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Los pecados secretos. Salm.19:12-13. (6)
¿Quiero librarme de los pecados secretos?.
Introducción
Al final de este Salmo 19 David hace una pregunta y una petición que hemos cogido como un buen
ejemplo y enseñanza para nosotros. Esta pregunta y petición tiene que ver con sus males y errores en
general, y más concretamente con esos males que son ocultos, es decir secretos.
Este es el tema escogido para dedicar un tiempo a su estudio las enseñanzas de las S. Escrituras
tocante a “los pecados secretos”.
¿A que podemos llamar los pecados secretos? pues no son secretos en referencia a Dios, pues no se
puede hacer males escondidos de Dios, nada podemos hacer que se pueda ocultar de su vista, sino que
son secretos en referencia a otras personas y a nosotros mismos.
Hemos señalado que los pecados son clasificados como secretos: 1) aquellos males que se puedan hacer
por ignorancia de la voluntad de Dios, son secretos estos males pues la ignorancia esconde esa acción
mala. No queda sin consecuencia, y efecto en nosotros y sobre otros, pero la ignorancia extiende un
manto sobre ese mal por el cual queda secreto.
2) Cuando se cometen males pero escondido de la vista de algunos hombres, los males que se hacen
buscando no ser vistos por algunas personas, son secretos para esos hombres. Esta es la manera en la
que se comenten muchos males. Y 3) los males que se hacen escondidos de la vista de todos los
hombres, que solo los ve los ojos de tu propia conciencia, pecados que se hacen en el mundo de los
pensamientos y de los deseos, y de las imaginaciones, nadie ve tales cosas sino la conciencia del que los
hace, ahí están los malos deseos, celos, codicias...
Un asunto como este debe clasificarse entre los esenciales para nuestra vida ya fuera como iglesia,
para el bien de nuestras familias, y de cada cristiano, y aun de los hombres en general. Por eso es
importante revisar el enfoque de este tema que ya nos ocupa hace unas semanas.
Creo que nos podemos ir situando en un terreno peligroso si no damos la importancia debida a nuestros
propios pecados, y a los de nuestros hijos y los de nuestra familia, que nos situamos en una posición
delicada si nos encantamos en las bendiciones y los favores de Dios, y tenemos en poco males que se
están dando en nosotros o en los nuestros.
La doctrina de la salvación por la gracia de Dios no es un aliciente para tener en poco el pecado, la
bondad inmerecida con la que Dios nos visita no puede llevarnos a pasar por encima los males que nos
están afectando, si es así, hay algo serio que hay que cambiar, pues realmente la gracia de Dios no nos
conduce a pasar por alto nuestros propios males. Tit.2:11-12.
O dicho de otro modo, ¿dónde están los lamentos y las lágrimas por tus propios pecados, por la
perversidad de tu propio corazón?, ¿ya no ves razones para tales cosas en ti?, ¿ bpiensas que has
llegado a ser el ideal de persona o de creyente que ya no te ves llevado a tal punto?, o ¿es que ya estás
mas ciego y tolerante al mal que hay en ti?.
Recuerda como es el corazón Jer.17:9 “Más engañoso que todo, es el corazón, y sin remedio; ¿quién lo
comprenderá?” . Hablando del corazón menciona algunas característica, y destaca que es engañoso,
retorcido, malo, es algo complejo, perverso.... Y además añade que es sin remedio, malo en gran medida.
Bueno pero ¿el corzón que clase de persona?. ¿Estará hablando del corazón de esos delincuantes
peligrosos que son una amenza donde quiera que estén?. Pues no, está hablando del corazón, ¿pero el
corazón de quien?, pues del coarazón del hombre en general, el tuyo y el mío.
Por eso dice que ni nosotros mismo lo podemos comprender, ni asimiliar bien sus engaños, y sus males,
sino que Dios, vers.10, es Quien puede entenderlo en virtud de sus atributos de omnisciencia y de
omnipresencia, es El Qiuen puede escudriñar tal laberinto de maldad que es nuestro propio corazón.
Pero tal cosa ¿Tu no lo ves ya?, si ya no lo vemos es que nos hemos ido deslizando a un sitio peligroso.
¿Cual debe de ser la razón principal de nuestros lamentos y nuestras quejas?, por lo que podemos oír y
ver pensamos que es el trato de Dios con nosotros, nos lamentamos de porque Dios nos ha mandado
esto, porque nos hace esperar... creemos que la razón principal de nuestros lamentos es el trato de
Dios para con nosotros, mira si no de donde viene nuestas quejas en muchas ocasiones.
Pero las Escrituras nos dice que estamos equivocados, “De la boca del Altísimo no sale lo bueno y lo
malo? ¿por qué se lamenta el hombre viviente?, laméntese el hombre en su pecado” (Lam.3:38-39).
¿Donde están estos lamentos por nuestro pecados?
¿Porque niños no están siendo tratados adecuadamente y andan en desobediencia, y sus padres no usan
los medios que Dios da para tratar ese mal según sus necesidades?, pues porque los padres no ven que el
mal y el pecado en el que sus hijos andan sea tan malo, y lo toleran.
¿Cuál es una de las causas serias de problemas en nuestras relaciones?, ¿porque no vemos la viga que
hay en nuestro propio ojo, pero si vemos la paja en el del otro?. Se ha perdido de vista la negrura del
propio corazón, y llegamos a tener relaciones precarias con los demás no conforme a las indicaciones de
las Escrituras, porque no vemos la magnitud de nuestros propios males y miramos a los demás con
superioridad, con indiferencia, como jueces...
Hermanos, se va acercando el tiempo de empezar una nueva etapa como iglesia en un nuevo lugar,
seguramente tendremos nuevas oportunidades, una proyección hacia fuera como no la hemos tenido
antes. Pero si no estamos viendo y lamentando nuestros propios pecados, ¿qué será de nosotros?, todo
este edificio nuevo con sus oportunidades podrá volverse en contra.
Recuerden el mensaje de Cristo a aquellas iglesias de Apoc.2 y 3 ¿qué tenían que lamentar estas
congregaciones de Asia?, ¿sus trabajos, sus tribulaciones por los de afuera, su pobreza, su poca fuerza,
sus pruebas, sus aflicciones?... no, de nada de eso les dijo Cristo que se lamentara y se arrepintieran,
sino que se lamentaran y se arrepintieran de sus pecados secretos, de sus idolatrías, de sus infidelidad
a la verdad, de su jactancia, de su orgullo, de pretensiones de suficiencia, era de eso que tenían que
lamentarse.
Nuestros propios males deben estar realmente ante nosotros, y no podemos estimarlo como poca cosa,
tales serán una fuente de serios problemas si no nos lamentamos por ellas y estamos buscamos auxilio
del cielo para el perdón y el sometimiento a la voluntad de Cristo.
Con este fin es que tenemos que repasar un tema como este, con la disposición de que Dios venga a
ayudarnos para recobrar la correcta disposición hacia nuestros males, si es que nos hemos alejado de
ella. Será de esa manera que podremos servir a Dios y a nuestros hermanos y a los hombres según
tengamos oportunidad. Cuando dicen “bienaventurados los que lloran, porque ellos serán recibirán
consolación” (Mat.5:4), se refiere a esto, llorar no por el trato de Dios con nosotros, sino por nuestro
propio mal // Cuando dice (1Ped.5:6) “humillaos bajo la poderosa mano de Dios, para que os exalte
cuando fuere tiempo”, mucho tiene que ver con la humillación que viene por la correcta conciencia de
nuestros males y pecados en la que tenemos que vivir.
Tema
Veamos dos puntos hoy, los pecados secretos son males comunes en los hombres. Y, como el salmista
¿querremos nosotros limpiarnos de esos nuestros males secretos?
1º Lo común de los pecados secretos:
Efes. 5:11-12. Aquí llama el apóstol a los creyentes en esta iglesia a que se cuiden de participar en los
pecados secretos, son males frecuentes y que abundan, por eso les hace referencia a ellos // Les dice a
estos hermanos que son hijos de luz vers.8ss, y tienen que andar como tales, es decir, tienen que vivir
como bajo la mirada de Dios, sabiendo que Dios los ve, han sido iluminados la verdad de Dios y sus
necesidades.
En contraste con eso, habla de los que viven como si Dios no les mirase, están en tinieblas. Y de ahí hay
muchos que hacen males que son vergonzosos, pero los practican en secreto. Males tales que ni es
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prudente hablar de ellos, ni comentarlos ( dado que esa mención de tales males ofrecería una ocasión
para incitar o una tentación a ello, una seducción a ese mismo mal).
Observar por otra parte 1Cor.14:24-25 habla de un hombre que por primera vez llega a la iglesia
reunida, y allí ocurre un fenómeno que le era desconocido, un rayo de luz alumbra aspectos de su
persona que antes en su vida no había percatado, lo que oye, lo que ve allí le lleva a un convencimiento
(mostrar, poner de manifiesto, exponer, y se refiere a las faltas, suciedades), le lleva a un ser juzgado
(examinarse, a llamarse a cuenta, como para llegar a un veredicto) .
Tanto la Palabra de Dios como el poder del evangelio expresado en las vidas de los que se sujetan al
evangelio sacan a flote cosas ocultas, secreto que habían en su corazón, cosas que hay ahí pero no las
percibe realmente.
Pero eso secreto y oculto citado no se refiere precisamente a lo bueno desconocido, a sus posibles
capacidades y cualidades y bondades notorias pero sin descubrir... no, sino se refiere a suciedades y
maldades que estaban en su corazón, a actos, actitudes, hechos pasados, formas de ser que para nada
veía en su verdadera dimensión, y quedan al descubierto por la luz de Dios en la iglesia, por la Palabra y
la vida y la vida de los redimidos.
Notemos aquí una confirmación de lo citado antes en Jer.17:9-10, lo tortuoso que es el corazón, como
es un escondedero de muchas maldades y suciedades que el hombre muchas veces ni percibe en su
verdadera dimensión, le están ocultas. Es Cristo con Su palabra que alumbra para que eso se pueda
conocer como tal.
Pero el hombre en su ignorancia y ceguera vive pensando que tiene un grado considerable de bondad,
que conserva un residuo notable de justicia, como para pensar que no es tan malo como otros, para
recomendarse a otro, como para vivir sin preocuparse pues sus males no son tan notorios e importantes.
Combine estos dos pasajes, en el hombre hay males secretos por causa de su corazón malo, esos males
son graves, pero están en lo secreto; y por cuanto no tiene ojos para ver el hombre no lo ve, y vive
engañado pensando que es mejor de lo que en realidad es. // Tiene pecados vergonzosos, ahí en lo
secreto, pero como está en los secreto piensa que eso no tiene mucha importancia, pero el se cree justo
y bueno, o por lo menos no tan malo como los otros. Está ciego, tiene un corazón duro, insensible a la
verdad.
Es lo que le pasaba a aquellos en la iglesia de Laodisea, Apoc.3:17 Cristo dice a los de esta iglesia “tu
dices yo soy rico, y me he enriquecido, y de ninguna cosa tengo necesidad; y no sabes que eres un
desventurado, pobre, ciego y desnudo...” Y cuanto de ese mal señalado sería en lo secreto.
Amigos, hermanos, los pecados secretos son muchos, y no solo muchos, sino pueden ser graves, pecados
serios, y permanecen en lo secreto, y como los hombres no los ven, y como los hemos hecho sin que otro
se den cuenta creemos que podemos prosperar con eso encima. // Hay serios pecados en casa, y
pensamos que podemos orar y esperar que Dios nos bendiga y nos prospere.... como no lo ve nadie.
O porque ocurre solo en mi cabeza, en mis pensamientos, y mi conciencia es quien lo ha visto, piensa
puede seguir con eso en secreto, y esperar aun buenas cosas.
Pero como si fuera poco consideren que podemos añadir a ese mal otro, a eso le podemos sumar el mal
de la hipocresía, cuando eso que es malo lo queremos cubrir con cierto manto de virtud, de bondad, o de
santidad. Es decir se mantiene esos pecados secretos, y como pretexto hacemos oraciones, y adoramos
y ofrendamos, o hacemos algún bien a otros, y así no se nota nuestro mal, y nadie se da cuenta.
Eso despierta aun mas la repugnancia y la ira de Dios, considere que esa forma de conducirse lo que
hace es coger las cosas santas de Dios, para tapar los maldades que Dios abomina. Sal.50:16-18 Dios
hablando contra tal persona, ese que cogía para cubrir sus miserias lo santo de Dios.
Ciertamente nuestro corazón es engañoso y mas que todo. Ciertamente si hay algo por lo que nos
tenemos que lamentar no es por las cosas que Dios trae a nuestra vida, sino por nuestro pecado, que
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necesitamos la ayuda de nuestro Señor y Salvador para verlo de una manera real para que podamos
tener una idea correcta y mas acertada de nosotros mismos, y así no seremos tan altaneros, y
orgullosos, tan intransigentes e independientes.
2º ¿Queremos limpiarnos de esos males secretos?
Esto es una buena cuestión, nuestro pasaje nos muestra claramente como David tenía verdadera
disposición de limpiarse de los males, de todos, incluso de los que pudieran estar en oculto. No demos
esto por sentado, pues aquí la cuestión es si tenemos nosotros tal disposición, ¿cómo saber que
queremos tal cosa?
a.- No querremos limpiarnos de nuestras maldades ocultas cuando nuestro principal freno para el mal se
limita al hombre.
Nuestra relación las podemos llevar con Dios, con nosotros mismos y con los hombres. Y ante estos
tenemos que responder por nuestros males: a Dios porque le injuriamos // a nuestras conciencias
porque esta nos acusa y nos molesta, y no nos deja que tengamos quietud y tranquilidad, sino que nos
inquieta cuando hacemos mal contra ella // Pero también para con los hombres pues peligra nuestra
estima ante ellos, incurrimos en vergüenza, en pérdida de estima, en una posición de honra.... y en
general de perdida ante ellos.
Ahora bien, si es para con los hombres que principalmente temo y me lamento por causa de mi pecado,
mis cuidados tienen importancia porque los hombres los ven y los hombres los pueden juzgar; entonces
lamentaré y me pesará o trataré ese mal por lo que los hombres puedan hacer, pensar, decir.
Los males que tratará de restringir son esos que sean visibles al hombre, y no por la maldad del pecado,
no porque deshonre o desagrade a Dios.
Esto es una buena cuestión para saber si yo en verdad quiero limpiarme de mis males secretos. ¿Que es
lo que me lleva a restringir y tratar mi propio mal? Si es porque uno está bajo el ojo del hombre y es
ante él que uno lamenta y lo que él vea es lo que uno quiere evitar, entonces en verdad esta oración y
petición de David no será la suya.
Que fuente de mal es estar bajo esta forma de restricción del mal. Considera la formación de los
padres a sus hijos educados de tal manera que obedecen cuando estos están delante y los ven, o algunas
personas, pero cuando están solos en sus casas, fuera o en el colegio se sienten libres para hacer lo que
en verdad sale de su corazón, esto es en verdad es un gran mal ya fuera del padre que no lo trató
cuidando tal cosa en su hijo, o muestra en el muchacho una peligrosa y detestable hipocresía, y carácter
engañoso. Prov.29:25
Cuanto de mal hay cuanto mal se fomenta cuando nuestro principal y mas pesado freno para pecar es
por lo que vean los hombres, ciertamente no hay ahí un identificarse con esta petición de David, esa
persona no quiere limpiarse de sus males secretos.
b.- No querremos tratar y limpiar nuestras pecados secretos, cuando no queremos exponernos
debidamente a que la Palabra de Dios escudriñe nuestras vidas, nuestros pensamientos.
Vimos antes en 1Cor.14:24-25 como fue alumbrado ese hombre en la Iglesia, por la Palabra de Dios,
Sal.119:130 “La exposición de tus palabras imparte luz; da entendimiento a los sencillos”. //Heb.4:12
“Porque la palabra de Dios es viva y eficaz, y más cortante que cualquier espada de dos filos; penetra
hasta la división del alma y del espíritu, de las coyunturas y los tuétanos, y es poderosa para discernir
los pensamientos y las intenciones del corazón”.
Esta es una de las propiedades especiales que tiene la Palabra de verdad, alumbrar lo oculto que están
en el corazón del hombre, como penetra en las partes interiores del alma del hombre como una espada,
pero mas aguda que ella, es decir con un poder y eficacia mejor, y es para tratar las cosas ocultas del
alma., de los pensamientos, de las intenciones.
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El leerla, estudiarla, el buscar exponernos a sus enseñanzas, el orar para preparanos, el meditarla y
traerla a nuestros pensamientos para considerarla es la forma de disponernos para que esta alumbre
nuestro interior, para asi limpiarnos de estos males.
¿Que de nuestro corazón si no se prepara? o no se dedica a leer y a escuchar cuanto puede, cuando oye
esquiva la Palabra de Dios... eso está diciendo como no quiere que se descubra ciertas cosas secretas de
su vidas.
Cuando hay falta de dedicación a la lecturan de las Escritura, a la meditación, a la oración y preparación
para recibir la predicación de la PD, ¿considerar si lo que hay detrás es para no tratar con pecados
secretos?. Recordar que el corazón es en verdad engañoso.
¿Como se puede saber cuando uno no quiere limpiarse los pecados secretos?, cuando no se esfuerza por
traer la luz a su alma, y hace como Felix, el gobernador de Palestina cuando oyó a Pablo predicar, se
expantó y le dijo que le oiría en otra ocasión. Hech.24:25.
Hermanos, ¿dónde están los lamentos y las lágrimas por nuestros pecados y por nuestros males
secretos?. Es necesario que recordemos que tales cosas son comunnes en nuestras vidas y almas, y
reconocerlas y tratarlas para fomentar nuestra correcta relacion con Dios y con los hombres.
Sino estos serán los trandes problemas que tengamos en nuestras iglesias, y en nuestras relaciones. Por
eso en verdad tenemos que recordar lo malo que son estos pecados secretos y además tenemos que
cerciorarnos que queramos limpiarnos de ellos como el salmista.
Pero amigos, ¿has podido ver algo de esta realidad?, te ha servido para concer algo mejor lo secreto de
tu propio corazón?. Hay buenas nuevas para ti, pues el sacrificio de Cristo, su muerte tiene este
objetivo, “si hubiérmos pecado, abogado tenemos para con el Padre, a Jesucrito el justo. Y El es la
propiciación por nuestros pecados, y no solo por los nuestros, sino por los de todo el mundo” 1Jn-2:1-2.
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