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 PASTORAL VOCACIONAL"
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¿QUÉ ES EL SACERDOTE?
"El sacerdote es el amor del corazón de Jesús"
Santo Cura de Ars María Vianney
¿QUÉ ES EL SACERDOTE?
Definición de la palabra "sacerdote": es un mediador autorizado para ofrecer sacrificios a Dios en
reconocimiento de Su dominio supremo y en expiación por los pecados. Muchas religiones paganas
tienen sacerdotes que ofrecen sacrificios según sus conceptos de la divinidad. Pero Dios se reveló a
Israel como el Único Dios verdadero y prohibió la idolatría en el Primer Mandamiento. Los sacerdotes
de Israel debían ofrecer sacrificio sólo a Dios. A diferencia del profeta que comunica el mensaje de
Dios a los hombres, el sacerdote es mediador de los hombres ante Dios. "Porque todo Sumo Sacerdote
es tomado de entre los hombres y está puesto en favor de los hombres en lo que se refiere a Dios para
ofrecer dones y sacrificios por los pecados" (Hebreos 5,1).
SER SACERDOTE:
Vivir en medio del mundo sin ambicionar sus placeres, ser miembro de cada familia, sin pertenecer a
ninguna; compartir todos los sufrimientos, penetrar todos los secretos, perdonar todas las ofensas, ir
del hombre a Dios y ofrecer a El sus oraciones, regresar de Dios al hombre para traer perdón y
esperanza, tener un corazón de fuego para la caridad, y un corazón de bronce para la castidad; enseñar
y perdonar, consolar y bendecir siempre, Dios mío, qué vida. ¡Y esa es la tuya, oh sacerdote de
Jesucristo!
EL SACERDOTE, OTRO CRISTO
Los sacerdotes son las manos, los pies, los ojos, la mente, el corazón de Cristo; los canales y medios
por los que Cristo se va a comunicar a la humanidad. Por los sacerdotes, hará sentir a los hombres
cuánto los ama y cómo desea ser amado de ellos; por ellos, va a manifestar sus misericordias; por
ellos, va a sembrar la paz que anunciaron los ángeles desde el primer día de su nacimiento, cuando
cantaron sobre su cuna prometiéndola a los hombres de buena voluntad; por ellos, hermanará a todas
las naciones, a todas las razas, a todas las clases sociales, borrando las envidias y los odios y
uniéndolos a todos en un solo corazón y en un solo espíritu en su divino Corazón.
EL SACRIFICIO DE LA SANTA MISA
Cristo se ofreció al Padre en la Cruz. Este sacrificio se hace presente en la Misa para que nosotros
podamos ofrecer nuestras vidas y unirnos a El. Esto es posible porque el sacerdocio del N.T. es muy
superior al del A.T. La ofrenda de animales no logra la unión con Dios. Pero ahora es Cristo, Dios y
hombre, quien se ofrece, como vimos arriba, para expiar por nuestros pecados y romper las barreras
que nos separaban de Dios.
LA CONFESIÓN
La confesión es el sacramento en el cual, por medio de la absolución del sacerdote, recibimos el
perdón de nuestros pecados, si nos confesamos arrepentidos. Los sacerdotes, actuando en la persona de
Cristo, ofrecen el sacrificio de la Misa y perdonan los pecados. Cuando el sacerdote ofrece la Misa, es
Cristo quien se ofrece; Cuando el sacerdote confiesa es Cristo quien perdona los pecados (Cf. Jn
20,22-23). Es Cristo quien actúa por medio de los sacerdotes para comunicar Su propia vida.
LA FIGURA DEL SACERDOTE
Cuando se piensa que solamente un sacerdote puede perdonar los pecados y que lo que él ata en el
fondo de su humilde confesionario, Dios, obligado por su propia palabra, lo ata en el Cielo, y lo que él
desata, en el mismo instante lo desata Dios. Cuando se piensa que Nuestro Señor Jesucristo, en la
última Cena, realizó un milagro más grande que la creación del Universo con todos sus esplendores, y
fue convertir el pan y el vino en su Cuerpo y Sangre para alimentar al mundo, y que este portento, ante
el cual se arrodillan los ángeles y los hombres, puede repetirlo cada día un sacerdote.
Cuando se piensa que un sacerdote hace más falta que un rey, más que un militar, más que un
banquero, más que un médico, más que un maestro, porque él puede reemplazar a todos y ninguno
puede reemplazarlo a él. Cuando se piensa que un sacerdote, cuando celebra en el altar, tiene una
dignidad infinitamente mayor que un rey; y que no es ni un símbolo, ni siquiera un embajador de
Cristo, sino que es Cristo mismo que está allí repitiendo el mayor milagro de Dios.
SER SACERDOTE:
Vivir en medio del mundo sin ambicionar sus placeres, ser miembro de cada familia, sin pertenecer a
ninguna; compartir todos los sufrimientos, penetrar todos los secretos, perdonar todas las ofensas, ir
del hombre a Dios y ofrecer a El sus oraciones, regresar de Dios al hombre para traer perdón y
esperanza, tener un corazón de fuego para la caridad, y un corazón de bronce para la castidad; enseñar
y perdonar, consolar y bendecir siempre, Dios mío, qué vida! Y esa es la tuya, oh sacerdote de
Jesucristo!
¿POR QUÉ SER SACERDOTE?
Los cristianos católicos sabemos que en esta vida hay mucho más que las cosas materiales y los
placeres. Por tanto, en la vida de un sacerdote, él busca la manera de servir a Dios y a los demás. La
mayoría de las personas le sirven a Dios en el estado de vida matrimonial o siendo solteros, y esas son
vocaciones maravillosas. Pero algunos son llamados de manera especial a servir a Dios y a la
comunidad. Son llamados a ser sacerdotes. Son llamados a ser instrumentos de la gracia de Dios,
portadores de su perdón, predicadores de la Palabra que da la vida eterna, celebrantes de los misterios
de Dios en los momentos más significativos y en los ordinarios de la vida de las personas. Ellos son
llamados a seguir a Jesús totalmente con la misma generosidad y perseverancia que Él demostró
durante su vida. Esta llamada al sacerdocio viene de Dios. ¿La has oído alguna vez en tu vida?
¿QUÉ ES UN SACERDOTE?
Él es un ser humano como tú. Pero con la gracia de Dios ha encontrado la fuerza para dedicar su vida a
anunciar a Cristo y a actuar como un «embajador de Cristo», como diría san Pablo. Esto significa que
él predica la palabra a tiempo y a destiempo; él representa a Cristo en aquellos momentos en que Él
está sacramentalmente presente, Bautismo, Eucaristía, Confirmación, Reconciliación, Matrimonio,
Orden sacerdotal y en la Unción de los Enfermos. Los sacerdotes hacen presente a Cristo como cabeza
de Su Iglesia. Mediante su cuidado y celo pastoral, él es un poderoso signo de la presencia de Cristo en
una comunidad específica del pueblo de Dios. Es una vida que se plantea como todo un desafío para el
cristiano.
¿QUÉ ES UN SACERDOTE DIOCESANO?
Un sacerdote diocesano o «secular» trabaja en una diócesis o arquidiócesis particular normalmente
como párroco. Él está «casado» con los fieles del territorio de su parroquia, gastando su vida con ellos
y por ellos para acercarlos a Dios y trabajando por su santificación. Un sacerdote religioso trabaja
adondequiera que el Superior de su orden religiosa lo envíe.
Las cosas más valiosas en la vida no son «fáciles» de conseguir. Para prepararse al sacerdocio un
hombre debe dedicar una porción significativa de su vida: Primero debe vincularse a un proceso de
discernimiento durante un año, después ingresa al año introductorio o propedéutico, que lo prepara
para asumir su formación en el seminario. En seguida vienen los estudios de Filosofía durante dos
años. Después de eso, vienen los estudios de Teología, durante cuatro
años, en la mitad de los cuales está inserto un año de prácticas
pastorales como parte del proceso de formación. Es un camino
bastante largo y a veces difícil, pero no imposible. Si uno va a servir
a la gente como sacerdote, debe prepararse muy bien para ser un
instrumento idóneo. Además, si Dios quiere que seas sacerdote, te
dará todas las gracias necesarias para alcanzar dicha meta.
¿ES INTERESANTE LA VIDA DIARIA DE UN SACERDOTE?
¡Por supuesto que sí! Hay momentos de rutina, como en cualquier tipo de vida, pero no ha dos días que
sean iguales en la vida de un sacerdote. El sacerdote ayuda a la gente a buscar a Dios, y el trabajo con
la gente es interesante e impredecible. Pocas vocaciones ofrecen tanto como lo hace el sacerdocio. Más
aún, el sacerdote que ama a sus fieles y se compromete con ellos entregándose a su servicio sabrá que
está realizando la obra del Señor.
¿SON LOS SACERDOTES FELICES?
Sí que lo son. Es verdad que pueden tener días malos y períodos difíciles, como toda persona, pero la
mayoría de los sacerdotes te dirán que son muy felices como sacerdotes. Ellos reconocerán, no
obstante, que so siempre es fácil ser sacerdote, pero las recompensas personales y espirituales son
inmensas y profundas. A veces los medios de comunicación difunden la impresión de que los
sacerdotes sufren de infelicidad crónica, que son hombres frustrados y amargados. Eso simplemente no
es verdad en la inmensa mayoría de los sacerdotes. El sacerdote que se entrega de lleno a Cristo y a
vivir su ministerio sin reservas, encuentra que Cristo es la fuente cristalina y fresca de su felicidad.
ORACIÓN POR LOS SACERDOTES
Señor Jesús, presente en el Santísimo Sacramento, que quisiste perpetuarte entre nosotros por medio de
tus Sacerdotes, haz que sus palabras sean sólo las tuyas, que sus gestos sean los tuyos, que su vida sea
fiel reflejo de la tuya. Que ellos sean los hombres que hablen a Dios de los hombres y hablen a los
hombres de Dios. Que no tengan miedo al servicio, sirviendo a la Iglesia como Ella quiere ser servida.
Que sean hombres, testigos del eterno en nuestro tiempo, caminando por las sendas de la historia con
tu mismo paso y haciendo el bien a todos. Que sean fieles a sus compromisos, celosos de su vocación
y de su entrega, claros espejos de la propia identidad y que vivan con la alegría del don recibido. Te lo
pido por tu Madre Santa María: Ella que estuvo presente en tu vida estará siempre presente en la vida
de tus sacerdotes. Amen
ORACIÓN EN LOS HOGARES
Que Dios Nuestro Señor llene de bendiciones su hogar y que la Virgen los cubra con su manto de
Madre. Muchas gracias por sus oraciones y ayuda que Dios se los multiplique al ciento por uno lo que
ofrecen por sus sacerdotes. Que todas las familias hagan oración para surjan nuevos sacerdotes dentro
de sus hogares.
ORACIÓN POR LAS VOCACIONES
¡Oh, Jesús, Pastor eterno de las almas! Dígnate mirar con ojos de misericordia
a esta porción de tu grey amada. Señor, gemimos en la orfandad. Danos
vocaciones, danos sacerdotes y religiosos santos. Te lo pedimos por la
Inmaculada Virgen María de Guadalupe tu dulce y santa madre. ¡Oh Jesús,
danos sacerdotes y religiosos según tu corazón! Amen
Promotores Vocacionales
Encargado de Vocaciones IV Vicaria
Padre Luis Alberto Gutiérrez Rodríguez
Parroquia: María Auxiliadora
Teléfono: 5657-5171
Padre Encargado por Decanato
I Decanato
Padre Luis Gutiérrez Hopp
Parroquia: Purificación de Nuestra Señora “La Candelaria”
Teléfono: 5522-5068
II Decanato
Padre Pbro. Samuel Guerrero Morales
Parroquia: Santa Cruz “Acatlán”
Teléfono: 5522-1136
III Decanato
Padre Alejandro Medrano Rodríguez
Parroquia: Cristo de la Agonía
Teléfono: 5583-3234
IV Decanato
Padre Ricardo Rivera Caballero
Parroquia: Sagrado Corazón de Jesús
Teléfono: 5789-5951
V Decanato
Padre Juan Botello Barrios
Parroquia: Nuestra Señora de Guadalupe
Teléfono: 5579-5272
VI Decanato
Padre Luis Alberto Gutiérrez Rodríguez
Parroquia: María Auxiliadora
Teléfono: 5657-5171
-Promotor Vocacional “Curia”
Padre Efraín Hernández
Teléfono:5208-3200 ext 1711
Seminario Conciliar de México
Padre: Eduardo Gallegos Rodríguez
Teléfono: 5573-2222 ext. 200
Promotor Vocacional “Arquidiócesis”
Padre Eduardo Llano de la Torre
Teléfono: 5208-3200 ext 1901