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ESE8 4/7/07 19:46 Página 253 Herramienta 7 Sobre los criterios de una intervención ESE8 4/7/07 19:46 Página 254 Herramienta 7 Sobre los criterios de una intervención ESE8 4/7/07 19:46 Página 255 Herramienta 7 Sobre los criterios de una intervención Criterios de intervención en la arquitectura tradicional II. La reflexión y el proyecto Fernando Vegas Doctor arquitecto Profesor del Departamento de Composición Arquitectónica en la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Valencia (Universidad Politécnica de Valencia), España. Camilla Mileto Doctor arquitecto Profesora del Departamento de Composición Arquitectónica en la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Valencia (Universidad Politécnica de Valencia), España. Qué son los criterios de intervención Cualquier tipo de estudio, por profundo y multidisciplinar que sea, o cualquier metodología de intervención, por seria y rigurosa que aparezca, no garantizan en absoluto una intervención correcta en el proceso de rehabilitación arquitectónica, tanto monumental como vernácula tradicional. Estudios previos de un edificio con un tremendo grado de detalle en ocasiones se corresponden con intervenciones posteriores que arruinan completamente la esencia o tergiversan el carácter del mismo. Ejemplos de esta actitud bienintencionada, pero a la postre culpable, abundan en la disciplina de la restauración. Esta circunstancia se verifica porque la disciplina de la restauración no constituye una ciencia. Los estudios previos que se aplican sobre el edificio provienen de las ramas más avanzadas de la ciencia, que cada día nos permite acercarnos más al conocimiento íntimo de la materia y de su historia. Pero la ciencia termina en este punto. A partir de este momento, el proyecto de rehabilitación pertenece a otro ámbito disciplinar que no viene amparado por la credibilidad y la imparcialidad de la ciencia. El proyecto de rehabilitación constituye un salto en el vacío que media entre este conocimiento científico y la efectiva recuperación del edificio. Prueba de la ausencia de la causalidad científica en el proyecto es el hecho de que un mismo estudio previo, realizado con toda la exhaustividad y los medios disponibles a nuestro alcance, puede alumbrar un variado abanico de proyectos de intervención diversos, sin mayor relación entre sí que la de actuar sobre un mismo edificio. Entonces, ¿qué esperanza queda para la consecución de un proyecto de restauración sensible con el objeto arquitectónico, si todos los estudios previos y las metodologías de intervención de este mundo no pueden garantizar la adopción de un rumbo correcto para el proyecto de restauración? En este punto, aparece la noción de los criterios de intervención que, en cualquier caso, deben preceder al proyecto y guiar las acciones del proyectista. Estos criterios de intervención permiten salvar el vacío descrito entre el conocimiento y la recuperación concreta del edificio con unas ciertas garantías de éxito. 7 En ocasiones, la naturaleza termina por apropiarse de la arquitectura vernácula que pasa a formar parte del entorno. Casa en la Pobleta de San Miguel (Castellón) Los criterios preceden a los estudios previos. De hecho, no se debe efectuar un estudio previo o aplicar una metodología determinada como quien sigue mecánica o indolentemente una receta de cocina para preparar un guiso. El proyectista emprende un determinado estudio previo o sigue una metodología determinada guiado siempre por estos criterios, que no son fruto del estado mental o emocional del proyectista, sino corresponden a una reflexión colectiva que va más allá de una voluntad personal. Los criterios así entendidos no son arbitrarios, ni están sujetos al azar, el capricho, las circunstancias o el libre albedrío del proyectista. Los criterios de intervención no constituyen las opciones de proyecto, no corresponden a imágenes o tipologías predeterminadas, ni equivalen a las técnicas a emplear en el proceso de intervención. Preceden al conocimiento del caso concreto del 255 ESE8 4/7/07 19:46 Página 256 II. La reflexión y el proyecto 7 edificio a restaurar y concretan únicamente sus últimos términos a partir de las circunstancias particulares de cada caso. Existen unos parámetros dentro de la disciplina de la restauración que guían estos criterios como son las experiencias previas en otros edificios con sus errores y sus aciertos, los debates realizados durante la historia, las reflexiones teórico-prácticas de los maestros de la disciplina... Esta reflexión sobre la necesidad de los criterios de intervención como factor imprescindible y absolutamente necesario en el proceso de restauración, incluso por encima de los estudios previos de cualquier índole y de las metodologías más rigurosas y avanzadas, sirve tanto para la arquitectura monumental como para la vernácula. Más aún, precisamente en la rehabilitación de la arquitectura tradicional adquieren una mayor importancia estos criterios de intervención puesto que, en múltiples ocasiones, la ausencia de medios para la realización de estudios previos o la distancia geográfica y cultural respecto de las más agudas metodologías sancionadas por los teóricos de la disciplina, impide su aplicación literal a los casos concretos más consuetudinarios. En este punto, la claridad en los criterios en la intervención se hace más imprescindible que una infraestructura de conocimiento y un manual de fases de la acción. La simple limpieza de un enlucido histórico de fachada puede conservar todo el encanto de su materialidad, su textura y su pátina que desaparecerían completamente en el caso de sustitución del enlucido. Antigua posada de carreteros en Torrebaja (Valencia) 256 Herramienta 7 Sobre los criterios de una intervención Criterios de intervención en la arquitectura tradicional Los criterios en la arquitectura tradicional La arquitectura tradicional vernácula es aquella que nace ligada íntimamente al paisaje, fruto de la sabia combinación inmediata de la materia disponible en ese entorno según sistemas constructivos y técnicas artesanales creados por la mano de sus residentes en el transcurso de generaciones que responden a una estricta funcionalidad. Similares condiciones ambientales generan soluciones de arquitectura tradicional con lógicas semejantes, pero aún así se podría afirmar que existen tantas familias de arquitectura tradicional como entornos climáticos, materiales y sociofuncionales. El advenimiento de la industrialización ha cambiado completamente las condiciones de producción de la arquitectura popular que, con frecuencia creciente, no surge ligada a la materia prima del entorno, sino a los materiales de construcción comerciales. En muchos rincones del globo, la arquitectura tradicional ha dejado de existir como fenómeno activo. En el resto del mundo, la arquitectura tradicional sobrevive ligada al aislamiento y la escasez de medios, pero es previsible su abandono como alternativa a corto y medio plazo, por lo que conviene contemplar desde hoy mismo su conservación. ESE8 4/7/07 19:46 Página 257 Herramienta 7 Sobre los criterios de una intervención Criterios de intervención en la arquitectura tradicional En general, dadas las dificultades para reproducir hoy en día la espontaneidad y la naturalidad de los constructores de la arquitectura tradicional, conviene su conservación, puesto que no está en nuestra mano la generación de nuevos ejemplos. El parque de construcciones tradicionales ha llegado en muchos lugares a su cima y, de ahora en adelante, sólo puede perder población, nunca ganar. Dentro del abanico de posibles criterios de restauración de esta arquitectura en vías de extinción, desde el momento en que en muchos casos ha dejado de reproducirse como especie, existen unos sencillos parámetros a tener en cuenta que permitirían una generosa prolongación de su vida útil al tiempo que salvaguardarían su integridad: La materia La materia de la arquitectura tradicional debe conservarse en la medida de lo posible. La materia debe ser doble objeto de protección puesto que refleja dos factores de la arquitectura tradicional: su constitución o masa que la integra, y su carácter, expresado a través de su superficie externa. La piedra levemente erosionada o salpicada de líquenes, la madera de superficie venosa, los enlucidos interiores y exteriores, los cañizos trenzados, los muros de tapial, etc. constituyen el envoltorio externo e interno de la casa y su transformación arrastra consigo gran parte del carácter de la arquitectura tradicional. La arquitectura tradicional tiene tanta probabilidad de sobrevivir a un proceso de rehabilitación, cuanto cuidado y delicadeza se puedan observar a la hora de sustituir su materia y ocultar sus superficies. Evidentemente, la rehabilitación de la vivienda a estándares contemporáneos deberá encontrar un compromiso entre las necesidades de habitabilidad y conservación de la materia. La materia fue manufacturada por sus constructores y, a falta de conocimiento de las técnicas vernáculas, es necesario conservarla por la naturalidad, la espontaneidad y las trazas de la acción constructora de antaño. La existencia de cubiertas vegetales (paja, juncos, corteza...) obliga a una sustitución periódica del mismo por el carácter perecedero de este material, tal como ha venido sucediendo desde tiempos remotos. En estos casos, la inclusión de un protector impermeabilizante extra bajo la capa vegetal coadyuva a su mantenimiento y dilata el periodo entre cada sustitución. Otra opción en este caso menos recomendable pero aceptable consiste en reemplazar la cubierta vegetal por otro tipo de cubierta tradicional de mayor durabilidad, generalmente tejas. Este tipo de transformaciones han tenido lugar desde siempre en la arquitectura tradicional y han proliferado especialmente en los últimos tiempos de existencia de la arquitectura tradicional. Es siempre preferible un híbrido de arquitectura vernácula a la desaparición completa de la misma. II. La reflexión y el proyecto Las superficies de la construcción tradicional se pueden ver afectadas de múltiples formas, entre las cuales, la adición de aislamiento térmico al interior de los cerramientos, la realización de rozas para paso de instalaciones con posteriores enlucidos cubrientes, el cambio de distribución del edificio... Se trata de cambios sin duda necesarios, pero su aceptación indiscriminada y generalizada terminan por transformar globalmente el aspecto de la arquitectura tradicional. Se debería encontrar un compromiso entre la conservación de estas superficies que brindan el carácter a la construcción con la inclusión de las nuevas instalaciones, a través de la búsqueda de soluciones lo más inocuas posibles para la materialidad de la arquitectura tradicional. Los nuevos materiales a introducir en la rehabilitación deben ser compatibles con la construcción existente, no sólo a nivel físico, sino también químico y, sobre todo, conceptual. Así, por ejemplo, en el caso de añadir una capa impermeabilizante o una capa aislante extra bajo el manto protector vegetal, cerámico, arcilloso o pétreo de una cubierta, éstos deben de ser transpirables para evitar que se produzcan condensaciones en el interior o, eventualmente, permitir la evacuación del vapor de agua a través de respiraderos de diversa índole. n el caso de tener que enlucir las superficies externas o internas de la casa por algún motivo imperioso que justifique la pérdida de la calidad o la vibración de estas superficies tradicionales el mortero a emplear debe caracterizarse no sólo por su transpirabilidad, sino también por su deformabilidad. Un ejemplo claro puede ser el siguiente: el mortero de cemento, por lo general, es la peor mezcla que se puede emplear en el enlucido interno o externo de un cerramiento. Esta afirmación se debe a dos razones: su falta de transpirabilidad y su excesiva rigidez respecto a los muros El carácter de la arquitectura se refleja a través de su superficie externa. Por este motivo, conviene medir los efectos de nuestra intervención sobre la misma. Detalle de una fachada en la Pobla de Benifassà (Castellón) 257 7 ESE8 4/7/07 19:46 Página 258 II. La reflexión y el proyecto tradicionales, cualesquiera sean sus componentes materiales, de manera que termina por arruinarlos. Al hilo de esta cuestión, se puede afirmar también como regla general que los enlucidos de reparación de cualquier tipo a aplicar sobre muros tradicionales (tapial, adobe, piedra, ladrillo, entramados...) deben tener menor rigidez que el material que están cubriendo, como tradicionalmente ha sucedido en la arquitectura vernácula. De esta manera, se garantiza la integridad de la fábrica en un futuro, dado que antes cae el material aplicado, que el muro que lo sostiene y al que cubre. Los materiales empleados en la rehabilitación de la arquitectura tradicional han de ser también compatibles con la salud de los 7 Herramienta 7 Sobre los criterios de una intervención Criterios de intervención en la arquitectura tradicional residentes en la misma. El carácter sostenible y ecológico que ostenta la arquitectura tradicional por definición no debe ser anulado o ensombrecido por la inclusión de nuevos materiales que entren en conflicto con la filosofía natural y la saludabilidad de los materiales existentes. La estructura La materia es a la carne de la misma manera que la estructura es a los huesos de la arquitectura. El armazón sustentante de la arquitectura tradicional nace de la optimización de los recursos locales y normalmente responde a las características seculares derivadas su material constitutivo, el subsuelo donde se asienta y los eventuales meteoros y movimientos telúricos si los hubiera. Según John Warren, existen tres opciones posibles en la rehabilitación de la estructura de la arquitectura tradicional: la reparación, el refuerzo o la sustitución. Los elementos estructurales pueden ser vigas, viguetas o correas de madera, machones, una fábricas de mampostería, adobe, tapial... Veamos el significado de estas tres opciones a través del ejemplo de una viga de madera. La reparación consistiría en el corte de una zona podrida de una viga lígnea y su sustitución por una prótesis de madera nueva. La trascendencia del concepto de reparación de la estructura radica Sustitución de la cubierta vegetal de una barraca tras un incendio vandálico. Barraca La Genuina en Pinedo (Valencia) Aunque no sea recomendable, siempre es preferible la sustitución de la cubierta vegetal en un edificio por otro tipo de cubierta del mercado antes que demoler completamente el edificio. Barraca Ricart-Navarro en Pinedo (Valencia) 258 La reparación de vigas mediante prótesis realizadas a medida permite conservar gran parte de la materialidad original del edificio. Iglesia de la Pobla de Benifassà (Castellón) ESE8 4/7/07 19:47 Página 259 Herramienta 7 Sobre los criterios de una intervención Criterios de intervención en la arquitectura tradicional en que no sólo se conserva la materialidad, sino también el sistema estructural original se mantiene en uso. En este caso, el material de nueva aportación debe ser armónico con las preexistencias y poder distinguirse en caso necesario. El refuerzo de una viga débil consistiría en la inserción de elementos de ayuda o sostén, como ha sido tradicionalmente el caso del hierro. Aparece cuando es necesario incrementar la resistencia o las prestaciones de la arquitectura. La reparación mantiene la resistencia original del edificio, mientras que el refuerzo la aumenta, por razones de cambio físico, nueva legislación o destino del edificio. En este caso, se debería evitar el protagonismo del refuerzo sobre la estructura original. Un refuerzo postesado de una viga de madera flechada puede revitalizarla hasta tal punto de poseer mayor resistencia que en el momento de su construcción original. El museo enológico de la Puebla de San Miguel (Valencia) realizado en un antiguo lagar de la localidad ha demostrado perfectamente su compatibilidad con la función previa. II. La reflexión y el proyecto A diferencia de la reparación y el refuerzo, la sustitución de una viga u otro elemento constructivo, aunque sea copia del anterior, no conservaría la materialidad de la fábrica original. Cuanto más reducida sea la proporción de los elementos sustituidos, más delicada será la opción con la arquitectura tradicional. En este caso, se debe procurar al menos la conservación del principio estructural del edificio que posee tanta importancia como su materialidad. A este respecto, se puede comprobar que las exigencias de la normativa actual en materia de estructuras o de resistencia antisísmica pueden ser afrontadas de dos maneras diametralmente opuestas. Si se ignora la estructura existente y se confía el cumplimiento de la normativa a un forjado de hormigón armado colaborante o no, se está tergiversando gravemente el principio estructural tradicional. Las estructuras tradicionales suelen ser de carácter claramente isostático, de modo que la introducción de un material como el hormigón armado con su carácter hiperestático rigidiza el conjunto y se convierte en una amenaza latente para la pervivencia de la casa, por su peso añadido, su falta de flexibilidad y su inaptitud sísmica en la arquitectura tradicional. Si simplemente se mejora la resistencia de la estructura existente con refuerzos metálicos o lígneos adecuados que colaboren con ella para superar esta normativa, se está manteniendo el principio estructural que caracteriza al edificio original, al tiempo que se está coadyuvando a su resistencia estructural para alcanzar los objetivos requeridos. Estos refuerzos realizados en seco poseen además una perfecta compatibilidad con la estructura existente, al contrario de los refuerzos líquidos como el hormigón, que provocan daños irreparables en la madera de las vigas, viguetas y La consolidación en seco de un forjado de madera y yeso permite evitar los daños irreparables que provoca la conocida capa de compresión sobre el mismo. Edificio en el barrio marítimo de Valencia. 259 7 ESE8 4/7/07 19:47 Página 260 II. La reflexión y el proyecto entablados o en el yeso de los forjados, que se convierten en pasto de los insectos, los hongos o la pudrición, además de menoscabar su resistencia intrínseca. 7 La función El criterio fundamental ya enunciado en los primeros tiempos de la disciplina de la restauración es el siguiente: la arquitectura tradicional como la monumental debe poseer una función para garantizar su existencia futura. Para ello, será necesario adaptar el edificio a los estándares de la vida contemporánea. Previamente, se debe realizar la comprobación razonada de la compatibilidad de la antigua y la nueva función y la constatación prudente de que no se está sobreexplotando la superficie útil del edificio por encima de su capacidad natural. En ambos casos, la restauración tiene muy pocas probabilidades de llegar a buen término, incluso en el caso de actuar con todas las precauciones y la sensibilidad que se están describiendo. Si se trata de una vivienda, ésta debe reunir las mismas condiciones de habitabilidad que las exigidas a una vivienda de nueva planta. Esto es, se requiere aislamiento acústico y térmico a los niveles requeridos por la normativa, ventilación y iluminación trámite el acristalamiento de las ventanas en el caso de que no exista, perfecta impermeabilización de cubierta, existencia de cocina, baño y posiblemente de calefacción si ésta fuera necesaria. En todos estos requerimientos, es posible que sea necesario un acuerdo de compromiso que permita una cierta flexibilidad de interpretación de la normativa, partiendo de las condiciones preexistentes de la casa. La ampliación de una ventana en aras de una mejor ventilación y/o iluminación puede arruinar la fachada exterior del edificio y, por ello, conviene sopesar todas las posibilidades existentes de distribución y cumplimiento de la normativa, antes de violentar la fachada exterior del edificio tradicional. La adecuación funcional de la vivienda tradicional a estándares contemporáneos adquiere una especial trascendencia en el capítulo de las telecomunicaciones, puesto que la difusión de las comunicaciones electrónicas y la proliferación creciente del concepto del teletrabajo reclaman la decidida incorporación de estos nuevos medios de información y comunicación dentro del edificio a restaurar. La musealización de un edificio tradicional sólo posee sentido si la función para la que fue creado ha muerto ya. Se trata de una opción posible y plausible sino existen otras alternativas más activas de utilización. Pero esta musealización no puede extenderse al conjunto del asentamiento tradicional. No se debe musealizar todo un pueblo porque acabaría por convertirse en una suerte de parque temático artificial o escenario teatral, por mucho que las construcciones fueran reales y no de cartón-yeso, como es habitual en ambos casos. Se pueden musealizar algunos edificios tradicionales del pueblo, al tiempo que el resto del tejido residencial puede mantener su función habitativa consuetudinaria. 260 Herramienta 7 Sobre los criterios de una intervención Criterios de intervención en la arquitectura tradicional Relación con el entorno El proyecto de restauración debe estar atento a respetar y conservar esta relación, que es biunívoca en el caso de la arquitectura tradicional. La imagen externa de la arquitectura tradicional posee una relación íntima con el paisaje que le rodea, puesto que su escala, su materia, su color y su textura se han extraído directamente de él. La arquitectura tradicional requiere la conservación del entorno para justificar su constitución y su presencia y el entorno exige la conservación de la única arquitectura con garantías completas de compatibilidad con él, esto es, la arquitectura tradicional que ha alumbrado de sus entrañas. El criterio que apunta a la conservación de la imagen no responde a un sentimiento bucólico o nostálgico del ambiente de la arquitectura tradicional, que pretendiera la congelación del mundo en el estado primigenio de un momento o época determinada. La imagen de la arquitectura tradicional y, por extensión, de los asentamientos tradicionales posee unos valores relativos a su dimensión y escala humana, su integración con la naturaleza y su aplicación inconsciente ante diem de principios de la arquitectura ecológica, que se deben reconocer y saber apreciar. Por esta razón, la restauración de esta arquitectura tradicional debe respetar el criterio de conservación de su imagen habitual, puesto que ésta ha sido el fruto de la decantación secular de un aprovechamiento óptimo de los materiales y las técnicas constructivas de la localidad. En el caso de necesitar la incorporación de algún anexo o edificio de nueva planta en un entorno de estas características con fuerte presencia de la arquitectura tradicional se debe tender a una integración de volumetría, color y textura que permita pasar desapercibida a esta nueva presencia en el conjunto del asentamiento. De nada sirve restaurar los edificios individuales si el entorno se altera simultánea e irremisiblemente. Raro encuadre de Ademuz que muestra la integración de la arquitectura en la ladera de la montaña. ESE8 4/7/07 19:47 Página 261 Herramienta 7 Sobre los criterios de una intervención Criterios de intervención en la arquitectura tradicional El criterio que sugiere la conservación del entorno no se corresponde igualmente con una actitud reaccionaria, utópica o romántica frente al paisaje natural, sino a la voluntad de la preservación del paisaje natural que vio nacer la arquitectura tradicional objeto de restauración. Esta conservación del entorno es seguramente compatible con una explotación razonada de los medios y recursos naturales, que no sólo tenga en cuenta el beneficio neto económico, sino también la economía entendida en el sentido más amplio y global del término, considerando otros factores como la cultura, la historia, la sostenibilidad, la ecología o la identidad. La restauración de la arquitectura tradicional no puede plantearse de manera independiente al margen de su entorno o del paisaje que la vio nacer. La preservación primorosa de un objeto arquitectónico al margen de su contexto histórico y cultural por excesiva transformación del mismo es siempre encomiable pero insuficiente desde el punto de vista de la conservación integral de la arquitectura tradicional. La puesta en obra Los criterios de actuación en el ámbito de la restauración de la arquitectura tradicional no sólo deben estar presentes antes de comenzar el estudio previo o durante la redacción del proyecto como se ha señalado anteriormente, sino que deben acompañar al técnico en la ejecución de la obra de restauración. La puesta en obra de todos los estudios y las ideas recogidas en el proyecto puede verificar todos los esfuerzos vertidos en este proceso o también puede desbaratarlos con facilidad. Por esta razón, conviene no bajar la guardia durante el proceso de ejecución de la obra. Tres son los frentes principales que debe atender un técnico en la puesta en obra del proyecto: el edificio, el obrero y los procesos. II. La reflexión y el proyecto No se debe perder de vista en ningún momento el edificio tradicional durante el proceso de restauración, porque es posible que durante el mismo aparezcan nuevos datos que el estudio previo no había llegado a dilucidar, surjan novedades no previstas en el proyecto o correcciones y matices a contemplar en la obra. El mejor y más elaborado de los proyectos no puede prever todas las incidencias que surgen en la obra de restauración pero cuanto más se ha profundizado en el desarrollo de un proyecto, mayores garantías de buen resultado se auguran y menos problemas aparecen. El criterio en la restauración de la arquitectura tradicional debe ser por tanto un atento seguimiento de obra después de una reflexión o elaboración exhaustiva del proyecto que permita responder a los imprevistos de obra. El obrero, como actor de la puesta en obra de la restauración, debe ser cómplice del técnico en los objetivos de la intervención porque, de otra manera, difícilmente podrá involucrarse en una óptima consecución de la obra. Es importante invertir el tiempo necesario en la explicación de los detalles y su razón de ser, así como de la meta global perseguida por la restauración. En ocasiones, se debe incluso explicar al obrero y convencerle de la bondad de algunos procesos y técnicas de construcción no habituales en su modo de proceder, pero necesarias para la restauración de la obra. Es fundamental por tanto la selección de un obrero para la obra que si no conoce los procesos a emplear en la obra, al menos, esté abierto a escuchar y se pueda adaptar con flexibilidad a las disposiciones dictadas por el técnico. Los procesos de construcción poseen una gran importancia en el aspecto final de la obra restaurada. La arquitectura tradicional se caracteriza precisamente por su carácter artesanal, espontáneo, natural, rico en texturas y matices humanos. La aplicación indiscriminada y directa de soluciones industriales al uso puede arruinar este carácter espontáneo. Por esta razón, es importante reelaborar todas estas soluciones y adaptar su composición, aplicación y uso a la arquitectura tradicional. Se trata de digerir estas soluciones comerciales o industriales a través de un proceso donde el criterio del proyectista debe poder asimilarlas, mejorarlas, hibridarlas y transformarlas para que su irrupción en el frágil entorno y materia de la arquitectura tradicional sea silenciosa, discreta y respetuosa con este delicado carácter intangible que posee. El proyecto Los criterios planteados en el proyecto deben arrastrarse y aplicarse en la puesta en obra, que constituye la verdadera prueba de fuego de estas ideas de partida. Casa tradicional en Sesga (Valencia) Cuando la realización física de todos o algunos de estos estudios no es posible por falta de medios a disposición, al menos sí se deben considerar y aplicar visual y mentalmente en la observación previa del edificio tradicional para evitar que el proyecto adopte un camino equivocado. Dejando aparte los estudios complementarios que requieren de profesionales especializados, por ejemplo, si no se realizan físicamente los planos a escala del cuadro fisurativo, el levantamiento material o sus patologías, sí 261 7 ESE8 4/7/07 19:47 Página 262 II. La reflexión y el proyecto 7 que se pueden observar, anotar o marcar en fotografías y, sobre todo, tener en cuenta dichos datos en el proyecto. Es decir, la ausencia de medios de cualquier tipo para la ejecución reglada, oficial y escrupulosa de estos estudios no exime de su realización siquiera como recorrido mental y metodológico necesario previo al proyecto de restauración. No es lo más habitual, pero puede suceder, que la realización de un estudio previo muy exhaustivo del edificio o la extracción de conclusiones precipitadas sobre el funcionamiento estructural del mismo, sus problemas constructivos y patologías diversas, puede dar alas al proyectista para creerse capacitado para perfeccionar la historia del edificio, añadirle puntos finales o corregir supuestos defectos. Por ello, el camino hacia el conocimiento que representa el estudio previo debe ir siempre acompañado de humildad, respeto y prudencia, las mismas virtudes que deben guiar posteriormente el desarrollo del proyecto. El proyecto de restauración de un edificio tradicional debe buscar el difícil equilibrio entre la conservación de la mayor parte de materia posible y la adecuación funcional del edificio a los estándares actuales de habitabilidad. El presupuesto de conservación de la materia afecta no sólo a la constitución del edificio que, dentro de lo posible, debe mantener la dignidad de su función estructural y constructiva, sino a sus superficies externas e internas que transmiten todo el carácter del edificio tradicional al observador y el habitante. Tipos de proyectos. Existen fundamentalmente tres tipos de proyectos de rehabilitación de un edificio tradicional desde el punto de vista de su uso: (1) aquellos que mantienen la función original del edificio, (2) aquellos que la transforman en otra función activa y (3) aquellos que musealizan la construcción tradicional. Aun considerando como dato de partida un equilibrio adecuado entre las superficies del edificio tradicional y un nuevo programa que no especule con un aprovechamiento abusivo del edificio, cada una de estas opciones puede evitar o provocar conflictos diversos en la rehabilitación del edificio tradicional. Los proyectos que mantienen la función original del edificio tienen mayores garantías de evitar conflictos. Si se está rehabilitando una vivienda tradicional para adaptarla a una vivienda contemporánea o una antigua venta de carreteros para posada rural, en esencia, se deberán incorporar de la manera más discreta posible las instalaciones características de los estándares actuales de habitabilidad (electricidad, fontanería, sanitarios, cocina, calefacción...) y mejorar dentro de lo posible la impermeabilización y el aislamiento térmico, acústico de la construcción. Los proyectos que transforman la función original del edificio en una completamente diversa deben estar atentos a no violentar el edificio tradicional en su complexión, distribución y filosofía. Por ejemplo, la transformación de una almazara o una antigua destilería en apartamentos puede amenazar los grandes espacios 262 Herramienta 7 Sobre los criterios de una intervención Criterios de intervención en la arquitectura tradicional internos y la fenestración de estos edificios tradicionales por la necesidad de fragmentación de los mismos. En este caso, la afección que pueden generar las instalaciones, la impermeabilización y el aislamiento no tiene parangón con el daño que puede provocar el forzamiento de la concepción original de estos edificios pensados para otros fines. Por último, los proyectos que musealizan una construcción tradicional poseen la ventaja de adaptarse fácilmente en su distribución y necesidades funcionales a las preexistencias, sin necesidad de forzarlas o violentarlas. Por ejemplo, muerta la función original, la rehabilitación de un molino o un lagar con fines expositivos y etnológicos respeta la complexión del edificio y, al menos, evoca su antiguo destino. Los problemas en este caso pueden venir de las exigencias de una normativa de uso de espacios públicos que no muestre una cierta flexibilidad frente a la consideración del edificio existente y pretenda la aplicación mecánica y escrupulosa de todos sus apartados. Cumplimiento de la normativa. Uno de los problemas más difíciles de resolver en la adecuación funcional de un edificio tradicional para uso contemporáneo es, en efecto, el cumplimiento de la normativa vigente en materia de habitabilidad, accesibilidad, incendios... En algunos países, estas normativas muestran una gran comprensión, respeto y flexibilidad frente a los edificios existentes, dando una cierta precedencia a su complexión histórica frente a las exigencias de la normativa. En otros, se exige escrupulosamente dicho cumplimiento, con independencia de que se trate de un edificio antiguo o uno de nueva planta. Todas estas exigencias de la normativa pueden tener solución pero el proyectista deberá aplicar todo su esfuerzo e imaginación en encontrar aquellas opciones que menos afecten al edificio en su complexión original. Cuando éstos no sean suficientes, deberá empeñar toda su capacidad de razonamiento en convencer a las autoridades de la necesidad de conservación de algunas características del edificio, o en convenir un compromiso de conservación con ligeras transformaciones que supla el incumplimiento total de la normativa. Por ejemplo, la barandilla de un balcón demasiado baja puede evitar su sustitución con un ligero suplemento superior. La accesibilidad de una escalera doméstica se puede mejorar con una redistribución racional o compensada de los peldaños existentes. En el caso de una escalera en un local con afluencia pública es posible que sea imposible de resolver con la escalera tradicional y se deba crear una nueva escalera según la normativa, pero en este caso se puede conservar la antigua como escalera añadida junto a la nueva. Al contrario de lo que pueda parecer, la madera empleada en gran parte de las estructuras horizontales de las ESE8 4/7/07 19:47 Página 263 Herramienta 7 Sobre los criterios de una intervención Criterios de intervención en la arquitectura tradicional construcciones tradicionales es un material magnífico frente a un posible incendio, siempre que posea la suficiente sección para permitir el desalojo seguro de los ocupantes del edificio en un tiempo determinado, aspecto que constituye la base de todas las normativas antiincendio. En el caso de que no posea dicha sección, bastaría con suplementarla para que alcanzara la resistencia al fuego requerida por la normativa. La falta de iluminación o ventilación de algunos espacios se puede resolver con ventanas integradas en la pendiente de la cubierta, portones dobles con cristal interior incorporado, extractores mecánicos... La apertura de una puerta de evacuación hacia el exterior en el caso de un edificio público puede resolverse modificando los herrajes o cambiando el quicio de lugar. Y así, un largo etcétera de alternativas posibles que permiten la conservación de gran parte de la materia y el espíritu de la casa. Distribución de los espacios. La nueva distribución del proyecto de restauración del edificio debe tener en cuenta, ante todo, la existencia de la distribución previa del edificio y tratar de II. La reflexión y el proyecto adaptarse en lo posible a la lógica de su antiguo funcionamiento para evitar violentar su complexión. En ocasiones, se deberá reconocer, preferiblemente en la fase del estudio previo, la incompatibilidad del edificio para asumir la función que se había pensado inicialmente bien por falta de espacio o fenestración disponible, bien por abuso de aprovechamiento en la compartimentación de sus espacios internos. El mantenimiento dentro de lo posible de la distribución existente coadyuva en todo caso a la economía de la intervención que evita la demolición superflua de paredes, escaleras y otros elementos y la nueva construcción de los mismos desplazados de lugar, además de permitir el mantenimiento del carácter de los espacios interiores del edificio. Elección de materiales. La elección de los materiales nuevos a incorporar en el proyecto de restauración del edificio tradicional debe tener en cuenta con gran atención y delicadeza el cromatismo y la textura de los materiales existentes. El proyecto de restauración siempre implica la incorporación de un porcentaje de materiales nuevos a la construcción tradicional. Si el objetivo de la Sección del proyecto de restauración de una antigua posada de carreteros en Torrebaja (Valencia), donde se ha procurado conservar el encanto espontáneo vernáculo del edificio e introducir todas las funciones derivadas de un uso hostelero actual. 263 7 ESE8 4/7/07 19:47 Página 264 II. La reflexión y el proyecto restauración apunta por encima de todo a la recuperación del edificio, dicho porcentaje deberá ser pequeño dentro de la necesidad y discreto en su presencia dentro de lo posible. Esta compatibilidad se consigue a través de la elección delicada de los materiales (la madera, el árido del mortero, el empasto de la cerámica...) y de la textura de sus superficies, puesto que la irrupción de acabados lisos y materiales mecanizados en el ámbito de un edificio tradicional puede provocar un impacto de difícil convivencia con las preexistencias. Se trata de un ejercicio de reflexión y elección que no implica ningún coste añadido. 7 El paso de las instalaciones. El paso de las instalaciones, cada día más voluminoso e invadente, puede provocar un gran impacto en la construcción tradicional si no se está atento a una integración discreta de las mismas. Las instalaciones de electricidad, fontanería, telecomunicaciones, iluminación, calefacción, etc. se han convertido en los intestinos de un edificio contemporáneo, con una longitud y una presencia que requieren una gran cantidad de espacio. La elección entre las diversas alternativas que brinda el mercado para encontrar la más adecuada a las condiciones y el carácter del edificio existente constituye el primer paso a adoptar para aspirar a una compatibilidad. Posteriormente, existen dos opciones claras de ubicación: dejar las instalaciones vistas parcial o totalmente, u ocultarlas dentro de lo posible. En el primer caso, la elección de soluciones elegantes, materiales nobles, la integración cromática o su ubicación por encima del plano de iluminación puede contribuir a una convivencia adecuada de las mismas en el interior del edificio tradicional. En el segundo caso, el doblado de determinados muros o paredes a veces simultáneo a la necesidad de incrementar el aislamiento térmico, la creación de falsos suelos, el paso bajo anaqueles, estanterías o bancadas de cocina, etc., permite la incorporación oculta de las instalaciones sin afectar al interior del edificio. En ambos casos, una buena dosis de esfuerzo, reflexión e imaginación en colaboración con los instaladores especializados puede aportar las soluciones más adecuadas para respetar el carácter del edificio, sin que necesariamente se incremente el presupuesto de la restauración del mismo. La economía de la intervención. Una reflexión inicial y la eventual elaboración de estudios previos evita futuras equivocaciones en el proyecto y en la obra, correcciones de rumbo, rectificaciones, demoliciones y reconstrucciones innecesarias. A la postre, este planteamiento inicial razonado o el estudio previo al proyecto están revirtiendo en la economía de la intervención. En la restauración de la arquitectura monumental y, con mayor razón, la arquitectura tradicional se requiere un mayor esfuerzo de análisis y pensamiento durante el proyecto que después suele evitar mayores gastos durante la obra. 264 Herramienta 7 Sobre los criterios de una intervención Criterios de intervención en la arquitectura tradicional La conservación de la arquitectura tradicional como se está planteando en estas páginas puede ser acusada de romanticismo, y es posible que esta afirmación contenga parte de verdad. Pero la conservación de la arquitectura tradicional posee sobre todo una vertiente netamente económica, puesto que el mantenimiento de las fábricas, forjados, cubierta y otros elementos de la construcción revierten en un aprovechamiento óptimo de los recursos heredados que simplemente se conservan o se refuerzan, en detrimento de soluciones más caras como son la sustitución generalizada de los elementos. Además, asociada a esta vertiente económica, existen otros aspectos como son el carácter sostenible por definición de esta arquitectura, sus virtudes ecológicas o su voluntad bioconstructiva, todos ellos aspectos reclamados en la actualidad por un gran número de técnicos y futuros propietarios de casas. ESE8 4/7/07 19:47 Página 265 Herramienta 7 Sobre los criterios de una intervención Los desafíos técnicos de la rehabilitación de viviendas II. La reflexión y el proyecto Michel Polge Arquitecto urbanista en jefe, del Estado Director Técnico de la Agencia Nacional de la Vivienda (ANAH), Francia. Rehabilitar no es tan sólo salir de un estado de decrepitud, no tan sólo recuperar su estado, sino también mejorarlo. Los problemas técnicos son de diferentes tipos. La construcción tradicional presenta: Patologías intrínsecas: La humedad, problema recurrente de la rehabilitación: las remontas por capilaridad. La humedad está también ligada a infiltraciones clásicas a causa de la envolvente del edificio, por un confinamiento demasiado grande que puede estar ligado a aislamientos mal diseñados, por prácticas de mantenimiento no adecuadas (limpieza de las viviendas con agua demasiado abundante). De forma general, la porosidad de los materiales de construcción antiguos, combinada con la ausencia de dispositivos de barreras de estanqueidad entre elementos constructivos, crea un aporte constante de humedad que es agravado por una ventilación inadecuada. Las consecuencias negativas para el edificio son evidentes, las consecuencias para los habitantes no son menos reales, más allá de la falta de confort. Las carencias de materiales: la arquitectura tradicional está construida a partir de los recursos locales, por tanto si éstos son de mediocre calidad, las necesidades en reparación serán múltiples (patología de la piedra, de los ladrillos mal cocidos, etc.). Los ataques tradicionales a la madera: termitas, hongos de pudrición, carcomas, etc., antes de que se inventaran los tratamientos de la madera, y sabiendo que dichos tratamientos plantean problemas para el medio ambiente (por este motivo los tratamiento organoclorados han sido abandonados en Francia). Especialmente, la presencia de pinturas al plomo conlleva un riesgo importante de saturnismo, particularmente para los niños, e impone unas condiciones de trabajo muy particulares. Las cañerías de plomo, también tienen incidencia en el problema de saturnismo. Aun se podrían citar otros aspectos, como por ejemplo las emanaciones de gas radón, peligroso para la salud de los ocupantes (el radón es un gas natural radioactivo cancerígeno expulsado por ciertas rocas –granito, basalto, etc. – que pone en peligro la salud de los habitantes cuando las precauciones de ventilación y de aislamiento no se han tomado en cuenta). 7 Beirut, Líbano. Patologías debidas a intervenciones inadecuadas, a menudo vinculadas al empleo sin precauciones de materiales o de procedimientos técnicos modernos: por ejemplo, el empleo de revestimientos de cemento sobre fachadas humedecidas por capilaridad sin tratar al mismo tiempo este problema. También podríamos hablar del amianto, producto natural cuyo empleo se ha revelado muy peligroso para la salud. Podemos también hablar de intervenciones más clásicas que han desorganizado las estructuras: la más habitual es la supresión de piezas de carpintería (tirantes…) para ganar una verdadera habitabilidad de las buhardillas, apeo estructural que suprime la triangulación original. Necesidades de instalación de equipamientos de confort inicialmente no concebidos: cuartos de baño, calefacción racional, energía, etc. Incluso en aquellos países donde la rehabilitación es hoy en día un fenómeno antiguo, este tema sigue siendo una prioridad para una gran parte del parque de viviendas. Cuestiones técnicas ligadas a la salud de las personas. Algunas ya se han mencionado anteriormente. Los defectos de calidad del aire interior provocan enfermedades respiratorias, alergias, etc. La adaptación a personas ancianas o discapacitadas es un gran desafío en la adaptación de viviendas debido a las evoluciones demográficas y al aumento de la esperanza de vida. Un nuevo factor que actualiza el tema de la movilidad reducida del número de ocupantes es por tanto el tema de la accesibilidad a la vivienda y dentro de la vivienda 265 ESE8 4/7/07 19:47 Página 266 II. La reflexión y el proyecto 7 Cuestiones técnicas ligadas a la seguridad. En primer lugar podemos pensar en el conjunto de accidentes de la vida doméstica vinculados a la vivienda, claramente menos conocidos por el público que los accidentes de tráfico, ya que son más “discretos”: accidentes debidos a la red eléctrica y a gases peligrosos, accidentes debidos a bajadas de tensión (los niños son las víctimas más frecuentes por falta de una buena prevención del riesgo a nivel de seguridad), etc., que causan una media de 400 muertes al año en Francia, etc. En el ámbito de la seguridad, el riesgo de incendio es también muy fuerte y percibido, demasiado a menudo, por la población como una fatalidad. Sin embargo, llevar a cabo campañas de información y sensibilización sobre los “usos correctos” limita los riesgos, al igual que la puesta en marcha de equipos simples (detectores autónomos de humo), sin olvidar los sprinklers (sistemas de rociadores), trampillas de salida de humos, etc. Este extenso inventario no tiene la pretensión de ser exhaustivo. Podría llevar a pensar que las viviendas existentes son tan patógenas que no se puede hacer nada al respecto… De forma contraria, también nos podemos dejar llevar por un optimismo de mal gusto y tampoco no hacer nada. La cuestión no es ésta, sino más bien la evidencia de que, por lo que se refiere al aspecto técnico, la voluntad pública de mejorar los temas de la vivienda, incluyendo la privada, no puede limitarse a favorecer la revisión. Si queremos concluir exponiendo lo que debería ser el futuro de la vivienda existente, recordaremos que debemos buscar: Una vivienda sana y adaptada (en la que se hayan resuelto los temas de higiene, confort, acceso) Una vivienda segura (en la que se hayan resuelto las cuestiones de estabilidad estructural y de seguridad y prevención de los riesgos principales) Una vivienda económica en energía y recursos (en la que se hayan resuelto las cuestiones de coste de explotación) Una vivienda pensada de manera sostenible (en la que se hayan resuelto las cuestiones de perennidad del producto vivienda) 266 Herramienta 7 Sobre los criterios de una intervención Los desafíos técnicos de la rehabilitación de viviendas ESE8 4/7/07 19:47 Página 267 Herramienta 7 Sobre los criterios de una intervención El momento de escoger el camino del proyecto II. La reflexión y el proyecto José Luis González Moreno-Navarro Doctor arquitecto Catedrático del Departamento de Construcciones Arquitectónicas I en la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Barcelona (Universidad Politécnica de Cataluña), España El proyecto de rehabilitación El proyecto es el resultado de la suma sinérgica de decisiones independientes, tomadas cada una de ellas aisladamente de las demás para resolver problemas parciales. Pero, como el edificio es único, esas soluciones parciales también deben constituir una solución simultánea para todos los problemas. Esa es la grandeza y la gran dificultad del proyecto arquitectónico: sólo podrá ser adecuado cuando sea el resultado de un proceso basado en el análisis detallado de problemas y soluciones que desemboca en una única solución que resuelve todos los problemas. Si el proyecto consiste en transformar una arquitectura existente, las diferencias que se dan con un proyecto de arquitectura de obra nueva son esenciales. Si se trata de un proyecto de intervención para la rehabilitación de una arquitectura tradicional y doméstica las diferencias tienen un carácter muy particular. La primera diferencia radica en el hecho de que, si bien la obra nueva requiere la comprensión del lugar y del contexto que la rodean, la intervención en algo existente precisa la comprensión de algo infinitamente más complejo: el conjunto de elementos constructivos que cierran y delimitan unos espacios que a su vez son consecuencia de una evolución histórica compleja, muchas veces de difícil conocimiento (1), un conjunto que además forma parte de un signo de identidad de una colectividad y de un lugar. Esa comprensión implica abarcar aspectos intangibles, aspectos simbólicos que son difíciles de aprehender, a no ser que sea escuchando con paciencia a los habitantes del lugar, o hechos históricos que están ahí pero que son muy difíciles de ver, discriminar y explicar. Asimismo, es preciso comprender hechos tangibles como los muros (2), los forjados, las bóvedas, las carpinterías, los pavimentos, y especialmente debe entenderse cómo ha transformado el siglo XX algo que quizás tuvo una constancia en su manera de hacer durante los siglos anteriores, pero que se ha visto forzado a cambiar radicalmente por la fulgurante evolución del último siglo. El hábitat tradicional es consecuencia de una optimización producida a lo largo de periodos históricos de unos tipos asociados a unos usos que consiguen llegar a un diseño muy adecuado al lugar y a la manera de vivir de sus ocupantes. Pero, cuando llega el siglo XX, cambian radicalmente las condiciones de uso, lo cual lleva a: el incremento de las cargas actuantes como consecuencia de remontas o añadidos en las partes superiores que cargan los muros de plantas bajas (3) 7 1. El edificio de la figura en su estado antes de la intervención (a) era el final de una compleja evolución histórica (b). 267 ESE8 4/7/07 19:47 Página 268 II. La reflexión y el proyecto 2. Cata realizada en el muro de fachada del edificio para conocer su configuración constructiva. Herramienta 7 Sobre los criterios de una intervención El momento de escoger el camino del proyecto 3. Refuerzo con chapa metálica del apoyo de la bóveda de escalera sobre un arco. 7 el incremento de la población que utiliza el mismo parque edificado, la pérdida de la tradición del mantenimiento de conservación de aquellos elementos que confieren una resistencia a los agentes atmosféricos, tales como revestimientos fundamentales a la hora de mantener las capacidades portantes de los muros, por ejemplo de tapia, muy sensibles a ese ataque de la intemperie (4). Así pues, estamos analizando edificios que en el siglo XIX, por hablar de una cierta época, podrían estar en perfecto estado de conservación pero que, llegado el siglo XX avanzado, entran en degradación, no porque sea un mal diseño original sino por ese potentísimo cambio de condiciones de uso y mantenimiento. Comprender todo eso requiere un esfuerzo y en las anteriores líneas se ha dado una guía para poder realizarlo. Pero es evidente que, hasta que esa comprensión no se alcanza, es incluso inmoral intentar desarrollar el proyecto arquitectónico de intervención. El camino a seguir Supongamos que el arquitecto o el ingeniero ha llegado a esa comprensión: es conveniente recordar brevemente lo ya dicho sobre los principios que deben cumplir los edificios. Cualquier elemento es consecuencia de la necesidad de: un espacio delimitado por una forma material construida, estable desde el primer momento, la mejora del ambiente y la seguridad de los ocupantes, la satisfacción, por parte de formas y materiales, de los deseos de belleza que cualquier pueblo, por sencillo que pueda ser, tiene por su condición humana, 268 la máxima duración posible de lo construido con ayuda de un mantenimiento adecuado, un método de producción de todo ello lo más eficiente posible. Un buen procedimiento para desarrollar un proyecto es seguir, en una primera aproximación, un recorrido que incluya un estudio de la relación problema-solución desde cada uno de los principios aisladamente. Una vez acabado, se deberá valorar posibles acuerdos o desacuerdos entre soluciones parciales para encontrar las que situándose a medio camino resuelven los problemas razonablemente, aunque cada una de ellas aisladamente no lo haga de manera perfecta. La iteración del proceso llevará finalmente a la propuesta proyectual definitiva. Espacio y estructura El proyecto arquitectónico de rehabilitación ha de contar con el hecho de que el espacio ya existe. El primer punto de cualquier proyecto de obra nueva, es decir, pensar en cómo se organiza un determinado espacio a partir del programa, ya está hecho. En este caso, la tarea es otra: es preciso en primer lugar entender el espacio, su razón de ser, y las posibilidades de introducir cambios en él mediante pequeñas modificaciones de los elementos existentes. Hay que tener muy presente que lo que consigue que el espacio pueda existir es el conjunto de elementos que habitualmente denominamos estructura, palabra inexistente en la terminología de la edificación hasta el siglo XX. Cualquier cambio importante en el espacio implica cambios estructurales. La característica clave que diferencia estos elementos de los propios de la época actual es que, tanto los elementos que dan la estabilidad como los que cierran el espacio coinciden entre sí, de manera que la estructura hace de cerramiento o éste de estructura. Es decir, al referirnos a los edificios tradicionales, ESE8 4/7/07 19:47 Página 269 Herramienta 7 Sobre los criterios de una intervención El momento de escoger el camino del proyecto II. La reflexión y el proyecto 4. Muro de tapial que ha perdido el revestimiento que lo protege por falta de mantenimiento. 5. Cata realizada para analizar el terreno existente bajo la cimentación de la pared de ladrillo macizo. hablar de estructura significa, casi en un 90 %, hablar también de cerramientos. Esta manera de diseñar edificios es generalmente extraña a los profesionales de edificación formados en el siglo XXI, en que la especialización de los elementos constructivos lleva a que unos den estabilidad y unos cierren del exterior; por ello es conveniente en este inicio destacar esa diferencia. Y es imprescindible, antes de tomar ninguna decisión, seguir el proceso de conocimiento y comprensión ya expuesto anteriormente. Ahora bien, uno de los aspectos fundamentales que se deben abordar desde el proyecto es la necesidad planteada por muchas normativas nacionales de adaptar el nuevo edificio resultante a las normas o códigos técnicos, orientados siempre a las obras de nueva edificación. Ésta es una de las enormes dificultades que tiene que resolver todo el proyecto, ya que por definición los códigos técnicos buscan mejorar las condiciones de los edificios nuevos en relación con los antiguos, y por tanto, con casi absoluta seguridad, los antiguos no cumplen lo que han de cumplir los nuevos. El recorrido a seguir debe analizar todos los factores que afectan a la estabilidad de todos aquellos elementos estructurales; habrá que comprobar cuál es la intervención que consigue, al menos, reducir la distancia con el factor de seguridad establecido por el nuevo código. La situación es diferente si las normas se refieren sólo a las acciones gravitatorias o si incluyen las sísmicas. En el primer caso, todo es función del grado de seguridad que imponen las normas actuales para obra nueva, que puede oscilar entre 2,5 y 3. Si el cálculo sobre la seguridad de un edificio existente da 2, puede llevar a concluir que no es seguro. Pero no tiene ningún sentido someterlo a un difícil y agresivo proceso de refuerzo, puesto que la constatación de un equilibrio existente durante decenas de años —suponiendo que no se haya producido ninguna lesión— es una comprobación tan científica o más que la aplicación de una norma. Un caso particular es el que se da como consecuencia de la realización de estudios geotécnicos. Es frecuente que uno de éstos indique que el terreno sobre el que está asentado un edificio desde hace 200 o 300 años no es competente para su estabilidad. El error no sólo puede ser consecuencia de aplicar ese coeficiente de seguridad desproporcionado, sino que, además, es posible que el estudio se haya hecho fuera del edificio, en un terreno diferente al que está bajo la cimentación (5). La cuestión cambia si las normas contemplan las acciones sísmicas. En las regiones en las que los periodos de retorno de un terremoto grave son muy dilatados, sus efectos no quedan grabados en la memoria colectiva, por lo que los constructores no dotan a los edificios de recursos antisísmicos. Una normativa nueva basada en datos históricos y geológicos precisos desconocidos hasta ese momento puede advertir de la probabilidad de un nuevo evento sísmico para el que el edificio es claramente vulnerable. Es evidente que no estamos ante un caso de patología, pero será necesario aprovechar el proceso de rehabilitación para introducir los refuerzos necesarios. 7 Ambiente y cerramientos En relación con el ambiente, el proyecto requiere una valoración cuidadosísima de las prestaciones de la envolvente del edificio a rehabilitar en relación con las variables básicas que determinan el ambiente: en primer lugar, las derivadas del ambiente natural del lugar, es decir, el agua de lluvia o la humedad del terreno, el calor o el frío y la iluminación natural; y, en segundo lugar, las derivadas de nuestra propia existencia, el ruido y la contaminación. El proceso debe contemplar tres niveles de estudio, el geográfico, el del contexto inmediato del edificio y el propio edificio. 269 ESE8 4/7/07 19:47 Página 270 II. La reflexión y el proyecto Herramienta 7 Sobre los criterios de una intervención El momento de escoger el camino del proyecto 6. Carpintería de aluminio con rotura de puente térmico y vidrio con cámara de aire para alcanzar el confort y el ahorro energético exigible. 7. Forjado de madera laminada calculado para una estabilidad al fuego de 90 minutos para garantizar la seguridad conservando la imagen tradicional. Es preciso recordar que la transformación más importante generada en el siglo XX ha sido consecuencia del incremento de la oferta de la técnica en todo lo relacionado con la comodidad y el confort (6). Si bien la envolvente del edificio es un elemento fundamental para crear un ambiente interior favorable a la vida, nuestra civilización actual, a la cual hay que incorporar la arquitectura tradicional, exige que esas condiciones ambientales sean mucho mejores, por lo cual no hay otra solución que utilizar instalaciones de todo tipo: agua y electricidad en casi todos los casos y calefacción en muchos de ellos. El estudio en relación con la limitación de la demanda energética —también estimulada desde la Administración pública con normativas inexistentes hace poco tiempo— es de una gran trascendencia, ya que las instalaciones que controlan el calor o el frío son las que presentan mayor volumen de ocupación. No hay que olvidar que la tendencia más reciente es la incorporación de sistemas de refrigeración en los lugares cálidos para las épocas estivales. Asimismo, la necesidad del ahorro energético está llevando a elementos nuevos, no solamente en el interior del edificio sino en el exterior. Es reciente la obligación para cualquier edificación de incorporar sistemas de captación de radiación solar para el agua sanitaria. Es un reto importante ver cómo este factor, al que no podemos renunciar, influye en la arquitectura tradicional. No podemos olvidar la seguridad de los ocupantes, de la que uno de los aspectos clave, nuevo e inexistente en las edificaciones anteriores, es todo lo derivado de la seguridad frente al incendio (7); por lo tanto, será necesario realizar esa adaptación. También deberemos controlar otros aspectos de menor calado como la seguridad de uso. sintamos orgullosos y que sirva para decir quiénes somos; es decir, además de resolver todos los problemas prácticos, deben estar acordes con nuestra cultura visual y simbólica. En definitiva, como ya se ha dicho, forma parte de la edificación dar satisfacción a los deseos de belleza que cualquier pueblo, por sencillo que pueda ser, tiene por su condición humana. Todas las variables que inciden en ello son perceptibles principalmente a través de la vista, y habrá que referirlas, en consecuencia, a las características visuales de las dos claves constantes del construir: la forma y el material. La forma queda definida por su contorno, por su perfil y por los volúmenes que puedan percibirse en la tercera dimensión perpendicular al observador, condicionado todo por la iluminación existente. El material queda definido por las características visuales de su superficie, compuesta fundamentalmente por dos variables: el color y la textura. Además, como consecuencia de la complejidad de cualquier material de construcción, hay que añadir el dibujo formado por líneas de separación entre diferentes colores y texturas, propios de los diferentes materiales, y las huellas inevitables de la puesta en obra o por otras razones. Además, las decisiones tomadas a partir de estas consideraciones han de armonizarse con todas las anteriores y sobre todo no han de entrar en contradicción con los sentimientos consolidados de los usuarios (8). 7 Los valores estético-simbólicos Pero todo lo anterior no es suficiente: el conjunto de todos los elementos también debe crear un mensaje visual del cual nos 270 La máxima duración posible El paso del tiempo es inexorable con los edificios. Por mucho que se quiera evitar, los elementos constructivos experimentan variaciones en sus características básicas, de las formas y los materiales, de modo que, tarde o temprano, pierden sus prestaciones iniciales. Aun así, todo ello se puede prever y reducir en buena medida. Es preciso reflexionar sobre el hecho de que todo edificio es ESE8 4/7/07 19:47 Página 271 Herramienta 7 Sobre los criterios de una intervención El momento de escoger el camino del proyecto II. La reflexión y el proyecto 9. Impermeabilización bajo las tejas con placa ondulada para garantizar la estanqueidad sin modificar el aspecto exterior. 7 pierdan, sino que se potencien los valores estéticos, simbólicos y de identidad asociados a ellos (9). 8. Aplicación de estuco tradicional en la fachada del edificio. consecuencia de su historia y en ese devenir histórico han aparecido factores que han producido alteraciones en su estado inicial que pueden haber llegado a ser lesiones, daños. Su estudio, además de ser necesario para corregirlos, ha de servir para sacar consecuencias y aplicarlas al diseño de los nuevos elementos asegurándoles un futuro en el que esos factores de degradación queden neutralizados. Las patologías pueden afectar a sistemas estructurales con las graves consecuencias que ello pueda tener, pero también pueden afectar a elementos cuyo papel es crear un espacio interior agradable, incluso al tacto, es decir, los acabados. El proyecto debe comprender a fondo la razón de esas patologías y debe incluir de manera integrada su resolución. La experiencia demuestra que los elementos más castigados por la historia, esto es, por el paso del tiempo, son los que están a la intemperie en contacto con el espacio exterior, la lluvia, las temperaturas extremas, el agua del subsuelo, etc., que, si no han tenido un mantenimiento correcto, se degradan de manera inevitable. Tampoco hay que olvidar que esos elementos del exterior tienen el doble papel de proteger a los elementos estructurales, como muros o armaduras de cubierta o bóvedas, y, además, de actuar como soporte visual de todas las propuestas estético-simbólicas y de identidad del edificio. En consecuencia, es imprescindible que el proyecto analice los factores de degradación a fin de controlarlos, corregirlos y proponer soluciones que incluso tengan mayor resistencia a ellos, pero sobre todo debe hacerse de manera que no se Las técnicas de producción Para alcanzar la máxima durabilidad, es de la mayor importancia que las características de los materiales que se usen, en particular los materiales nuevos, sean compatibles con los existentes, lo cual debe determinarse de manera exhaustiva. Deben considerarse todas las repercusiones a largo plazo, de modo que se eviten efectos secundarios indeseables. En general, la elección entre técnicas “innovadoras” y “tradicionales” debe estar muy argumentada y parece razonable que se dé preferencia a aquellas que resulten menos invasivas y más compatibles con los elementos existentes, teniendo siempre presentes los requisitos de seguridad y durabilidad (10). Todo ello, en principio, comporta el abandono de técnicas habituales en la segunda mitad del siglo XX, que no sólo no los cumplen, sino que se han demostrado claramente perniciosas al cabo de un corto lapso de tiempo desde su aplicación. Sin duda, las intervenciones que se pueden proyectar a partir de estos criterios requieren, por un lado, conocer muy a fondo el edificio a rehabilitar, es decir, desarrollar al máximo todo lo expuesto anteriormente sobre el diagnóstico, y, por otro, conocer muy a fondo no sólo las técnicas actuales menos agresivas sino, sobre todo, las técnicas tradicionales que dieron forma al edificio en su origen. Adquirir se conocimiento es todo menos fácil, ya que en muchos casos la pérdida de las técnicas ha comportado su total olvido, lo cual puede llevar a una dificultad quizás insalvable: no contar con operarios, albañiles, yeseros, estucadores, etc., que sepan actuar realmente como lo hicieron sus padres o abuelos. Es necesario tener muy en cuenta todas esas cuestiones en el proyecto. Si, por ejemplo, no existe la más mínima posibilidad de encontrar un albañil que sepa hacer una bóveda tabicada, será 271 ESE8 4/7/07 19:47 Página 272 II. La reflexión y el proyecto Herramienta 7 Sobre los criterios de una intervención El momento de escoger el camino del proyecto necesario pensar en una solución alternativa. En definitiva, el proyecto ha de estar al día de las posibilidades técnicas del lugar en el que se va a desarrollar. Si esto es así en la obra nueva, lo es mucho más en el caso de la rehabilitación de la arquitectura tradicional. Unas últimas consideraciones 10. Refuerzo de bóveda tabicada con el tradicional doblado de rasilla de manera que se asegura la compatibilidad de materiales. 7 11. Estado final de la fachada. 272 Una vez realizado todo este proceso, que permite, por un lado, comprender el objeto sobre el que actuamos y, por otro, saber cuál ha de ser el objeto final de nuestra actuación —ser un artefacto situado en el siglo XXI que, como tal, actúe para unos habitantes también del siglo XXI—, podremos plantearnos el proyecto de arquitectura. Obviamente, todos tenemos la experiencia de que los procesos mentales no son tan radicales, sino que durante ese proceso de comprensión van surgiendo ya propuestas de maneras de resolver el proyecto. No es negativo que sea así, a menos que esas ideas que surgen antes de la comprensión lleguen a tener tal solidez que se mantengan aunque entren en contradicción con las conclusiones de ese proceso de comprensión. Es una trampa en la que todos los arquitectos podemos caer con facilidad. Las ideas previas arquitectónicas son válidas en tanto en cuanto son hipótesis cuya validez debe contrastarse precisamente durante el proceso de comprensión del edificio; a su vez serán factores que podrán incentivar las investigaciones para desarrollar ese proceso de comprensión. En conclusión, el proyecto deberá resolver los objetivos de adecuación del espacio, adecuación del ambiente, integridad tanto del edificio como de sus ocupantes, partiendo de los recursos económicos y técnicos disponibles, de manera que el resultado final sea satisfactorio para sus ocupantes y para toda la colectividad desde el punto de vista de la satisfacción de los deseos de belleza y de afirmación de la propia identidad (11). ESE8 4/7/07 19:47 Página 273 Herramienta 7 Sobre los criterios de una intervención El valor de la innovación para fomentar la calidad en la rehabilitación de la arquitectura tradicional Asegurar la “continuidad de la vida” del patrimonio histórico construido a través de un “uso apropiado” es el objetivo de base para una conservación que puede ser considerada, más allá del concepto de la simple preservación, como un acción dinámica de construcción futura, en términos de “conservación integrada”1 dentro del marco de realidades sociales, económicas y culturales de un territorio. Esta cuestión es particularmente importante para la arquitectura tradicional de la región mediterránea, ya que la atribución de nuevas funciones, o bien la simple preservación de las funciones originales, puede conllevar la alteración de los valores formales, técnicos, materiales y funcionales. Los edificios concebidos para usos específicos pueden no responder necesariamente a las condiciones modificadas en relación con los destinos funcionales que los estándares han desarrollado inevitablemente a lo largo del tiempo. Incluso la, aparentemente simple, conservación del uso residencial, que predomina en los centros históricos, puede llevar a estas contradicciones. De hecho, la práctica ha demostrado, por una parte, que los estados críticos para la eficiencia funcional no están solamente presentes cuando el nuevo uso implica transformaciones estructurales, funcionales o de equipos y, por otra parte, que la continuidad del destino residencial puede permitir la conservación de las características originales del edificio, en la medida en que este uso está basado en actividades que cambian poco o que implican un comportamiento muy flexible. Además, la calidad de vida requirió en un momento dado espacios y funciones, absolutamente inapropiados para la calidad impuesta por las necesidades modernas. Por otra parte, las intervenciones para la adecuación de la funcionalidad del patrimonio construido, a menudo, han producido, especialmente en los centros históricos, una “adaptación” con alteraciones forzadas y la introducción de elementos y características que han cambiado la tipología original y los aspectos morfológicos, con una remarcable diferencia si se compara con la perspectiva teórica. La definición de las herramientas teóricas, técnicas y tecnológicas, constituye un reto importante para tratar correctamente las cuestiones, tanto de reutilización como de la continuidad del uso de la arquitectura tradicional. Debería evitarse la transferencia de métodos adaptados o la aplicación servil de soluciones funcionales y/o tecnológicas que ya se han experimentado para edificios de nueva construcción. Por ello, la innovación de propuestas y soluciones técnicas puede ser, lejos de la reivindicación de la modernidad en sí misma, un II. La reflexión y el proyecto Fabio Fatiguso Dr. Ingeniero Profesor asistente en Rehabilitación de edificios (Politecnico di Bari), Italia Colaboradores: Grupo de trabajo de investigación (Giambattista De Tommasi, Mariella De Fino y Albina Scioti) 7 El “Sassi” de Matera (Italia). El amplio hipogeo de Sassi (Italia). instrumento esencial para hacer frente a la difícil conexión entre la conservación de los valores arquitectónicos y morfológicos de los edificios antiguos, y las necesidades de la vida moderna, y la conformidad con las reglamentaciones y estándares en vigor, así como también la demanda de niveles de prestaciones cada vez más complejos 273 ESE8 4/7/07 19:47 Página 274 II. La reflexión y el proyecto 7 Herramienta 7 Sobre los criterios de una intervención El valor de la innovación para fomentar la calidad en la rehabilitación de la arquitectura tradicional Calidad y reglas en la rehabilitación de la arquitectura tradicional Generalmente, en los países del área mediterránea, el nivel mínimo de calidad para un edificio se define a través de un sistema de parámetros/estándares, mediante algunas disposiciones que a menudo se refieren a “nuevas” construcciones, sin hacer ninguna referencia específica a los edificios existentes, históricos o más recientes. Además, para la arquitectura tradicional e histórica, la “filosofía” común a las reglamentaciones prescriptivas de la construcción apunta al control de calidad a través de la imposición de obligaciones y limitaciones para los procedimientos prácticos, por lo que no siempre se ha conseguido un buen resultado, en relación con las cuestiones técnicas y formales. La insuficiencia general de las disposiciones ha quedado demostrada por diferentes estudios2, así, las calidades medioambientales han estado determinadas por recomendaciones genéricas e imposiciones limitativas de parámetros numéricos, a veces incluso en conflicto unas con otras, sin ninguna atención a la peculiaridad de la intervención o del territorio, sin ninguna explicación de los motivos de la limitación impuesta y ninguna solución alternativa para responder a las necesidades requeridas3. Evidentemente, la peculiaridad de la arquitectura tradicional mediterránea hace difícil, incluso a veces inapropiado, la traducción de la calidad de un edificio en parámetros y estándares objetivos: la confianza ciega en responder de forma automática a las condiciones a través de la observación de las disposiciones, es absolutamente inadecuada. Estos modelos evitan la intervención de rehabilitación, en términos de “simple” mantenimiento y reparaciones, o bien resultan desconectados de las características estructurales, tipológicas, funcionales y tecnológicas de los edificios. Incluso si en relación con los diferentes contextos territoriales y, como consecuencia, a las características espaciales, materiales, técnicas y tecnológicas específicas, la morfología de los edificios construidos, las tipologías y las dimensiones particulares de las unidades arquitectónicas primarias, tanto en planta como en fachada, y las características constructivas, son un obstáculo para la estricta observancia de los estándares contemporáneos cuantitativos y numéricos, impuestos por los modelos de prescripción. De hecho, los espacios irregulares con superficies sobre (o bajo) dimensionadas están presentes –desde las simples estancias rurales norteafricanas de una o dos habitaciones y las casas rudimentarias del centro histórico de Bodrum, en Turquía, hasta la vasta sala hipogea de los “Sassi” de Matera–. Se deberán estudiar las alturas internas extremadamente variables (desde las pequeñas estructuras de tierra en Argelia hasta los altos tejados en Rashied en Egipto, desde las construcciones rurales bajas y compactas de Portugal hasta los rellanos elevados de algunos centros históricos italianos y provenzales. Así mismo deberían tenerse en cuenta la cantidad de bóvedas rebajadas, marca característica de los espacios tradicionales en Matmata y Medenine en Túnez y las casas de terraza y casas “torre” en muchos centros históricos del sur de Italia, así como también suelos de madera (extensamente difundidos en el área mediterránea) que limitan una eficiente articulación espacial. Además, las conexiones verticales son a veces difíciles de realizar porque las alturas del rellano son demasiado altas para las escaleras, que serían entonces demasiado largas. Paralelamente, la ventilación y las condiciones de iluminación son frecuentemente inadecuadas y no corresponden a las condiciones exigidas, por la ausencia de ventanas adecuadas; como en muchos países del Este y Sur del Mediterráneo, donde la reducción de las aberturas hacia el exterior fue tradicionalmente impuesta por la protección contra Estructuras tradicionales de tierra en Aurés (Argelia). Arquitectura tradicional en Matmata (Túnez). 274 ESE8 4/7/07 19:47 Página 275 Herramienta 7 Sobre los criterios de una intervención El valor de la innovación para fomentar la calidad en la rehabilitación de la arquitectura tradicional la intemperie y por seguridad. Incluso cuando las ventanas son suficientemente grandes, no siempre permiten una buena iluminación por la proximidad con los edificios vecinos (pensemos en los centros históricos de la región de Apulia). Otra cuestión es la relacionada con la accesibilidad para las personas discapacitadas, en el marco del propio edificio y del contexto urbano global. Un estudio sobre los centros históricos de algunos municipios italianos con un conjunto importante de edificios tradicionales de la Edad Media4 ha mostrado que, conforme a las disposiciones en vigor, el 30% de las habitaciones no tienen las características geométricas y dimensionales para ser consideradas como habitables, el 40% de espacios no están bien ventilados e iluminados y el 100% de las viviendas no tienen una escalera adecuada. Probablemente se pueden conseguir resultados similares en otras áreas mediterráneas debido a la homogeneidad de las características morfológicas. II. La reflexión y el proyecto Un modelo guía de prestaciones para garantizar la calidad en el marco del proceso de rehabilitación del edificio parece conveniente, en la medida en que permite determinar los estándares de calidad que podemos comparar con aquellos que se aplican a las nuevas construcciones y que permite también preservar las características históricas, arquitectónicas y morfológicas del patrimonio construido existente. En consecuencia, previene la aplicación de limitaciones prescriptivas que no deberían ser tenidas en cuenta, sino que habría que interpretarlas caso a caso o derogarlas. En este sentido, a lo largo de los últimos años, se han desarrollado algunos estudios e investigaciones en Italia, para revisar las herramientas de gestión para las transformaciones del territorio y las ciudades en términos de prestaciones. Algunas experiencias importantes en este ámbito están precisamente relacionadas con la conservación y la rehabilitación de centros históricos y/o espacios de arquitectura tradicional, donde las metodologías y los procesos utilizados han hecho referencia a menudo a las particularidades del contexto de la construcción territorial, por instrumentos de práctica innovadora, tales como los Laboratorios de barrio5, los manuales de rehabilitación y los códigos de práctica6. Propuestas innovadoras para la recuperación de la calidad Para superar una propuesta prescriptiva es necesario como objetivo conseguir la calidad. En efecto, un nivel de calidad que no responde a las condiciones modernas para una parte de la ciudad que tiene una importante extensión y un valor emblemático, no es aceptable, aun más si consideramos todas las implicaciones sociales, económicas y culturales. En consecuencia, los métodos y procesos deben estar definidos para rehabilitación de edificio histórico tradicional (particularmente los de uso residencial) para respetar las cualidades medioambientales y funcionales exigidas por la vida contemporánea y las disposiciones en vigor. El objetivo podría ser la definición de los valores de las prestaciones que la arquitectura debería presentar para responder a las condiciones específicas así como la valoración de soluciones tecnológicas y funcionales que tienen por objetivo su satisfacción. Por ejemplo, los Laboratorios de barrio han sido experiencias significativas que apuntan a encontrar nuevas formas de hacer más fácil todas las elecciones sobre la recalificación física, económica y social de partes importantes de la ciudad. Todas las experiencias compartían la constitución de un centro donde todas las decisiones son tomadas sobre los aspectos de gestión y los aspectos técnico-tecnológicos, con la participación de los habitantes, de las administraciones y las empresas. La Guía de rehabilitación permite gestionar la calidad urbana y arquitectónica gracias a las acciones de prescripción, de tres maneras diferentes: Arquitectura tradicional en Médenine (Túnez). Casas “Torre” en Molfetta (Italia). 275 7 ESE8 4/7/07 19:47 Página 276 II. La reflexión y el proyecto primero, una acción vinculante mencionando los materiales así como los elementos de construcción que no pueden perderse durante los trabajos de transformación, incluso si están escondidos ante operam; en segundo lugar, una acción prescriptiva que indica los materiales y técnicas que deben ser utilizados durante el proyecto, de no haber contraindicaciones; y finalmente, en tercer lugar, una acción indicativa ilustrando a través de algunos ejemplos el criterio y los métodos que deben considerarse por los diseñadores del proyecto. 7 Un reciente estudio sobre esta cuestión7 señala un enfoque metodológico particular, más concretamente sobre una herramienta práctica de prescripción de las prestaciones que permite, gracias a una mayor flexibilidad y a un menor número de imposiciones, aprovechar las potencialidades de los edificios existentes tradicionales y recuperar los valores medioambientales y geométrico-tipológicos para una conservación global e integrada de los edificios. Este modelo está compuesto por especificaciones de prestaciones8, es decir de elementos guía y de verificación para la obtención de las prestaciones. Éstas están correlacionadas con soluciones adecuadas9, que son soluciones espaciales y tecnológicas no basadas en los valores que describen algunos parámetros de demanda, sino respondiendo a los objetivos y requisitos coherentes con el edificio. Más tarde, las propuestas de representación para la rehabilitación de la arquitectura histórica tradicional ofrecen un criterio en relación con las características peculiares de los edificios sujetos a la reutilización y de libertad, sobre las aplicaciones de los valores para la obtención de resultados esperados en términos de calidad. Están basados en un proceso de etapas progresivas, desde la definición de un “sistema de usos” (es decir, un conjunto de elecciones técnicas y tecnológicas que provienen de la demanda y de los objetivos de prestaciones) y un “sistema de valores” (conjunto de compromisos para la transformación impuesta por la Refuerzos de bóvedas mediante PFR 276 Herramienta 7 Sobre los criterios de una intervención El valor de la innovación para fomentar la calidad en la rehabilitación de la arquitectura tradicional arquitectura, para poder preservar su propia identidad), hasta la definición de criterios y métodos adecuados, a través de un control de congruencia que permita asegurar la calidad de uso de un edificio contemporáneo y la conservación de la naturaleza histórica del patrimonio tradicional arquitectónico. A continuación, podemos hacer referencia a las formas operativas para alcanzar las condiciones mencionadas, a veces explicadas por las soluciones adecuadas, así como en términos de “métodos tradicionales” y de “uso moderno” de los elementos materiales, técnicas y estructuras históricas, además de enfoques tecnológicos innovadores a través de la integración entre tradición e innovación de la construcción. La tabla muestra un posible esquema de una propuesta de rehabilitación de la arquitectura tradicional histórica. La innovación tecnológica para la calidad Teniendo en cuenta las experiencias de estas últimas décadas, el empleo de “métodos y materiales tradicionales” en la rehabilitación de la arquitectura tradicional, puede considerarse como apropiado en conjunto, con una válida congruencia entre el sistema de usos debido a las condiciones de referencia y el sistema de valores históricos, arquitectónicos y técnicos. Además, la “calidad técnica” de la intervención, referida a aspectos tanto funcionales (desde el confort medioambiental hasta el equipamiento tecnológico) como aspectos arquitectónicos formales, materiales, estático-estructurales, lleva a una “correcta calidad” de todas las elecciones y las soluciones implicadas (la proposición de materiales y tecnologías características de los edificios existentes es obviamente conveniente). Además de comportar una “calidad de relación”, el edificio puede conservar el marco formal, técnico y estructural y por ello una homogeneidad sustancial. Este valor va más allá de cualquier evaluación filosófica-cultural sobre la eficacia de la propuesta escogida para la conservación del sistema de valores histórico-arquitectónicos. ESE8 4/7/07 19:47 Página 277 Herramienta 7 Sobre los criterios de una intervención El valor de la innovación para fomentar la calidad en la rehabilitación de la arquitectura tradicional II. La reflexión y el proyecto 7 Esquema lógico de un posible enfoque eficaz para la rehabilitación de la arquitectura tradicional histórica. Las cuestiones antes mencionadas, provenientes de un debate contemporáneo sobre la rehabilitación de la arquitectura histórica, explican el amplio uso de las técnicas tradicionales, en contraste con el empleo de materiales y tecnologías modernas que han sido extensamente adoptadas y no criticadas, durante los años recientes y los pasados, sin un control preliminar adecuado que profundice sobre los efectos provocados. Por otra parte, esta evidencia no dificulta la innovación en la rehabilitación de un edificio. Un nuevo equilibrio entre espacio, materiales conservados y nuevos elementos funcionales y tecnológicos deben conseguirse como herramienta de conservación, más que como necesidad inútil de modernidad, con objeto de conectar la tradición –cuando no se pueda responder a condiciones específicas– y el mundo contemporáneo. El objetivo principal no es la transformación del edificio, sino las condiciones de adaptación y la conservación de su autenticidad y de su lenguaje original estructural, a través del empleo de productos y sistemas evolucionados que sean capaces de afrontar apropiadamente la falta de prestaciones de los edificios que están realizados con técnicas tradicionales, pero no pueden ser rehabilitadas con ellas. Este enfoque puede que no se refiera a una regla inútil y contraproducente, sino a una oportunidad para aquellas situaciones donde el empleo de materiales y tecnologías modernas pueda ser más adecuado para respetar las características globales de la construcción: a veces y para 277 ESE8 4/7/07 19:47 Página 278 II. La reflexión y el proyecto 7 Esquema de sistema de iluminación basado en tecnología de fibra óptica. Panel de captación solar. 278 Herramienta 7 Sobre los criterios de una intervención El valor de la innovación para fomentar la calidad en la rehabilitación de la arquitectura tradicional responder a problemas específicos la arquitectura histórica parece “aceptar” mejor la inserción de tecnologías “ligeras”, por ejemplo las más avanzadas (pretendiendo integrar más que reemplazar), más que las intervenciones “pesadas”, aplicadas tradicionalmente en las prácticas constructivas durante las últimas décadas y en relación con métodos y técnicas de sustitución y reconstrucción. Sin embargo, la innovación no sólo está relacionada con materiales y sistemas, con alto contenido tecnológico y compatibilidad morfológica-tecnológica, que sean capaces de obtener una buena durabilidad, resistencia mecánica, una buena aptitud para el mantenimiento y a la integración de materiales, elementos y técnicas tradicionales. También se trata de la adaptación y mejora de las prestaciones y las características de calidad relacionadas con los productos tradicionales existentes, ampliamente experimentadas en sector de la construcción. Por ejemplo, los polímeros reforzados con fibra (PFR) se han empleado para permitir a los edificios existentes responder a los nuevos estándares de seguridad y las tensiones no esperadas, como las producidas por un terremoto. Es cierto que es necesario tener un gran cuidado porque las experimentaciones son muy limitadas y los modelos de cálculo y análisis no están completamente establecidos, especialmente para el refuerzo de la albañilería, donde el empleo de materiales compuestos es reciente. Los PFR presentan muchas ventajas. Utilizan una pequeña cantidad de material en términos de grosor y peso, se pueden retirar y son fáciles de aplicar. Además, no modifican el comportamiento original de las estructuras, ya que trabajan después de exceder la resistencia de tracción del elemento. Más allá de modalidades operativas generales, se puede considerar una amplia variedad de aplicaciones para la rehabilitación de arcos y bóvedas (para permitir que estas estructuras soporten deformaciones por tracción a las que están sometidas al combinar la tensiones de compresión y de flexión) o para ceñir la albañilería o los elementos de construcción separados (para evitar el daño producido por la falta de conexiones entre los muros). Las cuestiones antes mencionadas subrayan que los PFR pueden ser muy efectivos para el refuerzo estructural y menos intrusivos para la conservación de las características materiales y arquitectónicas, más que otros materiales y tecnologías, que están aparentemente relacionadas con la construcción tradicional. La resolución de problemas relacionados con la iluminación interna cuando se realiza la construcción obstruyendo el acceso de la luz natural, es otro ejemplo donde las propuestas y los procesos innovadores son más efectivos que los métodos tradicionales dentro de la conservación de la arquitectura histórica. De hecho, la solución más tradicional, es decir, la transformación de las aperturas existentes y/o la realización de nuevas, también es la menos adecuada debido a los aparatos históricos y arquitectónicos. Por el contrario, el empleo de sistemas de integración de la luz, por ejemplo los basados en la captación de ESE8 4/7/07 19:47 Página 279 Herramienta 7 Sobre los criterios de una intervención El valor de la innovación para fomentar la calidad en la rehabilitación de la arquitectura tradicional la luz natural y en su transporte, pueden ofrecer soluciones interesantes: desde la luz de las chimeneas, soluciones tradicionales que son arquitectónicamente congruentes, hasta los transportadores de luz altamente innovadores10, que son capaces de captar y transportar la luz solar a las habitaciones con la ayuda de tuberías de reflexión interna. Los sistemas de fibra óptica pueden permitir también soluciones interesantes e innovadoras y futuros desarrollos para transportar la luz natural dentro del edificio11. El sistema de iluminación natural basado en la tecnología de fibra óptica puede proporcionar luz al entorno con una iluminación del mismo espectro que la luz natural. La luz producida depende directamente de la luz externa y su intensidad cambia con el cambio de la luz externa. Por tanto, sigue el ciclo natural12. En referencia a los ejemplos anteriores, una selección entre métodos tradicionales y soluciones innovadoras es aún posible. Por contra, la misma posibilidad no existe en el caso del equipo tecnológico de la arquitectura histórica, en términos de instalaciones y accesorios no establecidos previamente. Por ello, dentro de este campo, la innovación está relacionada con los sistemas más avanzados y productos capaces de responder a una compleja tecnología para proveer al edificio de una seguridad adecuada y un confort estándar, por medio de la integración entre las redes tecnológicas y la conservación de la arquitectura y la estructura material. En este caso, la innovación puede apoyar a los enfoques conocidos que pretenden minimizar la “molestia” provocada por los dispositivos tecnológicos, particularmente en la arquitectura histórica difundida, donde la atención hacia a los artefactos originales es menor que en los edificios monumentales. La difusión de sistemas de automatización parece ofrecer interesantes perspectivas. Por ejemplo, los nuevos sistemas de transmisión de información, de los datos y del control, que pueden reducir las canalizaciones así como los trabajos de albañilería correspondientes. Los sistemas BUS son un ejemplo que cumple múltiples tareas relacionadas con la gestión de la energía y el control de las funciones residenciales y terciarias contemporáneas. En vez de dispositivos tecnológicos independientes y diversificados, el nuevo sistema utiliza una línea de señal (BUS), para intercambiar la información y para proporcionar la energía. Esta línea de señal está compuesta por un cable al cual todos los dispositivos del sistema están conectados en paralelo. Los sistemas de ondas dirigidas son también métodos de transmisión de señal efectiva (transmisión a alta frecuencia por los cables existentes pertenecientes a la instalación eléctrica), así como también sistemas sin hilo (transmisión por ondas de radio o rayos infrarrojos) que permiten una gestión “inteligente” del edificio, así como un acuerdo de redes de intercomunicación entre algunos sistemas sin ningún tipo de cableado13. II. La reflexión y el proyecto Referencias AA.VV., 2002, Costruire sostenibile l’Europa, ed. Alinea, Florencia. AA.VV., 2001, Costruire sostenibile il Mediterraneo, ed. Alinea, Florencia. AA.VV., 1994, Abitazione, riuso e qualità della progettazione: studio di un caso. Elementi per l’analisi esigenziale-prestazionale nel riuso conservativo edilizio, Ed. Edipuglia, Bari. Blum A., 2002, HQE2R Susteinable Renovation of Buildings for Susteinable Neighbourhood, SB02 Conference, 23-25 Septiembre 2002 Caterina G., 1997, Gestire la qualità del recupero edilizio urbano, Ed. Maggioli, Rimini. Croci G., 1998, The conservation and structural restoration of architectural heritage, Computational Mechanics publications, copyr. Southampton De Matteis L., 2003, Recupero edilizio e qualità del progetto, Primalpe, Cuneo. De Tommasi G., 2001, Qualità prestazionali per il recupero dell’edilizia storica seriale. Un approccio metodologico per un codice di pratica, Adda editore, Bari Foster L., 1997, Acces to the Historic Environment, Donhead, Shaftesbury. 7 Germanà M. L., 1995, La qualita’ del recupero edilizio, ed. Alinea, Florencia. Harris, S. Y., 2001, Building pathology: deterioration, diagnostics and intervention, Imperadori M., 2001, Costruire sul costruito : tecnologie leggere nel recupero edilizio, Carocci Roma Meckler, M., 1996, Improving indoor air quality through design, operation and maintenance, Fairmont London Prentice-Hall Int., Lilburn, GA, Montagna, R. (a cura di), 1999, Normative edilizie e forme del costruito, ed. CLUA, Ancona. Rabun S. J., 2000, Structural Analysis of Historic Buildings: Restoration, Preservation, and Adaptive Reuse Applications for Architects and Engineers, Wiley Watt, D. S., 1999, Building pathology: principles and practice, Blackwell Publishing 1 La conservación integrada puede ser definida como el resultado de la acción combinada entre las técnicas de restauración y la búsqueda de las funciones apropiadas (ICOMOS, Amsterdam Declaration, 1975). 2 Montagna R., “L’efficacia della normativa edilizia ai fini della tutela della qualità formale del costruito”, en Edilizia Popolare n.250 4-5/97, Roma; De Tommasi G., Fatiguso F., Napoli F., “Fulfilment of building standards in the refurbishment of historical housing. General issues and conform examples”, en Proceedings of 10th International Scientific Conference “Integrated Protection of the Built Heritage”, Tusnad 6-12/05/2001, Transylvanian Monument Restorers Society. 3 Por ejemplo, en Italia una habitación es habitable si se satisfacen 7 estándares que están expresados por variables numéricas absolutas (Superficie, Ratio dimensional sobre el plano, Altura, Volumen, Cuota interior desde la calle, Ventilación e Iluminación). 4 El estudio ha sido llevado a cabo en algunos municipios en Bari, en Apulia, donde el tipo básico de edificio está compuesto de celdas rudimentarias, colocadas como “casas torre”, elevándose en diferentes plantas con accesos separados y conectados en dos series opuestas para formar dos bloques ”doble peine”. 5 Los laboratorios de barrio de Otranto, Bari, Roma y Consenza, desde 1981 hasta 1995. Las experiencias piloto de los Laboratorios de Centros Históricos fueron igualmente interesantes, habían sido instituidos por la región de Cerdeña para activar las herramientas de gestión y preservación para los diferentes asentamientos históricos tradicionales extendidos a lo largo del territorio. 279 ESE8 4/7/07 19:47 Página 280 II. La reflexión y el proyecto 6 Entre los diferentes manuales de rehabilitación, el primero es el “Libro de Referencia de la Restauración” de 1977 dentro del marco del Laboratorio de la Associazione Intercomunale Pescarese; posteriormente, tenemos el “Manual de Rehabilitación de Roma” publicado en 1989, “El Manual de Rehabilitación de la Cità di Castello” en 1992, el “Manual de Rehabilitación de Técnicas de Construcción Tradicionales Napolitanas “ en 1994, el “Manual de Rehabilitación de Palermo” en 1994; finalmente, los manuales referidos a Matera, Ortigia, Umbría, entre otros. Destacamos el “Catálogo de Tipologías de Elementos Arquitectónicos” de la Región de Umbría que con el “Modelo de Reglamentación para la Rehabilitación” constituyen la referencia básica para la recalificación urbana de áreas históricas de la Región de Umbría. 7 G. De Tommasi, Qualità prestazionali per il recupero dell’edilizia storica seriale. Un approccio metodologico per un codice di pratica , Adda Editore, Bari, 2001 8 Las especificaciones de representación son los contenidos operativos del modelo y contienen los conceptos básicos para permitir responder a las condiciones consideradas. Su estructura está compuesta por una proposición de descripciónrepresentación y por un procedimiento: la primera expresa el objetivo de calidad, los valores límite de los parámetros numéricos comprendiendo la respuesta a las condiciones, los criterios para verificar la calidad cuando sea imposible respetar los estándares mencionados; el segundo, organizado bajo la forma de diagrama de bloque, permite, con el control de uno o varios parámetros de demanda, verificar el posible logro de una ejecución, mediante la satisfacción de la prescripción mencionada y las alternativas escogidas por el diseñador. 9 Una solución adecuada es una solución no necesariamente copiada por el modelo propuesto, sino que responde a las características básicas y proporciona valores de una representación equivalentes, incluso si existen algunas diferencias con el modelo. 10 Más allá de soluciones comerciales (Solatube Systems), un estudio interesante, conocido como ARTHELIO (Sistema de iluminación inteligente y optimización de energía basado en la combinación de la luz natural con la artificial de lámparas de azufre (JOR3-CT97-0177) Programa de Energía No-Nuclear Joule II_RES) centrado en un sistema de captación, de transporte y de difusión de la luz natural combinado con la artificial. Mingozzi A., Bottiglioni S., Illuminamento di ambienti interni mediante condotti di luce naturale; Lucchini A., Le coperture innovative, ed. Il Sole 24 ore, Milán 2000; Bottiglioni S., [Innovative systems for the natural light picking up and carriage: the European Project “Arthelio”]; AAVV, Sustainable Construction the Europe, ed. Alinea, Florencia 2002. 11 El sistema de iluminación natural basado en la tecnología de fibra óptica ha sido estudiado y experimentado dentro de los proyectos SPECTRUM y “Girasoles”. SPECTRUM Solar Power Exploitation by Collecting end Transportation by fibre optic to Remote Utilisation Modules - Joule European Project (J0R3 CT97 – 0188 C) es un programa de investigación de CEO en Florencia; “Girasoles” es un programa italiano de CEO. F. Francini et altri, “Solar system for the exploitation of the whole collected energy”, en Press on Optics and Laser en Engineering 39/2 233-246 (2003). 12 La luz captada es transportada por la fibra y puede ser difundida por el entorno, por ejemplo, mediante una “ventana artificial” (una superficie de cristal traslúcido que difunda y esté situado cerca de una ventana real como una extensión natural) o algunos elementos terminales en el techo; ambos sistemas pueden ser empleados de forma adicional, para optimizar la iluminación natural del espacio. 13 Una aplicación real de integración tecnológica y principios de automatización ha sido realizada dentro de la rehabilitación del pueblo abandonado de Colletta di Castelbianco (Italia), transformado por el arquitecto Giancarlo De Carlo en “pueblo telemático”. 7 280 Herramienta 7 Sobre los criterios de una intervención El valor de la innovación para fomentar la calidad en la rehabilitación de la arquitectura tradicional ESE8 4/7/07 19:47 Página 281 Herramienta 7 Sobre los criterios de una intervención Notas sobre la rehabilitación y la reutilización del patrimonio arquitectónico tradicional e histórico La reutilización en arquitectura constituye una práctica históricamente difundida y se dirige a esos objetos edificados que, aún habiendo perdido la capacidad de responder a las exigencias impuestas por su destino original, todavía admiten (subordinadamente a eventuales procesos modificativos) la adaptación a nuevas funciones. Por lo general, el concepto de reutilización se asocia a una interpretación de la arquitectura de larga duración. De hecho, en la vida de los edificios suelen aparecen periódicamente episodios de modificación (sencillas reparaciones, ampliaciones o demoliciones parciales, cambios de uso, refuncionalizaciones, etc.) que reflejan el cambio de la sociedad y de sus exigencias. Estas modificaciones contribuyen a definir el camino histórico de los edificios, pero se pueden ver también como “momentos críticos” que permiten poner a prueba la vida de una fábrica, es decir, comprobar su capacidad de adaptación y, de manera implícita, de duración. No podrán superar la prueba del tiempo los edificios con un planteamiento cerrado que no permita responder a nuevas expectativas, es decir, los edificios que queden estáticos o inertes delante de los cambios en las condiciones de su uso. Por otra parte, no se puede no estar de acuerdo con el hecho de que, “cuanto más antiguo sea un edificio, más probabilidades habrá de que su estructura original no se mantenga intacta y de que su primera función desaparezca favoreciendo la aparición de otras funciones”1 y esto es válido refiriéndonos a edificios tanto anónimos o comunes como histórico-artísticos. Estos últimos de valor histórico y artístico indiscutible se caracterizan por un significado y una reconocibilidad vinculados a una específica función dentro de la memoria colectiva (un ejemplo, pero no el único, es el caso de los edificios de culto). De hecho, cuántos anfiteatros romanos en Italia, en España, en Francia, fueron absorbidos en época medieval en el tejido urbano de las ciudades amuralladas y transformados en organismos habitables; o cómo Michelangelo transformó las termas de Diocleciano en Roma en la basílica de Santa María de los Ángeles; o, finalmente, de qué manera se realizó la serie infinita de ampliaciones de la Mezquita de Córdoba, hasta culminar en la reconversión de la mezquita islámica en iglesia católica, por obra del arquitecto castellano Hernán Ruiz el Viejo, a principios del siglo XVI. Y éstos son sólo los casos más conocidos en la historia de la arquitectura. La continuidad que se establece entre la secuencia de los cambios y el acto de construcción original o, dicho de otra forma, la conservación de la identidad propia del edificio, según Moneo, es II. La reflexión y el proyecto Carlo Atzeni Ingeniero Civil de la Edificación Profesor en el Departamento de Arquitectura de la Universidad de los Estudios de Cagliari, Italia 7 Serrenti, rehabilitación y reutilización de la casa Corda como centro cultural y biblioteca municipal (proyecto: Antonello Sanan e Alessio Bellu) posible por la permanencia “de los principios disciplinarios establecidos por el arquitecto en el momento de construir la obra” y consigue prescindir de las modificaciones que afectaron el mismo edificio, siempre que esos principios sean “lo suficientemente sólidos”2 y válidos. Es interesante remarcar que esta consideración se mantiene válida también en el caso que se substituya la palabra arquitecto, que históricamente conlleva una idea de arquitectura culta, por la palabra constructor, refiriéndonos a la arquitectura histórico-tradicional construida, más que proyectada. Permanencia y modificación, en este sentido, son conceptos complementarios y no se contraponen. La modificación sigue inevitablemente la construcción originaria y también conlleva, en algunos casos, consecuencias traumáticas, pero la identidad de una obra con personalidad y carácter, a largo plazo, no será debatida, sino más bien reforzada. Por consiguiente, la práctica transformadora acompaña el proceso evolutivo de toda arquitectura y es posible sólo por medio del reconocimiento y el respeto de los caracteres que fundan la fábrica, porque “la arquitectura será abierta a nuevas 281 ESE8 4/7/07 19:47 Página 282 II. La reflexión y el proyecto 7 intervenciones, que extienden indefinidamente la vida de un edificio, si, previamente, fue definida de manera firme”3. La modificación será, pues, el instrumento más válido para asegurar su permanencia. Sin embargo, la reutilización presupone que se haya producido alguna vez en la vida del edificio una falta de continuidad en el uso4, una interrupción de las actividades en desarrollo, esperando un nuevo y posible destino. Lejos de poder reducirlo “[...] a un simple cambio de uso”5, se puede interpretar la reutilización como aquel puente que restablece la continuidad entre pasado y presente del edificio existente. Conceptualmente la modificación constituye la esencia de la reutilización, de hecho “conlleva una transformación, una verdadera metamorfosis de lo existente. La presencia y la ausencia de continuidad no simplemente forman pareja, sino que se componen en una relación indivisible”6. En la vida de un edificio, su reutilización coincide con una crisis asociada a la pérdida de los valores que hasta aquel momento habían dado sustancia a su significado y a su existencia. Es propio de la reutilización asignar a lo existente un nuevo sistema de valores y de significados, diferentes de los anteriores, y es por esta misma naturaleza que no siempre es posible7. De manera que se debe entender la reutilización como un instrumento dinámico por cuyo medio la pluralidad de usos que se sucedieron y que, muy probablemente seguirán sucediéndose, se estratifica, se intersecciona y se compenetra8, y no simplemente como una alternancia de funciones. El boom edificatorio que hubo en Italia a partir de los últimos años ’50 del siglo XX, en concomitancia con la necesidad de la reconstrucción post-bélica, del incremento demográfico, del desarrollo industrial de las ciudades y de los consiguientes fenómenos de migración hacia ellas, decretó la desvalorización del patrimonio construido existente. La idea que había gobernado –hasta aquel entonces y por aproximadamente treinta años– las lógicas continuas de mantenimiento, reparación y reutilización de la arquitectura pre-moderna, fue suplantada por la conveniencia económica de las nuevas edificaciones, vinculada esencialmente a la tecnología industrializada y a la producción seriada de materiales y elementos de construcción. Además, construir obra de nueva planta para aquel período fue sin duda más conveniente que conservar y reutilizar lo antiguo, también debido a la rápida desaparición de los oficios que conservaban el saber tecnológicoconstructivo de la práctica tradicional. El pasaje del segundo al tercer milenio ha visto cambiar muchas de las condiciones que más directamente influencian la relación entre espacio y sociedad: son años en los que el crecimiento demográfico marca una inversión de tendencia y se establece en niveles de natalidad-cero. El parque inmobiliario, relativamente reciente, construido en los últimos cuarenta años ha sufrido un envejecimiento repentino, inesperado y seguramente más 282 Herramienta 7 Sobre los criterios de una intervención Notas sobre la rehabilitación y la reutilización del patrimonio arquitectónico tradicional e histórico importante de aquel que manifestó la construcción históricotradicional; hoy en día, los centros habitados de mediana y gran dimensión chocan con una carencia desdichadamente crónica de áreas edificables, y, por consiguiente, el desplazamiento de los habitantes hacia el centro –que ha causado una nueva distribución desde los centros históricos hacia las nuevas periferias– parece bloqueado sin remedio o quizás destinado a invertirse. En síntesis, la fase de expansión sin control que las ciudades vivieron en la segunda mitad del siglo XX parece hoy dirigirse hacia una radical inflexión: la ciudad, en una sociedad rica que tiende a envejecer, busca dentro de sí misma nuevos –¿o viejos?– lugares en los cuales poder vivir y la cuestión cualitativa relacionada a la instalación prevalece decisivamente sobre aquella cuantitativa. Todo esto, junto a la manifiesta necesidad de las comunidades de descubrir y de apropiarse de nuevo de sus raíces culturales, renueva el interés hacia el tejido construido histórico. Desde esta óptica, el binomio recuperación-reutilización vuelve a ser instrumento operativo de un modelo cultural que, parafraseando Magnano Lampugnani, puede ser definido como modelo del mantenimiento y de la continuidad, contraponiéndose a un modelo más efímero y de breve duración como puede ser el caso de la sustitución9. Ahora bien, el proyecto de rehabilitación constituye el acto de previsión que, leyendo e interpretando los caracteres fuertes de lo existente, se plantea proyectar sus potencialidades en el futuro más próximo por medio de la reutilización. Las motivaciones de la rehabilitación de lo construido son, en primer lugar, razones de naturaleza económica, que pueden sintetizarse así: “[...] no pudiendo construir edificios nuevos, se trabaja con las estructuras existentes”10, sin embargo, siguiendo la definición riegeliana de monumento no intencional, “[...] no se puede olvidar que la historia, desde hace por lo menos cincuenta Gonnosnò, rehabilitación y reutilización de una casa tradicional como Casa Museo (proyecto: Maurizio Manias y Franceschino Serra) ESE8 4/7/07 19:47 Página 283 Herramienta 7 Sobre los criterios de una intervención Notas sobre la rehabilitación y la reutilización del patrimonio arquitectónico tradicional e histórico años, valora como fuentes los testimonios materiales, especialmente si son extensos y difundidos.”, por tanto “Suprimir un edificio o una parte equivale a borrar una página de la vivencia de la sociedad transmitida por medio de la materia misma”11. Y esto es aún más valido en el caso de la arquitectura popular; ésta no suele disponer de documentos proyectuales y puede contar su historia, según la doble perspectiva de continuidad y mutación, sólo por medio de las obras realizadas. De hecho “[...] se necesita ver los espacios y sus siguientes transformaciones como un precioso e insubstituible libro que cuenta, por medio de la misma materia y de la configuración de los hombres que en ella han vivido, el mudar de los usos y de los equilibrios sociales, aún mejor que un dibujo, y que justifica la elección de seguir viviendo en esos espacios y la decisión de conservarlos”12. El período histórico en el que vivimos atraviesa una época de reflexión sobre las elecciones tomadas y sobre posibles nuevos caminos, y se caracteriza por un creciente agotamiento de los recursos. Esto exige poner el tema del ahorro, en su sentido más amplio, en el centro de un debate y de una investigación, teniendo en cuenta que “[...] producir para consumir y luego tirar quiere decir desperdiciar. Y un desperdicio es justo lo que no nos podemos permitir en un mundo afectado por montañas de residuos y angustiado por la limitación de sus recursos”13. Estas son sólo algunas de las razones substanciales que nos empujan a tomar conciencia de forma definitiva del hecho que el patrimonio edificado existente constituye un bien de alto valor cultural. Pero también representa sin la menor duda un recurso económico, un importante valor añadido, de momento destinado a deteriorarse, pero que tendrá que ser revalorizado cuanto antes. Por otro lado, los términos de la cuestión relacionada a la urgencia de la reutilización del construido pueden ser invertidos, tal como defiende con provocación Corboz, y entonces “[...] se debería Albagiara, casa histórico-tradicional inserta en un programa de revitalización urbana antes de su rehabilitación. II. La reflexión y el proyecto manifestar la necesidad de destruir, en lugar de aquella de conservar [...] “14 El proyecto de rehabilitación, que puede ser parte del filón más amplio del proyecto de lo construido, deberá tener en cuenta un sistema plural de vínculos, ya que se dirige a un organismo edificado que existe para ser reutilizado. Por un lado, el edificio constituye para el proyecto un lugar físico-material, por medio de su articulación propiamente arquitectónica y constructiva, así como un lugar virtual, por medio de su dimensión histórica y evocativa. Por otro lado, el nuevo uso conlleva exigencias que se vinculan a la reconversión del edificio. De manera que un buen proyecto de rehabilitación deberá ser capaz de elegir nuevas y oportunas funciones para viejos edificios, que sean compatibles con su esencia original. En este sentido, la ecuación que deriva la reutilización del simple emparejamiento del viejo edificio con la nueva función no tiene sentido y puede expresar algo imposible. “Delante de la continua destrucción de recursos y memorias, que día tras día, borran nuestras ciudades, el primer parámetro de evaluación de un proyecto debe ser su habilidad en respetar y usar, sin arrebatar, los recursos existentes”15. La modificación que sigue a la actividad de reutilización de lo existente, y aun más del proyecto en áreas consolidadas, aunque no necesariamente de reutilización en un sentido estricto, propone de nuevo el dualismo entre viejo y nuevo, sobretodo por el progreso tecnológico que hoy en día está cambiando de forma radical los lenguajes de la arquitectura. En estos casos, el acto crítico del proyecto debe poseer necesariamente contenidos dialécticos: lo nuevo debería afirmar su propia identidad proyectual sin perjudicar lo preexistente. El mandato del proyecto es establecer un posible nexo entre viejo y nuevo; la relación no debe ser de antagonismo porque “[...] el proyecto se construye de partes diferentes, las que son por necesidad nuevas y las que ya existen. Juntarlas no será un dibujo unitario, más bien será el intento de alcanzar una calidad análoga a lo existente”16. Aquello que es ya presente guiará los recorridos de la modificación en el momento de definir lo que se deberá alcanzar, para luego extraer de ello linfa vital. Dicho de otra forma, el proyectista debe comprender la complejidad del edificio antiguo, difícil tarea, y definir las elecciones modificativas siguiendo su lección. Ignasi de Solà-Morales, en su interesante ensayo Del contraste a la analogía, clarifica más la conexión entre viejo y nuevo en el proyecto de recuperación, indicando que “[...] una nueva arquitectura se acerca físicamente y se relaciona visivamente y espacialmente a la existente, pero además establece una verdadera interpretación del material histórico. Este material, por cuyo medio la arquitectura se mide, se vuelve objeto de una verdadera lectura que acompaña de forma explícita o implícita la nueva intervención en su significado global”17. 283 7 ESE8 4/7/07 19:47 Página 284 II. La reflexión y el proyecto 7 Analogía y contraste o “semejanza y diferencia”18, queriendo usar binomios conocidos, llegan a ser las cifras del proyecto de recuperación donde tradición e innovación se confrontan y se estratifican. La aproximación cognoscitiva –el proyecto de la diagnosis– a la cual previamente se hizo referencia varias veces, constituye un instrumento preliminar indispensable para esta comparación. Así, reduce pero no llega a eliminar la componente aleatoria19 y tampoco le será posible codificar de forma determinista las acciones que emprenderá la fase proyectual. Visto que cada caso reivindica su propia dignidad individual y que la misma pluralidad de los casos genera la complejidad de los sistemas urbanos; esta complejidad no puede reconducirse a generalizaciones y simplificaciones metodológicas que derivan exclusivamente de la tipología. Sin embargo debemos indicar que la taxonomía tipológica, si se utiliza correctamente –y esto depende de la elección de los parámetros de evaluación–, puede ser un importante instrumento de soporte al proyecto para definir los criterios de interpretación y comprensión de su propia complejidad. Somos conscientes de la actual dificultad de referirnos a una teoría de la rehabilitación o a una teoría de la más general contraposición entre existente y nuevo que sea aceptada unívocamente. No obstante, se debe asumir que la cultura contemporánea del proyecto se dirige a lo existente, ya desde hace bastante tiempo, por medio de una aproximación desde la conservación y la modificación al mismo tiempo, permitiendo que principios propios de la disciplina de la restauración convivan con la necesidad de autonomía deseada por el proyecto de arquitectura20. Sin renunciar al encanto de la ambigüedad del contraste entre lo viejo y lo nuevo, se substituye “al habitual terceto restauración, reutilización, conservación, un más actual y juicioso acercamiento: restauración, reutilización, 21 transformación” . Faltan instrumentos metodológicos homogéneos, pero aún así algunos criterios operativos parecen ser compartidos. En primer lugar sobresale el “principio de la mínima intervención”22, que representa el vínculo principal por cuyo medio auto-regular el proyecto de rehabilitación y reutilización de lo existente, con un planteamiento que se inspira en las posiciones culturales de la conservación del documento histórico. Según este principio, la pre-existencia debe modificarse sólo si impide su refuncionalización, y esto significa, desde el punto de vista técnico-matérico, enfrentarse a los problemas de degradación escogiendo, como primera opción, una aproximación desde la conservación más que desde la gratuita substitución. Además, en defensa del carácter único e irrepetible de cada edificio existente, en su propia dimensión histórico-material, se eleva el “principio de la reversibilidad de las intervenciones”23. Según este principio, el proyecto de rehabilitación-reutilización no debería interpretarse como un gesto definitivo; se debería más 284 Herramienta 7 Sobre los criterios de una intervención Notas sobre la rehabilitación y la reutilización del patrimonio arquitectónico tradicional e histórico bien asumir una perspectiva que deje los caminos abiertos a una reflexión sobre las elecciones y permita la remoción de lo que se añadió sin que el edificio original sea desnaturalizado o irremediablemente dañado. Bajo esta perspectiva, adquieren un rol decisivo las cuestiones relacionadas con la compatibilidad. Ésta debe concebirse por lo menos según dos escalas distintas: la primera, como se dijo anteriormente, interesa la cuestión relacionada a los vínculos que el edificio antiguo impone a la elección de la nueva función o, invirtiendo los términos de la cuestión, el grado de modificación que el cambio realizado impone al edificio existente, lo que significa, en un último análisis, Albagiara, planta, secciones y alzados del proyecto de rehabilitación y reutilización de una casa histórico-tradicional como Centro de documentación de la cultura rural del territorio de la Marmilla (proyecto: Carlo Atzeni, Maurizio Manias y Silvia Mocci) ESE8 4/7/07 19:47 Página 285 Herramienta 7 Sobre los criterios de una intervención Notas sobre la rehabilitación y la reutilización del patrimonio arquitectónico tradicional e histórico considerar el nivel de analogía que las exigencias de la función que antecede y de aquella que prosigue muestran poseer. La segunda, más directamente vinculada a la práctica ejecutiva, pero no menos importante, se refiere a los aspectos matéricos-constructivos relativamente a la posibilidad de utilizar materiales y técnicas actuales para la fábrica histórica. La exigencia de reversibilidad y la dificultad de hacer que técnicas y materiales de épocas diferentes vivan juntos sin traumas van emparejadas y sugieren “sistematizar en un edificio sólo elementos ligeros y amovibles, cuyos anclajes sean independientes de la estructura en las que se insertan [...]. No es oportuno esconder los medios de readaptación; estos introducirán una tensión vivificante, profusamente preferible a la habitual picardía, que consiste en el hacer creer que la actividad no sea contemporánea”. De esta forma se preserva la reconocibilidad de la intervención muy querida por parte de los restauradores, aún con presupuestos y finalidades diferentes, y llega a ser uno de los requisitos fundamentales para el buen éxito de aquel proyecto dialéctico al cual hasta ahora se ha hecho referencia25. El equilibrio que se establece entre conservación y modificación representa el hilo conductor del proyecto de rehabilitación; éste mismo tiene el mandato de establecer la medida en que el uno o el otro deban, en cada ocasión, prevalecer. Esto permite a la rehabilitación liberarse de los históricos prejuicios disciplinarios que no le reconocen contenidos propositivos, y asumir también la tecnología como uno de sus principales instrumentos conceptuales y operativos. Albagiara, vista del proyecto de rehabilitación y reutilización de una casa históricotradicional como Centro de documentación de la cultura rural del territorio de la Marmilla (proyecto: Carlo Atzeni, Maurizio Manias y Silvia Mocci) II. La reflexión y el proyecto 1 André Corboz, “Vecchi edifici per nuove funzioni”, en Lotus International, n.13, p. 76. 2 Rafael Moneo, “La vita degli edifici e la moschea di Cordoba”, en La solitudine degli edifici e altri scritti - Questioni intorno all’architettura. Allemandi. TorinoLondon, 1999, p. 132. 3 Rafael Moneo, Op. cit., p. 155. 4 “[...] la reutilización [...] implica de por sí la existencia de una ruptura en la continuidad –la fractura del uso. De hecho, cuando se acude a una intervención de reutilización, es la continuidad de uso que se pierde, que se revela sin remedio interrumpida. Si esta contuinidad perdurara, no habría nada por reutilizar, por el hecho que la reutilización, en la continuidad, equivaldría al uso tout court [...]”, Marco Biraghi, “La via del riuso”, en Casabella, n.672, p. 15. 5 Marco Biraghi, Op. cit., p. 15. 6 Marco Biragi, Op. cit., p. 15. 7 “La relación entre una intervención de nueva arquitectura y la arquitectuta ya existente es un fenómeno que cambia dependiendo de los valores culturales atribuidos sea al significado de la arquitectura histórica o a las intenciones de la nueva intervención”, Ignasi de Solà-Morales, “Dal contrasto all’analogia. Trasformazioni nella concezione dell’intervento architettonico”, en Lotus International, n. 46, p. 37. 8 Alberto Ferlenga en referencia a este tema; “en los edificios del pasado sometidos a constantes variaciones de uso, viejo y nuevo se compenetran. Construcciones originales casi intactas, preservadas por economía o por respeto, aparecen engastadas en edificios más recientes; expuestas u ocultas bajo sus enlucidos; o tal vez aparezcan sólo fragmentos de formas arquitectónicas modeladas por la superposición de las funciones e implicados en nuevos usos. Cuando se rompa el sistema de relaciones que generó la forma arquitectónica, ésta misma, testimoniando así la naturaleza autónoma e imprevisible de su vida, podrá conservar fragmentos de su sentido original o más bien generar nuevos.”, Alberto Ferlenga, “Separazioni”, en Casabella, n. 717-718. 9 “Exigir la dimensión de la durabilidad desde el proyecto significa poner una serie de condiciones a sus presupuestos, a sus métodos y a sus resultados. Significa sobretodo elegir entre dos modelos de producción antitéticos: el modelo del recambio y el modelo del mantenimiento [...] está claro que postular un proyecto duradero significa escoger el segundo [...], Vittorio Magnago Lampugnani, “Ricambio o manutenzione?”, en Lotus International, n. 46. 10 André Corboz, Op. cit., p. 68. 11 Alberto Grimoldi, “Architettura come riparazione, Note sul restauro in architettura”, en Lotus International, n. 46, p. 118. 12 Alberto Grimoldi, Op. cit., p. 118. 13 Vittorio Magnano Lampugnani, Op. cit. 14 André Corboz, Op. cit., p. 72. 15 Alberto Grimoldi, Op. cit., p. 118. 16 Alberto Grimoldi, Op. cit., p.120. 17 Ignasi de Solà-Morales, Op. cit., p. 37 18 Ignasi de Solà-Morales, Op. cit., p. 44. Notar que “Somiglianza e differenza. La trasformazione dei mulini di Murcia di Juan Navarro Baldeweg”, es el título de un ensayo de Luca Ortelli publicado en Lotus International, n. 59. 19 En la opinión de Ignasi de Solà-Morales, de hecho, “el conocimiento instrumental del objeto no permite eludir el riesgo del proyecto […]”, Op. cit., p. 42. 20 En la opinión de Grimaldi, lo existente sigue siendo el material que sostiene el proyecto. Él afirma; “De manera que comprobar la necesidad de una substitución, a partir de la consistencia de los materiales de construcción, de su actitud a resistir a los agentes atmosféricos o a soportar una carga, significa para el arquitecto la posibilidad de incidir en las relaciones sociales, de no reducirse a diseñador de 285 7 ESE8 4/7/07 19:47 Página 286 II. La reflexión y el proyecto ideologías. Esta materia, que comprueba la consistencia y la dimensión de los recursos, llega a convertirse en el cuadro de referencia, el contexto fijo en el que el proyecto encuentra un espacio”, en Op. cit., p. 118. 7 21 Marco Casamonti, “Trasformazioni”, Editorial de Área, n. 45, monográfico sobre Restauro, riuso, trasformazioni. 22 André Corboz, Op. cit., p. 72 23 André Corboz, Op. cit., p. 72 24 André Corboz, Op. cit., p. 76 25 En relación con este tema, parecen realmente interesantes las consideraciones que expresa el arquitecto alemán refiriéndose a su trabajo, en una entrevista de Giovanni Leoni y publicada en Área n. 45: “yo procedo siguiendo estratos sucesivos, se trata de una intervención de naturaleza interpretativa. Intento insertar mi arquitectura asumiendo las dimensiones y las reglas dictadas por el original y creando la sensación de una intervención reversible. Pero los cambios modifican todo el edificio. No existen recetas, no hay ciencia. Prescindiendo de los lenguajes utilizados, lo que es importante es que el edificio vuelva a ser una unidad y no una suma de partes [...] Pero, como yo no procedo imitando formalmente, se trata por necesidad de una unidad dialéctica, fruto de la presencia conjunta de lenguajes diferentes. El mío no es un lenguaje figurativo, sino más bien abstracto; la recuperación de una esencia de la tradición siguiendo un plano de abstracción”. 286 Herramienta 7 Sobre los criterios de una intervención Notas sobre la rehabilitación y la reutilización del patrimonio arquitectónico tradicional e histórico ESE8 4/7/07 19:47 Página 287 Herramienta 7 Sobre los criterios de una intervención Rehabilitar y construir con materiales tradicionales (Experiencia egipcia) II. La reflexión y el proyecto Bernard Maury Doctor en arquitectura Instituto Francés de Arqueología Oriental del Cairo, Egipto Principalmente en El Cairo, pero también en Siria o en Yemen, la Misión francesa para la salvaguarda del Patrimonio arquitectónico, muy a menudo ha llevado a cabo importantes trabajos de rehabilitación o de restauración, dado el deplorable estado de conservación de determinados edificios: suelos hundidos, paredes destripadas, techos apuntalados o a cielo abierto… hacían imposible una reutilización de estos emplazamientos. A todo ello, habría también que añadir, para algunos edificios, modificaciones más o menos importantes sobrevenidas a lo largo de los siglos. Ante el estado de este patrimonio surgían las cuestiones: ¿qué hacer?, ¿qué hay que guardar?, ¿qué elemento puede ser suprimido?, ¿qué tipos de trabajo hay que efectuar? La primera intervención en la rehabilitación de un monumento es de orden arqueológico: restituir, en el mejor de los casos, al estado de origen del monumento, bajo todos sus aspectos: tanto arquitectónicos, estructurales, como decorativos… La segunda intervención será determinar el género y el tipo de trabajos que hay que llevar a cabo para rehabilitar el monumento en cuestión. 7 I – Nuestra política de salvaguarda: Fachada norte del patio restaurado, con piedras antiguas, en la casa HARAWI 1. Respeto del lugar Los trabajos de restauración se han llevado siempre a cabo con la preocupación constante de respetar el lugar y de reencontrar el estado original. Consideremos que el estudio “arqueológico” se ha terminado. En ese momento hay que decidir la naturaleza de los trabajos y sobre todo de los diferentes tipos de materiales a emplear. Hay que destacar que la lista de los materiales utilizados en el momento de la construcción del edificio ya ha sido establecida conjuntamente en el estudio arqueológico. Ahora queda ponerla en práctica. Con el abanico de diferentes materiales modernos que se encuentran actualmente en el mercado, el problema de la restauración puede parecer simple, y la tentación de emplearlos indiscriminadamente en la restauración de edificios antiguos es fuerte. Hay que poner mucha atención, ya que hemos podido juzgar el cambio radical que comportó la aparición del cemento hace un siglo y medio, y consiguientemente la aparición del hormigón, y constatar el entusiasmo consiguiente y el aprecio de las proezas técnicas que permitió. Pero también hemos podido juzgar las catástrofes que ello comportó en todas partes a nivel de la edificación más antigua: fisuras como consecuencia de reparación de paredes de piedra con perpiaños, salinización y estallido de la piedra como consecuencia de un rejuntado con mortero de cemento, hinchazón de los revestimientos como consecuencia de un revoque de cemento sobre una pared de ladrillo, etc. Mucha gente, por desconocimiento, ha encontrado una respuesta demasiado rápida y ha pensado que el cemento era la solución milagrosa a los problemas de las construcciones. 2. Búsqueda de las técnicas y los materiales antiguos Para ser totalmente satisfactoria, una buena restauración supone que se puedan recobrar las técnicas antiguas y sobre todo los materiales utilizados en el momento de la construcción original, todo ello con el objetivo de asegurar una homogeneidad de la naturaleza de los materiales. En cada etapa de nuestros trabajos, se plantean cuestiones fundamentales relativas a la restauración, que atañen a tres ámbitos: la utilización de materiales de calidad, la competencia de los obreros y la financiación… Pero en muchos casos, hemos 287 ESE8 4/7/07 19:47 Página 288 II. La reflexión y el proyecto tenido que constatar, desgraciadamente, que es el tercer punto, el aspecto financiero, el que condiciona siempre a los dos primeros. II. Los materiales 7 1. La piedra Un estudio técnico sobre diferentes muestras extraídas en edificios concretos, mostró que la piedra original, utilizada en El Cairo entre los siglos XVII a XVIII para la edificación, era una piedra de excelente calidad. De aspecto ligeramente rosado, esta piedra calcárea llamada gebel ahmar (piedra roja) tenía un excelente coeficiente de compresión así como una buena resistencia a la humedad. Pero las canteras habían sido abandonadas desde hacía tiempo, probablemente debido al agotamiento de los filones. Ahora bien, en Egipto, en los años 80 la única piedra utilizada en la restauración era una piedra blanca de mala calidad, proveniente de las canteras de Hélouan, próximas a El Cairo. Desde el punto de vista estético así como desde el punto de vista técnico, esta piedra era inaceptable. Insistimos ante los organismos responsables para obtener una piedra idéntica –o en su defecto, parecida– a aquella que había presidido la construcción de El Cairo en la época otomana. En vano… Y la apertura de una nueva cantera era prohibitiva con respecto a nuestras propias necesidades. Pero la idea había sido lanzada y nuestra obstinación a querer utilizar la piedra llamada gebel ahmar en las restauraciones produjo sus frutos, posteriormente, ya que diez años después, cuando la Misión francesa puso en marcha una nueva restauración en El Cairo, la demanda de gebel ahmar fue tal que las canteras se abrieron e iniciaron la venta de esta piedra. Así, la solución que se adoptó, en nuestra primera restauración, fue la de comprar piedras provenientes de edificios no catalogados del siglo XIX, en demolición. Esta solución fue, evidentemente, más barata… Recortadas a la medida de nuestros bloques, estas piedras tenían el mismo color que nuestra piedra y sobre todo las mismas características mecánicas, lo cual permitió incluirlas en las paredes antiguas sin crear tensiones o cizallamientos diferenciales en caso de sobrecarga. 2. El ladrillo Para el ladrillo, el problema fue ligeramente diferente, dado que los ladrillos antiguos, compuestos por una mezcla de arcilla y de ceniza mal cocida, estaban cargados de sales minerales como consecuencia de las capilaridades de la humedad. Este material fue difícilmente recuperable especialmente en la medida en que la textura del ladrillo era desmenuzable. Fue necesario, por tanto, buscar un material de recambio. Estudiamos entonces la posibilidad de utilizar una producción 288 Herramienta 7 Sobre los criterios de una intervención Rehabilitar y construir con materiales tradicionales (Experiencia egipcia) local de ladrillos cocidos, sensiblemente de las misma medida que los nuestros y presentando características técnicas parecidas. Se llevó a cabo una prueba. Se consideró concluyente ya que este tipo de ladrillo permitía realizar todos los recalces o recosidos en las paredes antiguas sin crear, como en la pared de piedra, tensiones o cizallamientos diferenciales. Se generalizó al conjunto de la obra. 3. La madera El problema de la madera fue tratado también cuidadosamente: un estudio general puso de manifiesto que la mayoría de las carpinterías del edificio se habían realizado con pino de América, llamado en Egipto azzizi. Largamente importada de Turquía, este tipo de madera, en los años 80, provenía de Europa del Norte. Pero la calidad, sin duda parecida, no era satisfactoria. Empleo de nuevos materiales (vigas metálicas) para el refuerzo de estructuras antiguas Trabajos de carpintería: restauración del gran moucharabieh de la casa SENNARI. ESE8 4/7/07 19:47 Página 289 Herramienta 7 Sobre los criterios de una intervención Rehabilitar y construir con materiales tradicionales (Experiencia egipcia) Como en el caso de la piedra, utilizamos vigas de recuperación provenientes de inmuebles del siglo XIX, en demolición. Estas vigas una vez trabajadas, dieron una excelente madera, muy sana y disponiendo de más de un siglo de secado… de esta manera la restauración de carpinterías se pudo hacer sin problema, las maderas antiguas y las nuevas trabajando en perfecta armonía. 4. Los morteros y los revocos El examen de los morteros mostró que estaban todos compuestos a base de cal. De igual modo para los revocos, se constató en determinados casos, una mezcla de cal y yeso llegando hasta un 80% de yeso. Pero el problema esencial relativo a la fabricación de los morteros y los revocos, fue el de combatir el uso del cemento. Se conocen todos los inconvenientes de utilizar un mortero de este tipo en la edificación de una pared de piedra. Desgraciadamente esta práctica estaba aun extremadamente extendida en los años 80, en Egipto como en otros países circundantes, y fue difícil hacer comprender a los obreros artesanos el peligro de utilizar un mortero de ese tipo. Como consecuencia de la escasa demanda, la cal era casi inexistente en el mercado egipcio. Después de buscar en la capital fue posible encontrar la cal viva que se tenía que ir a buscar a granel directamente del horno de cochura II. La reflexión y el proyecto Optamos por esta solución. Pero si los trabajos para extender la cal son largos y penosos, por contra, la calidad de la cal es excelente, y los resultados obtenidos, tanto en la renovación de determinadas estructuras de paredes de piedra, como en los revoques de la fachada, fueron remarcables. En nuestra segunda restauración en el Cairo, en 1995, la cal había encontrado su carta de nobleza, ya que sin poder disponer de diferentes variedades, se había comercializado un tipo de cal, en forma de polvo. 5. Nuevos materiales: acero, acero inoxidable, hormigón, alquitrán… El estado de los edificios, y sobre todo la reutilización que se quiera hacer de los monumentos, puede imponer la utilización de materiales complementarios. ¡Pero bajo algunas condiciones! Tomemos como ejemplo un suelo hundido en una gran mansión. Este suelo está compuesto de viguetas de madera que soportan un pesado enlosado calcáreo. Ahora bien, la parte inferior de este suelo está decorado y debe ser imperativamente conservado. Por el contrario, las vigas de madera de la estructura son demasiado débiles para poder soportar cargas importantes: como resultado se obtiene una gran dificultad para reutilizar el lugar. Por tanto, se tiene que intentar reforzar el suelo sin tocar su parte inferior. En este caso, la utilización de materiales complementarios puede ser una solución, ya que bajo un volumen más pequeño, tienen una resistencia mayor. Después de un minucioso estudio de este tipo de casos, la solución adoptada fue deslizar una estructura metálica en el grueso del suelo para aliviar la antigua estructura en madera. Esta operación ha sido posible gracias a un gran espesor de relleno entre las viguetas y el enlosado. En otro caso, ¿habría sido preferible la solución de un refuerzo en hormigón? III. Importante No hay nunca soluciones tipo en restauración, cada caso debe ser considerado y estudiado individualmente. Por otra parte, la utilización de nuevos materiales interviene sólo con objeto de reforzar un elemento o una estructura. Actúa “por detrás” y no debe ser perceptible una vez acabados los trabajos. En este caso, se trata esencialmente de disociar las dos estructuras, la antigua y la nueva, al efecto de que trabajen separadamente (problema de flexión, de dilatación…), siendo importante que al final de la operación, la solución adoptada sea totalmente invisible. Recuperación de una pared de ladrillo en la casa SENNARI 289 7 ESE8 4/7/07 19:47 Página 290 II. La reflexión y el proyecto El dilema de los criterios: el punto de vista del patrimonial 7 Los edificios forman parte de la base necesaria para el desarrollo de las actividades de la gente. Fueron construidos para cubrir necesidades, tanto utilitarias como estéticas y simbólicas. La tipología y morfología de un edificio refleja la sabiduría, mentalidad, medios y forma de vida de las generaciones de los habitantes, pero también la evolución histórica del asentamiento, sus posibilidades socio-económicas, sus interconexiones y relaciones con otras zonas, etc. Por lo tanto, el valor patrimonial que un edificio histórico abarca no está restringido a meras características físicas o incluso del paisaje, sino que también se refiere a valores, identidades y testimonios más profundos. Pero además de los monumentos histórico-artísticos como pueden ser palacios, catedrales u otros edificios religiosos, castillos, fortalezas u otros edificios públicos, existe también la arquitectura anónima que forma una parte significativa del paisaje urbano de un asentamiento, de su identidad o su “espíritu del lugar”. La conservación de la arquitectura tradicional no es tan evidente como para un monumento importante. Su valor patrimonial no es juzgado por la comunidad como un valor de importancia nacional. Por lo tanto, un edificio de esta calidad no puede ser restaurado “por sí mismo”, sino que necesita formar parte de la vida activa del asentamiento. Sin embargo, su existencia física y su mejora material es importante por diferentes motivos. Estos pueden ser teóricos, simbólicos o abstractos como los testimonios históricos que pueden ofrecer, así como también pragmáticos. Un entorno arquitectónico bien conservado es una ventaja comparativa en un mundo competitivo globalizado. De la misma forma, un edificio con valores históricos, arquitectónicos, así como con otros valores patrimoniales, lleva ventajas adicionales en términos de calidad de espacio y valor añadido para su uso contemporáneo tanto para propósitos residenciales como comerciales. Al contrario que la restauración de monumentos, los edificios de arquitectura tradicional necesitan tener un uso continuo y sostenible. Y sólo con el uso estos pueden mantenerse “vivos”. Pero no todos los usos son apropiados para todos los edificios históricos. Por una parte, las necesidades modernas requieren la adición de nueva tecnología, instalaciones sanitarias u otras comodidades, la reorganización del interior o la adición de un espacio. Por otra parte, los materiales y las técnicas modernas hacen que el proceso de restauración sea más fácil y menos costoso. Pero estas alteraciones, necesarias para la continuación del uso o para un nuevo uso, una vez el original ha dejado de existir o no puede corresponder a las nuevas exigencias, a menudo perjudica al valor patrimonial del edificio. 290 Herramienta 7 Sobre los criterios de una intervención Irene Hadjisavva-Adam Arquitecta Department of Town Planning and Housing, Chipre Nicosia (Chipre). Esta amenaza nos lleva frente a un dilema: ¿conservar el patrimonio cultural materializado en la estructura de un edificio histórico a cualquier precio, o para permitir el predominio del nuevo uso? ¿Existe equilibrio entre el patrimonio y el valor económico y valor utilitario? ¿Y dónde lleva exactamente esta línea? No existen recetas o soluciones estándar. Cada edificio tiene un valor patrimonial, problemas y oportunidades distintos. Por lo tanto, cada edificio individual debe ser valorado en sí mismo. Lo mismo se aplica al entorno de un edificio. Los valores patrimoniales son distintos de un país a otro, pero incluso de una calle a otra de un mismo vecindario. De forma similar, como un criterio es un proceso subjetivo, el criterio de evaluación para el valor patrimonial difiere de un individuo a otro. El profesional, sensible a temas relacionados con la historia de la arquitectura y la geografía, ve una información y un valor infinitos donde otro tipo de gente puede que tan sólo vea “piedra y mortero”. De forma similar, las instituciones públicas (por ejemplo Organismos Patrimoniales) atribuyen un gran valor patrimonial donde los propietarios solamente atribuyen un valor “vacacional”. En otros ESE8 4/7/07 19:47 Página 291 Herramienta 7 Sobre los criterios de una intervención El dilema de los criterios: el punto de vista del patrimonial II. La reflexión y el proyecto casos, la Autoridad Local puede desear denegar la existencia del valor patrimonial de un edificio para dar paso a nuevas carreteras o plazas. Aunque el criterio de valor patrimonial de la arquitectura tradicional es subjetivo y varía según la educación, sensibilidad, intereses financieros u otros, la responsabilidad en su conservación es un objetivo y un requisito para todas las sociedades. La responsabilidad está materializada en la legislación de cada país y refleja no sólo las sensibilidades individuales de la sociedad, sino también sus obligaciones según las convenciones internacionales que el país haya firmado. Sobre la restauración de la arquitectura tradicional, el sector público es el principal regulador y de forma menos frecuente el que tiene un papel pro-activo. La iniciativa para su rehabilitación normalmente viene del sector privado que emprende una inversión considerable y necesita obtener más “por su dinero” que la mera conservación del valor patrimonial. En otras palabras, el objetivo de cualquier inversión privada es beneficiarse, tanto si es mediante ingresos en efectivo, o bien para la satisfacción de una necesidad de una vivienda. En este sentido, el valor patrimonial atribuido es visto como un obstáculo para el aumento del beneficio a corto plazo que la propiedad debe ofrecer. Por ello, los valores patrimoniales no pueden depender solamente de un criterio individual. En Chipre, como en muchos otros países, las Autoridades Públicas regulan los procesos de rehabilitación de edificios tradicionales incluyendo restricciones, guías para el diseño y otras obligaciones en los permisos (o consentimientos) de planificación para edificios que están caracterizados por ser catalogados como Monumentos Antiguos. El objetivo de estas regulaciones es ayudar a encontrar el correcto equilibrio entre valores patrimoniales y valores utilitarios para cada edificio individual de acuerdo con sus cualidades específicas. Las guías para el diseño están centradas en la expresión material de estos valores y también en la autenticidad del edificio. 7 291 ESE8 4/7/07 19:47 Página 292 II. La reflexión y el proyecto Desafíos en la introducción de sistemas e instalaciones Herramienta 7 Sobre los criterios de una intervención Athina Papadopoulou Arquitecta Arquitecta de conservación, trabaja para UNDP-UNOPS en el marco del plan general de ordenación de Nicosia, Chipre Los modelos de las condiciones de vida contemporánea han añadido un parámetro suplementario a los retos propios de los profesionales en la restauración de edificios históricos: es la introducción de instalaciones mecánicas, eléctricas y otros sistemas. 7 Las instalaciones mecánicas y eléctricas presentan ciertas limitaciones técnicas en cuanto a su instalación tanto en edificios nuevos como en los históricos. En los edificios nuevos, sin embargo, la concepción de la construcción está a menudo adaptada a las necesidades de instalación de estos sistemas, mientras que en la concepción de las intervenciones para la restauración, la instalación de los sistemas debería ser mucho más adaptada en función de las prioridades de restauración. Entre las limitaciones técnicas de las instalaciones mecánicas y eléctricas cabe destacar el diámetro, la longitud y el camino seguido por las tuberías hasta el emplazamiento de un ruidoso sistema de refrigeración en el entorno exterior de un edifico histórico, por ejemplo. Habitualmente, los suelos, paredes y techos de un edificio son las áreas más vulnerables a las intervenciones de instalación de estos sistemas. Los recorridos horizontales y verticales para estas instalaciones pueden afectar drásticamente a la capacidad estructural del edificio histórico, pero también al carácter y al uso del espacio. Las instalaciones de los equipos para las cocinas y lavabos pueden deformar también, sin necesidad, la estructura, el carácter y la autenticidad así como el uso de un edificio tradicional. En primer lugar, estos usos deben estar situados, preferentemente, en las extensiones del edificio histórico, particularmente si el edificio original no ha sido antes objeto de estos usos. En segundo lugar, es preferible que el mobiliario como las encimeras de la cocina estén también separadas de la propia estructura del edificio o bien incorporadas en unidades móviles. Muy a menudo, se puede constatar una falta de sensibilidad por parte de los consultores en ingeniería mecánica y eléctrica durante la restauración de edificios históricos. En consecuencia, el arquitecto, como coordinador, debe asumir el papel de la promoción de un trabajo multidisciplinario para salvaguardar la aplicación de los principios de restauración, internacionalmente aceptados, a favor de la estructura histórica. Se pueden encontrar soluciones creativas independientemente de las restricciones que presente el propio edificio, así como las limitaciones técnicas, programáticas y económicas. 292 Los baños otomanos Omeriye, en las murallas de Nicosia El museo Shadow Theatre, en las murallas de Nicosia ESE8 4/7/07 19:47 Página 293 Herramienta 7 Sobre los criterios de una intervención Le point de vue de la valeur patrimoniale En un intento de abordar este tema, proponemos el siguiente criterio general estratégico: 1. 2. 3. 4. 5. 6. 7. 8. 9. Intervención mínima en la estructura de un edificio Intervención mínima en el entorno del edificio histórico Reversibilidad de las instalaciones No perturbación de la capacidad estructural de un edificio histórico Conservación del carácter de los espacios interiores y exteriores Elementos fácilmente identificables pero estéticamente nointrusivos Instalaciones fácilmente accesibles para asegurar la inspección y evitar daños en caso de fugas (especialmente para la fontanería y los sistemas de evacuación de aguas) Respeto de los sistemas preexistentes que puedan tener un valor histórico o arqueológico Introducción de nuevos usos compatibles en ciertos espacios del edificio. II. La reflexión y el proyecto (a) Los baños otomanos Omeriye, en las murallas de Nicosia Las nuevas tuberías de alimentación de agua en las “cámaras calientes” fueron instaladas a una distancia de alrededor de 5 cm de la superficie exterior de los muros a la misma altura que las tuberías de terracota. Las cañerías originales se han conservado en el interior de la masa de los muros de piedra como testimonio de la historia del edificio, ya que por su condición física y las necesidades de agua contemporáneas no fue posible su reutilización. (b) El proyecto de jardín de infancia Chrysaliniotissa, en las murallas de Nicosia Los nuevos lavabos y cocinas se situaban en la nueva extensión del edificio catalogado para conservar el carácter y la relación de espacios en el edificio histórico. (c) El museo Shadow Theatre, en las murallas de Nicosia Podemos encontrar algunos ejemplos de proyectos de restauración en Chipre, que han integrado con éxito los sistemas, así como las instalaciones de equipos, en la restauración de: (a) los baños otomanos Omeriye, (b) el proyecto de jardín de infancia Chrysaliniotissa y (c) el museo Shadow Theatre: Las canalizaciones así como las cañerías son ocultadas por una placa de metal perforada y situadas en un emplazamiento fácilmente accesible sin ruptura del muro del edificio tradicional. El proyecto de jardín de infancia Chrysaliniotissa, en las murallas de Nicosia 293 7 ESE8 4/7/07 19:47 Página 294