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www. rezandovoy.org Adora y confía “La oración preparatoria es pedir gracia a Dios nuestro Señor, para que todas mis intenciones, acciones y operaciones sean puramente ordenadas en servicio y alabanza de Dios” [EE.EE 46]. Oh, oh, oh adoramus te Domine. Oh, oh, oh adoramus te Domine. Taizé Del santo evangelio según san Lucas (18 ,9-14). En aquel tiempo, a algunos que, teniéndose por justos, se sentían seguros de sí mismos y despreciaban a los demás, dijo Jesús esta parábola: «Dos hombres subieron al templo a orar. Uno era fariseo; el otro, un publicano. El fariseo, erguido, oraba así en su interior: "¡Oh Dios!, te doy gracias, porque no soy como los demás: ladrones, injustos, adúlteros; ni como ese publicano. Ayuno dos veces por semana y pago el diezmo de todo lo que tengo." El publicano, en cambio, se quedó atrás y no se atrevía ni a levantar los ojos al cielo; sólo se golpeaba el pecho, diciendo: "¡Oh Dios!, ten compasión de este pecador." Os digo que éste bajó a su casa justificado, y aquél no. Porque todo el que se enaltece será humillado, y el que se humilla será enaltecido.» Quien quiera ser grande quien quiera ser el primero, sea el esclavo de todos, sea el más pequeño. No he venido a ser servido, que he venido a servir y a dar la vida por todos para que todos puedan vivir, en plenitud. Ain Karem Ambos protagonistas suben al templo para rezar, pero actúan de formas muy distintas. El fariseo reza I «de pie» (v. 11), y usa muchas palabras, ese fariseo reza a Dios, pero en realidad se mira a sí mismo. ¿Me abro a la presencia de Dios en la oración o repito discursos para quedarme tranquilo conmigo mismo? Debemos preguntarnos cómo es nuestro corazón: ¿se puede rezar con arrogancia? No. ¿Se puede rezar con hipocresía? No. Solamente debemos orar poniéndonos ante Dios así como somos. Los gestos de penitencia y las pocas y sencillas palabras del publicano testimonian su consciencia acerca de su mísera condición. Su oración es esencial. Se comporta como alguien humilde, seguro sólo de ser un pecador necesitado de piedad. Si el fariseo no pedía nada porque ya lo tenía todo, el publicano sólo puede mendigar la misericordia de Dios. Audiencia General 1 de junio de 2016, Papa Francisco. www. rezandovoy.org OTRO “LOCO“ COMO TÚ Señora del Camino, muéstrame la vía para llegar al Padre al lado de tu hijo. Señora del Camino, en mi oración te pido que no me dejes nunca; me siento como un niño. Dame tu luz para avanzar y en la noche oscura guíame. Hazme transparente como fue tu vientre para dar a luz la vida. Ponme con tu hijo, Señora del Camino Letra y Música © Luis Sarasa, SJ (COL) Señor, dame tu amor, que me haga perder mi “prudencia humana” y me impulse a arriesgarme a dar el salto, como San Pedro, para ir a Ti: Que no me hundiré mientras confíe en Ti. No quisiera oír: “Hombre de poca fe, ¿por qué dudaste?”. Cuántos motivos teológicos, ascéticos, de prudencia humana, se levantan, en mi espíritu y tratan de demostrarme “bajo apariencia de bien”, con muchas razones humanas, que aquello que Tú me inspiras y pides es imprudente: Una locura. ¡Tú, Señor, según eso, fuiste “el más loco de los hombres”, pues inventaste esa insensatez de la cruz! ¡Oh, Señor!, enséñame que esa insensatez es tu prudencia, y dame tal amor a tu persona para que sea yo también otro loco como Tú. P. Pedro Arrupe, SJ “Es necesario aprender a encontrar el camino hacia nuestro corazón, recuperar el valor de la intimidad y del silencio, porque es ahí que Dios nos encuentra y nos habla. Solamente a partir de ahí podemos nosotros encontrar a los demás y hablar con ellos. El fariseo se ha encaminado hacia el templo, está seguro de sí, pero no se da cuenta de haber perdido el camino de su corazón.” Papa Francisco