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EL LATÍN COMO LENGUA FLEXIVA El latín es una lengua flexiva. Esto significa que las palabras experimentan una serie de variaciones en su terminación para indicar la función sintáctica que desempeñan dentro de la oración. Dichas terminaciones reciben el nombre de desinencias. En los sustantivos, adjetivos y pronombres sirven para expresar el caso, el género y el número, mientras que en los verbos expresan la persona, el número, el tiempo, el modo y la voz. Por ejemplo: en la palabra amicam la desinencia –am indica que acusativo, singular, femenino. En la forma del verbo amamus la desinencia expresa 1ª persona del plural del presente de indicativo de voz activa. El conjunto de las diferentes formas que adopta un sustantivo, adjetivo o pronombre se llama declinación. El latín posee cinco declinaciones. El conjunto de las diferentes formas que adopta un verbo se denomina conjugación. El latín posee cinco conjugaciones. Además de estas palabras variables, existe en latín un grupo de palabras invariables, es decir, que no experimentan ningún tipo de flexión. Son los adverbios, las preposiciones, las conjunciones y las interjecciones. El SISTEMA NOMINAL. CASOS Y DECLINACIONES. FUNCIONES Para entender el concepto de caso en latín observa primero, por ejemplo, el pronombre personal de 3ª persona en castellano. Yo puedo decir lo siguiente: “él me vio en la calle” (donde él es el pronombre personal de 3ª persona con la función de sujeto), “lo vi en la calle” (lo es el pronombre personal de 3ª persona con la función de CD), “le di un libro” (le es el pronombre personal de 3ª persona con la función de CI); o el pronombre personal de 1ª persona: “yo fui al cine” (yo es el pronombre personal de 1ª persona con la función de sujeto), “Juan me vio en la calle” (me es el pronombre personal de 1ª persona con la función de CD), “Luisa venía conmigo” (conmigo es el pronombre personal de 1ª persona con la función de CCC). Observa que tanto el pronombre personal de 3ª persona como el de 1ª han ido cambiando de forma (él, lo, le; yo, me, conmigo) para expresar una función sintáctica distinta. Pues bien, cada una de estas formas que va tomando una palabra para indicar una función sintáctica se denomina caso. Al conjunto de casos o formas que toma una palabra para indicar las funciones sintácticas se le llama declinación (el, lo, le… es la declinación del pronombre personal de 3ª persona; yo, me, conmigo… es la declinación del pronombre personal de 1ª persona). Esto que ocurre en castellano de forma ocasional es lo habitual en latín: en la lengua latina las funciones sintácticas se indican cambiando la forma de la palabra, es decir, mediante casos; en castellano, en cambio, la función sintáctica se suele indicar mediante el juego de las preposiciones: con la presencia o ausencia de preposiciones y cuando estas aparecen, se utilizan unas u otras según la función que se quiera indicar. Esto no quiere decir que el latín no conozca las preposiciones: también las utiliza, pero bastante menos que en castellano: las usa especialmente cuando quiere precisar alguna función sintáctica que con el caso quedaría ambigua. Lee atentamente estas oraciones: • • • • • • El libro es grande. ¡Libro, qué pesado eres!. El profesor lee un libro. La página del libro estaba rota. El polvo es muy malo para los libros. Venimos con el libro bajo el brazo. Observa cómo en castellano la palabra libro prácticamente no cambia de forma (sólo cambia su número: singular o plural), independientemente de la función que desempeñe en cada oración. Si queremos expresar en latín las frases anteriores tendrían esta forma: • • • • • • Liber magnus est. Liber, quam onerosus es! Magister librum legit. Folium libri fractum erat. Pulvis libris pessimus est. Cum libro sub bracchium venimus. En latín son seis los casos. Sus nombres y funciones son los siguientes: NOMBRE FUNCIÓN PRINCIPAL Nominativo Sujeto, Atributo Vocativo Apelativa, llamadas, invocaciones Acusativo CD Genitivo Complemento del nombre Dativo CI Ablativo CC ENUNCIADO DE UN SUSTANTIVO Para enunciar un sustantivo es necesario expresar dos formas: la primera es la del nominativo y la segunda la del genitivo. Esta última nos dice a qué declinación pertenece la palabra y cuál es la raíz. ¿Cómo sabemos a qué declinación pertenece un sustantivo? Lo sabemos por el enunciado de ese sustantivo y, en concreto, por la segunda forma de ese enunciado, es decir, el genitivo singular; así si el genitivo termina en: ● AE, es de la 1ª declinación ● I, es de la 2ª declinación ● IS, es de la 3ª declinación ● US, es de la 4ª declinación ● EI, es de la 5ª declinación ¿Y cómo sacamos la raíz de un sustantivo? Si le quitamos la terminación al genitivo, lo que nos queda es la raíz. Veamos algunos ejemplos: Una palabra como puella puellae es de la 1ª declinación, ya que el genitivo termina en –ae y su raíz será puell-. templum templi es de la 2ª declinación porque su genitivo termina en –i y su raíz es templ-. consul consulis pertenece a la 3ª declinación, ya que su genitivo termina en –is y su raíz es consul-. cornu cornus será de la 4ª declinación por terminar su genitivo en –us, y su raíz es corn-. dies diei es de la 5ª declinación ya que su genitivo termina en –ei, y su raíz es di-. Por lo general, las palabras latinas suelen aparecer con el enunciado reducido, es decir, en la forma del genitivo ponen sólo la parte final precedida de un guión; observa los siguientes enunciados desarrollados y reducidos: Enunciado desarrollado eques equitis equitatus equitatus regina reginae ager agri nubes nubis Enunciado reducido eques, -itis equitatus, -us regina, -ae ager, -gri nubes, -is Recuerda: Un sustantivo se enuncia mediante el nominativo y el genitivo. Por el genitivo sabemos a qué declinación pertenece ese sustantivo y cuál es su raíz. EL GÉNERO Y EL NÚMERO EN LATÍN En latín hay tres géneros plenamente desarrollados (el masculino, el femenino y el neutro), mientras que en castellano solo tenemos dos (masculino y femenino) y restos del neutro (en pronombres como esto, eso, aquello, ello) y dos números (el singular y el plural), con restos de un antiguo tercer número llamado dual, que se utilizaba para las parejas o grupos de dos, como el propio número dos o ambos (en castellano también tenemos singular y plural). Pero los géneros y números latinos no siempre coinciden con los del castellano; así, por ejemplo, una palabra como peditatus peditatus (que de forma abreviada se enuncia peditatusus) es masculina en latín, mientras que en castellano “la infantería” (que es su significado) tiene género femenino; o Athenae-arum tiene número plural (observa que se enuncia con el nominativo y genitivo del plural de la 1ª declinación porque no tiene singular), mientras que en castellano “Atenas” tiene número singular. Recuerda: ● Géneros latinos: masculino, femenino y neutro ● Números latinos: singular y plural. Quedan restos de dual EL SISTEMA VERBAL EN LATÍN Los verbos en latín se dividen en conjugaciones, al igual que en castellano, en relación con la vocal característica del tema de presente. Sin embargo, en latín existen cinco conjugaciones (1ª, 2ª, 3ª, 4ª y mixta), que veremos a continuación. En cuanto al sistema de modos, tiempos y aspectos es muy parecido al sistema del castellano. Tampoco hay grandes novedades en lo referente a las voces (activa y pasiva, aunque veremos los llamados verbos deponentes), el número (singular y plural) y la persona (1ª, 2ª, 3ª). Existen tres modos personales: indicativo, subjuntivo e imperativo, con sus tiempos verbales, pero, además, existen formas no personales: infinitivo, participio, gerundio, gerundivo y supino. Para entender el funcionamiento del verbo latino, será necesario asimilar, además, el concepto de tema verbal. Si observas un verbo inglés (por ejemplo, to drink, drank, drunk) notarás que hay tres raíces diferentes: una para el presente, otra para el pasado y otra para el participio. En latín se da un fenómeno semejante, ya que se distinguen tres temas de los que derivan los distintos tiempos: TEMA DE PRESENTE INDICATIVO SUBJUNTIVO IMPERATIVO INFINITIVO PARTICIPIO Presente Presente Presente Presente Presente Pret. imperfecto Pret. imperfecto - - - Futuro imperfecto - Futuro - Futuro pasivo TEMA DE PERFECTO INDICATIVO SUBJUNTIVO INFINITIVO Pret. perfecto Pret. perfecto Perfecto Pret. pluscuamperfecto Pret. pluscuamperfecto - Futuro perfecto - - TEMA DE SUPINO PARTICIPIO Participio de perfecto pasivo Participio de futuro activo ENUNCIADO DE LOS VERBOS Para nombrar un verbo en latín es necesario expresar cinco formas verbales: 1ª y 2ª persona del singular del presente de indicativo, infinitivo de presente, 1ª persona del singular del pretérito perfecto de indicativo y supino. ¿Para qué sirve el enunciado de un verbo? Para saber a cuál de las cinco conjugaciones pertenece el verbo y cuáles son las tres raíces que tiene. ¿Cómo podemos saber a qué conjugación pertenece un verbo? Para conocer a qué conjugación pertenece el verbo, basta con ver las tres primeras formas del enunciado: Los verbos de la 1ª conjugación son verbos en –a, con infinitivo en –āre. Por tanto, el enunciado de las tres primeras formas será -o-as-āre. Ejemplo: amo, amas, amare, amavi, amatum. Los verbos de la 2ª conjugación son verbos en –e, con infinitivo en –ēre. Por tanto, el enunciado de las tres primeras formas será -eo-es-ēre. Por ejemplo: video, vides, vidēre, vidi, videtum. Los verbos de la 3ª conjugación son verbos en consonante (y también verbos en –u), con infinitivo en –ĕre. Por tanto, el enunciado de las tres primeras formas será, -o-is-ĕre. Por ejemplo, lego, legis, legĕre, legi, lectum. Los verbos de la 4ª conjugación son verbos en –i, con infinitivo en –īre. Por tanto, el enunciado de las tres primeras formas será -io-is-īre. Por ejemplo: audio, audis, audīre, audivi, auditum. Los verbos de la conjugación mixta son verbos que tienen características de la 3ª y de la 4ª conjugación. Es decir, parecen verbos de la 4ª, porque son en –i, pero tienen el infinitivo igual que el de la 3ª (en –ĕre). Así, el enunciado de las tres primeras formas de la conjugación mixta será -io-is-ĕre. Por ejemplo, capio, capis, capĕre, cepi, captum. Recuerda: Un verbo se enuncia mediante cinco formas: 1ª y 2ª persona del singular del presente de indicativo activo, infinitivo de presente activo, 1ª persona del pretérito perfecto de indicativo activo y supino. Por el enunciado podemos saber a qué conjugación pertenece el verbo y cuáles son sus tres raíces. EL ORDEN DE PALABRAS EN UNA FRASE LATINA En castellano el orden de las palabras dentro de la frase es muy importante, porque marca la función sintáctica y puede hacer cambiar el significado. Por ejemplo: El miedo causa dolor Sujeto CD / El dolor causa miedo Sujeto CD El latín, al indicar la función de una palabra por medio de las terminaciones, permite una cierta libertad en el orden de palabras, aunque suele seguir unas pautas generales: En latín el verbo suele ocupar la última posición en la frase (en castellano normalmente aparece en 2º lugar, tras el sujeto). Si en castellano la estructura normal es la de SVO (Sujeto-Verbo-Objeto), en latín es SOV (Sujeto-Objeto-Verbo). Por ejemplo: Puella pulchra est = La muchacha es hermosa El sujeto suele estar al principio, como en castellano. Ejemplo: Aquilae columbas fugant = Las águilas ahuyentan a las palomas. El complemento del nombre y el adjetivo habitualmente se pone delante del nombre al que esté complementando (en castellano, en cambio, detrás). Ejemplo: parva scintilla incendium in Marci villa excitat = Una chispa pequeña provoca un incendio en la villa de Marco El resto de complementos (CD, CI y CC) suele aparecer entre el sujeto y el verbo. Ejemplo: puella rosis Minervae aram ornat = La muchacha adorna el altar de Minerva con rosas