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UROLOGÍA PRÁCTICA 2011
Tomografía computadorizada
Introducción
• Las Tomografías computadorizadas (TC) helicoidales actuales permiten la generación
constante de una gran cantidad de imágenes que se reconstruirán de acuerdo con las necesidades del estudio. Comparativamente con la UIV, la TC visualiza mejor el parénquima renal y
define de manera óptima la patología no urológica.
Técnica de realización
• Para la evaluación del tracto urinario se administra contraste yodado no iónico de baja
osmolaridad por vía intravenosa (100-150 mL) en bolo. La opacificación de las asas intestinales mediante contraste, vía oral, permite una mejor identificación de las mismas.
• Las imágenes obtenidas pueden ser:
- Con contraste: evaluación renal y suprarrenal.
- Sin contraste: para la detección de urolitiasis y anomalías renales macroscópicas.
- Reconstrucción tridimensional: para evaluar aspectos específicos del sistema vascular
(angio-TC) o la reconstrucción del sistema urinario (uro-TC). Indicada en la evaluación
preoperatoria de la nefrectomía de donante vivo, el estudio vascular en el Sdr de la UPU,
en la planificación preoperatoria de malformaciones congénitas, en el estudio de la patología vascular renal y extensión venosa tumoral. El uro-TC es una alternativa a la UIV.
Evaluación vesical y prostática
• Estadificación de los tumores vesicales y en el diagnóstico del traumatismo vesical en
un paciente politraumatizado.
• La TC prostática está indicada en la estadificación del CP (PSA >20 ng/mL o Gleason >7)
y en casos seleccionados de abscesos o quistes prostáticos.
Evaluación de la glándula suprarrenal
• Las lesiones suprarrenales comprenden lesiones malignas primarias, metástasis o adenomas. Aunque la TC es un método excelente, la RMN es el método de elección cuando se
sospecha un feocromocitoma. Son signos de benignidad un tamaño <4 cm, niveles bajos de
atenuación tras inyección de contraste (<0UH), contorno regular y unilateralidad.
Evaluación de la litiasis urinaria
• La TC sin contraste es la modalidad de diagnóstico por la imagen de elección para evaluar la
litiasis. Diagnostica todas las litiasis, excepto las producidas por Indinavir.
• Las principales ventajas son la rápida adquisición de imágenes, el no precisar contraste
intravenoso, su alta sensibilidad, la posibilidad de evaluar situaciones de hidronefrosis, inflamación periureteral, colecciones perirrenales o de identificar patologías no urológicas.
• TC de baja energía: la sospecha clínica de una litiasis urinaria permite realizar esta exploración reduciendo la energía aplicada, discriminando las litiasis adecuadamente y reduciendo
la irradiación al paciente.
• Composición del cálculo: aunque imprecisa en cálculos <1 cm, la estimación de la composición del cálculo mediante unidades Hounsfield (UH), puede ayudar a la toma de una decisión
terapéutica. A pesar de ello, se ha establecido la probabilidad de tasa de éxito con litotricia en
función de la densidad del cálculo en UH estimada por TC:
UH de la Litiasis
% de eliminación
<500
80-100
500-1000
70-72
>1000
26
>1200
0
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UROLOGÍA PRÁCTICA 2011
Evaluación de patología renal
Es la exploración radiológica única más importante en la evaluación de las masas renales.
• La obtención de imágenes renales se realiza en cuatro fases:
- Fase de vacío: antes de administrar el contraste intravenoso. Permite identificar calcificaciones y componente graso, así como hacer una determinación basal de la densidad en
UH que evalúe el grado y patrón de captación de posibles masas sólidas y quísticas.
- Fase córtico-medular: a los 30 segundos de la inyección de contraste intravenoso.
Permite diferenciar la corteza de la médula renal. Identifica las lesiones renales, valora
su vascularización, la anatomía vascular renal y la afectación de estructuras venosas por
el tumor. Es la fase más importante en la evaluación de la lesión renal.
- Fase nefrográfica: a los 100 segundos tras la administración de contraste yodado.
Muestra un realce uniforme del parénquima. Los tumores renales de pequeño tamaño
se detectan mejor en esta fase y en la siguiente.
- Fase pielográfica o excretora: el contraste opacifica el sistema colector, identificando
alteraciones anatómicas o la afectación tumoral del sistema colector.
• Características a determinar en una lesión renal:
- Naturaleza quística o sólida.
- Captación de contraste: cambio de la atenuación entre las imágenes con y sin contraste.
Un incremento de más de 15 UH es sugestivo de captación y por tanto de lesión maligna.
- Evaluación de los bordes de la lesión: uniformes o irregulares.
- Presencia y tipo de calcificaciones: la presencia de calcificaciones en una masa sólida indica malignidad. Una calcificación en una imagen quística compleja sin elementos sólidos captantes no es sugestiva de malignidad.
- Presencia de grasa macroscópica (densidad ≤10 UH): es sugestiva de benignidad y de
AML. La grasa debe situarse en la zona central de la lesión. Sin embargo, la presencia de
grasa y calcificaciones en la misma lesión sugiere una lesión maligna.
- Afectación venosa: la evaluación de la presencia de trombo venoso y su extensión es importante en la estadificación del tumor renal. La captación de contraste por el trombo
indica un origen tumoral, a diferencia del sanguíneo que no muestra captación.
• Caracterización de una masa renal según su patrón de captación de contraste:
- El carcinoma de células claras tiende a ser hipervascular y heterogéneo. Muestra con
mayor frecuencia vascularización peritumoral.
- El carcinoma papilar es hipovascular y homogéneo.
- El carcinoma cromófobo tiene un patrón variable de captación.
- El oncocitoma suele ser similar al patrón de captación del carcinoma de células claras.
En ocasiones se visualiza una cicatriz central.
• Evaluación del quiste renal complejo (clasificación de Bosniak):
- Tipo I: quiste benigno no complicado de fácil diagnóstico ecográfico.
- Tipo II: quistes mínimamente complicados, benignos pero con características radiológicas complejas (riesgo de malignidad del 0-5%):
 Quiste tabicado o calcificaciones mínimas finas y curvilíneas en la pared o tabique.
 Quiste infectado o hiperdenso (son redondeados, <3 cm, y con atenuación de su
contenido (>20 UH). Corresponden a quistes con sangre degenerada o coagulada).
- Tipo III: quistes indeterminados e indistinguibles de una lesión maligna (riesgo de malignidad del 50%). Tienen márgenes irregulares, tabiques engrosados y calcificaciones
irregulares y gruesas. Está indicada la exploración quirúrgica.
- Tipo IV: corresponde a una neoplasia maligna. Tienen componentes quísticos, márgenes
irregulares y componentes sólidos.
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