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Artículo de actualización
Dr. María Carolina Cabrera
Schulmeyer*
Dr. Ernesto Bermúdez*
Dra. Victoria Díaz Valdés*
Dr. Jaime De La Maza*
Dr. Jorge Farías*
Dra. Oriana Yarur**
Dra. Daniella Righo-Riggi**
Departamento de Anestesiología, Hospital
Clínico “Doctor Raúl Yazigi”, Fuerza Aérea
Ecocardiografía transesofágica
intraoperatoria: utilidad en la
monitorización cardiovascular
durante la cirugía abdominal
de Chile y Universidad de Valparaíso,
Santiago de Chile, Chile.
* Médico anestesiólogo, profesor asociado
de Anestesiología y Reanimación,
Universidad de Valparaíso.
** Médico residente en Anestesiología,
Universidad de Valparaíso.
Palabras Clave
Ecocardiografía transesofágica
intraoperatoria, monitorización,
cirugía no cardíaca
Inglés
Resumen
Antecedentes: La ecocardiografía transesofágica (ETE) puede
ser un sistema útil de monitorización cardiovascular intraoperatoria durante una cirugía no cardíaca, con la ventaja de
ser una técnica mínimamente invasiva que brinda información
anatómica y funcional sobre el corazón y sus grandes vasos
en tiempo real.
Objetivo: Evaluar la utilidad de ETE intraoperatoria en el manejo hemodinámico de pacientes con alto riesgo cardiovascular
sometidos a cirugía abdominal.
Lugar: Servicio de Anestesiología de Hospital Clínico Universitario
Diseño: Estudio prospectivo de casos clínicos.
Población: Adultos portadores de patología cardiovascular sometidos a cirugía abdominal.
Método: Se monitorizaron pacientes con ETE utilizando transductor multiplanar, describiéndose características y tipos de
cirugías. Para objetivar la utilidad clínica, al finalizar la monitorización se clasificó a cada paciente en uno de los siguientes
grupos: 1 = ETE sin utilidad, 2 = la ETE cambió el manejo de
volúmenes y fármacos, 3 = nuevo diagnóstico y 4 = la ETE fue
sustituta del catéter de arteria pulmonar.
Resultados: De un total de 98 pacientes estudiados, sólo 2
(2%) fueron clasificados en el grupo 1; 45 pacientes (51%), en
el grupo 2; 21 (24%) en el grupo 3 y 30 (34%) en el grupo 4. No
hubo complicaciones con la técnica.
Conclusiones: La ETE durante el intraoperatorio de cirugía abdominal permitió al anestesiólogo manejar mejor, en forma adecuada y segura el estado hemodinámico de pacientes con riesgo
cardiovascular, ya que las imágenes y mediciones obtenidas fueron de alta calidad y sencillas de obtener en tiempo real.
Intraoperative transesophageal echocardiography: usefulness
for cardiovascular monitoring during abdominal surgery
Summary
Background: Intraoperative transesophageal echocardiography
182 Volumen 66 · Nº 2 · Abril · Junio 2008
Ecocardiografía transesofágica intraoperatoria: utilidad en
la monitorización cardiovascular durante cirugía abdominal
Key Words
Intraoperative Transesophageal
Echocardiography, monitoring,
non cardiac surgery
Portugués
(TEE) is a minimally invasive technique that can be helpful for
cardiovascular monitoring during non- cardiac surgery, because
it provides real time anatomical and functional information of the
heart and great vessels.
Objective: Evaluation of the utility of TEE during abdominal surgery in high-risk cardiovascular patients.
Site of application: Anesthesiology Department of University
Hospital.
Design: Prospective Study of patients.
Population: Adults with cardiovascular pathology subjected to
abdominal surgery.
Method: Patients were monitored with TEE. At the end of surgery each patient was classified in one of the following groups:
group: 1 = TEE no utility, 2 = TEE useful for volume and drug
guidance; 3 = new diagnosis and 4 = TEE was a substitute for the
pulmonary artery catheter.
Results: 98 patients were studied. Only two cases were classified in group 1, 45 patients (51%) in group 2, 21 patients (21,5%)
in group 3 and 30 patients (30,5%) in group 4. There were no
complications following the use of TEE.
Conclusions: Intraoperative TEE during abdominal surgery allowed the anesthesiologist a safe and adequate hemodynamic
management of high-risk cardiovascular patients. TEE provided
high quality and easy to obtain images and measurements in
real time.
Ecocardiografia transesofágica intraoperatória: utilidade no
monitoramento cardiovascular durante cirurgia abdominal
Resumo
Antecedentes: A ecocardiografia transesofágica (ETE) pode ser
um sistema útil de monitoramento cardiovascular intraoperatório durante uma cirurgia não cardíaca, com a vantagem de
ser uma técnica minimamente invasiva que proporciona informação anatômica e funcional em tempo real sobre o coração e
seus grandes vasos.
Objetivo: Avaliar a utilidade da ETE intraoperatória no manejo
hemodinâmico de pacientes com alto risco cardiovascular submetidos à cirurgia abdominal.
Lugar: Serviço de Anestesiologia do Hospital Clínico Universitário.
Desenho: Estudo prospectivo de casos clínicos.
População: Adultos portadores de patologia cardiovascular submetidos à cirurgia abdominal.
Método: Foram monitorizados pacientes com ETE utilizando
transductor multiplanar, sendo descritas características e tipos
de cirurgias. Finalizado o monitoramento, e a fim de ponderar a
utilidade clínica, cada paciente foi classificado em um dos seg-
RAA 183
Artículo de actualización
Palavras - chave
Ecocardiografia transesofágica
intraoperatória, monitoramento,
cirurgia não cardíaca.
uintes grupos: 1 = ETE sem utilidade, 2 = a ETE mudou o manejo
de volumes e fármacos, 3 = novo diagnóstico e 4 = a ETE substituiu o cateter da artéria pulmonar.
Resultados: De 98 pacientes estudados, somente 2 (2%) foram
classificados no grupo 1; 45 pacientes (51%), no grupo 2; 21 (24%)
no grupo 3 e 30 (34%) no grupo 4. Não houve complicações com
a técnica.
Conclusões: Com a ETE, o anestesiologista conseguiu manejar
melhor, de forma adequada e segura o estado hemodinâmico de
pacientes com risco cardiovascular durante o intraoperatório de
cirurgia abdominal, pois as imagens e medições foram de alta
qualidade e simples de se obter em tempo real.
Introducción
La expectativa de vida de la población ha aumentado en forma importante, por lo que los
pacientes sometidos a cirugías tienen mayor
edad y son portadores de patologías crónicas.
Generalmente se encuentran en buenas condiciones basales y realizan una vida normal, pero
la reserva funcional de sus órganos está disminuida; así, frente a situaciones de stress, como
es una cirugía, presentan descompensaciones
intra y post operatorias. Se ha demostrado que
una buena vigilancia intraoperatoria permite
diagnosticar y manejar eventos no deseados
y así disminuir las complicaciones posoperatorias. En el ámbito de la monitorización cardiovascular intraoperatoria, la ecocardiografía
transesofágica (ETE) ha sido un importante
aporte para los anestesiólogos. La evidencia
avala su utilidad durante cirugía cardíaca1,2,
pero sus beneficios durante cirugía no cardíaca aún están siendo investigados3,4 . Se trata de
un método dinámico, mínimamente invasivo y
de fácil y rápida instalación que permite visualizar y estudiar en tiempo real al corazón y sus
grandes vasos para diagnosticar, tratar y realizar seguimiento de eventos cardiovasculares
críticos del perioperatorio; por lo tanto, podría
resultar útil para monitorización cardiovascular, manejo de la hemodinamia e indicación de
tratamiento durante cirugía no cardíaca5. Las
Sociedades Americanas de Ecocardiografía y
Anestesiología Cardiovascular (ASE/SCA) pro-
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pusieron guías clínicas con indicaciones para
ETE intraoperatoria en las que se reconocen
tres categorías con diferente nivel de evidencia6. En la categoría I, la evidencia avala el uso
de ETE existiendo un beneficio importante. En
el ámbito de la cirugía no cardíaca, la única indicación clase I sería para realizar diagnóstico
diferencial frente a una hipotensión refractaria
intraoperatoria. En la categoría II, la evidencia
es menor y los resultados dependen de cada
caso. En cirugía no cardíaca, la indicación de
clase II sería para pacientes con riesgo de isquemia intraoperatoria y enfermos con riesgo
de grandes cambios hemodinámicos durante
su cirugía. En la categoría III, la evidencia es
débil. La ETE en cirugía no cardíaca sólo estaría indicada a pacientes con riesgo de embolización intraoperatoria.
Basándose entonces en estas guías clínicas y en la evidencia de la alta utilidad de la
ETE durante la cirugía cardíaca, se decidió investigar el uso de dicha técnica como monitor
cardiovascular mínimamente invasivo durante
cirugía no cardíaca. Para esto se estudió a un
grupo específico de pacientes con riesgo cardiovascular aumentado sometidos a cirugía
abdominal, siguiendo un protocolo de imágenes y mediciones en todos los casos.
El objetivo principal de este estudio fue, entonces, evaluar la utilidad de la ecocardiografía transesofágica intraoperatoria en el manejo
hemodinámico de estos pacientes.
Ecocardiografía transesofágica intraoperatoria: utilidad en
la monitorización cardiovascular durante cirugía abdominal
Material y métodos
Luego de la aprobación por el Comité de Ética
del hospital y firma de consentimiento informado, se estudiaron en forma prospectiva pacientes sometidos a cirugía abdominal entre
enero de 2004 y diciembre de 2006. Se incluyeron en el estudio aquellos adultos que, según
su evaluación preanestésica, fueran considerados con riesgo cardiovascular aumentado y
candidatos a la monitorización del estado hemodinámico con técnica invasiva (catéter de
Swan Ganz). Las patologías cardiovasculares
consideradas de riesgo y diagnosticadas mediante estudios realizados en el preoperatorio
fueron la cardiopatía coronaria −antecedente
de infarto agudo al miocardio (IAM) previo−,
angor inestable previo, test de provocación
de isquemia positivos, patología valvular aórtica o mitral moderada a severa diagnosticada
por ecocardiografía transtorácica de reposo
preoperatoria, insuficiencia cardíaca diagnosticada por cuadro clínico y ecocardiografía
transtorácica de reposo preoperatoria −fracción de eyección baja (<30%)− e hipertensión
pulmonar moderada a severa diagnosticada
por estudio ecocardiográfico preoperatorio.
Se excluyeron los casos en que la ETE estaba
contraindicada en forma absoluta, como cirugía esófago gástrica reciente (< 6 semanas),
várices esofágicas sangrantes y trastorno severo de coagulación.
La ETE fue realizada por un anestesiólogo
con entrenamiento avanzado utilizando un
ecocardiógrafo HP Sonos 2500 y transductor
transesofágico multiplanar de 5 Mhz. Los casos fueron grabados en video y reportados en
una hoja especialmente diseñada.
Basándose en las guías publicadas por ASE/
SCA para realizar una adecuada evaluación
ecocardiográfica7, se sistematizó el examen en
tres secuencias de estructuras anatómicas.
Primera secuencia: esófago alto (Figura 1).
Aquí se estudió la válvula aórtica (VA) en su
eje corto y largo, la aurícula derecha (AD) e izquierda (AI) y el septum interauricular. A este
nivel se evaluó la presencia de comunicación
interauricular con Doppler color y medio de
contraste. Luego se obtuvo una imagen de la
Figura 1. Imagen ecocardiográfica que muestra
la válvula aórtica en su eje corto.
AD = aurícula derecha, VD = ventrículo derecho,
VA = válvula aórtica, AI = aurícula izquierda.
llegada de las dos cavas a la AD que fue útil
para evaluar la volemia y la presencia de embolizaciones.
A nivel del tracto de entrada del ventrículo derecho (VD) se estimó la presión sistólica
de la arteria pulmonar (PSAP). Para estimar la
PSAP, se evaluó la presencia de reflujo tricuspídeo con Doppler color y se midió su velocidad máxima con Doppler continuo. Con este
valor y utilizando la fórmula simplificada de
Bernoulli (P = 4 x v2) se estimó la PSAP8,9 .
Segunda secuencia: esófago medio (FiguSe visualizaron las 4 cámaras y orejuela
izquierda. Se calculó el gasto cardíaco (GC) a
nivel de la válvula mitral midiendo el área valvular mitral por planimetría a nivel transgástrico y la velocidad máxima de llene del VI (onda
E) y calculando su integral (ITV); luego se obtuvo el volumen expulsivo mitral multiplicando
esos dos valores, que a su vez multiplicado por
la frecuencia cardíaca resultó en GC mitral. Se
estudiaron las ondas de llenado diastólico de VI
(ondas E y A) y también se midió la velocidad
de las venas pulmonares (S, D y a). Entonces,
se evaluó la contractilidad miocárdica y se calculó su fracción de eyección (FE)10:
FE% = VDF–VSF / VDFx100, siendo VDF =
volumen diastólico final y VSF = volumen sistólico final.
Tercera secuencia: intragástrico. Se estudió el VI en su eje corto. A nivel de los múscura 2).
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Artículo de actualización
Figura 2. Imagen que muestra las cuatro cámaras cardíacas
y sus válvulas. AD = aurícula derecha, VD = ventrículo
derecho, VT = válvula tricúspide, AI = aurícula izquierda,
VI = ventrículo izquierdo, VM = válvula mitral.
los papilares, se monitorizó la isquemia miocárdica y se midieron los volúmenes sistólico
y diastólico del VI.
Se utilizó una visión transgástrica profunda para medir la velocidad del tracto de salida
del VI y calcular GC aórtico. Para obtener este
valor, se realizó planimetría de la válvula aórtica en su eje corto y se obtuvo su área. Se calculó la integral (IVT) de la velocidad máxima
del tracto de salida del VI y se multiplicaron
ambos valores obteniéndose el volumen sistólico, que luego se multiplicó por la FC para
obtener GC11.
Al finalizar la monitorización con ETE, y
para lograr objetivar la percepción clínica de
la utilidad que prestó la técnica, cada enfermo
fue clasificado por el anestesiólogo a cargo
del paciente, tomando como base las imágenes y los valores en uno solo de los siguientes
4 grupos:
Grupo 1 = sin utilidad, la ETE no aportó datos de utilidad para el manejo de la hemodinamia del paciente.
Grupo 2 = Según las imágenes y mediciones de la ETE, se cambió el manejo de volúmenes y fármacos inotrópicos, intervenciones que no hubiera sido posible realizar sin la
presencia de ETE.
Grupo 3 = nuevos diagnósticos que motivaron cambios en el manejo posoperatorio
Grupo 4 = sustituto de catéter de arteria
pulmonar; es decir, aunque este dispositivo
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haya sido considerado en el plan anestésico
inicial, debido a la buena calidad de imágenes
y mediciones de la ETE se decidió no instalarlo. Para el análisis estadístico se utilizó el software STATA 10.0 (TX, 86754). Se consignaron
datos demográficos, patología cardiovascular
preoperatoria y tipo de cirugía. En la descripción estadística se calcularon el promedio, la
desviación estándar (DS) y los porcentajes.
Los datos no paramétricos se analizaron
utilizando análisis de varianza con el test de
Kruskal-Wallis. Para analizar la asociación entre
eventos hemodinámicos y los valores de doppler medidos, se utilizó el modelo de regresión
linear de variables múltiples, definiéndose un p
< 0,05 como estadísticamente significativo.
Resultados
Se monitorizó un total de 98 pacientes. La edad
promedio fue de 68 ± 8 años (rango 48-89) y algunos pacientes presentaban más de una patología. El tipo de cirugía monitorizada correspondió a patología abdominal electiva (87%) y
de urgencia (13%) (Tabla I). En todos los casos
se logró insertar el transductor y obtener visiones satisfactorias que permitieron manejar
al enfermo. En el 5% de los casos no fue posible obtener una visión transgástrica adecuada
y en el 15% no se obtuvo visión transgástrica
profunda útil. Del total de pacientes, sólo 2 casos (2%) se clasificaron en el grupo 1.
Ecocardiografía transesofágica intraoperatoria: utilidad en
la monitorización cardiovascular durante cirugía abdominal
Figura 3. Imagen de aurícula y ventrículo derechos. Las
flechas muestran elementos hiperrefringentes que
corresponden a embolia aérea durante una cirugía
hepática.
Figura 4. Imagen de aurícula izquierda (AI), ventrículo
izquierdo (VI) y tracto de salida del VI (tsvi). La flecha
demuestra cómo el velo anterior de la válvula mitral
obstruye el tracto de salida durante la sístole.
En el grupo 2 se clasificaron 45 pacientes
(51%), en el grupo 3 se incluyeron 21 enfermos (24%) y en el grupo 4, 30 pacientes (34%).
En el grupo 2 se ubicó el mayor número de
casos en los que, según la evaluación realizada por el anestesiólogo tratante y de acuerdo
con las imágenes obtenidas, la ecocardiografía fue principalmente útil para el aporte de
volumen. Las estimaciones de PsAP (cm/seg)
no tuvieron variaciones estadísticamente significativas antes y después del aporte de volumen (Tabla II). Para el manejo de fármacos
vasoactivos se realizó una visualización cualitativa del engrosamiento sistólico de la pared
ventricular. En 9 pacientes (según la Tabla III)
del grupo 2 se indicaron fármacos inotrópicos calculando FE y GC, con variaciones que
fueron estadísticamente significativas. De los
21 enfermos clasificados en el grupo 3, en 18
casos la monitorización con ETE intraoperatoria llevó a realizar un nuevo diagnóstico y dos
nuevos diagnósticos en 3 enfermos (Tabla IV).
Algunos diagnósticos en este grupo sólo se
pudieron detectar tomando como base las
imágenes de la ETE, como por ejemplo un caso
de embolia aérea durante una cirugía hepática
(Figura 3) y la presencia de movimiento sistólico anterior de válvula mitral (SAM) durante
cirugía de colon laparoscópico (Figura 4). En
el grupo 4 se clasificaron más de un tercio de
los casos en los que, por contarse con ETE, no
se indicó catéter de arteria pulmonar. En cada
grupo se estudió la presencia de alteración de
la función diastólica, comprobándose que en
el grupo 4 hubo una mayor frecuencia de disfunción diastólica que fue estadísticamente
significativa (Tabla V).
En esta serie clínica no hubo complicaciones graves. Hasta 14 días del posoperatorio,
se interrogó dirigidamente al paciente sobre
la presencia de odinofagia y/o disfagia, y se
monitorizó la presencia de sangrado esófago
gástrico, que no se presentó en ningún caso.
Discusión
En este estudio se demostró que la ecocardiografía transesofágica intraoperatoria fue una
herramienta útil y segura durante la monitorización del estado hemodinámico de cirugía
abdominal en pacientes con riesgo cardiovascular alto.
Sólo en 2 casos se consideró que la ETE no
aportó nada al manejo intraoperatorio, pero
en la mayoría (98%) permitió tomar decisiones
y realizar cambios terapéuticos significativos,
como aportar los volúmenes y fármacos de
otra manera, formular un nuevo diagnóstico o
no instalar el catéter de arteria pulmonar.
Durante cirugía no cardíaca, se sigue investigando y evaluando los beneficios de la
ETE, ya que esta valoración no siempre es fá-
RAA 187
Artículo de actualización
TABLA I
TABLA III
Datos demográficos, patologías previas
y tipos de cirugía de la población estudiada
Fracción de eyección (FE %) y gasto cardíaco (GC)
e indicación de fármacos vasoactivos
n=9
n = 98
previo uso
fármaco
posterior
uso fármaco
p
40%
55%
> 0,05
3,1
3,8
> 0,05
Edad (años)
68 ± 8
Peso (kg)
71 ± 12
Talla (m)
1,69 ± 0,09
Género
41 mujeres
57 hombres
ASA 2
49
ASA 3
46
TABLA IV
ASA 4
3
Pacientes clasificados en grupo 3 (nuevos diagnósticos realizados con ETE intraoperatoria)
Cardiopatía coronaria
51 (53%)
Enfermedad aórtica
24 (24%)
Enfermedad mitral
35 (36%)
Insuficiencia cardíaca
11 (12%)
Hipertensión pulmonar
5 (5%)
Tipo de cirugía
FE (%)
GC (l/min)
Nuevo diagnóstico
Número de pacientes
Grupo 3 / n = 21
Isquemia intraoperatoria
5
Sin isquemia intraoperatoria
7
Taponamiento pericárdico
2
Hemicolectomía derecha
15
Movimiento sistólico anterior
de válvula mitral
2
Hemicolectomía izquierda
34
Derrame pleural
2
Colectomía total
7
Embolia aérea
2
Gastrectomía
6
Trombo en VI
3
Colecistectomía abierta
10
Insuficiencia mitral severa
1
Colecistectomía laparoscópica
22
Insuficiencia aórtica severa
1
Pancreatectomía
4
Estenosis aórtica severa
1
TABLA II
TABLA V
Presión sistólica de la arteria pulmonar (PsAP)
previa y posterior al aporte de volumen
Función diastólica intraoperatoria
PsAP previo
aporte de
volumen
PsAP luego
aporte de
volumen
p
16,56 ± 3,01
15,98 ± 2,89
0,9
188 Volumen 66 · Nº 2 · Abril · Junio 2008
Grupo 1
(n = 2)
Grupo 2
(n = 45)
Grupo 3
(n = 21)
Grupo 4
(n = 30)
Normal
1 (50%)
21 (46%)
10 (50%)
6 (20%)
Alterada
1 (50%)
24 (44%)
11(50%)
24 (80%)*
* p > 0.05
Ecocardiografía transesofágica intraoperatoria: utilidad en
la monitorización cardiovascular durante cirugía abdominal
cil de lograr. Se trata de pacientes críticos y
complejos, por su edad, patologías y cuadro
clínico, lo que dificulta analizar un sistema de
monitorización, ya que una sola acción difícilmente explica cambios en la morbimortalidad, que es siempre el objetivo final buscado.
Es importante entonces validar e introducir
tecnologías eficientes y seguras que brinden
al anestesiólogo información real al momento de responder interrogantes con respecto
al estado fisiológico y principalmente fisiopatológico del paciente. En este sentido, la ETE
durante el intraoperatorio es una tecnología
mínimamente invasiva que permite obtener
imágenes reales del estado cardiovascular en
pocos minutos12-14.
Es bastante conocido el hecho de que un VI
secundario a patología cardiovascular crónica
desarrolla alteraciones de su distensibilidad
(IAM previo, HTA, hipertrofia), por lo que no
existe una correlación entre las presiones medidas en las cavidades derechas y los volúmenes de las cavidades izquierdas, perdiéndose
entonces la utilidad clínica real de las presiones medidas con Swan Ganz15,16. No es el objetivo de este trabajo comparar ambos tipos
de monitorizaciones, que son completamente
diferentes, aunque deben considerarse las limitaciones de la monitorización hemodinámica y los aportes de la implementación de una
nueva tecnología.
En este tipo de pacientes con VI alterado
tampoco es siempre sencillo diagnosticar la
hipovolemia, ya que datos clínicos como cálculo del balance hídrico, taquicardia refleja no
relacionada con el plano anestésico, mucosas
secas, hipotensión y respuesta a una carga
de volumen no necesariamente se correlacionan con el estado real de la volemia. En este
sentido, la ETE entrega imágenes directas y
en tiempo real de los volúmenes, tanto de las
cavidades derechas como izquierdas.
En esta serie, parámetros utilizados como
GC y FE fueron útiles al momento de evaluar el
efecto de los fármacos vasoactivos. También
la presencia de disfunción diastólica fue alta,
coincidentemente en el grupo en el que, por la
ETE, se sustituyó la monitorización con catéter de Swan Ganz. Por otro lado, la estimación
de PsAP no fue útil al momento de evaluar el
aporte de volumen, hecho que refuerza que
en los VI con alteraciones de distensibilidad
las presiones no se correlacionen con los volúmenes. Clínicamente, esto se traduce en que
los cambios en la presión capilar pulmonar o
en la presión sistólica pulmonar no necesariamente significan un cambio proporcional en
los volúmenes ventriculares. El volumen de
fin de diástole resultaría más útil que la presión para evaluar la precarga ventricular. La
precarga está más determinada por la longitud de la fibra miocárdica al final de la diástole
que por la presión que se genera en la cavidad
izquierda, por lo cual es más seguro estimarla
por el volumen que por la presión.
La importancia de realizar estudios clínicos
como éste, es tratar de objetivar con cambios
concretos qué efectos tuvo para un paciente,
cuáles fueron los nuevos diagnósticos y qué
decisiones diferentes tomó el anestesiólogo
con el apoyo de las imágenes y mediciones
realizadas con esta técnica17,18.
Los resultados de esta serie son coincidentes con los encontrados en la literatura. Hofer
y sus colaboradores 4 demostraron que la monitorización con ETE de pacientes sometidos
a cirugía no cardíaca es de gran utilidad para
la indicación de vasopresores y betabloqueadores, especialmente en los pacientes con
antecedentes de infarto agudo al miocardio
e insuficiencia cardíaca previa. En un estudio
multicéntrico realizado en centros Europeos5,
Kolev y sus colaboradores también demostraron la alta utilidad de la ETE intraoperatoria
en la decisión clínica de aporte de volumen e
indicación de fármacos antiisquémicos en pacientes sometidos a cirugía no cardíaca.
Sin duda que esta técnica de monitorización
semiinvasiva ofrece ventajas y tiene grandes
áreas de desarrollo, pero también presenta desventajas, como el alto costo del equipamiento
y la imposibilidad de monitorizar los períodos
de intubación y extubación. Otra restricción de
RAA 189
Artículo de actualización
tipo técnico es la imposibilidad de mantener conectado el aparato en el posoperatorio, por ser
muy mal tolerado por el paciente19. En el futuro
este problema debiera solucionarse con transductores de menor diámetro y transnasales.
La principal limitación de este estudio es
que no se cuenta con un grupo control, pero
sería muy complejo intentar comparar a dos
pacientes portadores de patología crónica
cardiovascular sometidos a una cirugía abdo-
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190 Volumen 66 · Nº 2 · Abril · Junio 2008
minal, uno con ecocardiografía y el otro sin
ETE, y obtener resultados que fueran realmente confiables.
En conclusión, la ETE intraoperatoria fue
útil durante la monitorización hemodinámica
de pacientes sometidos a cirugía abdominal.
Pero se debe continuar investigando y estableciendo beneficios en otras situaciones clínicas y otros tipos de cirugías no cardíacas,
basándose en resultados objetivables20-24.
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