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Perdónense unos a otros
Reflexiones
El perdón es afín a la misericordia, no a la justicia. El perdón jamás se merece, pero cuando se
lo confieres a alguien, entonces Dios puede perdonarte a ti. Perdonar es elegir poner el asunto
en Sus manos, confiar que Él se encargará de hacer justicia, y aceptar que todos erramos.
¿En qué te beneficias tú al perdonar? Cuando perdonas a alguien, algo ocurre entre tú y el Señor. Él reemplaza los sentimientos de enfado y resentimiento, que te carcomen el corazón,
por sentimientos de piedad. Cuando perdonas a alguien, tu corazón se abre de tal modo que
Dios puede purificarte y concederte la paz.
Tolérense unos a otros y perdónense si alguno tiene queja contra otro. Así como el Señor los
perdonó, perdonen también ustedes.
—Colosenses 3:13
No existe modo más profundo de palpar el océano del amor de Dios que cuando perdonas y
amas a tus enemigos.
—Corrie tenBoom
Porque si perdonan a otros sus ofensas, también los perdonará a ustedes su Padre celestial. Pero
si no perdonan a otros sus ofensas, tampoco su Padre les perdonará a ustedes las suyas.
—Mateo 6:14–15
Perdonar procede de la voluntad, y la voluntad puede operar sin depender de la temperatura del
corazón.
—Corrie ten Boom
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Sean amables y compasivos unos con otros, y perdónense mutuamente, así como Dios los
perdonó a ustedes en Cristo.
—Efesios 4:32
La predisposición a perdonar es señal de madurez espiritual y emocional. Es una de las grandes
virtudes a las que todos debemos aspirar. Imagínate un mundo repleto de individuos dispuestos
a ofrecer disculpas y a aceptarlas. ¿Existe acaso algún problema imposible de resolver entre
personas que poseen la humildad y grandeza de espíritu y alma como para efectuar lo uno o lo
otro—o ambos—cuando sea necesario?
—Gordon B. Hinckley
Mi concepto de perdonar es desprenderse del resentimiento ... librarse de los pensamientos
negativos. Éstos sirven únicamente para hacerte sentir miserable. Créeme, puedes impacientarte
y enfurecerte cuanto quieras, pero quien haya sido el que te perjudicó no sufre en manera alguna
a causa de tu angustia.
—Della Reese
Uno de los secretos para una vida extensa y provechosa es perdonar a todos, a todo, cada noche
antes de acostarte.
—Bernard M. Baruch
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