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Tema de la semana - Semana #40 Dolores de la separación La angustia del amor Sant Rajinder Singh Ji Maharaj Introducción al Tema Exploramos hoy una dimensión del sendero espiritual poco común, pero que no obstante es una de las características más prominentes de la vida espiritual. Vamos a considerar, "los dolores de la separación". Con este término "dolores de la separación," los santos y místicos se refieren a la angustia profunda, o a la "noche oscura" del alma, como lo menciona San Juan de la Cruz. De lo que en verdad hablamos es del amor —el amor místico agudo—de un amante separado de su amado, ya sea ese amado Dios o el Maestro espiritual. He aquí una breve introducción a este tema por Sant Rajinder Singh Ji: “Cuando pensamos en el amor, lo imaginamos como un estado de alegría, dicha y felicidad. Visualizamos amantes tomados de la mano mientras caminan por un parque. Pensamos en la alegría de dos almas perdidas en su compañía mutua. Pensamos en las imágenes románticas que vemos en la pantalla de cine, en la poesía, y en los libros. Pero cualquier persona que alguna vez ha amado, sabrá que junto al amor hay un estado de gran angustia. Mientras estamos con el amado, el mundo es halagüeño y brillante. Pero al estar separados de quien amamos, hay angustia y sufrimiento. El amor espiritual también tiene elementos de angustia y sufrimiento. Así como uno puede desfallecer por un amado de este mundo, el alma puede languidecer por su amado espiritual. La angustia se extiende desde los dolores de la separación cuando el amado está ausente a nuestra vista, hasta muchos otros grados, tales como la angustia en un momento en que el amado nos esquiva con sus miradas o no nos habla”. La siguiente lectura comienza con una copla de un gazal de Sant Darshan Singh Ji, seguida de una explicación del significado del verso por Sant Rajinder Singh Ji. Sant Rajinder Singh Ji Maharaj: Ahora mi angustia por Él ya no es más una fuente de satisfacción; Llevo conmigo este nuevo nivel de angustia. Para aquellos que no están familiarizados con la tradición mística es difícil comprender estos versos. La primera pregunta que surge es: ¿Cómo puede ser la angustia una fuente de satisfacción para alguien? La siguiente pregunta es: ¿Por qué alguien en el sendero espiritual lleva consigo una nueva fuente de angustia? En el vocabulario o lenguaje espiritual, la palabra “angustia” tiene un significado completamente diferente al del mundo físico. Cuando pensamos en la angustia a nivel del mundo, nos imaginamos a alguien que yace enfermo en una cama de un hospital, a alguien que ha perdido su fortuna en el mercado de acciones o quien ha sufrido la pérdida de un ser querido. Cuando entendemos la palabra “angustia” en estos términos, entonces tiene sentido pensar que hay algo que está mal en quien encuentra satisfacción en ello. Pero en el mundo espiritual, la angustia tiene un significado del todo diferente. Examinemos el significado que hay detrás de esta estrofa para poder comprender qué es la angustia espiritual y cómo se relaciona con nuestro propio viaje espiritual. Además, la angustia se reduce a una condición de intenso amor. En la primera estrofa hablamos de que el amor es un estado que tiene dos aspectos. Un estado de amor lleno de bienaventuranza y felicidad. Pero el otro, es cuando estamos separados que experimentamos angustia. La angustia es un estado de separación del Amado. Ahora, en dicha separación, todavía experimentamos amor. Todavía sentimos el amor intenso en nuestro corazón. Todavía sentimos una conexión profunda con el Amado. Esta tiene su propia dulzura. Sin embargo, lo que es diferente, es que estamos esperando reunirnos con él. Pensemos en términos de un padre y un hijo. El padre y la madre aman al hijo y se regocijan cuando lo cargan en sus brazos. Pero cuando el hijo se va al colegio o sale a jugar, el padre y la madre sienten como si estiraran sus fibras más sensibles. Hay un tirón o un jalón en el corazón. Los padres sienten dolor en su corazón porque quieren tener de vuelta al hijo en sus brazos. A ese dolor se le puede comparar con una clase de angustia. Un tirón en las fibras del corazón. Podemos pensar en esta angustia en términos de una amada del mundo y su amado. Cuando dos personas están enamoradas, cuando están juntas se encuentran en un estado de olvido respecto a lo que los rodea. El mundo parece color de rosa y radiante. Se sienten embriagados por estar juntos. Pero cuando cae la noche y tienen que separarse para regresar a sus respectivos hogares, sienten un tirón en las fibras del corazón. Es como tratar de separar limaduras de hierro de un imán. Quieren permanecer unidos. Es casi doloroso separarlos. Si alguno toma un avión o un tren, sienten un tirón intenso que equivale al dolor en el corazón. Este es un ejemplo a nivel del mundo de la angustia. Ellos están todavía enamorados, pero hay el dolor por el deseo de unirse. Esta clase de angustia tiene su propia dulzura. Es una angustia que dice, “Te amo, y quiero estar contigo una y otra vez”. Si observamos la literatura de los santos, místicos y poetas, encontramos que pocos quieren abandonar esa angustia. Sienten que sin esa clase de angustia, sin ese tirón en el corazón, sería un corazón frío, carente de amor. Un estado de indiferencia. Esto nos lleva al punto de que si abandonamos esa angustia o ese tirón del corazón, corremos el riesgo de dejar ese estado de amor y volvernos fríos. Pocos amantes dejarían el dolor si esto significara abandonar la alegría y el placer. Por esto Sant Darshan Singh Ji Maharaj puede escribir un verso como el que tenemos en este momento ante nosotros: “Ahora mi angustia por Él ya no es más una fuente de satisfacción”. Él nos dice que esa angustia era una fuente de placer o satisfacción. Era un apoyo para Él. ¿Por qué? Significa que la angustia era un signo de que había amor por el Amado. A la vez que ésta tiene su propio dulce dolor, también es señal de que existió amor entre la amada y el amado. Había alivio y satisfacción sabiendo que existía un lazo entre los dos. Lo que es interesante, es que ahora Él ya no califica la angustia como una fuente de satisfacción. ¿Qué le sucede a la amada? Esto describe otro estado del camino espiritual. La amada se ha acostumbrado tanto a la angustia, que siente que es una parte normal de su vida. El dolor o angustia del amor se ha hecho tan permanente, que se siente como algo normal. La amada se ha habituada tanto a ese estado, que le preocupa que el amor por el Amado no sea lo suficientemente intenso. Entonces, ¿Qué hace la amada? Anhela sentir más y más amor por el Amado. Pero para tener más amor, hay que hacer un sacrificio, tenemos que experimentar una angustia en el corazón cada vez más grande. Cuanto más amamos, habrá más dolor en la separación. Ahora la amada ora para que crezca su amor por el Amado. El poeta dice que la condición de su amor necesita intensificarse. Así, ¿Qué sucede? Un nuevo nivel de angustia toma ese lugar. Ahora la amada experimenta una angustia mayor. Pero es una angustia dulce. ¿Por qué? Porque significa que hay más y más amor por el Amado. *** Sant Darshan Singh Ji Maharaj mencionaba con frecuencia el verso de “que el amor es un desasosiego continuo en el corazón”. Lo que sucede es que a medida que trascendemos la conciencia del cuerpo físico y entramos a la región astral, el amor crece y la angustia crece. Cuanto más avancemos en el viaje espiritual, más absortos llegamos a estar en niveles cada vez más profundos de amor, y más grande será la angustia por la separación. Cuando llegamos a la región astral nuestra alma todavía es consciente de que tiene que cruzar la región causal y la supra causal para volver al regazo de Dios. El alma comprende que todavía hay estados de separación y que la comunión eterna no se da hasta reunirnos con el Señor en Sach Khand. Por tanto, ni en la región astral o causal, ni en la supra causal hay una completa comunión. Sin esa unidad, todavía sigue la angustia de la separación. Es sólo cuando llegamos al Hogar eterno, Sach Khand, que termina la separación. § El anhelo del alma por Dios Sant Kirpal Singh Ji Maharaj Introducción del Coordinador de Satsang: En la lectura siguiente, Sant Kirpal Singh Ji nos cuenta la historia de Arjan, como discípulo y sucesor del Gurú Ram Das, el cuarto gurú Sikh, y cómo las punzadas de la separación cementaron su camino hacia las riquezas espirituales. Sant Kirpal Singh Ji Maharaj: El Gurú Ram Das Ji tuvo tres hijos. Cierta vez tuvo que asistir a un matrimonio en un lugar distante. Primero le ordenó a su hijo mayor que fuera en su lugar, pero el dijo, “Tengo que hacer todo este trabajo, sin mí no se puede realizar. Si me voy, ¿quién lo hará? La gente viene y va a toda hora”. Así que no le preocupó de ir. El segundo hijo, siempre vivía en un estado de absorción, siempre inmerso en el recuerdo de Dios. El hijo más joven era Arjan. Él le pidió ir. Dijo: “Si, muy bien, si se me lo ordenas tengo que ir sea que quiera o no”. De buena gana, accedió ir. El Gurú Ram Das Ji le dijo: “¡No regreses a menos que te llame, aun cuando el evento termine, no regreses hasta que te lo pida!”. Cuando la boda terminó, Arjan estaba anhelante por regresar a la casa del Maestro; pero se sentía impedido por la orden de no regresar hasta que se le llamara. Recuerden, sólo quienes aman cumplen los mandamientos. Él estaba esperando, pero nadie venía a pedirle que regresara; no había cartas ni mensajeros. Entonces le escribió estas palabras a su padre: Mi corazón arde en deseos por tener tu darshan, Estoy enfermo de llorar por tanto tiempo lejos de Ti. Bendito es el lugar donde vives, Benditos los que disfrutan tu compañía. ¿No tienes acaso lástima de mí? Cuando la carta llegó, cayó en manos del hijo mayor. Como había en ella tanta intensidad y anhelo, pensó: “Si esta carta llega a manos de nuestro padre, con seguridad seleccionará a Arjan como su sucesor”. Así que guardó la carta, poniéndola en su bolsillo. Pasaron los días y ninguna respuesta llegó pidiéndole a Arjan regresar. Escribió otro verso lleno de más angustia aún: No tengo palabras para describir el estado de la mente de aquel que sufre los dolores de la separación. Tu rostro es tan maravilloso, Pero aquí no encuentro paz. ¿Cómo puedo vivir sin el darshan del Amado? De nuevo cuando esta carta llegó al hogar del padre, el hermano también estaba allí; la tomó, la leyó y la puso en su bolsillo. Estaba lleno de temor porque el Maestro podría seleccionar a Arjan como su sucesor. Unos días después llegó otra carta marcada con él, “número tres”. Recuerden, él no desobedeció la orden: “No regreses hasta que te llame”. Si tengo que pasar un instante sin Ti, es como la muerte. Paso mis días aquí como si no estuviera vivo; No duermo, no tengo hambre ni sed. ¿Cómo sobrevivir sin tener a mi Señor? Cuando el mensajero entregó la carta, el hermano mayor no estaba en casa, así que llegó directamente a manos del Maestro. Él la leyó. Los Maestros lo saben todo, recuérdenlo, pero no rompen la regularidad de las cosas––no dejan saber lo que conocen sino que permiten que las cosas surjan a nivel material con naturalidad. ¡Maravillosas son las formas con las que los Maestros prueban a los iniciados! Cuando Gurú Ram Das Ji leyó esta tercera carta, llamó al hijo mayor y le dijo: “¿Dónde están las otras dos cartas?” “¿Cómo voy a saberlo? ¡No soy un ladrón!”, fue su respuesta. Pero el Maestro envió por el saco de su hijo en el que había ocultado las dos cartas anteriores. El hijo estaba apenado. Entonces, el Maestro envió una carta pidiéndole a Arjan regresar. Al llegar Arjan, su padre le dijo a todos los presentes, “Daré ahora la sucesión a quien pueda completar la cuarta estrofa". Es natural que quién había vertido los más profundos anhelos de su corazón sería el único capaz de terminarla. Gurú Arjan Dev Ji escribió de la siguiente manera la cuarta estrofa: Es mi gran fortuna encontrar al Señor. He sido traído a sus Pies de vuelta en casa. Estoy en mi hogar porque Dios está presente allí. Le oro: “Oh Señor, que Tu gracia no permita jamás una nueva separación, Que no vuelva a sufrir este doloroso anhelo”. Así es como Gurú Arjan Dev Ji sucedió a su padre, el Gurú Ram Das Ji. Los anhelos del corazón son presagio de la llegada de las lluvias; cuando vienen las nubes, se esperan lluvias. Hay diferentes formas en las que los santos nos prueban. Ellos son conscientes de la angustia de un alma anhelante. Ellos responden a ella y es por eso que nuestro Maestro solía decir, que a quien Él más ama, siempre lo envía lejos de él por un tiempo. Sólo en esta forma podemos experimentar el dulce anhelo amargo del alma cuando llora por los dolores de la separación. § En tiempos de separación Sant Rajinder Singh Ji Maharaj Introducción del Coordinador de Satsang: ¿La pregunta para todos nosotros, como aspirantes espirituales, es, qué hacemos con nuestra separación y la angustia que conlleva? ¿Cómo volver esos sentimientos de separación en un catalizador (algo que acelera) para el progreso espiritual? Poco tiempo después que Sant Darshan Singh Ji dejara su cuerpo físico en 1989, todos quienes fuimos tocados por su amor y compasión le extrañábamos con tal profundidad, que Maharaj Ji dio una charla conmovedora y de gran alcance sobre este tema al tiempo que dejaba la India y sus discípulos para realizar una gira mundial. Aquí tenemos parte de lo que dijo. Sant Rajinder Singh Ji Maharaj: Hemos visto cuánto amor hay por el Maestro en sus corazones todos los que vienen aquí, es en momentos como éstos que los dolores de la separación empiezan a afectarnos a todos. Nuestro gracioso Maestro Sant Darshan Singh Ji Maharaj nos decía que debemos que reconocer que no es el cuerpo del Maestro lo que importa. Es el Poder—el Poder de Dios, el Poder Maestro—que trabaja a través de ese cuerpo al que tenemos que rendir nuestra obediencia y tenemos que escuchar. Él decía que no debemos rendirle respeto a su cuerpo, sino a sus palabras, respeto a sus enseñanzas, actuar sobre lo que él dijo, y cumplir como dicen las enseñanzas, porque son las enseñanzas de Dios. Estas enseñanzas vienen directamente de Dios, y el cuerpo del Maestro es solo un canal para que las enseñanzas desciendan a todos nosotros. *** Necesitamos verificar que es ese Poder lo que es importante, especialmente cuando estamos sintiendo la separación física del Maestro, ya sea la separación del cuerpo físico al abandonar este mundo, o una separación física, cuando tengamos que estar en un lugar y el Maestro en otro. Puede ser que estemos en una ciudad y el Maestro físicamente, permanezca en otra. Necesitamos realizar que lo importante es el Poder de Dios que está sentando dentro de nosotros. Nuestra alma es de la misma esencia como la de Dios, y nosotros somos una parte Suya. Este Poder que se sienta dentro de nosotros nos espera en el tercer ojo u ojo único. Necesitamos invertirnos. Necesitamos cerciorarnos de que nuestra alma pueda retirarse al asiento del alma. Nuestra atención ha estado saliendo al mundo a través de las nueve aberturas. Si nuestra atención se retira al asiento del alma, encontraremos que el Maestro está sentando allí, esperándonos con mucha paciencia. Puesto que el Maestro nos ha iniciado, si hacemos o no, alguna cosa para alcanzarle, él permanece siempre sentando allí esperándonos. Incluso si nos enredamos en esta vida mundana y caemos atrapados de tal forma por el mundo que ya no dedicamos más tiempo a la meditación, a enfocar nuestra atención en el ojo único, él todavía continua dentro de nosotros. Nos dará ánimo de otras maneras tratando de que regresemos a nuestro Hogar eterno. Pero es nuestro deber estar pendientes de que pasemos tanto tiempo como sea posible en meditación de tal modo que consigamos llevar nuestra atención hacia el ojo único. Una vez allí, el Maestro nos llevará a los reinos del Más Allá para tener el conocimiento de nosotros mismos y la realización de Dios. Nuestro Maestro, siendo de la misma esencia de Dios, está conectado con Dios, y es uno con Dios. Nuestra alma, siendo de la misma esencia, es también una parte de la Súper-alma. Es el Maestro quien hará nuestra conexión con Dios, quien llevará nuestra alma a Sach Khand, para que podamos alcanzar nuestro Hogar eterno. Por lo general, cuando estamos en la presencia física del Maestro, tenemos algunos momentos de su darshan físico o ganamos algo de su tiempo. Hay muchísimos discípulos que se disputan el mismo tiempo por el cual nosotros competimos que puede ser que sintamos a veces que los momentos en que tenemos acceso a él son limitados. Pero cuando vamos a nuestro interior y progresamos en este sendero, veremos al Maestro internamente, y podremos hablar con él. Él está allí dentro de nosotros las veinticuatro horas. Él está allí los trescientos sesenta y cinco días del año. Su trabajo es sentarse allí y esperar que nosotros recojamos nuestra atención y la llevemos al foco del ojo. Tan pronto lo alcancemos internamente, podemos tener toda su atención. Podemos preguntarle cualquier cosa que queramos, y él nos dará sus respuestas. Podemos hacer que nuestra vida entera sea guiada por él. Es muy importante entender este punto. Es importante que pasemos tanta tiempo como podamos en meditación de tal modo que podamos ir a nuestro interior y tener los beneficios de estar con el Maestro a toda hora, el beneficio de tener su consejo acerca de cualquier asunto de la vida. *** Así que en momentos como éstos, cuando hay separación, los ojos se llenan de lágrimas. Eso es natural y no hay que parar. Pero démonos cuenta que no hay que perder el tiempo llorando demasiado o sumidos en dolor y no poder salir de esa condición. Tenemos que darnos cuenta que el Maestro está dentro de nosotros. La mejor manera en que podemos hacer uso de esta situación es ir dentro y permanecer todo el tiempo con el Maestro. Pasar tanto tiempo como sea posible para poder ir internamente y recolectar nuestra atención en el foco del ojo. El Maestro que espera por nosotros dentro, nos llevará de allí a los reinos internos. Quisiera terminar diciendo que cuando regrese después de mi viaje que hoy comienzo a América y Alemania, estaré de vuelta en Delhi la noche del 10 de septiembre, casi tres días antes de la celebración del nacimiento de Sant Darshan Singh Ji Maharaj, me gustaría ver esa chispa en los ojos de todos ustedes. Me gustaría ver el néctar vertiéndose de sus ojos mostrando que todos nos hemos encontrado con el Maestro internamente. §