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Instituto Hermanos Sagrado Corazón — Casa Provincial
Ricardo Calvo 6, 28016-Madrid Tfno: 913504457 email: [email protected]
Primeras Vísperas de la segunda semana de Cuaresma: 20/02/2016)
1.- AMBIENTACIÓN: Una Luz Transfigurante
De vez en cuando, quizás en un raro momento en que nos sentimos desalentados,
encontramos profundamente al Señor en la oración, o
encontramos alguna persona amable y comprensiva
que ilumina nuestro rostro con el calor de su amor
cordial y amistoso. Tales momentos pueden mantenernos en marcha durante largo tiempo. Ojalá que en
este rato de oración, encuentro con el Señor, aquí y
ahora, sean ese momento que nos mantiene animosos y
en marcha, y nos disponen a iluminar también la vida
de los hermanos
2.- Sal 26,1.7-8a.8b-9abc.13-14
R/. El Señor es mi luz y mi salvación
El Señor es mi luz y mi salvación, ¿a quién temeré?
El Señor es la defensa de mi vida,
¿quién me hará temblar? R/. El Señor es mi luz y mi salvación
Escúchame, Señor, que te llamo;
ten piedad, respóndeme.
Oigo en mí corazón:
“Buscad mi rostro”. R/. El Señor es mi luz y mi salvación
Tu rostro buscaré, Señor, no me escondas tu rostro.
No rechaces con ira a tu siervo,
que tú eres mi auxilio. R/. El Señor es mi luz y mi salvación
Espero gozar de la dicha del Señor, en el país de la vida.
Espera en el Señor, sé valiente,
ten ánimo, espera en el Señor. R/. El Señor es mi luz y mi salvación
3.- Lectura del santo evangelio según san Lucas (9,28b-36):
En aquel tiempo, Jesús cogió a Pedro, a Juan y a Santiago y subió
a lo alto de la montaña, para orar. Y, mientras oraba, el aspecto
de su rostro cambió, sus vestidos brillaban de blancos. De
repente, dos hombres conversaban con él: eran Moisés y Elías,
que, apareciendo con gloria, hablaban de su muerte, que iba a
consumar en Jerusalén. Pedro y sus compañeros se caían de
sueño; y, espabilándose, vieron su gloria y a los dos hombres que
estaban con él.
Mientras éstos se alejaban, dijo Pedro a Jesús: «Maestro, qué
bien se está aquí. Haremos tres tiendas: una para ti, otra para
Moisés y otra para Elías.» No sabía lo que decía. Todavía estaba
hablando, cuando llegó una nube que los cubrió. Se asustaron al entrar en la nube. Una voz desde
la nube decía: «Éste es mi Hijo, el escogido, escuchadle.»
Cuando sonó la voz, se encontró Jesús solo. Ellos guardaron silencio y, por el momento, no
contaron a nadie nada de lo que habían visto. Palabra del Señor.
La ternura cambia el mundo
4.- REFLEXIÓN (unos momentos de silencio)
Como seguidores de Jesús estamos llamados a vivir
esta experiencia de transfiguración o transformación,
nos lo dice San Pablo: “Él transformará nuestra
condición humilde, según el modelo de su condición
gloriosa”. Por eso es esencial el orar, el cultivar la
amistad, sentirnos como los tres apóstoles, casi
atontados ante ese misterio, oír la voz del Padre que
nos dice: “Este es mi Hijo, el escogido; escuchadlo”.
El Evangelio de hoy nos propone: una atención
despierta capaz de detectar el roce de la vida y del Señor que la habita; una terca
convicción de que toda realidad esconde en su entraña el poder de resplandecer, de
“volverse otra”. Y una escucha expectante que nos permita oír, en medio de la algarabía
de tantas voces, la Voz que se nos dirige a cada uno y que nos susurra las palabras que
poseen el poder de transfigurarnos: “Tú eres mi hijo amado”.
5.- INTENCIONES: (Escrito por Vicky Irigaray)
Hermanos, como nos recuerda Pablo, si no esperamos más que la tierra, viviremos atentos a la
tierra. Pero si esperamos más, cambiará nuestra vida. Este es, por tanto, el desafío de nuestra fe.
Oremos: Padre, queremos escuchar a tu hijo Jesús.
• Que nuestras comunidades cristianas, sean anuncio del Hijo, que es el corazón del Padre, que
se desvela por cada uno de nosotros, sin exclusiones. Oremos: Padre, queremos escuchar a tu
hijo Jesús.
• Que todos los creyentes, guiados por la fe en tu hijo Jesús, seamos camino hacía el Padre para
todos los hombres de este mundo. Oremos: Padre, queremos escuchar a tu hijo Jesús.
• Que no nos olvidemos que el Reino de Dios, es que
todos seamos hijos y hermanos, habitando un mundo
donde la justicia y la paz son posibles. Oremos: Padre,
queremos escuchar a tu hijo Jesús.
• Que las personas que por distintos motivos, han tenido
que abandonar sus casas y países, nos encuentren
dispuestos a acogerles e integrarlos en nuestros entornos.
Oremos: Padre, queremos escuchar a tu hijo Jesús.
Intenciones personales – Padre nuestro
6.- ORACIÓN. Hermanos, hemos escuchado «Éste es
mi Hijo, el escogido, escuchadle». Que su palabra de
hoy, tan alentadora, alce también, en momentos de prueba, nuestros corazones; y que
nosotros, por nuestra parte, iluminemos, también, el rostro de los que sufren. Que el
Señor nos dé esta experiencia de esperanza y amor. Amén.
AMETUR CON JESU
La ternura cambia el mundo
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