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Herniación cardiaca como complicación de ventana pericárdica Cardiac Herniation as a Complication of Pericardiac Window Alfonso Lozano* Johanna Monsalve* Federico Peñaloza* Alejandra Berdugo** Resumen Palabras clave (DeCS) Corazón Ventana pericárdica Pericardio Key words (MeSH) Heart Pericardial window techniques Pericardium La herniación cardiaca se define como la protrusión del corazón a través de un defecto pericárdico de origen iatrogénico, traumático o congénito. En este artículo se presenta el caso de una herniación cardiaca de origen iatrogénico, posterior a la realización de una ventana pericárdica. La de tipo agudo usualmente ocurre en el período posquirúrgico inmediato, casi siempre dentro de las primeras 24 horas después de la cirugía. Es una complicación fatal si no es detectada y corregida a tiempo. Summary Cardiac herniation is the protrusion of the heart through a pericardial defect of iatrogenic, traumatic or congenital origin. A case of iatrogenic cardiac herniation after a pericardial window is presented. Acute cardiac herniation usually occurs in the immediate postoperative period, especially within 24 hrs of surgery. It can be a fatal complication if it is not detected and corrected on time. Introducción * Médico(a) radiólogo(a) de la Clínica Infantil Colsubsidio, Bogotá, Colombia. ** Residente de Radiología, Pontificia Universidad Javeriana, Bogotá, Colombia. 2098 En este artículo se discute el diagnóstico de herniación cardiaca y la importancia de su diagnóstico precoz, tanto por la sospecha clínica como por los hallazgos en imagen, teniendo en cuenta que las herniaciones cardiacas son muchas veces de diagnóstico difícil, como en este caso, en el que se hizo un diagnóstico retrospectivo después de conocer los hallazgos en cirugía y revisar nuevamente las imágenes. Reporte del caso Este es el caso de un hombre de 17 años, quien ingresa al servicio de urgencias después de sufrir una herida en la región precordial por causa de un arma cortopunzante. En el examen físico, el joven se encuentra taquicárdico, pálido, con ingurgitación yugular e hipoventilación en el hemitórax izquierdo. Al realizarle una radiografía de tórax se observa un neumotórax izquierdo. Ante los hallazgos del examen físico, sugestivos de taponamiento cardiaco, el paciente es llevado a cirugía para la realización de una ventana pericárdica y la colocación de un tubo de toracostomía. La ventana pericárdica subxifoidea fue positiva, con hemopericardio y taponamiento cardiaco. No se presentaron complicaciones durante el procedimiento. El paciente fue trasladado a la unidad de cuidados intensivos (UCI), presentación de casos donde presentó una evolución tórpida con descompensación hemodinámica y falla cardiaca derecha. En las radiografías de tórax seriadas se observa un aumento progresivo del tamaño de la silueta cardiaca (Figura 1). Fig. 1. Aumento progresivo en el tamaño de la silueta cardíaca. (A). Rx tomada al ingreso. (B) RX tomados 24 horas después del ingreso. Fig. 2A. Aumento de tamaño del tronco principal de la arteria pulmonar y disminución de tamaño de las arterias pulmonares derecha e izquierda. Rev Colomb Radiol. 2007; 18:(1):2098-103. 2099 Fig. 2B. Aumento de tamaño de cavidades cardíacas derechas y de la vena cava inferior. No se observa líquido pericárdico. Fig. 2C. Reconstrucciones ortogonales en el plano coronal y sagital en donde se observa aumento del tamaño de las cavidades cardíacas derechas, sin una imagen clara de herniación. 2100 Herniación cardiaca como complicación de ventana pericárdica. Lozano A, Monsalve J, Peñaloza F, Berdugo A. presentación de casos Fig. 3. Control postoperatorio. En la tomografía computada (TC) de tórax con medio de contraste, el joven presenta un aumento de las cavidades cardiacas derechas y del tronco principal de la arteria pulmonar, así como una disminución del calibre de las arterias pulmonares derecha e izquierda (figuras 2A, 2B y 2C). Ante estos hallazgos y debido al deterioro clínico, es llevado a toracotomía exploratoria. A través de la ventana pericárdica, se encuentra una herniación de la aurícula y del ventrículo derechos, incluido el tronco principal de la arteria pulmonar. Una vez corregida la herniación, mejora el gasto cardiaco, y el paciente evoluciona satisfactoriamente. Las radiografías de control en el postoperatorio inmediato muestran una insuficiencia atelectásica del lóbulo inferior izquierdo y una silueta cardiaca levemente aumentada de tamaño (Figura 3). Discusión La dilatación anormal de las cavidades derechas, en ausencia de líquido pericárdico y con signos de taponamiento, hace sospechar el diagnóstico de herniación cardiaca (figuras 2B y 2C). Rev Colomb Radiol. 2007; 18:(1):2098-103. En este caso, aunque no había claridad de la causa, el paciente fue llevado de inmediato a cirugía. La herniación cardiaca se define como la protrusión del corazón a través de un defecto pericárdico de origen iatrogénico, traumático o congénito (1). Puede ser una complicación fatal si no es detectada y corregida a tiempo. Clínicamente, simula un infarto agudo del miocardio, una hemorragia intratorácica masiva, un tromboembolismo pulmonar o una obstrucción de la vía aérea. La mortalidad es alta, de aproximadamente 40% (2). Puede ocurrir como consecuencia de un defecto en el pericardio después de una herida por arma cortopunzante o de un trauma torácico cerrado; así mismo, puede ocurrir iatrogénicamente, tras la realización de una ventana pericárdica y otros procedimientos quirúrgicos que involucran el pericardio —por ejemplo, la pericardiectomía parcial durante una neumonectomía, una resección pericárdica como tratamiento de pericarditis constrictiva, el tratamiento del cáncer pulmonar y el mesotelioma localmente invasivo y la cirugía de revascularización coronaria—. 2101 Usualmente, la herniación cardiaca aguda ocurre en el período posquirúrgico inmediato, casi siempre dentro de las primeras 24 horas después de la cirugía (3). Entre el corazón y el pericardio se forman adherencias hacia el tercer día después de la cirugía, lo que disminuye la probabilidad de herniación tardíamente en la evolución posquirúrgica (2). En casos de neumonectomía derecha, los cirujanos deben reparar la ventana pericárdica para prevenir la herniación cardiaca, y en casos de neumonectomía izquierda, puede ser suficiente ensanchar el defecto pericárdico para prevenir la estrangulación, ya que se espera que ocurra la herniación. El tamaño del defecto pericárdico no se correlaciona la tendencia del corazón a herniarse a través de este (3). Los factores que pueden precipitar una herniación cardiaca en pacientes con defectos pericárdicos incluyen: tos, ventilación con presión positiva, succión por tubos de drenaje torácicos o reposicionamiento del paciente con el lado operado hacia abajo (4). Las rupturas pericárdicas traumáticas pueden ser, en orden de frecuencia: pleuropericárdicas izquierdas, diafragmáticas, pleuropericárdicas derechas y mediastinales. Las rupturas pericárdicas aisladas pueden permanecer clínicamente silentes; sin embargo, existe el riesgo de depresión fatal de la función cardiaca. El mecanismo de disfunción cardiaca es distinto para cada tipo de ruptura pericárdica. Las rupturas pericárdicas diafragmáticas producen una comunicación entre el peritoneo y la cavidad pericárdica. La alta presión intraabdominal promueve la herniación de las vísceras digestivas dentro del saco pericárdico, lo que disminuye el gasto cardíaco por efecto de taponamiento. Las rupturas pleuropericárdicas permiten que el corazón atraviese el defecto y se hernie. Los síntomas de herniación cardiaca están relacionados con la localización del defecto pericárdico, y son diferentes en el lado derecho y en el izquierdo. En la herniación cardiaca derecha se produce una torsión de la unión cavoatrial y de los dos conductos de salida ventriculares, lo cual desencadena un choque obstructivo por torsión y compresión de la vena cava superior e inferior, con reducción del retorno venoso y del gasto cardíaco. Esto lleva a una disminución en la presión sanguínea sistémica, a un aumento de la presión venosa central y taquicardia. En el lado izquierdo, la herniación cardiaca no tiene una torsión asociada, por lo tanto, se producen arritmias e isquemia miocárdica por compresión o estrangulación de la pared ventricular por los bordes del pericardio, que puede llevar a hipotensión, fibrilación ventricular e infarto (4). La radiografía de tórax tiene una baja capacidad diagnóstica para la detección de esta complicación (5), especialmente cuando los hallazgos son sutiles. Sin embargo, es una herramienta útil que puede mostrar hallazgos sugestivos de ruptura pericárdica y herniación cardiaca, como neumopericardio, neumomediastino y malposicionamiento de la silueta cardiaca. Si se ha insertado un catéter de Swan-Ganz, se observará, por un lado, que este rota en la dirección de las manecillas del reloj, secundario a la rotación del eje cardiaco; por el otro, una angulación aguda del catéter en la unión de la vena subclavia con 2102 la vena braquiocefálica derecha. Hallazgos más sutiles pueden ser la presencia de una muesca anormal en el borde cardiaco izquierdo, el desplazamiento mediastinal y un borde cardiaco similar a un aneurisma ventricular. Otro hallazgo radiográfico consiste en un abultamiento hemisférico en el borde cardiaco derecho, conocido como el signo del cono de nieve (snow cone sign), el cual sugiere una inminente herniación cardiaca. Este signo debe interpretarse cuidadosamente, ya que un hematoma o cambios posquirúrgicos en el pericardio pueden tener una apariencia similar (2). En la radiografía de tórax, la sombra de la herniación cardiaca hacia el lado derecho puede verse en la cavidad pleural derecha, lo cual se reconoce fácilmente y es patognomónico (5). En la herniación del lado izquierdo, la masa del ventrículo se localiza horizontalmente a lo largo del diafragma, lo que le da al corazón una forma en bota aplanada y hace desaparecer la sombra cardiaca a la derecha de la columna (5). Cuando una herniación cardiaca ocurre en el período posquirúrgico inmediato, el diagnóstico puede hacerse con una radiografía de tórax, por ello la cirugía no debe retardarse para realizar estudios radiológicos adicionales. Si la herniación no es aguda, la TC es apropiada para confirmar el diagnóstico (3). La TC permite tanto identificar con mayor precisión las alteraciones producidas como mostrar rupturas pericárdicas antes de que se produzca la herniación cardiaca. Los signos de ruptura son la discontinuidad focal del pericardio y del neumopericardio, así como la interposición de pulmón entre la aorta y la arteria pulmonar, entre el corazón y el diafragma o entre la aurícula derecha y el conducto de salida del ventrículo derecho (6-10). El signo sugestivo de herniación cardiaca más importante es el desplazamiento del corazón cuando no hay otra patología que lo explique, como un gran derrame pleural, atelectasias o neumotórax a tensión (6). Otros signos son la deformidad cardiaca debida a la protrusión a través del defecto pericárdico y el neumopericardio. Este último no es específico, pero un gran volumen de aire unilateral dentro del pericardio sugiere el diagnóstico y ha sido llamado el saco pericárdico vacío (6). Conclusión Los defectos cardiacos adquiridos se han vuelto más comunes por el aumento en el número de procedimientos quirúrgicos que afectan el pericardio. Es importante tener en cuenta el diagnóstico de herniación cardiaca en un paciente a quien se le haya realizado una ventana pericárdica o cualquier otro tipo de procedimiento que involucre el pericardio y que en el postoperatorio temprano presente una evolución tórpida con cambios en la radiografía de tórax, que son variados y algunas veces confusos. Si el diagnóstico no es claro, la TC de tórax puede ayudar a orientar el diagnóstico. Referencias 1. Brady MB, Brogdon BC. Cardiac herniation and volvulus: radiographic findings. Radiology. 1986;161(3):657-8. Herniación cardiaca como complicación de ventana pericárdica. Lozano A, Monsalve J, Peñaloza F, Berdugo A. presentación de casos 2. Gurney JW, Arnold S, Goodman LR. Impending cardiac herniation: the snow cone sign. Radiology. 1986;161(3):653-5. 3. Takasugi JE, Godwin D. Surgical defects of the pericardium: radiographic findings. AJR Am J Roentgenol. 1989;152(5):951-4. 4. Shimizu J, Ishida Y, Hirano Y, Tatsuzawa Y, Kawaura Y, Nozawa A. Cardiac herniation following intrapericardial pneumonectomy with partial pericardiectomy for advanced lung cancer. Ann Thorac Cardiovasc Surg. 2003;9(1):68-72. 5. Kim EA, Lee KS, Shim MY, Kim J, Kim K, Kim TS, et al. Radiographic and CT findings in complications following pulmonary resection. Radiographics. 2002;22(1):67-86. 6. Wielenberg AJ, Demos TC, Luchette FA. Cardiac herniation due to blunt trauma: early diagnosis facilitated by CT. AJR Am J Roentgenol. 2006;187(2):W239-40. 7. Buniva P, Aluffi A, Rescigno P, Rademacher J, Nazari S. Cardiac herniation and torsion after partial pericardiectomy during right pneumonectomy. Tex Heart Inst J. 2001;28(1):73. 8. Kerins M, Maguire E, Lacy C. Cardiac luxation: an unusual complication of a log roll. Emerg Med J. 2005;22(12):913-5. 9. Pichakron KO, Perlstein J. Blunt traumatic pericardial rupture presenting with cardiac herniation. 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