Download pedid y se os dará - Archidiócesis de Madrid

Document related concepts
no text concepts found
Transcript
pedid y se os dará
BOLETÍN Nº 87 / AGOSTO 2015
Hermosa obligación del hombre: orar y amar
preces
Padre bueno reconocemos que de ti venimos, que gracias a tu misericordia vivimos y hacia tu morada eterna nos dirigimos, atiende nuestros deseos y las peticiones que hoy te presentamos, a fin de que, impregnados por la gracia de tu Espíritu,
sepamos responder con valentía a las señales que nos llegan de tu infinita misericordia, por Jesucristo tu Hijo y Señor nuestro.
● Para que las familias se reconozcan como verdaderas Iglesias domésticas
del Señor, donde sus miembros encuentren un ambiente favorable para el
crecimiento en la fe, la esperanza y la caridad.
Padre bueno, escúchanos
● Para que los cristianos sepamos dar testimonio del amor y la misericordia
de Dios en la convivencia con los que viven a nuestro alrededor.
Padre bueno, escúchanos
● Para que los jóvenes descubran y amen la alegría y el desafío que acompañan a la gracia del seguimiento a Jesús.
Padre bueno, escúchanos
● Para que los inquietos vocacionalmente perseveren en la escucha al Espíritu y se animen a comprometerse con Jesús en la gran tarea del Reino.
Padre bueno, escúchanos.
● Para que la fecundidad de la Palabra de Dios haga germinar en nuestros
corazones el modo de proceder de Jesús que nos torna sal de la tierra y luz
del mundo.
Padre bueno escúchanos
padre nuestro
ARCHIDIÓCESIS DE MADRID | Delegación de Pastoral Vocacional
San Buenaventura, 9 28005 MADRID 913 644 900 [email protected]
editorial
Agosto. Tiempo de vacaciones y de encuentros. Tiempo en el que podemos mirar
a Dios y dejarnos mirar por Él sin prisas, tiempo para escuchar su voz, y prestarle la
nuestra, para buscar denodadamente nuestro tesoro y exponernos a encontrarlo.
El tesoro del hombre cristiano está en el cielo -dice el santo cura de Ars- por eso,
nuestro pensamiento debe estar siempre orientado hacia donde está nuestro tesoro.
El hombre -insiste- tiene un hermoso deber y obligación: orar y amar.
Nuestro corazón es pequeño, pero la oración lo dilata y lo hace capaz de amar a
Dios. Así el objetivo primario de la oración es la conversión: el fuego de Dios que transforma nuestro corazón y nos hace capaces de ver a Dios y así, vivir según Dios: vivir
para el otro. La oración nos lleva a estar con Dios, junto a Dios, y esto genera hombres
y mujeres animados por la gratuidad, por el deseo de amar y servir. Y solo así se puede
llevar luz en medio de la oscuridad de este mundo.
Pero la oración es también una degustación anticipada del cielo, hace que una parte del paraíso baje hasta nosotros. Nunca nos deja sin dulzura; es como una miel que se
derrama sobre el alma y lo endulza todo. En la oración hecha debidamente, se funden
las penas como la nieve ante el sol. (Catequesis de san Juan María Vianney sobre la oración)
Además cada ser humano tiene su historia personal de salvación, y es bueno tener
siempre presente la memoria de las grandes maravillas que Dios ha hecho en nuestra
vida, en mi vida, para agradecer y para tener confianza. Y si hoy me encuentro en la
noche oscura, mañana él me libra porque su misericordia es eterna. El entrelazamiento
del grito humano y la respuesta divina es la dialéctica de la oración y la clave de lectura
de toda la historia de la salvación.
En la oración aprendemos, cada vez más, a entrar en esta historia de salvación de
la que Jesús es la cumbre, y a renovar ante Dios nuestra decisión personal de abrirnos
a su voluntad, en toda nuestra vida, en obediencia a su proyecto de amor por por la
humanidad.
¡Agosto: tiempo para abrir el corazón de par en par al Señor
y dejar que nos lo ensanche!
CADENA DIOCESANA DE ORACIÓN POR LAS VOCACIONES
oramos por las vocaciones ● oramos por las vocaciones ● oramos por las vocaciones ● oramos por las vocaciones ● oramos por las vocaciones ● oramos por las vocaciones ● oramos por las
evangelio según san Mateo (5, 3-12)
Al ver estas multitudes, subió a la montaña, se sentó, se le acercaron sus discípulos y se puso a enseñarles así:
comentarios
La oración es tratar a solas con quien sabemos que nos ama.
Santa Teresa de Jesús
Bienaventurados los pobres de espíritu, porque de ellos es el Reino de los cielos.
Bienaventurados los mansos, porque ellos poseerán en herencia la tierra.
Bienaventurados los que lloran, porque ellos serán consolados.
Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia, porque ellos serán saciados.
Bienaventurados los misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia.
Bienaventurados los limpios de corazón, porque ellos verán a Dios.
Bienaventurados los que buscan la paz, porque ellos serán llamados hijos de Dios.
Bienaventurados los perseguidos por causa de la justicia, porque de ellos es el Reino de los cielos.
Bienaventurados seréis cuando os injurien, os persigan y digan con mentira toda clase de mal contra
vosotros por mi causa.
Sin este cimiento fuerte (de la oración) todo edificio va falso.
Alegraos y regocijaos porque vuestra recompensa será grande en los cielos pues así
persiguieron a los pofetas que fueron antes de vosotros.
Y el que no deja de andar e ir adelante, aunque tarde, llega. No me parece es
otra cosa perder el camino, sino dejar la oración.
(Camino de perfección, 4, 5)
No son menester fuerzas corporales para ella, sino sólo amar y costumbre; que
el Señor da siempre oportunidad si queremos.
(Vida, 7, 4)
No es otra cosa oración mental, a mi parecer, sino tratar de amistad, estando
muchas veces tratando a solas con quien sabemos nos ama.
(Vida, 8, 2)
salmo 130
(Vida, 19, 5)
Señor, mi corazón no es ambicioso,
San Juan de la Cruz
ni mis ojos altaneros;
no pretendo grandezas
que superan mi capacidad;
sino que acallo y modero mis deseos,
como un niño en brazos de su madre.
Espere Israel en el Señor
ahora y por siempre.
La oración es una escucha en profundo silencio de lo que habla Dios, el Señor de
ella (el alma).
Mi secreto es de lo más simple. Rezo y a través de mi oración me convierto en
alguien que ama a Cristo, y veo que rezarle es amarlo y eso significa cumplir con
su palabra. Mis pobres de los barrios marginales son el Cristo que sufre. En ellos, el
hijo de Dios vive y muere, y a través de ellos Dios me muestra su verdadero rostro.
Para mí la oración significa, unirme durante las veinticuatro horas, con la voluntad
de Jesús, vivir para Él y con Él.
Beata Madre Teresa de Calcuta
cadena diocesana de oración por las vocaciones ● cadena diocesana de oración por las vocaciones ● cadena diocesana de oración por las vocaciones ● cadena diocesana de