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CLIMA Y
DINÁMICA ATMOSFÉRICA
1. CLIMA Y DINÁMICA ATMOSFÉRICA
ATMOSFÉRICA
2. 1
2.
PRECIPITACIÓN
2. 1
2.1.
INTRODUCCIÓN
Las Islas Canarias se localizan al sur del anticiclón de las Azores, zona caracterizada por los vientos alisios, las corrientes
marinas, y la inversión térmica (es necesario una perturbación en la misma para que se originen las precipitaciones). Todo
ello, unido al carácter insular y a la orografía de las mismas caracteriza las precipitaciones, proporcionando valores más
abundantes y de mayor humedad (en gran parte de las islas), que en la mayoría de las regiones dentro del mismo cinturón
latitudinal. La irregularidad espacial y la compleja orografía son sin duda, las características más importantes de la
precipitación en Canarias, dando como resultado que los totales pluviométricos sean muy variados, ocasionado una
irregularidad interanual, y precipitaciones que suelen ser muy localizadas.
La predominancia del anticiclón y la insularidad hace que la pluviometría a nivel del mar (menos de 300 m) sea muy escasa,
50-100 mm/año de media, en especial en las islas orientales (Fuerteventura y Lanzarote) y las costas del sur de otras islas.
Estos valores van aumentando con la altitud, de hecho en el resto de islas, en las zonas de mayor cota, se produce un
notable efecto orográfico sobre los vientos alisios húmedos del NE, que produce precipitaciones abundantes, llegando a
rebasar los 800-1.000 mm/año, en las zonas de medianías de las laderas orientadas al noreste (barlovento), zona donde se
produce el estancamiento del mar de nubes. Concretamente, en estas zonas con mar de nubes, se produce un fenómeno
de precipitación del agua de niebla comúnmente denominado lluvia horizontal. La lluvia horizontal, participa en el balance
hídrico de forma indirecta complementando (con un valor preestablecido y no suficientemente justificado) el aporte que la
lluvia convencional hace a la reserva hídrica del suelo para el consumo de la vegetación. (Braojos, 2009). En las vertientes
de sotavento, la cantidad pluviométrica se reduce por la desaparición del mar de nubes, manteniéndose más áridas. Vientos
ocasionales tormentosos del W y SW, pueden sufrir efectos orográficos y dejar precipitaciones importantes en estas zonas.
En la zona de cumbre, de las islas de mayor altitud, los vientos alisios dejan de hacer efecto, descendiendo las
precipitaciones (en algunos casos pueden presentarse en forma de nieve), en comparación con las medianías.
Figura1 Ejemplo de la influencia de la orografía en el régimen de precipitación en las islas (Tenerife).
Fuente: Gallego et al., 2000
En general, la precipitación aumenta a lo largo del archipiélago, de este a oeste pudiéndose distinguir tres grupos de islas:
(García-Herrera et al., 2001).
o
La Palma y El Hierro: más húmedas, >700 mm en su superficie, preferentemente al norte de las mismas.
Frecuencias de 50 días/año con precipitación son las usuales.
o
En Gomera, Tenerife y Gran Canaria: la estructura de la precipitación está claramente relacionada con el
relieve con un máximo de precipitaciones por encima de los 500 mm y frecuencias por encima de 65 días/año
en la mitad norte. El sur se muestra más seco, con precipitaciones de 200 mm y frecuencias de 20 días/año.
o
Lanzarote y Fuerteventura son áridas, con precipitaciones anuales por debajo de 200 mm en toda su
superficie.
2. 2
Figura 2: Distribución de la precipitación en Canarias. Los contornos muestran la precipitación media anual en mm .
Sobre cada isla aparecen los pluviogramas medios (de Gallego et al., 2004) Fuente: (J.A. Añel Cabanelas, et al., 2005)
En Canarias, la irregularidad interanual de la precipitación es muy relevante. La incidencia de los Alisios, más intensos en
primavera y verano, cuando el anticiclón de Azores se coloca en su posición más meridional, (Machin, 2003) provoca que
las precipitaciones sean más escasas en estas estaciones. El coeficiente de variación de la precipitación en las estaciones
principales de Canarias, registra valores medios del 43%, superando el 50% en sectores de cumbre de las islas de mayor
altitud, rebasa el 60% en vertientes meridionales y el 75% en costas del sur, mostrando esta enorme diferencia interanual.
2.2.
SITUACIÓN ACTUAL EN CANARIAS
Para caracterizar la precipitación actual en Canarias, se utilizan datos de la isla de Tenerife, donde la variación de los
datos responde a su contrastada superficie, orografía, orientación y vientos húmedos. Las series seleccionadas (19802004) Marzol et al., (2006) son largas y fiables y proporcionan una información válida que se puede generalizar al
conjunto de las islas. (en la bibliografía consultada no se han obtenido datos de precipitación diaria del resto de islas)
ISLA
Tenerife
28º N
ESTACIONES
ALTITUD, m
O
P
Dp (%)
CV (%)
Izaña
Cañadas-El Portillo
Vilaflor
Santiago del Teide
Chio
La Laguna
San Miguel de Abona
Puerto de la Cruz
Reina Sofía
Santa Cruz de Tenerife
San Juan de la Rambla
Playa San Juan
2.364
2.118
1.378
940
715
616
590
120
64
60
47
30
Cumbre
Cumbre
SE
SW
SW
Cumbre
SE
N
SE
SE
N
SW
461,7
378,8
418,4
497,3
285,4
592,6
194,8
346,8
126,1
244,0
281,7
125,7
11
4
6
15
7
26
4
12
6
16
14
4
49
45
49
42
42
29
46
28
56
39
27
51
O: Orientación, P:Lluvia media anual. Dp: % de días de lluvia. C.V.: Coeficiente de variación.
Tabla 1: Pluviosidad media de Tenerife (Canarias) (1980-2004).
Fuente: Marzol et al., 2006
En Tenerife, al igual que en otras islas macaronésicas, las precipitaciones más frecuentes, 98% de los días lluviosos,
tienen una intensidad inferior a 50 mm/24 h, frente a ello el 1,8% superan ese umbral, siendo las más peligrosas por
sus efectos en el territorio. A pesar de que estos valores son bajos, ocultan fuertes variaciones intrainsulares en función
de la altitud y orientación. Amplios sectores litorales no registran precipitaciones de tal intensidad en los últimos 25
años, pero en Vilaflor, en el SE y a 1.378 m, alcanzan el 9%. (Marzol et al., 2006).
La duración media de las secuencias lluviosas es de uno o dos días. El 36-62% de las secuencias lluviosas se produce
en un solo día durante el cual se contabiliza del 5-39% de la precipitación anual según las islas. Las rachas de mayor
duración, (más de 7 días lloviendo ininterrumpidamente), tienen un peso apreciable tanto por su frecuencia como por la
cantidad de agua recogida. En Tenerife estos episodios son escasos, entre el 1-6% del total de episodios lluviosos.
(Marzol, 2006)
2. 3
Gráfico 1. Relación entre la duración de los episodios lluviosos y la cantidad de lluvia en la isla de Tenerife (1980-2004)
Fuente: Marzol et al., 2006
a.
PRECIPITACIÓN HORIZONTAL
La lluvia horizontal participa en el balance hídrico de forma indirecta, complementando (con un valor preestablecido y
no suficientemente justificado) el aporte que la lluvia convencional hace a la reserva hídrica del suelo para el consumo
de la vegetación. (Braojos, 2009).
En Tenerife, las zonas con mayor potencial para captar agua son los macizos de Anaga (llegando a alcanzar en las
zonas inmediatas a la cumbre un valor medio de 0,615) y Teno, concentrada sobre todo en los meses de verano y
primavera. En la cordillera dorsal el fenómeno está más repartido. (Braojos, 2009).
Anaga
Teno
Dorsal
Figura 3. Potencial climático insular para captar agua de niebla (en tanto por uno)
Fuente: Braojos, 2009
A este tipo de precipitación se le puede considerar responsable final de las diferencias en el paisaje entre las
vertientes opuestas de algunas islas. Supone una notable fuente de humedad y un importante volumen de agua para
las laderas orientadas al norte, generando el desarrollo de los frondosos bosques de laurisilva. (Braojos, 2009). La
presencia continuada del mar de nubes en contacto con los bosques provocan que precipite la niebla y permanezca el
terreno saturado de agua. A poca distancia del bosque, el terreno puede estar seco y polvoriento, fenómeno que puede
comprobarse en El Hierro o La Gomera, sin embargo, no todos los bosques se mantienen de la misma manera.
El agua de niebla captada por la vegetación es realmente escasa. Al desarrollar el MHS, se estima que esta cantidad
es de 46 L/m2/año, en la isla de Tenerife. (Braojos, 2009). De éstos:
o
11 L/m2/año se evaporan desde las copas de los árboles (agua de intercepción) (Braojos, 2009)
o
35 L/m2/año es el agua que llega al suelo (lluvia neta) (Braojos, 2009)
2. 4
Algunos investigadores (Valladares,1995; Marzol, 2003,..) asocian la presencia de niebla con situaciones de humedad
relativa iguales o superiores al 95% (HR≥95%), siempre y cuando aquella haya estado presente durante más de 4
horas consecutivas y, además, la lluvia convencional haya sido igual o inferior a 5 mm (Marzol, 2008; Braojos, 2009).
b. TENDENCIAS DE PRECIPITACIÓN EN CANARIAS EN LOS ÚLTIMOS AÑOS
En la zona mediterránea, existe la tendencia de un descenso en la precipitación, especialmente en la estación cálida
de verano. Esta sequía es debida al incremento de circulación anticiclónica que tiende a incrementar las condiciones
estables. (Giorgi & Lionello, 2008)
Tanto en Tenerife como al norte de Gran Canaria, se ha detectado una fuerte tendencia decreciente de la precipitación
durante la segunda mitad del siglo XX. Esta tendencia es principalmente debida a la notable bajada de precipitación de
los episodios más intensos, aunque también se ha detectado una disminución significativa en la intensidad de
precipitación en el mismo periodo. (García Herrera, 2003)
En el resto del archipiélago se han obtenido tendencias decrecientes globales no significativas más bajas o incluso
positivas. En todo caso, las precipitaciones extremas juegan un papel fundamental en las tendencias de precipitación
existentes. (García Herrera, 2003)
En Tenerife, el Consejo Insular de Aguas, ha estudiado recientemente la evolución en el tiempo de las series
completas de datos hidrometeorológicos de los últimos 60 años, reflejando un descenso de la precipitación total media
(-4 mm/año). (Braojos, 2006)
Gráfico 2: Tendencia de la pluviometría insular de Tenerife (1944-2003).
Fuente: Braojos, 2006
Braojos (2006) indica una reducción en la precipitación en Canarias de entre un 10 y un 15 % respecto al período de
referencia 1980-1999 y aproximadamente de entre un 10 y un 20 % en la escorrentía. La evaporación aumenta en
Canarias debido muy probablemente al incremento de la temperatura del mar.
c.
RELACIÓN DE LA PRECIPITACIÓN CON LA NAO
Muchos autores han identificado la NAO como el fenómeno a gran escala más importante que controla la precipitación
invernal sobre el oeste de la Península Ibérica y Marruecos. (Añel Cabanelas, et al, 2005)
El dipolo constituido por el anticiclón de las Azores y la depresión de Islandia, que compone la Oscilación del Atlántico
Norte (NAO, North Atlantic Oscillation), tiene una notable incidencia en la pluviometría invernal. (García Herrera et al.,
2001, Gallego Puyol et al., 2004). El índice NAO representa de manera eficiente la relación entre la circulación
atmosférica en el Atlántico y la precipitación canaria. (García Herrera et al., 2004). Esta situación, hace que en
promedio, el clima en Canarias sea seco y estable, casi el 80% de la precipitación está relacionada con las alteraciones
2. 5
atmosféricas, como los sistemas de bajas presiones o las invasiones de aire frio en la alta troposfera, aunque el
porcentaje varía de una isla a otra. (García et al., 2001; 2003)
En los últimos 30 años, tras la observación de fluctuaciones NAO en el periodo 1860-2000, se observó una tendencia
hacia su fase positiva, donde el anticiclón de Azores se sitúa más al noreste respecto a su posición media. En esos
años, las temperaturas sobre Groenlandia son más bajas que la media y el invierno en el norte de Europa es más
templado. Además, un índice NAO positivo supone una mayor intensidad de los vientos contralisios, que se sitúan más
al norte, provoca mayores precipitaciones en el norte de Europa y sequía en la región mediterránea y norte de África.
(Moreno, 2002; Meiners, 2007)
Las incursiones de sistemas de bajas presiones o las advecciones de aire frío en altura son el origen de la relación
entre la NAO y la precipitación en el Archipiélago detectada por García et al., (2001). La correlación entre el índice
NAO y la precipitación mensual en los meses fríos es significativa y negativa para las cinco islas orientales del
archipiélago, recibiendo cantidades de precipitación claramente inferiores a las normales, dada la proximidad del
anticiclón de Azores durante la fase positiva de la NAO y viceversa. (García et al., 2001)
Gráfico 3: Medias del índice NAO de enero (1971-2000). (línea azul) en La Palma. La media de precipitación (barra verde) en La Palma en
el mismo período. Obsérvese la fuerte correlación entre el índice de NAO positivo y los años de enero más secos en La Palma y vice-versa.
Fuente: Graham, 2003
Figura 3. Correlación del índice NAO con las precipitaciones en cada isla del archipiélago canario.
Fuente: Gallego et al. 2000
Esta correlación varía a través de las islas, en general las islas del oeste (y más lluviosas a su vez) muestran una
mayor correlación que las islas orientales. La isla de La Gomera es la que mayor correlación presenta. La estación
lluviosa en Canarias es desde noviembre a marzo cuando la NAO es normalmente más pronunciada. (García Herrera.
et al., 2001) debido al desplazamiento del anticiclón de las Azores.
2. 6
d. RELACIÓN CON MANCHAS SOLARES
“Las manchas solares son zonas oscuras y frías del sol cuya cantidad varía periódicamente. Se relacionan con la
aparición de alteraciones eléctricas y magnéticas de la Tierra así como con variaciones climáticas. Un aumento del
número de manchas se traduce en una mayor intensidad de actividad solar o irradiancia total.” (MMA, 2005)
Por definición, un ciclo de Schwabe establece que en aproximadamente once años es el tiempo que transcurre entre
un máximo en el numero de manchas solares y el siguiente.
Recientemente, en distintas líneas de investigación, se han encontrado correlaciones significativas entre la pluviometría
ibérica y el periodo solar más activo registrado (1939-1969), con un desfase de tres años, para el ámbito atlántico del
norte peninsular, y de cuatro años, para el del suroeste (Romeu i Codina y López-Bustin, 2006)
En el Observatorio de Izaña, (Tenerife; 28º18’N, 16º29’W, a 2.367 msnm) se estudiaron las series de pluviometría y
número de manchas solares para el periodo 1916-1998, el cual incluye entre 8 y 11 ciclos solares, y se ha encontrado
una posible relación entre el número de manchas solares y la precipitación anual, con tres años de desfase con
respecto a la medida de precipitación. (Clavet et al., 2001)
Gráfico 4: Precipitación total anual en Izaña (representada con una línea continua y puntos negros; sobre ésta se representa el
promedio de los cinco años recientes) Bajo esta, se representa el numero de manchas solares con una línea continua
Fuente: Clavet et al., 2001
Asumiendo la homogeneidad de los datos de ambas variables (precipitación y manchas solares), hay menos de un 5%
de probabilidad de que las muestras observadas se hayan producido al azar. Con un alto grado de confianza, ambas
muestras no son independientes y hay una relación entre ambas variables. (Clavet et al., 2001).
2.3.
EVOLUCIÓN ESPERADA
Una de las consecuencias del incremento medio de las temperaturas en Canarias, aunque no se puede afirmar con
total certeza, podría ser un cierto decrecimiento de las precipitaciones. Este decrecimiento sería casi inapreciable en
las Islas orientales, donde ya las lluvias son muy escasas. (Cuevas, 2007)
Con gran incertidumbre que los cambios previstos en la precipitación en Canarias son despreciables o no son
significativos estadísticamente. (Cuevas, 2006)
Existe una tendencia de cambio en el régimen de precipitaciones hacia lluvias de intensidad muy fuerte y de forma
torrencial. (Cuevas, 2007)
Autores como Langenberg (2000) y Palmer & Raisanen (2002) coinciden en que el incremento de concentraciones de
gases de efecto invernadero durante el s.XXI incrementará la frecuencia de inviernos más húmedos y cálidos en
2. 7
Europa (debido al incremento de condiciones de NAO positivos), los cuales, indudablemente presentan efectos sobre
la temperatura y precipitación en Canarias. (Graham. 2003)
A nivel global y también a nivel local en Canarias, la humedad relativa podría aumentar globalmente; pero, junto a la
humedad, también podrían incrementarse los aerosoles (polvo en suspensión), por lo que las gotas de nube serían
más numerosas pero más pequeñas, lo que implicaría una menor precipitación. (Cuevas, 2007)
Un creciente número de investigaciones que estudian los efectos de la actividad solar en la Tierra. Tommy Patterson
en su investigación de 2002, comienzan a extraerse teorías sobre un enfriamiento global. “Los científicos que estudian
el sol predicen que, para el año 2020, el sol comenzará su ciclo de Schwabe más débil de los dos últimos siglos, lo cual
probablemente conducirá a unas condiciones inusualmente frías en la Tierra” De aquí se puede deducir, que para 2020
la precipitación en Canarias habrá disminuido.
2.4.
PROBABILIDAD
No disponibilidad de datos.
2.5.
CONSECUENCIAS
“En el archipiélago, especialmente en las islas orientales más áridas, varias especies de aves parecen reaccionar a los
años lluviosos adelantando la reproducción. En años secos, ciertas especies (codornices, trigueros) pueden dejar de
criar, lo cual podría achacarse a baja producción de frutos. Una serie de años de bajas precipitaciones podría afectar a
los tamaños poblacionales, acarreando que estas poblaciones se desplacen en busca de alimento hacia zonas
agrícolas, generando una mayor incidencia de daños a cultivos y mayor vulnerabilidad a cazadores furtivos y venenos.
En el caso de la Hubara canaria (Chlamydotis undulata fuerteventurae, “En peligro de extinción”), los niveles distintos
de precipitaciones entre islas (Lanzarote, Fuerteventura, La Graciosa) pueden forzar movimientos entre islas, con los
consiguientes costes de desplazamiento. (U. de las Palmas, 2010)
Según lo previsto por la Comisión Nacional del Clima para el conjunto del territorio español un cambio climático basado
en una ligera disminución de la precipitación media anual y un aumento de la temperatura, supondría una disminución
de los recursos hídricos, en general. (Braojos, 2006)
La pluviosidad horizontal presenta un papel importante con respecto al mantenimiento del bosque de laurisilva canario.
Por ejemplo, Fuerteventura es una isla muy árida que, sin embargo, aún conserva un reducto de bosque en el macizo
de Jandía, gracias a la lluvia horizontal. En caso de que cambie el régimen de vientos alisios y las masas de aire
atlánticas, en las laderas del norte de las islas de mayor altitud, se modificaría la permanencia o frecuencia del mar de
nubes e incluso su altitud perjudicando a los bosques de laurisilva de Canarias.
2.6.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
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Cuevas E., 2007. Conferencia: “El cambio climático, causas y problemática en Canarias”. de las Jornadas “Cultiva tu clima”,
organizadas por Red Canaria de Semillas, el viernes, 16 de noviembre de 2007.
GAPS (FALTA DE INFORMACIÓN)
-
Gallego et al. destaca: “En todos los casos sobre la variabilidad de la precipitación se detectan diferencias entre
islas, resaltando la necesidad de los estudios locales incluso cuando se analiza la influencia de un patrón climático
de escala hemisférica.”
-
Es necesario estudiar la tendencia experimentada de la precipitación horizontal y la evolución esperada de la
misma, puesto que en algunas zonas de Canarias, supone un complemento muy relevante de la precipitación
convencional y que podría afectar a los bosques de laurisilva que tiene asociados.
-
Se plantea la incertidumbre de una relación causal entre la pluviometría y la variación de irradiancia solar a lo
largo de los ciclos de Schwabe. (Romeu i Codina& López-Bustin, 2006).
-
La influencia NAO sobre la precipitación subtropical es pobremente desconocida aún a causa de la falta de series
climáticas largas y fiables series en Canarias. (García Herrera, et al., 2001).
2. 9