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Los pecados secretos. Salm.19:12-13. (5)
La santificación y los pecados secretos.
Introducción
De este Salmo 19 que tenemos ante nosotros, hemos querido destacar estos versículos finales que nos
conducen hacia las luchas que tenía este rey David en su hombre interior.
En estas palabras David nos abre un campo que muchos hombres ni se lo cuestionan, el de su propio
corazón, pues muchos a lo que llegan es a tratar con su vida exterior, su conducta, sus hábitos,
prácticas, pues eso es lo que ve que puede corregir, mejorar... // Pero su corazón, esto es, la fuente de
lo que hacen y son, eso se les escapa, con eso no saben que hacer, o puede que ni siquiera sean
consciente que hay algo que hacer ahí, piensan que cada uno es como es, y así lo dejan.
Dios nos dice de muchas maneras en Su Palabra que cuidemos y velemos por nuestro corazón, “sobre
toda cosa guardada, guarda tu corazón porque de él mana la vida” Prov.4:23. Este tiene que ser el
principal objeto del cuidado de tu ser, pues del corazón depende la clase de persona que eres, y por
donde vas y lo que haces, y por lo tanto lo que te vas a encontrar en tu vida.
Es esto de lo que David está hablando aquí, y es de esto que queremos meditar y estudiar, por cuanto
Dios nuestro creador es el que nos da instrucción y medios para que podamos ver nuestro corazón y
podamos hacer con él lo que es recto y conveniente hacer.
El gran problema que podemos tener en nuestra vida parte de ahí de nuestro propio corazón, por eso
tenemos que estar muy agradecidos a Dios que nos instruya y que provea de medios para tratar con el
por vía de afirmaciones como las de Prov. y o ejemplos como este de David.
El día anterior terminamos de responder a esa importante pregunta que le hicimos a nuestro texto :
¿Porque David quería ser librado de estos pecados secretos que él podía asumir tener?. Tres razones
aludimos, por un lado sabía que Dios mira ante todo y primero que nada lo que hay en el corazón de los
hombres, El se fija no solo en los actos de nuestro comportamiento, sino además en las intenciones y los
pensamientos que pasan y están en nuestra mente. // Por las consecuencias de estos males y pecados
secretos de nuestra alma // Y el día anterior miramos por las exigencias del evangelio, un hombre que
ha recibido la vida que Dios da por el Evangelio es llevado a hacer esto.
¿Y que está haciendo David aquí concretamente?, pues cuando pide a Dios que le limpie de esos males
escondidos, lo que busca es que Dios le perdone sus pecados, esto es, que le quite la culpa de esos
males; y además le santifique, que Dios le ayude a tratar ese mal para cambiar su corazón, para
librarse de lo malo, y le dé de Su gracia para el bien que debe de pensar y hacer.
De lo cual dijimos, mira como el hombre que ha recibido gracia de Dios necesita mas gracia // Mira
como el que es santificado ciertamente, busca mas santidad // Mira como Dios tiene que estar
involucrado en el trato de nuestro corazón, que es lo que vemos que David está pidiendo.
Tema
Habiendo establecido esta verdad doctrinal, que lo que tenemos aquí ante nosotros en este pasaje es un
hombre que pide es el perdón de pecados y la santificación, extendámonos en esta dirección para ver
mas puntos y principios que tienen que ver con la santificación en referencia a los pecados secretos;
tema que nos ayuda a repasar algunas ideas esenciales y básica de lo que es en verdad un cristiano.
¿Qué es la santificación?: Rom.6:22 “Mas ahora que habéis sido libertados del pecado y hechos siervos
de Dios, tenéis por vuestro fruto la santificación, y como fin, la vida eterna”.
Cuando Dios liberta a una persona y le da el perdón de sus pecados, esa es la conversión, el comienzo de
lo que es un cristiano, el fruto de esa obra salvadora de gracia de Dios hecha en el corazón es la
santificación, es decir que esa persona que fue perdonada es puesta en un camino nuevo, comienza a
andar en una nueva forma de vivir // Antes vivía su vida a su manera, siguiendo sus costumbres, sus
ideas, o sus propios deseos // Pero la santificación quiere decir que ahora se separa de eso pues quiere
acercarse a Cristo, y siguir lo que Cristo le dice, no lo que antes seguía.
Esto es así pues cuando Cristo libra del pecado a un hombre, le da un nuveo corazón, y por eso ahora
quiere andar en una vida nuesva.
1º La santidad verdadera es contraria, repugna todo pecado.
La santidad es ese estado nuevo de un hombre cuando es cristiano, es como está el hombre que anda en
la santificación, por eso todos los cristianos en el Nt se les llama también “santos”, pues están en
santidad, y andan en la santificación, la cual es esa clase de vida donde va destruyendo el dominio del
pecado, y fortaleciendo las gracias de la salvación (la fe, humildad, obediencia, esperanza...)
Pues bien esta santidad, ese estado nuevo del corazón que tiene uno que es cristiano, es contrario y
rechaza todo pecado. Mira como lo dice 1Jn 3:9 ”Todo aquel que es nacido de Dios, no practica el
pecado, porque la simiente de Dios permanece en él; y no puede pecar, porque es nacido de Dios. “ 5:18,
lo cual deja claro que hay una barrera, se levanta algo serio y real entre cualquier pecado y el que es
nacido de Dios. // Esto no quiere decir que este ya nunca puede pecar, 2:1 habla del remedio provisto
para tal cosa. Sino expresa que hay un sentir contrario ante todo pecado donde este esté en su vida,
eso es santidad.
Mirar tal cosa en una forma práctica en nuestro texto, David, un hombre que era en verdad hijo de
Dios, no quería tener manchas, suciedades, pecados en su vida, ni si quiera en las partes escondidas de
su ser, en su alma, pues era contrario a toda clase de pecados.
Pero notemos que esta santidad no es contraria al pecado porque este se vea, porque se manifiesta y
otos lo ven, porque otros se dan cuenta, y sin embargo tolera si este mal no se ve, si otros no se dan
cuenta. // No, eso no es así, la santidad está contra el pecado, sea público o privado. Un pecado es
atentar contra la voluntad de Dios, es contra Dios, por eso la santidad está contra eso.
De manera que cuando la santidad en una persona es real, es verdadera, no accede a ningún pecado
conocido si se da cuenta, si conoce que cierta cosa es pecado, reacciona en contra de alguna manera.
Lo cual quiere decir que en el interior de una persona así no hay tal cosa como una reconciliación o
amistad entre sus afectos y el pecado, el puede ver ese pecado en ciertos hechos suyos, puede
percibirlo en sus adentros, pero surge un verdadera sentimiento contrario hacia esto, pues sus afectos
están contra el pecado. Míralo en Sal.38:4-8 los afectos de este hombre estaban aprisionados y
sofocados por causa de sus iniquidades.
Ahora bien, hay que destacar y diferenciar esta repugnancia y rechazo de la santidad hacia el pecado,
del rechazo que viene de la educación o del sentir social que puede haber hacia ciertos pecados, cosa
que no se puede confundir, pues no es lo mismo.
Hay personas que condenan ciertos males y los rechazan por causa de las consecuencias que le puede
acarrear: yo aquí no robo porque si me agarran pierdo este trabajo y yo quiero conservar este trabajo.
Hay personas que rechazan ciertos males por la vergüenza que le puede traer, la cual no quiere sufrir: a
estos les pesa lo que otras personas puedan pensar o decir si oyen que él hizo tal cosa. Y ese temor de
la vergüenza le detiene del mal. Esto no es santidad.
Pero consideren que en el interior de estas no hay un rechazo, no hay una oposición al mal, sino temor a
sufrir ciertas consecuencias si comete ese mal.
También, otro factor que puede condiciona tal cosa es la educación que ha recibido, o el contexto social
en el que se ha educado, tales influencias mentalizan a las personas a condenar ciertos pecados en la
sociedad. Se ha criado con cierta conciencia de condenar o sentir un rechazo especial hacia la persona
que bebe, o la mujer que se prostituye o la homosexualidad, prácticas condenables.
Pero resulta que esa misma persona aunque condena esos males, tiene en su corazón compañerismo con
el pecado bajo otras formas, no se pone así contra las malas palabras, o el rencor, contra otras cosas
que Dios igualmente rechaza.
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La verdadera santidad y el pecado son contrarios, no a algunos pecados, sino a este cuando es conocido,
y por lo tanto no se pueden reconciliar ambas cosas en su corazón.
De manera que se puede hablar fuerte contra alguna clase de mal porque ha sido educado así, o se
puede rechazar algunos pecados por las consecuencias que uno sabe le vendrán, pero sin embargo le
pasa por encima la mano a otro males que Dios igualmente condena.
Una persona así no puede estar tranquila pensando que está en el camino, que está haciendo y sintiendo
como debe // La santidad verdadera fruto del perdón de pecados por la que un hombre vienen a ser
cristiano, tiene y mantiene cierto rechazo real al pecado, una oposición hacia el mal sea en el exterior o
en el interior, donde esta se manifieste. Porque teme desagradar a Dios, y le duele aquello que es
contra la voluntad de Dios.
2º La santificación no es perfecta en esta vida.
Hablando de la santificación, esa forma de vida en la que el verdadero cristiano anda luchando contra el
mal de su propio corazón,. ¿acaba alguna vez?. A David que lo vemos aquí en nuestro pasaje pidiendo a
Dios que le librara de esos males ocultos, ¿nos tenemos que imaginar que tal situación se estaba
refiriendo a una etapa concreta en su vida en sus tiempos iniciales, que era cuando tenía que tener
estos cuidados especiales aquí mencionados?.
No, incluso aquel que haya sido visitado por Dios dándole mayor medida de gracia, aun tiene pecado,
todavía no se ha podido librarse de la corrupción de su propio corazón.
Ecl.7:20 nos afirma que “Ciertamente no hay hombre justo en la tierra, que haga el bien y nunca peque”.
No se va a llegar a tal condición en esta vida, aun los grandes hombres de los que tenemos mucho que
coger y aprender, ellos están luchando con sus males, con la corrupción de su propio corazón.
Por eso lo que aquí nos dice David que estaba buscando ayuda de Dios para combatir el mal oculto de su
corazón, era una persona santa, pero tenía deseos y necesidad de ser limpiado, porque aquí en esta vida,
la santificación no llega a ser perfecta.
Hay una perfección en la disposición para tratar con el mal de uno, hay una integridad donde uno es
consecuente con el Señor Jesucristo y Su Palabra y la fe que profesa hacia El.
Así se nos dice que era el rey Asa en 2Cron.15.17 un hombre que preservó un corazón perfecto
(intachable) para con Dios. ¿Quiere decir esto qué llegó a un punto donde por fin pudo erradicar de su
corazón la corrupción y el pecado?, No, ni mucho menos, la Biblia no se contradice (1Jn.1:8 “si decimos
que no tenemos pecado nos engañamos a nosotros mismos y la verdad no está en nosotros...”)
Lo que esto quiere decir es que Asa no era como Amasías, 2Cron.25:2, que por un tiempo nos dice que
“hizo lo recto ante los ojos de Dios, pero no de perfecto corazón”. Apela a una falta de integridad, de
consecuencia con la fe, como una cierta medida de hipocresía, que por fuera hacía lo que debía, pero por
dentro en su corazón no respondía a todo lo que conocía, lo que sabía de Dios y Dios le demandaba.
Nuestro Salmo nos muestra a David con un corazón perfecto para con Dios, no porque haya erradicado
la corrupción de él, no porque ya no tenga pecado, sino porque sabe y conoce que hay mas pecados en su
interior que deben de ser conquistado y subyugado y es consecuente con ello, es íntegro;
Sabe que tiene menos gracia que la que podría tener y por eso ahí la está buscando y pidiendo a Dios.
Como es perfecto en la actitud de su corazón, y no en la naturaleza de su corazón, es que está
entregado a la santificación, pues esta no se concluye en esta vida // ¿Consecuencia de esta realidad?,
el hombre durante todo el camino de su vida tiene que estar luchando y mortificando su pecado,
siempre tiene que estar estregado a luchar contra su pecado. Ese es el corazón perfecto, es íntegro
para estar respondiendo a la palabra de Dios.
3ª Esta es la razón de muchas de las penas y tristezas de los cristianos.
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Siendo que la verdadera santidad se opone y repugna el pecado, y que esta santificación es algo que no
se acaba en esta vida, esta lucha es una de las razones por la que el cristiano se ve cargado y
entristecido con frecuencia.
Es cierto que un cristiano fracasa y cae muchas veces en sus palabras, en su conducta, en ciertas
ocasiones cae en pecados, y por cuanto se opone a esto se siente entristecido, humillado, pero resulta
que las inclinaciones pecaminosas secretas de su corazón son aun mas constantes, y eso trae mas carga
y humillación al cristiano.
Miremos a David en este lugar, podríamos preguntarle, “David, ¿como es que estás entristecido, como
es que te afliges, donde está el problema?, tu tienes un Evangelio bueno, un Redentor bueno, un Dios
bueno. Si, nos dirá, pero tengo un corazón malo.
A pesar de nuestro conflicto, de nuestras luchas y oraciones, todavía somos molestados con esas ideas
pecaminosas, esas inclinaciones corruptas.
Por eso nos vemos que si no llevamos a cabo nuestro deber, lamentamos nuestra pereza, si lo hacemos
tenemos que cuidarnos del orgullo // Si no oramos, tenemos que cargar con la culpa de esa omisión, pero
si oramos tenemos que estar lamentándonos de cómo nuestros pensamientos vagan en la oración, cómo
perdimos el tiempo, que no llegamos hasta Dios...// Otros se lamentan de pensamientos malos de
incredulidad o perversos que le vienen // Otros se lamentan por la murmuración, el descontento, o por
tener ideas vengativas que su conciencia ve que sale de su alma // ¡Oh miserable de mi, quien me
librará de este cuerpo de muerte!.
Por eso podríamos decir que la gran lucha que tiene un cristiano, la batalla en la que está mayormente
metido en la santificación no es en el campo abierto, sino es contra los enemigos que surgen desde
dentro mismo de su pecho, estos van a ser los enemigos que mas habitualmente se le opondrán.
Por otro lado consideren que un cristiano puede reformar mucho mas rápido asunto de su vida y su
conducta, cambiar sus hábitos de comportamientos. Que rápido vemos que hombres y mujeres cuando
vienen a abrazar a Cristo dejan sus malas palabras, el alcohol, el tabaco, las salidas nocturnas, el
robar.... y cosas semejantes en las que andaban.
Pero les costará mucho mas, donde las cosas se le pondrán mucho mas duras y serias será en reformar
su corazón, eso ya no es tan rápido ni tan fácil. // Considere que con la ayuda de Cristo y el poder de Su
gracia podremos reformar y someter mucho de los males visibles de nuestra vida, nuestra trato y
palabras; pero conquistar nuestro corazón para reformarlo será un trabajo que nos ocupe todo el resto
de nuestra vida, y esta será la razón de muchas aflicciones en los cristianos.
4º La tarea esencial de un cristiano contra el mal no es por fuera, si hay pecados secretos que tienen
que ser limpiados.
No solo nuestra vida y conducta tiene que ser sometida a estudio y cuidado, sino que nuestro propio
corazón debe ser atendido de esa misma manera. // Pues consideremos que no solo tenemos que dejar
lo que es malo, sino mas, que yo mismo no sea malo // No solo cuidar que el pecado no marque los pasos
en mi vida, sino que no engañe ni desvíe las intenciones y actitudes de nuestro corazón // no que mi ropa
está limpia, sino mi cuerpo tengo que lavar.
Recordar Ef.6:2 honrar no eso solo obedecer, sino buscar una actitud de corazón, así la esposa; o piense
en esta iglesia de Efeso en Apoc.2:1-7 el gran problema estaba ahí dentro, lo que hacía por fuera
estaba bien, pero el gran problema estaba en sus intenciones, en los móviles para hacer lo que estaba
haciendo, no era el amor al Señor el móvil, o la meta, sino otra cosa, y eso era amenaza de ruina.
Este es el gran problema de la hipocresía, llegar a un desequilibrio donde se cuide, se limpie, si mire y
estudie lo de afuera, el énfasis, el valor y el esfuerzo es para lo de afuera, pero su corazón lo deja, no
lo somete a ese cuidado, no lo estudia, y se engaña a si mismo o a otros con una apariencia reformando
cosas exteriores.
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Pero es que la mayor parte del trabajo de la santificación de un cristiano es en su corazón, es sobre la
corrupción que hay y sale de él. // Una lengua sin control, un ojo vanidoso, una mano que roba necesita
observación, oración y reformarla, someterla.
Pero recuerda que ese mal que ves en tus miembros tiene una fuente, sale, brota de una fuente, y esa
fuente es el corazón, y es en la fuente donde el mal está con mas fuerzas, es el corazón el que manda y
ejerce dominio sobre la lengua, el ojo o la mano.
Por eso cuando el diablo tienta a los hombres para hacer el mal no lo hace directamente sobre los
miembros, no es sobre el ojo para que mire lo que no debe, no coge la mano y la lleva a robar. No, este
va al corazón, pues sabe que es el corazón quien gobierna sobre nuestra lengua, ojo o mano.
Si sacamos nuestro ojo Mat.5:29 y lo echamos fuera por causa del mal y no tratamos nuestro corazón,
el problema persiste. Pues es el corazón corrupto es el que nos induce al mal, no los miembros por si
solos.
No son muchos objetos malos en si mismo, (hablamos entre los varones del uso de los móviles en los
jóvenes y el internet), sino que nuestro corazón engañoso que hace un uso dañino de eso, por lo que
cuidar nuestro corazón nos lleva a vigilar el uso del objeto.
Esta es la tarea del cristiano, tratar su corazón, esa es al fuente mayor y principal de nuestro mal. Por
eso David lo vemos tratándolo en nuestro pasaje, sabe que ese es su trabajo importante en la
santificación y es por ahí por donde puede progresar en la verdadera santidad que anhela y busca.
Que la reflexión y consideración de estas verdades nos ayuden a entender mejor como los cristianos
debemos de se y de vivir: La santidad verdadera es contraria y repugna todo pecado // la santificación
no es perfecta en esta vida // Este mal interior es la razón y la causa de muchas tristezas y
humillaciones // Por eso la gran tarea como cristiano no es solo reformar lo de fuera, sino lo de dentro,
tratar tu corazón. A esto nos llamó Cristo y será andando así como iremos en pos de El.
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