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ALGUNAS REFLEXIONES SOBRE LAS ESTRUCTURAS EXCLAMATIVAS EN ESPAÑOL* LuminiŃa Vleja Universitatea de Vest, Timişoara INTRODUCCIÓN Las estructuras exclamativas existen en las lenguas románicas desde su comienzo. Una determinación y clasificación correcta y compleja difícilmente podrá hacerse sin recurrir a la perspectiva diacrónica. Partiendo del latín, sería interesante ver de qué tipos de exclamativas disponían las romances y cómo se fue ampliando la nómina de ellos hasta nuestros días. En cuanto a la perspectiva sincrónica, el estudio de las estructuras exclamativas no puede hacerse sin un acopio amplio y diversificado de materiales extraídos de diversos registros lingüísticos. En general los compendios o manuales gramaticales ofrecen como criterios de definición para las construcciones en cuestión la entonación exclamativa y su correlato gráfico. Sin embargo, en los estudios más recientes y especialmente en los trabajos sobre el español coloquial es donde podemos encontrar una nómina más amplia de secuencias de tipo exclamativo. Un estudio complejo de las construcciones o estructuras exclamativas debe tener en cuenta como principales criterios de clasificación sus peculiaridades sintácticas, semánticas, textuales o discursivas y pragmáticas. Hace algunos años, concretamente en 1995, José Manuel González Calvo consideraba que “es preciso considerar la unidad texto como la unidad fundamental del estudio lingüístico. Las investigaciones textuales y pragmáticas, todavía muy diversificadas y excesivamente complejas en concepción y terminología para su correcta aplicación a la enseñanza en niveles no superiores, nos van haciendo comprender por qué sabemos tan poco de cuestiones sintácticas. Por qué cada día, y a cada paso, en nuestro quehacer docente sobre todo, nos topamos con aspectos que no sabemos bien cómo interpretar…Nos desespera que por pretender resolver un problema nos surjan veinte más…Siempre nos queda el asidero de la teoría tradicional puesta al día por los logros asentados de las corrientes modernas.” (González Calvo 1997: 143). Este planteamiento es muy productivo a la hora de analizar las oraciones exclamativas, según se puede observar en muchos manuales gramaticales actuales. El Esbozo de una nueva gramática de la lengua española de la RAE propone para las oraciones simples una subdivisión organizada alrededor de dos criterios: la actitud del hablante o la naturaleza gramatical del predicado. La primera clasificación corresponde al modus y la segunda al dictum. Según estas clasificaciones, las oraciones exclamativas forman parte del primer grupo, junto LuminiŃa Vleja con las enunciativas, las de posibilidad, las dubitativas, las interrogativas, las desiderativas y las exhortativas (Real Academia Española 1991: 353). Después de revisar algunos estudios importantes relacionados con las estructuras exclamativas, José Manuel González Calvo hace una propuesta de caracterización general muy bien orientada, ateniéndose a criterios entonativos, morfológicos, léxicos, sintácticos, semánticos, textuales y pragmáticos, lo que permite un análisis más riguroso de esta clase oracional. Citamos a continuación su propuesta de clasificación expuesta en el estudio mencionado: 1. Estructuras exclamativas con marcador léxico de grado; 2. Estructuras exclamativas retóricas; 3. Estructuras exclamativas formadas por ausencia de proposición subordinada; 4. Estructuras exclamativas formadas por ausencia de parte principal; 5. Estructuras exclamativas en interrogativas retóricas; 6. Estructuras exclamativas indirectas. (González Calvo 1997: 150) 1. Según esta clasificación, la primera subclase relaciona las exclamativas con las interrogativas parciales o pronominales y reúne fundamentalmente las secuencias introducidas por algún elemento léxico usado como intensivo o exclamativo. Las más conocidas son las que van encabezadas con qué, cuánto y cómo: “¡Qué tío! ¡Cómo me había puesto la cara!” (TS: 76), “-¡Cómo mola! (TS: 214), “¡Cuánto trabajas/estudias!”. El giro qué de ante sustantivos, muy semejante al rumano ce de, se ha lexicalizado probablemente a partir de secuencias completas del tipo “qué cantidad de” y se ha especializado en lo cuantitativo: “¡Qué de dinero gasta!” – “¡Qué cantidad de dinero gasta!” - “¡Cuánto dinero gasta!” Cómo es adverbio pronominal y sólo acompaña a verbos conjugados: “¡Cómo llueve! Qué y cómo se acomodan a dos contenidos, el cualitativo y el cuantitativo, lo que hace posible su sustitución o conmutación por cuánto: “¡Qué prisa tienes!” - “¡Cuánta prisa tienes!”, “¡Cómo estudias!” - ¡Cuánto estudias!” En las exclamativas hay ausencia de los indicadores específicos de grado superlativo muy, muchísimo, al ser estos incompatibles con los marcadores exclamativos qué, cuánto y cómo en la misma secuencia. Sin embargo existe compatibilidad con palabras superlativizadas mediante prefijos o sufijos, o mediante adjetivos o adverbios de contenido superlativo: “¡Qué rechulísima estás!”, “Qué rarillo se pone cuando no está tu madre“. (YI:113), ¡Qué maravilloso paisaje!”, “¡Qué extraordinariamente bien lo hiciste!” La entonación de estas exclamativas es pertinente para distinguirlas de las interrogativas: “¡Cuántas preguntas te hizo!”/ “¿Cuántas preguntas te hizo?” Reproducimos la apreciación de J. M. González Calvo acerca de la distinción oración interrogativa/oración exclamativa: “La diferencia semántica entre interrogativas y exclamativas (‘pedir informes’/ ‘ponderar superlativamente’) impulsa a restringir la adaptación o el uso de pronombres y adverbios relativointerrogativos como encabezadores de estructuras exclamativas. Cuyo no existe como interrogativo en nuestra sincronía, y no ha existido nunca como exclamativo. Algunas Reflexiones Sobre Las Estructuras Exclamativas En Español Cuán no puede aparecer en las interrogativas, y su uso en las exclamativas es hoy anticuado. El uso de cuál como exclamativo no era frecuente en los escritores clásicos, y hoy resultaría afectadamente arcaizante: recuérdese el “¡Cuál gritan esos malditos!” del Tenorio de Zorrilla.” (González Calvo 1997: 152. Ejemplo citado también por el Esbozo, p. 358). Las interjecciones o las frases interjectivas, propias o impropias, groseras, eufemísticas, escatológicas o blasfemas son muy frecuentes en estos esquemas exclamativos, precediéndolos: “-¡Eh, eh! –dijo mi vecino de arriba-, que con el rollo del villancico estos niños se cuelan.” (TS: 116), “-Vaya tarde que me estás dando, hijo mío.” (TS: 23), “¡Caray, cuanto tiempo ha dormido!”, “¡Arrea, como se ha puesto!”, “-¡Joé, por lo menos no escribas «Gafotas»… (TS: 178) Vaya introduce generalmente exclamativas cualitativas y puede ir seguida de un enfático, lo que no es posible con los demás elementos exclamativos: “¡Vaya un raspa!” Además, el carácter interjectivo de vaya le permite combinarse con la preposición con en estructuras del tipo “¡Vaya con el tonto éste!” Las interjecciones ¡oh!, ¡ah!, ¡ay!, etc., varían de tono, de duración y de intensidad según la clase y el grado de emoción con que se pronuncian (Navarro Tomás 1991: 230). Los manuales sobre el español coloquial especifican que pueden funcionar como elementos léxicos exclamativos diversas formas adjetivas: menudo, valiente, bonito, buen. La forma más frecuente es menudo y expresa tamaño o cualidad grandes: “¡Menuda disyuntiva la suya!”, “¡Menuda pandilla de gamberros!” Bonito y bueno son menos frecuentes: “¡Bonito comportamiento el tuyo”, “¡Buena faena me hiciste!” 2. La segunda subclase de estructuras exclamativas acoge secuencias en las que se invierte su significado habitual. Algunos autores, como W. Beinhauer e Ignacio Bosque (apud González Calvo 1997: 157) hablan de la ironía y de la exclamación retórica como activadores negativos. La ironía y la entonación admirativa pueden activar positiva o negativamente muchas secuencias en los diálogos y conversaciones, lo que no es fácil de sistematizar. Una oración de tipo “¡Para jueguecitos estamos ahora!” puede interpretarse como enunciativa negativa reforzada o como exclamativa negativa, al ser introducida por el operador para, muy expresivo y de activación negativa. Lo enunciado aparece así en forma contraria a lo que se piensa, ironizándose con mayor nitidez si se altera el orden habitual de las palabras: “¡Buena la hemos hecho!” Para negar de forma expresiva y enfática, se anteponen a los verbos adjetivos como bueno, bonito, menudo, mucho: “¡Buena la has hecho!”, “¡Bonito soy yo para eso!”, “¡Menuda la has armado tú!”, “¡Mucho nos reímos con tu impertinencia!” Por otra parte, formas léxicas que literalmente indican poca cantidad o cualidad peyorativa se activan positivamente: “¡Poca va a ser la fiesta!”, “¡Pues fue chico el disgusto que su hermano le dio!” La entonación y el elemento negativo activan la interpretación positiva, aumentando la intensidad expresiva. Tales estructuras son muy frecuentes en el español coloquial: “–Sí, hombre –dijo la sita bajándonos de la nube–, no tiene otra LuminiŃa Vleja cosa que hacer Clinton que venir a veros a vosotros.” (MTS: 22), “¡No es exagerado ni nada!” 3. Las estructuras exclamativas formadas por ausencia de oración subordinada suelen construirse con nexos correlativos, uno intensivo (más, menos, tan, tanto, tal, cada, un, de, de un) y otro subordinante en la oración subordinada (que, como) que resuelve la tensión comparativa o consecutiva. Según Alarcos Llorach, “son estructuras provistas de entonación exclamativa y con ello ponen de relieve el encarecimiento significado por el cuantificador. Pero aunque acaben con fonema de suspensión, ello no implica ninguna elipsis, ni por fuerza sugieren solo el sentido consecutivo” (Llorach 2002: 439). Se trata de un esquema formado por si como elemento intensivo de una consecutiva, seguido del verbo ser en futuro: “Si será tonto que lleva los zapatos cambiados”. La exclamativa correspondiente es “¡Si será tonto!” Parece que las estructuras consecutivas con si derivan de interrogativas indirectas totales transformadas en exclamativas indirectas por eliminación del verbo regente: “Observa si será tonto que lleva los zapatos cambiados”. También se acuñan interrogativas directas retóricas con el correspondiente tipo exclamativo, con o sin si: “¿Si será imbécil?”, “¿Será cretino? En los casos exclamativos con si no aparece el sentido de incertidumbre que se encuentra en las correspondientes construcciones interrogativas. En estas exclamativas se nota una mayor participación del hablante en la emoción o sentimiento que expresa. El sentido es equivalente si se emplean estructuras con unidades exclamativas: “¡Si estará loca la pobrecita!” – “¡Qué loca está la pobrecita! En el español coloquial es frecuente el tipo de frase con el verbo tener en futuro o condicional: “¡Si tendrá cara el tío!” – “¿Tendrá cara el tío?” 4. Las estructuras exclamativas formadas por ausencia de parte principal forman un grupo difícil de estudiar, visto la multitud de posibilidades de configuración, que a veces se pueden confundir con otros tipos: si se suprime la parte principal o regente, la parte subordinada o regida (una palabra, un sintagma o una oración) “puede quedar ponderada superlativamente por el contexto, sintáctico y pragmático, y por la entonación” (González Calvo 1997: 162). En español el sistema autoriza la pérdida de la parte principal factiva y estimativa de las exclamativas indirectas: “No me explico/es increíble el miedo tan grande que tiene” se puede transformar en una oración exclamativa simple: “¡El miedo que tiene!” Estas construcciones son variantes muy expresivas de las exclamaciones con qué, cuánto, cómo: “¡Qué miedo tiene! “¡Cómo (cuánto) traga este tío!”/ “¡Lo que traga este tío!”. Lo que tiene sentido de cantidad, significa ‘el grado en que’: “¡Lo que ciega a los hombres la codicia!” Es notable el giro, muy arraigado y sin equivalente en lenguas afines, que el español puede dar al artículo neutro lo seguido por el relativo que: “¡Lo pequeña que es!” / “Me encantó por lo pequeña/ por ser muy pequeña”. 5. Las estructuras exclamativas indirectas se suelen confundir con las interrogativas indirectas porque las dos categorías están asociadas a verbos o frases que significan actos de entendimiento o de habla: decir, entender, preguntar, saber, etc. Andrés Bello (González Calvo 1997: 174) dice que hay interrogación o Algunas Reflexiones Sobre Las Estructuras Exclamativas En Español exclamación indirecta en el ejemplo sacado de Cervantes: “Mira hasta dónde se extiende la malicia de los encantadores y la ojeriza que me tienen”. Otros ejemplos que implican la existencia de interrogativas indirectas con implicatura exclamativa son las oraciones introducidas por qué, quién, dónde, cuándo + verbo: “Mira quién fue a hablar”, “Mira qué ha respondido”. Sin embargo, las exclamativas indirectas son estructuras factivas, que presuponen la certeza de la completiva: “¡Es increíble la de cosas que hace en una hora”. Son oraciones seleccionadas por verbos factivos, es decir predicados que poseen un significado incompatible con la idea de desconocimiento característica de las interrogativas indirectas: me sorprende, me extraña, me fascina, es increíble (curioso, extraño, triste, espantoso), es una delicia, es un crimen, darse cuenta de, etc. También se usan los verbos mirar y ver en imperativo y con complementos exclamativos: “Mirad el guirigay que están montando” o los verbos calcular, figurarse, imaginarse en imperativo con afirmación o negación: “Calcula si será bruto”, “Imagínate qué contento estará, “Figúrate lo que habrá estudiado”, “No veas cómo se divierte.” La negación añade un grado mayor de intensidad: “No te puedes imaginar/no te quiero decir cuánto sufrió”, “No sabes lo que te quiero”. 6. Las estructuras exclamativas en interrogativas retóricas son estructuras interrogativas por la forma, pero no por el contenido. El acto de habla no es, en este caso, el de pedir información o preguntar, sino declarar, desear, dudar, exclamar, prohibir, dar órdenes, aconsejar, suplicar. Los esquemas exclamativos directos o indirectos se parecen a las preguntas retóricas y muchas veces se trata de ciertos tipos de exclamativas indirectas, cuyo verbo principal no está en imperativo, y sobre las que se aplica la forma interrogativa directa. Desde el punto de vista sintáctico son oraciones interrogativas, pero la implicatura es exclamativa:”¿Has visto qué burrada ha dicho?”, “¿Has olvidado la de veces que te lo advirtieron?” Hay elementos léxicos, como los verbos ser, haber, tener, morfosintácticos (el futuro y el condicional de probabilidad), entonativos y contextuales que fijan estos esquemas: “¿Será atrevido?”, “¿Habrá desvergüenza igual?”, “¿Tendrá cara?” El verbo haber potencia la superlatividad relativa: “¿Habrá mayor insolente?”, “¿Habrá empeño más despreciable?” La sustitución de los signos gráficos interrogativos por los admirativos es frecuente en el español actual: “¡Tendrá cara!” Para ejemplos de este tipo, José Manuel González Calvo, en su estudio que estamos citando, toma una apreciación de W. Beinhauer que nos parece muy interesante: “otra forma de afirmación o confirmación tajante consiste en que la aseveración de uno de los hablantes adopta en el otro la forma de una interrogación o exclamación ficticia. Nos encontramos una vez más con vacilaciones en los signos interrogativos y admirativos: Juan – Es valiente, es valiente la señora. Julia - ¿Qué si lo es? No lo sabe usted bien. Paco - ¡Es admirable! Mariano – ¡Que si es admirable! Realmente son interrogativas retóricas que admiten tanto la entonación interrogativa como la admirativa.” (González Calvo 1997: 175). LuminiŃa Vleja En estructuras proferidas con indignación, firmeza y dignidad, como en “¡Señora!, ¿Qué palabras son esas?”, la voz alcanza sobre la sílaba acentuada una nota mucho más aguda, elevándose una octava aproximadamente desde la primera sílaba a la segunda y descendiendo otro tanto desde ésta a la final (Tomás Navarro 1991: 232). CONCLUSIÓN La expresión directa de emociones en el español actual es muy variada y se distingue principalmente a través de rasgos fonológicos complejos: la entonación, con sus respectivos rasgos melódicos, la intensidad y la cantidad de las sílabas acentuadas y aun de la palabra entera que se siente como más expresiva, el tempo de la dicción, acelerado o retardado según el sentimiento dominante. Además, las estructuras exclamativas poseen condiciones morfosintácticas y semánticas propias. Hay casos fronterizos de exclamativas con enunciativas, interrogativas retóricas, desiderativas, etc. El contexto lingüístico y pragmático en que se sitúan es muy importante para su correcto análisis y para la eliminación de las ambigüedades. Hacen falta todavía estudios que investiguen las complejas relaciones entre exclamativas, interrogativas (incluidas las retóricas) y consecutivas. NOTA * Quiero manifestar mi agradecimiento al distinguido Profesor José Manuel González Calvo por su constante apoyo y sus valiosos estudios, que me fueron de enorme interés. BIBLIOGRAFÍA Beinhauer, Werner, El español coloquial, Madrid, Gredos, 1968. (Beinhauer 1968) Briz Gómez, Antonio, El español coloquial en la conversación. Esbozo de pragmagramática, Barcelona, Ariel, 1998. (Briz Gómez 1998) González Calvo, José Manuel, “Estructuras exclamativas en español”, en González Calvo, José Manuel, Terrón González, Jesús (eds.), Actas IV Jornadas de Metodología y Didáctica de la Lengua Española, Cáceres, Universidad de Extremadura, 1997, págs. 143-177. (González Calvo 1997) Llorach, Emilio Alarcos, Gramática de la lengua española, Madrid, Espasa Calpe, 2002. (Llorach 2002) Navarro Tomás, Tomás, Manual de pronunciación española, Madrid, CSIC, 1991, págs. 230-235. (Navarro Tomás 1991) Real Academia Española, Esbozo de una nueva gramática de la lengua española, Madrid, Espasa Calpe, 1991. (Real Academia Española 1991) Seco, Rafael, Manual de gramática española, Madrid, Aguilar, 1989. Fuente de los ejemplos: Algunas Reflexiones Sobre Las Estructuras Exclamativas En Español MTS = Lindo, Elvira, Manolito tiene un secreto, Madrid, Alfaguara, 2008. TS = Lindo, Elvira, Los trapos sucios, Madrid, Alfaguara, 2008. YI = Lindo, Elvira, Yo y el Imbécil, Madrid, Alfaguara, 2008. ABSTRACT This article aims at distinguising between various subtypes of exclamative structures, starting from the achievements of text linguistics and linguistic pragmatics, which underline the need to study the sentences of a language according to semantic criteria and combining lexical, morphosintactic and intonational criteria. The textual approach and the speaker's attitude are essential for the analysis of materials extracted from various linguistic register, which may reveal the formal characteristics of the various types of exclamations in Spanish. Key words: exclamative structures, classifications, criteria