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Distension de Isquiotibiales II.
La pagina de consulta y referencia para el corredor.
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La informacion que aqui se presenta esta sacada integramente de la revista Runner´s,
si quieres visitar la pagina basta con que hagas click Aqui.
Los
músculos
isquiotibiales son
aquellos tres que cubren la parte
posterior del muslo. Dos más internos, el
semitendinoso
y
el
semimembranoso, y uno más externo,
el bíceps femoral.
Distension de Isquiotibiales II.
Al estirar la pierna completamente en la
zancada los músculos isquiotibiales de la
pierna adelantada están extendidos y se
contraen cuando el pie toca el suelo y la otra
pierna empieza a ser levantada hacia delante.
Por ello, estos músculos recogen o flexionan la
pierna y extienden la cadera. Cuando hacemos
un movimiento hacia adelante nos protegen, evitando que caigamos.
La zancada larga se ve limitada por la
extensibilidad acortada de estos músculos,
por lo que la exploración de los isquiotibiales es
crucial cuando haya molestia en la parte
posterior del muslo.
¿Isquiotibiales o ciática?
El diagnóstico diferencial con la ciática es
interesante y se basa en que el dolor muscular
sólo se siente cuando los isquiotibiales se están
contrayendo
o
relajando,
es
decir,
acortando, por ello no duelen con posturas
mantenidas como estar tumbado o sentado
mucho tiempo (en la ciática esto molesta).
Distension de Isquiotibiales II.
Si apareciera dolor al flexionar la columna
lumbar y se acompañase de molestias hasta
gemelos, e incluso a algún dedo del pie,
tendríamos que pensar en un cuadro de
lumbociática. No hay que olvidar que la rotura
de los músculos isquiotibiales puede dar un
test de elevación de pierna recta (signo de
Lassègue) positivo, tal y como ocurre en la
ciática, así que, además de la exploración, la
palpación de
fundamental.
la
zona
afectada
resulta
PREVENCIÓN.
La mejor prevención de la distensión, e
incluso rotura, de este grupo muscular
consiste en estirar bien después de
correr. Si bien es verdad que no todos
tenemos la misma flexibilidad articular (se
puede ser “más rígido” de nacimiento),
no es menos cierto que podemos
mejorarla
trabajando
la elasticidad
muscular.
Supongamos que queremos estirar los tres
músculos del grupo. Para ello nos
situaremos sentados o bien con una
rodilla apoyada en la suela y la pierna a
tratar totalmente estirada. Al echarnos
hacia delante sentiremos la tensión
indolora adecuada para estirar. Allí
mantenemos durante 20 segundos sin
hacer rebotes y sin que duela. Se puede
considerar que habremos hecho un buen
estiramiento de toda la zona isquiotibial.
Pero si queremos ser selectivos y estirar
sólo el bíceps femoral (parte externa del
muslo) deberemos lanzar el pie de la
pierna estirada (que es la que tratamos)
adelante y con las puntas de los dedos
giradas hacia dentro, y así permanecer
(con la pierna extendida sin dolor, esto
es, con tensión agradable pero efectiva)
durante unos 20 segundos.
Lo que no debes hacer.
Un defecto que conviene desechar
cuando estiramos esta musculatura
es subir la pierna a sitios altos
(un obstáculo en la pista, escalera,
nudo de árbol) ya que tiene mayor
efectividad hacerlo sentado en el
suelo, o en la posición de rodilla
flexionada y la otra estirada. Es
especialmente peligroso estirar “a la
pata coja” cuando el atleta tiende a
crear un desequilibrio pélvico o
presenta cierta predisposición a
hacer la “pierna corta funcional”
(báscula pélvica ocasionada por el
excesivo ejercicio).
Conviene decir, que es muy
peligroso realizar estiramientos
“en frío”, lo mejor es hacer un
pequeño calentamiento previo y
luego salir a correr. Aún así, yo
recomiendo hacerlo únicamente al
terminar, pues cuando estiramos lo
único que hacemos es normalizar unos músculos que acaban de ser
solicitados. Para calentar se deben
hacer ejercicios que reproduzcan de
algún modo la actividad física que
vamos a realizar, y en este sentido
considero el estiramiento previo al entrenamiento innecesario y los
posteriores obligatorios.
TRATAMIENTO.
Ya hemos mencionado que el músculo
bíceps femoral es el más propenso a
lesión de todo el grupo isquiotibial, y,
además de una especial vigilancia,
conviene aplicar desde la principal
sospecha de lesión hielo en dos tandas de diez minutos, separadas durante cinco
para que contraste con la temperatura
ambiente.
El reposo, elevación y posterior
compresión con un vendaje funcional
con mezcla de esparadrapo estático (tape)
y elástico (tensoplast, kinesiotape) son las
pautas en las lesiones detectadas en
pista, entrenando o en competición. Si la molestia te ocurre un día en que estás
solo entrenando para inmediatamente y
reposa todo lo posible (e incluso pide
ayuda para no apoyar mucho la pierna
afectada) y aplica, una vez estés en casa,
en casa, las sesiones de hielo arriba
mencionadas (10 minutos, pausa de 5,
otros 10 minutos).
Conforme pasen los días y con la desaparición del dolor se podrán iniciar los
ejercicios de estiramiento suave, siempre
sin molestia alguna. Posteriormente se
aconseja iniciar el fortalecimiento
muscular (tres o cuatro semanas
después) empezando siempre la rutina
con ejercicios sin recorrido (isométricos),
no dejando que aparezca dolor durante o
después de hacerlos.
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Jueves, 24 Mayo, 2012
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