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BOLETINES COLPSIC NO. 014 * CAMPO DE PSICOLOGÍA DE LA SALUD
ISSN (en línea): 2462-8611
Boletines
Colpsic
Campo de
Psicología de la
Salud
MAYO – 2016
BOLETÍN NO. 014
EL AUGE DE LAS CIRUGÍAS ESTÉTICAS Y LA
SALUD MENTAL
Por Constanza Londoño, Subdirectora Nacional del Campo de Psicología de la Salud de Colpsic,
Diana Pulido y Karen Liceth Cabarcas, colegiadas activas de la Universidad Católica de Colombia.
© Colegio Colombiano de Psicólogos
www.colpsic.org.co
Bogotá, D.C., Colombia
Sala Nacional Colegial
Presidentes Capitulares
Betty Luz Ruiz
Carolina Aguilar Bedoya
Esmeralda Torres Betancourt
Fabio Alexander Salazar Piñeros
Francisco Apolinar Larrañaga Pineda
Hélmer Chacón Peralta
Henry Sánchez Olarte
Juan José Cañas Serrano
Juliet Vanessa Salazar Rodríguez
Nelson Ricardo Vergara Chaparro
Rodrigo Mazo Zea
Consejo Directivo Nacional
Presidencia
Claudia María Sanín Velásquez
Vicepresidencia
Germán Antonio Gutiérrez Domínguez
Miembros Consejo Directivo Nacional
Andrés Manuel Pérez Acosta
José Rodríguez Valderrama
Juan Diego Tobón Lotero
Leonidas Castro Camacho
Martha Leonor Restrepo Forero
Nancy Vargas Espinosa
Olga Lucía Hoyos de los Ríos
Dirección Ejecutiva Nacional
Evelyn Carrioni Denyer
Dirección de Comunicaciones
Ana María Houghton Illera
Compiladora
Diana Carolina Monroy Sánchez
Subdirectora de Campos Programas y Proyectos
Revisión de estilo
Juan Pablo Torres Sánchez
Diseño y diagramación
Mónica Paola Martínez Abril - Ingrid Vanessa Becerra Flórez
La Sociedad Internacional de Cirugía
Plástica Estética en 2011 publicó una lista
mundial de los diez países en los que más
procedimientos quirúrgicos estéticos, es
decir no realizados por motivos médicos o
de salud, se habían realizado durante el
2010; USA ocupó el primer lugar y
Colombia se ubicó en el décimo lugar, con
una cifra cercana al millón de cirugías
estéticas,
entre
liposucciones
y
mamoplastias
de
aumento;
y
determinaron
que
los
cinco
procedimientos no quirúrgicos más
usados eran la inyección de toxinas o
neuromoduladores (Botox, Dysport, etc.),
la inyección de ácido hialurónico, la
depilación de vello con láser, la inyección
de grasa autóloga (tomar la grasa del
propio cuerpo e inyectarla al mismo
paciente en otra parte del cuerpo) y
tratamiento Láser de Luz Pulsada Intensa
- IPL (4.4 %).
Los altos costos económicos,
conductuales y de salud derivados de las
Cirugías Plásticas Estéticas pueden ser
considerados motivos suficientes para
que las personas decidan no someterse a
EL AUGE DE LAS CIRUGÍAS
ESTÉTICAS Y LA SALUD
MENTAL
Páginas 1 - 2
PATOLOGÍAS PSIQUIÁTRICAS
QUE SE ASOCIAN AL
CONSUMO DE MARIHUANA
Páginas 2 - 4
INTERVENCIONES DESDE LA
PSICOLOGÍA POSITIVA PARA
LA PSICOLOGÍA DE LA SALUD
Página 4
PSICONEUROENDOCRINOINMUNOLOGÍA Y
EPIGENÉTICA CONDUCTUAL:
CONTRIBUCIONES PARA UNA
MEJOR COMPRENSIÓN DEL
PROCESO SALUDENFERMEDAD
Páginas 5 - 6
BOLETINES COLPSIC NO. 014 * CAMPO DE PSICOLOGÍA DE LA SALUD
este tipo de procedimientos, o para que
por lo menos busquen garantías de
calidad sobre el entrenamiento de los
profesionales que las practican, sobre el
tipo de técnicas usadas y sobre las
condiciones en las que se realizan; no
obstante la cantidad de cirugías
practicadas anualmente crece sin freno y
así mismo las complicaciones derivadas
de las mismas que han sido presentadas
en los medios y que muestran historias de
mujeres y hombres con daños
irreparables, sin que se logre mayor
impacto en la aceptación social de las
cirugías.
Es tal el panorama en Colombia que
en 2010 se creó una fundación que reúne
a las víctimas de la mala práctica estética,
la cual busca promover la erradicación de
los malos procedimientos o tratamientos
estéticos, brindar educación acerca de las
cirugías y orientar a los usuarios acerca de
la denuncia ante los entes reguladores, los
medios de comunicación y la comunidad
en general. Esta asociación reporta que
las cirugías con mayores efectos no
deseados o complicaciones son la
rinoplastia, blefaroplastia y liposucción.
El aporte de la psicología de la salud
inicia con una reflexión que apunta a
analizar por qué las personas asumen
riesgos físicos, psicológicos, laborales y
sociales para someterse a procedimientos
para agrandar el busto o las nalgas,
corregir supuestos defectos faciales,
adelgazar y acentuar la cintura; que no
necesariamente logran los resultados
esperados e implican asumir deudas para
someterse a los procedimientos que “les
permitirán ser más bellas”.
Pero sin duda la acción de este
campo debe trascender y trabajar tanto
en el desarrollo de guías y protocolos,
como en garantizar su inclusión en las
agendas de política pública sanitaria de
inmediato.
Algunos estudios realizados con
personas que se han sometido a cirugías
plásticas, han señalado que la importancia
relativa dada al cuerpo y la aceptación
social deseada, son la base para que las
personas decidan someterse a cirugías
estéticas aún por encima del dolor que les
reporte y de la incertidumbre acerca de
los resultados. La necesidad de verse
atractivo y ser socialmente considerado
bello, son la base del problema; pues
algunas personas centran su vida, su valía
personal y preocupaciones, en la forma de
su cuerpo y consideran que de lograr la
forma física impuesta socialmente como
bella en la actualidad lograrán resolver los
conflictos internos que las aquejan.
También se ha hecho evidente que el
hecho de estar rodeado por personas que
aceptan y usan estos procedimientos
como parte de la cosmética, no solo
tienden a aceptar las cirugías sino que
además se someten más fácilmente de
forma consecutiva a ellos.
En primer lugar, aunque esta
preocupación excesiva por la apariencia
física no es saludable, los medios de
comunicación la han alimentado ya que
cada vez dedican más tiempo en su
programación a promover el uso de la
medicina estética, las transformaciones
físicas sin esfuerzo y a remarcar los
mensajes acerca del supuesto vínculo
entre la belleza, la esbeltez, el éxito y la
felicidad. Ideas que encuentran su nicho
en personas que de por sí, muestran un
riesgo alto de padecer o padecen un
trastorno de la conducta alimentaria,
depresión,
ansiedad
y
trastornos
dismórficos corporales, y la tendencia a
mostrarse desconfiados y temerosos del
daño que otras personas les puedan
hacer.
En segundo lugar, es frecuente
encontrar personas que una vez deciden
someterse a uno de estos procedimientos
y rompen la barrera del temor, inician una
carrera casi irracional por conseguir la
imagen corporal deseada y se someten de
forma consecutiva o simultánea a
procedimientos quirúrgicos sin tener en
cuenta el riesgo incrementado de sus
efectos.
Y en tercer lugar, es importante
preguntarse si las personas que se
someten a las cirugías plásticas, esperan
que éstas actúen de forma similar a la
terapia psicológica y les permitan resolver
sus preocupaciones, superar sus miedos y
les otorguen control, de tal modo que
llenen los vacíos emocionales personales
no superados. Como si la cirugía al
“reparar” el cuerpo, “aliviara” el alma.
2
Representantes del Campo de Psicología de la
Salud - Colpsic
Subdirectora Nacional del Campo
Constanza Londoño
Representantes Regionales
Carolina Ángel Henao
Capítulo Eje Cafetero
Diana Mercedes Andrade
Capítulo Huila y Amazonía
Elio Fernando Ramírez
Capítulo Valle del Cauca
Helmer Chacón Peralta
Capítulo Tolima
Lamentablemente, y aunque las
sociedades de cirujanos reconocen la
importancia de realizar valoraciones
psicológicas a los candidatos a las
cirugías plásticas con fines estéticos,
algunos cirujanos y esteticistas parecen
ignorarlo y practican los procedimientos,
tomando como único criterio el hecho
de que la persona tenga el dinero para
pagar. Queda la inquietud acerca de
¿cuál es el papel de los psicólogos de la
salud en éste panorama?, ¿qué acciones
debería adelantar el Colegio Colombiano
de Psicólogos (Colpsic) frente a los
medios de comunicación y frente a los
entes reguladores del sistema sanitario
colombiano?
PATOLOGÍAS PSIQUIÁTRICAS
QUE SE ASOCIAN AL CONSUMO
DE MARIHUANA
Por
Ps. MsC. Helmer Chacón Peralta,
Representante Regional Capítulo Tolima, Docente
Universidad UAN y Ps. Leidy Carolina Santana
Torres, colegiada adscrita al Colegio Colombiano
de Psicólogos
El
consumo
de
sustancias
psicoactivas se ha presentado, como un
fenómeno creciente en la sociedad, que
afecta a personas de diferentes edades y
contextos, generando un problema de
salud pública que afecta el desarrollo en
diferentes ámbitos como son el personal,
familiar y social; adicionalmente se
presenta también un incremento en el
desarrollo de trastornos mentales que en
algunos casos se relacionan con el
consumo
de
drogas,
originando
comorbilidad o patologías asociadas.
BOLETINES COLPSIC NO. 014 * CAMPO DE PSICOLOGÍA DE LA SALUD
Según Bobes, Casas y Gutiérrez,
(2011):
Se considera sustancia psicoactiva
con
capacidad
adictiva
o,
coloquialmente “droga”, a toda
sustancia farmacológicamente activa
sobre el Sistema Nervioso Central
(SNC), que introducida en un
organismo vivo, puede llegar a
producir alteraciones indeseables y
dañinas del nivel de conciencia, de
las funciones psíquicas básicas, de la
construcción
y
curso
del
pensamiento, de los procesos
sensoperceptivas y como resultado
de todo ello, del comportamiento (p.
2).
Del mismo modo Luque (2011),
define:
…algunas de estas sustancias por sus
características fisicoquímicas, como
susceptibles de abuso por parte de
quien las utiliza, pudiendo incluso
generar una dependencia, que según
la cuarta edición del manual
diagnóstico y estadístico de los
trastornos mentales (DSM-IV-TR),
supone la presentación de síntomas
cognoscitivos, del comportamiento y
fisiológicos debido a que el individuo
continúa consumiendo a pesar de
tener
problemas
significativos
relacionados con la sustancia (p. 8).
Teniendo en cuenta lo anterior y
según lo referido en el (DSM-IV-TR), las
sustancias que producen dependencia
son: alcohol, anfetaminas, marihuana,
cocaína,
alucinógenos,
inhalables,
nicotina, opioides, fenciclidina y los
sedantes hipnóticos o ansiolíticos
(American Psychiatric Association, 1994
citado en Arias et al., 2011).
Por tal razón, el panorama mundial
en la actualidad es preocupante. Según la
Organización de las Naciones Unidas
(UNODC, 2013):
…mientras que el uso de las drogas
tradicionales, como la heroína y la
cocaína, parece estar disminuyendo
en algunas partes del mundo, el
abuso de medicamentos recetados y
de nuevas sustancias psicoactivas, es
cada vez mayor. Mientras tanto, el
mercado de la cocaína parece estar
expandiéndose en América del Sur y
en las economías emergentes de
Asia (p. 11).
De acuerdo a lo anterior, según Arias
et al. (2013), el consumo de cannabis y de
otras sustancias, se ha asociado con una
amplia variedad de trastornos mentales,
destacando el posible papel causal de
dicho consumo en la etiología de
trastornos mentales graves como la
esquizofrenia o el trastorno bipolar, de
igual manera, se dice que el sistema
cannabinoide está implicado en la
regulación emocional, por lo que el
consumo de cannabis también puede
alterar dicha regulación, asociarse con
trastornos de ansiedad y depresivos,
entre otros.
Es así, que esta relación es conocida
a
su
vez
como
comorbilidad,
psicopatologías
psiquiátricas
o
diagnóstico dual; y según la Organización
Mundial de la Salud (OMS, 1995) es la
coexistencia en el mismo individuo de un
trastorno inducido por el consumo de una
sustancia psicoactiva y de un trastorno
psiquiátrico; de conformidad con la
Oficina de las Naciones Unidas contra la
Droga y el Delito (UNOUDC,2000), una
persona con diagnóstico dual, es una
persona a la que se le ha diagnosticado un
problema por el consumo abusivo de
alcohol o drogas, además de otro tipo de
diagnóstico, normalmente de carácter
psiquiátrico, por ejemplo, trastornos
anímicos o esquizofrenia (PINUCD, 2000).
Lo anterior indica que el concepto de
patología o diagnóstico dual es un
término reciente, sin embargo, el
fenómeno no lo es; se trata, de lo que
clásicamente
se
denomina
“comorbilidad”, es decir, lo que actúa al
mismo tiempo (Martín citado en Pérez
Del Rio, 2011) tal y como se describía con
anterioridad su elevada prevalencia, ya
detectada en estudios científicos, ha
contribuido a que el interés científico por
este tema haya crecido enormemente
desde hace un par de décadas (Torres,
2012).
En complemento con lo anterior, las
patologías psiquiátricas en el mundo, son
una situación cada vez más evidente, tal y
como lo señalan las últimas previsiones de
3
la OMS, quienes estiman que para el año
2020, el 75 % de las personas con una
enfermedad mental crónica tendrá,
además, algún problema de adicción. Por
otra parte, según el primer estudio
epidemiológico, realizado en España en el
año 2008 sobre la patología psiquiátrica
asociada al consumo, este trastorno ya
afecta al 53 % de los pacientes que
demandan tratamiento en las redes
sanitarias públicas por problemas de este
tipo y/o trastornos adictivos (Torres,
2012).
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INTERVENCIONES DESDE
LA PSICOLOGÍA POSITIVA
PARA LA PSICOLOGÍA DE LA
SALUD
Por Cristina Camacho, Psicóloga, Docente,
adscrita a Colpsic.
La práctica en la psicología de la
salud, podría beneficiarse mucho de la
psicología positiva. Este artículo explica
qué se entiende por intervenciones
positivas y propone algunas estrategias
empíricamente probadas desde la misma.
Las intervenciones positivas son
aquellas centradas principalmente en
aspectos positivos de la vida de la
persona, como indica Haidt (2002), que
priman el trabajo en las fortalezas y no en
las debilidades del paciente. Sin y
Lyubomirsky (2009), precisan que son las
intervenciones dirigidas a cultivar
sentimientos,
cogniciones
y
comportamientos positivos, donde la
principal meta es construir bienestar
subjetivo,
emociones
positivas
y
encontrarle sentido a la vida. Promover el
desarrollo de fortalezas puede beneficiar
psicológicamente a la persona y
motivarla, puesto que el aumento de
éstas es auto reforzante, siempre y
cuando se haga de forma apropiada.
Experimentar estados positivos
emocionales y cognoscitivos puede llevar
a una mejor condición general de salud.
Diversos
autores
consideran
la
probabilidad de que un estado de salud
positiva aumente la longevidad y
contribuya a mejorar el afrontamiento de
problemas
como
hipertensión,
inflamaciones
y
enfermedades
cardiovasculares
(Moskowitz,
2003;
Tugade, Fredrickson, & Feldman-Barrett,
2004; Steptoe, O’Donnell, Badrick,
Kumari, & Marmot, 2007; Boehm, &
Kubzansky, 2012); igualmente Uchino,
Cacioppo y Kiecolt-Glaser (1996),
reportan que a mayor apoyo social,
mejores son las funciones de los sistemas
cardiovascular, endocrino e inmune.
Varios
autores
proponen
intervenciones de psicología positiva para
depresiones leves y moderadas, ansiedad
(Fava et al., 2005; Forbes, & Dahl, 2005; y
Seligman, Rashid, & Parks, 2006) y para
prevenir recaídas (Fredrickson, & Joiner,
2002; y Fava, & Ruini, 2003). Algunas de
las estrategias desde la psicología positiva
son: a) Las tres cosas buenas: radica en
escribir en la noche tres eventos positivos
que tuvieron lugar durante el día y lo que
significó cada uno; b) Visita de gratitud:
actividad en la cual se escribe una carta
detallada de agradecimiento a alguien
significativo y se le entrega (Seligman,
Steen, Parks, & Peterson, 2005).
De igual manera para mejorar
relaciones sociales desde la psicología
positiva
pueden
emplearse
dos
estrategias: a) tener
conductas de
amabilidad diaria por una semana y
anotarlas, por ejemplo escuchar a otro,
hacer un favor, acompañar a alguien,
hacer visitas, dar un regalo, ayudar a otro
en una actividad (Dunn, Aknin, & Norton,
2008; y Lyubomirsky et al., 2005); y
b) establecer una comunicación activa constructiva con el otro, que implica
escuchar al otro cuando comparte buenas
noticias, mantener contacto visual,
realizar elogios y hacer preguntas que
demuestren interés (Gable, Rais, Asher, &
Impett, 2004). Para la estrategia de
saboreo, que tiene como propósito
concentrarse en aspectos positivos de la
experiencia, varias veces en el día puede
dedicar unos minutos al acto de saboreo
gustativo, visual, táctil, olfativo, auditivo y
luego combinar varias (Bryant, 2003;
Bryant, & Verloff, 2007). Una vez
ensayadas todas las estrategias se sugiere
al paciente que emplee aquellas con las
que se siente más cómodo.
REFERENCIAS
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BOLETINES COLPSIC NO. 014 * CAMPO DE PSICOLOGÍA DE LA SALUD
PSICONEUROENDOCRINOINMUNOLOGÍA Y
EPIGENÉTICA
CONDUCTUAL:
CONTRIBUCIONES PARA
UNA MEJOR
COMPRENSIÓN DEL
PROCESO SALUDENFERMEDAD
Por César Andrés Gómez Acosta, MSc.,
adscrito a Colpsic.
Actualmente, y en particular en
algunos contextos occidentales, se
plantean
múltiples
situaciones
psicosociales altamente estresantes para
la mayoría de los sujetos; un examen final,
un tráfico lento, una charla a un público
exigente, un informe a nuestro
empleador, una discusión familiar o con la
pareja, entre otros acontecimientos (la
lista podría ser interminable), que si se
experimentan continua y sostenidamente
pueden convertirse en factores de riesgo
crónicos para el desarrollo tanto de
comportamientos poco adaptativos,
como
de
una
diversidad
de
complicaciones para la salud física y
mental (Mathews & Janusek, 2011).
Si bien desde la psicología existe un
importante acervo que documenta
empíricamente las relaciones entre la
presencia
de
estrés
y
algunos
comportamientos
riesgosos
(como
pueden ser los asociados a adicciones,
violencias, y los que implican peligros
potenciales para los sujetos), son mas
bien pocos y muy recientes los estudios
que
vinculan
la
presencia
de
acontecimientos estresantes con un
posible deterioro a largo plazo en la salud
somática de los individuos.
En ese orden, y en respuesta al
segundo punto, el presente escrito
muestra una breve pero a la vez sugerente
reflexión acerca de los aportes de la
psiconeuroendocrinoinmunología y la
epigenética conductual para una mejor
comprensión
del
proceso
saludenfermedad de los sujetos.
La psiconeuroendocrinoinmunología corresponde a un área de las ciencias
de la salud cuyo objetivo es dar cuenta de
los procesos de interacción dados entre
las células nerviosas, endocrinas e
inmunes, para definir patrones de mayor
resistencia o vulnerabilidad somática a
partir de un afrontamiento adaptativo o
inadecuado de los acontecimientos
estresantes (Lutgendorf & Constanzo,
2003). En tal caso, se han documentado
evidencias acerca de cómo el exceso de
cortisol debido al sometimiento del
organismo a condiciones crónicas de
estrés, sumado a sucesos como prácticas
poco saludables y a predisposiciones
heredadas, inciden en un aumento de la
carga alostática, con su consecuente
deterioro de tejidos y al surgimiento de
apoptosis temprana, los cuales estarían a
su vez relacionados con la aparición de
síntomas tan disímiles como cánceres
(Constanzo, Sood, & Lutgendorf, 2011),
enfermedades cardiovasculares (Saban,
Mathews, DeVon, & Janusek, 2014),
síndrome de ovario poliquístico (GómezAcosta, Vinaccia, & Quiceno, 2015) y
Alzheimer (Levone, Cryan, & o’Learu,
2015), entre otras patologías. Así mismo,
esta condición puede incidir tanto en la
reducción
de
la
competencia
inmunológica
(aumentando
la
vulnerabilidad ante ciertos vectores
microbianos), como en el aumento de
algunas células inmunes y citoquinas,
induciendo por esta vía a algunas
enfermedades autoinmunes (Glaser &
Kiecolt-Glaser, 2005).
Por su parte, la epigenética
conductual pretende demostrar cómo
factores de tipo ambiental-social, o
específicamente conductual, pueden
influenciar la sobreexpresión o inhibición
de la transcripción de genes, afectando el
normal curso del desarrollo fenotípico del
individuo en su tiempo de vida (GonzálezPardo & Pérez-Álvarez, 2013). Desde esta
perspectiva, se asume la conexión teórica
existente entre las actividades socialesconductuales-cerebrales-somáticas
manifiestas, superando las posturas
dualistas tradicionales, pero además
contribuyendo
con
múltiples
observaciones que ayudan a comprender
los mecanismos específicos intervinientes
en el proceso psiconeuroendocrinoinmunológico en los organismos (Reul et
al., 2014).
Ante tal situación, se advierte al
lector que la inclusión de dichas
5
perspectivas en la práctica profesional e
investigativa de la psicología de la salud
permitirían:
1. Coadyuvar a la comprensión del
proceso mediante el cual la inmersión en
situaciones estresantes difíciles de
controlar contribuyen, a partir de
mecanismos
epigenéticos,
a
la
configuración
de
perfiles
de
vulnerabilidad.
2. Desarrollar elementos que
permitan predecir cómo la intervención
de índole psicosocial en salud puede tener
no solo una influencia en los aspectos
cognitivos, emotivos y conductuales, que
incluso puede inducir, también por vía
epigenética, determinadas repercusiones
positivas en la salud somática del
individuo, complementando las acciones
que desde el enfoque biomédico alopático
se realizan con las personas a diario en
muchos lugares del mundo.
3. Contribuir a la explicación sobre
cómo el proceso de control de los
entornos ecológicos y sociales afecta la
expresión de anormalidades y cómo a
partir de diferentes acciones psicosociales
en salud pública (que connotan
fundamentalmente
comportamientos
saludables) se podría incluso contribuir a
la conservación del epigenoma (Cole,
2013), conllevando a una mayor calidad
de vida y menor riesgo patogénico para
las especies, incluyendo los humanos.
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