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CAPÍTULO 16
PROCESOS PSICOGERIÁTRICOS
MILAGROS LEONARDO SÁEZ DE ADANA
Enfermera supervisora
Residencia Ajuria de Vitoria
1
CAPITULO 16
PROCESOS PSICOGERIÁTRICOS
1. DEMENCIAS
1.1.
DEFINICIÓN Y GENERALIDADES
La demencia es un cuadro adquirido y permanente que afecta a una o a varias funciones
superiores y que tiene como consecuencia un deterioro de la vida sociolaboral de la
persona.
La definición entiende la demencia como un efecto cognoscitivo de severidad suficiente
para interferir con la vida social del paciente, asociando un déficit en la memoria o en
alguna otra área cognoscitiva como el lenguaje, la praxis, el manejo visoespacial, la agnosia
sensorial, etc.
Otras definiciones son muy parecidas, como la que describe la demencia como un síndrome
adquirido que ocasiona a un paciente consciente un deterioro persistente de varias
funciones cognitivas, con incapacidad social o laboral.
Los caracteres comunes y fundamentales son:
. Adquirido (la diferencia del retraso mental congénito).
. Persistente y con nivel de conciencia normal (la diferencia de la confusión).
. Afectación de varias funciones mentales superiores: lenguaje, memoria, emoción
o personalidad, cognición, etc.)
. Incapacidad social, laboral y emocional.
A fin de desterrar concepciones erróneas, conviene tener en cuenta los siguientes aspectos:
a) Los fallos amnésicos no son la base para el diagnóstico de la demencia.
Aunque una primera fase se caracteriza por los olvidos, con frecuencia la
pérdida de memoria reciente es difícil de distinguir del deterioro de la memoria
asociado a la edad.
b) La demencia no es una consecuencia normal de la edad.
El proceso de envejecimiento ocasiona modificaciones psicofísicas pero no
deteriora la capacidad organizativa ni el contenido de los procesos mentales.
c) La demencia no solamente es debida a la arterioesclerosis cerebral.
La etiología arteriopática supone, de hecho, un 30% de las demencias
irreversibles.
d) No hay nada que hacer ante la demencia.
2
Conviene recordar que entre el 10 y el 20% de las demencias son
potencialmente reversibles y que, aceptando la dificultad, siempre e puede
ayudar y mejorar la calidad de vida de las personas afectadas.
La prevalencia es de un 15% en mayores de 65 años y de un 50% en mayores de 80.
En el diagnóstico diferencial se deben incluir la pseudodemencia, el cuadro confusional y
los olvidos seniles.
Los gastos económicos que se producen como consecuencia de la enfermedad son muy
elevados.
Alzheimer
Es la forma más frecuente d demencia y constituye la cuarta causa de muerte en los
ancianos.
Fue descrita por Alois Alzheimer en 1906.
Los factores etiopatogénicos estudiados incluyen los de carácter genético, neuroquímico,
tóxico e infeccioso. El factor de riesgo comprobado es la edad.
Pertenece al grupo de demencias degenerativas, pero como puede observarse en la lista
siguiente, no es el único tipo de demencia.
1.2.
DIAGNÓSTICO DE DEMENCIA
Algunas de estas dolencias, enmarcadas dentro del nombre de demencia, se pueden apoyar
en medios diagnósticos habituales, como los medios gráficos o la historia anterior de la
persona afectada, sin embargo es muy frecuente que la demencia se diagnostique en
necropsia, como es el caso de la enfermedad de Alzheimer, cuyo único diagnóstico firme
debe observar las modificaciones en el cerebro del finado.
Al adquirir el cuadro clínico una importancia vital para el diagnóstico, ha sido preciso
marcar unos criterios internacionalmente reconocidos en los que los profesionales se basan
a la hora de emitir un juicio. Es preciso recordar que un diagnóstico certero es la estructura
imprescindible para un tratamiento exitoso. La enfermera va a elaborar un plan de cuidados
y a definir una serie de problemas que pueden incidir en muchas áreas de la vida del
paciente. El planteamiento varía si el cuadro es permanente o no.
Las entidades que precisan diagnóstico diferencial con las demencias son el cuadro
confusional y la pseudodemencia.
Los criterios de demencia son:
1. Desarrollo de un déficit cognitivo múltiple caracterizado por:
3
. Deterioro de memoria (incapacidad de retener nueva información o de
recordar la previamente aprendida).
. Uno o más de los siguientes trastornos cognitivos:
-
Afasia
Apraxia
Agnosia
Alteración de funciones superiores (contenido del pensamiento, abstracción,
cálculo, juicio).
2. Los síntomas anteriores provocan un deterioro significativo en la relación social
y/o laboral y representan un cambio importante respecto al nivel funcional
previo.
3. El deterioro no se explica exclusivamente por un cuadro confusional.
1.2.1. CRITERIOS DIAGNÓSTICOS DE DSTA (DEMENCIA SENIL TIPO
ALZHEIMER)
Frecuentemente, el diagnóstico de enfermedad de Alzheimer se basa en un proceso de
eliminación, ya que la confirmación sólo es posible a través de autopsia. En parte por esta
circunstancia, en los últimos años muchas personas han sido erróneamente diagnosticadas.
Habitualmente se habla de enfermedad de Alzheimer posible, probable o definitiva.
Enfermedad de Alzheimer probable
1. Demencia establecida por el examen clínico, documentada y confirmada por test
neuropsicológicos.
2. Déficit en dos o más áreas cognitivas.
3. Empeoramiento progresivo de memoria y otras funciones.
4. Ausencia de trastornos de la conciencia.
5. Inicio entre los 45 y 90 años.
6. Ausencia de otras enfermedades sistémicas, neurológicas, que pudieran explicar
los déficits.
El diagnóstico está apoyado por:
.
.
.
.
Presencia de alteraciones cognitivas específicas (afasia, agnosia o apraxia).
Incapacidad para la realización de tareas cotidianas y alteraciones conductuales.
Historia familiar, especialmente confirmada histológicamente.
Pruebas de laboratorio compatibles.
Enfermedad de Alzheimer posible
4
1. Síndrome de demencia en ausencia de otras enfermedades neurológicas,
psiquiátricas o sistemáticas que puedan causar una demencia, con variaciones en
su curso, presentación y/o inicio.
2. En presencia de otra enfermedad, ésta no es considerada causa de demencia.
Enfermedad de Alzheimer definitiva
1. Cumplir los criterios de enfermedad probable.
2. Evidencia histopatológica obtenida por biopsia o autopsia.
1.3.
EVOLUCIÓN DE LA ENFERMEDAD DE ALZHEIMER
La enfermedad de Alzheimer es una progresiva condición de disfunciones cognitivas y
comportamentales. Los cambios y la evolución de la enfermedad son altamente
individualizados y por tanto varían de una persona a otra. Se reconocen tres fases:
FASE 1
Comienzo insidioso que da origen a muchas dudas, sobre todo si coincide con cambios
laborales o con hechos de cierta carga afectiva. Frecuentemente se desconoce la
enfermedad.
Pueden aparecer:
-
Múltiples quejas físicas dispersas.
Alteraciones del estado de ánimo: irritabilidad, depresión, pérdida de interés,
egocentrismo, pérdida de hábitos sociales, etc.
Pérdida de memoria, olvidos iniciales (teléfono, etc.)
Fracaso en tareas habituales, que puede vivirse con indiferencia o con reacciones
catastróficas.
Pérdida del hilo en conversaciones, repetitividad.
Disminución de la capacidad de adaptación a cualquier medio.
Errores en la escritura, en la manipulación de electrodomésticos, en la
interpretación de cuentas bancarias o libretas de ahorro, etc. ...
FASE II
Es la fase de sintomatología florida. Se agrava la previa y se van añadiendo déficits:
-
Intranquilidad motora (actividad ambulatoria).
Afectación de la memoria (memoria reciente).
Deterioro intelectual global.
Aumento de problemas de orientación (frecuentes pérdidas).
Disminución de la capacidad de comprensión, de juicio.
Trastornos del curso del pensamiento: falta de claridad, pérdida del hilo de la
conversación, etc.
Apraxia, afasia.
5
-
Puede aparecer los primeros trastornos en el control de esfínteres.
FASE III
- Grave afectación del lenguaje: afasia nominal, frases repetitivas, no comprensión
del lenguaje hablado y escrito.
- Agnosia y apraxia marcadas (olvido de comer y de vestirse).
- Signos neurológicos evidentes : hipertonía y mioclonias e incluso adopción de
posición fetal.
- Pérdida de memoria muy profunda (confusión de rostros familiares).
- Desorientación temporo-espacial total. Pérdida de la capacidad de aprendizaje.
- Tendencia a vagabundear.
- Alteración del apetito y aumento o disminución del sueño.
- Incontinencia de esfínteres.
Las posibilidades asistenciales quedan reducidas a los aspectos de mantener al paciente en
un aceptable nivel de cuidado general.
1.4.
PLAN DE CUIDADOS DE ENFERMERÍA AL ANCIANO AFECTADO DE
DEMENCIA
La atención que vamos a dispensar se basará en la valoración individual e integral del
anciano. Sólo tras ella y tras la elaboración de un plan adaptado a cada caso, podemos
ofertar una serie de cuidados que aseguren la cobertura y calidad que las personas en
situaciones complejas precisan.
La descripción de todas y cada una de las posibilidades que pueden generarse sería
interminable, vamos a mostrar algunas de las más frecuentes.
1. Diagnóstico de enfermería
Alteración de la nutrición: inferior a los requerimientos corporales debido a la disfagia y a
la dificultad para ejecutar tareas complejas.
Acciones propuestas
. Proporcionar indicaciones verbales y no verbales (colocarle los cubiertos, en la
mano, explicarle, etc.)
. Proporcionar un entorno tranquilo, dejar tiempo.
. Es importante la elección de comidas que aporten suficientes calorías, fibras,
líquidos, etc.
. La dieta debe ser variada y respetar los gustos que la persona ha mostrado a lo
largo de su vida.
. Utilizar la rutina, pero si la persona está agitada retrasar la comida o dar tomas
frecuentes ligeras.
. Evitar bebidas alcohólicas y los estimulantes.
6
. Servir los platos en el orden aconsejable.
. Potenciar que coma por sus medios, permitir que emplee las manos si es
necesario.
2. Diagnóstico de enfermería
Trastorno del patrón del sueño por la fragmentación de los ritmos diurnos y las alteraciones
del ciclo del sueño.
Acciones propuestas
. Facilitar periodos de descanso que procuren una buena relación sueño/actividad en
el ciclo día / noche.
. Procurar una siesta o un periodo de descanso matutino si se sospecha reducción
del sueño REM.
. Establecer una rutina para ir a la cama.
. Reducir factores ambientales negativos.
. Proporcionar comodidad (masajes, calor, etc.)
. Regular la actividad, si es excesiva provoca agitación y por defecto dificulta el
descanso.
3. Diagnóstico de enfermería
Déficit de autocuidado como consecuencia de la apraxia, la reducción de la capacidad de
atención, la fatiga, la pérdida de memoria y la alteración de la capacidad de planificación.
Acciones propuestas
. Desglosar las tareas en fases independientes.
. Si la persona no colabora, intentarlo más tarde dando tiempo suficiente.
. Programar lo más fatigoso para los tramos del día en los que el anciano tiene más
energía.
. Estimular sin provocar fracaso.
4. Diagnóstico de enfermería
Riesgo de lesión física como consecuencia de la marcha inestable, la merma de la memoria
y el raciocinio, la apraxia y la fatiga.
Acciones propuestas
.
.
.
.
.
Reducir los riesgos ambientales (retirar objetos peligrosos, etc.)
Restringir el acceso a zonas peligrosas.
Identificar a la persona si existe posibilidad de fuga o pérdida.
Adecuar los vestidos y el calzado.
Programar la vigilancia que se estime necesaria.
7
. Inmovilizar sólo cuando no puedan prevenirse las lesiones y según el protocolo
establecido.
. Tomar medidas para el debido control de la medicación.
5. Diagnóstico de enfermería
Comunicación verbal alterada como consecuencia de la pérdida de memoria, los trastornos
de expresión y recepción del lenguaje y la merma de la capacidad de atención.
Acciones propuestas
. Reducir los ruidos.
. Hablar con actitud pausada.
. Plantear preguntas cerradas con respuesta afirmativa o negativa si es posible.
. Dar al anciano tiempo para responder (uno o dos minutos) y repetir la pregunta si
no hay contestación.
2. PSEUDODEMENCIA
2.1.
GENERALIDADES
La pseudodemencia es un trastorno afectivo, una depresión que se presenta con diferentes
patrones de deterioro cognitivo y puede simular una demencia. Por tanto es un cuadro
reversible.
El inicio puede ser establecido con precisión. La familia del enfermo conoce la disfunción y
su severidad desde el principio, al contrario que en la demencia degenerativa en la que el
inicio de la enfermedad se establece en un marco amplio y la familia puede ignorar el
proceso durante un tiempo.
La persona afectada de pseudodemencia se queja frecuentemente de pérdidas cognitivas,
enfatiza sus incapacidades y exagera sus fracasos, mientras que el anciano demenciado
intenta ocultar sus discapacidades y no suele quejarse de sus pérdidas cognitivas. A
menudo, los pacientes afectados de pseudodemencia se encuentran confusos y muestran
una apatía característica.
A las preguntas, la respuesta más común es “no sé”. El anciano afectado de demencia, sin
embargo, aporta respuestas incongruentes y a menudo erróneas. Ante la duda está indicado
el tratamiento antidepresivo. El anciano con demencia degenerativa no responderá, pero la
persona mayor deprimida presentará una mejoría ostensible. Una vez superado el episodio
depresivo, las personas mayores tienden a recobrar su funcionamiento cognitivo normal.
2.2.
DIAGNÓSTICO DIFERENCIAL PSEUDODEMENCIA / DEMENCIA
La diferenciación clínica de la demencia se resume en las características señaladas en la
figura 1.
8
Inicio
Progresión
Quejas
Evolución
Síntomas neurológicos
A-A-A1
T. psicométricos
Respuesta al tratamiento
Pseudodemencia
Semanas
Rápida
Múltiples
Favorable
No
Mínimo
Lentificación
Mejoría
DSTA
Muy lento
Muy lenta
Escasas
Desfavorable
Sí
Determinantes
Deterioro progresivo
No modificado
1
A-A-A: afasia – agnosia –
apraxia
Figura 1. Diferencias entre la
pseudodemencia y la
demencia
9
3. CUADRO CONFUSIONAL AGUDO (CCA)
Pocos problemas asociados con la edad avanzada producen más miedo en las personas
mayores, y más frustración entre los que las cuidan, que el cuadro confusional.
Constituye una causa importante de morbilidad y mortalidad. Entre un 15 y un 30% de los
casos progresan hacia el estupor, el coma y la muerte si no se actúa con rapidez y se trata el
proceso.
3.1.
DEFINICIÓN
El cuadro confusional agudo (CCA) se define como una situación clínica caracterizada por
una disminución de la atención y por un pensamiento desorganizado que sigue un curso
fluctuante.
3.2.
FACTORES QUE INCIDEN EN LA APARICIÓN DEL CCA
Los efectos secundarios de los fármacos son una de las causas más frecuentes de los
cuadros confusionales agudos. Algunos de ellos son medicamentos de uso común
(anticolinérgicos, ansiolíticos, preparados cardiovasculares, ciertos analgésicos, etc.). Una
relación de los factores que propician el cuadro aparecen en la figura 2
Como se observa en la figura, enfermedades corrientes pueden desencadenar un cuadro
confusional agudo en una persona mayor, especialmente las infecciones. Y no hay que
olvidar los factores ambientales.
Alrededor de un 30% de ancianos ingresados en hospitales, presentan al ingreso o a lo largo
de su estancia un episodio de estas características.
No todos ellos son diagnosticados, en parte porque es común asumir que los cambios en la
cognición son un resultado de la edad avanzada, y también por la ausencia de
sistematización de registro de datos del funcionamiento cognitivo en las personas de edad
con un proceso de enfermedad aguda
Factores causantes de daño cerebral
Lesiones en la cabeza.
Accidente cerebrovascular
Infección (meningitis, etc.).
Cambios en tumores cerebrales.
Desordenes generales que alteran la
cerebral
Infecciones (especialmente tracto
urinario).
Fallo cardíaco.
Insuficiencia renal o hepática.
Insuficiencia respiratoria
Déficits vitamínicos
Desórdenes endocrinos
función
10
Medicamentos
Antidepresivos
Antiparkinsonianos
Digoxina
Cimetidina
Anticolinérgicos
Opiáceos y narcóticos sintéticos
Broncodilatadores
Adicción a drogas
Barbitúricos
Tranquilizantes
Hipnóticos
Alcohol
Factores psicosociales
Cambios ambientales
Deprivación sensorial
Figura 2. Algunas causas de los cuadros confusionales agudos.
3.3.
MANIFESTACIONES MÁS FRECUENTES EN EL CCA
Los síntomas principales del cuadro confusional agudo son la desorganización del
pensamiento (fragmentario e inconexo, acompañado de lenguaje incoherente) y la
incapacidad para mantener y dirigir la atención. La conciencia puede estar disminuida con
hipo o hiperactividad, aparecer alteraciones en la percepción, en el ciclo sueño / vigilia y en
la memoria anterógrada y retrógrada. Es frecuente la desorientación en tiempo, espacio o
identidad (figura 3).
La aparición de estos síntomas es rápida y tienen un curso fluctuante, pueden darse en el
mismo día períodos de confusión y otros de lucidez. Los síntomas de agitación y
alucinaciones suelen empeorar por la noche y se alternan con episodios de lucidez durante
el día. Suele durar horas o unos días.
Se han descrito tres tipos de cuadro confusional: la forma hiperactiva es la más común. El
paciente puede desconectar violentamente el sistema gota a gota, subirse a los muebles,
desnudarse, coger elementos inexistentes del aire o llamar constantemente a sus seres
queridos muertos.
Problemas cognitivos
Problemas emocionales
Conciencia. La persona fluctúa del sueño a la alerta y
muestra actividad mental alterada.
Concentración. Es difícil, la persona se distrae con
frecuencia.
Desorientación. En tiempo y espacio.
Interpretaciones erróneas. Puede cursar con ilusiones y
alucinaciones que se exacerban durante la noche.
Miedo. Puede vivir amenazas y reaccionar con
sospechas o agresividad.
11
Problemas sociales
Comunicación. La alteración mental se refleja en el
habla, que puede ser inapropiado, inconsecuente, o
moverse de la verborrea al silencio.
Problemas físicos
Excitabilidad muscular. Con necesidad constante de
movimiento que puede llevarle al agotamiento.
Déficits de autocuidado. La persona puede negarse a
realizar la higiene personal, a comer, etc. Puede llegar
a la deshidratación, a perder peso, etc.
Figura 3. Manifestaciones frecuentes en el cuadro confusional agudo.
En contraste, la forma hipoactiva se caracteriza por fatiga y somnolencia. Puede
pasar desapercibida o ser diagnosticada como depresión. De cualquier forma,
muchas personas mayores afectadas de cuadro confusional fluctúan de la forma
hiperactiva a la hipoactiva, lo que constituye el tercer tipo denominado
confusión aguda mixta.
3.4.
PREVENCIÓN PRIMARIA Y SECUNDARIA EN EL CUADRO
CONFUSIONAL AGUDO
La prevención primaria comienza con el convencimiento de que este estado no es una
consecuencia normal del envejecimiento. En términos generales, la prevención primaria
incluye el mantenimiento del equilibrio homeostático del cerebro y la limitación de agentes
estresores que pueden afectar a los ancianos.
Los programas de nutrición e hidratación son esenciales. Condiciones que producen
confusión como la deficiencia de ácido fólico o el desequilibrio electrolítico, pueden
prevenirse a través de una dieta apropiada.
La actividad física y mental son factores que hay que tener en cuenta. El ambiente debe
estar estructurado para facilitar ambas ya que son la clave del mantenimiento de la función
cognitiva.
Ya que muchos episodios de CCA se atribuyen a los efectos de las drogas, una estrategia de
prevención primaria es el establecimiento de un programa que controle el uso de la
medicación por este grupo de edad.
Dentro de los aspectos socioambientales, un capítulo interesante es el trato a las personas
de edad. Hay que evitar la infantilización con el uso de un lenguaje adecuado, fomentando
que tomen sus propias decisiones. Lo contrario provoca un ataque a la dignidad personal y
produce sentimientos de incompetencia.
3.5.
INTERVENCIONES DE SOPORTE
12
Una variedad de intervenciones de enfermería se ha mostrado eficaz para disminuir el
grado de confusión y restaurar la función cognitiva lo antes posible.
Incluye la reminiscencia, la orientación a la realidad, la musicoterapia, etc. Es preciso
recordar algunas actividades que no por obvias, son menos efectivas. Por ejemplo,
comprobar que la persona tiene sus gafas y sus prótesis auditivas o extremar los cuidados
en los cambios posturales, evitando todo movimiento brusco que pueda suponer una
amenaza.
La comunicación es muy importante, ha de transmitir comprensión y afecto pero ha de
mostrarse firme si el paciente está hostil. Es importante protegerle de las situaciones que
puedan suponer sobrecarga a la persona. En la figura 4 se puede observar un ejemplo de
atención de enfermería.
Objetivo
Reducir episodios de confusión
Intervención de enfermería
Proveer claves de orientación (calendarios, reloj,
periódico, radio, TV9.
Evitar estímulos no significativos (apagar la TV si no
se está viendo, mantener las conversaciones en un tono
bajo si la persona no está participando).
Incluir la orientación en las conversaciones
(presentarse, indicar el día de la semana, etc.).
Limitar el número de personas que atienden al
anciano.
Incluir efectos personales en la habitación de la
persona mayor.
Animar a la familia a compartir noticias personales y a
participar en actividades de reminiscencia.
Figura 4. Intervención de enfermería en un caso de CCA.
3.6.
DIAGNÓSTICO DIFERENCIAL CCA / DEMENCIA
13
Demencia
CCA
Características
Comienzo
Brusco
Lento
Duración
Breve
Larga
Curso
Fluctuante
No fluctuante
Atención
Deteriorada
Intacta
Alucinaciones
Visuales / táctiles
Raras
Introspección
En intervalos lúcidos
Infrecuentes
Sueño
Alterado
Menos alterado
EEG
Alterado
Frecuentemente normal
Diagnóstico de enfermería: Alteración del proceso de pensamiento relacionado con estrés
en un medio extraño.
4. TRASTORNOS AFECTIVOS EN EL ANCIANO
4.1.
ANSIEDAD
La ansiedad es un sentimiento difuso de aprensión, de naturaleza vaga, que aparece
asociado a incertidumbre y desamparo. No precisa de causa específica, se experimenta de
forma subjetiva y se diferencia del miedo en que éste es una evaluación intelectual del
peligro.
No es una enfermedad. Es una emoción habitualmente desagradable que puede llegar a ser
insoportable.
Un estado de ansiedad normal es cuando la persona pone en marcha sus mecanismos de
alerta ante situaciones que anuncian peligro. En la ansiedad patológica, el sistema de alerta
está continuamente activado sin que el factor desencadenante esté presente.
Este trastorno tiene un componente emocional (tensión, temor, aprensión e irritabilidad), un
componente conductual (quejas, distracción, búsqueda de seguridad, etc.) y especialmente
en los ancianos, un componente somático que puede ser subjetivo (disnea, palpitaciones,
mareos, cefaleas) u objetivo (taquipnea, temblores, diarrea, vómitos, tos, taquicardia y
sudoración).
14
Es muy frecuente entre las personas mayores, la padecen aproximadamente un 12%,
porcentaje que se eleva hasta un 29% si hablamos de ancianos enfermos.
Desde un punto de vista neuroquímico la ansiedad se relaciona con el GABA. El ácido
gamamibutírico es el principal neurotransmisor inhibidor del sistema nervioso central.
Disminuye la ansiedad hiperpolarizando a otras neuronas, con lo que disminuye las
descargas de ésta. Con el envejecimiento se produce disminución de los niveles de la
mayoría de los neurotransmisores del cerebro, incluido el GABA, lo que podría predisponer
a los ancianos a padecer de ansiedad.
Clínicamente debemos diferenciar la ansiedad primaria la ansiedad situacional, definida
como una reacción exagerada a experiencias comunes de la vida (intensa ansiedad
provocada por gestiones administrativas domésticas); los trastornos de adaptación con
humor ansioso, reacciones ansiosas exageradas ante los cambios o pérdidas propios del
envejecimiento (ansiedad duradera ante el diagnóstico de una artrosis), los trastornos de
ansiedad generalizada, caracterizados por la presencia de forma constante de un sentimiento
de ansiedad y preocupación acompañado de síntomas somáticos y vegetativos; la
agorafobia, manifestada como el temor a alejarse del hogar o estar en una situación de
donde el individuo percibe que es difícil escapar y poder solicitar ayuda.
Entre las causas secundarias productoras de ansiedad en el anciano debemos señalar las
enfermedades médicas y psiquiátricas, los efectos secundarios de algunos medicamentos y
la que genera el abuso o abstinencia de determinadas sustancias (alcohol).
Así, la ansiedad y la enfermedad física pueden relacionarse de diversas maneras en el
anciano:
1. Algunas enfermedades pueden causar ansiedad como síntoma y erróneamente
ser diagnosticadas como ansiedad.
2. La ansiedad puede exacerbar enfermedades en los ancianos.
Cualquier trastorno psiquiátrico en el anciano puede presentarse en forma de ansiedad.
Entre un 30% y un 50% de los ancianos deprimidos presentan ansiedad como síntoma
importante.
Sin embargo, la causa más común de ansiedad secundaria en la vejez probablemente sea la
demencia degenerativa primaria, fundamentalmente en las fases iniciales de la misma,
cuando el paciente todavía es consciente de la perdida de sus capacidades intelectuales.
Los ancianos tienen tendencia a la polifarmacia como resultado de consultas a diversos
médicos por diferentes motivos. Hacen uso habitual de medicamentos sin receta, muchos de
los cuales producen síntomas de ansiedad.
4.1.1. ABORDAJE DE LA ANSIEDAD
15
Entre los primeros aspectos que hay que abordar figuran informar y tranquilizar al paciente,
la psicoterapia de apoyo, el fortalecimiento de su integración en la red social y la reducción
del estrés ambiental, ya que todo ello permite paliar la ansiedad en la ancianidad.
Cuando la ansiedad va acompañada de depresión, o esta última se considera el diagnóstico
primario, los antidepresivos son preferibles a las benzodiacepinas para mejorar tanto la
ansiedad como la depresión.
Los objetivos prioritarios del personal de enfermería deben orientarse hacia la reducción de
los niveles de ansiedad, utilizando para ello medidas de apoyo y protección. Cuando la
ansiedad del paciente se ha reducido a un nivel leve o moderado, hay que pasar a acciones
de reeducación orientadas hacia la resolución de problemas (figura 5).
Principio
Motivo
Acción de enfermería
Establecer una relación
abierta y de confianza
Reducir la amenaza que
la enfermera supone para
los ancianos ansiosos.
Escucharle y animarle a
expresar sentimientos.
Responder
a
sus
preguntas. Ofrecer apoyo
incondicional
Ser consciente de los
propios sentimientos y
controlarlos
La ansiedad se comunica
de forma interpersonal,
puede
interferir
la
interacción.
Aceptar lo que se siente.
Estar disponible cuando
el anciano lo necesite.
Aportar seguridad y
potenciar sus defensas.
Evitar crisis de angustia.
La tensión puede hacer
perder el control al
anciano.
Aceptar los mecanismos
de defensa al principio,
después, marcar límites
de forma positiva.
Identificar las fuentes de
ansiedad
e
intentar
controlarlas
Actuando
sobre
el
entorno
se
puede
modificar la conducta del
cliente.
Reducir
estímulos
negativos.
Procurar
asistencia física de apoyo
(masaje, baños calientes,
etc.)
Potenciar las actividades
externas.
Reducir
el
tiempo
dedicado a la ansiedad.
Implicarle en un plan de
actividades
con
la
máxima participación de
la familia.
Controlar los síntomas.
Promover la salud y el
bienestar
Figura 5. Medidas de soporte de la ansiedad.
Administrar medicación
para reducir el malestar.
16
4.2.
DEPRESIÓN
La prevalencia de la depresión en la población de edades superiores a los 65 años es de un
10 a un 15%, aunque algunos estudios muestran cifras hasta el 45%.
Con frecuencia coexisten en la persona mayor depresión y enfermedad física, a menudo se
infravalora la primera en favor de la segunda.
Son numerosos los factores que predisponen al anciano a padecer una depresión (figura 6).
Los cambios que con la edad se producen en la bioquímica cerebral pueden provocar
estados depresivos, sobre todo cuando se combinan con los factores antes citados.
La tasa de suicidio es mayor que en los jóvenes, siendo factores de riesgo adicionales las
enfermedades y la soledad (figura 7).
Los ancianos deprimidos describen con menor claridad su estado de ánimo, manifestando
más preocupaciones somáticas (figura 8). En los primeros estadios la persona puede
encontrarse agitada, hostil e irritable, lo que dificulta el diagnóstico.
Se considera que un anciano padece un trastorno depresivo mayor cuando, acompañando al
humor depresivo, encontramos por lo menos cuatro de los siguientes síntomas: descenso en
el interés por las actividades habituales, insomnio e hipersonnia, trastornos del peso o del
apetito, cambios psicomotores en forma de enlentecimiento, fatiga , ideas de culpabilidad,
dificultad de concentración, ansiedad e ideas de suicidio.
Biológicos
Historia familiar (predisposición genética).
Episodios anteriores de depresión.
Cambios en la neurotransmisión propios de la edad.
Físicos
Enfermedades específicas.
Dolencias crónicas (dolor o pérdida de función).
Fármacos.
Deprivación sensorial (sordera o ceguera).
Psicológicos
Conflictos no resueltos.
Pérdida de memoria y demencia.
Trastornos de la personalidad.
Sociales
Pérdida de familiares y amigos.
Aislamiento.
Pérdida de trabajo o jubilación.
Disminución de los ingresos económicos.
Figura 6. Factores que predisponen a la persona de edad a padecer depresión.
17
4.2.1. MEDIDAS DE APOYO EN LA DEPRESIÓN
. Fijar metas de poco alcance, realistas y mostrar apoyo constante.
. Alentar la participación en actividades de la vida diaria y en la toma de decisiones.
. Moderar el entusiasmo propio, los pacientes deprimidos tienden al aislamiento
ante planteamientos demasiado entusiastas o rotundos.
. Motivar y reforzar los logros con respecto a su arreglo personal.
. Vigilar y comprobar la correcta nutrición.
. Incluir en la dieta líquidos y fibra.
. El desayuno parece la mejor comida para los ancianos deprimidos.
. Ofertar un programa interesante o al menos una alternativa a la apatía y el
aislamiento.
Depresión senil versus depresión adulto joven
Predominio de los síntomas somáticas sobre los psicológicos.
Algunos pacientes pueden no manifestar humor deprimido al inicio.
La apatía es frecuente.
Son menos frecuentes los sentimientos de culpa.
Prominente pérdida de la autoestima.
Son frecuentes las dificultades de concentración con afectación de la memoria y otras
funciones cognitivas.
Figura 7. Diferencias entre la depresión senil y la depresión en el adulto joven.
Factor
Riesgo elevado
Riesgo bajo
Sexo
Hombre
Mujer
Religión
Protestante
Católica
Raza
Blanca
No blanca
Estado civil
Divorciado, separado
Casado
Trabajo
Jubilado
Activo
Hábitat
Urbano
Rural
Salud
Mala
Buena
18
Figura 8. Factores de riesgo de suicidio en el anciano.
5. LA FAMILIA DEL ANCIANO CON PROBLEMAS PSICOGERIÁTRICOS
La naturaleza de los procesos descritos implica que la persona mayor va a ser dependiente
en una u otra medida de las personas que le rodean, de una forma temporal o progresiva.
Esta dependencia genera retos para los profesionales y también para la familia. Muchas
familias desarrollan medios únicos y muy creativos para cuidar de una persona mayor con
déficits cognitivos. En otros casos, la familia va a necesitar un gran apoyo, asistencia y
formación para afrontar con éxito los inacabables problemas a los que debe enfrentarse
cada día. Algunos factores que causan conflictos se relacionan a continuación.
Factores causantes de conflictos:
. La vida y relaciones anteriores de los componentes de la familia.
. La falta de información:
- El desconocimiento del rol del cuidador.
- El desconocimiento de la intensidad de la atención (agotamiento).
- Carencia de métodos y conocimientos.
. Los cambios:
- En la rutina familiar.
- De espacio.
- De hábitos.
- De toma de decisiones.
. La edad:
- Frecuentemente los cuidadores son ancianos.
. La salud:
- Del familiar cuidador (a veces muy anciano).
- Estrés del cuidador (reactivo a la situación).
. El dinero:
- Puede haber aumento de gastos.
- Abandono de trabajos o promoción.
- Adiós a las esperanzas de herencia.
- Diferencias económicas entre los familiares.
. Sentimientos del familiar cuidador:
- Pérdida de libertad.
- Culpabilidad ante la institucionalización, rabia, etc.
- Temor a lo desconocido.
- Sobreprotección.
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-
Falta de autocuidado.
RECOMENDACIONES PRÁCTICAS
. El grado de disfunción o de progresión no tiene una importancia capital para la
enfermera. Su responsabilidad es reconocer los comportamientos resultantes, la forma en
que la persona se ubica dentro del proceso y elaborar un plan de actuación acorde con ellos.
. Realice una valoración exhaustiva del comportamiento y reacciones del anciano en la
resolución de las actividades de la vida diaria.
. Escuche con atención lo que la familia refiera como cambios significativos en el carácter
de la persona anciana.
. Realice, junto al cuidador principal, un plan de acción detallado para la satisfacción de las
necesidades del anciano con demencia.
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