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 TRIDUO DE ORACIÓN POR INTERCESIÓN DEL BEATO MANUEL DOMINGO Y SOL Majadahonda 28‐29‐30 enero 2011 DÍA PRIMERO, DÍA 28 DE ENERO 1. ¿Quién es? Manuel Domingo y Sol nació en Tortosa (Tarragona) el año 1836. Trabajó como sacerdote de la propia diócesis en todos los campos apostólicos. El encuentro providencial con un seminarista necesitado le indujo a optar definitivamente por la formación de los futuros sacerdotes, mediante la creación y dirección de centros especializados y la fundación de la Hermandad de Sacerdotes Operarios Diocesanos del Corazón de Jesús. Muerto el año 1909, fue beatificado por Juan Pablo II, quien no dudó en calificarlo “el santo apóstol de las vocaciones sacerdotales”. 2. Leemos un fragmento de sus escritos: [De los Escritos del Beato Manuel Domingo y Sol, presbítero (III, 37.º; II, 2.º; L, 5.º)] Dios ha confiado a cada uno el cuidado de su prójimo. No sabemos si estamos destinados a ser un río rápido que haga florecer a sus orillas jardines amenos, o si hemos de parecernos a la gota de rocío que envía Dios en el desierto a la planta desconocida; pero, más brillante o más humilde, nuestra vocación es cierta: no estamos destinados a salvarnos solos. No debemos estar sin posteridad en el cielo. ¿Qué hemos de hacer, pues? Posesionarnos bien de este deber de corresponder a los designios de Dios; revestirnos de un verdadero deseo del bien de las almas; que si este deseo nos animara, pondríamos al servicio del Señor nuestro talento, nuestro prestigio, nuestros intereses. Y no habría obra buena que no nos interesara, ni asociación de propaganda que no mereciera nuestro óbolo y nuestra simpatía, ni acontecimiento triste de la Iglesia que no nos lastimara. 3. Oramos a través de su intercesión. Invoquemos, hermanos, con fe y confianza la misericordia de Dios para que por la intercesión del Beato Manuel Domingo y Sol, el santo apóstol de las vocaciones, llene a todos los hombres con sus bendiciones: ‐ Para que siguiendo el ejemplo de Mosén Sol, él interceda por nosotros y adorne nuestras vidas con virtudes para cumplir la misión que el Señor nos ha confiado en favor de la Iglesia y del mundo… Roguemos al Señor. ‐ Para que con su ejemplo y ayuda sepamos extender el Reino de Dios predicando con el testimonio de nuestras vidas y nuestras obras...Roguemos al Señor. ‐ Para que intercedas por la Hermandad de Sacerdotes Operarios Diocesanos para que sean fieles a su carisma sacerdotal...Roguemos al Señor. 4. Todos: Padre Nuestro… 5. Oración final Oh Dios, que descubriste al beato Manuel Domingo y Sol el profundo sentido de tu llamada, y en especial de la vocación sacerdotal; suscita, por su intercesión, decididos apóstoles de las vocaciones y generosas respuestas a tus llamadas. Por nuestro Señor Jesucristo. DÍA SEGUNDO, DÍA 29 DE ENERO 1. ¿Quién es? Manuel Domingo y Sol nació en Tortosa (Tarragona) el año 1836. Trabajó como sacerdote de la propia diócesis en todos los campos apostólicos. El encuentro providencial con un seminarista necesitado le indujo a optar definitivamente por la formación de los futuros sacerdotes, mediante la creación y dirección de centros especializados y la fundación de la Hermandad de Sacerdotes Operarios Diocesanos del Corazón de Jesús. Muerto el año 1909, fue beatificado por Juan Pablo II, quien no dudó en calificarlo “el santo apóstol de las vocaciones sacerdotales”. 2. Leemos un fragmento de sus escritos: [De los Escritos del Beato Manuel Domingo y Sol, presbítero (III, 37.º; II, 2.º; L, 5.º)] Entre todas las obras de celo, no hay ninguna tan grande y de tanta gloria de Dios, como contribuir a dar muchos y buenos sacerdotes a la Iglesia. Está en la convicción de todos que si hubiera bueno y numeroso clero, la sociedad sería remediable y el mundo se salvaría. La historia nos lo enseña en cuantos períodos críticos ha pasado la sociedad. (…) Es la llave de la cosecha el tener clero mucho y bueno. Con esto, todo puede esperarse. Sin esto, casi son inútiles los esfuerzos. El Señor me ha hecho gustar, y en abundancia, de todos los consuelos y sin sabores de los varios campos del ministerio sacerdotal: cura de almas, enseñanza, monjas, asociaciones, y últimamente fomentador de vocaciones eclesiásticas; y de todo, esto último es lo que forma mi gozo y mi corona. 3. Oramos a través de su intercesión. ‐ Para que intercedas por la Hermandad de Sacerdotes Operarios, para que realicen con eficacia y santidad la obra del fomento, sostenimiento y cuidado de las Vocaciones...Roguemos al Señor. ‐ Para que el Señor nos conceda, si es su voluntad, la pronta canonización del Beato Mosén Sol...Roguemos al Señor. ‐Para que el Señor nos dé entrañas de misericordia para con los más pobres y desfavorecidos, los tristes y angustiados, los enfermos y necesitados…Roguemos al Señor. 4. Todos: Padre Nuestro… 5. Oración final Oh Dios, que descubriste al beato Manuel Domingo y Sol el profundo sentido de tu llamada, y en especial de la vocación sacerdotal; suscita, por su intercesión, decididos apóstoles de las vocaciones y generosas respuestas a tus llamadas. Por nuestro Señor Jesucristo. DÍA TERCERO, DÍA 30 DE ENERO 1. ¿Quién es? Manuel Domingo y Sol nació en Tortosa (Tarragona) el año 1836. Trabajó como sacerdote de la propia diócesis en todos los campos apostólicos. El encuentro providencial con un seminarista necesitado le indujo a optar definitivamente por la formación de los futuros sacerdotes, mediante la creación y dirección de centros especializados y la fundación de la Hermandad de Sacerdotes Operarios Diocesanos del Corazón de Jesús. Muerto el año 1909, fue beatificado por Juan Pablo II, quien no dudó en calificarlo “el santo apóstol de las vocaciones sacerdotales”. 2. Leemos un fragmento de sus escritos: [De los Escritos del Beato Manuel Domingo y Sol, presbítero (III, 37.º; II, 2.º; L, 5.º)] Hemos de ser más santos los Operarios. ¿Cómo poder nosotros vivir en la disipación, en el peligro, estando amonestando y dirigiendo aquellas almas y preparándolas a la perfección sacerdotal? ¡Las palabras se nos atragantarían y nos parecería que están leyendo nuestro corazón y nos cogerían ganas de irnos a la otra parte de los mares, para ocultar nuestra confusión! Tenemos, pues, el deber especial y lo contraemos ante el Corazón de Jesús, de caminar ‐¿qué digo?‐, de poseer la santidad ya, por la trascendencia de nuestros ministerios, de los cuales depende la gloria de Dios en grandísima escala. 3. Oramos a través de su intercesión. ‐ Oremos por los pastores de la Iglesia: Por el Papa, por nuestros Obispos, el Director General de la Hermandad, nuestros presbíteros y diáconos y todo el pueblo santo encomendado a su tarea pastoral. Roguemos al Señor. ‐ Oremos por los que han respondido a la llamada al sacerdocio ministerial, a la vida consagrada, y también por los que están en las misiones: para que se sientan renovados por el Espíritu de Dios y se conviertan en Evangelio vivo. Roguemos al Señor. ‐ Oremos por todas las personas: por los gobernantes y los que ejercen alguna responsabilidad a favor de la paz, la justicia y el bien común, para que sirvan preferentemente a los que más lo necesitan. Roguemos al Señor. ‐ Oremos por nosotros, congregados aquí: para que sintiendo la urgencia de ser santos en el ámbito familiar, profesional y eclesial seamos todos testigos fieles del Evangelio del Reino. Roguemos al Señor. 4. Todos: Padre Nuestro… 5. Oración final Oh Dios, que descubriste al beato Manuel Domingo y Sol el profundo sentido de tu llamada, y en especial de la vocación sacerdotal; suscita, por su intercesión, decididos apóstoles de las vocaciones y generosas respuestas a tus llamadas. Por nuestro Señor Jesucristo.