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La naturaleza como estrategia proyectual
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CAPÍTULO 3
LA NATURALEZA COMO ESTRATEGIA PROYECTUAL
El interés de este módulo se centra en revisar con mayor detenimiento la interacción entre la
naturaleza y la arquitectura, cuando esta relación es la guía principal del proceso de diseño,
materialización y determinación del espacio construido. Es decir, qué papel juega el entorno
natural en el proceso creativo del proyecto en la práctica profesional, concretamente la de
los últimos años, cuando la preocupación por la conservación de la naturaleza está
arraigando cada vez más en la conciencia social.
La naturaleza es la referencia primordial del hombre como ser social: su dependencia no
solamente es física, sino psíquica. La arquitectura y la ciudad se consideran la “segunda
naturaleza” por excelencia, al recrear una naturaleza alternativa, inspirada en la original pero
moldeada según las necesidades propiamente humanas, que se verifica en lo tangible que
le da cobijo, pero que también es el vehículo que relaciona al hombre con su entorno en lo
intangible.
Con la creciente preocupación por el impacto físico que la arquitectura tiene sobre el entorno
natural, vale la pena preguntarse cómo se está atacando este problema desde el punto de
vista conceptual del proyecto. Una de las críticas más importantes a la arquitectura
sostenible es su excesivo carácter técnico, su aceptación de formas predeterminadas,
dejando en segundo plano aspectos estéticos, simbólicos o expresivos.
Por el contrario, los que defienden esta tipo de acercamiento a la arquitectura abogan por
las grandes posibilidades creativas que tanto la naturaleza, de la cual se puede aprender un
sin número de procesos, como la propia experiencia cultural de las diversas sociedades
presentes y pasadas en su forma de relacionarse con el entorno natural circundante pueden
aportar.
El objetivo principal de este tercer capítulo es el de explorar, desde la problemática
ambiental actual, diversas conceptualizaciones que los arquitectos utilizan para abordar el
diseño que busca relacionarse adecuadamente con su entorno circundante. Evidentemente
las tendencias son muchas, las estrategias diversas y los resultados interesantes, y todo ello
manifiesta con claridad un crecimiento de la conciencia profesional, responsable de
conservar el medio ambiente al concebir y materializar la arquitectura.
Vale la pena enfatizar la revisión o el análisis crítico de maneras o procedimientos posibles
para abordar el diseño, nunca como métodos para seguir al pie de la letra para “garantizar”
un resultado preestablecido, sino más bien como referencias que pueden ayudar a explorar
diversas formas de diseñar arquitectura.
En concreto se pretenden los siguientes objetivos:
- Reseñar los antecedentes inmediatos que dan cuerpo a las principales
tendencias del diseño medioambiental actual.
- Documentar las principales bases conceptuales y estrategias
proyectuales que utilizan el entorno natural como guía del proceso de
diseño arquitectónico.
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- Documentar las posibilidades creativas que tiene el
medioambiental en arquitectura mediante ejemplos concretos.
diseño
El debate sobre la necesidad de cambiar ciertas prácticas en el diseño arquitectónico para
que los edificios sean más respetuosos de su entorno circundante no es nuevo, aunque sí
se puede hablar de un reciente incremento de interés por el tema a raíz de los evidentes
signos de deterioro ambiental y la llamada a intentar corregir esta problemática. Se pueden
señalar, de manera esquemática, dos posiciones al respecto. Por un lado hay quienes
defienden que concentrar tanta atención en los factores naturales como guía del proceso de
diseño implica una predeterminación que sesga los resultados y coarta la creatividad del
arquitecto. El argumento es que el contexto natural no es una nueva categoría de atención
para el arquitecto; por el contrario, siempre ha sido parte de cualquier proyecto de
arquitectura. De esta manera la arquitectura de calidad, la buena arquitectura, siempre ha
integrado los factores naturales, lo que significa que habría que hablar simplemente de
arquitectura, y eso depende en buena medida de la habilidad del diseñador.
Por otro lado se alega que la práctica y la enseñanza de la arquitectura han centrado su
interés en destacar, en hacer sobresalir la obra como pieza única. El éxito, por lo tanto, está
vinculado a la creación de espacios, formas o expresiones aparentemente inéditas, lo que
implica la mayoría de las veces la descalificación de las condiciones contextuales, sean
naturales o culturales. De esta manera se hace necesaria, vía la enseñanza, la
implementación de regulaciones y de la difusión del impacto ambiental que genera el
entorno construido, para concentrar acciones concretas de cara a salvaguardar el medio
ambiente.
Ambas posturas tienen parte de razón y ambas pretenden, con distintos medios, producir al
final del camino una buena arquitectura, pero establecer la forma o el método seguro para
ello resulta hasta ahora imposible, precisamente por tratarse de una compleja y variable
amalgama entre arte y ciencia. De esta manera deviene importante retomar una postura
más abierta, incluyente y dispuesta a escuchar otras versiones, lo que implica considerar
todas las dimensiones de la arquitectura, que Vitrubio sintetizaba a través de los conceptos
de firmitas, utilitas y venustas, y que Muntañola retoma para explicar el “saber hacer”
arquitectura como un conjunto indisoluble entre el construir, entendido como la
transformación del “medio natural en un medio artificial mas adaptado a nuestras
necesidades sociales”, el habitar, en tanto “un uso (o ritual) como una significación
simbólico-cultural” y el diseñar, que “empieza cuando nos damos cuenta de que cualquier
forma de construir y/o de habitar está siempre sujeta a la crítica, al cambio, al
perfeccionamiento”, actividad en la que se especializa el arquitecto con el “fin de aprender a
prever y a controlar las necesidades de la arquitectura y el urbanismo”.1
Se pretende hacer énfasis en aspectos de la expresión arquitectónica, en tanto que
posibilidad artística, estética o simbólica, que buscan aportar también al bienestar humano a
través de un ambiente más creativo. Es decir, se trata de una de las necesidades que la
arquitectura y el urbanismo también han de atender en lugar de producir simplemente una
eficiente “ingeniería ambiental”.
Con lo anterior en mente se ha preparado el contenido de esta última parte, no como una
lectura definitiva, sino como una información inicial para un debate mucho más amplio entre
alumnos y profesionales interesados en el tema.
1 Muntañola Thornberg, Josep. Arquitectura, modernidad y conocimiento. Arquitectonics, Edicions UPC,
Barcelona, 2002.
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3.1. Antecedentes medioambientales en arquitectura
La preocupación por la degradación que la cultura humana provoca a su entorno natural no
es un fenómeno exclusivo de nuestros tiempos. Podemos detectar en culturas tan antiguas
como Grecia o Roma claras posturas de conservación del entorno natural ante el impacto
ambiental negativo de la sociedad. En otras palabras, el problema de implementar un diseño
sostenible no es nuevo. Vázquez describe este retorno cíclico a la naturaleza mediante el
análisis de las distintas prácticas de diseño solar que algunas culturas (de Grecia a nuestros
días) han realizado, al agotar las fuentes de energía no renovables de su entorno,
comportamiento que parece olvidarse en cuanto surge un sustituto barato y aparentemente
abundante (sucesivamente: carbón vegetal - carbón mineral / gas / petróleo - energía
nuclear).2
Sin embargo, los antecedentes más inmediatos a las modernas conceptualizaciones de
movimientos ecologistas, de sostenibilidad medioambiental, los podemos situar a finales del
siglo XVIII cuando la ilustración consolida en la cultura occidental una visión racionalista del
mundo, y principios del XIX con la revolución industrial. Aparecen algunas de las primeras
ideas ecológicas basadas en la observación y admiración del orden contenido en la
naturaleza, profesadas por Rousseau, Diderot y especialmente por el movimiento romántico
alemán de la Naturforschung, influenciado por Kant y Schelling, y personajes como Goethe,
como reacción al cientificismo que ganaba más y más poder desde el renacimiento,
“…cuando ideas como la armonía con la naturaleza, la preocupación por los derechos y el
bienestar del individuo y la eficacia de los avances tecnológicos empezaron a tener éxito.
Con principios como estos, parece claro que las semillas del movimiento ecologista, tal
como lo conocemos en la actualidad, se sembraron en esta época. Sin embargo, muy pocos
personas se dieron cuenta en ese momento de que los avances tecnológicos ocasionarían
los problemas [...] la contaminación y el deterioro”.3
Pero aquí está parte importante del debate sobre la concepción ideológica de la naturaleza:
para unos la ilustración consolida la separación entre hombre y naturaleza, entre lo objetivo
y lo subjetivo; para otros el conocimiento más profundo de la naturaleza, de sus procesos
antes invisibles, implica una manera de diálogo, de acercamiento a lo natural. En relación a
la primera postura Jones defiende a arquitectos como Ledoux y Boullé, al expresar el
espíritu de la ilustración intentaban reflejar las nuevas ideas científicas del cosmos
concebidas por Newton y que a su manera desempeñaron un papel importante en la
aparición de una sensibilidad ecológica4. En el otro extremo, estos mismos arquitectos
representan la aparición del conocimiento científico que, en combinación con la técnica, se
aplica a la arquitectura y la ingeniería precisamente parar “arrancar los secretos” a la
naturaleza y poder dominarla.
Durante el siglo XIX la revolución industrial marcará un cambio importante en los avances
tecnológicos de la humanidad, pero también se verá un cambio determinante en la biología
con las ideas evolutivas de Darwin y Spencer o de la geología con Lyell, cuya influencia
recaerá en el campo del diseño, donde “la concepción evolucionista acentuaba la actividad
cooperativa en el diseño, la importancia de la tradición y la herencia del pasado; era una
filosofía más gradualista y reformadora que revolucionaria, sin lugar para el protagonismo
2 Vázquez Espí, Mariano. Una brevísima historia de la arquitectura solar, en Ciudades para un futuro más
sostenible. Boletín CF+S, Número 9, abril de 1999, Http://habitat.aq.upm.es/boletin/n9/afcel.html
3 Jones, David Lloyd. Arquitectura y entorno. El diseño de la arquitectura bioclimática. Blume, Barcelona, 2002,
pp. 11-31.
4
Ibidem; pp.11-31.
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que concediera el concepto romántico de la función del artista a la originalidad, novedad e
individualidad”.5
Por otro lado, el crecimiento urbano desordenado y el hacinamiento de la población
trabajadora, provocados por el proceso de industrialización, son los primeros efectos
negativos visibles que implicaba el cambio de era (de agraria a industrial); puede verse
como ejemplo representativo la Inglaterra de esta época. Las condiciones adversas que la
acumulación de población implicó desembocarían entre otras cosas en el nacimiento del
urbanismo moderno, precisamente como una herramienta de planeación para mejorar la
calidad de vida de los habitantes, pero también enfocado a “sostener” en condiciones
adecuadas la fuerza productiva de los obreros.
La arquitectura contemporánea, desde sus raíces en el siglo XIX, inicia el debate aún no
resuelto con respecto a su postura frente a la naturaleza, que en su momento el movimiento
romántico intentó reivindicar, en contra tanto de los estilos arquitectónicos clásicos como de
los procesos de estandarización que la industrialización imponía a pasos agigantados. Esta
dicotomía entre una visión idealizada del mundo, más sensible a necesidades culturales y
espirituales del hombre en armonía con la naturaleza, y la postura positivista, basada en
necesidades materiales concretas, cuantificables, y conocimientos objetivos que permiten
dominar y beneficiarse de la naturaleza, prevalece hoy en día como extremos opuestos de
nuestra forma de abordar el tema medioambiental.
Ruskin representa para muchos el fundador de una sensibilidad verde. Sin duda fue de los
primeros que sí vio, con toda claridad, los efectos y peligros que la industrialización
implicaba. La siguiente cita de Ruskin ofrece una idea de sostenibilidad como compromiso
ético, similar a como la entendemos ahora:
Yet those are not the less our duties; nor is our part fitly sustained upon the
earth, unless the range of our intended and deliberate usefulness include,
not only the companions but the successors of our pilgrimage. God has lent
us the earth for our life…6
La idea de compromiso con las generaciones futuras es patente y lo que el informe
Brundtland (1987) denomina “compromiso” inter e intrageneracional, compromiso ético y
moral con las generaciones futuras, fue visto por Ruskin hace casi 150 años. Sin embargo
fue Morris y el movimiento artístico de Arts and Crafts quienes intentaron llevar sus
razonamientos a un terreno más práctico. Esta arquitectura, dedicada especialmente a la
vivienda en el campo, en armonía con el entorno, subsistiendo el hombre de la tierra en
combinación con su esfuerzo, representó “…una tranquila revolución contra la concepción
de que los productos de la industrialización eran mejores que los artesanos y de que la
tecnología ofrecía el único camino posible hacia el progreso”.7
Para finales del siglo XIX movimientos bien conocidos por inspirarse en la naturaleza como
el Art Nouveau concentrarían su atención en la analogía biológica vegetal y animal (Horta,
Guimard), geológica (Bruno Taut), no sólo con fines decorativos sino incluso para concebir
edificios enteros. En el caso americano serán arquitectos como Sullivan quienes harán una
arquitectura más decorativa con motivos naturalistas.
5 Steadman, Philip. Arquitectura y Naturaleza. Las analogías biológicas en el diseño. H. Blume Ediciones,
Madrid, 1982, p. 105.
6 Citado en: Farmer, John. Green Shift. Towards a Green Sensibility en Architecture. Butterworth-Heinemann,
Londres, 1996.
7 Jones, op. cit., p. 11-31.
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Mención aparte merece Gaudí, que recurre a la naturaleza como referente para su
arquitectura, y logra probablemente una de las mejores y más potentes expresiones
poéticas en la arquitectura de inspiración naturalista. Pero Gaudí no sólo debe entenderse
como un artista que explota las formas o procesos naturales como meras metáforas (el
caracol, las vértebras, las olas, etc.). Su obra es producto de su tiempo, es técnica y
espacialmente avanzada, está localmente construida y representa una de las maneras más
completas de concebir la arquitectura. Se integra en el paisaje, como en el Park Güell, por
citar sólo un ejemplo, donde aprovecha el desnivel del terreno existente, para crear nuevas
líneas en la topografía, que se confunden y mimetizan con la original, potenciando las vistas
interiores del lugar y también hacia la misma ciudad; usa la piedra local como material de
construcción, sacándole el máximo provecho a su capacidad de carga y sus características
tectónicas aparentes, que por otro lado evitan el mantenimiento continuo; por descontado el
espacio que crea, tiene un impacto estético que lleva a confundir las fronteras entre el arte
puro, la naturaleza y la arquitectura:
Este inmenso conjunto [en referencia al Park Güel] es un auténtico universo
de formas e iconologías que se refieren al peculiar mundo de Gaudí: la
naturaleza, el cristianismo, Cataluña y el Mediterráneo. Se trata de una
exuberante síntesis tras la cual aparecen reinterpretados los sistemas
clásicos - como la columna dórica. Al mismo tiempo se manifiesta la lógica
de la producción industrial y en serie, como en los bancos curvos sobre
dicha sala hipóstila recubierta de fragmentos de cerámica. En consonancia
con la plasticidad biológica de Victor Horta y Hector Guimard, Gaudí realizó
un parque naturalista neorromántico cuyos espacios, arquitecturas y
arbolados evocan la música de Richard Wagner y el universo de fábulas de
Gulliver.8
Con la entrada del siglo XX se dan los pasos definitivos para el surgimiento del movimiento
moderno, en reacción frente a las posturas académicas que predeterminaban el proceso de
diseño mediante la imposición de los estilos considerados clásicos o adecuados. Mucho se
ha dicho de la “tabla rasa” que el movimiento moderno hace de la historia, y más se ha
escrito sobre lo relativo de esta afirmación al releer la obra de los arquitectos más
importantes y la constatación de su profundo conocimiento de la historia de la arquitectura,
que subyace en su obras más vanguardistas.
El movimiento moderno, considerado generalmente “… contrario a la naturaleza, el entorno
natural y las distinciones regionales, en su intento de ofrecer una respuesta más purista y de
alcance universal a través de los avances tecnológicos y las ideas socialistas...”9 está siendo
releído en años recientes bajo la óptica del paradigma ambiental por diversos autores10 y se
están descubriendo nuevas virtudes en las obras de varios maestros, al ofrecer visiones
diferentes de un movimiento que se creía estático y cerrado.
Un buen ejemplo es la arquitectura nórdica, reconocida actualmente como una de las más
avanzadas en cuanto a características sostenibles ya que se ha logrado un “equilibrio
estético con el entorno natural, integración constructivamente coherente en el contexto,
utilización sostenible de los recursos naturales propios, preservación del medio natural y
8 Muntaner, Josep Maria. Barcelona. Ciudad y arquitectura. Taschen, Barcelona, 1997, p. 98.
9 Jones, op. cit, p. 11-31.
10
Ver en bibliografía los autores siguientes: Jones, Porteous, Wines y Farmer
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desarrollo tecnológico en la adaptación bioclimática del hábitat”11, herencia derivada en
buena medida de arquitectos como Asplund, Saarinen y Aalto. Mucho se ha escrito en
especial sobre este último, sobre el cambio o, si se quiere, la actitud diferente que el
arquitecto finlandés dará a su práctica proyectual con respecto a los postulados del
movimiento moderno. Este giro evidente y definitivo tiene lugar a principios de los años 30.
Frampton ha ubicado este “cambio organicista” a partir de la casa estudio de Munkkiniemi,
hecha entre 1935 y 193612, pero digamos que más bien consolida una forma particular de
concebir la arquitectura, moderna, específica y muy de vanguardia, donde su entorno sobre
todo sociocultural apunta en una dirección precisa: la dimensión humana y su relación con la
naturaleza. Para Aalto la naturaleza era el verdadero estilo de la arquitectura, que él mismo
describe en una conferencia dictada en Oslo al afirmar: “…the purpose of everything I have
said so far is to understand that variety and growth reminiscent of natural organic life are the
very essence of architecture. I would like to say that this is ultimately the only true style in
architecture”.
Sin duda el arquitecto norteamericano Frank Lloyd Wright es referencia obligada cuando
hablamos de una arquitectura íntimamente ligada a su entorno natural. Para algunos
representa uno de los precursores de la arquitectura bioclimática contemporánea, al colocar
el entendimiento preciso de las condiciones naturales, paisajistas, materiales y climáticas
como parte fundamental del diseño. La intención manifiesta de Wright no es sólo de
responder físicamente al entorno natural sino de potenciar al máximo la dimensión estética
de los materiales, sus texturas, del paisaje, las vistas, de la articulación del espacio interior y
exterior, para crear un organismo arquitectónico inseparable de su entorno; esto es lo que
distingue su obra. En este sentido Wright “…definía un edificio como apropiado al lugar en la
medida en que armonizara con su entorno natural, con el paisaje y, en lo posible, explotara
para su configuración las características de la naturaleza circundante. Con el cambio de
siglo, esto le colocó a la vanguardia de la llamada planificación medioambiental”.13
La obra de Buckminister Fuller, inventor americano, está siendo reevaluada en estos últimos
años al reconocerse sus aportaciones en la experimentación e innovación tecnológica
inspirada en la naturaleza: “To Fuller, a great technology had already been at work for
millions of years - Nature. To look at the way "she" designs the universe was to unlock the
most useful direction one could take in designing the artifacts that would make the world
work for humanity. Nature's design was fluid, ephemeral, beautifully patterned. Nature's
technology was dynamic, lightweight, and driven by a functional imperative - optimum
efficiency”.14
Con obras como la Dyamaxion House, y sus cúpulas geodésicas, la más conocida
construida para el pabellón americano en la Expo Montreal en 1967, se aprecia claramente
la reproducción de sistemas y formas naturales como principios de diseño para las
estructuras artificiales de alta tecnología, que comulgaban a la perfección con sus ideas de
la habitación como “una máquina para vivir”.
El polo opuesto a Fuller lo representa el arquitecto egipcio Hassan Fathy, cuya filosofía
arquitectónica giraba alrededor de la tradición y las condiciones naturales de su entorno.
Describe con toda claridad la diferencia entre la construcción tecnológica (ingeniero) y la
arquitectónica, que además de las leyes matemáticas y mecánicas debe considerar “…a
11
Domínguez Moreno, Luis Angel. Arquitectura nórdica; “otra” sostenibilidad. En Estudios de
arquitectura bioclimática, Anuario 2002, vol. IV, Uam-Azcapotzalco/LIMUSA, México 2002.
12 Frampton, Kenneth. The Legacy of Alvar Aalto: evolution and influence, en Alvar Aalto between humanism and
materialism. The Museum of Modern Art, New York, 1998, p. 121
13 Brooks Pfeiffer, Bruce. Frank Lloyd Wright. Gustavo Gili, Barcelona, 1998, p. 7
14 Goldstein de Varco, Bionie. Invisible Architecture. The NanoWorld of Buckminster Fuller. 1997.
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whole collection of other sciences whose provinces are less well defined: the sciences that
concern man in his environment and society. These sciences-sociology, economics,
climatology, theory of architecture, aesthetics, and the study of culture in general-are no less
important to the architect than are the mechanical sciences, for they are directly concerned
with man, and it is for man that architecture exists”.15
Fathy cuestionaba fuertemente la implementación acrítica de innovaciones tecnológicas sin
detenerse en considerar que la forma sóolo tiene contenido dentro de su contexto. Su
interés se centra en las condiciones climatológicas y su relación con la arquitectura, es decir,
el viento, el asoleamiento, la humedad, etc., como generadores de la forma arquitectónica
más apropiada, aprendida y transmitida a través de la tradición de la propia comunidad.
Existe una cantidad enorme de ejemplos de arquitectos que durante el siglo XX, dentro del
contexto histórico del movimiento moderno, utilizaron la naturaleza en general o la existente
en un sitio específico como relación determinante para diseñar su arquitectura, y eso entre
los arquitectos más conocidos y publicados, dejando fuera toda una serie de autores
anónimos. Así a los Gaudí, Aalto, Wright, Fathy, Fuller podemos agregar los Barragán,
Utzon, Fehn, sin olvidar toda la historia de la arquitectura tradicional, de la que se pueden
obtener lecciones importantes. Lo relevante es destacar la importancia que el respeto y
conocimiento del entorno natural tenía en el proceso creativo en varios maestros de la
arquitectura moderna, cuya experiencia en imaginar, transformar e impactar en el entorno
natural preexistente de una manera positiva, buscando responder a condiciones físicas,
bioclimáticas y energéticas, pero al mismo tiempo a las dimensiones estéticas, éticas, y a
valores y emociones intangibles que conforman el hábitat humano, puede y debe
aprovecharse. Si consideramos en su conjunto los arquitectos citados, además de los
aspectos biofísicos que resuelven adecuadamente, es la parte creativa, que toca la
dimensión humana de valores y emociones intangibles, la que les da su trascendencia
arquitectónica.
Más recientemente la práctica de la arquitectura se ha visto influenciada de manera
importante por factores externos a la profesión. Los movimientos denominados
ambientalistas o ecologistas de los años 60, que derivaron en experimentos de
comunidades y casas autosuficientes, son un antecedente importante. En los 70 surgen
varios hitos en la conciencia ambiental: por un lado la crisis energética del petróleo, que
evidenció la dependencia tecnológica de los combustibles fósiles y sus consecuencias
políticas, sociales y económicas a nivel mundial. Al mismo tiempo los efectos que este
modelo tenía para el ambiente se manifestaron, entre otras cosas, por el daño de la capa de
ozono (y más tarde el problema con el calentamiento global), sin olvidar el aspecto central
que implica el crecimiento demográfico, el cual agrega mayor complejidad a la búsqueda del
bienestar social y la conservación natural. Estos factores, entre muchos otros desde luego,
contribuyeron de manera importante a centrar la atención en los límites de la naturaleza
para sostener el desarrollo humano.
En los años 80 se consolida una visión global del problema ambiental y la necesaria
participación de la comunidad internacional para abordarlo. En esta década se acuña el
término tan extendido del desarrollo sostenible (informe Brundtland, 1987), que si bien se ha
criticado por su ambigüedad ya que permite las más diversas interpretaciones, intenta apelar
a un cambio en la forma de abordar el problema ambiental. Será sin duda en la Conferencia
de Rio de Janeiro de 199216 cuando se consolide el denominado paradigma ambiental, que
15 Fathy, Hassan. Natural energy and vernacular architecture. Principles and examples with reference to hot arid
climates. United Nations University/University of Chicago Press; http:// www.unu.edu/unupress/unupbooks
16 UNCED Declaración de Río sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo
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no sólo confirmó lo indispensable de la participación de la comunidad internacional
(independientemente de los resultados reales alcanzados hasta ahora), sino también que el
problema y la solución ambiental dependen y se relacionan simultáneamente con aspectos
sociales, económicos, políticos, tecnológicos dentro de la variedad de culturas, cada una
con tradiciones, intereses y aspiraciones específicos.
Vale la pena enfatizar este contexto actual en la práctica arquitectónica medioambiental, que
bebe de tres fuentes primordiales:
- La arquitectura tradicional con su adaptación lógica al contexto (que se
describe en el módulo 2).
- La tradición del movimiento moderno que sigue siendo referencia
obligada, en especial desde la relectura que se está llevando a cabo
actualmente.
- El paradigma ambiental, entendido como el trabajo desde diversas áreas
del conocimiento, así como el incremento de la actividad social, política y
económica mundial para conservar el medio natural reflejado en
acuerdos, recomendaciones, legislaciones, financiación, difusión a nivel
local, regional y global.
La arquitectura se ha involucrado en el problema con diversas propuestas y resultados que
sólo el tiempo permitirá evaluar en su justa dimensión; sin embargo, esto no significa que no
debamos intentar realizar análisis y emitir opiniones, aunque sean parciales, para contribuir
a desarrollar un cuerpo de conocimiento para mejorar nuestra participación en los problemas
medioambientales comunes. Por otro lado la arquitectura, como se ha intentado mostrar,
tiene una gran experiencia en la relación del hombre con la naturaleza, que puede y debe
aprovecharse.
3.2. Estrategias de diseño en la arquitectura medioambiental
Hablar de tendencias arquitectónicas, o intentar clasificar por grupos característicos una
serie de edificios, no resulta tarea fácil. Existen diversos matices, diferencias sutiles que no
siempre se pueden separar. Por otro lado hay una gran cantidad de estrategias por revisar:
arquitectura natural o naturalista, verde, bioclimática, solar, eólica, ecológica, paisajística,
geomórfica, biomórfica, ambiental, de ahorro de energía, bioarquitectura o arquitectura
sostenible. Por esta razón se describen las bases conceptuales generales que caracterizan
una tendencia o estrategia con el objetivo de la búsqueda de una arquitectura más sensible
y respetuosa con el medio natural. La clasificación propuesta debe verse como un esquema
que intenta ordenar la información generada y, por lo tanto, como un esquema abierto y
flexible a interpretaciones diversas, ya que una misma tendencia, aunque utiliza más
constantemente ciertas herramientas para el proyecto, puede retomar o mezclar distintas
estrategias.
Es importante también aclarar que los procesos y estrategias varían en relación a la escala
del contexto: es decir, un mismo proyecto tendrá una serie de objetivos a escala mayor, a
nivel global o macroregional, combinados simultáneamente con aquellos que sólo
consideran respectivamente el contexto regional y local. En este mismo sentido los entornos
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más específicos consideran desde uno que es mayoritariamente natural hasta contextos
plenamente urbanos (artificiales), que implican estrategias específicas.
Se trata de enfatizar que las posibilidades creativas del proyecto no están peleadas con el
firme compromiso de incorporar criterios medioambientales; por el contrario, la labor de los
arquitectos se está orientando en este sentido, ya que diseñar una arquitectura de calidad
no puede dejar fuera la preservación del entorno natural que la sociedad contemporánea
exige cada vez más.
3.2.1. La orientación tecnocientífica
Sin duda alguna la tendencia dominante actualmente son los procesos de diseño que a
partir de un análisis objetivo del entorno (medido, analizado y descrito física y
funcionalmente con precisión) responden a éste mediante la incorporación al proyecto de la
tecnología que puede aprovechar o contrarrestar los efectos naturales adecuados o
inadecuados, según sea el caso, para la confortabilidad humana.
La imagen técnica de la sostenibilidad propone la innovación tecnológica para la solución de
los problemas sociales, económicos y ambientales. En esta visión, la sostenibilidad es una
cuestión de desarrollar dispositivos técnicos que neutralicen o se beneficien de lo que
temporalmente parecen ser problemas, colocando al frente los “datos duros”,
particularmente los datos cuantificables del entorno.17
Centran su atención en el ambiente natural del sitio, donde se da prioridad a los factores
biofísicos, el suelo, la topografía, el clima, el asoleamiento, los vientos, etc., manejados con
precisión matemática, para su incorporación controlada al proceso de diseño.
El objetivo principal es el de minimizar el impacto ambiental, que se puede resumir en dos
tipos, ambos físicos: por un lado el impacto que producen las emisiones (químicas y físicas)
en el entorno vía la contaminación que la construcción, uso y desmantelamiento del edificio
pueda tener sobre el sitio en específico, así como a escala global; por otro se intenta
minimizar la extracción o consumo materiales naturales; sin embargo, la utilización de
productos industrializados “efectivos” puede justificar su inclusión en el edificio.
A partir de esta lectura “objetiva” del entorno, el diseño adopta diferentes estrategias que se
distinguen básicamente en la utilización de alta tecnología, normalmente activa (high-tech),
pero también de tecnología pasiva (low-tech):
- Alta tecnología: la respuesta proyectual incorpora toda la tecnología disponible
para lograr el objetivo de bajo impacto que se pretende. Se aprovechan la luz y
energía solar a través de colectores solares, celdas fotovoltaicas, fachadas de
doble piel, cristales inteligentes, etc.
Forma: la forma del edificio está sólo parcialmente condicionada por los factores
naturales, ya que los dispositivos tecnológicos son capaces de adaptarse o
colocarse a conveniencia.
Construcción: utilización de la tecnología más avanzada disponible,
mayoritariamente técnicas activas, combinadas en ocasiones con alguna pasiva.
17 Benet, Helen; Radford, Antony y Williamson, Terry. Understanding sustainable architecture. SPON Press,
Londres, 2003.
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Cristales inteligentes, celdas fotovoltaicas, equipos computerizados para el
control automatizado de los elementos tecnológicos. Se usan materiales
contemporáneos, como aluminio, acero inoxidable, cristales, etc., que enfatizan
su aspecto de máquina.
Tanto en contextos urbanos como
en paisajes naturales, los edificios
de alta tecnología mantienen su
expresión
como
dispositivo
tecnológico especializado. Se trata
de una corriente habitual en
grandes edificios, privados o
públicos, por su potente “imagen
de alta eficiencia ambiental”.
Denominaciones
comunes:
arquitectura de alta tecnología
(high-tech), arquitectura de ahorro
de energía. Arquitectos como N.
Foster , Rogers o Renzo Piano
entre
otros,
son
buenos
representantes de esta línea,
donde la alta tecnología se exprime
al máximo para mejorar el
rendimiento ambiental de edificios
de grandes dimensiones, que de
otra manera tendrían un impacto
inaceptable hoy en día.
Foto 31 Commerzbank, en Frankfurt
- Tecnología pasiva: la respuesta proyectual busca sacar el máximo provecho a las
condiciones naturales del sitio a partir de tecnología pasiva, lo que implica un
conocimiento detallado del comportamiento ambiental de las formas
arquitectónicas, la inercia térmica de los materiales, etc.
La orientación, disposición, y forma general del edificio estan condicionadas por
el mejor aprovechamiento de los factores naturales.
Construcción: se incorporan dispositivos para captar energías naturales de sol,
viento; se incorporan el efecto invernadero, la ventilación cruzada, dispositivos
de alta eficiencia como ventanas térmicas, cristales inteligentes, aislantes
artificiales. Se combina la utilización de materiales tradicionales como la
cerámica, adobe, madera, con hormigón y acero.
Tanto en contextos urbanos como en paisajes naturales, la arquitectura low-tech
mantiene su expresión como dispositivo tecnológico especializado, aunque
normalmente se utiliza para edificios más pequeños, que permiten que las
formas adoptadas pueden aprovechar la energía natural: viviendas unifamiliares,
centros comunitarios, oficinas locales etc.
Denominaciones comunes: arquitectura bioclimática; low-tech.
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La naturaleza como estrategia proyectual
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Foto 32 La forma del edificio está estrechamente ligada a su función climática
3.2.2. La ética ecológica
La ecología estudia la interacción entre los seres vivos y su ambiente orgánico e inorgánico.
Esta postura arquitectónica toma buena parte de sus principios de la ecología y la biología,
para determinar los patrones conceptuales de sus propuestas. Se trata, pues, de respetar al
máximo los ecosistemas naturales, sea vía los mismos procedimientos naturales o vía la
reproducción de sistemas artificiales paralelos, que el avance científico y tecnológico hacen
posibles.
Los arquitectos orientados hacia la ética ecológica comparten con la orientación tecnológica
la utilización del método científico objetivo para conocer y analizar el ambiente natural del
sitio, el cual visualizan como un ecosistema, procesos naturales que no deben ser alterados,
en lo posible, por la acción humana.
El impacto en el medioambiente, por lo tanto, debe evaluarse en todas las escalas, desde la
local hasta la global. El objetivo se centra en minimizar dos tipos de impacto, ambos físicos:
tanto las emisiones como las extracciones, para no alterar el funcionamiento de los
ecosistemas naturales.
La visión ecológica se desarrolla menos en contextos más urbanos, donde los ecosistemas
naturales han sido modificados. Por el contrario, encontramos más ejemplos en contextos
rurales o mayoritariamente naturales, probablemente por esta idea de la “no interferencia”
humana.
La premisa de no alterar el medio natural en que la obra se incorpora lleva a dos estrategias:
tocar mínimamente el sitio, como una posición de observación temporal, o, por el contrario,
integrarse físicamente al sitio lo más posible.
- Preservar el ecosistema: la propuesta proyectual intenta colocar el edificio de tal
manera que interrumpa lo menos posible los ecosistemas del lugar.
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Pautas de diseño para una arquitectura sostenible
Foto 33 La estructura se coloca en el entrono natural, sin interrumpir su continuidad.
6 árboles atraviesan el edificio.
Forma: la forma del edificio está sólo parcialmente condicionada por los factores
naturales, ya que los dispositivos tecnológicos son capaces de adaptarse o
colocarse a conveniencia. Cimentación mínima, estructura ligera, columnas que
soportan sobre una plataforma el edificio, dejando el suelo “intacto”.
Construcción: utilización tanto de tecnologías avanzadas como de técnicas
tradicionales activas, combinadas en ocasiones con alguna pasiva. Cristales
inteligentes, celdas fotovoltaicas, equipos computarizados para el control
automatizado de los elementos tecnológicos.
Denominaciones comunes: eco-tech, arquitectura ecológica; light-tech.
- Integración al ecosistema: la respuesta proyectual pretende incorporar el edificio
al sitio para convertirse en parte del mismo, para dar continuidad al ecosistema,
pero también al paisaje.
Foto 34 La edificación se convierte en parte del paisaje natural
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La naturaleza como estrategia proyectual
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El edificio adopta la forma del entorno natural, de la topografía, de la vegetación,
buscando el menor contraste físico y visual posible y aprovechando al máximo
las características de los materiales naturales.
Construcción: se combinan la utilización de tecnología avanzada con la de
materiales naturales. Se utilizan mayoritariamente técnicas pasivas: aislantes e
impermeabilizaciones artificiales, bermas de tierra/piedra, vegetación en
elementos estructurales, de fachada y techos.
Denominaciones comunes: arquitectura geomórfica, arquitectura verde o
arquitectura ecológica.
- Creación de ecosistemas: la respuesta proyectual pretende incorporar al propio
edificio elementos naturales para generar espacios verdes, sobre todo en zonas
urbanas ante la escasez de áreas verdes, y crear nuevos paisajes.
Forma: el edificio incorpora elementos naturales, en especial vegetación, como
material de fachadas y techos, creando una especie de ‘topografía’ alternativa.
Construcción: se combinan la utilización de la tecnología avanzada con la
utilización de materiales naturales. Se utilizan mayoritariamente técnicas pasivas:
aislantes e impermeabilizaciones artificiales, bermas de tierra/piedra, vegetación
en elementos estructurales, de fachada y techos.
Denominaciones comunes: arquitectura verde o arquitectura ecológica.
Fotos 35 y 36 En entornos urbanos, el edificio crea áreas verdes para contribuir a su mejora
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Pautas de diseño para una arquitectura sostenible
3.2.3. El tamiz cultural
La visión culturalista gira alrededor de una postura antropológica (antropocéntrica, de
acuerdo con los ecólogos más radicales) donde todos los procesos, incluso los naturales,
pasan por el filtro del ser humano. Existe una interacción entre cultura y naturaleza tanto en
lo físico y tangible como en el nivel metafísico e intangible, y la arquitectura es un producto
cultural que sintetiza ambos aspectos.
Considera el medio ambiente tanto los procesos naturales del sitio como los procesos
sociales que se dan al habitar el sitio. La interacción entre cultura y naturaleza es siempre
variable y específica, de acuerdo con factores espaciales y temporales.
El impacto en el medio ambiente, por lo tanto, va en dos sentidos, es decir ambos
ambientes, natural y cultural, se impactan mutuamente, si bien en términos humanos es el
hombre el que transforma y se apropia de su entorno, en tiempo cosmológico, la especie
humana es uno de tantos fenómenos naturales efímeros que se han dado en el universo. El
impacto del hombre en el entorno se da en términos físicos, pues transforma los elementos
geológicos y orgánicos de un lugar específico, y no físicos: propiedad privada, fronteras
políticas, asignación simbólica. Simultáneamente el impacto de la naturaleza en el hombre
es de dos tipos: físico, en tanto que sus diversas manifestaciones geológicas (sismos,
volcanes, energía térmica) orgánicas (animales, microorganismos, vegetación) o
atmosféricas (oxígeno, lluvia, viento, radiación solar) afectan y condicionan al hombre como
ser biológico que requiere agua, aire, siente frío y calor, peligra ante movimientos sísmicos o
animales en estado salvaje; pero al mismo tiempo mental, psíquico, y variable en cada ser
humano, es decir subjetivo, y puede abarcar desde la “belleza” de un paisaje, la curiosidad
por la estructura atómica del universo, o la capacidad de “control” de elementos naturales
como el fuego, todo filtrado por el grupo humano al que pertenece el individuo.
Esta amplitud de posibilidades puede, en el sentido estricto, abrir un número infinito de
posibilidades, pero colocando el punto de vista en del paradigma ambiental como hemos
descrito brevemente, podemos hablar de que esta postura busca encontrar un equilibrio en
la relación arquitectura - naturaleza, en donde ambas existan con mutuo respeto.
-
La lógica natural: la propuesta proyectual coloca el conocimiento detallado
de las condiciones naturales del sitio en estrecha relación con la forma tradicional
de habitar ese sitio por parte de una sociedad determinada. El conocimiento de
las condiciones específicas del sitio resuelve en la arquitectura simultáneamente
problemas de confortabilidad climática, disponibilidad de materiales de la región,
técnicas constructivas apropiadas para el aprovechamiento de dichos materiales,
con formas de organizar el espacio de acuerdo con ritos y costumbres, y
expresión y significado del lugar mismo.
Forma: la forma del edificio está condicionada por los factores naturales y
sociales del lugar, y se recurre a la lógica adquirida por la tradición para
reinterpretarlos en nuevas formas de construir.
Construcción: utilización de la tecnología tradicional, mayoritariamente pasiva,
combinada en ocasiones con algún dispositivo activo. Piedra, adobe, madera,
combinados con técnicas y materiales avanzados, compatibles con los
anteriores: selladores, impermeabilizantes, cristales.
Denominaciones comunes: arquitectura tradicional o arquitectura bioclimática
(tradicional).
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La naturaleza como estrategia proyectual
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Fotos 37 y 38 La lógica ancestral se reinterpreta en nuevas formas arquitectónicas,
sea de manera más tradicional o menos ortodoxa
- La composición naturalista: la propuesta proyectual se inspira en uno o varios
elementos naturales, orgánicos o inorgánicos, que pueden ser tomados del
mismo sitio pero también pueden ser referencias descontextualizadas, para
conceptualizar la propuesta arquitectónica, sea de manera figurativa o abstracta.
Se cuestiona el carácter ambiental de esta postura, por retomar formas y
estructuras naturales más que sus procesos y sistemas. Aunque nos estamos
referíamos a movimientos como el Art Nouveau, las propuestas actuales se
diferencian al incorporar el minimizar el impacto sobre el medio ambiente como
objetivo fundamental, pero intentando expresiones, formas arquitectónicas, más
flexibles. Se pueden distinguir dos líneas generales:
La analogía natural: la propuesta proyectual busca representar un modelo
proveniente de la naturaleza, no necesariamente en ese contexto. Las
analogías más comunes son la biológica y geológica, aunque también se
pueden utilizar el cosmos o cualquier parte del universo en tanto que
parte de la naturaleza.
La forma está condicionada por el elemento que intenta representar,
aunque las variaciones pueden ir de lo más figurativo a lo más abstracto.
Construcción: se incorporan materiales, sistemas constructivos y
dispositivos reconocidos o especificados como ecológicos, de ahorro de
energía, etc., para cumplir con el objetivo de bajo impacto. Se combinan
la tecnología activa y pasiva.
Denominaciones comunes: bioarquitectura o arquitectura evolucionista.
La composición ecológica: la propuesta proyectual plantea una
conceptualización formal y expresiva bastante libre, condicionada sólo por
el compromiso de bajo impacto ambiental y la utilización de material
ecológico.
Forma: la orientación, disposición y forma estan parcialmente
condicionada por los factores naturales, ya que se prevé la incorporación
de técnicas avanzadas para mejorar el rendimiento ambiental o reproducir
funciones del ecosistema.
Construcción: se incorporan materiales, sistemas constructivos y
dispositivos reconocidos o especificados como ecológicos, de ahorro de
energía, etc., para cumplir con el objetivo de bajo impacto. Se combinan
la tecnología activa y pasiva.
Denominaciones comunes: arquitectura ecológica, minimalismo ecológico.
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Pautas de diseño para una arquitectura sostenible
Foto 39 Materiales naturales como la madera o el adobe utilizados en composiciones modernistas
- El reciclaje: la propuesta parte de la idea de reutilizar materiales, sistemas
constructivos e incluso edificios enteros preexistentes como una forma de
minimizar el impacto ambiental al usar elementos ya fabricados. Este es un
nuevo argumento para defender la conservación de edificios de carácter
histórico, pero también puede referirse a estructuras más contemporáneas o
cotidianas, que son desechadas pero cuya vida útil puede prolongarse.
Forma: el proyecto retoma la forma
preexistente como punto de partida, pero no
está condicionado por ella. Dependiendo del
tipo de preexistencia, el proyecto puede
derivar en composiciones diversas.
Construcción: se busca aprovechar al
máximo los elementos existentes, que ya no
implican un nuevo impacto en el ambiente, e
incorporar los materiales y dispositivos para
adecuar las partes o el edificio a su nueva
función.
En contextos urbanos normalmente se trata
de edificios preexistentes que se reutilizan,
manteniendo buena parte de su fisonomía
original.
Denominaciones comunes: restauración,
rehabilitación o reciclado de arquitectura.
Foto 40 Una antigua fábrica alemana reconvertida en parque urbano
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La naturaleza como estrategia proyectual
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3.2.4. La visión integral
Esta última propuesta de conceptualización, en realidad, intenta conjugar las tres anteriores,
pero no debe interpretarse como el “ideal” que los conceptos de sostenibilidad intentan
modelar, ya que cada problema tiene varias posibilidades de solución y que cada situación
espacio-temporal es específica y única, por lo que lo “ideal” no es necesariamente
generalizable.
La postura del proyecto es intentar abarcar todo el espectro de variables y tratarlas de
manera equilibrada en el edificio: así, los aspectos tecnológicos se incorporan no sólo
funcionalmente, sino que adoptan formas o posiciones específicas para reinterpretar una
tipología constructiva tradicional pero altamente efectiva en las condiciones naturales del
sitio.
Forma: la orientación, disposición, forma y expresión arquitectónica derivan de la interacción
de factores tecnológicos con intenciones culturales (estéticas, simbólicas etc.) y condiciones
naturales.
Construcción: se incorporan materiales, sistemas constructivos y dispositivos naturales así
como de alta tecnología para minimizar el impacto en el medio ambiente local y global. Se
combinan tecnología activa y pasiva.
Denominaciones comunes: arquitectura sostenible o arquitectura medioambiental.
Foto 41 Este proyecto de Renzo Piano en Nueva Caledonia ha sido muy comentado por el
esfuerzo de combinar tecnología y ecología con la tradición constructiva local, en una visión
integral y holista de la arquitectura sostenible
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Pautas de diseño para una arquitectura sostenible
3.3. La naturaleza en la arquitectura
La naturaleza ha sido siempre una referencia indispensable para la arquitectura, pues la
idea de representar formas, estructuras, texturas, colores o fenómenos del universo ha dado
cabida a múltiples posibilidades creativas en el proceso de diseño. No es extraño entonces
encontrar diferentes estrategias proyectuales basadas en la diversos elementos y
fenómenos naturales, sea el número de oro en la figura de la espiral como base para las
proporciones, transferir la estructura del tronco del árbol a la columna para soportar una
cubierta, o la tela de araña para inspirar la elaboración de estructuras ligeras. La analogía
natural, sea biológica, geológica, cósmica o de otra índole, ha dado pie a la
conceptualización de los edificios desde la era clásica, el Art Nouveau, o más recientemente
la arquitectura ecológica.
Sin embargo, la analogía natural, más figurativa o más abstracta, debe ir más allá de la
simple reproducción, y a partir de una visión mucho más amplia, considerar los efectos que
el edificio puede tener en el medio físico. La crisis ambiental que afronta la sociedad
contemporánea es un factor cultural que impone nuevas variables que el arquitecto debe
sintetizar en el proyecto. Manejar la naturaleza no sólo como un material o elemento
arquitectónico que se incorpora por su belleza, forma, textura o efecto, sino como una forma
de relación entre ambos, es decir, creando una segunda naturaleza adaptada a las
necesidades humanas, pero también construida para garantizar la preservación y
continuidad del medio físico en condiciones similares a las actuales.
De los objetivos principales de una arquitectura más sensible y respetuosa con el medio
ambiente podemos señalar los siguientes:
- Reducir el impacto ambiental que producen la construcción, uso y demolición de
la arquitectura en su conjunto.
- Relacionar al hombre física y metafísicamente con su entorno natural.
- Aprovechar mediante el diseño y conformación del edificio las energías de
fuentes renovables.
Algunas estrategias utilizadas por diferentes arquitectos en la construcción de arquitectura
más sostenible se pueden ver en:
- La composición a partir tipologías tradicionales por su alto conocimiento del
entorno natural.
- La utilización y exposición sincera de materiales de fuentes renovables
ecológicas.
- El reciclado de edificios y materiales.
- Analogía de elementos naturales.
Los arquitectos Herzog y de Meuron18 manejan de manera excelente la naturaleza como
parte fundamental de su lenguaje arquitectónico en varios de sus proyectos, de entre ellos
las bodegas vinícolas del valle de Napa al norte del estado de California. Se trata de un
edificio que alberga las bodegas para almacenar el vino que allí se produce. Esta región se
caracteriza por tener un clima templado con inviernos muy suaves y veranos muy calurosos,
lo que permite controlar las temperaturas internas de los edificios casi exclusivamente
18
Wang; Wilfried. Jacques Herzog y Pierre de Meuron. Gustavo Gili, Barcelona, 2000. Edificio:
Bodegas Dominus. Ubicación: Yountville, California; EEUU. Autores: Herzog y de Meuron.
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La naturaleza como estrategia proyectual
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mediante técnicas pasivas. Colocado en medio de los viñedos como paisaje inmediato y los
cerros como envolvente de fondo, un marcado carácter rural prevalece en el lugar.
Foto 42 Vista del conjunto
Estrategias de diseño: el edificio pretende integrarse visualmente en el paisaje para no
alterarlo, para lo cual utiliza la exposición de materiales naturales cromáticamente afines al
contexto. La analogía geológica tiene un claro carácter abstracto. Incorpora gran cantidad de
masa inerte para controlar pasivamente la temperatura;
Soluciones técnicas: se utiliza una estructura de acero muy ligera que soporta una fachada o
piel de piedra, la cual hace las veces de amortiguador térmico que mantiene fuera el calor, y
permite la ventilación interior necesaria para la bodega.
Impacto ambiental: el edificio usa poca energía para mantener el interior a la temperatura
adecuada. Por otro lado, una proporción importante del edifico se reincorpora al medio
natural por ser piedra, y así disminuye también por este lado el impacto en el largo plazo.
Fotos 43 y 44 La piel de piedra funciona como amortiguador térmico,
y simultáneamente en la expresión plástica dominante del edificio.
El conjunto arquitectónico: el edificio, de líneas sencillas y puristas, pretende armonizar con
el paisaje pero alejándose de la analogía figurativa. Es la textura y la cromática, junto con el
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Pautas de diseño para una arquitectura sostenible
desarrollo horizontal, lo que permite su integración en el paisaje, a pesar de ser de un
volumen considerable. La envolvente de piedra no sólo filtra y equilibra las condiciones
térmicas, sino también la luz, que se escabulle irregularmente entre el caótico acomodo de
las piedras. Esta doble intención en el muro, por un lado colocar la piedra al “natural”, pero
por otro los gaviones metálicos que la contienen, ordena la fachada como si fueran sillares y
resulta muy acertada para marcar su presencia como entorno construido, diferente del
natural, pero simultáneamente respetuoso con el mismo.
3.4. La tecnología medioambiental
El movimiento moderno utilizó la figura de la máquina, creación del ingenio humano, para
transferir su significado, expresión y formas a la arquitectura, como una de sus estrategias
más importantes para guiar el proceso de diseño. Esta idea de la máquina tuvo, sin
embargo, un efecto negativo desde el punto de vista medioambiental: estas “máquinas para
vivir”, si bien podían garantizar unas condiciones adecuadas de confortabilidad para el
hombre y la sociedad nuevos y cumplir así con una de sus funciones básicas, implicaban al
mismo tiempo la necesaria incorporación de grandes fuentes de combustible (energía) para
hacerlas funcionar. El impacto ambiental generado por el uso y mantenimiento de edificios
contemporáneos, tan evidente hoy día, demuestra la importancia que tiene la sola
conceptualización de la arquitectura para desarrollar su relación con el entorno natural.
Ante el nuevo contexto que presenta el problema ambiental, la arquitectura está
reconceptualizando muchas de sus actuaciones, encaminadas a compatibilizar la
satisfacción de necesidades humanas con las capacidades reales de la naturaleza. Uno de
los puntos de partida es la observación precisa y objetiva de la naturaleza y sus diferentes
procesos como una serie de sistemas que incorporan energía y que al utilizarla la
transforman en productos de desecho, los cuales son simultáneamente formas de energía
para otros sistemas o subsistemas. La tecnología puede reproducir algunos de estos
fenómenos y su adecuada incorporación a la arquitectura puede producir edificios, por el
momento, que disminuyen considerablemente su impacto físico en el medio ambiente.
Los objetivos primordiales de la tecnología medioambiental son:
- Reducir la contaminación (sólida o química) que genera la construcción,
utilización y desmantelamiento de los edificios (ciclo vital).
- Aprovechar al máximo las energías naturales disponibles.
- Utilizar la tecnología más avanzada para producir fuentes de energía renovable.
Algunas de las estrategias utilizadas para conformar los edificios son:
- La maquina ambiental: el conjunto muestra, vía los materiales y sistemas
constructivos de alta tecnología, su “eficiencia” para aprovechar al máximo las
condiciones climáticas y energéticas naturales del lugar.
- La expresión sincera de los dispositivos ambientales: elementos como celdas
solares o fachadas de doble piel se convierten en protagonistas de la expresión
arquitectónica.
- La exageración o transposición de formas o elementos ambientales: utilización a
diferentes escalas o posiciones de atrios, jardines o chimeneas de ventilación.
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Uno de los edificios más reconocidos como
sostenibles es el rascacielos de 60 pisos
diseñado por Norman Foster19 que se levanta
en el centro de la ciudad de Frankfurt, donde
el tejido alberga tanto construcciones bajas
de 6 a 8 plantas como varios edificios en
altura que han conformado un nuevo paisaje
urbano. Esta ciudad alemana se localiza en
una región de clima continental, con inviernos
fríos y veranos calurosos.
Estrategias de diseño: se utiliza la
transposición de elementos; en este caso el
invernadero se repite en varias posiciones y
alturas para conformar la composición
general del edificio. Los invernaderos
seccionan
la
fachada
para
reducir
visualmente su verticalidad. También se da la
utilización y expresión de materiales de alta
tecnología como acabados de fachada. Se
utiliza un partido triangular con las aristas
redondeadas, dejando el centro hueco, para
generar una gran chimenea de cara al control
de ventilación natural y también garantizar luz
natural en todo el edificio.
Técnicas constructivas: el edificio utiliza el
acero como estructura portante, a la cual se
le sobreponen todos los elementos de
acabados e instalaciones. La fachada de
doble piel incorpora cristal sensible a la luz.
Se combinan apertura manual y mecánica de
ventanas y persianas. Se incorporan
dispositivos
automatizados
como
temporizadores y detectores de movimiento,
para ahorro de energía en espacios sin
utilizar. Se intenta incorporar materiales de
última generación, como aluminio, acero
inoxidable, tabiques de cristal, cristal
templado, etc.
Fotos 45 y 46 El edificio presenta los avances
tecnológicos como medio para solucionar los
problemas medioambientales.
Impacto ambiental: el impacto ambiental de un rascacielos es difícil de determinar. Sin duda
la concentración de personas en un espacio urbano tan pequeño genera problemas de
abastecimiento de servicios, tráfico, desechos, etc.
Este edificio, considerado por su autor como el primer rascacielos ecológico del mundo, si
bien minimiza su consumo de energía y crea ambientes para la confortabilidad térmica y
otros logros interesantes, no deja, por su misma escala, de impactar física y visualmente el
medio ambiente. Una de las críticas a la utilización de los materiales de alta tecnología es
19 Jones, David Lloyd. Arquitectura y entorno. El diseño de la arquitectura bioclimática. Blume, Barcelona, 2002.
Edificio: oficinas del Commerzbank, en Frankfurt, Alemania. Autor: Norman Foster.
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Pautas de diseño para una arquitectura sostenible
que no son biodegradables y parece un contrasentido colocarle la etiqueta de ecológico a un
edificio con estas características; sin embargo, sus defensores lo justifican por la durabilidad
y el ahorro energético que logran durante la vida útil del edificio.
Conjunto arquitectónico: existe una clara
intención de marcar en la volumetría y
composición del edificio sus características
como máquina ambiental, eficiente y
funcional, imagen que logra proyectar. A
pesar de ello y de su esfuerzo por reducir el
consumo energético, la enorme escala, la
reconfiguración del tejido urbano y el
impacto real sobre el habitante parece
menos atendido.
Foto 47 Los conceptos bioclimáticos son
incorporados a la gran escala del rascacielos
en la busca de la confortabilidad térmica y
psicológica de los usuarios
3.5. Arquitectura en la naturaleza
La ecología estudia la relación entre los seres vivos y su entorno orgánico e inorgánico, lo
que se traduce en la existencia de sistemas ecológico o ecosistemas. Se basa en la
consideración de que el planeta en su conjunto es un solo gran ecosistema que contiene, a
su vez, una serie de ecosistemas menores, todos interrelacionados y, muy importante,
equilibrados entre sí, para hacer posible la subsistencia de todos. Romper este equilibrio
implica necesariamente una transformación importante e inmediata (y no de manera gradual
y evolutiva) que tenderá a reequilibrarse pero sólo en largos periodos de tiempo.
El hombre, si bien es parte de la naturaleza, por su propia condición humana tiene la
capacidad de transformar su entorno de manera consciente, por intereses que no siempre
están de acuerdo con las características del o los ecosistemas donde emprende sus
diversas acciones.
La idea central de esta postura parte de respetar al máximo el funcionamiento de los
ecosistemas, de modo que la incorporación del hombre, que genera un nuevo sistema,
propio, sea compatible con el existente, y sea viable alcanzar, en el corto plazo, un nuevo
equilibrio para ambos.
La arquitectura se incorpora a un ecosistema natural y debe adoptar y adaptar su
funcionamiento para respetar el ecosistema local al máximo, así como colaborar en la
preservación global.
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La naturaleza como estrategia proyectual
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Los objetivos principales que se buscan son:
- Minimizar el impacto biofísico que pueda producir el edificio en los diferentes
ecosistemas.
- Utilizar materiales y energías naturales y desechar productos que puedan
regresar al ecosistema natural (biodegradables).
- Crear nuevos ecosistemas, equilibrados con los existentes.
Algunas estrategias proyectuales son:
- La exposición sincera de materiales ecológicos: del adobe, de la madera.
- La analogía entre ecosistema y edificio: se incorpora la arquitectura al sitio, casi
siempre bajo tierra, par dar continuidad física y visual al paisaje.
- La colocación superficial: la arquitectura es muy ligera, casi con carácter temporal
o reversible y puntual.
- La creación de ecosistemas naturales en entornos artificiales: en especial en
entornos urbanos, los edificios incorporan elementos naturales en fachadas,
techos e interiores, precisamente para contrarrestar la poca presencia de la
naturaleza.
El arquitecto Tadao Ando20 está interesado
en reconectar el hombre con la naturaleza a
través de la arquitectura, en una
comunicación profunda y espiritual. Su
diseño para el museo de la madera es un
excelente ejemplo de esta búsqueda
fenomenológica en arquitectura. Está
localizado en una zona densamente
arbolada, en el extremo noroeste de la
prefectura de Hyogo, que se caracteriza por
tener un clima extremoso que incluye
nevadas de cierta importancia en invierno.
Como en buena parte de las zonas
boscosas del mundo, en años recientes la
industria del ocio ha deteriorado el sitio.
Con el fin de promover a través de la
educación un cambio en la conciencia de la
comunidad se levanta este edificio como
espacio no sólo de información, sino de
convivencia con la naturaleza. El edificio
está inspirado en el pabellón que Japón
instalo en la Exposición Universal de Sevilla
en 1992.
Estrategias de proyecto: sin duda la
abstracción juega un papel muy importante en
la arquitectura de Ando, quien busca a través
del un orden geométrico el contraste.
Simultáneamente utiliza la expresión sincera
Foto 48 El largo acceso al museo de la madera
20 Jones, David Lloyd. Arquitectura y entorno. El diseño de la arquitectura bioclimática. Blume, Barcelona, 2002.
Edificio: Museo de la madera, Mikata-gun; Ubicación: Hyogo, Japón. Autor: Tadao Ando.
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Pautas de diseño para una arquitectura sostenible
de materiales ecológicos para conformar la
forma geométrica.
Técnicas constructivas: el edificio utiliza la
madera como material de construcción
predominante, montada sobre una base de
hormigón y un puente también de hormigón
que atraviesa el edificio. Así mismo, utiliza luz
natural para iluminar el interior.
Impacto ambiental: desde el punto de vista
biofísico el edificio utiliza un material
biodegradable, la madera, lo que ayudará a
reducir su impacto final. Sin embargo, el
impacto que tiene el lugar sobre el visitante
vale la pena mencionarlo ya que intenta
despertar una fuerte experiencia del bosque,
de una convivencia espiritual (cada día más
deteriorada) con la naturaleza.
Conjunto arquitectónico: el contraste entre la
volumetría claramente artificial y el entorno
natural imprime un fuerte carácter al edificio,
que sin embargo no agrede al sitio, sino que
más bien pretende enfatizar la belleza de la
naturaleza. En el espacio interior las
columnas y vigas de madera reproducen
metafóricamente un bosque, como intención
de diálogo y continuidad entre exterior e
interior.
Fotos 49 y 50 La belleza de la naturaleza del
lugar se experimenta al recorrer el edificio,
tanto en el exterior como al entrar al “bosque
artificial”. Ando habla de la necesidad de
enfatizar una relación “espiritual” con el
entorno, y la arquitectura es una opción
excelente para ello
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2004;
Edicions
UPC,
2004