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Aportes
C e le
l eb r ac i ó n
p ar a l a
Homilía y guión para la Santa Misa
17º domingo durante el año
Ciclo C. Color:Verde
24 de julio de 2016
Año XX - Nº 1150
Aportes para la homilía
Mi Padre les dará el Espíritu
Santo a quienes se lo pidan
Gn 18, 20-21. 23-32; Sal 1371-3. 6-7a.
7c-8; Col 2, 12-14; Lc 11, 1-13
Nuestros hijos necesitan del papá y la
mamá para que los atiendan en todo lo que
necesiten y se ocupan en darles, ante todo, el
mejor buen ejemplo y, también, en proveerles
las cosas necesarias.¿Cómo es Dios con
nosotros?,¿él que es el Dios Creador y Padre?
El Génesis lo muestra caminando de aquí para
allá, preparando este universo para que nada
nos falte para crecer y madurar a su imagen
y semejanza. Por eso, el Salmo 8 canta: ¡Oh
Señor, nuestro Dios, qué es el hombre para
que así lo cuides y tanto te acuerdes de él!…
¡qué admirable es tu Nombre en toda la tierra!
El evangelio narra que un día Jesús había
madrugado porque quería orar a solas. Los
apóstoles salen a buscarlo y lo encuentran
todo arrobado con su Padre. Al volver, no
pueden menos de pedirle: enséñanos a rezar
como tú. Y en el Padre Nuestro, Jesús nos
muestra cómo hacerlo. San Buenaventura explica que orar es elevar la mente y el corazón
a Dios, pero siempre con la decisión firme de
hacer su voluntad y no la nuestra,¡que es lo
más inteligente y sensato!, pues Dios sabe
mejor que nosotros qué necesitamos.
Hay muchos libros de oración y devocionarios; los hay para todos los gustos y circunstancias de la vida y son como una escalera
que ayudan a elevar la mente y el corazón.
Pero sobre todo son los Salmos del Antiguo
Testamento que, inspirados por Dios, son
también materia de estudio y meditación que
nos ayudan a conocerlo más, a comprender
mejor quién es y cuáles son sus proyectos; qué
nos pide y qué nos promete; cómo alabarlo
y obedecerlo con alegría y entusiasmo sin
soltarnos nunca de su mano.
Quizá nos preguntemos, ¿para qué rezar
si Dios sabe mejor que nosotros lo que nos
hace falta? Nuestra oración no consiste en
pedir y solo pedir. Necesitamos mentalizarnos
que sin él nada somos. Oración es alabarlo y
agradecerle todo cuanto nos ha dado, empezando por la vida, la fe… Oración es ponernos
dócil y confiadamente en sus manos. Oración
es tomar conciencia de que, así como él es
con nosotros, nosotros debemos ser con
nuestros prójimos, tal como Jesús enseña que
si no perdonamos de corazón, no esperemos
perdón de Dios.
La oración del Padre Nuestro más que
fórmula para memorizar es la divina receta
de la vida diaria, ¡es lo que Dios espera de
nosotros! Por eso insiste en que escuchemos
atentamente a su Hijo Jesús y caminemos
sobre sus huellas, siendo siempre fieles en
su seguimiento. Al mismo tiempo Jesús nos
pide que enseñemos a los hombres no sólo a
rezar el Padre Nuestro sino que les mostremos
este estilo de vida.
Mahatma Gandhi se quejaba de no ver
cristianos que vivieran el Evangelio, ¡lástima
que no conoció a Teresa de Calcuta que, si
no, se habría hecho cristiano! Hoy el mundo
necesita ver cristianos en acción, hombres y
mujeres que vivan el Padre Nuestro instaurando un mundo nuevo, el Reino de Dios en
la verdad y la justicia, en la paz y la caridad,
(Continúa en la p. 4).
Aportes - 1
Guión para la Santa Misa
1) Introducción
Hermanos: Dios quiere comunicarse con sus hijos e hijas, y el
medio indispensable para ello es la
oración. Dios nos ama a tal punto
que nos cuida en todo momento, aunque
erremos el camino. Por eso, la oración
es la actitud constante de los peregrinos
que, por el bautismo, han sido revestidos
de Cristo y de sentimientos de amor al
prójimo.
Cantemos…

2) Saludo de bienvenida
“Dios es amor”, escribe san Juan:
es amor, salvación, misericordia
y, sobre todo, es un Padre bueno.
¡Que ahora y siempre el Señor esté con
cada uno de ustedes!
3) Acto penitencial
nuestros pecados y nos lleve a la vida
eterna. Amén.
4) Liturgia de la Palabra
Primera lectura (Gn 18, 20-21.
23-32): Abraham intercedía ante
Dios por los hombres de Sodoma
y Gomorra, y el Señor atendía los
ruegos del patriarca.
Salmo responsorial (Sal 1371-3.
6-7a. 7c-8): El Salmo 187 alaba agradecido a Dios, que escucha y atiende benignamente a quien confía en su misericordia
y bondad. Respondamos luego de cada
estrofa: R. Te damos gracias, Señor, de
todo corazón.
Segunda lectura (Col 2, 12-14): Pablo
bendice al Señor porque, muertos al pecado por el bautismo, fuimos sepultados
con Cristo, para resucitar con él a una
vida nueva.
Lectura del Evangelio (Lc 11, 1-13):
Jesús enseña a sus discípulos el Padrenuestro y nos inculca orar confiados ya
que el Padre dará el Espíritu a quienes
se lo pidan.

El Señor se revela como un Padre compasivo y misericordioso,
lento para enojarse y castigar. Él
perdona en la medida que nosotros perdonamos a los demás.
* El orgullo y la soberbia impiden
tener un corazón humilde y reco- 5) Oraciones de los fieles
nocer que hemos pecado. Que tu
Jesús nos exhorta a orar siempre,
misericordia ablande la dureza del
porque el que busca encuentra y,
corazón. Señor, ten piedad.
a quien ruega, se le da lo que pide.
* El Señor no desprecia un corazón Movidos por esta enseñanza de Jesús,
contrito y humillado. Que tu miseri- oremos al Padre, porque él siempre escucordia nos muestre el camino de la cha con bondad y nos atiende en nuestras
conversión. Cristo, ten piedad.
necesidades. Digámosle:

* Cuando ofendemos al prójimo,
despreciamos al hombre creado a
imagen a Dios. Que tu misericordia
limpie nuestras relaciones fraternas.
Señor, ten piedad.
Dios todopoderoso tenga misericordia de nosotros, perdone
Aportes - 2

Te lo pedimos por Jesucristo,
nuestro Señor.
4 Nos has dado maestros de oración en el Papa y los demás pastores
de la Iglesia; te pedimos que les entregues el Espíritu Santo para que no
decaigan en este ministerio. Oremos…
4 El Padrenuestro nos enseña a hacer también nosotros y pidamos a Dios que
la voluntad de Dios y no la nuestra; te nos transforme a imagen de Jesús.
pedimos que inspires las decisiones
Cantemos…
de nuestros gobernantes. Oremos…
4 “Quien pide, recibe”, dice Jesús. Te
pedimos que mires las necesidades de
nuestros hermanos pobres, enfermos
y abandonados y los ayudes por medio
nuestro. Oremos…
7) Comunión
Danos hoy nuestro pan de cada día,
rezamos en el Padrenuestro. Ese
es el pan que hoy se nos ofrece
en el altar, Jesús, el Pan de vida
eterna. Con un corazón agradecido, acu4 Dios quiere que demos a nuestros damos a la mesa de la fraternidad para
hijos lo que verdaderamente les hace recibir el Cuerpo del Señor.
bien; te pedimos que ayudes a los paCantemos…
dres a formar a sus hijos en los valores
8) Despedida y bendición final
cristianos. Oremos…
Monición: Dios jamás nos aban4 Hemos sido revestidos de los sendona, porque su Hijo prometió
timientos de Cristo; te pedimos que
estar siempre con nosotros. Volsantifiques nuestros pensamientos
vamos
a casa con este convencimiento.
y sentimientos para que haya amor
y justicia social en nuestra Patria. Lo importante es que nosotros jamás nos
apartemos de él.
Oremos…
Bendición: Que la bendición de Dios
¿Quién daría a sus hijos lo que
todopoderoso
Padre, Hijo y X Espíritu
no les hace bien o pudiera dañarSanto,
permanezca
con ustedes y su
los? Tú, Señor, piensas y obras
familia
a
lo
largo
de
toda
la semana.
solamente por nuestro mayor bien y
Despedida:
Anunciemos
las maravifelicidad. ¡No abandones la obra de
llas
de
Dios
a
los
demás,
¡vayamos
en
tus manos! Amén.
paz!

6) Presentación de las ofrendas
Jesús enseña que todo cuanto
pidamos al Padre en su nombre,
él lo concederá. Junto al pan y el
vino, que se han de transformar
en su Cuerpo y Sangre, presentémonos

PAPITO NUESTRO
Mirta Varela
Las reflexiones de
estas páginas pretenden, con sencillez, movernos a
pensar en las palabras del Padrenuestro que repetimos
diariamente.
26 de julio: Día del abuelo
ENHEBRANDO HUELLAS
Un quehacer gerontológico
desde la teoría del encuentro
Dides Iliana Hernández Silvera
La autora propone la
aplicación de la novedosa práctica de la
“estimulación cognitiva”, para mejorar
la calidad de vida de
los ancianos, que se
basa en la evocación
de episodios placenteros, a fin de ayudar
al anciano a recuperar
el sentido de su vida.
Aportes - 3
(Viene de la p. 1).
en la reconciliación y la fraternidad, en la libertad y el progreso solidario, en el bienestar
compartido.
¡Dios y Padre nuestro!, que nos colmas de
bienes materiales y de maravillas espirituales
y por labios de tu Hijo nos exhortas a pedirte
lo que tú ya sabes que necesitamos, no para
recordártelo ni que te olvides de nosotros, sino
para que nosotros mismos jamás nos olvidemos que sólo tú eres el TODO de cuanto somos
y podemos y para que no busquemos fuera de
ti cuanto sólo tú puedes darnos, tal como dijiste
a tu pueblo en el Sinaí: “¡No tendrás otro Dios
más que a mí, sólo yo soy tu Padre y tu todo, y
no hay otro que te ama tanto como yo!”.
Para atraernos hacia ti nos diste a tu Hijo
único para que entendiéramos que el Padre y
el Hijo son una sola cosa. Por eso él nos ense-
ña: “quien me ve, ve al Padre que me envió”, yo
soy como él, y quien me escucha, en realidad
escucha al Padre de quien aprendo cuanto les
digo, ¡y es él quien me manda a decírselo a
ustedes y es él quien hace los milagros que
salen de mis manos.
El pasaje del Evangelio según san Lucas
hoy nos refiere las horas que pasabas entregado a la intimidad con tu Hijo, para que también
nosotros gustemos estar contigo sin apuro. Y
el Padre Nuestro son palabras brotadas de
su corazón de Hijo muy amado, las únicas
palabras que tú quieres escuchar de nuestros
labios, al punto que si no suenan como esas
nunca llegarían a ti. Ayúdanos a no quedarnos
en palabras sino a traducirlas en lo concreto de
la vida diaria, ¡que oremos con la vida misma!,
que es lo que tú quieres de tus hijos, hasta el
día que nos congregues en el cielo. Amén.
COLUMNA DEL SANTO PADRE
Tata nuestro, no nos dejes caer en la resignación
A este Padre nuestro es a quien rezamos con insistencia todos los días. Y, ¿qué le decimos
en una de esas invocaciones? No nos dejes caer en la tentación. El mismo Jesús lo hizo. Él
rezó para que sus discípulos –de ayer y de hoy– no cayéramos en la tentación. ¿Cuál puede
ser una de las tentaciones que nos pueden asediar? ¿Cuál puede ser una de las tentaciones
que brota no sólo de contemplar la realidad sino de caminarla? ¿Qué tentación nos puede
venir de ambientes muchas veces dominados por la violencia, la corrupción, el tráfico de
drogas, el desprecio por la dignidad de la persona, la indiferencia ante el sufrimiento y la
precariedad? ¿Qué tentación podemos tener nosotros, una y otra vez, […] qué tentación
podemos tener frente a todo esto, frente a esta realidad que parece haberse convertido en
un sistema inamovible?
Creo que la podríamos resumir con una sola palabra: resignación. Y frente a esta realidad
nos puede ganar una de las armas preferidas del demonio, la resignación. “¿Y qué le vas a
hacer? La vida es así”. Una resignación que nos paraliza, una resignación que nos impide
no sólo caminar, sino también hacer camino; una resignación que no sólo nos atemoriza,
sino que nos atrinchera en nuestras «sacristías» y aparentes seguridades; una resignación
que no sólo nos impide anunciar, sino que nos impide alabar, nos quita la alegría, el gozo
de la alabanza. Una resignación que no sólo nos impide proyectar, sino que nos frena para
arriesgar y transformar. Por eso, Padre nuestro, no nos dejes caer en la tentación.
Papa Francisco, (Homilía en Morelia, 16/2/2016).
Aportes para la Celebración es un subsidio litúrgico preparado por el equipo de redacción de El Domingo, periódico religioso de
la editorial SAN PABLO, propiedad de SOCIEDAD DE SAN PABLO (PAULINOS). Riobamba 230, C1025ABF Buenos Aires, Argentina.
Teléfono: (011) 5555-2416/17/21/24. Fax: (011) 5555-2439. E-mail: [email protected] - www.sanpablo.com.ar Impreso por G. S. Gráfica s.r.l., Cnel. Charlone 958, B1868DZF Piñeyro, Avellaneda (Bs. As.), Argentina.
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