Download Novena a Santa Faustina - Santuario Jesús Misericordioso

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Dr. P. I. Rivera 4591 (C1431BVA)
Ciudad Autónoma de Buenos Aires - República Argentina
Tel. / Fax: (011) 4521-3153 / 4522-3427
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Días 26: Misas todo el día - Imposición de Manos - Confesiones
Fiesta Patronal: Domingo siguiente a Pascua.
Medios de transporte:
Colectivos: 41-71-93-107-111-112-114-127-133-140-169-175-176
Ferrocarril TBA (ex Mitre): Est. L. M. Drago (Ramal Suárez)
esús
JS
M
Oh Dios de piedad, sólo tú puedes justificarme y jamás me rechazarás cuando yo, arrepentida, me acerque a tu Corazón misericordioso del cual nadie ha sido rechazado jamás, aunque haya sido el
pecador más grande. (1730)
Acudo a tu misericordia, Dios compasivo, ya que sólo tú eres bondad. Aunque mi miseria es grande y mis ofensas numerosas, confío
en tu misericordia porque eres Dios de misericordia y desde tiempo
inmemorial nunca se ha oído, ni el cielo ni la tierra recuerdan que
un alma confiada en tu misericordia, haya quedado decepcionada.
Santa Faustina Kowalska
Oración de confianza
Santa Faustina
Novena a
2
Oración de Juan Pablo II
Santa Faustina,
don de Dios a nuestro tiempo,
don de la tierra de Polonia a toda la
Iglesia, concédenos percibir la profundidad de la misericordia divina,
ayúdanos a experimentarla en nuestra vida y a testimoniarla a nuestros
hermanos.
Que tu mensaje de luz y esperanza
se difunda por todo el mundo, mueva a
los pecadores a la conversión, elimine
las rivalidades y los odios, y abra a los
hombres y las naciones a la práctica
de la fraternidad.
Hoy, nosotros, fijando juntamente
contigo, nuestra mirada en el rostro de
Cristo resucitado, hacemos nuestra tu
oración de abandono confiado y decimos con firme esperanza:
“Cristo, Jesús, en Vos confío”
“Demos gracias al Señor porque es
bueno, porque es eterna Su misericordia” (Salmo 117)
“Oh, Señor, Amor mío, Te doy gracias
por el día de hoy, por haberme permitido recoger el tesoro de Tus gracias del
manantial de Tu misericordia insondable. Oh, Jesús, no solamente en el día
de hoy, sino en cada momento saco de
Tu insondable misericordia todo lo que
el alma y el cuerpo puedan desear”.
Santa Faustina (1178)
Modo de rezarla:
1º- Hacemos la Señal de la Cruz.
2º- Rezamos la Oración a Santa
Faustina de Juan Pablo II.
3º- Leemos la meditación del día.
Hacemos una pausa de silencio después de cada párrafo.
4º- Al finalizar cada día repetimos:
“Las gracias de Mi misericordia se toman con un solo recipiente y éste es
la confianza. Cuanto más confíe un
alma, tanto más recibirá. Las almas
que confían sin límites son Mi gran
“Jesús me dijo estas palabras: Hija
Mía, no tengas miedo de nada, Yo
estoy siempre contigo; cualquier adversario te puede hacer daño solamente si Yo se lo permito. Tú eres Mi
morada y Mi estable descanso, por ti
detengo la mano castigadora, por ti
bendigo la tierra.” (Diario 431)
“No comprendo, cómo es posible no
tener confianza en Aquel que lo puede todo; con Él todo y sin Él nada. Él,
el Señor, no permitirá ni dejará que
queden confundidos aquellos que
han puesto en Él toda su confianza.”
Santa Faustina (Diario 358)
Reflexión:
(Del Diario de Santa Faustina)
“Pinta una imagen según el modelo
que ves y firma*: Jesús, en Ti confío.
Deseo que esta imagen sea venerada
primero en su capilla y [luego] en el
mundo entero.” (Diario 47)
Sólo en Dios descansa mi alma,
de él me viene la esperanza.
Sólo él es mi Roca salvadora,
él es mi baluarte: nunca vacilaré.
Confíen en Dios constantemente,
ustedes, que son su pueblo;
desahoguen en él su corazón,
porque Dios es nuestro refugio.
Palabra de Dios
(Sal. 61, 6-7;9)
PRIMER DÍA: LA CONFIANZA
Pidamos tener siempre plena confianza en la infinita Misericordia de Dios y
en Su profundo Amor.
NOVENO DÍA: EL AGRADECIMIENTO
Demos gracias a Jesús por su inmenso
Amor, y por lo que nos ha dado a lo largo de nuestras vidas.
“En Mis manos, las almas elegidas
son las luces que arrojo en las tinieblas del mundo y lo ilumino. Como
las estrellas iluminan la noche, así
las almas elegidas iluminan la tierra
y cuanto más perfecta es el alma,
tanta más luz irradia en su torno y
llega más lejos. Puede estar oculta y
desconocida aún a las personas más
cercanas, no obstante su santidad se
refleja en las almas en los más lejanos
confines del mundo”. (Diario, 1601)
“Los dos rayos significan la Sangre
y el Agua. El rayo pálido simboliza
el Agua que justifica a las almas. El
rayo rojo simboliza la Sangre que es
la vida de las almas... Ambos rayos
brotaron de las entrañas más profundas de Mi misericordia cuando Mi
Corazón agonizante fue abierto en
la cruz por la lanza. Bienaventurado
quien viva a la sombra de ellos, porque no le alcanzará la justa mano de
Dios” (Diario,299)
Reflexión:
(Del Diario de Santa Faustina)
“Dices que unas tinieblas grandes
cubren tu mente, pues, ¿por qué en
tales momentos no vienes a Mi que
soy la luz y en un solo instante puedo infundir en tu alma tanta luz y tanto entendimiento de la santidad que
no aprenderás al leer ningún libro ni
ningún confesor es capaz de enseñar
ni iluminar así al alma.” (Diario 1487)
(Diario 1540)
7
“Hoy el Señor me dijo: Escribe,
hija Mía, estas palabras: Todas las
almas que adoren Mi misericordia
y propaguen la devoción invitando
a otras almas a confiar en Mi misericordia no experimentarán
terror en la hora
de la muerte.
Mi misericordia las protegerá en ese último
combate…”
Reflexión:
(Del Diario de Santa Faustina)
“Oh, Jesús, Dios eterno, te doy gracias por tus innumerable gracias y
bendiciones. Que cada latido de mi
corazón sea un himno nuevo de agradecimiento a ti, Oh, Dios. Que cada
gota de mi sangre circule para ti,
Señor. Mi alma es todo un himno de
adoración a tu misericordia. Te amo,
Dios, por ti mismo”. (Diario 1794)
¡Den gracias al Señor, porque es
bueno,
porque es eterno su amor!
Que lo diga el pueblo de Israel:
¡es eterno su amor!
Que lo diga la familia de Aarón:
¡es eterno su amor!
Que lo digan los que temen al Señor:
¡es eterno su amor!
Palabra de Dios
(Sal. 117, 1-4)
6
Reflexión:
(Del Diario de Santa Faustina)
“Hija Mía, en esta meditación considera el amor al prójimo: ¿es Mi amor
lo que te guía en el amor al prójimo?,
¿rezas por los enemigos?, ¿deseas el
bien a quienes te han entristecido o
te han ofendido de cualquier modo?
Has de saber que cualquier cosa
Sean misericordiosos, como el Padre
de ustedes es misericordioso. No juzguen y no serán juzgados; no condenen
y no serán condenados; perdonen y
serán perdonados. Den, y se les dará.
Les volcarán sobre el regazo una buena medida, apretada, sacudida y desbordante. Porque la medida con que
ustedes midan también se usará para
ustedes.
Palabra del Señor
(Lc. 6,36-38)
SÉPTIMO DÍA: EL PERDÓN
Pidamos por tener un corazón misericordioso como el de Jesús para saber
perdonar las ofensas.
“¡Oh Jesús Misericordioso, tendido
sobre la cruz, ten presente la hora de
nuestra muerte! ¡Oh, Corazón misericordiosísimo de Jesús, abierto con
una lanza, protégeme a la hora de
mi muerte! ¡Oh, Sangre y Agua que
brotaste del Corazón de Jesús como
una fuente de insondable misericordia para mí en la hora de mi muerte!
¡Oh, Jesús agonizante, Rehén de la
misericordia, apacigua la ira divina
en la hora de mi muerte!” (Diario 813)
“Promesa del Señor: A las almas que
recen esta coronilla, Mi misericordia
las envolverá en la vida y especialmente a la hora de la muerte.” (Diario 754)
Ustedes son la luz del mundo. No se
puede ocultar una ciudad situada en la
cima de una montaña. Y no se enciende
una lámpara para meterla debajo de un
cajón, sino que se la pone sobre el candelero para que ilumine a todos los que
están en la casa. Así debe brillar ante
los ojos de los hombres la luz que hay
en ustedes, a fin de que ellos vean sus
buenas obras y glorifiquen al Padre que
está en el cielo.
Palabra del Señor
(Mt. 5, 14-16)
Jesús les dirigió una vez más la palabra, diciendo:
«Yo soy la luz del mundo.
El que me sigue no andará en tinieblas,
sino que tendrá la luz de la Vida».
(Jn. 8,12)
OCTAVO DÍA: LA LUZ
Supliquemos a Jesús Misericordioso,
Luz del Mundo, que siga iluminando
nuestros hogares y que nos ayude para
que no se apague la luz de nuestra fe.
“Una vez, oí estas palabras: Hija Mía,
habla al mundo entero de la inconcebible misericordia Mía...
El alma que se confiese y reciba la
Santa Comunión obtendrá el perdón
total de las culpas y de las penas. En
ese día están abiertas todas las compuertas divinas a través de las cuales
fluyen las gracias. Que ningún alma
tema acercarse a Mí, aunque sus pecados sean como escarlata... Todo lo
que existe ha salido de las entrañas
de Mi misericordia.” (Diario 699)
buena que hagas a cualquier alma, la
acojo como si la hubieras hecho a Mi
Mismo.” (Diario 1768)
“Al entrar en mi soledad, oí estas
palabras: Defenderé como Mi gloria
Reflexión:
(Del Diario de Santa Faustina)
“Oh Jesús mio, sostenme cuando
vengan los días difíciles y nublados,
los días de las pruebas, cuando el
sufrimiento y el cansancio empiecen
a oprimir mi cuerpo y mi alma. Sostenme, oh Jesús, dame fuerza para
soportar los sufrimientos. Pon una
centinela a mis labios para que no
salga ni una sola palabra de queja
ante las criaturas. Toda mi esperanza es Tu Corazón misericordiosísimo,
no tengo nada en mi defensa, sólo Tu
misericordia, en ella toda mi confianza.” Santa Faustina (Diario 1065)
Apenas desembarcaron, la gente reconoció en seguida a Jesús, y comenzaron a recorrer toda la región para llevar en camilla a los enfermos, hasta el
lugar donde sabían que él estaba. En
todas partes donde entraba, pueblos,
ciudades y poblados, ponían a los enfermos en las plazas y le rogaban que
los dejara tocar tan sólo los flecos de su
manto, y los que lo tocaban quedaban
curados.
Palabra del Señor
(Mc. 6, 54-56)
SEGUNDO DÍA: LOS ENFERMOS
Pedimos por nuestros hermanos
enfermos.
consuelo, porque en tales almas vierto todos los tesoros de Mis gracias.
Me alegro de que pidan mucho, porque Mi deseo es dar mucho, muchísimo. Me pongo triste, en cambio, si
las almas piden poco, estrechan sus
corazones.” (Diario 1578)
3
Entonces el Rey dirá a los que tenga
a su derecha: “Vengan, benditos de mi
Padre, y reciban en herencia el Reino
que les fue preparado desde el comienzo del mundo, porque tuve hambre, y
ustedes me dieron de comer; tuve sed,
y me dieron de beber; estaba de paso,
y me alojaron; desnudo, y me vistieron;
enfermo, y me visitaron; preso, y me vinieron a ver”. Los justos le responderán:
“Señor, ¿cuándo te vimos hambriento, y
te dimos de comer; sediento, y te dimos
de beber? ¿Cuándo te vimos de paso,
y te alojamos; desnudo, y te vestimos?
¿Cuándo te vimos enfermo o preso, y
fuimos a verte?”. Y el Rey les responderá: “Les aseguro que cada vez que
lo hicieron con el más pequeño de mis
hermanos, lo hicieron conmigo”.
Palabra del Señor
(Mt. 25, 34-40)
TERCER DÍA: LOS POBRES
Pidamos ser caritativos y generosos
con nuestros hermanos hambrientos,
sedientos y desnudos.
“Gracias, oh, Señor, por el sacramento de la unción, que me fortificará en
los últimos momentos para luchar y
me ayudará a salvarme, y dará fuerzas al alma para que podamos gozar
eternamente.” Santa Faustina (Diario
1286)
a cada alma que rece esta coronilla
en la hora de la muerte, o cuando los
demás la recen junto al agonizante,
quienes obtendrán el mismo perdón.
Cuando cerca del agonizante es rezada esta coronilla, se aplaca la ira
divina y la insondable misericordia
envuelve al alma y se conmueven las
entrañas de Mi misericordia por la dolorosa Pasión de Mi Hijo.” (Diario 811)
4
Reflexión:
(Del Diario de Santa Faustina)
“Deseo transformarme toda en Tu
misericordia y ser un vivo reflejo de
Ti, oh Señor. Que este más grande
atributo de Dios, es decir su insondable misericordia, pase a través de mi
corazón al prójimo.
Ayúdame, oh, Señor, a que mis ojos
sean misericordiosos, para que yo
jamás recele o juzgue según las apariencias, sino que busque lo bello en el
alma de mi prójimo y acuda a ayudarla.
Ayúdame a que mis oídos sean misericordiosos para que tome en cuenta
las necesidades de mi prójimo y no
sea indiferente a sus penas y gemidos.
Ayúdame, oh, Señor, a que mi lengua sea misericordiosa para que
jamás hable negativamente de mis
prójimos sino que tenga una palabra
de consuelo y perdón para todos.
Ayúdame, oh, Señor, a que mis manos
sean misericordiosas y llenas de buenas obras para que sepa hacer sólo el
bien a mi prójimo y cargue sobre mí las
tareas más difíciles y más penosas.
Ayúdame a que mis pies sean misericordiosos para que siempre me
apresure a socorrer a mi prójimo,
dominando mi propia fatiga y mi cansancio. Mi reposo verdadero está en
el servicio a mi prójimo.
Ayúdame, oh, Señor, a que mi corazón sea misericordioso para que yo
sienta todos los sufrimientos de mi
prójimo. A nadie le rehusaré mi corazón. Seré sincera incluso con aquellos de los cuales sé que abusarán de
mi bondad. Y yo misma me encerrare en el misericordiosísimo Corazón
de Jesús. Soportaré mis propios sufrimientos en silencio. Que tu misericordia, oh, Señor mío, repose dentro
de mí. (Diario 163)
Te doy tres formas de ejercer misericordia al prójimo: la primera – la
acción, la segunda – la palabra, la
tercera – la oración. En estas tres formas está contenida la plenitud de la
misericordia y es el testimonio irrefutable del amor hacia Mi porque la
fe sin obras, por fuerte que sea, es
inútil.” (Diario 742)
Reflexión:
(Del Diario de Santa Faustina)
“... Exijo de ti obras de misericordia
que deben surgir del amor hacia Mi.
Debes mostrar misericordia al prójimo siempre y en todas partes. No
puedes dejar de hacerlo ni excusarte
ni justificarte.
Vengan a mí todos los que están afligidos y agobiados, y yo los aliviaré.
Carguen sobre ustedes mi yugo y
aprendan de mí, porque soy paciente y
humilde de corazón, y así encontrarán
alivio. Porque mi yugo es suave y mi
carga liviana.
Palabra del Señor
(Mt. 11, 28-30)
Jesús dijo a sus discípulos: hay entre
ustedes algunos que no creen». En
efecto, Jesús sabía desde el primer momento quiénes eran los que no creían
y quién era el que lo iba a entregar. Y
agregó: «Por eso les he dicho que nadie puede venir a mí, si el Padre no se
lo concede». Desde ese momento, muchos de sus discípulos se alejaron de él
y dejaron de acompañarlo. Jesús preguntó entonces a los Doce: «¿También
ustedes quieren irse?». Simón Pedro le
respondió: «Señor, ¿a quién iremos?
Tú tienes palabras de Vida eterna.
Nosotros hemos creído y sabemos que
eres el Santo de Dios».
Palabra del Señor
(Jn. 6, 64-69)
“Comprendo Tus palabras, Señor, y
la grandeza de la misericordia que ha
de resplandecer en mi alma. Jesús
dijo: Sé, hija Mía, que lo comprendes
y haces todo lo que está en tu poder,
pero escríbelo para muchas almas
que a veces se afligen por no tener
bienes materiales, para practicar con
ellos la misericordia. Sin embargo,
el mérito mucho más grande lo tiene la misericordia espiritual que no
necesita ni autorización ni granero
siendo accesible a cualquier alma.
Si el alma no practica la misericordia
de alguna manera no conseguirá Mi
misericordia en el día del juicio. Oh,
si las almas supieran acumular los
tesoros eternos, no serian juzgadas,
porque su misericordia anticiparía Mi
juicio.” (Diario 1317)
Reflexión:
(Del Diario de Santa Faustina)
“Jesús, Tú eres tan pequeño, pero
yo sé que Tú eres mi Creador y Señor. Y Jesús me contestó: Lo soy y
trato contigo como un niño para enseñarte la humildad y la sencillez.”
Santa Fautina (Diario 184)
DÍA QUINTO: LOS AFLIGIDOS
Pidamos tener un corazón sencillo y humilde, lleno de amor y paciencia para
consolar a los afligidos, corregir a los
que se equivocan y cuidar a los que están a nuestro cargo.
CUARTO DÍA: LOS DESORIENTADOS
Pidamos que Jesús, con su infinita sabiduría, nos muestre cómo aconsejar a
los desorientados y enseñar a los que
no saben.
5
Reflexión:
(Del Diario de Santa Faustina)
“En la víspera del día de los difuntos,
cuando al atardecer fui al cementerio que estaba cerrado, entreabrí un
poco la puerta y dije: Si desean, queridas almas, alguna cosa, la haré con
gusto, dentro de lo que me permite
la regla. Entonces oí estas palabras:
Cumple la voluntad de Dios. Nosotras
somos felices en la medida en que
hemos cumplido la voluntad de Dios.
Esa noche recé mucho por aquellas
almas”.
Luego escuché una voz que me ordenaba desde el cielo: «Escribe: ¡Felices
los que mueren en el Señor! Sí –dice
el Espíritu– de ahora en adelante, ellos
pueden descansar de sus fatigas, porque sus obras los acompañan.
Palabra de Dios
(Ap. 14,13)
Jesús dijo:
Yo soy la Resurrección y la Vida.
El que cree en mí, aunque muera, vivirá; y todo el que vive y cree en mí, no
morirá jamás.
Palabra del Señor
(Jn. 11, 25-26)
SEXTO DÍA: LOS DIFUNTOS
Roguemos por nuestro difuntos.
“No te abismes en tu miseria, eres demasiado débil para hablar; mira mas
bien Mi Corazón lleno de bondad,
absorbe Mis sentimientos y procura
la dulzura y la humildad. Sé misericordiosa con los demás como Yo soy
misericordioso contigo y cuando adviertas que tus fuerzas de debilitan,
ven a la Fuente de la Misericordia y
fortalece tu alma, y no pararás en el
camino.” (Diario 1486)