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sumario 512 Eur Psychiatry Ed. Esp. (2002); 9: 512-519 ARTÍCULO ORIGINAL Pertinencia clínica de la terapia electroconvulsiva (TEC) en adolescentes con trastorno grave del estado de ánimo: datos de un estudio de seguimiento O. Taieba, M.-F. Flamentb, S. Chevretd, P. Jeammete, J.-F. Allilairec, P. Mazeta, D. Cohena,b* Departamento de Psiquiatría del Niño y del Adolescente, Grupo Hospitalario Pitié-Salpétrière, 47, boulevard de l’Hôpital, 75013 París, Francia; bCNRS UMR 7593, Grupo Hospitalario Pitié-Salpétrière, 47, boulevard de l’Hôpital, 75013 París, Francia; cDepartamento de Psiquiatría, Grupo Hospitalario Pitié-Salpétrière, 47, boulevard de l’Hôpital, 75013 París, Francia; dDepartamento de Bioestadística, Hospital Saint Louis, Avenue Claude Vilefeux 75010 París, Francia; eDepartamento de Psiquiatría Adolescente, Instituto Mutualista Montsouris, 42 boulevard Jourdan 75014 París, Francia. a Resumen - Dado el conocimiento limitado sobre la evolución a largo plazo de los adolescentes que reciben terapia electroconvulsiva (TEC), el estudio pretendía seguir a adolescentes tratados con TEC por trastorno grave del estado de ánimo. Once sujetos tratados durante la adolescencia con TEC bilateral por depresión psicótica (n = 6) o manía (n = 5), y diez controles psiquiátricos emparejados en cuanto al sexo, la edad, el nivel educativo y el diagnóstico clínico, realizaron al menos 1 año después del tratamiento una evaluación clínica y social. La duración media entre el momento del episodio índice y el momento de la evaluación de seguimiento fue 5,2 años (intervalo: 2-9 años). En el seguimiento: 1) todos los pacientes excepto dos en el grupo de control recibieron un diagnóstico de trastorno bipolar. 2) Quince pacientes habían tenido más de un episodio de trastorno del estado de ánimo. 3) Los dos grupos no diferían en funcionamiento social ni rendimiento escolar. 4) El efecto en el rendimiento escolar se relacionaba con la gravedad del trastorno del estado de ánimo más bien que con el tratamiento de TEC. Los resultados indican que los adolescentes a los que se da TEC para trastorno bipolar, depresivo o maníaco, no difieren de controles cuidadosamente emparejados en el funcionamiento escolar y social posterior. terapia electroconvulsiva / adolescencia / seguimiento / trastorno bipolar INTRODUCCIÓN A pesar el uso ocasional de la terapia electroconvulsiva (TEC) en la práctica psiquiátrica con adolescentes, las indicaciones, los efectos secundarios y el resultado de este tratamiento en individuos de 13-19 años rara vez se han evaluado sistemáticamente [7, 23]. Varios informes recientes mostraron que la TEC es un tratamiento seguro y efectivo en adolescentes con trastorno del estado de ánimo resistente al tratamiento, en particular cuando los pacientes muestran síntomas catatónicos o psicóticos [8, 13, 17, 20, 25, 28, 31]. Sin embargo, algunos autores [3, 4, 22] han planteado preocupaciones éticas y supuestos efectos secundarios cognitivos desconocidos para prohibir el uso de la TEC en adolescentes. En particular, les preocupaban las consecuencias de la TEC en el aprendizaje futuro. Este punto de vista negativo hacia el uso de Taieb O, Flament MF, Chevret S, Jeammet P, Allilaire JF, Mazet P, Cohen D. Clinical relevance of electroconvulsive therapy (ECT) in adolescents with severe mood disorder: evidence from a follow-up study. Eur Psychiatry 2002; 17: 206-12. Pertinencia clínica de la TEC en adolescentes la TEC en este grupo de edad está codificado también en varios cuerpos legislativos de EE.UU. [11]. La legislación en California (1974), Tennessee (1976), Colorado (1977) y más recientemente Texas (1993) prohíbe el uso de TEC en menores que tengan menos de 12, 14, 16 y 16 años de edad, respectivamente. Los estudios en pacientes adultos han demostrado que la pérdida permanente de memoria es poco común incluso después de numerosos tratamientos con TEC [10]. Los efectos secundarios cognitivos pos-TEC en adultos, incluidos los déficit de memoria tanto anterógrada como retrógrada, se resuelven normalmente en unos meses. Pueden persistir pérdidas de memoria desiguales para los acontecimientos que rodean inmediatamente la tanda de TEC [1, 24]. La información con respecto al funcionamiento cognitivo pos-TEC en pacientes jóvenes es muy limitada. Un estudio temprano de Bender en 1947 [5] examinó los efectos de la TEC en una muestra de 54 niños de edades inferiores a 12 años. La autora comunicó ausencia de cambios en las puntuaciones de CI después de TEC en 36 pacientes, una disminución de la puntuación en nueve y un aumento de la puntuación en otros nueve. Esto era antes de la época de los fármacos psicotropos. Más recientemente, Carr y cols. [6] informaron sobre una niña de 12 años a quien se dio TEC por un trastorno bipolar. Esta paciente tenía deficiencia cognitiva medida 1 semana después del tratamiento, que no persistió después de 9 meses, excepto para la memoria verbal, pero los autores creían que la "mala memoria verbal era una característica estable del perfil cognitivo de la paciente". Schneekloth y cols. [25], en una revisión retrospectiva de historias clínicas, informó de cambios de CI después de TEC en tres de 20 adolescentes: un paciente había ganado 26 puntos inmediatamente después del tratamiento, otro tenía una disminución de cuatro puntos en el seguimiento a los 3 meses y el último tenía una disminución de 18 puntos en el seguimiento a los 7 años. Cohen y cols. [8] informaron sobre una muestra de 21 adolescentes tratados con TEC, dos de los cuales habían pasado por un examen psicológico antes y después de la terapia. El primero, tratado por una depresión psicótica, no tenía cambios en CI. Al segundo, tratado por esquizofrenia, su tanda de TEC le había mejorado parcialmente, pero tenía una disminución notable del CI (de 130 a 114). Esto quizá haya estado asociado al proceso psicótico mismo, como se muestra en su segundo test de Rorschach. Dos años más tarde, todavía recibía tratamiento en un centro de día para esquizofrenia crónica, y su CI se midió 513 entonces en 120. Sólo dos estudios han evaluado sistemáticamente los efectos cognitivos de la TEC en sujetos jóvenes: i) Gurevitz y Helme [14], en una muestra de 16 niños menores de 13 años de edad, encontraron que la eficacia cognitiva estaba reducida significativamente después de una serie de TEC, pero volvía al nivel anterior al tratamiento entre 5 y 27 meses después; ii) Ghaziuddin y cols. [13], en un estudio del uso de la TEC en adolescentes con depresión resistente al tratamiento, informaron de una disminución significativa en la atención, la concentración y la búsqueda de memoria a largo plazo en cinco sujetos que pasaron por un examen neuropsicológico antes de la TEC y 1-5 días después del último tratamiento. En un informe anterior [9], mostramos que un grupo de diez adolescentes tratados con TEC por trastorno grave del estado de ánimo no pudo ser distinguido 3,5 años como media después del tratamiento de controles emparejados cuidadosamente en varias medidas de funcionamiento cognitivo, incluido el Mini Examen del Estado Mental y el Test de Aprendizaje Verbal de California. El propósito del presente informe era describir el seguimiento del mismo grupo de adolescentes tratados con TEC por trastorno grave del estado de ánimo, y comparar a los pacientes tratados con TEC con controles psiquiátricos emparejados en cuanto a la edad, el sexo, el nivel educativo y el diagnóstico en la evaluación inicial y seguidos durante el mismo período de tiempo. Nos centramos en el diagnóstico clínico en el seguimiento, el funcionamiento social y el logro académico, considerando que ningún informe anterior ha examinado las posibles consecuencias de la TEC sobre el aprendizaje futuro. Además, el presente estudio da la oportunidad de describir el seguimiento de adolescentes bipolares. MÉTODOS Sujetos A partir de una revisión de las historias clínicas y los informes del personal, buscamos a todos los adolescentes que habían recibido tratamiento con TEC por trastorno del estado de ánimo antes de los 19 años de edad en tres departamentos de psiquiatría del adolescente y dos de psiquiatría adulta, todos localizados en París (Apéndice 1). Debía haber transcurrido 1 año al menos desde el último tratamiento de TEC. Durante un período de 10 años entre 1987 y 1996, se encontró a 20 pacientes adolescentes hospitalizados que 514 O. Taieb, et al cumplían esos criterios, y se los buscó para seguimiento. Entre ellos, uno se había suicidado, uno no pudo ser localizado y seis se negaron a participar. Se entró en contacto con los 12 sujetos restantes para una evaluación clínica de seguimiento. Uno estaba demasiado enfermo en el momento del estudio para realizar la evaluación completa. Así, se pudo incluir a 11 pacientes en el estudio. También a partir de una revisión de las historias clínicas dentro de cada departamento de psiquiatría, se emparejó individualmente a los 11 pacientes con controles psiquiátricos que nunca habían recibido TEC, pero que coincidían con los sujetos con TEC en cuanto al año y el lugar de hospitalización, la edad, el sexo, el diagnóstico psiquiátrico, la gravedad clínica y el nivel académico en el episodio índice. No se pudo emparejar apropiadamente a una paciente del grupo de TEC a causa de retraso mental (CI = 65) debido a anoxia neonatal. Aunque se registraron los datos clínicos del seguimiento para esta paciente, no fue incluida en las comparaciones de grupo. Medidas de evaluación Para la descripción del episodio índice, revisamos retrospectivamente las historias clínicas del período de hospitalización. Los datos seleccionados incluían datos sociodemográficos, el diagnóstico psiquiátrico del DSM-III-R, la puntuación de gravedad de la Impresión Clínica Global (ICG-G) [15], las puntuaciones de la Evaluación de la Actividad Global (GAF) [2], la Escala de Evaluación Psiquiátrica Breve (BPRS) (para pacientes maníacos) [21] y la Escala de Depresión de Hamilton de 21 elementos (HAM-D) (para pacientes deprimidos) [16], el nivel educativo (es decir, el número de años de escolarización desde el primer curso de la escuela elemental), el número de TEC y la duración de la hospitalización. En el seguimiento, uno de los autores (OT) entrevistó personalmente a todos los sujetos. Después de obtener el consentimiento informado (incluido el consentimiento de los padres para los menores), se administró a todos los sujetos una batería de evaluaciones clínicas y cognitivas. La información sociodemográfica general incluía el nivel educativo o profesional actual. Los diagnósticos psiquiátricos vitales y actuales se evaluaron utilizando la Mini Entrevista Neuropsiquiátrica (MINI), una entrevista diagnóstica estructurada desarrollada por Lecrubier y Sheehan que ha mostrado buena validez concurrente con la Entrevista Diagnóstica Internacional Compuesta (CIDI) [18]. La MINI da diagnósticos del DSM-IV para los trastornos principales del eje I (trastornos del estado de ánimo, incluida la distimia y el trastorno bipolar, trastornos de ansiedad, abuso de sustancias, trastornos psicóticos y trastornos de la conducta alimentaria). Una sección adicional precisó el riesgo de suicidio. El estado clínico actual se evaluó en la HAM-D para valorar los síntomas depresivos, y la BPRS para indicar las manifestaciones psicopatológicas globales. Se administró la Escala de Adaptación Social (SAS, autoinforme) para evaluar la calidad del funcionamiento social reciente [34]. Se utilizaron sólo tres secciones de la SAS, pues las otras (a saber, relaciones maritales y parentales, unidad familiar) no eran pertinentes en este grupo de edad. Además, diseñamos una puntuación de Adaptación Global (ICG-Adaptación) según el modelo de las escalas de Impresión Clínica Global (ICG), que iba de 1 (mal adaptado) a 7 (muy adaptado). Esta puntuación tenía en cuenta el logro laboral o académico actual, las actividades recreativas, las relaciones entre iguales y la autonomía de la familia con arreglo a la edad. El estudio comprendía asimismo una evaluación cognitiva de todos los sujetos [9]. Además, se pidió también a los pacientes tratados con TEC y a sus padres que cumplimentaran el Cuestionario de Freeman y Kendell [12], relativo a las experiencias y actitudes hacia la TEC [30]. Se ha informado de estos datos por separado. La realización de la evaluación llevaba unas 4 h. Análisis estadístico Debido al pequeño tamaño de los grupos de estudio, el análisis se basó en pruebas no paramétricas. Las comparaciones casos-controles en el episodio índice y en la evaluación de seguimiento utilizaron la prueba de rangos con signos de Wilcoxon. El análisis estadístico se realizó en los programas informáticos SAS (SAS Inc, Cary, NY). Se dieron valores de la P bilaterales. RESULTADOS Cada grupo constaba de cuatro hombres y seis mujeres, con edades de entre 15 y 19 años en el episodio índice, y entre 17 y 27 años en el seguimiento. Una paciente del grupo de pacientes con TEC no pudo ser emparejada (véase Métodos). La duración del período de seguimiento iba de 2 a 9 años (media ± DT: 5,2 ± 2,6 años). 515 Pertinencia clínica de la TEC en adolescentes Tabla I. Características de los adolescentes tratados con TEC (n = 11) y los pacientes de control (n = 10) en el episodio índice Grupo de TEC Edad (años) Número de TEC Puntuación de la ICG-G Puntuación de la GAF Duración de la hosp. (semanas) Nivel educativo (años) Diagnóstico del DSM-III-R BP maníaco con RP BP mixto con RP EDM con RP de TM EDM de TM Grupo de control Prueba de rangos con signos Mediana Intervalo Mediana Intervalo Valor P* 17,5 9 7 10 20,5 11,5 (15; 19) (3; 14) (7; 7) (10; 20) (7; 26) (7; 14) 17 (15; 20) 3 0,69 7 20 7 11,5 (6; 7) (10; 20) (5; 13) (7; 13) 1,5 -10,5 22,5 0,5 0,50 0,03 0,004 1,0 n n n n = = = = 3 2 6 0 n n n n = = = = 4 1 2 3 BP: bipolar; ICG-G: Impresión Clínica Global-Gravedad; GAF: Evaluación de la Actividad Global; hosp.: hospitalización; RP: rasgos psicóticos; EDM: episodio depresivo mayor; TM: tipo melancólico. *P para diez pares de sujetos (véase Métodos). Descripción del episodio índice y el nivel escolar, no fue posible emparejar a los controles con todos los sujetos con TEC en cuanto al subtipo diagnóstico exacto de trastorno del estado de ánimo, ni en cuanto al grado de gravedad clínica del episodio. Se emparejaron tres casos de episodio depresivo mayor (EDM) con rasgos psicóticos en el Las características sociodemográficas y clínicas de los sujetos en ambos grupos en el episodio índice se muestran en la Tabla I. Si bien los sujetos se pudieron emparejar apropiadamente en cuanto al sexo, la edad Tabla II. Características clínicas y adaptación social de 11 adolescentes tratados con TEC y diez pacientes emparejados que no habían recibido TEC a los 5,2 años de seguimiento como media. Grupo de TEC Edad Año desde la última TEC hasta la evaluación Nivel educativo (años) ICG-Adaptación HAM-D BPRS GAF SAS-SR Trabajo Vida social Relaciones familiares Diagnóstico del DSM-IV Bipolar, tipo 1 Bipolar, tipo 2 EDM recurrente EDM único Grupo de control Prueba de rangos con signos Mediana Intervalo Mediana Intervalo Valor P* 22,5 3,4 (17; 27) (1,4; 7,3) 21,5 (17; 27) 6,0 0,33 13,5 5,5 2,0 20,0 90,0 (7; (4; (0; (18; (60; 13,5 5,5 2,5 19,5 90,5 (7; (4; (0; (18; (80; 15) 7) 4) 23) 90) 5,0 2,0 7,5 5,5 -1,0 0,62 0,55 0,19 0,34 1,00 (1,4; 1,9) (1,5; 2,3) (1,7; 2,2) 1,5 3,0 4,5 0,55 0,51 0,41 1,6 2,0 2,0 n n n n = = = = 7 4 0 0 15) 7) 5) 30) 90) (1,4; 1,8) (1,6; 3,6) (1,7; 2,5) 1,75 1,95 1,95 n n n n = = = = 8 0 1 1 BPRS: Escala de Evaluación Psiquiátrica Breve; HAM-D. Escala de Depresión de Hamilton; GAF: Evaluación de la Actividad Global; ICG: Impresión Clínica Global; SAS-SR: Escala de Ajuste Social-Autoinforme; EDM: Episodio depresivo mayor. *P para diez pares de sujetos (véase Métodos). 516 O. Taieb, et al grupo de TEC con tres casos de EDM de tipo melancólico en el grupo de control. La gravedad clínica del episodio índice evaluada en la escala GAF era significativamente más alta en el grupo de TEC, y también lo era la duración media de la hospitalización. Esto indica que los adolescentes a quienes se dio TEC estaban entre los pacientes deprimidos o maníacos más graves hospitalizados durante el período de estudio. Una paciente del grupo de TEC tenía un síndrome de Down mosaico comórbido con un CI de 77. Su control emparejado tenía una puntuación de CI similar (79) y estaba también en un programa de educación especial; el origen de su perfil cognitivo era desconocido. Todas las TEC se habían administrado con un aparato de onda seno "Lapipe et Rondepierre" y una colocación bilateral de los electrodos. En todos los departamentos psiquiátricos en que se seleccionó a los pacientes, el procedimiento de TEC estándar era el mismo e implicaba el uso de atropina, metohexital o propofol, succinilcolina y oxigenación. En la mayoría de los casos, no se registraron los parámetros de la TEC. Características clínicas en el seguimiento (Tabla II) Todos los pacientes que habían recibido TEC durante la adolescencia fueron diagnosticados con trastorno bipolar del DSM-IV en el seguimiento (siete del tipo I y cuatro del tipo II). Todos estaban en remisión, excepto uno que tenía síntomas maníacos leves (puntuación de la BPRS = 30) en el momento del examen. Entre estos 11 sujetos, nueve habían tenido más de un episodio que requirió asistencia hospitalaria, incluidos siete que recayeron después de la tanda de TEC (número de recaídas por paciente: de una a cuatro; duración media de la remisión completa después de la TEC: 2,8 años [intervalo: 1-6 años]). Tres sujetos habían recibido una segunda tanda de TEC. El tiempo medio transcurrido desde la última tanda de TEC hasta la evaluación de seguimiento era 3,5 años (DT = 1,7; intervalo: 1,4-7,3 años). Ninguno de los sujetos en el grupo de TEC tenía un diagnóstico comórbido del eje I. Ocho sujetos del grupo de control fueron diagnosticados también con trastorno bipolar (todos de tipo I). Otros dos recibieron un diagnóstico de depresión mayor, recidivante y episodio único, respectivamente. Un paciente tenía un diagnóstico comórbido de abuso de alcohol anterior. Seis pacientes habían recaído después del episodio índice (número de recaídas por paciente: 1-3; duración media de la remisión completa después del episodio índice: 1,2 años [intervalo: 0,25-2,5 años]). Todos estaban en remisión cuando los entrevistaron. En los grupos de TEC y de control, las puntuaciones en la HAM-D, la BPRS y la GAF en el seguimiento estaban próximas a las normales y no diferían significativamente entre los grupos. Régimen de tratamiento Todos los sujetos excepto uno en el grupo de control recibían todavía asistencia psiquiátrica ambulatoria en el seguimiento. Ninguno había recibido TEC de mantenimiento o continuación. A la mayoría los trataban en ese momento con medicaciones psicotropas y el régimen de tratamiento era comparable en ambos grupos. Ningún paciente recibía benzodiacepinas. Dos pacientes únicamente, en el grupo de TEC, llevaban tomando un neuroléptico más de 6 meses (amisulprida, haloperidol). Diez pacientes en el grupo de TEC tomaban estabilizadores del estado de ánimo (cuatro, litio; cuatro, carbamacepina; uno, valproato, y uno, litio más carbamacepina). El último paciente había interrumpido el litio en contra del consejo del médico 1 mes antes de la evaluación. Entre estos 11 pacientes, dos habían cambiado de estabilizadores del estado de ánimo durante el período de seguimiento. En el momento de la evaluación, tres pacientes recibían psicoterapia individual estructurada, y uno, terapia familiar. A siete pacientes en el grupo de control les daban también estabilizadores del estado de ánimo (tres, litio; dos, carbamacepina; uno, valproato; uno, litio más valproato, y uno, litio más carbamacepina). Ninguno había recibido un neuroléptico durante más de 6 meses. Cuatro pacientes recibían psicoterapia individual estructurada. Evolución social y resultados educativos Las subpuntuaciones SAS-SR para los grupos de TEC y de control fueron similares para el trabajo, la vida social y las relaciones familiares. Del mismo modo, no encontramos diferencias de grupo para la puntuación de la ICG-Adaptación ni para la duración total de la educación (Tabla II). Sin embargo, el estado crónico de los pacientes influyó negativamente en los resultados educativos, pues el número de años de escolarización en el seguimiento era inferior al esperado según la edad para ambos grupos. Para todos los sujetos combinados, diez habían recibido educación Pertinencia clínica de la TEC en adolescentes normal combinada con asistencia psiquiátrica en un internado terapéutico durante más de 1 año después del episodio índice. Tres habían recibido educación especial a causa del retraso mental. DISCUSIÓN Ha habido poca información sobre el seguimiento de los adolescentes tratados con TEC. Nuestros resultados mostraron que no se podía distinguir un pequeño grupo de pacientes jóvenes que habían recibido TEC para un trastorno grave del estado de ánimo, depresivo o maníaco, de controles emparejados cuidadosamente con diagnóstico similar pero sin tratamiento de TEC en el seguimiento en: 1) medidas objetivas de la función cognitiva [9]; 2) evolución social; 3) resultados educativos. Junto con Vaugh McCall [19], sabemos que, en adolescentes, es preciso preocuparse particularmente por los efectos de las pérdidas de memoria anterógrada sobre el aprendizaje futuro. Por esta razón es por la que incluimos en el estudio actual una evaluación de la evolución social y educativa, como variable indirecta de la recuperación cognitiva pos-TEC. Nuestros hallazgos indican que la TEC no tiene una influencia negativa sobre el aprendizaje o sobre las actividades sociales, pues los resultados educativos y la evolución social fueron similares en ambos grupos de pacientes. Esta visión tranquilizadora de la TEC la comparten los receptores adolescentes y su familia. Dos grupos independientes mostraron hace poco que la mayoría de los pacientes adolescentes a quienes se dio TEC y sus padres tenían opiniones de conjunto positivas sobre el tratamiento. La gran mayoría de pacientes, y sus padres, consideraba la TEC útil y legítima, y la aceptaría de nuevo si fuera necesaria [30, 32]. Sin embargo, la gravedad del estado de los pacientes y la elevada frecuencia de recaídas de su trastorno bipolar influyeron negativamente en la evolución educativa de todos los sujetos. El seguimiento clínico de nuestro grupo de adolescentes con trastorno grave del estado de ánimo –todos bipolares menos dos– es similar al comunicado en el único estudio prospectivo previo de adolescentes bipolares [27], y confirma la elevada tasa de depresión psicótica en la adolescencia que puede cambiar a una enfermedad afectiva bipolar [29]. Aunque nuestros resultados indican que la administración de TEC en los adolescentes no resulta en deficiencia cognitiva grave a largo plazo, ni en consecuencias negativas sobre el aprendizaje futuro, esta 517 conclusión se debe suavizar por las limitaciones del estudio. El pequeño número de sujetos, dada la infrecuencia de los adolescentes tratados con TEC [23], el uso de métodos estadísticos no paramétricos y la ausencia de datos de línea de base fiables pueden haber limitado la probabilidad de establecer diferencias de grupo, a causa de la falta de poder estadístico. Sin embargo, no se encontró tendencia estadística a ninguna diferencia. No obstante, i) el hecho de que no se pudiera comprobar diferencia significativa alguna no implica que la evolución en ambos grupos sea idéntica; ii) no podemos excluir que la presencia de deficiencia cognitiva a largo plazo pudiera ser un acontecimiento poco frecuente pero posible, que no se viera en ninguno de nuestros 11 pacientes que recibieron TEC. Otra limitación se refiere a la falta de evaluación de la amnesia retrógrada en nuestro estudio, debido a que no encontramos instrumentos apropiados. Que sepamos, se dispone de dos pruebas para evaluar el rendimiento de la memoria retrógrada: el Cuestionario de Acontecimientos Famosos (FEQ) [26], que no es válido en Francia, y el Cuestionario de Memoria Personal (PMQ) [33], que requiere un diseño prospectivo. Estas limitaciones se pueden atribuir a la dificultad del asunto, por ejemplo, realizar un estudio de la evolución en pacientes gravemente enfermos y heterogéneos con diferente gravedad de la enfermedad y un curso en ciclos, que interfiere probablemente el desarrollo y el examen cognitivo. Se deberían favorecer más estudios prospectivos para confirmar nuestros resultados. Dada la poca frecuencia de adolescentes tratados con TEC, estos estudios deberían ser en colaboración para incluir pacientes suficientes. CONCLUSIÓN Nuestros hallazgos indican que el uso de la TEC en adolescentes con trastorno bipolar, depresivo o maníaco, no tiene por sí mismo una influencia negativa sobre el aprendizaje futuro, ni sobre la evolución social. No apoyan la idea de que la TEC se debería prohibir en adolescentes. Junto con otros, consideramos la TEC en adolescentes como una opción de tratamiento poco común en el trastorno de estado de ánimo muy grave. Sin embargo, dada la limitación de nuestro estudio (es decir, grupos pequeños, falta de poder estadístico, muestra heterogénea), se debería promover más investigación en este campo para confirmar estos datos. 518 O. Taieb, et al AGRADECIMIENTOS Este trabajo fue financiado por una beca de educación de SmithKline Beecham France. Olivier Taieb tenía una beca de la Foundation Lundbeck France y de la Société d’Etudes et de Soins pour les Enfants Paralysés et Polymalformés. Los autores desean agradecer su apoyo a: Profesor J. P. Olié, Dr. I. AmadoBoccara, Dr. B. Benchetrit, Dr. W. de Carvalho, Dr. M. Corcos, Dr. B. Deweer, Dr. Ph. Fossati, Dr. M. Hervé, Dr. M. L. Meignan, Dr. H. Lida-Pulik, Dr. M. L. Paillèr-Martinot. 10 11 12 13 APÉNDICE 1 La lista de los departamentos hospitalarios donde se seleccionaron los pacientes es: Departamento de Psicopatología del Niño y el Adolescente y Departamento de Psiquiatría Adulta (n = 8), Grupo Hospitalario Pitié-Salpétrière, 47 blvd de l’Hôpital, 75013, París; Departamento de Psiquiatría Adolescente, Instituto Mutualista Montsouris (n = 2), 42 blvd Jourdan, 75014, París; Departamento de Psiquiatría del Adolescente, Clínica Dupré (n = 1), 30 av du Président F. Roosevelt, 92331, Sceaux Cedex; Servicio Hospitalario Universitario de Salud Mental y de Terapéutica, Hospital de Santa Ana (n = 0), 1 rue Cabanis, 75014, París. 14 15 16 17 18 BIBLIOGRAFÍA 1 Abrams R. Electroconvulsive Therapy, third ed. New York: Oxford University Press; 1997. 2 American Psychiatric Association. Diagnostic and statistical manual of mental disorders, third ed. revised. Washington DC: American Psychiatric Association; 1987. 3 Baker T. ECT and young minds. 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