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TRIDUO EN HONOR DE LA BEATA MARÍA DROSTE
Primer día: su respuesta al llamado a la intimidad con el Señor
1. Motivación
Las invitamos a preparar nuestra celebración de la Beata MARÍA DROSTE
reflexionando algunos trozos de las cartas a su confesor Monseñor Theotonio,
vicerrector del Seminario Episcopal de Oporto, nombrado Obispo de Meliapor,
que nos permiten acercarnos a ese proceso de respuesta a las gracias
recibidas y de purificación de sus limitaciones.
2. Lecturas extraídas de la correspondencia con su Confesor
15 de noviembre 1896
Mi Reverendo Padre. Permítame tratar de ver si por escrito puedo exponer
mejor las cosas. Destacaré los diferentes puntos uno tras otro.
Como ya le dije, Nuestro Señor me habla algunas veces, ya sea
interiormente (como sucede con frecuencia después de la Comunión) o
también por algunos medios exteriores: crucifijo, estatua, etc.... Lo más
frecuente es en el Santísimo Sacramento, sobre todo los días de exposición,
que siempre han sido para mi días de gracias abundantes. Ha habido horas
donde me parecía que se unía tanto a mí, que estaba como ebria de su amor.
Era también en esos momentos que El me daba instrucciones, sobre todo
acerca del valor del sufrimiento y sobre la vida de unión con El.
Ya en el mundo y en el Noviciado El comenzó y continúa sus lecciones.
Después de haberme mostrado en el Noviciado su ardiente deseo de que me
ofreciera a El como víctima, me explicó cómo la Santísima Trinidad es
glorificada por los sufrimientos de un alma que se consagra a Él. El Padre
Eterno ve en esta alma la imagen de su divino Hijo y la mira con complacencia;
el Espíritu: Santo ve en ella un instrumento para hacer fértiles las gracias que
su Pasión de Nuestro Señor ha merecido; Jesucristo mismo ve en su alma su
esposa, en la cual el puede continuar la obra de redención. Hace algunos días
que volviendo sobre eso mismo, nuestro Señor me ha abierto aún mas el
entendimiento sobre esta materia, explicándome que en la unión del Divino
Esposo con la esposa por los sufrimientos se basa nuestra fecundidad
espiritual que por ese medio el quiere salvar muchas almas. Después me
exhortaba a sufrir por puro amor hacia El, sin desear la recompensa, Aunque
en su amor infinito Él no me dejará sin ella.
Un día (durante la enfermedad) le dije que, viendo cada vez más mi miseria,
mis pecados y mi nada, yo no comprendía cómo Él podía rebajarse hasta mí de
tal manera. Temía que su honor sufriera detrimento. El me dijo que si daba sus
gracias a un alma perfecta, su misericordia irradiaría menos, pero que al elegir
un alma tan débil y miserable como la mía, Él hacia brillar su misericordia
y se glorificaba a sí mismo. Eso me consoló mucho y por 1o mismo ruego a su
Reverencia que bendiga la misericordia de Nuestro Señor conmigo, puesto que
usted conoce bien mi alma.
Un día (durante la enfermedad) oraba después de la Comunión el Te Deum. …
Nuestro Señor llenó mi alma con los más dulces consuelos y decía… no
desdeñaba los corazones de las vírgenes para hacer su morada y encontrar
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sus delicias. Después me hizo comprender que el misterio de la Encarnación
nos trajo la felicidad de poseerlo como Esposo… No puedo explicarle todo 1o
que pasaba en mi alma. Nuestro Señor me hacía gustar las delicias de su
amor. Sucedía con frecuencia que algunas palabras o salmos, o una
oración me tocaban de tal manera que no podía continuar orando; permanecí
bajo esa impresión y no pude sino abandonarme a la influencia de la gracia y a
saborear, por así decirlo, las delicias del amor divino. (No se si me explico
bien, pero no puedo decirlo de otro modo).
Muchas veces he permanecido días enteros bajo esa impresión. Oh! como todo
lo de este mundo me parecía vil, me parecía que no podría continuar viviendo
separada de mi Esposo divino. Esos abrazos de su parte me daban un deseo
más y más ardiente de sufrir por El y de desligarme de todo lo que no fuera El.
Una vez, habiendo cometido faltas de impaciencia, pedí perdón a Nuestro
Señor y le pregunté por que me dejaba siempre esas faltas, puesto que
con ellas no hacía sino ofenderlo. Me respondió que, después de haber sido
consciente de esas faltas y haberle pedido perdón con humildad y contrición,
esa humillación le daba mas gloria. Que las faltas cometidas, sobre todo por
debilidad humana más que por voluntad, no lo ofendían, porque ellas le daban
la ocasión de mostrar su misericordia y de lavar las almas en su Preciosa
Sangre, y que por eso su Sangre Preciosa recibía cada vez una nueva
fecundidad.
Nuestro Señor me dijo que debía tener más bondad y dulzura con las
Hermanas. Estando aún en Alemania Él me había dicho que por mi conducta,
yo debía hacer resplandecer su dulzura y su amabilidad en los corazones
de los otros. Volviendo sobre lo mismo, últimamente me dijo, -cuando salía de
mi celda para ir a la comunidad,- que debía ser como el sol que hace
desaparecer las tinieblas, es decir, que debía irradiar la alegría y la paz en
todas partes, de suerte que por mi presencia toda tristeza, pena, etc....
desapareciera. Usted sabe bien, Padre cuanto falto en ese punto, le pido que
me ayude a corregirme.
Frecuentemente Nuestro Señor me expresa su deseo de hacer su morada en
mi corazón para refugiarse en él, cuando el mundo lo olvida, y para tener el
placer de conversar conmigo como Esposo con la esposa. Ya sabe usted,
Padre, de que manera yo siento su presencia, y que por eso disfruto de una
dicha inexplicable. El otro día me dijo que el no quería que yo muera todavía,
porque quiere continuar aún sus relaciones.
Como no quiere que las iglesias o santuarios donde Él habita, sean destruidos,
no quiere tampoco que la enfermedad me conduzca tan pronto a la muerte,
porque quiere conservar aun este lugar de su inhabitación. Cuando le pregunté
por que me había dado ese gran deseo de morir y que El mismo
frecuentemente (como por ejemplo el día en que recibí la Extrema-Unción), me
había invitado y llamado a las bodas eternas, si no quiere que muera, dijo que
había hecho eso para inflamar mi corazón y mi deseo de unirme más y más a
El, y también para darme, al recordarlo, fuerza y valentía para llevar mis
sufrimientos con alegría.
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Me prometió también que todas las gracias que Él me ha dado visitando con
frecuencia mi alma en el Viático, permanecerían conservadas para el tiempo en
que la muerte se acerque nuevamente, y que esas relaciones íntimas de su
Corazón Divino con mi corazón se repetirían de nuevo. Me dijo también, que
haciendo así su morada en mí y conversando conmigo, El no se encontraba
solo ni aislado en este mundo. No puedo explicarle, Padre, cuanto me consuela
este pensamiento, pero también cuan indigna y miserable me reconozco.
Anhelo tanto corresponder a los deseos de Nuestro Señor, pero estoy llena de
pecado y de miseria! Si supiera amarlo más!
Su Reverencia comprenderá mi ardiente deseo de corregirme más y más de
mis faltas, después que Nuestro Señor me concede tantas gracias, y usted
comprende también que los sufrimientos y la enfermedad que me tienen unida
a Nuestro Señor son para mí una verdadera dicha.
Olvidaba decir que con frecuencia Nuestro Señor me hace sufrir por alguna
razón particular, como últimamente durante el retiro en Braga.
3. Reflexión
En este texto María habla, entre otros, de:
• La manera cómo el Señor se le comunicaba: en la Eucaristía
(Comunión, Exposición), objetos religiosos (Crucifijo, estatuas), el
sufrimiento.
• El valor del sufrimiento en la fecundidad espiritual
• Las relaciones íntimas del Corazón Divino con su corazón
• Cómo saborea en la oración las delicias del amor divino.
• Cómo el Señor le pide mayor dulzura con las Hermanas y le hizo
comprender que sus faltas de impaciencia le daban a Él la ocasión de
mostrar su misericordia
4. Algunas de esas vivencias espirituales en mi?
• En alguna medida he experimentado la predilección de Dios en mi vida?
Cómo?
• Que me dice hoy esta Hermana nuestra que tuvo luchas continuas con
su temperamento dentro de una profunda intimidad divina y respuesta
generosa a cada gracia recibida?
4. Oración
Oh Dios que otorgaste a la Beata María Droste una ardiente caridad hacia ti y
hacia el prójimo, concédenos te rogamos, que a ejemplo suyo podamos
conocer los tesoros infinitos del Corazón de tu Hijo, Que vive y reina contigo en
la unidad del Espíritu Santo, Dios por los siglos de los siglos. Amén
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TRIDUO EN HONOR DE LA BEATA MARÍA DROSTE
Segundo día: su celo apostólico
1. Motivación
Vamos a extraer de la correspondencia con su confesor algunas
expresiones que nos permitan comprender mejor la orientación apostólica
de su vida y la generosidad de su respuesta a una vocación especial de
sufrimiento y reparación por la salvación de las personas y en especial por
los sacerdotes.
2. Lecturas extraídas de la correspondencia con su Confesor
Oporto, Buen Pastor 20 de noviembre 1896
Acaban de anunciarme la muerte de una de nuestras queridas penitentes, la
encomiendo a sus oraciones. Ella estaba muy bien preparada y comulgó
todavía esta mañana.
Ya le conté, Padre, que con frecuencia mis sufrimientos tenían un motivo
particular. Le diré el principal. Viniendo aquí, descubrí por primera vez tantos
sacerdotes desdichados. Eso me violentaba. Me ofrecí a Nuestro Señor por
su conversión y para obtener buenos sacerdotes y sobre todo para
consolar su Divino Corazón de tantos sacrilegios. Sé que Nuestro Señor
aceptó mi sacrificio. Muchas veces durante mi enfermedad, cuando sentía el
ardiente deseo de morir, Nuestro Señor, desde una imagen donde lleva la cruz
(se la mostraré en alguna oportunidad) me dijo: "Quieres dejarme llevar solo la
cruz de Portugal?" Usted sabe mi respuesta, no podía negarle lo que me pedía.
Algunas veces Él me decía o me hacía conocer alguna cosa para otras
personas, no sé si debo decirlo, eso me es siempre muy difícil.
(Hoja adjunta)
Sábado 21 de noviembre, fiesta de la Presentación de la Santísima Virgen.
Oraba delante del Santísimo Sacramento expuesto. Nuestro Señor me dijo
que era inútil pensar en caminar, no lo haré más o bien con gran
dificultad, al menos que un día su gloria exigiera que yo camine. Que por
este sufrimiento debía permanecer prisionera de su amor; que él tenía mis pies
atados con las cadenas de su amor para que aprenda la gran pureza que él
exigía de mí… pureza, desprendimiento completo de todo. Que no debía
tener más que santas aspiraciones, deseos celestiales.
Recordando la gran pena interior que desde hace años me causa la actividad,
pregunté a Nuestro Señor si el me exigía recomenzar esa misma vida de la que
Él conocía los sufrimientos, y que me dejaban tan poco tiempo para
permanecer a solas con Él. Me respondió que me exigía que retornara aún al
cuidado del bien espiritual de la casa, haciendo capítulos, instrucciones a
las Religiosas, vigilando sobre ellas, yendo en su ayuda en sus
necesidades. En cuanto al cuidado temporal, no me pedía la misma actividad
como antes, ni las mismas relaciones con el exterior. Que sin embargo, si su
gloria o el bien de la casa lo exigía, debía estar dispuesta a sacrificarme, por
ejemplo, en los asuntos de administración, visitas de importancia, etc.,
pero que los detalles ordinarios, cuentas, correspondencias, etc. podían ser
confiados a otros. Yo habría deseado tanto ser liberada de la carga de
superiora, eso me ha causado tentaciones, desánimos, tristezas y falta de
resignación a la voluntad de Dios, pero Nuestro Señor me ha ayudado a
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superar esas tentaciones. Sin embargo siento la necesidad de que su
Reverencia me sostenga, a fin de llevar mi cruz con alegría, como Nuestro
Señor lo pide.
Nuestro Señor me hizo comprender que cuando el Cuerpo Místico de la
Santa Iglesia exigía socorros por alguna necesidad en general o
particular, Él enviaba siempre sufrimientos corporales, enfermedades, etc.
a alguna de sus esposas, a fin de obtener por este medio las gracias
necesarias
(Hoja adjunta)
16 de Mayo de 1897
Así yo te pido que me des la salud si eso ser mayor gloria de Dios, a la
salvación de las almas, y al bien de mi pobre alma. Mi dulce Jesús te ofrezco
mi corazón, a fin de no amar nadie más que a Ti, te ofrezco mi voluntad, mi
vida y todo lo que soy... Acepta el sacrificio que renuevo hoy en reparación de
todas las ofensas contra ti, principalmente aquellas que más afligen tu
Corazón, ten piedad Oh Jesús, de los pobres pecadores.
Oporto, Buen Pastor 23 de junio 1897
"Debes saber, hija mía, que de la caridad de mi corazón voy a hacer
descender torrentes de gracias por tu corazón en los corazones de los
otros." Es esa la razón por la que se dirigirán con confianza a tí; no son tus
cualidades, sino Yo quien la produce. Quien se encuentre contigo, no se
alejará nunca sin que su alma sea de alguna manera consolada, aliviada o
santificada; o sin que haya recibido alguna gracia, aún cuando se tratare del
pecador más empedernido. Si quiere aprovechar de esa gracia, dependerá
únicamente de él."
Enseguida Nuestro Señor me invitó de nuevo a sufrir en reparación de los
sacrilegios, etc.
Continuó: "Los guardianes de Israel duermen, y para reparar su falta de
vigilancia y de celo, yo te llamo a la oración, al sacrificio y a los
sufrimientos. Tus sufrimientos aumentarán y tú debes prepararte a soportar
los más grandes". Nuestro Señor esperó mi respuesta, e inflamó mi corazón de
su divino amor, y yo no pude resistir a su demanda, confiando en su divina
gracia. Me presentó dolores, persecuciones, calumnias, humillaciones de
todos, etc., y después que yo acepté todo, él me dijo que sin embargo su
Reverencia no me faltaría nunca. Enseguida expresó su deseo de encontrar en
un corazón humano un lugar de reposo y de consuelo por el amor, y por el
sufrimiento, y dijo que, sin ningún mérito de mi parte, Él había escogido mi
corazón para eso. Que mi corazón debía ser un altar donde todo se consume
en las llamas del divino amor.
Oporto, Buen Pastor 17 de agosto 1897
...Sobre el aparato ortopédico. He aquí lo que pienso en su favor: ... Con la
prolongación de mi vida y la gracia de Dios, yo podré, tal vez, procurar la gloria
de Dios y hacer el bien a las almas, con esta prolongación voluntaria puedo
dar una prueba de mi amor a Nuestro Señor e imitar su ejemplo, puesto que él
se ofreció voluntariamente y por las mismas intenciones durante treinta y tres
años.
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21 de Febrero de 1898
Nuestro Señor me dijo también que El estaba dispuesto a dar muchas gracias
durante la Cuaresma, por la conversión de los pecadores de Oporto, que
yo debía orar mucho y hacer orar a las Hermanas
07 de abril 1898
El Jueves Santo, Nuestro Señor me hizo conocer que hay sacerdotes
descarriados que entregan su corazón al demonio, aumentando sus
sufrimientos y me encarga decir a su Reverencia que usted debe hacer todo lo
posible por apartar del estado sacerdotal un cierto Ángel. ( Un seminarista:
Angel Antonio da Silva, que su Confesor consideraba también, que no tenía la
vocación para el estado sacerdotal)
3. Reflexión
Vimos en las diferentes citas anteriores como María dentro del contexto
social y teológico de su tiempo, se interesaba, tanto por las penitentes,
como por la comunidad, a pesar de sus sufrimientos físicas y limitación de
movimiento; cómo ofrecía su vida y todos sus sufrimientos por la salvación
de las personas especialmente de los sacerdotes “desdichados”,
“descarriados” y para reparar los sacrilegios, considerándose
especialmente llamada a esta misión.
Recibía gracias para otras personas y sentía su responsabilidad de ayudar
al Cuerpo Místico a través de su unión con Dios, sus sufrimientos
corporales, y sabía cómo, a través de ella, descendían gracias a los
demás.
Oraba y hacía orar a las Hermanas por la conversión de los pecadores, y
ella se desprendía totalmente, de su deseo de sanar, o de aceptar la
prolongación de sus sufrimientos (con el aparato ortopédico, por ejemplo).
4. Mi actitud
Qué resonancia tiene en mí esa disponibilidad a los designios divinos en la
misión de salvar las personas, de aportar al crecimiento del Cuerpo Místico
de Cristo, de responder a mi Voto de Celo en el contexto del mundo de
hoy?
5. Oración
Oh Dios que otorgaste a la Beata María Droste una ardiente caridad hacia ti
y hacia el prójimo, concédenos te rogamos, que a ejemplo suyo podamos
conocer los tesoros infinitos del Corazón de tu Hijo, Que vive y reina contigo
en la unidad del Espíritu Santo, Dios por los siglos de los siglos. Amén.
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TRIDUO EN HONOR DE LA BEATA MARÍA DROSTE
Tercer día: su relación con el Sagrado Corazón
1. Motivación
Tal vez el temor de dar demasiada importancia a revelaciones particulares nos
ha mantenido alejadas de la relación que nuestra Hna. María tuvo con el
Sagrado Corazón, pero en este mundo nuestro que tanto necesita sentir la
ternura del amor del Corazón de Jesús (de la Divina Misericordia, como se
dice ahora), considero interesante mirar en las cartas de María a su confesor
cómo se desarrolló esa relación de amor y la respuesta total que María Droste
dio al amor. Algo tiene para enseñarnos.
2. Lecturas extraídas de la correspondencia con su Confesor
13 de diciembre 1896
Una vez, ... Él me dijo que su deseo había sido establecer el culto a su
Divino Corazón. ... Él quería también que el culto interior se estableciera
más y más, es decir, que las almas se habituaran a unirse más y más
interiormente con Él, ofreciéndole sus corazones como morada, y para
testimoniar su deseo, que Él continuaba entregándose, a pesar de todos los
obstáculos aparentes, al menos todos los días en la Santa Comunión.
Una vez Él me dijo que debía ser un apóstol de su Corazón : mostrando por
mi alegría en los sufrimientos, la felicidad que un alma experimenta de
estarle íntimamente unida, e inspirar así a los otros santos deseos de amar
y alabar más y más al Divino Corazón, aprovechando las oportunidades que
se presentan para conducir los corazones a Él.
Oporto, Buen Pastor 23 de junio 1897
Él me dijo que en la fiesta del Corazón de Jesús usted [su confesor]debería
consagrar el Seminario de una manera muy especial a su Divino Corazón.
Si usted respondiese que ya lo había hecho, yo debería decirle que al menos El
deseaba que usted lo haga aún de una manera muy especial; que este acto
aportaría gracias y bendiciones particulares a su persona, al seminario y a su
diócesis, y que usted vería los frutos
Oporto, Buen Pastor 13 de agosto 1897
El primer viernes de ese mes pedí con mucha insistencia a Nuestro Señor que
me iluminara. Él me dijo, después de la santa Comunión: "Quiero que
consagres esta iglesia a mi Corazón. Debes erigirme un lugar de reparación,
y yo levantaré aquí un lugar de gracias. Daré ricas gracias a todos los que
pertenecen a esta casa, a los que entrarán y a los tengan alguna relación con
ella". Después me dijo que quería que esta iglesia fuera sobre todo un lugar
de reparación por los sacrilegios y para atraer gracias sobre el clero, pero
que ese era nuestro secreto, sin embargo yo debía contarlo a su Reverencia.
Me dijo más adelante: "En recompensa te tomo de nuevo por la Esposa de mi
Corazón. Te haré siempre más semejante a Mi". Que para corresponder a esta
llamada, yo debo combatir mi orgullo, ser franca con su Reverencia y evitar
todo pecado, tanto como sea posible.
Oporto, Buen Pastor 20 de noviembre 1896
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Hace algunos días me explicó como yo debía comprender las palabras donde
el Santo Cántico habla de la paloma que hace su nido en el hueco de la roca.
La esposa es la paloma, la roca su Divino Corazón, que Él llama roca para
mostrar que para entrar allí es necesario: reconocimiento, abnegación,
humillaciones, mortificaciones, sufrimientos; el nido de la roca donde la
paloma pone sus huevos, significa que el alma debe unir todas sus
oraciones, sacrificios, buenas obras, con los méritos de Nuestro Señor
para hacerlos fértiles en su Divino Corazón. Después Él me dijo que por todas
esas razones Él llamaba su Corazón una roca, pero que en verdad es un
océano de amor, de misericordia y de bondad.
26 de Febrero de 1898
Me someto de todo corazón a la prolongación voluntaria de mis sufrimientos,
de mi vida y de mi sitio en este valle de lágrimas. No rechazo los sufrimientos,
las privaciones, los dolores y las humillaciones. Sacrifico por más tiempo aún la
felicidad de verte y de unirme eternamente a Tí, mi único Bien, por quien
suspiro tanto. Si es para tu mayor gloria y el bien de las almas. No te pido
otra recompensa que sufrir por tu amor en unión contigo, para consolar tu
Divino Corazón, del que yo soy la esposa. Aumenta en mi pobre corazón tu
divino amor, fortalece mi debilidad y perdona mis pecados, a fin que, así
justificada y abrasada más y más en las llamas de tu amor, yo sea tu víctima y
tu compañía en el tiempo y tu esposa Amén.
07 de abril 1898
"Los guardianes de Israel duermen, y para reparar su falta de vigilancia y de
celo, yo te llamo a la oración, al sacrificio y a los sufrimientos. Tus
sufrimientos aumentarán y tú debes prepararte a soportar los más grandes".
Nuestro Señor esperó mi respuesta, e inflamó mi corazón de su divino amor, y
yo no pude resistir a su demanda, confiando en su divina gracia. Me presentó
dolores, persecuciones, calumnias, humillaciones de todos, etc., y después
que yo acepté todo, él me dijo que sin embargo su Reverencia no me faltaría
nunca. Enseguida expresó su deseo de encontrar en un corazón humano
un lugar de reposo y de consuelo por el amor, y por el sufrimiento, y dijo
que, sin ningún mérito de mi parte, Él había escogido mi corazón para eso.
Que mi corazón debía ser un altar donde todo se consume en las llamas del
divino amor.
26 de Julio 1898
En esa Capilla (de mi casa paterna) recibí las más grandes gracias, como
también en la iglesia parroquial. Fue allí donde Nuestro Señor me dijo que
debía ser la ser la esposa de su corazón! La felicidad de ese da ha sido el
fundamento de aquello que aún hoy me llena el corazón, y la gracia recibida en
la fiesta del Corazón de Jesús de 1883, fue el primer año de la cadena de
gracias que me han unido más y más a mi Divino Esposo, a pesar de mis
innumerables infidelidades.
26 de Julio 1898
Quería dedicar la iglesia al Sagrado Corazón, ...
- Para consolar, de esa manera, al Divino Corazón de Jesús y corresponder a
su deseo;
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- Porque, contribuir a aumentar la devoción al Sagrado Corazón de Jesús,
es una gracia especial;
- Porque ese será un medio de atraer bendiciones sobre la casa;
Oporto, 05 de agosto de 1898
Siento en el fondo de mi corazón que soy indigna de una gracia tan grande y
tan santa, sin embargo espero en la infinita misericordia de Dios, la gracia de
poder realizarla. No temo ni las penas, ni los sufrimientos, ni los sacrificios, y
me abandono de nuevo y sin reserva a mi Divino Esposo, deseando ser una
víctima de su amor, hasta la muerte. En caso de que yo muera antes de que la
iglesia haya sido terminada, suplico a mis queridas hijas espirituales, que
recuerden mi deseo aquí mencionado, y cumplan la promesa que hago hoy,
para corresponder de esta manera al deseo de Nuestro Señor y consolar su
Divino Corazón.
20 de noviembre 1898
Nuestro Señor me dijo: "Mi fuerza no es más grande que tu debilidad?" Yo
comprendí entonces que El quería sostener mis fuerzas para poder hacer lo
que, ni mis fuerzas físicas ni morales me permitían. Me dijo también, (ésto en
relación a la devoción al Sagrado Corazón) que, por medio de la oración El
quería prepararme para convertirme más y más en un Instrumento entre
sus manos. Después me dijo que deseaba aumentar su unión intima conmigo.
Al final, me dijo que su Reverencia y yo debíamos hacer hoy día la
consagración a su Divino Corazón y que debíamos abandonarnos a El, con
el fin que El pueda disponer de nosotros según su deseo.
02 de diciembre 1898
"Prolongo la vida del santo Padre para otorgarle aún esta gracia" (la
Consagración al Sagrado Corazón de Jesús). Después de haberla hecho, "
él debe prepararse para rendir cuenta a Dios, encontrará en mi corazón el
consuelo ante el recuerdo de las negligencias de su Pontificado, y la reparación
de sus faltas, un refugio seguro en la muerte y en el juicio" .
Yo permanecí bajo la impresión que después de haber cumplido los deseos
del Sagrado Corazón de Jesús, su Santidad no vivirá más que algunos meses.
07 de diciembre 1898
Nuestro Señor me ha hablado de nuevo de la consagración del mundo
entero a su Divino Corazón. Me mostró interiormente su muy santo Corazón
que debía iluminar el mundo. Me recordó las palabras de la tercera misa de
Navidad: "Quia hodie descendit lux magna super terram" y me hizo conocer la
relación de esas palabras con el nuevo resplandor que él quiere que se dé
al culto de su Divino Corazón, y me dijo: "Los pueblos y las naciones serán
iluminados de este resplandor y abrasados en sus rayos". El Corazón de Jesús
me parecía un sol y sus rayos se ensanchaban más y más, para abrasar e
iluminar el mundo entero.
Después me dijo que era su voluntad que yo vuelva a escribir a Roma.1
Respondí a Nuestro Señor que la última vez me había costado muchos
sufrimientos, obtener el consentimiento de mi Padre, y pregunté si era
1
Mayo o junio de 1898
10
necesario que esta vez pasara por tantos sufrimientos mortales para acreditar
el asunto ante el Vicerrector. El me respondió que no, que esta vez, tendría su
consentimiento sin dificultades, y que esta facilidad2. debía probarme que era
su obra. Nuestro Señor me preguntó también si estaba dispuesta a aceptar
todo tipo de sufrimientos, humillaciones y desprecios.
01 de enero 1899
El año de misericordias del Divino Corazón de Jesús ha comenzado! No puedo
explicarle lo que siento cuando pienso que este año está destinado por Nuestro
Señor para el cumplimiento de los deseos que El ha manifestado y que en
medio de tantos millones, Nuestro Señor nos ha elegido a nosotros dos
para hacernos participes de los secretos de su Divino Corazón y de sus
designios de misericordia para el mundo3. Qué podemos hacer, sino alabarlo y
humillarnos delante de El! y cuando pienso que es a su Reverencia a quien El
abandona la realización de sus deseos (puesto que es de usted de quien
depende el si o el no)4 siento mi corazón dilatado de consuelo y de felicidad.
Hace más de dos años que Él lo eligió para ser confidente de su Divino
Corazón, y ha mantenido su palabra. Cuán abundantes gracias recibirá su alma
por la cooperación en la realización de la consagración!
Me es imposible expresar a su Reverencia lo que mi alma cuando leí eso.
Permanezcamos unidos en la oración, mi buen Padre, empleemos todas
nuestras fuerzas para procurar la gloria del Divino Corazón de Jesús, y
pongamos en El toda nuestra confianza. Yo le suplico que me ayude a
agradecer a ese Divino Corazón por tantas gracias recibidas, y ruegue para
que sepa aprovecharlas, a fin que El me haga más y más humilde. A la vista
de tantos y tantos favores recibidos de Nuestro Señor, y el abismo de mi nada,
de mis pecados y mi indignidad que se hace más y más profunda. Lo que me
consuela es que Nuestro Señor no me da todas esas gracias solamente a mí,
sino también a su Reverencia en la misma medida, y mi buen Padre si es
digno; por su celo y por amor a Nuestro Señor usted repara el mal uso que yo
hago, como también mi frialdad y mi ingratitud.
(Última carta que escribió la Madre del Divino Corazón. El día 5 comenzó la
crisis que la condujo a la tumba).
04 de mayo 1
Como mañana es primer viernes del mes, le envié la primera parte de las
notas que hice por orden de su Reverencia, a fin que las ofrezca al Divino
Corazón de Jesús, como una prueba de mi gratitud y de mi amor. Que Él
se digne aceptar esta ofrenda con la infinita misericordia con la que me ha
tratado siempre. Confió a mi buen Padre espiritual, en este cuaderno, mis más
grandes secretos. El conoce muy bien cuán miserable e indigna soy, de tantos
favores de mi Divino Esposo.
Me siento profundamente confusa a la vista de tantas gracias, que hice conocer
a su Reverencia, con el único fin de que usted agradezca, en mi nombre, al
2
Es verdad
El resto de la carta está borrado, ilegible) Es sorprendente, su certeza de que el santo Padre debía creer
lo que ella le decía y consagrar el mundo a su Divino Corazón
4
Que la carta para la consagración del mundo al Sagrado Corazón sea escrita o no, y enviada al santo
Padre.
3
11
Sagrado Corazón de Jesús por tanta misericordia y amor. Me cuesta mucho
escribir todo eso pero Nuestro Señor en su gran misericordia, quiere servirse
de mis comunicaciones a su Reverencia para aumentar tal vez, su fervor en la
devoción a su Sagrado Corazón, entonces mis mortificaciones y trabajos
serán bien recompensados.
2. Reflexión
A través de los textos reflexionados hemos podido ver cómo El Divino
Corazón:
• Quiere a través de María Droste que esa devoción tome el matiz de
un culto interior, como la morada en nuestro corazón
• La escoge expresamente para ser un apóstol de su Corazón, a
través de su alegría en el sufrimiento, inspire deseo de amar a Dios.
• Quiere que su Confesor consagre de manera muy especial su
Seminario al Divino Corazón
• Desea que María consagre la iglesia a su Corazón como un lugar
especial de gracias, para reparar los sacrilegios y atraer gracias al
clero y para esto ella combata su orgullo y todo pecado
• Ella consagra la iglesia al Divino Corazón para corresponder a ese
deseo, aumentar su devoción y atraer bendiciones a la casa.
• El Divino Corazón le explica que para entrar a la Roca del Corazón
de Cristo (u Océano) es necesario el sufrimiento, la abnegación, el
sacrificio.
• María acepta entonces el sufrimiento por la gloria de Dios y el
bien de las almas
• Como los “guardianes de Israel” (sacerdotes) duermen, Él la llama a
la oración y sacrificio. Quiere encontrar en ella un lugar de reposo
• Por eso le pidió ser la esposa de su Corazón.
• Por la oración quiere convertirla en un instrumento en sus manos,
para poder disponer de ella según su deseo.
• El Divino Corazón prolonga la vida del Papa para que realice la
consagración a su Corazón de todo el universo.
• El Divino Corazón le insiste que a través de la Consagración quiere
darle nuevo resplandor a esa devoción y para esto le urge vuelva a
escribir a Roma, y esté dispuesta a sufrimientos, humillaciones y
desprecios.
• Su confesor y María son escogidos para hacerles partícipes de sus
secretos
• Lo cual requiere que sean más humildes, se unan a Él en la
oración, el agradecimiento.
• En sus cartas María pretende suscitar la gratitud y el amor.
4. ¿Me siento invitada a:
• Cuestionar mi devoción al Sagrado Corazón como una invitación a la
interioridad, a la oración, a la aceptación amorosa de las humillaciones y
sufrimientos por la gloria de Dios y el impulso misionero, al trabajo de
purificación de mis pecados y limitaciones, de vivir en humildad y
gratitud?
• Y a...
12
5. Oración
ACTO DE CONSAGRACIÓN compuesto por Madre María del Divino
Corazón el 20 de noviembre 1898
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Amabilísimo Jesús, me consagro hoy de nuevo y sin reserva a tu Divino
corazón: te consagro mi cuerpo con todos sus sentidos, mi alma con
todas sus facultades y todo mi ser; mis pensamientos, palabras, obras y
sufrimientos, todas mis esperanzas, consuelos y alegrías y
principalmente te consagro mi pobre corazón, para que no ame sino a Ti
y se consuma como víctima en las llamas de tu amor.
Acepta, oh Jesús, amabilísimo Esposo de mi alma, el deseo que tengo
de consolar tu corazón y pertenecerte para siempre. Toma posesión de
mí de tal manera que no tenga otra libertad que la de amarte, ni otra vida
que la de sufrir y morir por Ti.
En Tí deposito toda mi confianza, una confianza sin límites, y de tu
misericordia infinita espero el perdón de mis pecados; en tus manos
pongo todas mis preocupaciones y más que todo la de mi salvación
eterna
Prometo honrarte y amarte hasta el último instante de mi vida y propagar
cuánto me sea posible el culto de tu Sagrado Corazón.
Disponed de mí oh Jesús mío, según tu agrado: no quiero otra
recompensa que tu mayor gloria y tu santo amor.
Concédeme la gracia de hallar mi morada en tu Divino Corazón: en El
quiero pasar todos los días de mi vida y en Él quiero exhalar mi último
suspiro.
Fija así mismo tu morada en mi alma, y el lugar de tu descanso, para
que de esta suerte permanezcamos íntimamente unidos, hasta que
llegue el día en que pueda alabarte, amarte y poseerte por toda la
eternidad y cantar para siempre las misericordias infinitas de tu Sagrado
Corazón. Amén.5
Trabajo preparado por Hna Blanca Inés Velásquez RBP, sobre los textos traducidos por Hna. Francisca
Ponce a partir de un texto, traducido a su vez del portugués al francés y que se conserva en los Archivos
de la Casa Madre de Angers -Ref.DD7