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 YO
Extendiéndome hacia delante
Axel Beteta – agosto 2014
Dios habló a principio de año a nuestra iglesia y claramente
«Este es el año para
escucharme».
dijo:
¿A cuántos les emociona esto? ¿Que el Dios del Universo,
creador de las estrellas, los mares, el cielo y el fondo del mar,
quiera hablar con nosotros? ¿Aquel que es principio y final, santo,
magno, excelso, se quiera comunicar con su creación? ¿Aquel
que nos puede dar consuelo, dirección, aliento, fuerzas?
Dios ha sido desde el inicio el que ha llevado la iniciativa de
hablar con su creación, con nosotros mismos – a diferencia de las
otras religiones. Desde el principio, fue Dios quien buscó a Adán
después de la caída, fue Dios quien buscó a Abraham, a los
profetas; y luego Jesús – quien siendo por naturaleza Dios, no
consideró el ser igual a Dios como algo a qué aferrarse, se
manifestó como hombre y nos habló.
¡A mi me emociona eso y me hace querer buscarlo más
apasionadamente! Realmente me emociona el saber que
tenemos un Dios que no nos ignora y que no está muerto, sino
que vivo está y ¡que quiere comunicarse con nosotros!
Y no sólo fue a nuestra iglesia. En enero fui a la iglesia de un
pastor amigo mío y en las paredes de la iglesia tenían grandes
carteles que decían:
« Mis ovejas escuchan mi voz y me siguen. Este es el año para
escuchar la voz de Dios». Y a la semana siguiente, escuché a una
persona predicando en su iglesia aquí en Guatemala:
«Este es el año de Samuel [...] para escuchar la voz de Dios». Así
que llegué a dos conclusiones:
1.
O es un complot de todos los pastores; 2.
O es realmente Dios diciendo: Este es el año para que me
escuchen [Yo creo en la segunda segunda conclusión]. El año aún no se ha acabado, por lo que hoy es un buen día para
desacomodarnos y buscar su voz.
NOSOTROS
Iniciamos el 2014 estudiando sobre Samuel. Samuel era un joven
extraordinario – su vida misma había sido un milagro, y desde
pequeño se dedico a servir a Dios. La Biblia nos narra que
literalmente dormía en el santuario, es decir, lo más cerca posible
de la presencia de Dios. Y cuando en aquellos tiempos NO era
común escuchar la voz de Dios ( 1 Samuel 3:1 ) , Dios en su
infinita gracia, misericordia y plan perfecto, quiso entablar una
conversación con Samuel y la respuesta de Samuel fue «Habla
Jehová, que tu siervo escucha». ( 1 Samuel 3:9 )
Años más tarde, Dios utiliza a Samuel extraordinariamente. Es
más, fue Samuel quien ungió al primer Rey de Israel – a Saúl,
pero también fue Samuel quien vio cómo Dios se apartó de Saúl
por su desobediencia.
En 1 SAMUEL 16:1
(RV60) «Dijo Jehová a Samuel: ¿Hasta
cuándo llorarás a Saúl habiéndolo yo desechado para que no
reine sobre Israel?
(NVI) «El Señor le dijo a Samuel: ¿Cuánto tiempo vas a quedarte
llorando por Saúl si ya lo he rechazado como Rey de Israel?»
Los historiadores señalan que probablemente Samuel había
pasado mucho tiempo llorando y triste por Saúl. No sabemos
exactamente cuánto tiempo, pero es muy probable que Samuel
estuviese descuidando su trabajo por estar «haciendo duelo» ( 1
Samuel 15:35 ) por Saúl. Es decir, había pasado tanto tiempo
Samuel llorando por Saúl, que había descuidado lo que Dios le
había mandado a hacer, y muy probablemente había descuidado
su relación con Dios.
Esto me lleva a pensar:
¿Cuántas veces por estar pensando en el pasado
hemos descuidado la voz de Dios?
Estoy seguro que a todos aquí más de alguna vez:
• Nos hicieron algo que nos lastimó; • Nos dijeron algo que realmente nos dolió; • Nos pusieron un apodo que nos ofendió; • Nos hicieron alguna promesa que nunca se cumplió; • Nos robaron algo muy íntimo; • Hemos perdido a alguien muy cerca de nuestro corazón; • Nos negaron una oportunidad o nos cerraron una puerta; • En algún lugar nos rechazaron; • Nos humillaron delante de los demás • Esperamos que alguien nos acompañase en momentos de dolor
y nos dio la espalda; • Colocamos nuestra confianza en alguien y nos defraudaron; • Le prometimos lealtad a una persona y ésta no nos la
correspondió; Y todas estas cosas nos marcaron. Cargaron
nuestro corazón y quizás en nuestra memoria son una
cicatriz, que cada vez que la recordamos nos trae dolor y
tristeza. El problema de esto es que por estar pensando en
todas estas cosas, por estar haciendo «duelo» por lo que
nos hicieron: 1.
Dejamos de hacer lo que Dios nos mandó a Hacer; 2.
Descuidamos nuestra relación con Él; 3.
Abandonamos los esfuerzos por escucharlo. Por tanto, estar
pensando en el
pasado es una de las
razones
principales por las
cuales dejamos
de escuchar a Dios
Miren lo que dice el Salmo 66:18:
Salmo 66:18 (NVI)«Si en mi corazón hubiera yo abrigado
maldad, el señor no me hubiese escuchado»
Cada vez que en nuestro corazón “abrigamos” o “le damos
posada” a lo que alguien nos hizo, nos dijo o reveló acerca de
nosotros, estamos causando «interferencia» entre la voz de
Dios y nosotros. Por estar aferrados a la “maldad” que alguien
más causó contra nosotros, apartamos nuestra corazón de
Dios mismo:
• Convertimos nuestras oraciones en quejas, denuncias y
demandas, en vez de buscar una verdadera intimidad.
• Convertimos nuestra adoración en un conjunto de súplicas
en vez de rendirnos completamente a Él, en vez de orar más
por su presencia.
>> O quizás NI SIQUIERA hacemos el esfuerzo por orar. Nos
encerramos tanto en el dolor del pasado que desgastamos
nuestras fuerzas en lo que menos vale la pena.
DIOS
DIOS
Ahora reflexionemos un poco: ¿cómo es Dios con
nosotros?
¿Será que el se acuerda de todos nuestros
pecados?
¿De todas las veces que lo hemos rechazado?
¿De
todas las veces que le prometimos algo y no lo cumplimos?
¿Será
que Dios recuerda TODAS las veces que hemos puesto nuestra
confianza en alguien que no sea Él?
Salmo 66:18 (RV60) «Si en mi corazón hubiese yo mirado a
la iniquidad, El Señor no me habría escuchado».
Isaías 43:25 »
>¡WOW! Dios, por amor, borra nuestra rebeliones y no se
acuerda de nuestros pecados.< Miqueas 7:18
« Yo, yo soy el que borro tus rebeliones por amor de mí
mismo, y no me acordaré de tus
pecados.
« ¿Qué Dios como tú, que perdona la maldad, y olvida el
pecado del remanente de su
heredad? No retuvo para siempre su enojo, porque se deleita
en misericordia.
Él en su misericordia perdona nuestra maldad y olvida nuestros
pecado.1
TU
TÚ
¿Cuántas cosas te ha perdonado Dios?
¿Cuántas cosas de tu
pasado Dios ha verdaderamente dejado en el pasado? ¿No
crees que es lo que Dios también espera de nosotros?
Yo sé que es difícil dejar el pasado atrás, pero Él nos dio un
espíritu NO DE TIMIDEZ, sino de amor, de poder y de
dominio propio, un espíritu que nos permite ser como él .
NOSOTROS
Filipenses 3:13
«Hermanos, yo mismo no pretendo haberlo ya alcanzado,
pero UNA COSA HAGO: OLVIDANDO ciertamente lo que
queda atrás y extendiéndome a lo que está delante, prosigo a
la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo
Jesús»
Iglesia, nosotros podemos ciertamente dejar el pasado atrás y
extendernos hacia lo que está delante. Que todo los que nos
dijeron, hicieron, prometieron, se quede en el pasado y nos
extendamos hacia lo que está delante. Que nuestra oración
hoy no sea: Señor, mira lo que me hicieron! Sino, ¡Señor,
nueva criatura soy – corro a tu supremo llamamiento!
EXHORTACIÓN:
Trate de imaginar como sería su vida si ponemos en práctica
dejar el pasado en el pasado.
- Seríamos más ligeros de corazón – no andaríamos
cargando el equipaje de viejos y pesados recuerdos; - ¿Cuántos proyectos nuevos podríamos emprender si
dejamos de hacer duelo por el pasado? - Libremente podríamos escuchar la voz de Dios. Se
imaginan ¿Cómo va a ser tu vida si vuelves a escuchar la
voz de Dios de nuevo? 1 La version NVI dice: «pasa por alto nuestro
delito» NOSOTROS
Iglesia, para algunos YA ES TIEMPO de enterar el pasado y
extenderse hacia lo que está delante. El supremo llamamiento en
Cristo Jesús nos está esperando.
ORACIÓN FINAL.
PUNTOS:
+ Dios habló claramente que el 2014 es el año para
escucharlo a Él.
+ Desde el inicio, Dios buscó al hombre y le habló. Siempre
ha sido Dios quien tiene la iniciativa de comunicarse con su
creación.
+ Una de las razones principales por las que dejamos de
escuchar a Dios es cuando no dejamos ir el pasado.
+Al «hacer duelo» por el pasado, nuestras oraciones suelen
convertirse en quejas y reclamos, no en una intimidad con
Dios.
+ A todos nos han fallado. Todos le hemos fallado a Dios.
Aún así, Él nos perdona y Jesús nos llama a ser como Él es.
+ Hoy podemos seguir la exhortación de Pablo: ¡dejar el
pasado atrás y extenderos hacia lo que está por delante!
Versículos: Filipenses 2:6-9 1 Samuel 3:1
1 Samuel 3:9
1
Samuel 16:1 Salmo 66:18 Isaías 43:25 Miqueas 7:18
2 Timoteo
1:7 Filipenses 3:13