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LUNES 5 DE ABRIL
―Yo Jehová, que escudriño la mente, que pruebo el corazón, para dar a cada uno según su camino, según el fruto
de sus obras‖.
Jeremías 17:10
DIOS HACE EXAMEN DE NUESTRO CORAZÓN
Lectura bíblica: Jeremías 17:9-10, 9:14, 11:8; Proverbios 16:1,2
La mente humana fue creada perfecta, pero a causa del pecado fue entenebrecida y se transformó en su peor
rival. Veamos cual es el punto de vista de Dios acerca del corazón.
I. Solo Dios sabe lo que hay realmente en el corazón.
Él diseñó la mente humana.
Cuando el Padre Celestial diseñó la mente humana colocó en ella también Su imagen, su brillantez, su
excelencia. Adán antes de la caída contaba con un coeficiente mental más desarrollado, sin embargo el pecado
trajo división, enfermedad y desequilibrio. El Apóstol Pablo nos habla de las terribles consecuencias de la
mente entenebrecida por el pecado, pues trajo a ella un estado de vaciedad (Romanos 1:21). La mente humana
fue creada para funcionar ligada a Dios, cuando perdió su vínculo con su creador se disparó en una dirección
equivocada.
Él pesa los espíritus (Proverbios 16:1,2).
El gran caos mental que acompañó a la caída trajo una grave desorientación al punto que el alma se rigió
independientemente del espíritu humano, se hizo dueña y perdió toda objetividad en cuanto a saber diferenciar
lo bueno de lo malo (Isaías 5:20).
Si analizamos Proverbios 16:1,2 vemos dos palabras claves:
Disposiciones: que se traduce como reflexiones o planes del corazón.
Opinión: En hebreo deriva de la palabra ojo. Se refiere a seguir un camino o tomar una decisión
conforme a la apariencia que muestran los ojos naturales.
Tanto una palabra como la otra nos muestran el grado de independencia de la mente a tal punto que considera a
todos los caminos correctos descartando toda posibilidad de error, pero aunque para el alma todo marche bien es
el Señor quien da el veredicto final.
Él escudriña los corazones.
Como Dios es fuente de toda sabiduría la opinión definitiva la da Él, cuando Él pesa (juzga, analiza, discierne)
los espíritus.
Al juzgarnos a nosotros mismos y nuestros actos, es difícil, por no decir imposible, ser imparciales, pero Dios
pesa a los espíritus; ¨Él tiene una balanza justa e infalible y pesa bien, pone a prueba la sinceridad de los
impulsos que nos mueven a obrar de una manera u otra.
El diagnóstico divino: ―Un corazón gravemente enfermo‖.
Es engañoso (Jeremías 17:9).
En este capítulo el profeta Jeremías enseña al pueblo que confiar en uno mismo está al mismo nivel que confiar
en el prójimo – ―Maldito el hombre que confía en el hombre‖ – versículo 5 – Los resultados de confiar en otros
y en uno mismo y rechazar al Señor trae como consecuencia la sequía, la esterilidad, la soledad. ―Será como
retama en el desierto… sino que morará en los sequedales del desierto‖ – versículo 8 –
Recuérdelo siempre, su corazón es engañoso, aunque usted crea que tiene las mejores intenciones (Proverbios
28:26). La palabra engañoso— deriva de una raíz que significa ―el que suplanta‖, ―el que echa la zancadilla‖,
por cuyo acto recibió Jacob su nombre. Al decir de los judíos que son engañosos de corazón, el profeta usa con
mucha propiedad un término que alude a su antepasado, cuyo engañoso proceder, no su fe, imitaban.
Su imaginación es perversa (Jeremías 9:14).
La palabra ―imaginación‖ se traduce como ―Torcido, obstinado, duro‖. El pueblo de Israel tenía una naturaleza
torcida, una inclinación a pensar lo malo como primera medida.
Muchas personas tienen este estilo equivocado de vivir, siempre pensando mal de Dios, porque para ellos todo
lo que les sucede es consecuencia de una decisión caprichosa de Él. Viven quejándose de todo, haciendo todo
de mala gana porque en su pensamiento hay un solo rumbo, hay una inclinación hacia el mal.
Cuando pensamos mal, y no oímos o aceptamos las pautas que Dios da, cuando rechazamos sus pensamientos y
los suplantamos por ideas personales; nos estamos constituyendo en enemigos directos de Dios y nuestra vida
queda a la deriva.
Es rebelde y obstinado (Jeremías 11:8).
Una mala imaginación lleva a la persona a una actitud hostil porque, ―indefectiblemente, somos lo que
pensamos‖. No podemos separar el pensamiento de los que somos. Decir, -―yo hago lo que Dios me dice, pero
en lo profundo de mi mismo yo sigo pensando a mi manera es rebeldía camuflada. No basta hacer lo que Dios
manda si no compartimos su pensamiento. Tal era el corazón de Judas Iscariote; vivía con Jesús, hacía lo que
Jesús le mandaba, pero su pensamiento estaba lejos de Él hasta que la traición emergió.
III. Dios puede restaurarlo si nos volvemos a Él.
Renunciar a toda confianza en la mente.
Los pensamientos deben ser supervisados a la luz de La Palabra, la imaginación humana puede rayar con la
sabiduría diabólica, si no recibe la dirección de la palabra viva de Dios. Acaso, ¿cuántos falsos profetas hicieron
confundir al pueblo que quería oír bonitas palabras? (Ezequiel 13:16). Es por ese motivo que el pueblo de Dios
más que nunca debe hacer la diferencia entre lo que Dios le quiere decir y lo que este quiere en carnalidad
escuchar.
Renunciar a viejos patrones de vida (Jeremías 11:10).
En el caso de Israel, ellos se volvieron a los pecados de sus propios padres, adorando dioses ajenos, ¿por qué?
No se animaron a romper la tradición.
No pusieron punto final a su pasado.
Le tuvieron temor al hecho de ser diferentes.
Romper malas costumbres demanda osadía.
Volverse al Señor de todo corazón (Jeremías 15:19; 17:14).
Si usted quiere tener cambios genuinos en su vida, deberá remar contra la corriente, aunque los demás
justifiquen su pensamiento, no ceda a la tentación de admitirlos ni por un momento; porque si usted los acepta
terminarán enredándolo al punto de que se convenza que es algo normal. Desintoxíquese de la mentalidad del
mundo, que le dirá que todo va bien, aunque el contenido de su imaginación sea venenoso.
Hoy es necesario que nos ―retractemos” como el Señor le pidió a Jeremías: “Si te convirtiereis”. Es decir, si
reconoces la derrota y vienes a Mí abatido y reconoces que tu rebeldía te ha llevado al fracaso, entonces recién
allí verás mi rostro cara a cara.
Conclusión:
Cuando nos volvemos al Señor ‗de todo corazón‘, Él restaura las capacidades originales de la mente –que
habían sido distorsionadas por el pecado-, y nos permite dar buen fruto aun en los momentos adversos.
Para Orar:
Que tengamos un corazón dócil, y siempre dispuesto a responder a la voluntad de Dios.
Para Hacer:
Busque en una concordancia bíblica textos que destaquen la importancia de los pensamientos, y lo
determinantes que son en la vida del creyente.
LUNES 12 DE ABRIL
―Que los fortalezca interiormente para que, cuando nuestro Señor Jesús venga con todos sus santos, la santidad
de ustedes sea intachable delante de nuestro Dios y Padre‖.
1Tesalonicenses 3:13 (NVI)
LA SANTIDAD NOS CAPACITA PARA
LA CONQUISTA
Lectura bíblica: Josué 3:5; 5:13-15; 2 Timoteo 2:3 -4
Muchas personas anhelan ser conquistadoras, pero para poder lograrlo primero deben someter su corazón a la
autoridad de Dios, y de esta manera estarán aptos para ganar las batallas que la vida les presente.
I. La santidad nos da autoridad.
Somos revestidos del ‗nuevo hombre‘.
El anhelo por la conquista no debe hacernos descuidar la preciosa armadura de la santidad que nos protege
contra el maligno. Cada jornada debemos dar pasos hacia una mayor consagración – Josué 3:5 nos insta a
cumplir este mandamiento de tener una limpieza permanente - Para Israel esta santificación implicaba el
lavamiento de sus vestiduras (Éxodo 19:10) y abstenerse de relaciones sexuales (Éxodo 19:15). Era la voluntad
de Dios que ellos estuvieran revestidos con un nuevo uniforme de santidad para la conquista.
Somos reclutados como soldados (2 Timoteo 2:3-4).
El trasfondo del libro de Josué habla de guerra espiritual, los reyes enemigos representan las huestes
espirituales de maldad en las regiones celestes e Israel es el tipo de la iglesia. Las situaciones que vivimos
representan el campo de batalla.
Ser hijos de Dios no nos exceptúa de la milicia, los príncipes, los hijos de los reyes salían también al campo de
batalla a defender los intereses de su reino. Usted es hijo/a pero también es un soldado. Luego que usted es
limpiado por la sangre preciosa de Jesús y comienza a utilizar la Palabra de Dios, recibe una investidura
celestial, y de manera inmediata pasa a enrolarse al ejército de Jesús.
Mantenernos puros nos hace indestructibles.
Ahora que es un soldado, más aún deberá conservarse puro, pues el diablo procurará debilitarle mediante
distracciones – negocios de la vida – El diablo procurará entretejer una gran red, como si fuera una telaraña de
oportunidades y ofertas para que usted renuncie a ser un recluta de Cristo como por ejemplo:
Ofertas de trabajo que le roben tiempo:
Para disfrutar de su familia.
Para congregarse.
Para servir al señor.
Para capacitarse en la escuela de líderes, ministerial, Centro de Preparación Teológica.
Para tener descanso y lo lleven a un estrés emocional.
Ofertas de negocios que le hagan poner en tela de juicio su testimonio.
Pero debemos resistir la tentación y veremos la recompensa.
Volviendo a la palabra ―Enredar‖ – del griego – ―Empleko‖ - esta significa: ―entretejer de adentro‖ hablando de
un punto o debilidad que Satanás tiene en la vida de algún/a cristiano/a para confundirlo/a con los negocios de
este mundo. ―Empleko‖ refleja la cruda realidad de que no hay nada exterior que nos gobierne, si primero no
hay una puerta abierta en el interior que el enemigo utilice como argumento para controlarnos. De ahí la
importancia de mantenernos puros, controlando los deseos porque así seremos indestructibles, pues podremos
levantar nuestro rostro libre de manchas y seremos realmente fuertes (Job 11:15).
II. La santidad nos abre el camino para la conquista.
Recibimos visión del mundo espiritual.
Josué luego del proceso de purificación que tuvo con todo el pueblo entró en una nueva dimensión espiritual,
sus ojos espirituales alcanzaron mayor sensibilidad, por tanto vio al príncipe del ejército de Dios. ¿Soñó alguna
vez con ver a los ángeles del Señor o descubrir secretos del mundo invisible? ¿Por supuesto que sí, verdad?
Entonces santifíquese, y su vida aún en la oscuridad será más clara que el mediodía (Job 11:17).
Nos abrimos a lo sobrenatural.
Podemos comparar la agudeza de la visión espiritual con los adelantos tecnológicos en los televisores. Muchos
hoy siguen viendo a Dios a través de los ‗viejos televisores blanco y negro‘, otros han crecido un poco más y
tienen ‗televisión a color‘, pero Dios quiere que lo veamos más que una novedad, el desea que lo podamos ver
cada día con lo último de lo último en tecnología, con la mayor avanzada, con revelación de última generación;
Dios desea que lo contemplemos con ‗plasmas‘ de mayor dimensión o con ‗una imagen con la más alta
definición‘. La santidad abre esa ventana estelar, nos sintoniza con la frecuencia cardíaca de Jesús y la sangre
que ahora irriga todo nuestro ser tiene los glóbulos rojos y blancos de Dios.
Lo vemos a Jesús tal como Él es.
No sólo que Josué vio al Príncipe del ejército de Jehová, habló con Él cara a cara como nunca antes lo había
hecho. El trato directo de Josué con Jesús (El comandante del ejército de Jehová era una aparición pre
encarnada de Jesús en la tierra) nos debería motivar hoy a buscar al Señor para tener nuevas vestiduras
espirituales.
¿¡Qué anhela más de Jesús!? ¿Sus milagros, Su amor o ser íntegramente como Él es?
Somos Sus esclavos, y estamos en tierra santa.
Ante tal aparición, Josué toma conciencia de esta nueva atmósfera espiritual y mirando a Jesús le dice ―¿Qué
nuevas órdenes hay Señor?‖. Usted es esclavo, propiedad de Jesús; ¿cuánto hace que se hace el distraído y no le
ofrece su servicio?
Finalmente el comandante del ejército de Dios, le dice a Josué que quite el calzado de sus pies porque la tierra
que pisaba era santa, era apartada para Dios. Josué fue llevado a experimentar en carne propia lo que su líder
vivenció cuando fue llamado al ministerio (Éxodo 3:5). Moisés primero y Josué después experimentaron un
desprendimiento de su naturaleza pecaminosa, cuando quitaron el calzado de sus pies (el calzado y el polvo
representan la impureza del mundo que se adhiere a los hijos/as de Dios – ver San Juan 13:10), pero esa nueva
experiencia espiritual no debía quedar en un vitrina en el recuerdo; sino que como dice Jesús, como hijos/as
debemos limpiarnos todos los días para que tengamos parte con Él en Su reino.
Conclusión:
Si en verdad deseamos ser conquistadores, debemos ser disciplinados en la búsqueda de la santidad, para poder
agradarle a Aquel que nos reclutó como soldados. Éste es el gran secreto para ver a diario Sus maravillas.
Para Orar:
Que nuestros ojos espirituales sean abiertos, para poder ver las circunstancias como las ve Jesús,
sobrenaturalmente.
Para Hacer:
Escriba en una hoja las cosas que le producen placer pero que no agradan a Dios, y a las cuales está dispuesto a
renunciar para que su corazón se mantenga limpio, y tenga en su vida el respaldo divino.
LUNES 19 DE ABRIL
―Sobre toda cosa guardada, guarda tu corazón; porque de él mana la vida‖.
Proverbios 4:23
UN CORAZÓN ENTENDIDO COMO NUNCA
NADIE LO TUVO
Lectura bíblica: 1 Reyes 3:3-15; 8:58, 61
Las buenas y malas decisiones del rey Salomón nos dejan una gran enseñanza: ―Cuando hemos alcanzado un
corazón entendido no podemos relajarnos; debemos seguir ocupándonos para conservar la santidad‖.
I. Salomón supo aprovechar su oportunidad.
Tuvo el poder de elegir su destino.
¿Qué harías si hoy mismo Dios se parara ante ti y te ofreciera darte cualquier cosa que le pidieras? Así se le
apareció Dios a Salomón en sueños, dándole el poder de determinar su destino a través de una simple petición.
La oferta de Dios fue tan interesante, que le dijo: ―Pide lo que quieras que yo te dé.‖ Esto representaba aún
mucho más que un cheque en blanco, porque en este documento sólo se puede colocar un valor en dinero, pero
salomón podía pedir mucho más que esto, en cantidad y calidad.
Lo que le pedimos a Dios tiene gran repercusión.
A tal punto aprovechó su oportunidad Salomón que lo que pidió estaba acorde a lo que el Señor deseaba para él.
Logró reunir en un solo pedido lo que millones de creyentes no podrían reunir en millones de oraciones
egoístas. ¿Por qué? Porque su oración no tuvo ni una palabra más, ni una palabra menos, pidió justo lo que
Dios esperaba que pidiese. ¿Se arriesgó Dios al hacerle semejante ofrecimiento? De ninguna manera, Él
conocía el corazón de Salomón y sabía muy bien la dimensión de la propuesta que le estaba haciendo, y que
este le iba a responder de buena manera porque tenía un corazón limpio. Qué bello sería que cada vez que
elevemos oraciones transcendentales, el Señor pueda decirnos de los cielos ―Feliz coincidencia hijo/a, eso es lo
mejor que me podrías haber pedido, junto con esta respuesta te haces acreedor de muchos regalos más‖.
II. Salomón tuvo un corazón limpio.
No pensó en su bienestar personal.
De todas las posibilidades de pedir egoístamente, Salomón no escogió ninguna de ellas.
No pensó en tener salud y trabajo(como hubiera pedido un/a argentino/a)
No pidió paz, ni seguridad.
No pidió larga vida.
A Dios le agradó tanto lo que pidió Salomón que se lo hizo saber inmediatamente: ―Porque has demandado esto
y no pediste…‖ (…y menciona la lista de cosas que no pidió). Pero lo más interesante es lo que expresa la
palabra ―agradó‖ que aparece en el versículo 10 que se traduce ―hacer bien, hermoso, feliz, sano‖. Esto quiere
decir que fue tan sana la petición que tuvo Salomón que lo puso al Señor tan, pero tan feliz que Su rostro
manifestaba una gran sonrisa; produjo placer y gozo al corazón de Dios. O podemos decirlo con otras palabras,
la oración de Salomón fue aceptada, (porque Dios podía haberla rechazado) al punto que Dios dijo: ―Prueba
superada hijo mío, tienes un corazón limpio‖.
No pensó en vengarse de sus enemigos.
¿Qué opinión tendrá Dios de sus oraciones? ¿Ha tomado tiempo para meditar acerca de sus peticiones? El
corazón de Salomón era tan puro que no tenía conflictos con el prójimo, estaba a cuenta con todo el mundo; y si
era a él a quien le debían no guardaba rencores, por eso no pidió venganza por la aspereza de sus enemigos.
No codició riquezas ni poder.
Al compasivo corazón de Salomón no le seducían las riquezas ni el poder, la mayor aspiración que tenía era
guiar al pueblo de Dios (1Reyes 3:7-8); y para tan grande empresa necesitaba mucho más que dinero y buen
nombre, necesitaba un corazón entendido (1Reyes 3:9).
El deseo de Salomón era tener un corazón que escucha y obedece. Este es el significado de la frase ―corazón
entendido” : “Corazón que escucha y obedece”. Un corazón que escucha y rinde obediencia.Un corazón que
entiende la diferencia claramente entre el bien y el mal para juzgar y gobernar a su pueblo.
Dios le concedió tal deseo, y lo transformó en el hombre más sabio de la historia de la humanidad (1Reyes
3:12) exceptuando a Jesucristo que es la sabiduría encarnada de Dios.
III. Salomón no supo conservar su integridad.
Se dejó contaminar; cometió adulterio espiritual.
Salomón aún en la cúspide de su reinado tenía el mismo corazón tierno y rendido al Señor que tuvo en la
primera etapa de su reinado, como lo indica (1Reyes 3:3).
Sin embargo no pudo sostener su integridad, ese corazón presto para oír a Dios comenzó a contaminarse.
En el capítulo 11 de 1Reyes se cuenta su decadencia que culminó al unirse a muchas mujeres (1000 entre
princesas y concubinas). Lo que aquí se reprocha no es la mujer ni la sexualidad, sino la gran cantidad de ellas y
el hecho que adoraban ídolos. Porque aquellas que adoraban ídolos, ciertamente terminaron inclinando el
corazón del propio rey a los valores de ellas. Así que le construyó lugares altos para la adoración de sus dioses.
Y el rey, quien fue ejemplar en el principio construyendo el templo del Señor, terminó construyendo también
lugares altos para la adoración de los dioses Astarté, Quemós, Moloc, cometiendo adulterio espiritual.
La expresión ―inclinaron su corazón‖.
Deuteronomio 17:15-20 explica claramente cuales debían ser las leyes que todo rey debía respetar para
mantener intacta su santidad y el monarca debía tener una copia en el palacio y recordarla todos los días. Entre
esos mandamientos a cumplir figuraba el siguiente listado que en caso de no respetarlos ocasionarían la
decadencia y posterior caída de cualquier monarca:
No aumentar el patrimonio de caballos (ocasionaba mayor transacción con naciones extranjeras y un
vínculo más cercano con las costumbres pecaminosas de ellas)
No tomar para sí muchas mujeres
No debía amontonar muchas riquezas (Podía tener muchas riquezas pero siempre y cuando fueran
invertidas, no amontonas)
La expresión inclinaron su corazón da la idea de que el corazón de Salomón fue mutilado, esparcido en
diferentes direcciones, y fue doblándose, cediendo a la manipulación del entorno hasta el punto de ya no oír a
Dios.
Perder la santidad le ocasionó un alto costo.
Esto le trajo la más terrible consecuencia; desoyó uno de sus más grandes consejos, ―Sobre toda cosa guardada,
guarda tu corazón porque de él mana la vida‖ (Proverbios 4:23). Cuando el corazón está ya atraído por otras
cosas, no es difícil irse deslizando por distintos engaños. Su mente fue dividida, llevada de un lugar a otro como
títere, perdiendo totalmente el enfoque por el que fue llamado.
Dios tuvo que cumplir Su promesa ‗a medias‘.
1Reyes 11:11-12, menciona un final que era previsible. Dado que el pacto establecido con Salomón estaba
sujeto a la obediencia, (era condicional), Dios tuvo inevitablemente que romperlo. Como consecuencia, el reino
de Salomón sería roto, pero por misericordia a David su siervo esto sucedería tiempo después (no mientras
Salomón viviese); porque Dios fue fiel a las palabras dadas a David, pues tenía un compromiso tomado con él.
Además traería como consecuencia futura la división de Israel en el reino del norte y el reino del sur. Aunque
allí mismo vemos también la misericordia divina porque la tribu reservada en el reino del sur (Judá) era parte
del cumplimiento al pacto hecho por Jehová a David.
Tristemente Salomón terminó sus días persiguiendo a uno de sus siervos a quien se le entregaría una parte del
reino (Jeroboam – como decía la profecía 1Reyes 11:11) cuando el único responsable de su declinación fue él
mismo.
Conclusión:
Un corazón limpio es el tesoro más grande. Nunca acepte, por un momento de placer, romper el pacto de
santidad que hizo con Dios. Procure en todo tiempo permanecer en la perfecta voluntad de Dios.
Para Orar:
Que seamos sensibles al Espíritu, cuando nos advierte de un peligro latente.
Para Hacer:
Cuando se sienta atraído a caer en tentación, busque ayuda en su líder; ábrale su corazón, y peleen juntos ‗la
buena batalla de la fe‘.
LUNES 26 DE ABRIL
―Huye también de las pasiones juveniles, y sigue la justicia, la fe, el amor y la paz, con los que de corazón
limpio invocan al Señor‖.
2 Timoteo 2:22
LA PUREZA ESTÁ A SU ALCANCE
Lectura bíblica: San Mateo 5:8; 11:28-30; Salmo 51
Dice la Palabra de Dios que ―cuando abundó el pecado, sobreabundó la gracia‖. Esto quiere decir que Dios nos
ha provisto en Jesucristo, todos los medios para que tengamos un corazón limpio.
I. ¿Qué es en realidad un corazón limpio?
Ser interiormente cristalinos.
Las palabras de Jesús ―Bienaventurados los de limpio corazón‖ penetran ardientes a lo profundo del alma y de
la conciencia humana. Con estas palabras debemos reconocer de inmediato que le hemos fallado a Dios no
siendo puros. Es más, como no hemos guardado siempre las palabras de Jesús la obsesionante posibilidad de no
ver a Dios golpea profundamente a nuestra mente. Estas palabras son tan profundas que hacen al más justo de
nuestra sociedad caer de rodillas como el profeta Isaías y decir ―Hay de mí que soy muerto…‖ (Isaías 6:5).
Lo único que impide que nos sumerjamos en la más profunda tristeza, es la de saber que Jesús nunca impone a
sus discípulos cargas que no puedan llevar. Su yugo es fácil y ligera su carga.
Jesús es totalmente diferente de los religiosos hipócritas que describió, quienes ―atan cargas pesadas y difíciles
de llevar, y las ponen sobre los hombros de los hombres; pero ni con un dedo quieren moverla‖ (San Mateo
23:4). Nosotros tenemos a Uno que no solamente ―se compadece de nuestras debilidades‖ (Hebreos 4:15), sino
que también, según nos dice Isaías ―tomó todas nuestras enfermedades (San Mateo 8:17).
Ser interiormente cristalino no es ser perfecto, sin errores sino más bien es tener un corazón sincero el cual
tiene la disponibilidad y la apertura al Espíritu Santo para que Él lo examine y le convenza de pecado.
El yugo de Jesús es fácil (San Mateo 11:28-30).
De modo que cuando llegamos a la bienaventuranza que dice ―Bienaventurados los de limpio corazón, debemos
abandonar nuestra lógica, nuestros preconceptos, según los cuales no es posible lograrlo. Debemos escuchar a
nuestro Señor y él dice que esto sí se puede y debe ser hecho en nuestra vida. Jesús está diciéndonos que Su
yugo es fácil, que su carga es ligera, que su disciplina de vida es sencilla de conseguir mediante Su ayuda.
II. Aquellos que lloran se convierten en ‗puros de corazón‘.
David lo experimentó.
La segunda y la sexta bienaventuranza corren parejas: ―Bienaventurados los que lloran‖ y ―Bienaventurados los
de limpio corazón‖. ¡Aquellos que lloran se convierten en los puros de corazón! ¿Acaso no encontró David que
esto era una realidad en su propia experiencia? Su Salmo 51, que es el gran Salmo penitencial, así lo demuestra.
Él llora, se lamenta y se duele por su pecado. En ese quebrantamiento absoluto el Espíritu enciende la
posibilidad de la luz de un nuevo día en su corazón. Recuerde que este es un hombre que ha cometido adulterio,
que hizo a propósito que el marido de la mujer fuese enviado en línea de batalla para que lo matasen,
permitiendo que otros valientes guerreros perdieran la vida con él. Como consecuencia, el hijo ilegítimo de esta
unión adúltera muere. Entonces este hombre dice: ―Lávame, y seré más blanco que la nieve‖ (Salmo 51:7).
La planta de la pureza debe regarse con lágrimas.
La planta de la pureza debe regarse con las lágrimas del arrepentimiento, siendo la planta de la continua pureza
regada por las lágrimas del continuo arrepentimiento (San Juan 1:7-9)
III. ¿Cómo permanecer puros de corazón?
Confesando diariamente sus pecados.
No permita nunca, nunca, que ningún pecado de su vida quede sin confesar al terminar el día que lo cometió.
Traiga ese pecado ante Dios y confiéseselo. Si ha hecho usted daño a otros por medio de su pecado, pida su
perdón y corrija lo que precise ser remediado
Si cayó en tentación no baje los brazos.
Si usted encuentra que repite una y otra vez el mismo pecado, confiéselo también cada vez que lo cometa. No
transforme esa confesión en algo rutinario, repitiéndola como una excusa para cometerlo otra vez. La
confesión no es solamente pronunciar muchas palabras, sino que es contrición de corazón y
quebrantamiento de espíritu. El continuo dolor por el pecado ayudará a quebrantar su poder. La frialdad hará
que se perpetúe el pecado.
Fíjese con todo cuidado en la respuesta que Jesús da a la pregunta que Pedro le hace en San Mateo 18: ―Señor,
¿cuántas veces perdonaré a mi hermano que peque contra mí? ¿Hasta siete? Jesús le dijo: No te digo hasta siete,
sino aun hasta sesenta veces siete‖ (San Mateo 18:21,22). SI Jesús demanda tanto perdón cuando se repite el
pecado de un hombre contra otro, ¿cuánto más no habrá de concedernos su perdón divino? ¡Cuándo usted
comete el mismo pecado una y otra vez, límpiese, límpiese, límpiese de ese pecado! Sus oraciones de
confesión no tardarán en convertirse en alabanza por haberse librado del pecado.
Responsabilidad más allá de la confesión.
Usted tiene una responsabilidad que va mucho más allá de una confesión. Pablo le dice a Timoteo: ―Huye
también de las pasiones juveniles, y sigue la justicia, la fe, el amor y la paz, con los que de corazón limpio
invocan al Señor‖ (2 Timoteo 2:22). Pablo está diciendo que la pureza de corazón no se produce mientras
esperamos sin hacer nada. No podemos arrastrarnos por el arroyo del mundo. Debemos hacer uso de toda
nuestra fuerza de voluntad para evitar el pecado.
Ocúpese de su salvación ‗con temor y temblor‘.
Si usted hace lo mejor que puede Dios le ayudará. La pureza de corazón es algo que usted desea y Él también,
pero es algo que no logrará usted alcanzar por medio de sus propios esfuerzos solamente, ni tampoco se
producirá por la acción soberana de Dios nada más, pues dicen las Escrituras: ―Acercaos a Dios y Él se acercará
a vosotros. Pecadores, limpiad las manos; y vosotros los de doble ánimo, purificad vuestros corazones‖
(Santiago 4:8). La Palabra nos dice una vez más: ―Ocupaos de vuestra salvación con temor y temblor, porque
Dios es el que en vosotros produce el querer como el hacer por su buena voluntad‖ (Filipenses 2:12-13).
Dios está obrando en usted. El Espíritu Santo tiene recursos para usted, conforme al deseo que sienta usted de
recibirlos. Cuando Dios y usted obren juntos, cuando usted se aproxime a Él y Él se aproxime a usted, su
comunión se hará más intensa al venir a Dios en oración y en el estudio de la Palabra de Dios. Los puros de
corazón verán a Dios. ¡Esta no es solamente una realidad futura, sino que es algo del presente! La pureza está a
su alcance.
Conclusión:
‗Al corazón contrito y humillado Dios no lo desprecia‘. Sea sincero con el Señor y encontrará el camino del
perdón, de su restauración y realización personal con la ayuda del Espíritu Santo.
Para Orar:
Que siempre seamos leales y fieles a Jesús, especialmente en los momentos de incertidumbre en la adversidad,
o de indecisión frente a la tentación.
Para Hacer:
Estudie textos bíblicos que enseñen sobre el arrepentimiento genuino; y motívese con las promesas que el Señor
da a Sus hijos que se vuelven a Él.