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“Dios Padre Nuestro, rico en misericordia,
te damos gracias por todos los favores recibidos
y te pedimos nos ayudes con tu gracia para que
podamos ser instrumentos de tu misericordia
con todos aquellos con quienes nos encontremos,
especialmente los que sufren y los más necesitados.
Te lo pedimos por Jesucristo que vive y reina contigo
en la unidad del Espíritu Santo y es Dios,
por los siglos de los siglos. Amén.”
IGLESIA CATÓLICA
Papa Francisco
PARA VIVIR EL AÑO
DE LA MISERICORDIA
EL AÑO SANTO DE LA MISERICORDIA
“Queridos hermanos y hermanas, he
pensado en cómo la Iglesia puede poner más en
evidencia su misión de ser testimonio de la
Misericordia. Es un camino que inicia con una
conversión espiritual. Por esto he decidido
convocar un Año Santo de la Misericordia que
coloque en el centro la misericordia de Dios. Lo
queremos vivir a la luz de la palabra del Señor:
“Seamos misericordiosos como el Padre.”
Papa Francisco
Este Año Santo comenzará el día 8 de
Diciembre de 2015 y finalizará el día 20 de
noviembre de 2016. Y es una oportunidad para
acercarnos más a Dios para dejarnos transformar
por Él. A ello nos invita el papa Francisco:
“¡Este es el tiempo oportuno para cambiar
de vida! Este es el tiempo para dejarse tocar el
corazón.”
Que este Año Santo sea el tiempo especial
para dejarnos renovar por la gracia, para
descubrir su Buena Noticia y para salir a las
calles como mensajeros de la paz y de la
alegría que vienen del encuentro con Jesús.
“Deseo que el pueblo cristiano reflexione
durante el Jubileo sobre las obras de misericordia
corporales y espirituales. Será un modo de
despertar nuestra conciencia, y para entrar todavía
más en el corazón del Evangelio, donde los pobres
son los privilegiados de la misericordia divina. La
predicación de Jesús nos presenta estas obras de
misericordia para que podamos darnos cuenta si
vivimos o no como discípulos suyos.
Redescubramos las obras de misericordia
corporales: dar de comer al hambriento, dar de
beber al sediento, vestir al desnudo, recibir al
forastero, asistir a los enfermos, visitar a los presos
y enterrar a los muertos.
Y no olvidemos las obras de misericordia
espirituales: dar consejo al que lo necesita, enseñar
al que no sabe, corregir al que se equivoca, consolar
al triste, perdonar las ofensas, soportar con
paciencia a las personas molestas y rogar a Dios por
nuestros hermanos vivos y difuntos.”
LAS OBRAS DE MISERICORDIA
LA PUERTA DE LA MISERICORDIA
“En la fiesta de la Inmaculada Concepción,
tendré la alegría de abrir la Puerta Santa. Será una
Puerta de la Misericordia, a través de la cual
cualquiera que entre podrá experimentar el amor
que consuela, que perdona y ofrece esperanza.”
Papa Francisco
El Papa Francisco dispuso que se abran
Puertas de la Misericordia en todas las diócesis
del mundo: en las catedrales y en otros templos
o santuarios especiales, como es el caso de este.
De esta manera todos estamos llamados a
cruzar cualquiera de las puertas santas, porque
siempre vamos a poder tener alguna cercana.
La Puerta Santa es un símbolo que nos
recuerda las palabras de Jesús que nos dice: “Yo
*
soy la puerta.” Es Él quien nos invita y nos acerca
al abrazo misericordioso del Padre. Es Él quien nos
espera y recibe para celebrar juntos la fiesta del
perdón y la alegría.
“¡Cuánto deseo que las Iglesias lleguen a ser islas
de misericordia en medio del mar de la indiferencia!”
Papa Francisco
* Evangelio de Juan 10,7
LAS INDULGENCIAS Y EL PERDÓN
“Estoy convencido de que toda la Iglesia, podrá
encontrar en este Jubileo la alegría fecunda de la
misericordia de Dios. No olvidemos que Dios perdona
todo, y Dios perdona siempre.”
Papa Francisco
¿Qué es una indulgencia?
La indulgencia es la remisión ante Dios de la pena
temporal por los pecados, ya perdonados, en cuanto a la
culpa, que un fiel dispuesto y cumpliendo determinadas
condiciones consigue por mediación de la Iglesia. Este
Año Santo, los fieles podremos recibir el don de la
indulgencia plenaria, tanto para nosotros como para
nuestros difuntos, durante todo el jubileo, cumpliendo
las siguientes condiciones:
Confesarnos: Acercándonos al sacramento de la
reconciliación con un corazón humilde y
arrepentido, y de esta manera volver a estar en
estado de gracia.
Participar de la Santa Misa.
Estar en comunión con la Iglesia y rezar el Credo,
el Padre Nuestro, el Ave María y el Gloria; y también
rezar por el por el Papa y sus intenciones.
Peregrinar hacia las Basílicas y Santuarios elegidos
en cada ciudad para esta ocasión. Y si la salud u
otra dificultad nos impide peregrinar, podemos
peregrinar espiritualmente, ofreciendo a Dios
sus cruces de cada día.
Que “esta medicina de la misericordia”, cure
nuestras heridas y nos acerque cada vez más a Cristo
y a nuestros hermanos.
EL JUBILEO Y LA ALEGRÍA
La palabra “jubileo” viene de júbilo, es decir
gran alegría. Y quiere expresar tanto la alegría
que vamos a celebrar mediante las fiestas y
fechas especiales, como la alegría interior de un
corazón renovado por la certeza del amor
misericordioso de Dios.
“Este es un Año Santo para sentir intensamente
dentro de nosotros la alegría de haber sido
encontrados por Jesús que, como Buen Pastor, ha
venido a buscarnos cuando estábamos perdidos. Es
un Jubileo para percibir el calor de su amor
cuando nos carga sobre sus hombros para
llevarnos de nuevo a la casa del Padre.”
Papa Francisco
Por eso es una alegría “que no es como la de
este mundo”, nadie nos la va a quitar porque es
profunda, no es superficial; no es pasajera, dura
para siempre; aún en los momentos difíciles que
nos toque vivir ella estará presente en forma de
paz y tranquilidad.
“Siempre tenemos necesidad de contemplar
el misterio de la misericordia. Es fuente de
alegría, de serenidad y de paz.”
Papa Francisco
LAS PEREGRINACIONES
“Las peregrinaciones son un signo especial en el
Año Santo, porque son imagen del camino que cada
persona realiza en su existencia. La vida es una
peregrinación y el ser humano un peregrino que
recorre su camino hasta alcanzar la meta anhelada.
Para llegar a la Puerta Santa, cada uno deberá
realizar de acuerdo a sus propias fuerzas, una
peregrinación. Esto será un signo de que también la
misericordia es una meta por alcanzar y que necesita
de nuestro compromiso y sacrificio. La peregrinación
sea un estímulo para la conversión: atravesando la
Puerta Santa nos dejaremos abrazar por la
misericordia de Dios y nos comprometeremos a ser
misericordiosos con los demás como el Padre lo es
con nosotros.”
Papa Francisco
Que esta peregrinación que hoy estamos
haciendo, sea un momento especial para tomar
conciencia que todos vamos de camino hacia la casa
del Padre, vayamos hacia Él con el corazón
agradecido para dejar nuestras vidas en sus manos
y también pidámosle por cada uno de nuestros
hermanos, nuestros familiares, nuestros amigos y
vecinos, compañeros en este camino de la vida, que
hoy no nos pueden acompañar, para que el Señor
nos bendiga a todos y derrame su ternura y
compasión que consuela, fortalece y da paz.
RECIBIR Y DAR MISERICORDIA
“Misericordia: es el acto último y supremo con
el cual Dios viene a nuestro encuentro.
Misericordia: es la ley fundamental que habita
en el corazón de cada persona cuando mira con
ojos sinceros al hermano que encuentra en el
camino de la vida.”
“En este Año Santo, podremos realizar la
experiencia de abrir el corazón a cuantos viven en
las periferias existenciales ¡Cuántas situaciones de
sufrimiento existen en el mundo hoy! Cuántas
heridas sellan la carne de muchos...
En este Jubileo, la Iglesia será llamada a curar
aún más estas heridas, a aliviarlas con el óleo de la
consolación, a vendarlas con la misericordia y a
curarlas con la solidaridad.
Abramos nuestros ojos para mirar las miserias
del mundo, las heridas de tantos hermanos y
hermanas. Nuestras manos estrechen sus manos, y
acerquémoslos a nosotros para que sientan el calor
de nuestra presencia, de nuestra amistad y de la
fraternidad.”
“¡Cómo deseo que los años por venir estén
impregnados de misericordia para poder ir al
encuentro de cada persona llevando la bondad y la
ternura de Dios!”
Papa Francisco