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San Mateo
Evangelio San Mateo
En aquel tiempo, Jesús habló tanto para el pueblo como para sus discípulos: “Los maestros de
la Ley y los fariseos han ocupado el puesto que
dejó Moisés. Hagan y cumplan todo lo que ellos
dicen, pero no los imiten, porque ellos enseñan
y no practican. Preparan pesadas cargas, muy
difíciles de llevar, y las echan sobre las espaldas de la gente, pero ellos ni siquiera levantan
un dedo para moverlas. Todo lo hacen para ser
vistos por los hombres. Miren esas largas citas
de la Ley que llevan en la frente y los largos
flecos de su manto. Les gusta ocupar los primeros lugares en los banquetes y los asientos
reservados en las sinagogas. Les agrada que
los saluden en las plazas y que la gente los llame Maestro. En cuanto a ustedes, no se dejen
llamar Maestro, porque no tienen más que un
Maestro, y todos ustedes son hermanos. No llamen Padre a nadie en la tierra, porque ustedes
tienen un solo Padre, el que está en el Cielo.
Tampoco se dejen ustedes llamar Guía, porque
ustedes no tienen más Guía que Cristo. El más
grande entre ustedes se hará el servidor de todos. Porque el que se pone por encima, será
humillado, y el que se rebaja, será puesto en
alto.
(23,1-12)
Canto: Vengo aquí
Yo soy - Brotes de Olivos
Vengo aquí, mi Señor,
a olvidar las prisas de mi vida,
ahora sólo importas Tú:
dale tu paz a mi alma.
Vengo aquí, mi Señor,
a encontrarme con tu paz que me serena,
ahora sólo importas Tú:
dale tu paz a mi alma.
Vengo aquí, mi Señor,
a que en mí lo transformes todo en nuevo,
ahora sólo importas Tú:
dale tu paz a mi alma.
Vengo aquí, mi Señor,
a encontrarme con tu paz que me serena,
ahora sólo importas Tú:
dale tu paz a mi alma.
Vengo aquí, mi Señor,
a que en mí lo transformes todo en nuevo,
ahora sólo importas Tú:
dale tu paz a mi alma.
Comentario del Evangelio
La coherencia de vida es mi primer apostolado, antes que ir a la India como misionero o ir a África
para cargar la cruz junto a los cristianos perseguidos. Es mejor ver a mi alrededor y analizar si ya vivo
un testimonio auténtico de la fe que profeso con mi familia, amigos, compañeros de trabajo, comunidad parroquial... Al final, este testimonio se resume en la vivencia del mandamiento nuevo de Jesús:
amando a aquel o aquella que se cruza a mi lado, estando alerta a sus necesidades, haciendo oración
por los demás, hablando bien de otros y nunca criticando si las palabras no construyen; viviendo con
sencillez, y sin vanidad, las obras de misericordia. De manera que al finalizar el día, al recostarme en
la noche, haga un breve examen del día o la semana, y en paz pueda verme de cara a Dios. Para que
Él pueda mirarme como hijo suyo y no semejante a los fariseos hipócritas que tanto amó también, pero
que su egoísmo les impidió abrir su corazón para vivir de cara la realidad y a la verdad de las cosas.
Aceptemos lo bueno y lo no tan bueno. Pero sobre todo confiemos en que con Él todo lo podemos,
porque nada hay imposible para Él. Después de todo, Él no nos llamaría a la santidad, si supiera que
no podemos alcanzarla. Con Él, no hay pero que valga.
Diálogo con Cristo
Jesús, Tú me conoces bien. Sabes quién soy, sabes cuántas veces no he dado un buen testimonio.
Te pido que nunca te alejes de mí; que me hagas consciente de que soy tuyo, de que nunca me dejas
solo, de que me amas a pesar de mis pecados y que juntos podemos todo. ¡Señor, dame la gracia de
ser un cristiano como Tú me quieres en todo momento de mi vida!
A la luz del Evangelio del día de hoy hacemos una revisión de nuestro compromiso por la vida.
Salmo comunitario
Atento a las necesidades de los demás.
Caminar en los pasos de Jesús
es vivir atentos
a las necesidades de los demás,
y comprometerse
en la vida digna de todos.
Señor de la Vida,
tú pasaste haciendo el bien,
mostrándonos el camino
de la solidaridad efectiva,
del amor al otro
que pasa por vivir
atento y preocupado
al sufrimiento de los demás,
y por eso buscar soluciones
para que la vida digna
llegue a todas las personas.
Señor,
cuesta ser solidario,
muchas veces nos aferramos
a nuestras comodidades,
cerramos los ojos
(y el corazón , que es peor),
no escuchamos el clamor
de los que sufren.
¡Tu Palabra, Señor,
es como una espada de doble filo!
La escuchamos
y no podemos permanecer iguales.
Nos llama a la conversión,
nos desafía al cambio,
nos invita a seguir tu práctica,
nos impulsa a vivir solidarios
y en búsqueda de la justicia.
Jesús, maestro bueno,
danos un corazón abierto
para acoger tu Palabra,
y que ella nos impregne
desde el interior,
para que la vivamos
en gestos y hechos concretos.
Vivimos tiempos duros,
hay muchos excluidos en nuestra mundo,
millones de personas
que no le interesan al dios-mercado,
¡pero son los más importantes
para Dios!
Ayúdanos a estar atentos,
enséñanos a estar activos,
impulsanos a dar respuestas,
muéstranos el camino de la solidaridad.
Para vivir como Tu nos pides, Señor.