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1. LA CRISIS DEL ANTIGUO RÉGIMEN. La crisis del Antiguo Régimen (monarquía absolutista, sociedad estamental basada en los privilegios, régimen señorial y economía rural) se inicia en España en 1808 con la Guerra de la Independencia y finaliza tras la muerte de Fernando VII en 1833 con la instauración del Liberalismo. Esta etapa es de avances y retrocesos en la instauración de la monarquia constitucional, la abolición señorial, la desaparición de privilegios y el surgimiento de una sociedad de clases dividida en función de la riqueza. Esta crisis también tiene lugar en otros países europeos a principios del siglo XIX como consecuencia de la Revolución Industrial y la Revolución Francesa comenzó en 1789, siendo rey de España Carlos IV. El entonces secretario de Estado, Floridablanca, intentará sin consiguirlo, evitar el contagio revolucionario. Sin demasiadas dificultades atravesaron las fronteras textos revolucionarios como la Declaración de Derechos del Hombre y ejemplares de la Constitución francesa de 1791. La llegada de estas ideas no hubiera sido suficiente para provocar cambios importantes. La crisis del Antiguo Régimen se aceleró con la invasión de España por tropas napoleónicas, en virtud del Tratado de Fontainebleau y las humillantes abdicaciones de Bayona (de Carlos IV y Fernando VII) que dejaron el trono de España en manos de José Bonaparte. A esta situación se llegó tras la política de alianzas con Francia, promovida por Godoy, después de la derrota que sufrió España junto a otras monarquías absolutistas en coalición, frente a la Francia revolucionaria. Godoy promovió reformas internas (primera desamortización eclesiástica, reducción del poder de la Inquisición, promoción de las Sociedades Económicas de Amigos del País...). España se convirtió en aliada de Francia y se enfrentó a Inglaterra con la humillante derrota en Trafalgar a manos del almirante Nelson que destrozó a la armada francoespañola. En 1807 Napoleón obtuvo por el Tratado de Fontainebleau el consentimiento para atravesar España y atacar a Portugal , aliada de los ingleses. El “secuestro” de los reyes y la lucha contra los franceses, la Guerra de la Independencia, provocaron la creación de Juntas que hicieron posible la celebración de las Cortes de Cádiz en las que se aprobó la Constitución de 1812, símbolo de la ruptura con el Antiguo Régimen. La posterior reacción absolutista tras el regreso de Fernando VII, no impidió tras su muerte en 1833, la construcción de un Estado liberal. El liberalismo acabó imponiéndose a lo largo del siglo XIX, como en otros países europeos, aunque en España surgió del compromiso entre la nueva burguesía y las viejas élites del Antiguo Régimen, nobleza y clero. 2. LA GUERRA DE LA INDEPENDENCIA. COMIENZO, DESARROLLO Y CONSECUENCIAS. Con las tropas francesas invadiendo el territorio español tras el Tratado de Fontainebleau, el 18 de marzo de 1808 estalló un motín en Aranjuez donde se encontraban los reyes. Dirigido por la nobleza palaciega y el clero, perseguía la destitución de Godoy y la abdicación de Carlos IV en su hijo Fernando (promotor del motín) a quien se habían unido todos los enemigos de Godoy. Los amotinados consiguieron sus objetivos lo que puso en evidencia la debilidad de la monarquía. Napoleón llamó a Carlos IV y Fernando VII a Bayona que sin resistencia abdicaron y éste entregó el trono a su hermano José I. Convocó Cortes en Bayona para legitimar el nuevo régimen y aprobaron el Estatuto de Bayona, que se considera una Carta Otorgada y que pretendía acabar con el Antiguo Régimen (desamortizaciones, desvinculación de mayorazgos y de las tierras de “manos muertas”, fin del régimen señorial, igualdad jurídica, ante los impuestos y el acceso a los caragos públicos. Abolición de la Inquisición e inicio de la reforma administrativa). Mientras se desarrollaban los hechos de Bayona, se inició en España el levantamiento popular.. El 2 de mayo el pueblo de Madrid se alzó de forma espontánea contra la presencia francesa. Fue duramente reprimido por el ejército francés, pero el ejemplo cundió por todo el país y la población se levantó contra el invasor en un movimiento de resistencia popular. Surgieron las Juntas, primero locales, luego provinciales que forzaron la reunión de una Junta General Central que asumiera la soberanía y organizase la resistencia frente al invasor. A pesar de la superioridad francesa sufrió una derrota en Bailén en julio de 1808 que obligó a Napoleón a venir en persona, ocupar Madrid y dominar teóricamente el territorio español. La organición de la resistencia se realizó desde la “guerrilla”, forma espontánea y popular de resistencia armada, con partidas de voluntarios con un jefe de cuadrilla (guerrilleros como el cura Merino, el Empecinado, Catalina de Aragón) que hostigaban al ejército en la retaguardia: destruían sus campamentos, sus abastecimientos... La resistencia de algunas ciudades, “los sitios” como Gerona o Zaragoza, desgastaban al ejército francés y daban tiempo a la organización de la resistencia en el resto del país. Aunque una pequeña parte de los españoles, los afrancesados (parte de los ilustrados,, altos funcionarios, parte de la alta nobleza) apoyaron la monarquía napoleónica, la mayoría de la población española fomó el frente patriótico, todos los que se oponían al invasor, desde la mayor parte del clero y la nobleza, que deseaba la vuelta de Fernando VII y el absolutismo, los ilustrados como Floridablanca y Jovellanos que deseaban su vuelta pero para impulsar un programa de reformas, junto a los sectores claramente liberales que querían un sistema liberal- parlamentario, una constitución, la soberanía nacional, la división de poderes, la abolición de los privilegios estamentales y gremiales y el desarrollo del capitalismo. El conflicto fue largo, desde 1808 a 1814, y de desgaste. España recibió la ayuda de los ingleses al mando del general Wellington. Aunque lo más decisivo para su final fue la campaña de Rusia para la que Napoleón retiró tropas de España. La incapacidad de mantener los dos frentes y el hostigamiento de las tropas de Wellington en España, obligaron a Napoleón a abandonar España y firmar el Tratado de Valencay que suponía la vuelta de Fernando VII. Las consecuencias fueron: Pérdidas demográficas, con mas de un millón de muertos (10% de la población). Pérdidas económicas y destrucción: abandono de tierras, destrucción de caminos, puentes.. El exppolio y la destrucción del patrimonio histórico-artístico. Consecuencias morales y psicológicas: crueldad, venganzas... Surge un nuevo tipo de militar y guerrillero, decisivo en el futuro acontecer político. Políticas: una auténtica revolucón, las Cortes de Cádiz y la Constitución de 1812, el enfrentamiento entre libereales y absolutistas, la descomposición del Antiguo Régimen y el estímulo a la emancipación de las colonias americanas. 3. CORTES DE CÁDIZ. COMPOSICIÓN, OBRA POLÍTICA Y LEGISLATIVA. Desde el verano de 1808, las Juntas locales y provinciales que dirigían la resistencia, enviaron representantes para formar una Junta Central Suprema que asumió el poder y formó un nuevo ejército. Se reunió en Aranjuez presidida por Floridablanca, con la colaboración de Jovellanos. La Junta reconoció a Fernando VII como legítimo rey y asumió su autoridad hasta su retorno. Ante el avance de los franceses huyó a Sevilla y de allí a Cádiz en 1810, la única ciudad que con ayuda de los ingleses se resistía a la ocupación francesa. Ante las dificultades para organizar la resistencia, convocó unas Cortes y la Junta Central se disolvió tras su convocatoria en enero de 1810, mantieniendo mientras se reunían una regencia formada por cinco miembros que inició el proceso electoral en condiciones realmente difíciles. El ambiente liberal de la ciudad influyó en que gran parte de los elegidos simpatizaran con estas ideas. En septiembre de 1810 se abrieron las Cortes de Cádiz y su primer triunfo fue la formación de una cámara única y la aprobación de la soberanía nacional, reconocimiento de que el poder reside en el conjunto de los ciudadanos que eligen a sus representantes. En su composición destacó la fuerte presencia del clero, 1/3 total (esto explica algunos artículos sobre la religión), algunos miembros de la nobleza y un importante nº de abogados, funcionarios y militares. No había artesanos, ni obreros, ni campesinos, predominaban las clases medias urbanas. No había partidos políticos, aunque pronto se formaron dos grupos, el de los liberales como Muñoz Torrero, Villanueva y Argüelles, y el de los absolutistas. Su obra política y legislativa. Su primer decreto del 24 de septiembre de 1810, supuso la ruptura con el Antiguo Régimen, la confirmación de la soberanía nacional y la defensa de la separación de poderes (siguiendo a Montesquieu). No reconoció las abdicaciones de Bayona. Otros decretos y leyes reformistas abolieron los derechos feudades o señoríos, la Inquisición, la Mesta, la tortura, se proclamò la libertad de prensa (o de imprenta se llamaba entonces), la libertad de trabajo que suponía la eliminación de los gremios, se eliminaron las pruebas de nobleza y de limpieza de sangre... La obra magna de las Cortes de Cádiz fue La Consttitución de 1812, ejemlo de constitución liberal, inspirada en los principios de la Revolución Francesa.. Primera constitución española y modelo para las constituciónes del XIX en España y otro paises de Europa (Portugal, Italia) y América. A pesar de la gran importancia de las Cortes de Cádiz, su obra no tuvo gran incidencia por la situción de guerra y la vuelta al absolutismo con el regreso de Fernando VII. No obstante, durante décadas fue el programa de los liberales españoles durante décadas.