [al profesor] ¿dónde lo ponemos éste | ¿dónde? ¡eo! 7. XXX 8. C.: debería ir aquí | porque tiene complemento directo e indirecto | el verbo enviar debería ir en el cuadrante de arriba a la derecha porque tiene complemento directo e indirecto | ejemplo me han enviado esas fotos me es el complemento indirecto y esas fotos el directo En el fragmento siguiente (Cuadro 13) los alumnos discuten si “vivir” puede llevar o no CD y piensan en términos del instrumento de clasificación verbal. Contrariamente al ejemplo precedente, se trata de una muestra en la que la interacción lleva a uno de los participantes, Dalmau, a asumir a través del razonamiento colectivo la solución construida colaborativamente: Cuadro 13 154. Damià: sí pero es que es una chorrada decir ¿qué vives? | la vida 155. Domènec: ¿y? | pero se una frase 156. Damià: ¿qué vives? la vida [sic] 157. Albert: pero puedes decir otra cosa que la vida 158. Dalmau: nooo | ¿yo vivo el mundo? 159. Domènec: yo vivo el fútbol [sic] 160. David: ||| sí 161. Ramón: yo vivo el baloncesto 162. Dalmau: iría a más complemento directo || En el Cuadro 14, sobre “enviar” y a diferencia del diálogo anterior, los alumnos llegan a un acuerdo en relación al doble comportamiento de este verbo. La interacción es más dinámica y parece que por ello la alumna S., en el intercambio 9, se atreva a pensar en voz alta para probar si el verbo “enviar” puede actualizarse con dativo pero sin acusativo. En el ejemplo que propone aparece la forma fonética [li], que en catalán (la lengua original del diálogo) central equivale a dos formas homófonas: li-dativo (en castellano “le”) y l’hiacusativo/dativo (en castellano “se la”). Parece que la alumna “siente” que esta forma aglutina tanto el acusativo como el dativo porque desestima acertadamente que “enviar” pueda expresar el destinatario pero no aquello que se envía. Se trata, sin embargo, de un momento muy fugaz que no llega a cristalizar en un razonamiento consciente por parte de ningún miembro del grupo. Cuadro 14 ¿Dónde colocarías el verb enviar? 96 1. G.: enviar || enviar 2. S.: ¿aquí qué va? complement directo e indirecto 3. A.: no | directo y no indirecto 4. S.: no | porque no es enviar | yo envié una carta a María 5. G.: y no importa a quién | envié una carta 6. S.: por eso | enviar lleva indirecto | ¿a quién? a María 7. G.: pero no hace falta decirlo 8. A: yo envié una carta | no hace falta el quién 9. S.: puede | pero también puede | y sin el directo también puede ir || le envié | no | no | [ríen] 10. S.: no va es un XXX [ríen] | no nada | puede ir en dos sitios 11. A.: puede ir ||| sí 12. G.: sí Finalmente, en el Cuadro 15 se tiene que discutir si “robar” puede actualizarse con un acusativo y un dativo. Una alumna usa la expresión “no suena bien” para indicar que de acuerdo con su intuición gramatical la frase que ella misma ha propuesto no es correcta. Sin embargo sí lo es y la alumna se encuentra en una contradicción. Un razonamiento podría ser como sigue: el dativo que expresa el verbo “robar” no corresponde al prototipo de dativo-meta, sino que se trata de un dativo-posesivo. Parece que las dos intervenciones finales busquen desencallar el razonamiento. En primer lugar, la alumna C. hace una analogía con el complemento circunstancial de lugar, que no equivale al complemento indirecto pero que en catalán puede empezar también por “a”. En segundo lugar, la alumna A. dice que sí “suena bien”. Efectivamente, es una frase que probablemente les suena bien a las tres alumnas pero a la hora de razonar el valor de este complemento se generan dudas por el hecho de que “robar” expresa un dativo no prototípico. Cuadro 16 El verbo robar tiene siempre el comportamiento [+CD +CI]? 1. M.: y éste no puede ir porque | robó un cuadro | a Pedro |||| 2. C.: no | robó un cuadro 3. M.: |||| no suena bien 4. C.: en casa de Juan 5. A.: hombre sonar bien sí suena bien | a ver puede ser | robó Como hemos visto se trata de diálogos muy ricos en los que más allá de los errores y a menudo sin que nadie acabe de redondear los razonamientos apuntados, los alumnos se esfuerzan por aclarar los problemas planteados, “se sueltan” e “intuyen cosas”, opinando y estableciendo analogías. La situación de conversación nos proporciona, pues, datos muy valiosos sobre las intuiciones, los problemas y el comportamiento de los alumnos en el seno de la interacción. El análisis de otros diálogos parecidos en Fontich (2006) remarca que en las conversaciones no aparecen referencias explícitas a dos contenidos clave de la secuencia: la operación de clasificación de verbos y la triple relación de aceptación, exigencia o rechazo del verbo en relación al complemento. Sin embargo sí podemos interpretar que algunos razonamientos se apoyan implícitamente en estos contenidos. El diálogo siguiente podría ser ejemplo de diálogo cooperativo en el que parece claro que las opciones 97 finalmente aceptadas por el grupo son fruto de una operación implícita de clasificación del verbo según los complementos. Se trata de un ejemplo de construcción conjunta del razonamiento. En este caso (Cuadro 16) los alumnos discuten sobre el verbo “consistir”. Dalmau explora el contorno argumental del verbo y añade un CD; después conjuga erróneamente el verbo en primera persona del singular, de la cual este verbo es defectivo. En los dos casos, es Domènec quien va guiando a Dalmau en su tanteo: en un primer momento especifica que este verbo exige CP, después recurre a la fórmula “verbo + preposición” y finalmente pone un ejemplo. Dalmau va “tomando nota” y al final es él quien interviene en el equívoco provocado por la pregunta de Damià al verbo: tal como está formulada debería responderse con el sujeto. En catalán, si se quiere responder con el CP, la pregunta tendría que incluir obligatoriamente la preposición, pero esto último ya no es posible porque un último turno da el diálogo por acabado. Cuadro 16 173. Damià: vale | ya está || a ver consistir 174. Dalmau: ¿consistir qué sería? | pues 175. Domènec: siempre lleva complemento preposicional 176. Dalmau: consistir alguna cosa 177. Ramón: XX 178. Domènec: es consistir en 179. Dalmau: yo consisto || en llevar 180. Domènec: el juego consiste en chutar la pelota 181. Ramón: y que entre en la portería 182. Albert: consiste 183. Ramón: complemento directo 184. Domènec: no 185. Albert: fijo 186. Domènec: es preposicional || el juego consiste | en | chutar la pelota 187. Dalmau: es preposicional || menos CI menos CD 188. Damià: porque siempre es consiste en 189. Dalmau: no tiene directo y no tiene indirecto 190. Ramón: ¿qué preguntas? 191. Damià: sí || puede tener directo 192. Albert: ¡toma! 193. Damià: el juego || consiste en chutar la pelota | ¿qué consiste en chutar la pelota? 194. Dalmau: el juego sería sujeto 195. Albert: ¡eh, que queda llamar! Asimismo en el siguiente diálogo se aprecian dos estrategias: la pronominalización y el recurso a verbos modelo. El recurso a la pronominalización pone sobre la mesa que la intuición gramatical del alumno no siempre recubre los mecanismos de la lengua normativa estándar: algunos de los alumnos observados en el diálogo tienen problemas con los pronombres en catalán de complemento directo indefinido “en” (en castellano “lo, la, de ello”) y de complemento de régimen “hi” (inexistente en castellano). En estos casos, no es fácil para el aprendiz aproximarse al fenómeno a partir de un razonamiento inductivo puesto que el alumno no siente como parte de su idiolecto el elemento gramatical analizado, y recurre a la pronominalización incorrectamente sin percibirlo. A pesar de que se trata de pronombres 98 intraducibles al castellano, el resultado sería algo así como lo siguiente. En cuanto al complemento directo indefinido: “[De política], tots en parlaven” [De política,] Todos *la hablaban – Todos hablaban de ella; en cuanto al complemento de régimen: “Segons diu, George Bush hi creu [en Déu]” Según dice, George Bush *lo cree [en Dios] – cree en Él. Los alumnos en su tanteo también recurren a proformas propias de la lengua hablada en catalán coloquial como *lis o *elzi (Cuadros 17 y 18), que aglutinan varios valores, como la combinación acusativo y dativo. Cuadro 17 29. Dalmau: ¿a quién envía la carta? 30. Albert: ¿a quién? preguntamos ¿a quién? 31. Dalmau: Joan regala un libro a sus primas | también se puede substituir por | en esta frase también se puede pusbtituir por el pronombre | Joan “lis” les regala | “li” le regala un llibro || 32. Albert: no queda bien | XX 33. Dalmau: no || Joan “elzi” les regala un libro | ahora sí | Joan “elzi” les regala un libro | a sus primas | XX | “elzi” les sería a sus primas Cuadro 18 64. Dalmau: eeeeeh | el complemento | el complemento preposicional es el que tiene | va precedido de una preposición | hablaban | de política || de es una preposición | entonces de política es el complemento preposicional | 65. Albert: y es eso | ya está 66. Dalmau: me acuerdo de que también se podía substituir por un pronombre | que era todos la hablaban ooo | algo así | era ||| ¿tú te acuerdas? 67. Albert: no 68. Dalmau: según dice, George Bush cree en Dios | según dice George Bush *en cree | sería como | como un pronombre | los puede substituir Por otro lado, y como ya veíamos más arriba, la referencia a verbos modelo aparece como una estrategia útil para activar conocimiento gramatical, tal y como se puede observar en el siguiente diálogo (Cuadro 20), en el que la imposibilidad del verbo “nacer” para aceptar el CD debido a su intransitividad se relaciona a través de la analogía con el patrón oracional transitivo y con un verbo que encaja en él: “parir”. Cuadro 20 88. Àlex: y las incorrectas son el niño nació el nacimiento y la madre nació al niño 89. David: las dos últimas serían incorrectas porque nacer | es | un verbo intranstivo puro | y los verbos intranstivos puros no admiten complemento directo | el niño nació ayer | ayer no es | no es complemento directo | no haría función de complemento directo sería complemento circunstancial | pero el niño nació el nacimiento o | la madre nació al niño | la madre nació al niño | al niño sí que sería complemento directo pero no | no se puede hacer 90. Àlex: no tiene sentido 91. David: en todo caso sería la madre parió al niño 99 En el trabajo mencionado de Fontich (2006) se considera que una nueva implementación de la secuencia tendría que perseguir una mayor capacidad de los alumnos para explicitar la relación del verbo con los complementos, considerando que esto sería indicio de un mayor grado de aprendizaje. Plantea dos posibles vías para conseguir esto: la elaboración de un descriptor y la ampliación del foco de atención oracional también al sujeto. En cuanto al descriptor, plantea la necesidad de traducir los objetivos de la secuencia a comportamientos observables del tipo “Contrastan los usos del verbo con varios complementos” o “Hacen referencia al gráfico clasificatorio”. En cuanto al concepto de oración, propone un planteamiento de tipo léxico en el que el sujeto y los complementos se consideren argumentos con una diversa relación con el predicado verbal. Esta última idea es desarrollada en la secuencia objeto del presente estudio, que persigue también desarrollar un instrumento de análisis más fino de los diálogos, que permita ir más allá de una visión impresionista y atomizada de los procesos de construcción del saber metalingüístico en la interacción oral (Fontich, 2011a). 3.1. RESUMEN En este capítulo hemos hecho referencia al término “gramática” y a las razones para su estudio. Este término se caracterizaría por una primera gran distinción: la gramática interna (el conocimiento inconsciente que cualquier hablante tiene de la lengua) y la gramática externa (el estudio explícito que hace el lingüista, dentro del cual encontraríamos las formalizaciones de la gramática escolar). En cuanto a su enseñanza, las posiciones contrarias y favorables a atribuir un rol activo a la gramática en el aprendizaje de lenguas han fluctuado a lo largo de la historia reciente. La conclusión actual es que la relación entre gramática y uso de la lengua no es directa pero sí de una gran importancia. Sería posible bajo determinadas condiciones, que afectarían a distintos aspectos (objetivos de la instrucción gramatical, transposición didáctica, terminología, etc.) y reclamaría un modelo de intervención para integrarlas. Hemos expuesto que el modelo de intervención será para nosotros el de Secuencia Didáctica de Gramática (SDG), que significa la superación de una visión puramente transmisiva de la enseñanza gramatical, la consideración del papel activo y constructivo del aprendiz, y la necesidad de aproximaciones holísticas más allá de la tarea aislada y puntual. Este modelo persigue una enseñanza basada en una interacción rica, que permita una diversidad en las oportunidades de aprendizaje y la posibilidad de participación de aprendices con habilidades diversas. Hemos visto que el modelo se caracteriza por varios rasgos (tres submodelos de intervención, organización en tres fases, etc.) y hemos descrito algunos ejemplos de experiencias desarrolladas en el aula. La idea de partida de las secuencias orientadas al estudio del sistema gramatical es que el código puede ser objeto interesante de exploración si se prevén situaciones en las que el alumno se implique activamente en la construcción del saber objeto de aprendizaje, a partir del trabajo colaborativo y la interacción y una aproximación a la gramática que tenga en cuenta los usos lingüísticos. 100 Hemos visto cómo además de ser un modelo para la enseñanza y el aprendizaje también lo es para la investigación sobre cómo construyen los escolares el razonamiento gramatical y sobre qué elementos inciden en este proceso. Éste es el escenario de la secuencia objeto de exploración en el presente trabajo, que tiene un antecedente, una secuencia titulada “La clasificación de los verbos según los complementos verbales”. En ella los alumnos debían completar varias actividades alrededor de verbos y complementos a partir de la noción de transitividad y empleando un instrumento gráfico clasificatorio basado en los polos [+CD +CI]. La secuencia estaba orientada a remarcar que el verbo acepta, exige o rechaza los complementos según su base semántica prototípica y según también la dimensión pragmática del acto comunicativo. Las conversaciones desencadenadas en pequeño grupo mostraban el potencial que la discusión tiene para la reflexión metalingüística y, en último término, para el aprendizaje gramatical. Como hemos visto se trata de diálogos muy ricos en los que, más allá de los errores y a menudo sin que las intuiciones acaben cristalizando en razonamientos plenamente articulados, los alumnos se esfuerzan en aclarar los problemas planteados, “se sueltan” e “intuyen cosas”, opinando y estableciendo analogías, y haciéndolo en algunos casos de forma claramente colaborativa. El estudio remarca la necesidad de explorar maneras de desarrollar en el aula la perspectiva léxica sobre la oración, así como instrumentos para explorar la interacción oral, unas ideas retomadas en la secuencia objeto del presente estudio. 101 102 PARTE II. LA INVESTIGACIÓN EMPÍRICA 103 104 4. OBJETIVOS Y PREGUNTAS DE INVESTIGACIÓN En este apartado presentamos los objetivos de nuestra investigación y las preguntas que se derivan de ellos. En primer lugar presentamos cada uno de los tres objetivos del trabajo a partir de una síntesis del marco teórico expuesto anteriormente. En segundo lugar identificamos las preguntas generales y las preguntas especificas en las que se concretan. 4.1. OBJETIVOS DE LA INVESTIGACIÓN El presente trabajo es una contribución a la elaboración de un nuevo modelo de enseñanza y aprendizaje de la gramática y se plantea tres objetivos: validar un modelo de enseñanza y aprendizaje de la gramática, saber cómo se construye el conocimiento gramatical en acción, y poner este proceso de construcción en relación al modelo de Secuencia Didáctica adoptado. En primer lugar, nuestra intención es saber de qué manera podemos crear para la enseñanza y el aprendizaje de la gramática un contexto rico que estimule a los alumnos y los implique en las tareas propuestas. En segundo lugar, queremos establecer las condiciones metodológicas de una investigación de los procesos de enseñanza y aprendizaje gramatical en situación natural de aula. En tercer lugar, queremos indagar en el proceso de aprendizaje gramatical en situación de interacción en pequeño grupo. En el primer capítulo hemos caracterizado el modelo sociocultural de enseñanza y aprendizaje y hemos expuesto las nociones de contexto escolar, andamiaje, conocimiento de principios y habla exploratoria. En este modelo el contexto responde a una concepción del aprendiz como agente activo que construye colaborativamente con los demás su conocimiento y que lo hace a través del lenguaje como instrumento mediador. Hemos expuesto cómo estas ayudas condicionan un tipo de diseño de intervención, en relación a cuestiones como por ejemplo explicitar claramente a los alumnos los objetivos y contenidos objeto de aprendizaje, o velar por una planificación inicial contingente respecto del desarrollo de la secuencia. La investigación ha explorado cómo estas ayudas son interiorizadas por los propios alumnos en su interacción oral. Debemos explorar cuáles pueden ser las medidas en el aula para una interacción efectiva en pequeño grupo no directamente controlada por el profesor. En el segundo capítulo nos hemos centrado en el estudio de los conceptos gramaticales de los escolares y hemos abordado como puntos importantes la relación entre uso de la lengua y reflexión sobre el sistema gramatical, así como los conceptos gramaticales de los escolares. El presente estudio se sitúa en una tesitura diferente de la investigación mayoritaria sobre conceptos gramaticales de los escolares llevada a cabo hasta el momento, puesto que el escenario no es la entrevista semiestructurada entre investigador e informante fuera del aula para explorar los procesos de construcción de conocimiento sino cómo estos procesos se desarrollan en un contexto natural de aula. Este contexto puede ser mediado por el profesor pero como ya hemos expuesto nuestro interés se centrará en el proceso de aprendizaje gestionado por los grupos sin el concurso directo del docente. 105 En el tercer capítulo, sobre la enseñanza y aprendizaje de la gramática en la escuela, hemos abordado la fundamentación léxica de la oración, la participación y experimentación para un conocimiento gramatical más elaborado, y el criterio de elementalidad. Nuestra intención es validar el conjunto de medidas arbitradas por el docente a partir de un modelo de intervención, el de Secuencia Didáctica de Gramática (SDG). Un primera idea de partida es la necesidad de adoptar una perspectiva léxica para el estudio de las nociones gramaticales, por la necesidad de redimensionar la relación que hay entre la gramática para la escuela y los modelos lingüísticos de referencia, asumiendo que la escuela tiene que desarrollar planteamientos que ayuden al alumno a articular su reflexión metalingüística. Queremos saber si una perspectiva léxica puede ser útil en una situación natural de aula. Una segunda idea de partida es que este enfoque puede promover una mayor reflexión por parte del alumno, pero que esto también depende de la creación y participación en entornos ricos y versátiles. Estos entornos contribuirían a la construcción de conocimiento gramatical diverso y permetirían la participación de alumnos con capacidades también diversas. Una tercera idea de partida es la asunción que la lógica de la materia no se corresponde con la lógica del aprendizaje. Queremos saber si podemos establecer una relación entre el desarrollo de la secuencia y la organización de la materia, de tal manera que se vaya complexificando un núcleo inicial de nociones elementales. Los estudios llevados a cabo hasta el momento no delimitan una metodología de estudio de la enseñanza y aprendizaje en situación natural de aula que integre los procesos dinámicos desencadenados y la construcción de los conceptos gramaticales de los escolares. Una de las necesidades planteadas es explorar el proceso de enseñanza y aprendizaje desencadenado en la interacción entre estudiantes en el contexto del nuevo programa. Así, el diseño de intervención no es concebido como un modelo para el estudio experimental o como un marco estable para la interpretación posterior, sino como un contexto para la intervención que abrirá al investigador espacios para la investigación entendida como una evaluación orientada a entender y mejorar los procesos desencadenados. En cuanto a la metodología nuestra intención es dar cuenta de los efectos del modelo de intervención de reflexión-acción adoptado por el docente y desarrollar un modelo de análisis de la interacción verbal. Se trata de dos aspectos complementarios en un tipo de investigación que no es estrictamente praxeológica y que parte de la práctica para elaborar y afinar unos planteamientos teóricos que tendrán incidencia en la práctica. En cuanto al modelo de análisis de las interacciones orales, tiene que dar cuenta a la vez de la capacidad de los alumnos de construir un discurso exploratorio argumentativo y de la relación que este discurso tiene con el desarrollo y la transformación del contenido metalingüístico. 4.2. PREGUNTAS DE INVESTIGACIÓN A continuación presentamos las preguntas de investigación. En total formulamos cuatro preguntas de investigación generales cada una de las cuales se concreta en varias preguntas específicas. Estos interrogantes hacen referencia a los tres polos del triángulo didáctico: el modelo de enseñanza y aprendizaje adoptado, la construcción del conocimiento gramatical, y el objeto 106 gramatical. También a la metodología de estudio de los procesos de enseñanza y aprendizaje gramatical. 1. ¿Cuáles son las características que una secuencia didáctica debe reunir para favorecer la reflexión de los alumnos? 1.1. ¿Cómo podemos crear un contexto rico y estimulante para el aprendizaje de la gramática? 1.2. ¿Qué influjo tiene el macrocontexto del diseño de la secuencia sobre el microcontexto de las interacciones en pequeño grupo? 1.3. ¿Cuál tiene que ser el rol del profesor a la hora de desarrollar procesos de andamiaje que promuevan la autonomía del alumno? 1.4. ¿Qué espacio tiene que ocupar en estos procesos el habla exploratoria? 2. ¿Cómo construyen los alumnos su conocimiento gramatical en el seno de una secuencia orientada al estudio del sistema? 2.1. ¿Qué aproximación podemos hacer al sistema gramatical para que no quede totalmente desligado de los usos de la lengua? 2.2. ¿Cómo son los conceptos gramaticales de los escolares? 2.3. ¿Cómo es la actividad metalingüística desarrollada en la interacción en pequeño grupo y que lleva a elaborar estos conceptos? 3. ¿Cómo se pueden trabajar las nociones gramaticales según el modelo de la Secuencia Didáctica de Gramática? 3.1. ¿Cómo podemos abordar las nociones oracionales básicas para abrir la puerta a un aprendizaje de la gramática centrado en la reflexión y superar una visión mecanicista y eminentemente memorística de este aprendizaje? 3.2. ¿En qué medida una secuencia de actividades que promueve la manipulación del material lingüístico permite al alumno avanzar en su aprendizaje gramatical? 3.3. ¿Cómo se puede presentar el material objeto de enseñanza y aprendizaje para que su necesaria simplificación no constituya en realidad un obstáculo para el aprendizaje? 4. ¿Cómo podemos dar cuenta metodológicamente del estudio de los procesos de aprendizaje? 4.1. ¿Cómo analizar la dinámica de desarrollo de una Secuencia Didáctica en la que el investigador es a la vez profesor? 4.2. ¿Qué incidencia tiene este modelo en el conjunto de la actividad de los alumnos? 4.3. ¿Cómo tiene que ser un modelo de análisis que dé cuenta de los procesos argumentativos desencadenados en la interacción en pequeño grupo y centrados en la solución de problemas gramaticales? 107 5. METODOLOGÍA En este apartado nos centraremos en la metodología que hemos seguido. En primer lugar, haremos unas consideraciones sobre la naturaleza de nuestro estudio. En segundo lugar, describiremos la intervención llevada a cabo, tanto en relación a las opciones teóricas tomadas sobre los contenidos de enseñanza / aprendizaje como en relación al diseño de la intervención. En tercer lugar, presentaremos dos modelos de análisis de la interacción oral en pequeño grupo que nos han servido para elaborar nuestro modelo, y describiremos con detalle cada una de las unidades de análisis y de las categorías que proponemos. En cuarto lugar, caracterizaremos los datos recogidos que serán objeto de análisis posterior. Un resumen final sintetizará las ideas expuestas. 5.1. MARCO GENERAL La presente investigación constituye un estudio de caso sobre la actividad metalingüística de unos escolares en una situación natural de aula. En este tipo de estudio el análisis de los datos sólo puede hacerse teniendo en cuenta el contexto en el que estos datos se han producido puesto que los contextos pueden ser de una gran diversidad. El estudio de situaciones reales de enseñanza y aprendizaje constituye una condición básica de este tipo de investigación puesto que en último término el objetivo es crear un marco teórico que fundamente un modelo de intervención. Como ya hemos indicado, para Cambra (2003) estos estudios se caracterizan por su naturaleza participante y etnográfica en la recogida de datos (grabaciones, registros narrativos, entrevistas...), y Coll y Solé (1990) remarcan, además, el rechazo que muestran a los principios positivistas sobre la naturaleza del saber y la adopción de un punto de vista émico en el análisis de estos datos (y no externo a partir de una categorización previa), la tendencia a desarrollar análisis cualitativos aunque sin descartar los procedimientos cuantitativos, y el foco de atención en el discurso generado en la interacción entre profesores y alumnos, entendiendo este discurso y esta interacción como piezas clave del proceso de enseñanza y aprendizaje. Se trata, pues, de estudios que adoptan postulados socioculturales y defienden un procedimiento de observación interpretativa para dar cuenta del discurso en el aula como medio para construir el saber, considerando que el conocimiento no se puede referir nunca a una frase o a una estructura aislada, sino que depende de las acciones e interpretaciones de los participantes en el curso de la conversación: los significados, además de no ser entidades estáticas, nacerían en la interacción y a la vez modularían esta interacción (Cubero et al 2008). Como ya hemos apuntado, la intención de trabajar sobre datos surgidos de situaciones naturales de aula responde, en el marco de la investigación en didáctica, al objetivo de comprender los procesos que se dan en el seno de estas situaciones y aportar respuestas a los retos que estos procesos plantean (Bronckart, 1989; Bronckart y Schneuwly, 1991). Pretende en definitiva explicar las complejas relaciones que se establecen en el triángulo didáctico, basculando de la práctica a la teoría para volver a la práctica, lejos de una 108 estricta dimensión praxeológica. Si el objetivo es conocer y “pensar” la práctica nos hará falta una apertura de las modalidades de investigación que sobrepase la dicotomía de estudios cualitativos-cuantitativos y que pueda dar respuesta de una manera más afinada a la complejidad de los procesos de enseñanza y aprendizaje. De esta aproximación diversa al objeto de estudio se desprende que los instrumentos para conocer la realidad de la enseñanza y el aprendizaje de lenguas pueden ser variados y complementarios. En este sentido Hillocks (2005) considera falsa la dicotomía cuantitativo-cualitativo: después de hacer un repaso a la noción de realidad que se desprende de cada una de ellas y describir la expresión lingüística argumentativa de estos estudios, muestra la necesaria complementariedad de las dos perspectivas, remitiéndose a estudios cuantitativos que implícitamente se sitúan en la tesitura interpretativa (con un lenguaje muy modalizado, por ejemplo) y a estudios cualitativos en los que implícitamente se hace referencia a la cantidad (como indicador importante que deberá ser interpretado en un sentido u otro, y aunque esta cantidad no se desarrolle en términos formales). En este sentido van Lier (1988) propone una distinción entre modalidades de investigación a partir de las variables [+estructuración] [+control], de tal manera que en el cuadrante [+estructuración +control] habría entre otros la investigación experimental y en el polo opuesto [-estructuración -control] habría entre otros el estudio de caso o la investigación acción. Para los didactas es interesante conocer las formas de enseñar que puedan generar un aprendizaje reflexivo, en relación al estudio de caso en el marco de la investigación acción. La investigación en el aula es muy compleja y el investigador se encuentra aturdido ante la gran heterogeneidad de datos que se deriva de ella: será únicamente después de falsos inicios y de largas horas luchando con los datos cuando empezarán a emerger de estos datos patrones identificables (Potter, 1996, citado en Cubero et al 2008). Algunos estudios semiexperimentales (como los de N. Mercer y su equipo que hemos mencionado) hacen hincapié en el contraste entre un grupo experimental y un grupo de control y diseñan protocolos de observación que puedan dar cuenta de los avances en los aprendizajes realizados, sin caer en una descripción analítica de estos procesos a partir de categorías ad hoc. Nuestro trabajo aúna los rasgos propios del estudio de caso con los de la reflexión-acción. El modelo que quiere validar, el de Secuencia Didáctica de Gramática, aspira a ser guía de la intervención (respondiendo al nivel macro) pero también pretende ser una hipótesis de trabajo, en el sentido de ser una intervención que busca ayudar al aprendiz a interiorizar los conocimientos gramaticales, así como también al docente y al investigador a identificar los obstáculos con los que se encuentra el proceso de interiorización (respondiendo al nivel micro). Este modelo promueve unas dinámicas que pueden llegar a ser muy abiertas y reclama que el profesor sea también investigador de las propias prácticas. La educación es una reconstrucción de la experiencia (Stenhouse, 1985) y requiere un proceso recursivo de la práctica a la teoría para volver a la práctica en el que la reflexión se produce antes, durante y después de la experiencia con distintos grados de estructuración (Schön, 1983; Griffiths y Tann, 1992). En un extremo habría una reflexión muy local y ligada al desarrollo de la actividad, sobre la que el docente interviene de manera reactiva, y en el otro habría la reflexión plenamente estructurada como 109 investigación que persigue elaborar conocimiento orientado a un cambio conceptual tanto en las prácticas docentes como en la propia investigación. Desde este punto de vista, el docente se sitúa en la dialéctica creada entre lo que Vygotsky (1978) llama ‘conceptos espontáneos’ y ‘conceptos científicos’. Mientras que los primeros están ligados a la experiencia directa del mundo, los segundos surgen de una mirada distanciada sobre el flujo cambiante de la realidad, que nos va a permitir elaborar modelos para volver sobre esta realidad e interpretarla. Reconducir las dinámicas creadas en el aula implicará recoger el “material” generado por los alumnos en sentido amplio (reflexiones, preguntas, reacciones esporádicas, material escrito, diarios...) y pasarlo siempre por la criba de los objetivos marcados por la secuencia. Como ya hemos dicho corresponde al docente adoptar un rol de guía y observador. No actúa como un experto en lingüística sino como un agente que atiende tanto a la enseñanza como al aprendizaje y a partir de esto se convierte en guía de la intervención. Como hemos dicho, reflexiona en la práctica, desde la práctica y sobre la práctica para comprenderla y transformarla: en último término en una situación natural de aula nadie mejor que el docente para acompañar, evaluar y entender los procesos que siguen los alumnos en aula y para regular las propias intervenciones (Korthagen et al 2001). El docente no siempre dispondrá de las condiciones para realizar una observación pausada, pero esto no significa que no pueda mantener en todo momento una actitud reflexiva, que en su nivel más profundo exigirá acogerse a un marco de investigación y a unos procedimientos concretos de estructuración, análisis e interpretación de los datos (McKernan, 1999; Latorre, 2003). En este contexto los escritos del profesor tienen un potencial autoregulador que no se acaba con el final cronológico de la secuencia: la capacidad del escrito para ser autónomo nos permitirá continuar pensando lo que ha sucedido en el aula. El diálogo abierto con nuestros iguales nos llevará a textos cada vez más elaborados y a nuevas implementaciones de la secuencia, y nos permitirá integrarnos progresivamente en una comunidad de aprendizaje, colaborando a su vez a crear esta comunidad. Desde la perspectiva etnográfica no se puede esperar que sean otras instancias las que se encarguen de galvanizar las vivencias del docente en el aula: esto significa que éste contará con el cuerpo escrito de experiencias, ideas, reflexiones, etc. para participar de formas diversas (monografías, seminarios, moodles, blogs, conferencias, jornadas...) en un espacio de intercambio amplio pero también riguroso y dar vida así a la investigación en didáctica, en nuestro caso de la gramática. La reflexión acción tiene sus orígenes en los estudios pioneros sobre la dinámica de grupos de la psicología social y la Gestalt liderados por K. Lewin en la primera mitad del siglo pasado. En el marco escolar se inscribe en las corrientes de la investigación en el aula de orientación etnográfica y sociocultural, que no se basan exclusivamente ni en los inputs (programas, materiales didácticos) ni en los outputs (los resultados conseguidos) sino en lo que efectivamente pasa en la clase (Escobar, 2000). Tiene un carácter cualitativo, descriptivo y émico, con el objetivo de que el aula deje de ser una “caja negra” y se pongan al descubierto algunos de los mecanismos que operan para incidir en ellos. Se caracteriza por ser una intervención desplegada en bucles sucesivos que dilatan el proceso de aprendizaje y crean el imprescindible espacio para que el docente pueda reflexionar, utilizando la 110 escritura a la vez como registro y como instrumento exploratorio. Esta reflexión busca perder el miedo a la intervención, puesto que identificar errores y aciertos será el camino para mejorar en un sentido amplio que podemos resumir en operaciones como las siguientes: interrelacionar necesidades de aprendizaje, intenciones didácticas e intervenciones concretas; ser conscientes de la distancia entre la intervención real (dinámica y sujeta a imprevistos) y la planificación inicial; idear instrumentos de autoregulación para el aprendiz; integrarse progresivamente en una comunidad de aprendizaje amplia; y tener en definitiva las riendas del propio desarrollo profesional, estableciendo diagnósticos, revisando fórmulas escolares, equivocándose, acertando, arriesgando y aprendiendo (Schön, 1983). La reflexión acción proporciona al docente el espacio para pensar la práctica en un movimiento recursivo de espiral, y se corresponde con un género discursivo específico constituido por siete pasos: 1) formulación del problema; 2) investigación de posibles soluciones; 3) planificación de la intervención; 4) intervención en el aula y 5) observación de la intervención; 6) evaluación (reflexión y discusión); 7) divulgación, revisión y (posible) nueva implementación (Nussbaum, 2001). El diseño de la secuencia en el marco de la reflexión acción, pues, aspira a una experiencia concreta de enseñanza y aprendizaje compleja y rica que desencadene también, como ya hemos apuntado, interrogantes que la investigación posterior explorará y que necesariamente revertirán en subsiguientes implementaciones, siendo ya esto un condicionante para el actual diseño de la secuencia. Puede suceder que el investigador haya sido también el responsable de la secuencia (quien la ha diseñado y quien la ha llevado al aula) o que el docente trabaje en equipo con el investigador. En cualquier caso hay que tener en cuenta varios momentos del proceso: el del diseño de la experiencia, el de la experiencia y el de reflexión sobre la experiencia, a lo largo de los cuales el rol de profesor va dando paso progresivamente al rol de investigador. En un primer momento, el profesor de aula conoce a los alumnos, tiene que responder a unas exigencias del currículum, considera las posibilidades del grupo, etc. Observa qué dice el currículum sobre el punto que se plantea abordar, por ejemplo el ergativo en vasco, los pronombres clíticos en catalán, o los marcadores textuales y la expresión del pasado en castellano. En relación a los modelos lingüísticos, explora su problemática (el ergativo en vasco o algunos clíticos en catalán se encuentran en un proceso recesivo en el oral coloquial); analiza qué relevancia tiene dentro del sistema (los marcadores nos ayudarán a afinar y enriquecer la progresión temática); o indaga sobre la dificultad puede implicar para los alumnos (el castellano tiene un complejo abanico de recursos verbales para expresar el pasado). Y en relación a la enseñanza, explora con qué propuestas didácticas se ha abordado, algunas sin duda forjadas por la tradición y la inercia estandarizada de los libros de texto (como cuadros sinópticos y paradigmas), otros, en cambio, basadas en la interacción, el descubrimiento y las necesidades del uso. Serían ejemplo de estas últimas las secuencias inter e intralingüístiques de Ruiz Bikandi (2008) sobre la ergativo en vasco y de Camps y Fontich (2006) sobre el estudio de los pronombres clíticos en catalán, o las secuencias ligadas a las necesidades expresivas de Ribas y Verdaguer (2006) sobre la elaboración de reseñas para la biblioteca escolar y de Rodríguez (2011) sobre la escritura expresiva. 111 El profesor ha diseñado una secuencia teniendo en cuenta las observaciones anteriores, pero con su mirada puesto también en el rol de investigador posterior, de tal manera que define qué momentos serán grabados, qué tipo de datos se recogerán y de qué manera los espacios abiertos a la investigación posterior pueden ser potencialmente interesantes para las actuaciones prácticas siguientes. Así, en relación al modelo de secuencia se pregunta cuáles son sus fases, qué submodelos contempla, sobre qué raíces pedagógicas se sustenta o qué papel juega en él la conversación exploratoria y la composición escrita, así como de qué manera los instrumentos de recogida de datos como las grabaciones pueden también tener una función para la propia secuencia, como por ejemplo la de evaluación formativa en la que el profesor escucha después de cada sesión las pequeñas grabaciones y realiza un retorno a los alumnos. En relación al diseño global, el docente se pregunta cómo se suscita un punto de partida que merezca la atención de los alumnos para que éstos se impliquen en una investigación, el tipo de actividades reflexivas propuestas, las agrupaciones en el aula, el feedback en relación a las conversaciones exploratorias, el número de sesiones, el material de apoyo que se empleará y si este material será diseñado por los propios alumnos, etc. En un nivel más específico, el interrogante afectará la relación entre los planes formal, semántico y pragmático del fenómeno, la conversación exploratoria y las normas que hay que seguir para hablar en grupo, la existencia o no de una única solución final o el peso del error en la solución de la tarea. Y en relación a los objetivos, habrá que definir dónde se quiere llegar, con quien se compartirá el recorrido realizado, si se saldrá del aula y se visitará otro curso o centro (por ejemplo la Universidad), si serán los propios participantes receptores a la vez del trabajo de los compañeros, etc. En relación al desarrollo de la secuencia, habrá que estar atento a posibles modificaciones derivadas de la dinámica del aula, recurriendo a instrumentos como los diarios del docente y del alumno, y nos interrogaremos sobre las contingencias a las que responderán estas modificaciones: ¿por qué hay que introducir cambios?, ¿son cambios locales?, ¿cuáles de ellos hay que reservarlos para otra ocasión?, ¿cómo debemos potenciar la semántica como entrada a los fenómenos estrictamente formales?, ¿deben definirse mejor las tres fases de la secuencia propuesta?, ¿deben definirse mejor los rasgos de la conversación en pequeño grupo?, ¿debemos proporcionar normas para los escritos?, ¿o mejor optar en un primer momento por escritos generados a partir de plantillas cerradas? Posteriormente fuera de la dinámica propiamente educativa y en relación ya a la investigación el profesor da paso al investigador, que reflexionará sobre la experiencia, delimitará los datos y se guiará por una consigna del tipo “¿Qué se aprende cuando se enseña?”. Tendrá definido qué buscar, a pesar de que quizás la propia observación lo lleve a modificar este foco de atención. ¿Será objetivo de observación cómo hablan los alumnos?, ¿cómo intentan encontrar la solución al problema curricular planteado en relación a la manera trabajada?, ¿cómo ponen a su servicio los instrumentos de reflexión aportados? Lógicamente el profesor se preocupa de evaluar los resultados con pruebas finales estándares, pero como investigador también se interroga sobre lo que hacen los alumnos, más allá de si se equivocan o aciertan. Constata que hacen cosas de un gran valor que la investigación tendrá que interpretar, valorando por encima de todo que han surgido en un 112 marco especial: el de hablar (y en su caso también escribir) para aprender gramática siguiendo el modelo de SDG. En ocasiones se tratará de respuestas “pobres” y desenfocadas que esconden “mucho pensamiento” (“El verbo en catalán y castellano es pronombre porque permite no decir el nombre y por lo tanto lo sustituye”, “El auxiliar en vasco es como un artículo”; Camps, 2000b; Ruiz Bikandi, 2008), realidades sociolingüísticas imprescindibles de tener en cuenta (“Determinados clíticos en catalán responden estrictamente a usos formales”; Camps y Fontich, 2006) o una superposición de los códigos oral coloquial y escrito formal (“Los usos coloquiales de los tiempos del pasado son válidos para el escrito”, “La conjunción ‘y’ puede asumir todo el repertorio escrito de marcadores textuales”; Ribas y Verdaguer, 2006; Rodríguez, 2011). ¿Qué nos indican estos problemas? ¿Cómo debemos leerlos? ¿Qué camino nos muestran para posteriores implementaciones? ¿Cómo podemos interpretar esta confusión? En resumen, hacemos abstracción provisional de la realidad del aula (su dinamismo, los objetivos ulteriores de aprendizaje, posibles mejoras en el diseño de la intervención...) y observamos esta realidad con preguntas del tipo “¿Por qué pasa esto?” o “¿Cómo podemos interpretar los intentos meritorios de los alumnos para dar sentido a la actividad y para buscar la respuesta colectivamente?”. Como investigadores nos situamos así en un nuevo plano haciendo abstracción momentánea de la dinámica del aula. Toma así un relevo importante el microcontexto en el que conjuntamente se crea un discurso específico a través del diálogo, y a la vez el macrocontexto en el que este diálogo se da. Para Piggot y Barr (2002), la interacción entre estos dos contextos es crucial para entender la lógica de la práctica, la teoría y la investigación, así como para la conexión entre estos ámbitos y la política educativa. Las autoras remarcan en este sentido el cambio operado en los últimos años en cuanto a la investigación sobre la evaluación de los aprendizajes. Más que centrarse en la cuestión tradicional sobre la bondad de determinados programas en relación a las particularidades de los aprendices o de la materia, el objetivo de la investigación sería explorar el proceso de enseñanza y aprendizaje desencadenado en la interacción entre estudiantes en el contexto del nuevo programa. Así, como ya hemos indicado el diseño de intervención no es concebido como un modelo para el estudio experimental o como un marco estable para la interpretación posterior, sino como un contexto para la intervención que abrirá al investigador espacios para la investigación entendida como una evaluación orientada a entender y mejorar los procesos desencadenados. En nuestro caso, exploramos el discurso metalingüístico centrado en el código como un objeto de estudio separado momentáneamente del uso, un discurso que se da en el seno de un conjunto de medidas arbitradas por el docente siguiendo un modelo de intervención. No adoptamos una única perspectiva: la investigación en didáctica necesita elaborar instrumentos de intervención y a la vez instrumentos para evaluar las consecuencias de esta intervención y si los alumnos han aprendido. En este sentido, pues, en nuestro marco teórico general se produce un punto de encuentro entre dos métodos: el diseño y la evaluación de propuestas de intervención, y el análisis de la interacción verbal. En cuanto al primer punto, el objetivo del estudio no es el diseño de una intervención ad hoc y la evaluación pre post intervención sino la creación y exploración de situaciones de interacción en el aula entre alumnos en las que se supone que hay actividad metalingüística. La investigación se sitúa así en la tesitura de validar un 113 modelo de intervención de la enseñanza de la reflexión metalingüística. En cuanto al segundo punto, se parte de la idea según la cual es en esta interacción donde se podrán apreciar las trazas observables de los procesos cognitivos de aprendizaje metalingüístico, asumiendo como ya hemos indicado que el conocimiento no se puede referir nunca a una frase o a una estructura aislada, sino que depende de las acciones e interpretaciones de los participantes en el curso de la conversación. Se pretende capturar el conocimiento generado en la interacción y en la relación dinámica que esta interacción tiene con el trabajo colaborativo y con las ayudas proporcionadas por el profesor (organización de las tareas, delimitación de objetivos, pautas y guías, materiales de autoayuda, etc.). Partimos de la investigación que defiende el trabajo en grupo como procedimiento de aprendizaje y a la vez consideramos que es imprescindible que la interacción tenga en cuenta la lógica de la materia. 5.2. PLANO DEL MACROCONTEXTO: LA INTERVENCIÓN EN EL AULA 5.2.1. Opción teórica sobre los contenidos de enseñanza y aprendizaje: la perspectiva léxica sobre la oración La oración predicativa se ha tratado en los libros de texto desde una concepción formalista y descontextualizada entendiendo la oración como un axioma O formado por un SN-sujeto y SV-predicado. Nuestra propuesta toma una perspectiva lexicalista y considera el verbo como predicado de la oración con un perfil argumental propio, entendiendo sujeto y complemento verbal como argumentos de este predicado. Según Ferrater (1981), en las lenguas indoeuropeas una frase típica consiste en una constelación de grupos nominales centrados por un verbo finito, y podemos interpretar estas palabras a partir de la descripción de Bonet (2002). Una oración predicativa se compondría de un corazón de presencia generalmente obligatoria y eventualmente de una periferia por definición facultativa, y el corazón a su vez consistiría en dos elementos, el núcleo (en nuestro caso un verbo flexionado) y sus argumentos-SN. Distinguiríamos por lo tanto entre argumentos y noargumentos, donde sólo los primeros serían exigidos por el verbo y recibirían de éste una marca (el caso) con unas propiedades concretas y sin significado. Por su parte los verbos podrían clasificarse según el número de argumentos en cero, mono, bi y triargumentales (y sólo raramente cuatriargumentales). A lo largo de la historia la lingüística ha abordado el estudio de la oración desde postulados diversos. Según Badia (1994), la gramática tradicional (etiqueta que engloba la tradición de los estudios gramaticales anteriores al estructuralismo) mezcla criterios formales y semánticos y una orientación normativa en el tratamiento de los fenómenos gramaticales, y esto configura un marco de referencia difícil de compartir entre estudiosos. La aportación de los estudios tradicionales de Occidente a la comprensión de la oración hace referencia sobre todo a las partes de la oración y es deudora de los primeros estudios sobre el griego y el latín. La irrupción del estructuralismo se considera como un adelanto en el estudio científico de la lengua por su voluntad de basarse en fenómenos empíricos, como la cadena fónica, y su intento para construir un modelo descriptivo global. Badia resalta que este planteamiento, por contra, tiene problemas a la hora de abordar la complejidad 114 de la oración debido a la carencia de un aparato formal lo suficientemente desarrollado de tipo jerárquico, pero destaca la aportación de Tesnière (1959) en cuanto a la identificación del verbo como núcleo predicativo de la oración. Asimismo, Badia destaca las aportaciones de lo que denomina “la gran familia de teorías generativistas”, principalmente de tres modelos: el preestándar, el estándar y la teoría de la rección y el ligamiento. En relación a cada uno de ellos, menciona cómo se aborda el léxico, siempre subsidiario del estudio de la sintaxis, pero remarca los estudios de 1970 en los que el propio N. Chomsky aporta una serie de ideas que serán el núcleo para el desarrollo posterior de ideas como las que abordan la Gramática Léxico-Funcional, la Gramática de Estructura Sintagmática Orientada al Núcleo y la Gramática de Estructura Sintagmática Generalizada. En este sentido, varias teorías lexicalistas han desarrollado aproximaciones léxicas al verbo, con un conjunto de propuestas de clasificación verbal realizadas desde perspectivas teóricas diversas y en momentos históricos también diversos, como las de Fabra, Bahía, Givón o Bartrina (cf Vázquez, 1998, para un estudio panorámico de los estudios léxicos, y Ginebra y Montserrat, 1999, para un estudio detallado del régimen verbal). En cuanto a la Gramática Léxico-Funcional (GLF), por ejemplo, y siguiendo la síntesis que hace Lorente (1996), se trata de un modelo lingüístico generativo no-transformacional gestado entre los años 1979 y 1982 por J. Bresnan y R. M. Kaplan y caracterizado por su orientación lexicalista, que considera el léxico como el nivel básico de representación gramatical. Además de las informaciones de tipo morfológico y fonológico, las unidades léxicas recibirían codificación completa desde el punto de vista semántico y sintáctico, siendo justamente el aspecto más explorado por este modelo la proyección del léxico en la sintaxis, a partir de subsistemas descriptivos como la Teoría de la Estructura Argumental, la Teoría Temática, la Teoría del Caso y la Teoría de la Proyección Léxica. La primera de estas teorías se centra en el verbo como predicado y en su definición estándar daría cuenta del conjunto de argumentos de un predicado, representado por etiquetas de papeles temáticos. Estos argumentos serían posiciones impuestas por un núcleo rector obligatorio. Serían argumentos los complementos subcategorizados y los sujetos y podrían clasificarse los verbos según sus argumentos. El aparato teórico desarrollado por estos modelos es complejo y lógicamente responde a unos intereses teóricos (principalmente el tratamiento informático de modelos gramaticales) ajenos a los de una gramática pedagógica, pero sin duda aporta también aspectos que una gramática escolar puede llegar a desarrollar parcialmente y adaptar a sus necesidades. Esta visión lexicalista permite redimensionar nociones básicas ya contempladas en la tradición escolar (verbi gratia las funciones sintácticas) consignadas en el currículum español (de forma específica en la LOGSE, de forma amplia en la LOE), 4 introduciendo consideraciones generales semánticas y pragmáticas. Evitando entrar explícitamente en nociones como argumento interno y externo o la caracterización y jerarquía de papeles temáticos, pondremos en el mismo rango de exigencia verbal el sujeto y los complementos regidos, consideraremos una vertiente de tipo formal (la función sintáctica) y otra de tipo nocional, relacionaremos el predicado con el número de argumentos, que pueden ser variables según la intención del hablante (Vilà, 4 LOGSE, Ley Orgánica General del Sistema Educativo, de 1990. LOE, Ley Orgánica de Educación, de 2006. 115 1990) y no trabajaremos de forma directa la jerarquía de los elementos oracionales. Partimos de la base que este planteamiento ayudará el alumno a reflexionar sobre las relaciones semánticas y formales que hay entre verbo y argumentos siguiendo un camino que vaya del significado a las formas lingüísticas (Brucart, 2000). Las nociones de complemento verbal y de sujeto están impregnadas de una pauta de trabajo muy marcada en nuestra gramatical escolar: son entidades abordadas de forma deductiva, presentadas sólo tangencialment como ligadas al significado del verbo, descritas con detalle desde el punto de vista formal, y que hay que identificar con una serie de pruebas de tipo vagamente nocional (preguntas) o morfológico (pronominalización, pasiva o concordancia). Presenta la gramática como un modelo de relaciones lógico, acabado y externo al alumno que no deja espacio para consideraciones semánticas o pragmáticas (Hernanz, 1997), reducidas únicamente a expresiones del tipo “El complemento directo completa el sentido del verbo” o “El sujeto elidido puede deducirse del contexto”. Si partimos del verbo, en cambio, podemos determinar unas funciones que Brucart (2000), como ya hace Tesnière (1959), distingue por medio de una metáfora teatral: La predicación es como una obra de teatro en la cual se reparten papeles para los personajes que participan en ella. Quien determina el número de personajes y el papel que tienen que hacer en la obra es el predicado. Naturalmente, no puede haber ningún personaje que no tenga su papel (es decir, todo argumento tiene que tener un predicado que lo seleccione y que le asigne una función argumental). (p. 198) La función sintáctica es el vestido que tiene que llevar cada personaje en la obra escrita por el predicado. En la tradición, la función sintáctica se ha vinculado a la noción de caso, puesto que las marcas de función en muchas lenguas se manifiestan con afijos morfológicos colocados en el SN (...) Las lenguas románicas no tienen el sistema de declinación que poseía el latín clásico, y por lo tanto tienen que marcar las funciones por procedimientos diferentes del caso morfológico (...) Para legitimar un argumento no basta con que un predicado le asigne un papel temático. Hace falta, además, que pueda desarrollar una función sintáctica en el seno de la construcción del que forma parte. (p. 206-207) Ejemplos de estos procedimientos formales (Bel, 2002) son el uso de las preposiciones (la a puede marcar el complemento indirecto), la concordancia con el verbo (para el sujeto), el orden de las palabras (en casos de posible confusión, en catalán, entre sujeto y complemento directo) o el contraste entre lo/le/él. La presente secuencia se propone transponer algunos aspectos de las propuestas lexicalistas con un objetivo integrador y simplificador según el criterio de elementalidad (Coronas, 2008), al cual ya hemos hecho referencia más arriba. Este criterio hace referencia a la necesidad de organizar en dos momentos el contenido que hay que enseñar: un momento inicial restringido de contenidos básicos y un segundo momento ampliado de contenidos diversos. Se persigue así un recorrido de complexificación progresiva desde unas nociones elementales iniciales con potencial para articular el discurso posterior. A continuación detallamos la forma que toma este recorrido en la secuencia que nos ocupa. 116 • Fase 1 En relación a esta primera fase, una secuencia que trabaje la aproximación léxica a la oración puede presentar el verbo como el “cerebro organizador” de toda la oración. El objetivo es, en primer lugar, desarrollar una definición básica que se aparte del modelo de raíz estructuralista adoptado mayoritariamente en los manuales escolares según el cual la oración es un axioma O (constituido por SN y SV) que se despliega “de arriba abajo” y que no se basa en la semántica. Y, en segundo lugar, dar pie a considerar el verbo como centro semántico y pragmático de la oración, a partir del cual la oración se despliega “de bajo arriba” reclamando, admitiendo o rechazando determinados SN a partir de unos condicionantes o “filtros” que el verbo impone. Para trabajar las tres nociones básicas (oración, verbo y SN) desarrollamos un esquema sobre los tres filtros o condiciones que el verbo impone a los SN para permitir oraciones aceptables tanto desde el punto de vista pragmático y semántico como desde el punto de vista formal. Se trata de las condiciones o filtros siguientes: de cantidad, de calidad y de forma. El primero hace referencia al hecho de que los verbos eligen de cero a tres argumentos, y raramente más de tres; el segundo, al hecho de que entre verbo y argumentos-SN debe haber compatibilidad semántica o pragmática; y el tercero al hecho de que cada argumento-SN recibirá una “marca” o función gramatical, no siempre evidente desde el punto de vista morfológico. Al grupo de sintagmas nominales que rodea al verbo para formar la frase se le superpone en el tiempo otro grupo de sintagmas nominales potenciales constituido por la totalidad de sintagmas nominales existentes: el verbo elegiría a los sintagmas más convenientes según su potencial semántico y pragmático, y los actualizaría en la oración siguiendo unas constricciones formales. Esta aproximación nos permitirá trabajar la idea de subcategorización partiendo de una concepción de la gramática como un dispositivo creativo que interrelaciona forma-sentido-uso y no únicamente como un mecanismo de interrelaciones formales, unívocas y no susceptibles de ser sometidas a juicios diversos. Desde este punto de vista las oraciones no son entidades apriorísticas, preexistentes y estáticas sino que son fruto de la relación dinámica entre el verbo y los sintagmas según unas intenciones comunicativas y unas necesidades semánticas, una relación que impone unos filtros que serán sometidos a tensión en un grado u otro según el contexto comunicativo, como por ejemplo un poema o un texto periodístico. En consonancia con esto, la gramática se concibe como un hecho dinámico que puede ser justificado y contrastado y sobre el cual se puede dialogar, y que permite una aproximación cognitiva a partir de un núcleo básico y un conjunto de elementos periféricos. • La noción de “filtro” El verbo elige los SN que lo rodean, a los cuales denominaremos argumentos. Existe también un tipo de información opcional (de tiempo, de lugar, de manera, de instrumento, de compañía...) que conocemos como adjunto o complemento circunstancial (CC): mientras que el verbo elige un 117 número ilimitado de CC, 5 raramente elige a la vez a 3 argumentos-SN. ¿Cómo lo hace? Lo podemos explicar con la metáfora del “filtro”: según definición del DIEC2 (Diccionario de lengua catalana. Segunda edición) un filtro es un material poroso de forma laminar utilizado para separar de un líquido o un gas las partículas en suspensión, y aplicado a la lengua se puede concebir como una condición de buena formación de las oraciones generadas por una gramática. Como hemos avanzado, podríamos considerar que los verbos imponen tres tipos de filtro: un filtro que podríamos denominar “de cantidad” (respecto del número de argumentos que acepta según su perfil argumental), otro “de calidad” (respecto de la compatibilidad semántica que necesariamente tiene que haber entre el argumento y el significado básico del verbo) y otro “de forma” (sobre la marca o función sintáctica que el verbo impone a cada uno de los argumentos-SN). Según el filtro de cantidad, las siguientes oraciones serían imposibles porque no respetan la cantidad de argumentos que el verbo reclama: *Pedro llueve, *Juan arregla, *María envía. En la primera el SN sobra, en la segunda justamente falta un SN que especifique qué es aquello que arregla Juan, y en la tercera como mínimo falta un SN que aclare qué envía María, con la posibilidad también de incluir otro que especifique a quién se lo envía. Como ya hemos dicho, este filtro nos permitirá clasificar los verbos en cuatro grupos según la cantidad de argumentos elegidos. Verbos ceroargumentales, como llover, nevar... (en general los llamados verbos meteorológicos), las oraciones de los cuales consistirían, haciendo abstracción de la periferia, únicamente de un verbo (V: Llueve!). Verbos monoargumentals, como llorar, nacer, llegar... las oraciones de los cuales consistirían en un argumento delante (SN V: Pedro llora) o al final (V SN: Han llegado dos nuevos alumnos). Verbos biargumentals, como comer, pensar, gustar... con una casuística diversa según si uno de los argumentos va encabezado por preposición (SN V p-SN: Pedro piensa en Laura) o no (SN V SN: María come almendras). Y verbos triargumentals, como enviar, regalar, invertir... en los que el tercer argumentoSN siempre va encabezado por una preposición (SN V SN a-SN: El maestro enviará una felicitación a la familia; SN V SN en-SN: Los brokers invertían el dinero en negocios sucios). Algunos verbos admiten cuatro, como poner o dejar (Déjame la llave en el cajón) (ejemplo de Solà, 2009), aunque parece que se trata de un hecho poco frecuente (Dik, 1989, citado en Mairal, 1999). En segundo lugar, según el filtro de calidad, una oración como la siguiente es extraña: ?El mar se come un sueño. ¿Cómo podemos decir de una entidad inanimada que “come”? ¿Cómo podemos relacionar este verbo además con un elemento tan difícilmente “comible” como un sueño? Cualquier verbo reclama argumentos que se correspondan con su base semántica, por otra parte una base no rígida sino con margen y flexibilidad para adaptarse a los usos variados y a las intenciones de los hablantes. Sería ejemplo de ello la oración “El día del naufragio del Titanic, el mar se come un sueño”, una visión poética del accidente del Titanic, barco fatalmente concebido para mantenerse incólume a los avatares del mar. Las nuevas relaciones semánticas del verbo con los argumentos serán generadas por necesidades expresivas y pragmáticas, y afectarán también a la cantidad de argumentos presentes. Así, por ejemplo, los filtros de cantidad y de calidad podrían transgredirse según 5 No entramos en la compleja casuística de los adjuntos en las lenguas románicas (cf para el catalán Vilà 1990 y Solà et al 2002). 118 una intención de economía expresiva (“¡Ya te escribiré!”), de modalización (“Al final del partido llovieron todo tipo de objetos sobre el árbitro”, “Por esta decisión le han llovido muchas críticas”), etc. En tercer lugar, el filtro de marca daría cuenta de un fenómeno presente en todas las lenguas y que tiene un carácter arbitrario o carente de significado, según el cual el verbo impone a cada uno de sus argumentos una marca específica. Se trata de la marca de función sintáctica o caso, que en castellano puede ser de cuatro tipos: de sujeto, de complemento directo, de complemento indirecto y de complemento de régimen. Sabremos que un argumento recibe un caso u otro según una serie de rasgos de tipo formal con los que podremos caracterizarlo: en las lenguas románicas ocupará habitualmente en la cadena fónica de la oración un lugar anterior o posterior al verbo; mantendrá o no con el verbo una relación de concordancia de persona y número; irá o no encabezado por una preposición; tendrá concordancia de género y número con el participcio de la forma verbal compuesta; tendrá la capacidad de intercambiarse por unos pronombres u otros, siendo estos pronombres representantes morfológicos de cada una de estas funciones, etc. • La Fase 2 En una segunda fase se trabajan actividades más abiertas que desencadenan la necesidad de reajustar y ampliar las nociones iniciales. Tal como hemos dicho, el núcleo elemental inicial tiene que ser lo suficientemente sintético para asegurar una comprensión básica operativa y a la vez lo suficientemente versátil para poder afrontar casuísticas diversas y progresivamente más complejas. Este potencial no será únicamente gramatical sino que abrazará cuestiones procedimentales de observación y manipulación, en relación por ejemplo a la casuística pronominal, de gran complejidad en las lenguas románicas. En segundo lugar, en relación a los recursos y procedimientos para “pensar” las oraciones, habría que considerar por ejemplo los pasos para diagnosticar problemas como el laísmo, el loísmo o el leísmo en castellano. Pensar las oraciones también puede implicar clasificar los verbos en el gráfico según las variables [+CD +CI] o contrastar oraciones aparentemente parecidas como “Me gustó” y “Me peinó”, poniendo sobre la mesa que responden a una casuística argumental diferente. Y este pensar puede también tener un cariz metacognitivo y dirigir la atención a la naturaleza progresivamente más compleja y acumulativa de la secuencia que se esté desarrollando o a la interrelación entre uso del material de consulta y grado de dificultad de la tarea a partir de las variables [+ uso + dificultad ]. 5.2.2. Descripción del diseño de intervención El conjunto de actividades de la intervención que presentamos pretende trabajar algunas de las nociones básicas de la oración simple (SN, verbo, sujeto, predicado, transitividad, complementos directo, indirecto y de régimen, pronominalización, distribución complementaria, etc.). Tiene por objetivo abordar estas nociones desde un punto de vista formal pero también semántico y funcional que implique presentar la oración como un conjunto de elementos obligatorios y no-obligatorios según lo determine la carga semántica de su categoría central, el verbo, así como su potencial pragmático. Este planteamiento responde a la idea según la cual si trabajamos de forma 119 integrada las perspectivas pragmática, semántica y morfosintáctica podremos potenciar una enseñanza de la gramática exploratoria y no únicamente descriptiva. Más arriba hemos expuesto los rasgos básicos del modelo de SDG, uno de los cuales es su división en tres fases. Esta división tiene una funcionalidad relativa a la sistematización de las actividades (presentación de un problema y propuestas de solución; desarrollo de observaciones diversas; informe final y exposición oral) así como relativa al desarrollo de un núcleo inicial de conceptos elementales con el suficiente potencial para abordar fenómenos progresivamente más complejos. La parte central de la secuencia “El verbo y la oración” está constituida por cuatro problemas extraídos de la realidad de la lengua: el funcionamiento de unos traductores automáticos por Internet; las habilidades de hablantes reales para traducir unas breves expresiones; los errores gramaticales ligados a la composición escrita; y las explicaciones de los libros de texto. Los objetivos son los siguientes y el plan general es el que se especifica en el Cuadro 21: I. Ver que el verbo impone tres tipos de restricciones a los argumentosSN que lo acompañan II. Detectar los diversos tipos de verbos (ceroargumental, biargumental, etc.) en textos orales y escritos III. Diferenciar las marcas que llevan los argumentos-SN (S, CD, CI, CR) IV. Razonar los puntos anteriores consultando documentos de apoyo Cuadro 21 FASE 1 • Diálogo inicial: utilidad del estudio de la gramática • Las dos nociones básicas de oración: V y SN Actividad 1: “Frases extrañas” • La necesidad de elaborar un glosario Actividad 2: “Mi amigo Li Xiu” Actividad 3: “Era un sueño muy extraño…” Actividad 4: “Evaluación por parejas” Actividad 5: “Las marcas de los SNargumentos (1)” • Diseño y confección de documentos de consulta (1): “La rueda de la oración” Actividad 6: “Las marcas de los SNargumentos (y 2)” • Explicación general del estudio gramatical que realizamos FASE 2 Proyecto de investigación. Los cuatro ámbitos serán los siguientes: • Los traductores automáticos • Los hablantes • Los textos de compañeros y de alumnos de otros cursos • Las explicaciones gramaticales del libro de texto Diseño y confección de material de consulta (y 2): “Mostrarios de cuestiones gramaticales” Prueba oral en grupo Diario de aprendizaje 120 INFORME FINAL Informe final: 1. Qué he hecho 2. Qué he aprendido 3. Qué opinión me merece el proceso seguido 4. Diario de aprendizaje 5. Anexo (apuntes del diario de aprendizaje, fotocopias repartidas...) Presentación con alumnos de la Universidad (UAB) de las cuatro investigaciones de nuestra secuencia “El verbo y los SN”: será oral; habrá que elaborar un pequeño mural explicativo de apoyo Las características de las diversas especifican en el Cuadro 22. Las actividades objetivos específicos y a unas funciones, y resultados diversos: objetivos, funcionalidad referidos en el Cuadro 23 de más abajo: actividades son las que se consignadas obedecen a unos tendrán un desarrollo y unos y desarrollo son brevemente Cuadro 22 Actividades Tipo Título Diálogo inicial; en pequeño (1) La utilidad del estudio gramatical grupo; oral o escrita Teórica Explicación inicial; en (2) Las dos nociones básiques de oración: pequeño y gran grupo; oral V y SN y escrita Práctica y Explicación inicial y (3) Actividad 1: “Frases extrañas” teórico-práctica inferencia; en pareja y en (4) Actividad 2: “Mi amigo Li Xiu” gran grupo; oral y escrita (5) Actividad 3: “Era un sueño muy extraño” (6) Actividad 4: “Las marcas de los SNargumentos (1)” (7) Actividad 5: “Las marcas de los SNargumentos (i 2)” Regulativa y Exposición; en gran grupo; (8) Presentación del mapa global de la de anticipación oral y escrita secuencia (9) Explicación general del estudio gramatical que realizaremos TeóricoActividad en pequeño grupo (10) I. Los traductores automáticos (11) II. Los hablantes práctica en interacción con el (12) III. Los textos de compañeros y de profesor; oral alumnos de otros cursos (13) IV. Las explicaciones gramaticales del libro de texto De Resumen; en gran grupo; (14) La necesidad de elaborar un glosario recuperación oral y escrita metacognitiva (15) Diseño y confección de documentos Resumen y esquema; individual y en gran grupo; de consulta escrita Evaluación; en pareja; oral (16) Actividad 4: “Evaluación por parejas” y escrita Final y de Evaluación sumativa; en (17) Prueba oral en grupo síntesis pequeño grupo; oral (18) Informe final Informe y presentación; (19) Presentación oral individual y en pequeño grupo; escrita y oral De seguimiento Evaluación formativa; (20) Diario de aprendizaje individual; escrita Intención Preparatoria 121 Cuadro 23 (1) (2) (3) (4) (5) (6) (7) Actividad La utilidad de estudiar gramática Las dos nociones básicas de Oración: V y SN Actividad 1: “Frases extrañas” Actividad 2: “Mi amigo Li Xiu” Objectivo Compartir un mismo marco temático (la gramática) y procedimental (el diálogo en el aula). Establecer las nociones que serán objeto de aprendizaje. Observar que el verbo impone restricciones (filtros) a los SN subcategorizados. Observar que una de las restricciones verbales (Filtro I) hace referencia a la cantidad de SN que el V puede subcategorizar. Actividad 3: Observar que otra restricción “Era un sueño (Filtro II) hace referencia a la muy extraño...” compatibilidad semántica entre V y SN subcategorizados. Actividad 4: “Las marcas de los SNargumentos (1)” Actividad 5: “Las marcas de los SNargumentos (i 2)” Clasificar los verbos según la función de los SN que subcategorizan. Funcionalidad Es preciso introducir las tres razones del estudio gramatical pertinentes para nuestro trabajo. Descripción Diálogo abierto y contraste de impresiones sobre el estudio gramatical y razones aportadas por el profesor. Se parte de la definición de oración Hay que ver que las nociones están estrechamente ligadas entre que da Ferrater (1981). ellas y un primer marco nos permite situarlas con claridad. Hay que hacer notar que estas restricciones son de orden diferente. Hay que ver esta restricción por encima de las dos maneras cómo se actualiza en un texto: SN y pronominalización. Se discute por qué son “extrañas” o incorrectas las frases de una lista, y cómo se podrían “salvar”. Se observa cuántos SN son subcategorizados por los verbos subrayados del texto. Hay que ver que la unión de verbos y SN puede dar resultados aceptables a un nivel metafórico. Por grupos reducidos se hacen sendas listas de V y de SN que se tendrán que unir para explicar un sueño. Hay que ver que un mismo verbo puede ser clasificado en lugares diferentes por su capacidad de actualizarse con un número diverso de SN. Observar la tercera restricción Hay que ver cómo las funciones (Filtro III) que impone el V: las sintácticas que puede realizar un marcas o funciones sintácticas. SN no se traducen a unas marcas directamente observables. Se clasifican unos verbos subrayados a partir de las variables [+CD +CI]. Se determina la función de unos SN, poniendo en juego para averiguarlo los diversos rasgos que tiene un mismo SN marcado cono una de las cuatro funciones. Resultado - - - - - - - 122 Situar en el mapa de la SDG el Los alumnos son más capaces ahora de dar sentido tanto a lo que trabajo realizado y el que (8) se ha hecho como a lo que queda queda por hacer. por hacer. Hay que hacer notar el Abrir una reflexión sobre la Explicación procedimiento que se seguirá de importancia del diálogo para general del (9) ahora en adelante así como los aprender, los recursos que estudio puntos que habrá que estudiar. gramatical que usaremos y las búsquedas propuestas. realizaremos Habrá que poner estos errores en Observar los errores (I) Los relación a las demandas gramaticales generados por traductores (10) automáticos unos traductores automáticos. argumentales de los V y a la pronominalización. Plan general de la SDG (II) Los hablantes (11) Observar cómo los hablantes emplean unos determinados pronombres sin función argumental. (III) Los textos de los (12) compañeros Relacionar los conocimientos sobre la subcategorización verbal con algunos problemas de escritura. (IV) Las explicaciones (13) gramaticales de los libros de texto Interpretar nociones de libros de texto según el modelo trabajado en clase e integrar nociones nuevas. Lectura de las tres fases de la SDG así como de los varios objetivos. Se hace una reflexión en gran grupo sobre la manera de trabajar que se propone y se lee un cuadro de doble entrada sobre las 4 propuestas de investigación. Se da a los alumnos oraciones que habrá que traducir al castellano y al catalán y en que habrá que explicar los errores. Habrá que tomar conciencia de los Se seleccionan tres usos de estos usos coloquiales de determinados pronombres y se diseña una breve prueba para encuestar unos pronombres. hablantes, y se comentan los resultados. Una de las razones de la Se observan errores cometidos por gramática es poner en relación el los propios alumnos en su diario de conocimiento sobre el sistema aprendizaje y se da un orden para cono determinados problemas del razonar el problema señalado. uso. Hay que poner sobre la mesa que Se proporciona a los alumnos usar gramáticas implica relacionar explicaciones de libros de texto explicaciones diversas sobre unos tanto de fenómenos tratados como no tratados en el aula. mismos fenómenos. - - - - - - 123 La necesidad Definir los términos más de elaborar un importantes. (14) glosario Para acotar lo que hay que aprender es útil una lista con los términos más importantes y funcionales que se usarán. Se reflexiona sobre la importancia del glosario en trabajos especializados y de acuerda el procedimiento para elaborar uno. Diseño y confección de (15) documentos de consulta Definir con un documento de consulta las nociones que hay que retener para pasar a la Fase 2. El diseño y la elaboración conjuntos de un documento de consulta permitirá aclarar y sistematizar las nociones clave trabajadas. Se diseñan y se elaboran instrumentos de resumen de nociones trabajadas que serán de fácil consulta. Actividad 4: “Evaluación (16) por parejas” Compartir unos mismos referentes conceptuales. Los alumnos en situación de interacción tienen que negociar unos mismos referentes para unas determinadas nociones. La evaluación final tendrá en cuenta la riqueza de la interacción oral. Cada alumno responderá unas preguntas y posteriormente validará las de su compañero. Prueba oral en Poner en juego los grupo conocimientos adquiridos en (17) una actividad oral pero con formato de examen. Informe final Realizar una mirada retrospectiva que “empaquete” (18) las nociones trabajadas. (19) (20) Presentación oral Diario de aprendizaje Se proponen una serie de problemas que hay que resolver en pequeño grupo recorriendo cuando haga falta al material de consulta. Al final del recorrido un documento Se facilita un guión con los puntos que se tienen que seguir. reunirá una explicación de lo que se ha hecho y un anexo con el material empleado. Realizar una presentación oral. Exposición oral con un púbico Cada grupo se especializará en exterior al grupo. uno de los ámbitos explorados en la SDG y se preparará una explicación con ayudas gráficas. Cada sesión se acabará con una Realizar una presentación oral Además de explicar qué breve reflexión por escrito en el en consonancia con el trabajo aprendemos, hay que reflexionar diario de aprendizaje. oral realizado. sobre cómo aprendemos y sobre qué opiniones tenemos de la SDG. - - - - - - - 124 5.3 PLAN DEL INTERACCIÓN MICROCONTEXTO: EL ANÁLISIS DE LA En el apartado anterior hemos descrito ya el ejemplo de secuencia que constituye un antecedente de la experiencia que presentamos en el presente trabajo. Hemos descrito algunas interacciones de los alumnos remarcando aspectos interesantes, como aquellas ocasiones en las que parece que se da un pensamiento en voz alta o en las que los alumnos integran lo que dicen los demás, interpretándolo como indicio de aprendizaje. El objetivo del presente estudio es partir de descripciones de este tipo e ir más allá, desarrollando un instrumento de análisis para analizar el habla exploratoria e identificar sus concomitancias con el proceso de aprendizaje entendido como dinámico, abierto y creativo, y focalizado también en el saber metalingüístico. Con este objetivo, en el apartado que sigue exploramos trabajos que han propuesto instrumentos para caracterizar la interacción que se produce en pequeño grupo, concibiendo el habla exploratoria como un tipo especial de argumentación colaborativa. Centrados en áreas diversas proponen instrumentos relativamente analíticos que mantienen una concepción global e integrada de los planes discursivos y del flujo temporal de los turnos. Entre los trabajos enmarcados en esta línea describiremos los modelos propuestos por Kumpulainen y Wray (2002) y Bee (2000), remarcando de ellos algunos aspectos que nos parecen especialmente válidos y algunos aspectos problemáticos. Estos modelos nos servirán para elaborar nuestro modelo de análisis, en función de nuestro contexto y de nuestros objetivos. 5.3.1. Las aportaciones de dos modelos de estudio de la interacción en pequeño grupo Son numerosos y variados los estudios sobre cómo los alumnos interaccionan oralmente en pequeño grupo para resolver tareas escolares Tienen en común concebir el proceso educativo como una conversación entre los participantes y el aprendizaje como el desarrollo de concepciones y formas discursivas compartidas. Parten de la idea según la cual el conocimiento se construye socialmente en el aula en la interacción entre profesores y alumnos y emplearán el análisis del discurso no por el interés que pueda tener el lenguaje en sí sino por la función discursiva en la construcción de comprensiones mutuas (Cubero et al 2008). Como ya hemos indicado, para estos estudios el conocimiento no se puede referir nunca a una frase o a una estructura aislada, sino que depende de las acciones e interpretaciones de los participantes en el curso de la conversación. Esto quiere decir que consideran que los significados, además de no ser entidades estáticas, nacerían en la interacción y a la vez modularían esta interacción. Ya hemos señalado cómo la interacción en pequeño grupo ha sido abordada en relación a materias diversas (matemáticas, ciencias sociales y naturales, segunda lengua, etc.) y cómo se han propuesto modelos de análisis del discurso que integran las dimensiones sociales, funcionales y cognitivas. Una de las preocupaciones compartidas por muchos de estos estudios es la necesidad de categorizar en particular los mecanismos de argumentación que los alumnos ponen en práctica (teniendo en cuenta la multifuncionalidad de cada turno y por lo tanto la necesidad de modelos abiertos y flexibles). Algunos de ellos se inspiran en el modelo de 125 Toulmin (1958), desarrollado en Toulmin et al (1984). Para Rodríguez Bello (2004), este modelo concibe la retórica epistémicamente como una forma de conocimiento que genera conocimiento, acuerdos y cambios conceptuales, a través de la lectura crítica de la realidad en un ambiente de competición en el que la verdad se concibe como un ente no inmutable sino contingente y resultado tanto de un contexto retórico argumentativo como de un contexto histórico y cultural. El razonamiento analítico es el formal y lógico de las ciencias, basado en tesis preexistentes; el razonamiento práctico, en cambio, no se mide en términos de corrección o validez sino de relevancia o irrelevancia, fortaleza o debilidad, a partir de datos del contexto. Este modelo considera que un argumento es una estructura compleja de datos que involucra un movimiento de varios pasos: evidencia (grounds), aserción (claim), datos (data), garantías (warrants), apoyo (backing), calificación modal (modal qualifiers) y reserva (rebuttals). Estos pasos estructurarían el espacio abierto a la disertación y al debate en cualquier disciplina en el marco de los discursos sociales (televisión, radio, prensa escrita, entrevista, interacción docentealumno, médico-paciente, abogado-cliente, etc.). La exploración de este modelo en el contexto escolar ha sido diversa, como por ejemplo en los trabajos de Baker et al (2003) y Baker et al (2007) para situaciones de enseñanza y aprendizaje en entornos virtuales o Marinkovich (2008) para el debate en el aula. Algunos estudios, sin embargo, han remarcado la necesidad también de explorar los procesos de abstracción que sigue el aprendiz (Barth, 2007) y se han explorado modelos de estudio sobre los procesos de abstracción en matemáticas (Sfard, 2000), con propuestas como la de RBC+C (Schwartz et al 2009), Recognizing (reconocer), Building-with (acumular), Contructing (construir) y Consolidating (consolidar), que los autores llaman “nested epistemic actions model of abstraction in context”. Nosotros observaremos los modelos propuestos por los estudios mencionados de Kumpulainen y Wray (2002) y Bee (2000), los cuales se basan en el concepto de “habla exploratoria”. a) Kumpulainen y Wray (2002) Kumpulainen y Wray (cf. también Kumpulainen y Mutanen, 2000) se inspiran en el trabajo de Barnes y Todd (1995). Coincidiendo con Cubero (2005), de Barnes y Todd remarcamos el procedimiento seguido de observación interpretativa, que intenta ir más allá de la descripción lingüística y dar cuenta del discurso en el aula como medio para construir el saber. El instrumento diseñado relaciona las funciones comunicativas y cognitivas del habla en el marco del discurso escolar (Cuadro 24). 126 Cuadro 24. Adaptado de Barnes y Todd (op. cit., p. 10) Nivel 1 Movimientos discursivos: • Iniciación • Extensión (calificar, contradecir) • Elicitación (continuar, expandir, aportar, dar soporte, pedir información) • Respuesta (aceptar) Procesos lógicos: • Propone una causa • Propone un resultado • Expande a grandes rasgos • Aplica un principio a un caso • Categoriza • Establece condiciones de validez • Avanza evidencias • Niega • Evalúa • Aporta una visión alternativa • Sugiere un método • Parafrasea Nivel 2 Dominio social: • Proceso interactivo a lo largo de la tarea: clarificar, cambiar de tema, acabar un diálogo, gestionar la tarea • Competitividad y conflicto: contradecir, competir por el turno de palabra, bromear, pedir la participación • Actitudes de soporte: explicitar acuerdo, nombrar, hacer referencias a lo que se ha dicho, mostrar aprobación y empatía Estrategias cognitivas: • Formular preguntas • Establecer hipótesis • Usar evidencias • Expresar sentimientos Reflexividad: • Gestionar el discurso y el pensamiento propios • Interrelacionar puntos de vista • Evaluar el comportamiento de los demás • Mostrar conciencia de las estrategias usadas En cuanto a las funciones comunicativas distingue entre movimientos del discurso y destrezas sociales. Serían movimientos del discurso las acciones que realizan los miembros de un pequeño grupo para trabajar juntos: iniciación, elicitación, extensión y calificación. Por su parte, las destrezas sciales harían referencia a la negociación de la tarea: control del proceso de la tarea, tratamiento de los conflictos, apoyo e intercambios de colaboración y defensa. En cuanto a las funciones cognitivas distingue entre los procesos lógicos, la resolución de la tarea y las metaestrategias de control y evaluación de esta resolución. Los procesos lógicos conectan una intervención con las precedentes: especificar causas, presentar resultados, evaluar, categorizar, etc., mientras que la resolucion de la tarea se refiere a operaciones como hacer preguntas, plantear hipótesis, utilizar evidencias, etc. Kumpulainen y Wray, de manera parecida, proponen un instrumento de análisis para observar tres dimensiones de la interacción: las funciones lingüísticas, el procesamiento social y el procesamiento cognitivo, para cada una de las cuales establecen un conjunto de categorías (Cuadro 25). En primer lugar, en relación a la dimensión de las funciones lingüísticas, y siguiendo Halliday y Hasan (1989), centran la atención en los propósitos por los cuales el lenguaje verbal se utiliza en un contexto dado, con la doble naturaleza ideacional y social. La identificación de las funciones en la interacción en pequeño grupo se sitúa en el ámbito de las implicaturas, según las cuales 127 aquello que se comunica no siempre coincide con aquello que se dice literalmente. Esto hace que una función lingüística no se identifique necesariamente con una forma lingüística y que deban ser interpretadas en relación al contexto tanto retrospectivamente (en relación a aquello ya dicho) como prospectivamente (en relación a las ideas que desencadenan). Cuadro 25. Adaptado de Kumpulainen y Wray (op. cit., p. 30) Dimensión Funciones Lingüísticas Categorización analítica Informativa De razonamiento Evaluativa Interrogativa Responsiva Juicios organizativos Expresión de acuerdo Expresión de desacuerdo Argumentativa Composicional De revisión De dictado De lectura en voz alta De repetición De experiencia personal De expresión de afecto Colaborativo Tutorial Argumentativo Procesamiento Individualista social Dominante Conflictivo Confusión Procesamiento cognitivo Exploratorio interpretativo Procedimental Off-task Descripción Dar información Razonar lo que se dice Evaluar el trabajo Realizar preguntas Responder preguntas Organizar i/o controlar el comportamiento Mostrar acuerdo Mostrar desacuerdo Justificar información, opiniones o acciones Crear textos Revisar textos Dictar Leer Repetir intervenciones Expresar experiencias personales Expresar sentimientos Actividad conjunta con participación equilibrada y significado compartido Un estudiante ayuda a otro estudiante Resolución de conflictos sociales y cognitivos de forma argumentada Actividad individual sin participación equilibrada ni significado compartido Un alumno domina la interacción Conflictos sociales o académicos no siempre resueltos Los alumnos no entienden la tarea o no se entienden entre ellos, episodios de silencio Actividad crítica y exploratoria; incluye planificación, comprovación de hipótesis, evaluación y experimentación. Organización y ejecución de la tarea sin análisis reflexivo Actividad no relacionada con la tarea En concordancia con la naturaleza cualitativa de la observación realizada, los autores subrayan que las funciones presentadas pueden variar 128 de un contexto a otro y que no tienen que ser entendidas como categorías predefinidas sino como categorías definidas de forma situada según una interacción concreta. Las funciones lingüísticas serían la unidad mínima de análisis y se identifican en relación tanto al propósito como al significado situado en el contexto conversacional. La frontera entre funciones se marca lingüísticamente y en un turno puede haber más de una función. Algunas funciones focalizan la naturaleza discursiva de la actividad (dictar, leer en voz alta), otras la vertiente cognitiva (informar, evaluar, razonar), y otras la vertiente social (expresar afectos o juicios). Sin embargo, todas las funciones comparten en una medida u otra las tres vertientes (discursiva, cognitiva y social) dado que los participantes interactúan verbalmente en una actividad social. En segundo lugar, en relación a la dimensión del procesamiento social el análisis apunta a caracterizar la relación social y el tipo de participación en pequeño grupo. Se pueden dar situaciones muy diversas, que van desde la falta de conocimiento compartido (en relación a la demanda de la tarea o a las intervenciones de los participantes) hasta la interacción colaborativa que crea zonas de desarrollo próximo bidireccionales entre alumnos. Así, tanto pueden surgir relaciones de confusión, individualismo, dominancia y conflicto, como relaciones colaborativas, argumentativas y de tutoría entre iguales. En tercer lugar, en cuanto a la dimensión del procesamiento cognitivo el modelo busca caracterizar la naturaleza de los procesos cognitivos que siguen los alumnos y que entiende como aquellas estrategias relativas tanto a la resolución de la tarea como la propia imagen de los alumnos ante la tarea. Se establecen tres tipos de procesos. En primer lugar los procedimentales, en los que los alumnos se orientan a la resolución de la tarea y no a la manera de resolverla, y actúan de forma disputativa o acumulativa y sin una planificación y una actitud crítica y constructiva. En segundo lugar los exploratorios, en los que los alumnos se orientan hacia las estrategias de resolución y planificación de la actividad de forma colaborativa. Y finalmente los que no se relacionan con la tarea (off-task), siendo otro el centro de atención. Los autores subrayan la doble naturaleza descriptiva del modelo. Si bien en cuanto a las funciones lingüísticas establecen como unidad de análisis el turno (en un turno puede haber más de una función lingüística y varios turnos pueden contener sólo una), en cuanto a las dimensiones social o cognitiva no estaríamos hablando tanto de categorías analíticas como de instrumentos heurísticos de tipo amplio en relación a los cuales podemos identificar los procesos cognitivos y sociales de los alumnos. Un ejemplo de intervención en el que forma y función pueden ir muy separados son las preguntas, identificables tanto prosódicamente como sintácticamente (forma) pero que pueden tener un amplio abanico de funciones posibles (preguntar, disentir, matizar, etc.), algunas de ellas simultáneas (evaluar y mostrar acuerdo, por ejemplo). Por otro lado, se subraya la necesidad de preservar en el análisis la dimensión temporal del discurso, proponiendo lo que denominan un “mapa” descriptivo para reflejar la función retrospectiva y prospectiva de cada idea en su contexto y en el flujo del diálogo: In the present method, the dynamics of peer group interaction are illustrated with the help of analytical maps which have been created for each peer group under investigation. The product of the analysis is a series of situation-specific analytical maps that describe the sequential evolution of peer group interactions as they are constructed by students 129 interacting with and acting on each other’s messages. In addition to highlighting the dynamics of peer interaction, the maps show the construction of time in the student’s activity (…) Although a structural map is always a simplification, it gives a coherent and temporal picture of a complex situation. (p. 40). b) Bee (2000) Bee centra su modelo de análisis en la noción de “marco” (frame), un concepto que se desarrolla en los años 70 con los estudios sociocognitivos de Goffman (1974), Minsky (1975) o Fillmore (1976), y posteriormente con aportaciones desde diversos campos (ciencias sociales, ciencias cognitivas, lingüística, etc.) y con planteamientos a menudo discrepantes entre sí de autores como van Dijk, Moscovici, Lakoff, Johnson, Gamson, Snow, Benford o Donati (Fisher, 1997). Los estudios sobre los marcos discursivos se han centrado predominantemente en lo que podríamos denominar el contenido proposicional de la interacción (Tannen, 1993) mientras que en el modelo de Bee el concepto de “marco” se acerca a la noción de marcadores discursivos entendidos desde un punto de vista funcional como rudimentos lingüísticos para organizar el discurso en la interacción y entendiendo esta interacción como un proceso argumentativo. La vertiente funcional del lenguaje ha sido ampliamente abordada desde las llamadas lingüísticas enunciativas, en oposición a las lingüísticas no-enunciativas o formales, por autores como Bühler, Lyons, Jakobson, Sabatini, Schmidt o Halliday (Wells, 1999; González Nieto, 2001; Artigas et al 2002; Grau, 2003). Bee parte de la visión triangular del lenguaje de Halliday (1973) (las funciones interpersonal, ideacional y textual) e integra las aportaciones realizadas por varios autores (Brown, Yule, Austin, Searle, Vygotsky, Bakhtin y Lotman) a partir de lo que la autora denomina “modos” (el modo social, el modo del saber y del pensar, y el modo del relacionar). Propone, finalmente, unos descriptores de las funciones lingüísticas en un modelo que subsume las dimensiones social y cognitiva (Cuadro 26): 130 Cuadro 26. Adaptado de Bee (op. cit., p. 227) FUNCIONES DEL LENGUAJE (1) El lenguaje en su modo social Funciones interpersonal (Halliday, 1973) o interaccional (Brown y Yule, 1983) para establecer relaciones sociales y actitudes personales y para realizar actos de habla (Austin, 1962, Searle, 1965) (2) El lenguaje en su modo del saber y del pensar 2.1: El lenguaje en su modo del saber: funciones ideacional (Halliday, 1973) o transaccional (Brown y Yule, 1983) para comunicar ideas o para realizar actos preformativos (Austin, 1962, Searle, 1965) 2.2: El lenguaje en su modo del pensar: función mediadora (Vygotsky, 1986) para mediar la acción y el pensamiento (3) El lenguaje en su modo de relacionar 3.1: Vertiente intralingüístico: función textual (Halliday, 1973) 3.2: Vertiente extralingüístico e ideacional: función dialógica (Bakhtin, 1986, Lotman, 1988) para generar nuevas ideas y voces (prospectivamente) y para reflexionar sobre ideas y voces antiguas (retrospectivamente) La autora sitúa su modelo en relación a las funciones del lenguaje relativas al modo 2.1 del saber (tomando la idea como unidad de análisis) y el modo 3.2 del relacionar, donde encontramos la noción de “marco” (framing) como relación o conexión entre ideas. Analiza las interacciones de los estudiantes como una concatenación de ideas ligadas unas a las otras, siendo que las anteriores su vez prefiguran las posteriores, en un proceso que se desarrolla según los rudimentos argumentativos. Establece dos tipos de marcos argumentativos: uno aditivo y otro reactivo, con las respectivas subcategorías. En primer lugar, un intercambio discursivo se sitúa en el marco aditivo cuando la segunda idea se suma a la primera sin juicio, evaluación o comentario sobre la calidad, la veridicidad o la validez sobre el contenido proposicional de la primera idea. En segundo lugar, un intercambio discursivo se sitúa en un marco reactivo cuando la segunda idea es una adición a la primera con el juicio y la evaluación del hablante sobre la veridicidad, validez o valor de la primera idea. Las subcategorías aditivas serían las siguientes: • Añadir: adición a la idea de partida (o a la lista de ideas precedentes) de una idea nueva pero similar con relación de cohiponímia y con un patrón sintáctico similar • Explicar: justificación respondiendo a “¿Por qué?” o paráfrasis de la primera idea • Expandir: reelaboración de la idea precedente o de una parte con información específica, de general a específico 131 • • Concluir: la operación contraria a la anterior Diverger: adición de una idea diferente respecto del flujo de pensamiento precedente • Contrastar: adición sin invalidarla de una idea diferente u opuesta a la idea precedente Por su parte, las subcategorías reactivas serían las siguientes: • Contradecir: indicación de que la primera idea no es verdad • Matizar: reducción de la validez o veridicidad de la primera idea a determinadas condiciones • Retar: cuestionamiento de una idea a menudo con forma de pregunta desafiante sin comprobar o pedir información • Evaluar: comentario de tipo evaluativo como “está bien”, “es interesante”, “tienes razón” La noción de marco es por lo tanto central en el modelo descrito. En palabras de la propia autora: The term “framing” is used in my study to indicate not only a link between ideas but also the flow of ideas in a larger context, in other words, a series of links between ideas. “Framing” is thus a much broader term than “linking” in relation to the relationship / association between ideas. It refers not only to a retrospective link but also to a prospective link between ideas. Thus, “idea framing” refers to the way ideas are developed and linked with each other both prospectively and retrospectively. (p. 225) Para esta autora es necesario saber qué es el conocimiento y cómo se construye, y para ello se remite a la psicología cognitiva, la cual concibe el saber como una red proposicional y conceptual situada en la memoria formada por nodos (de ideas y conceptos) y conexiones entre estos nodos. Asimismo, se remite a Bakhtin (1986) y Lotman (1988) para explorar la función de la idea en el marco de la interacción discursiva. Según estos autores, cuando una idea es pronunciada estimula el proceso de pensar no sólo “hacia atrás” sino también “hacia delante”: en el primer movimiento se relaciona con información “ya dicha” y en el segundo, con nuevas ideas. Esto significa que analizar el conocimiento implica referirse tanto a los nodos como a las conexiones entre ellos, entendiendo esta conexión no sólo entre las ideas nuevas y las precedentes sino también entre las ideas nuevas y las subsiguientes. Se pone de manifiesto así el factor temporal como una cuestión crucial en el análisis de las interacciones, coincidiendo con otros estudios sobre el habla en el aula, como por ejemplo el de Scott et al (2006). El concepto de “marco” caracteriza, pues, de manera analítica y detallada el vínculo entre dos ideas y expresa no sólo la conexión entre ideas sino también la serie de conexiones entre estas ideas. En este sentido se trata de una noción más amplia que la de conexión: haría referencia a la manera en la que las ideas se desarrollan y conectan tanto prospectivamente como retrospectivamente en el flujo discursivo. c) Discusión 132 Kumpulainen y Wray explicitan la necesidad de ver las diversas categorías como estrictamente integradas para reflejar la realidad del discurso. Desde nuestro punto de vista, sin embargo, el modelo que proponen estos trabajos tiene un conjunto de solapamientos que confunden la naturaleza de las unidades de análisis establecidas. Una de las funciones lingüísticas identificadas, por ejemplo, es la función interrogativa, a pesar de que como ya ha sido apuntado la interrogación tiene un valor multifuncional. Los autores resuelven este solapamiento de forma y función identificando las interrogaciones del discurso como forma lingüística y relacionándolas con una función específica cada vez: por ejemplo, la función interrogativa y la función de razonamiento, o la función interrogativa y la función de pedir información. Lo mismo pasa con la llamada función responsiva, en la que los turnos identificados como tales pueden tener atribuida otra función suplementaria (por ejemplo la función de informar). Siguiendo esta tónica el modelo muestra la estrecha relación entre las dimensiones social y la dimensión cognitiva, y propone categorías cognitivas y funciones lingüísticas prácticamente solapadas (organizar el trabajo y la función organizativa). Propone asimismo categorías cognitivas de naturaleza muy diferente, como “comparar cartas” y “organizar el trabajo” o “especular”. Por otro lado, el modelo describe la dimensión cognitiva en términos paralelos a los tres tipos de conversación identificados por los estudios sobre el habla exploratoria que hemos revisado: las conversaciones disputativa, acumulativa y exploratoria, y sitúan aquí la conversación no centrada en la tarea. Ciertamente se trata de entornos interactivos que nos pueden hacer pensar en una actividad cognitiva diferente, pero desde nuestro punto de vista también aquí hay un cierto solapamiento entre esta caracterización desde la vertiente cognitiva y los diversos tipos de interacción social, que como ya hemos mencionado irían desde la colaboración al conflicto. El modelo de Bee parece que ahorra este solapamiento en un doble sentido: tanto en relación a las funciones lingüísticas como en relación al vínculo entre funciones lingüísticas y el procesamiento cognitivo. Como ya hemos indicado, esta autora establece unas categorías funcionales generales y separadas de la literalidad de las formas lingüísticas. Estas categorías tienen también un valor descriptivo tanto de los procesos cognitivos como de las relaciones sociales, e implícitamente subsumen la caracterización del habla (con las categorías de disputativa, acumulativa y exploratoria consideradas en el modelo precedente categorías cognitivas) al conjunto del análisis. Una objeción que podríamos formular es que esta concepción de “marco” cumple con uno de los objetivos establecidos por la autora (señalar el vínculo retrospectivo y prospectivo entre dos ideas) pero no con el otro (señalar esta relación en el flujo más amplio de una interacción). Efectivamente, la descripción que hace Bee de la conexión entre ideas se remite al primero de estos objetivos, pero no al contexto general de aparición y sucesión de ideas en el flujo de la conversación. Creemos que estos marcos tal como están definidos por la autora son demasiado locales y no explican por ellos mismos la organización argumentativa del flujo discursivo. Desde nuestro punto de vista, los marcos identifican la naturaleza de las diversas operaciones que se van sucediendo (unas de tipo aditivo y otras de tipo reactivo) pero para describir el flujo discursivo hace falta una categoría mayor que los englobe. Una categoría así permitiría observar con perspectiva y justamente sobre el eje temporal 133 cómo las subcategorías aditivas y reactivas se suceden, se enlazan y se agrupan, formando unidades argumentativas superiores. Estas unidades son las que permiten hacer avanzar la argumentación desde el punto de vista proposicional: en definitiva cuando se discute y se argumenta se hace sobre un tema concreto, y en situación de enseñanza/aprendizaje nos interesa ver cómo la discusión sobre este tema concreto va evolucionando. Estas unidades argumentativas superiores darían cuenta de cómo avanza la resolución de la tarea: en el supuesto que nos ocupa entenderíamos este “avanzar” como las modificaciones que la conversación opera sobre los conceptos metalingüísticos. 5.3.2. Unidades de análisis de un modelo para el estudio de la interacción oral en pequeño grupo centrada en la reflexión metalingüística Nuestro trabajo es un estudio natural de aula que explora el discurso de alumnos que en situación social de bilingüismo (catalán y castellano) realizan una actividad metalingüística sobre una de las lenguas (catalán). Desde nuestro punto de vista la interacción de los alumnos descansa sobre tres dimensiones del discurso: la dimensión proposicional (el contenido metalingüístico), la dimensión funcional (la argumentación) y la dimensión social (la gestión de la interacción). Nuestro modelo desarrolla unas unidades relativas a las dos primeras dimensiones (de contenido y de argumentación) pero no desarrolla la dimensión social. 6 6 La dimensión social ha sido ampliamente explorada en conversaciones centradas en una gran diversidad de temáticas escolares (por ejemplo, Mercer y Littleton, 2007). Ciertamente merece una atención renovada y centrada en la temática metalingüística que nos ocupa pero no será desarrollada en el presente trabajo. La importancia de una dimensión social viene dada por el hecho de que es gracias a unas reglas básicas que el grupo será capaz de desarrollar una dinámica argumentativa (dimensión funcional) y que la exploración sobre el contenido específico (dimensión proposicional, en nuestro caso metalingüístico) podrá avanzar. Contrariamente, si el grupo no comparte estas reglas básicas la participación no se producirá con fluidez y no se podrá desarrollar un discurso argumentativo que favorezca la exploración (Wegerif et al 2009). Estas reglas responden a la manera en que los alumnos son conminados a escucharse, a hacerse preguntas, a dar explicaciones, a pedir la palabra, a requerir aclaraciones, a mostrar acuerdo o desacuerdo, a no manipular la grabadora, etc. Dos aspectos que desde nuestro punto de vista sería interesante explorar son los siguientes: (a) la actitud que adopta el locutor respecto a aquello que dice, a la persona a quien se lo dice y al contexto inmediato, y (b) las referencias explícitas a la resolución de la tarea (en cuanto a la naturaleza de la demanda y a la participación del grupo). Por lo que respecta al punto (a), en nuestro análisis hemos observado que los alumnos acompañan sus intervenciones a través de recursos muy heterogéneos como la pronunciación, el énfasis, el volumen, las frases inacabadas, el ritmo acelerado o lento o el solapamiento de turnos, entre otros, como indicios de asertividad o duda. Creemos que es de asertividad cuando el locutor envía el mensaje al grupo según el cual lo que acaba de decir debería ser aceptado. Creemos que es de duda cuando el mensaje es el contrario: el alumno espera que la propia intervención sea completada, matizada o contradicha, que sea interpretada como una propuesta abierta, un pensamiento en voz alta. En cuanto al punto (b), la atención puede orientarse tanto a la participación en la conversación como a la resolución de la tarea: en el primer punto, los alumnos se piden la opinión o explicitan sus dudas como manera de hacer participar a los compañeros; en el segundo, los alumnos discuten sobre cómo resolver una tarea concreta, qué es lo que se les pide hacer, etc. En este último caso también podemos identificar varios niveles de abstracción, semejantemente a lo que pasa con los enunciados metalingüísticos (cf nota siguiente). El fragmento que sigue muestra cómo un alumno (en negrita) concibe la tarea desde un Nivel 1 de abstracción (reconocimiento y percepción); en cambio su compañero (en negrita versales) sitúa la tarea a un Nivel 4 de abstracción (generalización). El primer número hace 134 La asunción básica será que el aprendizaje se da gracias a unos rudimentos argumentativos que permiten la transformación del contenido proposicional metalingüístico. Nuestro objetivo es observar la capacidad de rebatir las ideas elaboradas y de abrir otras ideas en una dinámica de acción y revisión (aditiva y reactiva). Nuestro modelo busca partir de unas categorías que puedan dar cuenta de esta transformación proposicional en el marco de la dinámica argumentativa, es decir, describir cómo a través de la argumentación el contenido proposicional va transformándose. Para nosotros el habla exploratoria queda definida por esta dinámica. El habla exploratoria es aquella que permite el aprendizaje, independientemente de que los alumnos hayan llegado a la solución final, puesto que una discusión puede ser potencialmente válida para llegar a una solución pero no llevar a ella por motivos diversos, como la falta de tiempo. Esto se contrapone a la noción de habla exploratoria defendida por Bee (2000), ligada a la condición de “verdad” de la solución final acordada por el grupo. Así, definimos nuestro modelo a partir de las siguientes unidades. En cuanto a las unidades de análisis relativas al contenido hemos establecido el Diálogo, la Secuencia Discursiva, la Secuencia Metalingüística, la Subsecuencia Metalingüística y el Enunciado Metalingüístico. En cuanto a las unidades de análisis relativas a la argumentación hemos establecido la Secuencia Argumentativa y el Episodio Argumentativo. Asimismo, hemos establecido las siguientes categorías: para las unidades de análisis proposicionales, los enunciados metalingüísticos pragmáticos, semánticos y formales; y para las unidades de análisis funcionales, los episodios argumentativos reactivos (diverger, contradecir, clarificar y retar) y los aditivos (explicar, expandir, añadir, aceptar y concluir ). referencia a cuál de los seis diálogos explorados en el presente trabajo corresponde el fragmento, y el segundo número se refiere al turno: 3.137 Enric: = = a mi és que:: en una frase:: || a mí es que:: en una frase:: || 3.138 Arnau: digues digues venga di 3.139 Enric: no però és un::a opinió meva: no pero es un::a opinión mía: 3.140 Arnau: = doncs dóna-la = = pues dila = 3.141 Ferran: = digues tio = dóna l’opinió = di tío = da la opinión 3.142 Enric: jo que sé:: || (le) estic cansat | (ac) vale és una frase normal i corrent i i i tenim que dir (le) estic és tal cosa / cansat una altra:: / i:: / yo que sé:: || (le) estoy cansado | (ac) vale es una frase normal y corriente y y y tenemos que decir (le) estoy es tal cosa / cansado otra:: / y:: / 3.143 Ferran: com? com? ¿cómo? ¿cómo? 3.144 Enric: = una parida / = una raiada de cap / un / = una parida / = una rayada de cabeza / un 3.145 Pere: = XX = = XX = 3.146 Arnau: sí però però sí pero pero 3.147 Pere: = = però és l’activitat \ = = pero es la actividad \ 3.148 Enric: sí és una activitat però / sí es una actividad pero / 3.149 Arnau: (ac) tio però sempre ha entrat la sintaxi de le::s de les frases tio: (ac) tío pero siempre ha entrado la sintaxis de la::s de las frases tío: 3.150 Enric: em ratllo el cap que flipes \ me rayo la cabeza que flipas \ 3.151 Arnau: = bueno xxxxx = = bueno xxxxx = 3.152 Ferran: = xxx quan veu = que QUALSEVOL FRASE ENCARA QUE SIGUI SENZILLA TAMBÉ TÉ LA SEVA COMPLICACIÓ / SI TE LA POSES A MIRAR AMB LA RODA DE L’ORACIÓ i tot el rollo \ = xxx cuando ve = que CUALQUIER FRASE AUNQUE SEA SENCILLA TAMBIÉN TIENE SU COMPLICACIÓN / SI TE LA PONES A MIRAR CON LA RUEDA DE LA ORACIÓN y todo el rollo \ 3.153 Enric: = = sí però això és estudi de::: = = sí pero esto es estudio de::: 3.154 Arnau: ||| tio és coneixement! ||| tío es conocimiento! 135 • Dimensión proposicional Desde el punto de vista proposicional, cuando los alumnos discuten lo hacen respondiendo a una demanda concreta y sobre un tema concreto, pero atendiendo a cuestiones de orden diverso. Denominamos Diálogo a la conversación que responde a una demanda concreta (a una actividad dentro del proyecto de estudio gramatical) y Secuencia Discursiva a las diversas cuestiones o temas que se abordan. Así, la unidad de análisis máximo, el Diálogo, es divisible a su vez en Secuencias Discursivas, cada una de las cuales se focaliza en un tema concreto: la identificación de un elemento como el complemento de régimen, unas referencias a la participación en la discusión por parte de un compañero, la conveniencia de pedir ayuda al profesor o de parar la grabadora, las dudas sobre el sentido de la tarea, etc. Algunas de las Secuencias Discursivas son de tipo metalingüístico: las denominaremos Secuencias Metalingüísticas. Algunas de estas Secuencias Metalingüísticas son relativamente extensas y pueden subdividirse en subsecuencias que exploran un mismo aspecto metalingüístico desde dos o más puntos de vista específicos. Por ejemplo, una Secuencia Metalingüística puede centrarse sobre el complemento de régimen, y hacerlo desde dos perspectivas, la pronominalización y la posición respecto al verbo. Cada una de estas perspectivas constituye una Subsecuencia Metalingüística. La unidad mínima de análisis es el Enunciado Metalingüístico. A continuación definimos con más detalle cada una de estas unidades con el siguiente orden: (a) Diálogo, (b) Secuencia Discursiva, (c) Secuencia Metalingüística, (d) Subsecuencia Metalingüística y (e) Enunciado Metalingüístico. (a) Diálogo Tal como ya hemos especificado, el modelo de SDG consta de tres fases: de introducción y establecimiento de la problemática que debe estudiarse, de desarrollo de su estudio a través de un conjunto de instrumentos y de procedimientos, y de elaboración final de un texto escrito y/u oral que sirva de cierre y a la vez de recuperación metacognitiva. Cada una de estas tres fases está constituida por un conjunto de actividades diversas, realizadas en la interacción en pequeño grupo. Nuestro análisis se interesa por cómo es esta interacción y selecciona de todas las grabaciones realizadas los diálogos generados en dos actividades concretas: una actividad (a partir de ahora actividad [1]) perteneciente al final de la Fase 1 y otra actividad (a partir de ahora actividad [2]) perteneciente al final de la Fase 2. Como es habitual cada una de estas actividades se organiza alrededor de una demanda única referida a objetos diversos. En nuestro caso, la demanda de la actividad [1] es “Elegir aquellas oraciones consideradas más fáciles y más difíciles y justificar esta consideración” y los objetos sobre los cuales hay que reflexionar son las diversas oraciones que los alumnos han analizado previamente. La demanda de la actividad [2] es “Determinar y justificar si los pronombres subrayados están bien empleados o no” y los objetos sobre los cuales debe reflexionarse son varios pronombres subrayados de un texto breve. La demanda de cada actividad genera diálogos diversos: en la actividad [1] sendos diálogos basados en la oración más fácil y más difícil; en la actividad [2] un diálogo para cada uno de los pronombres subrayados (siete en total). Entendemos por Diálogo (D), pues, una unidad temática definida justamente por el tema metalingüístico que 136 está siendo objeto de atención. Analizaremos las interacciones de tres grupos y por cada grupo hemos seleccionado dos diálogos, relativos respectivamente a las actividades [1] y [2]. Hemos numerado cada diálogo según se especifica en el Cuadro 27: Cuadro 27 Grupos Actividad I II III [1] Diálogo 1 Diálogo 2 Diálogo 3 [2] Diálogo 4 Diálogo 5 Diálogo 6 Por la naturaleza abierta de la actividad [1], los Diálogos 1, 2 y 3 se centran sobre oraciones diversas, la que cada grupo ha elegido libremente; por la naturaleza cerrada de la actividad [2], los grupos hablan de todos los pronombres y nosotros hemos seleccionado el diálogo de cada grupo centrado en el mismo problema, la combinación pronominal en catalán “l’hi”, de una gran complejidad como veremos. (b) Secuencia Discursiva Un diálogo, pues, es una parte de la respuesta a una actividad, una respuesta oral confeccionada en pequeño grupo. Lo ilustraremos con el Diálogo 3 (generado por el Grupo III) sobre la oración En l’ecologisne? Hi crec bastant (“¿En el ecologismo? Creo bastante en él”). Este grupo la considera una oración difícil y tiene que justificar por qué piensa que lo es. Lógicamente esta demanda es una petición indirecta de análisis oracional. El grupo se enfrenta a un aspecto relevante, la división de la oración en dos partes, que hace confusa la comprobación de una de las funciones identificadas, la de complemento de régimen. Sin embargo, esto no es lo único que los alumnos observan: más adelante, por ejemplo, se centran en otra función de esta misma oración, la de sujeto, y anteriormente han discutido en qué consiste exactamente la demanda de la actividad, pues no les ha quedado clara; hacia el final también hacen referencia a la conveniencia o no de parar la grabadora y discuten nuevamente sobre el sentido de la actividad. Tenemos, pues, que en un mismo diálogo para responder a una actividad concreta se entremezclan varios focos temáticos, algunos de tipo procedimental (ligados a cómo responden a la actividad) y otros de tipo metalingüístico (ligados a la actividad metalingüñistica propiamente): denominaremos Secuencia Discursiva (SD) a cada una de las divisiones temáticas que se puedan hacer de un mismo diálogo. La sucesión de secuencias discursivas refleja el orden de aparición del foco temático, un hecho importante puesto que una discusión se desarrolla según el eje temporal y un mismo tema puede ser abordado, abandonado y retomado más adelante. El Diálogo 3 mencionado se puede dividir cronológicamente en siete secuencias discursivas según el foco temático: (1) el sentido de la actividad, (2) el procedimiento para responder a la demanda, (3) la función de complemento de régimen (CR), (4) la función de sujeto, (5) la función de CR, (6) la conveniencia de parar la grabadora, y (7) el sentido de la actividad. 137 c) Secuencia Metalingüística A nosotros nos interesa analizar el contenido metalingüístico de cada diálogo, por eso nos centraremos en aquellas secuencias discursivas de contenido metalingüístico: denominamos Secuencia Metalingüística (SM) aquella secuencia que tiene un contenido metalingüístico. En el ejemplo del Diálogo 3 que acabamos de mencionar en el punto anterior, todas las secuencias menos la (1) y la (6) serían metalingüísticas. Entendemos que el adjetivo “metalingüístico” hace referencia tanto a aquello más enfocado al sentido de la tarea y a los procedimientos para gestionarla, como a aquello propio de la dimensión conceptual ligada a las funciones sintácticas, por ejemplo. Entendemos también que procedimientos y conceptos no funcionan como compartimentos estancos sino como ámbitos de actuación generales, puesto que para abordar el concepto de función sintáctica hacen falta unos procedimientos determinados, y cuando se abordan los procedimientos para responder a la tarea o incluso cuando se identifica el sentido que tiene se está apelando a su vez a unos conceptos concretos. Nuestro análisis dejará de lado las secuencias metalingüísticas orientadas al sentido de la actividad o a su gestión y se centrará en aquellas ligadas al análisis conceptual de la oración: en el Diálogo 3, serían la secuencia (3) centrada en el CR, la (4) centrada en el sujeto, y la (5) centrada de nuevo en el CR. Para acotar el análisis en el presente trabajo elegiremos por cada diálogo un solo tema o varios temas afines: en el Diálogo 3 elegiremos las secuencias metalingüísticas (3) y (5) centradas en el CR y dejamos de lado la (4) centrada en el Sujeto. En el Cuadro 28 reproducimos una relación de esta selección de secuencias metalingüísticas para los seis Diálogos: Cuadro 28 Diálogo Secuencia Metalingüística Tema 1 1, 3, 4 y 5 2 1y4 Interrelación entre sujeto elidido, referencia y sentido 3 3y5 Función de CR 4 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8 y 9 5 1, 2 y 3 6 1, 2 y 3 Funciones de S, CD y CI y verbo Funciones del pronombre “hi” y operaciones de coreferencia y distribución complementaria Funciones del pronombre “hi”, usos correctos e incorrectos, y referencia Funciones del pronombre “hi”, pronominalización, perfil verbal, verbo elidido y rección (d) Subsecuencia Metalingüística En este punto, ya hemos acotado nuestro objeto de análisis: las secuencias centradas en un concepto metalingüístico, que en el caso del Diálogo 3 hemos visto que se trata del CR. Siguiendo con este mismo ejemplo, podemos considerar el CR en realidad como un macroconcepto, un paraguas 138 que engloba lo que podemos denominar microconceptos: la posición, la pronominalización, la preposición, la rección, la necesidad semántica, la dimensión pragmática, etc. Esto queda reflejado en el flujo argumentativo de la conversación de los alumnos: centrarse en un concepto específico, como el CR, implica abordar todo un conjunto de microconceptos. Es decir: cada secuencia metalingüística a su vez podría estar conformada por lo que denominaremos Subsecuencias Metalingüísticas (SSM), definidas también temáticamente según el microconcepto abordado (posición, pronominalización, concordancia, pasiva...) para dar sentido al concepto general o macroconcepto (CR). En el ejemplo que nos ocupa, la secuencia metalingüística (3) centrada en el CR contendría cinco subsecuencias metalingüísticas centradas respectivamente en (3.1) posición, (3.2) pronombres y posición, (3.3) concordancia y posición, (3.4) oralidad y posición, y (3.5) pasiva. Puede suceder que una secuencia no se subdivida: es el caso de la (5), que se centra en una única noción, la de CR y su posición. Las subsecuencias metalingüísticas nos permitirán observar un hecho relevante: las diversas micronociones que definen cada subsecuencia dibujan un continum entre ellas más que unos compartimentos estancos. Si observamos, por ejemplo, las subsecuencias del Diálogo 3, constataremos que hay una clara continuidad entre (3.1), (3.2), (3.3) y (3.4), centradas en la micronoción de “posición”, que se aborda en relación a otras micronociones: la pronominalización, la concordancia y la oralidad. En la subsecuencia (3.5) esta continuidad se pierde (se centra en la pasiva), aunque se retoma más adelante en la secuencia 5. Nuestro análisis se centrará en la evolución que siguen las micronociones y eliminaremos por lo tanto aquellas subsecuencias que se aparten de esta continuidad. En relación al Diálogo 3, el foco de análisis será el que expresa el Cuadro 29: Cuadro 29 Secuencia metalingüística Subsecuencia metalingüística 3.1 Turnos: 3.27 / 3.42 Foco: posición (delante y detrás) 3. Turnos: 3.27 / 3.82 Foco: el CR en En l’ecologisme? Hi crec bastant (“En el ecologismo? Creo bastante en él”) 3.2 Turnos: 3.42 / 3.48 Foco: pronombre y posición 3.3 Turnos: 3.48 / 3.68 Foco: concordancia y posición 3.4 Turnos: 3.69 / 3.82 Foco: oralidad y posición 5. Turnos: 3.122 / 3.133 Foco: CR, posición y orden de los elementos a En l’ecologisme? Hi crec bastant (“En el ecologismo? Creo 139 - bastante en él”) (e) Enunciado Metalingüístico La unidad mínima en el análisis del contenido metalingüístico de las interacciones es el Enunciado Metalingüístico (EM). Constituye la expresión metalingüística concreta pronunciada en un turno, a pesar de que en un mismo turno puede haber más de un enunciado metalingüístico y un solo enunciado puede ocupar más de un turno (en el caso de aquellos turnos completados colaborativamente por otro alumno y también en el caso de aquellos turnos discontinuos completados por un mismo alumno). Veamos unos ejemplos (marcados en negrita) extraídos de los Diálogos 3 y 5: 7 (i) ejemplo de “un turno / un EM”: el alumno realiza una referencia a la imposibilidad de pasar el elemento observado a plural; la relación “un turno / un EM” es el caso más habitual. 3.58. Arnau: bueno claro es que:: en el ecologismo no puede no se puede pasar a plural (ii) ejemplo de “un turno / más de un EM”: en el ejemplo siguiente el alumno procede con orden siguiendo la pauta de observación establecida; en un turno hace referencia a dos rasgos distintos de los argumentos (la posición y la posibilidad de concordar con el verbo), y entendemos cada una de estas dos referencias como dos enunciados diferentes. 3.99 Arnau: a ver eeeeh || ¿va antes del verbo? sí \ ¿tiene concordancia? también porque serían los niños lloran \ (iii) ejemplo de “más de un turno / un EM” de tipo colaborativo: en los ejemplos siguientes un alumno completa el enunciado metalingüístico del turno anterior. 3.124 Pere: y que con la rueda de la oración todo | todo cuadra menos | menos esto que hemos dicho aquí del | la situación de | del régimen 3.125 Arnau: claro del complemento de régimen 5.49 Rosa: esta parte de la frase quedaría 5.50 Pau: iban al aula que les tocaba y escuchaban con un grado de interés aceptable 7 En el anexo se encuentra su versión original en catalán. 140 (iv) ejemplo de “más de un turno / un EM” completado por un mismo alumno: el mismo alumno completa en el turno 3.55 el enunciado metalingüístico iniciado en el turno 3.53, que no es inmediatamente precedente. 3.53. Enric: = = no hay concordancia \ = es uno:: = 3.54. Arnau: = (ac) ¿como dice la rueda? = 3.55. Enric: = = una pregunta y una respuesta Categorizamos la unidad de Enunciado Metalingüístico según su naturaleza semántica, pragmática o formal. La naturaleza semántica haría referencia al significado prototípico codificado en la forma descontextualitzada, al significado de diccionario; la naturaleza pragmática a la forma en su uso real; y la naturaleza formal a la unidad lingüística visible o audible (sonidos, símbolos gráficos, palabras funcionales, estructuras sintácticas, etc.). Los cuatro enunciados ejemplificados son de naturaleza formal: el ejemplo de (i) hace referencia a la posibilidad de un elemento de aceptar el plural; el ejemplo de (ii) a la concordancia con el verbo; el ejemplo de (iii) al orden de los elementos; y el ejemplo de (iv) a los elementos de los que la oración está constituida. En el Diálogo 3 también podemos encontrar enunciados metalingüísticos de tipo semántico y pragmático: 8 • Enunciado Metalingüístico de tipo semántico: el alumno se refiere a la necesidad del complemento para completar semánticamente el verbo. 3.76 Arnau: (ac) es una aclaraci...- se seria: como:: un comple o sea seria uno para complementar el significado de creo bastante \ • Enunciado Metalingüístico de tipo pragmático: el alumno vincula a un uso concreto la estructura con un elemento dislocado, un uso propio del oral informal. 3.78 Arnau: en realidad es una es una es una frase oral / esto \| porque es como si dijeras en un diálogo / yo digo = (ac) crees en el ecologismo? = 3.79 Ferran: = ya ya ya ya = 3.80 Arnau: y tú dices como si no me hubieras entendido 8 No siempre resulta fácil sin embargo distinguir en un análisis micro de la conversación entre la naturaleza pragmática, semántica o formal de los enunciados metalingüísticos. Hay un grupo reducido de enunciados que son claramente ambiguos y en los cuales nos regimos por los siguientes criterios. Hemos considerado pragmáticos enunciados metalingüísticos frecuentes como “4.19 aquest potser sobra este quizás sobra” y “4.22 jo no crec que sobri yo no creo que sobre” porque interpretamos que hay una referencia implícita al propio uso. Hemos considerado semánticos enunciados metalingüísticos como “4.56 podríem prescindir d’ell podríamos prescindir de él” porque apunta implícitamente a decir que el elemento en cuestión está repetido en la oración y que los elementos repetidos hay que eliminarlos. Finalmente, hemos considerado que son formales los enunciados en los que un alumno repite el fragmento de oración que otro alumno acaba de leer porque interpretamos que se trata de una acción inicial para convertir el código en una forma observable. 141 Algunos enunciados metalingüísticos no son desarrollados y quedan como aportaciones aisladas: los denominaremos Movimientos y los indicaremos en cursiva. Un último aspecto de los enunciados metalingüísticos hace referencia a su nivel de abstracción. Este aspecto no será abordado en nuestro análisis. 9 9 Se trata de una de las piedras de toque del aprendizaje de cualquier disciplina, también del aprendizaje del saber metalingüístico. Para identificar los procesos de abstracción en el razonamiento metalingüístico, podemos guiarnos por los niveles que establece Barth (2007) para el conocimiento escolar. El nivel más alto de abstracción sería para esta autora el Nivel 4 de generalización. No hemos interpretado como propio de este nivel ninguno de los enunciados metalingüísticos observados, un hecho que nos parece lógico dada la identidad de los participantes, pues se trata de escolares y no de lingüistas. - Nivel 0: confusión entre lengua y realidad. Ejemplo: 2.9 Eva: (...) també pot dir (le) aquest estiu ha crescut molt el meu el meu cosí o el que sigui 2.10 Rosa: clar la persona \ 2.9 Eva: (...) también se puede decir (le) este verano ha crecido mucho mi primo o lo que sea 2.10 Rosa: claro la persona \ - Nivel 1: reconocimiento, percepción. Ejemplo: 2.3 Rosa: ehhh ehhh l'atemptat de Madrid seria emmmm | complement directe 2.3 Rosa: ehhh ehhh el atentado de Madrid sería emmmm | complemento directo - Nivel 2: análisis, manipulación. Ejemplo: 6.13 Pere: espera \ un moment \ = (p) (le) a l’aula que:: = (p) que el tocava:: / 6.14 Arnau: = surt als dos \ = és a ells \ tio! 6.15 Pere: = = (p) que els tocava / ||| que:: | que li tocava \ 6.13 Pere: espera \ un momento \ = (p) (le) en el aula que:: = (p) que les tocaba:: / 6.14 Arnau: = sale en los dos \ = \ tío! 6.15 Pere: = = (p) que les tocaba / ||| que:: | que le tocaba \ - es a ellos Nivel 3: clasificación, inferencia, validación. Ejemplo: 6.15 Pere: = = (p) que els tocava / ||| que:: | que li tocava \ (f) (ac) sí no? perquè pots substituir per li \ | a l’aula que li tocava 6.16 Arnau: sí 6.17 Pere: = = no a l’aula que el tocava \ ¡ah! (ac) i a més / ¡mira! | (le) si dius l’aula que la tocava / e::l el verb canvia de significat \ seria el el verb tocar \ || i canviaria de significat | hi = ha el verb tocar de contacte = 6.15 Pere: = = (p) que les tocaba / ||| que:: | que le tocaba \ (f) (ac) sí ¿no? porque puedes sustituir por le \ | en el aula que le tocaba 6.16 Arnau: sí 6.17 Pere: = = no en el aula que lo tocaba \ ah! (ac) y además / mira! | (le) si dices el aula que la tocaba / e::l el verbo cambia de significado \ sería el verbo tocar \ || y cambiaría de significado | = hay el verbo tocar de contacto = 3.45. Ferran: = sí però per però per mirar el lloc hauríem de canviar la frase com si fos hi crec (le) hi crec bastant en l’e en l’ecologisme | = llavors sí que estaria:: = 3.46. Arnau: = (ac) jo crec bastant en l’ecologisme = 3.47. Ferran: | = = sí que estaria a davant no? 3.48. Arnau: clar perquè seria la frase normal seria crec bastant en l’ecologisme | (le) hi crec bastant | (ac) perquè se suposa que això / | si: si: si traiéssim el pronom / || |quedaria davant i seria crec bastant en l’ecologisme <2> vale | eeeeeeeh | bueno el pronom / la preposició 3.45. Ferran: = sí pero para pero para mirar el lugar tendríamos que cambiar la frase como si fuera creo (le) creo bastante en la e en el ecologismo | = entonces sí que estaría:: = 142 • Dimensión funcional En cuanto a la vertiente argumentativa, identificamos unas aportaciones argumentativas locales, los Episodios Argumentativos, que como hemos visto se organizan en díadas aditivas o reactivas y son el contexto de los enunciados metalingüísticos. Denominaremos Secuencia Argumentativa a cada una de las unidades superiores que engloban las aportaciones argumentativas locales. Lo que determina el paso de una Secuencia Argumentativa a otra es la irrupción de un Episodio Argumentativo reactivo: oponiéndose a lo que ha sido dicho anteriormente, el interlocutor abre un nuevo espacio de discusión conformado por Episodios Argumentativos aditivos dentro de la misma secuencia argumentativa. A continuación definimos cada una de estas unidades en el siguiente orden: (f) Secuencia Argumentativa y (g) Episodio Argumentativo. f) Episodio argumentativo La interacción entre estudiantes se organiza a partir de marcos aditivos y reactivos que vinculan una idea con otra. Una primera categorización de la unidad de análisis, el Episodio Argumentativo (EA), hace referencia a la función reactiva o aditiva de los elementos lingüísticos. Un episodio argumentativo reactivo es aquel en el que se muestra desacuerdo con lo que se ha dicho previamente; por el contrario un episodio argumentativo aditivo es aquel en el que se muestra acuerdo con lo que se ha dicho previamente. Ambas unidades constituyen un marco reactivo o un marco aditivo en los que a su vez identificamos subcategorías reactivas o aditivas. Identificamos los siguientes episodios argumentativos reactivos: diverger (cambiar el foco), contradecir (mostrar desacuerdo total), clarificar (mostrar desacuerdo parcial) y retar (mostrar desacuerdo remarcando algún aspecto contradictorio de lo que se ha dicho). Identificamos los siguientes episodios argumentativos aditivos: explicar (mostrar una razón), expandir (ampliar la perspectiva sobre lo que se ha dicho), añadir (repetir), aceptar (aprobar una idea) y concluir (llevar una argumentación a su punto final). Sin embargo, los marcos reactivo y aditivo son vínculos locales que no pueden explicar por ellos mismos la organización argumentativa del flujo discursivo. Para describir este flujo nos hace falta una unidad de análisis funcional mayor que englobe los episodios argumentativos y que permita observar con perspectiva y justamente sobre el eje temporal cómo las subcategorías aditivas y reactivas se suceden, se enlazan y se agrupan, formando unidades argumentativas y temáticas superiores. Esta unidad será la que permitirá visualizar cómo progresa la argumentación y la eventual transformación del contenido metalingüístico. g) Secuencia Argumentativa 3.46. Arnau: = (ac) yo creo bastante en el ecologismo = 3.47. Ferran: | = = sí que estaría a delante ¿no? 3.48. Arnau: claro porque sería la frase normal sería creo bastante en el ecologismo | (le) creo bastante [en él]| (ac) porque se supone que esto / | sií: si: si eliminásemos el pronombre / ||| quedaría delante y sería creo bastante en el ecologismo <2> vale | eeeeeeeh | bueno el pronombre / la preposición 143 Denominamos Secuencia Argumentativa a cada una de las unidades argumentativas superiores que reúnen un episodio argumentativo o más de uno. En la discusión sobre una cuestión concreta, en el seno de una Secuencia Metalingüística, puede aparecer un desacuerdo (contradecir, clarificar, retar) que determinará el punto de inicio de una nueva secuencia argumentativa, desarrollada por marcos aditivos. Cuando un estudiante cambia totalmente el foco de la conversación consideramos su contribución como un episodio argumentativo divergente, el cual abre siempre una nueva secuencia metalingüística (o en su caso una subsecuencia metalingüística). Las unidades de Episodio Argumentativo y de Secuencia Argumentativa responden, pues, a grados distintos de análisis. Esta última unidad daría cuenta del encadenamiento argumentativo según el principio discursivo de tema-rema: una primera secuencia argumentativa establece una base de la cual se dice algo a partir de un episodio argumentativo inicial que es reactivo y divergente respecto al discurso desarrollado hasta el momento. Esta primera secuencia inagural es seguida eventualmente de un episodio argumentativo aditivo, o más de uno, que la desarrolla. Esta primera secuencia argumentativa, pues, puede constituir el tema de una posible secuencia argumentativa posterior, que será el rema, iniciada a su vez también por un episodio argumentativo reactivo en este caso no divergente (puesto que el foco de atención se mantiene) sino relativo a contradecir, clarificar o retar, y susceptible también de ser seguido por otros episodios aditivos, constituyendo para ellos el tema. Las fronteras entre secuencias argumentativas serían episodios argumentativos reactivos, siendo siempre divergente el episodio argumentativo de apertura de una Secuencia Metalingüística. La función de las secuencias argumentativas en nuestro modelo de análisis es la de dar cuenta de la interrelación entre el habla exploratoria (entendida como un discurso argumentativo) y la construcción del saber metalingüístico. Nuestra intención es describir cómo es este habla y justificar el papel central que desarrolla en relación al aprendizaje del saber metalingüístico. La discusión sobre un tema se desarrolla cronológicamente y el mismo elemento es susceptible de ser explorado, dejado de lado y más tarde recuperado. Nuestro análisis escogerá de cada diálogo un elemento metalingüístico específico, independientemente de su aparición intermitente a lo largo de la interacción. La idea de partida es que la entrada progresiva a la complejidad de la gramática (es decir, la construcción del conocimiento metalingüístico) se logrará a través de la capacidad del grupo de crear un discurso argumentativo rico. 5.4. Características de los datos recogidos En cuanto al contexto general, la secuencia “El verbo y la oración” se llevó a cabo durante el segundo trimestre del curso académico 2006-2007 en una clase de 4º de la ESO (Educación Secundaria Obligatoria en España; 4º es el último curso y los alumnos tienen entre 15 y 16 años) de un centro del área de Barcelona. Se trata de una antigua escuela de primaria que con la implantación a inicions de los noventa de la LOGSE (Ley Orgánica General del Sistema Educativo), amplió en dos años la escolarización de los alumnos (que en el día de hoy se divide en Educación Infantil, Educación Primaria y ESO, con alumnos de 3 a 16 años). Es una escuela de una sola línea que acoge alrededor de 350 alumnos, ciento veinte de los cuales en secundaria, procedentes en su mayoría 144 de las clases medianas acomodadas del entorno: en el perfil educativo de los padres predominan personas con estudios superiores, y en el perfil profesional hay tenderos y pequeños empresarios, profesionales liberales o funcionarios de diversos ámbitos (justicia, enseñanza, corporaciones locales, etc.); también hay cargos de partidos políticos y cargos electos municipales. Hay una presencia prácticamente residual de inmigración extracomunitaria y la lengua de relación de los alumnos con la institución es el catalán, si bien entre ellos hay equilibrio entre catalán y castellano. El grupo de 4º de la ESO está formado por 23 alumnos que responden en su mayoría a este perfil. El docente que lleva a cabo la secuencia ha sido el profesor de catalán del grupo también en 2º y 3º (en 1º de la ESO tuvieron a la misma profesora que en 6º). En 1º trabajaron con intensidad la expresión oral formal a través de debates y exposiciones para el resto de la clase, y en 2º y 3º trabajaron de forma relevante la escritura, dos aspectos (oralidad y escritura) presentes en esta secuencia. Sin embargo el libro de texto ha sido el principal organizador de la clase de catalán en estos cursos y no han trabajado nunca la gramática de forma conjunta a través de la interacción oral. Las prácticas educativas habituales de este centro educativo son de tipo predominantemente reproductivo, transmisivo y tradicional y no se trabaja casi nunca por proyectos o grupos flexibles. Por otro lado, el grupo observado está muy cohesionado en cuanto a amistades y afinidades personales, tanto entre los chicos y las chicas como entre chicos y chicas. Asimismo, hay una buena relación con el profesor que es a la vez el investigador del presente estudio. En cuanto a las fuentes de datos, los datos explorados provienen de dos fuentes, orales y escritas, y tienen un carácter primario o secundario, según si las consideramos datos principales para nuestro estudio o no. Como fuente primaria tenemos las grabaciones de las actividades orales en pequeño grupo realizadas en el aula (grabaciones posteriormente digitalizadas y transcritas con el programa Transana). Los criterios de transcripción han sido adaptados de Tusón (2003). Marcamos el solapamiento de turnos = ...=, los turnos muy seguidos ==, la exclamación ¡! y la interrogación ¿?, la entonación descendente \ o ascendente /, el alargamiento de un sonido : ::, el ritmo acelerado (ac) o lento (le), las pausas breves | || o largas <número de segundos>, el énfasis (subrayando el fragmento), el volumen (p) (f), las risas @ @@, los fragmentos ininteligibles xx xxx, y la palabra incompleta ...-. Asimismo, respetamos las peculiaridades dialectales de los participantes en las conversaciones, que fueron en catalán. Por razones de claridad expositiva en los cuadros del análisis de los enunciados metalingüísticos que presentamos más abajo hemos eliminado las señales más directamente ligadas al flujo de la conversación (solapamientos, entonación y pausas largas). Hay que tener en cuenta, por otro lado, que estas grabaciones se realizan dentro del cuerpo de la secuencia como una evidencia para evaluar a los alumnos, puesto que las conversaciones grabadas eran evaluadas a partir de un descriptor que se devolvía a los alumnos comentado, y no eran un simple procedimiento de recogida de datos de un investigador externo. Creemos que esta integración y funcionalidad les da un valor añadido como documento de análisis. Como fuentes secundarias que nos han ayudado a interpretar los datos centrales tenemos los diarios de aula, el diario del profesor y el informe final. Asimismo hemos realizado una breve entrevista semiestructurada grabada (y posteriormente transcrita) a un grupo reducido de alumnos durante 145 las primeras sesiones, sobre las percepciones que tienen de la secuencia al cabo de poco tiempo de haber empezado; esta entrevista no será empleada en el presente trabajo. En cuanto al diario de aula o “Diario de aprendizaje”, se trata de un documento que se va escribiendo al final de cada sesión y donde queda codificado lo que ha sido realizado en el aula y la impresión que ha causado así como los incidentes que van surgiendo o el interés que despierta la secuencia globalmente. El “Diario del profesor” es un instrumento donde el docente observa la evolución de la secuencia de acuerdo con los objetivos iniciales y donde describe la puesta en escena de las actividades en el aula y también la interacción con los alumnos y de los alumnos entre ellos. Y el “Informe Final” es el escrito planteado como una compilación del trabajo hecho en un texto explicativo de lo que ha supuesto para los alumnos. Los veintitrés alumnos del grupo se dividen en seis grupos de cuatro personas (excepto uno de tres). El análisis se centra en los diálogos únicamente de tres grupos, elegidos según su nivel académico global (si algún miembro del grupo ha sacado anteriormente la nota máxima en la asignatura o ha suspendido) y su grado de motivación inicial ante el proyecto (si el número de turnos de la primera actividad no superaba los doscientos turnos el compromiso era bajo; si superaba los seiscientos era alto). En el Grupo I los cuatro alumnos tienen un nivel académico medio y un nivel de compromiso inicial bajo; en el Grupo II, los tres alumnos tienen un nivel académico bajo y un nivel de compromiso inicial alto; y en el Grupo III, los cuatro alumnos tienen un nivel académico alto y un nivel de compromiso inicial alto. 5.5. RESUMEN En este apartado hemos presentado nuestra investigación como un estudio de caso sobre la actividad metalingüística de unos escolares en una situación natural de aula. El estudio de situaciones reales de enseñanza y aprendizaje constituye un condición básica de este tipo de investigación puesto que en último término el objetivo es crear un marco teórico que fundamente un modelo de intervención. Pretende explicar las complejas relaciones que se establecen en el triángulo didáctico, yendo de la práctica a la teoría para volver a la práctica, lejos de una estricta dimensión praxeológica. Asimismo, la interpretación de los datos sólo puede hacerse teniendo en cuenta el contexto en el que estos datos se han producido, de aquí que se adopte una perspectiva participante, cualitativa e interpretativa. Hemos visto también cómo nuestro trabajo aúna los rasgos propios del estudio de caso con los de la reflexiónacción, que propone desarrollar un modelo en el que la acción educativa se encuentre implícita en los procesos, considerados en ellos mismos. Aspira a una experiencia concreta de enseñanza y aprendizaje compleja y rica que desencadene también interrogantes que la investigación posterior explorará fuera de la dinámica del aula, revirtiendo necesariamente en subsiguientes implementaciones. En este sentido, en nuestro marco teórico general se produce un punto de encuentro entre dos métodos: el diseño y la evaluación de propuestas de intervención, y el análisis de la interacción verbal. Hemos expuesto la orientación lexicalista de nuestra propuesta a la hora de abordar nociones oracionales básicas, que permite redimensionar nociones formales ya contempladas en la tradición escolar introduciendo 146 consideraciones generales semánticas y pragmáticas, en un planteamiento orientado a una enseñanza de la gramática exploratorio y no únicamente descriptivo. La parte central de la SDG “El verbo y la oración” son cuatro problemas extraídos de la realidad de la lengua (traductores automáticos, hablantes, composición escrita y libros de texto) en los que se observa la casuística de la relación entre el verbo y sus argumentos. Siguiendo el criterio de elementalidad un núcleo inicial sintético de nociones sobre la relación entre el verbo y sus argumentos tiene que asegurar una comprensión básica operativa y a la vez ser suficientemente versátil para poder afrontar casuísticas diversas y progresivamente más complejas. Hemos expuesto que el objetivo de nuestro estudio es desarrollar un instrumento para analizar el habla exploratoria e identificar sus concomitancias con el proceso de aprendizaje entendido como dinámico, abierto y creativo, y focalizado en nuestro caso en el saber metalingüístico. Con este objetivo hemos descrito dos modelos de análisis de la interacción en el aula y hemos propuesto un instrumento de análisis centrado en la interrelación entre la dimensión del contenido metalingüístico y la dimensión del discurso argumentativo. La asunción básica será que el aprendizaje se da gracias a unos rudimentos argumentativos que permiten la transformación del contenido proposicional metalingüístico. En cuanto a las unidades de análisis relativas al contenido hemos establecido el Diálogo, la Secuencia Discursiva, la Secuencia Metalingüística, la Subsecuencia Metalingüística y el Enunciado Metalingüístico. En cuanto a las unidades de análisis relativas a la argumentación hemos establecido la Secuencia Argumentativa y el Episodio Argumentativo. Hemos hecho referencia, finalmente, a la naturaleza de los datos que analizamos: el tipo de centro donde se llevó a cabo la secuencia, las fuentes orales y escritas de las que nos servimos, la naturaleza primaria o secundaria de estas fuentes, y los criterios de selección de los grupos observados. 147 148 6. RESULTADOS DEL DESARROLLO ANALIZADA: “EL VERBO Y LA ORACIÓN” DE LA SECUENCIA A continuación exponemos los resultados del desarrollo de la secuencia “El verbo y la oración” tal como se llevó a cabo en el aula. Para hacerlo adoptamos las siguientes medidas. En primer lugar, describimos cada una de las actividades implementadas, siguiendo el orden de las tres fases. En segundo lugar, presentamos cada una de estas descripciones como contexto para destacar algunos de los resultados producidos, y algunas de las reflexiones realizadas por los alumnos y por el profesor en sus respectivos diarios. Finalmente, seguimos un tono narrativo que nos parece pertinente para exponer un proceso cronológico que sigue la lógica de la práctica reflexiva. 6.1. FASE 1 (1) La utilidad de estudiar gramática El profesor dirige a los alumnos dos preguntas abiertas relacionadas con el estudio de la gramática: “¿Para qué creéis que sirve estudiar gramática?” y “¿Cómo describiríais la noción de oración?”. El objetivo es compartir un mismo marco temático (la gramática y en concreto la oración), procedimental (el diálogo y la reflexión) y actitudinal (la participación). Las preguntas no persiguen obtener “la respuesta correcta” al estilo de la evaluación final o de una “pregunta-adivinanza” sino animar la reflexión colectiva y encaminarla hacia las tres razones del estudio gramatical pertinentes para nuestro trabajo y la definición de oración que se trabajarán, así como para invitar a los alumnos a participar y expresarse oralmente para aprender. Se propone responder de forma intuitiva para elaborar entre todos la respuesta más satisfactoria y completa. Los alumnos deben escribir las respuestas, que serán objeto de reflexión conjunta. Se procede de forma muy abierta a la hora de comentar las diversas definiciones, opiniones e impresiones dadas. Más adelante se contrastarán estas definiciones y las explicaciones del profesor. El contexto de distensión favorece que algunos alumnos formulen explícitamente la necesidad de aclarar “qué es exactamente” la gramática, una noción que a menudo se da por sabida. En cuanto a las razones, el estudio gramatical nos aporta herramientas para la reflexión sobre la expresión escrita y oral y su mejora (Razón 1), sobre las diferencias entre lenguas (Razón 2) y sobre los conocimientos necesarios para poder consultar manuales gramaticales (Razón 3). Hay dos razones más que se dejarán de lado en esta secuencia: una cuarta razón esgrimida por autores diversos que hace referencia a la ortografía y los conocimientos gramaticales necesarios para mejorarla; y una quinta razón que tiene que ver con la supuesta capacidad para desarrollar la mente atribuida históricamente al estudio gramatical. En cuanto a la noción de oración, nos interesará tomar el verbo como su elemento léxico básico, anterior a las estructuras y las relaciones categoriales y partiendo de la dimensión semántica, y el profesor les ofrece una adaptación de la definición metafórica de oración que hemos visto en el apartado teórico. • Resultados 149 Inicialmente los alumnos reaccionan extrañados a la primera de las dos preguntas y algunos después de pensar un rato formulan otro interrogante: “¿Qué es la gramática, exactamente?”. La respuesta es que suponemos que todos compartimos una idea aproximada de qué es gramática y se recuerda una metáfora que ya ha sido empleada con anterioridad en clase, la del reloj, que tiene un mecanismo al servicio de una función; se remarca que la funcionalidad de la lengua va más allá de comunicar una información (podemos dar órdenes o emplear la lengua para reflexionar, por ejemplo) y que su mecanismo (un sistema gramatical formado por sonidos, significados, palabras, oraciones y textos) tiene un perfil dinámico, no-acabado, que se va modificando a lo largo del tiempo a través del uso que hacen los hablantes. Las respuestas a la pregunta de para qué sirve la gramática se escriben en la pizarra y la suma de algunas (no otras como “para molestar, para hacer exámenes, no tengo ni idea”) permite exponer las tres razones del estudio de la gramática que interesa remarcar, encabezando la explicación el profesor con el siguiente inicio: “Las respuestas que habéis dado son parciales pero tomadas en conjunto apuntan con bastante acierto a las razones especificadas por los estudiosos de la gramática”. Así, la gramática sirve para aprender a hablar y escribir en situaciones formales, para aprender otras lenguas, para la cultural general, para aprender ortografía y para ejercitar la mente. Nosotros nos centraremos en las tres primeras razones. En relación a la pregunta segunda relacionada con la noción de oración, los alumnos responden con algunas intuiciones (“Es un conjunto de palabras con sentido”) o intentan recordar algunas ideas generales trabajadas en la escuela (“Es la suma de SN y SV o de Sujeto y Predicado”), pero con bastante vaguedad y de manera formularia. Una alumna escribe en el diario sobre el hecho de cuestionarse para qué sirve la gramática: “Es una pregunta que yo nunca me había planteado y creo que es importante, puesto que la gramática es muy útil para poder escribir bien, poder aprender otros idiomas, por cultura general...”; dice que las preguntas le han gustado “ya que no es muy habitual plantearlas pero son lógicas” (Lídia). Otro alumno dice que está “contento porque empezaremos a estudiar las normas gramaticales”, a pesar de que no parece que la sesión haya satisfecho sus expectativas porque quizás fijándose en lo que han producido opina que “la clase de hoy no ha sido muy útil para mejorar el nivel gramático” (Joan Carles). Un alumno remarca que “la clase ha resultado innovadora” porque ha abordado la gramática desde un punto de vista nuevo: su utilidad, a pesar de subrayar la dificultad que entraña dar la opinión (Ferran); en este sentido, otro alumno destaca uno de los hechos que pretendíamos poner sobre la mesa: “desde un principio nadie ha sabido la definición exacta, pero nos hemos acercado bastante a la que nos ha dado [el profesor]” (Joan Josep). La cuestión propuesta les ha suscitado “un montón de pensamientos y preguntas que seguramente alguna vez nos hemos planteado” (Ot), de tal manera que “ha sido una clase entretenida y bastante interesante” (Raimon). (2) Las dos nociones básicas de Oración: V y SN Para identificar las nociones que serán objeto de aprendizaje se pide a los alumnos que escriban la definición de oración considerada operativa en esta secuencia: “Una oración es una constelación de sintagmas nominales (SN) alrededor de un verbo finito”. Se dibujan en la pizarra dos 150 representaciones esquemáticas de esta definición y se propone a los alumnos “traducirlas” a oraciones concretas. Para trabajar algunas de estas ideas se les propone que escriban algunos SN (nombres propios, pronombres y nombres comunes con adjetivo y artículo) alrededor del verbo “comer”: “Barcelona”, “la rabia”, “una pizarra negra”, “libro”, “amor”, “felicidad”, etc. El verbo conjugado admite en una lectura no connotada algunos de estos SN pero no otros, y aún algunos SN tendrán que ir encabezados por una preposición. ¿Por qué algunos de estos SN no son compatibles con el verbo propuesto? La respuesta a esta pregunta toma tres direcciones diferentes según los tres filtros o condiciones que el verbo tiene que hacer cumplir respecto a los SN. Por ejemplo, el filtro o condición de compatibilidad semántica pide que aquello “comido” sea “comible” y que el SN relativo al agente de “comer” pueda realizar efectivamente esta acción. En este sentido se introduce, a partir de la reflexión sobre algunas oraciones, la noción de “filtro” que el verbo impone para seleccionar sus sintagmas nominales. Esta explicación se extiende y se amplía en varios momentos a lo largo de la secuencia, especialmente entre la actividad 1 (“Frases extrañas”) y las actividades 2 (“La cantidad de argumentos verbales”) y 3 (“Las funciones sintácticas”). Las tres nociones básicas que se trabajan son las de núcleo, periferia y Filtro I. Sobre el núcleo y la periferia, se muestra a los alumnos la analogía entre oración y ciudad en el sentido que las dos entidades tienen un centro y una periferia. Los alumnos anotan el esquema de la oración que muestra gráficamente un núcleo oracional constituido por corazón (verbo) y argumentos (SN), y una periferia (CC). Mientras que los elementos del núcleo son obligatorios (los SN que aparezcan vienen exigidos por el verb), los elementos de la periferia son opcionales y los asociamos a ideas como tiempo, lugar, manera, causa, consecuencia, finalidad, compañía, instrumento, etc. En relación al Filtro I (que denominaremos “de cantidad”) se explicará que el verbo tiene cuatro tipos de SN, de los cuales habitualmente sólo aparecen tres a la vez: SN-S, SN-CD, SN-CI y SN-CR. Así mismo, la disposición de los SN alrededor del verbo siempre es lineal, en sentido cronológico (cuando hablamos o escuchamos a alguien que lee) o visual de izquierda a derecha (cuando escribimos o leemos). La disposición de los SN genera 4 patrones verbales: ceroargumental (Llueve), monoargumental (Pedro llora; Han llegado los nuevos alumnos), biargumental (Pedro come patatas, Pedro piensa en Laura, [A Pedro] Le gusta Laura) y triargumental (Pedro envía libros a Laura, Los brokers invierten dinero en negocios sucios). Parece que las construcciones de más de tres argumentos son raras en las lenguas naturales. Hemos propuesto una actividad-reto: “Encuentra una frase con cuatro argumentos”. Los alumnos han hecho frases muy largas pero repletas de elementos periféricos al verbo y han considerado esta actividad interesante para reflexionar sobre la relación entre verbo y elementos obligatorios y no obligatorios. • Resultados Para los alumnos se trata de un conjunto de observaciones extrañas y difíciles de integrar en el conocimiento previo que tienen relacionado con la manera de “mirar” las oraciones. Para una alumna, la clase ha sido “muy monótona, porque hemos estado todo el rato con los verbos argumentales”, unos verbos “difíciles de aplicar, porque hay muchos que son diferentes, según 151 si el verbo va acompañado o no, o depende donde lleve el SN”. Esta valoración se combina con algún intento de explicación: “por ejemplo si se pone el SN ante el verbo será mono-argumental.” (Lídia). Otra alumna subraya la necesidad de contar con un corpus amplio de ejemplos de oraciones para ir interiorizando los diversos patrones oracionales (“lo he encontrado bastante difícil, puesto que si quieres saber cómo es, de qué tipo de verbo se habla, tienes que hacer bastantes ejemplos”) (Carme), y dos alumnos consideran que se han presentado en el aula unas nociones que consideran muy nuevas (“Hoy ya hemos hecho cosas nuevas que nadie, ninguno de nosotros, sabía, como el número máximo de SN o la clasificación de los verbos”, Joan Carles) o “muy concretas” (Ferran) y “especializadas” (Mario). La secuencia está encarada sobre todo a proporcionar un contexto porque tome más significación la enseñanza de las funciones gramaticales. Este marco les ha permitido ver “de una manera diferente” la oración (Joan Carles). (3) Actividad 1: “Frases extrañas” Para explorar las restricciones (filtros) que el verbo impone a los SN subcategorizados, los alumnos observan unas oraciones “extrañas” (algunas claramente inaceptables y otras dudosas) y se les plantea razonar y justificar el porqué de esta extrañeza. El enunciado es el siguiente: “Los verbos de las siguientes frases imponen unos filtros que no se respetan y esto hace que sean frases extrañas que habitualmente no aceptaríamos: (i) ¿podrías determinar por qué son frases extrañas?, (ii) ¿podrías determinar qué frases se podrían ‘salvar’ y en qué contextos?”. El objetivo es explicar la extrañeza de unas oraciones a partir de un razonamiento inicial de tipo intuitivo que se acerque a los tres condicionantes o filtros mencionados. Las frases son las siguientes: (1) El mar se comió un sueño (2) Me he desabrochado el corazón (3) La mesa descansa (4) El chico escribieron una carta (5) Juan llovía piedra (6) Pez perseguido por una uva [frase de S. Dalí] (7) Jordi envió (8) Los precios deciden (9) María lleva a Pedro (10) El libro piensa Las oraciones se toman como ejemplo para ilustrar y determinar los 3 filtros que imponen los V sobre sus SN-argumentos. Según el Filtro I (de cantidad) “El V determina cuántos SN-argumentos acepta” y el ejemplo de (7) ‘Jordi envió’ sería una buena muestra de violación de este principio: “enviar” no puede actuar como verbo monoargumental porque necesita explicitar como mínimo aquello que se envía, y puede explicitar también a quien se envía. Según el Filtro II (de calidad) “Los SN no puede entrar en contradicción semántica con el V”, tal como pasa con el ejemplo de (1) ‘El mar se comió un sueño’. El verbo “comer” reclama un SN-argumento que pueda ejercer esta acción y otro sobre el cual se pueda ejercer, a pesar de que la oración en un sentido poético puede ser perfectamente aceptable (si nos referimos a la 152 desafortunada travesía del Titanic, por ejemplo). Finalmente según el Filtro III (de forma), “El V señala sus SN-argumentos con una marca, por ejemplo la de Sujeto (hay otras y las denominamos funciones)”. La oración de (4) ‘El chico escribieron una carta’ tiene un problema en este sentido: la incorrección reside en el hecho de que el verbo marca el SN-argumento “el chico” con la función de sujeto, por lo cual debe realizarse la concordancia en número y persona gramatical. • Resultados Los alumnos observan que los problemas consisten sobre todo en incongruencias de sentido y la mayoría cree que se trata de frases bastante absurdas. Podríamos dividir la reacción que tienen en dos grupos: (i) los que ven la incongruencia de sentido lo señalan en la hoja que se les ha proporcionado con breves marcas o comentarios del tipo “Una mesa no puede descansar porque no es un ser vivo, pero sí podemos decir que descansa en el sentido metafórico de estar situada en un lugar”; y (ii) los que ven que efectivamente son frases absurdas y creen que la actividad en ella misma es también absurda: en palabras de un alumno “Está claro que son frases sin sentido, ¿por qué tenemos que explicarlo?”. También las valoraciones de los alumnos en el diario son variadas: para una alumna “la clase de hoy ha sido un poco rara” especificando que la opinión se dirige a la extrañeza producida por las oraciones sobre las cuales había que reflexionar, pues “las frases que hemos analizado no son muy coherentes, y casi todas eran por los seres vivos, que les falta algún componente propio” (Lídia). En este sentido otros consideran que “ha sido un aprendizaje curioso” (Ferran), “un ejercicio que personalmente, creo que servirá de mucho porque nos hace pensar en todas las oraciones” (Raimon). Algunos alumnos asimismo remarcan que la actividad ha ayudado “para empezar una etapa de no opinar sólo una persona o quedarse las dudas uno mismo sino para compartir y exponer con los demás” (Lídia) y que en definitiva “hemos empezado a hacer cosas nuevas” (Joan Carles). A pesar de ello, se trata de un escenario nuevo no siempre cómodo (“ha sido una clase un poco cansada y angustiosa”, Mario) y quizás el planteamiento dialógico e introspectivo no lleva automáticamente a la motivación (“ha sido bastante aburrida, podría ser más lúdica y más amena para todos ya que así aprenderemos más y la clase será más fluida”, Ot). Algunas de estas opiniones darán pie a una serie de reflexiones en la siguiente sesión básicamente sobre la naturaleza de lo que queremos estudiar (la lengua) del tipo “¿Somos conscientes de que a diferencia de las otras asignaturas en lengua estudiamos un objeto que en cierta manera ya ‘conocemos’?”. En clase se desarrolla la idea según la cual para aprender lengua podemos recurrir a este conocimiento para preguntarnos por qué decimos las cosas como las decimos, una pregunta que no sólo nos llevará a descubrir y observar determinados mecanismos gramaticales, sino que nos permitirá entender el estudio gramatical como un proceso de indagación, reflexión, razonamiento e introspección y no únicamente como un proceso descriptivo y de asimilación de una nomenclatura y una casuística lógica externa a nosotros. Si queremos estudiar eso que inconscientemente ya conocemos tenemos que fijarnos en aquello que aparentemente es más obvio y banal, como las frases imposibles de la actividad propuesta, y formularnos preguntas como por ejemplo “¿Todas las lenguas tienen verbos?”, “¿Los 153 verbos expresan siempre acción?”, “¿Podemos expresar tiempo con palabras que no sean verbos?”, “¿Qué es primero en una lengua el habla o la escritura?” o (en relación a la secuencia que nos ocupa) “¿Por qué no tiene que haber concordancia sujeto-verbo en “Los intocables ha causado una gran impresión?”. (4) Actividad 2: “Mi amigo Li Xiu” A partir del enunciado “Lee el siguiente texto y determina los argumentos de los verbos subrayados” debe determinarse la relación entre verbo y cantidad de argumentos subcategorizados (Filtro I “de cantidad”) en un fragmento de texto completo. El objetivo es observar que la restricción verbal del Filtro I hace referencia a la cantidad de sintagmas que el verbo puede subcategorizar, y que este sintagma puede estar presente en la oración o bien puede haber sido elidido o pronominalizado. Se proporciona a los alumnos el siguiente texto, con los verbos subrayados y un espacio donde determinar el número de argumentos. Esta actividad busca unir la dimensión textual y la dimensión oracional. Se hace a un nivel sólo exploratorio porque en los textos reales encontramos mecanismos que dificultarían mucho una actividad como esta (subordinadas de todo tipo, dislocaciones y un uso múltiple de las anáforas): El otro día fui a un restaurante chino. Llovía en gran cantidad y relampagueaba terriblemente. Antes odiaba la extraña decoración de estos lugares y me repugnaba la actitud submisa de los camareros: ahora me gustan las figuras de leones y las cabezas de serpiente de la entrada, y me fascina la eficiencia callada de los camareros. Me llamó por sorpresa mi buen amigo Li Xiu: nació en Bejing en plena Revolución Cultural y su familia huyó del país. Ahora vive en Granollers desde hace diez años y enseña chino en una empresa. La cena consistió en platos típicos chinos y al final bebimos un licor tradicional. Li Xiu me regaló inesperadamente un libro traducido de literatura china y ahora le he enviado una postal desde Cadaqués. • Resultados La impresión final es que los alumnos han captado bien el sentido de la actividad porque se han esforzado, a pesar de que han encontrado esta actividad mucho más abstracta y difícil que demás. Algunos manifiestan que la han encontrado aburrida. Es significativo que pocos alumnos la hayan descrito en su diario ampliamente, eclipsada por la actividad siguiente que se centraba en el Filtro II, sobre la necesaria congruencia entre el potencial semántico del verbo y el de los argumentos (cf más abajo). Trabajar la semántica y la pragmática genera automáticamente un interés porque se da entrada al mundo de la realidad y de los usos posibles. A pesar de que los alumnos no lo acaban de situar o entender en su toda dimensión, una actividad sobre el número de argumentos de los verbos es pertinente y ha servido de contrapunto a las ideas exploradas con anterioridad de forma teórica e inductiva. “Hemos empezado la clase diciendo qué es el núcleo y la periferia con sus complementos circunstanciales, y diferenciándolos de los que son obligatorios y los que no” (Lídia); “Hoy hemos seguido practicando los argumentos que pueden tener los verbos, con unos ejercicios que nos ha traído el profesor” (Josep), analizando en una actividad “los verbos de un texto y hemos visto los patrones que siguen... esta ha sido la parte que ha resultado ser más difícil” (Joan Carles). 154 (5) Actividad 3: “Era un sueño muy extraño...” El objetivo es ahora observar una segunda restricción verbal (el Filtro II): la compatibilidad semántica entre verbo y sintagma. Se pide a los alumnos escribir aleatoriamente en unas hojas que circularán por la clase sintagmas nominales y verbos, con las que posteriormente tendrán que elaborar oraciones. Deberán ver que a menudo el emparejamiento de verbos y sintagmas nominales puede dar resultados aceptables a un nivel pragmático y metafórico, pero que determinadas oraciones no son aceptables por la incompatibilidad semántica entre verbo y sintagmas nominales subcategorizados. Por grupos reducidos se hacen sendas listas de verbos y de sintagmas que se tendrán que emparejar para explicar un sueño. La actividad quiere mostrar el hecho de que si asociamos SN y verbo de forma aleatoria lo más probable es que surjan frases extrañas desde el punto de vista de nuestro conocimiento del mundo. Una vez seleccionados los verbos y los sintagmas nominales al azar, cada cual tendrá que escribir un texto intencionadamente extraño que empiece con la frase indicada. • Resultados En contraste con la anterior, esta actividad es muy celebrada por los alumnos por la dinámica generada en el grupo. “Esto de hacer ejercicios entre toda la clase me gusta, porque así si tienes algún tipo de problema, o los otros tienen problemas mientras se los resuelves también te enteras tú mismo y entonces te puede acabar de aclarar algún lío que tenemos en la cabeza o simplemente complementar el concepto que un mismo tiene” (Lídia). Así, “hemos hecho ejercicios donde teníamos que elaborar de forma rotativa unas listas con verbos y sintagmas nominales y después con estas dos casillas intentar formular frases sin añadir ningún verbo ni ningún SN más de los que teníamos, y entonces podíamos comprobar cómo se pueden hacer frases sin tener nada que ver entre sí” (Lídia), frases diversas “con sentidos y sin sentido” (Carme). Ha sido una clase “divertida” (Joan Carles), “especial” (Ferran), “bonita” (Ot) y “fluida” (Mario), basada en “un juego que creo que es bueno para trabajar la mente y la imaginación” (Ot) y esto permite aprender “de una manera más didáctica” (Carme). Para algunos alumnos (Mario lo escribe en su diario y otros según el diario del profesor lo expresan oralmente) es uno de los puntos importantes de la secuencia realizada. En este sentido, como ha sido apuntado, varios alumnos muestran su extrañeza sobre el hecho de haber trabajado tan poco actividades como esta, relacionada con el Filtro II. Efectivamente, las explicaciones se centran en los filtros I (relativo a la cantidad de argumentos) i III (denominado “de forma o de marca” y correspondiente a las funciones sintácticas habitualmente trabajadas a la escuela). El profesor queda extrañado cuando los alumnos insisten en ello. Las observaciones de los propios alumnos son interesantes y constituyen una reclamación velada para que el profesor amplíe la explicación hacia la vertiente semántica y pragmática. Un alumno realiza la siguiente anotación: “A veces el problema no son los dos argumentos sino sólo uno, por ejemplo en ‘El pez se comió un plato de escudilla’” (Ferran), y explica que “puede haber concordancia semántica entre el verbo y cada uno de sus argumentos por separado pero no a la vez”. Se ha entendido muy bien qué perseguía esta actividad y se ha comentado una de las frases elaboradas para poner en evidencia que apartarse de las demandas argumentales de los 155 verbos genera frases o extrañas o poéticas. La frase es “Marcos se inventó la felicidad”: el elemento subrayado es un argumento-CD que podríamos considerar extraño en relación a aquello que literalmente esperamos que pueda “inventarse” (un aparato mecánico, una historia...) generando sin embargo una frase bastante poética y quizás en algunos casos muy real. (6) Actividad 5: “Las marcas de los SN-argumentos (1)” Bajo el epígrafe “El filtro III: el verbo y las marcas de los argumentos-SN” los alumnos tienen que responder el siguiente enunciado: “Clasifica los verbos en negrita según los complementos que tengan en frases concretas.” Se clasifican unos verbos subrayados a partir de las variables [+CD +CI], no según su naturaleza cero, mono, bi o triargumentals sino según su comportamiento en oraciones concretas. El objetivo no es tanto clasificar el verbo como llegar a justificar por qué tiene que clasificarse en el cuadrante correspondiente atendiendo a las características de los complementos. Se trata de una actividad que obliga a dilucidar indirectamente las características de tres funciones gramaticales: CD, CI y CR. Se exponen asimismo las diversas características del Filtro III. Primero: es el Filtro más difícil porque se centra únicamente en la expresión formal y arbitraria. Segundo: es el objetivo último de aprendizaje que justifica todo el acompañamiento previo realizado, con la idea del verbo como cerebro seleccionador de unos sintagmas nominales, según la cual los argumentos elegidos vienen determinados por cuatro perfiles verbales básicos y por la dimensión semanticopragmática. Tercero: después de todo este recorrido abordar ahora las funciones sintácticas es interesante porque relativiza el peso habitualmente central que se le ha atribuido cuando se trabaja la oración, lo sitúa en el ámbito de lo que es formal y arbitrario, y remarca que se trata de rasgos no directamente observables pero sí “comprobables” a través de unas operaciones concretas. • Resultados Esta actividad de clasificación de verbos según sus complementos no presenta muchas dificultades y se realiza con bastante rapidez y con un fuerte componente intuitivo. A pesar de que en primera instancia los alumnos recurren a las pruebas menos “fiables” (las preguntas) también se recurre a la pronominalización, la pasiva o la existencia de preposiciones. El profesor anota en la pizarra las diversas “pruebas” empleadas y las comenta. En el caso de los verbos copulativos de la lista se produce un error generalizado porque se trata de verbos que se salen del esquema oracional proporcionado consistente en la división entre verbo predicativo y argumentos. (7) Actividad 6: “Las marcas de los SN-argumentos (y 2)” Con el objetivo de profundizar en la tercera restricción que impone el verbo relativa a las marcas o funciones sintácticas, se plantean los siguientes enunciados: “(i) Observar el verbo, (ii) Pensar cuántos SN-argumentos tiene y qué elementos CC le son periféricos, (iii) Determinar qué función hace cada SN-argumento consultando el material de apoyo, (iv) Elegir las oraciones consideradas más fácil y más difícil y justificar esta consideración”. Los alumnos, en grupos, tienen que determinar las funciones argumentales (S, CD, CI y CR) de un conjunto de oraciones ordenadas de más fácil a más difícil. En un extremo del continum hay oraciones con los argumentos subrayados y 156 verbos relativamente frecuentes en oraciones con orden básico, como por ejemplo “Dalí pintó de joven aquel retrato de Lincoln”. En el otro aparecen oraciones con elementos dislocados, que en catalán deben pronominalizarse en la oración principal (“A Mallorca, hi vam anar en vaixell” A Mallorca, fuimos en barco). Entre los dos extremos encontramos el uso de verbos peculiares del tipo “gustar” (“Me sorprende un poco esta nota del trabajo de lectura”). En la línea de la actividad anterior (añadiendo la función de sujeto) se busca poner sobre la mesa un rasgo básico de las funciones sintácticas: el hecho de que no se traducen a marcas directamente observables. Esto obliga a poner en juego un conjunto de estrategias para identificarlas, que a lo largo de la sesión se sistematizarán colectivamente en una tabla y que serán la base para elaborar más adelante un documento de consulta que se denominará “La rueda de la oración” (cf más abajo, el punto 15). Se trata de una tabla de doble entrada, con cada una de las funciones y los ragos definitorios, como concordancia con el verbo, pronombres, posición canónica respecto al verbo, aceptación de preposición, etc. • Resultados Los alumnos, en sus diarios, consideran positiva esta actividad: “Me ha gustado, ha sido ligera y seguro que la tabla será provechosa” (Joan Carles), “en general, una buena clase” (Raimon). Algunos alumnos hacen una descripción de ella (“Hoy nos hemos dedicado sobre todo al filtro III haciendo una tabla para ver todas las posibilidades de este filtro”, Carme) con referencias al grado de dificultad del contenido, sobre todo los rasgos de cada función, que “es difícil y me costará de recordar sobre todo que [en catalán] en el Complemento Directo no se puede poner a” (Carme). Se hace referencia asimismo al documento de consulta que se elaborará durante las próximas clases, un hecho que denota la importancia que los alumnos atribuyen a documentos que sinteticen la información y marquen una pauta de consulta: “Al final de clase nos ha explicado la rueda de la oración y nos ha comentado cómo será” (Carme), un documento que “que creo que será útil” (Joan Carles), “ingenioso y práctico, pero a la vez raro” (Jep). (8) Presentación del mapa global de la SDG Para situar el trabajo realizado en cada momento y lo que queda por hacer se procede a la lectura colectiva del mapa global de la secuencia. El objetivo es que los alumnos sean más capaces ahora de dar sentido al trabajo realizado y anticipen el trabajo restante. Esta lectura se hace una vez completada una parte de la secuencia para preservar el momento de reflexión colectiva y de establecimiento de las nociones básicas del momento de la demanda escolar articulada y profundizada. La intención es que esta eventual demanda sea vista por los alumnos en la medida de lo posible como no sobrevenida. Así, de forma retrospectiva se resume el recorrido realizado hasta el momento, se explicita su sentido y se define con claridad las dos fases siguientes del modelo. Uno de los puntos importantes es la lectura y el comentario de los objetivos: a) saber distinguir en una oración aquello que es nuclear de aquello que es periférico b) saber ver que el verbo impone tres tipos de restricciones a los sintagmas nominales que lo acompañan 157 c) saber ver los tipos de verbos (ceroargumental, monoargumental, etc.) en cualquier tipo de texto (oral o escrito) d) saber ver las formas o marcas que traen los sintagmas nominales (que pueden ser de S, CD, CI o CR) e) saber razonar los puntos anteriores consultando un documento de apoyo elaborado por los alumnos: “La rueda de la oración” • Resultados La sesión ha sido vivida con bastante interés por parte de los alumnos, que han visto cómo el esquema recoge bien las diversas actividades realizadas hasta el momento y la reflexión teórica que las ha acompañado. También ordena de forma estructurada e integrada lo que queda por hacer: los cuatro pequeños proyectos y las actividades finales escritas y orales. En relación a este último punto, se les ha concreta quién será la audiencia de la explicación oral: un auditorio formado por estudiantes de Pedagogía de la UAB. Esta idea les ha deja maravillados y muy motivados y ha parecido que podía hacer de motor del resto de la secuencia. En la línea de la exposición real final con un auditorio externo, en un inicio existe la posibilidad de contar con un tutor externo con la función de recoger los informes parciales que los alumnos elaborarán al final de cada investigación. Esta figura es paralela al receptor real para la exposición oral: constituye un receptor real que justifica la escritura de textos autónomos muy elaborados. Además, puede ayudar a conseguir uno de los objetivos que el docente se plantea en relación a los informes: que los alumnos presenten la cronología y la teoría del trabajo elaborado. Al final la figura del observador externo se descarta. En cuanto a las observaciones de los diarios, los alumnos describen con detalle los pasos seguidos a la hora de presentar el Cuadro 1, y este simple hecho sugiere que se trata de una sesión percibida como importante. Algunos lo explicitan: “Pienso que son muchas cosas las que tenemos que hacer, y no sé si llegaremos a acabarlo, pero me gusta porque es un tipo de estudio que normalmente no se practica y es útil” (Lídia) o bien “Pienso que el trabajo será interesante y muy instructivo, sinceramente, creo que es un buen trabajo” (Jep). A pesar del “miedo” que pueda inspirar la magnitud del trabajo propuesto (“Hemos hablado de lo que haremos estos próximos días y pienso que me costará entenderlo todo”, Carme), algunos encuentran un aliciente en el trabajo en grupo (“El proyecto me ha interesado mucho, el que lo tenga que hacer en grupo es una cosa que a mí me gusta”, Mario). (9) Explicación general del estudio gramatical que realizaremos En este punto se abre una reflexión sobre la importancia del diálogo para aprender, los recursos empleados y las investigaciones propuestas. La reflexión colectiva se centra en las características de cualquier proceso de aprendizaje. El objetivo es cerrar la primera fase de la secuencia con una consideración sobre los aspectos procedimentales (el habla) y actitudinales (la participación), presentándolos como imprescindibles para poder aprender los contenidos de la materia. Esta reflexión consta de tres partes: (i) El habla exploratoria, (ii) Medidas de acompañamiento para trabajar la discusión, (iii) Las cuatro investigaciones propuestas. (i) El habla exploratoria 158 Exponemos la gran importancia del rol que el habla exploratoria tiene en la presente secuencia y de la importancia del diálogo en cualquier proceso de aprendizaje, escolar o no escolar. Es importante trabajarla de una forma muy explícita con medidas diversas: toma inicial de conciencia, elaboración de unas reglas básicas, necesidad de grabación, y descriptor. Para remarcar la importancia del diálogo se plantean inicialmente al gran grupo preguntas muy abiertas del tipo “¿Qué creéis que hacemos cuando queremos aprender algo?”. El profesor remarca que el aprendizaje habitual dentro y fuera de la escuela lo realizamos hablando e interactuando con personas más, menos e igual de competentes que nosotros. Hablamos y dialogamos con personas para aprender cómo funciona un juego de ordenador, para saber cómo fue el partido del otro día, para compartir la angustia ante un examen importante, para aclarar un malentendido... Hablar (y podríamos decir todo lo que se deriva necesariamente de ello: escuchar, interactuar, mostrar interés y respeto...) es uno de los caminos hacia el conocimiento. La interacción oral es, pues, sustancial a los procesos de aprendizaje en nuestra vida cotidiana. Situados en el aula, la pregunta “Habitualmente, ¿qué se pide a un alumno para aprender?” apunta a remarcar cuál es la práctica habitual: únicamente o principalmente escuchar. Esta paradoja ayuda a introducir la siguiente idea, formulada como una “Máxima sobre cómo tenemos que aprender gramática”: “Para aprender gramática lo más importante que debemos hacer es hablar”. Para trabajar la conciencia sobre la interacción oral se pone en práctica una actividad (no gramatical) de debate que plantea un conflicto y la necesidad de llegar a algún tipo de conclusión unitaria. Esta discusión sirve para entrenarse a hablar en grupo y para hacer emerger varias cuestiones importantes, como por ejemplo cuál debe ser el papel del profesor: ¿qué se espera que haga?, ¿cómo puede ayudar a los miembros de un grupo que probablemente hablarán todos a la vez?, ¿cómo tiene que ir asesorándolos y atendiendo a las diversas demandas que le hacen llegar? La actividad tiene dos partes. En primer lugar, los alumnos tendrán que determinar qué personaje del relato que se leerá es el culpable de la tragedia final. 10 El docente va pasando por las mesas escuchando las discusiones originadas pero sin intervenir. Antes de pasar a la segunda parte, invitará a los alumnos a hacer una reflexión colectiva sobre las conversaciones, centrándose en puntos como por ejemplo si en algunos grupos únicamente habla un alumno y los otros no intervienen para nada, si 10 Se trata del siguiente cuento, titulado “Un crimen bajo las estrellas”, que hemos adaptado de Benet (1997). Los alumnos tenían que discutir quién era el culpable de la muerte de la chica: Natasha Kauffman era una chica casada Neil Alexander, un científico consagrado a la investigación biomédica. Siempre viajaba arriba y abajo, y... ¡ay!, tenía muy poco tiempo para dedicar a su familia. Un día, aprovechando que los niños estaban en casa de los abuelos, se citó con un viejo amigo que entendía muy bien sus problemas. De hecho, hacía unos meses que se entendían: eran amantes. El chico había dejado muy claro a Natasha que la amistad y el sexo no tenían que hacer perder de vista que él jamás abandonaría la soltería. Ella, sin embargo, se sentía crecientemente enamorada del chico y deseaba que esto no fuera así. Aquel anochecer, después de una intensa confesión de los agravios matrimoniales y de jugar a la bestia de dos espaldas, la chica se despidió apresuradamente: llegaban a la vez los niños y el marido, a quién ellos adoraban. Corriendo por las calles adoquinadas de la parte antigua de Viena, no sabía que nunca llegaría a casa: tenía que cruzar un puente, en medio del cual había una persona sometida a un polémico experimento sobre el grado de agresividad inducida a través de medicamentos. El científico responsable del experimento ¿no sabía que esto convertía a aquella persona en un peligro para la población? Cuando la chica se dispuso a atravesar el puente, vio que el hombre le hacía señales de amenaza. Quedó helada y se volvió para pedir ayuda a su amante. Éste, sin embargo, se disponía a acudir a una cita según él “ineludible” y le dijo que se no podía antenderla. Decidió llamar a un amigo de estudios que vivía cerca de allí y con quien en época universitaria había compartido más que una amistad. ¿La ayudaría ahora? Le dijo que no la podía ayudar porque “tenía invitados”. Decidió coger un taxi, pero horrorizada descubrió que no llevaba dinero: quizás al correr había perdido el monedero. ¿El taxista la llevaría igualmente? No lo hizo. Decidida a jugárselo el todo por el, cruzó el puente, el único camino que la llevaría a tiempo a casa. El agresivo personaje todavía estaba allí y cuando tuvo a la chica a su alcance se le lanzó encima y la estranguló bajo las estrellas. 159 los alumnos dejan de hablar cuando el profesor se acerca, si le formulan preguntas a él y no a los compañeros, etc. Se pregunta a los alumnos si recuerdan qué hacía el profesor mientras ellos hablaban y que ha sucedido dentro de la conversación, abriendo un diálogo que el profesor orienta hacia la necesidad de unas reglas para la conversación en pequeño grupo. Entre estas reglas también figura la necesidad de grabar las conversaciones. Las reglas para interactuar y para grabar la conversación configuran un pequeño descriptor con el que el profesor evaluará el comportamiento del grupo. Una vez justificada la necesidad de estas reglas, se continúa la discusión sobre el texto leído, teniendo en cuenta una información no facilitada anteriormente: el trágico final de la historia no tiene un único culpable. (ii) Medidas de acompañamiento Se explicita el conjunto de medidas de acompañamiento que velarán el proceso de aprendizaje de los alumnos. Se trata de 1) el diario, 2) las grabaciones del trabajo en grupo, 3) las entrevistas individuales, 4) el diseño y uso de material de consulta, 5) las actividades propuestas (también los exámenes individuales y en grupo) y 6) los informes escritos. En el Cuadro 30 cada uno de estos instrumentos señala con una flecha el espacio central que simboliza el lapso de tiempo de la secuencia: Cuadro 30 (ii) Carácter de las cuatro investigacións propuestas Se reparte el cuadro siguiente (Cuadro 31) con el detalle de cada una de las investigaciones planteadas: la actividad propuesta, el proceso que habrá que seguir y la motivación de esta actividad. Cuadro 31 160 Investigación I. “Traductores” II. “Hablantes” III. “Errores de redacción” IV. “Gramática y libros de texto” Actividad Proceso Observar los errores del traductor Observar de forma “cuantitativa” los aciertos y los errores cometidos Observar unos cuantos errores de redacción muy difíciles de detectar Leer explicaciones gramaticales de libros de texto Intentar razonar cuál ha sido exactamente la confusión del traductor Intentar razonar por qué se han equivocado y cómo se podría solucionar el error Intentar razonar la confusión en la redacción Intentar entender las explicaciones del libro e incorporar mejor aquello nuevo para nosotros Motivo: “La gramática... ... es muy compleja.” ... no es un saber propio de los libros de texto: forma parte del conocimiento de la gente como hablantes.” ... es necesaria para redactar sin cometer errores sintácticos.” ... es necesaria como bagaje cultural y para entender los manuales gramaticales.” • Resultados Sobre las reglas básicas del habla exploratoria o el hecho de ser grabados los alumnos manifiestan que eso va a comprometer su naturalidad o que para quedar bien van a seguir todas las normas de la conversación. La respuesta es doble: la primera reacción es comprensible y la segunda es deseable. El conjunto limitado de reglas para el habla exploratoria elaborado conjuntamente es el siguiente (Cuadro 32): Cuadro 32 Las seis normas para hablar en grupo: 1. dar la opinión (participar) 2. pedir la opinión (hacer participar) 3. justificar lo que se dice 4. mostrar desacuerdo de forma justificada 5. añadir nuevos argumentos a un tema de acuerdo 6. resumir lo que los otros dicen Se plantea si estas acciones se han realizado a lo largo de la actividad. Los alumnos han expresado dudas como por ejemplo “Podría ser que los grupos hablaran cooperativamente antes de que el profesor llegara” o “Podría ser que no lo hicieran justamente porque él estaba allí”. Se trata de remarcar que si el profesor quiere evaluar de forma ajustada lo que han hecho o no han hecho los alumnos en el seno de los respectivos grupos le hará falta algún tipo de evidencia empírica: grabar las discusiones. Para la grabación también será preciso establecer unas normas, que se especifican en el Cuadro 33: Cuadro 33 Las cuatro normas para grabar la conversación: 7. no se puede tocar la grabadora 8. tampoco se puede parar 9. es preciso hablar con normalidad 10. es preciso grabar la discusión entera, no sólo las conclusiones 161 El profesor ha remarcado que es muy importante respetar estas reglas básicas. Una vez se ha reflexionado sobre la manera cómo han interactuado en la discusión sobre el problema propuesto, el profesor propone abrir una segunda ronda de debate, también en pequeño grupo, en la que los alumnos dispondrán de una nueva información: la historia trágica sobre la cual deben discutir no tiene solamente un culpable y deben ahora clasificarlos a los personajes por grado de culpabilidad. La interacción en el seno de los grupos es ahora más rica, participativa y matizada. En primer lugar los alumnos entienden la razón de ser grabados: el docente necesitará una prueba empírica del debate. En segundo lugar tienen una serie de pautas para gestionar colectivamente la discusión: seis sobre la interacción y cuatro sobre la manipulación del magnetófono. Y finalmente tienen una razón para discutir y contrastar opiniones: no hay una única solución, de tal manera que las diversas, desiguales y a veces opuestas aportaciones de los miembros del grupo tienen que ser igualmente aceptadas y discutidas. También cuando discutan sobre fenómenos gramaticales deberán ver que las respuestas pueden ser matizadas, enriquecidas, contradichas, avaladas o completadas, más allá de las aportaciones únicas. Tendrán que hacerlo participando en el diálogo, interactuando y aceptando opiniones diversas. En el diario de aprendizaje las anotaciones sobre estos aspectos remarcan la importancia de estas ayudas así como una cierta angustia por la cantidad de trabajo que representa el proyecto. 6.2. FASE 2 (10) I. Los traductores automáticos Deben traducir con dos traductores automáticos de Internet unas frases de catalán a castellano y de castellano a catalán. Cada grupo se ocupa de frases con unos valores pronominales concretos que representan una cierta complejidad en catalán (las formas “hi” o “en”, la combiación “els hi”, etc.). El objetivo es observar los errores gramaticales generados por unos traductores automáticos y el diferente comportamiento de las lenguas y poner estos errores en relación a las demandas argumentales de los verbos y a la pronominalización. Esta actividad, a la vez, se relaciona con la Razón 3 que se ha determinado en la Fase 1 sobre el porqué del estudio de la gramática: “Reflexionar sobre las diferencias entre lenguas”. La siguiente lista muestra los cinco usos pronominales y algunas de las frases que el traductor traducirá del catalán al castellano y que pueden ser objeto de observación (las frases marcadas con asterisco son no normativas en catalán): 1. Hi = CR • Barallar-se [amb algú] / Pelearse [con alguien] Amb els àrbitres? El Dani sempre s’hi baralla ¿Con los árbitros? Dani siempre se pelea con ellos • Anar [a algun lloc] / Ir [a algún sitio] Al restaurant del Ferran Adrià? Hi anem cada cap de setmana ¿Al restaurante de Ferran Adrià? Vamos cada fin de semana 2. Hi i en = sin valor argumental • Haver-hi / Haber (existencial) 162 Hi havia quatre llibres sobre la taula Había cuatro libros encima de la mesa • Anar-se’n / Irse Se n’han anat de casa Se han ido de casa 3. Hi = CI, en algunos casos no normativo • Demanar [alguna cosa] [a algú] / Pedir [algo] [a alguien] Al Joan, els treballs, els hi demanaré avui A Juan, los trabajos, se los pediré hoy • Donar [alguna cosa] [a algú] / Dar [algo] [a alguien] *El carnet? Li acabo de donar (la forma correcta es “L’hi”) ¿El carné? Se lo acabo de dar • Posar [un treball] [als alumnes] / Mandar [un trabajo] [a los alumnos] *Als de 4t, els hi posaré un treball sobre Àngel Guimerà A los de 4º, les mandaré un trabajo sobre Àngel Guimerà 4. N’hi = CD+CI (normativamente “li’n”), CD+locativo • Enviar [alguna cosa] [a algú] / Enviar [algo] [a alguien] *D’e-mails, al Joan? Només n’hi vaig enviar dos ¿E-mails, a Juan? Sólo le envié dos • Regalar [alguna cosa] [a algú] / Regalar [algo] [a alguien] ¿De fotos, a la Maria? Li’n vaig regalar dues ¿Fotos, a María? Le regalé dos • Trobar [alguna cosa] [en un lloc] / Encontrar [algo] [en algún lugar] De bolets, en aquest bosc? No n’hi trobaràs ni buscant molt ¿Setas, en este bosque? No vas a encontrar ni buscando mucho 5. En = S y CD • Arribar [persones] / Llegar [personas] D’alumnes nous? N’arriben dos o tres cada curs ¿Alumnos nuevos? Llegan dos o tres cada curso • Fer-se [alguna cosa] / Hacerse [algo] De rastes, només se n’ha fet dues de molt curtes Rastas, sólo se ha hecho dos muy cortas La primera sesión se dedica a traducir unas frases por grupos del catalán al castellano y viceversa. Hay que traducir las mismas frases para focalizar la atención en los resultados “no coincidentes” de la “interlengua” generada por los traductores, según si se empieza por la versión en catalán o en castellano. Con esto se consigue controlar más el resultado, que tiene que ponerse en común en gran grupo. Los alumnos focalizan la atención en los problemas pronominales con la ayuda del documento de consulta “La rueda de la oración” (cf más abajo). • Resultados Los alumnos rápidamente captan el procedimiento traducción y sistematitzación de los resultados. En cuanto a las observaciones sobre los errores de las traducciones, en un primer momento, tal como se esperaba, los alumnos observan problemas de vocabulario generales, así como de ortografía y de aparición en uno de los traductores de términos no traducidos; en un segundo momento, si la atención es observar los errores marcados por el profesor en algunas de estas frases, los alumnos ya entran plenamente en la dinámica propia de la actividad gramatical propuesta: dialogar, discutir, contrastar, consultar el material de apoyo, proceder según una pauta de exploración establecida, etc., con la intención de explicar los errores a partir de 163 las nociones oracionales trabajadas. Esta dinámica ha sido bastante evidente, a pesar de que desigual en cuanto al diagnóstico de los problemas. Algunos han acertado mucho a la hora de determinar las razones, poniéndolas en relación con lo trabajado en el aula. Otros han apuntado a las soluciones sin determinar el porqué. Otros han acertado la solución pero con una justificación incorrecta. En algunas ocasiones los alumnos no han sido capaces de encontrar la solución correcta. (11) II. Los hablantes Los alumnos hacen una pequeña encuesta a hablantes de su entorno para observar el uso que hacen de algunos pronombres en catalán denominados de fuente léxica o no argumentales, como por ejemplo “hi” en “Hi havia” Había (en la oración “Hi havia algú trucant a la porta” Había alguien llamando a la puerta). La encuesta consiste en unas preguntas o unas oraciones con las formas “Anar-se’n” Irse, “Veure-hi” Ver y “Sentir-hi” Oír (en estos dos últimos casos en catalán el pronombre convierte el verbo en intransitivo, pasando a hacer referencia a la capacidad visual o auditiva). El objetivo es ver que el estudio de la gramática está íntimamente ligado con la observación de producciones reales de los hablantes, tal como habíamos establecido en la Razón 1 del estudio gramatical “Reflexionar sobre la expresión escrita y oral y mejorarla”. La idea de partida es “Hay usos de determinados pronombres en catalán que están en recesión”: a diferencia del traductor automático el hablante es usuario de la lengua y puede ser interesante saber qué conocimiento no metalingüístico pero sí procedimental tiene de la lengua en una situación de contacto de lenguas. • Resultados Las pruebas son diseñadas entre todos: (i) Traduce al catalán “Pedro se ha ido”; (ii) Responde con el verbo ‘ver’ “¿Qué le pasa a un ciego?”; (iii) Responde con el verbo ‘oír’ “¿Qué le pasa a un sordo?”. Esta actividad desencadena una serie de reflexiones sobre los usos incorrectos recogidos, en los que algunos hablantes traducen literalmente sin usar los pronombres y generando calcos lingüísticos, por ejemplo “*Un cec no veu” en lugar de “Un cec no hi veu”. Se trata especialmente de hablantes que tienen como lengua habitual el castellano, aunque hay también algunos catalanohablantes. Esto abre un conjunto de reflexiones orientadas al distinto comportamiento del catalán y el castellano en cuanto a estas expresiones. Para situar el debate en relación a la temática de la secuencia, se propone a los alumnos reflexionar sobre la siguiente oración: “Un pronombre no siempre es un argumento”. Después de algunas intervenciones el profesor organiza la reflexión en dos niveles de complejidad. Un primer nivel hace referencia a los usos observados, en los que los pronombres van ligados a la entidad léxica del verbo y no tienen capacidad referencial. Se trata de los pronombres de las formas verbales objeto de la encuesta, “anar-se’n” irse, “veure-hi” ver y “sentir-hi” oír, y se reflexiona sobre aspectos de interferencia con el castellano. Un nivel de reflexión más complejo hace referencia a la expresión del locativo, que tanto en castellano como en catalán puede ser argumento o no: en catalán la pronominalización de este locativo es obligatoria (mediente el pronombre “hi”, equivalente parcialmente a “y” en francés), algo inexistente en el sistema pronominal del castellano. 164 (12) III. Los textos de los compañeros Para relacionar los conocimientos gramaticales con algunos problemas del uso, los alumnos observan errores de textos reales señalados por el profesor e intentan relacionarlos con las demandas argumentales de los verbos y con la pronominalización. Esta actividad se relaciona con la Razón 1 establecida en el diálogo inicial de la secuencia: “Reflexionar sobre la expresión escrita y oral y mejorarla”. Una posibilidad es observar con el guiaje del profesor varios errores cometidos por alumnos de cursos inferiores y otra es centrarse en los propios escritos de los alumnos (como por ejemplo los diarios) y las correcciones realizadas en ellos. El planteamiento es que para escribir mejor tenemos que saber “enfocar nuestra mirada” e ir del texto a las oraciones y al revés: en el primer caso, nos situamos en el nivel comunicativo según criterios de coherencia y cohesión, y en el segundo caso nos situamos en el nivel oracional entendido como un sistema de subsistemas cada uno de los cuales gravita alrededor de un centro, el verbo, que proyecta unas necesidades argumentales. En este sentido las nociones impartidas permitirán hablar con precisión de los errores cometidos por los propios alumnos en su redacción, por ejemplo frases incompletas porque no respetan las necesidades argumentales de los verbos, el uso innecesario de pronombres o los problemas de concordancia y correferencia. Se empieza la reflexión colectiva en la pizarra a partir de oraciones incorrectas como por ejemplo *“Alguns no (hi) volen anar” Algunos no quieren ir o *“La casa que et vaig parlar es aquella d’allà” La casa que te hablé es aquella de allí, o bien oraciones con una casuística interesante como “La gent pensa que sobrepassar el límit de velocitat no és greu, i si la policia els posa una multa es queixen” La gente piensa que sobrepasar el límite de velocidad no es grave, y si la policía les pone una multa se quejan, con una cadena semántica formada por “gente-piensa-les-quejan” con incongruneica de número morfológica pero no semántica. Posteriormente se relacionan estos problemas con ejemplos concretos extraídos de los propios escritos. • Resultados Los alumnos observan con atención los errores señalados e intentan guiarse con el documento de consulta para explorar la casuística. Los problemas señalados se centran en usos incorrectos de algunos pronombres. Los alumnos discuten con interés y paciencia pero no son capaces de concretar soluciones, principalmente por dos cuestiones, a tenor de la observación que hace el docente en su diario. En primer lugar, porque no disponen de una pauta de observación en el sentido de los pasos que tienen que seguir para detectar el error y al menos acercarse a la estructura correcta. En segundo lugar, porque no acotan lo suficiente los errores de tal manera que puedan determinar al menos si se trata de un problema de carencia de argumentos o de un problema de pronominalización. Se facilita a los alumnos una pauta para detectar errores diferente de la pauta para clasificar verbos. Si cuando se trataba de clasificar los verbos había que observar el número de argumentos verbales, ahora se trata de detectar un mal uso de los pronombres. Se propone el siguiente procedimiento: aislar el verbo de la oración supuestamente errónea para volver al error con conocimiento sobre el número de argumentos y por lo tanto de pronombres reclamados. Para ello se elabora un documento titulado “Pasos para diagnosticar un problema” en un 165 nuevo documento de consulta que se denominará “Muestrario de recursos para mirar las oraciones y pensar los problemas gramaticales” (cf más abajo, el punto 15). (13) IV. Las explicaciones gramaticales del libro de texto Los alumnos contrastan unas definiciones de oración extraídas de dos libros de texto con las nociones trabajadas a lo largo de la secuencia con el objetivo de poder interpretar nociones de libros de texto según el modelo trabajado en clase e integrar nociones nuevas. Hay que poner sobre la mesa que usar gramáticas implica relacionar explicaciones diversas sobre unos mismos fenómenos. En la actividad que nos ocupa, se trata de captar en qué se diferencian las explicaciones de clase (de base sobre todo semántica) y las explicaciones del libro de texto (de base sobre todo estructural) sobre un mismo fenómeno (la oración), para saber sumar las dos aproximaciones. Esta actividad se relaciona con la Razón 3 del estudio de la gramática: “Ampliar los conocimientos culturales para poder consultar manuales gramaticales”. Se parte de la idea según la cual con el uso de “La rueda de la oración” los alumnos podrán “leer” con más propiedad las explicaciones del libro de texto, desde la perspectiva de quien ya conoce el tema y dispone de una base sedimentada donde incorporar y relacionar lo que dice el texto. • Resultados Nuevamente en esta ocasión los alumnos no realizan su diario de aprendizaje por carencia de tiempo y por lo tanto no se tiene ninguna valoración de primera mano de lo que les ha supuesto, del grado de dificultad que la actividad implica o de la conciencia de su importancia en relación a la secuencia global. Empezando por esta última consideración, la impresión es que la actividad quedaba integrada en la medida que se había previsto desde un inicio. El grado de dificultad tiene que ser de entrada bajo puesto que el carácter de la actividad es descriptivo y el objetivo es centrar la mirada alternativamente en la noción gramatical que ha sido trabajada (la oración) y en las ideas que tienen después de haberla trabajado a lo largo de varios años de escolarización obligatoria. Debido a la falta de tiempo, el problema principal es de guiaje de la atención de los alumnos, puesto que las explicaciones que tenían que observar en los libros de texto no son fáciles de seguir y esto ha hecho la actividad un poco perdedora. Por otro lado, este mismo hecho revela que no es fácil para un aprendiz saber cuándo estamos ante dos explicaciones diferentes, solapadas, complementarias o idénticas de un mismo fenómeno. Esta simple idea ya es en ella misma una valiosa constatación de la dificultad de entender los textos gramaticales de los libros de texto. (14) La necesidad de elaborar un glosario Periódicamente, profesor y alumnos revisarán la nomenclatura que va apareciendo a lo largo de la secuencia, para elaborar una lista que dé pie a un glosario incluido en el Informe Final. Se trata de diez términos que cada alumno elegirá y definirá. Se pone así sobre la mesa la importancia de la terminología y de poder definirla adecuadamente. La secuencia prevé varios momentos de “retorno” metacognitivo (como por ejemplo el diseño de material de consulta, el diario de aprendizaje o el propio Informe Final). La elaboración de un glosario es otro de estos momentos y tiene la intención de mostrar la importancia del 166 metalenguaje para compartir el proceso de aprendizaje. El glosario es un género escrito propio de los textos de ensayo y divulgación y como tal irá situado al final del Informe Final. Al final de algunas sesiones, a lo largo de la secuencia, se irá consignando en una lista la terminología empleada, principalmente la metalingüística (argumentos, periferia, pronominalización, fuente léxica, etc.) pero también la que no lo es (pautas de observación de una oración, normas de interacción en grupo, etc.). Ya sea de forma colectiva (reflexionando entre todos sobre los términos empleados) ya sea por iniciativa del profesor, las palabras se van anotando en la pizarra y se espera que los alumnos las anoten en un apartado de sus apuntes expresamente dedicado a recoger este vocabulario. No se propone, sin embargo, una definición específica y “estándar”: esto, además de agilizar el momento de anotar los términos, permitirá a los propios alumnos completar la definición de aquellos diez términos que cada cual considere más importantes. • Resultados Los alumnos mantienen una consideración ambivalente respecto a la elaboración del glosario, puesto que mientras que en general se considera una buena idea los resultados han sido desiguales. El profesor anota que quizás esto responda probablemente a la naturaleza de la actividad, acumulativa a lo largo de la secuencia. Considera que quizás en los apuntes hubiera sido necesario abrir un espacio donde escribir las palabras que debían incluirse en el glosario y reflexiona sobre la complejidad de los apuntos como género discursivo. 11 Asimismo, piensa que para algunos alumnos la revisión de los apuntes es una tarea inusual y extraña, como si se tratara de un texto solidificado que no puede ser ampliado ni mejorado. (15) Diseño, confección y uso de documentos de consulta (1 y 2) Los alumnos tienen que elaborar un material de consulta a partir del material trabajado y de las consignas concretas debatidas en gran grupo. El diseño y la elaboración conjuntos de un documento de consulta permitirá aclarar y sistematizar las nociones clave trabajadas que hay que retener. En primer lugar, se pretende identificar con claridad las nociones que hay que retener al final para poder entrar en la Fase siguiente de la secuencia con garantías: el primer documento de consulta (“La rueda de la oración”) se realiza al final de la Fase 1 y el segundo (“Los muestrarios”), al final de la Fase 2. En segundo lugar, el hecho de que sean los propios alumnos quienes elaboren este primer documento le da un cariz diferente al de un documento acabado entregado por el profesor para aclarar o recordar conceptos. Los alumnos participan en su elaboración tanto conceptual como material: reuniendo y asociando características de las funciones gramaticales, así como rotulando, escribiendo, recortando y plastificando. El hecho de dar entrada a los alumnos a la elaboración, en sentido amplio, de un material de resumen y de consulta tiene que ser considerado, pues, muy importante, aunque haya un grado elevado de conducción del profesor, que necesariamente preparará todo el proceso de tal manera que la participación de los alumnos sea en cierto modo “de culminación” (el docente aportará unas plantillas y unas instrucciones muy claras para guiar la acción de los alumnos). En tercer lugar, se concibe el 11 Cf Espino (2010). 167 documento de consulta como un instrumento que colabora con el proceso de asimilación de contenidos del aprendiz entendiendo este proceso como el paso (lento, madurativo y en ningún caso lineal) del ritual a los principios, en el sentido de orientar a los alumnos hacia situaciones diversas en las que “navegar” con seguridad por los conceptos (o principios) sin que necesiten vincularlos al ritual rígido del orden en el que las nociones han sido impartidas en clase. La “Rueda de la oración” consiste en dos láminas circulares de cartón superpuestos. En una de ellas hay unos agujeros rectangulares al lado de las variables que definen las funciones gramaticales: posición respecto al verbo, concordancia, pronominalización, etc. Girando las dos láminas coinciden las funciones y sus características. Por ejemplo, la función “Sujeto” coincidirá con los rasgos siguientes: “Posición habitual anterior al verbo”, “Concordancia”, “Pronominalización habitual por ‘yo’, ‘tú’, ‘él’, ella’…”, etc. • Resultados Los alumnos celebran ampliamente este material y el poder usarlo en las actividades e incluso algunas pruebas. Cuando la secuencia ya está muy avanzada es necesario recoger en un documento de cariz diferente todo aquel conocimiento (observaciones, ejemplos, reflexiones, advertencias, pautas, explicaciones, etc.) que ha ido emergiendo y que tiene una gran importancia. A pesar de que la mayor parte de este conocimiento forma parte de las anotaciones y apuntes de los propios alumnos, es necesaria una intervención para sintetizarlo, estilizarlo y presentarlo de forma clara para poder estar a disposición de las consultas que se realizarán en las últimas grandes actividades: la prueba escrita individual y la prueba oral en pequeño grupo. Este documento toma el nombre definitivo de “Muestrarios” y se inspira en las paletas de colores que consultamos cuando queremos pintar las paredes de una habitación. Por falta de tiempo se proporciona a los alumnos en su forma acabada, un hecho que no lo convierte en un material “extraño” dado que su contenido (contando los ejemplos) ha sido trabajado en el aula. Uno se denomina “Muestrario de cuestiones gramaticales” y el otro “Muestrario de recursos para mirar las oraciones y para pensar los problemas gramaticales”. Son unos documentos de consulta de tipo amplio que sistematitzan conocimiento declarativo, procedimental y metacognitivo (como la reflexión sobre el proceso de aprendizaje o el uso del material de consulta en relación a la dificultad de las actividades). Responden al intento de no proporcionar la respuesta antes de que el alumno se haya formulado la pregunta. (16) Actividad 4: “Evaluación por parejas” Los alumnos estando en parejas respoden unas preguntas y evalúan las respuestas de los compañeros. El objetivo último es situarse tanto en la posición de responder como en la de evaluar como una manera de compartir los referentes y tomar conciencia de que el aprendizaje se realiza en el seno de una comunidad de aprendizaje, no de forma individual. Básicamente la dinámica consiste en hacer que cada pareja responda individualmente a unas preguntas que posteriormente serán validadas por el compañero. Posteriormente se intercambian las respuestas con la pareja y se observan y valoran realizando propuestas para mejorar. 168 • Resultados Los alumnos han considerado interesante la actividad porque les ha llevado a reflexionar sobre el trabajo realizado y observar lo que habían aprendido los demás. En caso de duda podían consultar los apuntes y como dice una alumna, “sinceramente, si no los hubiera tenido para ayudarme, no lo hubiera hecho tan completo” (Carme). En opinión de otro alumno, “creo que no ha sido muy provechoso, ya que he mirado los apuntes” (Jep). En último término, sin embargo, saber moverse por los instrumentos de consulta e identificar la información de los apuntes relevante en cada momento es muestra de aprendizaje. (17) Prueba oral en grupo Los alumnos en pequeño grupo pondrán en juego los conocimientos adquiridos en una actividad oral con formato de examen. Se propone una serie de problemas que hay que resolver en pequeño grupo recorriendo cuando haga falta al material de consulta. La evaluación final tendrá en cuenta el procedimiento oral e interactivo que ha sido la base de esta secuencia y se propone, para esta actividad, una serie de problemas que hay que resolver en pequeño grupo recorriendo cuando haga falta al material de consulta. Las actividades son variadas: explorar el uso de los pronombres en un breve texto (“*Hi anaven a l’aula que *els hi tocava”, Iban al aula que les tocaba) identificar el número de argumentos verbales o las funciones sintácticas (“Els nois han anat al teatre”, Los chicos han ido al teatro), explicar las incorrecciones de determinadas oraciones respecto a los argumentos verbales (“La casa *que et vaig parlar és del meu tiet” La casa *que te habé es de mi tío), contrastar oraciones de estructuras argumentales aparentemente paralelas (¿Te invitaron los amigos de Martín? vs ¿Te gustaron los amigos de Martín?) o interpretar el sentido metafórico de determinados usos verbales. Un ejemplo de oración en esta última actividad es Al final del partido llovieron todo tipo de objetos sobre el árbitro. 12 Resultados Los alumnos se toman muy seriamente esta tarea, la última de la secuencia junto con el Informe Final. Es remarcable que no se da lo que en experiencias previas sí que ha sucedido: que los alumnos paren el magnetófono en momentos de duda para discutir la respuesta y ponerlo en marcha sólo para grabar el razonamiento que se considera válido. En su diario el profesor interpreta esto como indicio de aprendizaje: los alumnos entienden que parte del valor de lo que han realizado reside en el proceso de investigación dialógica de las respuestas, con lo que esto tiene de tanteo entre soluciones diversas que tanto pueden complementarse como ser completamente antitéticas y quizás alguna de ellas incorrecta. Los alumnos valoran positivamente el diálogo establecido y de una forma claramente superior en las primeras grabaciones participan conjuntamente en la identificación de los problemas y la propuesta de soluciones. Ciertamente, las grabaciones muestran la gran riqueza que se produce en la tarea colaborativa y • 12 Puede verse comentada en Fontich (2011). 169 también la gran dificultad que presenta la resolución de problemas gramaticales, aunque sean aparentemente simples y acotados. 6.3. FASE 3 (18) Informe final En el final de la secuencia hay que realizar una mirada retrospectiva que “empaquete” las nociones trabajadas y se concreta en un informe final que sigue la pauta propuesta. Este documento centrado en lo que se ha hecho tiene por objetivo también reflexionar a través del escrito sobre lo que se ha trabajado. Se facilita un guión con unos puntos a seguir. En primer lugar un prólogo de presentación personal, donde además expongan cómo se diferencia de las clases “típicas” de gramática lo que han estudiado (diferencias de contenido, de procedimientos, del papel del profesor, del papel de los alumnos, etc.), así como una opinión general sobre el proyecto (“¿Trabajar así ha cambiado la idea que vosotros teníais de lo que era aprender gramática y de lo que es la gramática?”). En segundo lugar un informe para cada una de las exploraciones realizadas, poniendo de relieve las observaciones más destacables de los traductores automáticos, los hablantes, los problemas de escritura y las explicaciones de los libros de texto. En tercer lugar, deben incorporar una síntesis del diario de aprendizaje así como un comentario sobre la evaluación proporcionada por el profesor de la participación oral de cada alumno en pequeño grupo (realizada a partir de las grabaciones). Finalmente deben consignar y definir los diez términos del glosario escogidos por cada alumno. En el anexo final deberán adjuntar todos los materiales trabajados. El trabajo deberá ser presentado al profesor en formato digital. • Resultados Justo es decir que uno de los objetivos era que los alumnos no se limitaran a realizar una revisión estrictamente cronológica de la secuencia, que por otro lado ya habían hecho en su diario de aprendizaje. Pero si bien se esperaba que hubiera una explicación teórica que abrazara mínimamente lo trabajado, algunos alumnos se limitan a exponer, con detalle y acierto en algunos casos, su opinión y el hecho de que el trabajo les ha parecido muy nuevo, diferente y alentador. En este sentido, en algunos casos el Informe no cumple una de las funciones que se pretendía que realizara: la presentación ordenada de los conceptos. Quizás uno de los problemas ha sido la precipitación al final de la secuencia, que coincidía con el final del trimestre, pero más probablemente haya influido el poco espacio reservado a subrayar la importancia de poder explicar aquello que hemos aprendido para demostrar que, efectivamente, ha sido un aprendizaje significativo. La figura de un observador externo que va velando por las pequeñas producciones de los alumnos a lo largo de la secuencia (cf más arriba) quizás se podría considerar en una futura implementación de este modelo de aprendizaje colectivo y centrado sobre todo en la expresión oral. Otro aspecto consderado por el docente es la necesidad de proporcionar al alumno estrategias para desarrollar lo que en definitiva es un nuevo género escrito de temática gramatical. (19) Presentación oral A diferencia del habla exploratoria seguida en la interacción en pequeño grupo, ahora el habla será expositiva y de cariz formal, ante un auditorio 170 externo al grupo. El objetivo es culminar un proceso muy intenso de trabajo oral, ante un auditorio que desconoce el trabajo realizado y por lo tanto al que se deberá poner en antecedentes no sólo de las nociones trabajadas sino también de cómo se han trabajado. Cada grupo se especializará en uno de los ámbitos explorados en la secuencia y se preparará una explicación con ayudas gráficas. La exposición se realiza ante alumnos de la asignatura de Didáctica de la Lengua de la titulación de Pedagogía (curso 2006-2007) de la Universitat Autònoma de Barcelona (UAB), 13 que en el momento de la visita estudian el modelo de las secuencias didácticas (ver imágenes). Para preparar la exposición oral, se dedican unas sesiones a las nociones trabajadas a lo largo de la secuencia. La lluvia de ideas se va anotando en la pizarra y las diversas nociones se agrupan en cinco ámbitos: (1) planteamiento general; (2) nociones teóricas; (3) los traductores automáticos; (4) los hablantes; (5) los errores en la escritura. Cada grupo se dedicará a exponer a los universitarios el ámbito temático elegido con ayuda de material gráfico (un pequeño mural de resumen, explicaciones para ser repartidas). Ocuparán un espacio fijo en las aulas donde se realizará la exposición, y el público se dividirá en estos grupos también e irá ocupando las sillas dispuestas en semicírculo para atender la breve explicación de cada grupo de alumnos. • Resultados Los alumnos piensan que las medidas tomadas para la exposición (hablar ante un grupo reducido cada vez, poder centrarse repetidamente en la misma explicación, disponer de un pequeño mural de ayuda) les aligera el nerviosismo de tener que exponer ante un púbico universitario. El profesor dirige una pregunta a un alumno que destaca por su timidez y que en la Universidad ha mostrado gran asertividad: “¿Habríais podido exponer lo que habéis estudiado de gramática si lo hubierais estudiado a partir únicamente de las explicaciones del libro y del profesor y de actividades de clase?”. La respuesta negativa es rotunda y compartida por el resto de la clase. El profesor remarca ahora que para aprender de manera significativa tan importante es qué se aprende como la manera cómo se aprende, así como las razones últimas que justifican este aprendizaje. 13 Los profesores responsables de este grupo de estudiantes de Pedagogía son Teresa Ribas y Xavier Fontich. 171 (20) Diario de aprendizaje Para realizar un seguimiento por escrito de los procesos personales a lo largo de la secuencia los alumnos disponen de diez minutos al final de algunas sesiones para describir y valorar lo que han hecho a lo largo de la sesión. Además de explicar lo aprendido deben reflexionar sobre cómo lo aprenden y exponer las opiniones que les merece el estudio gramatical realizado. El objetivo es dejar constancia a lo largo de la secuencia de la evolución seguida en el doble sentido de lo que se hace y de las impresiones que se tiene de ello. El diario se vincula de forma privilegiada con la idea según la cual para aprender una noción es importante hablar de ello (en este caso por escrito, dialogando con uno mismo para intentar aclarar las ideas). Se trata de un escrito naturalmente subjetivo, hecho al final de la clase con prisas a veces y con poco espacio para la reflexión, valioso y útil a pesar de todo. • Resultados 172 En algunos casos la descripción de lo que se ha hecho es demasiado sintética y la impresión de lo que ha supuesto la sesión o bien es inexistente o bien es demasiado neutral. El profesor tiene que alentar a los alumnos a ampliar un poco los dos aspectos del comentario (descripción y valoración), e intenta ir más allá, en el sentido de pedir propuestas que podrían ser integradas en la marcha de la secuencia, que a pesar de ser presentada como relativamente cerrada es también versátil y flexible. 6.4. RESUMEN En el capítulo 6 hemos hecho una exposición detallada de cada una de las actividades propuestas a lo largo de la secuencia y hemos descrito algunas de las reacciones de los alumnos que nos han parecido relevantes, a partir tanto de las observaciones del profesor como de los diarios de los alumnos. En cuanto a la Fase 1 o fase de preparación, nuestro recorrido expositivo ha seguido el siguiente orden: el diálogo inicial sobre la utilidad de estudiar gramática, la introducción de las dos nociones básicas de oración (verbo y SN), un conjunto de seis actividades para trabajar estas nociones, una reflexión sobre la necesidad de elaborar un glosario, y el diseño y confección de un primer documento de consulta que recoja el trabajo hecho. En cuanto a la Fase 2, hemos descrito la introducción al proyecto de investigación, los cuatro ámbitos objeto de exploración (traductores automáticos, hablantes, textos y libros de texto), el diseño y confección de un segundo material de consulta, y las pruebas finales. Finalmente en cuanto a la Fase 3 hemos descrito el desarrollo de dos actividades: el informe escrito final y la exposición oral con un público universitario. También hemos hecho una breve referencia al diario de aprendizaje como instrumento transversal a las tres fases. 173 7.RESULTADOS DEL ANÁLISIS DE LA ACTIVIDAD METALINGÜÍSTICA En este apartado nos centraremos en el análisis de la actividad metalingüística de los escolares. Expondremos el planteamiento general que seguiremos para este análisis y cada uno de los diálogos por separado. Finalmente analizaremos los dos diálogos de cada uno de los tres grupos. Un resumen final sintetizará las ideas expuestas. 7.1. PLANTEAMIENTO GENERAL En el apartado de metodología “5.3.2. Unidades de análisis de un modelo para el estudio de la interacción oral en pequeño grupo centrada en la reflexión metalingüística” hemos establecido y descrito las categorías de nuestro modelo, que como hemos visto responden respectivamente a dos dimensiones de la interacción: la proposicional o referida al contenido metalingüístico, y la funcional o referida al discurso argumentativo. Como hemos visto, las categorías referidas al contenido son (1) el Diálogo, (2) la Secuencia Discursiva, (3) la Secuencia Metalingüística, (4) la Subsecuencia Metalingüística y (5) el Enunciado Metalingüístico, y las categorías referidas a la dimensión funcional son (6) la Secuencia Argumentativa y (7) el Episodio Argumentativo. A continuación presentamos el resultado del análisis a partir de dos ejes. El Eje 1 analiza cada diálogo por separado y constituye la descripción de los diálogos a partir de las categorías de análisis, respondiendo a las preguntas “¿Qué observan los alumnos?” y “¿Cómo lo hacen?”. El Eje 2 contrasta entre si los dos diálogos de cada grupo, intentando responder a la pregunta “¿Por qué los diálogos se han desarrollado así?” e interpretándolos en relación a lo trabajado a lo largo de la secuencia. El objetivo último del análisis es buscar en la actividad metalingüística observable, es decir en los diálogos de los alumnos, las trazas del trabajo gramatical realizado en el aula e interpretar la manera cómo los alumnos construyen su saber gramatical. 7.1. El EJE 1 En el Eje 1 analizamos cada diálogo por separado según el siguiente guión: (1) grupo que ha realizado el diálogo; (2) actividad a la cual corresponde; (3) foco temático de la discusión; (4) lista de secuencias y subsecuencias metalingüísticas, identificadas con una numeración y un título; (5) breve justificación de esta selección; (6) gráfico de secuencias y subsecuencias, a partir de las unidades de Secuencia Argumentativa, Episodio Argumentativo y Enunciado Metalingüístico; (7) comentario de cada gráfico. En el anexo se adjuntan los seis diálogos completos, con la posterior segmentación de cada uno de ellos en secuencias y subsecuencias metalingüísticas y la identificación de los fragmentos que son objeto de análisis. 7.1.1. Diálogo 1 Los fragmentos siguientes provienen del Diálogo 1, perteneciente al Grupo I. Este diálogo responde a la Actividad [1], que tiene por enunciado “Elegir aquellas oraciones consideradas por el grupo como más fáciles y más difíciles y justificar esta consideración”. Analizaremos la discusión que se desarrolla en la secuencia y las subsecuencias metalingüísticas siguientes, que 174 tienen como focos de atención la oración “Dalí pintó de joven aquel retrato de Lincoln”: • SSM 1.1: CD y CI • SSM 1.3: Sujeto • SSM 1.4: CI • SSM 1.5: Verbo • SSM 1.8: CD y CI • SSM 3.1: Identificar el verbo • SSM 4.1: Leer el enunciado • SM 5: Sujeto La elección de estos fragmentos de diálogo viene determinada por el hilo argumental que siguen, centrado en la identificación de varias funciones sintácticas (Sujeto, CD, CI) y de una categoría (el verbo). A continuación presentamos para cada uno de los fragmentos el gráfico analítico y un comentario. • SSM 1.1: CD y CI La subsecuencia metalingüística 1.1 consta de 9 turnos. Identificamos 7 enunciados metalingüísticos, 6 de naturaleza formal y 1 de naturaleza semántica. Estos enunciados se centran en las nociones de CD y CI y se enmarcan en 11 episodios argumentativos distribuidos en 4 secuencias argumentativas; hemos eliminado el turno off-task 1.2. EA SA EM Núm. Reactivo Aditivo Naturaleza P S F 1. Divergir - - - - 2. - Expandir - - X 3. - Expandir - - X 4. 5. 6. 7. 8. 9. 10. 11. Contradecir Contradecir Contradecir - Añadir Añadir Explicar Añadir Aceptar - X - X X X X - I II III IV Enunciado 1.1 Sònia [a vera | u | dificultat] 14 a ver | uno | dificultad 1.3 Sònia: el Dalí va pintar de jove aquell retrat del Lincoln Dalí pintó de joven ese retrato de Lincoln 1.4 Joana: del Lincoln es ce i de Lincoln es ce i 1.4 Joana: és ce i es ce i 1.4 Joana: és ce i es ce i 1.5 Sònia: del ce de del ce de 1.6 Joana: és ce i! ¡es ce i! 1.6 Joana: de qui! ¡de quién! 1.7 Sònia: és ce de! ¡es ce de! 1.8 Jordi: és ce de ¡es ce de! 1.9 Joana: [ah vale] SA: Secuencia Argumentativa; EA: Episodio Argumentativo; EM: Enunciado Metalingüístico; P: Pragmática; S: Semántica; F: Formal 14 A efectos de inteligibilidad incluimos en claudátors los fragmentos no metalingüísticos. Traducimos en cursiva al castellano. 175 En esta subsecuencia el foco de atención se centra en dirimir si el elemento observado es CD o CI (1.4 Joana: de Lincoln es ce i, 1.5 Sònia: del ce de, 1.6 Joana: es ce i, 1.7 Sònia:¡es ce de!) sin discusión sino con una sucesión de posicionamientos contradictorios que no se acompañan de argumentación sino de adhesiones en forma de repetición (1.4 Joana: es ce i, 1.8 Jordi: es ce de). Únicamente en la SA III hay un intento explicativo: “de Lincoln” en “Dalí pintó de joven aquel retrato de Lincoln” sería CI porque expresa “de quién” (1.6 Joana: ¡de quién!). Podemos interpretar la SA IV siguiente en coherencia con la tónica disputativa de todo el fragmento: la alumna (1.7 Sònia:¡es ce de!) no reacciona a esta explicación incorrecta (es CI porque expresa “de quién”) sino a la idea sostenida (es CI). • SSM 1.3: Sujeto La subsecuencia metalingüística 1.3 consta de 3 turnos. Identificamos 2 enunciados metalingüísticos, 1 de naturaleza formal y 1 de naturaleza semántica. Estos enunciados se centran en la noción de sujeto y se enmarcan en 3 episodios argumentativos que forman 1 secuencia argumentativa. EA SA I EM Núm. Reactivo Aditivo Naturaleza P S F 1. Diverger - - - X 2. - Aceptar - - - 3. - Explicar - X - Enunciado 1.13 Sònia: el Dalí jo crec que és el subjecte Dalí yo creo que es el sujeto 1.14 Jordi: [clar] claro 1.15 Gemma: és la persona es la persona SA: Secuencia Argumentativa; EA: Episodio Argumentativo; EM: Enunciado Metalingüístico; P: Pragmática; S: Semántica; F: Formal El episodio argumentativo que inicia el cambio de tema coincide en este fragmento con el primer enunciado metalingüístico (1.13 Sònia: Dalí yo creo que es el sujeto). Como veremos, este rasgo se repetirá en el resto de fragmentos de este diálogo (1.4, 1.5, 1.8, 3.1, 4.1 y 5), y lo podemos interpretar como propio de aquellas discusiones poco colaborativas en las que cada aportación es un cambio de tema que no tiene ninguna relación con las anteriores. Existe en este caso, como en la SA que remarcábamos en la subsecuencia anterior, un intento explicativo, también de tipo semántico y que relaciona sujeto y persona (1.15 Gemma: es la persona), entendiendo probablemente “persona de carne y huesos” (en el sentido que Dalí era una persona y no una planta o un animal) y no persona gramatical. • SSM 1.4: CI La subsecuencia metalingüística 1.4 consta de 2 turnos. Identificamos 1 enunciado metalingüístico de naturaleza formal. Este enunciado se centra en la noción de CI y se enmarca en 2 episodios argumentativos que forman 1 secuencia argumentativa. 176 EA SA I EM Núm. Reactivo Aditivo 1. 2. Diverger - Aceptar Naturaleza P S F X - Enunciado 1.16 Joana: la de és d’i la de es de i 1.17 Jordi: [clar] claro SA: Secuencia Argumentativa; EA: Episodio Argumentativo; EM: Enunciado Metalingüístico; P: Pragmática; S: Semántica; F: Formal Con la intervención inicial (1.16 Joana: la de es de i[indirecto]) la alumna contradice su posición en la SSM 1.1 anterior (considerar “de Lincoln” CD) y recupera su posición previa (1.4 Joana: es ce i, 1.6 Joana: ¡es ce i!), para la cual como hemos visto había proporcionado una explicación (1.6 Joana: ¡de quién!). Mientras que en aquel momento esta aportación no ha sido aceptada por ningún compañero del grupo, ahora sí que lo es (1.17 Jordi), justamente por el alumno que en la SSM 1.1 había defendido lo contrario (1.8 Jordi: es ce de). Esta adhesión puede ser considerada propia del habla acumulativa y acrítica. • SSM 1.5: Verbo La subsecuencia metalingüística 1.5 consta de 2 turnos. Identificamos 2 enunciados metalingüísticos, 1 de naturaleza formal y 1 de naturaleza pragmática. Estos enunciados se centran en la noción de verbo y se enmarcan en 3 episodios argumentativos que forman 1 secuencia argumentativa. EA SA I EM Núm. Reactivo Aditivo Naturaleza P S F 1. Diverger - - - X 2. - Aceptar - - - 3. - Explicar - X - Enunciado 1.18 Sònia: va pintar és el verb pintó es el verbo 1.19 Gemma: [sí] sí 1.18 Sònia: és el qui diu l’acció es quien dice la acción SA: Secuencia Argumentativa; EA: Episodio Argumentativo; EM: Enunciado Metalingüístico; P: Pragmática; S: Semántica; F: Formal Como en los dos fragmentos anteriores, el episodio argumentativo de apertura de la SSM es también un enunciado metalingüístico (1.18 Sònia: pintó es el verbo), que anteriormente ya hemos interpretado en consonancia con el carácter acumulativo y disputativo de esta discusión. Después del episodio de aceptación (1.19 Gemma) vemos el Episodio explicativo (1.18 Sònia: es quien dice la acción). Podemos interpretar estos dos enunciados metalingüísticos como sigue: aparece una noción cotidiana de verbo como una entidad autónoma (“quien dice”), con un significado ligado a una única noción (“la acción”) y en la que se solapan la expresión morfológica del tiempo verbal y el verbo como categoría (“pintó es el verbo”). Como vemos, esta aportación tampoco es desarrollada por ningún episodio reactivo (contradecir, matizar, retar) o aditivo (expandir, explicar, añadir, aceptar, concluir) subsiguiente. 177 • SSM 1.8: CD y CI La subsecuencia metalingüística 1.8 consta de 8 turnos. Identificamos 4 enunciados metalingüísticos, los cuatro de naturaleza formal. Estos enunciados se centran nuevamente en las nociones de CD y CI y se enmarcan en 8 episodios argumentativos distribuidos en 4 secuencias argumentativas. EA SA I EM Núm. Reactivo Aditivo Naturaleza P S F 1. Diverger - - - X 2. - Expandir - - X 3. - Aceptar - - - 4. Retar - - - - 5. - Explicar - - X 6. 7. Contradecir Contradecir - - - X 8. Contradecir - - - - II III IV Enunciado 1.41 Sònia: aquell retrat del Lincoln ese retrato de Lincoln 1.42 Jordi: el ce de el ce de 1.43 Sònia: [no! | ah sí sí!] ¡no! ¡ah sí sí! 1.44 Joana: [però per què estem encara amb això!] ¡pero por qué estamos aún con esto! 1.45 Sònia: encara no hem dit què és això aún no hemos dicho qué es esto 1.46 Joana: és ce i! ¡es ce i! 1.47 Jordi: és ce ce es ce ce 1.48 Sònia: [no però XX] no pero XX SA: Secuencia Argumentativa; EA: Episodio Argumentativo; EM: Enunciado Metalingüístico; P: Pragmática; S: Semántica; F: Formal En este fragmento nuevamente se diverge hacia un nuevo foco de atención (1.41 Sònia: aquel retrato de Lincoln). Confluyen en él aportaciones de Jordi, Joana y Sònia, que si bien son de carácter muy diferente tienen en común centrarse las tres en la función sintáctica de “aquel retrato de Lincoln” y hacerlo sin explicitar ni el verbo ni la oración como marco de referencia. En cuanto a las dos aportaciones de Jordi, observamos que son totalmente ambivalentes e identifica “aquel retrato de Lincoln” sucesivamente como CD (1.42 Jordi: el ce de) y como CC (1.47 Jordi: es ce ce), sin en ningún caso integrar la aportación en un razonamiento previo o aportar algún razonamiento subsiguiente. En cuanto a las dos aportaciones de Joana, esta alumna abre la SA II con un reto (1.44 Joana: [¡pero por qué estamos todavía con esto!]) que tiene continuidad más adelante (1.46 Joana: ¡es ce i!). En cuanto a Sònia, acepta considerar este constituyente como CD (1.43 Sònia) pero muestra seguidamente una posición de indefinición (1.45 Sònia: todavía no hemos dicho qué es esto). Ninguno de los tres muestra conciencia explícita del solapamiento que significa considerar “aquel retrato de Lincoln” como CD o CI después de haber considerado la SSM 1.1 anterior “de Lincoln” como CD o CI. Podemos interpretar las aportaciones de los tres alumnos en relación a este solapamiento. En un inicio los tres se muestran coherentes con las consideraciones que han mantenido relativas a “de Lincoln”: en la presente SSM 1.8 Joana mantiene que es CI, Sònia mantiene que es CD, y Jordi recupera la opinión expresada en la SSM 1.1 y encabeza este fragmento proponiendo considerarlo CD (en la SSM 1.4 ha aceptado que fuera CI). 178 Podríamos interpretar que las aportaciones posteriores de Jordi y Sònia muestran implícitamente una distinta visión del constituyente que están explorando: Jordi le atribuye una función distinta a la que le atribuyen los demás (la de CC) y Sònia considera que el grupo todavía no ha decidido qué función atribuirle (respondiendo al reto de Joana), mientras que es Joana quien se mantiene inamovible (continúa pensando que es CI). En resumen, si bien ninguno de los tres hace referencia alguna al solapamiento mencionado, es Joana quien muestra menos conciencia de estar ante un nuevo foco de atención (puesto que reclama para el SN “aquel retrato de Lincoln” la misma función que para el SP discutido anteriormente “de Lincoln”). Por otro lado, independientemente de que Jordi en primera instancia identifique correctamente la función de este SN (efectivamente es CD), hace dos aportaciones incompatibles entre ellas (primero dice que es CD y después dice que es CC) y no las enmarca en ninguna argumentación. En relación a Joana y a Jordi podríamos concluir que tanto la una como el otro realizan aportaciones de cariz más acumulativo y disputativo que exploratorio. El rol de Sònia es, en cambio, diferente: inicialmente coincide con Jordi al considerar (correctamente) el constituyente observado como CD; inmediatamente después, sin embargo, pone en suspensión esta consideración ante la aportación de Joana, la cual como hemos visto cuestiona que sea CD sin apuntar hacia una posible nueva argumentación sino en conexión con la aportación que ya hemos visto que hacía anteriormente (es CI). El último posicionamiento de Sònia (1.48 Sònia: no pero XXX) es un movimiento que apunta sólo a poner en suspensión tanto la aportación de Jordi como la de Joana. Interpretamos, pues, el rol de esta alumna como cercano al habla exploratoria: distingue un objeto observado anteriormente del objeto analizado ahora por la vía de suspender el propio juicio y de pensar en otra posible función (en 1.43 acepta que sea CD y en 1.45 hace suspensión del juicio), hace aportaciones en concordancia con las de los compañeros (responde al reto lanzado por Joana en 1.44 con 1.45 Sònia: aún no hemos dicho qué es esto), y muestra desacuerdo no por la vía de la simple contradicción sino por la vía de buscar algún tipo de razonamiento distinto (como apunta en 1.48, aunque en forma de movimiento que no cristaliza en una argumentación). • SSM 3.1: Identificar el verbo La subsecuencia metalingüística 3.1 consta de 6 turnos. Identificamos 3 enunciados metalingüísticos, los tres de naturaleza formal. Estos enunciados se centran en la identificación del verbo y se enmarcan en 5 episodios argumentativos que forman 1 secuencia argumentativa; hemos eliminado el turno off-task 1.55. EA SA I EM Núm. Reactivo Aditivo Naturaleza P S F 1. Diverger - - - X 2. 3. Contradecir Expandir - - X 1.54 Sònia: va pintar de jove aquell retrat de Lincoln pintó de joven ese retrato de Lincoln 1.56 Gemma: [no!] ¡no! 1.57 Jordi: va pintar pintó 4. - - - X 1.58 Sònia: va pinta::r és el verb Expandir 179 Enunciado 5. - Aceptar - - - pintó es el verbo 1.59 Jordi: [clar] claro SA: Secuencia Argumentativa; EA: Episodio Argumentativo; EM: Enunciado Metalingüístico; P: Pragmática; S: Semántica; F: Formal El episodio divergente que abre esta nueva subsecuencia metalingüística recupera la oración como foco de atención (1.54 Sònia: pintó de joven aquel retrato de Lincoln). Este hecho resulta especialmente relevante si ponemos este episodio en relación con un rasgo que hemos observado en la SSM 1.8 anterior: no haber explicitado un punto de referencia (ya sea la oración entera ya sea el verbo) a la hora de considerar la función sintáctica del constituyente “aquel retrato de Lincoln”. Por otro lado, mientras que allí la discusión se centra en la función de este constituyente, en la presente SSM 3.1 la atención se desplaza hacia el verbo (1.57 Jordi: pintó) y como sucede en la SSM 1.5 se vuelven a solapar las nociones de categoría verbal y expresión morfológica de tiempo (1.58 Sònia: pintó es el verbo). La secuencia no progresa más allá de esta identificación, y este hecho concuerda con la tónica acumulativa del presente diálogo. Este fragmento de identificación del verbo tiene concomitancias con las discusiones mencionadas en torno la función sintáctica de “de Lincoln” y de “aquel retrato de Lincoln”: efectivamente, mientras que en relación a estos constituyentes no se toma como punto de referencia ni la oración ni el verbo, en la presente secuencia es justamente la oración y el verbo aquello que acapara la atención, pero esto no lleva a explorar la función sintáctica de los elementos. Podríamos decir que tanto en un caso como en el otro los alumnos se sitúan en un estadio declarativo y no pasan al estadio explicativo. • SSM 4.1: Leer el enunciado La subsecuencia metalingüística 4.1 consta de un solo turno. Identificamos 2 enunciados metalingüísticos, 1 de naturaleza formal y 1 de naturaleza semántica, que se centran en la lectura del enunciado de la actividad. Se enmarcan en 2 episodios argumentativos que forman 1 secuencia argumentativa. EA SA Núm. EM Reactivo Aditivo Naturaleza P S F 1. Diverger - - X - 2. - Expandir - - X I Enunciado 1.64 Sònia: penseu quants quants sintagmes nominals arguments en té i quins elements perifèrics pensad cuantos cuantos sintagmas nominales argumentos tiene y qué elementos periféricos 1.64 Sònia: els complements directes los complementos directos SA: Secuencia Argumentativa; EA: Episodio Argumentativo; EM: Enunciado Metalingüístico; P: Pragmática; S: Semántica; F: Formal Como hemos visto en la subsecuencia metalingüística 3.1, nuevamente un primer episodio de apertura divergente apunta a reubicar la discusión hacia 180 un punto de referencia: en este caso una parte del enunciado de una actividad previa realizada en la misma sesión (1.64 Sònia: pensar cuantos cuantos sintagmas nominales argumentos tiene y qué elementos periféricos). Una paráfrasis expansiva de la propia alumna (1.64 Sònia: los complementos directos) no aclara sin embargo si la chica identifica el CD como argumento o como elemento periférico. Es remarcable que quien lleva a cabo esta aportación sea Sònia, que en las SSM 1.8 y 3.1 se ha significado por una talante que hemos interpretado como incipientemente exploratorio y que de forma remarcable en la SSM 3.1 tomaba la oración como punto de referencia para identificar la función sintáctica. • SM 5: Sujeto La secuencia metalingüística 5 consta de un solo turno. Identificamos 1 enunciado metalingüístico, de naturaleza formal, que se centra en la noción de sujeto y se enmarca en 1 episodio argumentativo que forma 1 secuencia argumentativa. EA SA I EM Reactivo Aditiv o Naturaleza Núm. P S F 1. Diverger - - - X Enunciado 1.70 Jordi: el Dalí subjecte! ¡Dalí sujeto! SA: Secuencia Argumentativa; EA: Episodio Argumentativo; EM: Enunciado Metalingüístico; P: Pragmática; S: Semántica; F: Formal La nueva SM se abre con un episodio divergente que indica cambio de tema (1.70 Jordi: ¡Dalí sujeto!). Como ya hemos remarcado esto se corresponde con la dinámica de un diálogo acumulativo y disputativo que ha ido avanzando de forma errática, que no ha consolidado hilos argumentativos, y que ha abierto sucesivamente nuevos temas sin desarrollarlos o haciéndolo sólo de manera incipiente, como intentos para superar los callejones sin salida a los que ha llevado un intercambio de bajo perfil dialógico. 7.2.2. Diálogo 2 Los fragmentos siguientes provienen del Diálogo 2, perteneciente al Grupo II. Este diálogo responde a la Actividad [1], que tiene por enunciado “Elegir aquellas oraciones consideradas por el grupo como más fáciles y más difíciles y justificar esta consideración”. Analizaremos la discusión que se desarrolla en las siguientes subsecuencias metalingüísticas, que tienen como focos de atención la oración “Este verano ha crecido mucho”: • SSM 1.1: Verbo y sujeto • SSM 4.1: Sentido y contexto de uso • SSM 4.2 : Sentido, sujeto elidido y morfología verbal • SSM 4.3 : Sentido general La elección de estos fragmentos de diálogo viene determinada por el hecho de que que se centran en la interrelación entre sujeto elidido, referencia 181 y sentido. A continuación presentamos para cada una de ellas el gráfico analítico y un comentario. • SSM 1.1: Verbo y sujeto La subsecuencia metalingüística 1.1 consta de un solo turno. Identificamos 3 enunciados metalingüísticos, los tres de naturaleza formal. Estos enunciados se centran en la relación entre verbo y sujeto y se enmarcan en 3 episodios argumentativos que forman 1 secuencia argumentativa. EA SA I Núm. EM Reactivo Aditivo Naturaleza P S F 1. Diverger - - - X 2. - Expandir - - X 3. - Expandir - - X Enunciado 2.1 Rosa: la setze diu aquest estiu ha crescut molt | la dieciséis dice este verano ha crecido mucho 2.1 Rosa: ha crescut eeh seria el verb ha crecido sería el verbo 2.1 Rosa: la morfologia | de:l verb haver | ens senyala que el | el subjecte elidit és ell la morfología del verbo haver nos señala que el sujeto elidido es él SA: Secuencia Argumentativa; EA: Episodio Argumentativo; EM: Enunciado Metalingüístico; P: Pragmática; S: Semántica; F: Formal La alumna desarrolla su reflexión en tres momentos: en primer lugar establece el nuevo foco de atención (2.1 Rosa: la dieciséis dice este verano ha crecido mucho), en segundo lugar localiza el verbo (2.1 Rosa: ha crecido eeh sería el verbo) y en tercer lugar identifica el sujeto (elidido) con un razonamiento morfológico (2.1 Rosa: la morfología del verbo haver nos señala que el sujeto elidido es él). En relación al Diálogo 1, hemos dicho que la identificación que los alumnos hacían de verbo y forma conjugada compuesta era equívoca puesto que identifican como verbo la forma compuesta y no muestran conciencia del solapamiento de las perspectivas morfológica y semántica: en la primera el auxiliar nos permitirá indagar en la concordancia, el sujeto elidido, la persona gramatical y el número; en la segunda la categoría verbal nos permitirá indagar sobre los argumentos verbales. Hemos visto, asimismo, que los alumnos no mostraban conciencia de este doble vertiente y se limitaban a identificar el elemento verbal en sentido amplio sin extraer implicaciones morfológicas o semánticas. El caso que nos ocupa ahora, sin embargo, es claramente diferente porque la alumna identifica el verbo también en sentido amplio (“ha crecido”) pero desarrollando a partir de aquí un razonamiento morfológico: el auxiliar es otro verbo (el verbo “haber”) con una capacidad díctica (señalar) en relación al sujeto (el cual puede ser elidido) a través de un mecanismo (la morfología). Este razonamiento nos permite poner de relieve cuatro cuestiones: la alumna (i) identifica elementos y de ello deriva explicaciones; (ii) no establece el primer elemento de la oración como sujeto; (iii) disocia los planes declarativo (identificación de verbo y forma conjugada compuesta) y procedimental (la concordancia viene determinada por el auxiliar); y (iv) emplea una terminología apropiada y coherente. 182 • SSM 4.1: Sentido y contexto de uso La subsecuencia metalingüística 4.1 consta de 11 turnos. Identificamos 8 enunciados metalingüísticos, de los cuales 7 son de naturaleza pragmática y 1 de naturaleza semántica. Estos enunciados se centran en las nociones de sentido y contexto de uso y se enmarcan en 12 episodios argumentativos distribuidos en 3 secuencias argumentativas; hemos eliminado el turno 2.7. EA SA Núm. Reactivo Aditivo EM Naturaleza P S F 1. Diverger - - X - 2. - Explicar X - - 3. 4. Contradecir Expandir - - - - 5. - Expandir X - - 6. - Expandir X - - 7. - Expandir - - - 8. Contradecir - - - - 9. - Explicar X - - 10. 11. 12. - Expandir Aceptar Concluir X X - - I II III Enunciado 2.5 Pau: la setze perxò no té molt de sentit [aquest estiu ha crescut molt] la dieciséis sin embargo no tiene mucho sentido [este verano ha crecido mucho] 2.5 Pau: aquest estiu ha crescut molt ||| però jo:: jo no:: jo aquesta frase no sé a què es refereix este verano ha crecido mucho, pero yo esta frase no sé a qué se refiere 2.5 Pau: [si a: si a:: si a::] si a 2.6 Rosa: [per exemple] por ejemplo 2.6 Rosa: imagina't que tu la teva tieta no et veu des de l'any passat imagina que tú tu tía no te ve desde el año pasado 2.8 Rosa: ve a veure't i diu ui! aque aquest estiu ha crec ha crescut molt el nen viene a verte y dice ¡uy! este verano ha crecido mucho el niño 2.9 Eva: [o pot també di:r] o también puede decir 2.9 Eva: [jo no hi estic d’acord amb això que has dit] yo no estoy de acuerdo con esto que has dicho 2.9 Eva: a lo millor també pot dir aquest estiu ha crescut molt el meu el meu cosí a lo mejor también puede decir este verano ha crecido mucho mi primo 2.9 Eva: o el que sigui o lo que sea 2.10 Rosa: [clar] claro 2.10 Rosa: la persona la persona SA: Secuencia Argumentativa; EA: Episodio Argumentativo; EM: Enunciado Metalingüístico; P: Pragmática; S: Semántica; F: Formal El alumno centra la atención en una oración discutida unos cuantos turnos antes y realiza una observación de cariz semántico (2.5 Pau: la dieciséis sin embargo no tiene mucho sentido [este verano ha crecido mucho]]) con un desarrollo posterior (2.5 Pau: este verano ha crecido mucho, pero yo esta frase no sé a qué se refiere) en el que se equiparan los términos “sentido” y 183 “referencia” y que podríamos parafrasear como sigue: “Como desconocemos la referencia del sujeto elidido la oración no tiene sentido”. La estrategia de Rosa será la de defender que la oración sí tiene sentido proponiendo una posible situación contextual (2.6 Rosa: por ejemplo; 2.6 Rosa: imagina que tú tu tía no te ve desde el año pasado, 2.8 Rosa: viene a verte y dice ¡uy! este verano ha crecido mucho el niño). Evidentemente este contexto es sólo una suposición, una hipótesis: el elemento pronominal puede tener cualquier referente, tal como objeta Eva (2.9 Eva: a lo mejor también puede decir este verano ha crecido mucho mi primo, 2.9 Eva: o lo que sea). Rosa se muestra de acuerdo con esta objeción (2.10 Rosa: claro), pero concluye el razonamiento de forma equívoca (2.10 Rosa: la persona). El término “persona” además de referirse a la persona de carne y huesos se refiere a la persona gramatical, y si tenemos en cuenta el razonamiento formal realizado en la subsecuencia 1.1 anterior, podemos interpretar la expresión “la persona” de Rosa como sigue: “en cualquier caso siempre hay un elemento, en el contexto que reproducimos, que representa la tercera persona gramatical”. En la expresión “la persona”, pues, se solapan equívocamente dos sentidos diferentes: de tipo formal y de tipo pragmático. El formal se basa en la concordancia y el concepto de persona gramatical “él”; el pragmático se basa en la reconstrucción de un contexto que puede conferir significado referencial a “él”, según el cual puede ser “el niño”, “mi primo” o “lo que sea”. Esta segunda concepción será problemática más adelante cuando se hable de “persona”, “planta”, “perro”, “pájaro” y “lo que sea”. • SSM 4.2: Sentido, sujeto elidido y morfología verbal La subsecuencia metalingüística 4.2 consta de 7 turnos. Identificamos 11 enunciados metalingüísticos, de los cuales 7 son de naturaleza formal, 2 de naturaleza semántica y 2 de naturaleza pragmática. Estos enunciados se centran en las nociones de sentido, sujeto elidido y morfología verbal y se enmarcan en 13 episodios argumentativos distribuidos en 4 secuencias argumentativas; hemos eliminado el turno 2.14. EA SA I Núm. EM Reactivo Aditivo 1. Diverger - Naturaleza P S F - X 2. - Expandir - - 3. - Explicar - X - 4. Contradecir - X - 5. - Explicar - - - 6. Retar - X - - X II III 184 Enunciado 2.11 Pau: tindria que ell::: tendría que él 2.11 Pau: tindria que que ja no no tenir el el subjecte elidit tendría que que ya no no tener el sujeto elidido 2.11 Pau: si no la frase no tindria sentit si no la frase no tendría sentido 2.12 Rosa: la frase sí que té sentit la frase sí tiene sentido 2.12 Rosa: [el que passa és que] lo que pasa es que 2.13 Pau: al primer cop de ve...- que al primer cop d'ull clar dius aquest estiu ha crescut molt i | hòstia! | qui ha crescut? a primera vista claro dices este verano ha crecido mucho y ¡hostia! ¿quién ha crecido? 7. - Expandir X - - 8. Contradecir - - - - 9. - Explicar - - X 10. - Expandir - - X 11. - Expandir - - X 12. Matizar - - - X 13. - Expandir - - X IV 2.13 Pau: a l'estiu pot cre...- pot créixer moltes coses! en verano pueden crecer muchas cosas 2.15 Rosa: [no! no! || no Pau perquè || mira] ¡no! ¡no! no Pau porque mira 2.15 Rosa: haver crescut | haver crescut és un verb haber crecido haber crecido es un verbo 2.15 Rosa: el podem conjugar lo podemos conjugar 2.15 Rosa: he crescut | has crescut | ha crescut | hem crescut he crecido has crecido ha crecido hemos crecido 2.16 Pau: sí però aquesta frase no té XX sí pero esta frase no tiene XX 2.17 Rosa: ha || ha | senyala que | el mm subjecte | és ell ha ha señala que el sujeto es él SA: Secuencia Argumentativa; EA: Episodio Argumentativo; EM: Enunciado Metalingüístico; P: Pragmática; S: Semántica; F: Formal Pau inicia su argumento vinculando sujeto elidido, pronombre “él” y sentido: considera que la oración tiene que explicitar el pronombre (2.11 Pau: tendría que él) y no puede tener el sujeto elidido (2.11 Pau: tendría que ya no no tener el sujeto elidido) si queremos que tenga sentido (2.11 Pau: si no la frase ya no tendría sentido, solapando nuevamente las perspectivas semántica y pragmática (2.13 Pau: a primera vista claro dices este verano ha crecido mucho y ¡hostia! ¿quién ha crecido?, 2.13 Pau: ¡en verano pueden crecer muchas cosas!). Rosa discrepa de este razonamiento situándose inicialmente en el plano semántico (2.12 Rosa: la frase sí tiene sentido) pero no desarrollando un razonamiento pragmático como hemos visto en la subsecuencia 4.1 anterior sino expandiendo el razonamiento formal que ha realizado en la subsecuencia 1.1. Efectivamente, en primer lugar retoma el punto de referencia verbal (2.15 Rosa: haber crecido haber crecido es un verbo) y morfológico, primero a un nivel declarativo (2.15 Rosa: lo podemos conjugar) y después a un nivel procedimental (2.15 Rosa: he crecido has crecido ha crecido hemos crecido) y explicativo (2.17 Rosa: ha ha señala que el sujeto es él). Podemos interpretar la intervención de la Rosa en un doble sentido: en primer lugar integra las perspectivas semántica y formal remarcando que la oración tiene sentido porque “él” no está visible pero puede recuperarse a través de la conjugación; en segundo lugar, muestra una gran versatilidad para moviliza su saber de formas diversas y en un sentido contingente a las objeciones, contradicciones, matices y desacuerdos que van manifestando sus compañeros. Identificamos estos rasgos como propios del habla exploratoria. • SSM 4.3: Sentido general La subsecuencia metalingüística 4.3 consta de 11 turnos. Identificamos 11 enunciados metalingüísticos, de los cuales 2 son de naturaleza formal y 9 de naturaleza pragmática. Estos enunciados se centran en el sentido general 185 de la oración y se enmarcan en 15 Episodios argumentativos distribuidos en 5 secuencias argumentativas; hemos eliminado los turnos 2.19 y 2.20. SA I II Núm. EA EM Aditivo Naturaleza P S F 1. Diverger - X - - 2. - Explicar X - - 3. - Expandir - - - 4. - Expandir - - - 5. - Aceptar X - - 6. Matizar - - - X 7. - Expandir - - X 8. - Aceptar - - - - - - - 9. Reactivo Contrade cir III IV 10. - Expandir X - - 11. Retar 12. - Añadir X X - 13. - Explicar X - - 14. Retar - X - - 15. - Explicar X - - 16. - Expandir X - - V Enunciado 2.18 Pau: no només pot ser una persona no sólo puede ser una persona 2.18 Pau: pot ser una: una planta també puede ser una planta también 2.18 Pau: o un gos o un ocell o un XXX o pun pero o un pájaro o un XXX 2.18 Pau: o el que sigui o lo que sea 2.21 Rosa: esclar que sí que pot ser una planta claro que sí puede ser una planta 2.21 Rosa: aquest verb | ens assenyala que és tercera persona este verbo nos sañala tercera persona 2.21 Rosa: no pot ser si primera ni segona ni res ha de ser ell o ella no puede ser ni primera ni segunda ni nada tiene que ser él o ella 2.22 Pau: [sí | estic d’acord | així] sí estoy de acuerdo así 2.23 Eva: [però jo dic que] pero yo digo que 2.23 Eva: aquesta frase aquí es refereix a una persona no a un animal ni cosa esta frase aquí se refiere a una persona no a un animal ni cosa 2.24 Rosa: [per què no?] ¿por qué no? 2.24 Rosa: [per què no?] ¿por qué no? 2.25 Eva: si fos una planta seriaaa: si fuera planta sería 2.26 Rosa: i si jo digués aquest estiu ha crescut molt | la planta? ¿y si yo dijera este verano ha crecido mucho, la planta? 2.27 Eva: no saps a què et refereixes | exactamente no sabes a qué te refieres exactamente 2.28 Rosa: no ho sabem no lo sabemos SA: Secuencia Argumentativa; EA: Episodio Argumentativo; EM: Enunciado Metalingüístico; P: Pragmática; S: Semántica; F: Formal Desde el punto argumentativo podemos dividir esta subsecuencia en dos grupos formados respectivamente por las secuencias argumentativas I-II y IIIIV-V. En cuanto al primer grupo, la secuencia es encabezada por una objeción al contexto propuesto anteriormente (2.18 Pau: no sólo puede ser una persona) centrándose en una acepción no-gramatical de persona (2.18 Pau: puede ser una planta también, 2.18 Pau: o un pero o un pájaro o un XXX, 2.18 Pau: o lo que sea). Es evidente que la tercera persona gramatical puede referirse a cualquiera de estas entidades del mundo real y en este sentido Rosa se 186 muestra de acuerdo (2.21 Rosa: claro que sí puede ser una planta). Este gesto servirá de base para introducir en el razonamiento subsiguiente y en forma de matiz el valor abstracto, gramatical y no-referencial del concepto de persona gramatical. En primer lugar, en este razonamiento la alumna identifica de nuevo el verbo, así como el término “persona” como una noción gramatical por la vía de indicar que se trata de tercera persona (2.21 Rosa: este verbo nos señala que es tercera persona). Y en segundo lugar, contrasta esta tercera persona con la primera y la segunda, identificando el pronombre correspondiente (2.21 Rosa: no puede ser ni primera ni segunda ni nada tiene que ser él o ella). Este razonamiento será finalmente aceptado (2.22 Pau: sí estoy de acuerdo así). El término “persona” toma ahora un sentido gramatical con la expresión “tercera”, la relación de oposición que mantiene con “primera” y “segunda”, la relación de correspondencia indistinta de los pronombres “él” y “ella”, y finalmente la relación con el verbo. Observamos ahora la segunda mitad del razonamiento, iniciando con la objeción de Eva (2.23 Eva: pero yo digo que). Es difícil adivinar qué entiende esta alumna por la noción de “persona” (2.23 Eva: esta frase aquí se refiere a una persona no a un animal ni cosa). Una posible interpretación puede ser como sigue: Rosa y Pau han realizado una argumentación compleja, que combina los tres niveles pragmático, semántico y formal de la noción de “persona”. En este momento parece que Eva intenta reproducir la argumentación a favor de emplear la noción de “persona” que ha realizado Rosa, pero no es capaz de hacerlo combinando los tres planos como ha hecho su compañera y queda atrapada en la noción cotidiana de este término (2.25 Eva: si fuera una planta sería), sin poder desarrollar la argumentación. Rosa situándose en el plano pragmático la contradice (2.24 Rosa: ¿por qué no?, 2.24 Rosa: ¿por qué no?) y propone otro contexto posible para defender una nueva referencia para la tercera persona (2.26 Rosa: ¿y si yo dijera este verano ha crecido mucho, la planta?), que según remarca Eva no podemos recuperar con seguridad total (2.27 Eva: no sabes a qué te refieres exactamente). Rosa lo acepta (2.28 Rosa: no lo sabemos) y defiende posteriormente que “persona” pueda ser también “planta”. Con este razonamiento realiza una abstracción relativa a la persona gramatical que Eva no puede reproducir. 7.2.3. Diálogo 3 Los fragmentos siguientes provienen del Diálogo 3, perteneciente al Grupo III. Este diálogo responde a la Actividad [1], que tiene por enunciado “Elegir aquellas oraciones consideradas por el grupo como más fáciles y más difíciles y justificar esta consideración”. Analizaremos la discusión que se desarrolla en la secuencia y las subsecuencias metalingüísticas siguientes, que tienen como focos de atención la oración “En l’ecologisme? Hi crec bastant” En el ecologismo? Creo bastante [en él]: • SSM 3.1: Posición • SSM 3.3: Pronombres y posición • SSM 3.5: Concordancia y posición • SSM 3.6: Oralidad y posición • SM 5: Orden de los elementos 187 La elección de estos fragmentos de diálogo viene determinada por la reflexión sobre el CR a través de uno de sus rasgos: la posición que ocupa. A continuación presentamos para cada una de ellas un gráfico analítico y un comentario. Finalmente realizaremos un comentario global final del Diálogo 3. • SSM 3.1: Posición La subsecuencia metalingüística 3.1 consta de 15 turnos. Identificamos 15 enunciados metalingüísticos, los quince de naturaleza formal. Estos enunciados se centran en la noción de posición y las nociones de “delante” y “detrás” y se enmarcan en 24 episodios argumentativos distribuidos en 5 secuencias argumentativas. SA I II III IV Núm. EA EM Reactivo Aditivo Naturaleza P S F 1. Diverger - - - X 2. - Expandir - - X 3. - Añadir - - X 4. - Explicar - - X 5. Contradecir - - - - 6. - Expandir - - X 7. - Añadir - - X 8. - Añadir - - X 9. 10. Matizar Aceptar - - - - 11. Retar - - - X 12. - Expandir - - X 13. 14. Contradecir Aceptar - - - - 15. - Expandir - - X 16. - Explicar 17. 18. 19. Matizar - Aceptar Expandir - - X 20. - Expandir - - X X 188 Enunciado 3.27 Pere: el de règim | és! ¡es el de régimen es! 3.27 Pere: hi crec aquí posa creo en él aquí pone 3.28 Arnau: complement de règim complemento de régimen 3.28 Arnau: va abans del sintagma nominal va antes del sintagma nominal 3.29 Pere: [no no no] no no no 3.30 Arnau: va després del verb va después del verbo 3.31 Pere: després del verb después del verbo 3.32Arnau: va després del verb después del verbo 3.33 Jofre: [sí vale] sí vale 3.33 Jofre: [però si] pero si 3.34 Pere: aquí està al revés! ¡aquí está al revés! 3.35 Jofre: si el subjecte està elidit com vols mirar com va::! ¡si el sujeto está elidido cómo quieres mirar cómo va! 3.36 Arnau: [clar!] claro 3.36 Arnau: [no no no] no no no 3.36 Arnau: va després del verb va después del verbo 3.36 Arnau: és segons el verb mai és és segons el subjecte es según el verbo no es nunca según el sujeto 3.37 Enric: [però] pero 3.38 Jofre: [ah vale] ah vale 3.38 Jofre: essa ena ese ene 3.39 Arnau: la posició sempre és clar llavors || sempre és:: l’argument va després del verb la posición siempre claro entonces siempre es el V 21. Retar - - - X 22. 23. - Aceptar Aceptar - - - 24. - Expandir - - X argumento va después del verbo 3.39 Arnau: en aquest cas va abans! ¡en este caso va antes! 3.40 Enric: [ja] ya 3.41 Pere: [ja] ya 3.42 Arnau: per això no ho podíem passar por eso no lo podíamos pasar SA: Secuencia Argumentativa; EA: Episodio Argumentativo; EM: Enunciado Metalingüístico; P: Pragmática; S: Semántica; F: Formal En la secuencia argumentativa I los alumnos se centran en una de las funciones sintácticas, el CR, y realizan una referencia acertada a la pronominalización (3.27 Pere: ¡el de régimen es!, 3.27 Pere: creo en él aquí pone) seguida de una explicación poco clara en lo referente a la posición que ocupa el CR en la oración (3.28 Arnau: va antes del sintagma nominal). En un sentido gradual podríamos considerar que la noción de CR es una noción paraguas que engloba otras nociones, como las de pronominalización y posición abordadas en este caso. Los alumnos dedicarán el resto de la subsecuencia a la noción de posición. Efectivamente, a pesar de que podríamos interpretar que en el enunciado metalingüístico 3.28 el alumno se refiere a uno de los indicadores del CR (la preposición) cuando dice que “va antes del sintagma nominal”, parece que la idea que captan los compañeros es “El CR como constituyente va antes del verbo”. Discrepan, así, de esta idea abriendo una nueva secuencia: el CR no va “antes” sino “después” (3.30 Arnau: va después del verbo), y parece que hay una coincidencia general (3.31 Pere: después del verbo, 3.32 Arnau: va después del verbo) y un acuerdo final (3.33 Jofre: sí vale). En la secuencia argumentativa III, sin embargo, aparece una noción capital: la de punto de referencia en relación a la cual podemos hablar de “antes” y “después” (3.34 Pere:¡aquí está al revés!, 3.35 Jofre: ¡si el sujeto está elidido cómo quieres mirar cómo va!). Podemos interpretar que implícitamente los alumnos consideran que el punto de referencia es el sujeto y que, como en esta oración está elidido, no se puede saber la posición del CR. La noción de punto de referencia se introduce de una manera indirecta y probablemente inadvertida por los propios alumnos pero este hecho no le resta relevancia, como se puede apreciar en la secuencia argumentativa siguiente. Efectivamente, en la secuencia IV se discrepa de este planteamiento (3.36 Arnau: no no no) y se identifica el verbo como punto de referencia (3.36 Arnau: va después del verbo, 3.36 Arnau: es según el verbo no es nunca según el sujeto), así como aquello que tiene que ir en posición postverbal (3.38 Jofre: ese ene; 3.39 Arnau: la posición siempre claro entonces siempre es el argumento va después del verbo). Aún así, esta constatación de tipo declarativo se pone en entredicho cuando se observa la oración concreta (3.39 Arnau: ¡en este caso va antes!). Resumiendo, podemos decir que las cuestiones relevantes que han surgido en esta subsecuencia metalingüística son las tres siguientes: (i) la atención se focaliza sobre un concepto metalingüístico progresivamente más afinado, el de posición, (ii) este concepto sirve para explicar el concepto inicial abordado (el CR) y (iii) observamos una tensión entre los rasgos identificados 189 en el objeto concreto que se observa y los rasgos metalingüísticos en abstracto. • SSM 3.3: Pronombres y posición Esta subsecuencia metalingüística consta de 6 turnos. Identificamos 9 enunciados metalingüísticos, 8 de naturaleza formal y 1 de naturaleza pragmática, enmarcados en 10 episodios argumentativos que forman 1 secuencia argumentativa. EA SA I Núm. EM Reactivo Aditivo Naturaleza P S F 1. Diverger - - - X 2. - Expandir - - X 3. - Expandir - - X 4. - Concluir - - X 5. - Aceptar - - - 6. - Explicar X - - 7. - Expandir - - X 8. - Expandir - - X 9. - Explicar - - X 10. - Añadir - - X Enunciado 3.45 Jofre: per mirar el lloc hauríem de canviar la frase para mirar el lugar deberíamos cambiar la frase 3.45 Jofre: hi crec hi crec bastant en l’e en l’ecologisme creo bastante en él creo bastante en el ecologismo 3.46 Arnau: jo crec bastant en l’ecologisme yo creo bastante en el ecologismo 3.47 Jofre: sí que estaria a davant sí estaría delante 3.48 Arnau: [clar] claro 3.48 Arnau: seria la frase normal sería la frase normal 3.48 Arnau: crec bastant en l’ecologisme creo bastante en el ecologismo 3.48 Arnau: hi crec bastant creo bastamte en él 3.48 Arnau: si traiéssim el pronom || quedaria davant si eliminásemos el pronombre quedaría delante 3.48 Arnau: crec bastant en l’ecologisme creo bastante en el ecologismo SA: Secuencia Argumentativa; EA: Episodio Argumentativo; EM: Enunciado Metalingüístico; P: Pragmática; S: Semántica; F: Formal Los alumnos no se centran ahora en la posición entendida como la situación de un elemento respecto a otro, aunque se mantienen en un idea afín a esta: la de orden de los elementos (3.45 Jofre: para mirar el lugar deberíamos cambiar la frase), empleando el término “lugar” por el de “posición” y la expresión “cambiar la frase” referida tanto a la pronominalización como al cambio de orden de los elementos. Así, reubican el elemento observado en el espacio postverbal, manteniendo inicialmente el pronombre (3.45 Jofre: creo bastante en él creo bastante en el ecologismo) y posteriormente eliminándolo (3.46 Arnau: yo creo bastante en el ecologismo). Interpretamos, en este sentido, que detrás de las nociones de “lugar” y de “cambio de frase” hay una conciencia implícita de orden básico de los elementos en abstracto, una idea compartida, como veremos, en los turnos sucesivos. 190 Por primera vez aparece la expresión “davant” delante (3.47 Jofre: sí estaría delante, 3.48 Arnau: si eliminásemos en pronombre quedaría delante) en lugar de abans “antes” (que había aparecido anteriormente), un hecho que interpretamos como un gran progreso en el razonamiento metalingüístico y que interpretamos como sigue. El DIEC2 (Diccionari de l’Institut d’Estudis Catalans, segunda edición) atribuye al adverbio “abans” antes (y a la locución prepositiva “antes de”) seis acepciones temporales (en un sentido de “más temprano”) y sólo dos ligadas a la expresión locativa (en el sentido de “más cerca de”), por lo cual podríamos decir que su significado prototípico es temporal. Por otro lado, atribuye al término “davant” delante (ya sea preposición, adverbio, sustantivo o locución adverbial) ocho acepciones locativas y sólo una temporal (en el sentido de “al comienzo”), por lo cual podríamos decir que su significado prototípico es locativo. Así, si bien los dos ostentan valores locativos y temporales como hemos visto tienen un uso prototípico distinto. Interpretamos el uso de los adverbios abans-després “antes - después” como un indicio de que los alumnos miran la oración desde un punto de vista temporal, como una sucesión de elementos “unos antes de los otros, unos después de los otros”. Por el contrario, interpretamos la aparición del término “davant” delante como un grado más elevado de abstracción: este término puede interpretarse como un indicio según el cual la oración es vista no sólo como una sucesión de palabras sino también como una estructura estable que puede ser observada, manipulada y sometida a cambios de orden. Los alumnos, pues, se sitúan en un nivel de abstracción superior. A pesar de todo, el hecho de cambiar el sentido convencional de lo que se considera “davant” delante cuando se habla de los elementos de la oración puede interpretarse todavía en relación a la concepción lineal que hemos mencionado (3.46 Arnau: yo creo bastante en el ecologismo, 3.47 Jofre: sí estaría delante, 3.48 Arnau: si eliminásemos en pronombre quedaría delante, 3.48 Arnau: creo bastante en el ecologismo). • SSM 3.5: Concordancia y posición La subsecuencia metalingüística 3.5 consta de 16 turnos. Identificamos 14 enunciados metalingüísticos, de los cuales 8 son de naturaleza formal, 5 de naturaleza semántica y 1 de naturaleza pragmática. Estos enunciados se centran en las nociones de concordancia y posición y se enmarcan en 15 episodios argumentativos que forman 1 secuencia argumentativa; hemos eliminado los turnos off-task 1.59-1.62 y 1.67. EA SA Núm. I EM Reactivo Aditivo Naturaleza P S F 1. Diverger - - - X 2. - Añadir - - X 3. - Expandir - - X 4. - Expandir - - X 5. - Explicar - X - 191 Enunciado 3.52 Pere: amb la concordança con la concordancia 3.52 Pere: amb la concordança con la concordancia 3.53 Enric: no hi ha concordança no hay concordancia 3.54 Arnau: tal com diu la roda? ¿tal como dice la rueda? 3.55 Enric: una pregunta i una resposta 6. - Aceptar - - - 7. - Explicar X - - 8. - Explicar - - X 9. - Expandir - - X 10. - Explicar - - X 11. Matizar - - - X 12. - Explicar - X - 13. - Expandir - X - 14. - Expandir - X - 15. - Expandir - X - una pregunta y una respuesta 3.56 Arnau: [esclar] claro 3.56 Arnau: tu podries di::r si no fos l’ecologisme 3.57 Enric: el mateix tú podrías decir (Enric: lo mismo) si no fuera el ecologismo 3.58 Arnau: en l’ecologisme no pot no es pot passar a plural en el ecologismo no se puede pasar al plural 3.63 Arnau: per què no té concordança? ¿por qué no tiene concordancia? 3.64 Enric: dius en l’ecologisme hi crec bastant dices en el ecologismo creo bastante en él 3.65 Arnau: però si canviessis: si si canviessis el: el: si pero si cambiaras el 3.66 Jofre: és com repetitiu es como repetitivo 3.68 Jofre: dos coses que les pots dir de dues maneres diferents dos cosas que las puedes decir de maneras distintas 3.68 Jofre: les dues d’aquestes dos maneres las dos de estas dos maneras 3.68 Jofre: a la vegada a la vez SA: Secuencia Argumentativa; EA: Episodio Argumentativo; EM: Enunciado Metalingüístico; P: Pragmática; S: Semántica; F: Formal El episodio divergente inicial y la repetición apuntan a explorar la noción de concordancia (3.52 Pere: con la concordancia, 3.52 Pere: con la concordancia) del elemento tematitzado “En l’ecologisme? Hi crec bastant” ¿En el ecologismo? Creo bastante [en él]. La concordancia es desestimada (3.53 Enric: no hay concordancia) apelando al instrumento de consulta (3.54 Arnau: ¿tal como dice la rueda?) y relacionando la noción de plural (3.58 Arnau: en el ecologismo no se puede pasar al plural, 3.65 Arnau: pero si cambiaras el), si bien en ningún caso se especifica el elemento con el cual eventualmente iría concordado. Un último razonamiento en contra de la concordancia puede interpretarse como concomitante a la noción de posición. Efectivamente, la oración explorada está formada por dos elementos que tienen unas relaciones distintas a la de concordancia: su relación es de complementariedad (3.55 Enric: una pregunta y una respuesta) y de repetición (3.66 Jofre: es como repetitivo). Además, la expresión “en el ecologismo” está coreferenciada con el elemento “hi”, de valor general (3.56 Arnau: tú podrías decir (Enric: lo mismo) si no fuera el ecologismo) y esto implica estar diciendo lo mismo (3.68 Jofre: dos cosas que las puedes decir de maneras distintas, 3.68 Jofre: las dos de estas dos maneras), pudiendo convivir estos términos “a la vez” en una misma oración (3.68 Jofre: a la vez) (interpretamos que en referencia a la tematización). 192 Así pues, se vuelve a la noción de posición a partir de una exploración inicial de la concordancia. Como hemos dicho ya para la subsecuencia 3.3, en la subsecuencia 3.5 que nos ocupa no se trata tanto de la noción de posición de un elemento en relación a otro como de una noción relacionada con la disposición de los elementos en la oración. Para los alumnos estos dos elementos son complementarios, repetitivos, equivalentes y simultáneos. La vertiente semántica tiene, por primera vez en este diálogo, un peso importante. • SSM 3.6: Oralidad y posición La subsecuencia metalingüística 3.6 consta de 13 turnos. Identificamos 20 enunciados metalingüísticos, de los cuales 9 son de naturaleza formal, 2 de naturaleza semántica y 9 de naturaleza pragmática. Estos enunciados se centran en las nociones de oralidad y de posición y se enmarcan en 25 episodios argumentativos que forman 1 secuencia argumentativa. EA SA Núm. I EM Reactivo Aditivo Naturaleza P S F 1. Diverger - - - X 2. - Expandir - - X 3. - Aceptar - - - 4. - Expandir - - X 5. - Concluir - - - 6. - Expandir - - - 7. - Expandir - - X 8. - Expandir X - - 9. - Expandir X - - 10. - Expandir - - X 11. - Expandir - - X 12. - Añadir - - X 13. - Añadir - - X 14. - Expandir X - 15. - Expandir - - 16. - Expandir - X - 193 X Enunciado 3.69 Enric: hi ha una més sensilla hay una más sencilla 3.69 Enric: no està de forma sensilla no está de forma sencilla 3.70 Arnau: [clar] claro 3.71 Enric: si fossi | crec bastant en l’ecologisme su fuera creo bastante en el ecologismo 3.71 Enric: [doncs ‘no problem’] pues ‘no problem’ 3.71 Enric: [però::] pero 3.72 Pere: és en l’ecologisme hi crec es en el ecologismo creo en él 3.73 Jofre: representa XX pensativa representa XX pensativa 3.73 Jofre: càmbia l’ordre i: la intenció cambia el orden y la intención 3.74 Arnau: en l’ecologisme no és cap frase en el ecologismo no es ninguna frase 3.74 Arnau: no té verb no tiene verbo 3.74 Arnau: en l’ecologisme no és cap frase en el ecologismo no es ninguna frase 3.75 Enric: no és una frase qui no té verb en una oració no es una frase quien no tiene verbo en una oración 3.76 Arnau: és una aclaraci...- es una aclaraci…3.76 Arnau: seria: com:: un comple...sería un comple…3.76 Arnau: seria un per complementar el significat de hi crec bastant sería para complementar el significado de creo 17. - Explicar X - - 18. - Aceptar - - - 19. - Expandir X - - 20. - Expandir X - - 21. - Expandir - X - 22. - Expandir X - - 23. - Expandir X - - 24. - Expandir X - - 25. - Aceptar - - - bastante en él 3.76 Arnau: tu si dius hi crec bastant l’altre diu en què hi creus? tú si dices creo bastante en él el otro dice ¿en qué crees? 3.77 Jofre: [clar] claro 3.77 Jofre: com per matisar-lo como para matizarlo 3.77 Jofre: no saps en què crec bastant no sabes en qué creo bastante 3.77 Jofre: sempre és creure en alguna cosa siempre es creer en alguna cosa 3.78 Arnau: és una frase oral es una frase oral 3.78 Arnau: és com si diguessis un diàleg es como si dijeras un diálogo 3.78 Arnau: jo dic creus en l’ecologisme? yo digo ¿crees en el ecologismo? 3.80 Arnau: i tu dius com si no m’haguessis entès y tú dices como si no hubieras entendido 3.79 Jofre: [ja ja ja ja] ya ya ya ya SA: Secuencia Argumentativa; EA: Episodio Argumentativo; EM: Enunciado Metalingüístico; P: Pragmática; S: Semántica; F: Formal Se inicia la reflexión apuntando a un orden canónico (3.69 Enric: hay una más sencilla) que no se corresponde con la oración tal como se presenta (3.69 Enric: no está de forma sencilla, 3.71 Enric: si fuera creo bastante en el ecologismo, 3.72 Pere: es en el ecologismo creo en él). Seguidamente se hacen un conjunto de interpretaciones pragmáticas, semánticas y formales, compatibles entre ellas. Desde una perspectiva pragmática se explora el cambio de orden relacionándolo con los cuatro aspectos siguientes. En primer lugar, la actitud pensativa del hablante (3.73 Jofre: representa XX pensativa, 3.73 Jofre: cambia el orden y la intención). En segundo lugar una posible demanda de aclaración del hablante al interlocutor (3.78 Arnau: yo digo ¿crees en el ecologismo?, 3.80 Arnau: y tú dices como si no hubieras entendido). En tercer lugar una oferta de aclaración del hablante al interlocutor (3.76 Arnau: es una aclaraci...-, 3.76 Arnau: tú si dices creo bastante en él el otro dice ¿en qué crees?, 3.77 Jofre: no sabes en qué creo bastante). Y finalmente la comunicación oral (3.78 Arnau: es una frase oral, 3.78 Arnau: es como si dijeras un diálogo). Desde una perspectiva semántica se identifica el elemento dislocado en relación al perfil semántico del verbo: 3.76 Arnau: sería un comple…-, 3.76 Arnau: sería para complementar el significado de creo bastante, 3.77 Jofre: como para matizarlo, 3.77 Jofre: siempre es creer en alguna cosa. Desde una perspectiva formal se aborda la naturaleza formal de este elemento: 3.74 Arnau: en el ecologismo no es ninguna frase, 3.74 Arnau: no tiene verbo, 3.74 Arnau: en el ecologismo no es ninguna frase, 3.75 Enric: no es una frase quien no tiene verbo en una oración. En resumen, por un lado el elemento dislocado se estudia desde el punto de vista formal (no es una oración porque no tiene verbo) y semántico (viene requerido por el significado del verbo), y por otro lado emerge la noción 194 de posición en el contraste del orden canónico y no-canónico y se relaciona con la dimensión pragmática. • SM 5: Orden de los elementos La secuencia metalingüística 5 consta de 11 turnos. Identificamos enunciados metalingüísticos, de los cuales 9 son de naturaleza formal, 1 naturaleza semántica y 6 de naturaleza pragmática. Estos enunciados centran en la noción de orden de los elementos a la oración y se enmarcan 21 episodios argumentativos que forman 1 secuencia argumentativa. EA SA I Núm. 14 de se en EM Reactivo Aditivo Naturaleza P S F 1. Diverger - - - - 2. - Expandir - - X 3. - Expandir - - X 4. - Aceptar - - - 5. - Expandir - - X 6. - Expandir - - X 7. - Expandir X - - 8. - Expandir X - - 9. - Expandir - - - 10. - Expandir X - - 11. - Expandir X - - 12. - Expandir X - - 13. - Expandir - X - 14. - Expandir - - 195 X Enunciado 3.122 Pere: [en resum que:] en resumen que 3.123 Arnau: [resum] resumen 3.123 Arnau: resum | la més difícil la vuit i la dot i la catorze | i la més fàcil la onze el nen plora resumen la más difñicil la ocho y la catorce y la más fácil la once el niño llora 3.124 Pere: amb la roda de l’oració tot | tot quadra menys | menys això que hem dit aquí del | la situació de | del règim con la rueda de la oración todo cuadra excepto esto que hemos dicho aquí de la situación del régimen 3.125 Arnau: [clar] claro 3.125 Arnau: del complement de règim del complemento de régimen 3.125 Arnau: tot i que sigui la frase | però no concorda a pesar de que sea la frase pero no concuerda 3.125 Arnau: seria una oració oral sería una oración oral 3.125 Arnau: si fos una oració escrita tu en un text no fiques això si fuera una oración escrita tú en un texto no pones esto 3.125 Arnau: [bueno potser sí] bueno quizás sí 3.125 Arnau: en un article d'opinió en un artículo de opinión 3.125 Arnau: és una frase extranya es una frase extraña 3.126 Pere: crec bastant en l’ecologisme creo bastante en el ecologismo 3.128 Pere: crec verb bastant en l'ecologisme complement de règim creo verbo bastante en el ecologismo complemento de régimen 3.128 Pere: aleshores sí que va darrere entonces sí que va detrás 15. Contradecir - - - - 16. - Explicar - - - 17. Retar - - - - 18. - Expandir X - - 19. - Expandir - - X 20. - Concluir - - X 21. - Expandir - - X 3.129 Arnau: [no] no 3.129 Arnau: [perquè = perxò::] porque por eso 3.130 Enric: [és que no és la frase] es que no es la frase 3.131 Arnau: si dius si dius crec bastant en l'ecologisme seria la frase normal si dices si dices creo bastante en el ecologismo sería la frase normal 3.131 Arnau: això del complement de règim aniria després del verb eso del complemento de régimen iría después del verbo 3.132 Pere: això complement de règim eso complemento de régimen 3.132 Pere: traiem el XX eliminamos el XX SA: Secuencia Argumentativa; EA: Episodio Argumentativo; EM: Enunciado Metalingüístico; P: Pragmática; S: Semántica; F: Formal Pere y Arnau inician un repaso evaluativo de la actividad realizada valiéndose de material de apoyo y emplean como sinónimos los términos “cuadrar” y “concordar” (3.124 Pere: con la rueda de la oración todo cuadra excepto esto que hemos dicho aquí de la situación del régimen, 3.125 Arnau: a pesar de que sea la frase pero no concuerda). En este repaso hay tres núcleos temáticos que han aparecido con anterioridad. En primer lugar, la posición del elemento y el rasgo de oralidad de la oración: 3.125 Arnau: sería una oración oral, 3.125 Arnau: si fuera una oración escrita tú en un texto no pones esto, 3.125 Arnau: en un artículo de opinión. En segundo lugar el contraste entre orden canónico y no-canónico: 3.126 Pere: creo bastante en el ecologismo, 3.131 Arnau: si dices si dices creo bastante en el ecologismo sería la frase normal. Y finalmente el desplazamiento del elemento a una posición postverbal: 3.128 Pere: creo verbo bastante en el ecologismo complemento de régimen, 3.128 Pere: entonces sí que va detrás, 3.131 Arnau: eso del complemento de régimen iría después del verbo. La conclusión final (3.132 Pere: eso complemento de régimen) significa el punto de llegada, correcto por otro lado, de toda esta larga argumentación de 132 turnos. 7.2.4. Diálogo 4 Los fragmentos siguientes provienen del Diálogo 4, perteneciente al Grupo I. Este diálogo responde a la Actividad [2], que tiene por enunciado “Determinar y justificar si los pronombres subrayados están bien empleados o no”. El foco de atención es la combinación “els hi” les del fragmento de texto “[Siempre] *Hi anaven a l’aula que els *hi tocava i escoltaven amb un grau d’interès aceptable” [Siempre] Iban al aula que les tocaba y escuchaban con un 196 grado de interés aceptable. 15 Analizaremos la discusión que se desarrolla en la secuencia y las subsecuencias metalingüísticas siguientes: • SM 2: Inicio de oración nueva • SM 3: Expresión de lugar • SM 4: Inicio de oración nueva • SM 5: Expresa “quién” • SM 6: Expresa el CI • SSM 7.1: Impresión global • SSM 7.2: Referente compartido de “hi” en “*Hi anaven a l’aula que els *hi tocava” Iban al aula que les tocaba • SM 8: Equivale a “li” le • SM 9: Repetición y referencia de “hi” La selección de estos fragmentos de diálogo viene determinada por la reflexión alrededor de “hi” y las funciones que realiza este pronombre, así como las operaciones de coreferencia y de distribución complementaria. A continuación presentamos para cada uno de estos fragmentos el gráfico analítico y un comentario. • SM 2: Inicio de nueva oración EA SA I EM Núm. Reactivo Aditivo 1. Diverger - Naturaleza P S F - 2. - Explicar - - X Enunciado 4.7 Jordi: [aquest sí] éste sí 4.7 Jordi: comença una altra frase empieza otra frase SA: Secuencia Argumentativa; EA: Episodio Argumentativo; EM: Enunciado Metalingüístico; P: Pragmática; S: Semántica; F: Formal 15 La proforma de dativo plural que reconocen como propia la mayoría de hablantes del catalán central no es la normativa “els” les sino la forma fonética [‘əlzi] (escrito “els hi”) que tiene traducción ortográfica en catalán normativo por ejemplo cuando es una secuencia de dos pronombres <acusativo plural + dativo singular> (“Els llibres, a en Pere, els hi tornaré demà” Los libros, a Pere, se los devolveré mañana) o <acusativo + locativo> (“Els llibres, sobre la taula, els hi he deixat aquest matí” Los libros, encima de la mesa, los he dejado (allí) esta mañana). En el oral no formal condensa hasta ocho valores diferentes (Solà, 1997), que la normativa resuelve con combinaciones diversas, una situación que genera mucha confusión entre los usuarios de la lengua, y especialmente los alumnos, a la hora de escribir. Un análisis morfológico de la forma [‘əlzi] elzi como dativo plural es de Viaplana (1980) (cf también Mascaró, 1986), según lo cual [i] expresaría el morfema de dativo. En cuanto a la forma *lis, es considerada espúrea por la mayoría de catalanohablantes. Existen dos posibles explicaciones para esta forma. Una lo atribuiría al influjo del castellano: si en castellano el dativo plural se forma por adición del morfema plural -s “le > les”, en catalán también se formaría as´: “li > *lis”; se trata de una forma en expansión en el área de Barcelona, de tal manera que además de aparecer en los usos de muchos castellanohablantes cuando hablan catalán se está estabilizando en los usos de algunos catalanohablantes, especialmente los más jóvenes. Otra explicación lo atribuiría a la regularización del paradigma, en consonancia con la regla de formación de plural en la que se añade –s a la raíz. El lingüista Francesc de B. Moll considera “lis” en posición postverbal como “tolerable gramaticalmente” porque forma parte de los usos de los catalanohablantes monolingües de Ibiza y Menorca que él registra en sus estudios de mediados del siglo XX (Veny, 2001). 197 • SM 3: Expresión de lugar EA SA I EM Núm. Reactivo Aditivo 1. Diverger - Naturaleza P S F - 2. - Explicar - X - Enunciado 4.8 Sònia: [aquest sí] éste sí 4.8 Sònia: fa referència al complement circumstancial de lloc hace referencia al complemento circunstancial de lugar SA: Secuencia Argumentativa; EA: Episodio Argumentativo; EM: Enunciado Metalingüístico; P: Pragmática; S: Semántica; F: Formal • SM 4: Inicio de nueva oración EA SA I EM Núm. Reactivo Aditivo Naturaleza P S F 1. Diverger - - - X 2. 3. - Expandir Aceptar - - - 4. - Aceptar - - - 5. - Aceptar - - - Enunciado 4.9 Gemma: comencen una altra frase nova empiezan otra frase nueva 4.9 Gemma: [vull dir] quiero decir 4.10 Jordi: [sí!] ¡sí! 4.10 Jordi: [jo és lo que he dit] yo es lo que he dicho 4.11 Joana: [sí! exacte] ¡sí! exacto SA: Secuencia Argumentativa; EA: Episodio Argumentativo; EM: Enunciado Metalingüístico; P: Pragmática; S: Semántica; F: Formal • SM 5: Expresa “quién” EA SA I EM Núm. Reactivo Aditivo 1. Diverger - Naturaleza P S F X - 2. - Añadir - - - Enunciado 4.11 Joana: diu qui dice quién 4.12 Sònia: [i perquè:: | i |] y porque y SA: Secuencia Argumentativa; EA: Episodio Argumentativo; EM: Enunciado Metalingüístico; P: Pragmática; S: Semántica; F: Formal • SM 6: Expresa CI EA SA Núm. EM Reactivo Aditivo Naturaleza P S F 198 Enunciado I 1. Diverger - - - X 2. - Aceptar - - - 3. - Expandir - - X 4.13 Joana: expressa el ce i expresa el ce i 4.14 Sònia: [sí jo crec que sí] sí yo creo que sí 4.15 Joana: ells anaven a l’aula que ellos iban al aula que SA: Secuencia Argumentativa; EA: Episodio Argumentativo; EM: Enunciado Metalingüístico; P: Pragmática; S: Semántica; F: Formal Las secuencias metalingüísticas 2, 3, 4, 5 y 6 constan de un total de 9 turnos. Identificamos 6 enunciados metalingüísticos, los 6 de naturaleza formal. Estos enunciados se centran en los diversos rasgos que tiene el pronombre de la oración “*Hi anaven a l’aula” Iban al aula y se enmarcan en 14 Episodios argumentativos que forman cada uno de ellos 1 secuencia argumentativa. Incluimos estas cinco SM en un mismo comentario por su brevedad. Podemos remarcar tres aspectos de las aportaciones realizadas sobre el mismo elemento (el pronombre “hi” en la oración “*Hi anaven a l’aula” Iban al aula). Primero: sólo hay un caso en que una primera observación (4.13 Joana: expresa el ce i) se desarrolle con una explicación (4.15 Joana: ellos iban al aula que). Segundo: las demás no se desarrollan en un sentido argumentativo (4.7 Jordi: empieza otra frase, 4.8 Sònia: hace referencia al complemento circunstancial de lugar, 4.9 Gemma: empiezan otra frase nueva, 4.11 Joana: dice quién). Tercero: no se relacionan entre sí de tal manera que se vea la coherencia o la incompatibilidad (el pronombre “hi” no puede ser a la vez expresión de lugar, de “quién” y de CI). Interpretamos esta sucesión como sigue: es un habla acumulativa, a diferencia del diálogo 1 del mismo grupo, que era disputativa, y prepara el terreno para el importante desarrollo argumentativo de las SM 3, 4 y 5 más adelante, en este mismo diálogo, de cariz exploratorio. • SM 7.1: Impresión global La subsecuencia metalingüística 7.1 consta de 10 turnos. Identificamos 11 enunciados metalingüísticos, 9 de naturaleza formal y 2 de naturaleza pragmática. Estos enunciados se centran en la impresión global que les causa la forma “hi” de “*Hi anaven a l’aula que els *hi tocaba” Iban al aula que les tocaba y se enmarcan en 16 episodios argumentativos distribuidos en 5 secuencias argumentativas. EA SA I EM Núm. Reactivo Aditivo Naturaleza P S F 1. Divergir - - - - 2. - Expandir - - X 3. - Añadir - - X 4. - Añadir - - X 199 Enunciado 4.16 Gemma: [i ara | bueno la següent] y ahora bueno la siguiente 4.17 Sònia: els hi tocava i escoltaven con un grau d’interès acceptable molt superior al que les tocaba y escuchaban con un grado de interés aceptable muy superior al que 4.18 Joana: els hi tocava i escoltaven les tocaba y escuchaban 4.18 Joana: els hi tocava les tocaba II III IV V 5. - Expandir - - X 6. Matizar - - - X 7. - Añadir - - X 8. - Añadir - - X 9. Matizar - X - - 10. - Añadir - - X 11. - Expandir - - X 12. - Explicar - - - 13. Contradecir - - - X 14. 15. Contradecir - Expandir X - - 16. - Expandir - - - 4.19 Gemma: aquest potser sobra éste puede que sobre 4.19 Gemma: en part sobra una mica però en part no en parte sobra un poco y en parte no 4.20 Jordi: que els hi tocava que les tocaba 4.20 Jordi: que els hi tocava que les tocaba 4.20 Jordi: jo ho veig correcte yo lo veo correcto 4.21 Sònia: hi anaven a l’aula que iban al aula que 4.22 Joana: jo no crec que sobri yo no creo que sobre 4.22 Joana: [perquè::] porque 4.23 Sònia: jo crec que sí yo creo que sí 4.24 Jordi: [no] no 4.24 Jordi: jo ho veig bé yo lo veo bien 4.25 Joana: [però per què?] ¿pero por qué? SA: Secuencia Argumentativa; EA: Episodio Argumentativo; EM: Enunciado Metalingüístico; P: Pragmática; S: Semántica; F: Formal Esta secuencia es un intercambio sobre la impresión global que causa la forma “els hi” les. Si bien todavía no es plenamente un habla exploratoria por la carencia de desarrollo de las aportaciones, no hay disputas en el sentido de concebir las diversas aportaciones como excluyentes y esto se puede interpretar positivamente como un avance hacia una interacción más argumentativa. La impresión de los alumnos sobre el pronombre “hi” va fluctuando a lo largo del intercambio: sobra (4.19 Gemma: éste puede que sobre, 4.23 Sònia: yo creo que sí), no está claro que sobre (4.19 Gemma: en parte sobra un poco y en parte no) y no sobra (4.20 Jordi: yo lo veo correcto, 4.22 Joana: yo no creo que sobre, 4.24 Jordi: yo lo veo bien). Será interesante observar en las secuencias metalingüísticas posteriores cómo estas posiciones varían. • SSM 7.2: Referente compartido de “hi” en “*Hi anaven a l’aula que els *hi tocava” Iban al aula que les tocaba La subsecuencia metalingüística 3.2 consta de 13 turnos. Identificamos 22 enunciados metalingüísticos, 17 de naturaleza formal, 2 de naturaleza semántica y 4 de naturaleza pragmática. Estos enunciados se centran en indagar el posible referente compartido de “hi” en “*Hi anaven a l’aula que *els hi tocava” Iban al aula que les tocaba. Se enmarcan en 26 episodios argumentativos distribuidos en 4 secuencias argumentativas. EA SA Núm. EM Reactivo Aditivo Naturaleza P S F 200 Enunciado I II III IV 1. Diverger - - - X 2. - Explicar - - X 3. - Expandir - - X 4. - Expandir - - X 5. Contradecir - - - - 6. - Expandir - - X 7. - Expandir - - X 8. - Expandir - - X 9. - Expandir - - X 10. - Expandir - - X 11. - Aceptar - - - 12. - Expandir - - X 13. - Aceptar - - - 14. - Expandir - - X 15. - Concluir - - X 16. - Añadir X - - 17. - Añadir - - X 18. Matizar - X - - 19. - Expandir X - - 20. - Explicar X - - 21. Matizar - - X - 22. - Concluir - X - 23. - Expandir - - X 201 4.26 Sònia: sobraria el hi sobraría el hi 4.26 Sònia: diguéssim que és com la mateixa frase diríamos que es como la misma frase 4.26 Sònia: ens l’ha partit nos la ha partido 4.26 Sònia: si tu llegeixes al principi hi anaven | a l’aula | que els tocava i escoltaven amb interès si tú lees el principio iban al aula que les tocaba y escuchaban con interés 4.28 Gemma: [no! no! no!] ¡no! ¡no! ¡no! 4.28 Gemma: càmbia cambia 4.28 Gemma: canvia el hi per alumnes cambia el hi por alumnos 4.28 Gemma: els alumnes anaven los alumnos iban 4.29 Joana: canvia el hi que és més fàcil per ells cambia el hi que es más fácil por ellos 4.30 Gemma: ells anaven a l’aula que a ells ellos iban al aula que a ellos 4.31 Joana: [vale?] ¿vale? 4.31 Joana: ells anaven que els hi tocava ellos iban que les tocaba 4.32 Gemma: bueno bueno 4.33 Joana: que els tocava que les tocaba 4.33 Joana: seria | que els hi tocava sería que les tocaba 4.34 Jordi: jo ho trobo bé yo lo encuentro bien 4.34 Jordi: els hi tocava les tocaba 4.35 Sònia: és que a mi em sona bé de les dues maneres es que a mí me suena bien de las dos maneras 4.35 Sònia: els tocava també:: | les tocaba también 4.35 Sònia: a tu et toca allà / ¡pues te toca! A ti te toc allí / ¡pues te toca! 4.36 Joana: però com és a ells t’ho marca mal aquí pero como es a ellos te lo marca mal aquí 4.36 Joana: aquest podríem prescindir d’aquest este podríamos prescindir de este 4.37 Gemma: vaig canviar per 24. - Expandir - - X 25. - Concluir - - X 26. - Añadir - - X alumnes cambié por alumnos 4.37 Gemma: els alumnes anaven a l'aula que als alumnes los alumnos iban al aula que a los alumnos 4.37 Gemma: ho canvies així i sobra lo cambias así y sobra 4.38 Joana: càmbia cambia SA: Secuencia Argumentativa; EA: Episodio Argumentativo; EM: Enunciado Metalingüístico; P: Pragmática; S: Semántica; F: Formal Observaremos los razonamientos de Joana, Jordi, Sònia y Gemma. En cuanto a Joana, su razonamiento conecta con dos aportaciones realizadas por ella misma en secuencias metalingüísticas anteriores. En primer lugar, conecta con la postura sobre la combinación “els hi” les que mantiene en la SSM 3.1 anterior: como hemos visto en aquella ocasión defiende que la forma “els hi” les en “que els *hi tocava” que les tocaba no sobra (4.22 Joana: yo no creo que sobre). En segundo lugar, conecta con una operación propuesta ya en la SM 6 anterior (4.15 Joana: ellos iban al aula que) en la que intercambia “hi” por “ellos”. En esa ocasión esto le sirve para defender la naturaleza del elemento sustituido (4.13 Joana: expresa el ce i). La alumna defenderá ahora la forma “els hi” les situándose en la perspectiva amplia aportada por Sònia cuando lee todo el fragmento del texto: “*Hi anaven a l’aula que els tocava” Iban al aula que les tocaba (4.26 Sònia: si tu llegeixes al principi hi anaven | a l’aula | que els tocava i escoltaven amb interès si tú lees el principio iban al aula que les tocaba y escuchaban con interés). Joana intercambia el primero “hi” por “ells” ellos y defiende mantener la segunda forma “hi” (4.31 Joana: ells anaven [a l’aula] que els hi tocava ellos iban [al aula] que les tocaba, 4.33 Joana: seria | que els hi tocava sería que les tocaba) y eliminar la primera (4.36 Joana: pero como es a ellos te lo marca mal aquí, 4.36 Joana: este podríamos prescindir de este) después de alguna vacilación (4.33 Joana: que els tocava que les tocaba). Gemma apoya y completa este razonamiento: los dos “hi” están coreferenciados (4.37 Gemma: els alumnes anaven a l'aula que als alumnes los alumnos iban al aula que a los alumnos) y el primero sobra (4.37 Gemma: lo cambias así y sobra). En el material de consulta del que disponen se explica que los pronombres pueden intercambiarse en determinadas oraciones siempre y cuando pertenezcan al mismo paradigma, una operación útil cuando los dos elementos tienen una relación de homofonía (por ejemplo entre “els” les CD y CI; lo mismo sucede en castellano en los casos de leísmo, por ejemplo). Joana, sin embargo, al intercambiar “hi” por “ells” ellos en “*Hi anaven a l’aula” Iban al aula no respeta esta condición, y esto no es percibido por la compañera (4.28 Gemma: els alumnes anaven los alumnos iban, 4.30 Gemma: ells anaven a l’aula que a ells ellos iban al aula que a ellos), que acepta el razonamiento. En cuanto a Jordi, se limita a expresar la propia intuición (4.34 Jordi: yo lo encuentro bien, 4.34 Jordi: els hi tocava les tocaba) como ya hemos visto que hacía en la SSM 7.1 (4.24 Jordi: yo lo veo bien). Esta aportación aparentemente débil tiene una gran relevancia si la interpretamos en relación a la aportación que hará el mismo alumno más adelante, en la SM 5. En cuanto a Sònia, realiza dos aportaciones de una cierta trascendencia. En primer lugar es capaz definir una postura concreta (4.26 Sònia: sobraría el 202 hi) y defenderla posteriormente (4.35 Sònia: els tocava també:: | les tocaba también) en oposición a las opiniones de los demás. Primero se muestra atenuada (4.35 Sònia: es que a mí me suena bien de las dos maneras) y después intenta justificar la posición (4.35 Sònia: a ti te toca allí / ¡pues te toca!), aunque de una manera equívoca porque se pasa al castellano. En el Diálogo 1 ya hemos interpretado el talante de esta alumna al situar la discusión en un plano exploratorio, en el que es posible la duda, la revisión y el cambio de la propia postura. En segundo lugar, la apertura de la SSM que realiza es muy remarcable porque sitúa la discusión en una perspectiva interfrástica amplia (4.26 Sònia: diríamos que es como la misma frase, 4.26 Sònia: nos la ha partido, 4.26 Sònia: si tu llegeixes al principi hi anaven | a l’aula | que els tocava i escoltaven amb interès si tú lees el principio iban al aula que les tocaba y escuchaban con interés), un hecho que será plenamente recogido en los turnos sucesivos en la argumentación de sus compañeras. En cuanto a Gemma, propone intercambiar “hi” de “*Hi anaven a l’aula” Iban al aula por “els alumnes” los alumnos (4.28 Gemma: cambia el hi por alumnos) y ella misma realiza la operación (4.28 Gemma: los alumnos iban). Posteriormente a instancia de Joana (4.29 Joana: cambia el hi que es más fácil por ellos) el intercambio es con “ells” ellos (4.30 Gemma: ells anaven a l’aula que a ells ellos iban al aula que a ellos). Como hemos visto más arriba, esta operación servirá a Joana para defender que hay que eliminar la primera forma “hi” y preservar la segunda: “Anaven a l’aula que els *hi tocava” Iban al aula que les tocaba. Es interesante, sin embargo, pararse un momento en la última operación que realiza Gemma en 4.37, de la que destacamos los tres aspectos siguientes. En primer lugar, esta intervención (4.37 Gemma: els alumnes anaven a l'aula que als alumnes los alumnos iban al aula que a los alumnos) significa una reanudación y expansión de una operación anterior (4.30 Gemma: ells anaven a l’aula que a ells ellos iban al aula que a ellos). En segundo lugar, en estos casos la oración transformada no incluye el verbo “tocar”. En tercer lugar en esta operación la alumna no advierte que no sólo está sustituyendo “hi” sino también “els”. Efectivamente, Gemma parece que explora a través del intercambio de elementos la noción de coreferencia. Mantiene, sin embargo, los elementos en juego en los dos intentos (“ells” ellos, “els alumnes” los alumnos) en la misma posición del pronombre “hi” y esto da resultados divergentes: una oración bien formada en un caso (“Hi anaven” Iban – “Ells anaven” Ellos iban) pero una oración extraña en el otro (“que a ells (tocava)” que a ellos [tocaba] – “que als alumnes (tocava)” que a los alumnos (tocaba)). Quizás es la extrañeza que producen estas últimas oraciones lo que hace que la alumna las deje incompletas: no acaba la oración en ninguno de los dos casos, dejando el verbo “tocar” sin pronunciar (nosotros lo hemos incluido entre claudátors]. Observemos que Joana sí ha incluido el verbo en su transformación, justamente porque ha mantenido el segundo “hi” (4.31 Joana: ells anaven (a l’aula) que els hi tocava ellos iban (al aula) que les tocaba). Efectivamente, la extrañeza de la transformación de Gemma proviene del hecho que sitúa “als alumnes” a los alumnos y “a ells” a ellos ante el verbo, en posición proclítica. Gemma, pues, defiende vagamente la coreferencia entre los dos “hi” en “*Hi anaven a l’aula que els *hi tocava” Iban al aula que les tocaba pero muestra una cierta conciencia de que algo no encaja: la disposición de los argumentos de “tocar”. Ciertamente “a los alumnos” habría ocupado el espacio postverbal, pasando de la forma “a l’aula que els hi tocava” al aula que les 203 tocaba a la forma “a l’aula que tocava als alumnes” al aula que tocaba a los alumnos. La alumna intuye que transformando “que els hi” que les por “que als alumnes” que a los alumnos estaría cubriendo las dos formas de la combinación “els hi” les, puesto que en realidad se trata de un solo pronombre. Como ya hemos indicado podemos interpretar el hecho que la alumna deja incompleta la oración como una intuición bien encaminada: el orden canónico de los argumentos en relación al verbo (y el orden no canónico) ha sido una noción trabajada y presente en el material de consulta. Como vemos en este caso, se trata de una noción imprescindible para poder distanciarse de la linealidad con la que se actualizan las oraciones en los textos. En relación al diálogo 3 del Grupo III hemos realizado una observación parecida. Una valoración que se puede hacer de esta SSM es la participación de todos los miembros en la conversación. Todas las intervenciones tienen aspectos relacionados con lo que ha sido dicho y desencadenan información nueva. Esto puede interpretarse como un esfuerzo de los alumnos para dar sentido a sus observaciones y acercarse al habla exploratoria. • SM 8: “hi” equivale a “li” le La secuencia metalingüística 8 consta de 12 turnos. Identificamos 15 enunciados metalingüísticos, 13 de naturaleza formal, 1 de naturaleza semántica y 1 de naturaleza pragmática. Estos enunciados se centran en la posible equivalencia entre “hi” y “li” le y se enmarcan en 19 episodios argumentativos distribuidos en 4 secuencias argumentativas. EA SA I II Núm. EM Reactivo Aditivo Naturaleza P S F Enunciado 1. Diverger - - X - 2. - Expandir - - X 3. - Aceptar - - - 4. - Expandir - - X 5. - Añadir - - X 6. - Añadir - - X 7. 8. - Aceptar Concluir - - X 9. - Expandir - - X 10. 11. Contradecir - Expandir - - X 4.39 Jordi: el mostrari | diu que || en en eeh en quins dels tres casos hi equival el muestrario dice en cuál de los tres casos hi equivale 4.39 Jordi: es pot a vegades es pot canviar hi per li se puede a veces se puede cambiar hi por li 4.40 Gemma: [sí també] sí también 4.41 Jordi: hi anaven a l’aula que li tocava iban al aula que les tocaba 4.43 Jordi: que li tocava que le tocaba 4.43 Jordi: que li tocava que le tocaba 4.44 Sònia: [clar!] ¡claro! 4.45 Jordi: està bé está bien 4.45 Jordi: que els hi tocava que les tocaba 4.46 Sònia: [que no] que no 4.46 Sònia: li tampoc le tampoco 12. - Explicar - - X 4.46 Sònia: estàs parlant en plural 204 III 13. - Expandir X - - 14. Matizar - - - X 15. - Expandir - - X 16. - Expandir - - X 17. Contra-decir - - - - 18. - Explicar - - X 19. - Explicar - - X IV estás hablando en plural 4.47 Gemma: aquest li no queda bé este le no queda bien 4.48 Jordi: lis les 4.48 Jordi: pots canviar-li pots posar-li lis puedes cambiárselo puedes ponerle les 4.48 Jordi: pots posar-li lis puedes poner les 4.49 Joana: [no] no 4.50 Sònia: lis no existeix! ¡lis ‘les’ no existe! 4.52 Joana: en aquest cas no es pot posar li en este caso no puede ponerse le SA: Secuencia Argumentativa; EA: Episodio Argumentativo; EM: Enunciado Metalingüístico; P: Pragmática; S: Semántica; F: Formal Esta secuencia representa un salto cualitativo porque por primera vez aparece el recurso al material de consulta. Es iniciada por Jordi y gira alrededor de la posibilidad correcta de intercambiar “els hi” les por “li” le. Efectivamente, este alumno sitúa su reflexión en relación al material de consulta (4.39 Jordi: el muestrario dice en cuál de los tres casos hi equivale a), identificando vagamente que esto pasa cuando los pronombres pertenecen al mismo paradigma (4.39 Jordi: se puede a veces se puede cambiar hi por li). Realizando la operación de intercambio de “els hi / li” les / le (4.41 Jordi: hi anaven a l’aula que li tocava iban al aula que le tocaba) recurre a la repetición para comprobar la resonancia (4.43 Jordi: que li tocava que le tocaba, 4.43 Jordi: que li tocava que le tocaba) y se reafirma en ello (4.45 Jordi: está bien), contrastándolo con la forma anterior plural (4.45 Jordi: que els hi tocava que les tocaba), que responde a la forma dialectal [‘əlzi]. El alumno no advierte un hecho clave: que en el intercambio de “els hi” les por “li” le a priori está transformando dos pronombres en uno. Como hemos apuntado 16 el plural dialectal de “li” es la forma [‘əlzi] (resuelta ortográficamente con la combinación “els hi”, correcta en otros contextos), es decir un solo pronombre. El alumno no sabrá explicitar esta acertada intuición. En cuanto a las compañeras, demostrarán no compartirlo desde sus respectivas sensibilidades lingüísticas. Efectivamente, no advierten la equivalencia dialectal entre uno y otro fragmento, probablemente porque tienen el castellano como lengua familiar, y desarrollan en cambio una contraargumentación morfológica: no se puede intercambiar “els hi” por “li” porque esta última pieza léxica no es plural (4.46 Sònia: li tampoco, 4.46 Sònia: estás hablando en plural, 4.47 Gemma: este li no queda bien). Lógicamente aquí hay un problema relativo a la comprensión de la distribución complementaria, que opera sobre las formas prescindiendo de los eventuales cambios de significado derivados de cambio de persona, género o número. Jordi se adapta a esta objeción con una propuesta alejada (como lo ha sido la reacción de las compañeras) de la intuición dialectal, centrándose ahora en la morfología (4.48 Jordi: lis les, 4.48 Jordi: pots canviar-li pots posar-li lis 16 Cf nota 15. 205 puedes cambiárselo puedes ponerle les, 4.48 Jordi: pots posar-li lis puedes poner les), acertadamente rechazada (4.50 Sònia: lis no existeix! ¡les no existe!), con una explicación que no apunta tanto a la inaceptabilidad de “lis” como a la propia operación de intercambio entre la forma dialectal “els hi” [‘əlzi] y su singular normativo “li” le (4.52 Joana: en aquest cas no es pot posar li en este caso no puede ponerse le). No puede desarrollarse, pues, la valiosa intuición del alumno que ha permitido elevar el razonamiento sobre esta oración desde posiciones relativas a la coreferencia a posiciones de tipo formal. Es interesante retomar el razonamiento con el que Jordi comienza la SM. En primer lugar, emplea los términos “equivale” y “cambiar”, de connotaciones muy diferentes. “Equivale” tiene una connotación semántica relacionada con la sinonimia y consideraremos por lo tanto que el episodio metalingüístico es de naturaleza semántica (4.39 Jordi: el muestrario dice en cuál de los tres casos hi equivale). “Cambiar” por el contrario no tiene esta connotación semántica, y consideraremos que es un episodio de tipo formal (4.39 Jordi: se puede a veces se puede cambiar hi por li). Por otro lado, Jordi no especifica las condiciones en las que efectivamente “li” le y “hi” son equivalentes y simplemente los presenta como intercambiables, sin identificar en el material de consulta las condiciones indicadas en las que esto es posible: en este caso en concreto, se trata del hecho de que no haya un CD pronominalizado. Así, si primero dice que cambiará “hi” por “li” le, lo que hace en realidad es cambiar “els hi” els por “li” le. Como hemos dicho, la carencia de conciencia de este hecho es clave en cuanto a no poder realizar un paso más allá e identificar esta forma como dialectal (un contenido presente también en el material de consulta). Por otro lado, si hemos interpretado el recurso al material de consulta y a la distribución complementaria como un giro hacia la formalidad, también podemos interpretar de una forma similar el hecho de que no se centre en la forma “els” sino en la forma “hi” de la combinación “els hi” (4.39 Jordi: el muestrario dice en cuál de los tres casos hi equivale, 4.39 Jordi: se puede a veces se puede cambiar hi por li). Con este cambio de foco de atención, se rompe provisionalmente la conexión semántica que se ha establecido hasta ahora entre el primer “hi” y el último en “*Hi anaven a l’aula que els *hi tocava” Iban al aula que les tocaba. En esta coreferencia presumiblemente tienen mucho peso las reflexiones ya comentadas de la SSM 7.2 dirigidas a identificar el referente de “hi” y “els hi” en el sintagma “los alumnos”. Finalmente hay que remarcar un hecho: en principio la distribución complementaria se aplica a la relación entre expresiones referenciales (por ejemplo “los alumnos”) y un pronombre (por ejemplo “ellos”). El hecho de que en este caso el alumno establezca esta operación entre dos pronombres (una operación que también realizan las compañeras anteriormente) se relaciona con el hecho, comentado en clase, de que hay casos de homonimia en los que la distribución complementaria nos puede ayudar a identificar la función de un pronombre determinado, tal como también aparecía consignado en el material de consulta. • SM 9: Repetición y referencia de “hi” La secuencia metalingüística 9 consta de 5 turnos. Identificamos 7 enunciados metalingüísticos, de naturaleza formal, 5 de naturaleza semántica y 1 de naturaleza pragmática. Estos enunciados se centran en la repetición y la 206 referencia de “hi” y se enmarcan en 7 episodios argumentativos distribuidos en 2 secuencias argumentativas. EA SA I II Núm. EM Reactivo Aditivo Naturaleza P S F 1. Diverger - - - X 2. - Expandir - X - 3. - Concluir - X - 4. Matizar - - - 5. - Expandir - X - 6. - Expandir - X - 7. - Expandir X - 8. - Explicar - X - - - Enunciado 4.53 Jordi: allavons què? || allavons jo? || allavons què és? ¿entonces qué? ¿entonces yo? ¿entonces qué es? 4.54 Sònia: aquest hi torna a fer referència als alumnes! ¡este hi vuelve a hecer referencia a los alumnos! 4.56 Joana: podríem prescindir d’ell podríamos prescindir de él 4.57 Jordi: [però a veure] pero a ver 4.57 Jordi: això sí que ho entenc no? eso sí que lo entiendo ¿no? 4.57 Jordi: fa referència als alumnes hace referencia a los alumnos 4.57 Jordi: ho trobo ben dit lo encuentro bien dicho 4.57 Jordi: com l’altre ja era repetitu aquest no no ho és como el otro ya era repetitivo éste no lo es SA: Secuencia Argumentativa; EA: Episodio Argumentativo; EM: Enunciado Metalingüístico; P: Pragmática; S: Semántica; F: Formal Retomando la argumentación centrada en la coreferencia (4.54 Sònia:¡este hi vuelve a hacer referencia alos alumnos!) se propone eliminarlo y obtener “*Hi anaven a l’aula que els tocava” Iban al aula que les tocaba (4.56 Joana: podríamos prescindir de él). Notamos que el razonamiento esta vez es completado por Joana, que hasta ahora se ha significado por defender justo lo contrario en las secuencias metalingüísticas anteriores (4.22 Joana: yo no creo que sobre, 4.33 Joana: seria | que els hi tocava sería que les tocaba). Podemos interpretar la ambivalencia de esta alumna en dos sentidos diferentes. En primer lugar, como una evolución hacia los principios de duda y revisión propios del habla exploratoria por parte de una alumna de posiciones a menudo inamovibles (como hemos observado en el Diálogo 1). En segundo lugar, como indicio del conflicto entre intuición dialectal (cuando defendía preservar “els hi” les) y razonamiento metalingüístico (cuando propone ahora eliminar “hi”). Podríamos parafrasear la posición de Sònia y Joana con la expresión “Como vuelve a hacer referencia a los alumnos podríamos prescindir de él y obtener ‘Els alumnes anaven a l’aula que els tocava’ Los alumnos iban al aula que les tocaba”. 207 En cambio en la SA II Jordi, con un enunciado catafórico (4.57 Jordi: eso sí que lo entiendo ¿no?) afirma que “hi” no sobra porque no es repetitivo (4.57 Jordi: como el otro ya era repetitivo éste no lo es), donde lo que correctamente es considerado repetitivo es “*Hi anaven a l’aula” Iban a la aula. Reconoce, acertadamente, en este sentido “els hi” en “[a l’aula] que els hi tocava” [al aula] que les tocaba como propio de su repertorio (4.57 Jordi: lo encuentro bien dicho), a pesar de aceptar la argumentación de la coreferencia entre las dos formas “hi” y la expresión referencial “los alumnos” (4.57 Jordi: hace referencia a los alumnos ¿no?). Podríamos parafrasear esta posición como sigue: “A pesar de que hace referencia a los alumnos no hay que prescindir de él porque no es repetitivo y obtendremos ‘Els alumnes anaven a l’aula que els hi tocava’ Los alumnos iban al aula que les tocaba”. Como ya ha sido dicho en la SM 4, Jordi no es consciente de que lo que hace referencia a los alumnos es “les” y no “hi” en la forma coloquial “els hi” les, pero el hecho de no poder disociar las dos formas desde el punto de vista de su referente puede ser interpretado en el sentido de que intuitivamente son percibidas como formas aglutinadas (cf nota 15). La coincidencia de las alumnas Sònia y Joana con la forma normativa “els” les ante la intervención de Jordi, que mantiene la forma dialectal “els hi” les, puede ser relacionada con la lengua familiar de unos y otras, el castellano en el caso de las chicas y el catalán en el caso del chico. Esto nos puede llevar a un conjunto de consideraciones sobre la conveniencia de acompañar la instrucción gramatical de puntos de referencia para contrastar aspectos intuitivos con aspectos normativos. Vemos como a Jordi le suena bien decir “els hi tocava” les tocaba pero no “*Hi anaven a l’aula” Iban al aula, a través del contraste incorrecto que se ha realizado entre “ells” ellos y “hi”. Tal como hemos mencionado en la SSM 7.2, este alumno desarrolla brevemente la propia intuición: el primer “hi” le parece repetitivo pero no el segundo en “*Hi anaven a l’aula que els *hi tocava” Iban al aula que les tocaba, a pesar de que para él los dos tienen el mismo referente, asumiendo incorrectamente la coreferencia realizada por Gemma al SSM 7.2 (4.37 Gemma: els alumnes anaven a l'aula que als alumnes los alumnos iban al aula que a los alumnos). 7.2.5. Diálogo 5 Los fragmentos siguientes provienen del Diálogo 5, perteneciente al Grupo II. Este diálogo responde a la Actividad [2], que tiene por enunciado “Determinar y justificar si los pronombres subrayados están bien empleados o no”. El foco de atención es la combinación “els hi” les del fragmento de texto “[Sempre] *Hi anaven a l’aula que els *hi tocava i escoltaven amb un grau d’interès aceptable” [Siempre] Iban al aula que les tocaba y escuchaban con un grado de interés aceptable. Analizaremos la discusión que se desarrolla en la secuencia y las subsecuencias metalingüísticas siguientes: • • • • • SSM 1.1: “hi” y la función de sujeto SSM 2.1: “els hi” les es correcto / incorrecto SSM 2.2: Referencia de “hi” SSM 2.3: Referencia y función de “hi” SM 3: “els hi” les es correcto 208 La selección de estos fragmentos de diálogo viene determinada por el hilo argumental que siguen, centrado en las nociones de correcto/incorrecto, referencia y función. A continuación presentamos para cada una de ellas el gráfico analítico y un comentario. • SSM 1.1: “hi” y la función de sujeto La subsecuencia metalingüística 1.1 consta de 18 turnos. Identificamos 20 enunciados metalingüísticos, 19 de naturaleza formal y 1 de naturaleza semántica. Estos enunciados se centran en el pronombre “hi” y la función de sujeto y se enmarcan en 22 episodios argumentativos que forman 1 secuencia argumentativa; hemos eliminado los turnos off-task 5.2 y 5.5. EA SA I EM Núm. Reactivo Aditivo Naturaleza P S F 1. Diverger - - - X 2. - Expandir - - X 3. - Expandir - - X 4. - Aceptar - - - 5. - Explicar - - X 6. 7. - Expandir Expandir - - X X 8. - Añadir - - X 9. - Expandir - - X 10. - Aceptar - - - 11. - Concluir - - X 12. - Expandir - - X 13. - Expandir - - X 14. - Expandir - - X 15. - Expandir - X - 16. - Expandir - - X 209 Enunciado 5.1 Rosa: aquest trosset d’aquí este trocito de aquí 5.3 Eva: hi anaven a l'aula iban al aula 5.4 Rosa: en aquesta frase és incorrecte en esta frase es incorrecto 5.5 Pau: [sí] sí 5.6 Rosa: està utilitzant el hac i:: com si fos está utilizando el hache i como si fuera 5.7 Pau: el subjecte el sujeto 5.8 Rosa: ells anaven ellos iban 5.9 Eva: podria ser: ells anaven? ¿podría ser ellos iban? 5.9 Eva: ells anaven | sense ficar hi? ¿ellos iban sin poner el hi? 5.10 Rosa: [molt bé Eva!] ¡muy bien Eva! 5.10 Rosa: aquesta frase seria: eeh anaven | a l'aula o:: ells anaven esta frase sería iban al aula o ellos iban 5.10 Rosa: estan intentant substituir el pronom están intentando substituir el pronombre 5.10 Rosa: estan intentant substituir el subjecte per aquest pronom estan intentando substituir el sujeto por este pronombre 5.10 Rosa: aquest pronom | només pot substituir este pronombre sólo puede sustituir 5.11 Pau: per ells por ellos 5.11 Pau: complement de règim o complement indirecte 17. - Expandir - - X 18. - Concluir - - X 19. 20. 21. 22. - Concluir Concluir Añadir Añadir - - X X X X complemento de régimen o complemento indirecto 5.12 Rosa: no pot substituir a cap subjecte no puede sustituir a ningún sujeto 5.13 Pau: seria incorrecte sería incorrecto 5.13 Pau: el hi: sobraria el hi sobraría 5.14 Rosa: correcte correcto 5.15 Eva: és incorrecte es incorrecto 5.15 Eva: incorrecte incorrecto SA: Secuencia Argumentativa; EA: Episodio Argumentativo; EM: Enunciado Metalingüístico; P: Pragmática; S: Semántica; F: Formal Una vez centrada la atención en el fragmento de oración que hay que discutir (5.1 Rosa: este trocito de aquí, 5.3 Eva: hi anaven a l'aula iban al aula que), una primera intervención valora como incorrecto el uso de este pronombre (5.4 Rosa: en esta frase es incorrecto) y posteriormente se desarrolla una argumentación conjunta para apoyar esta idea: se trata de un pronombre que encabeza la oración ocupando el espacio prototípico de sujeto (5.6 Rosa: está utilizando el hache i como si fuera - 5.7 Pau: el subjecte el sujeto), que en este caso es “él” elidido (5.8 Rosa: ells anaven ellos iban). Restituyendo este elemento se obtiene la oración correcta (5.9 Eva:¿podría ser ellos iban?, 5.9 Eva:¿ellos iban sin poner el hi?), de tal manera que o bien simplemente eliminamos “hi” o bien recuperamos el pronombre de sujeto elidido (5.10 Rosa: esta frase sería iban al aula o ellos iban). Como podemos comprobar, el grupo no identifica que el problema es el de la duplicación incompatible dentro de la misma frase “hi = a l’aula” al aula, y piensa en cambio que el problema es que “hi” ocupa incorrectamente el elemento que debería ocupar “ellos”. Podemos interpretar esto como el resultado de una concepción lineal de la oración. Esto contrasta con una concepción más rica desarrollada en el Diálogo 2 por el mismo grupo, en el que discutiendo “Aquest estiu ha crescut molt” Este verano ha crecido mucho se combinan argumentaciones semánticas, pragmáticas y formales y en el que no se confunde el primer elemento de la oración con el sujeto. Como recurso pragmático, hacen referencia a un impreciso emisor (5.10 Rosa: están intentando substituir el pronombre) e identifican el primer elemento de la oración con el sujeto (5.10 Rosa: estan intentando substituir el sujeto por este pronombre) sin mostrar ninguna conciencia relativa a la jerarquía de los elementos. Efectivamente, si el primer elemento es sujeto no puede ser sustituido por un elemento que no pueda ser nunca sujeto (5.12 Rosa: no puede sustituir a ningún sujeto). En este punto se cruzan dos nociones del funcionamiento gramatical: por un lado la concepción lineal de la oración y por otro lado la capacidad de unos elementos de “sustituir” a otros según el orden que ocupan (5.10 Rosa: este pronombre sólo puede sustituir, 5.11 Pau: por ellos) según unos paradigmas concretos (5.11 Pau: complemento de régimen o complemento indirecto). En relación a esta referencia implícita a las listas de pronombres que los alumnos tenían consignadas según la función sintáctica, no hacen referencia a la idea de locativo. Se trata en definitiva de una frase 210 incorrecta (5.13 Pau: sería incorrecto, 5.15 Eva: es incorrecto, 5.15 Eva: incorrecto) con un uso innecesario del pronombre “hi” (5.13 Pau: el hi sobraría). • SSM 2.1: “els hi” es correcto / incorrecto La subsecuencia metalingüística 2.1 consta de 4 turnos. Identificamos 10 enunciados metalingüísticos, los diez de naturaleza formal. Estos enunciados se centran en si la combinación “els hi” es correcta o incorrecta y se enmarcan en 12 episodios argumentativos distribuidos en 3 secuencias argumentativas. EA SA EM Núm. Reactivo Aditivo Naturaleza P S F 1. Diverger - - - - 2. - Expandir - - X 3. - Expandir - - X 4. - Añadir - - X 5. Contradecir - - - - 6. - Expandir - - X 7. - Explicar - - X 8. 9. 10. Contradecir - Expandir Expandir - - X X 11. - Explicar - - X 12. - Expandir - - X I II III Enunciado 5.17 Rosa: [la part “be”] la parte be 5.18 Pau: els hi tocava i escoltaven amb un grau d'interès acceptable molt superior al que:: les tocaba y escuchaban con un grado de interés aceptable muy superior al que 5.18 Pau: aquí:: els hi:: ac és co jo crec que és correcte aquí les yo creo que es correcto 5.18 Pau: els hi tocava i escoltaven amb un grau d’interès les tocaba y escuchaban con un grado de interés 5.19 Eva: [no] no 5.19 Eva: no és correcte no es correcto 5.19 Eva: pot ser que sigui | li toca:: puede ser que sea le toca 5.19 Eva: o | els toca o les toca 5.20 Pau: [no] no 5.20 Pau: hi anaven iban 5.20 Pau: perquè anaven a l’aula que els hi tocava porque iban al aula que les tocaba 5.20 Pau: i escoltaven amb un grau d’interès y escuchaban con un grado de interés SA: Secuencia Argumentativa; EA: Episodio Argumentativo; EM: Enunciado Metalingüístico; P: Pragmática; S: Semántica; F: Formal La atención se centra en el fenómeno siguiente que el ejercicio proponía observar: la forma “els hi” (5.17 Rosa: la parte b, 5.18 Pau: “els hi tocava i escoltaven amb un grau d'interès acceptable molt superior al que::” “les tocaba y escuchaban con un grado de interés aceptable muy superior al que”). En 211 contraste con el uso anterior de “hi”, ahora se considera correcto (5.18 Pau: aquí:: els hi:: ac és co jo crec que és correcte aquí les yo creo que es correcto), una consideración que no llega a ser explicada. Se trata de un uso incorrecto pero dialectal. La opinión del alumno responde a su intuición dialectal, recurriendo a la repetición de la oración (5.18 Pau: els hi tocava i escoltaven amb un grau d’interès les tocaba y escuchaban con un grado de interés) como recurso de introspección y resonancia interna. El alumno contrasta implícitamente a través del adverbio “aquí” (5.18 Pau: aquí:: els hi:: ac és co jo crec que és correcte aquí les yo creo que es correcto) las dos oraciones observadas: el anterior “*Hi anaven a l’aula” Iban al aula (incorrecto fruto de la interferencia del castellano) y el fenómeno discutido ahora “a l’aula que els *hi tocava” al aula que les tocaba (como hemos dicho, no normativo y propio del dialecto del catalán central). Esta impresión es contradicha por Eva (5.19 Eva: no es correcto), inaugurando así una nueva SA, en la que la alumna explicará doblemente la posición contraria en el uso de “els hi”: primero con una explicación inicial (5.19 Eva: pot ser que sigui | li toca:: puede ser que sea le toca) y después con una expansión de esta explicación (5.19 Eva: o | els toca o les toca). El contraste entre las SA I y II es particularmente interesante porque se trata de opiniones de alumnos de diferente lengua familiar (catalán Pau y castellano Eva). Mientras que Pau se ha limitado a una apreciación intuitiva, Eva desarrolla correctamente una explicación gramatical: considera incorrecta la forma “els hi” y desarrolla un razonamiento al respeto, identificando como hemos visto (y con acierto) los pronombres (indistintamente “li” le y “els” les) que podrían ir en esta posición. Esta intervención debe interpretarse como brillante y muy meritoria, puesto que Eva es una alumna bastante desaventajada académicamente que habitualmente queda al margen de las discusiones: desafortunadamente (aunque de manera muy significativa) tampoco en este caso su acertada aportación será acogida por los compañeros. Pau se mostrará contrario a la posición de Eva pero seguirá sin desarrollar una explicación como la que ha propuesto la compañera. Efectivamente, si bien después de mostrar desacuerdo comienza el razonamiento con el marcador explicativo “porque” (5.20 Pau: perquè anaven a l’aula que els hi tocava porque iban al aula que les ‘els hi’ tocaba), el alumno se limita a reproducir de nuevo la oración. A efectos de la argumentación, por lo tanto, interpretamos esta intervención como expansión del desacuerdo pero no como explicación. A pesar de que Pau en ningún momento muestra que haya encontrado una explicación plausible, podemos identificar en su intervención tres operaciones. En primer lugar, repite la oración (5.18 Pau: els hi tocava i escoltaven amb un grau d’interès les tocaba y escuchaban con un grado de interés), probablemente comprobando si el fenómeno se ajusta a los usos propios (se trata de una forma propia de su dialecto). En segundo lugar, se autocorrege la forma inicial considerada ya anteriormente por él mismo como incorrecta, primero usando el primer pronombre “hi” (5.20 Pau: hi anaven iban) y posteriormente eliminándolo y manteniendo el segundo (5.20 Pau: perquè anaven a l’aula que els hi tocava porque iban al aula que les tocaba), un hecho que nos permite pensar en el fuerte peso que para el alumno tiene la propia intuición. En tercer lugar, lee el contexto donde se encuentra la oración observada y esto puede ser interpretado en el sentido de expandir el 212 razonamiento y situarse en una perspectiva más amplia (5.20 Pau: y escuchaban con un grado de interés), a pesar de que ya no desarrollará más su razonamiento. • SSM 2.2: Referencia de “hi” La subsecuencia metalingüística 2.2 consta de 7 turnos. Identificamos 10 enunciados metalingüísticos, 5 de naturaleza formal y 5 de naturaleza semántica. Estos enunciados se centran en la referencia de “hi” y se enmarcan en 10 episodios argumentativos que forman 1 secuencia argumentativa. EA SA I Núm. Reactivo EM Aditivo Naturaleza P S F 1. Diverger - - X - 2. 3. 4. 5. 6. 7. - Expandir Expandir Añadir Añadir Añadir Añadir - X X X 8. - Expandir - X - 9. - Concluir - - X 10. - Concluir - - X X X X - Enunciado 5.21 Rosa: a què creieu que fa referència aquest hac i? ¿a qué créeis que hace referencia este hache i? 5.22 Eva: a ells a ellos 5.23 Pau: al subjecte al sujeto 5.23 Pau: al subjecte al sujeto 5.24 Eva: al subjecte al sujeto 5.24 Eva: són ells son ellos 5.24 Eva: serien ells serían ellos 5.24 Eva: el subjecte serien ells el sujeto serían ellos 5.25 Pau: els hi és incorrecte les es incorrecto 5.26 Eva: jo crec que està malament yo creo que está mal SA: Secuencia Argumentativa; EA: Episodio Argumentativo; EM: Enunciado Metalingüístico; P: Pragmática; S: Semántica; F: Formal En la subsecuencia metalingüística anterior hemos visto cómo Eva intenta explicar a partir de la distribución complementaria por qué “els hi” no es correcto, y Pau no va más allá de su intuición para defender lo contrario. En la subsecuencia que nos ocupa, Rosa hace diverger la argumentación hacia un nuevo tema, la noción de “referencia” (5.21 Rosa: ¿a qué creéis que hace referencia este hache i?). Esta nueva perspectiva es rápidamente asumida por los compañeros, que proponen posibles referentes situándose en niveles diferentes: semántico uno (5.22 Eva: a ellos) y formal el otro (5.23 Pau: al sujeto, 5.23 Pau: al sujeto). Eva hace suya la aportación del Pau (5.24 Eva: al sujeto) y después de alguna vacilación (5.24 Eva: son ellos, 5.24 Eva: serían ellos) las acaba haciendo coincidir (5.24 Eva: el sujeto serían ellos). Justo es decir que en la subsecuencia 1.1 anterior ya han dicho respecto de la oración “*Hi anaven” Iban que el pronombre “hi” hacía incorrectamente de sujeto y que por lo tanto tenía que ser sustituido por “ells” ellos; ahora se traslada el mismo razonamiento a la forma “els hi” les de “a l’aula que els *hi tocava” en el aula que les tocaba, en el que según los alumnos “hi” vuelve a hacer referencia a “ells” ellos y hace, por lo tanto, de sujeto. Ciertamente, la equiparación que realiza Eva es equívoca: por un lado dos pronombres pueden 213 tener el mismo referente, por ejemplo ellos y les en la oración Ellos iban al aula que les tocaba, pero con funciones gramaticales diferentes, sujeto el primero y dativo el segundo; pero por otro lado ahora el pronombre que se observa no es “els” les sino “hi”, que en la SSM 1.1 ya han dejado claro que no puede ser sujeto. En todo caso, Pau cambia de opinión (a pesar de que sólo provisionalmente, como veremos) y acepta que se trate de un uso incorrecto (5.25 Pau: els hi és incorrecte les es incorrecto) y Eva se reafirma en su posición (5.26 Eva: yo creo que está mal). Como última observación, podemos remarcar el hecho de que los dos alumnos que menos hablan en el Diálogo 2, en este Diálogo 5 (y en particular en la secuencia que estamos observando) son los que llevan el peso de la conversación, ayudados por Rosa. • SSM 2.3: Referencia y función de “hi” La subsecuencia metalingüística 2.3 consta de 11 turnos. Identificamos 15 enunciados metalingüísticos, 12 de naturaleza formal y 3 de naturaleza semántica. Estos enunciados se centran en la referencia y la función del pronombre “hi” y se enmarcan en 20 episodios argumentativos que forman 4 secuencias argumentativas; hemos eliminado el turno 5.34. EA SA I EM Núm. Reactivo Aditivo Naturaleza P S F 1. Diverger - - - - 2. - Expandir - X - 3. - Expandir - X - 4. - Expandir - X - 5. - Explicar - - X 6. - Expandir - - X 7. - Expandir - X - 8. - Expandir - 9. - Explicar - X X 214 - Enunciado 5.28 Pau: [va i tu | què en penses?] va y tú ¿qué piensas de ello? 5.29 Rosa: s’està referint | a què | els hi tocava se está refiriendo a qué les tocaba 5.29 Rosa: l'aula que els hi tocava el aula que les tocaba 5.29 Rosa: aquest hac i s’està referint a l’aula este hache i se está refiriendo al aula 5.29 Rosa: està substituint a un complement de règim! ¡está substituyendo a un complemento de régimen! 5.29 Rosa: a la frase ja:: ja hem dit ja hem dit aquest complement de règim en la frase ya hemos dicho este complemento de régimen 5.29 Rosa: ja hem dit hi anaven a l’aula que els tocava ya hemos dicho iban al aula que les tocaba 5.29 Rosa: aquest pronom | no és que sigui totalment incorrecte este pronombre no es que sea totalmente incorrecto 5.29 Rosa: està substituint a una cosa eeeh apropiada está substituyendo a una cosa II III 10. - Expandir - X - 11. - Expandir - - X 12. - Concluir - - X 13. - Expandir - - X 14. - Concluir - - X 15. 16. 17. Contradecir Contradecir Expandir - - - X - 18. - Explicar - - X 19. Matizar - - - - - - IV 20. Aceptar apropiada 5.29 Rosa: el que succeeix és que:: eeemmmm és una cosa que ja hem especificat abans lo que sucede es una cosa que ya hemos especificado antes 5.29 Rosa: el complement si és de lloc o si és de règim ja estava especificat abans el complemento si es de lugar o es de régimen ya estaba especificado 5.29 Rosa: no cal repetir-lo no hace falta repetirlo 5.29 Rosa: hi anaven a l’aula que els tocava iban al aula que les tocaba 5.30 Pau: per tant por lo tanto 5.31 Eva: això està malament! ¡esto está mal! 5.32 Pau: [no!] ¡no! 5.32 Pau: és correcte es correcto 5.33 Eva: [¿cómo que es correcto?] 5.35 Eva: la Rosa diu els hi tocava Rosa dice les tocaba 5.36 Pau: [però a veure perquè la Rosa: ho digui no vol dir que sigui correcte | i amb perdó] pero a ver porque Rosa lo diga no significa que sea correcto con perdón 5.37 Rosa: [i tant que no!] ¡claro que no! SA: Secuencia Argumentativa; EA: Episodio Argumentativo; EM: Enunciado Metalingüístico; P: Pragmática; S: Semántica; F: Formal A pesar de que esta secuencia mantiene una cierta concomitancia con la anterior, tanto en la apertura (5.28 Pau: va y tú ¿qué piensas de ello?) como en el tema que se observa (la referencia), la hemos considerado una nueva subsecuencia metalingüística y no una continuación de la subsecuencia 2.2 porque se centra en un nuevo posible referente (5.29 Rosa: se está refiriendo a qué les tocaba). Hay, pues, un interesante cambio de perspectiva sobre el referente del pronombre “hi”: ya no es ellos sino el aula. En el primer caso probablemente se da más peso al pronombre “els” les de la pareja “els hi” y los alumnos lo parafrasean por un “ells” ellos identificado como sujeto. En el segundo caso en realidad no se da más peso al pronombre “hi” de la pareja “els hi” sino al relativo “que”. En este punto la alumna superpone dos operaciones. En primer lugar, identifica que el aula tiene un peso importante en la oración subordinada (5.29 Rosa: el aula que les tocaba): esto es muy remarcable y acertado, puesto que efectivamente el aula es el referente del “que” relativo, el cual a su vez es sujeto del verbo de la subordinada “tocar”. En segundo lugar, relacionando el 215 aula con el pronombre “hi” está también poniendo sobre la mesa un vínculo que mantienen estos dos elementos en la oración principal (5.29 Rosa: este hache i se está refiriendo al aula): efectivamente, “a l’aula” en el aula es locativo complemento de régimen de “anaven” iban, el verbo de la oración principal (5.29 Rosa: ¡está substituyendo a un complemento de régimen!), del fragmento “anaven a l’aula” iban al aula. Es secundaria la confusión de la alumna cuando en lugar de “a l’aula” al aula recupera el locativo “a l’aula” al aula mencionado en una oración muy anterior del mismo texto. En cualquier caso, por la vía de la coreferencia entre las dos formas “hi” (5.29 Rosa: en la frase ya hemos dicho este complemento de régimen) esta alumna propone eliminar la segunda (5.29 Rosa: ya hemos dicho que iban al aula que les tocaba). Este ha sido también el razonamiento que hemos observado que el Grupo I hacía en el Diálogo 4. Obsérvese que Rosa cambia de opinión respecto de la presencia del pronombre “hi” en “*Hi anaven a l’aula” Iban al aula, puesto que en el inicio del presente diálogo pensaba que sobraba (5.10 Rosa: esta frase sería iban al aula o ellos iban). Este cambio se puede interpretar como sigue: la alumna tiene que justificar un conocimiento “aprendido”, no dialectal y normativo que comparte con su compañera Eva (tal como hemos visto también anteriormente: 5.19 Eva: pot ser que sigui | li toca:: puede ser que sea le tocaba, 5.19 Eva: o | els toca o les toca), en concomitancia con las alumnas también castellanoparlantes del Grupo I que en el Diálogo 4 defienden también la solución normativa “a l’aula que els tocaba” al aula que les tocaba. Lo hace, sin embargo, haciendo una leve pero significativa y acertada referencia a su aceptabilidad (5.29 Rosa: este pronombre no es que sea totalmente incorrecto). En todo caso, justifica que se elimine la forma ortográfica “hi” de “els hi” (5.29 Rosa: hi anaven a l’aula que els tocava iban al aula que les tocaba) por la vía de equipararla al locativo complemento de régimen de “ir” (5.29 Rosa: está substituyendo a una cosa apropiada, 5.29 Rosa: lo que sucede es una cosa que ya hemos especificado antes), el verbo que aparece en el fragmento de oración anterior, un verbo que necesariamente expresa locativo ya sea CC o CR (5.29 Rosa: abans el complemento si es de lugar o es de régimen ya estaba especificado). Sin la sofisticación de postular un “anar” ir elidido después de “tocar” tocar como veremos que hacen los alumnos del Grupo III del Diálogo 6 (cf más abajo) (Iban al aula que les tocaba [ir]), la alumna se remite al verbo “anar” ir, también: al tratarse de dos pronombres “hi” del mismo verbo y el mismo referente, hay que evitar la repetición (5.29 Rosa: no hace falta repetirlo) y eliminar, pues, el segundo (5.29 Rosa: hi anaven a l’aula que els tocava iban al aula que les tocaba). Pau, catalanohablante, no está de acuerdo con este diagnóstico (5.32 Pau: es correcto) y posteriormente desarrollará su posición. Antes Eva se suma a la opinión de Rosa (recordemos que era también la que había defendido ella misma anteriormente). Obsérvese, sin embargo, que lo hace de una manera equívoca (5.35 Eva: la Rosa diu els hi tocava Rosa dice les tocaba) sin que los otros lo adviertan. • SM 3: “Els hi” es correcto La secuencia metalingüística 3 consta de 13 turnos. Identificamos 12 enunciados metalingüísticos, 6 de naturaleza formal y 7 de naturaleza 216 semántica. Estos enunciados se centran nuevamente en la corrección de la combinación “els hi” les y se enmarcan en 17 episodios argumentativos que forman 1 secuencia argumentativa. EA SA I EM Núm. Reactivo Aditivo 1. 2. Divergir - Expandir Naturaleza P S F X X 3. - Expandir - - X 4. - Aceptar - - - 5. 6. 7. 8. - Aceptar Expandir Añadir Aceptar - - X X - 9. - Explicar - X - 10. - Expandir - X - 11. - Añadir - X - 12. - Añadir - X - 13. Matizar - - - 14. - Explicar - X - 15. - Concluir - X - 16. - Expandir - X - 17. - Concluir - - X 217 Enunciado 5.38 Pau: hi anaven a iban a (allí) 5.38 Pau: hi anava sobra iban sobra 5.38 Pau: anaven a l’aula que els hi tocava i escoltaven amb un grau d’interès acceptable molt superior al que hi poden mostrar en activitats iban al aula que les tocaba y escuchaban con un grado de interés aceptable muy superior al que pueden mostrar en actividades 5.39 Rosa [ai sí! és veritat! és veritat!] ¡ay sí¡ ¡es verdad! ¡es verdad! 5.40 Pau: [clar!] ¡claro! 5.40 Pau: és correcte es correcto 5.40 Pau: és correcte es correcto 5.41 Rosa: [sí!] ¡sí! 5.41 Rosa: ja hem eliminat el hi del principi ya hempos eliminado el hi del principio 5.41 Rosa: és necessari! ¡es necesario! 5.43 Rosa: és necessari es necesario 5.43 Rosa: és necessari es necesario 5.44 Eva: [és que jo pensava XX] es que yo creía XX 5.45 Rosa: el verb anar és un verb que exigeix un complement de règim el verbo ir es un verbo que exige un complemento de régimen 5.45 Rosa: l’hem d’especificar lo tenemos que especificar 5.45 Rosa: si no volem repetir a l’aula el podem especificar mitjançant el pronom hac i si no queremos repetir al aula lo podemos especificar mediante el pronombre hache i 5.49 Rosa: aquesta part de la frase quedaria esta parte de la frase quedaría 5.50 Pau: anaven a l’aula que els hi tocava i escoltaven con un grau d’interès aceptable iban al aula que les ‘els hi’ tocaba y ecuchaban con un grado de interés aceptable SA: Secuencia Argumentativa; EA: Episodio Argumentativo; EM: Enunciado Metalingüístico; P: Pragmática; S: Semántica; F: Formal Consideramos que el razonamiento a favor de “els hi tocava” les tocava es divergente respecto del anterior y comienza una nueva SM porque vuelve a la argumentación del inicio de este diálogo 5. En aquel momento se ha acordado eliminar el primer “hi”, tal como recuerda ahora Pau (5.38 Pau: hi anaven a iban a, 5.38 Pau: iban sobra), repitiendo la operación de remitirse al contexto interoracional (5.38 Pau: anaven a l’aula que els hi tocava i escoltaven amb un grau d’interès acceptable molt superior al que hi poden mostrar en activitats iban al aula que les tocaba y escuchaban con un grado de interés aceptable muy superior al que pueden mostrar en actividades). Parece que esto permite contrastar la validez de mantener la forma “le los” que él defiende (5.40 Pau: es correcto, 5.40 Pau: es correcto) pero en realidad, como también hemos visto anteriormente, Pau no desarrolla ninguna explicación. Será Rosa quien lo haga (5.39 Rosa: ¡ay sí¡ ¡es verdad!). Efectivamente, Rosa cambia de opinión (5.41 Rosa: ¡es necesario!, 5.43 Rosa: es necesario, 5.43 Rosa: es necesario) y desarrolla una explicación en dos tiempos. En primer lugar, recoge la observación del Pau sobre la forma inicial “hi”, que inicialmente ya han considerado como sobrante (5.41 Rosa: ya hempos eliminado el hi del principio). En segundo lugar, recupera el mismo argumento empleado por ella misma en la subsecuencia anterior para eliminar “hi” de “els hi” les, ahora sin embargo para defender que este elemento se mantenga: el verbo “anar” ir necesita CR y si no lo queremos repetir podemos usar un pronombre en su lugar (5.45 Rosa: el verbo ir es un verbo que exige un complemento de régimen, 5.45 Rosa: lo tenemos que especificar). La objeción de Eva, por su parte, no es desarrollada y queda como un mero movimiento (5.44 Eva: es que yo creía XX) y la oración que dan por buena es la más cercana a los usos dialectales (5.49 Rosa: esta parte de la frase quedaría 5.50 Pau: anaven a l’aula que els hi tocava i escoltaven con un grau d’interès aceptable iban al aula que les tocaba y ecuchaban con un grado de interés aceptable). Aquí hay dos cuestiones que el razonamiento de los alumnos no aborda. En primer lugar, se defiende que el pronombre “hi” (“que els hi tocaba” que les tocaba) es un pronombre del verbo “anar” ir de la primera oración (“Hi anaven a l’aula” Iban al aula), sin plantearse cuestiones como por ejemplo que se trata del verbo de otra oración o que junto a “els hi” les hay el verbo “tocar” tocar (como veremos esta situación, junto con la reflexión sobre el perfil verbal, es la que lleva a los alumnos del Diálogo 6 a postular la perífrasis “toca anar” toca ir , con el segundo verbo elidido). En segundo lugar, nuevamente el referente que la alumna identifica no es “l’aula” el aula sino la expresión también locativa “al aula” al aula, expresada mucho antes, en otra oración (5.45 Rosa: si no queremos repetir al aula lo podemos especificar mediante el pronombre hache i). Anteriormente hemos visto que la alumna piensa en “l’aula” el aula como un antecedente de “hi” (5.29 Rosa: se está refiriendo a qué les tocaba, 5.29 Rosa: el aula que les tocaba, 5.29 Rosa: este hache i se está refiriendo al aula). Esta 218 conciencia vaga del papel del relativo no se concreta y la alumna se remite a “a l’aula” como un tipo de referente de “hi” de tipo contextual. 7.2.6. Diálogo 6 Los fragmentos siguientes provienen del Diálogo 6, perteneciente al Grupo III. Este diálogo responde a la Actividad [2], que tiene por enunciado “Determinar y justificar si los pronombres subrayados están muy empleados o no”. El foco de atención es la combinación “els hi” les del fragmento de texto “[Siempre] *Hi anaven a l’aula que els *hi tocava i escoltaven amb un grau d’interès aceptable” [Siempre] Iban al aula que les tocaba y escuchaban con un grado de interés aceptable. Analizaremos la discusión que se desarrolla en la secuencia y las subsecuencias metalingüísticas siguientes: • SSM 1.1: Función de “els” les • SSM 1.2: Paradigma pronominal • SSM 1.3: Pronombre y perfil verbal • SSM 2.1: Referencia de “hi” • SSM 2.2: Función de “hi” • SSM 2.3: Verbo elidido y rección • SSM 3.1: CR, posición y rección • SSM 3.2: Oración subordinada La selección de estos fragmentos de diálogo viene determinada por el hecho de que los alumnos interrelacionan estrechamente varias nociones formales. A continuación presentamos para cada una de ellas el gráfico analítico y un comentario. • SSM 1.1: Función de “els” les La subsecuencia metalingüística 1.1 consta de 4 turnos. Identificamos 4 enunciados metalingüísticos, 3 de naturaleza formal y 1 de naturaleza semántica. Estos enunciados se centran en la función del pronombre “els” les y se enmarcan en 7 episodios argumentativos distribuidos en 2 secuencias argumentativas. EA SA I II EM Núm. Reactivo Aditivo 1. Divergir - Naturaleza P S F X 2. - Expandir - - X 3. 4. 5. 6. Contradecir - Aceptar Aceptar Explicar - X - 7. - Expandir - - X Enunciado 6.1 Jofre: els hi les 6.1 Jofre: els és del complement directe les es del complemento directo 6.2 Arnau: [clar] claro 6.3 Jofre: [i:::: sí] y sí 6.4 Arnau: [no] no 6.4 Arnau: és a ells es a ellos 6.4 Arnau: és complement indirecte es complemento indirecto SA: Secuencia Argumentativa; EA: Episodio Argumentativo; EM: Enunciado Metalingüístico; P: Pragmática; S: Semántica; F: Formal 219 La subsecuencia se inicia señalando que “els” les en “*Hi anaven a l’aula que els *hi tocava” Iban al aula que les tocaba es CD (6.1 Jofre: els és del complement directe les es del complemento directo), una postura que se acepta (6.2 Arnau: claro, 6.3 Jofre: y sí) sin razonar. Pronto surge una posición contraria (6.4 Arnau: no), con una explicación semántica (6.4 Arnau: es a ellos) que haría pensar en otra función (6.4 Arnau: es complemento indirecto). Una interpretación de esta divergencia podría ser como sigue. En el primer caso (es CD) el foco de atención es la forma pronominal “els” les, que los alumnos pueden encontrar en la lista de pronombres de CD; en el segundo caso (es CI) el foco de atención es el sentido que toma en la oración la forma dialectal “els hi” les, que puede parafrasearse con un “a ells” a ellos en un sentido de destinatario que los alumnos tienden a interpretar como expresión de dativo. • SSM 1.2: Paradigma pronominal La subsecuencia metalingüística 1.2 consta de 10 turnos. Identificamos 10 enunciados metalingüísticos, 7 de naturaleza formal y 3 de naturaleza semántica. Estos enunciados se centran en el paradigma pronominal y se enmarcan en 11 episodios argumentativos distribuidos en 3 secuencias argumentativas. EA SA I II III EM Núm. Reactivo Aditivo Naturaleza P S F 1. Diverger - - - X 2. - Expandir - - - 3. - Expandir - - X 4. - Expandir - - X 5. - Expandir - X - 6. Retar - - - X 7. - Expandir - - X 8. - Expandir - - X 9. Diverger - - X - 10. - Añadir - - - 11. Retar - - X - Enunciado 6.5 Pere: els surt a:: ind les sale en ind 6.6 Enric: [a veure pot] a ver puede 6.8 Arnau: és complement indirecte es complemento indirecto 6.9 Jofre: els és indirecte les es indirecto 6.10 Arnau: és a ells! ¡es a ellos! 6.11 Pere: indirecte o directe! ¡indirecto o directo! 6.11 Pere: surt eh? ¿sale eh? 6.12 Arnau: surt als dos! ¡sale en los dos! 6.13 Pere: a l’aula que:: que el tocava:: en el aula que lo tocaba 6.14 Arnau: surt als dos sale en los dos 6.14 Arnau: és a ells es a ellos SA: Secuencia Argumentativa; EA: Episodio Argumentativo; EM: Enunciado Metalingüístico; P: Pragmática; S: Semántica; F: Formal En la SA I se aporta una razón formal basada en la pieza léxica y el paradigma pronominal (6.5 Pere: els surt a:: ind les sale en ind), que lleva a los alumnos a pensar en el CI (6.8 Arnau: es complemento indirecto). Sucesivamente se valida esta identificación compartiendo primero la constatación (6.9 Jofre: els és indirecte les es indirecto) y recuperando después la paráfrasis semántica (6.10 Arnau:¡es a ellos!). Seguidamente se remarca un hecho que constituye un reto a esta observación (6.11 Pere: ¡indirecto o 220 directo!) porque la forma “els” les aparece en dos paradigmas (6.11 Pere:¿sale eh?), una idea acertada que es acogida (6.12 Arnau: ¡sale en los dos!). Después de un turno que apunta a ampliar el contexto del fenómeno observado (6.13 Pere: en el aula que lo tocaba), pero que no es desarrollado y queda en simple movimiento, la idea es nuevamente aceptada (6.14 Arnau: sale en los dos). Interpretamos el último turno reactivo (6.14 Arnau: es a ellos) nuevamente como un reto al argumento basado en el paradigma, puesto que el alumno siente esta paráfrasis como una prueba suficiente de CI. • SSM 1.3: Pronombre y perfil verbal La subsecuencia metalingüística 1.3 consta de 11 turnos. Identificamos 17 enunciados metalingüísticos, 7 de naturaleza formal y 10 de naturaleza semántica. Estos enunciados se centran en las nociones de pronombre y perfil verbal y se enmarcan en 21 episodios argumentativos distribuidos en 3 secuencias argumentativas. EA SA EM Núm. Reactivo Aditivo Naturaleza P S F 1. Diverger - - - X 2. - Expandir - - X 3. - Explicar - - X 4. - Expandir - - X 5. - Aceptar - - - 6. - Explicar - X - 7. - Expandir - X - 8. - Expandir - X - 9. - Añadir - X - 10. - Expandir - X - 11. Retar - - - - 12. - Explicar - X - 13. - Explicar - X - I II 221 Enunciado 6.15 Pere: que els tocava que les tocaba 6.15 Pere: que li tocava que le tocaba 6.15 Pere: pots substituir per li puedes substituir por le 6.15 Pere: a l’aula que li tocava al aula que le tocaba 6.16 Arnau: [sí] sí 6.17 Pere: no a l’aula que el tocava no al aula que lo tocaba 6.17 Pere: si dius l’aula que la tocava e::l el verb canvia de significat si dices el aula que la tocaba el verbo cambia de significado 6.17 Pere: seria el el verb tocar sería el verbo tocar 6.17 Pere: canviaria de significat cambiaría de signifcado 6.17 Pere: hi ha el verb tocar de contacte hay el verbo tocar de contacto 6.18 Arnau: [sí però què té que veure això?] ¿sí pero qué tiene que ver esto? 6.19 Pere: el pronom fa falta el pronombre es necesario 6.19 Pere: si treus el pronom | el significat ja càmbia | si eliminas el pronombre el III 14. - Añadir - X - 15. - Aceptar - - - 16. - Expandir - X - 17. 18. - Aceptar Concluir - X - 19. Reta - - - X 20. - Concluir - - X 21. - Añadir - - X significado ya cambia 6.19 Pere: a l’aula que els tocava | seria contacte físic al aula que los tocaba ya sería contacto físico 6.20 Jofre: [ah sí! és veritat] ¡ah sí! ¡es verdad! 6.21 Pere: i amb el pronom els hi tocava y con el pronombre les tocaba 6.22 Arnau: [clar] claro 6.23 Pere: està bé está bien 6.24 Arnau: els si si no és complement indirecte:: les si no es complemento indirecto 6.25 Jofre: és d’indirecte es de indirecto 6.26 Arnau: és indirecte es indirecto SA: Secuencia Argumentativa; EA: Episodio Argumentativo; EM: Enunciado Metalingüístico; P: Pragmática; S: Semántica; F: Formal En esta subsecuencia un alumno explora el perfil argumental del verbo. Lo hace expandiendo dos ideas iniciadas por él mismo en la SSM 1.2 anterior. Estas dos ideas son las siguientes: en primer lugar, la aparición de la forma “els” les en dos paradigmas diferentes (6.11 Pere: ¡indirecto o directo!, 6.11 Pere: ¿sale eh?), una observación como hemos visto aceptada por los compañeros (6.12 Arnau: ¡sale en los dos!, 6.14 Arnau: sale en los dos); en segundo lugar, la influencia sobre el significado del verbo “tocar” tocar el intercambio entre pronombres de CD y de CI, apuntada sólo con un movimiento (6.13 Pere: en el aula que lo tocaba). En la presente subsecuencia el alumno indaga en esta línea, intercambiando pronombres diversos, como por ejemplo “els” les (6.15 Pere: que les tocaba), “li” le (6.15 Pere: que le tocaba), “el” lo (6.17 Pere: no al aula que lo tocaba) o “la” la (6.17 Pere: si dices el aula que la tocaba el verbo cambia de significado). Asimismo observa enseguida que los efectos sobre el verbo son desiguales: intercambiar “els hi” les por “li” le es posible (6.15 Pere: puedes substituir por le, 6.15 Pere: al aula que le tocaba) pero esto no pasa con los pronombres en catalán inequívocamente acusativos “el” lo y “la” la (6.17 Pere: sería el verbo tocar, 6.17 Pere: cambiaría de signifcado). En este último caso el verbo deviene un verbo transitivo típico, que él identifica con un valor semántico de tacto (6.17 Pere: hay el verbo tocar de contacto) y que se opone al sentido que toma en la oración, como hemos visto (6.17 Pere: si dices el aula que la tocaba el verbo cambia de significado), de perfil argumental paralelo a los verbos psicológicos del tipo “gustar”. Pere no llega a especificar que los verbos de este perfil peculiar habían sido trabajados y figuraban en el material de consulta, pero en todo caso muestra que hace falta un tipo de pronombre (la forma “els hi” les o “li” le) para que el significado del verbo no derive hacia un sentido de contacto. Este razonamiento, sin embargo, iniciado y desarrollado por el mismo alumno prácticamente en solitario, no retorna a la oración que se discute. Cuando se le 222 hace notar esto (6.18 Arnau:¿sí pero qué tiene que ver esto?) Pere identifica el razonamiento con la necesidad de la forma “hi” (6.19 Pere: el pronombre es necesario) para mantener uno de los dos significados del verbo “tocar” tocar (6.19 Pere: si eliminas el pronombre el significado ya cambia), justamente el opuesto al de contacto físico (6.19 Pere: al aula que los tocaba ya sería contacto físico). Pero el alumno no llega a definir este sentido puesto que su turno se queda en simple movimiento (6.21 Pere: y con el pronombre les tocaba). Los compañeros dan por buena esta argumentación (6.20 Jofre: ¡ah sí! ¡es verdad!, 6.22 Arnau: claro) y Pere se reafirma en ello (6.23 Pere: está bien), sin llegar a parafrasear el significado de “tocar” tocar en la forma intransitiva que toma en la oración. Se considera, pues, finalmente la forma “hi” como necesaria pero no se llega a determinar de forma explícita si la función es CD o CI. Se trata de una “omisión” muy significativa y que hay que interpretar en relación a la coda de todo este largo razonamiento. En apariencia es en el último intercambio donde los alumnos explicitan la función que finalmente dan por buena, como vemos inicialmente en forma de reto (6.24 Arnau: les si no es complemento indirecto:) y posteriormente con un acuerdo general (6.25 Jofre: es de indirecto, 6.26 Arnau: es indirecto). Obsérvese, sin embargo, que la atención se ha desviado ahora sutilmente de la forma “hi” a la forma “els” les y es en este sentido que interpretamos la omisión anterior. Efectivamente: por un lado, mientras que la forma “hi” es necesario (6.19 Pere: el pronombre es necesario) para mantener uno de los significados del verbo “tocar” tocar (6.19 Pere: si eliminas el pronombre el significado ya cambia), ningún alumno acaba identificando qué función se le debe. Y por otro lado, parece claro atribuir la función de CI a la forma “els” les (6.24 Arnau: les si no es complemento indirecto, 6.25 Jofre: es de indirecto, 6.26 Arnau: es indirecto), disociando esta forma de “hi”. No parece que los alumnos se den cuenta de esta disociación si no es a un nivel muy implícito. Es evidente, por ejemplo, que también en el caso del significado “de contacto” el verbo “tocar” tocar necesita el pronombre (ya sea “els” les, “la” la o “el” lo, según las pruebas realizadas por Pere). El problema, por lo tanto, es que a nivel oral dialectal consideremos [i] (en la escritura confundida con la forma pronominal “hi”) como morfema de dativo, el cual nos lleva a interpretar “tocar” tocar en el sentido de “caer en suerte” (DRAE), algo que sucede tanto en catalán como en castellano, y la forma “els hi” les como CI (intercambiable por “li” le, como ha observado acertadamente el alumno). En resumen, podríamos interpretar que la doble naturaleza de la forma dialectal “els hi” les deja una traza observable en el razonamiento de los alumnos. Así, “hi” está identificado a través de un razonamiento semántico como un resorte que activaría uno de los dos perfiles semánticos de “tocar” tocar. Por otro lado, no se podría identificar su función verbal (acertadamente, puesto que no es un pronombre sino el morfema de dativo [i] aglutinado en la forma pronominal), algo que sí podríamos hacer con la forma “els” les, plenamente susceptible de tener una función (en este caso acertadamente se establece que de CI). Esta disociación entre vertiente semántica y vertiente formal continuará en la subsecuencia 2.1 siguiente. • SSM 2.1: Referencia de “hi” 223 La subsecuencia metalingüística 2.1 consta de 7 turnos. Identificamos 8 enunciados metalingüísticos, 5 de naturaleza formal y 3 de naturaleza semántica. Estos enunciados se centran en la referencia del pronombre “hi” y se enmarcan en 9 episodios argumentativos que forman 1 secuencia argumentativa; hemos eliminado el turno off-task 6.27. EA SA I EM Núm. Reactivo Aditivo Naturaleza P S F 1. Diverger - - - X 2. - Expandir - X - 3. - Expandir - X - 4. - Expandir - - X 5. - Expandir - - X 6. - Expandir - - X 7. - Expandir - - - 8. - Expandir - X - 9. - Añadir - X - Enunciado 6.26 Arnau: el pronom hi què? ¿el pronombre ‘hi’ qué? 6.28 Arnau: es refereix al:: se refiere al 6.29 Jofre: l’anterior? ¿el anterior? 6.30 Arnau: el els és complement indirecte el les es complemento indirecto 6.30 Arnau: el pronom hi el pronombre hi 6.30 Arnau: diu que anaven a l’aula que | que els hi tocava dice que iban al aula que les tocaba 6.31 Jofre: [és el de] es el de 6.32 Enric: a ells seria a ells a ellos sería a ellos 6.32 Enric: seria a ells sería a ellos SA: Secuencia Argumentativa; EA: Episodio Argumentativo; EM: Enunciado Metalingüístico; P: Pragmática; S: Semántica; F: Formal En relación a la subsecuencia 1.3 anterior, ya hemos remarcado cómo la larga y acertada reflexión sobre el perfil verbal y sobre la presencia de la forma “hi” reproduce la disociación forma-significado contenida en la expresión “els hi” les: “els” les tiene función de CI y “hi” es necesario para el sentido del verbo. Esta nueva SSM se focaliza en “hi”. Observamos nuevamente la facilidad de concebir esta forma desde el punto de vista semántico (6.28 Arnau: se refiere al, 6.29 Jofre: ¿el anterior?) y la resistencia a atribuirle una función, lo que no sucede con “els” les (6.30 Arnau: el les ‘els’ es complemento indirecto). Los alumnos vacilan en su búsqueda de algún rasgo seguro, como por ejemplo la naturaleza (equívoca) de “hi” (6.30 Arnau: el pronombre hi) o el contexto general (6.30 Arnau: dice que iban al aula que les tocaba), y llegan a una conclusión semántica, como no podía ser de otro modo (6.32 Enric: a ellos sería a ellos, 6.32 Enric: sería a ellos). No acaban de explicitar esta conclusión, que responde a la intuición dialectal: es un morfema de dativo [i] en la forma dialectal [‘əlzi] y no un pronombre (esto último es lo que nos induce a pensar la forma ortográfica “els hi” les). Los alumnos no ven que forma parte junto con “els” les de la expresión de dativo plural, compartiendo lógicamente las dos formas un único referente. • SSM 2.2: Función de “hi” 224 La subsecuencia metalingüística 2.2 consta de 8 turnos. Identificamos 10 enunciados metalingüísticos, 1 de naturaleza formal, 8 de naturaleza semántica y 1 de naturaleza pragmática. Estos enunciados se centran en la función del pronombre “hi” y se enmarcan en 14 episodios argumentativos (dos de los cuales son simultáneos) distribuidos en 2 secuencias argumentativas. EA SA I II EM Núm. Reactivo Aditivo Naturaleza P S F 1. Diverger - - - X 2. - Expandir - X - 3. - Expandir X - - 4. - Añadir - X - 5. - Expandir - X - 6. 7. 8. 9. Matizar Aceptar Añadir Aceptar - - X - - 10. Matizar - - X - 11. - Expandir - X - 12. - Expandir - X - 13. - Expandir - - - 14. - Expandir - X - Enunciado 6.33 Jofre: és el de règim es el de régimen 6.33 Jofre: a l’aula al aula 6.34 Arnau: per què dius els hi? ¿por qué dices les? 6.35 Jofre: els hi les 6.35 Jofre: a ells | hi tocava a ellos tocaba 6.36 Arnau: [clar] claro 6.36 Arnau: seria a ells sería a ellos 6.36 Arnau: [o sigui clar] o sea claro 6.36 Arnau: [vale però] vale pero 6.37 Pere: els hi tocava | anar les tocaba ir 6.37 Pere: anar a l’aula ir al aula 6.38 Arnau: el verb tocar no és tocar! ¡el verbo tocar no es tocar! 6.39 Enric: [no no seria::] no no sería 6.40 Jofre: tocar alguna cosa tocar algo SA: Secuencia Argumentativa; EA: Episodio Argumentativo; EM: Enunciado Metalingüístico; P: Pragmática; S: Semántica; F: Formal Hasta ahora hemos visto un acuerdo general sobre “els” les: el referente es “a ells” a ellos y la función es CI. Por otro lado, los alumnos han observado que el referente de “hi” también seria “a ells” a ellos pero no han definido su función. La presente subsecuencia representa un punto de inflexión respecto de la disociación forma-significado de las dos secuencias anteriores. Esto se consigue por la vía analítica según la cual si “els hi” les son dos pronombres cada uno debe tener un referente y una función. Efectivamente, por primera vez se asocia una función a “hi” (6.33 Jofre: es el de régimen) con un referente específico (6.33 Jofre: al aula). La lógica analítica nos pide que podamos dar cuenta de la combinación de los dos elementos “els hi” les (6.34 Arnau: ¿por qué dices les?, 6.35 Jofre: les). Efectivamente, expandiendo la referencia anterior al complemento de régimen, tienen que poder mantenerse por separado dos pronombres con referente y función diferentes (6.35 Jofre: a ells | hi tocava a ellos les tocaba, 6.36 Arnau: sería a ellos), un razonamiento aceptado (6.36 Arnau: claro, 6.36 Arnau: o sea claro). La secuencia argumentativa II expande esta intuición a través de dos operaciones. En primer lugar, especificando que “hi” es CR del verbo “anar” ir (6.37 Pere: les tocaba ir, 6.37 Pere: ir al aula). En segundo lugar, recordando el 225 especial significado del verbo “tocar” tocar en esta construcción (6.38 Arnau: ¡el verbo tocar no es tocar!, 6.40 Jofre: tocar algo), y que llevaría a postular un verbo “anar” ir elidido como parte de la perífrasis toca hacer algo (6.37 Pere: les tocaba ir). Podríamos interpretar el razonamiento globalmente como sigue. Se reafirma la idea ya abordada según la cual el verbo “tocar” tocar no tiene sentido de “contacto” (6.38 Arnau: ¡el verbo tocar no es tocar!, 6.40 Jofre: tocar algo). Este razonamiento será expandido semánticamente y formalmente: efectivamente, si fuera el verbo “tocar” tocar en el sentido de “palpar” (en catalán y en castellano acepta los dos sentidos, cf los diccionarios DIEC2 y DRAE) sería difícil postular una función de CR para el pronombre “hi” puesto que esta forma se interpreta plenamente como locativo (6.33 Jofre: al aula) así como vinculada al verbo “anar” ir (6.37 Pere: ir al aula). Esto ha llevado a los alumnos a postular un verbo “anar” ir elidido en una hipotética perífrasis toca ir, quizás derivada de “toca hacer algo” (6.37 Pere: les tocaba ir). Con el recurso a la elisión de la forma “anar” ir los alumnos resuelven hábilmente y de forma muy creíble un problema de alcance: se puede mantener la conexión entre “hi” y el verbo “anar” ir sin tener que remitirse al verbo de la oración anterior (“Anaven a l’aula que els *hi tocava” Iban al aula que les tocaba) sino manteniéndose en el ámbito del verbo “tocar” tocar (“Anaven a l’aula que els *hi tocava (anar)” Iban al aula que les tocaba (ir)). Así, “hi” sería CR de “anar” ir, pero no del primero (“Anaven a l’aula” Iban al aula) sino del segundo (“que els *hi tocava (anar)” que les tocaba (ir)), elidido y que formaría una unidad semántica con el verbo “tocar” tocar con sentido de “caer en suerte” (DRAE). Una posible objeción (que ningún alumno propone) a la existencia de un verbo “ir” elidido podría ser la siguiente: la oración propuesta reclamaría otro relativo (y no el “que” relativo coloquial de esta frase), como por ejemplo “Anaven a l’aula on els *hi tocava (anar)” Iban al aula donde les tocaba (ir) o “Anaven a l’aula a la qual els *hi tocava (anar)” Iban al aula a la que les tocaba (ir), una frase que expresaría una idea distinta a la de “caer en suerte”: la idea sería “donde les tocaba ir era esa aula”. La oración que había que observar, sin embargo, era “Anaven a l’aula que els *hi tocava” Iban al aula que les tocaba, es decir, aquello que les tocaba en el sentido de caer en suerte era el aula concreta. • SSM 2.3: Verbo elidido y rección La subsecuencia metalingüística 2.3 consta de 11 turnos. Identificamos 14 enunciados metalingüísticos, 9 de naturaleza formal, 4 de naturaleza semántica y 1 de naturaleza pragmática. Estos enunciados se centran en las nociones de verbo elidido y rección y se enmarcan en 16 episodios argumentativos distribuidos en 2 secuencias argumentativas. EA SA I Núm. 1. EM Reactivo Diverger Aditivo - Naturaleza P S F - - 226 X Enunciado 6.41 Arnau: aquest complement indirecte i aquest complement de règim a què pertanyen? este complemento indirecto y este complemento de régimen ¿a qué pertenecen? II 2. - Expandir - - - 3. - Expandir - - X 4. - Añadir - - X 5. - Añadir - - X 6. - Aceptar - - - 7. - Expandir - X - 8. - Expandir - X 9. - Expandir - X - 10. - Expandir - - X 11. - Explicar X - - 12. - Añadir - X - 13. Matizar - - - X 14. 15. Retar Explicar - - - X X 16. - Expandir - X - 6.41 Arnau: a: al verb tocar o al verb anar? ¿al verbo tocar o al verbo ir? 6.42 Pere: jo diria que és anar yo diría que es ir 6.43 Enric: anar | anar ir ir 6.44 Pere: els hi tocava anar | les tocaba ir 6.45 Jofre: [sí] sí 6.46 Pere: els hi tocava anar les tocaba ir 6.46 Pere: a l’aula que els hi tocava anar al aula que les tocaba ir 6.47 Arnau: es fa referència al mateix verb se hace referencia al mismo verbo 6.47 Arnau: no està explícit a la frase no está explícito en la frase 6.47 Arnau: potser si lo que volem dir és que els hi tocava anar clar aquí falta l’anar una altra vegada a lo mejor si lo que quermos decir es que les tocaba ir claro aquí falta el ir otra vez 6.48 Enric: anaven a l’aula que els hi tocava iban al aula que les tocaba 6.49 Arnau: si el verb fos només tocava l’hi no seria un de règim si el verbo fuera sólo tocaba el hi no sería uno de régimen 6.49 Arnau: hi no és hi no es 6.50 Pere: és que l’hi es que el hi 6.51 Arnau: no és tocar a no es tocar a SA: Secuencia Argumentativa; EA: Episodio Argumentativo; EM: Enunciado Metalingüístico; P: Pragmática; S: Semántica; F: Formal Acabamos de observar una argumentación de tipo analítico a propósito de la forma pronominal “els hi” les de “a l’aula que els *hi tocava” al aula que les tocava, que ha hecho que se asignara “els” les a “tocar” tocar y “hi” a “anar” ir (el verbo elidido de una hipotética perífrasis toca ir). En este sentido, la pregunta que encabeza la presente subsecuencia (6.41 Arnau: este complemento indirecto y este complemento de régimen ¿a qué pertenecen?) tendría un sentido sintético y no analítico que respondería a la intuición dialectal de los alumnos según la cual “els hi” les forma en realidad una unidad que quizás no se puede descomponer y que es regida o bien por un verbo o bien por otro (6.41 Arnau: ¿al verbo tocar o al verbo ir?). La respuesta apunta al verbo elidido (6.42 Pere: yo diría que es ir, 6.43 Enric: ir ir) y concretamente a la expresión que forma con “tocar” tocar (6.44 Pere: les tocaba ir, 6.46 Pere: les tocaba ir, 6.46 Pere: al aula que les tocaba 227 ir). Esta visión es aceptada (6.45 Jofre: sí) y se explicitará todavía largamente. Efectivamente, parece que a través de las nociones de elisión (6.47 Arnau: no está explícito en la frase, 6.48 Enric: anaven a l’aula que els hi tocava iban al aula que les tocaba) y de forma verbal compleja (6.47 Arnau: a lo mejor si lo que quermos decir es que les tocaba ir claro aquí falta el ir otra vez) los alumnos pueden dar cuenta de varias de sus intuiciones. En primer lugar la necesidad de atribuir una función a cada pronombre (6.49 Arnau: si el verbo fuera sólo tocaba el hi no sería uno de régimen). En segundo lugar la configuración semántica de “tocar” (6.51 Arnau: no es tocar a). En tercer lugar la identificación de “hi” como pronombre locativo asociado al verbo “anar” ir. Y finalmente la necesidad de que “anar” ir reaparezca para estar más cerca del pronombre (6.47 Arnau: a lo mejor si lo que quermos decir es que les tocaba ir claro aquí falta el ir otra vez). Se ve, pues, más claramente esta configuración semántica si los alumnos piensan en una forma verbal compuesta (con un supuesto verbo elidido ir) que si piensan en un pronombre “els hi” les. Esta forma es compleja porque como dativo singular es “li” [li] le, como plural formal “els” [əls] (coincidente con el acusativo) y como plural dialectal [‘əlzi] (ortográficamente resuelto “els hi”, coincidiendo con otras combinaciones sí normativas, cf nota 15). • SSM 3.1: CR, posición y rección Esta subsecuencia metalingüística consta de 10 turnos. Identificamos 14 enunciados metalingüísticos, 12 de naturaleza formal, 1 de naturaleza semántica y 1 de naturaleza pragmática. Estos enunciados se centran en las nociones de CR, posición y rección y se enmarcan en 17 episodios argumentativos distribuidos en 3 secuencias argumentativas. EA SA EM Núm. Reactivo Aditivo 1. Diverger - Naturaleza P S F X - 2. - Aceptar - 3. - Explicar - 4. Retar - - - X 5. 6. Añadir Contradecir - - - X - 7. - Expandir - - X 8. Matizar - - - X 9. - Explicar - X - - - I II III X 228 Enunciado 6.52 Pere: està bé está bien 6.53 Arnau: [ja jo també jo a l’examen jo a l’examen vaig tenir aquest aquest aquest dubte] ya yo también yo en el examen yo en el examen tuve esta esta duda 6.53 Arnau: el complement de règim va després del verb el complemento de régimen va depués del verbo 6.53 Arnau: aquí està abans del verb aquí está antes del verbo 6.54 Enric: que els hi: que les 6.55 Jofre: [no!] ¡no! 6.55 Jofre: no està abans no está antes 6.56 Arnau: és el verb! ¡es el verbo! 6.57 Jofre: fa referència a anaven 10. - Expandir - - X 11. - Expandir - - X 12. - Añadir - - X 13. - Expandir - - X 14. 15. - Expandir Aceptar - - X - 16. Matizar - - - X 17. - Concluir - - X hace referencia a iban 6.57 Jofre: el primer hi | l'hem tret el primer hi lo hemos eliminado 6.57 Jofre: anaven | a l’aula | que els hi tocava iban al aula que les tocaba 6.58 Arnau: els hi tocava les tocaba 6.58 Arnau: això és una oració esto es una oración 6.59 Jofre: és anar-hi es ir 6.60 Arnau: [clar!] ¡claro! 6.60 Arnau: els hi tocava és una oració subordinada! ¡les tocaba es una oración subordinada 6.61 Jofre: anar-hi | a l’aula | és complement de règim ir al aula es un complemento de régimen SA: Secuencia Argumentativa; EA: Episodio Argumentativo; EM: Enunciado Metalingüístico; P: Pragmática; S: Semántica; F: Formal Identificada la presencia de “hi” como correcta (6.52 Pere: está bien), se explora a continuación uno de los rasgos de CR, el de posición (6.53 Arnau: el complemento de régimen va depués del verbo). Pero no se tiene en cuenta que un CR ocupará la parte anterior o posterior del verbo según si está pronominalizado (como es el caso) o no: inicialmente los alumnos se remiten a la posición lineal anterior al verbo (6.53 Arnau: aquí está antes del verbo, 6.54 Enric: que les) y esto es fruto de discrepancia (6.55 Jofre: ¡no!) que sin llegar a generar una explicación (6.55 Jofre: no está antes) sí lleva al menos aparentemente a identificar el verbo como punto de referencia (6.56 Arnau: ¡es el verbo!). Este verbo sería “anaven” iban (6.57 Jofre: hace referencia a iban), el verbo elidido del compuesto “toca [anar]” toca [ir]. En este punto se produce una operación interesante: para dar cuenta de la aparente contradicción que representa que el CR “hi” aparezca antes el verbo y no después, los alumnos se remiten de nuevo a la primera aparición del verbo “anar” ir en la oración inicial “*Hi anaven a l’aula que els *hi tocava”, de la cual han eliminado el primer pronombre (6.57 Jofre: el primer hi lo hemos eliminado) de tal manera que la oración que discuten ahora es “Anaven a l’aula que els *hi tocava”, en la que efectivamente “anar” ir ya aparece linealmente antes del pronombre “hi” (6.57 Jofre: anaven | a l’aula | que els hi tocava iban al aula que les tocaba). Puede confirmarse, pues, que la función (de CR) que atribuían a este término “hi” no entra ya en contradicción con uno de sus rasgos (aparecer en posición postverbal) porque en la cadena de palabras de la oración primero encontramos “ir” y después “hi” (6.59 Jofre: és anar-hi es ir, 6.61 Jofre: anar-hi | a l’aula | és complement de règim ir al aula es complemento de régimen). En resumen, este razonamiento apunta a determinar como verbo rector de “hi” el primer verbo “anar” ir y no el segundo verbo “anar” ir (elidido y parte de una perífrasis) en la oración “Anaven a l’aula que els *hi tocava [anar]” Iban al aula 229 que les tocaba [ir]”. Esto, sin embargo, contradice la argumentación (iniciada antes también por este mismo alumno) sobre “hi” como CR del verbo elidido “anar” ir, justamente una idea sobre la cual todos estaban de acuerdo y que precisamente ha generado la duda sobre si el pronombre iba antepuesto o no. La iniciativa de este alumno permite ampliar la perspectiva con la que se observa la oración y situarla en relación al anterior, integrando una idea que ya ha sido dicha: la necesidad de eliminar el pronombre “hi” inicial (“*Hi anaven a l’aula” Iban al aula). Anteriormente se ha defendido que “hi” es CR de “anar” ir en la expresión “que els hi tocava [anar]” que les tocaba [ir]. Quizás implícitamente está diciendo que las dos formas de “anar” ir son el mismo verbo (una idea que el Grupo I también ha defendido). • SSM 3.2: Oración subordinada Esta subsecuencia metalingüística consta de 2 turnos. Identificamos 3 enunciados metalingüísticos, los 3 de naturaleza formal. Estos enunciados se centran en la noción de oración subordinada y se enmarcan en 4 episodios argumentativos que forman 1 secuencia argumentativa. EA SA EM Núm. Reactivo Aditivo 1. Diverger - Naturaleza P S F X 2. - Expandir - - X 3. - Expandir - - X 4. - Aceptar - - - I Enunciado 6.62 Arnau: hi ha el que hay el que 6.62 Arnau: aquesta frase és una oració subordinada esta frase es una oración subordinada 6.62 Arnau: aquesta depèn de l’altra esta depende de la otra 6.63 Pere: [doncs ja està] pues ya está SA: Secuencia Argumentativa; EA: Episodio Argumentativo; EM: Enunciado Metalingüístico; P: Pragmática; S: Semántica; F: Formal La presente subsecuencia metalingüística desarrolla la idea iniciada en la subsecuencia anterior relativa a la existencia de una oración subordinada. Efectivamente, en la SSM 3.1 anterior el alumno apunta al contexto oracional donde aparece el pronombre discutido y a su naturaleza sintáctica, con un turno que no pasa de movimiento (6.60 Arnau: ¡les tocaba es una oración subordinada!). Ahora expande esta idea (6.62 Arnau: esta frase es una oración subordinada), explicándola (6.62 Arnau: esta depende de la otra), con un movimiento de divergencia a la vez de tipo explicativo (6.62 Arnau: hay el que). No identifica, sin embargo, qué derivaciones puede tener este hecho más allá de constatarlo y a pesar de que se trata de una observación muy pertinente que presumiblemente habría podido llevar a algún tipo de razonamiento referido por ejemplo a los dos puntos siguientes: si “hi” va antes del verbo “anar” ir o no, y si hay que entender “hi” en relación al primero o al segundo verbo “anar” ir en la oración que se discute “Anaven a l’aula que els hi tocava [anar]” Iban al aula que se los tocaba [ir]. 7.3. El EJE 2 230 El Eje 2 aborda la exploración de los diálogos de cada grupo. Empezaremos por el Grupo I (Diálogos 1 y 4), seguidamente abordaremos los diálogos del Grupo III (Diálogos 3 y 6) y acabaremos con los del Grupo II (Diálogos 2 y 5). De cada diálogo haremos unas consideraciones generales, la descripción de algunos aspectos relevantes del razonamiento metalingüístico seguido, una identificación de aspectos de tipo argumentativo y la relación que establecemos con el otro diálogo del mismo grupo o con el diálogo de otro grupo. 7.3.1. Grupo I: Diálogos 1 y 4 El Grupo I aborda en el Diálogo 1 la oración “Dalí pintó aquel retrato de Lincoln” considerándola de dificultad baja y focalizando la atención en el complemento del nombre “de Lincoln”. Genera una discusión que queda atrapada principalmente en la identificación contradictoria del elemento mencionado: para unos “de Lincoln” es CD y para otros es CI. Como hemos visto, sólo esta última posición se justifica mínimamente (sería CI porque expresa “de quién”), aunque nunca a partir de una actitud exploratoria conjunta en la que se pongan en crisis las propias posiciones ni indagando sobre las posiciones propuestas por los compañeros. La conversación, inicialmente rígida, es progresivamente más versátil gracias a la capacidad de una de las alumnas (Sònia) de poner en entredicho tanto las propias observaciones como las de los compañeros y de hacerlo con conciencia de la necesidad de buscar justificaciones claras y abrir un espacio más indagador y negociador. Esto lleva a los alumnos a resituar los elementos unos en relación a los otros (uno de los objetivos de la secuencia) por la vía de identificar dos puntos de referencia, la oración y el verbo. Inicialmente la discusión aborda la noción de función sintáctica sin tomar como punto de referencia ni la oración ni el verbo, aunque cuando es justamente la oración y el verbo aquello que acapara la atención no se llega a hacer un retorno a los elementos observados. Podríamos decir que en uno y otro caso los alumnos se sitúan en un estadio declarativo y no pasan al estadio explicativo. Estos puntos de referencia no servirán para un retorno de tipo explicativo al fenómeno analizado, ya sea la función que se discute (sobre todo CD y CI, pero también CC o sujeto) ya sea el perfil argumental del verbo (que podría llevar a diferenciar un complemento del nombre de un argumento verbal). Recordemos que la demanda de la actividad era elegir una de las oraciones que habían analizado previamente considerada fácil y decir por qué la consideraban así. a) Los nombres eventivos La secuencia presenta la identificación del verbo como el primer paso para observar la casuística oracional. En apariencia identificar el verbo es fácil, pero el diálogo de estos alumnos muestra que no siempre es así puesto que podemos interpretar un constituyente como argumento de un predicado nominal, de tal manera que la entrada semántica tiene que combinarse con la entrada formal. Cuando los alumnos identifican “de Lincoln” como un argumento están situados en este último supuesto: atribuyéndole sin embargo la función de CD o de CI muestran que su intuición semántica no tiene instrumentos para separarse de un enfoque formal. 231 Ciertamente “de Lincoln” no es ni acusativo ni dativo y, si bien se trata de una interacción argumentativa pobre y básicamente disputativa, desde el punto de vista del contenido los alumnos no van desencaminados si nos fijamos en el plano semántico y concretamente en el nombre eventivo “retrato”. Los nombres eventivos se caracterizan por disponer de estructura argumental (ya sea heredada del verbo -como en los nombres deverbales- o no –por razones morfológicas, como en el supuesto que nos ocupa-; Martí, 2002). “Retrato” expresaría los argumentos de agente y paciente respectivamente (El retrato [de Dalí] [de Lincoln]) tal como también lo hace el verbo “retratar” ([Dalí] retrata [a Lincoln]). Así, podemos interpretar que los alumnos interpretan “de Lincoln” en relación al nombre “retrato” y no en relación al verbo “pintar” como podrían hacer pensar los términos empleados de “complemento directo” y “complemento indirecto”. El uso de estos términos vendría dado por la confusión de los escolares (cf el capítulo sobre los conceptos gramaticales de los escolares) entre conocimiento intuitivo, declarativo y procedimental. En el supuesto que nos ocupa creemos que se trata de una confusión de raíz terminológica en la que se identifica “paciente” con acusativo/dativo. Un razonamiento que podría dar cuenta de la gran relevancia dada al perfil argumental del nombre “retrato” y no al del verbo “pintar” apuntaría a la estructura oracional con verbo ligero, un tipo de verbo caracterizado por no tener estructura argumental (Rosselló, 2002) y que en este caso podría ser “hacer” en “hacer un retrato”. La presencia residual de “pintar” podría explicarse por el solapamiento del predicado nominal y de la estructura oracional con verbo ligero: (i) “Dalí pintó aquel retrato de Lincoln” o pintar [alguien] [un retrato [de alguien]] (ii) “Dalí hizo aquel retrato de Lincoln” o hacer [alguien] [un retrato [de alguien]] (iii) “Dalí hizo un retrato a Lincoln” o hacer [alguien] [un retrato] [a alguien] (iv) “Dalí retrató Lincoln” o retratar [alguien] [(a) alguien] Efectivamente, mientras que la oración que aparecía en la actividad era la (i), los indicios apuntarían a que en realidad los alumnos están pensando en (iv), con lo cual lo que en la primera oración se presenta en forma de complemento del nombre (“de Lincoln”), en realidad es concebido como elemento afectado por este nombre, que resulta ser eventivo (“retrato”). Esta confusión sería lo que explicaría la disputa que desarrolla el grupo alrededor de las funciones CD y CI. b) Contenido metalingüístico rico, interacción argumentativa pobre En cuanto al contenido argumentativo, este diálogo es muy rígido y toma el aspecto de una discusión coloquial pobre, poco interactiva y desde el punto de vista educativo aparentemente poco interesante, parecida a la discusión de un grupo de personas que no se pone de acuerdo en la solución de un problema. Pero desde el punto de vista metalingüístico y en relación a la perspectiva semántica y léxica de nuestra secuencia podemos interpretar el error de los alumnos como un acierto parcial, dado que se muestran sensibles 232 a la estructura argumental (tal como hemos justificado), un contenido de enseñanza de la secuencia didáctica en cuyo seno se da este diálogo. Interpretamos esto como un aprendizaje. La carencia de repertorio metalingüístico de tipo semántico lleva a los alumnos a emplear términos formales, a no superar la confusión entre funciones sintácticas y semánticas, y a no distinguir claramente el predicado nominal y el verbal. Esto se ve acentuado por la interacción argumentativa pobre. Parece claro, sin embargo, que una perspectiva semántica en la enseñanza gramatical puede llegar a dar salida a estas intuiciones de los alumnos y que, por lo tanto, podemos interpretar la insistencia que muestran en la propia intuición, y a la vez la imposibilidad de desarrollarla, como una prueba a favor de la necesidad de nuestro enfoque, que además de proporcionar instrumentos semánticos a los alumnos también aporta instrumentos interpretativos al profesor y al investigador. Hemos argumentado, asimismo, que las posiciones (divergentes) defendidas en la conversación se relacionan con la perspectiva semántica adoptada en la secuencia, así como con la necesidad de ampliar el repertorio metalingüístico. Se trata de un diálogo caracterizado por la sucesión de temas en una dinámica básicamente acumulativa y disputativa. Efectivamente, por un lado se suceden aportaciones con poca o ninguna relación con las anteriores, y por otro lado la discusión se limita a encadenar episodios reactivos sin episodios aditivos que los desarrollen. Los alumnos mostrarían conciencia del perfil argumental de un predicado pero incapacidad para desarrollar esta conciencia por el hecho de que se trata de un nombre eventivo (es decir, de un predicado nominal). En este sentido interpretamos que a través de una interacción más colaborativa el grupo habría podido crear un discurso argumentativo más rico, que a su vez habría revertido en el contenido metalingüístico haciéndolo menos rígido sin que necesariamente esto implicara llegar a la solución. Los alumnos se muestran rígidos, no modifican sus planteamientos o los modifican poco a pesar de los intentos que hemos identificado tendentes a redimensionar las posiciones y a indagar hacia nuevos razonamientos. El interrogante que nos planteamos es si una interacción más rica y abierta permitiría al grupo avanzar en su indagación. Una posible respuesta afirmativa a esta cuestión la encontramos en el Diálogo 4, en el que los alumnos del mismo grupo desarrollan efectivamente un diálogo mucho más rico e integran nociones y perspectivas diversas, a pesar de tratarse de la respuesta a una actividad más compleja. Interpretamos este diálogo como un avance en la capacidad de autoregulación metacognitiva de los alumnos, en su proceso de construcción del conocimiento metalingüístico. c) Retroalimentación entre habla exploratoria y contenido metalingüístico En el Diálogo 4 los alumnos tienen que discutir sobre la validez de la combinación “els hi”. La interacción que se desencadena tiene claramente dos partes: una primera parte de tipo acumulativo (en la que parece que los alumnos quieran evitar el diálogo disputativo del Diálogo 1) y una segunda parte en la que se indaga sobre la naturaleza del pronombre observado desde la perspectiva primero semántica y después formal. El salto entre una parte y la otra representaría una presencia desigual de las nociones trabajadas en la secuencia. Efectivamente, en el contraste acumulativo inicial los alumnos se 233 remiten a nociones diversas, muy atomizadas entre ellas y sin solución de continuidad, y ponen así sobre la mesa que la situación de diálogo por ella misma no es suficiente para galvanizar las diversas aportaciones y dotarlas de sentido. Sin embargo la segunda parte apunta a caracterizar el pronombre observado de manera colaborativa y rica con las dos argumentaciones mencionadas de cariz semántico (coreferencia) y formal (distribución complementaria). A continuación describiremos e interpretaremos estas dos líneas. • La perspectiva semántica En un primer momento, observando el fragmento inicial “*Hi anaven a l’aula” Iban al aula una de las alumnas considera que hi = ellos, por la simple vía del intercambio. Centrados ya en el segundo fragmento (“que els *hi tocava” que les tocaba), desarrollan una argumentación semántica. Establecen una conexión entre el segundo pronombre “hi” (a partir de ahora hi2) y el primero (a partir de ahora hi1) en la oración “*Hi anaven a l’aula que els *hi tocaba”, por la vía de la coreferencia: los dos elementos tendrían el mismo referente “a ellos”, que identifican como CI. Interpretamos esta observación como una intuición sobre el perfil semántico que el verbo “tocar” toma en el sentido de “caer en suerte” (DRAE). Conectando ahora con la observación realizada en relación a hi1 y “ellos” como elementos intercambiables, se recurre ahora a la noción de elisión: si “ellos” se puede elidir, también lo puede hacer hi1, y si hi1 se puede elidir también lo debe poder hacer el elemento correferente hi2. La secuencia sería hi1 = ellos, hi1 = hi2, ellos = elisión, hi1 = elisión, hi2 = elisión. El resutado ahora es la oración normativa “Ells anaven a l’aula que els tocava” Ellos iban al aula que les tocaba. Esta última operación, sin embargo, no se realiza, después de alguna vacilación. La chica mantiene hi2 dando una solución parcialmente correcta: “Anaven a l’aula que els hi tocava” Iban al aula que les tocaba e interpretamos que lo hace por el peso dialectal de la forma plural “els”, que en dialecto se pronuncia [‘əlzi] y se soluciona equívocamente con la forma ortográfica “els hi”. En este razonamiento interviene también aunque de forma tangencial otra compañera (Gemma), que no consigue completar la oración cuando sustituye por la expresión referencial “los alumnos” tanto hi1 como hi2: “Los alumnos iban al aula que a los alumnos (tocaba)”. Esta imposibilidad de acabar la oración la hemos interpretado en relación al orden canónico de los elementos, según el cual en realidad tendríamos “Els alumnes anaven a l’aula que tocava als alumnes” Los alumnos iban al aula que tocaba a los alumnos. Este intercambio de Gemma responde a la intuición para establecer una coreferencia entre hi1 y hi2. Como decimos esta intuición no respeta ni la pertenencia paradigmática ni el hecho de ocupar el mismo espacio estructural. El primer punto fue trabajado explícitamente en la SDG pero no el segundo. Este último no fue trabajado desde el punto de vista de las representaciones gráficas arbóreas pero sí desde el punto de vista de los elementos dislocados, que explicarían parcialmente el fenómeno observado: hi1 no es correcto porque es correferente con un elemento no dislocado (en castellano sería algo así como *Iban al aula allí, donde allí = al aula), pero en cambio no se explica en relación a esta noción de elemento dislocado la imposibilidad de intercambiar “ellos” por “hi”. 234 En conclusión, creemos que la clave para entender este fragmento es el verbo “tocar” en el sentido ya mencionado de “caer en suerte” (DRAE), con una estructura como la de los verbos psicológicos de la llamada clase C (como “gustar”) (Rosselló, 2002), habitualmente con el dativo-experimentador en posición inicial y el nominativo-tema postpuesto. Esta peculiar estructura argumental y sintáctica condicionaría el razonamiento de los alumnos sobre los pronombres, que tendría un sustrato semántico (hi1 equivale a hi2) expresado en términos formales (CI, elisión, distribución complementaria...) y pragmáticos (“me suena bien”, que interpretamos como un reconocimiento de los propios usos). • La perspectiva formal En cuanto a la argumentación formal, se propone intercambiar la forma observada hi2 de la combinación “els hi” donde se integra, por “li” le, un pronombre del mismo paradigma. En relación a este intercambio es interesante observar cómo se integran las perspectivas formal (identificación de dos elementos en relación de distribución complementaria) y semántica (la sensibilidad dialectal permite al alumno concebir como semánticamente equivalentes dos pronombres, uno en la forma singular y otro en la forma plural). Las compañeras del grupo coinciden en no aceptar este razonamiento, que es desestimado tanto semánticamente (el intercambio modifica el significado: “li” le es singular y “els hi” les es plural) como formalmente (el plural de “li” le no es “lis”). En esta respuesta hay un decalaje respecto de las perspectivas formal y semántica trabajadas y a pesar de que desactiva un razonamiento válido debemos considerar este breve pasaje como muy significativo. Esta intervención es de una naturaleza muy diferente: para el alumno “els hi” equivale a “li” le. Es interesante porque “repetitivo” para el alumno lo es hi1 en “*Hi anaven a a l’aula”, pero no hi2 en “que els hi tocava”. Esto sitúa la observación del alumno no en la coreferencia interfràstica según la cual hi1=hi2 sino en la coreferencia intrafràstica (algo que no acaba de formular-se: hi1=en el aula). Según esto, hi1 estaría repetido, y efectivamente lo está porque el sintagma no está dislocado. Pero hi2 no lo estaría: efectivamente, puesto que forma parte de la forma dialectal [‘əlzi] de dativo plural. Podemos decir en este sentido que el alumno abre dos espacios nuevos: (i) la distribución complementaria entendida como una operación formal, que tiene que respetar unos requisitos, y (ii) la coreferencia intrafràstica, en la que hi1 sería correferente con un elemento no dislocado y esto convertiría a la oración en incorrecta. El alumno no se da cuenta del intercambio de lo que en apariencia son dos formas pronominales por una, una confusión que el grupo ha mantenido hasta ahora. En la secuencia metalingüística final se vuelve a la noción de coreferencia tal como la hemos descrito más arriba. c) Ideas finales del contraste entre los dos diálogos del Grupo I Lo que hemos visto en el segundo diálogo del mismo grupo, tomado de una actividad final, es que a través de una interacción más colaborativa el grupo ha creado un discurso argumentativo más rico y esto ha hecho que el contenido metalingüístico fuera más dúctil. A pesar de que los alumnos no llegan a la solución final, sí integran un repertorio más amplio de conceptos semánticos, pragmáticos y formales. Interpretamos en este sentido el habla 235 exploratoria como causa y consecuencia a la vez de este mayor repertorio: por un lado, los alumnos usan más conceptos y hablan de más fenómenos, vinculándolos entre sí; por otro lado, una mayor cooperación y una actitud más versátil colabora a esta integración de conocimiento gramatical. El grupo maneja unas nociones complejas (distribución complementaria, coreferencia, función, elisión...), de naturaleza diversa (pragmática, semántica, formal), que han sido trabajadas en grados diversos en la secuencia desarrollada en el aula. Generan así un “itinerario argumentativo” en el que se cruzan los niveles formal (distribución complementaria, elisión), semántico (coreferencia) y pragmático (contraste con los propios usos). Los alumnos intentan ser cooperativos: recogen las ideas que van aportando e intentan integrarlas en un modelo explicativo coherente. Esto sería propio del habla exploratoria, a pesar de que lógicamente hay muchos pasos en sus razonamientos que llevan a una integración incompleta y equívoca. Podríamos decir que esta integración se produce por aluvión a medida que avanza la conversación, con un nivel bajo de conciencia metacognitiva que hace que no se contraste suficientemente su funcionamiento. El grupo ha defendido la conveniencia de eliminar una de las dos formas “hi” defendiendo repetidamente su relación de coreferencia en vez de buscar la pertinencia en el nivel local intrafrástico. Curiosamente, estos aspectos (normativos, dialectales, idiolectales, de interferencia, de cambio de código, etc.) pueden observarse en la propia habla de los alumnos al razonar los problemas. Observamos, por ejemplo, el enunciado 4.56: “podríem prescindir d’ell podríamos prescindir de él”. Se trata de una estructura incorrecta que revela una alumna no catalanohablante: la estructura correcta en catalán sería “Podríem prescindir-ne”, con un partitivo inexistente en castellano. Esto revela una intuición lingüística poco cercana probablemente al uso dialectal de “els” [‘əlzi] les y que quizas permita razonar mejor la solución normativa “els” [əls] les. La dificultad existe en este sentido tanto para los catalanohablantes que tienen incorporada en su habla formas tanto dialectales como propiamente normativas, como para los no-catalanohablantes que necesariamente tienen que razonar aquellas formas dialectales y normativas. La intervención didáctica tiene que encontrar las fórmulas y los equilibrios para que el decalaje entre la sensibilidad de unos y otras ante determinadas formas dé paso a un diálogo exploratorio rico. Hemos contrastado el Diálogo 4 con el precedente, el Diálogo 1, y hemos visto que a pesar de que la actividad es mucho más compleja, la interacción es mucho más grande y el repertorio de nociones metalingüísticas más rico. Estos dos puntos se relacionan directamente con el trabajo de fondo de la secuencia consignado de manera muy expresa en el material de consulta: una actitud indagadora y negociadora, y una reflexión metalingüística sobre los fenómenos oracionales de base léxica y semántica. Interpretamos este punto como un progreso que acerca la reflexión grupal al habla exploratoria. ¿Qué sucede en los diálogos de los demás grupos? Consideramos que en el diálogo que acabamos de analizar se encuentran aspectos que el Grupo 3 aborda ya en su diálogo inicial. 7.3.2. Grupo III: Diálogos 3 y 6 El Grupo III en el Diálogo 3 intenta caracterizar la oración “En l’ecologisme? Hi crec bastant” ¿En el ecologismo? Creo bastante en él, 236 considerada difícil, por la vía de interrogarse sobre la naturaleza del elemento tematizado. Este diálogo muestra cómo los alumnos integran de forma creativa y exploratoria conocimientos básicos trabajados a lo largo de la secuencia y generan un itinerario argumentativo propio a partir de una noción aparentemente secundaria como la de “posición de un complemento” para explorar la función objeto de reflexión (CR). La noción de posición dará entrada progresivamente a la complejidad de la oración integrando nociones diversas (pronombre, concordancia, tematización en la expresión oral y orden canónico) y perspectivas (forma, significado y uso) vinculadas al fenómeno observado. Estos contenidos no aparecen atomizados sino que los alumnos los relacionan estrechamente y los contrastan entre ellos para buscar su pertinencia en relación al objeto observado, objeto que no pierden nunca de vista. a) El CR como concepto paraguas Los alumnos desarrollan una argumentación focalizada en el elemento tematizado “En el ecologismo”, que es considerado complemento de régimen (CR). Como hemos visto un alumno hace referencia a la pronominalización de este elemento (obligatoria en catalán), pero la reflexión que constituirá el punto de partida para el resto de la argumentación es la posición canónica de CR en contraste con su posición en esta oración. Así, la noción en juego no será propiamente la de CR, sino uno de los rasgos que la definen, el de posición, poniendo sobre la mesa que los alumnos se encuentran ante una macronoción o “noción paraguas” definida por varios rasgos o micronociones. Parece que esta micronoción les va a permitir articular su discurso de lo simple a lo complejo. La discusión sobre si el CR va delante o detrás plantea la necesidad de establecer un punto de referencia para la posición así como cuál tiene que ser este punto de referencia, que en un primer momento se identifica con el sujeto y en un segundo momento con el verbo. El orden canónico de los elementos implicará una transformación de la oración que se está explorando y una consideración del papel del pronombre una vez el elemento tematizado “vuelve” a su espacio natural postverbal. Esta operación hace plantear al grupo los rasgos de este elemento, descartando la concordancia y subrayando su carácter móvil. Ellos además usan el calificativo de “simultáneo”, quizás por su coreferencia con el pronombre “hi”. Llegados a este punto, el grupo aborda implícitamente el sentido de esta posición nocanónica haciendo referencia a cuestiones expresivas propias del oral, concretamente la actitud pensativa del hablante, la demanda u oferta de aclaración, y la expresión de la opinión en textos escritos. Es decir situándose de lleno en el plano pragmático sin perder de vista a la vez el plano semántico y el plano formal: por un lado semánticamente identifican el elemento como necesario para el significado del verbo, y formalmente constatan que este fragmento no tiene verbo por lo que no puede tratarse de una oración. b) Argumentación y conciencia metalingüística En relación al Diálogo 4 (Grupo I) hemos observado cómo la indagación del grupo se articulaba a partir de unas nociones básicas (coreferencia, función y perfil semántico) y parece que esto también sucede en el diálogo que nos ocupa. Efectivamente, en el Diálogo 3 una noción básica (posición) permitirá integrar en un discurso exploratorio el resto de nociones a las que se hace 237 referencia: orden canónico de los elementos, pronominalización, repetición, coreferencia y tematización. Si por un lado interpretamos la estrategia empleada en uno y otro diálogo como propia de una construcción exploratoria del conocimiento metalingüístico, entre un diálogo y el otro identificamos una diferencia referida al grado de conciencia que muestra el grupo en la integración de estas nociones. En el Diálogo 4 el grado de conciencia metacognitiva es bajo. El grupo en ningún momento se cuestiona la bondad de la argumentación que va tejiendo y esto se debe a la falta de conciencia sobre la tensión entre la oración tal como se presenta y las nociones oracionales en abstracto. Podemos observar esto en el intercambio entre “hi” y el pronombre elidido “ellos” en la oración “Ells anaven a l’aula aque els hi tocava”. El grupo da por buena esta operación porque en apariencia resuelve el problema de la presencia repetitiva del pronombre inicial “hi”. Sin embargo, muestra así una falta de conciencia tanto de la estructura de la oración que observan (con la concurrencia incorrecta del pronombre y su referente) como de la operación de distribución complementaria (dos elementos no pueden intercambiarse si no comparten un conjunto de rasgos), aunque no es menos cierto que esta repetición les causa extrañeza. Contrariamente, en el Diálogo 3 la integración de nuevas nociones para explicar el fenómeno observado se realiza con un grado más elevado de conciencia metacognitiva. La interacción avanza integrando nuevas nociones y perspectivas, pero retorna periódicamente sobre lo que se ha dicho por la vía del contraste entre los elementos de la oración tal y como se presentan y las nociones en abstracto a las que se hace referencia. Un ejemplo de esto es el inicio mismo del diálogo, en el que los alumnos observan el CR de la oración y focalizan la atención en uno de los atributos de esta función: la posición. El diálogo se desarrolla en la tensión entre el objeto concreto observado (el CR se presenta dislocado delante del verbo) y los rasgos oracionales en abstracto (en un orden canónico el CR iría pospuesto al verbo) y esta tónica se irá manteniendo a lo largo del diálogo, con una secuencia metalingüística final de síntesis. Como ya hemos hecho notar, se retorna sobre tres núcleos temáticos aparecidos con anterioridad, que permitirán validar la consideración de CR del elemento observado. Los tres núcleos son la posición del elemento y el rasgo de oralidad de la oración, el contraste entre orden canónico y no-canónico, y el desplazamiento del elemento a posición postverbal. Mientras que en el Diálogo 4 la carencia de contraste y validación del razonamiento metalingüístico convierte las nociones de partida (coreferencia, función y perfil semántico) en meros desencadenantes de este razonamiento, la noción de partida del Diálogo 3 (posición) constituye un organizador de este razonamiento por la vía del contraste entre los rasgos que se van integrando (y sus características en abstracto) y los elementos oracionales tal como se presentan. En el primer caso el razonamiento se desarrolla en aluvión; en el segundo caso el razonamiento se construye y se organiza por la vía de matizar, pulir, reformular o descartar las nociones propuestas. c) Razonamiento metalingüístico y aprendizaje Un aspecto interesante del contraste entre estos dos diálogos constituye el momento en el que se produce cada uno de ellos, una consideración que no es menor por cuanto la perspectiva cronológica nos indica el adelanto 238 experimentado por cada grupo, tanto en relación a si mismo como en relación a los demás. Tal como ya hemos observado, el contraste entre los Diálogos 1 y 4 es una clara muestra del avance del Grupo I entre la actividad inicial y la final, desde el punto de vista de la riqueza argumentativa y de las nociones metalingüísticas que se ponen en juego. Por su parte, el contraste entre los Diálogos 4 y 3 nos muestra cómo es este último el que lleva más lejos los principios trabajados en la secuencia, relativos tanto al habla exploratoria como a la integración de las nociones gramaticales, siendo especialmente relevante que se trate de un diálogo relativo a la actividad inicial. Observamos, pues, que lo que hemos identificado como un gran avance en el aprendizaje en el Diálogo 4 del Grupo I en la actividad final, es justamente el punto de partida del Grupo III en el Diálogo 3 de la actividad inicial. Nos interesa ahora observar en qué sentido este último grupo resuelve el problema relativo a la fase final de la secuencia, el Diálogo 6. e) Tensión e integración de perspectivas En el Diálogo 6 los alumnos tienen que determinar si el pronombre “hi” se emplea correctamente en la oración “Hi anaven a l’aula que els hi tocava” y se centran especialmente en la segunda aparición de esta forma (“els hi”). El diálogo se caracteriza por una voluntad muy compartida de integrar en un flujo común las diversas aportaciones, en la línea de lo que el mismo grupo hace ya en el Diálogo 3, con múltiples intervenciones expansivas que buscan justificar la bondad y la pertinencia de las aportaciones, ya sean “pensamiento en voz alta” ya sean razonamientos desarrollados colaborativamente. En esta conversación altamente exploratoria y colaborativa los alumnos aúnan e integran fuertemente las perspectivas semántica (coreferencia, perfil argumental, rección y significado), formal (elisión, función) y pragmática (ámbitos de uso, tematización). ¿Continúa operando la tensión entre los elementos de la oración concreta y los rasgos en abstracto de la oración que se observaba? En apariencia no funciona, si observamos el razonamiento sobre la posición del CR, justamente uno de los rasgos explorados también en el Diálogo 3. En ese momento hemos visto que esta tensión ha permitido resolver el conflicto que suponía la posición preverbal del CR. A través de caminos variados (como la transformación, la coreferencia, el orden canónico o la dislocación por cuestiones pragmáticas) los alumnos han acabado resolviendo el aparente desencaje entre el rasgo postverbal habitual del CR y el espacio preverbal que ocupa en la oración observada. En el Diálogo 6 reaparece este desencaje respecto a una forma identificada como pronombre de CR. En esta ocasión la casuística es más compleja, puesto que no se trata de un verdadero pronombre sino de un morfema de dativo para la forma dialectal de dativo plural [‘əlzi] (ortográficamente resuelta de forma equívoca con “els hi”). Los alumnos desarrollan una compleja argumentación semántica y formal para justificar la necesidad de “hi”. Cuando la argumentación indaga la noción de CR, surge como había pasado en el Diálogo 3 el interrogante sobre el espacio preverbal que ocupa el pronombre considerado CR; a pesar de que aparentemente los alumnos no muestran conciencia de la tensión entre el rasgo en abstracto y los elementos de la oración observada, el diálogo sugiere una cierta conciencia de ello por cuanto contrastan la oración tal como se nos presenta y la oración tal 239 como “es”: la oración tal como es implica según los alumnos la elisión de un verbo “ir” que formaría un supuesto complejo con “tocar” quedando “toca ir”, probablemente derivada de la perífrasis “toca hacer algo”. Es evidente que en el Diálogo 3 llegan a deducir correctamente por la vía de las diversas operaciones mencionadas (transformación, etc.) la oración canónica: de “En l’ecologisme? Hi crec bastant” ¿En el ecologismo? Creo bastante en él pasan a “Crec bastant en l’ecologisme” Creo bastante en el ecologismo. Esta operación en la oración que nos ocupa (“Hi anaven a l’aula que els hi ticava”) no se da, no hay una transformación que resitúe el elemento considerado CR a la posición postverbal. Lógicamente se trata de fenómenos diferentes. Mientras que en la primera oración lo que se desplaza es el elemento foco de atención (el SP “En el ecologismo”) en esta ocasión el elemento foco de atención es justamente la forma pronominal “els hi” les, que tiene más movilidad: aparece delante pero también puede aparecer detrás de una forma verbal compuesta. Justamente si consideran que es regido por “ir” no debería haber problemas para considerar la posibilidad de posponerlo: “els tocava anar-hi” les tocaba ir (allí). Sin embargo hay resistencias para realizar esta operación y la argumentación va hacia otro lado. Interpretamos las siguientes resistencias como sigue: “els tocava anar-hi” les tocaba ir (allí) provendría de “els hi tocava anar” les tocaba ir y este fragmento oracional provendría de una oración subordinada “que els hi tocava anar” que les tocaba ir en realidad más breve “que els hi tocava” que les tocaba. A pesar de que los alumnos pueden argumentar que “hi” es un pronombre que puede funcionar como CR, y que el verbo “ir” rige CR, no pueden posponer el pronombre a la forma compuesta ni pueden llenar el espacio postverbal con un SP (que sí que identifican como “a l’aula” al aula) porque este pronombre no es de CR. Sin embargo no son conscientes de ello e indagan en otra dirección. En realidad sí que ocupa un espacio postverbal, respecto del primer “ir” puesto que se trata de “Anaven a l’aula que els hi tocava (anar) “Iban al aula que les tocaba (ir)”. Mientras que los alumnos han eliminado hi1 mantienen hi2. En este momento conectan el primer verbo “ir” con el segundo (una operación lógica, si decían hasta ahora que “hi” estaba regido por el verbo “ir”), asimilando implícitamente el primer “ir” con el segundo “ir”. Si son el mismo verbo son también el mismo pronombre el primero “hi” (eliminable porque debe ir pospuesto) y el segundo (un pronombre propio de CR). Esta operación de coreferencia, por otro camino mucho menos sofisticado, también lo realiza el Grupo I en el Diálogo 4, como hemos visto. Los alumnos dan por buena esta idea, sin acabar, pues, de ver que se trata de un “falso” pronombre “hi”. f) Ideas finales del contraste entre los dos diálogos del Grupo III Hemos observado las concomitancias y las divergencias entre los dos diálogos de esta última actividad, el Diálogo 4 y el Diálogo 6, así como el hecho que ya en el diálogo de la actividad inicial del Grupo III (el Diálogo 3) se observaba un desarrollo de la interacción integrador. Los alumnos desarrollan el diálogo en un sentido rico, dúctil y amplio, integrando las diversas nociones abordadas. Mientras que el Diálogo 4 como hemos dicho es por aluvión, en el Diálogo 3 el proceso es más articulado, a partir de referencias al perfil semántico del verbo (con operaciones de distribución complementaria, paradigma y función) y la necesidad de cumplir el criterio “un pronombre – una función” (con las nociones de elisión, posición y coreferencia). Observaremos 240 ahora qué sucede en el Diálogo 5, del Grupo II, el cual será contrastado posteriormente con el Diálogo 2 inicial del mismo grupo. 7.3.3. Grupo II: Diálogos 5 y 2 En el fragmento que observamos los alumnos focalizan inicialmente la atención en el primer “hi” y posteriormente en el segundo, que constituye el objeto de observación de nuestro análisis. Como hemos visto, en este diálogo se da un conflicto de sensibilidades dialectales. Por un lado, el alumno catalanohablante muestra gran conciencia de la aceptabilidad de la forma discutida. Por otro lado las dos alumnas castellanohablantes se centran en una argumentación de tipo formal (intercambio, orden de elementos, paradigma) y semántico (coreferencia) para descartarla inicialmente (a pesar de que al final lo aceptan). La tensión se resuelve a favor de la oración “Anaven a l’aula que els hi tocava” Iban al aula que les tocaba (eliminación del primero y preservación del segundo), en consonancia con el dialecto. La reflexión desencadenada no responde a la naturaleza del fenómeno pero constituye un esfuerzo para sintetizar los diversos razonamientos que se han puesto en juego y para dar cuenta de una solución dialectal finalmente sentida como válida por dos de los alumnos. a) Intuición, forma y semántica El diálogo fluctúa inicialmente entre una consideración del fenómeno intuitiva, una perspectiva formal y una perspectiva semántica. La consideración intuitiva no llega a desarrollar una argumentación metalingüística hasta el final del diálogo, como hemos visto, y es contestada inicialmente con una propuesta de tipo formal. Efectivamente, a través de la distribución complementaria se observa que la forma “els hi” puede sustituirse por “li” le y por “els” les indistintamente. Esta aportación no es desarrollada a pesar de ser muy valiosa, puesto que apunta a una concepción unitaria de las dos formas ortográficas “els hi” (que responden a la forma dialectal [‘əlzi]) y también al hecho de ubicarlas en el paradigma de pronombres de dativo. La conversación avanza seguidamente hacia una dimensión semántica, interrogándose sobre el referente de “hi”, el pronombre sobre el cual versa la actividad. Las respuestas apuntan a dos referentes: “ellos” y “el aula”. En el primer caso hay una sensibilidad hacia el especial perfil argumental de “tocar”, que funciona como el de “gustar”. El experimentador viene expresado por un dativo, del cual “hi” es una parte en su forma dialectal “els hi toca”, que corresponde a la forma normativa “els toca”. La propia dinámica de la conversación exploratoria lleva a sintetizar esta observación con otra: “hi” hace referencia a “els” les entendiéndolo como sujeto. En el inicio del diálogo el grupo considera que el primer “hi” de “*Hi anaven a l’aula que els *hi tocava” es incorrecto porque equivale al sujeto “ellos” (“Ellos iban...”) y “hi” no puede tener nunca la función de sujeto. Los pasos de la argumentación serían: (i) h1 hace referencia a “ellos”, (ii) “ellos” es sujeto, (iii) “hi” no puede hacer de sujeto, por lo tanto (iv) hi1 es incorrecto. Los alumnos no muestran conciencia de estar realizando esta coreferencia entre hi1 y hi2, pero sin duda repiten la misma argumentación, por la cual consideran (correctamente) que el segundo “hi” sobra. El segundo elemento con el que se pone hi2 en coreferencia es “el aula”, mostrando una intuición muy valiosa sobre la estructura de la oración. 241 Efectivamente “Anaven a l’aula que els hi tocava” contiene una oración subordinada en la cual el relativo “que” tiene “l’aula” como antecedente y es sujeto de “tocar”. Es interesante observar que también en el Diálogo 6 (Grupo III), como hemos visto, se hace una referencia a la presencia de la oración subordinada, que tampoco es desarrollada. En este caso, efectivamente, tampoco se desarrolla y se pone hi2 en relación a “a l’aula”, CR de la oración principal. En “Anaven a l’aula que els hi tocava” hi2 sería un CR innecesariamente repetido que podría eliminarse. Este diagnóstico incorrecto lleva a una solución correcta. Esto responde a la intuición de estas dos alumnas castellanohablantes, las cuales se remiten al verbo “ir” como ha hecho también el Grupo III en el Diálogo 6, si bien sin el razonamiento sofisticado de éste (en el que se proponía la existencia de un “ir” elidido). La conclusión es que hay que eliminar hi2 pero no hi1. Esto es contestado desde el planteamiento estrictamente intuitivo que encabezaba el diálogo por parte del alumno catalanohablante, que siente pues como estrictamente propio de sus usos la forma “els hi” les y no el primer uso de “*Hi anaven a l’aula”. En este momento esta intuición sí desencadena una argumentación a favor de la solución propuesta: “Anaven a l’aula que els hi tocava”. Esta argumentación es una inversión de la anterior. En primer lugar hay que mantener hi2 para mantener la expresión del CR (“que els hi tocava”) y en segundo lugar hay que eliminar hi1 para evitar repeticiones (“Hi anaven a l’aula” pasa a ser “Anaven a l’aula”). b) Noción básica y articulación del diálogo En relación al Diálogo 4 hemos visto que la interacción estaba marcada por dos rasgos: el meritorio esfuerzo del grupo para integrar aportaciones diversas, y el poco contraste entre valor de las nociones en abstracto y fenómenos concretos observados. Si bien ya hemos visto que esto precipitaba un discurso de nociones poco articulado, hay que remarcar como una evidencia positiva la identificación por parte del grupo de un punto a partir del cual desarrollar colaborativamente el razonamiento metalingüístico (en este caso la noción básica es la de coreferencia), un rasgo innovador respecto del Diálogo 1 del mismo grupo. En relación a los Diálogos 3 y 6, del Grupo III, vemos que en este grupo se repite también la estrategia de establecer un punto de partida (la posición en el Diálogo 3 y el perfil semántico y las funciones pronominales en el Diálogo 6), que en este caso articula de una manera más nítida la conversación, gracias sobre todo a la capacidad del grupo de integrar las aportaciones y avanzar pero también de someter a revisión y contraste el terreno recorrido. En la interacción que nos ocupa, el Diálogo 5, esta estrategia también se da en relación a la referencia de la forma hi2. En un primer momento varias reflexiones de cariz intuitivo que no cristalizan en ninguna argumentación conviven con una interesante aportación de cariz formal que pone en distribución complementaria “els hi”, “els” les y “li” le. Como ya ha sido dicho, esta reflexión no se desarrollará pero consideramos que tiene una gran relevancia en varios sentidos. En primer lugar, conecta con el perfil semántico del verbo, que formaliza a través del dativo la expresión del experimentador (ya hemos dicho que no se trata del verbo “tocar” transitivo sino de su forma intransitiva con el significado de “caer en suerte”, con la misma estructura que los verbos psicológicos del tipo “gustar”). En segundo lugar, concibe como una forma unitaria la combinación “els hi”. En tercer lugar, se sitúa en un nivel de 242 transformaciones formales más allá del cambio de significado de la oración. Y en cuarto lugar, se trata de la aportación de la alumna académicamente más desaventajada del grupo. La noción básica que acabará organizando el resto de la interacción, sin embargo, será la de coreferencia. Como ya hemos visto, se proponen dos posibles elementos con los cuales “hi” estaría en coreferencia (ellos/los alumnos y el aula) y la secuencia final del diálogo muestra un esfuerzo explicativo para relacionar la coreferencia con el fenómeno observado. Este final del diálogo intenta poner la argumentación desarrollada al servicio de la forma defendida intuitivamente por uno de los alumnos como una solución válida. Consideramos que este diálogo tan rico ya viene prefigurado en el diálogo anterior de este mismo grupo. Podemos interrogarnos ahora, pues, sobre la estrategia seguida en el Diálogo 2. Hemos visto que entre el Diálogo 1 y el Diálogo 4, el Grupo I realizaba un gran cambio, integrando de una manera mucho más intencional aportaciones trabajadas en la secuencia. Hemos visto asimismo de qué manera, en relación al Grupo III, el Diálogo 6 representaba también un adelanto respecto al Diálogo 3: mientras que Diálogo 3 ya prefigura las estrategias que posteriormente en una fase final de la secuencia hará suyas el Grupo I en el Diálogo 4 (una noción gramatical concreta como desencadenante de la reflexión metalingüística), en el Diálogo 6 estas estrategias van todavía más allá: la identificación de la naturaleza obligatoria de la forma “hi” en “els hi tocava” es completada, en cuanto a la segregación entre las dos formas “els” y “hi” con una reflexión metalingüística que parte de la premisa “Una función sintáctica para cada forma pronominal”. Finalmente, en la interacción que nos ocupa del Diálogo 5, vemos también que esta estrategia se repite. En ella la coreferencia organiza la entrada de una gran diversidad de nociones no siempre explicitadas: sujeto, experimentador, elisión, función, oración subordinada y distribución complementaria. Esto sucede en el marco de una indagación que intenta ser integradora, a pesar de desestimar algunas aportaciones muy valiosas, y volver sobre lo dicho para revisarlos y reformularlos. En este sentido, esta actitud integradora y esta exploración metalingüística amplia se anticipa ya en el Diálogo 2 inicial de este grupo. c) Una argumentación contingente e integradora El Grupo 2 explora en el Diálogo 2 la oración “Este verano ha crecido mucho”, considerada de nivel de dificultad bajo. Este diálogo se organiza en la tensión entre las perspectivas formal, semántica y pragmática, de tal manera que conecta plenamente con la perspectiva trabajada en la secuencia, según la cual forma, sentido y uso son una unidad orgánica y representan entradas válidas y complementarias a la complejidad gramatical. Por otro lado, los diversos roles que adoptan los alumnos también conectan con la dimensión dialógica, interactiva y grupal de la actividad, principalmente por las aportaciones del Pau y Rosa, y en menor medida de Eva. Estos dos puntos aparecen estrechamente integrados en la reflexión desencadenada a propósito de la elisión del sujeto y el sentido de la oración. Como hemos dicho este diálogo se organiza a partir de la integración de los planes formal, pragmático y semántico. Se inicia con un razonamiento morfológico plenamente pertinente de Rosa para identificar el sujeto elidido de la oración. Esto lleva a un interrogante de tipo semántico cuando Pau señala que se trata de una oración sin sentido porque no podemos conocer el 243 referente de este sujeto genérico. Rosa, para responder a esta observación, rápidamente pasa de su posicionamiento formal a una perspectiva pragmática que permitirá restituir un contexto de uso para la oración y mostrar que “sí tiene sentido”: por ejemplo, cuando viene un familiar y dice, refiriéndose al pequeño de la casa, “¡Este verano ha crecido mucho!”. La operación adquiere un nivel de abstracción muy elevado que Eva no es capaz de seguir cuando en el término “persona” se solapan las dimensiones gramatical y pragmática. Esta alumna se mantiene firme en la referencia a la persona real para el pronombre “él” en un intento no exitoso de parafrasear el ejemplo propuesto por Rosa, en el cual defiende que la oración sí tiene sentido pues el verbo indica la tercera persona. Cuando Eva dice que efectivamente “él” sólo puede hacer referencia a “persona” Rosa, ampliando el referente de “persona gramatical”, rebate la intervención de Eva defendiendo que una planta es también “tercera persona”: efectivamente, quien “crece” (el verbo en discusión) puede ser tanto una persona como una planta, dos entidades del universo discursivo que son susceptibles de ser “tercera persona”. El rol de Rosa conecta doblemente con el contenido trabajado en nuestra secuencia: por un lado es capaz de adoptar perspectivas diferentes para integrar los fenómenos de elisión, sentido, contexto, sujeto y persona gramatical; y por otro lado adopta estas perspectivas en función del feedback que va recibiendo de sus compañeros. d) Ideas finales del contraste entre los dos diálogos del Grupo II El contraste entre los dos diálogos nos ha mostrado dos aspectos interesantes. Por un lado, el diálogo inicial constituye una entrada formal a la oración: morfología, concordancia, verbo compuesto, pronombre, persona, distribución complementaria y paradigma. Esto permite realizar una argumentación compleja del fenómeno. Por otro lado, esta perspectiva debe ser completada con una mirada semántica y pragmática al fenómeno observado. La necesaria combinación de las tres perspectivas se pone manifiesto porque lo que en apariencia podemos abordar de una manera lógica y formal puede resultar equívoco y difícil para los alumnos. En este sentido, el rol que desarrolla Rosa constituye una síntesis de las nociones trabajadas en la secuencia en cuanto a la dimensión metalingüística y a las pautas de interacción. Su actuación es contingente en relación a las intervenciones de los compañeros, y va situándose en una u otra perspectiva según el curso de la conversación. Por otro lado, en cierto modo esto anticipa al segundo diálogo del mismo grupo, en el cual se pone sobre la mesa la voluntad integradora de las diversas perspectivas y los niveles declarativo (identificar los rasgos de las nociones trabajadas) y explicativo (poner estas nociones al servicio del fenómeno observado). Hemos interpretado este hecho como un progreso dado el mayor grado de dificultad que implicaba la segunda actividad que hemos analizado. 7.4. RESUMEN En el capítulo 7 hemos realizado un análisis detallado de la interacción de los alumnos en pequeño grupo. Lo hemos organizado en dos ejes. El Eje 1 hace una descripción de cada uno de los seis diálogos a partir del modelo de análisis que hemos diseñado y explicado en el capítulo de metodología. Esta 244 descripción, de acuerdo con el modelo, interrelaciona las vertientes argumentativa y metalingüística y avanza algunas cuestiones que serán desarrolladas en el apartado siguiente. Efectivamente, el Eje 2 desarrolla algunas de las observaciones realizadas y propone interpretar y explicar los fenómenos observados en la interacción de los escolares. Esto lo hacemos contrastando los dos diálogos de cada grupo entre si y poniéndolos también en relación con los diálogos de los otros grupos. Hemos empezado con los dos diálogos del Grupo I, que muestra en su segundo diálogo cuestiones de un gran interés relativas a la mejora en la capacidad de desarrollar interacciones ricas desde el punto de vista metalingüístico. Esto nos ha llevado a explorar los diálogos del Grupo III, el primero de los cuales ya muestra esta interactividad y riqueza. Esto mostraría que el desarrollo de cada grupo es bastante idiosincrásico pero que a lo largo de la secuencia hay claras tendencias a la mejora. Hemos acabado con los diálogos del Grupo II, que a pesar de algunas carencias en cuanto al razonamiento gramatical consigue desarrollar una interacción rica también que repercute positivamente en la articulación de este razonamiento. 245 246 8. CONCLUSIONES En este apartado presentamos las conclusiones de nuestro estudio. En primer lugar, exponemos las respuestas a las preguntas de investigación que hemos formulado en el capítulo 4. En segundo lugar, hacemos una breve reflexión general sobre las perspectivas de futuro de nuestro estudio. 8.1. LAS PREGUNTAS DE INVESTIGACIÓN Organizamos la exposición de las respuestas a las preguntas de investigación siguiendo el orden con el que estas preguntas han sido formuladas en el capítulo 4. Primero presentamos en negrita cada pregunta de investigación general y después las preguntas específicas correspondientes. La respuesta a cada pregunta irá encabezada por un término que consideramos que es una noción clave relacionada con la respuesta. Hemos establecido diez nociones clave, que surgen del planteamiento expuesto en el marco teórico y del capítulo de metodología. Son las siguientes: (1) El contexto escolar, (2) El andamiaje y el conocimiento de principios, (3) El habla exploratoria, (4) El uso de la lengua y la reflexión sobre el sistema gramatical, (5) Los conceptos gramaticales de los escolares, (6) La fundamentación léxica de la oración, (7) La participación, la experimentación y el razonamiento para un conocimiento gramatical más elaborado, (8) El criterio de elementalidad, (9) La reflexiónacción y (10) El modelo para el análisis de la interacción verbal. Cada respuesta empieza con una breve descripción de esta noción clave para recordar sus rasgos teóricos generales. A continuación desarrollamos ya plenamente los resultados, respetando su doble naturaleza: una naturaleza macro referida al desarrollo de la secuencia (Capítulo 6) y una naturaleza micro referida a los resultados del análisis de la interacción verbal (Capítulo 7). El objetivo de este contraste es doble. Por un lado mostrar que nuestros resultados se sitúan en la órbita de lo que la investigación sobre la actividad metalingüística ha observado. Y por otro lado mostrar que estos resultados constituyen, además, una aportación original y nueva a estas nociones, que las enriquece y las amplía en virtud de nuestro interés específico, que es la elaboración del saber gramatical por parte de los escolares en el marco de una situación natural de aula organizada según el modelo de Secuencia Didáctica de Gramática (SDG). 1. ¿Cuáles son las características de una secuencia didáctica que favorece la reflexión de los alumnos? 1.1. ¿Cómo podemos crear un contexto rico y estimulante para el aprendizaje de la gramática? 1.2. ¿Qué influjo tiene el macrocontexto del diseño de la secuencia sobre el microcontexto de las interacciones en pequeño grupo? • El contexto escolar En este trabajo nos hemos situado en la línea de los conciben la institución escolar como un contexto peculiar para el el cual son de gran importancia la creación de un entorno rico para la actividad exploradora de los alumnos, el planteamiento 247 estudios que desarrollo, en y estimulante de preguntas interesantes y la resolución de problemas de respuesta no convergente, así como la consideración de la interacción social como el camino para la elaboración de conocimiento. Esto responde al modelo adoptado de enseñanza y aprendizaje constructivista de tradición sociocultural. En este modelo la persona es concebida como agente activo en un proceso de aprendizaje creativo mediado por instrumentos semióticos y en el que el desarrollo tiene como punto de partida la interacción social (o plano intermental), que dará forma a los procesos de reconstrucción interna (o plano intramental), los cuales condicionarán a su vez aquella interacción. Consideramos que los resultados de nuestro estudio se sitúan plenamente en esta concepción del contexto escolar. Efectivamente, en cuanto al macrocontexto, el diseño y desarrollo de la secuencia didáctica constituye claramente una base para la creación de este contexto rico, orientado a generar preguntas nuevas, abiertas y pertinentes. Así, las cuatro tareas de investigación propuestas a los alumnos (traductores automáticos, hablantes, textos y libros de texto) constituyen unos ámbitos ligados al uso de la lengua donde se pueden problematitzar cuestiones gramaticales de forma significativa. Los traductores automáticos ponen de relieve que la traducción de una misma oración en catalán y castellano no tiene una única coincidencia. Una pequeña encuesta a hablantes de la calle pone de manifiesto la divergente sensibilidad de estos hablantes respecto al uso de unos pronombres determinados en catalán. La observación de un determinado tipo de error en los escritos de los propios alumnos pone de manifiesto que únicamente con la reflexión gramatical podemos enfrentarnos a determinadas cuestiones normativas, ampliando una visión de la corrección ortográfica restringida muchas veces a aspectos mecánicos y de memorización. Finalmente, la reflexión sobre las descripciones que los libros de texto dan sobre los principales rasgos oracionales pone sobre la mesa la necesidad de tomar conciencia de algunos rasgos de estas descripciones, como por ejemplo el hecho de ser muy sintéticas y reclamar la activación de conocimientos previos o como por ejemplo su orientación esencialmente formalista. Las preguntas originadas en estos ámbitos de uso real se presentan contextualizadas por un conjunto de nociones gramaticales que tendrán que ser la clave para aventurar posibles respuestas pero sobre todo para articular las posibles reflexiones. Al motor de la reflexión (los cuatro ámbitos de investigación mencionados y los problemas que generan) y las herramientas conceptuales para articular la reflexión metalingüística (las nociones gramaticales de orientación léxica presentadas), se añade un conjunto de herramientas para la interacción oral (las normas básicas del habla exploratoria). Defendemos pues que el diseño de nuestra intervención está claramente orientado a promover un contexto de aprendizaje rico, activo y colaborativo. De las observaciones hechas por el propio docente y especialmente de las reflexiones consignadas en los diarios de aprendizaje por parte de los alumnos se desprende que la puesta en escena de este diseño efectivamente es sentida por los propios agentes como motivadora (“esto de hacer ejercicios entre toda la clase me gusta”). Hemos observado que los alumnos subrayan su carácter diferente, que de forma unánime despierta expectativas positivas (“el proyecto me ha interesado mucho”, permite aprender “de una manera más 248 didáctica”, “pienso que el trabajo será interesante y muy instructivo, sinceramente, creo que es un buen trabajo”). En cuanto al microcontexto, el análisis de las interacciones verbales nos ha mostrado que los alumnos son capaces de resolver problemas gramaticales muy locales haciendo referencia a las nociones trabajadas en el contexto general de la secuencia. Hemos visto, por ejemplo, cómo ha sido bastante general la referencia a la pragmática, la semántica y la forma, aspectos clave en la presente secuencia didáctica. Efectivamente, los alumnos son capaces de explorar problemas que hacen abstracción del uso remitiéndose a la integración entre pragmática, semántica y forma y por lo tanto restituyendo usos prototípicos, situaciones de uso potencial o reflexiones sobre las formas. Son capaces en definitiva de crear un contexto para la reflexión, evitando abordar las formas gramaticales de manera directa. Hemos considerado que al final de la secuencia, cuando ya se han hecho exploraciones de fenómenos que se dan en la realidad (los problemas gramaticales de las traducciones automáticas, etc.), la capacidad de integrar pragmática, semántica y uso ha aumentado. El valor de esto radica en el hecho de que los alumnos son capaces de remitirse a las nociones gramaticales en un marco tan dinámico como es el de la interacción oral. Hemos interpretado este hecho como la capacidad de los alumnos, trabajando en pequeño grupo, de generar de manera progresivamente más afinada su propio contexto de reflexión y diagnóstico sobre un problema gramatical. Para nosotros la capacidad de crear este contexto tiene una enorme relevancia porque vemos que la creación de un proyecto global tiene una clara incidencia en la capacidad de generar un trabajo en pequeño grupo con potencial explicativo. Este influjo, sin embargo, no es de dirección única puesto que también a su vez este microcontexto influye en el curso del macrocontexto. Podemos concluir esto a partir de los dispositivos de feedback ideados por el docente para ayudar a los alumnos a valorar la calidad de su interacción en pequeño grupo. Progresivamente los alumnos van tomando conciencia de lo que cuenta como pertinente para el docente y van asimilando la importancia de hacerse suyos los contenidos trabajados en el macrocontexto. Los niveles macro (desarrollo de la secuencia) y micro (interacciones orales) se van retroalimentando, pues, en una dinámica orientada a generar un contexto global rico y estimulante. 1.3. ¿Cuál tiene que ser el rol del profesor a la hora de desarrollar procesos de andamiaje que promuevan la autonomía del alumno? • El andamiaje y el conocimiento de principios Hemos visto cómo en el contexto escolar el andamiaje es la ayuda provisional dispuesta por el docente, orientada a la progresiva autonomía del aprendiz y constituida por un conjunto de estrategias (modelar, reducir el margen de maniobra, dar feed-back, etc.) y que se corresponderían con tres movimientos: de contingencia, de retirada gradual de apoyo y de transferencia de responsabilidad y promoción de la autonomía. Estos movimientos estarían orientados a un estadio de “conocimiento de principios”, caracterizado por no estar ligado a cursos específicos de acción y ser explicativo, generalizador y 249 metacognitivo, en oposición al llamado “conocimiento ritual”, básicamente de procedimiento y conveniencia y ligado al contexto de aprendizaje. El diseño de intervención que hemos expuesto prevé un tipo de ayuda que se corresponde claramente con esta noción de andamiaje y que persigue esta conocimiento de principios por parte del aprendiz. Así, una de las acciones identificadas por la investigación que claramente denota una orientación hacia la autonomía es explicitar claramente los objetivos de aprendizaje y evitar que sea el alumno quien tenga que deducir, cuando el docente le pregunta algo, “qué respuesta tiene el profesor en la cabeza”. En el supuesto que nos ocupa, el docente libra al alumno un guion del trabajo que se propone hacer. En él se especifican los objetivos, la secuencia de actividades y las fases con las que se organizan, así como aquellos momentos centrados en la recuperación metacognitiva: evaluación por parejas, diseño y confección de instrumentos de consulta, etc. Una vez la secuencia se pone en marcha, no se desarrolla de forma rígida de acuerdo con este guion. Tal como indican las observaciones hechas en relación a cada actividad, el docente resta atento a las reacciones de los alumnos y a los problemas que van surgiendo, como por ejemplo las dificultades a la hora de abordar una noción o los grados fluctuantes de motivación. Es en virtud de este dinamismo que el profesor va ajustando el programa inicial y va introduciendo matices y cambios. Estos cambios no sólo obedecen a la lógica de la implementación en el aula sino que es el propio diseño de las actividades el que provoca que el reajuste sea permanente, obligatorio y condición sine qua non. Efectivamente, mientras que algunas de las actividades son de respuesta cerrada (por ejemplo, decir si el uso de un pronombre es correcto o no) otros son de respuesta abierta (por ejemplo, decir en qué contextos una determinada oración sería aceptable). Lo mismo pasa con el propio diseño de las actividades: algunas actividades son guiadas, por ejemplo las traducciones automáticas de unas mismas frases para todo el mundo y con unos mismos traductores darán los mismos resultados. Otras en cambio están sujetas a la dinámica del propio grupo, por ejemplo, elegir una oración y justificar por qué les parece difícil o fácil. El propio diseño de la secuencia, pues, está orientado a una constante revisión del proceso y obliga al docente a mantenerse atento a aquello que va sucediendo en el aula. Esto crea una dinámica contingente propia de los procesos de andamiaje tal como los ha presentado la investigación que tomamos como referente. Un ejemplo de esto es la previsión de elaborar un segundo instrumento de consulta para retener lo que se ha trabajado hasta el momento. En este caso además servirá para sistematizar las respuestas a las dudas que han ido emergiendo a medida que la secuencia avanzaba. Como corolario de esta tensión, afirmamos que la acción docente se orienta a ayudar al aprendiz a apropiarse de los principios objeto de aprendizaje, más allá de un ritual memorístico, estándar y transmisivo. En definitiva, se le orienta hacia su progresiva autonomía. Las observaciones hechas por el profesor y por los alumnos a través del diario de aprendizaje muestran una clara conciencia de ello. En cuanto al docente, éste reflexiona sobre las opiniones positivas de los alumnos y también sobre las negativas. Las segundas ponen sobre la mesa que el planteamiento dialógico e introspectivo no lleva automáticamente a la motivación (“ha sido bastante aburrida, podría ser más lúdica y más amena por todos, puesto que así aprenderemos más”). El profesor reflexiona sobre lo que 250 no se esperaba (por ejemplo, que algunas actividades resulten demasiado difíciles) y sobre las nuevas necesidades que esto abre: por ejemplo, determinar la necesidad de ofrecer a los alumnos pautas de observación que detallen los pasos que tienen que seguir para detectar errores y para reflexionar sobre los usos pronominales en relación a las demandas argumentales de los verbos. Los alumnos mostrarán conciencia sobre la importancia de este material poco habitual (“sinceramente, si no los hubiera tenido para ayudarme, no lo hubiera hecho tan completo”), que sistematiza aquello trabajado en el aula a partir de las dudas que iban surgiendo. El docente se rige en definitiva por el criterio de no proporcionar la respuesta antes de que el alumno se haya formulado la pregunta. Esto lo lleva a interpretar los puntos de vista expresados por los alumnos: por ejemplo, cuando reconocen que sin los recursos de consulta no se encontraría la solución, interpreta que saber emplear estos recursos ya es indicio de aprendizaje. En cuanto a los alumnos, muestran conciencia del gran esfuerzo que exige (“hemos hablado de lo que haremos estos próximos días y pienso que me costará entenderlo todo”), conciencia de la responsabilidad individual en la buena marcha de las actividades en pequeño grupo (“pienso que son muchas cosas las que tenemos que hacer, y no sé si llegaremos a acabarlo”) y comprensión de la globalidad de la secuencia propuesta (“me gusta puesto que es una manera de estudio que normalmente no se practica y es útil”, “me ha gustado, ha sido ligera y seguro que será provechoso”). Y valoran una secuencia considerada unánimemente como positiva, calificada de “divertida”, “especial”, “guapa”, “fluida”, “un juego que creo que es bueno para trabajar la mente y la imaginación”. Consideramos que los resultados observados en el nivel del microcontexto, en las interacciones verbales, corroboran esta idea. Tanto en el Diálogo 4 (Grupo I) como en el Diálogo 3 (Grupo II) hay una construcción exploratoria del conocimiento metalingüístico, si bien con un grado de conciencia metacognitiva diferente en la integración de estas nociones. En el Diálogo 4 el grupo explora nociones diversas (coreferencia, función y perfil semántico) sin llegar a desarrollar una argumentación explicativa de los rasgos de la oración concreta. Estas nociones en abstracto son meros desencadenantes del razonamiento y en ningún momento se cuestiona la bondad de la argumentación, que se va tejiendo y desarrollando en aluvión. En el Diálogo 3 el grupo muestra un grado más elevado de conciencia metacognitiva. La interacción avanza integrando nuevas nociones y perspectivas, se retorna periódicamente sobre lo que se ha dicho y se contrastan los elementos de la oración concreta con las nociones en abstracto. El razonamiento se construye y se organiza por la vía de matizar, pulir, reformular o descartar las nociones propuestas. El Grupo II explora en el Diálogo 2 la oración “Este verano ha crecido mucho”, considerada por el propio grupo de nivel de dificultad bajo. Los diversos roles que adoptan los alumnos también conectan con la dimensión dialógica, interactiva y grupal de la actividad, principalmente respecto a uno de los integrantes del grupo. El diálogo se inicia con un razonamiento morfológico plenamente pertinente para identificar el sujeto elidido de la oración. Esto lleva a un interrogante de tipo semántico cuando el compañero señala que se trata de una oración sin sentido argumentando que no podemos conocer el referente de este sujeto genérico. Para responder a esta observación, la alumna 251 rápidamente pasa de su posicionamiento formal a una perspectiva pragmática que permitirá restituir un contexto de uso para la oración y mostrar que “sí que tiene sentido” (cuando viene un familiar y dice, refiriéndose al pequeño de la casa: “¡Este verano ha crecido mucho!”). Este retorno se repite en otros momentos del diálogo. Consideramos que conecta doblemente con el contenido trabajado en nuestra secuencia: por un lado es capaz de adoptar perspectivas diferentes para integrar los fenómenos de elisión, sentido, contexto, sujeto y persona gramatical; y por otro lado adopta estas perspectivas en función del feedback que va recibiendo de sus compañeros. 1.4. ¿Qué espacio tiene que ocupar en estos procesos el habla exploratoria? • El habla exploratoria La perspectiva que hemos adoptado concibe el aprendizaje como un proceso de socialización en unas formas de habla y comprensión específicas de una cultura, de desarrollo de contextos mentales y términos de referencia compartidos, a través de los cuales el discurso educacional adquiere sentido para los participantes. El objetivo de la escuela sería la de crear una zona de desarrollo intermental. Los procesos de aprendizaje no son lineales y determinadas conexiones entre aprendizajes se pueden dar por caminos azarosos e impredecibles. La investigación explorada considera el uso del habla como una ayuda para pensar conjuntamente y llevar a los alumnos a mejorar en las diversas áreas del currículum. Estos trabajos remarcan la necesidad de guiar a los alumnos hacia los rasgos que definen el habla como colaborativa. El diseño de la intervención presenta el habla exploratoria como uno de los puntos fuertes de la secuencia. Esto se traduce en un conjunto de medidas de naturaleza diversa. En primer lugar, subrayar en clase la importancia de la interacción oral en el aprendizaje de las personas: el profesor plantea una pregunta abierta sobre cómo aprenden las personas en su vida cotidiana para poner de relieve la importancia que la interacción oral tiene en este aprendizaje. En segundo lugar, reflexionar sobre la importancia de unas reglas básicas para la interacción y la participación constructiva. El profesor reorienta momentáneamente la atención de la secuencia desde el aprendizaje gramatical a un problema de cariz mundano para generar un debate, sobre el cual posteriormente se harán una serie de observaciones para poner de relieve la necesidad de medidas que regulen la interacción y la participación así como la importancia de que estas medidas sean asimiladas por los miembros del grupo (se trata de una interacción sin moderador). En tercer lugar, convertir la propia interacción en objeto de observación y evaluación: el profesor hace una evaluación periódica de las interacciones que se van grabando, y lo hace a través de un descriptor que evalúa el cumplimiento de las reglas básicas de la interacción en grupo. La valoración que tanto el docente como los propios alumnos hacen de estas medidas demuestra que se ha podido desarrollar una clara conciencia de la importancia de la interacción en grupo (“para empezar una etapa de no opinar sólo una persona o quedarte alguna duda para uno mismo sino para compartir y exponer con los demás”). Esta interacción es vista como muy interesante (“el que lo tenga que hacer en grupo es una cosa 252 que a mí me gusta”), pero no siempre el camino más fácil (“ha sido una clase un poco cansada y angustiante”). Finalmente, en cuarto lugar, este tipo de escenario permite al alumno tomar conciencia de que a veces aquello que se ha trabajado no es compartido del mismo modo por todo el mundo (“si tienes algún tipo de problema, o los otros tienen problemas mientras se los resuelves también te enteras tú mismo y entonces te puede acabar de aclarar algún lío que tenemos en la cabeza o simplemente complementar el concepto que un mismo tiene”). El microanálisis llevado a cabo muestra que efectivamente ha habido una asunción clara de la importancia de la interacción y del habla exploratoria para el aprendizaje. Los tres grupos muestran una clara conciencia de las reglas de la interacción: respeto, participación, reformulación de las ideas del otro, discrepancia justificada, etc. Esto es indicio de que los alumnos orientan su participación hacia la progresiva creación de un espacio compartido, que ha sido denominado zona de desarrollo intermental. En cuanto a la actividad [2], de respuesta cerrada, ninguno de los tres grupos llega a la solución final y esto en un modelo de tipo transmisivo podría ser interpretado como indicio de no aprendizaje. En nuestro caso, sin embargo, el interés no es si se llega a la solución final (el producto) sino la dinámica exploratoria de la interacción (el proceso) en virtud de la cual podrán organizarse los contenidos gramaticales objeto de aprendizaje. Los tres grupos desarrollan un habla exploratoria tanto o más rica que en la primera actividad [1], de respuesta abierta y proclive a una interacción más libre. Esta mejora es especialmente notable en el Grupo I, que pasa de un diálogo muy poco articulado a un diálogo claramente colaborativo. Ya hemos remarcado que en cuanto al contenido argumentativo, el primer diálogo de este grupo (Diálogo 1) es muy rígido y toma el aspecto de una discusión coloquial pobre y poco interactiva. Esto es así a pesar de que los alumnos manejan unas nociones gramaticales plenamente pertinentes. Nuestro trabajo plantea si con la capacidad de desarrollar un habla exploratoria el grupo habría podido articular mejor estas nociones. El segundo diálogo (Diálogo 4) sugeriría una respuesta afirmativa a este interrogante. Efectivamente, parece que indica una relación directa entre el desarrollo colaborativo de un diálogo rico y la capacidad de integrar nociones y perspectivas diversas. La zona de desarrollo intermental que resulta de ello, aunque fluctuante y si se quiere incompleta e imperfecta, es de un gran valor y la interpretamos como indicio de aprendizaje. En cuanto a los otros dos grupos, en el primer diálogo se muestran muy cooperativos y esto se repite en el segundo, que responde a una tarea mucho más sofisticada. El incremento en la dificultad no va en detrimento de la capacidad de desarrollar un habla exploratoria e interpretamos esto como un signo de aprendizaje. 2. ¿Cómo construyen los alumnos su conocimiento gramatical en el seno de una secuencia orientada al estudio del sistema? 2.1. ¿Qué aproximación hay que hacer al sistema gramatical para que no quede totalmente desligado de los usos de la lengua? • Relación entre uso de la lengua y sistema gramatical 253 La investigación ha mostrado que la relación entre uso de la lengua y capacidad para reflexionar sobre el sistema gramatical no es directa. Esto quiere decir que del uso comunicativo de la lengua no se desprende automáticamente una capacidad de reflexión metalingüística ni la estructuración automática del conocimiento gramatical que tiene que permitir esta reflexión. Semejantemente, del estudio del sistema desligado del uso no se desprende una mayor aptitud para desarrollar un amplio repertorio de usos comunicativos. Nuestro trabajo asume plenamente estos presupuestos y sitúa el foco de atención en el proceso de aprendizaje de la reflexión metalingüística. En cuanto al nivel macro, nuestro diseño de intervención está orientado a explorar un tratamiento didáctico para abordar en el aula las relaciones entre uso y sistema. A pesar de ser una propuesta centrada en el estudio del sistema haciendo abstracción momentánea del uso, la idea de partida es que estos dos polos no funcionan como compartimentos estancos sino como un continuo orgánico formado por las vertientes pragmática, semántica y formal. Este planteamiento prevé mostrar a los alumnos situaciones en las que las relaciones formales entre los elementos del sistema en una determinada estructura dependan de los usos que como hablantes queramos dar a esta estructura. Hemos visto, como ejemplo de ello, determinados usos verbales en los que la relación del verbo con sus argumentos se ve modificada tanto desde el punto de vista cuantitativo (varía el número de argumentos) como semántico (la relación semántica entre argumentos y verbo entra en conflicto). Los alumnos, en sus anotaciones en el diario de aprendizaje, muestran conciencia de esta mirada diferente al material lingüístico (“hemos empezado a hacer cosas nuevas”) y subrayan su utilidad (“es un ejercicio que personalmente, creo que servirá de mucho porque nos hace pensar en todas las oraciones”). Se interrogan, asimismo, sobre maneras de profundizar, mostrando por ejemplo interés en trabajar más las relaciones semánticas y pragmáticas entre verbo y argumentos (“a veces el problema no son los dos argumentos sino sólo uno, por ejemplo al pescado se comió un plato de escudilla”). El profesor recoge estas observaciones y se establecen momentos de debate metacognitivo en gran grupo en el que los alumnos aportan reflexiones que demuestran aprendizaje (“puede haber concordancia semántica entre el verbo y cada uno de sus argumentos por separado pero no a la vez”). El profesor se mantiene atento a estas reflexiones e intenta interpretarlas, preguntándose en qué sentido podrían llevarle a modificar el diseño general (por ejemplo para profundizar más en la relación entre usos, significados y formas). Al nivel micro, los diálogos que los alumnos mantienen para resolver los problemas planteados muestran una conciencia progresivamente mayor de esta triple relación. En relación al Diálogo 1 (Grupo I), hemos visto que por la simple vía del intercambio los alumnos desarrollan una intuición sobre el perfil semántico del verbo “tocar”, que toma el sentido de “caer en suerte” (DRAE). El grupo maneja unas nociones complejas de naturaleza diversa, formal (distribución complementaria, elisión), semántica (coreferencia) y pragmática (contraste con los propios usos). En el Diálogo 3, el Grupo III aborda el elemento tematizado en la oración “¿En el ecologismo? Creo bastante en él” integrando los tres niveles de uso, significado y forma. En primer lugar hace referencia a cuestiones expresivas propias del oral: la actitud pensativa del hablante, la demanda u oferta de aclaración, la expresión de la opinión en textos escritos. En segundo lugar hace referencia al plano semántico, 254 identificando el elemento como necesario por el significado del verbo (“creer en”). Y finalmente recurren al plano formal, identificando la naturaleza de este fragmento oracional (constatan que no tiene verbo) y recuperando su posición canónica postverbal. Como vemos, se trata de estrategias diversas que muestran cómo en la base del razonamiento gramatical encontramos una íntima conexión entre los tres planos estudiados. 2.2. ¿Cómo son los conceptos gramaticales de los escolares? 2.3. ¿Cómo es la actividad metalingüística desarrollada interacción y que lleva a elaborar estos conceptos? • en la Los conceptos gramaticales de los escolares Los estudios sobre los conceptos gramaticales de los estudiantes constatan que el saber gramatical constituye una mezcla de conocimientos de naturaleza diversa pertenecientes a niveles diferentes (forma, posición, significado, paradigma memorizado, enunciación...). Los alumnos tienen grandes dificultades para lograr una visión global y coherente del saber gramatical y muestran problemas como por ejemplo la no separación entre lengua y realidad o la visión lineal de las relaciones entre las palabras. Asimismo, la investigación sobre la actividad metalingüística en situación natural de aula muestra el importante rol del docente a la hora de regular la interacción en gran grupo de una manera contingente y de crear un clima en el aula de tipo exploratorio y colaborativo. Esta investigación en el aula muestra, también, que la creación de este contexto es una condición necesaria pero no suficiente para ayudar a los alumnos a superar unos niveles de abstracción bajos. Nuestro trabajo confirma algunos de los obstáculos identificados por esta investigación, por ejemplo en cuanto a la separación entre conocimiento declarativo y conocimiento procedimental, el problema de la terminología, la simplificación de las definiciones, la confusión lengua-realidad o a las intuiciones valiosas no desarrolladas. En cuanto al primer punto, observamos efectivamente que los escolares no integran aquello que son capaces de definir explícitamente (conocimiento declarativo) y aquello que hacen (conocimiento procedimental), dos ámbitos que funcionan como compartimentos estancos. Podríamos decir que el caso observado de Eva (Grupo I) se sitúa en este contexto: conmuta acertadamente dos pronombres que hacen la misma función (“li” le y “els” les) asumiendo implícitamente que se trata de un intercambio independiente de los cambios de sentido (de singular a plural, en este caso) que genera. Esta manipulación de los datos es totalmente pertinente pero la chica no es capaz de explicitar lo que ha hecho y su valor. Esto hace que no defienda su posición ante los compañeros, los cuales ignoran esta aportación y hacen avanzar la conversación hacia otra dirección. En cuanto a la terminología gramatical hemos podido observar que los alumnos del Grupo I tienen un gran problema a la hora de identificar la función de un sintagma preposicional (“de Lincoln” en “Dalí pintó aquel retrato de Lincoln”). La terminología que emplean es estrictamente formal (discuten si es CD o CI) cuando en realidad habrían tenido que emplear una terminología semántica (seguramente en los dos casos querían decir acertadamente que el rasgo semántico del elemento discutido era el de “elemento afectado”). Se trata 255 de un ejemplo que muestra que el uso de la terminología puede imponer restricciones muy fuertes a una intuición válida y que es necesaria la transposición de nociones y términos semánticos para permitir a los alumnos desarrollar esta intuición. Asimismo, algunas respuestas muestran una simplificación de las nociones que lleva a una banalización inoperante, como por ejemplo la definición de CI como aquello que expresa “de quién”. En otros casos se pone de manifiesto la confusión entre lengua y realidad, como por ejemplo en el término “persona”. Hemos observado que una de las alumnas del Grupo II, la menionada Eva, no es capaz de seguir la argumentación cuando en el término “persona” se solapan las dimensiones gramatical y pragmática. Para esta alumna, el pronombre “él” hace referencia a una persona real. Los estudios dominantes sobre conceptos gramaticales se han desarrollado fuera del contexto del aula a partir de entrevistas semiestructuradas, uno de los medios más generales de recogida de datos. Estos estudios observan que la propia entrevista constituye un medio para reflexionar y potenciar en el aprendiz una actividad metalingüística más rica. Tal como hemos subrayado, esto ha hecho que este mismo tipo de investigación haya incluido la interacción como uno de los focos de observación, acercándose a la investigación sobre la actividad metalingüística en situación natural de aula. Ha sido señalado que los alumnos tienen varios problemas a la hora de construir su saber gramatical y superar estadios muy bajos de abstracción a pesar de la creación de entornos ricos y la voluntad contingente del docente. A pesar de ello, un contexto rico y orientado a desarrollar tramas argumentativas y contraargumentativas puede constituir una ayuda que permita a los alumnos avanzar. Consideramos que estos adelantos son deudores del diseño de intervención, orientado a la construcción del saber gramatical en base a la interacción. El diseño de nuestra secuencia encaja plenamente en este contexto de potenciar la interacción para el desarrollo de la actividad metalingüística. Hemos identificado tres estrategias para la reflexión metalingüística que emergen de esta interacción. Primera: la articulación de la reflexión a partir de un concepto de referencia (por ejemplo la posición) a partir del cual se va dando entrada a conceptos de naturaleza diversa (por ejemplo el punto de referencia o la pronominalización), como hemos visto en el Grupo III. Segundo: la referencia al perfil semántico del verbo para dar cuenta de las funciones lingüísticas de CD y CI, como hemos visto en el Grupo I (Diálogo 1). Tercero: la reconstrucción de contextos posibles de uso para explorar las oraciones observadas desde un punto de vista formal, como hemos visto en el Grupo II (Diálogo 3). Interpretamos estas estrategias como trazas en el nivel micro del influjo que sobre este nivel ejerce el diseño global de la secuencia (nivel macro). E interpretamos a su vez este influjo como evidencias del proceso de construcción del saber gramatical. 3. ¿Cómo se pueden trabajar las nociones gramaticales según el modelo de Secuencia Didáctica de Gramática (SDG)? 3.1. ¿Cómo podemos abordar las nociones oracionales básicas para abrir la puerta a un aprendizaje de la gramática centrado en la reflexión y superar una visión mecanicista y eminentemente memorística de este aprendizaje? 256 • La fundamentación léxica de la oración Varios estudios ya han puesto sobre la mesa que además de una primera dificultad epistemológica en el aprendizaje de la gramática (las cuestiones relativas a la naturaleza del saber) existe otra dificultad también epistemológica referida a la relación entre gramática escolar y disciplina de referencia. La escuela ha discutido cuál es el modelo más explicativo asumiendo que era también el más útil para la enseñanza. Una nueva mirada a la relación entre estos dos ámbitos da relevancia a los procesos de generación de saber también desde la escuela como contexto específico diferenciado del ámbito científico. Se plantea así la necesidad de redimensionar y no simplemente de adaptar y aplicar las nociones de referencia. Los estudios lingüísticos orientados al estudio léxico de la oración constituyen una fuente interesante de referencia para la escuela porque aportan un referente teórico para superar el enfoque estrictamente formal centrado en las estructuras. Pueden inspirar una enseñanza gramatical no únicamente descriptiva sino también reflexiva. Consideramos que nuestro trabajo responde claramente a esta idea. Efectivamente, el diseño de la secuencia contempla la reelaboración didáctica de una perspectiva léxica y esto se traduce a una nueva mirada sobre el objeto que hay que enseñar: abordar la oración tomando el verbo como eje central implica presentar los fenómenos gramaticales como resultado de la interrelación entre uso, significado y forma. Esto se traduce en una organización diferente de las relaciones entre conceptos y en un conjunto de actividades pensadas para asimilar progresivamente esta nueva organización, orientadas a superar una mirada mecanicista sobre los fenómenos estudiados y a potenciar la reflexión en un sentido profundo. Este cambio reclama una manera diferente de pensar la gramática, y consideramos que los alumnos han percibido este cambio como positivo porque les ha permitido abordar las nociones gramaticales de una manera más inteligible. De las explicaciones en los diarios y de algunos diálogos mantenidos en clase se desprende que los alumnos sienten la necesidad de trabajar más las relaciones entre pragmática, semántica y forma. Esta demanda hace pensar al profesor de qué maneras podría ampliar y orientar la atención en usos que subvierten el significado básico de un verbo, y propone oraciones peculiares desde un punto de vista semántico, como “Al final del partido llovieron objetos contundentes sobre el árbitro” o “Las flores nevavan pétalos de color blanco”. Estas oraciones reclaman una redefinición de las relaciones formales entre los elementos y apelan de forma directa a la dimensión pragmática. Propone asimismo actividades que ponen de manifiesto la existencia de estructuras diferentes más allá de un aparente paralelismo, contrastando oraciones como por ejemplo “¿No te gustaron los amigos de Martín?” y “¿No te invitaron los amigos de Martín?”. A lo largo del desarrollo de la secuencia (nivel macro) observamos en los alumnos una apropiación del cambio de perspectiva en el estudio de la gramática y esto tiene un correlato en el nivel de la interacción oral (nivel micro). Efectivamente, en varios momentos los alumnos se apropian de la integración entre uso, significado y forma para intentar dar cuenta de los fenómenos planteados. Tal como hemos podido observar en nuestro análisis, sucede en grados diversos de conciencia y explicitación, y también en 257 momentos diferentes de la secuencia. Un ejemplo de diálogo situado en un estadio incipiente es la consideración de un complemento del nombre (“de Lincoln”) como complemento del verbo (Diálogo 1). Nosotros lo hemos interpretado en relación al concepto de argumento, trabajado en clase: efectivamente, el sintagma preposicional discutido puede ser percibido como argumento del nombre eventivo “retrato”. Un ejemplo situado en un grado elevado de explicitación y conciencia lo encontramos en el contraste entre dos significados del verbo “tocar” por la vía de conmutar el pronombre y obtener “la toca” y “le toca” (Diálogo 6). Se trata de dos ejemplos que indican estadios de conocimiento diferentes pero claramente concomitantes en cuanto a la asunción de la perspectiva léxica trabajada en la secuencia. Interpretamos esto como un indicio de aprendizaje. 3.2. ¿En qué medida una secuencia de actividades que promueve la manipulación del material lingüístico permite al alumno avanzar en su aprendizaje gramatical? • La participación, la experimentación y el razonamiento para un conocimiento gramatical más elaborado Los estudios sobre los conceptos gramaticales de los estudiantes ha considerado que los problemas observados son en parte fruto de la metodología transmisiva seguida en el aula. En este sentido se ha planteado qué posibilidades podría tener una enseñanza de la gramática basada en una metodología constructivista. El objetivo es crear entornos para una participación activa de los alumnos, el guiaje abierto del docente y el tratamiento heterogéneo y múltiple de la gramática. Se parte de la idea según la cual la construcción del conocimiento gramatical es fruto de un trabajo heterogéneo y complejo, que se puede concretar en secuencias didácticas centradas en aspectos variados (la actividad discursiva, el sistema, la comparación entre lenguas, etc.). Se contribuye así de diferente manera a la construcción del conocimiento gramatical. El diseño de nuestra secuencia persigue la creación de este entorno rico, colaborativo y abierto, planteando un conjunto de actividades orientadas a un objetivo muy definido. Los cuatro ámbitos de reflexión propuestos (traducción automática, hablantes, composición escrita y libros de texto) reclaman al alumno una apropiación activa del conocimiento teórico impartido para resolver los problemas planteados. Haciendo esto los alumnos se ven abocados a revisar constantemente aquello que creen que han aprendido y a contrastarlo con lo que dicen los compañeros. Se desencadena así una espiral en la que se va afinando progresivamente la comprensión de las nociones gramaticales en juego. Los alumnos muestran una conciencia de esto y valoran las ventajas que tiene este nuevo planteamiento así como sus problemas. En algunos momentos muestran extrañeza (se trata de cuestiones “muy concretas” y “especializadas”) y desconcierto (“es una pregunta que yo nunca me había planteado”, “no es muy habitual plantearlas”), y no acaban de ver qué relación puede tener con el aprendizaje gramatical (“la clase de hoy no ha sido muy útil para mejorar el nivel gramático”). El profesor interpreta esto no como trazas de desafección sino más bien como una activa implicación en el proyecto según la cual el alumno busca encontrar sentido a lo que se le propone. Así, los alumnos buscan la razón por la cual algunas actividades son vividas como 258 monótonas: “hemos estado todo el rato con los verbos monoargumentals”, unos verbos “difíciles de aplicar, porque hay muchos que son diferentes, según si el verbo va acompañado o no, o depende donde lleve el SN”. Intentan explicar la noción trabajada: “por ejemplo si pone el SN delante del verbo será mono-argumental”. También los procedimientos seguidos: “lo he encontrado bastante difícil, puesto que si quieres saber cómo es, de qué tipo de verbo se habla, tienes que poner muchos ejemplos”. En definitiva, muestran conciencia del nuevo planteamiento: “hoy ya hemos hecho cosas nuevas que nadie, ninguno de nosotros, sabía como el número máximo de SN o la clasificación de los verbos”. Se trata de una perspectiva que permite abordar la oración (“de una manera diferente”, “innovadora”) y que suscita reflexión (“un montón de pensamientos y preguntas que seguramente alguna vez nos hemos planteado”). Se han tomado varias medidas para la exposición oral final: hablar ante un grupo reducido cada vez, poder centrarse repetidamente en la misma explicación, disponer de un pequeño mural de ayuda. Los alumnos no sólo consideran que les ha aligerado el nerviosismo de tener que exponer ante un púbico universitario: afirman de forma rotunda que únicamente a partir las explicaciones del libro y del profesor y de actividades en clase no habrían podido hacer una exposición centrada en la gramática. Interpretamos que en conjunto la interacción oral es un correlato de esta participación en el desarrollo de la secuencia. Efectivamente, los alumnos se implican intensamente en la construcción de un discurso exploratorio y argumentativo, poniendo en relación las reglas básicas para gestionar este discurso y las nociones gramaticales para resolver los problemas planteados. En algunos momentos el razonamiento es cercano a un procedimiento prefijado según un recorrido aplicativo de las explicaciones recibidas. Pero de forma mayoritaria el diálogo es resultado de la experimentación sobre el material gramatical. Al contrastar, por ejemplo, el primero y el último diálogo del Grupo I hemos visto que a pesar de que la actividad a la que corresponde el segundo es mucho más compleja, la interacción es mucho más mayor y el repertorio de nociones metalingüísticas más rico. Estos dos puntos se relacionan directamente con el trabajo de fondo de la secuencia: promover una actitud indagadora y negociadora, y basar la reflexión metalingüística en una perspectiva léxica y semántica. Interpretamos este punto como un adelanto que acerca la reflexión grupal al habla exploratoria. Por su parte, el primer diálogo del Grupo III lleva muy lejos los principios trabajados en la secuencia, relativos a la manipulación del material lingüístico y la integración de las nociones gramaticales a través de esta manipulación. 17 Es especialmente relevante que se trate de un diálogo relativo a la actividad inicial. Observamos, pues, que lo que hemos identificado como progreso en el último diálogo del Grupo I es justamente el punto de partida del Grupo III de la actividad inicial. Tal como hemos observado, el grado de reflexión es diverso y fluctuante pero el propio planteamiento de la secuencia ya prevé este hecho, asumiendo la gran diversidad existente en una situación natural de aula y buscando maneras flexibles para promover la participación de todos los alumnos. 17 Estos principios responden al modelo de la SDG, que describimos en el apartado “3.2.1. El modelo de la Secuencia Didáctica de Gramática (SDG)”. 259 3.3. ¿Cómo se puede presentar el material objeto de enseñanza y aprendizaje para que su necesaria simplificación no constituya en realidad un obstáculo para el aprendizaje mismo? • El criterio de elementalidad El criterio de elementalidad responde a la necesidad de partir de un núcleo de nociones elementales con suficiente potencial para poder articular e integrar nociones más complejas. Subraya la paradoja según la cual cuanto más simplificadas son las nociones gramaticales que los escolares tienen que aprender más difícil es su aprendizaje significativo. Tal como ha sido indicado, las tres fases cronológicas del modelo de la Secuencia Didáctica de Gramática pueden dar cuenta de esta organización del contenido progresivamente más compleja, orientada a una reflexión también más rica. El diseño de nuestra intervención responde a esta necesidad en cuanto a la disposición del material objeto de aprendizaje. La primera fase se centra en la perspectiva léxica y propone un conjunto de actividades de respuesta cerrada, así como medidas de síntesis (el material de consulta), planificación (el guion de la secuencia) y reflexión (el rol de la interacción oral en el aprendizaje). Las actividades, sin embargo, también contemplan espacios abiertos de respuesta divergente en las que los alumnos tienen que elegir, opinar y argumentar. Esto prefigura el carácter de la segunda fase, en la que cada una de las cuatro investigaciones propuestas (traductores automáticos, hablantes, composición escrita y libros de texto) son presentadas como entornos relativamente abiertos para la reflexión, en los que cuenta por encima de todo que los miembros del grupo pongan las nociones aprendidas al servicio de la solución del problema. Esta acción requiere ir más allá del núcleo de conceptos inicial porque la reflexión sobre el material reclama recurrir a nociones no trabajadas directamente pero sí en cursos anteriores de la escolaridad (como por ejemplo la noción de distribución complementaria). Los alumnos se sitúan así en un nuevo estadio, más allá del núcleo inicial de nociones elementales, que el profesor recoge y formaliza sistematizando nuevos conceptos que han emergido de la discusión y creando un nuevo material de consulta. No es, pues, un material estrictamente ad hoc sino un instrumento que se orienta a promover una mayor autonomía en el aprendiz y que responde a la necesidad de hacer más complejo el núcleo de ideas inicial. Los alumnos muestran una clara conciencia de la funcionalidad de este material y de su naturaleza contingente con las necesidades que han ido surgiendo en el aula. La interacción en pequeño grupo muestra esta lógica progresivamente más compleja. Los tres grupos se sitúan en una dinámica parecida: amplían las nociones iniciales con referencias a conceptos no trabajados directamente en la secuencia y que son objeto de sistematización y retorno por parte del profesor. El Grupo I pasa de un primer diálogo muy pobre a un segundo diálogo en el que integra de una manera más efectiva y rica nociones de naturaleza diversa, a pesar de ser generado por una actividad más exigente. Los otros dos grupos son capaces de articular desde el principio unos diálogos ricos e integradores, y es ciertamente en el segundo cuando esto se pone más de manifiesto. Interpretamos esto como un correlato de la también progresiva complejidad de las nociones trabajadas, de las actividades y cuestiones propuestas y del material elaborado. Para nosotros esto es un indicio de que la complejidad ayuda a los aprendices a apropiarse de las 260 nociones objeto de aprendizaje, forzándoles a integrar estas nociones a sus ideas previas y a someter esta integración a la crítica conjunta. 4. ¿Cómo podemos dar cuenta metodológicamente del estudio de los procesos de aprendizaje? 4.1. ¿Cómo analizar la dinámica de desarrollo de una Secuencia Didáctica en que el investigador es a la vez profesor? 4.2. ¿Qué incidencia tiene este modelo en el conjunto de la actividad de los alumnos? • La reflexión-acción Hemos presentado la reflexión-acción como una intervención por parte del profesor desplegada en bucles sucesivos que dilatan el proceso de aprendizaje y crean el imprescindible espacio para que el docente pueda reflexionar, en un movimiento recursivo en espiral. Esta reflexión busca perder el miedo a la intervención, puesto que identificar errores y aciertos es el camino para mejorar. La intervención abrirá al investigador espacios para la investigación entendida como una evaluación orientada a entender y mejorar los procesos desencadenados. La educación se entiende así como un conjunto de acciones que toman sentido en relación al objetivo al que están encaminadas, y a la vez orientan la mirada no sólo al objetivo sino al proceso educativo. La secuencia que hemos presentado responde al modelo de la SDG en varios sentidos: actividades de manipulación e implicación por parte de los alumnos, relevancia de la interacción oral en un marco de exploración conjunta, identificación de objetivos claros que den sentido a las actividades parciales, trabajo centrado en aspectos tanto declarativos como procedimentales, etc. La puesta en escena de la secuencia muestra no sólo una integración de los diversos dispositivos reclamados por el modelo, algunos de los cuales tomados de experiencias anteriores. También muestra la importancia dada al proceso y cómo esto en el marco de la investigación-acción implica la valoración a cada paso de lo que se ha hecho y de cómo se puede continuar para llegar a los objetivos de enseñanza y aprendizaje estipulados. Esto se traduce, por ejemplo, en el diseño de instrumentos de consulta elaborados en base a lo que hay que aprender pero también en base al feed back proporcionado por los alumnos en forma de comentarios, dudas, observaciones, desconciertos, etc. El profesor atribuye a este feed back un gran valor como indicios para trabajar nociones concretas a partir del criterio “Hay que evitar proponer la respuesta antes de que el alumno se formule la pregunta”. La secuencia desarrollada en el aula es fruto de esta dinámica de reflexión que lleva a revisar la planificación realizada en función de aspectos diversos que puedan emerger. En el apartado dedicado al desarrollo de la secuencia hemos presentado con el epígrafe de “Resultados” un comentario a cada una de las actividades llevadas a cabo. Estos comentarios son el reflejo de un docente que reflexiona sobre lo que ha sucedido en el aula y que sucesivamente va ajustando las sesiones de forma dinámica. El profesor responde así al modelo de reflexión-acción. Consideramos, sin embargo, que 261 en el presente trabajo este planteamiento no sólo afecta a lo que sucede entre bastidores desde la perspectiva del docente. Afecta también a la manera con la que los alumnos se implican en las actividades. Así, el profesor se encarga de la secuencia activamente desde la acción y la reflexión asumiendo que en el aula hay siempre un margen para el imprevisto que no puede ser negligido por una planificación rígida, y convirtiendo la docencia en sinónimo de investigación. Defendemos que este planteamiento es implícitamente transmitido a los alumnos cuando se le proponen preguntas abiertas de las cuales el profesor no tiene la respuesta, por ejemplo cuando se les pide reflexionar sobre los resultados de los traductores automáticos. Los alumnos discuten sobre unos fenómenos extraídos de la realidad de la lengua y sometidos a escrutinio con las herramientas conceptuales presentadas, las cuales son el verdadero objeto de enseñanza y aprendizaje. El aprendizaje también se convierte, así, en sinónimo de investigación. Para el profesor la reflexión-acción representa una práctica ligada a la situación de aula, en la que el profesor es investigador de la propia práctica y se integra en una comunidad de aprendizaje más amplia. Esta es la tesitura en la que se sitúa el aprendiz cuando se le plantean preguntas reales de respuesta desconocida, sin obviar la necesidad que la institución escolar tiene de las pruebas estándares. La interacción en pequeño grupo muestra que esto ha sido globalmente asumido por los alumnos. Como hemos dicho, los diálogos analizados responden a dos actividades de naturaleza diferente, de respuesta más abierta la primera y más divergente la segunda. A diferencia de las actividades ligadas directamente con las cuatro investigaciones propuestas, sin embargo, se trata de dos actividades que podríamos considerar típicamente escolares, que presentan un material lingüístico descontextualitzado, y que reclaman unas respuestas más cerradas. Esto es así especialmente en cuanto a la segunda actividad, claramente convergente: determinar la corrección en el uso de unas determinadas formas pronominales. A pesar de ello, los alumnos son capaces de desencadenar un proceso abierto, de guiarse por un espíritu de indagación dialógica, de problematitzar los datos y discutirlos, de crear diálogo, en definitiva de hablar de gramática. Se trata de un proceso doble en el que los observadores (el profesor y los alumnos) se sitúan ante los fenómenos que quieren observar (el aula y los problemas gramaticales, respectivamente) e intentan comprenderlos. Profesor y alumnos asumen que deberán implicarse en una dinámica de indagación colectiva (de reflexión-acción y diálogo exploratorio), con respuestas aproximadas que siempre llevarán a nuevos interrogantes, interpretando este movimiento de ida y vuelta como un proceso de aprendizaje profundo y valioso. Interpretamos esto como un interesante fenómeno de extrapolación desde el nivel macro al nivel micro. 4.3. ¿Cómo tiene que ser un modelo de análisis que dé cuenta de los procesos argumentativos desencadenados en la interacción en pequeño grupo y centrados en la solución de problemas gramaticales? • El modelo para el análisis de la interacción verbal El modelo que hemos propuesto desarrolla unas unidades relativas a las dimensiones proposicional (de contenido) y funcional (argumentativa). La asunción básica es que el aprendizaje se da gracias a la asimilación de unos 262 rudimentos argumentativos que permiten la transformación del contenido proposicional metalingüístico. En cuanto a las unidades de análisis relativas al contenido, hemos establecido cinco: el Diálogo, la Secuencia Discursiva, la Secuencia Metalingüística, la Subsecuencia Metalingüística y el Enunciado Metalingüístico. En cuanto a las unidades de análisis relativas a la argumentación, hemos establecido dos: la Secuencia Argumentativa y el Episodio Argumentativo. Asimismo, hemos establecido las siguientes categorías: para las unidades de análisis proposicionales, los enunciados metalingüísticos pragmáticos, semánticos y formales; y para las unidades de análisis funcionales, los episodios argumentativos reactivos (diverger, contradecir, clarificar y retar) y los aditivos (explicar, expandir, añadir, aceptar y concluir). Consideramos que los resultados del análisis muestran que este modelo es descriptivo pero también explicativo de los fenómenos que se dan en el seno de las interacciones. Nos ha permitido dar cuenta del estrecho vínculo entre el plano del macrocontexto y el plano del microcontexto. Efectivamente, como hemos mostrado a lo largo de los apartados precedentes de estas conclusiones, el influjo entre los dos planes es notorio y gracias al modelo propuesto podemos hacer visibles estas relaciones. El modelo de análisis está estrechamente relacionado con el diseño y evaluación de la propuesta de intervención porque busca hacer visibles los procedimientos que siguen los alumnos en el seno de este diseño para desarrollar su reflexión metalingüística. Esto responde a una de las líneas de investigación que se propone el grupo GREAL (Universitat Autònoma de Barcelona): el estudio de los conceptos gramaticales de los escolares. Otra línea de investigación de este grupo es la reflexión metalingüística en el marco de un modelo de intervención que la haga posible (el modelo de Secuencia Didáctica de Gramática, SDG). En este sentido el objetivo de la investigación es explorar el proceso de enseñanza y aprendizaje desencadenado en la interacción entre estudiantes en el contexto del nuevo programa. Como ya hemos señalado en este trabajo, el diseño de intervención no es concebido como un modelo para el estudio experimental o como un marco estable para la interpretación posterior, sino como un contexto para la intervención que abrirá al investigador espacios para la investigación entendida como una evaluación orientada a entender y mejorar los procesos desencadenados. Interpretamos el encadenamiento de episodios argumentativos como propio de la conversación exploratoria, partiendo de la idea según la cual es la aportación de razones lo que moviliza el bagaje gramatical, en un proceso que identificamos de aprendizaje a pesar de que en ocasiones no se llegue a acertar la solución final. Los alumnos hablan y discuten y aunque no lleguen a encontrar la solución (pues quizás sólo es cuestión de tiempo, del que no disponen) movilizan a un nivel elevado su bagaje metalingüístico. La interacción argumentativa va integrando los diversos saberes y puntos de vista aportados, creando una red densa de relaciones en la cual se moviliza el saber gramatical, de forma acertada o no, y donde toman sentido los instrumentos de consulta. Uno de los fenómenos que observamos en los diálogos, por ejemplo, es la gran divergencia de procedimientos que los alumnos siguen para resolver los mismos problemas, unos procedimientos conectados de diferente manera con las nociones objeto de enseñanza y aprendizaje y resueltos de manera desigual en el flujo argumentativo. Efectivamente, los alumnos son unos, cada 263 uno de ellos con una idiosincrasia compleja (bagaje escolar, emociones, carácter, relaciones grupales...), en una situación abierta (la interacción en grupo), discutiendo manifestaciones de la lengua de orden diverso (dislocaciones, variaciones dialectales, coreferencia, pronominalización, funciones, usos...). En consecuencia, esto nos hace pensar que no son posibles recetas cerradas y únicas que funcionen igual para todos los alumnos, a pesar de que sí son imprescindibles puntos de referencia relativamente versátiles y abiertos que sirvan para desarrollar de forma exploratoria las discusiones y para saber posicionarse ante la diversidad de los fenómenos observados. En la resolución de problemas gramaticales no parece posible la aplicación de procedimientos algorítmicos, cerrados y estables, entre otras razones porque para resolver una tarea (por ejemplo la identificación de dos elementos en distribución complementaria para determinar la función de uno de ellos) hace falta siempre tener en cuenta el sentido de esta tarea (por ejemplo que el intercambio tiene que respetar la jerarquía de los elementos y no su aparición lineal en el discurso), y porque la lengua se presenta ligada a la variación dialectal y funcional. Un indicio de aprendizaje por lo tanto es que los alumnos puedan recrear una trama argumentativa nueva que se desvincule de la aplicación mimética del material de consulta y de las nociones de referencia. Esta trama es consecuencia de abordar las nociones no aisladas sino en relación las unas con las otras, y será en esta relación donde se construirá verdaderamente el nuevo conocimiento. Consideramos el encadenamiento de episodios expansivos y su enriquecimiento progresivo propio de la conversación exploratoria y no acumulativa porque se aportan constantemente justificaciones a los razonamientos. Partimos justamente de la idea según la cual es esta aportación de razones la que moviliza el bagaje gramatical, en un proceso que podemos identificar como de aprendizaje y que es independiente de acertar la solución final. En nuestro caso, consideramos que los resultados del análisis micro apoyan el planteamiento adoptado desde la perspectiva macro. Hemos explorado un discurso metalingüístico centrado en el código como un objeto de estudio separado momentáneamente del uso, y generado en el seno de un conjunto de medidas arbitradas por el docente siguiendo un modelo de intervención. El propio modelo de análisis es, en este sentido, una aportación de nuestro estudio a la comprensión del aprendizaje graatical. 8.2. REFLEXIÓN FINAL En este trabajo hemos intentado responder a la necesidad de elaborar una gramática para la escuela que contribuya a salvar la distancia entre uso y reflexión gramatical y que se fundamente en la reflexión y el diálogo. La enseñanza y aprendizaje de la gramática se ha basado en una intervención transmisiva y pocas veces se promueve la reflexión y el razonamiento implicando a los alumnos. En cambio la investigación donde se inscribe el presente estudio ha puesto sobre la mesa la necesidad de esta reflexión para superar la crisis de los modelos comunicativos, en los que el conocimiento gramatical se construye sólo a partir del uso de la lengua. Además, un marco reflexivo para el aprendizaje gramatical no sólo promueve el diálogo sino que afecta también la manera de presentar y concebir el objeto de aprendizaje. 264 Mientras que una gran cantidad de estudios niegan la incidencia de la instrucción gramatical en la mejora del uso, los estudios sobre la actividad metalingüística de los escolares van más allá pues ponen de relieve que esta instrucción ni tan siquiera sirve para construir un saber gramatical coherente. Mientras que los primeros proponen dejar de lado toda instrucción gramatical, estos últimos se presentan como el punto de partida para buscar qué caminos pueden llevarnos a una mejor conexión entre instrucción de la gramática, construcción del saber gramatical y uso de la lengua, abriendo así una importante nueva avenida para la investigación. Remarcan que la escuela debe tener en cuenta la relación estrecha pero no directa entre enseñanza gramatical y uso de la lengua, y que es básico que los alumnos hablen de los fenómenos gramaticales para aprender gramática. Hemos mostrado en este sentido el enorme potencial que tienen para el aprendizaje los escenarios de aula en los que se hable para aprender gramática, combinando niveles diversos de explicitación. En este sentido, defendemos que saber lengua es también saber gramática y partimos de la idea según la cual el conocimiento sobre el sistema que se desprende de la lengua en uso no es un conocimiento sistematizado y no permite al aprendiz recuperar este saber en situaciones de uso más formal, asumiendo a la vez que el conocimiento del sistema gramatical no garantizará tampoco saber usar la lengua (Ribas et al 2002; Camps, 1998; Trévise, 2009; Camps, 2010). La gramática es importante y forma parte del conocimiento relativo al uso de la lengua. Entre el uso y el conocimiento del sistema existen vínculos de naturaleza diversa y es crucial que la enseñanza muestre a los aprendices caminos para relacionar las dos caras de la misma moneda (Camps et al 2005). Nuestro estudio, pues, es una contribución a la elaboración de un nuevo modelo de enseñanza y aprendizaje de la gramática que parte de la reflexión sobre el sistea. Ha planteado asimismo la importancia de la investigación en el aula y la necesidad de objetivos específicos de análisis para relacionar el marco global del diseño de intervención y el desarrollo de la interacción en pequeño grupo. Aporta en este sentido una metodología que nos permite observar la construcción del conocimiento gramatical en acción. Esto nos ha permitido desarrollar argumentos para validar un modelo de enseñanza y aprendizaje de la gramática e identificar los problemas con que se encuentran los alumnos. Las perspectivas de futuro de la investigación donde se inscribe este estudio son amplias y diversas. Implican elaborar un espacio que integre las miradas de investigadores y docentes y que ayude a explorar, desarrollar y contrastar en el aula el modelo de intervención. Todo esto se tiene que poder traducir en obras de consulta manejables dirigidas tanto a profesores como a aprendices. También debemos atender y desarrollar una enseñanza integrada del currículo de lenguas, y especialmente de la instrucción gramatical y de los usos comunicativos. Debemos abordar asimismo el diseño de un currículo oficial que atienda los aspectos gramaticales y la reflexión metalingüística. Y ligando con este último punto debemos encontrar maneras de articular en un periodo de tiempo largo correspondiente a un trimestre, un curso o un ciclo el contenido gramatical curricular. Mejorar la enseñanza de la gramática en la escuela implica elaborar un espacio de encuentro de aportaciones diversas e intereses complementarios. Estas son algunas ideas del trabajo pendiente. Pensamos que poco a poco la línea de investigación en la que situamos nuestra tesis va iluminando algunos de los ámbitos 265 mencionados. Pensamos también que esto se debe en último término al compromiso profundo de esta línea de investigación con la mejora de las prácticas escolares y con la educación lingüística de los aprendices. 18 18 Algunos trabajos del grupo GREAL que responden a estas líneas de estudio gramatical son: Gil y Bigas (2009), Fontich (2011), Milian (2010), Ruiz Bikandi (2010), Coronas (2010), Martínez Laínez (2010), Ferrer y Rodríguez (2010), Guasch (2010a), Guasch (2010b), Ribas (2010), Rodríguez (2011), Birello (2012), Rodríguez (2012) y Ferrer (2012). 266 Referencias bibliográficas 267 268 Alexander, R. (2004). Towards dialogic teaching: rethinking classroom talk. 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Barcelona: Graó. 284 285 Anexos 286 287 288 DIÁLOGO 1 (1) Actividad Actividad [1] (i) Observar el verbo (ii) Pensar cuantos SN-argumentos tiene y qué elementos CC le son periféricos (iii) Determinar qué función realiza cada SN-argumento consultando la “Rueda de la oración” (iii) Elegir aquellas oraciones consideradas por el grupo como más fáciles y más difíciles y justificar esta consideración (2) Diálogo 1.1 Sònia: a vera | u = dificultat = 1.2 Joana: = (ac) pero ponlo así! = 1.3 Sònia: dificultat baixa | el Dalí va pintar de jove aquell retrat del Lincoln | llavors 1.4 Joana: = = del Lincoln es ce i \ || = és ce i \ = 1.5 Sònia: = del ce de \ = 1.6 Joana: és ce i! | de qui! \ <4> 1.7 Sònia: és ce de! 1.8 Jordi: és ce de Joana \ 1.9 Joana: (p) ah vale \ 1.10 Jordi: (p) si es diu el daixòs es diu \ 1.11 Sònia: (p) @@ | (p) para Gemma! 1.12 Jordi: (p) bajo del m...1.13 Sònia: (p) @ no | comencem pel vint-i-tres \ | el Dalí / jo crec que és el subjecte \ 1.14 Jordi: = clar = 1.15 Gemma: = és la persona = 1.16 Joana: = però la de és d’i = 1.17 Jordi: clar 1.18 Sònia: ara | va pintar és el verb perquè és el qui diu l’acció 1.19 Gemma: sí 1.20 Joana: de jove | tu què creus / (p) @@ Gemma? 1.21 Gemma: (p) @@ 1.22 Sònia: (ac) de jove tu què creus que és? 1.23 Gemma: de jove / complement de temps! | no? 1.24 Sònia: = per què? = 1.25 Joana: = per què? = 1.26 Gemma: home doncs perquè és jove! (p) @ 1.27 Sònia: i què passa = que sigui jove! = 1.28 Jordi: = (ac) perquè determina quan era!= (p) determines quan era \ 1.29 Sònia: (p) @ 1.30 Gemma: ah! perquè determina quan era jo...1.31 Sònia, Gemma, Joana: (f) @@ 1.32 Jordi: (p) xxx carregat \ què què has tirat? 1.33 Gemma: (f) @@ ah el regle! 1.34 Sònia: (f) @ se m’ha caigut el regle! <1> (p) ei! en falta un tros! 1.35 Tots: (sorolls diversos) @ 1.36 Gemma: (a l’aparell) som el millor grupo! 1.37 Joana: (p) abrimos la ventana porque xxx @ 289 1.38 Gemma: fa un huevo de calor en aquesta escola! | o abaixen la calefacció aquí o yo me muero! (p) @ 1.39 Sònia: (p) @ 1.40 Gemma (p) què passa xxx? (p) ay! = que rodillazo! = 1.41 Sònia: = espera espera = aq aquell retrat del Lincoln / <2> 1.42 Jordi: el ce de 1.43 Sònia: || no! | = ah sí sí! = 1.44 Joana: = (ac) però per què estem encara con això! = 1.45 Sònia: perquè encara no hem dit = què és això \ = 1.46 Joana: = és ce i! = Diversos sorolls fluixos 1.47 Jordi: és ce ce \ 1.48 Sònia: no però xxx Paren la gravadora per primer cop 1.49 Gemma: ah si! 1.50 Sònia: a veure 1.51 Gemma: ja? parem? 1.52 Sònia: ah! Ja? 1.53 Jordi: ja s’ha acabat! Paren la gravadora per segon cop 1.54 Sònia: va pintar de jove aquell retrat de Lincoln \ 1.55 Jordi: ok? 1.56 Gemma: no! 1.57 Jordi: va pintar \ 1.58 Sònia: = = va pinta::r és el verb / 1.59 Jordi: clar \ 1.60 Sònia: doncs ho marquem \ 1.61 Gemma: (p) és l’únic que no està subratllat! @ 1.62 Sònia: (p) @ 1.63 Gemma: (p) @ ja el pots subratllar! 1.64 Sònia: bueno penseu quants quants sintagmes nominals arguments en té i quins elements perifèrics és a dir els complements directes 1.65 Jordi: (p) pe-le-a: 1.66 Sònia: (p) para! | 1.67 Gemma: (p) calla! 1.68 Sònia: (p) (le) el jove:: || de jove:: || (f) (ac) però si està marcat! de jove i aquell retrat de Lincoln / 1.69 Jordi: clar | de jove ja està marcat | nosaltres només tenim que ficar | lo què és \ no ho has de marcat nosaltres hem de ficar lo que és Paren la cinta per tercer cop 1.70 Jordi: el Dalí subjecte! La cinta s’acaba 290 (3) Secuencias Discursivas • En negrita indicamos las Secuencias Metalingüísticas Secuencias Discursivas 1. Turnos: 1.1 / 1.48 Foco: categoría verbal y funciones en “El Dalí va pintar de jove aquell retrat de Lincoln” 2. Turnos: 1.49 / 1.53 Foco: resolución de la tarea 3. Turnos: 1.54 / 1.61 Foco: el verbo en “El Dalí va pintar de jove aquell retrat de Lincoln” 4. Turnos: 1.64 / 1.69 Foco: resolución de la tarea 5. Turno: 1.70 Foco: sujeto 291 (4) Secuencias y Subsecuencias Metalingüísticas Secuencias Metalingüísticas Subsecuencias Metalingüísticas 1.1 Turnos: 1.1 / 1.9 Foco: CD / CI 1.2 Turnos: 1.10 / 1.12 Foco: off-task 1.3 Turnos: 1.13 / 1.15 Foco: sujeto 1. Turnos: 1.1 / 1.48 Foco: categoría verbal y funciones en “El Dalí va pintar de jove aquell retrat de Lincoln” 1.4 Turnos: 1.16 / 1.17 Foco: CI 1.5 Turnos: 1.18 / 1.19 Foco: verbo 1.6 Turnos: 1.20 / 1.30 Foco: CC 1.7 Turnos: 1.31 / 1.40 Foco: off-task 1.8 Turnos: 1.41 / 1.48 Foco: CD / CI 3. Turnos: 1.54 / 1.63 Foco: el verbo en “El Dalí va pintar de jove aquell retrat de Lincoln” 3.1 Turnos: 1.54 / 1.59 Foco: identificar el verb 3.2 Turnos: 1.60 / 1.63 Foco: procedimiento de respuesta 4.1 Turnos: 1.64 Foco: Enunciado 4. Turnos: 1.64 / 1.69 Foco: resolución de la tarea 4.2 Turnos: 1.65 / 1.67 Foco: off-task 4.3 Turnos: 1.68 / 1.69 Foco: procedimiento de respuesta 5. Turnos: 1.70 Foco: sujeto - 292 • Selección objeto de análisis Secuencias Metalingüísticas Subsecuencias Metalingüísticas 1.1 Turnos: 1.1 / 1.9 Foco: CD / CI 1.3 Turnos: 1.11 / 1.15 Foco: sujeto 1. Turnos: 1.1 / 1.48 Foco: el Dalí va pintar de jove aquell retrat de Lincoln 1.4 Turnos: 1.16 / 1.17 Foco: CI 1.5 Turnos: 1.18 / 1.19 Foco: verbo 1.8 Turnos: 1.41 / 1.48 Foco: CD / CI 3. Turnos: 1.54 / 1.61 Foco: el Dalí va pintar de jove aquell retrat de Lincoln 4. Turnos: 1.64 / 1.69 Foco: resolución de la tarea 5. Turnos: 1.70 Foco: sujeto 3.1 Turnos: 1.54 / 1.59 Foco: identificar el verbo 4.1 Turnos: 1.64 Foco: Enunciado - (5) Enunciados Metalingüísticos a) SSM 1.1: CD y CI 1.1 Sònia: a vera | u = dificultat = 1.2 Joana: = (ac) pero ponlo así! = 1.3 Sònia: dificultat baixa | el Dalí va pintar de jove aquell retrat del Lincoln | llavors 1.4 Joana: = = del Lincoln es ce i \ || = és ce i \ = 1.5 Sònia: = del ce de \ = 1.6 Joana: és ce i! | de qui! \ <4> 1.7 Sònia: és ce de! 1.8 Jordi: és ce de / Joana \ 1.9 Joana: (p) ah vale \ 293 b) SSM 1.1: Sujeto 1.13 Sònia: (p) @ no | comencem pel vint-i-tres \ | el Dalí / jo crec que és el subjecte\ 1.14 Jordi: = clar = 1.15 Gemma: = és la persona = c) SSM 1.4: CI 1.16 Joana: però la de és d’i 1.17 Jordi: clar d) SSM 1.5: Verbo 1.18 Sònia: ara | va pintar és el verb perquè és el qui diu l’acció 1.19 Gemma: sí e) SSM 1.8: CD y CI 1.41 Sònia: espera espera aq aquell retrat del Lincoln / <2> 1.42 Jordi: el ce de 1.43 Sònia: || no! | = ah sí sí! = 1.44 Joana: = però per què estem encara con això!= 1.45 Sònia: perquè encara no hem dit = què és això \ = 1.46 Joana: = és ce i! = (diversos sorolls fluixos) 1.47 Jordi: és ce ce \ 1.48 Sònia: no però xxx f) SSM 1.1: Identificar el verbo 1.54 Sònia: va pintar de jove aquell retrat de Lincoln \ 1.55 Jordi: ok? 1.56 Gemma: no! 1.57 Jordi: va pintar \ 1.58 Sònia: = = va pinta::r és el verb / 1.59 Jordi: clar \ g) SSM 4.1: Leer el enunciado 1.64 Sònia: bueno “penseu quants quants sintagmes nominals arguments en té i quins elements perifèrics” és a dir els complements directes h) SM 5: Sujeto 1.70 Jordi: el Dalí subjecte! 294 295 DIÁLOGO 2 (1) Actividad Actividad [1] (i) Observar el verbo (ii) Pensar cuantos SN-argumentos tiene y qué elementos CC le son periféricos (iii) Determinar qué función realiza cada SN-argumento consultando la “Rueda de la oración” (iv) Elegir aquellas oraciones consideradas por el grupo como más fáciles y más difíciles y justificar esta consideración (2) Diálogo 2.1 Rosa: a vera: \ || jo / una de les frases que considero <2> ehhh molt fàcil / és la setze \ | la setze diu aquest estiu ha crescut molt | eeeemmh ha crescut eeh seria el verb \ || i llavors / ehhhmm la morfologia / | de:l verb haver | ens senyala que el | el subjecte elidit és ell || després aquest estiu || eeh i molt formarien part de la perifèria | aquest estiu seria complement circumstancial de temps \ | i molt seria complement circumstancial de quantitat <2> una altra: un altre número que considero que puc explicar /| encara que | és més difícil / || és el número / vint-i-u \ | el número vint-i-u diu l'atemptat de Madrid | va ser | desencadenat | per la guerra de Iraq | el verb | és | va ser desencadenat <4> l'atemptat de Madrid seria: 2.2 Pau: <2> complement directe \ no? 2.3 Rosa: ehhh ehhh l'atemptat de Madrid seria emmmm | complement directe / | el que passa és que com que aquesta frase està en passiva / || potser seria:: subjecte agent \ || i per la guerra d’Irak / | eeeh jo crec que seria complement de règim | 2.3 Rosa: ehhh ehhh l'atemptat de Madrid seria emmmm | complement directe / | el que passa és que com que aquesta frase està en passiva / || potser seria:: subjecte agent \ || i per la guerra d’Irak / | eeeh jo crec que seria complement de règim | esteu d'acord con mi respecte aquestes dues frases? 2.4 Eva: jo sí 2.5 Pau: home / i a.:: la setze perxò no té molt de sentit perquè aquest estiu ha crescut molt / ||| però jo:: jo no:: jo aquesta frase no sé a què es refereix si a: = si a:: si a:: = 2.6 Rosa: = per exemple ima = imagina't que tu la teva tieta no et veu des de l'any passat 2.7 Eva: uuu! 2.8 Rosa: i llavors / ve a veure't i diu ui! aque aquest estiu ha crec ha crescut molt / el nen \ 2.9 Eva: o pot tconé di:r / (ac) jon jo no hi estic d'acord con això que has dit però:: lo únic que dic que a lo millor tconé pot dir (le) aquest estiu ha crescut molt el meu el meu cosí o el que sigui 2.10 Rosa: clar la persona \ 2.11 Pau: = = ja però llavors tindria que ell::: || jo crec que tindria que que ja no no tenir el el (ac) subjecte elidit perquè si no la frase no tindria sentit \ saps? || més o menys/ 2.12 Rosa: la frase sí que té sentit el que passa és que 2.13 Pau: cla:r però: | al primer cop de ve...- que al primer cop d'ull / clar dius aquest estiu ha crescut molt i | hòstia! | qui ha crescut? perquè a l'estiu pot cre...- pot créixer moltes coses! 2.14 Eva: (p) @ 296 2.15 Rosa: no! no! || no Pau perquè || mira \ | eeeeeh haver crescut / | haver crescut és un verb \ i llavors / el podem conjugar | (le) he crescut | has crescut | ha crescut | hem crescut | 2.16 Pau: = = sí però aquesta frase = (ac) no té xx = 2.17 Rosa: = (ac) i llavors = ha || ha | senyala que | el mm subjecte / | és ell \ 2.18 Pau: ja però no només no només pot ser una persona @@ | pot pot ser una: una planta tconé \ | o una:: o un gos \ o un ocell o un = XXX = o el que sigui 2.19 Rosa: = home! = 2.20 Eva: no però en aquest cas 2.21 Rosa: = = esclar qu..- a veure un moment! | esclar que sí que pot ser una planta però vull dir / | que | aquest verb | ens assenyala que és tercera persona | no p no pot ser si primera ni segona ni res \ ha de ser ell o ella \ 2.22 Pau: || sí | estic d'acord / | així \ 2.23 Eva: però jo dic que xxx que xxx aquesta frase aquí es refereix a una persona no a un animal ni cosa \ 2.24 Rosa: per què no? | (ac) per què no? 2.25 Eva: perquè si fos una planta seria 2.26 Rosa: = = i si jo digués aquest estiu ha crescut molt / | la planta/? 2.27 Eva: però no saps a què et refereixes \ | exactament \ 2.28 Rosa: (ac) a veure no ho sabem Eva! no faci::s | comentari::s | (ac) una mica tontos 2.29 Pau: clar home! 2.30 Rosa: pensa abans de parlar! 2.31 Pau: tu no saps quan va néixer el priorat de sió / pos ja està \ | lo mismo \ 2.32 Eva: (p) @ 297 (3) Secuencias Discursivas • En negrita indicamos las Secuencias Metalingüísticas Secuencias Discursivas 1. Turnos: 2.1 Foco: categorías y funciones de la oración “Aquest estiu ha crescut molt” 2. Turnos: 2.1 / 2.3 Foco: funciones sintácticas de oración “L'atemptat de Madrid va ser desencadenat per la guerra d’Iraq” El atentado deMadri fue desencadenado por la guerra de Irak 3. Turnos: 2.3 / 2.5 Foco: acuerdo / desacuerdo 4. Turnos: 2.5 / 2.28 Foco: sentido de la oración “Aquest estiu ha crescut molt” 5. Turnos: 2.28 / 2.32 Foco: juicio sobre una intervención 298 (4) Secuencias y Subsecuencias Metalingüísticas Secuencias Metalingüísticas 1. Turnos: 2.1 Foco: categorías y funciones de la oración “Aquest estiu ha crescut molt” 2. Turnos: 2.1 / 2.3 Foco: categorías y funciones de la oración “L'atemptat de Madrid va ser desencadenat per la guerra de Iraq” 4. Turnos: 2.5 / 2.28 Foco: sentido de la oración “Aquest estiu ha crescut molt” Subsecuencias Metalingüísticas 1.1 Turnos: 2.1 Foco: verbo y sujeto 1.2 Turnos: 2.1 Foco: periferia 2.1 Turnos: 2.1 Foco: verbo 2.2 Turnos: 2.1 / 2.3 Foco: CD 4.1 Turnos: 2.5 / 2.10 Foco: sentido y contexto de uso 4.2 Turnos: 2.11 / 2.17 Foco: sentido, sujeto elidido y morfología 4.3 Turnos: 2.18 / 2.28 Foco: sentido general 299 • Selección objeto de análisis Secuencias Metalingüísticas 1. Turnos: 2.1 Foco: categorías y funciones de la oración “Aquest estiu ha crescut molt” 4. Turnos: 2.5 / 2.28 Foco: sentido de la oración “Aquest estiu ha crescut molt” Subsecuencias Metalingüísticas 1.1 Turnos: 2.1 Foco: verbo y sujeto 4.1 Turnos: 2.5 / 2.10 Foco: sentido y contexto de uso 4.2 Turnos: 2.11 / 2.17 Foco: sentido, sujeto elidido y morfología verbal 4.3 Turnos: 2.18 / 2.28 Foco: sentido general 300 (5) Enunciados Metalingüísticos a) SSM 1.1 : verbo y sujeto 2.1 Rosa: a vera: \ || jo / una de les frases que considero <2> ehhh molt fàcil / és la setze \ | la setze diu aquest estiu ha crescut molt | eeeemmh ha crescut eeh seria el verb \ i llavors / ehhhmm || la morfologia / | de:l verb haver | ens senyala que el | el subjecte elidit és ell b) SSM 4.1: sentido y contexto de uso 2.5 Pau: home / i a.:: la setze perxò no té molt de sentit perquè aquest estiu ha crescut molt / ||| però jo:: jo no:: jo aquesta frase no sé a què es refereix si a: = si a:: si a:: = 2.6 Rosa: = per exemple ima = imagina't que tu la teva tieta no et veu des de l'any passat | 2.7 Eva: uuu! 2.8 Rosa: i llavors / ve a veure't i diu ui! aque aquest estiu ha crec ha crescut molt / el nen \ 2.9 Eva: o pot tconé di:r / (ac) jon jo no hi estic d'acord con això que has dit però:: lo únic que dic que a lo millor tconé pot dir (le) aquest estiu ha crescut molt el meu el meu cosí o el que sigui 2.10 Rosa: clar la persona \ c) SSM 4.2 : sentido, sujeto elidido y morfología verbal 2.11 Pau: = = ja però llavors tindria que ell::: || jo crec que tindria que que ja no no tenir el el (ac) subjecte elidit perquè si no la frase no tindria sentit \ saps? || més o menys? 2.12 Rosa: la frase sí que té sentit el que passa és que 2.13 Pau: cla:r però: | al primer cop de ve...- que al primer cop d'ull / clar dius aquest estiu ha crescut molt i | hòstia! | qui ha crescut? perquè a l'estiu pot cre...- pot créixer moltes coses! 2.14 Eva: (p) @ 2.15 Rosa: no! no! || no Pau perquè || mira \ | eeeeeh haver crescut / | haver crescut és un verb \ i llavors / el podem conjugar | (le) he crescut | has crescut | ha crescut | hem crescut | 2.16 Pau: = = sí però aquesta frase = (ac) no té xx = 2.17 Rosa: = (ac) i llavors = ha || ha | senyala que | el mm subjecte / | és ell \ d) SSM 4.3 : sentido general 2.18 Pau: ja però no només no només pot ser una persona @@ | pot pot ser una: una planta tconé \ | o una:: o un gos \ o un ocell o un = XXX = o el que sigui 2.19 Rosa: = home! = 2.20 Eva: no però en aquest cas 2.21 Rosa: = = esclar qu..- a veure un moment! | esclar que sí que pot ser una planta però vull dir / | que | aquest verb | ens assenyala que és tercera persona | no p no pot ser si primera ni segona ni res \ ha de ser ell o ella \ 2.22 Pau: || sí | estic d'acord / | així \ 2.23 Eva: però jo dic que xxx que xxx aquesta frase aquí es refereix a una persona no a un animal ni cosa \ 2.24 Rosa: per què no? | (ac) per què no? 2.25 Eva: perquè si fos una planta seria 2.26 Rosa: = = i si jo digués aquest estiu ha crescut molt / | la planta/? 2.27 Eva: però no saps a què et refereixes \ | exactament \ 2.28 Rosa: (ac) a veure no ho sabem Eva! 301 DIÁLOGO 3 (1) Actividad Actividad [1] (i) Observar el verbo (ii) Pensar cuantos SN-argumentos tiene y qué elementos CC le son periféricos (iii) Determinar qué función realiza cada SN-argumento consultando la “Rueda de la oración” (iv) Elegir aquellas oraciones consideradas por el grupo como más fáciles y más difíciles y justificar esta consideración (2) Diálogo 3.1 Jofre: això ho hauríem d’haver fet l’altra classe | tio \ 3.2 Arnau: || però jo crec que jo tampoc ho entenc! 3.3 Jofre: = = ara ho tinc molt espès jo tot això \ 3.4 Arnau: però però és que jo tampoc entenc lo que hem de fer ara! si és que ja estan solucionades les frases! 3.5 Jofre: no:: | = simplement = 3.6 Enric: = bueno diu el = que ens va costar i el per què \ | res mes \ 3.7 Arnau: per què vale i després la més frase la més fàcil el nen plora 3.8 Pere: || si | no? 3.9 Arnau: = = no? perquè:: subjecte = i verb = 3.10 Enric: sol té un XX 3.11 Pere: = sí però ha dit = 3.12 Arnau: és la frase més senzilla que hi pot haver/ 3.13 Jofre: però el nen plora = tenia una = característica 3.14 Pere: = ha dit que = però ha dit que agafem això 3.15 Jofre: = = X era:: monoargumental / i::: no sé: / 3.16 Arnau: = = pos ja està per... 3.17 Jofre: què més queda a dir \ || ha de tenir nomes subjecte i = verb / = 3.18 Pere: = però:: = 3.19 Jofre: = = i és monoargumental és que és la més fàcil de totes! 3.20 Pere: = = eh un moment | ha dit que les analitzem con la roda \ totes \ 3.21 Enric: || però ja ho vam fer! 3.22 Arnau: = = ac és que con la roda a veure per exemple anem a analitzar la vuit | en l’ecologisme hi crec bastant | = eeeeh = 3.23 Enric: = en l’ecologisme / = 3.24 Jofre: = és XX = 3.25 Pere: = agafem el = 3.26 Arnau: = = però és que ja estan analitzades \ 3.27 Pere: no però ha dit pas per pas \ el lloc / concordança / || el de règim és! | hi crec \ aquí posa \ 3.28 Arnau: = = val \ | complement de règim \ | va abans del sintagma nominal \ 3.29 Pere: || no = no no = 3.30 Arnau: = no = o sigui va = després del verb = 3.31 Pere: = després després del verb = 3.32 Arnau: va després del verb 3.33 Jofre: ||| sí vale \ però si:: 3.34 Pere: = = pues aquí està al revés! 3.35 Jofre: = = si el X si el subjecte està elidit / com vols mirar com va::! 302 3.36 Arnau: clar! no no no | va després del verb perquè és és segons el verb mai és és segons el subjecte 3.37 Enric: = = però ::: 3.38 Jofre: = = ah vale essa ena \ 3.39 Arnau: = = la posició sempre és clar llavors || sempre és l’argument va després del verb / (ac) però és que en aquest cas va abans! 3.40 Enric: || = ja = 3.41 Pere: = ja = 3.42 Arnau: llavors (ac) per això no ho podíem passar \ (le) no té concordança <2> la preposició sí perquè és en l’ec en l’ecologisme hi crec bastant / el pronom sí o sigui en en el pronom sí perquè en en l’ecologisme hi crec bastant llavors ha de:: coincidir con el pronom | i con la preposició / 3.43 Jofre: no i això seria com dir 3.44 Arnau: = = (ac) clar i con la preposició tconé perquè diem (le) EN l’ecologisme \ és a dir preposició / en l’ecologisme \ o sigui tconé podria se::r | doncs això la preposició = de l’ecologisme = 3.45 Jofre: = sí però per = però per mirar el lloc hauríem de canviar la frase com si fos hi crec (le) hi crec bastant en l’e en l’ecologisme | = llavors sí que estaria:: = 3.46 Arnau: = (ac) jo crec bastant en l’ecologisme = 3.47 Jofre: | = = sí que estaria a davant no? 3.48 Arnau: clar perquè seria la frase normal seria crec bastant en l’ecologisme | (le) hi crec bastant | (ac) perquè se suposa que això / | si: si: si traiéssim el pronom / || |quedaria davant i seria crec bastant en l’ecologisme <2> vale | eeeeeeeh | bueno el pronom / la preposició 3.49 Pere: = = tu què creus? 3.50 Arnau: = = no \ no es pot passar a passiva / 3.51 Enric: (le) jo crec que sí \ que:: com ha con...- = XX = 3.52 Pere: = con la concordança = \ fixemnos en la concordança 3.53 Enric: = = no hi ha concordança \ = és un:: = 3.54 Arnau: = (ac) tal com diu la roda? = 3.55 Enric: = = una pregunta i una resposta 3.56 Arnau: esclar perquè tu podries di::r si no fos l’ecologisme / 3.57 Enric: el mateix \ 3.58 Arnau: bueno clar és que:: en l’ecologisme no pot no es pot passar a plural 3.59 Pere: = = què deies Enric què deies? 3.60 Enric: (le) doncs:: 3.61 Jofre: digues la teva | què en penses? 3.62 Enric: jo penso que és una:: 3.63 Arnau: per què no té concordança? 3.64 Enric: perquè dius en l’ecologisme / hi crec bastant = eeeh = 3.65 Arnau: = però = si canviessis el.: si si canviessis el: el: 3.66 Jofre: = = perquè és com repequeñoiu / que:: bfff || dir dos = coses = 3.67 Arnau: = clar però = 3.68 Jofre: dos coses que les pots dir de dues maneres diferents / = les dues d’aquestes dos maneres / a la a la vegada \ = 3.69 Enric: = però és que:: hi ha una més sensilla i no està de forma sensilla \ = 3.70 Arnau: clar \ 3.71 Enric: si fossi | crec bastant en l’ecologisme / doncs: no problem- = a: \ però:: = 3.72 Pere: = (le) és = en l’ecologisme hi crec 3.73 Jofre: representa XX pensativa i llavors | càmbia l’Núm. i: la intenció \ 303 3.74 Arnau: no però en l’ecologisme no és cap frase perquè no té verb || en l’ecologisme = no és cap frase perquè XX = 3.75 Enric: = no | no és una frase = qui no té verb en una oració 3.76 Arnau: = = (ac) és una aclaraci...- se seria: com:: un comple o sigui seria un per complementar el significat de hi crec bastant \ (ac) perquè tu si dius hi crec bastant / l’altre diu en què hi creus? 3.77 Jofre: (ac) clar com per Matizar-ho perquè no saps en què crec bastant \ || (le) sempre és creure en alguna cosa \ 3.78 Arnau: en realitat és una és una és una frase oral / això \| perquè és com si diguessis un Diálogo / jo dic = (ac) creus en l’ecologisme = 3.79 Jofre: = ja ja ja ja = 3.80 Arnau: i tu dius com si no m’haguessis entès 3.81 Jofre: = = és que tot això ja ho vem discutir l’altre dia \ tio \ 3.82 Arnau: ja: però perxò jo què sé tio (p) s’ha d’explicar = una mica = 3.83 Pere: = (le) passiva = | (ac) aquí diu que no es pot passar a passiva / || l’ecologisme és cregut / || no \ 3.84 Enric: = va XXX = 3.85 Arnau: = què va què va = 3.86 Pere: no \ no es pot = passar = 3.87 Enric: = no = 3.88 Arnau: per mi és cregut = l’ecologisme = 3.89 Pere: = la preposició:: / = 3.90 Jofre: = = i el nen plora / que és la més fàcil / | què hem de dir d’aquí? 3.91 Arnau: doncs res que és subjec...- és que:: 3.92 Jofre: el subjecte va davant de:l 3.93 Pere: = = però espera espera 3.94 Jofre: = = del verb 3.95 Pere: = (ac) que ho hem de mirar tot = 3.96 Enric: = (le) el nen | el nen plora = té concordança 3.97 Jofre: ja ho hem mirat tot Pere 3.98 Enric: = = com el nen plora té concordança / pues:: subjecte \ ||| passa'm la roda! 3.99 Arnau: || a veure eeeeh va davant del verb? sí / té concordança ? tconé perquè serien els nens ploren / 3.100 Enric: complement agent / 3.101 Arnau: passiva tconé perquè / no \ passiva / 3.102 Enric: (ac) espera complement agent | deixa’m veure / || el nen / 3.103 Arnau: (ac) passiva no perquè perquè per no hi ha complement directe sense el complement directe no es pot passar a passiva 3.104 Pere: clar 3.105 Enric: però possa complement = agent no directe = 3.106 Jofre: = no no perquè = és un és una frase que aquest verb no permet tenir un complement directe | perquè = tu no pots dir plorar llàgrimes = 3.107 Arnau: = clar perquè és un verb intransitiu = 3.108 Jofre: || bueno / però és com si diguessis / | el nen juga 3.109 Arnau: perquè només es pot passar a passiva quan el quan el verb és trinta quan el verb és = transitiu el verb si és verb intransitiu xxx = 3.110 Enric: = (le) el complement agent no és:: / = qui té | ho he de dir després 3.111 Jofre: = = vale posa’m un altre verb que = es pogués passar a passiva = 3.112 Pere: = es pot a passar a passiva = 3.113 Arnau: || el nen | (le) el el nen (ac) compra llaminadures les llaminadures són comprades pel nen 3.114 Jofre: vale 304 3.115 Arnau: però com el nen / com plora és un verb intransitiu / no és pot passar mai a passiva / en verb intransitiu \ || 3.116 Jofre: vale 3.117 Arnau: i aleshores = la preposició no en té = 3.118 Enric: = (ac) sol con que falli ja alguna cosa no:: = 3.119 Arnau: perquè el nen mai té prepo...- XX preposició / 3.120 Enric: = = (ac) hay alguna cosa / 3.121 Arnau: = = i pronoms / doncs ell:: / plora \ |el nen xxx i plora 3.122. Pere: en resum que: 3.123. Arnau: resum la més difícil la vuit i la dot i la catorze | i la més fàcil la onze el nen plora 3.124 Pere: i que con la roda de l’oració tot | tot quadra menys | menys això que hem dit aquí del | la situació de | del règim 3.125 Arnau: clar del complement de règim || tot i que sigui la frase | però no concorda perquè seria com una |seria una oració oral perquè perquè si fos una oració escrita tu en un text no fiques això \ tu en | bueno pot ser sí\ en una en una en un article d’opinió potser dius / | sí \ potser sí \ | però bueno igualment és una frase extranya \ o sigui \ 3.126 Pere: || (le) crec bastant en l’ecologisme | | i si la passéssim així 3.127 Jofre: què 3.128 Pere: (le) crec verb bastant en l’ecologisme complement de règim || aleshores sí que va darrere \ 3.129 Arnau: no perquè = perxò:: = 3.130 Enric: = (ac) és que no és la frase = 3.131 Arnau: si dius si dius crec bastant en l’ecologisme seria la frase normal perxò = això del complement de règim = aniria després del verb 3.132 Pere: = això complement de règim = <2> traiem el XX 3.133 Arnau: = = és que no hi ha més a dir \ ja \ no? || Xavi! 3.134 Jofre: Xavi parem? 3.135 Enric: || no no es pot parar \ 3.136 Jofre: si bueno però és que:: jo m’estic ...3.137 Enric: = = a mi és que:: en una frase:: || 3.138 Arnau: digues digues \ 3.139 Enric: no però és un::a opinió meva: \ 3.140 Arnau: = doncs dóna-la \ = 3.141 Jofre: = digues tio = dóna l’opinió \ 3.142 Enric: jo que sé:: || (le) estic cansat \ | (ac) vale és una frase normal i corrent i i i tenim que dir (le) estic és tal cosa / cansat una altra:: / i:: / 3.143 Jofre: com? com? 3.144 Enric: = una parida / = una rayada de cap / un / 3.145 Pere: = XX = 3.146 Arnau: sí però però : 3.147 Pere: = = però és l’Actividad \ 3.148 Enric: sí és una Actividad però / 3.149 Arnau: (ac) tio però sempre ha sortit la sintaxis de le::s de les frases tio: 3.150 Enric: em ratllo el cap que flipes \ 3.151 Arnau: = bueno xxxxx = 3.152 Jofre: = xxx quan veu = que qualsevol frase encara que sigui senzilla tconé té la seva complicació / si te la poses a mirar con la roda de l’oració i tot el rollo \ 3.153 Enric: = = sí però això és estudi de::: 3.154 Arnau: ||| tio és coneixement! 3.155 Jofre: això és lo que ens diu el Xavi! = que fa = experiments / i patenta invents\ 3.156 Pere: = xxx = 3.157 Enric: sí i ens farà un experiment dintre d’una estona! eh? 3.158 Jofre: en veritat estem sent / rates de laboratori \ 305 3.159 Enric: deu minuts \ | som cobaies! || (p) em sembla que és per abaix \ (3) Secuencias Discursivas • En negrita indicamos las Secuencias Metalingüísticas Secuencias Discursivas 1. Turnos: 3.1 / 3.6 Foco: sentido y pertinencia de la actividad 2. Turnos: 3.6 / 3.28 Foco: identificar elementos y procedimientos para hacerlo 3. Turnos: 3.27 / 3.88 Foco: el CR de “En l’ecologisme? Hi crec bastant” 4. Turnos: 3.89 / 3.121 Foco: “El nen plora” 5. Turnos: 3.122 / 3.132 Foco: número de elementos en “En l’ecologisme? Hi crec bastant” 6. Turnos: 3.133 / 3.136 Foco: parar el magnetófono 7. Turnos: 3.137 / 3.159 Foco: sentido de la actividad 306 (4) Secuencias y Subsecuencias Metalingüísticas Secuencias Metalingüísticas 2. Turnos: 3.6 / 3.28 Foco: identificar elementos y procedimientos para hacerlo Subsecuencias Metalingüísticas 2.1 Turnos: 3.6 / 3.20 Foco: identificación impresionista 2.2 Turnos: 3.21 / 3.28 Foco: identificación metódica 3.1 Turnos: 3.27 / 3.42 Foco: posición (delante y detrás) 3.2 Turnos: 3.42 / 3.44 Foco: concordancia, preposición y pronombre 3.3 Turnos: 3.45 / 3.48 Foco: posición 3.4 Turnos: 3.48 / 3.51 Foco: pronombre, preposición y pasiva 3.5 Turnos: 3.52 / 3.68 Foco: concordancia y posición 3. Turnos: 3.27 / 3.88 Foco: el CR de “En l’ecologisme? Hi crec bastant” 3.6 Turnos: 3.69 / 3.82 Foco: oralidad y posición 3.7 Turnos: 3.83 / 3.88 Foco: pasiva 4.1 Turnos: 3.89 / 3.99 Foco: sujeto 4.2 Turnos: 3.100 / 3.116 Foco: pasiva 4. Turnos: 3.89 / 3.121 Foco: “El nen plora” 4.3 Turnos: 3.117 / 3.119 Foco: preposición 4.4 Turnos: 3.120 / 3.121 Foco: pronombre 307 5. Turnos: 3.122 / 3.132 Foco: Núm. dels - Turnos: 3.137 / 3.154 Foco: sentido de la actividad en relación al análisis 7. Turnos: 3.137 / 3.159 Foco: sentit de l’Actividad Turnos: 3.155 / 3.159 Foco: off-task • Selecció objecte d’anàlisi 3. Turnos: 3.27 / 3.88 Foco: el CR de “En l’ecologisme? Hi crec bastant” 3.1 Turnos: 3.27 / 3.42 Foco: posició (davant i darrere) 3.3 Turnos: 3.45 / 3.48 Foco: pronoms i posició 3.5 Turnos: 3.52 / 3.68 Foco: concordança i posició 3.6 Turnos: 3.69 / 3.82 Foco: oralitat i posició 5. Turnos: 3.122 / 3.132 Foco: número de elementos en “En l’ecologisme? Hi crec bastant” - (5) Enunciados Metalingüísticos a) SSM 3.1: Posición (delante y detrás) 3.27 Pere: el de règim és! | hi crec \ aquí posa \ 3.28 Arnau: = = val \ | complement de règim | va abans del sintagma nominal 3.29 Pere: || no = no no = 3.30 Arnau: = no = o sigui va = després del verb = 3.31 Pere = després després del verb = 3.32 Arnau: va després del verb 3.33 Jofre: ||| sí vale / però si:: 3.34 Pere: = = pues aquí està al revés! 308 3.35 Jofre: = = si el X si el subjecte està elidit / com vols mirar com va::! 3.36 Arnau: clar! no no no | va després del verb perquè és és segons el verb mai és és segons el subjecte 3.37 Enric: = = però ::: 3.38 Jofre: = = ah vale essa ena 3.39 Arnau: = = la posició sempre és clar llavors || sempre és l’argument va després del verb / (ac) però és que en aquest cas va abans! 3.40 Enric: || = ja = 3.41 Pere: = ja = 3.42 Arnau: llavors (ac) per això no ho podíem passar b) SSM 3.3: Pronombres y posición 3.45 Jofre: sí però per però per mirar el lloc hauríem de canviar la frase com si fos hi crec (le) hi crec bastant en l’e en l’ecologisme | = llavors sí que estaria::= 3.46 Arnau: = (ac) jo crec bastant en l’ecologisme = * 3.47 Jofre: | = = sí que estaria a davant no? 3.48 Arnau: clar perquè seria la frase normal seria crec bastant en l’ecologisme |(le) hi crec bastant | (ac) perquè se suposa que això / | si: si: si traiéssim el pronom / ||| quedaria davant i seria crec bastant en l’ecologisme c) SSM 3.5: Concordança i posició 3.52 Pere: con la concordança \ fixem-nos en la concordança 3.53 Enric: = = no hi ha concordança \ = és un:: = 3.54 Arnau: = (ac) tal com diu la roda? = 3.55 Enric: = = una pregunta i una resposta 3.56 Arnau: esclar perquè tu podries di::r si no fos l’ecologisme / 3.57 Enric: el mateix \ 3.58 Arnau: bueno clar és que:: en l’ecologisme no pot no es pot passar a plural 3.59 Pere: = = què deies Enric què deies? 3.60 Enric: (le) doncs:: 3.61 Jofre: digues la teva | què en penses? 3.62 Enric: jo penso que és una:: 3.63 Arnau: per què no té concordança? 3.64 Enric: perquè dius en l’ecologisme / hi crec bastant = eeeh = 3.65 Arnau: = però = si canviessis el.: si si canviessis el: el: 3.66 Jofre: = = perquè és com repequeñoiu / que:: bfff || dir dos = coses = 3.67 Arnau: = clar però = 3.68 Jofre: dos coses que les pots dir de dues maneres diferents / les dues d’aquestes dos maneres / a la a la vegada \ d) SSM 3.5: Concordancia y posición 3.69 Enric: però és que:: hi ha una més sensilla i no està de forma sensilla \ 3.70 Arnau: clar \ 3.71 Enric: si fossi | crec bastant en l’ecologisme / doncs: no problem- = a: \ però:: = 3.72 Pere: = (le) és = en l’ecologisme hi crec 3.73 Jofre: representa XX pensativa i llavors | càmbia l’Núm. i: la intenció \ 3.74 Arnau: no però en l’ecologisme no és cap frase perquè no té verb || en l’ecologisme = no és cap frase perquè XX = 3.75 Enric: = no | no és una frase = qui no té verb en una oració 3.76 Arnau: = = (ac) és una aclaraci...- se seria: com:: un comple...- o sigui seria un per complementar el significat de hi crec bastant \ (ac) perquè tu si dius hi crec bastant / l’altre diu en què hi creus? 309 3.77 Jofre: (ac) clar com per Matizar-ho perquè no saps en què crec bastant \ || (le) sempre és creure en alguna cosa \ 3.78 Arnau: en realitat és una és una és una frase oral / això \| perquè és com si diguessis un Diálogo / jo dic = (ac) creus en l’ecologisme = 3.79 Jofre: = ja ja ja ja = 3.80 Arnau: i tu dius com si no m’haguessis entès 3.81 Jofre: = = és que tot això ja ho vem discutir l’altre dia \ tio \ 3.82 Arnau: ja: però perxò jo què sé tio (p) s’ha d’explicar = una mica = e) SM 5: Número de elementos en “En l’ecologisme? Hi crec bastant” 3.122 Pere: en resum que 3.123 Arnau: resum la més difícil la vuit i la dot i la catorze | i la més fàcil la onze el nen plora 3.124 Pere: i que con la roda de l’oració tot | tot quadra menys | menys això que hem dit aquí del | la situació de | del règim 3.125 Arnau: clar del complement de règim || tot i que sigui la frase | però no concorda perquè seria com una |seria una oració oral perquè perquè si fos una oració escrita tu en un text no fiques això \ tu en | bueno pot ser sí\ en una en una en un article d’opinió potser dius / | sí \ potser sí \ | però bueno igualment és una frase extranya \ o sigui \ 3.126 Pere: || (le) crec bastant en l’ecologisme | | i si la passéssim així 3.127 Jofre: què 3.128 Pere: (le) crec verb bastant en l’ecologisme complement de règim || aleshores sí que va darrere \ 3.129 Arnau: no perquè = perxò:: = 3.130 Enric: = (ac) és que no és la frase = 3.131 Arnau: si dius si dius crec bastant en l’ecologisme seria la frase normal perxò = això del complement de règim = aniria després del verb 3.132 Pere: = això complement de règim = <2> traiem el XX 310 DIÁLOGO 4 a) Actividad Actividad [2] Determinar y justificar si los pronombres subratllados están bien usados o no: [Sempre] (a) Hi anaven a l’aula (b) que els hi tocava i escoltaven amb un grau d’interès acceptable. [Siempre] Iban al aulaque les tocaba y escuchaban con un grado de interés aceptable. b) Diálogo 4.1 Joana: en el cas b 4.2 Sònia: (le) hi anaven | a l’aula | que se | els hi tocava i escoltaven 4.3 Joana: = = no! no! no! | hi anaven a l’aula que \ és això una frase \ 4.4 Gemma: sí \ és això 4.5 Sònia: no! ah sí! hi anaven a l’aula que 4.6 Gemma: hi anaven a l’aula que 4.7 Jordi: aquest sí \ = perquè comença = un comença una altra frase 4.8 Sònia: = aquest sí! = perquè fa referència al complement circumstancial de lloc \ 4.9 Gemma: i comencen una altra frase nova | vull dir \ 4.10 Jordi: (ac) sí! jo és lo que he dit \ 4.11 Joana: sí! exacte| i diu qui \ 4.12 Sònia: (ac) i perquè:: | i | 4.13 Joana: i bueno expressa el ce i \ | 4.14 Sònia: sí = jo crec que sí = 4.15 Joana: = ells anaven = a l’aula \ que / 4.16 Gemma: i ara / | bueno la següent \ 4.17 Sònia: (le) “els hi tocava i escoltaven con un grau d’interès acceptable molt superior al que” 4.18 Joana: (p) (ac) els hi tocava i escoltaven \ | els hi tocava \ 4.19 Gemma: aquest potser sobra / | no sé és que | en part sobra una mica però en part no \ saps? 4.20 Jordi: (ac) és que \ = que els hi tocava \ = que els hi tocava =jo ho veig correcte\= 4.21 Sònia: = (p) hi anaven a l’aula que = 4.22 Joana: = (le) jo crec = | jo no crec que sobri perquè:: 4.23 Sònia: (ac) jo = crec que = sí 4.24 Jordi: = (ac) no = jo jo ho veig bé 4.25 Joana: però per què? 4.26 Sònia: = = que sobraria el hi perquè si ja (ac) diguéssim que és com la mateixa frase | aquí el Xavi ens l’ha partit però si tu llegeixes al principi (le) hi anaven | a l’aula | que els tocava i escoltaven con interès / 4.27 Joana: = però = 4.28 Gemma: = no! = no no ! càmbia mira però ja veuràs! canvia el hi per alumnes = (le) els alumnes anaven = 4.29 Joana: = (ac) no! no! canvia el hi = que és més fàcil per ells 4.30 Gemma: tconé (le) ells anaven = a l’aula = que a ells 4.31 Joana: vale? = (p) ells anaven = que els hi tocava 4.32 Gemma: bueno \ 311 4.33 Joana: (p) que els tocava = \ seria \ | que els ho tocava XX = 4.34 Jordi: = (ac) és que | jo ho trobo bé | eh? = els hi tocava 4.35 Sònia: (ac) és que a mi em sona bé de les dues maneres però perquè els tocava tconé:: | a veure | a tu et toca allà / pues te toca! \ 4.36 Joana: ja | però però com és a ells / t’ho marca mal aquí \ || aquest podríem prescindir = d’aquest | eh? = 4.37 Gemma: = (ac) jo aquesta Actividad = jo quan la vaig fer a l’examen | jo vaig canviar per alumnes \ i llavors si ho feies a | bueno | per exemple | (le) els alumnes anaven a l'aula que als alumnes | saps lo que vull dir? ho canvies = així i sobra = 4.38 Joana: càmbia 4.39 Jordi: = mira en en en = el mostrari | diu que || en en eeh en quins dels tres casos hi equival | o sea es pot a vegades es pot canviar hi per li | 4.40 Gemma: sí \ tconé 4.41 Jordi: a veure? mirem-ho? diu: | (ac) hi hi anaven a l’aula que = li = tocava 4.42 Gemma: = aquest = 4.43 Jordi: = = que li tocava que li tocava 4.44 Sònia: clar! 4.45 Jordi: que està bé \ que els hi tocava \ 4.46 Sònia: que no \ però és que li tampoc = perquè estàs parlant en plural = 4.47 Gemma: = no és que aquest li no queda bé = 4.48 Jordi: lis | però pots canviar-li pots posar-li lis \ no? 4.49 Joana: = no = 4.50 Sònia: = no | lis = no existeix! 4.51 Gemma: @@ 4.52 Joana: no \ | en aquest cas no es pot posar li 4.53 Jordi: allavons què \ || allavons jo / || allavons què és? 4.54 Sònia: (le) jo crec que:: | no sé | perquè clar! || si tu / || és que a veure \ || aquest hi torna a fer referència als alumnes! 4.55 Jordi: sí jo XX 4.56 Joana: jo trobo que podríem prescindir d’ell 4.57 Jordi: però | a veure | això sí que ho entenc | no? que:: fa referència als alumnes\ però / || (le) ho trobo ben dit | com aquí com l’altre ja era repequeñoiu aquest no no ho és \ 4.58 Sònia: (ac) ja! però no ho veig clar perquè | a veure \ | (le) si jo ||| és que no ho veig clar \ | no sé \ 4.59 Jordi: Xavi! pots venir? 312 c) Secuencias Discursivas • En negrita indicamos las Secuencias Metalingüísticas Secuencias Discursivas 1. Turnos: 4.1 / 4.6 Foco: Foco de la actividad 2. Turnos: 4.7 / 4.15 Foco: rol de “hi” en “Hi anaven a l’aula” 3. Turnos: 4.16 / 4.38 Foco: rol de “hi” en “Els hi tocava” 4. Turnos: 4.39 / 4.52 Foco: “hi” equivale a “li” 5. Turnos: 4.53 / 4.57 Foco: repetición y referencia de “hi” 6. Turnos: 4.58 / 4.59 Foco: no saben resolverlo y piden ayuda al profesor 313 d) Secuencias y Subsecuencias Metalingüísticas Secuencias Metalingüísticas 1. Turnos: 4.1 / 4.6 Foco: foco de la actividad 2. Turnos: 4.7 / 4.15 Foco: rol de “hi” en “Hi anaven a l’aula” 3. Turnos: 4.16 / 4.38 Foco: rol de “hi” en “Els hi tocava” Subsecuencias Metalingüísticas 2.1 Turnos: 4.7 Foco: inicio de nueva oración 2.2 Turnos: 4.8 Foco: expressió de lloc 2.3 Turnos: 4.9 / 4.11 Foco: inicio de nueva oración 2.4 Turnos: 4.11 Foco: expresión de “quién” 2.5 Turnos: 4.13 / 4.15 Foco: expresión de CI 3.1 Turnos: 4.16 / 4.25 Foco: impresión global 3.2 Turnos: 4.26 / 4.38 Foco: referente compartido de “hi” en “Hi anaven a l’aula que els hi tocava” 4. Turnos: 4.39 / 4.52 Foco: “hi” equivale a “li” - 5. Turnos: 4.53 / 4.57 Foco: repetición y referencia de “hi” - 314 • Selección objeto de análisis Secuencias Metalingüísticas 2. Turnos: 4.7 Foco: inicio de nueva oración 3. Turnos: 4.8 Foco: expresión de lugar 4. Turnos: 4.9 / 4.11 Foco: inicio de nueva oración 5. Turnos: 4.11 Foco: expresión de “quién” 6. Turnos: 4.13 / 4.15 Foco: expresión de CI Subsecuecias Metalingüísticas 7. Turnos: 4.16 / 4.38 Foco: rol de “hi” en “Els hi tocava” 7.1 Turnos: 4.16 / 4.25 Foco: impresión global 7.2 Turnos: 4.26 / 4.38 Foco: referente compartido de “hi” en “Hi anaven a l’aula que els hi tocava” 8. Turnos: 4.39 / 4.52 Foco: “hi” equivale a “li” - 9. Turnos: 4.53 / 4.57 Foco: repetición y referencia de “hi” - 315 e) Enunciados Metalingüísticos a) SSM 2.1: Inicio de oración nueva 4.7 Jordi: aquest sí \ = perquè comença = un comença una altra frase b) SSM 2.2: Expresión de lugar 4.8 Sònia: aquest sí! perquè fa referència al complement circumstancial de lloc\ c) SSM 2.3: Inicio de oración nueva 4.9 Gemma: i comencen una altra frase nova | vull dir \ 4.10 Jordi: (ac) sí! jo és lo que he dit 4.11 Joana: sí! exacte d) SSM 2.4: Expresión de “qui” 4.11 Joana: i diu qui 4.12 Sònia: (ac) i perquè:: | i | e) SSM 2.5: Expresión de CI 4.13 Joana: i bueno expressa el ce i | 4.14 Sònia: sí = jo crec que sí = 4.15 Joana: = ells anaven = a l’aula \ que / f) SSM 3.1: Impresión global 4.16 Gemma: i ara / | bueno la següent \ 4.17 Sònia: (le) “els hi tocava i escoltaven con un grau d’interès acceptable molt superior al que” 4.18 Joana: (p) (ac) els hi tocava i escoltaven \ | els hi tocava \ 4.19 Gemma: aquest potser sobra / | no sé és que | en part sobra una mica però en part no \ saps? 4.20 Jordi: (ac) és que \ = que els hi tocava \ = que els hi tocava = jo ho veig correcte\= 4.21 Sònia: = (p) hi anaven a l’aula que = 4.22 Joana: = (le) jo crec = | jo no crec que sobri perquè:: 4.23 Sònia: (ac) jo = crec que = sí 4.24 Jordi: = (ac) no = jo jo ho veig bé 4.25 Joana: però per què? g) SSM 3.2: Referente compartido de “hi” en “Hi anaven a l’aula que els hi tocava” 4.26 Sònia: = = que sobraria el hi perquè si ja (ac) diguéssim que és com la mateixa frase | aquí el Xavi ens l’ha partit però si tu llegeixes al principi (le) hi anaven | a l’aula | que els tocava i escoltaven con interès / 4.27 Joana: = però = 4.28 Gemma: =no! = no no ! càmbia mira però ja veuràs! canvia el hi per alumnes = (le) els alumnes anaven = 4.29 Joana: = (ac) no! no! canvia el hi = que és més fàcil per ells 4.30 Gemma: tconé | = (le) ells anaven = a l’aula = que a ells 4.31 Joana: vale? = (p) ells anaven = que els hi tocava 4.32 Gemma: bueno \ 4.33 Joana: (p) que els tocava = \ seria \ | que els hi tocava XX = 4.34 Jordi: = (ac) és que | jo ho trobo bé | eh? = els hi tocava 46.35 Sònia: (ac) és que a mi em sona bé de les dues maneres però perquè els tocava tconé:: | a veure | a tu et toca allà / pues te toca! \ 316 4.36 Joana: ja | però però com és a ells / t’ho marca mal aquí \ || aquest podríem prescindir = d’aquest | eh? = 4.37 Gemma: = (ac) jo aquesta Actividad = jo quan la vaig fer a l’examen | jo vaig canviar per alumnes \ i llavors si ho feies a | bueno | per exemple | (le) els alumnes anaven a l'aula que als alumnes | saps lo que vull dir? ho canvies = així i sobra = 4.38 Joana: càmbia h) SM 4: Hi equivale a li 4.39 Jordi: mira en en en el mostrari | diu que || en en eeh en quins dels tres casos hi equival | o sea es pot a vegades es pot canviar hi per li | 4.40 Gemma: sí \ tconé 4.41 Jordi: a veure? mirem-ho? diu: | (ac) hi hi anaven a l’aula que = li = tocava 4.42 Gemma: = aquest = 4.43 Jordi: = = que li tocava que li tocava 4.44 Sònia: clar! 4.45 Jordi: que està bé \ que els hi tocava \ 4.46 Sònia: que no \ però és que li tampoc = perquè estàs parlant en plural = 4.47 Gemma: = no és que aquest li no queda bé = 4.48 Jordi: lis | però pots canviar-li pots posar-li lis \ no? 4.49 Joana: = no = 4.50 Sònia: = no | lis = no existeix! 4.51 Gemma: @@ 4.52 Joana: no \ | en aquest cas no es pot posar li i) SM 5: Repetición y referencia de “hi” 4.53 Jordi:- allavons què \ || allavons jo / || allavons què és? 4.54 Sònia: (le) jo crec que:: | no sé | perquè clar! || si tu / || és que a veure \ || aquest hi torna a fer referència als alumnes! 4.55 Jordi: sí jo XX 4.56 Joana: jo trobo que podríem prescindir d’ell 4.57 Jordi: però | a veure | això sí que ho entenc | no? que:: fa referència als alumnes\ però / || (le) ho trobo ben dit | com aquí com l’altre ja era repequeñoiu aquest no no ho és \ 317 DIÁLOGO 5 (1) Actividad Actividad [2] Determinar y justificar si los pronombres subratllados están bien usados o no: [Sempre] (a) Hi anaven a l’aula (b) que els hi tocava i escoltaven amb un grau d’interès acceptable. [Siempre] Iban al aulaque les tocaba y escuchaban con un grado de interés aceptable. (2) Diálogo 5.1 Rosa: sisplau Cíntia \ llegeix / | aquest trosset d’aquí \ 5.2 Pau: a poc a poc! 5.3 Eva: (le) hi anaven a l'aula que 5.4 Rosa: vale / | molt bé \ <2> eeeeemmm <3> (le) jo crec / | (ac) jo crec que en aquesta frase és incorrecte \ 5.5 Pau: sí \ 5.6 Rosa: = = per què? perquè: està utilitzant el hac i:: com si fos / | 5.7 Pau: el subjecte \ 7.8 Rosa: = = ells anaven \ però no! \ 5.9 Eva: = = podria ser: ells anaven? | ells anaven | sense ficar hi? 5.10 Rosa: molt bé Eva! (ac) aquesta frase seria: eeh (le) anaven | a l'aula / o:: ells anaven \ estan intentant substituir el pronom / estan intentant substituir el subjecte / per aquest pronom \ | però hem dit que | aquest pronom | només pot substituir / 5.11 Pau: per ells \ | ai no! complement de règim o complement indirecte \ 5.12 Rosa: i no pot substituir a cap subjecte | oi? 5.13 Pau: per lo tant l’“a” seria incorrecte \ i el el hi: / sobraria \ 5.14 Rosa: molt bé! | anem a posar “a” correcte 5.15 Eva: (p) i el “a” és incorrecte\ | el “a” incorrecte \ 5.16 Pau: (p) periodista Rosa: \ 5.17 Rosa: <4> molt bé siusplau | Aleix | llegeix la part “be” 5.18 Pau: a veure “els hi tocava i escoltaven con un grau d'interès acceptable molt superior al que::” | a veure | (le) aquí:: els hi:: ac és co jo crec que és correcte \ | (ac) els hi tocava i escoltaven con un grau d’interès 5.19 Eva: (ac) no \ no és correcte \ | perquè pot ser que sigui | li toca:: o | els toca 5.20 Pau: no! perquè hi anaven anaven a l’aula que els hi tocava | = (p) i escoltaven = con un grau d’interès 5.21 Rosa: a veure | = vosaltres = || (le) a què creieu que fa referència aquest hac i? 5.22 Eva: a ells | no? 5.23 Pau: = = al subjecte \ | això seria = far faria referència al = subjecte 5.24 Eva: = (ac) al subjecte que són ells \ = | serien ells \ | el subjecte = serien ells = 5.25 Pau: = sí | però no = et copis (ac) perquè és el que he dit jo \ 5.26 Eva: <2> bueno jo crec que està malament \ 5.27 Rosa: a veure \ 5.28 Pau: va i tu | què en penses? 5.29 Rosa: (le) jo penso que:: | per una part / | mmm: s'està referent | a què | els hi tocava / | la l’aula l'aula que els hi tocava / | (ac) aquest hac i s’està referint a l’aula \ | per dant per tant / | en part | el Aleix podria pensar que és correcte perquè realment 318 està substituint a un complement de règim! | el que passa és que | al a a la frase ja:: ja hem dit ja hem dit aquest complement de règim | o sigui ja hem dit hi anaven a l'aula / que els tocava \ || o sigui \ | eeeeh | aquest pronom / | no és que sigui totalment incorrecte | perquè:: perquè està substituint a una cosa eeeh apropiada \ | el que succeeix / és que:: eeemmmm és una cosa que ja hem especificat abans \ | per tant / | el complement si és de lloc o si és de règim ja estava especificat abans i per tant no cal repetiRosa:lo \ | hi anaven a l'aula / que els tocava \ 5.30 Pau: per tant 5.31 Eva: = = això està malament! \ 5.32 Pau: no:! és correcte \ 5.33 Eva: cómo que es “correcte”? 5.34 Pau: a veure | 5.35 Eva: (ac) la Rosa: diu els hi tocava 5.36 Pau: (ac) però a veure perquè la Rosa: ho digui no vol dir que sigui correcte \ | i con perdó \ 5.37 Rosa: i tant que no! 5.38 Pau: a veure hi anaven a | daixò:: hi anava / sobra \ | però anaven a l’aula que els hi tocava i escoltaven con un grau d'interès (ac) acceptable molt superior al que hi poden mostrar en Actividads \ 5.39 Rosa: ai sí! és veritat! és veritat! 5.40 Pau: clar! és correcte! és correcte! \ 5.41 Rosa: sí! sí! perquè ja hem eliminat el hi del principi i llavors = es necessari! = 5.42 Pau: veus que tenia = raó cinta! = 5.43 Rosa: és necessari | és necessari perquè 5.44 Eva: (ac) és que jo pensava XX 5.45 Rosa: = = (le) el verb anar és un verb que exigeix un complement de règim \ i per tant l’hem d’especificar \ | si no volem repetir a l’aula el podem especificar mitFerrançant el pronom hac i \ | llavors tenia raó l'Aleix \ | el que passa és que jo m'he de: confós! 5.46 Pau: clar que sí! és que és veritat! 5.47 Rosa: (p) (ac) bueno | tampoco te pongas orgulloso! @@@ molt bé | 5.48 Pau: (p) bueno \ comentarios aparte / 5.49 Rosa: = = (ac) llavors aquesta part de la frase quedaria / 5.50 Pau: (le) anaven a l’aula que els hi tocava i escoltaven con un grau d’interès acceptable 5.51 Rosa: molt bé! | anem a llegir la part de 319 (3) Secuencias Discursivas • En negrita indicamos las Secuencias Metalingüísticas Secuencias Discursivas 1. Turnos: 5.1 / 5.17 Foco: función de “hi” en “Hi anaven a l’aula que els hi tocava” 2. Turnos: 5.17 / 5.32 Foco: función de “hi” en “Hi anaven a l’aula que els hi tocava” 3. Turnos: 5.32 / 5.50 Foco: “Els hi tocava” es correcto (4) Secuencias y Subsecuencias Metalingüísticas Secuencias Metalingüísticas 1. Turnos: 5.1 / 5.17 Foco: función de “hi” en “Hi anaven a l’aula que els hi tocava” 2. Turnos: 5.17 / 5. 37 Foco: función de “hi” en “Hi anaven a l’aula que els hi tocava” 3. Turnos: 5.38 / 5.51 Foco: “Els hi tocava” es correcte • Subsecuencias Metalingüísticas - 2.1 Turnos: 5.17 / 5.20 Foco: “Els hi” és correcte / incorrecte 2.2 Turnos: 5.21 / 5.27 Foco: Referència de “hi” 2.3 Turnos: 5.28 / 5.37 Foco: Referencia de “hi”, función y repetición - Selección objeto de análisis Secuencias Metalingüísticas 1. Turnos: 5.1 / 5.17 Foco: función de “hi” en “Hi anaven a l’aula que els hi tocava” Subsecuencias Metalingüísticas - 320 2. Turnos: 5.17 / 5. 37 Foco: función de “hi” en “Hi anaven a l’aula que els hi tocava” 3. Turnos: 5.38 / 5.50 Foco: “Els hi tocava” es correcto 2.1 Turnos: 5.17 / 5.20 Foco: “Els hi” es correcto / incorrecto 2.2 Turnos: 5.21 / 5.27 Foco: Referencia de “hi” 2.3 Turnos: 5.28 / 5.37 Foco: Referencia de “hi”, función y repetición - (5) Enunciados Metalingüísticos a) SM 1: función de “hi” en “Hi anaven a l’aula que els hi tocava” Iban al aula que les tocaba 5.1 Rosa: sisplau Cíntia \ llegeix / | aquest trosset d’aquí \ 5.2 Pau: a poc a poc! 5.3 Eva: (le) hi anaven a l'aula que 5.4 Rosa: vale / | molt bé \ <2> eeeeemmm <3> (le) jo crec / | (ac) jo crec que en aquesta frase és incorrecta \ 5.5 Pau: sí \ 5.6 Rosa: = = per què? perquè: està utilitzant el hac i:: com si fos / | 5.7 Pau: el subjecte \ 7.8 Rosa: = = ells anaven \ però no! \ 5.9 Eva: = = podria ser: ells anaven? | ells anaven | sense ficar hi? 5.10 Rosa: molt bé Eva! (ac) aquesta frase seria: eeh (le) anaven | a l'aula / o:: ells anaven \ 5.10 Rosa: estan intentant substituir el pronom / estan intentant substituir el subjecte / per aquest pronom \ | però hem dit que | aquest pronom | només pot substituir / 5.11 Pau: per ells \ | ai no! complement de règim o complement indirecte \ 5.12 Rosa: i no pot substituir a cap subjecte | oi? 5.13 Pau: per lo tant l’“a” seria incorrecte \ i el el hi: / sobraria \ 5.14 Rosa: molt bé! | anem a posar “a” correcte 5.15 Eva: (p) i el “a” és incorrecte\ | el “a” incorrecte \ 5.16 Pau: (p) periodista Rosa: \ 5.17 Rosa: <4> molt bé b) SSM 2.1: “Els hi” es correcto / incorrecto 5.17 Rosa: siusplau | Aleix | llegeix la part “be” 5.18 Pau: a veure “els hi tocava i escoltaven con un grau d'interès acceptable molt superior al que::” | a veure | (le) aquí:: els hi:: ac és co jo crec que és correcte \ | (ac) els hi tocava i escoltaven con un grau d’interès 5.19 Eva: (ac) no \ no és correcte \ | perquè pot ser que sigui | li toca:: o | els toca 5.20 Pau: no! perquè hi anaven anaven a l’aula que els hi tocava | = (p) i escoltaven= con un grau d’interès 321 c) SSM 2.2: Referencia de “hi” 5.21 Rosa: a veure | vosaltres (le) a què creieu que fa referència aquest hac i? 5.22 Eva: a ells | no? 5.23 Pau: = = al subjecte \ | això seria = far faria referència al = subjecte 5.24 Eva: = (ac) al subjecte que són ells \ = | serien ells \ | el subjecte = serien ells = 5.25 Pau: = sí | però no = et copiïs (ac) perquè és el que he dit jo \ els hi és incorrecte 5.26 Eva: <2> bueno jo crec que està malament \ 5.27 Rosa: a veure \ e) SSM 2.3: Referencia de “hi”, función y repetición 5.28 Pau: va i tu | què en penses? 5.29 Rosa: (le) jo penso que:: | per una part / | mmm: s'està referent | a què | els hi tocava | la l’aula l'aula que els hi tocava / | (ac) aquest hac i s’està referint a l’aula \ | per tant per tant / | en part | el Aleix podria pensar que és correcte perquè realment està substituint a un complement de règim! | el que passa és que | al a a la frase ja:: ja hem dit ja hem dit aquest complement de règim | o sigui ja hem dit hi anaven a l'aula / que els tocava \ || o sigui \ | eeeeh | aquest pronom / | no és que sigui totalment incorrecte | perquè:: perquè està substituint a una cosa eeeh apropiada \ | el que succeeix / és que:: eeemmmm és una cosa que ja hem especificat abans \ | per tant / | el complement si és de lloc o si és de règim ja estava especificat abans i per tant no cal repetir-lo \ | hi anaven a l'aula / que els tocava \ 5.30 Pau: per tant 5.31 Eva: = = això està malament! \ 5.32 Pau: no:! és correcte \ 5.33 Eva: cómo que es “correcte”? 5.34 Pau: a veure | 5.35 Eva: (ac) la Rosa: diu els hi tocava 5.36 Pau: (ac) però a veure perquè la Rosa: ho digui no vol dir que sigui correcte \ | i con perdó \ 5.37 Rosa: i tant que no! f) SSM 3: “Els hi” es correcto 5.38 Pau: a veure hi anaven a | daixò:: hi anava / sobra \ | però anaven a l’aula que els hi tocava i escoltaven con un grau d'interès (ac) acceptable molt superior al que hi poden mostrar en Actividads \ 5.39 Rosa: ai sí! és veritat! és veritat! 5.40 Pau: clar! és correcte! és correcte! \ 5.41 Rosa: sí! sí! perquè ja hem eliminat el hi del principi i llavors = es necessari! = 5.42 Pau: veus que tenia = raó Cíntia! = 5.43 Rosa: és necessari | és necessari perquè 5.44 Eva: (ac) és que jo pensava XX 5.45 Rosa: = = (le) el verb anar és un verb que exigeix un complement de règim \ i per tant l’hem d’especificar \ | si no volem repetir a l’aula el podem especificar mitFerrançant el pronom hac i \ | llavors tenia raó l'Aleix \ | el que passa és que jo m'he de: confós! 322 5.46 Pau: clar que sí! és que és veritat! 5.47 Rosa: (p) (ac) bueno | tampoco te pongas orgulloso! @@@@@@ molt bé 5.48 Pau: (p) bueno \ comentarios aparte / 5.49 Rosa: = = (ac) llavors aquesta part de la frase quedaria / 5.50 Pau: (le) anaven a l’aula que els hi tocava i escoltaven con un grau d’interès acceptable 5.51 Rosa: molt bé! | anem a llegir la part “de” 323 DIÁLOGO 6 (1) Actividad Actividad [2] Determinar y justificar si los pronombres subratllados están bien usados o no: [Sempre] (a) Hi anaven a l’aula (b) que els hi tocava i escoltaven amb un grau d’interès acceptable. [Siempre] Iban al aulaque les tocaba y escuchaban con un grado de interés aceptable. (2) Diálogo 6.1 Jofre: i llavors aquest després en el següent | (le) els hi | els és del complement directe 6.2 Arnau: clar \ | = no = 6.3 Jofre: = i:::: = sí \ 6.4 Arnau: = = no \ | és | a | és a ells | és complement indirecte <3> no? 6.5 Pere: els surt a:: ind 6.6 Enric: = = (ac) a veure pot 6.7 Pere: pue.:s 6.8 Arnau: = = jo diria que és complement = indirecte = 6.9 Jofre: = (ac) els és indirecte = no? 6.10 Arnau: és a ells! 6.11 Pere: (ac) indirecte o directe! \ surt eh? | però aquest 4.12 Arnau: = = surt als dos! / 6.13 Pere: espera \ un moment \ = (p) (le) a l’aula que:: = (p) que el tocava:: / 6.14 Arnau: = surt als dos \ = és a ells \ tio! 6.15 Pere: = = (p) que els tocava / ||| que:: | que li tocava \ (f) (ac) sí no? perquè pots substituir per li \ | a l’aula que li tocava 6.16 Arnau: sí 6.17 Pere: = = no a l’aula que el tocava \ ah! (ac) i a més / mira! | (le) si dius l’aula que la tocava / e::l el verb canvia de significat \ seria el el verb tocar \ || i canviaria de significat | hi = ha el verb tocar de contacte = 6.18 Arnau: = sí però què té que veure això? \ = 6.19 Pere: no | ja ho voràs || això vol dir que: el pronom fa falta | si treus el pronom / | el significat ja càmbia | a l’aula que els tocava \ | seria contacte físic \ 6.20 Jofre: (p) ah sí! és = veritat \ = 6.21 Pere: = i con el = pronom / els hi tocava \ 6.22 Arnau: (p) clar \ 6.23 Pere: això vol dir que:: que està bé \ 6.24 Arnau: vale \ llavors / lo que tconé perquè el: el si si si no és complement indirecte:: <3> 6.25 Jofre: (ac) bueno \ és igual! és d’indirecte i ja està \ 6.26 Arnau: (ac) bueno sí és indirecte \ vale \ | (f) llavors / | el:: el pronom hi què? 6.27 Pere: mmm 6.28 Arnau: es refereix al:: 6.29 Jofre: l’anterior? 6.30 Arnau: = = (ac) el els és complement / (le) el els és complement indirecte \ però: el: el pronom hi / || diu = que anaven a l’aula / = que | = que els hi tocava \ = 6.31 Jofre: = (ac) és el de = 324 6.32 Enric: = a: = = a ells seria \ = a ells / eh 6.33 Jofre: || és el de règim / tio! / a l’aula / 6.34 Arnau: (ac) vale però per què? però per què dius els hi? 6.35 Jofre: = = els hi \ || o sigui | (le) a ells / | hi tocava \ <2> 6.36 Arnau: clar \ seria a ells / || o sigui \ clar \ = (ac) vale però / = 6.37 Pere: = (le) els hi tocava = | anar \ anar / | (p) (ac) espera | (le) anar a l’aula 6.38 Arnau: clar però és que el verb tocar no és tocar! \ saps? = és que clar = no:: 6.39 Enric: = no no \ | seria:: = 6.40 Jofre: tocar alguna cosa 6.41 Arnau: = = (ac) aquest complement indirecte i aquest complement de règim a què pertanyen? | (le) a: al verb tocar? / o al verb anar? \ 6.42 Pere: (ac) jo diria que és = anar = 6.43 Enric: = anar = | anar 6.44 Pere: els hi tocava anar | 6.45 Jofre: (p) sí 6.46 Pere: <3> (ac) perquè mira \ els hi tocava anar \ = a l’aula /que els hi tocava anar = 6.47 Arnau: bueno clar \ perquè potser és un clar / = (ac) perquè potser és un potser és un = clar / és un és un verb eeeeh es fa referència al mateix verb i no està explícit a la frase \ no? | perquè potser si lo que volem dir / és que els hi tocava anar \ clar \ aquí falta l’anar una altra vegada \ 6.48 Enric: <3> anaven a l’aula que els hi tocava 6.49 Arnau: = = però si el verb fos només tocava / l’hi no seria un de règim perquè:: hi no és \ 6.50 Pere: (le) és que l’hi 6.51 Arnau: = = no és tocar a \ saps? 6.52 Pere: jo crec que està bé / però no sé a quina XXX 6.53 Arnau: (f) ja jo tconé jo a l’examen jo a l’examen vaig tenir aquest aquest aquest dubte perquè | (ac) normalment el complement de rè (le) el complement de règim va després del verb \ | (le) i aquí està abans del verb \ 6.54 Enric: que els hi: 6.55 Jofre: = = no:! no està abans / tio! \ 6.56 Arnau: tio que és el verb! 6.57 Jofre: = = perquè fa referència a anaven \ (le) el primer hi | l'hem tret | tio! \ || anaven | a l'aula | que = els hi tocava = 6.58 Arnau: = els hi tocava = (ac) ah és veritat = perquè això és una oració = 6.59 Jofre: = és anar-hi = 6.60 Arnau: (ac) (f) clar! / perquè que els hi tocava és una oració subordinada! 6.61 Jofre: = = tio | anar-hi / | a l’aula \ | és complement = de règim \ = 6.62 Arnau: = sí sí = (ac) però perquè | clar perquè hi ha el que i llavors el: aquesta frase és una oració subordinada | veus? aquesta depén de l'altra 6.63 Arnau: doncs ja està (3) Secuencias Discursivas • En negrita indicamos las Secuencias Metalingüísticas 325 Secuencias Discursivas 1. Turnos: 6.1 / 6.26 Foco: función de “els” y perfil semántico del verbo 2. Turnos: 6.26 / 6.36 Foco: referencia y función de “hi” 3. Turno: 6.37 / 6.63 Foco: perífrasis verbal 326 (4) Secuencias y Subsecuencias Metalingüísticas Secuencias Metalingüísticas 1. Turnos: 6.1 / 6.26 Foco: función de “els” y perfil semántico del verbo Subsecuencias Metalingüísticas 1.1 Turnos: 6.1 / 6.4 Foco: función de “els” 1.2 Turnos: 6.5 / 6.14 Foco: paradigma pronominal 1.3 Turnos: 6.15 / 6.26 Foco: pronombre y perfil verbal 2. Turnos: 6.26 / 6.36 Foco: función y referencia de “hi” 3. Turno: 6.37 / 6.63 Foco: perífrasi verbal 2.1 Turnos: 6.26 / 6.32 Foco: referencia de “hi” 2.2 Turnos: 6.33 / 6.40 Foco: función de “hi” 2.3 Turnos: 6.41 / 6.51 Foco: verbo elidido y rección 3.2 Turnos: 6.52 / 6.61 Foco: CR, posición y rección 3.3 Turnos: 6.62 / 6.63 Foco: oración subordinada 327 • Selección objeto de análisis Secuencias Metalingüísticas 1. Turnos: 6.1 / 6.26 Foco: función de “els” y perfil semántico del verbo Subsecuencias Metalingüísticas 1.1 Turnos: 6.1 / 6.4 Foco: función de “els” 1.2 Turnos: 6.5 / 6.14 Foco: paradigma pronominal 1.3 Turnos: 6.15 / 6.26 Foco: pronombre y perfil verbal 2. Turnos: 6.26 / 6.36 Foco: función y referencia de “hi” 3. Turno: 6.37 / 6.63 Foco: perífrasis verbal 2.1 Turnos: 6.26 / 6.32 Foco: referencia de “hi” 2.2 Turnos: 6.33 / 6.40 Foco: función de “hi” 2.3 Turnos: 6.41 / 6.51 Foco: verbo elidido y rección 3.2 Turnos: 6.52 / 6.61 Foco: CR, posición y rección 3.3 Turnos: 6.62 / 6.63 Foco: oración subordinada 328 (5) Enunciados Metalingüísticos: a) SSM 1.1: Función de “els” 6.1 Jofre: i llavors aquest després en el següent | (le) els hi | els és del complement directe 6.2 Arnau: clar \ | = no = 6.3 Jofre: = i:::: = sí \ 6.4 Arnau: = = no \ | és | a | és a ells | és complement indirecte <3> no? b) SSM 1.2: Paradigma pronominal 6.5 Pere: els surt a:: ind 6.6 Enric: = = (ac) a veure pot 6.7 Pere: pue.:s 6.8 Arnau: = = jo diria que és complement = indirecte = 6.9 Jofre: = (ac) els és indirecte = no? 6.10 Arnau: és a ells! 6.11 Pere: (ac) indirecte o directe! \ surt eh? | però aquest 6.12 Arnau: = = surt als dos! / 6.13 Pere: espera \ un moment \ = (p) (le) a l’aula que:: = (p) que el tocava:: / 6.14 Arnau: = surt als dos \ = és a ells \ tio! c) SSM 1.3: Pronombre y perfil verbal 6.13 Pere: espera \ un moment \ = (p) (le) a l’aula que:: = (p) que el tocava:: / 6.14 Arnau: = surt als dos \ = és a ells \ tio! 6.15 Pere: = = (p) que els tocava / ||| que:: | que li tocava \ (f) (ac) sí no? perquè pots substituir per li \ | a l’aula que li tocava 6.16 Arnau: sí 6.17 Pere: = = no a l’aula que el tocava \ ah! (ac) i a més / mira! | (le) si dius l’aula que la tocava / e::l el verb canvia de significat \ seria el el verb tocar \ || i canviaria de significat | hi = ha el verb tocar de contacte = 6.18 Arnau: = sí però què té que veure això? \ = 6.19 Pere: no | ja ho voràs || això vol dir que: el pronom fa falta | si treus el pronom / | el significat ja càmbia | a l’aula que els tocava \ | seria contacte físic \ 6.20 Jofre: (p) ah sí! és = veritat \ = 6.21 Pere: = i con el = pronom / els hi tocava \ 6.22 Arnau: (p) clar \ 6.23 Pere: això vol dir que:: que està bé \ 6.24 Arnau: vale \ llavors / lo que tconé perquè el: els si si no és complement indirecte:: <3> 6.25 Jofre: (ac) bueno \ és igual! és d’indirecte i ja està \ 6.26 Arnau: (ac) bueno sí és indirecte \ vale \ | (f) llavors / d) SSM 2.1: Referencia de “hi” 6.26 Arnau: (f) llavors / | el:: el pronom hi què? 6.27 Pere: mmm 6.28 Arnau: es refereix al:: 6.29 Jofre: l’anterior? 6.30 Arnau: = = (ac) el els és complement / (le) el els és complement indirecte \ però: el: el pronom hi / || diu = que anaven a l’aula / = que |que els hi tocava \ 6.31 Jofre: = (ac) és el de = 329 6.32 Enric: = a: = a ells seria \ a ells / eh e) SSM 2.2: Función de “hi” 6.33 Jofre: || és el de règim / tio! / a l’aula / 6.34 Arnau: (ac) vale però per què? però per què dius els hi? 6.35 Jofre: = = els hi \ || osigui | (le) a ells / | hi tocava \ <2> 6.36 Arnau: clar \ seria a ells / || o sigui \ clar \ = (ac) vale però / = 6.37 Pere: (le) els hi tocava | anar \ anar / | (p) (ac) espera | (le) anar a l’aula 6.38 Arnau: clar però és que el verb tocar no és tocar! \ saps? = és que clar = no:: 6.39 Enric: = no no \ | seria:: = 6.40 Jofre: tocar alguna cosa f) SSM 2.3: Verbo elidido y rección 6.41 Arnau: = = (ac) aquest complement indirecte i aquest complement de règim a què pertanyen? | (le) a: al verb tocar? / o al verb anar? \ 6.42 Pere: (ac) jo diria que és = anar = 6.43 Enric: = anar = | anar 6.44 Pere: els hi tocava anar | 6.45 Jofre: (p) sí 6.46 Pere: <3> (ac) perquè mira \ els hi tocava anar \ = a l’aula /que els hi tocava anar = 6.47 Arnau: = bueno clar \ perquè potser és un = clar / = (ac) perquè potser és un potser és un = clar / és un és un verb eeeeh es fa referència al mateix verb i no està explícit a la frase \ no? | perquè potser si lo que volem dir / és que els hi tocava anar \ clar \ aquí falta l’anar una altra vegada \ 6.48 Enric: <3> anaven a l’aula que els hi tocava 6.49 Arnau: = = però si el verb fos només tocava / l’hi no seria un de règim perquè:: hi no és \ 6.50 Pere: (le) és que l’hi 6.51 Arnau: = = no és tocar a \ saps? g) SSM 3.1: CR, posición y rección 6.52 Pere: jo crec que està bé / però no sé a quina XXX 6.53 Arnau: (f) ja jo tconé jo a l’examen jo a l’examen vaig tenir aquest aquest aquest dubte perquè | (ac) normalment el complement de rè (le) el complement de règim va després del verb \ | (le) i aquí està abans del verb \ 6.54 Enric: que els hi: 6.55 Jofre: = = no:! no està abans / tio! \ 6.56 Arnau: tio que és el verb! 6.57 Jofre: = = perquè fa referència a anaven \ (le) el primer hi | l'hem tret | tio! \ || anaven | a l'aula | que = els hi tocava = 6.58 Arnau: = els hi tocava = (ac) ah és veritat = perquè això és una oració = 6.59 Jofre: = és anar-hi = 6.60 Arnau: (ac) (f) clar! / perquè que els hi tocava és una oració subordinada! 6.61 Jofre: = = tio | anar-hi / | a l’aula \ | és complement = de règim \ = h) SSM 3.2: Oración subordinada 6.62 Arnau: = sí sí = (ac) però perquè | clar perquè hi ha el que i llavors el: aquesta frase és una oració subordinada | veus? aquesta depèn de l’altra 6.63 Pere: doncs ja està 330