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 ASAMBLEA CONGREGACIONAL DE HERMANAS CONTEMPLATIVAS Quito, Ecuador 2014 IMPULSADAS POR EL AMOR DE DIOS
“El gran Misterio del Cristianismo es la trascendencia de Dios en el universo” P.Theilard de Chardin Nosotras, Hermanas contemplativas de diferentes países del mundo, nos hemos reunido en Quito, Ecuador del 8 al 21 de agosto de 2014 para nuestra Asamblea Congregacional de Hermanas Contemplativas. Con nosotras estuvieron: El Equipo de Liderazgo Congregacional, las Hermanas Provinciales y, por primera vez, nuestros Partners-­‐ Laicos en la misión. Movidas por el Espíritu, hemos respondido a la invitación de la Hermana Brigid Lawlor: “crear un presente nuevo y planificar con creatividad el futuro de nuestra vida contemplativa en la Congregación.” Hemos escuchado el deseo grande, que brota de nuestro interior, de vivir un encuentro más profundo con Dios, siendo transformadas en el silencio, la soledad, el discernimiento comunitario y la vivencia gozosa de los Elementos Esenciales. Damos gracias a Dios por el espíritu misionero de nuestras Hermanas que han respondido al llamado “AD GENTES”, a ser presencia de Cristo con el testimonio de su vida contemplativa. Las palabras de nuestro Santo Padre, el Papa Francisco, resuenan en nuestros corazones: “Construyan la vida comunitaria… es el Espíritu Santo que está en medio de la comunidad. Siempre contemplen, siempre con Jesús… y en vida comunitaria, siempre con un gran corazón. Dejen pasar, sin vanagloriarse, sean pacientes, sonrían desde el corazón. El signo de ello es la alegría. Pido para ustedes esta alegría que nace precisamente de la contemplación auténtica y de una bella vida comunitaria.” (Discurso a las Clarisas Basílica Santa Clara de Asís 4 de octubre de2013). Somos conscientes que el místico/a es la persona que experimenta a Dios en todas las cosas y todas las cosas en Dios. Ella es una persona libre. 1 Nos sentimos interpeladas a arriesgarnos juntas por la misión y nos comprometemos a: • Profundizar nuestra sed de la absoluta Primacía de Dios, reconociendo en la Creación, el Icono del rostro de Dios. • Renovarnos en nuestras Fuentes y beber de la rica espiritualidad de San Juan Eudes, Santa María Eufrasia y la Beata María Droste, animadas por el Espíritu en el que vivimos la Reunificación. • Valorar nuestra identidad contemplativa, el tiempo para la oración, nuestra vida litúrgica y comunitaria. • Atender con cuidado la vida de comunidad: o Fomentar una actitud permanente de perdón y reconciliación en nuestras comunidades. o Formarnos en el discernimiento comunitario para mantener el equilibrio entre oración, trabajo, estudios, tiempo libre y participación en reuniones de la Provincia. o Evaluar regularmente todos los aspectos de nuestra Vida Contemplativa a la luz de los Elementos Esenciales, Justicia y Paz. • Ser comunidades acogedoras con aquellas/os que desean compartir la oración con nosotras, respetando a la vez los espacios de la clausura. • Transformar y fortalecer las relaciones y la colaboración para la misión entre las Hermanas Contemplativas, Hermanas Apostólicas y nuestros Partners en la misión. • Continuar promoviendo la Pastoral Vocacional para la Misión y la Formación Holística para todas las Hermanas y Partners-­‐ Laicos en la misión, priorizando ante todo la oración. Trabajando en partenariado con nuestras Hermanas Apostólicas y utilizando con sentido de responsabilidad los medios de comunicación. “Si quieres cultivar la paz, protege la creación.” Papa Benedicto XVI 2 La Eco-­‐espiritualidad nos interpela a: • Continuar profundizando nuestra comprensión de la Espiritualidad de la Creación, basada en el Misterio Trinitario y en la Espiritualidad del Buen Pastor. • Crecer en nuestra conciencia de que somos portadoras de la divinidad de Dios, y que nuestra oración apostólica encarnada está enlazada con cada uno de los elementos del universo. • Profundizar el don del asombro y de la admiración ante el misterio de la belleza de la Creación de Dios. • Educarnos y educar a otros hacia el respeto por nuestra tierra y el uso correcto de los recursos humanos y materiales, aplicando el método de: o Reducir o Re-­‐usar o Reciclar o Renovar La promoción de Justicia y Paz nos interpela a: • Ser cada vez más conscientes de las realidades globales y realizar acciones concretas en solidaridad con nuestras hermanas y hermanos, que sufren y con toda la Creación. • Valorar el diálogo, especialmente con las otras religiones como elemento clave para la justicia. • Tener una actitud de respeto y de reconciliación, en cada encuentro, prestando atención al uso de las palabras, a no juzgar, a no poner etiquetas. • Defender con pasión la belleza de la Creación de Dios. • Permanecer abiertas cada día al llamado de renovarnos y transformarnos en Cristo. Recomendaciones: • Continuar vivenciando el Proceso Apreciativo y el Espacio Sagrado. 3 • Favorecer en los Capítulos Provinciales, Asambleas y Reuniones espacios amplios de reflexión y diálogo, compartiendo aspectos importantes de nuestro estilo de Vida Contemplativa. • Asegurar una adecuada formación para el futuro de las Hermanas en Formación Inicial, utilizando las Orientaciones de la Congregación para la Formación, 2014. • Programar instancias de formación para las Hermanas de votos temporales con lo específico de nuestra Vida Contemplativa. • Continuar promoviendo, de parte del Equipo de Liderazgo Contemplativo Congregacional, los encuentros de formación y revitalización de nuestra Vida Contemplativa. • Profundizar nuestra comprensión de los dos estilos de vida y trabajar hacia una mayor mutualidad. Conclusión: Nos brota desde dentro un profundo sentimiento de gratitud… gratitud por nuestro llamado a vivir la Vida Contemplativa desde nuestro voto de celo. La toma de conciencia de la Primacía de Dios crea un deseo de entregar todo lo que somos dando testimonio del Evangelio. Nos sentimos atraídas hacia el Corazón de la Trinidad y nos habita el deseo profundo de permanecer allí. Al mismo tiempo, experimentamos el dolor y los sufrimientos del mundo, y sabemos que nosotras también compartimos el pecado y la violencia del mundo. Cada día, estamos llamadas a la conversión y a la transformación en Cristo. Urgidas por el amor de Dios para toda la Creación, y en unión con el corazón de María, nos sentimos movidas a tender la mano y tocar el rostro de Dios en la Creación que sufre. Sabiendo que estamos llamadas a “experimentar a Dios en todas las cosas y todas las cosas en Dios”, ofrecemos el testimonio de nuestra vida contemplativa. Ofrecemos el poder de la oración apostólica encarnada. Ofrecemos una actitud permanente de reconciliación. “Luego, correrán el riesgo,
Y se asombrarán de su audacia…
Correrán y se maravillarán de su velocidad…
Edificarán y se quedarán impresionados por la belleza de su edificio.” Charles Peguy 4