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“PEQUEÑOS PASOS, GRANDES CAMBIOS”
Curso 16/17
Da tu primer paso ahora, no importa que no veas el camino completo, sólo da el primer paso y el
resto del camino irá apareciendo a medida que avances…Martin Lluther King
Ante el reto del nuevo curso que empieza hemos elegido un lema que nos lleva
a reflexionar sobre nuestra propia experiencia, invitando a todos los que
formamos parte de la comunidad educativa a participar de la última pieza que
falta: “para lograr grandes cambios en el mundo, tenemos que comenzar dando
pequeños pasos diarios en nuestras vidas”: “sin cambios…no hay mariposa”.
Sin oruga o crisálida no es posible admirar lo nuevo que puede renacer cada
día. Nos preguntamos: ¿qué acciones simples, qué pasos podemos elegir DAR
para lograr esos grandes cambios? Proponemos algunos:

Que los errores del año pasado no nos impidan avanzar en aquellos
proyectos e ideales que nos marcamos: no siempre solemos conseguir lo
que pretendíamos.

Caminar hacia adelante con lo que tenemos, aportará ilusión a nuestro
trabajo.

Vivir con intensidad lo que hacemos.

Respetar a los demás, ser consciente de nuestras limitaciones. Con ello
conseguiremos dos cosas: la humildad y el que los demás nos puedan
ayudar.

Encomendar a Dios nuestra labor. Él nos dará la serenidad ante las
dificultades, la sabiduría ante los retos, la constancia cuando nos ronde
la debilidad.

Ser persistente en nuestra responsabilidad. Educar, ni ser educado, es
fácil. En el día de mañana se agradecen dos cosas: las personas que se
implicaron con nosotros y los conocimientos adquiridos.

Defender nuestros ideales cristianos. Estamos satisfechos de nuestra
pertenencia a la iglesia, de la amistad con Cristo.
Si fuéramos anotando en una hoja todas las cosas que vamos aprendiendo cada
día, llenaríamos cuadernos enteros de pequeñas grandes sabidurías.
¡¡Así que mochilita a la espalda, saquemos punta a los lápices y avancemos!!
-Aprender que sumar esfuerzos multiplica los cambios.
-Aventurarse a la palabra. Al don de comunicar. Al arte de escuchar. Hablar sin
necesidad de gritar. Y descubrir que una sonrisa amplia y sincera es el idioma
más sencillo, más fácil de aprender y mundialmente compartido. Y
seguramente, el más poderoso de todos.
-Aprender a dialogar con el corazón. Aprender a pedir. Gozar compartiendo.
-Convertir en canción las fracciones más bonitas, y también las más dolorosas
de la Vida y alimentar el alma con cada una de ellas.
-Pintar… Sonrisas y alegrías, flores y miradas sinceras. Y manos abiertas.
-Leer lo que está escrito, lo que se esconde detrás, lo que quiso decir aquel que
lo cuenta, lo que pudo decir aquel que calló (o lo callaron). Hacerse una
opinión, saber defenderla.
-Apuntarse como principales asignaturas a la de la Alegría, la Esperanza… y al
“método clarito, abreviado y comprometido (para toda una vida) de apuesta
por la Justicia y la Dignidad para todas las personas”.
-Aprender a equivocarse. Esforzarse para sacar “buena nota”. Saber suspender
(y descubrir que terminaremos sabiendo mucho más…y mejor).
-Experimentar cada abrazo como encuentro, saborearlo, dedicándole tiempo a
la amistad, y sacarse matrícula de honor repartiéndolos siempre que nos salga
del corazón.
¡Comienza el nuevo curso! … definitivamente, ¡cuánto nos queda por aprender!