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EL AYUNO Y LA VERDADERA ESPIRITUALIDAD P. Steven Scherrer, MM, ThD www.DailyBiblicalSermons.com Homilía del sábado, 13ª semana del año, 5 de julio de 2014 Amós 9, 11-15, Sal. 84, Mat. 9, 14-17 Las citaciones bíblicas son de Reina Valera, revisada 1960, si no indico otra traducción. “Entonces vinieron a él los discípulos de Juan, diciendo: ¿Por qué nosotros y los fariseos ayunamos muchas veces, y tus discípulos no ayunan? Jesús les dijo: ¿Acaso pueden los que están de bodas tener luto entre tanto que el esposo está con ellos? Pero vendrán días cuando el esposo les será quitado, y entonces ayunarán” (Mat. 9, 14-15). Vivimos ahora en este tiempo de ayuno, cuando el esposo es quitado de nosotros. ¿Qué es el ayuno? Es no comer nada por un tiempo. Hay varios métodos de ayunar. Podemos omitir una comida. Uno puede ayunar de esta manera todos los días de su vida. Por ejemplo, yo puedo siempre omitir el desayuno y la cena, y comer sólo el almuerzo todos los días. También uno puede abstener de ciertas comidas, como la carne, postres, golosinas, salsas, y condimentos. Esto también es algo que algunos hacen todos los días de su vida sin dañar su salud. Y esto también puede ser considerado como un tipo de ayuno. ¿Por qué ayunan los cristianos? Una razón es para ser más ligero durante nuestro tiempo de oración, meditación, y contemplación. Por esta razón hay los que comen sólo una vez al día, al mediodía, siempre omitiendo el desayuno y la cena. Hacen así porque se levantan de madrugada para la oración y la contemplación, y no quieren ser cargados de comida y pesados a esta hora, todavía dirigiendo su cena o llenos de su desayuno. Esto es lo que yo he hecho por muchos años, y con resultados buenos. Otra razón por ayunar es para buscar de este modo todo mi deleite en el Señor, no también en los deleites de la comida suculenta, las golosinas, y los postres. Por ejemplo puedo renunciar a la carne, las golosinas, los postres, salsas, y condimentos, y comer sólo comida sencilla y básica, sin adorno, sólo con su propio sabor natural. Así puedo comer para mantener mi salud, pero no para buscar deleite en la comida más que está en comida sencilla y básica, para no dividir mi corazón de un amor indiviso para el Señor en cada aspecto de mi vida. Esto también es lo que yo mismo hago y he hecho por muchos años. Me ayuda a dedicarme completamente a Dios sin división de corazón entre los deleites del mundo. Y esto me ayuda en otros aspectos de mi vida también a evitar los placeres mundanos, como las películas seglares y viajes de placer, que dividirían mi corazón de un amor indiviso sólo para el Señor. Este tipo de ayuno me ayuda a vivir sólo para Dios en todo lo que hago, y así ser completamente dedicado a él en todo aspecto de mi vida. Esto, pues, es el camino estrecho y angosto de la vida, que pocos escogen. No es el camino ancho y cómodo del mundo, de los muchos, que lleva a la perdición (Mat. 7, 13-14). Esto es cómo no ser del mundo (Juan 17, 16). Es el camino de renunciar a todo por el Señor. “Así, pues, cualquiera de vosotros que no renuncia a todo lo que posee, no puede ser mi discípulo” (Lucas 14, 33).