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 PONENCIAS La rehabilitación mediante procesos industrializados de la vivienda social madrileña de la época de los planes de desarrollo. Alfonso del Águila García Universidad Politécnica de Madrid [email protected] Susana Hernando Castro Universidad Politécnica de Madrid [email protected] Juan Manuel Medina de Río Universidad Politécnica de Madrid [email protected] Inés Suárez Fernández‐Coronado Universidad Politécnica de Madrid [email protected] ABSTRACT Las políticas de desarrollo de los años sesenta en España propiciaron la construcción de viviendas en barrios de la periferia de ciudades con desarrollo industrial, como Madrid, Barcelona, Sevilla o Valencia, intentando evitar el chabolismo de estas zonas. Sólo en Madrid se proyectaron 2.348 nuevos edificios. La propuesta fundamental del Ministerio creado ad hoc, y de los agentes impulsores tanto públicos (INV y OSH) como privados (Urbis y Banús fundamentalmente), consistió en popularizar el alojamiento, creando polígonos de viviendas proyectados con pocas consideraciones formales y escasez de recursos económicos que desembocaron en definitiva en viviendas de “baja calidad”. La rehabilitación de estos barrios obsoletos, no se podía resolver sin una concepción integral del problema y la participación de las Administraciones Públicas, y en este sentido se inician en 1994 en Madrid una serie de actuaciones basadas en estudios oficiales que permiten la concesión de ayudas económicas a rehabilitaciones que cumplan unos parámetros mínimos de planificación y sostenibilidad. El momento en el que nos encontramos actualmente, con un gran número de viviendas desocupadas y una prácticamente total paralización de la construcción de vivienda nueva, es sin duda el de la REHABILITACIÓN. El ejercicio propuesto consiste en el estudio pormenorizado de las deficiencias y PROPUESTA DE REHABILITACIÓN de un edificio singular y prefabricado de la época del desarrollismo, siempre utilizando materiales INDUSTRIALIZADOS Y SOSTENIBLES, para terminar demostrando desde todos los puntos de vista posibles (constructivos, económicos, de sostenibilidad y de implicación de los distintos agentes intervinientes) que el camino hacia una REHABILITACIÓN con mayúsculas es obvio, necesario y definitivamente posible. 1 PONENCIAS 1. CONTEXTO HISTÓRICO 1.1. Los planes de desarrollo en España Desde 1960 a 1975 la Renta Nacional creció de manera continua, hasta casi triplicarse. También aumentó el Producto Interior Bruto (PIB) y la renta per cápita que pasó de 35.791 pesetas en 1960, a 83.238 en 1975. La industria obtuvo resultados verdaderamente brillantes entre 1960‐74. Nos encontramos ante el principal esfuerzo modernizador de todo el siglo. El periodo de mayor impulso transcurrió entre 1959 y el comienzo de la planificación indicativa, que supusieron los Planes de Desarrollo. Se realizaron tres planes de desarrollo llevados a cabo de manera consecutiva: I Plan de Desarrollo (1964‐67), II Plan de Desarrollo (1968‐71) y III Plan de Desarrollo(1972‐75) Los tres planes constaban de dos partes: una de carácter indicativo, y otra de carácter vinculante, concretada en el programa de inversiones públicas y en los programas de desarrollo de las industrias concertadas por el Estado. 1.2. La vivienda social durante el desarrollismo Durante los años 40, la vivienda social era prácticamente promovida por entidades públicas, mientras que en los años 50 existe un proceso de aproximación de las entidades privadas –especialmente Urbis y Banús que realizaron el 43% del total‐ que se acogen a los beneficios del Plan de Urgencia Social en barrios como Ciudad de los Ángeles, San Blas o Moratalaz, ensayando como popularizar el alojamiento, con precios de vivienda que oscilan entre las 90.000 y las 100.000 Ptas. Este rincón va a ser el laboratorio original de la construcción masiva privada que va a caracterizar las siguientes décadas, que es cuando empieza a entrar en juego la promoción inmobiliaria privada. En España, la planificación en el sector de la vivienda se hizo incluso antes que la económica, ya que el 1º Plan de Desarrollo se elaboró para el periodo 1964‐1967, mientas que el Plan Nacional de la vivienda redactado por el Ministerio data de 1961. Al entrar en vigor el Plan de Desarrollo, la planificación de las viviendas se integró en él como un sector más, si bien en líneas de continuidad con las directrices contenidas en el Plan Nacional de la Vivienda. Madrid tenía en esos momentos (1963‐64) un déficit de más de 50.000 viviendas debido al rápido crecimiento de la población. Para paliar esta carestía, se proyectaron en la capital 2.348 nuevos edificios que se correspondían con un total de 48.189 viviendas. Durante el año 1964 los préstamos destinados a viviendas en Madrid suponían el 23,42% del total nacional. En 1965 se proyectaron en el municipio madrileño casi 40.000 viviendas. Ese año Madrid figura, en cuanto a inversión en vivienda, en segundo lugar con respecto al resto de España. La dirección del programa sobre vivienda correspondió al Ministerio siendo sus ejecutores ‐en cuanto a iniciativa oficial‐ el Instituto Nacional de la Vivienda y la Obra Sindical del Hogar, mientras que la iniciativa privada estaba representada por cooperativas, entidades benéficas y particulares acogidos o no al régimen de protección oficial. Por un tiempo Moratalaz y San Blas serán los ámbitos privado y público del alojamiento social conducidos respectivamente por Urbis y la OSH. Puede decirse que casi todos los promotores privados que actuaron a finales de los años 50 tocaron “fondo social” con sus productos, y en lo sucesivo irán mejorando su posición en la división social del espacio madrileño. 2 PONENCIAS Los polígonos de viviendas de los años 60 y 70, con pocas consideraciones formales y un gran aprovechamiento económico, consolida la mayor parte del crecimiento, con insuficiente equipamiento, infraestructuras y transporte público. Las grandes promociones como Moratalaz se situaron en lugares con malos accesos, donde los terrenos eran más baratos, pero consiguieron, gracias a la presión de numerosos usuarios, que el Ayuntamiento abriese nuevas vías y llevase transporte público. Esto hizo que los terrenos se revalorizasen y que las viviendas de las siguientes etapas fuesen de precios más elevados. 1.3. El caso de Moratalaz Para ver como se produjo el desarrollo en este sector, tenemos que situarnos a mediados del siglo XX, cuando desde Retiro hacia el este de la ciudad apenas existía tejido residencial. La asociación de la promotora Urbis y el arquitecto José Antonio Domínguez Salazar, determinaron la progresiva extensión de la ciudad hacia el este, primero a través del barrio del Niño Jesús y después del de La Estrella, sectores residenciales que sirvieron como rodaje y primera experiencia de la asociación. Así cuando en 1957 tuvo lugar la compra de la Dehesa de Moratalaz, el equipo llevaba más de 10 años de experiencia, lo que posibilitó la magnitud de la colonización pretendida: la activación urbanística de los terrenos situados al este del arroyo del Abroñigal, más allá de la Colonia Hogar del Ferroviario y en dirección hacia Vicálvaro, son originalmente el resultado de una promoción privada surgida en sus primeras etapas al amparo del Plan de Urgencia Social de 1958. La prolongación de esta primera fase responde a un plan parcial de iniciativa pública que engloba en seis barrios una de las últimas promociones oficiales de la OSH. En esta promoción se desarrollan tres categorías de viviendas adscritas a la Ley de Viviendas de Renta Limitada y una al Decreto‐Ley de Vivienda de Tipo Social, todas ellas subvencionadas. Domínguez Salazar se había caracterizado por mantener el control sobre prácticamente todas las operaciones acometidas por Urbis, aunque incorporando a otros arquitectos que aportasen su capacidad profesional además de una cierta heterogeneidad en los proyectos, lo que era una necesidad ante la extensión de las promociones acometidas. Así, pueden mencionarse entre otros a Javier Carvajal, Julio Bravo Giralt y Santiago Fernández Pirla. Los criterios urbanísticos de la promoción podrían resumirse en la en la división geográfica de de las unidades vecinales en polígonos de características uniformes, circulaciones rodadas periféricas, áreas interiores peatonales, dotaciones comerciales propias y otros equipamientos que participan de un escalón poblacional más amplio (religioso, educativo, cultural, deportivo, sanitario etc…) Domínguez Salazar, consciente de la escala de la actuación que estaba dirigiendo, reservó un polígono para una experimentación ligada a la industrialización y la prefabricación de la construcción, poniendo en manos de sus colaboradores Julio Bravo Giralt y Santiago Fernández Pirla una promoción de 600 viviendas que se construyeron de acuerdo con el sistema de prefabricación de origen francés CSB. En lo que se refiere al Moratalaz de promoción pública, la actuación se produjo sobre una extensión de 127 hectáreas, sobre las que se trazo un viario primario que dividía el sector en ocho supermanzanas, seis destinadas a barrios residenciales y las otras dos, centrales, a los equipamientos comunes. Puede decirse que las promociones públicas adoptaron el mismo criterio de separación de circulaciones y el paradigma del urbanismo moderno de crecimiento de bloques de viviendas, que la primera parte de Moratalaz había consagrado. No obstante, el desfase de unos pocos años entre unas y otras, junto a la dispersión de los arquitectos autores de los barrios, favoreció una mayor riqueza de soluciones en esta 3 PONENCIAS segunda fase, aunque también es cierto que la prolongación en el tiempo de la experiencia condujo a una cierta dispersión, y con esto, a la pérdida de la identidad urbana. Esta gran iniciativa, primero de carácter privado y después público, necesitó sucesivas operaciones de cosido: pequeños tejidos, en su mayoría domésticos, que terminaron de colmatar la mayor parte de los vacíos urbanos dejados por la gran operación de Moratalaz, cuya escala hacía imposible llegar a ese detalle. Moratalaz: Primera fase Moratalaz: Segunda fase 2. LA REHABILITACIÓN EN EL MOMENTO ACTUAL. Saltando a la actualidad y tras un análisis pausado de la situación del sector de la construcción y la promoción de viviendas, llegamos sin duda a considerar que un cambio de modelo de intervención en las ciudades ha comenzado a fraguarse en los últimos años; la rehabilitación del parque de viviendas existentes. Algunas actuaciones públicas a modo de “imposiciones administrativas”, como fue la Inspección Técnica de Edificios (ITE), intentaron promover una mínima actualización de los inmuebles, al menos desde un punto de vista funcional y estructural de “primera necesidad”. Esta imposición rehabilitadora consiguió en un primer momento concienciar a los propietarios de los edificios de que no debían permitir que sus inmuebles se deterioraran en exceso, ya fuera por causas estructurales, de saneamiento, o de impermeabilidad de fachadas y cubiertas. Una vez salvado un mínimo imprescindible, la rehabilitación se estancó sin llegar a evolucionar hacia estadios más avanzados de intervención. Cuestiones como mejoras energéticas, actuaciones para anular barreras arquitectónicas, aislamientos de fachadas, renovaciones estéticas, e incluso actualización y puesta en normativa de las instalaciones, quedaron en un segundo plano. En la actualidad y gracias en parte al parón de la construcción y en parte a la visión general de los diversos agentes que componen el campo de la “construcción” de la ciudad (administraciones en primer lugar y promotores y ciudadanos en último término) se ha iniciado un camino que desemboca inevitablemente en la actualización y mejora de las condiciones constructivas de los edificios existentes para aproximar sus prestaciones a las exigencias normativas actuales. Para centrar el extenso campo que supone la rehabilitación de ciudades, acotaremos aquellos aspectos que nos son útiles para el trabajo estudiado, como son las intervenciones de las administraciones en los barrios de Madrid, y más concretamente en los que constituyen tipologías constructivas similares a los del desarrollismo madrileño. Para esto nos centraremos en el caso de la EMVS, y el camino apuntado en el que se debe basar la rehabilitación, implícitamente definido a través de su programa de ayudas, tanto a la rehabilitación en general como a la mejora de la sostenibilidad y eficiencia energética de las edificaciones en particular. 2.1. Administración Pública. Plan de actuación frente a la Rehabilitación. La rehabilitación del casco histórico de la ciudad así como de aquellos barrios que sufrían marginalidad y graves deterioros de sus condiciones de habitabilidad, no se podía resolver sin una concepción integral del problema y sin contar con la participación activa de las Administraciones Públicas junto con la aquiescencia y apoyo de la ciudadanía de “barrio”; los propietarios. En este sentido se inician en Madrid, 4 PONENCIAS en 1994, una serie de Actuaciones en las denominadas Áreas de Rehabilitación Preferente en las que hoy ya se pueden observar algunos resultados. Las distintas administraciones que intervienen en la designación de ayudas a la rehabilitación en el momento actual son el Ministerio de Vivienda, la Comunidad de Madrid y el Ayuntamiento de Madrid. Para llevar a cabo el desarrollo normativo que desemboca en las ayudas que el ciudadano percibe a la hora de rehabilitar, se catalogaron las zonas a rehabilitar mediante la definición de áreas homogéneas de ciudad en las que se ejecutarán paquetes de actuaciones similares, ya fuera por criterios de fecha de construcción como por conformar áreas urbanísticas de patologías similares. Así nacieron las distintas denominaciones de áreas de actuación como son las Áreas de Rehabilitación Integral (ARI), Áreas de Rehabilitación de Centro Histórico, Áreas de Rehabilitación Integrada y Zonas de Rehabilitación Integrada. (ZRI). 2.2. Ayudas a la Rehabilitación. ARI y ZRI. De todas las “denominaciones” empleadas para las distintas actuaciones, nos centraremos a las que se determinan para los barrios del extrarradio de la época del desarrollismo y la época previa de regiones devastadas y de la posguerra, que son los ARI y las ZRI. La construcción de estos barrios se realizó en muy pocos años, de manera programada y con unas tipologías edificatorias muy similares. Esto generó áreas o barrios de gran uniformidad constructiva y donde, por tanto se generaron patologías similares. Las ARI declaradas hasta el momento son: San Cristóbal de los Ángeles, Tetuán, Segunda Fase de lavapiés, Centro Histórico ámbito calle Hortaleza, Centro Histórico ámbito Jacinto Benavente, Centro Histórico Huertas ‐ Las Letras, Ciudad de los Ángeles, Pez Luna y Recinto Amurallado del Siglo XII. Sin embargo son en las ZRI o Zonas de Rehabilitación Integral, donde se han agrupado el mayor número de barrios de características similares al estudiado, como son Ciudad Pegaso, Batán, Almendrales, Poblado dirigido de Fuencarral y otros. El tipo de ayuda económica designada para los edificios incluidos en alguna de estas áreas de rehabilitación, se dividen en Subvenciones de tipo A y B., la primera referida a elementos comunes del edificio, y en concreto a adecuaciones estructurales o funcionales del mismo. La modalidad B se refiere a obras de adecuación de habitabilidad de las viviendas, y establece ayudas a la mejora de condiciones de habitabilidad y supresión de barreras arquitectónicas. En estas ayudas se incluyen de igual modo conceptos como “requisitos de la 5 PONENCIAS rehabilitación”, estableciendo parámetros mínimos que ha de tener una rehabilitación para que se considere subvencionable. De este modo y a través de las distintas normativas se amplía el campo de actuación en la rehabilitación, en primer lugar, “catalogando” las características mínimas de una rehabilitación, (si no se afrontan las deficiencias básicas de habitabilidad, funcionalidad, estabilidad estructural y adecuación normativa no se accede a las subvenciones), y en segundo lugar clasificando las obras “subvencionables”, incluyendo estas los gastos propios de las obras de rehabilitación y los derivados de las mismas (honorarios de técnicos, informes, realojos, etc.). 2.3. Ayudas específicas para mejora de la Sostenibilidad. Además de las ayudas previstas para las Áreas de Rehabilitación Integral, y para edificios que no se encuentren en una de estas Áreas, el Ayuntamiento de Madrid establece unas ayudas específicas para la mejora de las sostenibilidad de los edificios. Las subvenciones se conceden para la financiación de actuaciones referentes a sostenibilidad y ahorro energético que consigan una reducción de la demanda energética de edificios residenciales, tendentes al cumplimiento de las exigencias básicas de ahorro de energía establecidas en el CTE. Además, las ayudas se extienden igualmente a actuaciones en edificios residenciales incluidos en los ámbitos de Actuaciones para la Mejora de la Imagen Urbana, que justifiquen una mayor intensidad en la intervención planteando soluciones de fachadas cuyo objetivo no sea exclusivamente el aislamiento térmico y la eficiencia energética. Las actuaciones subvencionables son de tipo pasivo o activo: Medidas pasivas: son actuaciones en la envolvente térmica del edificio y podrán consistir en aislamiento de cubierta, de muros de fachadas (principales, patios y medianerías), de huecos de fachada (carpinterías, vidrios y otros elementos de cierre) y de suelos. Medidas activas: son actuaciones para la renovación, adecuación o implantación de instalaciones que mejoren los rendimientos energéticos, como son la instalación de ACS, iluminación con detectores de presencia y lámparas de bajos consumo, sustitución de ascensores por otros de mayor eficiencia energética, calderas de condensación o centralizadas de alta eficiencia, instalaciones reductoras de consumo de agua y todas aquellas que contribuyan a la sostenibilidad y que deberán ser aceptadas por el órgano instructor. Otras medidas específicas que responden a parámetros de mejora de Aislamiento acústico son la restauración de la carpintería existente, incluso sustitución del acristalamiento, la sustitución de carpinterías, persianas u otros elementos de cierre o la instalación de doble carpintería. Para el cumplimiento de los requisitos mínimos para que una obra sea subvencionable, se establece que la obra debe cumplir una “ficha de evaluación del comportamiento de la envolvente térmica del edificio”, comparando los valores de transmitancia actual con los establecidos en el CTE. 2.4. Rehabilitaciones realizadas sobre edificios similares. Para el estudio de un sistema constructivo que solucione los problemas de las viviendas analizadas, es conveniente repasar algunas de las actuaciones llevadas a cabo en edificios similares y que hayan accedido a las ayudas promovidas por las administraciones. Los siguientes ejemplos corresponden al Área de Rehabilitación Integral de San Cristóbal de los Ángeles. Analizaremos los sistemas constructivos empleados, para así encontrar un “sistema constructivo eficaz” a la hora de llevar a cabo una rehabilitación exitosa. 6 PONENCIAS 2.5. Conclusiones derivadas del estudio de la situación de la rehabilitación en la actualidad. Del estudio de la situación actual de la rehabilitación podemos extraer conclusiones en dos direcciones, por un lado respecto a la estructura de las ayudas a la rehabilitación y por otro en lo referente a los modelos constructivos empleados hasta el momento. Estructura de las ayudas a la rehabilitación. Se extrae en primer lugar que las distintas administraciones apuestan por una rehabilitación más “integral” que la que se ha venido ejecutando hasta el momento, abarcando criterios de renovación complejos y adaptados a las prestaciones demandadas por las normativas actuales como es el CTE. 7 PONENCIAS En segundo lugar, que las obras subvencionables y que se pueden considerar como efectivas, serán aquellas que consigan dotar a los edificios de las condiciones mínimas requeridas en cada campo de actuación, quedando fuera de ese modo, todas aquellas rehabilitaciones “superficiales”. Que aunque existen ayudas para solucionar los problemas de la ITE (hasta el 10% del gasto en rehabilitación), la ayuda es muy inferior a la conseguida a través de los criterios como son los de conseguir unas prestaciones adecuadas en cuanto a Funcionalidad, Habitabilidad, Seguridad Estructural, Demanda Energética y Sostenibilidad, Adecuación de las instalaciones y Eliminación de barreras arquitectónicas, de tal modo que acometiendo obras de mayor calado se pueden obtener mayores ayudas hasta el punto que el usuario gaste menos y rehabilite más. Este sistema de ayudas casi recién creado y en constante evolución en torno a la rehabilitación, pretende, en todo caso, “calar” en la conciencia del usuario de la vivienda, de tal modo que considere que su vivienda no sólo empieza de la puerta de su vivienda hacia dentro sino que comprende todo el edificio y que es su deber mantenerlo y actualizarlo. Modelos constructivos ejecutados hasta el momento. La conclusión que se deriva del análisis de los modelos constructivos utilizados en las actuaciones llevadas a cabo en los distintos barrios acogidos a ayudas por parte de la Administración presenta un panorama menos atractivo que el del programa de ayudas que lo soporta y algo decepcionante en lo que a rehabilitación ejecutada se refiere, ya que la localización de deficiencias constructivas de los edificios de la época que se estudia es el correcto, pero la resolución constructiva empleada en las distintas rehabilitaciones dista bastante de ser satisfactoria, empleándose soluciones demasiado inmediatas y en mucho casos poco duraderas a la hora de solucionar las patologías o falta de prestaciones de los edificios. 3. LAS TORRES FRANCESAS Emplazamiento: Barrio de Moratalaz Nombre de vía y número Cº Vinateros c/v C Corregidor Diego de Valderrábano c/v Av Moratalaz c/v C Arroyo de la Media Legua Promotor inmobiliario: Urbis S.A. Arquitecto: José A. Domínguez Salazar Contratista del prefabricado: CHARASSE Fecha de realización: 1962‐1964 3.1. Descripción del edificio: El proyecto consta de siete bloques lineales de viviendas. Cada uno de estos bloques se compone de un número variable de módulos, yuxtapuestos longitudinalmente, permitiendo así que la longitud de cada bloque pueda ser diferente según las exigencias de su implantación urbana. Cada módulo se compone de un núcleo de comunicación vertical que sirve a dos viviendas en cada planta. Las viviendas tienen una configuración pasante con doble orientación Norte/Sur y ventilación cruzada. La superficie aproximada de cada vivienda es de 50 m2, y su programa consta de cocina, tendedero, salón con terraza, aseo, baño y tres dormitorios. La planta baja está dedicada a locales comerciales y la cubierta es plana y accesible sólo para mantenimiento. 8 PONENCIAS 3.2. Descripción del sistema constructivo utilizado La construcción, tanto de los paramentos verticales como de los horizontales, se realizó mediante el sistema CBS de paneles de hormigón armado prefabricado. Los paneles verticales son de una sola pieza que va de forjado a forjado, e incluían desde su fabricación las carpinterías de la fachada. La fabricación de los paneles se produjo a pie de obra para ahorrar los gastos derivados del transporte, pero con el inconveniente de un más difícil control de la fabricación, para lo que se recurrió además de una supervisión por parte de la empresa francesa, al Instituto Eduardo Torroja. a) Sistema CBS: paneles prefabricados de hormigón armado. Características ESTRUCTURA VERTICAL compuesta por dos tipos de paneles portantes: 1.
Paneles de fachada de hormigón armado con cámara de aire y aislamiento térmico de 22 cm de espesor. La altura de estos paneles es de piso a piso con una terminación exterior de piedra caliza machacada lavada y acabado interiormente con un tendido de yeso, bagar. Las carpinterías se incorporaban a los paneles en el proceso de fabricación. 2.
Muros de traviesa de hormigón armado con un espesor máximo de 14 cm y acabados interiormente con un tendido de yeso bagar. ESTRUCTURA HORIZONTAL formada por losas prefabricadas de hormigón armado de 12 cm de espesor. Tres tipos de JUNTAS O UNIONES en los paneles que componen la estructura del edificio: 1.
Juntas horizontales que reciben los forjados en su emplazamiento definitivo, impermeabilizadas mediante fieltro asfáltico, pegado en caliente en el interior y con un burlete de masilla plástica asfáltica. 2.
Juntas verticales que reciben y atan los elementos de fachada a los paneles de traviesa, impermeabilizadas mediante fieltro asfáltico, pegado en caliente en el interior y con un burlete de masilla plástica asfáltica. 3.
Uniones entre paneles realizadas mediante refuerzo armado y hormigonado in situ con el mismo hormigón que el empleado en el panel. b) Sistema CBS: fabricación a pie de obra El Sistema CBS consiste en paneles prefabricados de hormigón prefabricados a pie de obra, para lo que era necesaria una estación de dosificación y hormigonado así como potentes elementos de elevación. El peso máximo de los elementos no podía superar las 4 toneladas c) Sistema CBS: imágenes de obra Vista general obra
Almacenamiento de paneles a pie de obra
Almacenamiento de paneles verticales
9 PONENCIAS Muro interior de carga con puertas incorporadas
Estocaje de placas a pie de grúa
Montaje de un panel resistente de C.S.B.
d) Sistema CBS: detalles constructivos
3.3. Estado actual: análisis y diagnóstico de puntos críticos A partir de una observación visual por parte del equipo de trabajo, se realiza un informe técnico sobre el estado de
conservación del conjunto de edificios, proporcionando información sobre el estado de los elementos comunes en
mayor medida, y en algún caso sobre el interior de las viviendas.
10 PONENCIAS La información aportada en las visitas es necesaria para poder proceder a la calificación de las actuaciones de
rehabilitación, determinando la necesidad de las mismas y evaluar en relación con el estado de la edificación, la
coherencia de las obras que se pretendan acometer, haciendo más efectivas las ayudas que estén establecidas.
4. CASO PRÁCTICO: APLICACIÓN DE SOLUCIONES 4.1 Rehabilitación del edificio mediante sistemas industrializados Como caso práctico derivado del estudio realizado anteriormente, se propone la rehabilitación de las Torres Francesas por medio de elementos y componentes industrializados. Este tipo de actuación tiene una doble justificación: por un lado, mantener la singularidad de un edificio que se caracteriza por ser uno de los primeros edificios en España construidos con elementos prefabricados de hormigón armado, y por otro, adaptar el edificio a la normativa actual en el menor tiempo posible minimizando al máximo las molestias derivadas de rehabilitar un inmueble habitado. Construir en ésta época con elementos prefabricados suponía un gran atrevimiento. Posiblemente, la falta de práctica, así como la búsqueda del ahorro económico ‐ en vez de la de una mejora en el producto final ‐ supuso que el resultado fuera una construcción que desde el principio presenta una serie de carencias difíciles de subsanar por los usuarios, y que medio siglo después termina requiriendo una rehabilitación intensa. A pesar de esto, se trata de un conjunto de edificaciones de gran solidez estructural y con una composición fácilmente adaptable a una rehabilitación industrializada, lo que lo convierte en un excelente caso práctico para un ejercicio de éste tipo. 11