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SEROTONINA y ENFERMEDAD BIPOLAR En la década de los sesenta se consolida la hipótesis de lo mucho y lo poco en la patogenia de las enfermedades del ánimo: la disminución de los neurotransmisores sinápticos provoca depresión y su aumento, manía. En los años setenta los cambios en la sensibilidad de los receptores pre y post- sinápticos explican la demora de más de 2 semanas en la acción terapéutica de los fármacos antidepresivos. Más recientemente, se habla de la heterogeneidad biológica. Se plantea que existiría heterogeneidad en las causas de las enfermedades del estado anímico, puesto que la neurotransmisión en las sinapsis puede alterarse de varias maneras: precursor del neutransmisor (mensajero de señales entre las neuronas), su síntesis, recaptación, almacenamiento, metabolización, receptor, segundo mensajero, canales de calcio, expresión genética, etc. Pero también habría heterogeneidad fisiopatológica: existirían muchas interacciones e interdependencias entre los varios sistemas de neurotransmisión (basados en el tipo de neurotransmisor: serotonina, dopamina, noradrenalina , etc.) siendo muy posible que la disfunción de uno de ellos provoque manifestaciones conductuales similares. En esta oportunidad se revisará la probable participación de la serotonina en el trastorno bipolar, abordando de manera especial las manifestaciones maníacas y solo ocasionalmente las depresivas cuando correspondan a trabajos efectuados en bipolares. Importa recordar que en comparación con la depresión monopolar, la enfermedad bipolar tiene muchos menos estudios sobre neurotransmisores, en particular serotonina. MANIA y NEUROTRANSMISORES CEREBRALES La hipótesis original de las enfermedades afectivas indicaba que la manía se caracterizaba por un aumento de catecolaminas. Los fundamentos surgían de la acción de determinados fármacos: la precipitación de manía por sustancias que estimulaban la actividad catecolaminérgica (L-dopa,alfa) y la disminución de los síntomas por fármacos que inhibían ese sistema (clonidina). En todo caso, la especificidad de las anomalías de la neurotransmisión catecolaminérgica es solo hipotética, aunque la evidencia acumulada favorecería una hiperactividad de noradrenalina sobre dopamina. En forma alternativa se ha propuesto que la actividad serotoninérgica sería anormal, posiblemente deficitaria. Como en el caso de las catecolaminas, la hipótesis serotoninérgica ha buscado soporte en los efectos de ciertas sustancias y en el posible mecanismo de acción del litio. En los últimos años las mediciones en líquido cefalorraquídeo LCR de MHPG, metabolito de noradrenalina, y HVA, metabolito de dopamina, indican una hiperactividad de ambos sistemas, pero los estudios son más abundantes y consistentes para el primero. De hecho el MHPG es el único metabolito que se correlaciona de manera significativa con la evaluación sistemática de la manía utilizando escalas de medición, lo cual no ocurre con HVA y 5-HIAA, este último metabolito de serotonina. Sin embargo, mediciones recientes de metabolitos urinarios y en LCR son contradictorias con las ideas más aceptadas. MHPG puede estar elevado en depresiones y 5-HIAA elevado en pacientes con manía. Estos resultados demuestran lo difícil que es obtener una hipótesis coherente para las enfermedades afectivas. MANIA Y SEROTONINA Los resultados de las mediciones de 5-HIAA en el líquido cefalorraquídeo de enfermos maníacos, comparados con sujetos control, no son suficientemente consistentes: varios trabajos no muestran diferencias, algunos indican un nivel inferior en los pacientes, e incluso otro encuentra valores más elevados, aunque solo en mujeres; cuando se comparan con pacientes deprimidos los resultados indican que no habrían diferencias o que los bipolares tienen valores más bajos que los monopolares. Esto sería consistente con la proposición de que este metabolito es independiente del estado anímico y que no sería posible saber si tiene relevancia en la enfermedad maniaco-depresiva. Una de las ideas más atractivas entre los estudiosos de la enfermedad bipolar es la Hipótesis Permisiva: el déficit de la transmisión de serotonina posibilita la aparición de los trastornos afectivos pero no es suficiente para causarlos, en tanto que los cambios en la neurotransmisión catecolaminérgica, cuando se producen en el contexto de un déficit de serotonina, provocan la enfermedad afectiva y además determinan su cualidad, es decir, cuando las catecolaminas están elevadas producen manía y cuando están disminuidas, depresión. Existen suficientes datos para aceptar que la depresión depende de la actividad disminuida de catecolaminas y serotonina, pero más difícil es fundamentar que la reducción de serotinina constituye el mismo sustrato para manía y depresión. LA HIPOTESIS PERMISIVA Los puntos siguientes intentarán buscar fundamentos para esta manera de entender la enfermedad bipolar. Los precursores de Serotonina: En un estudio que emplea 5 hidroxitriptofano (5-HPT), precursor de serotonina (5-HT), se observa un incremento de la concentración de cortisol plasmático tanto en pacientes maníacos como depresivos y de manera mucho más intensa que en controles sanos. Sabiendo que la 5HT es habitualmente un estimulante de este sistema neuroendocrino, lo importante es que en los enfermos afectivos la respuesta intensa puede significar una hipersensibilidad de los receptores serotoninérgicos, quizás en hipotálamo y/o hipófisis. Se sabe que sustancias útiles en depresión pueden ser también eficaces en manía. En un trabajo con pacientes maníacos tratados con L-triptófano, aminoácido precursor de 5-HT, se consigue un alivio levemente mayor que con 400 mg de clorpromazina, en un diseño doble ciego y con placebo. Aquí no olvidemos que este fármaco se ha ensayado con pacientes depresivos con efectos favorables, y también sabemos de informes sobre el efecto euforizante que tiene este mismo precursor en pacientes deprimidos muy probablemente unipolares e incluso en sujetos sanos. Tal vez lo que aquí ocurre es una acción de serotonina sobre receptores hipersensibles que lleva a la desestabilización del ánimo y desencadena manía. ALGUNOS ASPECTOS CLÍNICOS Obviamente los estados maníacos y depresivos tienen algo en común cuando se dan en un mismo individuo que padece el trastorno bipolar. Por otra parte, en el mismo enfermo y en el mismo período pueden presentarse simultáneamente síntomas maníacos y depresivos, los llamados estados mixtos, lo que es otra prueba que depresión y manía no son solamente estados diametralmente opuestos y excluyentes. Otros estudios de seguimiento han encontrado que los niveles de 5-HIAA en LCR son similares en las fases depresivas y maníacas y también que la alteración bioquímica persistiría en el estado eutímico, lo que indicaría una inestabilidad persistente del sistema neurotransmisor. Hay varios informes del efecto maníaco o hipomaníaco de L-triptofano y de 5 hidroxitriptofano, ambos precursores de la síntesis de serotonina, tanto en sujetos sanos como en pacientes depresivos. Pero también se sabe que alrededor del 10% de los pacientes depresivos tratados con antidepresivos presentan switch hipomaníaco, en especial si son bipolares con antecedentes premórbidos de personalidad ciclotímica. Estos resultados indicarían que un estímulo serotoninérgico puede gatillar una reacción hipomaníaca, pero no permiten concluir que la serotonina por sí misma sea la causa inmediata del episodio maniaco, entre otras cosas porque este switch no es específico para los fármacos serotoninérgicos y porque los precursores del neurotransmisor en algunos estudios también han demostrado acción antimaníaca; se piensa que el estímulo serotoninérgico puede sacar a la persona del estado depresivo y proporcionar un estímulo a otro sistema que tiene una mayor relación con los síntomas maníacos. Otros autores estiman que una hipersensibilidad de los receptores serotoninérgicos se presentaría en los pacientes bipolares pero que se requiere la activación del sistema catecolaminérgico para la aparición de los síntomas maníacos. LITIO Y SEROTONINA Si bien hoy día no existe una visión global de los mecanismos de acción del litio, conocemos algunos datos que son de interés. Es muy probable que éste inhiba la hipersensibilidad dopaminérgica en los pacientes maníacos. Respecto de serotonina hay varios estudios en animales y humanos que indican su activación por el litio y la evidencia es suficiente como para aceptar que el tratamiento con antidepresivos puede ser asociado con hipersensibilidad a la serotonina, lo que facilitaría la acción de litio cuando en algunos pacientes se lo elige como potenciador de la acción antidepresiva. Ya se sabe que muchos antidepresivos ejercen su acción sobre receptores siempre que exista indemnidad del sistema serotoninérgico y que el litio puede provocar una hiporegulación de los mismos receptores. Podríamos preguntarnos si la acción del litio en manía también es serotoninérgica y tal vez anticatecolaminérgica, en concordancia con la hipótesis permisiva, más aún cuando el litio puede ser usado no sólo en la profilaxis de la enfermedad bipolar sino también en la monopolar y es claro su efecto antidepresivo puro. CONTROL DE IMPULSOS Y SEROTONINA Existen innumerables estudios que indican que una disminución de la función serotoninérgica no solo se asocia con depresión en general, sino también con algunos síntomas específicos de ella y con otra patologías, especialmente en presencia de conducta suicida, impulsividad y violencia. Al parecer habría alguna alteración de la actividad presináptica en una población heterogénea de pacientes caracterizados por una reducción del control de impulsos. Al mismo tiempo, se ha encontrado que los activadores de la función serotoninérgica son eficaces en el tratamiento del desorden obsesivo compulsivo: antidepresivos tricíclicos y precursores (L-triptofano y S- hidroxitriptofano). Se ha planteado que esta patología es la imagen en espejo de aquella con bajo control de impulsos, ya que se caracteriza por un alto control. En el trastorno obsesivo compulsivo también se podría hablar de una reacción contra el descontrol y de hecho ciertos pacientes pierden el control. Algunos trabajos sugieren que aquí habría una hipersensibilidad de los receptores serotoninérgicos para compensar el déficit funcional presináptico. En el caso de enfermos maníacos también podríamos decir que existe descontrol impulsivo: el sujeto no puede detenerse, presenta hiperactividad motora y verbal, facilitación sexual y social, en algunos casos llega a la violencia y en general son conductas no premeditadas. Si esto lo asociamos con la hipótesis permisiva, vale decir, déficit de serotonina, la manía podría ser asimilable al grupo de patologías en que este neurotransmisor ha sido relacionado con descontrol de impulsos: bulimia, alcoholismo, conducta autodestructiva, suicidio violento y trastorno obsesivo compulsivo. Sabemos también que las sales de litio han sido empleadas con éxito en pacientes con conducta violenta, en especial en esquizofrenia. Tal vez aquí la acción ocurra en el sistema serotoninérgico. Dr. Pedro Retamal C. Profesor Psiquiatría Facultad Medicina Universidad de Chile.