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DESARROLLO Y FRUTOS DEL NACIDO DE NUEVO
Jerermias 32:39 – 41 Y les daré un corazón, y un camino, para que me teman
perpetuamente, para que tengan bien ellos, y sus hijos después de ellos. Y haré con ellos
pacto eterno, que no me volveré atrás de hacerles bien, y pondré mi temor en el corazón
de ellos, para que no se aparten de mí. Y me alegraré con ellos haciéndoles bien, y los
plantaré en esta tierra en verdad, de todo mi corazón y de toda mi alma.
Dios el Padre prometió darnos “un corazón”, el de su hijo Jesucristo, y mostrarnos “un camino”,
que son las pisadas de Cristo en su vida terrenal, el primer corazón nuevo, el modelo del nuevo
pacto, para que nosotros mirando a cara descubierta como dice su palabra su gloria, seamos
transformados a la misma imagen como por el Espíritu de Dios
“Un camino” para andar, el carácter, la vida y obra del Señor.
Salmos 85:13 La justicia irá delante de él,
Y sus pasos nos pondrá por camino.
1Pedro 2:21 Pues para esto fuisteis llamados; porque también Cristo padeció por
nosotros, dejándonos ejemplo, para que sigáis sus pisadas;
Juan 10:27 - 28 Mis ovejas oyen mi voz, y yo las conozco, y me siguen,
y yo les doy vida eterna; y no perecerán jamás, ni nadie las arrebatará de mi mano.
1 Juan 2:6 El que dice que permanece en él, debe andar como él anduvo.
El aprendizaje, la obediencia y el padecimiento de Cristo nos llevará a ese corazón que Dios
quiere de nosotros, mirando al hijo, conociendo al hijo sabremos como es este modelo que él
padre proveyó para nosotros en su misericordia, con el fin de hacernos semejantes a él.
Por supuesto Dios nos pide nuestro esfuerzo para procurar ese nuevo corazón.
Ezequiel 18:31 - 32
Echad de vosotros todas vuestras transgresiones con que habéis pecado, y haceos un
corazón nuevo y un espíritu nuevo. ¿Por qué moriréis, casa de Israel? Porque no
quiero la muerte del que muere, dice Jehová el Señor; convertíos, pues, y viviréis.
Ose 10:12 Sembrad para vosotros en justicia, segad para vosotros en misericordia; haced
para vosotros barbecho; porque es el tiempo de buscar a Jehová, hasta que
venga y os enseñe justicia.
(LPD) Siembren semillas de justicia, cosechen el fruto de la fidelidad, roturen un campo
nuevo: es tiempo de buscar al Señor, hasta que él venga y haga llover para ustedes la
justicia.
La Labor del Espíritu Santo para lograr esta transformación de Dios en nosotros.
2Corintios 3:1 -18
¿Comenzamos otra vez a recomendarnos a nosotros mismos? ¿O tenemos necesidad,
como algunos, de cartas de recomendación para vosotros, o de recomendación de
vosotros?
2Co 3:2 Nuestras cartas sois vosotros, escritas en nuestros corazones, conocidas y leídas
por todos los hombres;
2Co 3:3 siendo manifiesto que sois carta de Cristo expedida por nosotros, escrita no con
tinta, sino con el Espíritu del Dios vivo; no en tablas de piedra, sino en
tablas de carne del corazón.
2Co 3:4 Y tal confianza tenemos mediante Cristo para con Dios;
2Co 3:5 no que seamos competentes por nosotros mismos para pensar algo como de
nosotros mismos, sino que nuestra competencia proviene de Dios,
2Co 3:6 el cual asimismo nos hizo ministros competentes de un nuevo pacto,
no de la letra, sino del espíritu; porque la letra mata, mas el espíritu vivifica.
(2Co 3:6 pues él nos ha capacitado para ser servidores de una nuevaalianza,[1] basada no
en una ley, sino en la acción del Espíritu.La ley condena a muerte, pero el Espíritu
de Dios da vida.)
2Co 3:7 Y si el ministerio de muerte grabado con letras en piedras fue con gloria, tanto
que los hijos de Israel no pudieron fijar la vista en el rostro de Moisés a causa de la
gloria de su rostro, la cual había de perecer,
2Co 3:8 ¿cómo no será más bien con gloria el ministerio del espíritu?
2Co 3:9 Porque si el ministerio de condenación fue con gloria, mucho más abundará en
gloria el ministerio de justificación.
2Co 3:10 Porque aun lo que fue glorioso, no es glorioso en este respecto, en comparación
con la gloria más eminente.
2Co 3:11 Porque si lo que perece tuvo gloria, mucho más glorioso será lo que permanece.
2Co 3:12 Así que, teniendo tal esperanza, usamos de mucha franqueza;
2Co 3:13 y no como Moisés, que ponía un velo sobre su rostro, para que los hijos de Israel
no fijaran la vista en el fin de aquello que había de ser abolido.
2Co 3:14 Pero el entendimiento de ellos se embotó; porque hasta el día de hoy, cuando
leen el antiguo pacto, les queda el mismo velo no descubierto, el cual por Cristo es
quitado.
2Co 3:15 Y aun hasta el día de hoy, cuando se lee a Moisés, el velo está puesto sobre el
corazón de ellos.
2Co 3:16 Pero cuando se conviertan al Señor, el velo se quitará.
2Co 3:17 Porque el Señor es el Espíritu; y donde está el Espíritu del Señor, allí hay
libertad.
2Co 3:18 Por tanto, nosotros todos, mirando a cara descubierta como en un
espejo la gloria del Señor, somos transformados de gloria en gloria en la
misma imagen, como por el Espíritu del Señor.
FRUTOS DEL NUEVO NACIMIENTO
Es el Apóstol Juan el que más escribe sobre el nuevo nacimiento, no solo en su
evangelio sino en sus cartas pastorales; siendo la primera la que más
abundantemente nos habla de los frutos del que ha nacido de nuevo.
El Nacido de Nuevo es HECHO hijo de Dios:
“Pero a todos los que le recibieron, a los que creen en su Nombre, les dio derecho de ser hechos hijos de
Dios,” (Juan 1:12 – RVA)
“los cuales nacieron no de sangre, ni de la voluntad de la carne, ni de la voluntad de varón, sino de Dios.”
(Juan 1:13 – RVA)
ANDAMOS en Luz, teniendo COMUNION los unos con los otros:
“El vino como testimonio, a fin de dar testimonio de la luz, para que todos creyesen por medio de él.”
(Juan 1:7 – RVA)
“Pero si andamos en luz, como él está en luz, tenemos comunión unos con otros, y la Sangre de su Hijo
Jesús nos limpia de todo pecado.” (1° Juan 1:7 – RVA)
AMOR a nuestros hermanos:
“Nosotros sabemos que somos pasados de muerte a vida, en que amamos a los Hermanos. El que no
ama a su Hermano, permanece en muerte.” (1° Juan 3:14 – SSE)
“Carísimos, amémonos unos á otros; porque el amor es de Dios. Cualquiera que ama, es nacido de Dios,
y conoce á Dios.” (1° Juan 4:7 – SRV)
“El que no ama, no conoce á Dios; porque Dios es amor.” (1° Juan 4:8 – SRV)
NINGUNO que es NACIDO de Dios PRACTICA el Pecado:
“Todo aquel que ha nacido de Dios no practica el pecado, porque la simiente de Dios permanece en él, y
no puede seguir pecando, porque ha nacido de Dios.”
(1° Juan 3:9 – SSE)
“Bien sabemos que cualquiera que es nacido de Dios, no peca; mas el que es engendrado de Dios, se
guarda a sí mismo, y el maligno no le toca.” (1° Juan 5:18 – SSE)
Esto si no se interpreta bien puede causarnos confusión, ya que también leemos:
“Hijitos míos, estas cosas os escribo para que no pequéis. Y si alguno peca, abogado tenemos delante del
Padre, a Jesucristo el justo.” (1° Juan 2:1 – RVA)
¿Se contradice el Apóstol? ¡NO! En realidad el quiere enfatizar el hecho de que el
que ha nacido de nuevo huye del pecado, sin embargo si a este le alcanza, debe
confesarlo y confiar en Aquel que a la diestra del Padre interpone su sacrificio de
Sangre para el perdón de pecados.
Debemos diferenciar entre alguien que practica el pecado y otra persona que es
alcanzada por el pecado, en el primero caso nos referimos a una persona que
deliberadamente peca, y busca la manera de pecar sin que lo vean, en el segundo
caso hablamos de una persona que aunque lucha contra el pecado, y contra
aquellas áreas de su vida que todavía están siendo restauradas, de pronto
sucumbe y peca, y a diferencia del que practica el pecado, este otro que fue débil,
su corazón se llena de arrepentimiento en ese mismo instante, y busca perdón.
El que es Nacido de Dios VENCE AL MUNDO por la FE en Cristo:
“Porque todo aquello que es nacido de Dios vence al mundo: y esta es la victoria que vence al mundo,
nuestra fe.” (1° Juan 5:4 – SRV)
“¿Quién es el que vence al mundo, sino el que cree que Jesús es el Hijo de Dios?.” (1° Juan 5:5 – SRV)
Tenemos la VIDA:
“El que tiene al Hijo, tiene la vida: el que no tiene al Hijo de Dios, no tiene la vida.”
2 juan 1:9
(1° Juan 5:12 – SRV)
“Estas cosas he escrito á vosotros que creéis en el Nombre del Hijo de Dios, para que sepáis que tenéis
vida eterna, y para que creáis en el Nombre del Hijo de Dios.” (1° Juan 5:13 – SRV)
El Recién Nacido ANHELA la “LECHE ESPIRITUAL” NO ADULTERADA
“Desead, como niños recién nacidos, la leche espiritual, sin engaño, para que por ella crezcáis en salud:”
(1° Pedro 2:2 – SRV)
Es importante notar que el Apóstol dice que debemos anhelar la leche espiritual:
¿Cuál es esa leche? la doctrina básica del evangelio, pero no cualquier leche, no
cualquier doctrina, sino que es claro al decir que hay que buscar aquella que no
tiene engaño, la leche que no ha sido adulterada, que no ha sido trastocada por
doctrinas de hombres, que no ha sido mezclada con costumbres paganas, que no
ha sido convertida en un montón de preceptos o leyes humanas, la sana doctrina
es aquella que nos enseña a seguir a Cristo con fidelidad, a amarlo a Él y a su
segunda venida, nos enseña a dejar las malas costumbres que adquirimos en el
mundo, nos enseña que ya no debemos pecar porque amamos a Dios, y a Cristo
quien murió por nosotros.
El Nacido de Nuevo tiene Identidad y Sentido de Propósito
Efesios 2:10 (JUN) pues de él somos hechura, creados en Cristo Jesús para obras
buenas, que previno Dios, para que en ellas caminásemos.
Efe 2:10 Porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las
cuales Dios preparó de antemano para que anduviésemos en ellas.