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Javier De León O.
LA MALDICION
DE LA LEY
Por: Javier De León Orellana
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Javier De León O.
INTRODUCCION
El cristianismo católico por casi 2,000 años ha obviado el cumplimiento de los
mandamientos de la Ley (Pentateuco) de Dios, haciendo modificaciones a la misma,
aduciendo tener autoridad para hacerlo.
Por otro lado el sector evangélico
protestante ha mostrado en algunos casos hasta repulsión por la Ley de Dios
(Pentateuco) debido a que ellos creen que la Ley de Dios encierra una maldición de
la cual el Mesías los ha liberado, por lo tanto, todo intento grupal o individual por
guardar la Ley de Dios parece ante sus ojos, una herejía o un desprecio al sacrificio
del Mesías.
En los últimos 20 años han surgido los llamados Mesiánicos quienes predican
que la Ley de Dios no encierra ningún tipo de maldición por lo cual toda persona
que no la observe no podrá alcanzar la salvación, según algunos de estos grupos.
Existe un pasaje de las cartas del famoso Rabino Pablo o Shaul como es su
nombre Hebreo, que es la base de la creencia del pueblo evangélico para tal
afirmación y al mismo tiempo un pasaje digno de obviar para el mesiánico y poco
explicado por algunos de ellos mismos que se animan a hacerlo, este pasaje es el de
la carta a los Gálatas en su capítulo tres, del verso diez al trece, que dice así, según
la versión Las Américas:
Porque todos los que se basan en las obras de la ley están bajo maldición, pues está
escrito: Maldito todo aquel que no permanece en todas las cosas escritas en el libro de la Ley
para cumplirlas.
Desde luego, es evidente que por la ley nadie es justificado delante de Dios, porque el justo
vivirá por la fe.
Ahora bien, la ley no se basa en la fe; al contrario, el que hace estas cosas vivirá por ellas.
Cristo nos redimió de la maldición de la ley al hacerse maldición por nosotros (porque
está escrito: Maldito todo el que es colgado en un madero),
En este estudio presento un análisis en busca de esa posible maldición que
encierra la Ley de Dios, y cual es, para una mejor comprensión de las palabras de
Pablo, tanto para cristianos como para mesiánicos, como para todo creyente del
único Dios Creador del cielo y la tierra y estudioso de Su palabra.
Javier De León Orellana
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UN RESUMEN DE LA LEY
Para analizar la Ley de Dios en búsqueda de una posible maldición en ella,
no es necesario revisarla toda, aunque si estudiarla toda, me refiero a que en los 10
mandamientos, relatados en Exodo 20 encontramos un resumen de todos los
mandamientos de toda la Ley de Dios que consta de 5 libros, Génesis, Exodo,
Levítico, Números y Deuteronomio.
Pero es claro que alguien que no ha estudiado toda la Ley, no podrá hacer un
análisis correcto de este extracto de la Ley de Dios, extracto tan exacto que con este
que estuviera escrito en las piedras que Dios el dio a Moisés, era suficiente para que
todo el resto de los libros entraran en el pacto.
Pero como sé que posiblemente no todos los lectores de este estudio sabían
de lo que significan los 10 mandamientos, me permitiré en este capítulo explicar
como es que ellos representan a toda una Ley o Voluntad de Dios o dicho en otras
palabras como es que estos 10 mandamientos son un resumen de toda la Ley de
Dios, Ley que fue dada a toda la humanidad por medio del pueblo de Israel, quien
fue llamado a ejercer un sacerdocio sobre las demás naciones. Una Ley o Voluntad
que Dios dio a conocer por medio de Su profeta Moisés, a quién Dios designó como
intermediario entre El y el pueblo de Israel a petición del mismo pueblo.
Veamos estos 10 mandamientos según la versión las Américas 1,986, en
Exodo 20:1-17.
Y habló Dios todas estas palabras, diciendo:
Primer mandamiento:
Yo soy el SEÑOR tu Dios, que te saqué de la tierra de Egipto, de la casa de servidumbre.
Segundo mandamiento:
No tendrás otros dioses delante de mí.
No te harás ídolo, ni semejanza alguna de lo que está arriba en el cielo, ni abajo en la tierra,
ni en las aguas debajo de la tierra.
No los adorarás ni los servirás; porque yo, el SEÑOR tu Dios, soy Dios celoso, que castigo la
iniquidad de los padres sobre los hijos hasta la tercera y cuarta generación de los que me
aborrecen,
y muestro misericordia a millares, a los que me aman y guardan mis mandamientos.
Tercer mandamiento:
No tomarás el nombre del SEÑOR tu Dios en vano, porque el SEÑOR no tendrá por
inocente al que tome su nombre en vano.
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Cuarto mandamiento:
Acuérdate del día de reposo para santificarlo.
Seis días trabajarás y harás toda tu obra, mas el séptimo día es día de reposo para el SEÑOR
tu Dios; no harás en él obra alguna, tú, ni tu hijo, ni tu hija, ni tu siervo, ni tu sierva, ni tu
ganado, ni el extranjero que está contigo.
Porque en seis días hizo el SEÑOR los cielos y la tierra, el mar y todo lo que en ellos hay, y
reposó en el séptimo día; por tanto, el SEÑOR bendijo el día de reposo y lo santificó.
Quinto mandamiento:
Honra a tu padre y a tu madre, para que tus días sean prolongados en la tierra que el
SEÑOR tu Dios te da.
Sexto mandamiento:
No matarás.
Séptimo mandamiento:
No cometerás adulterio.
Octavo mandamiento:
No hurtarás.
Noveno mandamiento:
No darás falso testimonio contra tu prójimo.
Décimo mandamiento:
No codiciarás la casa de tu prójimo; no codiciarás la mujer de tu prójimo, ni su siervo, ni su
sierva, ni su buey, ni su asno, ni nada que sea de tu prójimo.
Los primeros 4 mandamientos son mandamientos que regulan o muestran
como debe ser la relación del hombre para con Dios, los otros seis mandamientos
son los que regulan o muestran como debe ser la relación del hombre con sus
prójimos.
Cada uno de estos mandamientos representa o resume un cantidad variable
de mandamientos expresados en el resto de la Ley de Dios, por eso no es correcto la
afirmación de muchas personas cuando dicen que con esos 10 mandamientos es
suficiente cumplir, porque ellos como hemos dicho solo son un resumen de toda la
Ley.
Por ejemplo, nadie estaría de acuerdo en negar que es un mandamientos
amar a Dios sobre todas las cosas como lo dice la Ley en Deuteronomio 6:5.
Amarás al SEÑOR tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma y con toda tu fuerza.
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Un mandamiento que el mismo Mesías enseñó, como está expresado en el
libro de Marcos 12:29-30:
Jesús respondió: El más importante es: "ESCUCHA, ISRAEL; EL SEÑOR NUESTRO
DIOS, EL SEÑOR UNO ES;
Y AMARÁS AL SEÑOR TU DIOS CON TODO TU CORAZÓN, Y CON TODA TU
ALMA, Y CON TODA TU MENTE, Y CON TODA TU FUERZA."
Si los 10 mandamientos no son un resumen de toda la Ley, porque el Mesías
menciona este mandamiento como el más importante sin siquiera estar mencionado
entre los 10 mandamientos citados en Exodo 20, es más ¿de donde sacaron los
discípulos del Jesús que era prohibido comer sangre?, como lo expresaron en
Hechos 15:19-20.
Por tanto, yo juzgo que no molestemos a los que de entre los gentiles se convierten a Dios,
sino que les escribamos que se abstengan de cosas contaminadas por los ídolos, de
fornicación, de lo estrangulado y de sangre.
Ellos estaban mostrando que se tenía que cumplir el mandamiento que en la
Ley está en Deuteronomio 12:23.
Sólo cuídate de no comer la sangre, porque la sangre es la vida, y no comerás la vida con la
carne.
Y así, tenemos que comprender que los 10 mandamientos son solo un
resumen de toda la Ley o Voluntad de Dios, el cumplimiento de los mandamientos
no expresados dentro de estos 10 mandamientos pero si expresados en el resto de la
Ley de Dios, llevan al hombre al cumplimiento de los 10 mandamientos.
Por ejemplo, es como si alguien dijera que pintar un carro es un solo acto, el
de pintar el carro y ya, eso sería un total desconocimiento de dicha labor, ya que el
pintar un carro si bien sería una sola orden o solicitud de un propietario de un carro
para con un mecánico especialista en esa labor, el especialista en esa labor sabe lo
que “pintar un carro” conlleva, un gran número de labores que llevarán al pintor de
carro a cumplir con un solo requerimiento, pintar el carro. Pero para eso el tiene
que limpiar, lijar, enderezar abolladuras, masillar, fondear, etc. Entonces pintar el
carro aunque es una orden específica, ella encierra un gran número de labores que
son necesarias hacer para que finalmente poder cumplir la orden original de pintar
el carro.
Así es también con los 10 mandamientos y el resto de los mandamientos que
la Ley de Dios contempla, nadie podrá cumplir los 10 mandamientos obviando el
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resto de los mandamientos que la Ley contempla, aunque estos no estén
especificados dentro de los 10 mandamientos.
Nuestro Señor Jesús también expresó un resumen de la Ley de Dios más
condensado que estos 10 mandamientos, según lo expresado en el libro de Marcos
12:29-34
Jesús respondió: El más importante es: "ESCUCHA, ISRAEL; EL SEÑOR NUESTRO
DIOS, EL SEÑOR UNO ES;
Y AMARÁS AL SEÑOR TU DIOS CON TODO TU CORAZÓN, Y CON TODA TU
ALMA, Y CON TODA TU MENTE, Y CON TODA TU FUERZA."
El segundo es éste: "AMARÁS A TU PRÓJIMO COMO A TI MISMO." No hay otro
mandamiento mayor que éstos.
Y el escriba le dijo: Muy bien, Maestro; con verdad has dicho que ÉL ES UNO, Y NO HAY
OTRO ADEMÁS DE ÉL;
Y QUE AMARLE CON TODO EL CORAZÓN Y CON TODO EL ENTENDIMIENTO
Y CON TODAS LAS FUERZAS, Y AMAR AL PRÓJIMO COMO A UNO MISMO, es
más que todos los holocaustos y los sacrificios.
Viendo Jesús que él había respondido sabiamente, le dijo: No estás lejos del reino de Dios. Y
después de eso, nadie se aventuraba a hacerle más preguntas.
Con esta afirmación, Jesús en ningún momento estaba invalidando los 10
mandamientos, ni ningún otro mandamiento del resto de la Ley, solo estaba
expresando un resumen de ellos, o un resumen de los 10 mandamientos, con un
mandamiento resumió los mandamientos que tienen como objetivo establecer o
regular una relación del hombre para con Dios, y con otro mandamiento los
mandamientos que establecen o regulan la relación del hombre son su prójimo.
Veamos un diagrama de lo hasta aquí explicado:
ACCION
Mandamientos
Dios - Hombre
Mandamientos
Hombre – Hombre
10 MANDAMIENTOS
1. Yo soy el Señor…
2. No tendrás otros..
3. No tomarás el
nombre…
4. Acuérdate del día de
reposo…
5. Honra a tu padre...
6. No matarás.
7. No adulterarás
8. No hurtarás.
9. No darás falso test…
10. No deseará la mujer…
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2 MANDAMIENTOS
Escucha Israel, el
Señor tu Dios, el
Señor uno es…
Amarás a tu
prójimo como
a ti mismo.
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Así que concluyo este capítulo diciendo que los 10 mandamientos al ser un
resumen de toda la Ley o Voluntad de Dios, estos nos permiten al analizarlos,
analizar toda la Ley, sabiendo que dentro cada uno de los 10 mandamientos existe
una variable cantidad de mandamientos que nos son necesarios guardar para poder
cumplirlo, y que no está demás decirlo, que los mandamientos que están dentro de
cada uno de los 10 mandamientos son de la misma naturaleza que el mandamiento
que los encabeza. Ahora nos dispondremos a un pequeño análisis de los mismos,
para buscar si existe una maldición escondida dentro de ellos o no.
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ANALISIS DE LOS 10 MANDAMIENTOS
CONTEXTO HISTORICO
Para poder analizar los 10 mandamientos me es necesario recordar el
contexto histórico en que estos fueron dados, para conocer a la gente a quienes fue
entregado y revisar el grado de dificultad que para ellos significaba el guardar cada
uno de estos mandamientos, y como dijimos anteriormente, también todos los
mandamientos que cada uno de ellos representa. Todo esto para saber con más
exactitud lo que Dios estaba pidiendo y a lo que el pueblo de Israel se estaba
comprometiendo a cumplir.
El pueblo de Israel junto con mucha gente de otras naciones que salieron con
ellos de Egipto, eran esclavos de los egipcios, gente que no estaba educada ni
acostumbrada a ejercer su propia voluntad, es más, gente que nació sin voluntad
alguna, ya que ésta estaba anulada por los egipcios.
El libro de Exodo narra que de las 10 plagas que Dios dirigió a Egipto, las 3
primeras no hicieron distinción entre egipcios e israelitas, eso quiere decir que los
israelitas también sufrieron las primeras 3 plagas, eso fue para darse a conocer
como Dios Todopoderoso no solo para los egipcios sino también para los israelitas,
¿Cómo? Manifestando su poder.
Porque esta vez enviaré todas mis plagas sobre ti, sobre tus siervos y sobre tu pueblo, para
que sepas que no hay otro como yo en toda la tierra.
Porque si yo hubiera extendido mi mano y te hubiera herido a ti y a tu pueblo con
pestilencia, ya habrías sido cortado de la tierra.
Pero en verdad, por esta razón te he permitido permanecer: para mostrarte mi poder y
para proclamar mi nombre por toda la tierra.
Exodo 9:14-16
Luego de que el pueblo de Israel ya había conocido a su Dios, estos ya
recibieron un trato distinto y las siguientes plagas ya no cayeron sobre ellos, sino
sólo sobre los egipcios, de esta manera Dios también les estaba mostrando que El
podía hacer este tipo de distinción cuando castigaba o manifestaba su poder, este
era el inicio de una relación entre el pueblo de Israel y su Dios, ellos lo tenían que
conocer y temer.
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Digo temer porque para iniciar la relación con Dios es necesario temerle,
porque el deja muy claro que en su mano está la vida y la muerte y eso hace que el
hombre le tema, con temor de miedo y pavor, tal y como una persona le temería a
un asaltante que lo amenaza de muerte con una arma de fuego, el asaltado sede a
todos los requerimientos del asaltante por temor a perder la vida, de esa misma
manera es que el hombre tiene que temerle a Dios, ese temor es lo único que le hará
entender al hombre quien lleva las riendas de este mundo, y eso mismo es lo que
Dios enseño a su pueblo, a que le temieran, demostrándoles que es mejor que ellos
estén con El para que vivan y no sin El porque eso significaría la muerte.
Y extendió Moisés su mano sobre el mar, y al amanecer, regresó el mar a su estado normal, y
los egipcios al huir se encontraban con él; así derribó el SEÑOR a los egipcios en medio del
mar.
Y las aguas volvieron y cubrieron los carros y la caballería, a todo el ejército de Faraón que
había entrado tras ellos en el mar; no quedó ni uno de ellos.
Mas los hijos de Israel pasaron en seco por en medio del mar, y las aguas les eran como un
muro a su derecha y a su izquierda.
Aquel día salvó el SEÑOR a Israel de mano de los egipcios; e Israel vio a los egipcios
muertos a la orilla del mar.
Cuando Israel vio el gran poder que el SEÑOR había usado contra los egipcios, el
pueblo temió al SEÑOR, y creyeron en el SEÑOR y en Moisés, su siervo.
Exodo 14:27-31
…a fin de que su temor esté delante de vosotros para que no pequéis.
Exodo 20:20, Reina Valera Actualizada.
"Ahora pues, ¿por qué hemos de morir? Porque este gran fuego nos consumirá; si seguimos
oyendo la voz del SEÑOR nuestro Dios, entonces moriremos.
"Porque, ¿qué hombre hay que haya oído la voz del Dios vivo hablando de en medio del
fuego, como nosotros, y haya sobrevivido?
"Acércate tú, y oye lo que el SEÑOR nuestro Dios dice; entonces dinos todo lo que el
SEÑOR nuestro Dios te diga, y lo escucharemos y lo haremos."
Y el SEÑOR oyó la voz de vuestras palabras cuando me hablasteis y el SEÑOR me dijo:
"He oído la voz de las palabras de este pueblo, que ellos te han hablado. Han hecho bien en
todo lo que han dicho.
"¡Oh si ellos tuvieran tal corazón que me temieran, y guardaran siempre todos mis
mandamientos, para que les fuera bien a ellos y a sus hijos para siempre!
Deuteronomio 5:25-29
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El temor reverente que muchos entienden de esta palabra no existe en el
hebreo original, esta misma palabra hebrea es la que designa lo que sintió Jacob
cuando supo que su hermano Esaú quién quería matarlo y venía hacia él con 400
hombres. Aunque no es el tema, es necesario entender que la relación con Dios
inicia con el temor, para que luego nazca el amor, pero que nunca se deje temer, el
temor me aleja de lo temido y el amor me acerca, de esa manera nos mantendremos
a una distancia prudente.
Bueno, siguiendo con nuestro bosquejo histórico, entendemos que primero,
Dios se presentó con el pueblo de Israel, luego les enseño a temerlo demostrándoles
que en Su mano está la vida y la muerte, una vez ellos ya le temían, fueron llevados
al monte Sinaí para entregarles Su Voluntad, Su Ley, Su Instrucción de cómo llevar
una vida de Su agrado, para estar con El, lo cual significaría la vida, o si no la
muerte.
El ejemplo que más se acopla para entender hasta lo aquí expresado es el
ejemplo del asaltante, que muestra su poder a su víctima, una vez que la víctima ya
entendió que su vida está en manos o a disposición del asaltante, está decidido a
acceder a todas las peticiones que el asaltante demande, ya que de eso dependerá si
vive o no, el asaltante no ha manifestado ningún requerimiento y ya la víctima de
antemano le dice que tome todo lo que desee, ya que el no se opondrá. Algo así
pasó con el pueblo de Israel, Dios no había expresado sus requerimientos cuando el
pueblo dijo que aceptaría todo.
Y Moisés subió hacia Dios, y el SEÑOR lo llamó desde el monte, diciendo: Así dirás a la
casa de Jacob y anunciarás a los hijos de Israel:
"Vosotros habéis visto lo que he hecho a los egipcios, y cómo os he tomado sobre alas de
águilas y os he traído a mí.
"Ahora pues, si en verdad escucháis mi voz y guardáis mi pacto, seréis mi especial tesoro
entre todos los pueblos, porque mía es toda la tierra; y vosotros seréis para mí un reino de
sacerdotes y una nación santa." Éstas son las palabras que dirás a los hijos de Israel.
Entonces Moisés fue y llamó a los ancianos del pueblo, y expuso delante de ellos todas estas
palabras que el SEÑOR le había mandado.
Y todo el pueblo respondió a una, y dijeron: Haremos todo lo que el SEÑOR ha
dicho. Y llevó Moisés al SEÑOR las palabras del pueblo.
Exodo 19:3-8
Luego de esto ellos recibieron la instrucción de su Dios, o sea Su Ley, ahora
revisaremos uno a uno estos mandamientos y la capacidad del hombre de
observarlos, sabiendo que de eso depende su vida o su muerte.
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ANALISIS DE LOS MANDAMIENTOS
Primer mandamiento:
Yo soy el SEÑOR tu Dios, que te saqué de la tierra de Egipto, de la casa de servidumbre.
En el tiempo de este evento, es sabido por la historia que todas las naciones
tenían más de un dios, la mayoría de ellos miraban las propiedades de los astros y
por eso designaban a los astros sus dioses, así que este mandamiento que lleva al
hombre a reconocer a un solo dios como su dios y éste era el Dios que los había
sacado de la esclavitud de Egipto, no era nada extraño y un mandamiento muy
específico y claro para su cumplimiento y muy fácil de detectar su infracción.
Hoy en día todo mundo dice creer en ese mismo Dios, que es el único Dios,
Creador del cielo y la tierra, y sin pensar en todo lo que eso conlleva o implica,
muchos piensan cumplir con este mandamiento, aunque esto sea únicamente una
idea en sus mentes y no una manera de conducirse en la vida.
Así que el pueblo de Israel se encuentra con un mandamiento que está en
sus manos cumplir, simplemente no reconocer a otro Dios como su Dios porque
sino no estaría agradando al Dios de Israel y su fin pudiera ser el mismo de los
egipcios. Por eso cuando el pueblo pecó con el becerro de oro, el pecado fue claro y
no había defensa que pudiera servir. Así que concluimos que Dios no estaba
pidiendo nada del otro mundo, nada que el hombre no pudiera cumplir.
Segundo mandamiento:
No tendrás otros dioses delante de mí.
No te harás ídolo, ni semejanza alguna de lo que está arriba en el cielo, ni abajo en la tierra,
ni en las aguas debajo de la tierra.
No los adorarás ni los servirás; porque yo, el SEÑOR tu Dios, soy Dios celoso, que castigo la
iniquidad de los padres sobre los hijos hasta la tercera y cuarta generación de los que me
aborrecen,
y muestro misericordia a millares, a los que me aman y guardan mis mandamientos.
Este otro mandamiento que no solo es un complemento del primero si no
que también tiene lo suyo propio. Complementa porque al decir el primero que se
tiene que reconocer a El como el su único Dios, quiere decir que no se puede tener
otro Dios, que es exactamente lo que este mandamiento dice a su inicio.
Pero tiene lo suyo al expresar que no se pueden hacer imágenes que
representen esos otros dioses y mucho menos inclinarse a ellos, sabiendo por la
historia que las otras naciones que como ya dijimos tenían más de un dios, cada uno
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de sus dioses tenía una imagen, una estatua que lo representara o lo personificara,
tanto que dentro de la historia del pueblo de Israel se dice que las demás naciones
se burlaban de ellos de no tener Dios, porque no tenían ninguna imagen que lo
representara o lo personificara, delante de la cual prosternarse.
Así que nuevamente nos encontramos con un mandamiento que no solo es
muy claro y específico sino que estaba al alcance del hombre cumplirlo, nunca
debería de hacerse una imagen para prosternarse delante de ella como si fuera su
dios, porque de lo contrario podría morir, eso quiere decir que Dios nuevamente no
estaba pidiendo nada del otro mundo, nada que el hombre pudiera no cumplir,
todo estaba a su alcance.
Tercer mandamiento:
No tomarás el nombre del SEÑOR tu Dios en vano, porque el SEÑOR no tendrá por
inocente al que tome su nombre en vano.
Este mandamiento es más de lo que la gente piensa, mucha gente piensa que
se trata simplemente de no jurar por el nombre de Dios, generalmente la gente
juraba por lo más sagrado o santo que ellos tenían, por ejemplo Abraham que
cuando hizo que su siervo jurara, hizo que pusiera su mano sobre lo más sagrado
que Abraham tenía, y eso era su circuncisión, que era la señal del pacto de él había
hecho con su Dios.
Y Abraham dijo a su siervo, el más viejo de su casa, que era mayordomo de todo lo que
poseía: Te ruego que pongas tu mano debajo de mi muslo,
y te haré jurar por el SEÑOR, Dios de los cielos y Dios de la tierra, que no tomarás
mujer para mi hijo de las hijas de los cananeos, entre los cuales yo habito;
Génesis 24:2-3
Así que lo que está diciendo es que no puede jurar por el nombre de Dios
como si fuera lo más sagrado para él, cuando no lo es, no presentarse ante sus
prójimos como un hijo de Dios, cuando en realidad no lo es, porque esto lo llevará
posiblemente a no cumplir lo que juró y en la mística cabalista existe un ligamento
entre el acto jurado y por lo que se juró. Esto también es un mandamiento que está
dentro de las posibilidades del hombre hacerlo y cumplirlo, más si recordamos que
el que lo pide tiene nuestras vidas en sus manos y dependemos de agradarlo para
salir con vida. Simplemente se recuerda este mandamiento antes de jurar y si
sabemos que si lo hacemos morimos, eso bastará para que el hombre lo cumpla.
Cuarto mandamiento:
Acuérdate del día de reposo para santificarlo.
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Seis días trabajarás y harás toda tu obra, mas el séptimo día es día de reposo para el SEÑOR
tu Dios; no harás en él obra alguna, tú, ni tu hijo, ni tu hija, ni tu siervo, ni tu sierva, ni tu
ganado, ni el extranjero que está contigo.
Porque en seis días hizo el SEÑOR los cielos y la tierra, el mar y todo lo que en ellos hay, y
reposó en el séptimo día; por tanto, el SEÑOR bendijo el día de reposo y lo santificó.
Después de aquel hombre que según lo narrado en el libro de Números
recogió leña en el día de Reposo, ya no hubo otro por lo menos en esa generación
que intentara lo mismo, es claro que ver como apedrearon al primero que lo hizo
fue suficiente para que no hubiera otro que lo intentara, digo por lo menos en esa
generación porque las escrituras muestras este pecado como uno de los que el
pueblo cometió en el tiempo de los profetas, pero eran otras generaciones que no
presenciaron ese castigo y que por su maldad no estaban tampoco dispuestos a
castigar.
Pero lo importante es que si por ejemplo, un asaltante entrara a una casa con
arma de fuego amenazando de muerte a todo aquel que hiciera alguna labor en
todo un día, creo que lo que el estaría pidiendo no está fuera del alcance de ningún
hombre, más si recordamos que la vida está en juego. Con esta clase de ejemplo lo
único que quiero mostrar es que todos estos mandamientos están en las
posibilidades de toda persona el cumplirlo.
Quinto mandamiento:
Honra a tu padre y a tu madre, para que tus días sean prolongados en la tierra que el
SEÑOR tu Dios te da.
¿Será que un hijo si sabe que de eso depende su vida, no honraría a sus
padres?, ¿será que el joven no tiene esa capacidad en él de cumplir con este
mandamiento?, si alguien amenazara su vida con un revolver, y le dijera que si
levantara su voz a sus padres, o si también desobedeciera en algo a sus padres, y
ante cualquier indicio de falta de respeto a sus padres, esta persona dispararía
contra el, ¿será que no hubiera hijo alguno capaz de cumplir este mandamiento, y
entonces estaría condenado a la muerte?.
Pues claro que sí!!!!, no se está pidiendo nada que una persona común y
corriente no pueda hacer, la Ley hasta ahora no ha pedido imposibles, hasta ahora
hemos analizado los primero 5 mandamientos y nos hemos dado cuenta de que no
hay nada de raro, ni ningún truco atrás de ellos como para que digamos que hay
alguna maldición en ellos o en la Ley misma.
Sexto mandamiento:
No matarás.
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Séptimo mandamiento:
No cometerás adulterio.
Octavo mandamiento:
No hurtarás.
Noveno mandamiento:
No darás falso testimonio contra tu prójimo.
En estos otros cuatro mandamientos tampoco encierran nada extraño o ajeno
a ser humano, nada que pudiera llamarse imposible de realizar, una persona puede
sentir el deseo de asesinar a una persona, pero como existe este mandamiento que
castiga con la muerte a todo aquel que lo infrinja, por lo tanto la persona retrae su
ira y no lo mata, pudiera golpearlo, e insultarlo pero no lo mataría, por lo que en el
tiempo del sanedrín (grupo de jueces) no podrían castigarlo por quebrantar el sexto
mandamiento, porque no le quitó la vida a ningún ser humano, por lo tanto
declaramos que no se está pidiendo nada que una persona común y corriente no
pueda hacer, mucha gente vive su vida sin matar a nadie.
Lo mismo el séptimo, octavo y noveno mandamiento, están dentro de la
misma categoría, a tal extremo que un hombre pueda estar deseando a la mujer de
su prójimo, pero no adultera con ella porque le está prohibido, claro que todo esto
teniendo en cuenta que la paga de quebrantar el mandamiento es la muerte, lo que
pasa hoy en día es que las personas que adulteran o quebrantan cualquier otro
pecado no se dan cuenta que están firmando su sentencia de muerte, pero al fin así
es, se percaten o no de ello.
Después de examinar los primeros 9 mandamientos, hemos llegado a la
conclusión de que la Ley de Dios no ha pedido hasta ahora algo que esté fuera del
alcance del hombre cumplir, solo un enfermo mental que no tiene conciencia de sus
actos podría pensarse que tiene impedimento para el cumplimiento de estos
mandamientos, pero una persona en sus cabales no tendría mayor dificultad para
cumplirlo, si ha habido personas que han sido capaces de dar todo cuanto poseen
cuando un asaltante los amenaza de muerte, todo por salvar sus vidas, no digamos
cumplir estos mandamientos que no le están quitando nada a nadie.
Así que en nuestra búsqueda por una posible maldición en la Ley de Dios,
hasta aquí podemos decir que no hemos encontrado nada, por lo menos en este
análisis objetivo y nada emocional ni mucho menos fanático religioso, podemos
decir que hasta aquí todo ser humano tiene la capacidad de cumplir estos
mandamientos para llevar una vida del agrado de YHWH, Creador del los cielos y
la tierra y todo su contenido.
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Hasta aquí podemos decir que toda persona tiene la capacidad de vivir sin
pecado, ya que según la primera carta de Juan 3:4 pecar es transgredir la Ley de
Dios, esto quiere decir que si una persona no guarda un mandamiento de la Ley de
Dios, está en pecado.
Todo el que practica el pecado, practica también la infracción de la ley, pues el pecado es
infracción de la ley.
Por lo tanto según las palabras del propio Mesías es considerado esclavo del
pecado, por lo tanto no libre, y menos discípulo de él.
Entonces Jesús decía a los judíos que habían creído en Él: Si vosotros permanecéis en mi
palabra, verdaderamente sois mis discípulos;
y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres.
Ellos le contestaron: Somos descendientes de Abraham y nunca hemos sido esclavos de
nadie. ¿Cómo dices tú: "Seréis libres"?
Jesús les respondió: En verdad, en verdad os digo que todo el que comete pecado es
esclavo del pecado;
y el esclavo no queda en la casa para siempre; el hijo sí permanece para siempre.
Así que, si el Hijo os hace libres, seréis realmente libres.
Juan 8:31-36
Ahora hemos llegado al final de este análisis y solo nos falta analizar el
último de los 10 mandamientos que como dijimos al principio incluye dentro de él
un grupo de otros mandamientos que están en el resto de la Ley de Dios.
Décimo mandamiento:
No codiciarás la casa de tu prójimo; no codiciarás la mujer de tu prójimo, ni su siervo, ni su
sierva, ni su buey, ni su asno, ni nada que sea de tu prójimo.
En este mandamiento sí encontramos algo raro y diferente al resto de los
mandamientos hasta aquí estudiados, y esto es que éste mandamiento está fuera de
la voluntad del hombre. Al decir fuera de la voluntad del hombre, me refiero a que
no está en él decidir si lo guarda o no, aunque de eso dependa su vida o su muerte,
el hombre no puede decidir guardar o no este mandamiento, porque este
mandamiento está ordenando no desear algo y el deseo no es voluntario.
Para explicarme me permitiré dar un ejemplo, los mandamientos anteriores
son comparables a las instrucciones que una madre puede dar a un hijo que esté en
un lugar extraño, le puede decir no comas ni bebas nada, bueno si de eso depende
un castigo, el hijo puede cumplir con las prohibiciones de su madre, y él, aunque
tenga hambre o sed no comerá ni beberá nada, porque le está prohibido, y esto está
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dentro de su voluntad el cumplirlo, esto quiere decir que el lo puede dominar, pero
este último mandamiento de los 10 estudiados, es como si la madre le dijera a su
hijo, no tengas hambre ni sed, estas son peticiones que están fuera del control del
hijo, el no puede decidir dejar de tener hambre o sed, él simplemente sentirá el
hambre y la sed, sin tener la capacidad de impedirlo, por lo que la madre lo tendrá
que castigar porque le pidió algo que su hijo no podrá controlar, no está dentro de
su capacidad obedecer este tipo de mandatos.
Así es el deseo, el deseo es inconsciente, una persona simplemente desea lo
que no tiene o lo que necesita, los pensamientos sobre tal cosa solo manifiestan el
deseo, no es como algunos piensan que primero es el pensamiento y luego el deseo,
que uno llega a desear lo que tanto ha pensado, no, no es así. Primero es el deseo y
luego los pensamientos, lo único que hacen los pensamientos es analizar
intelectualmente lo que se está deseando, es el deseo expresado en pensamientos,
pensamientos que lo llevaran a buscar la manera de satisfacer el deseo.
Así que hemos encontrado un mandamiento que representa a muchos más,
que están fuera de la voluntad o control del hombre y aunque de eso dependa la
vida, el hombre no podrá decidir si lo cumple o no, porque no está en él hacerlo, es
parte de su naturaleza desear lo que no tiene y esto el hombre no lo puede cambiar.
Unos de los mandamientos que están detrás de este mandamiento es el de
amar a Dios sobre todas las cosas, no guardar rencor contra tu hermano, amar a tu
prójimo como a ti mismo, etc. Mandamientos que son parte de una naturaleza y no
de la voluntad del hombre.
Lo que hemos dicho hasta aquí es que el deseo está fuera del control del ser
humano, y lo que desea dependerá de su naturaleza. ¿Cómo es esto? Para
responder esta pregunta me es necesario usar un ejemplo. Un animal al tener
hambre, buscará el alimento que satisfaga esa necesidad que tiene, pero el elemento
que este animal buscará para satisfacer su necesidad dependerá de su naturaleza, si
es carnívoro los vegetales no le serán atractivos, y si es vegetariano la carne no le
será atractivo.
Así que el elemento deseado dependerá de la naturaleza de la criatura que es
propietaria del deseo, sin que pueda ella decidir desear una cosa u otra, en el
hombre también se cumple este principio, el hombre no puede decidir que desear y
el deseará según su naturaleza almática, aunque también la educación y cultura son
factores que inclinan a la persona a escoger que elemento satisfacerá su deseo.
Así que como dijimos anteriormente, el mandamiento en cuestión es un
mandamiento que depende de la naturaleza del hombre el poder cumplirlo o no, y
no propiamente de su propia voluntad o decisión.
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Y si quebrantar éste como cualquier otro mandamiento significa pecar, y la
paga del pecado es la muerte, el hombre estaría destinado a la muerte sin él poder
hacer nada.
'Pero la casa de Israel se rebeló contra mí en el desierto; no anduvieron en mis estatutos y
desecharon mis decretos, por los cuales el hombre que los cumple vivirá, y mis días de
reposo profanaron en gran manera. Entonces decidí derramar mi furor sobre ellos en el
desierto, para exterminarlos.
Ezequiel 20:13
Y no solo eso, sino que esto quiere decir que Dios entregó una Ley que señala
o hace ver al hombre mismo su incapacidad por hacer algo para merecer la vida,
por eso Pablo dice así:
¿Es entonces la ley contraria a las promesas de Dios? ¡De ningún modo! Porque si se
hubiera dado una ley capaz de impartir vida, entonces la justicia ciertamente
hubiera dependido de la ley.
Pero la Escritura lo encerró todo bajo pecado, para que la promesa que es por fe en
Jesucristo fuera dada a todos los que creen.
Y antes de venir la fe, estábamos encerrados bajo la ley, confinados para la fe que había de ser
revelada.
Gálatas 3:21-23
Esto deja al hombre en una situación muy difícil, con una Ley que por su
naturaleza almática le es imposible cumplirla, y si no la cumple su condena es la
muerte, esto deja al hombre expuesto a juicio Divino, pone la vida del hombre en
las manos de su Juez, de su Creador, algo muy difícil para el ego del hombre,
reconocer que se es pecador y el no poder hacer nada para justificarse delante de su
Juez.
LA MALDICION DE LA LEY
Esta posición del hombre frente a la Ley de Dios es a la que Pablo le llama la
maldición de la Ley, es una maldición porque la Ley de Dios no solo me muestra mi
pecado, sino mi imposibilidad de cumplirla y como consecuencia mi muerte por no
hacerlo, esto es realmente una maldición para el hombre que no acepta su real
situación con respecto a su Dios, la cual es mostrada por la Ley de Dios, y este
hombre gobernado por su egoísmo, no puede aceptar su pecado, hace lo posible por
justificarse delante de Dios, y eso es lo que genera la diversidad de religiones, que
según el concepto de muchas personas todas ellas son caminos que llevan al mismo
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Dios, y yo digo que sí son caminos, pero hechos por el hombre que no acepta la
justicia Divina a la cual la Ley le expone, a este respecto es que Pablo se refiere en su
carta a los romanos:
Pues desconociendo la justicia de Dios y procurando establecer la suya propia, no se
sometieron a la justicia de Dios.
Romanos 10:3
Esto quiere decir que hemos encontrado la maldición que dicen los
evangélicos protestantes que la Ley tiene, realmente es una maldición para todos
aquellos que dominados por su egoísmo no pueden aceptar la realidad de sus
vidas, realidad que la Ley misma muestra, por eso dice Pablo:
porque por las obras de la ley ningún ser humano será justificado delante de Él; pues por
medio de la ley viene el conocimiento del pecado.
Romanos 3:21
El error de los evangélicos es mal interpretar las palabras de Pablo, cuando
escribió:
Cristo nos redimió de la maldición de la ley…
Romanos 3:13
El dice que Cristo nos salvó de la maldición de la Ley no de la Ley,
refiriéndose a la maldición de la imposibilidad de guardar los mandamientos de
Dios y así andar en justicia, ya que sin la Ley nadie podría reconocer su pecado para
cambiar.
La Ley tiene como función mostrar el pecado que hay en el corazón del
hombre, así que obedeciéndola para ser justo eso es únicamente la falta de
humildad del hombre por no aceptar su condición real delante de Dios, la condición
de pecador, es no aceptar la justicia Divina y tratar de imponer su propia justicia,
aceptar la ley es aceptar que me señalen el pecado que habita en mi corazón, no
aceptar la ley es no aceptar que me digan que soy pecador, entonces nunca podré
arrepentirme de mis pecados y alcanzar el perdón Divino. Y eso es precisamente lo
que castiga Dios, el no aceptar mi pecado que es señalado por la Ley, porque
entonces nunca me humillaré delante de El.
aún dices: "Soy inocente, ciertamente su ira se ha apartado de mí." He aquí, entraré en
juicio contigo porque dices: "No he pecado."
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Jeremías 2:35
Y eso es algo que el pueblo de Israel como pueblo, no logró entender, digo
como pueblo porque existieron hombres célebres y no tan célebres que si llegaron a
ser justos delante de Dios porque no fueron gobernados por su egoísmo, pero como
pueblo no fue una realidad, la religión que el pueblo de Israel creó para ser
justificados tratando de obedecer la Ley, es la conocida como judaísmo, que en el
tiempo de Pablo estaba dividida en aproximadamente 13 sectas distintas, entre ellas
los fariseos y saduceos, habiendo varias clasificaciones de cada una de ellas, pero al
final religiones hechas por los hombres del pueblo que gobernados por su egoísmo
no aceptaron la situación de pecadores que la Ley les mostraba y trataron de
imponer su justicia propia por medio de su religión o modo de obedecerla, por eso
Pablo dice en su carta a los romanos:
¿Qué diremos entonces? Que los gentiles, que no iban tras la justicia, alcanzaron justicia, es
decir, la justicia que es por fe;
pero Israel, que iba tras una ley de justicia, no alcanzó esa ley.
¿Por qué? Porque no iban tras ella por fe, sino como por obras. Tropezaron en la
piedra de tropiezo,
Romanos 9:30-32
LA JUSTIFICACION
La Ley tiene que llevar al hombre al único camino para ser justificado, Dios
mismo, quien es el único que tiene la capacidad de cambiar la naturaleza malvada
del hombre y todo esto para que con ese cambio de naturaleza que Dios opera en el
hombre este pueda tener la capacidad de poder guardar todos los mandamientos.
Como lo dijo por medio del profeta Ezequiel:
Entonces os rociaré con agua limpia y quedaréis limpios; de todas vuestras inmundicias y de
todos vuestros ídolos os limpiaré.
Además, os daré un corazón nuevo y pondré un espíritu nuevo dentro de vosotros; quitaré
de vuestra carne el corazón de piedra y os daré un corazón de carne.
Pondré dentro de vosotros mi espíritu y haré que andéis en mis estatutos, y que
cumpláis cuidadosamente mis ordenanzas.
Ezequiel 36:25-27
Para que esto sea una realidad es necesario que el hombre entienda su
situación de pecador delante de Dios para que eso lo lleve a humillarse delante de
quién tiene su vida o su muerte en sus manos, el Juez, Dios mismo, su Creador y
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dador de la Ley, eso es todo lo que Dios quiere y necesita del hombre para operar
en él como lo promete hacer, como lo dice el salmista:
Abre mis labios, oh Señor, para que mi boca anuncie tu alabanza.
Porque no te deleitas en sacrificio, de lo contrario yo lo ofrecería; no te agrada el holocausto.
Los sacrificios de Dios son el espíritu contrito; al corazón contrito y humillado, oh Dios, no
despreciarás.
Haz bien con tu benevolencia a Sion; edifica los muros de Jerusalén.
Entonces te agradarán los sacrificios de justicia, el holocausto y el sacrificio perfecto;
entonces se ofrecerán novillos sobre tu altar.
Salmo 51:15-19
“Porque no te deleitas en sacrificio, de lo contrario yo lo ofrecería; no te agrada el
holocausto…” con esto el salmista quiere decir que el acto de la obediencia en sí
mismo no es lo que le agrada a Dios, porque sería fácil de agradarlo para el hombre,
si el me pide que guarde un día para El, sería fácil agradarlo, y hasta se pudiera
guardar dos días de la semana para agradarlo más, si no comiendo sangre le
agrado, pues ni como carne para agradarlo más, y eso es lo que la religión del
pueblo de Israel conocido como judaísmo no ha entendido, así como el resto de las
religiones, obedecer como un esclavo no es lo que Dios quiere del hombre.
Porque aunque el hombre obedezca eso no le quitará su egoísmo y maldad
que reina en su corazón, el ejemplo que tenemos la historia del Mesías es que los
fariseos de su época a pesar de que el Mesías sanaba a un hermano de ellos, ellos no
se alegraban sino acusaban al Señor de hacer algo incorrecto, su maldad y egoísmo
les impedía alegrarse por la sanidad de su hermano, obedecían a SU manera la Ley,
pero seguían siendo malvados por dentro.
“Los sacrificios de Dios son el espíritu contrito; al corazón contrito y humillado,…”
Lo que Dios quiere es que el hombre se humille delante de El reconociendo su
pecado y aceptando el juicio Divino, el corazón contrito y humillado es la única
ofrenda que realmente agrada al Creador y dador de la Ley, para eso dio la Ley,
para llevar al hombre hacia El, pero el hombre se resiste y no lo quiere hacer, pero al
hacerlo Dios promete operar en su corazón, purificarlo, limpiarlo para que entonces
el hombre sea justificado, no por las obras sino por gracia, como un regalo
inmerecido que Dios le otorga por haberse humillado delante de El.
“Entonces te agradarán los sacrificios de justicia, el holocausto y el sacrificio perfecto;
entonces se ofrecerán novillos sobre tu altar.” Esto quiere decir que luego de ofrecer la
única y real ofrenda que agrada a Dios, que es el corazón contrito y humillado
delante de su Trono Altísimo, ya los actos de obediencia a su Ley le serán
agradables y aceptos, porque son el resultado ya no de un corazón que
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orgullosamente trata justificar su maldad sino el resultado de un corazón humillado
que ha sido perdonado y justificado gratuitamente por Dios mismo.
Eso nos lleva a la segunda función de la Ley, luego que el hombre ha sido
justificado gratuitamente, y Dios operado en su corazón, la obediencia a la Ley
evidencia esa justificación que ha recibido por parte de Dios, porque si la
desobediencia marca el pecado, la obediencia marca la justicia, la justicia que viene
de lo alto al corazón del corazón humillado y contrito, que ha recibido el perdón de
los pecados y la limpieza de su maldad, siendo un hombre limpio y justo delante de
Dios, por lo que la obediencia a los mandamientos es solo una manifestación de esa
justicia.
Además, el SEÑOR tu Dios circuncidará tu corazón y el corazón de tus descendientes, para
que ames al SEÑOR tu Dios con todo tu corazón y con toda tu alma, a fin de que vivas.
El SEÑOR tu Dios pondrá todas estas maldiciones sobre los enemigos y sobre los
aborrecedores que te persiguieron.
Y tú volverás a escuchar la voz del SEÑOR, y guardarás todos sus mandamientos que yo te
ordeno hoy.
Entonces el SEÑOR tu Dios te hará prosperar abundantemente en toda la obra de tu mano,
en el fruto de tu vientre, en el fruto de tu ganado y en el producto de tu tierra, pues el
SEÑOR de nuevo se deleitará en ti para bien, tal como se deleitó en tus padres,
si obedeces a la voz del SEÑOR tu Dios, guardando sus mandamientos y sus estatutos que
están escritos en este libro de la ley, y si te vuelves al SEÑOR tu Dios con todo tu corazón y
con toda tu alma.
Deuteronomio 30:6-10
Como vemos la Ley misma pone el amor como requisito para alcanzar la
vida eterna, no la obediencia, la circuncisión del corazón es la operación que Dios
hace en el hombre para que pueda tener la capacidad en su naturaleza almática de
amar a Dios por sobre todas las cosas, y la obediencia a sus mandamientos como
una manifestación de dicha operación, esto quiere decir que la obediencia a los
mandamientos no debe ser sino una manifestación de amor, de alguien que ama
porque su humillación a agradado a Dios, no obedece para agradar si no porque ha
agradado, no obedece para ser justo, sino que obedece porque ha sido justificado
(hecho justo) por su Creador.
Por esto grandes hombres pudieron alcanzar niveles de santidad altísimos, a
tal grado de llegar a ser instrumentos en las manos de Dios para hacer nuevos
linajes, como el caso de Abraham y David, y algunos que llegaron a tal nivel de
santidad que merecieron no morir, como el caso de Enoc y Elías, la Ley para el que
ha sido justificado por la gracia de Dios no es una obligación pesada de cumplir, los
mandamientos no son cargosos, sino un deleite que es parte de su nueva
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naturaleza, por eso el Rey David pudo escribir el salmo más grande dedicado a la
Ley de Dios, que es el salmo 119, veamos algunos versos:
¿Cómo puede el joven guardar puro su camino? Guardando tu palabra.
Con todo mi corazón te he buscado; no dejes que me desvíe de tus mandamientos.
En mi corazón he atesorado tu palabra, para no pecar contra ti.
Bendito tú, oh SEÑOR; enséñame tus estatutos.
He contado con mis labios de todas las ordenanzas de tu boca.
Me he gozado en el camino de tus testimonios, más que en todas las riquezas.
Meditaré en tus preceptos, y consideraré tus caminos.
Me deleitaré en tus estatutos, y no olvidaré tu palabra.
Versos 9 - 16
Aunque los príncipes se sienten y hablen contra mí, tu siervo medita en tus estatutos.
También tus testimonios son mi deleite; ellos son mis consejeros.
Versos 23-24
Por el camino de tus mandamientos correré, porque tú ensancharás mi corazón
Verso 32
Y guardaré continuamente tu ley, para siempre y eternamente.
Y andaré en libertad, porque busco tus preceptos.
Hablaré también de tus testimonios delante de reyes, y no me avergonzaré.
Y me deleitaré en tus mandamientos, los cuales amo.
Levantaré mis manos a tus mandamientos, los cuales amo, y meditaré en tus estatutos.
Versos 44-48
Los soberbios han forjado mentira contra mí, pero de todo corazón guardaré tus preceptos.
Su corazón está cubierto de grasa, pero yo me deleito en tu ley.
Bueno es para mí ser afligido, para que aprenda tus estatutos.
Mejor es para mí la ley de tu boca que millares de piezas de oro y de plata.
Tus manos me hicieron y me formaron; dame entendimiento para que aprenda tus
mandamientos.
Versos 69-73
Si tu ley no hubiera sido mi deleite, entonces habría perecido en mi aflicción.
Jamás me olvidaré de tus preceptos, porque por ellos me has vivificado.
Tuyo soy, Señor, sálvame, pues tus preceptos he buscado.
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Versos 92-94
En este orden de ideas el hombre no debe guardar la Ley de Dios para
agradarlo, sino porque lo ha agradado, no guarda la Ley para ser justo, sino porque
ha sido justificado gratuitamente, recibiendo el perdón de sus pecados y la limpieza
de su maldad.
Este es uno de los peligros del Mesianismo, muchos como lo dice Pablo se
han caído de la gracia, porque han regresado a depositar su confianza en la
obediencia de los mandamientos para agradar a Dios, por seguir una doctrina de la
religión judía que fue reprendida severamente por Jesús. Estos hombres que
iniciaron por el espíritu terminaron en la carne, son similares a los gálatas de hace
dos mil años, a los que Pablo dijo:
Ustedes, que se ganan méritos con las observancias de la Ley, se han desligado de
Cristo y se han apartado de la gracia.
A nosotros, en cambio, el Espíritu nos da la convicción de que por la fe seremos
tales como Dios nos quiere.
Para los que están en Cristo Jesús ya no son ventajas el tener o no tener la
circuncisión; solamente vale la fe que actúa mediante el amor.
Ustedes caminaban bien; ¿quién les dio la señal de detenerse, para que ahora no
sigan la verdad?"
Porque ésa no era la voz de Aquel que los llamó.
Aunque la levadura sea poca, hace fermentar toda la masa.
Gálatas 5:4-9
Versión Latinoamericana 1995
Si bien hay que obedecer, hay que tener mucho cuidado del porqué obedecer,
con que espíritu yo obedezco y si yo invito o predico la obediencia para salvación, o
la humillación del corazón.
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EL SACRIFICIO DEL CORDERO DE DIOS
La enseñanza de Pablo dice que el sacrificio del Cordero de Dios nos salva de
la maldición de la Ley.
Cristo nos redimió de la maldición de la ley…
Gálatas 3:13
Pero como lo dijimos anteriormente, no es como muchos creen que Cristo
nos salvo de la Ley, sino de la maldición de ella, la imposibilidad de vivirla, de
obedecerla, de caminar en los caminos de la justicia Divina, esto por medio del
quebrantamiento del corazón del pecador, para arrepentimiento y una
transformación completa de la naturaleza del alma, de esa manera Dios circuncida
nuestros corazones, y entonces la imposibilidad de obedecer desaparece, y la
obediencia aparece solo como una manifestación de ese cambio de naturaleza.
No podemos caer en el error de buscar otra manera de ser justificados,
separada de la que nos muestra la Ley de Dios y también expresada por Sus
profetas (antiguo testamento), la cual ya hemos entendido en lo escrito
anteriormente, recordemos que la Ley misma fue la base de enseñanza de Jesús y
sus discípulos.
Pablo dijo en su defensa:
Pero esto admito ante ti, que según el Camino que ellos llaman secta, yo sirvo al
Dios de nuestros padres, creyendo todo lo que es conforme a la ley y que está
escrito en los profetas;
Hechos 24:14
Y uno llamado Ananías, hombre piadoso según las normas de la ley, y de quien
daban buen testimonio todos los judíos que vivían allí,
Hechos 22:12
Tú, sin embargo, persiste en las cosas que has aprendido y de las cuales te
convenciste, sabiendo de quiénes las has aprendido; que desde la niñez has
sabido las Sagradas Escrituras, las cuales te pueden dar la sabiduría que
lleva a la salvación mediante la fe en Cristo Jesús.
Toda Escritura es inspirada por Dios y útil para enseñar, para reprender, para
corregir, para instruir en justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto,
equipado para toda buena obra.
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2da Timoteo 3:14-17
Y sabemos que las únicas Sagradas Escrituras en las que pudo ser educado
Timoteo de niño son la Ley y los Profetas (antiguo testamento), y Pablo le
recomienda que persista en lo que ha aprendido de ellas para no caer en la mentira
y permanecer en la sana doctrina, Ley que le da sabiduría para alcanzar la salvación
que es mediante la fe que es en Cristo.
Y esto es porque si no conozco la Ley y los Profetas, no podré entender como
el sacrificio de Cristo opera, ya que él mismo estaba profetizado por la Ley y los
Profetas, sin este conocimiento cualquiera puede torcer la sana doctrina y
gobernado por su egoísmo y falta de humildad, crear una nueva religión intentando
establecer su propia justicia por no aceptar la justicia divina, como lo explicamos
anteriormente.
Porque si creyerais a Moisés, me creeríais a mí, porque de mí escribió él.
Juan 5:46
Lo que hemos aprendido hasta aquí es que el hombre no puede servir a Dios,
sin que antes Dios lo limpie a él, circuncide su corazón y cambie su naturaleza
malvada, como lo hizo con el profeta Isaías.
Entonces voló hacia mí uno de los serafines con un carbón encendido en su mano,
que había tomado del altar con las tenazas;
y con él tocó mi boca, y dijo: He aquí, esto ha tocado tus labios, y es quitada tu
iniquidad y perdonado tu pecado.
Isaías 6:6-7
Sin estos elementos el hombre tiene imposibilidad de agradar a Dios, así que
el sacrificio del Cordero de Dios, tiene como objetivo ser el medio para que Dios
haga eso en el hombre.
Y éste es el mensaje que hemos oído de Él y que os anunciamos: Dios es luz, y en
Él no hay tiniebla alguna.
Si decimos que tenemos comunión con Él, pero andamos en tinieblas, mentimos y
no practicamos la verdad; mas si andamos en la luz, como Él está en la luz,
tenemos comunión los unos con los otros, y la sangre de Jesús su Hijo nos
limpia de todo pecado.
Si decimos que no tenemos pecado, nos engañamos a nosotros mismos y la
verdad no está en nosotros.
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Si confesamos nuestros pecados, Él es fiel y justo para perdonarnos los
pecados y para limpiarnos de toda maldad.
1era de Juan 1:5-9
Ahora bien, es IMPOSIBLE que Dios opere en el corazón del hombre por
medio de la sangre de Cristo y que éste hombre siga siendo un pecador, un hombre
que actúa gobernado por la maldad que hay en su corazón, no queriendo guardar la
Ley o teniendo en su naturaleza aún la imposibilidad de obedecer los
mandamientos de Dios, porque esto evidenciaría que no ha sido salvado de la
maldición de la Ley que hay para aquellos que han humillado su corazón
sinceramente delante de Dios acogiéndose al sacrificio del Cordero de Dios, por eso
Jesús dijo:
Jesús les respondió: En verdad, en verdad os digo que todo el que comete
pecado es esclavo del pecado; y el esclavo no queda en la casa para siempre; el
hijo sí permanece para siempre.
Así que, si el Hijo os hace libres, seréis realmente libres.
Juan 8:34-36
Jesús promete libertad para los esclavos del pecado (infracción de la Ley), el
dijo que el que peca (quebranta un mandamiento de la Ley) es esclavo del pecado,
esto quiere decir que no ha sido limpiado por la sangre de Cristo, porque aún es
esclavo del pecado, porque una vez que Jesús lo libere, será libre del pecado
(infracción de la Ley), libre de esa maldad que reina en el corazón del hombre que
lo lleva al pecado (infringir la Ley), esto es realmente sencillo, el evangelio es
verdaderamente sencillo, pero el hombre se lo complica todo, para que de alguna
manera pueda justificar su falta de humildad y su falta de aceptación de la justicia
Divina.
Estimado lector, Dios te ama, pero no creas a las palabras mentirosas que te
dicen que te ama tal y como eres, un pecador malvado que viola la Ley de Dios,
porque eso es mentira, una mentira muy usada por demagogos que alimentan el
ego de las masas para su manipulación y lo único que quieren de ti es tu dinero,
Dios ama al pecador pero arrepentido, que se arrepiente de su pecado, de infringir
la Ley de Dios, y que acepta su imposibilidad de agradar a Dios por su naturaleza
malvada, ese corazón contrito y humillado es la verdadera ofrenda que agrada a
Dios, esto es necesario para que El opere en el hombre, entonces la vida de ese
hombre que ha será rescatado por su arrepentimiento sincero, y Dios le cambia su
naturaleza, una nueva naturaleza que se manifiesta en la obediencia a los
mandamientos de Dios, Dios ama tanto que el hombre se arrepienta, que ha estado
dispuesto a dar a su único hijo como sacrificio, para abrir un camino para que todo
hombre que así lo quiera pueda regresar a El, Dios está dispuesto a hacer todo lo
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necesario para que el hombre pueda regresar a El, lo que Dios nunca permitirá es al
pecador que no se arrepiente y sigue pecando sin importarle nada, y el peor es el
que se cree hijo de Dios pero no obedece los mandamientos, por eso Juan dijo:
El que dice: Yo he llegado a conocerle, y no guarda sus mandamientos, es un
mentiroso y la verdad no está en él;
1era de Juan 2:4
El sacrificio del Cordero de Dios tiene como objetivo final ayudar al pecador
arrepentido para que regrese a Dios, por medio del perdón de pecados y la limpieza
de la maldad, para que el hombre pueda andar en justicia, en la justicia Divina, el la
obediencia de los mandamientos, cuando esto es una realidad en un hombre, este
no puede seguir pecando, porque esto es contra su nueva naturaleza, si este sigue
pecando es que Dios no ha operado en el.
Quiero terminar este estudio con las palabras del discípulo de Jesús, el
llamado Juan, quién explicó magistralmente lo que yo estoy tratando de explicar, y
si yo lo trato de explicar es porque aunque Juan lo escribió claro, pero las personas
que lo leen no quieren entenderlo.
Todo el que practica el pecado, practica también la infracción de la ley, pues el
pecado es infracción de la ley.
Y vosotros sabéis que Él se manifestó a fin de quitar los pecados, y en Él no
hay pecado.
Todo el que permanece en Él, no peca; todo el que peca, ni le ha visto ni le ha
conocido.
Hijos míos, que nadie os engañe; el que practica la justicia es justo, así como Él es
justo.
El que practica el pecado es del diablo, porque el diablo ha pecado desde el
principio. El Hijo de Dios se manifestó con este propósito: para destruir las
obras del diablo.
Ninguno que es nacido de Dios practica el pecado, porque la simiente de Dios
permanece en él; y no puede pecar, porque es nacido de Dios.
En esto se reconocen los hijos de Dios y los hijos del diablo: todo aquel que no
practica la justicia, no es de Dios; tampoco aquel que no ama a su hermano.
1era de Juan 3:4-10
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NOTAS IMPORTANTES

Las referencias bíblicas han sido tomadas de la versión “Las Américas 1,986”,
salvo que se indique lo contrario.

En algunos de los pasajes bíblicos se han resaltado con negrilla palabras o
frases que son necesarias resaltar para el entendimiento de un punto en
específico, esto ha sido hecho por el autor y no está en la versión bíblica
original citada.


Para cualquier pregunta u opinión sobre este libro enviarla a
[email protected] o al teléfono 5918-8918
Si quieres más información sobre la Ley de Dios y de cómo guardarla, sobre
otros estudios escritos y/o en audio, contacta al autor de este estudio, o a la
persona que te hizo llegar este documento:
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Teléfono __________________________
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